El Último Papel de Su Carrera.

Rock4Ever:- ¿Hace cuánto que hablamos?DarkPrincess:- Exactamente cuatro meses y dos días.Rock4Ever:- ¿No te parece que ya es hora de conocernos?DarkPrincess:- No puedo creerlo.Rock4Ever:- ¿Qué sucede?DarkPrincess:- Me estás convenciendo.Rock4Ever:- Entonces, hagámoslo.DarkPrincess:- Ya te he dicho que mi vida es un poco complicada, hay cosas que ni yo misma estoy lista para saber.Rock4Ever:- Estoy seguro que puedo lidiar con ello. ¿En el café a las ocho?DarkPrincess:- … … …Rock4Ever:- ¡Vamos!DarkPrincess:- Está bien.Rock4Ever:- Prometo que te divertirás.

Él no tenía malas intenciones. Su nombre era Tobiah1, amante del rock clásico y estudiante de medicina. Un joven de pocos amigos pero con un gran corazón y una buena relación con su

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Tobiah: variable inglesa de Tobías, nombre de origen hebreo que significa “Bondad de Dios.”

enorme familia de pueblo, que se encontraba estudiando medicina en una gran ciudad. Siempre le ha costado iniciar una conversación personalmente con una chica pero con DarkPrincess, mejor conocida como Lilit2, decidió arriesgarse. Una joven de la que poco se sabía. Según ella, no tenía familia y pocas veces ha dado a entender que alguien la busca constantemente. Él tenía buenas intenciones, pero de ella no se sabía exactamente.

El momento de la cita por fin se acercaba. Tobiah ya se encontraba esperando en la mesa de la cafetería desde temprano. Era una de las esquinas más iluminadas de la ciudad, la gente pasaba constantemente, las bocinas de los autos no dejaban de sonar, pero las luces no dejaban de ser hermosas. Además, era un buen lugar para que dos personas que jamás se habían visto se conozcan por fin en persona.

La noche acompañaba perfectamente la situación, pleno junio, pleno invierno, pero al parecer el tiempo se había reservado un poco de calor para ese día. El cielo completamente despejado y, a pesar de la luminosidad de la ciudad, podían distinguirse varias estrellas.

-¡Lilit! ¡Lilit! ¡Despierta!- gritó Ignacio.-No sé si estoy lista- dijo Lilit, quien observaba la mesa donde se encontraba Tobiah desde la esquina de enfrente a la cafetería junto a su amigo Ignacio3.-No pensarás en abandonar ahora ¿no?-¡He dicho que no sé si estoy lista!

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Lilit: nombre de origen hebreo que significa “la nocturna,”

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Ignacio: nombre de origen latino que significa “aquel que es ardiente.”

-Sabía que te acobardarías. No puedo confiar en ti.-¡Ya cállate! ¡Lo haré! Sólo dame tiempo.-Está bien, pero deja de gritar. No quiero que se vea sospechoso.-¿Andrea y Robert están listos?-Sí, todo está saliendo como lo planeamos. No podemos volver a hablar a partir de ahora.-No debo conocerte, no debo saber quién eres, ya lo entendí.-¿Estás lista?-Estoy lista.

Lilit se arregló el cabello, su rostro pasó de ser serio a alegre y a la vez confundido y comenzó a caminar directo a la cafetería de enfrente. Nunca la había visto en persona, pero Tobiah la identificó de inmediato ya que habían compartido varias fotos durante sus conversaciones en línea. Fue amor a primera vista, al menos de parte él, Lilit estaba hermosa.

Tobiah llevaba un abrigo azul oscuro con capucha y grandes bolsillos a la altura de su estómago, un pantalón jean claro y calzado deportivo de color blanco. Lilit vestía un hermoso vestido blanco con flores rosas que cubría con una abrigo corto de jean y botas de cuero claras.

Un dulce beso en la mejilla acompañó el primer saludo que se daban personalmente, luego ella tomó asiento y se contemplaron silenciosamente durante unos segundos. No era un silencio incómodo. Sin embargo, él rompió el silencio preguntando qué tal había estado el día de Lilit, ella sonrió y contestó con voz temerosa lo aburrido que había sido su día. Él respondió algo parecido y luego continuaron hablando de cosas variadas.

-Hola- dijo la camarera-. Mi nombre es Andrea4 y hoy me encargaré de atenderlos.

Él pidió un café descafeinado y ella un té de hierbas, ambos acompañados por un par de panquecitos. En un momento, Lilit se quedó extrañada mirando su taza, parecía triste y él se atrevió a llamarle la atención. Ella se sobresaltó levemente y simplemente se limitó a sonreír.

La camarera volvió a acercarse a la mesa con un jugo exprimido de naranja y cuando Tobiah negó haber hecho ese pedido, Andrea explicó que era un regalo del joven que se encontraba a unas seis mesas de distancia, justo en la esquina del local.

-Oh, no- dijo Lilit aterrada.-¿Qué sucede?- preguntó Tobiah mientras Andrea se retiraba sonriendo.-Lo siento, debo irme.

