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REALIDADES Y VISIONES DEL EXILIO URUGUAYO EN ESPAÑA ( *) Enrique Coraza de los Santos (**) RESUMEN El texto de este trabajo es parte de los avances desarrollados en el proceso de investigación de mi tesis doctoral así como de la participación en diferentes iniciativas de investigación sobre el exilio y la memoria en España. Para su elaboración he utilizado avances desarrollados en comunicaciones anteriores, complementados con aportes de las nuevas informaciones provenientes de una profundización en los testimonios y en el análisis de la información de diferentes archivos particulares y de distintas organizaciones políticas y sindicales. El interés del presente artículo es centrarme en un tipo de migración, la emigración forzada o exilio relacionada con motivaciones políticas; concretamente el sufrido por una importante porción de la población uruguaya a mediados de la década de 1970 en un espacio concreto: España. Esta lectura la realizo desde dos ópticas diferentes pero complementarias, una es desde la bibliografía y la otra desde la presencia de los exiliados en diferentes espacios geográficos y de representación. (*) Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el II SIMPOSIO INTERNACIONAL “NUESTRO PATRIMONIO COMUN”. Asociación de Historia Actual. Universidad de Cádiz. Cádiz 22 al 25 de abril de 2002. (**) Profesor de Historia.Candidato a Doctor en Historia, área de Historia de América del Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca. 1

El Uruguay del Exilio

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El texto de este trabajo es parte de los avances desarrollados en el proceso de investigación de mi tesis doctoral así como de la participación en diferentes iniciativas de investigación sobre el exilio y la memoria en España. Para su elaboración he utilizado avances desarrollados en comunicaciones anteriores, complementados con aportes de las nuevas informaciones provenientes de una profundización en los testimonios y en el análisis de la información de diferentes archivos particulares y de distintas organizaciones políticas y sindicales. El interés del presente artículo es centrarme en un tipo de migración, la emigración forzada o exilio relacionada con motivaciones políticas; concretamente el sufrido por una importante porción de la población uruguaya a mediados de la década de 1970 en un espacio concreto: España. Esta lectura la realizo desde dos ópticas diferentes pero complementarias, una es desde la bibliografía y la otra desde la presencia de los exiliados en diferentes espacios geográficos y de representación.

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INTRODUCCIN

REALIDADES Y VISIONES DEL EXILIO URUGUAYO EN ESPAA(*)Enrique Coraza de los Santos (**)RESUMEN

El texto de este trabajo es parte de los avances desarrollados en el proceso de investigacin de mi tesis doctoral as como de la participacin en diferentes iniciativas de investigacin sobre el exilio y la memoria en Espaa. Para su elaboracin he utilizado avances desarrollados en comunicaciones anteriores, complementados con aportes de las nuevas informaciones provenientes de una profundizacin en los testimonios y en el anlisis de la informacin de diferentes archivos particulares y de distintas organizaciones polticas y sindicales.

El inters del presente artculo es centrarme en un tipo de migracin, la emigracin forzada o exilio relacionada con motivaciones polticas; concretamente el sufrido por una importante porcin de la poblacin uruguaya a mediados de la dcada de 1970 en un espacio concreto: Espaa. Esta lectura la realizo desde dos pticas diferentes pero complementarias, una es desde la bibliografa y la otra desde la presencia de los exiliados en diferentes espacios geogrficos y de representacin.

PALABRAS CLAVES: Exilio, Uruguay, Espaa, Bibliografa, Gnero. INTRODUCCIN

El exilio se enmarca en un fenmeno ms amplio que tiene que ver con las migraciones internacionales y los desplazamientos de poblacin; en Espaa, la inmigracin en el siglo XX es una realidad relativamente nueva que no va mas all de los ltimos treinta aos, momento, en que pasa de ser un pas tradicionalmente expulsor de poblacin a transformase en receptor de la misma. Esta recepcin tendr como protagonistas a diferentes contingentes, especialmente de Amrica Latina y frica, en un primer momento, a los que se suman grupos importantes provenientes de Europa del Este, Cercano y Lejano Oriente en los ltimos aos. Es frecuente hoy encontrar artculos sobre esta temtica en todos los peridicos, en la produccin acadmica y literaria, bibliogrfica y en forma de Congresos, Seminarios, Encuentros y Reuniones, adems de ser un tema permanente en la Agenda Poltica de gobierno y oposicin, ONGs, Organizaciones de Solidaridad y asistencia, de carcter Nacional o Internacional y hasta como presencia cotidiana que recorre un abanico de realidades de convivencia que van desde la integracin al conflicto con diferentes grados de violencia.

En el momento histrico que llegan los exiliados del cono sur en general, y los uruguayos en particular a Espaa, la inmigracin recin es un fenmeno que tiene poca repercusin; su tratamiento como temtica social, poltica o acadmica es prcticamente inexistente. Las primeras iniciativas que observamos en Espaa que vislumbran la preocupacin por el tema de la inmigracin son ya de mediados de la dcada siguiente.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA BIBLIOGRAFA DEL EXILIO

Respecto al exilio del Ro de la Plata (tanto argentino como uruguayo) podemos observar que su presencia en la bibliografa es casi nula. Podemos citar como primera iniciativa los trabajos realizados por Margarita del Olmo Pintado sobre el Exilio Argentino en Madrid (1990, 1999 y recientemente en 2002 ) que muestran un comienzo dificultoso an enmarcado dentro de la inmigracin, como ella misma lo expresa en un artculo publicado en Revista de Indias: ...se me invitaba a participar entrando casi por la puerta trasera en aquellos lugares donde se debata acerca de los emigrantes espaoles fuera de nuestras fronteras, eso s, siempre teniendo que justificar es mana ma de dedicarme a algo tan extravagante como un grupo de inmigrantes en Espaa... (Del Olmo Pintado, M.: 1999: 510). Seguidamente tendremos que esperar mucho tiempo para ver aparecer un nuevo trabajo sobre el exilio argentino y ser el realizado por Silvina Jensen (1998) sobre los exiliados en Catalua. Para Uruguay, el nico trabajo que conozco, que trate el exilio en Espaa, corresponde a un artculo publicado por Alberto Boix Storace (1988) en una obra colectiva tambin sobre la inmigracin en Espaa. Fuera de los mencionados, no conozco otras referencias para el caso espaol.

El tratamiento que el exilio uruguayo de los 70 tiene en la produccin bibliogrfica de este pas, podemos decir que es bsicamente estadstico y coyuntural, en el sentido que se ocupa, en la mayora de los casos, de intentar cuantificar la emigracin uruguaya (y dentro de ella establece, en algunos casos, la motivacin poltica) u ocuparse del retorno considerado como problema a partir de 1984. De todas formas, debemos citar algunos trabajos, que si bien, en su mayora, lo hacen desde la ptica de la psicologa, se adentran en la problemtica que el exilio comporta. Gran parte de estos estudios estn publicados en el extranjero por aquellos exiliados, que habiendo desarrollado una carrera, o estando en ella en Uruguay se vieron obligados a exiliarse, continundola en los pases de destino. Dentro de estos trabajos, son de destacar las investigaciones desarrolladas por Ana Vzquez y Ana Mara Araujo Maldicin de Ulises. Repercusiones psicolgicas del exilio (1990) o Ana Mara Vazquez Adolescents du Cone Sud de l Amerique Latine en exil. Quelques problems psychologiques (1981). Tambin existen publicaciones que tienen que ver con la experiencia de trabajo profesional y el contacto con exiliados a travs del apoyo psicolgico en los pases de destino que conform un importantsimo espacio de contencin para muchas personas y familias en el exterior. En este sentido, debemos citar la importante contribucin de Marcelo y Maren Viar, que tambin a partir de su experiencia en Francia, y retornados a Uruguay publicarn Fracturas de memoria. Crnicas para una memoria por venir (1993) teniendo contribuciones anteriores en francs.

