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Monográfico EL VALOR AÑADIDO DE LA EMPRESA A LA GESTIÓN SANITARIA Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios Vol. 5 - Monográfico 1 - Diciembre 2004 INTRODUCCIÓN OPINIONES PROTAGONISTAS

El valor añadido de la empresa a la gestión sanitaria

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MonográficoEL VALOR AÑADIDO DE LA EMPRESA A LA GESTIÓN SANITARIA

Gestión y Evaluación de Costes SanitariosVol. 5 - Monográfico 1 - Diciembre 2004

INTRODUCCIÓN

OPINIONES

PROTAGONISTAS

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Patronato de la Fundación SignoPresidente: Alfredo García Iglesias. Secretario: Ángel J. Pérez Gómez. Vocales: Carmen AlberolaGómez-Escolar, Ignacio Ayerdi Salazar, Fernando Bandres Moya, José Barea Tejeiro, Javier ColásFustero, Jordi Colomer Mascaró, Juan Fajardo Navarro, Diego Falcón Vizcaíno, Carlos FernándezRodríguez, Diego Gracia Guillén, Carmen Hernando de Larramendi Martínez, Eduard Jaurrieta iMas, Orencio López Domínguez, Pablo López Arbeloa, Ginés Madrid García, Regina MúzquizVicente-Arche, Juan Ortiz Fuente, Luis Rodríguez Padial, Gabriel Pérez Cobo, Ana Rubio dePablo, Pere Soley i Bach, Concepción Vera Ruiz.

Comité de redacciónDirectora: Cristina Leube Jiménez. Coordinador editorial: Antonio Arbelo López de Letona.Director monográfico: Ángel J. Pérez Gómez. Fernando Abellán-García Sánchez, Javier Barreiro González, Francisco Cárceles Guardia, CristinaCuevas Santos, Ramón Gálvez Zaloña, Miguel García Rubio, J. Ramón González-Escalada Caste-llón, Juana M. Martí-Belda Torres, Roberto Martín Hernández, Juan José Muñoz González, Francis-co Nieto Pajares, José Perales Rodríguez, Teresa Requena Caturla, Francisco de Paula Rivas Cle-mente, Francisco de Paula Rodríguez Perera, Germán Seara Aguilar, Soledad Zuzuarregui Girones.

Coordinación del monográficoIgnacio Ayerdi, Regina Muzquiz y Ángel J. Pérez

Colaboradores José Luis Díaz Fernández (Andalucía), Miguel Carroquino Bazán (Aragón), Juan Ortiz Fuente (Astu-rias), Carlos Fernández Palomeque (Baleares), José Manuel Baltar Trabazo y Diego Falcón Vizcaí-no (Canarias), Alfonso Flórez Díaz (Cantabria), Sergio de Bustos Pérez de Salcedo y Carlos Fer-nández Rodríguez (Castilla y León), Ramón Gálvez Zaloña (Castilla-La Mancha), Pere Soley i Bach(Cataluña), Eduardo Ferrer Albiach (Comunidad Valenciana), Francisco Javier Rubio Blanco (Extre-madura), Jesús Caramés Bouzán y Pedro Molina Coll (Galicia), Javier Elviro Peña (Madrid), Domin-go Coronado Romero (Murcia), Juan Pérez-Miranda Castillo (Navarra), Gonzalo Castillo de la Are-na (País Vasco).

©Fundación Signo 2004Edición, suscripción y publicidad: Fundación Signo. C/ Sor Ángela de la Cruz 24, esc B, 6.º J,28020 Madrid. Tel.: 91 579 58 32 • www.fundacionsigno.ese-mail: [email protected]

ISSN: 1577-3558Depósito legal: M-30689-2000CIF: G-82359514Soporte válido: 312-R-CMPeriodicidad trimestral

Bases de datos: Publicación incluida en Índice XXI-Directorio Nacional de Publicaciones.Solicitada inclusión en el Índice Bibliográfico Español de Ciencias de la Salud (IBECS).

Tarifa 2005Suscripción individual (1 ejemplar): 40 €Suscripción institucional (5 ejemplares): 190 €Precio por ejemplar: 7 €

Realización: Exlibris Ediciones, S.L. Imprime: Desk Impresores, S.L.

La revista Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios es una revista abierta a todas las opiniones, pero no necesaria-mente se identifica con las de sus colaboradores.

El valor añadido de la empresa a la gestión sanitaria

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Índice

Editorial 7

Introducción

José Barea Tejeiro 9

Margarita Alfonsel 13

José Francisco Martín Rodríguez, Ana Dorado Díaz 17

Protagonistas

Ignacio Ayerdi 23El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Alfonso Aguilera Sastre, J. Ignacio Calero Fernández 27El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Javier Colás Fustero 31La empresa de tecnología sanitaria en el Sistema Sanitario

Javier Elola 33El valor añadido que la empresa privada puede (y debe) aportara la gestión sanitaria pública

Juan Fajardo 37El cambio de la relación de los proveedores tecnológicoscon las organizaciones sanitarias

Belen Garijo 41El valor añadido de la empresa farmacéutica en el sector sanitario

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Peter Hug 47El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Rafael Martínez 53El valor añadido de las empresas de traumatología y ortopedia al sector sanitario

Emilio Moraleda 57El valor del compromiso de la industria farmacéutica

Javier Peris 61Invertimos en salud. Invertimos en futuro

Carmelo Sanz de Barros 67Valor añadido e innovación tecnológica

Juan M. Vidal Gil 75La importacia relativa sobre treinta innovaciones tecnológicas,según la opinión de un colectivo de médicos internistas

José Luis Zabala 79Productividad y nivel de satisfacción; valor añadido de las empresas de consultoría

Opiniones

Jose M.ª Amate Blanco 83La evaluación de las tecnologías y la gestión de los sistemas sanitarios

César Antón Beltrán 89El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Lluís Donoso Bach 95El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Antonio Iñesta García 99Valor añadido que produce la industria farmacéutica en la empresa en el sector sanitario

María del Mar Julios 105La aplicación de conceptos de empresa a la gestión de la sanidad pública: la búsqueda de la eficiencia

Roberto Sabrido 109El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Luis Enrique Vicente Sánchez 115El valor añadido en el sector sanitario, ¿hay alguien ahí?

Normas para autores 117

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Este quinto monográfico: El valor añadido de la empresa a la gestión sanitariainicia un nuevo ciclo destinado a revisar las aportaciones de los diferentes acto-res que intervienen en la configuración de la prestación de los Servicios deSalud.

Al igual que los anteriores números, se estructura con las aportaciones de losprotagonistas y con la experiencia y opinión de relevantes personalidades delsector, intentando en todos los casos que las aportaciones se instalen en dife-rentes perspectivas según la posición respecto al sector sanitario del que pro-vienen, para hacer una revisión crítica de la historia reciente y, con la miradapuesta en el futuro, aportar aquellas claves que nos permitan seguir mejorandoen la optimización de los circuitos, el intercambio en la cultura de gestión, laoptimización del ratio coste-efectividad de los productos y la colaboración ennuevos proyectos de interés mutuo.

Pensamos que la aportación de la empresa es un tema de actualidad y todavíamás, si cabe, como consecuencia de las recientes iniciativas que desde diferen-tes comunidades autónomas se están llevando a cabo, en parte para superar lasrestricciones presupuestarias, transfiriendo riesgos al sector privado, y en parteporque la colaboración y la corresponsabilidad entre sector público y sector pri-vado puede flexibilizar y optimizar la gestión financiera y de recursos humanosde los centros, gestionar mejor la vertiginosa evolución tecnológica e inclusoaportar nuevas sinergias aún por descubrir.

Para el abordaje de este número se realizaron dos puntos de encuentro (publi-cados en nuestra revista en los números correspondientes a abril-junio de 2003y enero-marzo de 2004), con el siguiente esquema básico:

• ¿Es necesario que la empresa aporte algo más que unos productos y/o servi-cios de calidad a un buen precio?

• ¿Qué valor añadido pueden/deben aportar las empresas al sector sanitario?

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El valor añadido de la empresaa la gestión sanitaria.

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• ¿Y a la gestión sanitaria?

• ¿Cómo se puede evaluar?

• ¿Encarece el coste de la sanidad?

• ¿Cómo se puede implicar, y hasta qué punto, el proveedor con el usuario y elgestor sanitario para la mejora de la gestión sanitaria?

• ¿Es la sanidad un sector generador de gasto o de riqueza? ¿Cómo los gesto-res sanitarios podrían favorecer la creación de ese valor añadido?

Y nos ha quedado en el tintero un tercer punto de encuentro con el título NuevosCentros Sanitarios: un reto de contratación, construcción y gestión, que esperamospublicar en breve.

Por último, reconocer la distinción que supone para nuestra publicación contarcon todas estas aportaciones; esperamos y deseamos que sean un hito más enla colaboración, el intercambio y el desarrollo de nuevos proyectos, no olvide-mos que una parte del Patronato de la Fundación Signo viene del mundo de laempresa. Sea como sea, a todos los autores muchas gracias y disculpas antici-padas si el práctico orden alfabético que hemos utilizado dentro de cada “sec-ción” no es el adecuado.

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Tres cuestiones voy a abordar en estaIntroducción al monográfico de la Re-vista de la Fundación Signo dedicadoal valor añadido de la empresa en elsector sanitario.

1. Diferentes enfoques del análisis del sector sanitario

El análisis del sector sanitario puedeenfocarse desde tres puntos de vista:el microeconómico, el macroeconómi-co y el análisis de las políticas sanita-rias.

El análisis microeconómico compren-de las siguientes cuestiones:

a) Estudios sobre los fallos del merca-do en la provisión de la sanidadque justifica una provisión pública.

b) Estudios sobre los fallos del sectorpúblico sanitario.

c) Medida del producto sanitario, es-tudios sobre la oferta (función deproducción y costes) y estudios so-bre la demanda de salud.

d) Estudios sobre la asignación efi-ciente de recursos dentro del sector

público; las sendas seguidas han si-do:

– Evaluación de proyectos basadaen las técnicas coste-beneficio,coste-efectividad, coste-utilidad eintroducción de la competencia enel funcionamiento de la provisiónpública de la sanidad (mercadosinternos, mercados mixtos compe-titivos, sistema de seguros).

El análisis macroeconómico abarca:

a) El análisis por el lado de la deman-da para poner de manifiesto elcomportamiento de los agentesque intervienen en el gasto sanita-rio. Para ello se elaboran cuentassatélites de la sanidad dentro delmarco conceptual de la contabili-dad nacional, que permite:

– Obtener información de las mag-nitudes macroeconómicas referi-das al sector sanidad: consumopúblico, prestaciones sociales,formación bruta de capital fijo,transferencias corrientes y ayudaa la inversión.

– Conocer los diferentes serviciossuministrados a las familias, tan- In

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Contribución del sectorsanitario al valor añadido

José Barea TejeiroPatrono de la Fundación Signo

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to producidos en centros públi-cos como privados con provisiónpública de éstos últimos: servi-cios hospitalarios y de consulto-rios, servicios de salud pública,farmacia, prótesis, aparatos tera-péuticos, etc.

– Conocer las categorías económi-cas de los costes de los serviciosproducidos en centros públicos:remuneraciones de personal, con-sumo intermedio y consumo decapital fijo.

– Cuantificar los factores que ex-plican la participación crecientedel gasto público en sanidad enPIB: factor demográfico, tasa decobertura, factor de envejeci-miento, factor de utilización y deintensidad o prestación real me-dia.

b) El análisis por el lado de la produc-ción (oferta) apenas sí tiene antece-dentes en España, sobre todo anivel nacional, y supone:

– Cambiar completamente el en-foque considerando la sanidadno como un sector consumidorde los recursos disponibles en elpaís, sino como un sector quecontribuye a la producción delpaís, que genera un valor añadi-do que tiene efectos sobre elresto de los sectores de la eco-nomía.

– Insertar la sanidad en el entrama-do productivo del país.

El análisis de las políticas sanitariascomprende: la elaboración, la ejecu-ción y la evaluación de las mismas,pudiendo decirse que en España estecampo es muy poco conocido. Laperspectiva de este análisis debe sermultidisciplinar: económica, socioló-gica, jurídica y política.

2. Metodología para calcular losefectos del sector sanitario públicosobre el resto de los sectores

2.1. Relaciones directasintersectoriales

– La sanidad no destinada a la venta,como cualquier otra rama de activi-dad, presenta relaciones con otrossectores en el desarrollo de su pro-ceso productivo.

– Si se consideran conjuntamente losefectos que una rama de actividadocasiona sobre los niveles de pro-ducción del resto de ramas, biencomo cliente o como suministrador,se estarán determinando los efec-tos de arrastre de un sector haciaatrás y hacia delante.

– El efecto arrastre hacia atrás cuanti-fica las necesidades de inputs inter-medios de una rama para produciruna unidad de producto proceden-te del resto de ramas.

– El efecto de arrastre hacia delantedetecta la importancia del sectorcomo suministrador de inputs inter-medios para la producción del res-to de sectores.

– Un procedimiento de análisis válidopara el cálculo de estas relacionesconsiste en la aplicación de la me-todología input-output, en relacióncon el estudio de los elementos quese definen como coeficientes técni-cos y de mercado.

– Dichos coeficientes cuantifican laproducción de las compras y/o ven-tas que realiza un sector al resto desectores de la economía sobre elnivel de producción sectorial.

2.2. Efectos directos e indirectos

– El sector sanidad no destinado a la

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venta se relaciona con el resto delas ramas no sólo de forma directa,como se ha analizado en el númeroanterior, sino también de forma in-directa.

– Necesidad de analizar los efectosmás relevantes que las alteracionesen el sector sanidad no destinado ala venta provocan en el resto de lossectores considerados, así como elesfuerzo del sector ante alteracio-nes del resto.

– Tipos de efectos:

• Efecto interno: representa el es-fuerzo productivo total que deberealizar el sector sanidad no des-tinado a la venta ante un incre-mento de una unidad de su pro-pia demanda final.

• Efecto difusión: nos proporcionauna aproximación a la intensidadcon que el sector difunde, en elsistema económico, una variaciónde su demanda final: representalo que el conjunto de la economíadebe producir, directa o indirecta-mente, para poder satisfacer unaumento unitario de la demandafinal del sector sanidad no venta.

• Efecto absorción: mide la inten-sidad con que un sector absor-be las variaciones de la deman-da final de otros sectores.

2.3. Efectos sobre el empleo

– Se refiere a la capacidad de gene-ración de empleo del sector sani-dad, como consecuencia del incre-mento de la demanda final de susproductos en una unidad.

– Se calcula por unos coeficientes ba-sados en el porcentaje de empleototal sobre la producción (empleodirecto) y de los coeficientes referen-

tes a esfuerzo productivo del sector(empleo total).

2.4. Efectos sobre la renta

– Se refiere a la capacidad de gene-rar renta vía valor añadido, directa eindirectamente en el sistema eco-nómico, a través de un incrementode una unidad en la demanda finalde dicho sector.

– Formulaciones teóricas:

• Multiplicador de renta tipo I: re-presenta el efecto directo sobrelas rentas generadas en el sectorsanidad no destinado a la ventaante un incremento unitario de sudemanda final.

• Multiplicador de renta tipo II: re-presenta el efecto directo, indi-recto e inducido sobre las rentasgeneradas en el sector sanidadno destinado a la venta comoconsecuencia de un incrementounitario en su demanda final. Paracuantificar este multiplicador de-be incluirse el sector de econo-mías domésticas en la matriz detransacciones intersectoriales co-mo si se tratase de un sector pro-ductivo.

3. Resultados de las interrelacioneseconómicas del sector sanitariopúblico

Del estudio realizado por el InstitutoLawrence Klein de la Universidad Autó-noma de Madrid (Directores Barea yPulido 1993) se desprende que:

3.1. Efectos directos

El efecto arrastre hacia atrás para elsector sanidad no venta queda cuanti-ficado en un 27,3%, valor considera-blemente inferior a la media de todas In

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las ramas (46%). Esta reducida cuanti-ficación viene a significar la escasaimportancia que para este sector pre-sentan los inputs intermedios, que locaracterizan como actividad de pro-funda vocación autónoma dentro delentramado económico general.

Desde la óptica de la demanda, laSanidad pública adquiere bienes yservicios de otras ramas de actividadde carácter muy diverso, siendo rele-vantes únicamente con doce sectores,de los cincuenta y seis contempladosen la tabla input-output, que recogenel 85% del total de las compras efec-tuadas por ese sector.

Por otra parte, desde la perspectivade la oferta, el sector sanidad no des-tinado a la venta dirige la totalidad desu producción a los mercados finalesy, por tanto, sus relaciones intersecto-riales como administrador son nulas.

3.2. Efectos directos e indirectos

El sector sanidad no destinado a la

venta se relaciona con el resto de ra-mas no sólo de forma directa, comose ha analizado en el epígrafe ante-rior, sino también de forma indirecta.Los tipos y los valores de estos efec-tos son: efecto disuasuorio, cuyo va-lor es el 1,5; en definitiva, es el mul-tiplicador de la producción del sec-tor y el efecto absorción, cuyo valores 1.

3.3. Multiplicadores de empleo

Podemos obtenerlo con el cálculo deunos coeficientes basados en el por-centaje de empleo total sobre la pro-ducción (empleo directo), y de loscoeficientes referentes a esfuerzo pro-ductivo del sector (empleo total). Parala sanidad no destinada a la venta, elmultiplicador de empleo que se obtu-vo fue de 1,3.

3.4. Multiplicadores de la renta

El valor del multiplicador tipo I resulta0,94 y el del multiplicador tipo II del1,56.

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Antes de entrar a un análisis particulardel tema concreto objeto de esta publi-cación considero imprescindible abor-dar, con carácter generalista, unos bre-ves apuntes sobre dos aspectos quemarcan definitivamente el entorno en elque se encuentran inmersas las empre-sas del sector de tecnología sanitaria yque, indudablemente, condicionan suactividad y su relación con el resto deagentes que configuran el escenario detrabajo. Me refiero a la estructura orga-nizativa del sistema bajo la realidad dela descentralización y las transferenciascompetenciales a las comunidades au-tónomas que nos dibujan un mapa condiecisiete territorios con competenciasplenas en materia sanitaria. Y, por otrolado, el entorno legislativo en el que semueve este sector industrial.

Cada una de las diecisiete comunidadesautónomas debe destinar los recursosnecesarios para el correcto funciona-miento de su territorio en el ámbito dela Sanidad bajo el modelo de financia-ción adoptado, y es plenamente res-ponsable de una eficaz gestión que ase-gure a su población la asistencia y pres-taciones sanitarias que el Sistemaproclama en los textos legislativos bási-cos, teniendo en cuenta la igualdad deacceso para todos los ciudadanos.

Igualmente, estas comunidades soncompetentes en el desarrollo de losprogramas sanitarios oportunos paracubrir las necesidades que se planteen.

Es imprescindible hacer una breve re-ferencia a la Ley 16/03 de 28 de mayode Cohesión y Calidad del SistemaNacional de Salud que nace de la ini-ciativa de la actual Ministra de Sani-dad y Consumo de buscar una norma,a la que da el máximo rango que, enun entorno de cambios, puesto que el1/1/02 se producen las transferenciasdesde el Insalud a las diez comunida-des autónomas gestionadas hasta esafecha de forma centralizada, asegurea los ciudadanos una asistencia sanita-ria bajo las premisas de equidad, cali-dad, accesibilidad, participación, etc.,ante una nueva organización territorialdel Estado y confirme que los poderespúblicos mantendrán un régimen deSeguridad Social para todos. Todoello para garantizar la asistencia yprestaciones, reconociendo el dere-cho a la protección de la salud.