Lilit recogió su teléfono, lo guardó en su bolso y de allí tomó un par de billetes que colocó apresuradamente sobre la mesa. Se puso de pie y corrió hasta la salida seguida de Tobiah, quien no pensaba olvidar el asunto.

-¿Quién era él?-Su nombre es Robert5. Nunca podré deshacerme de él- explicaba ella sin detenerse.

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Andrea: nombre de origen griego que significa “valiente y varonil.”

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Robert: nombre de origen germánico que significa “el que luce por su fama.”

-¿Por qué? ¿Está acosándote? ¡Deberías hablar con la policía, Lilit!-No puedo. Si él va preso también pierdo yo. No puedo acabar con él hasta que no recupere lo que es mío ¡no puedo!-¿Qué es lo que tienes que recuperar? ¿Puedo ayudarte?-¡Claro que no!- dijo riendo-. Ni siquiera me creerías.-¿Podrías intentar explicarme?-¿Por qué eres tan entrometido?-Oye ¿qué pasó con la chica dulce y tierna que se encontraba en la cafetería?-Lo siento- dijo luego de dar un suspiro.-Mira, sentémonos en aquel parque, nadie nos verá y podemos hablar tranquilamente.

Ambos se sentaron y ella comenzó a hablarle de una especie de máquina rejuvenecedora que se encontraba en manos de Robert y su pandilla. Ella no entendía cómo funcionaba, pues, ella no había sido la creadora, sino su padre. El joven estaba tras ella porque Lilit poseía muy bien escondida la pieza faltante del artefacto.

-Estoy segura que piensas que estoy loca pero mi padre ha conseguido la fórmula para la inmortalidad. Si esto cae en las manos equivocadas estaremos perdidos.-No pienso que estés loca, es sólo que me cuesta creer. Es demasiado increíble.-Esto ha estado persiguiéndome durante años. Desde que mi padre murió han estado persiguiéndome y ninguno puede atrapar al otro, Robert es sólo la cara visible del grupo. Si lo atrapo a él pondrían a otro en su lugar y así continuamente. Si me atrapan no les serviría de nada porque nadie más que yo conoce la ubicación del escondite y nadie me buscaría.-Sé que apenas me conoces, pero necesitas alguien en quien confiar. No puedes tú sola con… Vaya Dios a saber cuántos.

-Eres la única persona a la que me he abierto en mucho tiempo, creo que sólo puedo confiar en ti, Tobi- dijo apoyando su cabeza en el hombro de su acompañante.

Él la abrazó y luego de unos minutos le dijo que la llevaría a su casa. Sólo debían caminar unas pocas cuadras hacia el estacionamiento donde él había dejado su auto. Ella sólo se alejó unos pasos excusando que debía hacer una llamada y lo único que dijo sin ser oída por su cita fue: “él está dentro.”

Caminando al aparcamiento siguieron hablando del tema, Tobiah tenía miles de preguntas acerca del asunto y ella sólo se limitaba a contestar. Lilit supuestamente nunca había visto la máquina, pero describió la pieza que tenía en su poder. Era pequeña pero imprescindible para el correcto funcionamiento. Lo que ella poseía era un chip central que se conectaba con los cientos de chips que poseía la máquina en perfecto estado, sin él sólo era un adorno que hacía ruido.

Ella esperó en la salida mientras Tobiah buscaba su auto y cuando vio que él se acercaba levantó sus brazos y dio un aplauso. Una camioneta gris se acercó a toda velocidad y, antes de detenerse, la puerta trasera se abrió. Dos hombres bajaron con el rostro cubierto con máscaras de plástico color blanco, una tenía cara sonriente y la otra triste, tomaron a Lilit y la subieron a su vehículo. Tobiah bajó de su carro, comenzó a correr pero vio que era en vano cuando los secuestradores aceleraron y volvió a su auto para ir tras ellos además de llamar a la policía.

Apenas a unas cuadras de comenzar la persecución, Tobiah iba tan rápido que no pudo detenerse cuando algo de aspecto humanoide se cruzó en su camino y lo atropelló. No tuvo más opción que detenerse para ver si todo estaba bien y perdió de vista a los secuestradores. Cuando se dirigió a comprobar que todo estaba bien sólo se encontró con un maniquí rubio y desnudo en el medio del asfalto.

-Has atropellado a mi amiga- dijo una voz femenina.-Eh… Yo… Lo siento ¿Qué? ¿Andrea?- preguntó confundido al ver a la mesera-. ¿Qué haces aquí?-Voy a tener que denunciarte.-¿Esto es una especie de broma?-Eso decía mi madre.-Ya veo…- dijo al darse cuenta que ella no estaba en un estado de completa lucidez.-Algo está a punto de escaparse de tu bolsillo- dijo riendo y señalando su abrigo.

Tobiah vio que una pequeña cadena se asomaba desde su bolsillo, la tomó y vio que se encontraba unida a dos llaves que contenían un llavero con una dirección y la firma de Lilit, así que él volvió a su vehículo para dirigirse allí directamente mientras Andrea colocaba el brazo roto que se había salido de “su amiga.”