Dentro de las mismas consideraciones respecto a la bibliografa sobre el exilio, estn algunos trabajos con cierta profundidad que abordan una serie de aspectos particulares. El informe de la Fundacin Holandesa de Trabajo con Refugiados: Exilio de los nios: investigacin acerca de los hijos de los exiliados polticos latinoamericanos en Holanda (1981). Esta institucin dependiente del Ministerio de Asuntos Culturales analiza las consecuencias individuales y colectivas que el exilio reviste, tanto desde el plano psicolgico como social y poltico. En un sentido similar aunque enfocndolo desde otra etapa del exilio el retorno-, Mariela Dardanelli De Luca aborda tambin la situacin de los adolescentes en Adaptacin cultural de adolescentes hijos de uruguayos desexiliados (s.f.). En una lnea diferente respecto al objeto de estudio, pero similar en cuanto a la preocupacin por estudiar las consecuencias que el exilio signific para las personas, est el trabajo de Corral y Pez sobre Crisis de las parejas en el exilio (1980). Esta autora, tambin desde la psicologa, analiza las estructuras familiares presentes en Argentina, Chile y Uruguay en los diferentes estratos sociales. Finalmente, otro de los trabajos que tambin aborda la situacin de la familia, es el de Juan Carlos Fortuna: Familia, el escenario y la emigracin como parte de un trabajo mayor titulado: Reproduccin social y la emigracin en sectores populares de Montevideo (1984).

Podemos considerar, asimismo, una serie de obras que tratan el exilio uruguayo en Europa. Si bien los exiliados uruguayos no eligieron exclusivamente pases europeos como destinos, s puede considerarse que un gran nmero de ellos se distribuyeron entre diversos pases de este continente, motivados por diferentes circunstancias. Adems de los trabajos ya mencionados de Ana Mara Araujo, Ana Vzquez, Maren y Marcelo Viar -considerados ms por su profundidad y contenido, que por el espacio geogrfico sobre el que trabajan el exilio-, tenemos una serie de obras que se ocupan del tema. Ral Veiga centra su investigacin en Francia: Latinoamericanos en Francia: el exilio y la inmigracin reciente, (1984). En esta obra, el autor realiza un recorrido de la emigracin de latinoamericanos hacia ese pas desde los aos 60 hasta 1981, considerando por un lado la etapa de la emigracin econmica y por otro el momento en que comienzan a llegar los que vienen huyendo de las dictaduras en sus pases americanos. En un sentido similar, Olga Lutz y Pilar Walker en: Exiliados latinoamericanos en Espaa, (1985), cuantifican el nmero de cubanos (en una primera etapa de los 60), chilenos y uruguayos (a partir de 1976) y argentinos en una tercera etapa (posterior a 1976) de llegada (calculan un total de 74.417 personas con distintas condiciones jurdicas). Otros autores, mientras tanto, si bien se centran en el mismo eje el exilio latinoamericano en Europa-, lo restringen al estudio de un tipo de exiliados en concreto. William Rowe y Teresa Whitfield en Tresholds of identity: literature and exile in Latin America (1987), se ocupan de los autores literarios; despus de una primera parte donde presentan las situaciones de exilio de los pases del Cono Sur de Amrica se centran en el efecto del exilio en la literatura de Roa Bastos (Paraguay), Cortzar (Argentina) y Onetti (Uruguay), sealando que ste se presenta ms como una condicin bsica para escribir que como mero tema. Otro autor que sigue la misma lnea, es el periodista argentino que trabajaba en el Buenos Aires Herald, Andrew Graham-Yooll que debi exiliarse en Inglaterra. En su caso, por su profesin en su libro: The Wild oats they sowed: Latin American exiles in Europe (1987), se centra en la labor de recopilacin y descripcin de las publicaciones promovidas y llevadas adelantes por los exiliados, especialmente argentinos, en diferentes ciudades europeas.

Con un carcter diferente, Claudio Bolzman en: Los exiliados del Cono Sur: dos dcadas ms tarde (1993) analiza la situacin de uruguayos, chilenos y argentinos, que debido a la represin militar llegaron masivamente a Europa en la dcada de los 70, y que a pesar de la vuelta a la democracia de sus pases de origen, residen permanentemente en Europa debido a factores de tipo econmico, jurdico, cultural y psicosocial.

Existen algunas obras que pueden ser consideradas como testimoniales, referidas al relato de las vivencias de los exiliados en el exterior, ya sea publicados durante su exilio o en el retorno. Uno de estos trabajos, que incluye testimonios de uruguayos en Espaa, es la obra de carcter colectivo del Instituto Testimonios de las Comarcas en el Mundo: Memorias y vivencias de uruguayos por el mundo (1989). Recientemente, se han publicado, hasta ahora, dos tomos de una labor que consideramos importante en varios sentidos: por un lado porque muestra un renacer de emprendimientos destinados a una revisin del pasado reciente uruguayo; y por otro, nos brinda el valor de miradas nuevas consideradas como annimas. Estas nuevas miradas ya no son las de ciertos lderes polticos o sindicales, o de las organizaciones armadas, sino las de muchos de los miles de uruguayos que sufrieron la crcel, la tortura, la represin y el exilio, en este caso particular, las mujeres. La iniciativa parte de la creacin de un Taller denominado Memorias para armar que intenta recoger los testimonios de mujeres ex presas polticas o exiliadas, o de aquellas mujeres que de una forma u otra se vieron afectadas por la represin autoritaria y bestial de la dictadura y que cuentan sus experiencias. De este emprendimiento han salido ya dos obras: Memorias para armar I (2001) y Memorias para armar II (2002), fruto de una seleccin de los cientos de testimonios recibidos por las responsables de este emprendimiento. Finalmente otro tipo de trabajo que se centra, no ya en el espacio europeo, sino en el americano del exilio, corresponden a los realizados desde Mxico. Silvia Dutrnit Bielous a partir de su experiencia personal y familiar investiga sobre los refugiados y asilados. En sus trabajos podemos observar las vivencias de muchos uruguayos y uruguayas que consiguieron huir del horror gracias al estatuto de refugiado o asilado concedido por algunos pases, especialmente Mxico. En un sentido similar Pablo Yankelevich ha escrito Exiliados latinoamericanos en MxicoLA ESPAA DEL EXILIO URUGUAYO

La eleccin de Espaa como destino tiene mltiples explicaciones y difieren tanto como las vivencias de los exilios uruguayos; en algunos casos por proximidad cultural, en otros por lazos familiares o contactos diversos. Uno de esos contactos era el mantenido con el Centro Republicano que los espaoles en el exilio mantenan en Montevideo an en la dcada de los 60 o con ciertos personajes republicanos que recalaron en Montevideo o en algunas ciudades del interior del pas. Tambin existan ciertas afinidades polticas y contactos con Partidos de izquierda espaoles que se haban mantenido en el exilio y en la lucha y la resistencia antifranquista, especialmente el Partido Socialista y el Partido Comunista y en ese momento los aos 70- se observaba con alegra y esperanza el proceso del fin del franquismo y la recuperacin democrtica espaola.