La Ley reconoce que la asunción decompetencias por las comunidadespermitirá aproximar la gestión de laasistencia sanitaria al ciudadano y leda garantías plenas en cuanto a la ca-

La sostenibilidad del sistemay las empresas

Margarita AlfonselSecretaria General Fenin

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lidad de las prestaciones y, lo que pa-rece más necesario teniendo en cuen-ta el escenario actual, la Ley estableceacciones de coordinación y coopera-ción de las Administraciones PúblicasSanitarias sobre las prestaciones delSNS, la Farmacia, los profesionales, lainvestigación y la Calidad del Sistema.

Por ello y para ello potencia órganosespecializados en la participación de lascomunidades, y de entre ellos comoórgano básico de cohesión del Sistemarefuerza el Consejo Interterritorial, órga-no que ya existía, dotándole de mayoragilidad para la toma de decisiones.

Lo cierto, y como aproximación a larealidad que nos envuelve, es que ca-da comunidad establece sus propioscriterios, adicionales a los que podría-mos denominar los pilares básicos deactuación del Sistema, y donde existeun pequeño resquicio para introducirun elemento diferenciador, éste pue-de convertirse en el objetivo primariode trabajo.

Las comunidades inician proyectos oimpulsan iniciativas sobre los mismostemas con una orientación diferente.Establecen sus propias dinámicas detrabajo, basadas en su conocimiento yexperiencia, y la industria se ve aboca-da a establecer líneas de trabajo condiecisiete interlocutores con un nivel demadurez diferente y con una “hoja deruta” diferente.

La industria de la tecnología sanitariaconsidera que una Ley marco como laLey de Calidad y Cohesión es necesa-ria para dar un enfoque global al Sis-tema, para conseguir una definiciónestratégica de todos los agentes quelo configuran y para establecer accio-nes de coordinación. Pero esto no tie-ne que ser un planteamiento teórico,sino que debe tener una aplicaciónpráctica, haciendo realidad en el forodel Consejo Interterritorial la coordi-

nación y cooperación, e impidiendo laproliferación de proyectos sin puntosde convergencia prácticos.

Más aun, el tratamiento de los distintostemas necesarios de desarrollar paraatender a las necesidades que se de-mandan desde los distintos territorios,y que antes o después tendrán que serabordados por todas las comunidadesautónomas, debería ser objeto de unapuesta en común, de un debate previoa su desarrollo práctico, aprovechandotodos los recursos disponibles y orien-tado adecuadamente estableciendocriterios de trabajo comunes.

Otro aspecto necesario de ser someti-do a una reflexión profunda para lacontinuidad de un Sistema calificadopor muchos como excelente es la ne-cesidad de alcanzar un Sistema soste-nible desde la óptica económica, yaque al complejo escenario anterior-mente descrito debemos añadir otroque afecta gravemente al sector detecnología sanitaria como proveedoresde productos y servicios: la morosidaddel Sistema. A fecha de redacción deeste informe, y como datos globales,podemos señalar que el conjunto delSistema adeuda a este sector empresa-rial más de 1.500 millones, con unamedia de pago de 300 días. Existentres focos más problemáticos identifi-cados en Valencia, Andalucía y Cana-rias que suponen más del 50% de ladeuda global, alcanzando niveles enuna de estas comunidades próximo alos 600 días de media de pago.

La industria asiste en estos últimos añosa un cambio sustancial en el Sistemacomo es la descentralización sanitaria,que se inicia en el año 1981 y concluyeen 2002, un cambio en el modelo definanciación, se crea el fondo de cohe-sión, se establecen las Agencias deEvaluación de Tecnología Sanitaria, secambia la estructura organizativa delMinisterio de Sanidad y Consumo pa-

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sando las competencias en el ámbitode los productos sanitarios de la Subdi-rección General de Productos Sanita-rios a la Agencia Española de Medica-mentos y Productos Sanitarios. Todoesto sin que se haya realizado, desdenuestra óptica empresarial, un análisisprofundo sobre la sostenibilidad eco-nómica del Sistema.

¿Insuficiencia presupuestaria o pro-blema de gestión? Ambos elementosdeberían ser dimensionados por losresponsables políticos para ir “orde-nando” una situación algo más quecompleja: insostenible.

Una herramienta de alto valor para laindustria es la Directiva 2000/35 de mo-rosidad en las operaciones comerciales,que introduce importantes penalizacio-nes para las Administraciones morosas yque entendemos puede tener valor di-suasorio frente a la morosidad. Nuestropaís ha incumplido sistemáticamentetodos los plazos previstos en el textocomunitario para su incorporación alordenamiento jurídico nacional, y a fe-cha de redacción de este informe sabe-mos que ha sido amonestado por laUnión Europea, pero desconocemoscuál será el momento de la transposi-ción.

Desde la industria hemos llamado a mu-chas puertas en el ámbito técnico y polí-tico solicitando un compromiso real defechas, pero todo ha sido infructuoso.No obstante, está claro que aunque es-ta disposición no esté transpuesta sepuede invocar su cumplimiento comonorma de rango comunitario: y en estoestamos trabajando desde nuestra or-ganización empresarial.

Enunciaba al inicio de este artículo miintención de abordar, en segundo tér-mino el entorno legislativo en el que semueve el sector de tecnología sanitariacomo elemento a tener en cuenta en elescenario de trabajo.

Este sector ha asistido, en esta últimadécada, a un cambio cualitativo de vitalimportancia derivado de la adaptaciónlegislativa a directivas armonizadas denuevo enfoque sobre productos sanita-rios. Estas directivas están dirigidas al“producto sanitario” y están basadasen las premisas de calidad, seguridad yeficacia como elementos de garantíapara la libre circulación en el espacioeconómico europeo e identificadas conel marcado “CE” como aval de cumpli-miento de la citada legislación.

Un “organismo notificado” establecidoen cualquiera de los países de la UniónEuropea bajo el compromiso del “reco-nocimiento mutuo” evalúa los produc-tos bajo distintos procedimientos deevaluación de la conformidad, adapta-dos a las características específicas decada tipo de productos.

Hemos pasado de una regulación na-cional, acotada a los productos de unsolo uso, implantes clínicos y a deter-minados reactivos para el diagnósticoin vitro a una regulación europea quese concreta en cuatro directivas co-munitarias que establecen las corres-pondientes definiciones a los distintostipos de productos sanitarios: produc-tos sanitarios, PS para el diagnósticoin vitro, PS implantables activos, etc., ylos requisitos esenciales que debencumplir cada uno ellos.

Estas directivas no sólo han establecidola legislación de aplicación a los pro-ductos sanitarios, sino que han identifi-cado globalmente un sector que esta-ba disperso desde la óptica legislativa.

Ya no existe el concepto de homolo-gación nacional para la puesta en elmercado y en servicio de los produc-tos sanitarios únicamente, y debido arequisitos adicionales introducidos ennuestros textos de transposición, laempresa fabricante, distribuidora oimportadora debe cumplir determina- In

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dos trámites administrativos para sucorrecto establecimiento.

Definitivamente existe un antes y undespués en el sector de tecnologíasanitaria consecuencia de esta legisla-ción. Ya nadie duda de que calidad,seguridad y eficacia son las premisasbásicas aplicables a un producto sani-tario que se encuentra en el mercado.

Cuestión diferente es el planteamien-to conceptual de la Administración,que está orientando, en un momentode búsqueda de ahorros para el Siste-ma, el control de la incorporación denuevas tecnologías financiadas por elSistema, entendiendo que éstas siem-pre suponen un mayor coste. Peroesta visión parece demasiado simplis-ta, ya que es evidente que el sectoridentificado con la tecnología sanita-ria es un sector altamente innovadorque aporta un valor indiscutible al sis-tema al aportar la tecnología al servi-cio de la salud y la calidad de vida delciudadano. No parece coherente po-ner dificultades para la incorporaciónde tecnologías más novedosas queseguro aportan beneficios para lospacientes. Es necesario que los estu-dios que la Administración ponga enmarcha se orienten hacia análisis decoste-beneficio, coste-efectividad ycoste-eficacia como elementos defini-tivos para una correcta “valoración”de una tecnología novedosa.

Las agencias de evaluación de tecnolo-gías sanitarias están formuladas bajo lapremisa conceptual de introducir ele-mentos de valoración de técnicas y pro-cedimientos para su incorporación alsistema de financiación pública. Puesbien, trabajemos conjuntamente laindustria y las agencias bajo unas consi-deraciones coherentes con los princi-pios enunciados. Y finalmente procure-mos que exista una correcta coopera-

ción y coordinación entre agencias op-timizando los recursos en beneficio delsistema en su conjunto.

Después de este artículo introductoriovendrán otros que realizarán un análisissobre el valor añadido que aporta laempresa al sector sanitario profundi-zando en distintas consideraciones.

Sólo unas breves líneas para afirmar conrotundidad que las empresas aportanindudablemente un valor añadido alSistema Sanitario en aspectos cuantifi-cables desde un punto de vista objetivocomo la inversión de recursos en forma-ción a profesionales, inversión en I+D+I,aspectos ligados a logística, servicios,etcétera, etcétera, pero también enotros intangibles, como confianza, se-guridad. Además, en algunos casos elSistema pretende trasladar a las empre-sas determinadas ineficiencias del Siste-ma y se argumentan como requisitoobligatorio en los procesos de licitaciónpública como “valor añadido”. En mu-chos casos supone una clara distorsiónal objeto del suministro.

Aquí podríamos señalar como elemen-tos habituales el control de stocks, lareposición, los depósitos...

Lo que sí parece evidente es que esevalor añadido, en la mayoría de loscasos, no es reconocido por el Siste-ma en su conjunto y existe distintogrado de percepción por los distintosagentes que configuran el Sistema.

En lo que se refiere al sector empresa-rial, está claro que la industria debecomunicar adecuadamente sus mensa-jes explicativos sobre el valor añadidoque aporta al Sistema y, en concreto, alos profesionales, a los pacientes comousuarios y a los gestores, responsablesen primera instancia del funcionamien-to del Sistema en su conjunto.

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Resumen

A lo largo de los últimos años España ha logrado unas tasas de crecimiento de suPIB superiores a la media de los países miembros de la UE y de la mayoría de lospaíses integrantes de la OCDE. Este afianzamiento de nuestra economía en eldenominado “estado del bienestar” tiene como principal consecuencia el incre-mento en la calidad demandada de servicios tales como la sanidad, la educación uotros dentro de los denominados “gastos sociales”. Este incremento de la deman-da ha provocado un estímulo en la oferta y producción de servicios sanitarios, perono sólo de los públicos, sino también, y con una mayor fuerza, de los privados.

La sanidad como uno de los motores de la economía

José Francisco Martín Rodríguez, Ana Dorado DíazServicio de Estadística. Consejería de Sanidad (Junta de Castilla y León)

Introducción

El Informe Sectorial de julio 20041, ela-borado por las Cámaras de Comercio,que ha tenido un gran recibimientomediático, sitúa la sanidad como unode los motores de la economía espa-ñola. Dicho informe pone de manifies-to que la tasa real de crecimiento delas ramas de actividad de Sanidad des-tinada a la venta (privada) y Sanidad no

destinada a la venta (pública) estáentre las más altas de todas las inclui-das en los distintos sectores que reco-ge el estudio, desbancando a los quetradicionalmente han tirado de la eco-nomía en los últimos años, tales comola construcción. Los datos de 2003revelan el cambio de tendencia quesupone el predominio de la Sanidad encuanto a tasa real de crecimiento de laproducción y el empleo, que se man-

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tendrá según las previsiones para losaños 2004 y 2005 (Tabla 1).

Como revela el informe, la demandainterna va a seguir animando la eco-nomía, fundamentalmente potencia-da por el sector servicios, con especialreferencia a las ramas de actividad dela Sanidad. Este incremento de la de-manda ha provocado una respuestade la oferta, pero es importante resal-tar que el incremento mayor se haproducido en la Sanidad destinada ala venta, motivado esto último por va-rias y complejas razones.

Mayor demanda de servicios

Merece la pena pensar en los posi-bles motivos que han provocado elincremento de la tasa real de creci-miento en la producción de Sanidadno destinada a la venta (o sanidadpública).

En primer lugar, el incremento de larenta de los españoles por encima delincremento del PIB nominal provocaun aumento de la renta disponible, loque supone que una vez satisfechas lasnecesidades básicas, la demanda delindividuo se dirija hacia bienes com-

plementarios y superiores tales comola sanidad.

Hay que valorar las causas relaciona-das directamente con el cambio en lascaracterísticas del usuario/beneficia-rio del sistema universal de salud. Poruna parte se ha incrementado su nú-mero, por la afluencia de inmigrantesque llegan a nuestro país y, por otraparte, aumenta la demanda por elenvejecimiento de la población (bajastasas de natalidad e incremento de laesperanza de vida), lo que nos sitúaante una mayor y más asidua pobla-ción demandante de la Sanidad nodestinada a la venta. Sin embargo, elfactor demográfico, aunque es impor-tante, supone aproximadamente unatercera parte del incremento real deproducción y empleo en los serviciosde Sanidad, debiéndose los otros dostercios al crecimiento de la prestaciónsanitaria media, es decir, al crecimien-to de los recursos por persona y adop-ción de nuevas tecnologías diagnósti-cas y terapéuticas2.

El usuario demanda mayores serviciosy una respuesta más rápida. En el casode la sanidad, la oferta pública nuncapodrá satisfacer toda la demanda. Es-te usuario, gracias a la sanidad priva-

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Datos en tasas de crecimiento real: (1) Media anual; (2) PrevisionesFuente: Informe sectorial julio 2004. Cámaras de Comercio

Tasas reales de variación

94-03* 99-03(1) 2003 04-05(2)

Sanidad destinada a la venta Producción 4,4 4,8 5,8 5,0empleo 5,8 5,0 11,2 5,2

Sanidad no destinada a la venta Producción 3,4 3,6 5,6 4,9empleo 3,1 3,2 6,1 3,8

Construcción Producción 4,7 6,6 4,1 3,7empleo 5,2 6,6 3,7 3,0

Tabla 1

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da, consigue huir de listas de espera yun acceso más rápido a la asistenciade especialistas, a los que no tieneacceso en la pública en la medida quedesea. Evidentemente, la oferta de sa-nidad privada o destinada a la ventaha detectado esta situación en el mer-cado, y esto provoca que la produc-ción y el empleo crezcan a un ritmomayor incluso que en la pública.

Gracias al avance de las cuentas satélitefacilitado por el Ministerio de Sanidadpodemos ver que, dentro del productosanitario, el porcentaje que correspon-de al sector privado ha aumentado enlos últimos años (Tabla 2), a pesar deque este peso del sector privado posi-blemente esté infraestimado.

Aumento y límites de la producciónpública

El incremento en la producción delgasto sanitario público no sigue elmismo ritmo en todos sus capítulosdesde un punto de vista de la clasifi-cación económica del gasto, siendodestacable el hecho de que segúndatos de las cuentas satélite que con-forman la Estadística del Gasto Sanita-rio Público (EGSP), el ritmo o la tasade crecimiento de los gastos de far-macia o servicios primarios es conti-nuo e importante, pero menor que elcorrespondiente a los servicios hospi-talarios y especializados. Otro gastoque crece exponencialmente es el co-rrespondiente a la administración ge-neral e investigación. El aumento engastos de administración general hasido una consecuencia del proceso de

transferencias que recientemente seha llevado a cabo.

Los Servicios de Sanidad no destinadosa la venta han experimentado un creci-miento real muy importante que, comohemos visto, intenta atender el tirón dela demanda interna, pero el gasto pú-blico tiene unas limitaciones que vanmás allá del ámbito autonómico o esta-tal. Estamos hablando del Pacto deEstabilidad de los países miembros dela UE. Aunque renqueante en los últi-mos tiempos debido a la vulneraciónde sus condiciones por parte de dos delos países con más peso específico den-tro de la UE (Francia y Alemania), siguesiendo y ha sido un pacto de obligadocumplimiento, que no permite déficitpúblicos superiores al 3% del PIB de ca-da país. Este límite supone que hay quebuscar financiación autónoma parapoder incrementar el gasto público, yaque la emisión de deuda pública tieneel límite mencionado y en todo casosólo podría satisfacer gastos de capital,nunca corrientes. Esta búsqueda de fi-nanciación alternativa o “novedosa”para poder satisfacer un gasto en lasanidad pública cada vez más alto obli-ga a plantear decisiones políticas pocoaceptadas, tales como el “copago”,que tendría un mayor impacto sobre lasrentas más bajas y sobre la poblaciónde más edad, o la imposición del deno-minado “céntimo sanitario” en el im-puesto sobre hidrocarburos. Todo estetipo de decisiones son controvertidas ypoco rentables políticamente, por loque aún no es práctica generalizada, yaun llevándose a cabo, no supondríanun incremento importante de financia-

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Fuente: Avance de las cuentas satélite. Ministerio de Sanidad y Consumo

1998 1999 2000 2001 2002

Sector privado 27,37 27,89 28,37 28,59 28,42

Tabla 2. Porcentaje sobre el total del gasto sanitario

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ción, lo que nos lleva a la cruda realidadde que la Administración Pública seencuentra atada de pies y manos paraincrementar la producción de los Servi-cios de Sanidad no destinados a la ven-ta salvo que recorte otros gastos, mejo-re su eficiencia o implante fórmulas al-ternativas de financiación de la sanidad,olvidándose de momento de incremen-tar los impuestos, expresión prohibida einabordable, aunque no parecería des-cabellado pensar que un mayor y másdesarrollado “estado del bienestar” ne-cesita de un mayor número de recursoseconómicos.

Toda esta limitación al gasto públicoestá amparada por la Ley 18/2001, Ge-neral de Estabilidad Presupuestaria,que establece una serie de principiosque también enuncia la Ley 47/2003,General Presupuestaria, tales como laestabilidad presupuestaria, el límite delgasto no financiero, un escenario pre-supuestario plurianual o la existenciade un fondo de contingencia. No obs-tante, no hay que olvidar que la Ley deEstabilidad Presupuestaria ha sido sua-vizada recientemente con una modifi-cación a la misma, ni tampoco que enel último Consejo de Política Fiscal yFinanciera se aumentó la capacidad deendeudamiento de las comunidadesautónomas, aunque respetando siem-pre el Pacto de Estabilidad. Sin embar-go, el límite al gasto público sigue ahí,y la deuda o déficit sanitario también,aunque habrá que esperar aconteci-mientos debido a las presiones quedesde distintas comunidades autóno-mas se están ejerciendo con el fin deconseguir una solución a la financiaciónde la Sanidad.

En cualquier caso, y aunque los núme-ros demuestran que la tasa de creci-miento de los Servicios de Sanidad nodestinados a la venta es muy impor-tante, superando incluso el ritmo decrecimiento de la construcción, no esmenos cierto que actualmente existe

un límite a la producción pública deSanidad y que, por lo tanto, hay queseguir muy de cerca la evolución de larama de actividad de servicios de Sa-nidad destinados a la venta.

El valor añadido

Hay que destacar que el crecimientode la producción y el empleo que losservicios de Sanidad públicos generanen la economía no son sólo importan-tes por su propio valor, sino tambiénpor el efecto que producen en otrossectores de la economía.

La industria asociada a la sanidad co-rresponde a sectores de alta tecnologíacon gran valor añadido; no obstante en-contramos que está muy localizada enMadrid y Cataluña, no aportando be-neficios en otras comunidades.

