El trigo y a Cizaña

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  • 7/26/2019 El trigo y a Cizaa

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    Lecciones de las parbolas: El trigo y la cizaa

    artculo porDarris McNeely

    En las lecciones anteriores escrib acerca de los huertos que sola cultivar en mi patio y delas lecciones que aprend durante las diferentes temporadas de siembra y cosecha dehortalizas. Dios tambin posee un campo, pero uno de tipo espiritual; veamos cul esnuestra parte en l.

    El apstol Pablo escribi lo siguiente a la congregacin de Corinto: . . . ustedes son elcampo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios (1 Corintios 3:9, Nueva VersinInternacional). En este pasaje Pablo afirma claramente que aun cuando l u otro ministropudieron haber sembrado y regado las semillas, Dios era el que daba el crecimiento. Dioscontrola su campo y lo que ste produce para la cosecha.Quisiera explicarles por qu esto es reconfortante y alentador al mismo tiempo.Como ministro del evangelio por ms de 40 aos, he pastoreado y enseado al pueblo deDios acerca del Reino y entregado miles de sermones; he viajado miles de kilmetros paraatender las necesidades de los miembros; he bautizado a creyentes arrepentidos para queformen parte del Cuerpo de Cristo; he bendecido a incontables nios; he ungido enfermos yhe sepultado a los fieles, entre otras cosas. Actualmente sirvo a un pblico mucho msamplio mediante un ministerio basado en distintos medios de comunicacin, incluyendoesta publicacin.Este llamado me ha permitido conocer toda clase de personas y tipos de personalidades,cada una de ellas con su propia historia, motivos y problemas personales. Sin embargo,todos tenemos una caracterstica en comn: nuestras vidas se cruzan en el campo que sellama Iglesia de Dios. En este lugar nos encontramos para conversar, caminar y vivir bajola gracia de Dios y su gua.Han transcurrido 42 aos y an creo y enseo lo que hice desde el primer da en estecampo, aunque bastante ms refinado debido al aprendizaje y conocimiento que he idoadquiriendo. Lamentablemente, algunos de los que he conocido en este campo han dejadoel camino de la fe.Como vimos en la parbola del sembrador y la semilla, algunos permiten que la semilla delEvangelio se ahogue por los afanes de esta vida y la persecucin del mundo. Algunos quetrabajaron conmigo pertenecan a esta categora, pero nunca imagin ni tampoco ellosque la gran mayora caera a la orilla del camino. Todos nos parecamos y tenamos lasmismas creencias y objetivos.

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    En mi trabajo como ministro de Cristo he aprendido otra leccin: que a pesar de ser partede la misma comunidad de creyentes, las razones que nos llevan a formar parte de ellapueden ser diferentes. La parbola del trigo y la cizaa agrega otra dimensin a nuestroentendimiento de lo que significa sembrar semilla en un campo.La cizaa en medio del trigo

    Despus de la parbola del sembrador, Cristo relat la de la cizaa. Veamos lo que les dijo:Les refiri otra parbola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre quesembr buena semilla en su campo; pero mientras dorman los hombres, vino su enemigo ysembr cizaa entre el trigo, y se fue. Y cuando sali la hierba y dio fruto, entoncesapareci tambin la cizaa.Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Seor, no sembrastebuena semilla en tu campo? De dnde, pues, tiene cizaa? l les dijo: Un enemigo hahecho esto. Y los siervos le dijeron: Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?l les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaa, arranquis tambin con ella el trigo.Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo dir a lossegadores: Recoged primero la cizaa, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged eltrigo en mi granero (Mateo 13:24-30).Esta parbola se parece a la otra en que a nosotros nos corresponde sembrar la semilla, peroah termina toda similitud. Cada uno de los otros elementos tiene un significado distinto ynos permiten llegar a una aleccionadora conclusin acerca del campo de Dios y de aquellosque estn en l.La cizaa es una planta que crece generalmente entre los sembrados de trigo, y aunque separece mucho a ste, no es adecuada para el consumo. De hecho, muchos piensan que lacizaa que se menciona en esta parbola es una maleza txica de apariencia muy semejanteal trigo.Mientras crece en medio de las espigas de trigo, la cizaa no se puede distinguir del trigoverdadero. nicamente cuando se acerca la poca de la cosecha y el trigo brota y producesu fruto, es posible diferenciarlo de la maleza.La explicacin de la parbolaVeamos cmo explic Jess esta parbola: El que siembra la buena semilla es el Hijo delHombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaa son loshijos del malo. El enemigo que la sembr es el diablo; la siega es el fin del siglo; y lossegadores son los ngeles. De manera que como se arranca la cizaa, y se quema en elfuego, as ser en el fin de este siglo.Enviar el Hijo del Hombre a sus ngeles, y recogern de su reino a todos los que sirvende tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarn en el horno de fuego; all ser ellloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecern como el sol en el reino de suPadre. El que tiene odos para or, oiga (Mateo 13:37-43).Dios tiene un campo que aqu se define como el mundo entero, y en el cual se lleva a caboun propsito divino. Dios gua tanto a la historia como a la humanidad hacia un fin quecumplir su propsito.Esta parbola nos muestra los dos tipos de obra que se estn realizando en el mundo y nospermite entender por qu existe la maldad. Dios siembra buenas semillas que se conviertenen hijos de su Reino; Satans, el maligno, tambin siembra su descendencia.Como la cizaa y el trigo se ven iguales, es prcticamente imposible poder diferenciarlos asimple vista. Por esta razn Dios les dice a sus siervos que dejen crecer a ambos hasta que