Las modalidades de arribo tambin son mltiples con escalas varias y haciendo recorridos muy rebuscados (no exentos de peligros y miedos) hasta llegar a Madrid o Barcelona. Como variadas son las formas de arribo, tambin las formas de entrada al pas; en primer lugar podan ingresar como refugiados si estaban bajo ese reconocimiento por parte de ACNUR -Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados- (estatuto muy difcil de conseguir debido a las rgidas condiciones que la Organizacin Internacional exiga a la persona para ser consideradas como tal), ya que no lo podan hacer como asilados espaoles porque Espaa no se adhiere al estatuto de Ginebra sobre derecho de Asilo hasta 1978. Por lo tanto la mayora de los que ingresan a Espaa no lo hacen como refugiados o asilados, sino con un visado de turista, o por tener algn ascendiente prximo espaol, directamente como ciudadano espaol, o con pasaporte de algn otro pas europeo o extra latinoamericano y hasta con documentacin falsa elaborada en algunos de los pases donde se refugiaron como militantes en la clandestinidad. Esta enorme variedad de formas de entrada es uno de los elementos centrales del problema que se presenta a la hora de intentar cuantificar el nmero de los exiliados uruguayos en Espaa. Adems de esto, debemos agregar que aquellos que ingresaron como turistas, o sin documentacin espaola, a mediados de los setenta se encontraron con cierta permisividad de las autoridades y no les fue difcil obtener la residencia, la que al cabo de dos aos se transform en ciudadana (esta situacin va a comenzar a cambiar en forma radical a partir de 1978). Si a este dato sumamos que los censos espaoles registran a las personas de acuerdo a la nacionalidad que revisten a la hora de ser censados y no de acuerdo a su nacionalidad de origen, creo que podemos completar esa visin de las dificultades de cuantificacin a las que antes aludamos. Pero an podemos sealar otras formas de ingreso (ya que lo expresado anteriormente se refiere a formas que de una manera u otra se registraron en alguna oficina de migracin), en las que no existe registro alguno, y para ello podemos citar lo siguiente: Espaa no lleva adecuadas estadsticas de los turistas e inmigrantes. Si las lleva, no las publica. Para quienes hayan ingresado en Espaa por la frontera con Francia saben con cuanta frecuencia los funcionarios espaoles miran los pasaportes, dejan pasar al interesado y no registran dato alguno. El procedimiento tiene la virtud de la liberalidad, pero no conduce ciertamente a una posibilidad estadstica

Como ya mencionramos, en Espaa en los ltimos aos del franquismo y los inicios de la transicin no existan mayores dificultares para el ingreso, residencia y trabajo de los latinoamericanos. Es sabido que uno de los puntos de mayor enfrentamiento y que provoca mayor conflicto es el relativo al trabajo de los extranjeros; justamente ese era un tema que hasta el ao 1978 los latinoamericanos van a tener solucionado. De acuerdo con la constitucin espaola el derecho al trabajo estaba reservado a los espaoles (artculo 35.1) y los derechos de los extranjeros se regulaban de acuerdo a lo que dispongan los Tratados y la Ley (artculo 13.1). Si bien para el caso uruguayo no existan tratados firmados, s exista una Ley, la n 118 de 1969 que dispona Los trabajadores hispanoamericanos, portugueses, brasileos, andorranos y filipinos que residan y se encuentren legalmente en territorio espaol, se equipararn a los trabajadores espaoles en lo que respecta a sus relaciones laborales, cualesquiera que sea la forma de su regulacin, eximindoles del pago de los derechos derivados de su condicin. Asimismo se equipararn en cuanto a su inclusin en los regmenes especial y generales de la Seguridad Social y en cuanto a los beneficios y ayudas del Fondo Nacional de Proteccin del Trabajo. Sin embargo, ya se denunciaba, en artculos de peridicos y revistas sindicales y polticas, las dificultades y trabas que se les interponan a los latinoamericanos desde el punto de vista burocrtico, las que se fundaban en su condicin de extranjeros sin or a sus reclamos de excepcin de acuerdo con la Ley anteriormente citada. Esta situacin se va a ver seriamente agravada en el ao 1978 con la publicacin de la circular 2.896/78 del mes de abril de la Direccin de Asuntos Consulares y los posteriores Reales Decretos 1.874/78 y 1.884/78 del mes de junio que pretendan barrer la Ley franquista de 1969. El gobierno a travs del Ministro del Interior Martn Villa fundamentaba esta medida en el aumento del paro y las existentes bandas de delincuentes formada por extranjeros. Incluso se menciona las declaraciones del secretario de Martn Villa donde afirma, que de cada 10 hechos delictivos, tres estaban producidos por latinoamericanos. Evidentemente esta situacin provoca la alarma entre los exiliados latinoamericanos que ven peligrada su permanencia en Espaa ya que si no pueden demostrar su condicin de refugiados de ACNUR, de residentes legales, o ciudadanos, se ven expuestos a la expulsin. El mismo Ministro del Interior en una entrevista concedida a un colectivo de exiliados afirmaba: ... los nuevos Decretos se aplicaran sin vacilacin, salvo para aquellos que optaran por el refugio poltico de las Naciones Unidas, que el Gobierno estara dispuesto a reconocer en territorio espaol prximamente. Entre los exiliados se conforma la Coordinadora Latinoamericana y Ecuatoguineana para buscar una solucin al tema, ponindose en contacto con el citado Ministro, as como con organizaciones polticas y sindicales espaolas. Asimismo, los Partidos Polticos, las Organizaciones Sindicales y algunas figuras relevantes, muchos de ellas como columnistas en diversos medios de prensa, escriben numerosos artculos donde se denuncia la actitud del gobierno y se cataloga sus argumentos de excusas frente a las razones reales: ... el sentido de la nueva reglamentacin es realizar expulsiones `selectivas y la seleccin es poltica. Las presiones de las dictaduras latinoamericanas al Gobierno Surez, y la necesidad de nuestro pas de seguir profundizando sus relaciones comerciales con Chile y Argentina y dems pases de la regin han convertido en este engendro legal que viola las ms elementales formas de asilo. (...) Ms honesto sera que el Ministro del interior publicase sus declaraciones privadas en las que seal que `hay que deshacerse de 100.000 latinoamericanos, empezando por los delincuentes subversivos. El Dr. Garca Grau, antiguo exiliado republicano en Amrica Latina por su parte expres: Desde la Constitucin de 1812 hasta la Constitucin de la Repblica y an bajo Franco-, siempre se mantuvo que mientras cualquier extranjero requiere diez aos para acceder a la nacionalidad espaola, el hispanoamericano slo precisa dos aos. En todo pas medianamente organizado, una Ley slo es derogada por otra Ley y nunca por un decreto. Maltratar a los latinoamericanos es ser cmplices de los Videla y los Pinochet. Dentro de los Partidos Polticos, Marcos Ana del PCE declara Las fuerzas democrticas que vivimos el exilio (...) debemos hacer respetar el derecho de asilo. Lo garantizaremos con uas y dientes y Angeles Yaez de la Comisin Internacional del PSOE afirma La postura del Gobierno no nos satisface. Nosotros entendemos que hay que diferenciar el problema de los refugiados propiamente dichos, es decir aquellos que se refugien ante las Naciones Unidas del resto. Con los primeros asumimos nuestra responsabilidad, pero con los que no se refugian, por ms que respetemos su decisin, no nos pronunciamos ni en un sentido ni en otro. Una poltica de puertas abiertas no est de acuerdo a las condiciones econmicas de empleo y desempleo en el pas. De esta forma comienza a observarse frente al aumento de la inmigracin, la filosofa del gobierno de la transicin espaola de Adolfo Surez que todava arrastra muchas rmoras del franquismo que reacciona adems a una situacin econmica de una Espaa que comienza a reconstruirse despus de ms de treinta y cinco aos de dictadura. La situacin de los extranjeros iniciar un proceso de rechazo creciente por algunos sectores sociales y polticos cuyas consecuencias ms graves se vislumbrarn en los aos siguientes.

No obstante lo anteriormente expresado no se puede decir que el exiliado se encuentre con una situacin de rechazo en Espaa, sino todo lo contrario, sus testimonios y la amplsima actividad desarrollada en el mbito poltico, sindical, social y cultural, as como su extensa y efectiva campaa de solidaridad y denuncia demuestran lo contrario.