Como consecuencia de la aprobaciónde la Ley 13/2003, de Concesión deObras Públicas, es posible que se gene-ralice en España el modelo que hapuesto en marcha la Comunidad deMadrid, que consiste en la construcciónde ocho hospitales en menos de cuatroaños mediante el otorgamiento de con-cesiones administrativas durante un pe-ríodo de treinta años. Con este modelo,la Administración contrata la construc-ción del hospital y la gestión del mismosalvo en lo relativo a la prestación sani-taria, sin efectuar desembolso algunohasta la recepción de la obra en condi-ciones de funcionamiento, momento apartir del cual procederá a efectuar elpago de cánones periódicos por laexplotación económica del mismo. Esun sistema que permite la creación degrandes infraestructuras sin grandes de-sembolsos, que además diluye el pagoen el tiempo, y que favorecerá por unaparte la construcción, y por otra a lasempresas que subcontratadas prestenlos servicios accesorios estipulados,tales como la seguridad, limpieza, sumi-

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nistro de fungibles, reposición de mate-rial… Este modelo, denominado de“participación pública privada”, ha sidoimportado de Reino Unido y es política-mente apetecible porque permite laconstrucción en poco tiempo de infra-estructuras que se pagan en treintaaños y libera a la Administración de lagestión no sanitaria de los grandes cen-tros. Además de lo anterior, supone unamayor prestación de servicios de sani-dad no destinada a la venta, pero queno computa a efectos de déficit segúncriterios del SEC 95, salvo por el impor-te del canon anual que se paga. Aun-que el efecto expansivo que genera enla economía puede ser pequeño si semira ésta en su conjunto, es importantetenerlo en cuenta.

Crecimiento de la sanidaddestinada a la venta

El ejemplo anterior es significativo por-que pone de manifiesto una de las for-mas en las que la empresa privada pue-de generar un valor añadido al sectorsanitario, y no sólo porque se involucreen la prestación de servicios accesoriosy la construcción de infraestructuras, si-no también porque el límite del gastocon el que cuenta la Administración haprovocado que esa mayor demanda deservicios sanitarios deba ser atajada porla oferta privada, es decir, por los servi-cios sanitarios destinados a la venta,que como pone de manifiesto el infor-me de las Cámaras de Comercio, expe-

rimenta un ritmo de crecimiento en pro-ducción y empleo superior a los servi-cios públicos, y se sitúa a la cabeza delas ramas de actividad que tiran de laeconomía desde el punto de vista de laproducción.

En este sentido, es importante que laempresa aporte no sólo ese diferencialde demanda que no puede satisfacerel sector público debido a su nivel deexigencia en cuanto a plazos y aten-ción personalizada, sino que intentegenerar valor añadido con un serviciode calidad y a buen precio, liberandotambién en parte al sector público. Elincremento de renta disponible porencima del incremento del PIB nominalacabará provocando que los que inten-tan justificar el copago u otros instru-mentos de financiación recaudatoriostengan más argumentos a su favor, loque sin duda provocará que parte de lademanda de sanidad pública se des-place hacia la oferta privada, ante loque ésta deberá responder y, por lotanto, estar preparada.

Citas bibliográficas

1. Informe Sectorial. Julio 2004. www.camaras.org

2. Puig-Junoy J, López Casasnovas G,Ortún V, y cols. ¿Más recursos para lasalud? Centro de Investigación deEconomía y Salud de la UniversidadPompeu Fabra.

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Introducción

Voy a referirme en este artículo al casoespecífico del valor añadido por las em-presas de Diagnóstico por Imagen,porque es el sector que mejor conozcoy porque siendo inevitable las coinci-dencias con otros sectores, espero quela diversidad de tecnologías aplicadas ala sanidad se traduzca en aportacionesde valor diferenciadas por las distintasempresas. En mi caso pretendo identi-ficar aquellos que sean más específicosde las empresas de Diagnóstico porImagen.

Antes de ello quiero resaltar que todaempresa activa en el ámbito sanitarioaporta al menos dos valores importan-tes para la sociedad como son la gene-ración de empleo y riqueza, y el contri-buir a la mejora de la prestación sanita-ria.

La especialidad de Diagnóstico por Ima-gen, relativamente joven pues apenastiene poco más de un siglo, ha tenidouna enorme influencia en la evoluciónpositiva de la práctica médica y ha expe-rimentado una transformación espec-tacular en los últimos veinticinco años,convirtiéndose en la disciplina diagnósti-ca más importante de la medicina.

Relevancia de la tecnología en la especialidad

La Radiogía/Diagnóstico por Imagenes una especialidad no sólo con unaenorme dependencia de la tecnologíasino que, en este caso, se da la parti-cularidad única de que la Tecnología(Rayos X) ha creado la Especialidad(Radiología).

En la actualidad la Tecnología de Diag-nóstico por Imagen abarca una ampliagama de equipos/sistemas, siendo losmás significativos:

– Radiología convencional/digital.

– Radiología intervencionista.

– TAC (Tomografía Axial Computari-zada).

– RM (Resonancia Magnética).

– Ecografía.

– Medicina nuclear.

Todas estas tecnologías se han desa-rrollado para subsanar la falta de trans-parencia de la piel para con el ojo hu-mano, y nos permiten hoy en día ver

El valor añadido de la empresaen el sector sanitario

Ignacio AyerdiPhilips Sistemas

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con todo detalle cualquier órgano o es-tructura del cuerpo humano indepen-dientemente de su posición y composi-ción. Es evidente que la evolución de latecnología ha condicionado enorme-mente la evolución de la especialidad yésta a su vez de la medicina. En una im-portante encuesta realizada reciente-mente en EE.UU. a un elevado númerode personas del sector sanitario salió elTAC como el invento que mayor im-pacto ha tenido en el desarrollo sanita-rio en el siglo XX, por encima de cual-quier medicamento o técnica quirúrgi-ca.

La tecnología de Diagnóstico por Ima-gen ha contribuido de manera signifi-cativa a:

Mejoras médicas

– Reducir la incertidumbre clínica.

– Diagnósticos más precoces y preci-sos.

– Mejor indicación de los procedimien-tos terapeúticos.

– Evaluación de los tratamientos.

Mejoras de productividad

– Reducir la estancia hospitalaria, alpermitir la sustitución de procedi-mientos quirúrgicos por técnicasintervencionistas.

– Descargar actividad hospitalaria porambulatoria, al permitir/potenciar lacirugía mínimamente invasiva.

Valores añadidos

La relación de actividades de una em-presa de este tipo es:

– Asesorar.

– Vender.

– Instalar.

– Enseñar el manejo de los equipos.

– Servicio técnico preventivo y correc-tivo.

– Recuperación de los equipos una vezfuera de uso.

Actividades que de por sí justifican suexistencia, pero además al menos al-gunas de ellas realizan otras activida-des complementarias que realzan suvalor añadido. Entre las más significati-vas quiero señalar:

a) Ayudar a la planificación de los De-partamentos de Imagen. La tecnolo-gía de Imagen Médica evoluciona congran rapidez y dadas las implicacionesarquitectónicas que tiene la implanta-ción de estos equipos y la dificultad desincronizar estos cambios con cambiosestructurales, aconseja una comunica-ción fluida entre los profesionales sani-tarios, los arquitectos y los técnicos delos equipos para definir aspectos tanimportantes como:

– Tipo y cantidad de equipos: estasempresas disponen de la competen-cia necesaria y son consultadas paraevaluar la demanda potencial de ex-ploraciones de Diagnóstico por Ima-gen en un área determinada y tradu-cir esta demanda en el número y tipode equipos necesarios para satisfa-cerla.

– Requerimientos espaciales: las ca-racterísticas de los equipos de Diag-nóstico por Imagen imponen de-mandas significativas en: estructuras,espacio, suministro eléctrico, aireacondicionado, red de datos, etc. Esmuy frecuente que los arquitectos yjefes de radiología requieran aseso-ramiento en todos estos temas de

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los técnicos de las empresas, así co-mo su opinión sobre nuevas tenden-cias/desarrollos para dotar de flexibi-lidad al Departamento de Imagen,para que puedan incorporar nuevastecnologías.

– Distribución de áreas/flujos: igual-mente a demanda aportamos solu-ciones en la definición de flujos ydistribución de áreas, que permitanuna circulación eficiente tanto delos pacientes como del personal sa-nitario.

– Asesoramiento en protección ra-diológica: los equipos de Imagenutilizan radiaciones del espectroelectromagnético que o bien sonionizantes como los rayos X y rayosGamma (Medicina Nuclear) y esnecesario proteger a los pacientesy personal que utiliza los equiposde estas radiaciones; o utilizan se-ñales de radiofrecuencia, que sonmuy sensibles a perturbaciones ex-ternas y que a su vez pueden per-turbar el entorno. Todo ello se tra-duce en frecuentes consultas anuestros técnicos por parte de losradiólogos y los físicos de protec-ción radiológica.

b) Gestionar la tecnología. Las inver-siones asociadas a los equipos deImagen y a su mantenimiento son sig-nificativas, lo que ha promovido lacentralización de su compra a nivelesregionales y extendido la idea –porotra parte no muy fundada a la vistadel gasto per cápita en este concep-to (5 euros en el año 2003)– de ser es-tas inversiones uno de los elementosque más han contribuido al incremen-to de la factura sanitaria. El debate secentra exclusivamente en el coste dela tecnología, sin considerar el costede la no tecnología (diagnósticos tar-díos que tienen un gran impacto en elpronóstico del paciente y en los cos-tes del tratamiento...).

Su ciclo de vida –por la innovacióntecnológica– se acorta, lo que provo-ca una prematura obsolescencia delos equipos y al no existir en los hos-pitales españoles la figura de Gestorde Tecnología, con frecuencia se des-aprovecha el conocimiento disponi-ble en las empresas para plantear so-luciones de actualización y en definiti-va de mejorar la gestión de latecnología.

c) Formación/educación en el usoadecuado de las tecnologías. Las em-presas del sector cuentan con depar-tamentos de aplicaciones con perso-nal técnico y sólida formación sanitariaen el ámbito correspondiente para lle-var a cabo las tareas de formación delos técnicos de Rayos X, y de los médi-cos usuarios de dichos equipos paraque puedan sacar el adecuado rendi-miento. Cuando se trata de nuevastecnologías, como por ejemplo laresonancia magnética la labor de for-mación/educación es ingente y aveces exige la presencia de foráneoscon experiencia o estancias en elextranjero.

Asimismo, la organización de eventosinternacionales por las empresas faci-lita el contacto de clínicos españolescon colegas internacionales.

d) Colaboración/financiación socie-dades científicas: Seram/Sociedadde Física-Médica. La colaboración cu-bre:

– Congreso nacional, congresos re-gionales y de sociedades filiales.

– Revistas de las distintas sociedades.

– Becas nacionales e internacionales.

– Ayudas a congresos internacionales.

– Páginas web.

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e) Ejecución de obras civiles asocia-das a la instalación de equipos. Escada vez más frecuente que la adqui-sición de los equipos de imagen decierta envergadura lleve asociada laobra civil de acondicionamiento delespacio donde se va a instalar el equi-po, por lo que las empresas se han vis-to obligadas a incorporar en su planti-lla a especialistas en planificación yejecución de proyectos y obras.

f) Gestión del cambio cultural y de or-ganización en procesos de automati-zación de Departamentos de Imagen.La implantación de procesos de auto-matización de departamentos de Ima-gen RIS y PACS requiere para que ten-gan éxito un estadio previo de adapta-ción de la organización a la nuevasituación. En muchos casos cae sobre laempresa adjudicataria la tarea de ges-tionar el cambio cultural de la organiza-ción y los conflictos asociados.

g) Coparticipación en proyectos dedesarrollo de nuevas tecnologías/aplicaciones de ámbito nacional e in-ternacional. Al igual que con otras tec-nologías, el proceso continuo de in-novación exige incorporar en el desa-rrollo de nuevos productos/aplicacionesa los clínicos para tener presente susrequerimientos y para facilitar su evalua-ción. Pues bien, algunas empresas hanestimulado activamente la participaciónde grupos españoles en proyectos deI+D+I tanto nacionales como interna-cionales , en muchos casos consiguien-do financiación para el hospital.

Conclusión

Todas estas labores complementariaslas realiza la industria encantada, y esindudable que podría realizar otrasmás, lo único que echamos de menoses el reconocimiento a estas tareas.También me permito sugerir quecuando se nos encargan tareas comoobras civiles, que no son específicasde nuestra industria, se nos pagueadecuadamente ese servicio, paraevitar que, como ocurre con frecuen-cia, su coste se financie vía el margen–ya de por sí deteriorado– de losequipos–. Quiero también destacarque el precio al que se venden estosequipos en España es notablementemás bajo que en nuestro entorno,siendo la mayoría de ellos importa-dos, y las condiciones de pago sonincomparablemente peores. Ello ensí mismo es otro importante valorañadido, que aunque no totalmentede nuestro agrado, damos al sistemasanitario español, aunque si la situa-ción persiste, puede llegar a ser in-sostenible.

En definitiva, quiero aprovechar estaoportunidad que se nos da en estemonográfico para ofrecer toda la po-tencialidad que tienen las empresasde nuestro sector para colaborar conlos gestores y usuarios en optimizar laimplantación/gestión y uso de la tec-nología de Diagnóstico por Imagenen los hospitales españoles.

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El desarrollo de la sociedad occiden-tal desde finales del siglo XIX, con eltraspaso de la población rural agrariaa una población urbana dedicada alos servicios y la industria, los desarro-llos de tecnología que se producen,sobre todo, desde la primera GuerraMundial, los progresos de la prácticamédica, las demandas crecientes deprestaciones sociales con un largoperíodo de paz y prosperidad, formanel marco en el que va a crecer la in-dustria electromédica.

Podemos considerar el descubrimientode los Rayos X, que W.C. Roentgen pre-senta oficialmente el día 28 de diciem-bre de 1895, como el auténtico puntode partida del diagnóstico por la ima-gen y la radioterapia, uno de los secto-res más dinámicos en el mundo de lasalud y desde el que en muchas oca-siones se ha dado el salto a otros tiposde técnicas relacionadas o integrado-ras.

Como fruto de las mencionadas reali-dades y tras un lento avance de laradiología convencional, en Siemenspodemos resaltar los siguientes hitos:1890. Presentación al mercado del pri-mer taladro dental eléctrico produci-do industrialmente.

1896. Producción del primer tubo deRayos X, un año después de su descu-brimiento.

1911. Electrocardiograma con amplifi-cador electrónico.

1913. El audífono eléctrico.

1956. Equipo universal para medicinanuclear.

1958. El primer marcapasos implanta-ble.

1966. El primer ecocardiógrafo.

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El valor añadido de la empresa en el sector sanitario

Alfonso Aguilera Sastre, J. Ignacio Calero FernándezSiemens S.A., Medical Solutions

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Todos recordamos la aparición de laTomografía Axial Computerizada, dela que podemos ya anunciar la recien-te puesta en el mercado de un equipocapaz de realizar 64 cortes, o la Reso-nancia Magnética, de la que actual-mente se están instalando equiposcon la técnica Total Imaging Matrix,que facilita la exploración del cuerpoentero en poco más de 12 minutos.

Así podríamos seguir, pero deseamosentrar en aspectos más amplios que elpuramente tecnológico y dar una pin-celada de cómo la industria del sectorse alinea con la salud y sus distintosactores involucrándose decidida yactivamente en el conjunto de proble-mas que se presentan a la sociedad ylos pacientes, a los médicos y perso-nal sanitario y a los gestores.

Podemos señalar que miles de perso-nas altamente cualificadas intercam-bian cada día información en las distin-tas áreas y sistemas de salud del mun-do, aportando esos conocimientos asus respectivos centros de I+D+I. Igual-mente, es práctica habitual que lasempresas convoquen foros de diálogointernacionales con líderes de opiniónpara conocer de primera mano y en dis-cusión abierta los problemas, confron-tando necesidades con posibilidadestecnológicas y, lo que es muy importan-te, ver y configurar el futuro.

En este punto, y situados en nuestropaís, podemos afirmar que sería desea-ble profundizar en el diálogo intersec-torial pues es fluido con los facultativos,algo menos con el estamento geren-cial, y pobre y muy puntual con la admi-nistración, que sigue en muchos casosviéndonos como un problema más enla generación del gasto.

El equipamiento electromédico no esla fuente para controlar el gasto sanita-rio, pero sí puede ser la fuente de undiagnóstico más seguro, un tratamien-

to mejor focalizado y un proceso curati-vo menos intensivo en personal y conmayor eficiencia económica. Durante laúltima centuria las expectativas de vidaen los países industrializados práctica-mente se ha duplicado, pasando de los40 a los 80 años y entre sus causas, evi-dentemente, se encuentra la innova-ción tecnológica. Ese magnífico dato seencuentra acompañado de un incre-mento en los costes de la sanidad, queen los países europeos supone cercadel 35% entre 1992 y 2000 (de 550 a 742billones de euros). En ese periodo lainversión en alta tecnología permanececonstante y sólo supone un 0,2% sobreel gasto total anual. El total de inversiónen tecnología electromédica supuso el1% y si calculamos los gastos de explo-tación de la misma debemos añadirotro 4%.

Focalizar el debate únicamente en lareducción de costes, como es bastan-te habitual en nuestro país, en partepor la reducida dotación presupuesta-ria y por consiguiente la poca capaci-dad de maniobra de los gestores, noayuda a cubrir las expectativas de lasociedad. No sólo tenemos la obliga-ción de que el sistema sea sostenible,sino también la de procurar un conti-nuo incremento de la calidad de laatención. La llave consiste en poderdetectar las enfermedades con muchamás antelación, así aumentarían lasposibilidades de una completa cura-ción con menores costes. En la actualsituación podemos tratar bien loscasos agudos y con calidad pero conuna situación de costos no ideal en laque también cuentan las situacionesadversas y los errores.

Si vemos la salud como un procesointegrado, la prevención sería el primerpaso en el que debemos intentar quemucho antes de que se produzcan lasprimeras manifestaciones clínicas,podamos identificar la predisposición,diagnosticarla y tratarla, posiblemente

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con una combinación de marcadoresmoleculares, tecnologías de la informa-ción e imagen. Nuestra visión se focali-za en la enfermedad, en el paciente yen los flujos de trabajo.

Esta visión comprende la necesidadde soportar el conocimiento en efica-ces tecnologías de la información (IT).La medicina, que se basa en el conoci-miento (éste se duplica cada cincoaños) y la información, utiliza en gradocreciente esas tecnologías cada vezmás sofisticadas. Entre 2003 y 2008 elmercado global en esta área se puededuplicar pasando de 12,7 a 20,5 billo-nes de euros, superando al de diag-nóstico por imagen.

Hoy podemos, por ejemplo, propor-cionar una plataforma de softwarecomún, Syngo, para las modalidadesdiagnósticas y terapéuticas con uninterfase unificado que hace muchomás fácil su aplicación.

Nadie pone en duda los beneficios yel potencial de los sistemas de IT queintegren todos los componentes yaspectos de la salud, gestores, médi-cos, aseguradoras y pacientes, inclusodesde su domicilio. Son varias las co-munidades que han comenzado a ca-minar en ese sentido hacia el cambio.

Ese proceso de evolución demandaun incremento importante del soportede las IT y lo podemos estructurar encuatro niveles con gran potencial demejora:

– Gestión de utilización, los sistemasde diagnóstico y tratamiento se op-timizan por tipos de enfermedad, notodos se pueden utilizar para todo,pero todos tienen una capacidadespecífica si se dotan con los pro-gramas adecuados. Por ejemplo,modernos TAC pueden proporcio-nar una mejor base diagnóstica queun cateterismo convencional y de

forma menos invasiva. La angiogra-fía sigue siendo el método de elec-ción en intervencionismo. “Vemos elcamino para incrementar en el 30%el ritmo de pacientes en el TAC conun 10% menos de cotes en el ciclode vida del equipo Ludwig Maximi-lian Universität, München”.