Las dos llaves pertenecían a un edificio y a un departamento de dicha construcción. Un pequeño monoambiente completamente vacío a excepción de una computadora portátil que se encontraba en el centro del cuarto. Al abrirla, notó que estaba completamente llena de batería, conectada a una red pública y con un solo archivo de video en el escritorio llamado “Lilit.mp4”. Al abrirlo, comenzó a reproducirse una grabación en la que Lilit explicaba llorando:

“Quien quiera que seas, si estás viendo esto es porque confío en ti o porque no tuve otra alternativa. Pero más que nada porque me han atrapado. Por favor, no llames a la policía, sólo empeorarán las cosas. Hay un chip falso guardado en el closet de este monoambiente, deberás llevarlo a la dirección de la nota junto a éste, es su escondite. Es la única forma de escapar momentáneamente.”

Él buscó los objetos donde se le habían indicado y decidió obedecer a su cita juntando valor. No podía dejar a Lilit en manos de los secuestradores. El lugar al que debía ir era una fábrica abandonada a unos pocos kilómetros hacia el norte de la ciudad. Una vez allí, se dirigió con el chip falso en sus manos sabiendo que cualquier cosa podría pasar una vez que entrase.

Sin embargo, al hacerlo sólo vio a Lilit atada con una soga a una silla de madera con su boca cubierta con cinta de papel. Guardó el chip y corrió hacia ella e intentó desatarla pero apenas empezó sintió como alguien apoyaba la helada punta de un arma en su nuca.

-Danos lo que nos pertenece.

Tobiah giró y vio que quien le apuntaba era Cara Triste, mientras que Cara Alegre observaba a unos pocos metros. Sacó el chip de su bolsillo y se lo entregó temblando y sin enunciar una sola palabra. Apenas lo hizo el lugar se llenó de policías que entraron por la puerta principal, por la trasera y por ventanas que rompieron fácilmente.

-¡¿Qué has hecho?!- gritó Lilit que había logrado desatarse ella sola.-Lo lamento, pero es lo que creía necesario.-¡Están arrestados por secuestro! ¡Suelten las armas!-¡Está vacía! ¡Está vacía!- gritó Cara Triste antes de arrodillarse y comenzar a sollozar.-¡Yo estoy desarmado!- agregó Cara Alegre.

-¡Jessica! ¡Esto ha ido demasiado lejos! ¡Tienes que decir la verdad!- dijo el primer enmascarado quitándose la máscara, dejando ver que era Roberto y dirigiéndose a Lilit.-¿Jessica?- preguntó Tobiah-. ¿Por qué te llama así?-Mi nombre es Jessica López, oficial. Estos dos hombres han estado acosándome hace meses. Sus nombres son Ignacio y Tomás (el verdadero nombre de Roberto).-¡Maldita perra! ¡Maldita perra!- gritó el segundo enmascarado luego de dejar al descubierto que era Ignacio.-Si realmente te intereso, no me busques, olvídate de mí- le dijo Jessica a Tobiah cuando los oficiales se alejaban con los supuestos secuestradores.

EPÍLOGO.

Cinco meses después, los interrogatorios policiales habían cesado y sólo Ignacio y Tomás habían terminado presos a pesar de que constantemente acusaron a Jessica y a María (verdadero nombre de Andrea) de ser cómplices del secuestro fingido.

Jessica y María ya no se hablaban, sólo continuaban sus clases de teatro que antes compartían con sus dos mejores amigos. Todo había sido una actuación, una prueba, una demostración de que los cuatro eran capaces de fingir ser otras personas incluso en el mundo real y había funcionado demasiado bien.

Una tarde, la clase de las chicas tenía un nuevo compañero y el profesor exigió que éste se presentara ante sus colegas. Los corazones de las dos chicas se detuvieron al ver que era Tobiah quien estaba a punto de hablar.

-Hola, mi nombre es Alejandro. Tengo 24 años y he comenzado tarde a estudiar en esta clase porque he tenido unos problemas estos últimos meses. Pero pronto todo acabará…

El resto de la clase sólo fueron incómodos cruces de miradas entre ellos tres, no lograron prestar atención del todo a lo que el profesor hablaba sobre improvisación. Cuando por fin sonó el timbre de salida, los tres se encontraron en el patio.

-¿Saben que lo que han hecho es terrible?- preguntó Tobiah.-¡Te dije que no me buscaras! ¿Qué haces aquí?- gritó Jessica.-Han fingido un secuestro, me han utilizado, no pueden salirse con la suya.-Sólo he aprovechado la situación- se justificó ella-. La idea ha sido de todos.-¿De todos? Eso es lo que quería oír.-Estás grabando ¿verdad?- dijo sonriendo nerviosamente mientras María lloraba.-Sólo te recomiendo despedirte de tus padres y explicarles que irás a prisión. Sé que siguen vivos.-Eres un maldito ¿sabes?- dijo ella aun sonriendo y con lágrimas en los ojos-. Hice mal al escogerte, no eres tan inocente como pensaba.-Tendrás mucho tiempo para aprender que los prejuicios no sirven-dijo mientras se alejaba.

Jessica no volvió a saber de él, pero sí recibió la visita de la policía