LOS EXILIADOS: IMAGEN Y REALIDADLos exiliados, como todo ser social y cultural complejo, es un individuo multirlico, que construye su imagen como sentido de s vida, as como otra imagen que es la que desea proyectar hacia fuera. En este sentido, cuando me refiero a la imagen proyectada, hago referencia a la que proyecta en sus diferentes redes de relaciones que evidencian esa complejidad, la proyeccin sobre los dems exiliados, sobre la sociedad dejada, la uruguaya, y la sociedad de acogida, la espaola. Asimismo, a travs de esa imagen y del sentido que le otorga a su vida, desarrolla esas redes de relaciones de forma tal que establece una correspondencia dialgica entre sentido y accin. De esta forma, es que hablo de exilios, intentando mostrar esa complejidad, en la que el individuo estructura su sentido en funcin de decisiones que tienen que ver con elementos como la edad, el gnero o su eleccin poltica. A propsito de la imagen que ellos han construido de s mismos como seres exiliados cuento con sus testimonios, con sus relatos del exilio; y para referirme a la imagen que proyectan, con un estudio de las diferentes formas de asociacionismo, organizacin y/o militancia as como sus expresiones pblicas.

En cuanto a los relatos, podemos observar un relato individual y un relato colectivo, el relato individual est formado por los testimonios recogidos a travs de entrevistas en profundidad realizadas a exiliados principalmente en Barcelona y a retornados en Montevideo. El relato colectivo por su parte se puede observar a travs de los mecanismos de expresin que las diferentes formas de accin y de asociacin generaron. En este segundo ejemplo, se pueden ver claramente en la ciudad de Barcelona estrategias diferentes de accin, la accin cultural protagonizada por la Casa de Amigos del Uruguay -que no buscaba identificarse con una lnea poltico-partidaria determinada- o la llamada la Casona Orientala que tambin nucleaba a un importante grupo de uruguayos. La accin poltica y sindical (difcil de separar) que desarroll la labor esencial de solidaridad y denuncia de la situacin en Uruguay y sus consecuencias sobre la poblacin, estuvo protagonizada principalmente por militantes del Partido Socialista y del Partido Comunista, con un componente de gnero importante. En tercer lugar observamos tambin una accin poltica y sindical relevante protagonizada por la reorganizacin de las principales fuerzas de izquierda ilegalizadas y proscriptas en Uruguay. En este ltimo campo tenemos el Comit del Frente Amplio en el exterior que tena su sede en Madrid presidido por Jos Villar. Posteriormente, con la intencin de incorporar a militantes de otras fuerzas polticas, se crear Convergencia Democrtica, que teniendo su sede en Madrid, se transformar en el referente poltico partidario ms importante en el exilio espaol. En el plano sindical funcionar la CNT (Confederacin Nacional de Trabajadores) en el exterior que no slo tendr su representacin en Madrid, sino en diferentes puntos de Europa. ESPAA COMO DESTINO, BARCELONA COMO ELECCION

El punto comn que rene los testimonios que se van a utilizar para este apartado, as como la documentacin de archivo, es que confluyen en un punto: la ciudad de Barcelona. Comentamos anteriormente que los puntos principales de eleccin para muchos exiliados que deciden venir a Espaa eran Madrid y Barcelona adems de ser los puntos donde van a constituirse las organizaciones del exilio uruguayo. La eleccin de estas ciudades tiene que ver con decisiones personales, familiares, polticas o militantes, entre muchas:

Por qu vine a Barcelona?, eeeeh, la duda que tenamos en Montevideo era Barcelona o Madrid, un poco la duda tpica que sigue siendo hoy, parece que en Espaa no hubiera otro lugar que no fuera Barcelona o Madrid, pero bueno es aquello, el atractivo de la gran ciudad, piensan que en la gran ciudad es ms fcil conseguir trabajo, que hay mas recursos, bueno... Y como haba bastante gente conocida, amigos, o por lo menos conocidos, o amigos de amigos, o amigos de amigos de amigos, eeeeh, yo tena mucha informacin, muchsima informacin...

...la realidad no fue una resolucin personal, fue una resolucin de la Organizacin, pero de todas formas, evidentemente, era por la cantidad de uruguayos, Catalua tena una cantidad de uruguayos en, en, hablaban de 15.000, 20.000 uruguayos en Barcelona, yo no creo que haya tantos, pero no s, tal vez en una poca, pero Sant Cugat o Castell de Fells, pero haba en Barcelona, haba en Gerona y haba en Madrid, pero nada que ver con lo que haba en Barcelona...

...yo resolv venir a Espaa, yo era hijo de espaol, tena las posibilidades de lograr la nacionalidad espaola rpidamente, tena una hermana viviendo en Barcelona, y bue, no tuve que pensarlo dos veces, me dije, me rajo a Barcelona...

La llegada a Espaa, como ya comentramos, fue un nuevo comienzo, una nueva realidad, ya no tan cercana del pas dejado (como lo haba sido Buenos Aires) donde las dificultades se suman a la carga que se trae consigo por la realidad de la huida.

Como visin de futuro, el exilio es vivido en una primera instancia como liberador, como la libertad recuperada y la satisfaccin de recuperar la seguridad (la que de todas formas se sentir igualmente amenazada por mucho tiempo como consecuencia de lo vivido previo a la partida). De todas formas, para muchos, esa sensacin de seguridad o de liberacin va a verse mediatizada por la permanencia de algn ser querido o algn familiar en situacin de riesgo, ya sea esperando la oportunidad de la salida, o por haber tenido que partir hacia otro pas en su exilio o en los casos ms dolorosos por permanecer en las crceles de Uruguay o Argentina o desaparecidos:

...yo tena a mi hija ac [se refiere a Montevideo], mi marido en Mxico y mi hijo en Mosc, esa era la familia, mi hijo estudiando medicina. Y bueno, haba que estar sola, y entonces si yo hubiera ido con hijos chicos las cosas hubieran cambiado, pero no era as.

...yo vine a fines del 77, vine solo, mi familia vino en el 78, luego de tres o cuatro meses.

...haba salido con miedo, de Argentina sal con mucho mas miedo, dejando la familia para que terminaran los hijos la escuela y preparar su ida lo antes posible a Barcelona, y bueno ah empezar todo de vuelta...

De esta forma, nos encontraremos con una primera etapa de euforia y de deslumbramiento por lo nuevo, acompaado a su vez de una sensacin de inseguridad sobre el futuro. Sin embargo, algo que puede observarse en los testimonios de los exiliados, es la sensacin de parntesis, el exilio representa un parntesis en sus vidas, muchas veces por la confianza en un pronto retorno, y otras cuando ste se prolonga por aos- se convierte en esperanza y deseo permanente. Es por ello que la categora de exiliado va a definirlos y a etiquetarlos durante su permanencia en el exterior, de forma tal, que tanto ellos mismos como la sociedad de acogida, esperan un determinado comportamiento y una serie de acciones que fundirn imagen, sentido y accin desde donde no slo actuarn sino que tambin sern juzgados. Yo era una cosa que yo me di cuenta durante mucho tiempo yo llevaba una cartera y un bolso, yo andaba... yo no tena que andar con un bolso en Barcelona, pero aos anduve con un bolso, despus me di cuenta que yo iba con mi casa a cuestas, porque yo iba, era, yo estaba de paso, pero estuve aos de paso (se re), bueno no, no estuve nueve aos de paso no estuve, porque los primeros aos fue as pero despus tuve que resolver que iba a estar unos aos mas y por lo tanto tena que cambiar...