– Gestión de los flujos de trabajo, su-pone la optimización de los mismosdentro del hospital. Prerrequisitopara ello es el disponer de un sistemade registro electrónico de pacientesdonde almacenar todos los datosrelevantes, historia clínica electróni-ca, con nuevas herramientas informá-ticas para el registro y recuperaciónde la información; equipos portátilesinalámbricos que garantizan el acce-so anytime, anywhere; herramientasde ayuda a la protocolización del tra-bajo clínico que permiten unificar losprocedimientos; ayudas al cambiodel trabajo por datos al trabajo porprocesos; sistemas automáticos paralos procesos de medicación redu-ciendo los errores. Vemos el caminopara reducir la rotación de medica-mentos en un 52% con una reduccióndel 35% de los errores CincinnatiChildren’s Hospital.

– Gestión por enfermedades, es unaaproximación al manejo de los pro-cesos para cuidar las enfermedadescrónicas incrementando la salud elresultado económico. Según la Or-ganización Mundial de la Salud, es-tas enfermedades consumen el 60%del gasto en salud y con tendenciacreciente. El propósito es eludir lassituaciones críticas, lo que podemosconseguir con sistemas de monitori-zación y tecnologías de la informa-ción. Un ejemplo, los pacientes dia-béticos que tienen que controlarregularmente el nivel de glucosa enestos momentos lo pueden hacer ensu casa y enviar los datos por el telé-fono móvil a su centro sanitario, co- P

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mo nos anuncia uno de los operado-res de telefonía de nuestro país.Igualmente, y desde cualquier parte,una persona entrenada puede me-diante una cámara láser hacer loscontroles del fondo de ojo enviandoelectrónicamente los resultados.

– Gestión de la salud, entendiendoasí la posibilidad de tener eficientesmedidas que ayuden a mantener lasalud de la población el mayortiempo posible. Aquí se integran enun solo proceso la detección pre-coz, los procedimientos de scree-ning basados en la evidencia y lasguías clínicas igualmente basadasen la evidencia.

Un continuo cuidado de la salud sóloes posible si se puede disponer de lacompleta información, se define lacalidad de las medidas y todo ello sehace accesible a todos los implicados.La clave para ello se llama Telemática.Plataformas telemáticas con informa-ción estructurada, que suministran lainformación, con consentimiento delpaciente, al lugar adecuado, tienen unenorme potencial de aumentar latransparencia con mejoras en la cali-dad y los costes. Podremos conectarentre sí los hospitales, con sus centrosde salud, con aseguradoras, consul-tas, servicios de emergencia, unida-des de cuidados móviles, cuidados yseguimiento domiciliario, etc.

Otra posibilidad que ofrece ampliasposibilidades de reducción de costesnos la ofrece la utilización del Applica-

tion Service Providers, fórmula quelibera al centro sanitario de tener queinvertir en hardware propio, en mante-ner un departamento propio de infor-mática y de operar su propio centrode datos. Todo ello se puede subcon-tratar y centralizar en el proveedor.Para nosotros esto es una realidad enEstados Unidos, donde gestionamos1.200 centros sanitarios con más de200.000 médicos y más de 137 millo-nes de transacciones/día, y todo consólo 75 personas; el efecto económicoes espectacular.

Toda la visión que hemos expuestodemuestra clarísimamente la necesidadde compartir conocimiento entre la in-dustria, los profesionales de la medi-cina, los gestores, los políticos e inclusolos pacientes. Cualquier solución serátodo lo buena y coste-eficaz como pro-fundo sea ese intercambio. Ha pasadoel tiempo en que hemos sido vendedo-res/compradores de equipos para en-trar en el mundo de la venta/compra desoluciones, de las que no podemos de-jar fuera las financieras y pasando depuro proveedor a ser socio estratégico.

No debemos dejar de mencionar los as-pectos formativos que aporta la empre-sa: un personal propio altamente cualifi-cado y que se forma al ritmo de la inno-vación, técnicos de aplicaciones queinstruyen a miles de usuarios de formacontinuada, esponsorización de congresos científicos de múltiples especia-lidades médicas, congresos de gestoresy otras áreas, como ingenieros hospita-larios, ATR y ATS.

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Para hablar del papel de la industriade tecnología sanitaria en el SistemaNacional de Salud conviene comenzarpor hacerse una pregunta más amplia:¿qué misión le asigna la sociedad a laindustria de tecnología sanitaria?

Creo que la respuesta es clara, al me-nos nosotros como industria la tene-mos: nosotros entendemos que la so-ciedad nos pide soluciones tecnológi-cas que ayuden a resolver o a paliarlos problemas clínicos no resueltos.

A eso nos venimos dedicando desdehace décadas y basta con darse unavuelta por los servicios de diagnósticoo quirúrgicos, o en concreto por el ser-vicio de cardiología de nuestros hospi-tales, para darse cuenta de que desdeluego nuevas soluciones tecnológicasno han faltado.

Está claro que estas tecnologías enmuchos casos han venido a sumar gas-tos al Sistema Sanitario y, como algu-nos dicen, a “atentar” contra la soste-nibilidad del Sistema Sanitario. A éstosyo les suelo decir que más se atentacontra el Sistema Sanitario no facilitan-do las soluciones tecnológicas existen-tes, que mejoran el tratamiento de losproblemas clínicos a disposición de to-

dos los pacientes que podrían benefi-ciarse de ellos.

Y aquí es donde llegamos al nudo de lacuestión. ¿Puede el Sistema Nacionalde Salud ofrecer todas esas nuevas tec-nologías sanitarias a todos los bene-ficiarios y además gratis?

No lo sé. Puede que no, seguramenteno, pero eso hay que explicárselo a lasociedad, hay que preguntarle clara-mente hasta dónde quiere llegar, enqué prefiere invertir, o incluso si estádispuesta a participar en el coste deestos tratamientos.

Sólo así, creando una sensibilidad enla sociedad hacia el coste de la asis-tencia sanitaria, la encontraremos lue-go receptiva a las propuestas de alter-nativas para mejorar la sostenibilidadde la financiación del Sistema Sanita-rio Público.

Y, desde luego, no se ayuda a crear esasensibilidad propagando la calificaciónde que nuestro Sistema Sanitario es el“mejor del mundo”; seguramente es elmás eficiente, es decir, el que gastandomenos por habitante y año (entre los dela UE de los 15) consigue un mejorresultado. Pero no puede ser “el mejor

La empresa de tecnología sanitaria en el Sistema Sanitario

Javier Colás FusteroDirector General Medtronic Ibérica

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del mundo” un sistema sanitario conlos niveles de inequidad disfrazados devariabilidad en la práctica clínica quetiene el sistema español. O con los pe-ríodos de espera, reflejados o no en laslistas, que los pacientes deben sufrirpara obtener un diagnóstico o alcanzarla intervención quirúrgica que necesi-tan.

A veces, en el fragor del debate políticosobre la sostenibilidad de la financia-ción del sistema sanitario, se escuchanvoces que defienden que el “problemade la financiación no estriba en su canti-dad, sino en cómo se gasta”. A estaspersonas conviene recodarles que nosólo nuestro sistema es muy eficiente,como ya expuse anteriormente, sinoque esa eficiencia está mayoritariamen-te basada en una serie de gestores pro-fesionales, con nombre y apellidos, queserían considerados “héroes” en cual-quier organización sanitaria de otropaís, por hacer tanto con tan poco. Y enotra serie de profesionales médicos,que sacando recursos de debajo de laspiedras, llamando a todas las puertasque puedan ayudarlos y con una com-pensación por su esfuerzo extraordina-rio puramente moral, consiguen dispen-sar a sus pacientes las mejores alternati-vas terapéuticas, aunque con ello seconviertan en agresores al presupuestodel hospital.

Pero no toda la tecnología sanitariaatenta contra el presupuesto. Afortu-nadamente, una parte importante denuestro foco en I+D está puesta entecnologías que por su eficacia permi-ten sustituir terapias más costosas me-

jorando la eficiencia de la inversión. Yaquí tenemos una de las áreas de evi-dentes posibilidades de mejora. Mu-chas veces sufrimos una gran frustra-ción al comprobar cómo tecnologíasque podían suponer ahorros impor-tantes en determinadas prestacionessanitarias no producen estos ahorrosporque las rigideces de las organiza-ciones del sistema impiden su correctainserción, abriendo una brecha entre laeficacia y la eficiencia de estas tecnolo-gías, por la que se nos pierden los be-neficios esperados.

No quiero terminar sin comentar unaspecto que me parece fundamental.La industria sanitaria como creador devalor en la sociedad. Me resulta sor-prendente que todos entendamosque el turismo es nuestra primera in-dustria nacional, que crea una impor-tante bolsa de empleo en nuestrasociedad y que contribuye de formaimportante a nuestro PIB. ¿Y la Sani-dad? ¿Cuál es la contribución de la in-dustria sanitaria al PIB? ¿Y al empleo?Y además, ¿cuantas horas de trabajo,cuanto PIB “recuperamos” desde laSanidad a base de devolver la salud ylas posibilidades de trabajar a muchosmiembros activos de nuestra socie-dad?

Invertir en salud es también crear rique-za.

Sensibilizar a la sociedad en dedicarlos recursos necesarios para disponerde un Sistema Sanitario de calidadequitativo y gratuito es la clave de lasostenibilidad.

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Estoy, desde mucho antes de iniciarmi actividad en el sector privado1,2, ali-neado con aquellos que, como el pro-fesor Barea o Xavier Trias, opinamosque si bien la sanidad debe ser funda-mentalmente pública (financiaciónmediante impuestos, aseguramientouniversal y gestión hegemónicamentepública), los servicios sanitarios (hos-pitales, centros de salud) deben ges-tionarse empresarialmente3,4. Un pro-blema de nuestro sistema sanitario es,precisamente, que los centros de pro-visión de servicios, especialmente loshospitales, no están –en su inmensamayoría– configurados como empre-sas de servicios, y que en aquellos quesí lo están –empresas públicas u otras“nuevas formas de gestión”– no se haresuelto el problema de transferir deforma eficaz la “autonomía de ges-tión” (transferencia de responsabili-dad y riesgo) desde la autoridad sani-taria al gestor. Me he permitido modi-ficar ligeramente el enfoque quepropone este número monográfico dela revista Gestión y Evaluación de Cos-tes Sanitarios, para hablar no tantosobre el valor añadido de la “empre-sa” en general, pues para mí un hos-pital público es una empresa que, fre-cuentemente, no se reconoce ni esreconocible como tal, sino sobre el va-

lor que puede –y debe– añadir la ges-tión privada a la sanidad pública.

Nuestra experiencia de gestión de unhospital público en régimen de conce-sión administrativa es muy positiva5. Enparte, el éxito de esta experiencia sedebe a la claridad de sus reglas: exis-ten unos recursos (la financiación públi-ca prevista en el contrato con el Minis-terio de Salud Pública) que debemosoptimizar para que la empresa sea via-ble; tenemos unos clientes “externos”,intermedios (los responsables políti-cos) y finales (los pacientes y usuarios),cuyas demandas tenemos que satisfa-cer, para que sea sostenible; así comounos clientes “internos” (todo el per-sonal y, especialmente, los profesiona-les), que deben alinear sus interesescon los de la empresa para que éstasea eficiente y dé un servicio de cali-dad. Los resultados, en términos decalidad (científico-técnica y percibida),satisfacción ciudadana y eficienciamuestran con meridiana claridad elvalor que nuestra empresa ha añadidoa la sanidad pública salteña. En miexperiencia, la nitidez de las reglas dejuego –sencillas, pero frecuentementemistificadas en la gestión pública di-recta– es una parte esencial del éxitode la experiencia. Asimismo, una visión

El valor añadido que la empresa privada puede

(y debe) aportar a la gestiónsanitaria pública

Javier ElolaPresidente de CODEH Internacional y de Elola Consultores

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de “mejor de la eficiencia social” de lasanidad pública contribuye notable-mente a tomar decisiones correctas enencrucijadas que pueden ser complica-das.

Señalo nuestra experiencia con el Nue-vo Hospital “El Milagro” porque creoque es pertinente en el contexto delsector sanitario español por dos aspec-tos vinculados al valor que la gestiónprivada puede (y debe) añadir a la sani-dad pública. El primero es relativo a loselementos organizativos y de gestiónvinculados a una transferencia efectivade riesgo desde el financiador públicoa la empresa privada. El segundo estáconectado con una tendencia bastantegeneralizada en nuestro entorno, relati-va a iniciativas de concesión administra-tiva en hospitales públicos.

Aspectos organizativos y de gestión

No hace mucho se ha producido un in-tenso debate en relación con el Na-tional Health Service (NHS) británicoprovocado por un artículo que compa-raba la eficiencia del NHS con la deuna Health Maintenance Organization(HMO) del Estado de California: la Kai-ser Permanente6,7,8.

Después de analizar el funcionamien-to de Kaiser Permanente, Ham señala-ba, aparte de aspectos relativos a laintegración de los cuidados y el siste-ma de atención a las personas mayo-res, que “El NHS puede tambiénaprender de la experiencia de Kaiseren involucrar a los médicos en el desa-rrollo y soporte de un modelo integra-do de asistencia”.

La aproximación de Dixon y cols.8 al es-tudio del aparente éxito de Kaiser Per-manente se centra en los aspectos or-ganizativos y de gestión, señalando, en-tre otras, como claves las siguientes:

– Las presiones competitivas entreHMO generan un incentivo para lainnovación.

– Los médicos tienen un papel im-portante en la gestión.

– Los objetivos son consensuados en-tre clínicos y gestores, y existen in-centivos financieros para mejorar laasistencia.

Competencia, participación en la ges-tión, riesgo e incentivos son elementosque, sin estar necesariamente reser-vados a la gestión privada, están muchomás cercanos a ella que la gestión buro-crático-administrativa dominante ennuestro sistema sanitario público10.

Las concesiones administrativas de hospitales públicos

La Comunidad de Madrid ha licitado laconstrucción del Hospital Puerta deHierro de Majadahonda y la gestión detrece de sus servicios (desde el mante-nimiento del edificio e instalacioneshasta la esterilización, pasando por losde lavandería, limpieza, restauración,etc.), que representan aproximadamen-te el 10% sobre el gasto total del futurohospital; esta iniciativa se extenderá aotros siete hospitales de la mismacomunidad autónoma. La Comunidadde las Islas Baleares ha anunciado, parael hospital que sustituirá a Son Dureta,una iniciativa similar11. Estas iniciativasson formas de Public Private Partners-hip (PPP) para la gestión de hospitalespúblicos que también se están em-pleando en otros países de la Unión Eu-ropea, como en Reino Unido12 y Portu-gal13. Aunque los criterios de rentabili-dad están, lógicamente, presentes,existe una conciencia generalizada en-tre las distintas empresas y profesiona-les implicados en estos proyectos deque éstos serán viables y sostenibles enel tiempo si “añaden valor” a los proce-

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sos asistenciales (Majadahonda) o a lamejora de la eficiencia social –otra for-ma de “añadir valor”– de los recursosde la sanidad pública portuguesa. Eneste “añadir valor” se ha vuelto a repro-ducir la experiencia mencionada al ini-cio en el sentido de que, para conse-guir los objetivos, las empresas involu-cradas deben desarrollar mecanismosde cooperación (partnership) entreaquellas que se agrupan para formarconsorcios; entre éstos y sus clientesinternos, y también con las propiasadministraciones. Una breve parada enel concepto de relaciones de partnerpara señalar un hecho que, siendo co-nocido, no se afronta: es preciso in-corporar el concepto de “socio” en larelación entre el profesional y el gestor.La gestión sanitaria se parece (comosistema adaptativo complejo14) más a laagricultura que a la industria, por ellosistemas gerencialistas (públicos o pri-vados) tienen escasas posibilidades deéxito.

La integración –más que la suma– deknow-how y experiencia de distintasempresas también puede añadir valoren comparación con una aproxima-ción, en general, bastante monolíticade la gestión sanitaria pública en Es-paña, que si bien ha dado algunos pa-sos en relación con la externalizaciónde servicios, éstos son tímidos en am-plitud (restringidos básicamente a losservicios generales) y calidad de la re-lación –de subcontratación, en lugarde “societaria”–.

Poder y deber

He utilizado a lo largo de esta breve no-ta, de forma intencionada, las palabras“poder” y “deber” en relación con elpotencial de la gestión privada paraañadir valor a la sanidad pública. Comohe señalado, creo que la iniciativa priva-da puede contribuir de forma notable amejorar la eficiencia y la calidad de la

asistencia sanitaria. Sin embargo, la ges-tión privada, en sí misma, no tiene valo-res taumatúrgicos. Las reglas de juegoque establece la administración públicatienen una importancia fundamentalpara que la gestión privada añada valoral sistema; y estas reglas de juego de-ben estar basadas en la búsqueda de laeficiencia social y en la transparencia,evidentemente, pero también en lacooperación más que en el recelo. Porotra parte, la iniciativa privada debe,para realmente añadir valor, evitar algu-nas tentaciones, entre ellas:

– El reproducir las formas de relación“política”, dominantes en la gestiónpública, en lugar de legitimarse através de la eficiencia y la calidad.

– La tendencia especulativa, en el sen-tido de que un sector de producciónbasado en el conocimiento requiereproyectos empresariales de largoalcance, en lugar de una mentalidadcentrada en el EBIT a corto plazoque permita “dar el pase” y la inme-diata realización de beneficios.

– Por último –aunque existen otrosriesgos–, la mentalidad “economicis-ta”, en el sentido de hacer una polí-tica de “recortes de gasto” en lugarde enfocarla a la mejora de la efi-ciencia y de la calidad, que es –en símisma– evitar el despilfarro”13.

Referencias bibliográficas

1. Elola J. Crisis y reforma de la asis-tencia sanitaria pública en España.1983-1990. Madrid: FIS; 1991.

2. Elola J. Política sanitaria españo-la. Madrid: Díaz de Santos; 2001.

3. Barea J. El hospital, empresa deservicios. I Jornadas de Gestión yEvaluación de Costes Hospitala-rios. Hellín; 1993. P

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4. Trias X. La gestión empresarial dela sanidad. Barcelona: Generalitatde Catalunya; 1992.

5. Elola J, Buxaderas L, Espinosa R,Roma J. La implantación del mo-delo Core en el Nuevo HospitalEl Milagro. Próxima publicaciónen “Premios Profesor Barea, IIIEdición”.

6. Feachem RGA, Sekhri NK, WhiteKL. Getting more for their dollar:a comparison of the NHS withCalifornia’s Kaiser Permanente.BMJ 2002; 324: 135-143.

7. Ham C, York N, Sutch S, Shaw R.Hospital based utilization in theNHS, Kaiser Permanente and theUS medicare programme: analy-sis of routine data. BMJ 2003; 327:1257-1260.

8. Dixon J, Lewis R, Rosen R, Finlay-son B, Gray D. Can the NHS learnform US managed care organiza-tions? BMJ 2004; 328: 223-225.

9. Ham C, York N, Sutch S, Shaw R.Hospital based utilization in theNHS, Kaiser Permanente, and the

US medicare programme: analy-sis of routine data. BMJ 2003; 327:1257-1260.

10. Elola J. Gestión del Sistema Na-cional de Salud, ¿se puede?, ¿sedebe?, ¿cómo? Rev Adm San 2004;2: 375-386.

11. Hble. Sra. Ana María Castillo Fe-rrer. Intervención en la Jornada deCODEH Internacional: “Gestiónintegral de infraestructuras hospi-talarias. Capitalización del Siste-ma Nacional de Salud”, Madrid,29 de septiembre de 2004.

12. Private Finance Initiative. HMTreasury. An Introduction to theprivate finance initiative. London:Treasury; 1997.

13. Hospital de Loures. Em regimede Parceria Publico-Privada. Pro-grama de Procedimiento. Enero,2004; Hospital de Cascais. 1 Sep-tiembre, 2004.