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    llegue el tiempo de la siega, nico momento en el que es posible distinguirlos. En 2Timoteo 2:19 leemos que conoce el Seor a los que son suyos. Son acaso los hijos del malo que se encuentran en medio de una comunidad cristiana,personas malas? No. La parbola nos dice que se ven y actan igual a los hijos del reino,es decir, no se les puede diferenciar. Mientras no nos arrepintamos y volvamos a Dios,

    estamos siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire,el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia (Efesios 2:2). Satans influye atravs del nimo y la actitud, y a menos que entendamos esto y resistamos activamente suespritu malvado, podemos convertirnos involuntariamente en sus agentes.Satans es el dios de esta poca y mantiene a todos engaados (2 Corintios 4:4; Apocalipsis12:9). l puede infiltrarse hasta en los crculos ms ntimosdel pueblo de Dios; por lo tanto,las palabras de Jess en este sentido deben ser consideradas como una verdaderaadvertencia.Debemos dejar que Dios siegue su campoMis aos como pastor me ensearon a ser paciente con quienes trabajan con uno y a tratar alas personas con compasin, equidad y gentileza. Dios, quien discierne el corazn algoque yo no siempre pude hacerespera que hagamos esto. Una de las lecciones claves enesta parbola es que el dueo del campo les ordena a sus siervos no salir a segar las varillasque parecen cizaa, porque es muy peligroso.Trabaj con muchas personas que mostraban inters en Dios y deseos de vivircorrectamente, y aprend a darles el beneficio de la duda. Cuando las personas cometenalgn pecado, se presenta la oportunidad de ayudarlos para que se levanten espiritualmente.Muchos pueden actuar ocasionalmente como cizaa siendo hijos del Reino, y muchospueden actuar como hijos del Reino siendo cizaa. No siempre me era posible distinguirlos.Una de las lecciones que aprend de esta parbola fue dejar que Dios hiciera el trabajo dediscernir quienes son o no sus hijos. No solo no era mi tarea, sino que tampoco posea todaslas herramientas para llevarla a cabo. Un trabajador en el campo de Dios tiene que ser unobservador atento que cuida como pastor las ovejas de Dios y les ensea la sana doctrina dela Biblia, al mismo tiempo que las supervisa con amor.Tratar a las personas con justicia y amabilidad siempre rinde buenos resultados. Comoministro puede que haya permitido que algunos problemas duraran ms de lo debido, perocreo que es mejor mantener una posicin vigilante y actuar nicamente cuando las personasclaramente manifiesten motivaciones equivocadas y necesiten ser separadas de los otrosmiembros.Al apstol Pablo aconsej ser pacientes. Si los siervos del dueo del campo hubieranarrasado los campos destrozando las espigas de trigo junto con las de cizaa, qu tipo dedesastre se hubiera creado? El fruto bueno no hubiera podido madurar y germinar. Estomismo sucede al trabajar el campo espiritual de Dios y atender su Iglesia. En el afn deeliminar la cizaa es posible que se dae e incluso se destruya el fruto bueno.Dios tiene su tiempoDios dice que se les deje crecer juntos hasta la poca de la cosecha, en el fin de los tiemposy al regreso de Jesucristo. En ese momento l distinguir uno del otro como solo l puedehacerlo.Cristo dice que cualquiera que ofenda y practique la injusticia ser arrojado en el horno defuego. El juicio va a ser un momento difcil, pero esa es una de las lecciones. Habr unjuicio al mundo, y aquellos que son agentes de Satans y que han realizado actosdeliberados de maldad tendrn que someterse a l.

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    Al mundo moderno no le gusta escuchar la palabrajuicio. Juicio implica que existennormas, leyes y absolutos, tanto morales como ticos. Dios dice que vendr un tiempo parajuzgar la injusticia y la maldad, pero la clave es que este juicio ser el juicio de Dios, no delhombre. Esta es una verdad reconfortante y maravillosa, porque Dios juzga con justiciaperfecta y lo har de acuerdo a su plan.

    Debemos tomar a Dios y a su obra muy seriamente. En lo personal no quiero ser cizaa alguien que imita algo verdadero. Usted quiere ser cizaa? El mundo est lleno de buenasintenciones, pero son pocos los que muestran lo que realmente son. En este caso, loverdadero significa ser un cristiano genuino plantado por Dios en su campo.No es mi rol ni el suyo determinar quienes son cizaa y quienes son trigo; dejmosle a Diosesa labor. Tal vez el propsito principal de esta parbola sea advertirnos a todos quienesprofesamos el cristianismo que debemos examinarnos personalmente para asegurarnos deestar en la fe verdadera, siguiendo las enseanzas de Cristo y edificando sobre una baseslida.Jess compar a quienes escuchan sus enseanzas y realmente las ponen en prctica conquienes construyen su casa sobre roca slida, para poder hacer frente a los vientos ytormentas de la vida que destruyen y hacen naufragar la fe (Mateo 7:24-27). Cristoconcluye esta parbola diciendo El que tiene odos para or, oiga. Es prudente escuchar laenseanza y dejar que nos gue con temor cristiano, para adquirir buenos hbitos y vivir unavida sana y llena de fe.