Todo el mundo senta esa fractura, esa llegada rompe con algo, sobre todo la gente que... que no fue el caso mo eh! que vine decidido a quedarme aqu, porque mira ... yo recuerdo perfectamente porque claro, tena contacto con muchsima gente, ahora no, ahora contacto con muy pocos uruguayos, en aquel momento s haba como un hambre, de hablar en, en ... uruguayo (sonrindose), de compartir la historia, bueno lo sabemos todo eso que es fundamental, en ese momento es muy, muy importante, es as que compartamos mucho con la gente y haba, podramos decir as, a grosso modo tres sectores. La gente que vea el exilio, la estancia aqu en Barcelona como un viaje prolongado para ellos, la dictadura algn da va a caer!, algn da, no se saba cuando, algn da volver a cauces, llammosle normales y era como deca Ferreira Aldunate, lo dijo un da en el Palacio de Congresos, en una conferencia, haba que tener la maleta con la ropa, detrs de la puerta para el momento que se dijera: bueno Uruguay es un pas democrtico, coger la maleta y marchar. Eeeeh, otro sector que vena por razones diversas con la idea de quedarse, de que ya que haba dado el paso, con todo el costo de todo tipo que significaba romper, y sobre todo en una edad, como el caso mo que no era cuestin de otra vez intentar retomar el camino aquel. Y un tercer sector, que podramos decir estaba a verlas venir, que no se defina, que uno le preguntaba y bueno, que penss hacer?, te queds?, y bueno dice, depender, si estoy bien me quedar aqu... bueno..., que ocurra, de repente uno que vena y se casaba con una catalana y formaba familia aqu, bueno, clarsimo se quedaba, el otro que vena, rompa una relacin entonces tena mas ganas de volverse para all. As que yo vi esas, esas variantes...

La sociedad de acogida tambin es percibida como una nueva fractura, entre su experiencia de militancia pasada y una nueva realidad, donde su mundo no tiene un sustento. La militancia poltica y sindical no es slo la causa de su exilio, representa mucho ms para un exiliado uruguayo, es parte inherente de su identidad como sujeto social; la participacin poltica como forma de bsqueda de un cambio en las estructuras culturales, sociales y/o econmicas es un aspecto incorporado dentro de la socializacin del individuo lo que hace que la poltica no sea simplemente un aspecto de opinin sino de participacin real. La poltica forma parte de la cotidianeidad del individuo, a tal punto, que a partir de su ejercicio se constituyen relaciones de amistad, pareja o motivos de reunin y sociabilidad. Dependiendo del grado de militancia y el carcter del partido al que se pertenezca, llega a un punto en que es muy difcil, hasta imposible para algunos, separar la poltica de la vida de la persona. Este aspecto, lo consideramos esencial a la hora de entender, por una parte, el amplio espectro del exiliado/a (que no incluye exclusivamente al miembro de un grupo armado o de la dirigencia poltica) y por otra, a la hora de considerar las actividades de estos exiliados en sus pases de acogida (tanto encarando la actividad poltico-sindical como escape y refugio, o vivindola como sentido y continuacin de su identidad en el pas de origen). Esto explica como junto a la realidad del exiliado/a en cualquiera de los pases de acogida (tanto en Amrica como en Europa), surjan diferentes tipos de organizaciones, ya sea de carcter poltico, cultural, social o de solidaridad.

Una constante en los testimonios de aquellas personas que escogieron la opcin de continuar con la militancia poltica y/o sindical como sentido de su vida en el exilio es la de construir su relato en funcin de esa militancia, no apareciendo en forma espontnea la dimensin personal o familiar de ese exilio. Mientras tanto aquellos que si bien se mantuvieron en contacto con la colectividad de exiliados trabajaron en otros mbitos -como el cultural-, o se desvincularon totalmente de ese colectivo, su relato comienza y se estructura en funcin de sus sentimientos, dificultades y relaciones tanto personales como familiares con la sociedad de acogida.

Respecto a la sociedad de acogida (la catalana en este caso) en los testimonios se puede apreciar las dificultades a las que se enfrentan los exiliados recin llegados: las primeras derivadas de la dificultad para comprender la realidad espaola de las autonomas y el sentimiento existente al interior de sus sociedades, la existencia y uso del cataln (en el caso de la Comunidad Catalana), las relaciones polticas, partidarias, sociales, culturales y econmicas con Madrid y el sentimiento de la espaolidad.

Los catalanes me corregan siempre, tu aqu no estas en Espaa, estas en Catalua, un problema nacional que a m me costo mucho entender, despus lo entend, pero al principio me cost mucho entender como... (...) Un da iba caminando con dos catalanes y dijeron ... porque los inmigrantes ... y yo lo par y le dije: un momentito, yo no soy inmigrante, yo soy exilada poltica! ... no, no estoy hablando de ti, y de quien? y ... de los andaluces, de los gallegos, ... en Catalua!, eso me era incompresible.

De todas formas la conclusin final de todos ellos es muy positiva respecto a los sentimientos y acciones de los catalanes y puede observarse que en el discurso que tienen hoy de esa etapa de su pasado colocan como un elemento central un agradecimiento y reconocimiento muy profundo hacia ellos:

...yo estoy agradecido a Catalua en todo sentido, destaco lo del idioma, el ambiente, la seriedad, y claro la modalidad es diferente, la gente se queja de que el cataln es cerrado, que no abre su casa, si es verdad, es una manera distinta, son menos extrovertidos que nosotros, quizs menos espontneos, menos conversacin, en todo, cuesta mas, pero yo he descubierto que cuando un cataln, evidentemente catalanes y catalanas, no? est claro, eeeh, eeeh, ofrece amistad, se crea un lazo, es un lazo muy fuerte, es gente muy servicial, que est dispuesta a, a llegar a donde sea para auxiliar, para, y seguramente no lo va a hacer, o lo va a ofrecer o plantear en la forma que lo hara un uruguayo, con muchas ms palabras, en plan mas cercano, bueno mas..., pero no por eso menos firme mm? Y creo que esto vale la pena tambin de alguna manera marcarlo....

...en Barcelona la solidaridad de los catalanes hay que subrayarla, no en desmedro de ninguna otra pero fue de alto nivel...

Otra de las dificultades observadas tena que ver con el traslado de esquemas, estructuras y referencias tradas de Uruguay que una vez instalados en Barcelona se intentan utilizar, en el sentido de apelar a la experiencia previa como estrategia de bsqueda. Aqu aparecen los problemas, especialmente para aquellos que pretenden establecer contactos con las organizaciones polticas y sindicales espaolas a fin de comenzar a disear las campaas de solidaridad y denuncia. Naturalmente su primer impulso es dirigirse a Madrid donde se supone que se encuentra la dirigencia de los Partidos Polticos y de la Central Sindical; el panorama que encuentran, es que los Partidos Polticos tienen una estructura donde la organizacin en el mbito regional es muy fuerte y donde no funciona tan verticalmente como lo es en Uruguay. Lo mismo ocurre con el aspecto sindical, provienen de un pas con una Central nica de Trabajadores y se encuentran con una realidad donde cada sector de trabajadores responde ms a los lineamientos ideolgicos que a una divisin por sectores productivos:

Entendamos que lo ms lgico para la solidaridad era la clase obrera, entonces ah tambin tuve ciertas confusiones. Nos fuimos a CCOO, y entonces me dijeron que fuera al Sindicato Metalrgico, y yo fui, y no me entenda demasiado por qu? Porque haba Metalrgicos de UGT, Metalrgicos de CCOO, de la USO, de la CNT, de ... y como nosotros tenemos una sola central, me cost tambin esa parte, saber que ah no, no estaba en una sola central, haba un montn de centrales (...) Nosotros cuando llegamos a Catalua que no conocamos los problemas nacionales (...),nos fuimos a Madrid a una reunin con la direccin del PC de Espaa y en aquella poca era Marcos Sanz vive no? (...) En ... cuando tuvimos la reunin, de que nosotros queramos con ... a ver ellos podan ayudarnos a encarar la solidaridad con Uruguay, en fin, etc., etc., estuvimos como tres horas, con, se idearon un montn de planes y no s qu y cuando ... y bueno volvimos a Catalua, y nos fuimos al PSUC, entonces tenamos una reunin con la direccin, nos recibieron, y les dijimos con [nombre omitido] traemos un plan, qu espanto!, un plan que hicimos con el PC ... -A nosotros no nos interesa, el PC que haga lo que quiera, nosotros somos PSUC-, entonces ... estbamos que no sabamos por donde agarrar, porque no entendamos, no era, nosotros no ramos que queramos estar contra el PSUC, pero ... (...) entonces ah nos dimos cuenta que tenamos que empezar a trabajar con el PSUC, y empezamos a trabajar y nos dieron la solidaridad a manos llenas, nosotros nos reunamos, bamos a los actos, ellos nos ayudaban a hacer actos... .