14. Committee on Quality of HealthCare in America. Crossing theQuality Chasm. Washington: Na-tional Academy Press. 2001.

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A principios de los años ochenta, East-man Kodak era una de las veinte ma-yores corporaciones industriales deEstados Unidos. Catherine Hudson,máxima responsable de sistemas deinformación, gestionaba un presupues-to de 250 millones de dólares anuales.Un día lanzó la siguiente reflexión a suscolaboradores: “¿por qué estamos gas-tando tanto en algo que no es la foto-grafía?”, “¿debemos invertir 250 millo-nes de dolares de nuestros accionistasen tecnología informática?”. Pronto al-canzó una conclusión revolucionaria:“nuestra misión no es ser un líder infor-mático; ha llegado el momento de ex-plorar nuevas opciones”. Daba co-mienzo la era de la externalización y dela colaboración tecnológica con la in-dustria de la tecnología.

Desde entonces, y sin llegar en la ma-yor parte de los casos a los extremosde Kodak, muchas empresas y la pro-pia administración pública han interio-rizado esta filosofía. La progresiva ma-durez de la oferta (indicadores, contra-tos SLA, sistemas de gestión, etc.) y elestablecimiento de los mecanismosnecesarios para que el cliente guardeel activo más valioso, el conocimiento,han hecho de la externalización y de larelación de socios tecnológicos una delas tendencias más claras del mercado.

Todos aquellos que nos jactamos dellevar ya más de una década involu-crados en el sector de los sistemas deinformación sanitarios contamos algu-na vez experiencias ya lejanas en lasque tuvimos dificultades para justificary defender ante nuestros clientes dela Administración Sanitaria pequeñasofertas de servicios que acompaña-ban a voluminosas ofertas de equipa-miento.

Hoy podemos decir que esta situaciónha cambiado realmente y que la per-cepción de todos los niveles de la Ges-tión Sanitaria ha subido dos enormespeldaños.

El primer avance, que fue superado ha-ce ya un tiempo, ha sido el cambio de laimagen de las empresas “proveedorastecnológicas” hacia “la empresa prove-edora de soluciones tecnológicas”.

Este cambio lleva consigo una mayorcomprensión y aceptación por partede las organizaciones y empresas sa-nitarias de que los proyectos y pro-puestas de dichas empresas debenser una respuesta a los problemas dedichas organizaciones y éstos debenser evaluados conjuntamente, aunan-do la experiencia de los gestores en lacomplejidad de los problemas de este

El cambio de la relación de losproveedores tecnológicos con

las organizaciones sanitarias

Juan FajardoDirector General de Novasoft

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sector y el conocimiento del provee-dor tecnológico, capaz de esquemati-zar dicho problema y diseñar, planifi-car y evaluar las soluciones adecuadassumando el conocimiento tecnológi-co con la aportación de recursos y ser-vicios suficientes y profesionalmentepreparados para ello.

Las razones de este cambio de visiónhan sido una combinación de múlti-ples factores simultáneos y recurren-tes, que han influido en los distintosentornos involucrados:

Por una parte, el sector sanitario, aun-que es reconocido que con mayor di-ficultad y lentitud por la complejidadque le es inherente, no ha podidodejar de subirse al tren de la revolu-ción tecnológica y conceptual que hasupuesto la sociedad de la informa-ción.

Por otra parte, el empuje de las Admi-nistraciones Públicas Sanitarias, que,una vez comprendida la inferioridadde las inversiones en tecnología y sis-temas de información con respecto aotras áreas, han hecho el esfuerzo po-sible por incrementarlas y dotar mejoreconómicamente a sus organizacionesal respecto.

En la parte que compete a las organi-zaciones sanitarias, ha influido tremen-damente la incorporación de profesio-nales tecnológicos al sector, quieneshan contribuido a expandir en todoslos niveles el convencimiento de que laimplantación de las nuevas tecnologíaspuede ser una herramienta valiosa pa-ra mejorar la eficiencia de los procesosy el ahorro de costes. En este sentido,la mentalidad ha cambiado también lapercepción de que el peso del valor delas propuestas tecnológicas recae cadavez más en los servicios expertos quelas empresas tecnológicas puedenaportar y no tanto en un equipamientotan sólo.

Finalmente, las propias empresas desoluciones tecnológicas han realizadopor su parte un tremendo esfuerzopor dotarse de recursos profesional-mente formados y especializados enel sector sanitario, además de ofrecerya metodologías y procedimientos decalidad para la ejecución de sus pro-yectos. El resultado, ya percibido y re-conocido, ha sido el incremento no-table del éxito de los proyectos aco-metidos.

El segundo peldaño está ya siendoencarado y consistiría en cambiar laimagen del “proveedor de solucionestecnológicas” por el de “socio tecno-lógico”.

Subir este peldaño supone incorporarnuevos factores a las relaciones entreAdministración Sanitaria y empresastecnológicas sanitarias, como son laconfianza mutua, el acuerdo para abor-dar conjuntamente y, a largo plazo, laresolución de los problemas de las or-ganizaciones sanitarias y crear planesde trabajo y colaboración que van cre-ciendo con la organización.

Dar este paso supone sustituir el abor-daje de proyectos puntuales pero, aveces, inconexos, por estudiar conjun-tamente un plan de desarrollo de laorganización, en el que el socio tecno-lógico aporta durante el mismo las so-luciones tecnológicas adecuadas paraello.

Así, el socio tecnológico se convierteen un consultor permanente para laorganización sanitaria, ayudando encada etapa del plan de desarrollo conlas orientaciones e indicaciones quedictan la evolución de las nuevas tec-nologías en el tiempo.

Los beneficios son mutuos: las organiza-ciones sanitarias sustituirían el esfuerzode casar, evaluar y ejecutar proyectospuntuales constantemente por la defini-

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ción de sus objetivos, confiando en queel consultor tecnológico aporta los pla-nes tecnológicos para ello, planificandoy encadenándolos y dando visibilidaddel plan de inversiones adecuados.

La empresa tecnológica es capaz asítambién de evaluar sus planes de cre-cimiento, sus propios objetivos inter-nos y sus planes de adecuación tecno-lógica y dotación de recursos.

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Enfoques de evaluación del valorañadido en el contexto actual

Una empresa nace con el objetivo degenerar riqueza y obtener beneficiospara sus propietarios o accionistas. Conindependencia de que provea a lasociedad de productos, servicios oambos, no se cuestiona su naturalezade motor de la economía y de elemen-to fundamental en el desarrollo de lasociedad moderna.

Sin embargo, es evidente que la natu-raleza del sector donde la empresa de-sarrolla sus actividades resulta de unaimportancia capital cuando se trata devalorar la percepción que la sociedadtiene de sus actuaciones empresariales.Esto cobra especial relevancia cuandohablamos de empresas que se desen-vuelven en el campo del cuidado de lasalud de los ciudadanos.

Si existe un sector capaz de provocar“hipersensibilidad” en el tejido social,éste es el sector sanitario. Y si hacemosmención específica a la industria farma-céutica, tal hipersensibilidad puedealcanzar las más altas cotas.

Cierto es que tal percepción suele ser,por lo general, dual y hasta puede quecontrapuesta:

– La industria farmacéutica, con suesfuerzo investigador y la asun-ción del elevado riesgo económi-co inherente a toda actividad ba-sada en el I+D+I, libera al ser hu-mano de los efectos nocivos de laenfermedad. Contribuye a salvarmillones de vidas y es una herra-mienta imprescindible, tanto paraprolongar el ciclo vital como paraelevar los niveles de calidad devida. “Añade años a la vida y aña-de vida a los años.”

– La industria farmacéutica, con su des-medida ambición por el beneficioeconómico, pone en peligro la su-pervivencia del estado del bienestary mantiene “actitudes genocidas”con respecto a los países en vías dedesarrollo.

Nadie discutiría el hecho de que, gra-cias al avance que han supuesto losnuevos fármacos, la esperanza de vidase ha incrementado significativamenteen décadas recientes y que esos añosde vida ganados son años de elevadorendimiento físico e intelectual. La so-ciedad en su conjunto se beneficia deque sus miembros vivan más y mejor, altiempo que pueden seguir contribu-yendo activamente al desarrollo de lamisma.

El valor añadido de la empresa farmacéutica

en el sector sanitario

Belen GarijoDirectora General de sanofi-aventis

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No obstante, la percepción negativaque ciertos estamentos, organizacio-nes e individuos tienen de la industriafarmacéutica se convierte en un retoque, en determinadas circunstancias,puede suponer un lastre que dificultasobremanera el desarrollo sosteniblede nuestras actividades empresariales.Y ello requiere un esfuerzo suplemen-tario de comunicación de nuestra reali-dad concreta para contribuir activa-mente a una mejor comprensión denuestra labor social y al papel que laindustria farmacéutica desempeña ennuestro entrono.

La industria farmacéutica generasalud y calidad de vida

Dentro del ámbito que nos conciernecomo parte integrante que somos dela sanidad española, y por ende de lasanidad europea, existen unas reglasde juego establecidas por las Autori-dades Sanitarias que constituyen elmarco de referencia dentro del cualhemos de desarrollar nuestras activi-dades. Reglas que poco o nada tie-nen que ver con las que rigen enotros países, como EE.UU., donde elprecio de los productos y serviciossanitarios los marca la Ley del Merca-do, y donde el desarrollo de la indus-tria farmacéutica está algunos pelda-ños más arriba que en el entorno eu-ropeo.

Quizás esto debiera constituir un ele-mento de reflexión sobre el papelque la Comunidad Europea pretendeque nuestra industria farmacéuticarepresente en el escenario de unaeconomía globalizada. ¿Pretende-mos realmente jugar en la “GranLiga” del desarrollo farmacéutico onos conformamos con la “SegundaDivisión”? Y por otra parte, ¿estaría-mos los europeos dispuestos a pagarel precio para poder competir en Pri-mera División?

Mientras tanto, tal vez sería necesariorecordar que una de las acusacionesmás graves que se formulan contra laindustria farmacéutica, el “escandalo-so precio de los medicamentos”, sebasa habitualmente en un cierto des-conocimiento de las peculiaridadespropias de un sector industrial dondela apuesta firme por la I+D+I es unaapuesta larga, cara y arriesgada.

Por otra parte, los requerimientos deeficacia, seguridad y calidad de nues-tros productos, imprescindibles paraque puedan llegar hasta el consumi-dor final –el paciente–, constituyenotro de los elementos clave que defi-nen nuestra aportación a la cadena devalor sanitario al tiempo que repre-sentan un factor importante en el cos-te de investigación, producción ycomercialización.

Cuando afirmamos que nuestra apues-ta empresarial es larga, cara y arriesga-da, no lo hacemos de forma gratuita.Con un simple vistazo al proceso dedesarrollo de un medicamento se pue-de apreciar la veracidad de tal asevera-ción.

Cuando una nueva amenaza para elser humano en forma de nueva pato-logía surge en algún lugar del mundo,comienza un nuevo ciclo de búsquedade una solución farmacológica. Y esteciclo tiene una duración que oscila,por término medio, entre 12 y 15 añosdesde el comienzo de la I+D hasta ellanzamiento al mercado del nuevomedicamento. Por eso la apuesta eslarga.

La primera parte del ciclo, la que co-rresponde a la investigación de nuevasmoléculas, consume entre cinco y diezaños, además de importantes recursostécnicos, humanos y financieros, antesde producir los primeros resultadosalentadores en la fase de experimenta-ción animal. Si en esta fase aparecen

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efectos tóxicos, el resultado de tantoesfuerzo se desecha y el ciclo comienzade nuevo. Por eso la apuesta es cara.

En caso de que los resultados de la ex-perimentación animal resulten favora-bles, comienzan los ensayos clínicos. Lorelevante es que, como promedio, sólouna de cada cincuenta moléculas desa-rrolladas pasa de la experimentación alensayo clínico; y tan sólo una de cadacinco de las que supera el ensayo al-canza el mercado.

Finalmente, de cada diez medicamen-tos que llegan al mercado, solamentetres producen el beneficio suficientecomo para recuperar la inversión rea-lizada. Por eso, la apuesta, además delarga y cara, es arriesgada. Y no resul-ta fácil convencer a la comunidad fi-nanciera y a los inversores privados deque apuesten con nosotros.

No obstante, todavía queda mucho ca-mino por recorrer antes de alcanzar lameta. La industria farmacéutica desa-

rrolla sus actividades en un entornoque alguien definió como “régimen delibertad vigilada” porque no se rigepor las reglas de Libertad de Mercadopropias de las sociedades modernas yavanzadas.

Y así, junto a la falta de definición de laprestación sanitaria y farmacéutica –ypor tanto de los objetivos de los Siste-mas de Salud–, nos encontramos condificultades para poder demostrar nosólo la eficacia, seguridad y calidad denuestros productos, sino también sueficiencia a la hora de resolver los pro-cesos patológicos. Y ello se debe, ennuestra opinión, a la falta de conoci-miento que las propias Administracio-nes Sanitarias tienen de sus costes porproceso o patología, al hecho de quela Farmacia y la Clínica van por separa-do y, como corolario de lo anterior, aque a la evaluación del coste/benefi-cio se contrapone, y se impone la filo-sofía de la mera y simple contencióndel incremento del gasto farmacéuti-co.

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I + D

Moléculas

Toxicidad

5-10 años

2-5 añosRentabilidad 3/10

1/50

1/5

Experimentaciónanimal

Ensayos clínicosI-II-III

Lanzamientomercado

Fig. 1. Nueva enfermedad

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Aportación de la industriafarmacéutica a la cadena de valor sanitario

Siendo como es un componente másdel Sistema Sanitario, la industria far-macéutica no sólo contribuye a mejo-rar la salud y la calidad de vida de losciudadanos, sino que genera valor aña-dido al sector sanitario y, por exten-sión, a la sociedad de la que es parteintegrante.

Somos un claro ejemplo de industriaque fundamenta su actividad en elI+D+I y en la inversión financiera conobjetivos de desarrollo sostenido y me-jora del nivel de vida de la sociedad a laque pertenecemos. No sólo investiga-mos y desarrollamos medicamentospara curar o paliar nuevas enfermeda-des, sino que innovamos para mejorarla eficacia y eficiencia de los tratamien-tos ya existentes.

En términos de creación de puestos detrabajo, constituimos una de las áreas deactividad económica más importantes ala hora de generar empleo de calidad,debido a los elevados requerimientosde talento y conocimientos científicosque el alto valor añadido de nuestrosproductos exige. Sin olvidar la enormeaportación que suponemos para nues-tra sociedad propiciando el desarrollode la industria auxiliar debido a la grancantidad y variedad de proveedoresexternos –productos químicos, consul-toría, logística y distribución, publicidad,artes gráficas, formación...– que ne-cesitamos para llevar a cabo nuestro tra-bajo.

El Sector Sanitario conoce, y en ocasio-nes reconoce, la gran aportación de laindustria farmacéutica a la formacióncontinuada de un enorme colectivo deprofesionales de la Sanidad. La perma-nente actualización de los conocimien-tos científicos, que constituyen el ba-gaje intelectual imprescindible para el

normal desarrollo de la encomiable la-bor profesional del colectivo sanitario ypara la consecución del elevado nivelde calidad de nuestro Sistema Nacio-nal de Salud, es otro de los serviciosque prestamos, del que nos sentimosorgullosos y por el que no siempre so-mos adecuadamente reconocidos nivalorados.

También es importante reseñar nues-tra contribución a la educación e infor-mación de la población general en te-mas relacionados con la salud y pre-vención de la enfermedad. Nuestroapoyo activo e incondicional a colecti-vos tales como las asociaciones de pa-cientes, instituciones públicas o co-legios profesionales es otra de nues-tras aportaciones a ese bien comúntan demandado por nuestra Sociedaddel bienestar como es la salud.

Si bien es cierto que, ocasionalmente,se ha puesto en duda la legitimidad –eincluso la legalidad– de nuestras activi-dades comerciales, nuestra reaccióncomo colectivo empresarial ha sidocontundente: la elaboración y aproba-ción del Código Ético de la IndustriaFarmacéutica. En él se recogen las lí-neas maestras de actuación, no sólolegales sino éticas, que deben guiar losactos de las empresas de nuestro sec-tor en aras de una mayor transparenciaen las relaciones con los colectivos a losque servimos: pacientes, médicos y Ad-ministraciones Públicas.

Por ello, si el papel de la industria far-macéutica se contempla únicamentedesde la perspectiva de la microges-tión y la contención del gasto sanitario,corremos el riesgo de perder la visiónestratégica estatal, olvidando su valio-sa contribución y auténtico significadodentro del entramado social al quepertenecemos.

El objetivo empresarial de la industriafarmacéutica no se limita a la legítima

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obtención de beneficios económicospara nuestros accionistas, sino que vamucho más allá. La industria farma-céutica constituye una herramienta decreación y reparto de riqueza al tiem-po que, por medio de su esfuerzo,contribuye al desarrollo sostenido y albienestar de la sociedad a través de la

investigación, desarrollo, producción,distribución y venta de medicamentosgeneradores de salud y calidad de vi-da.

Si así lo hacemos, la sociedad deberíareconocérnoslo. En caso contrario, de-bería exigírnoslo.

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El difícil equilibrio en el entorno de la salud

Cada día las empresas tienen quecompetir en un entorno altamentecomplejo y en constante evolución conel objetivo de diferenciarse del restode las compañías y contribuir significa-tivamente a la creación de valor paralos usuarios de sus productos y todosaquellos colectivos que giran a su alre-dedor.

A lo largo de los años, las empresas hanido superando dificultades en los diver-sos procesos del conocimiento de laspatologías, el desarrollo de sus produc-tos, su producción a gran escala y laoptimización de sus costes, la logística,la comercialización y la gestión de losrecursos humanos y financieros. Peroen todos los casos surgen necesidadesnuevas a medida que avanzan las tec-nologías.

Ante este reto, cada compañía tieneque buscar sus señas de identidad pro-pias y, a largo plazo, en todas y cadauna de sus actividades, y debe elegirentre las múltiples posibilidades en fun-ción de sus fortalezas o de aquellos as-pectos diferenciadores que puede al-canzar con sus recursos. Así, por ejem-

plo, muchas compañías son hoy máscompetitivas gracias a su presencia glo-bal, tanto a nivel estratégico de pro-ductos como geográfico, con el objeti-vo de poder rentabilizar al máximo elaprovechamiento de la tecnología y desu investigación y desarrollo durante elperíodo de las patentes. Otras compa-ñías que no pueden alcanzar este obje-tivo basan su estrategia en la comercia-lización de genéricos, que contribuyenen parte a la optimización de los costessanitarios a corto plazo. En amboscasos las compañías pueden tener éxi-to empresarial. Cada compañía debeelegir si su contribución es a largo o acorto plazo. Si elige el largo plazo y lagestión adecuada de su I+D, podráaportar al paciente nuevos métodos dediagnóstico que permitan medir su pre-disposición a determinadas enferme-dades, poder prevenirlas, diferenciar elorigen genético de su enfermedad ytratamientos específicos que funcio-nen. Si elige contribuir con resultados acorto plazo en la reducción de los cos-tes sanitarios, no podrá dedicar los re-cursos necesarios a la innovación.

El desarrollo del conocimiento de lasempresas necesita un entorno prede-cible para poder adaptarse a las nece-sidades cambiantes. Sin embargo, en

El valor añadido de la empresaen el sector sanitario

Peter HugConsejero Delegado de Roche Farma

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el entorno sanitario participan un grannúmero de colectivos con necesida-des diferentes y que evolucionan a unritmo distinto.

El ciudadano, cada vez más informadoy con una esperanza de vida cada vezmayor, necesita una atención sanitariaque le permita no sólo controlar suspatologías crónicas sino tener la me-jor calidad de vida posible.

Los profesionales de la salud necesitanacceder a nuevos métodos de diagnós-tico y nuevos tratamientos y dar unaatención al paciente, cada vez másnumeroso y exigente, con mayor edad ycon múltiples patologías. Además, ne-cesita formación continua en una cien-cia en constante evolución pero con unadisponibilidad de tiempo cada vezmenor.

Las autoridades sanitarias y políticasdeben gestionar los recursos, no siem-pre suficientes, de forma que se ase-gure la viabilidad del sistema. Sin em-bargo, la propia evolución de la cienciay de la tecnología hace que la presta-ción del servicio sanitario sea cada vezmás costosa.

El reto de todos los participantes delsistema sanitario es encontrar un equi-librio común para todos ellos que per-mita la óptima utilización de los recur-sos a largo plazo. Las autoridadessanitarias y políticas, los profesionalesde la salud, los ciudadanos y la indus-tria deben adoptar una estrategia par-ticipativa y encontrar sinergias comu-nes orientadas al ciudadano.

El ciudadano como centro del sistema

Durante los últimos 25 años hemosasistido a tres revoluciones tecnológi-cas: la biología molecular, la automati-zación y la informática. La interrela-

ción de estas tres ciencias proporcio-nará el conocimiento necesario parael desarrollo de la Genética y la Genó-mica.

La Genética o el estudio de la herencia,la correlación causal de la enfermedady de los factores de riesgo. En base aesta ciencia podremos elegir dianasclave y novedosas para los medicamen-tos, identificar la predisposición a lasenfermedades, mejorar la eficacia delos ensayos clínicos y desarrollar medi-das preventivas y tratamientos específi-cos para los pacientes.

El cuidado de la salud se transformarápaulatinamente a medida que se pro-duzcan avances en esta ciencia. Seconocerá la base de muchas enferme-dades comunes, se podrán identificarlos factores de riesgo y se diseñaránmedicamentos eficaces y segurospara un individuo en concreto.

La Genómica es la ciencia que estudiael genoma, es decir, la expresión dife-rencial de los genes relacionados conla enfermedad. Permite el conocimien-to de objetivos clave y novedosos parael estudio de las enfermedades así co-mo el diseño de modelos animalesmás fiables para el estudio inicial de losfármacos. Igualmente, gracias a la Ge-nómica se pueden diseñar marcadorespara el desarrollo de programas clíni-cos encaminados al estudio del diag-nóstico, tratamiento o seguimiento delas enfermedades.

La Genética y la Genómica son la basede la evolución de la medicina, perosupondrán un cambio en el modelo degestión de los recursos sanitarios. Nose tratará de gestionar solamente loscostes implicados en una u otra pato-logía, sino en la gestión de la salud decada uno de los pacientes. La medici-na pasará de ser colectiva a ser indivi-dualizada y esto no significa, como seha dicho en numerosas ocasiones, fa-

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bricar el medicamento a medida, in-viable hoy por hoy, sino poder diferen-ciar los múltiples orígenes de unapatología y darle al paciente el medi-camento más adecuado para combatiresta causa. Incluso se trata de adoptarmedidas preventivas, no sólo de carác-ter general sino también de carácterindividual, con aquellos ciudadanos enquienes se detecte una especial pre-disposición a padecer una determina-da patología.

La medicina individualizada suponebeneficios claros para el ciudadano ypara todos los agentes que participanen la atención sanitaria.

El paciente tendrá una mejor calidadde vida gracias a la prevención y eltratamiento precoz de la enferme-dad. Además, será partícipe de lagestión de su salud, lo cual implicaráuna mejor adherencia a tratamientospreventivos o curativos. La educa-ción en hábitos saludables a lo largode la vida del paciente es un puntoclave.

El personal sanitario dispondrá de lahistoria de salud del paciente desdesu nacimiento, incluida la historia fa-miliar y los estudios de predisposi-ción. Los métodos diagnósticos, tam-bién recogidos en el historial, evitaránanálisis innecesarios y pondrán a dis-posición del médico pruebas inequí-vocas que ayudarán en la prescripciónde medicamentos cuya eficacia espe-cífica será bien conocida.

La salud pública utilizará los recursos,no tanto de forma colectiva, sino deforma individualizada, y conseguirácontrolar el desarrollo y la cronicidadde las enfermedades. Los productosfarmacéuticos específicos, con eficaciaconocida, permitirán al sistema desalud optimizar su utilización, evitandoprescripciones innecesarias y costosas,mejorando la adherencia al tratamien-

to y disminuyendo los efectos secun-darios de tratamientos que no funcio-nan.

En la salud del futuro hablaremos degestión de la salud individual, y se apro-visionará y optimizará la utilización delos recursos necesarios para conseguirel estado de salud, demandado por lapoblación. El ciudadano será así el cen-tro del sistema.

El valor añadido de la empresa en el sector sanitario.

El difícil equilibrio entre los diversosagentes del sector sanitario mejoracuando el ciudadano o el paciente sonel objetivo común. En este supuesto,todos los implicados en la salud aña-den valor y es posible alcanzar siner-gias que hoy en día todavía no se hanalcanzado.

La I+D aportada por la industria per-mite el acceso de los ciudadano a losresultados de la investigación básica através de los profesionales de la salud.Por ejemplo, el desarrollo de test depredisposición, diagnóstico o segui-miento de la enfermedad con una altafiabilidad permite adoptar medidaspreventivas. La posibilidad de dispo-ner de armas terapéuticas más efica-ces hace que la adherencia a los trata-mientos y los resultados en salud seanmejores, optimizándose la utilizaciónde los recursos disponibles.

Los nuevos tratamientos necesitanensayos clínicos, en los que los pa-cientes acceden a la innovación con uncoste muy limitado para el sistema sa-nitario. Pero también son necesarioslos estudios observacionales de efica-cia en la práctica clínica habitual, y através de la participación en los mis-mos, los clínicos y otros colectivos sani-tarios pueden también ampliar su for-mación y experiencia. P

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El manejo de los efectos secundarios sefacilita con los programas de mejora ala adherencia, diseñados con los profe-sionales aseguran la buena utilizaciónde los recursos públicos. Con esta he-rramienta, el paciente formado ad-quiere protagonismo en el control desu enfermedad gracias a su participa-ción activa y responsable, mejorándoselos resultados en salud.

Éstos y otros servicios a medida de lasnecesidades sólo son viables cuandoexisten objetivos comunes en los quebasar los acuerdos de colaboración.

Medidas a largo plazo que aseguren el acceso a la innovación

Pero para que la empresa pueda apor-tar su parte del valor añadido, el sistemasanitario, las administraciones públicascentrales o regionales deben asegurarlos recursos necesarios para financiar elacceso a la innovación a largo plazo, aligual que se aseguran otros serviciospúblicos a los ciudadanos (por ejemplo,las pensiones), independientemente delos gobiernos que sean responsablesde adjudicar los recursos para la saluddel ciudadano.

Un buen ejemplo podría ser el SIDA.En base al conocimiento de esta en-fermedad, se ha conseguido frenar lainfección por HIV gracias a campañasde prevención y convertir esta patolo-gía de aguda a crónica gracias a lostratamientos antirretrovirales. Pero es-ta cronificación hace que los pacientescon HIV vivan más tiempo con unaenfermedad que hoy por hoy no tienevacuna y que necesita cada vez nuevasmoléculas, mucho más sofisticadas,para reducir la carga viral y aumentarlas defensas del paciente.

Lo mismo ocurre con la Oncología.Todos los planes de salud de las diver-

sas comunidades autónomas incluyencampañas de detección precoz delcáncer. Los nuevos tratamientos au-mentan la supervivencia y la esperan-za de vida, pero también el coste. A lavista de los avances que está teniendola investigación en este campo, lasautoridades sanitarias deben plante-arse cómo van a financiar los trata-mientos en los próximos años. Unostratamientos que además serán másespecíficos y eficaces, pero muchomás difíciles de desarrollar y de fabri-car.

La Hepatitis C es el caso opuesto. Unciudadano puede estar infectado porel virus de la hepatitis C durante 30años sin que tenga ningún síntomahasta que desarrolle una cirrosis cróni-ca, un hepatocarcinoma y necesite untransplante de hígado. ¿No sería lógi-co detectar precozmente esta patolo-gía, seguir la evolución del pacientesin síntomas, y adoptar los tratamien-tos existentes si es necesario, en lugarde permitir que llegue a una cirrosis oun cáncer de hígado?

Son ejemplos de una actuación globaly complementaria entre las empresasfarmacéuticas innovadoras, las autori-dades sanitarias y los profesionales dela salud. Este enfoque integral y a largoplazo es la medicina individualizada,que no sólo permitirá frenar la evolu-ción de muchas de las patologías a tra-vés de medidas preventivas eficaces,sino también asegurar un uso más ra-cional de los medicamentos (basado enun diagnóstico específico) y un perfil deefectos adversos mejor.

Esta visión global de la salud del ciu-dadano implica cambios importantesen el sistema sanitario, en el que debehaber una integración total y a largoplazo en la atención al mismo, nuevosconsensos en el tratamiento de lasenfermedades y el abordaje de aspec-tos éticos y jurídicos. Además, los sis-

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temas sanitarios deben adaptarse auna cronicidad cada vez mayor de laspatologías y su seguimiento en Aten-ción Primaria, dedicándose ademásmayores recursos hacia la prevención

y detección precoz de enfermedades,lo que sin duda supondrá un mejoraprovechamiento de los recursos dis-ponibles y de una mejora en salud dela población.

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Introducción

Aunque el tratamiento de las fracturasse remonta a la Antigüedad, no eshasta comienzos del siglo XX cuandosu práctica se sistematiza y se puedeempezar a hablar de la Traumatologíacomo especialidad quirúrgica. En Es-paña es a partir de los años 60, con eldesarrollo de un Sistema Nacional deSalud, cuando se crean los primerosservicios de Ortopedia y Traumatolo-gía, anteriormente englobados den-tro de los Servicios de Cirugía Gene-ral. Ya existían, de hecho, unidades or-ganizadas de la especialidad, peromás bien vinculadas a patologías con-cretas prevalentes en la época, comola tuberculosis osteoarticular o la po-liomielitis.

Podemos decir que el avance experi-mentado fundamentalmente en los úl-timos cincuenta años y, particularmentedesde la década de los setenta, ha sidoexponencial, tanto en el conocimientocientífico como en la práctica quirúrgi-ca. De los rudimentarios tratamientosde las fracturas se ha pasado a moder-nos métodos de osteosíntesis y de ciru-gía ortopédica, entre otros la generali-zación de la cirugía protésica, que hasignificado uno de los mayores avances

médicos de los últimos veinticincoaños, proporcionando una alta calidadde vida. El enorme progreso económi-co y de bienestar social en el primermundo ha creado una demanda de ser-vicios de salud asociados al tratamientode enfermedades prevalentes, de en-fermedades de especial morbimortali-dad, como el cáncer y, en fin, a otrasque merman la calidad de vida y auto-nomía física de los ciudadanos. El de-nominado “estado de bienestar” comoconquista social se ha visto comple-mentado por el desarrollo técnico alque la especialidad de Traumatología yCirugía Ortopédica ha contribuido deforma relevante.

La colaboración de la industria(fabricación)

Desde el comienzo de estas etapas, hasido importante el desarrollo multidisci-plinar: la llamada actualmente “investi-gación transnacional”, como conceptode llevar al terreno de la aplicación loque se investiga y desarrolla en el la-boratorio, ha tenido ya sus anteceden-tes en la patología y terapéutica delaparato locomotor. Los grupos de tra-bajo constituidos por especialistas-ciru-janos buscando resolver problemas

El valor añadido de lasempresas de traumatología

y ortopedia al sector sanitario

Rafael MartínezManaging Director Stryker Howmedica

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concretos de su práctica diaria, conotros profesionales, fundamentalmenteingenieros, físicos, químicos, y otros ex-pertos en materiales, creó una asocia-ción de intereses que con el tiempo diolugar a la aparición de una industria inci-piente. Estos pioneros crearon las basesde la colaboración y demostraron losenormes beneficios que se derivabancuando se aunaban conocimientoscomplementarios con un objetivo co-mún: el paciente.

Durante los años cincuenta y sesentase produce la consolidación de laindustria que, identificando las necesi-dades básicas, proporciona productosde calidad contrastada. Los nuevosmateriales, como los aceros quirúrgi-cos y, sobre todo, las aleaciones de Cr-Cobalto y los polietilenos de ultra altadensidad contribuyeron además a larealización de productos biocompati-bles y duraderos.

Los años setenta y ochenta fueron es-pecialmente prolíficos, dando lugar ala aparición casi explosiva de nuevosproductos, gracias a la existencia deuna industria suficientemente prepara-da y a la interacción con profesionalessanitarios, normalmente adelantados asu tiempo, que buscaban una soluciónmás allá de las limitaciones técnicas ycientíficas existentes. Es en estos añoscuando se produce la estandarizaciónde los procedimientos quirúrgicos,buscando una reproductibilidad de lastécnicas quirúrgicas que garantizaseresultados equivalentes. De esta formala sistematización en el tratamiento delas fracturas trajo consigo enormes be-neficios para los pacientes.

Las empresas nacidas, a veces casi co-mo simples talleres, evolucionaron, do-tándose de profesionales de reputa-ción científica contrastada.

De la preocupación por la mecánica sepasa a la preocupación por la biología

y, consecuentemente, por la apariciónde materiales “biológicos”, encabeza-dos por aleaciones de titanio y por lashidroxiapatitas, que cambiaban el con-cepto inerte para convertirse en con-ductores (osteo-conductores) del creci-miento óseo y, por lo tanto, de la inte-gración de los implantes.

Si los avances iniciales y el desarrollo denuevos productos fueron consecuenciade iniciativas individuales de cirujanos-especialistas respaldados por una in-dustria incipiente, en las dos últimasdécadas la industria ha alcanzado unaenorme madurez como sector empresa-rial que le ha permitido dar una respues-ta inmediata a las crecientes demandasde unos especialistas altísimamente cua-lificados, y a unos pacientes no dispues-tos a perder calidad de vida. Tal es laimportancia que todos los países de laOCDE realizan planes integrados deinvestigación y desarrollo, donde sonfundamentales los investigadores, perotambién la industria. En España, junto alPlan Nacional de I+D+I, aparecen con-vocatorias gubernamentales que bus-can esta implicación conjunta de investi-gadores e industria, tratando de ponerfin a la investigación que, en fin, noredunda en capacidades productivas yque tan frecuente ha venido siendo enEuropa, hasta el punto de denominarseen EE.UU. la “paradoja europea” a lasituación de una gran producción cientí-fica en el viejo continente que no ha lle-vado a aplicación y beneficio de lospacientes.

El futuro se presenta enormementealentador. La aparición de la biotecno-logía, como expresión de la capacidaddel hombre de actuar sobre la biologíapara desarrollar productos “activos”,impondrá sin duda un cambio radicalen las próximas décadas en la especia-lidad de Traumatología y Ortopedia.

De entre el numeroso grupo de pro-ductos de biotecnología destacan los

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factores de crecimiento y proteínasmorfogenéticas, así como la biologíacelular. Su capacidad para inducir elcrecimiento óseo y, probablemente,de otros tejidos podrá revolucionar engran medida la práctica quirúrgica, asícomo la calidad de vida de los pacien-tes.

El valor añadido aportado por las empresas de distribución en España

Cuando hablamos de valor añadido,surge necesariamente la controversiasobre la metodología a utilizar pararealizar una valoración objetiva, así co-mo los participantes en la misma. Esevidente que en un mercado con tan-tos actores, donde las relacionescliente-proveedor no están definidasbidireccionalmente, la percepción delvalor añadido puede ser diferente pa-ra cada actor.

Desde la industria, entendemos comovalor añadido el conjunto de presta-ciones añadidas al producto que noforman parte del contrato de compra-venta.

Dentro de éstas podemos enumerar lassiguientes:

a) La formación a los profesionales sa-nitarios sobre la utilización de losproductos, así como el conocimientode nuevas técnicas y prácticas quirúr-gicas, a través de seminarios, con-gresos, cursos de formación específi-cos, estancias de formación, foros dedebate, paneles, etc.

La activa labor desarrollada por to-das las empresas del sector de im-plantes de Traumatología ha permi-tido que España forme parte de unselecto grupo de países que se be-nefician de forma inmediata de cual-quier avance técnico.

b) El compromiso de servicio en el su-ministro, que se materializa en unapermanente disponibilidad y res-puesta inmediata a las necesidades,que garantizan una prestación deservicios sanitarios en óptimas con-diciones.

Las empresas del sector asumenenormes inventarios, tanto de im-plantes como de los instrumentalesprecisos para su implantación y, enmuchos casos, préstamos de depó-sitos en hospitales.

c) Información, que permite una uni-versalización en el conocimiento deforma casi automática.

d) Las colaboraciones y ayudas a la in-vestigación clínica y valoración deresultados mediante la elaboracióny desarrollo de herramientas de se-guimiento y análisis, así como el es-tablecimiento de proyectos de I+D.

e) La colaboración con las sociedadescientíficas mediante proyectos con-juntos de formación, investigación y,en general, de todos aquellos quepuedan contribuir a que éstos alcan-cen sus fines sociales.

El sector de empresas dedicadas a laespecialidad de Traumatología y Or-topedia está representado en estosmomentos por un importante grupode empresas que disponen de unpersonal altísimamente cualificadoen todos sus departamentos, cons-ciente de la relevancia de su contri-bución para asegurar el funciona-miento del sistema sanitario.

Como resumen, podríamos decirque la palabra que mejor define elconcepto de valor añadido es la decompromiso con el sistema sanita-rio, con los profesionales y, por últi-mo, con los pacientes como benefi-ciarios finales. P

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La industria farmacéutica es un sectorinnovador por excelencia. Cada unade las compañías que se dedica a bus-car nuevas moléculas no es sólo unaindustria química o una fábrica de me-dicamentos, sino un centro de investi-gación y producción científica en elque la innovación es el factor claveque diferencia a unas compañías deotras. Por tanto, la investigación y eldesarrollo de cada compañía farma-céutica es el alma de esta actividad.

Esta gran apuesta por la I+D se ha dever sustentada por los valores de lascompañías, su compromiso con losvalores esenciales y con la sociedad.En el seno de este liderazgo de laindustria, Pfizer ha jugado un papelpredominante ya que siempre ha teni-do en cuenta que el cuidado de lasalud es mucho más que un negocio,es un compromiso. Un compromisocon la vida, con el ser humano. Porello, nuestra misión es ayudar a preve-nir enfermedades y contribuir a mejo-rar la calidad de vida de los pacientesy de la sociedad. Una buena manerade demostrar ese compromiso es tra-bajar de manera conjunta con losmédicos, los científicos y los pacien-tes, principales beneficiarios de nues-tra actividad.

En la sociedad actual, los medicamen-tos no le son ajenos a nadie. Bien por-que sirven para curar patologías, bienporque se utilizan para el cuidado per-sonal y la prevención. Analizar las nece-sidades de la sociedad e implicarse enla búsqueda de soluciones reales sonactividades que configuran un factorde referencia a la hora de valorar a unacompañía farmacéutica.

Sin embargo, hay que tener presenteque el enorme esfuerzo investigadorque se realiza a diario en este sector hade ser considerado en el marco de quecada resultado va íntimamente ligado ala ecuación capital/riesgo. Es decir, queunas pocas operaciones rentables, amedio y largo plazo, han de ser sufi-cientes para poder costear de maneraaceptable toda la cartera de inversio-nes de una compañía farmacéutica enla que, siempre, hay que contar con unelevado número de proyectos fallidos.