ACCION Y PRESENCIA DE LOS EXILIADOS URUGUAYOS EN BARCELONA

En este ltimo punto me referir a los diferentes espacios de accin que los uruguayos exiliados en Barcelona desarrollaron de acuerdo al esquema antes mencionado. El orden que se utilizar para ello ser absolutamente arbitrario ya que se consideran variantes dentro de un mismo sentido: la reunin de uruguayos exiliados en Barcelona en funcin de un fin comn.

Uno de esos ser el constituido en 1978 que va a recibir el nombre primero de Asociacin de Amigos del Uruguay y posteriormente Casa del Uruguay, nombre con el que permanece hasta el da de hoy. Dicha Asociacin va a ser aceptada y registrada en el Registro Provincial de Barcelona de Asociaciones, seccin 1 con el nmero 3656 con fecha 16 de enero de 1979. En un editorial aparecido en un Boletn AAU (Asociacin de Amigos del Uruguay) que van a editar entre 1978 y 1982 recogen el espritu que da origen a tal Asociacin:

...el criterio que hemos impreso a nuestra accin: la total y verdadera independencia mantenida hasta ahora porque estamos convencidos que es la nica manera de aglutinarnos sin fisuras, suspicacias y dispersin, porque nos necesitamos y el Uruguay nos necesita enteros, unidos y con nuestra identidad robustecida. (...) Adems una de nuestras convicciones ms firmes es la de que Uruguay necesita aqu construir su imagen, la imagen que hemos conseguido con escritores, plsticos, msicos, tradicin liberal, pedagogos, periodistas, profesionales... y tambin esos razgos culturales de identidad que son el mate, la pea, el truco, el ftbol o el asado. Pero cuidado! Es el camino ms fcil, pero un camino que llega a traicionar nuestra verdadera imagen si no logramos el equilibrio. Suerte, pasin, constancia y odos sordos, que todo es necesario.

Y unas pginas mas adelante, a propsito de sus comienzos afirma:

Hubiera sido ms demggico, brillante y fcil, comenzar con asados, peas y guitarreadas que tambin vendrn- pero hemos elegido el camino difcil y poco transitado de procurar formar una base desde la cual proyectar una imagen del Uruguay menos unilateral y justa

La labor desarrollada por esta Asociacin va a ser muy similar a la que cumplen el asociacionismo de carcter tnico o nacional en Amrica Latina observado para la inmigracin europea del siglo XIX y XX. Es decir servir de espacio de reunin y accin de personas provenientes de un mismo pas o regin con una labor importante de reservorio identitario, asistencia y ayuda con servicios anexos como biblioteca o la formacin de Comisiones o sub-grupos para el desarrollo de actividades culturales como teatro, artesanas o artes plsticas, etc. Dentro de este mismo perfil cultural se convertir en anfitriones de artistas uruguayos convocados especialmente o a su paso por Barcelona as como de denuncia de la accin negativa que los gobiernos cvico militares ejercern sobre la cultura uruguaya. Asimismo se encargar de la elaboracin de materiales de difusin sobre las relaciones entre Catalua y Uruguay as como informacin de inters para los uruguayos radicados en esa Comunidad autnoma. De la misma forma establecer relaciones con otras organizaciones de similares caractersticas o tambin con otras formas de organizacin de uruguayos en el exilio con un contenido ms poltico. De todas formas, es cierto que lo que caracteriza a sus integrantes es la presencia mayoritaria de exiliados (aunque no exclusivamente pues tambin haban inmigrantes econmicos) y de este modo no van a renunciar a desarrollar algunas acciones de sensibilizacin o solidaridad, tanto con los exiliados en Espaa como los que permanecan represaliados en Uruguay; pero s dejando explcito su carcter plural en lo ideolgico para diferenciarse de las otras formas que respondan a lneas polticas claras, bsicamente del PSU y el PCU.

Aquellos que optaron por el desarrollo de una actividad militante, ya sea poltica o sindical se encaminaron a la formacin de un Frente activo que diera cobertura a su accin ayudado en estos casos por el PSC-PSOE y el PSUC en mayor medida y la colaboracin tambin de Convergencia y Uni y Ezquerra Catalana en el mbito poltico y por CCOO y UGT en el mbito sindical. Su actividad fue muy intensa y comenz por generar un espacio y una lnea de solidaridad con Uruguay. Despus de los primeros comienzos, se dieron cuenta que previo a eso deba hacerse una campaa informativa sobre donde estaba ubicado Uruguay y cul era su situacin en los aos 70. A partir de all las campaas estaban destinadas fundamentalmente a la denuncia contra las acciones de la Dictadura cvico militar y lograr adems de su condena y aislamiento (que no slo se circunscriba a Catalua sino abarcaba el mbito nacional e internacional), una presin constante a fin de obtener algunas de sus reivindicaciones. Estas reivindicaciones tenan que ver, adems del fin del rgimen y la vuelta a la vigencia de la constitucin, con el cese de las torturas y desapariciones, con la libertad de los miles de presos polticos ubicados en las crceles uruguayas (se habla de la existencia de un nmero cercano a los 6000 presos polticos y de que 1 cada 50 uruguayos estuvo en algn momento detenido o represariado por el rgimen de la dictadura), y por supuesto, con el fin del exilio. Uno de los rganos de voz de este tipo de militancia del exilio lo constituy el Boletn DESDE URUGUAY con un contenido fundamentalmente de noticias polticas y sindicales relacionadas con la represin en Uruguay, noticias y denuncias sobre presos polticos, desaparecidos, torturas, medidas represivas contra organizaciones as como las acciones internacionales de los militares, especialmente las del Plan Cndor. Tambin realizaba un seguimiento de diferentes aspectos de la realidad uruguaya como la economa, la sociedad, la salud, la vivienda, etc.. Asimismo daba cuenta de las campaas internacionales de denuncia, especialmente las de Amnista Internacional y la violacin sistemtica de los Derechos Humanos y la accin terrorista del estado uruguayo. De la misma forma daba cuenta de la prensa clandestina uruguaya y de las acciones o movimientos de resistencia intentando dar una visin esperanzadora de la existencia de fuerzas contra la dictadura no slo en el exilio sino tambin dentro del pas. Finalmente debemos agregar que a partir de la etapa transicional de la dictadura realizar un seguimiento de las conversaciones y acciones mantenidas entre los militares y las distintas fuerzas polticas.

Adems de esta labor informativa y de proyeccin, se orient a una intensa actividad de actos pblicos desde 1979 hasta pasado el ao 1982. Se realizaron grandes actos de Masas en espacios como el Palacio de los Deportes o el Palacio de Congresos, ambos de Barcelona, con la participacin de importantes figuras del mbito poltico uruguayo, cataln y espaol, acompaado con artistas uruguayos y la colaboracin en varias oportunidades de figuras como la del cantautor Joan Manuel Serrat, Rosa Len, Labordetta entre otros muchos. De la misma forma se organizaron Jornadas por la Amnista para Uruguay con la participacin de 62 artistas en la Fundacin Jon Mir en el Parque de Montjuich en setiembre y octubre de 1979 o el evento llamado Msica y palabras en la poesa uruguaya, en esos mismos meses, que inclua conciertos, funciones de cine y lecturas de textos de escritores y escritoras uruguayas. Esta accin no slo se concentr en Barcelona sino que se extenda a otras localidades del interior de Catalua. A esto debe sumarse una gran cantidad de exposiciones de artistas uruguayos, actuacin de msicos y cantautores, funciones de teatro y una permanente accin a travs de la radio y la prensa escrita.