De hecho, son cuantiosos los progra-mas de investigación iniciados por laindustria farmacéutica, y para los que sedestinan enormes cantidades de recur-sos, que tienen que ser abandonadospor falta de éxito. Mientras, el porcen-taje de nuevos fármacos que, finalmen-te, llega a desarrollarse para entrar a

El valor del compromiso de la industria farmacéutica

Emilio MoraledaDirector General de Pfizer

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formar parte del arsenal terapéutico ha-bitual es muy escaso. No hay que olvi-dar que sólo culmina totalmente el pro-ceso una de cada 10.000 moléculas conlas que se inicia un proyecto de investi-gación.

Según los datos de los últimos años,para el desarrollo de un medicamentode éxito, cada compañía farmacéuticaha de realizar una inversión media deentre 800 y 900 millones de euros ydedicar cerca de quince años para con-cluir el proceso. De ahí que en estaindustria no resulte extraño que un se-lecto grupo de productos que tieneéxito tenga que generar rendimientossuficientes para compensar el coste delos fracasos que, por otro lado, son nor-males en cualquier proceso investiga-dor. Es la única estrategia que permitemantener las fuertes reinversiones querealizan estas compañías para la bús-queda de nuevos productos innovado-res que aportan soluciones reales, asícomo los elevados índices de empleoque genera.

Miles de científicos/cientos de proyectos

En Pfizer tenemos el claro compromi-so de ofrecer, cada día, nuevos y me-jores medicamentos que contribuyena mejorar la salud de los pacientes.Se trata de un compromiso con lainnovación y la investigación, que eslo que nos ha llevado a convertirnosen la compañía farmacéutica númerouno. Número uno especialmente enel compromiso con el descubrimien-to y desarrollo de nuevos fármacos.Esta filosofía se lleva a la prácticaapoyándose en tres pilares básicosde la compañía: la extensa variedadde soluciones farmacéuticas innova-doras que responden a necesidadesmédicas esenciales; la amplia gamade productos de autoprescripción, ylos medicamentos de uso veterinario

destinados al cuidado de la salud delos animales.

En la actualidad, Pfizer da empleo amás de 14.000 científicos y expertos ensalud, lo que constituye el mayor equi-po investigador del mundo que atesti-gua que detrás de cada medicamentodestinado a aliviar el sufrimiento huma-no existe un extraordinario esfuerzoinvestigador. En estos momentos, sonmuchos los investigadores altamentecualificados que participan en proyec-tos de I+D de nuestra compañía enmás de veinte países. Trabajan con másde un centenar de nuevas moléculascandidatas a posibles medicamentosinnovadores para el tratamiento deenfermedades que van desde el resfria-do común hasta el cáncer; y en otroscien proyectos dedicados a optimizarlos diferentes usos de productos yaexistentes. Mantener esta amplia cade-na de investigación en todo el mundoes una ardua tarea para la que Pfizerdestinó, durante el pasado año 2003,un total de 7.500 millones de euros.

Estas cifras trasladadas a España confi-guran un montante de 69 millones deeuros repartidos en numerosos proyec-tos de investigación en los que partici-pan miles y miles de pacientes. El re-sultado final es una gran recompensa:ver cómo millones de personas vencensus enfermedades y alivian su sufrimien-to, una apuesta que Pfizer quiere man-tener en el futuro.

Además de esta actividad interna deI+D en la que la industria farmacéuticagenera una fuente de empleo cualifica-do enorme, estas compañías colaboranestrechamente con investigadores in-dependientes en su búsqueda de nue-vos medicamentos. Ello hace de la in-dustria farmacéutica un actor principalen la I+D biomédica de nuestro país,no sólo liderando la investigación priva-da, sino como colaborador activo de lapública. Pero es difícil sostener esta ca-

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pacidad investigadora si no se procuramantener un entorno adecuado en elque se pueda contar con un marco re-gulador estable, especialmente ahoraque jugamos en un escenario divididoen 17 gobiernos autonómicos. Asimis-mo, se hace necesario que el mercadotenga un crecimiento sostenible, quehaya unos sistemas de incentivos, unafinanciación de I+D y un tratamiento fis-cal propicios, junto a unas infraestructu-ras científicas y asistenciales adecua-das.

Entorno estable

En la actualidad, el constante eje deinterés político e informativo referentea la industria farmacéutica se centraen el crecimiento del gasto farmacéu-tico y en las diferentes medidas co-yunturales adoptadas por las 17 admi-nistraciones sanitarias para paliarlo.Centrar la actividad del sector en esteúnico punto refleja, con frecuencia,una visión parcial y sesgada de la rea-lidad que ignora todos los elementosque componen la prestación farma-céutica en su conjunto.

Es importante que la sociedad aprecieel valor del medicamento y el esfuerzoque hace la industria en la investigacióny desarrollo del mismo para terminarcon el tratamiento puramente econo-micista que, desde algunos ángulos, seestá dando de las compañías farmacéu-ticas. No se puede culpar a los labora-torios como únicos responsables de lafactura nacional de medicamentos enEspaña, ni cargar las tintas de maneratan unilateral, máxime cuando este sec-tor se ha comprometido, de manerareal, con el Gobierno para ayudar acontener el mencionado gasto.

En este contexto, no puedo dejar demencionar la encuesta anual realizadapor Farmaindustria sobre la investiga-ción desarrollada por las compañías

farmacéuticas radicadas en España.Las últimas cifras extraídas de la mis-ma concluyen que, durante el año2002, el sector invirtió 532 millones deeuros, un 24% más que el año anterior,gracias, entre otros factores, al Pactode Estabilidad firmado entre la indus-tria y el Ministerio de Sanidad para elperíodo 2002-2004.

Del total del capital invertido, segúnlos datos de la patronal, más de 201millones se ejecutaron en colabora-ción con instituciones externas: hospi-tales, universidades o centros públi-cos, que han supuesto el 38% del totalde la inversión, además de contem-plar las transferencias hechas para fi-nanciar proyectos públicos a travésdel Instituto de Salud Carlos III –en losque se ha involucrado a 12.000 cientí-ficos– y que ha sido considerada lamayor iniciativa de investigación bio-médica en España.

Compromiso social

Otras inversiones menos conocidaspero más valoradas son aquellas quelas compañías hacen en el marco de laresponsabilidad social corporativa. Enese ámbito, Pfizer cumple con todaslas indicaciones propuestas por la pa-tronal en el Código Deontológico yestá suscrita al Pacto Global de Nacio-nes Unidas, una iniciativa en la que par-ticipan gobiernos, empresas, trabaja-dores, sindicatos, organizaciones nogubernamentales e instituciones aca-démicas que han decidido seguir losprincipios sobre derechos humanos, la-borales y de medio ambiente que esta-blece la Organización Mundial de laSalud (OMS).

Asimismo, también colabora con estaentidad internacional para distribuir flu-conazol, un fármaco destinado a paliaralgunas enfermedades concomitantesdel sida, a los 50 países más pobres del P

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planeta. Para contribuir en la lucha con-tra esta enfermedad, Pfizer, además, hacreado el Centro de Investigación so-bre Sida en Kampala (Uganda) en elque se está desarrollando un estudiode prevención para esta dolencia. Otrainiciativa orientada hacia el compromi-so social es la lucha contra el tracomaen la que Pfizer lleva participando másde dos años con una campaña paraerradicar esta enfermedad en Marrue-cos, Tanzania y otros países del sudesteasiático y Latinoamérica.

En España, la Fundación Pfizer está rea-lizando una labor importante en la pro-moción y concienciación de la pobla-ción frente al envejecimiento saludable,un tema de especial sensibilidad te-niendo en cuenta el incremento de laesperanza de vida de la población.

El valor humano

Pero todos estos proyectos, tanto deI+D como sociales, no se podrían llevar

a cabo si no se cuenta con un equipobien formado y comprometido con lamisión de la compañía. En este sentido,la industria farmacéutica constituye unode los sectores que más empleo gene-ra contando siempre con la confianzade sus empleados. No cabe duda deque el mayor activo de una compañíason las personas que la configuran, losprofesionales, su grado de compromi-so con los ideales de progreso e inno-vación y, en definitiva, su implicación enel servicio a la sociedad.

En nuestra compañía, 1.600 hombresy mujeres han sido capaces de ganar-se esa confianza con miles de médi-cos y millones de pacientes en Espa-ña, haciendo posible que Pfizer sesitúe en un nivel de reconocimiento yaceptación muy alto con un enormevalor humano. Se trata de formar va-lores para la compañía a través de lacreación de valores para la sociedad,aspecto con el que la industria farma-céutica se está implicando más quenunca.

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El lector estará familiarizado con el he-cho de que las informaciones que nosllegan sobre los programas de investi-gación aeroespacial suelen venir acom-pañadas de una muletilla casi obligada.En ellas se nos explica que muchos delos desarrollos tecnológicos que se fi-nancian en esos costosos programasacaban teniendo una aplicación, aveces insospechada, útil en nuestra vi-da cotidiana. Y así, el ciudadano acabasiendo consciente, entre perplejo e ilu-sionado, de que su reloj de pulsera noexistiría si el hombre no hubiera puestoel pie en la Luna.

Similar justificación se utiliza cuandose habla de las elevadas cifras que seinvierten en el diseño de un nuevo mo-noplaza de Fórmula 1. Todos encon-tramos cierto alivio moral, pese almonto de esos proyectos, cuandopuntualmente nos informan que losfrenos o el último dispositivo, siemprede tres letras, que incorpora nuestrovehículo familiar no hubieran podidodesarrollarse si alguien no los hubieraensayado en tan duras y extremas con-diciones.

Lo sorprendente es que la necesidadde esa intencionada justificación seextiende incluso a lo que hemos dado

en llamar ciencia básica. Cuando sehabla de los recursos económicos quededicamos a la investigación pura, inva-riablemente se añade aquel lugar tancomún como cierto de que sin ella nopodrían existir ni la investigación aplica-da ni los desarrollos tecnológicos.

Existe, al menos, un tipo de investiga-ción que no requiere de muletillas nide justificaciones especiales para elciudadano que las financia de formadirecta o indirecta: la investigaciónfarmacéutica y, por extensión, la inves-tigación en el sector sanitario. Se tra-ta, pues, de una investigación finalistadirigida a objetivos que la sociedadjuzga como auto-explicables, que elciudadano cataloga de justificados ynecesarios.

En la industria farmacéutica estamosinvestigando para el individuo, paranuestra sociedad, para nuestro futuro.Sin esquinas. Sin carambolas.

Los valores añadidos de la I+Dfarmacéutica

El primer valor añadido del resultadodel esfuerzo investigador de la indus-tria farmacéutica es la salud. Es la dis- P

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Invertimos en salud. Invertimos en futuro

Javier PerisConsejero Delegado de Salvat Laboratorios

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minución del sufrimiento. Es la pre-vención de la enfermedad. Es la cali-dad de vida. En consecuencia, la prin-cipal aportación de las empresas alsistema sanitario es su contribucióndirecta a la propia finalidad del siste-ma: la mejora de la salud de la socie-dad. Y eso lo conseguimos mejorandocontinuamente los medicamentos dis-ponibles, los métodos de diagnósticoo la tecnología asociada a la cirugía.

Eso ya sólo justificaría plenamente losesfuerzos económicos y humanos quenuestra actividad investigadora con-lleva. Pero, además, hay otros efectossecundarios beneficiosos de esa acti-vidad investigadora que, sin duda,repercuten en el conjunto del paísdonde se lleva a cabo.

El farmacéutico es uno de los cuatrosectores con mayor intensidad tecno-lógica en la UE y el segundo en Espa-ña. Según la Encuesta Industrial deProductos, que realiza periódicamen-te el Ministerio de Ciencia y Tecnolo-gía, el 17% de la producción de altatecnología española se lleva a caboen el sector farmacéutico. Estas cifrasresultan particularmente relevantes enun país en que la tasa de coberturatecnológica, esto es, la balanza depagos por actividades de I+D, servi-cios técnicos y royalties se mantieneen cifras del 19%, muy alejadas de lasde los países de nuestro entorno. Setrata, sin duda, de una de las partidasmás deficitarias de nuestro aparatoproductivo industrial y, en general, detoda nuestra economía.

Las cifras macroeconómicas actualesseñalan que España está dedicandoalgo menos del 1% del PIB a I+D. Estatasa es la mitad de la media de la UE,donde nos situamos sólo por delantede Grecia y Portugal, y la tercera par-te de la que dedican EE.UU. o Japón.Pero quizá lo más alarmante es que enlos últimos 10 años sólo ha crecido en

una décima el porcentaje del PIB de-dicado en España a I+D.

La consecuencia inmediata de estosdatos es una elevada dependenciatecnológica del exterior. Es el sectorfarmacéutico, como principal fuenteprivada de inversión en I+D, una de lasherramientas principales de nuestropaís para evitar su alarmante tenden-cia a la terciarización y para tratar deno perder el tren de un mundo avan-zado que basa su economía en unaindustria de altísima densidad tecnoló-gica. Las compañías farmacéuticasque realizan investigación inviertenentre un 10 y un 20% de sus ingresosen I+D, lo que representa un porcen-taje más elevado que el de cualquierotro ámbito de la actividad económicaprivada (incluyendo otras industrias dealta tecnología tales como la informá-tica, electrónica o aerospacial). La in-dustria farmacéutica hace más queninguna otra industria de alta tecnolo-gía en mejorar el superávit comercialde Europa.

Un dato poco conocido es que sucontribución a la balanza comercial dela UE es nueve veces mayor que la delsector de telecomunicación, sonido,TV y vídeo. Además, la I+D farmacéu-tica no se realiza únicamente en cen-tros de investigación privados y aisla-dos, sino que, de forma creciente, lacolaboración con los centros públicosde investigación alcanza porcentajesmuy significativos. Esa colaboraciónabarca todo el largo proceso quesupone el desarrollo de un nuevo fár-maco. Así, desde el descubrimientode una nueva diana terapéutica, que amenudo responde al esfuerzo de losinvestigadores académicos, hasta lalarga etapa de ensayos clínicos enpacientes, que implica la colaboraciónde decenas de centros hospitalarios yde centenares de profesionales sani-tarios allí ubicados, se realizan en coo-peración.

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Es por ello que algunos han descrito laI+D farmacéutica como un verdaderoaparato circulatorio que nutre todo eltejido científico de un país. En Españala I+D farmacéutica se beneficia delalto nivel de los investigadores denuestro sector público y éstos de losrecursos económicos que la industriales transfiere.

No debiéramos olvidar tampoco elnada desdeñable papel que la indus-tria farmacéutica ha desempeñado ydesempeña en la financiación de la for-mación del profesional sanitario, tantoen su etapa más inicial como en laimprescindible tarea de la formaciónpermanente.

La colaboración de la industria farma-céutica con el mencionado tejidocientífico del país no se realiza única-mente en proyectos concebidos y diri-gidos desde el sector privado, sinoque a través de variadas vías, entre lasque destacaremos por su extraordina-ria importancia económica y estratégi-ca la contribución de la industria far-macéutica al Fondo de Investigacio-nes Biomédicas del Ministerio deSanidad y Consumo, canalizada a tra-vés del Instituto Carlos III, se financiatambién la investigación concebidaen el seno de los hospitales y centrospúblicos de investigación.

La importancia de estas contribucionesa la investigación sanitaria pública vie-ne ilustrada por el dato de que en 2002la industria farmacéutica la financió con112 millones de euros. Esta cifra repre-senta el 57% del presupuesto del Insti-tuto Carlos III y supera ampliamente ladel segundo financiador de esta activi-dad, que es el FIS, que alcanza única-mente el 29%. Es obligación del gestorsanitario mantener, en general, el creci-miento del gasto farmacéutico dentrode unos límites compatibles con lacapacidad económica de su institucióno territorio administrado.

Como sabemos, existe un amplio aba-nico de instrumentos para lograr eseobjetivo. La Administración del Estadodebiera ser consciente de que con laadopción de determinadas medidas, yno de otras, está afectando de formadesigual al conjunto del sector farma-céutico. Y lo está haciendo con espe-cial virulencia hacia aquella industriaque, por su origen y su vocación, másestá apostando por el desarrollo tec-nológico y científico de España.

Los costes. ¿Alguien le pregunta al ciudadano?

Ante el eterno debate de si el gasto enmedicamentos es o no excesivo, quizádeberíamos pensar que en las socieda-des modernas, que han alcanzado ungrado de complejidad notable, muchasveces nos olvidamos de lo más elemen-tal, que sería sencillamente preguntarleal ciudadano ¿cuánto de sus ingresosdesea dedicar a su salud?

Los barómetros de opinión públicaconstatan que la salud ocupa los pri-meros puestos entre las preocupacio-nes de los españoles. La sanidad es elárea de mayor interés para un 32% delos españoles, por encima de la educa-ción, la seguridad ciudadana, las pen-siones o la vivienda.

Existe un dato fundamental para situardesde un principio la magnitud delcampo que estamos analizando. El con-sumo farmacéutico de los países indus-trializados representa en promedio unpoco más del 1% de su PIB. Esto es,dedicamos sólo un 1% de nuestra rentaa adquirir fármacos.

Por cada dólar que un ciudadano con-sume en medicamentos, gasta 0,83 dó-lares en tabaco, 1,40 dólares en alco-hol, 4,4 dólares en ropa y 12,4 dólaresen comida. Las cifras hablan por sí so-las. Resultaría tentador situar estos P

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datos junto al incremento de la espe-ranza de vida en esos mismos países,que durante el último siglo ha conse-guido casi duplicarse, alcanzando enEuropa los 80,5 años para las mujeres ylos 74,1 años para los varones.

De todos modos, un análisis más por-menorizado revela la existencia denumerosos cambios tan agudos quesólo se pueden explicar por la coinci-dencia en el tiempo con la llegada denuevos fármacos. Así, en el período1960-1981 la mortalidad en EE.UU.causada por hipertensión se redujo enun 53%, en el período 1965-1999 lamortalidad por úlceras lo hizo en un72%, la mortalidad por infección renalen un 77%, por tuberculosis en un87%, etc. La mitad del 50% de reduc-ción que han experimentado lasmuertes por ataque cardíaco enEE.UU. entre 1980 y 1990 ha sido atri-buida a la existencia de nuevos medi-camentos. La mortalidad por SIDA seha reducido en más de un 70% graciasa la terapia combinada.

No sólo en años de vida humana pue-de evaluarse el impacto positivo deldescubrimiento de nuevas herramien-tas farmacológicas. Cada vez los estu-dios de fármaco-economía profundizanmás en el coste comparativo de un tra-tamiento farmacológico frente al no-tratamiento o frente a otras alternativas.Las agencias reguladoras están exi-giendo de forma creciente este tipo deestudios como parte de su evaluaciónde la propuesta de un nuevo fármaco.Los resultados son en la mayoría de lasocasiones espectaculares. Así, la intro-ducción en esta última década de unnuevo tratamiento farmacológico parala migraña ha permitido reducir el cos-te social de un migrañoso de 435 a 44dólares al mes. La reciente disponibili-dad de nuevos tratamientos para ladepresión ha permitido que el ahorroanual por trabajador depresivo enEE.UU. alcance la cifra de 822 dólares.

En pacientes con fallo cardíaco conges-tivo el uso de inhibidores del enzimaconvertidor de la angiotensina ahorra9.000 dólares por paciente sólo en cos-tes hospitalarios. Los ejemplos podríanmultiplicarse. En general se admite quecada euro gastado en medicamentosreduce 3,65 euros gastados en hospita-lización. Y recordemos que el gasto percapita en Europa es 2,3 veces menorque en EE.UU. Pero además de prolon-gar la vida del enfermo o de ahorrarcostes a la sociedad, un fármaco puedeincrementar significativamente la cali-dad de la vida del paciente. Se trata deun concepto subjetivo, intangible, difí-cil de cuantificar. Dentro de los múlti-ples sistemas propuestos para calcularel valor añadido a la calidad de vidaque aporta un fármaco han ganadopopularidad los métodos que evalúanla “disponibilidad a pagar”.