Finalmente nos interesara agregar otro aspecto importante y adems de gran trascendencia que tiene que ver con la accin desempeadas por ciertas mujeres uruguayas acompaadas por la solidaridad de un importantsimo grupo de mujeres catalanas. stas introdujeron la problemtica de la mujer como un elemento fundamental a tener en cuenta en este traumtico perodo vivido por muchos uruguayos y uruguayas. Su accin comienza en el ao 1978 con la creacin de la Comissi Catalana de Solidaritat amb les Dones Uruguaianes. En su origen, su objetivo, fue programar la gira por Catalua de una delegacin de mujeres uruguayas denominadas antifascistas que recorreran 8 pases de Europa denunciando la situacin en Uruguay. Una vez cumplidos los objetivos para los que fue creada esta Comisin se decidi que su accin se convertira en permanente con el cometido de realizar una participacin activa de labor solidaria con las mujeres encarceladas en Uruguay y con los familiares de los detenidos en general. Su accin consisti en jornadas, actos, denuncias, gestiones ante organismos internacionales, autoridades espaolas y uruguayas por la libertad de presas polticas, sobre todo de detenidas en delicado estado de salud o sometidas a torturas. Tambin se realizaron envos de juguetes, tarjetas y telegramas a Uruguay, as como la promocin de intercambios entre nios catalanes y uruguayos tanto en el exilio como en Uruguay. La conformacin de esta organizacin ser pluriclasista cubriendo todo el espectro de los partidos polticos con representacin en Catalua, fuerzas sindicales, organizaciones sociales y religiosas, instituciones oficiales locales, regionales, nacionales e internacionales, contabilizndose en 1981 como miembros integrantes representantes de estas organizaciones un total de 86 mujeres.

De esta forma la Comissi Catalana de Solidaritat amb les Dones Uruguaianes se transformar en el espacio de referencia vertebrador de la labor que estas mujeres uruguayas desempearn en Catalua identificando a travs de l a Catalua y los catalanes como enormemente solidarios y receptivos a la problemtica vivida por la sociedad uruguaya, tanto la exiliada como la que viva dentro del pas.

NOTAS FINALES.

Para cerrar esta comunicacin debera volver a puntualizar lo limitado de este trabajo y lo parcial de la visin que de los exilios sobre los uruguayos se puede tener, pero quisimos mostrar como a travs de un aspecto puntual de esa realidad puede advertirse el complejo entramado que una situacin de exilio comporta. Es por ello que el enriquecimiento y la profundizacin en este mismo tema, como en otros podr acercarnos a un aspecto tan importante de la historia reciente del Uruguay.

FUENTES DOCUMENTALES

Dossier final del Encuentro Internacional de Solidaridad con las mujeres uruguayas. Barcelona. Palacio de Congresos, 14 al 16 de mayo de 1981 (Archivo personal gracias a la donacin de una informante)

Entrevistas realizadas a informantes retornados del exilio en Barcelona en Montevideo durante el mes de agosto de 2001. Entrevistas exploratorias realizadas en Montevideo, Madrid y Barcelona durante el ao 2000 y 2001.

Transcripcin de entrevistas del PANEL DE EXILIADOS realizado en Montevideo en el Instituto Bertolt Brecht en octubre de 1996. (Material aportado por Margrit Schiller en una entrevista en Montevideo en noviembre de 1999)

Coleccin Incompleta del Boletn AAU y NEXO de la Asociacin de Amigos del Uruguay y Casa del Uruguay (1979-1982). (Archivo personal obtenido gracias al aporte de un informante en Barcelona)

Coleccin Incompleta del Boletn DESDE URUGUAY editado en Barcelona (1979-1982). (Archivo personal gracias a una copia obtenida en el Arxi Histrico de la Comisin Obrera Nacional de Catalunya. Fundaci Cipriano Garca- Barcelona -Referencia: cdigo 17-5)

Archivo del Movimiento Obrero. Fundacin Pablo Iglesias. Halcal de Henares (Madrid).

Archivo de la Fundacin 1 de Mayo de Comisiones Obreras (Madrid).

Archivo de la Fundacin Largo Caballero de UGT (Madrid).

Materiales documentales de Casa de Amigos del Uruguay (Barcelona).

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(*) Una versin preliminar de este trabajo fue presentada en el II SIMPOSIO INTERNACIONAL NUESTRO PATRIMONIO COMUN. Asociacin de Historia Actual. Universidad de Cdiz. Cdiz 22 al 25 de abril de 2002.

(**)Profesor de Historia.Candidato a Doctor en Historia, rea de Historia de Amrica del Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contempornea de la Facultad de Geografa e Historia de la Universidad de Salamanca.

Si bien aparecen artculos en peridicos y en Revistas de la poca, algunas ya desaparecidas, como TRIUNFO, CAMBIO 16 etc, podemos mencionar como uno de los trabajos pioneros los realizados desde 1984 por el COLECTIVO IOE en forma de estudio interdisciplinar que sobre extranjeros le encarg Critas Espaola. El mismo aparecer publicado en Madrid en 1985 bajo el ttulo Inmigrantes extranjeros en Espaa. Posteriormente en 1987 aparecern publicadas por la propia Critas Espaola, tambin en Madrid, las conclusiones de tal estudio con el ttulo: Los inmigrantes en Espaa.

Para un anlisis mas completo del tema ver: CORAZA DE LOS SANTOS, E. (2001): El Uruguay del exilio: la memoria, el recuerdo y el olvido a travs de la bibliografa. Scripta Nova. Revista Electrnica de Geografa y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. N 94 (1), 1 de agosto. HYPERLINK "http://www.ub.es/geocrit/sn-94-46.htm" http://www.ub.es/geocrit/sn-94-46.htm

Se pueden encontrar referencias al exilio uruguayo e incluso argentino en trabajos generales sobre inmigracin donde al analizar la inmigracin latinoamericana se menciona como una de sus causas las razones polticas y se hace alguna mencin a ello sin demasiada profundidad.

Primera edicin en francs: Exils latino-amricains: la maldiction dUlysse. Pars: LHarmattan: CIEMI, coop. 1988.

En buena parte, el primer destino generalizado de los huidos del horror de la dictadura y la represin en Uruguay, fue Argentina, en concreto la ciudad de Buenos Aires y en algunos casos Santiago de Chile. Pero no eran del todo territorios seguros; el golpe de Estado del General Pinochet en Chile en setiembre de 1973, y el clima de violencia que exista en Argentina bajo la segunda etapa de gobierno del Gral. Pern, posteriormente a su muerte, de su esposa, Mara Estela Martnez de Pern, y finalmente, el golpe de estado en 1976 termin por convertir esos pases en puntos de una nueva emigracin forzada dirigindose a otros destinos en Amrica (principalmente Venezuela y Mxico) o en Europa (Espaa, Francia, Suecia, Holanda o Alemania, como principales destinos y, en menor medida, Italia).

Entre ellas tenemos desde los planes y polticas oficiales de acogidas como el caso de Suecia hasta la buena receptividad para los refugiados como el caso de Holanda, Francia o Alemania, hasta las redes existentes de amistad o familiaridad, sumado a los lazos culturales con pases como Espaa o Italia.

La fecha coincide con los que han salido huyendo de su primer destino en Argentina, y los que an habiendo permanecido en Uruguay, por causa de un recrudecimiento de la represin y la persecucin (lo que se considera como una segunda etapa dentro del proceso de la dictadura, la llamado etapa dura con mayor accin militar que policial) deben huir ya hacia destinos mas lejanos.

Nelson Caula (1998); Nelson Di Candia (198?); Wilson Ferreira Aldunate (s.f.); Juan Martn Posadas (1993).

Dentro de la lnea que en la produccin acadmica se dio en todas las Ciencias Sociales a partir del giro lingstico y la investigacin de segundo orden en sociologa o el estructuralismo y el pos modernismo en antropologa, y que en la historia se inici desde los aos 60 con diferentes corrientes como la historia desde abajo, la voz de los sin voz, la historia oral, el retorno a lo biogrfico, la historia socio-cultural y en los ltimos aos la historia del tiempo actual o la historia del presente. Tambin se corresponde con los cambios dentro del dinmico proceso de la recuperacin de la memoria de la revisin del pasado reciente en pases que han vivido dictaduras, guerras civiles o invasiones y los cambios a partir del conflicto por establecer los discursos sobre el pasado y los relatos histricos dominantes, hegemnicos o alternativos.

Es muy abundante la documentacin de archivo existente sobre los estrechos vnculos que a nivel poltico y sindical existen desde el comienzo del exilio republicano espaol (1938-1939) con Uruguay, ya sea a travs de las propias organizaciones o de personajes de relevancia en el espectro poltico, social y cultural espaol republicano con sus similares uruguayos. Incluso puede establecerse un paralelismo comparativo entre las formas de organizacin y de redes existentes entre el exilio espaol en Amrica y Europa y las que desarrollarn aos mas tarde los exiliados uruguayos. Tambin es de destacar la importancia que le dan a la influencia de ciertos personajes republicanos en la formacin de su conciencia poltica y su militancia posterior, algunos protagonistas claves de la situacin poltica de los aos 60 y 70 como Jos Mujica o Raul Sndic (ambos pertenecientes al Movimiento de Liberacin Nacional Tupamaros). Ver Mujica (1999) y Sendic (----). Asimismo la presencia de lderes polticos o intelectuales uruguayos en las listas de los comits de ayuda a los republicanos o contactos con las organizaciones polticas espaolas del exilio, como Luis Hierro Gambardella, Daniel Vidart, Germn DEla, Carlos Quijano, Mario Cassinoni, Carlos M. Rama, Atahualpa del Ciopo, Emilio Frugoni, Vivin Tras, Jos Daz, Jos Pedro Cardoso, Julio Louis entre muchos que sera demasiado extenso nombrar (reconocemos que esta lista es bastante arbitraria pero intenta mostrar como personajes importantes del mbito social, poltico y cultural uruguayo participaron del apoyo al exilio republicano espaol y sern posteriormente los afectados por la represin de la dictadura cvico militar uruguaya y muchos de ellos se van a exiliar en Espaa). Referencia: Archivo del Movimiento Obrero. Fundacin Pablo Iglesias ALJA-429-43 folios 1, 2 y 3 y folios 16, 17 y 18 y FPI/AE-616-9 folio 22.

En Espaa los destinos elegidos no fueron exclusivamente estas dos ciudades, pero s es cierto que en ellas se establecieron las principales instituciones de accin de los exiliados constituyndose de este modo en sujetos sociales que me han llevado a concentrar en ellas mi investigacin. Tambin en estos casos funcionarn, como lo hicieron en las migraciones del siglo XIX y XX, las redes que van a establecer los primeros exiliados en llegar a este pas. Se puede decir que estas redes an funcionarn en las nuevas migraciones econmicas de fines del siglo XX ya que sern cabezas de puente de los nuevos migrantes y las antiguas asociaciones fundadas por los exiliados se reconvertirn a partir de los aos 90 en espacios de contencin redefiniendo sus objetivos y lneas de accin (como ejemplo la casa de Amigos del Uruguay en Barcelona en el mes de abril ha cumplido 25 aos de existencia, fue fundada por exiliados en 1978 y hoy es el espacio de sociabilidad de los inmigrantes econmicos uruguayos que continan llegando a Barcelona)

Los primeros que solicitan el carcter de refugiados en Espaa no son precisamente los latinoamericanos en su mayora, sino que ya se haban registrado unos ingresos anteriores desde los 60 y comienzos de los 70 protagonizados en ese momento por cubanos, vietnamitas, disidentes de pases del Este y hasta algn integrante del movimiento nazi alemn (no debemos olvidar que Espaa se encontraba bajo la dictadura de Franco). En 1978 con la primera constitucin espaola posterior al franquismo en el artculo 13.4 se establece: la ley establecer los trminos en que los ciudadanos de otros pases y los aptridas podrn gozar del derecho de Asilo en Espaa". Sin embargo esa referida Ley no ver la luz hasta el 26 de marzo de 1984 y ser la reguladora del derecho de asilo y la condicin del refugiado (parcialmente modificada por la Ley 9/94 del 19 de mayo). Posteriormente se publica el reglamento de aplicacin, mediante R.D. 511/85, de 20 de Febrero (totalmente derogado por el R.D. 203/95 de 10 de febrero. Fuente: HYPERLINK http://www.reicaz.es/extranjeria/ http://www.reicaz.es/extranjeria/. Consulta: 28 de marzo de 2002.

Publicacin Mensual de Casa del Uruguay en Barcelona (1981): Latinoamericanos en Espaa: cuntos somos. NEXO. 2 poca, n 6: 1

R. MONTOYA (1979). Latinoamericanos en Espaa. Entre muchos juegos. LA CALLE, n 47, 13 al 19 de febrero: 24-25.

M. GODOY (1978). Refugiados Polticos. Prueba para la Democracia. LA CALLE, n 32, 31 de octubre al 6 de noviembre: 13.

En R.MONTOYA. Op. Cit.

En R. MONTOYA. Ibidem.

Creo necesario aclarar que no todos los exiliados se integraron o conformaron formas de nucleamiento o estrategias de accin militante, tambin existieron casos de exiliados que una vez en Espaa desarrollaron una vida independiente y en muchos casos divorciada de su forma de vida en Uruguay. En este sentido es que se ha optado trabajar a partir de sujetos sociales y no exclusivamente sujetos individuales; se consideran sujetos sociales esas diferentes formas de organizacin que encontramos principalmente en Madrid y Barcelona en los planos culturales, polticos y sindicales.

Queremos destacar que si bien los exiliados desarrollaron su accin tanto en Madrid como en Barcelona debemos decir que hasta el momento por la gran cantidad documentacin existente sobre la actividad en esta ciudad y dada la brevedad del presente trabajo nos hemos decantado por presentar sta como ejemplo.

El presidente del Frente Amplio desde su creacin en el ao 1971 ser el Gral. Lber Seregni quien permanecer como preso poltico de la dictadura cvico militar uruguaya desde 1973 hasta el ao 1984.

Barcelona octubre de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Barcelona octubre de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Barcelona octubre de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Barcelona octubre de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

Montevideo agosto de 2001.

La fecha final corresponde al n 11 del Boletn NEXO que aparece en enero de 1980 y sustituye al aparecido en primera instancia con el nombre de Boletn AAU a partir de mayo de 1978. Sin embargo no podemos afirmar que el n 11 de NEXO, con fecha abril mayo de 1982, sea el ltimo sino simplemente el ltimo que hemos podido ubicar y poseemos en nuestro archivo gracias a la colaboracin de un informante en Barcelona.

Editorial. Boletn AAU, n 7, enero de 1979: 3

Amigos del Uruguay Boletn AAU. op cit.: 16

Estas se van a efectuar no solamente a travs del Boletn antes citado, sino tambin en la organizacin o adhesin a manifestaciones y actos pblicos por Uruguay o en la prensa escrita como La Vanguardia, El Correo Cataln, Diario de Barcelona y El peridico, y en la radio como Radio Nacional de Espaa, Radio Peninsular y Radio Olot entre otras.

De acuerdo a los ejemplares que poseemos en archivo se public aproximadamente entre 1978 y 1982.

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