Así, en diversos estudios se observacómo los pacientes de artritis reuma-toide estarían dispuestos a pagar un22% de su renta para curarse o cómoel 59% de los pacientes tratados connitratos aceptarían pagar de su bolsi-llo un coste adicional equivalente a 18euros al mes simplemente por substi-tuir la terapia oral por la transdérmica.

La proliferación de este tipo de estu-dios puede llegar a proporcionar unaidea muy ajustada del porcentaje delPIB que la población estaría dispuestaa dedicar a su salud. Los gestores sani-tarios deberían, en principio, mostrarsu sensibilidad hacia los deseos de losciudadanos promoviendo estos estu-dios y aplicando sus consecuencias.Todo lo anterior plantea, además,cuestiones éticas sobre hasta qué pun-to los administradores pueden llegar alimitar o sesgar la voluntad de los ad-ministrados.

Cuando se critica globalmente el costede los medicamentos, nadie puedeaportar ejemplos de cualquier otro bien

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o servicio que, desde luego, con la ex-cepción de los alimentos básicos, apor-te una relación coste/beneficio superior.

Está claro que los gestores sanitariosdeben exigir a la industria farmacéuticaaquellos estudios fármaco-económicos

que demuestren la competitividad delnuevo fármaco. Deben ser críticos conaquellos tratamientos sin valor añadi-do. Pero, una vez demostrada la com-petitividad, deben esforzarse en conse-guir los recursos necesarios para satis-facer las necesidades de sus pacientes.

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En este año en el que BD cumple su25 aniversario en España, donde másde 1.000 personas trabajamos día adía esforzándonos por cumplir connuestra misión “Ayudando a las per-sonas a vivir saludablemente”, osquiero asegurar que a nosotros no noscabe ninguna duda del valor añadidoque nuestra empresa y otras muchasde nuestro sector aportan al SistemaNacional de Salud.

Este valor añadido es medible y evi-dente. Creo que nadie tiene duda deque la calidad de nuestro Sistema deSalud ha mejorado drásticamente enlos últimos veinte años siendo hoy unode los mejores de Europa y de lo cuallas empresas de este sector nos senti-mos muy orgullosos y un poco respon-sables.

Parámetros como la bajada del ratiode mortalidad, la mejora de la expec-tativa de vida, la impresionante reduc-ción del número medio de días de es-tancia hospitalaria, etc., son sólo algu-nas muestras de nuestra contribucióna una mejor calidad de vida, a benefi-cios tangibles que los pacientes (ciu-dadanos en general) disfrutan en sustratamientos a la calidad y seguridadcon la que los profesionales sanitarios

pueden desarrollar sus actividades enla actualidad y, en general, a un mu-cho mejor cuidado de la salud en to-dos sus ámbitos.

Otro aspecto del cual nos sentimos muyorgullosos en BD y en el sector de pro-ductos y tecnología sanitaria es de lariqueza que somos capaces de generaren la economía global.

En el caso de BD, además de los 1.000empleos directos que tenemos en laactualidad en España, producimosaquí más de siete mil millones de uni-dades al año de productos y tecnolo-gía médico-sanitaria, con lo que estosupone para el empleo y generaciónde riqueza en sectores como: transpor-te de mercancías, empresas de mate-riales (plástico, cartón, empaqueta-do...), servicios profesionales (mecáni-cos, electricistas...), servicios auxiliares(limpieza, mantenimiento...) serviciosgenerales (restaurantes, tiendas...) yotros muchos.

Pero si de algo nos sentimos especial-mente orgullosos en este sector y enBD es de nuestra capacidad de inno-var y del aporte y desarrollo tecnológi-co que venimos realizando continua-damente y que nos permite ponerlo al

Valor añadido e innovación tecnológica

Carmelo Sanz de BarrosPresidente BD España y Portugal

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servicio de la salud y de la calidad devida del ciudadano.

En el caso de BD contamos en Españacon el único centro de innovación tec-nológica que nuestra compañía tienefuera de Estados Unidos. Este grupode cualificados profesionales nos ayu-da cada día en la mejora de los pro-ductos y tecnología sanitaria que po-nemos a disposición de los diferentesServicios de Salud en España y en elresto del mundo.

Uno de los problemas más importan-tes con los que nos encontramos eneste sector y en BD es la introducciónen España de estos avances tecnológi-cos ya utilizados en otras partes delmundo. El enfoque de las distintas ad-ministraciones sanitarias de contencióndel gasto en productos y tecnologíasanitaria conjuntamente con el sistemade contratación vía concurso públicolimitan la incorporación de nuevas téc-nicas y tecnologías porque siempre seasume que éstas tienen un mayor cos-te.

Ni qué decir tiene que ésta es una vi-sión simplista y a corto plazo cuandonadie cuestiona la alta capacidad deinnovación de este sector y su aporta-ción de valor indiscutible al sistemaponiendo la tecnología al servicio delos profesionales y de la salud y la cali-dad de vida del ciudadano.

Por esto consideramos necesario quelas Administraciones pongan en mar-cha sistemas que evalúen “coste-beneficio”, “coste-efectividad”, “cos-te-eficacia” para una correcta “valora-ción” de una tecnología novedosaque les permitirá comprobar en lamayoría de los casos que su eficienciano sólo no incrementa, sino que redu-ce sus costes.

A continuación, y como ejemplo de to-do lo anteriormente expuesto, quiero

mostraros un proyecto en el que BD yel resto de la industria se encuentranactivamente involucrados en estos díasen España.

Papel de la industria sanitaria en el desarrollo de materiales y dispositivos para prevenir el accidente con riesgo biológico

Las exposiciones accidentales a la san-gre y otros fluidos biológicos constitu-yen hoy en día uno de los mayores ries-gos de transmisión sérica para el per-sonal sanitario y para el paciente engeneral y una de las principales causasde accidentes laborales. Los pinchazosson el tipo de exposición accidentalcon riesgo biológico más frecuente(cerca del 80%) y se considera que un65-80% de los mismos serían evitablescon la adopción de las adecuadasmedidas de prevención.

El medio sanitario europeo en su con-junto reconoce este problema comúnpero, a excepción de Francia(1), los pro-fesionales sanitarios (gestores y usua-rios) todavía no han afrontado con de-cisión la tarea de adoptar todas lasmedidas de prevención a su alcancepara reducir la incidencia de este tipode accidentes laborales. Y todo ello apesar de: a) contar con el amparo de laley (entre otras, Directiva 2000/54/CEEsobre la protección de los trabajadorescontra los riesgos relacionados con laexposición a agentes biológicos du-rante el trabajo y RD 664/1997 de 12 demayo sobre la protección de los traba-jadores contra los riesgos relacionadoscon la exposición a agentes biológicosen el caso español); b) tener a su alcan-ce la tecnología y conocimientos sufi-

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(1) Circulaire sur la prevention de la transmissiondes agents infectieux vehicules par le sangou les autres liquides biologiques lors dessoins. (Circulaire DGS-DH Nº 98/249 du 20avril 1998).

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cientes para reducir el riesgo y c) dis-poner de la experiencia sobre la efica-cia de las medidas de prevención acti-vas adoptadas en EE.UU.

Tras la aprobación en noviembre de2000 de la Ley de Seguridad y Preven-ción de Pinchazos Accidentales, EE.UU.cuenta con la norma más avanzada enla exigencia de incorporación de me-didas preventivas activas y de utiliza-ción de dispositivos de seguridad ensustitución de los productos sanitariospunzocortantes convencionales. Anteeste hecho, junto al peso y desarrollotecnológico de su industria sanitaria, nohay más remedio que tomar este paíscomo referente en este artículo, aunentendiendo y poniendo en su lugar lasdiferencias entre los sistemas sanitarioseuropeos y de EE.UU.

La innovación tecnológica en los productos sanitariosdesechables convencionales

Agujas hipodérmicas, jeringas, agujasde sutura, catéteres periféricos, llavesde tres vías, guantes, contenedores,etc., por su consumo masivo diario y enocasiones escaso valor material relati-vo suelen estar poco considerados tan-to por los clínicos como por los gesto-res de compras dentro del conjunto deproductos sanitarios utilizados en unhospital.

El desarrollo tecnológico en este ti-po de productos sanitarios desecha-bles, que podemos considerar comoconvencionales dentro de un hospi-tal, es uno de los grandes retos conlos que se ha encontrado la industriasanitaria mundial en los últimos vein-te años.

Los factores que han influido en el re-lativamente lento desarrollo tecnoló-gico de los productos sanitarios dese-chables son múltiples:

1. El sector hospitalario está sujeto auna continua restricción del gastoen materiales desechables, y enmuchas ocasiones sufre las conse-cuencias de un gasto farmacéuticoque se observa ingobernable en sucrecimiento. En estas circunstanciasel retorno de la inversión realizadapor la industria en esfuerzo tecno-lógico y humano no resulta atracti-vo.

2. Grandes fabricantes multinaciona-les con posiciones dominantes demercado han preferido emplear sutiempo y energías en defender susproductos más que en apostar porla innovación tecnológica en merca-dos maduros donde se premian losgrandes volúmenes y el bajo costede fabricación, por las circunstan-cias arriba mencionadas.

3. Los profesionales sanitarios en ra-ras ocasiones se involucran en eldesarrollo de nuevos diseños o tec-nologías de materiales desechablesy al mismo tiempo resulta extrema-damente difícil acumular datos es-tadísticos relevantes para justificarclínica y económicamente el cam-bio hacia una nueva tecnología.

Tan sólo factores sociales externos,como la creciente preocupación a fi-nales de los años ochenta por la ex-pansión incontrolada de enfermeda-des infecciosas como el SIDA, Hepati-tis B, Hepatitis C y más recientementeel bioterrorismo o el SARS están sien-do un estímulo para romper la inerciaexistente.

Es indiscutible que la concienciación ymayor conocimiento de las consecuen-cias del accidente con riesgo biológicoen el profesional sanitario han sido elmotor de la innovación tecnológica delos productos sanitarios desechablesconvencionales hacia dispositivos deseguridad. P

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Un cambio tecnológicocompletamente asumido por la industria

El esfuerzo de la industria en el diseñode nuevos productos de seguridaddurante los últimos años ha sido im-portantísimo, en ocasiones adelantán-dose y en otras adaptándose a la de-manda del usuario. El profesional sani-tario puede encontrar hoy en elmercado sanitario contenedores deobjetos punzantes, sistemas cerradosde válvula para acceso intravenoso sinagujas, catéteres de seguridad, agujasde seguridad para extracción de sangrecon tubos de vacío, jeringas de seguri-dad, palomillas de seguridad para infu-sión y extracción, jeringas de gasome-tría con dispositivos de seguridad, lan-cetas de seguridad, etc.

Como ejemplo, indicar que en el perío-do 1984-1996 se presentaron en EE.UU.más de 1.000 patentes relacionadas condispositivos para prevenir los pinchazosaccidentales. Actualmente en EE.UU. secomercializan más de 115 productoscon dispositivos de seguridad y existenmás de 90 empresas en el mercadofabricando o comercializando estos pro-ductos(2).

La colaboración con la industria far-macéutica también está siendo muyefectiva, con el desarrollo de medica-mentos precargados usando dispositi-vos de seguridad.

La industria está siendo también capazde desarrollar diferentes dispositivos deseguridad para sustituir a un mismo pro-ducto convencional. Esto no debe signi-ficar que existan en el mercado dis-positivos con diferentes niveles de se-guridad. Todos los nuevos dispositivos

de seguridad deben proteger de mane-ra eficaz contra los pinchazos accidenta-les y las diferencias entre unos y otrosdeben hacer referencia a característicasadicionales de los mismos, basadas enlas diferentes aplicaciones clínicas y gra-do de confianza o destreza en el uso delproducto de los profesionales sanita-rios.

Otro elemento que merece la pena co-mentar en relación con esta nueva ge-neración de productos con dispositivosde seguridad es que deberá ayudar a laestandarización de productos y medi-das utilizadas más que a multiplicar lavariedad de medidas y opciones dispo-nibles para la realización de un mismoprocedimiento clínico, en la medida enque cualquier proceso de conversiónnecesitará como paso previo impres-cindible revisar el seguimiento y defini-ción de los protocolos clínicos existen-tes.

La racionalización de referencias utili-zadas en el hospital puede implicarun ahorro desde el punto de vista decontrol de inventarios y logística quepodrá desviarse a la compra de dis-positivos de seguridad. Por su parte,la industria es una de las más intere-sadas en reducir y estandarizar lagran variedad de medidas existentes,debido al elevado coste de fabrica-ción que tienen estos dispositivos,por lo que con toda seguridad seráuna aliada del gestor del hospital eneste proceso, aportando su experien-cia y conocimiento de producto parabuscar las soluciones de seguridadmás globales.

En estos momentos es posible consi-derar que existe un grado suficientede desarrollo de la industria sanitariadedicada a la fabricación de dispositi-vos de seguridad que asegura la librecompetencia y garantiza al profesio-nal sanitario la elección del dispositivomás adecuado a sus necesidades.

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(2) Datos recogidos en la página web del Inter-nacional Health Care Worker Safety Center.University of Virginia. www.med.virginia.edu/medcntr/centers/epinet/products.html

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Algo más que el desarrollotecnológico de dispositivos de seguridad

Como se ha podido comprobar hastael momento, las estrategias para la re-ducción del riesgo son multifactoria-les: formación del personal, sistemasmás efectivos de eliminación delmaterial desechable, disponibilidad ymayor utilización de los dispositivosde seguridad, e innovaciones tecnoló-gicas en la fabricación de nuevosmateriales o diseños.

Este hecho hace que la responsabili-dad en la prevención del riesgo ocu-pacional recaiga conjuntamente enlos gestores de los hospitales comoempresarios con responsabilidad an-te la ley, en los profesionales de lasalud en tanto en cuanto afectados/beneficiados más directos y en la in-dustria sanitaria, que puede y debecolaborar en tres aspectos fundamen-tales:

– Desarrollo de una gama de produc-tos con dispositivos de seguridadque respondan a las necesidadesespecíficas del personal sanitario.

– Programas de formación para losusuarios que permitan una utiliza-ción óptima de los nuevos disposi-tivos, reconociendo claramente lasventajas frente a los productos sani-tarios convencionales.

– Desarrollo de una metodología deconsultoría que ayude al gestorhospitalario a identificar los riesgosy poner en marcha las solucionesapropiadas, aportando su expe-riencia, adquirida por el contactocon otros países y entornos sanita-rios.

El desarrollo y planificación de estra-tegias de prevención de las exposicio-nes ocupacionales con riesgo biológi-

co pasa en primer lugar por la defini-ción de un mapa de riesgos en el quese identifiquen procedimientos, pues-tos de trabajo y materiales de altoriesgo de exposición. Esta informa-ción debe obtenerse con sistemas devigilancia efectivos que permitan mo-nitorizar la práctica clínica y cuantificarlos riesgos de exposición ocupacio-nal.

Asimismo, es necesario establecer unplan de formación continuada de losprofesionales sanitarios implicados, enel que se incluyan:

– Una información completa sobrelos riesgos existentes y sus conse-cuencias.

– Una actualización del conocimientoy seguimiento de las precaucionesuniversales.

– Una comprensión y revisión de lasprácticas clínicas utilizadas paradirigir las actuaciones hacia prácti-cas más seguras tanto para elpaciente como para el profesionalsanitario.

– Un conocimiento exhaustivo detodos los dispositivos de seguridada su alcance, para que activa yconscientemente participen en laselección del dispositivo más ade-cuado a su práctica clínica habitual.

La industria sanitaria, consciente deque la conversión a dispositivos deseguridad requiere un esfuerzo no só-lo financiero, sino de formación y con-cienciación de todos los colectivosimplicados, ha dedicado sus esfuer-zos a liderar planes de colaboracióncon los gestores responsables de lasanidad y hospitales para ayudar aestablecer planes de formación y con-cienciación, así como en la implanta-ción y divulgación de sistemas de re-gistro de datos. P

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La experiencia europea y española

El camino seguido en EE.UU. durantela década de los 90 está siendo segui-do de manera similar por las institucio-nes europeas:

En mayo de 2001 se celebró la primeraConferencia Europea Frontline de Se-guridad en Trabajadores Sanitarios so-bre Prevención de Patógenos Hemáti-cos por Exposición Accidental a Sangrey Fluidos Biológicos, amparada por laFundación Frontline para la Seguridadde los Trabajadores Sanitarios, orga-nización sin ánimo de lucro dedicada ala mejora de las condiciones de trabajoy prevención del riesgo ocupacional delos trabajadores sanitarios. En esta reu-nión se presentó una Declaración deintenciones y bases de acción de laFundación en Europa donde se refuer-za la adopción de medidas de preven-ción activas muy en línea con la AlertaNIOSH de 1999, incluyendo conceptoscomo:

– Estrategias de control de la infec-ción y gestión del riesgo, incluyendolas tecnologías más efectivas dispo-nibles...

– Educación, entrenamiento, forma-ción de instituciones y gestión ensanidad...

– Que la gestión activa pre-exposiciónes costo-efectiva...

– Que los esfuerzos en prevención dela exposición deben ser optimiza-dos a través del conjunto que inclu-ya: autoridades sanitarias y agenciasde seguridad, defensores de la se-guridad de pacientes y trabajado-res, médicos, enfermeras, fabrican-tes de dispositivos de seguridad, la-boratorios farmacéuticos, direcciónde hospitales, trabajadores de labo-ratorios, gerentes sanitarios del ám-bito publico y privado y organiza-

ciones profesionales sanitarias y sin-dicatos.

En el Grupo de Trabajo de la Declara-ción se encontraban tres de los princi-pales integrantes del Grupo de Traba-jo EPINETAC en España.

En diciembre del año 2001, Eucomed,asociación que representa a la mayoríade la industria tecnológica médica enEuropa publicó el Informe Eucomedcon el objetivo de concienciar y llamarla atención a los interesados del riesgode los accidentes por pinchazos y elriesgo asociado de infección del per-sonal sanitario. Asimismo, pone énfa-sis en el valor de una educación y for-mación efectiva y en el establecimien-to de prácticas de trabajo seguras, eintenta promocionar tanto el conoci-miento como el uso de tecnologías deprotección contra objetos punzantesdisponibles.

FENIN, la Federación Española deEmpresas de Tecnología Sanitaria, queagrupa a las empresas fabricantes, im-portadoras y distribuidoras de produc-tos de tecnología sanitaria (excluidosmedicamentos) y cuya característicacomún es la de ser suministradoras detodas las instituciones sanitarias espa-ñolas, se encuentra integrada en Eu-comed.

España cuenta con datos de registrosde pinchazos accidentales desde 1995,año en que la Sociedad Española deMedicina Preventiva, Salud Pública eHigiene, con la colaboración de BectonDickinson & Co, toma contacto con laDra. Jagger en la Universidad de Virgi-nia. Contando con la ayuda de esta mul-tinacional fabricante en el desarrollo delsoporte técnico y difusión, realiza laadaptación española del programa EPI-Net. En la actualidad los datos más re-cientes publicados se refieren al Estu-dio y Seguimiento del Riesgo Bioló-gico en el Personal Sanitario Proyecto

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EPINETAC 1998-2000. Estos datos per-miten ofrecer unos resultados fiables yútiles en el ámbito nacional sobre lascaracterísticas de las exposiciones ariesgo biológico hemático de los profe-sionales sanitarios, que facilitan la priori-zación e introducción o modificación demedidas de prevención como: precau-ciones estándar, equipos de protecciónindividual o dispositivos de seguridad.Con anterioridad a este estudio, mere-ce mención el GERATBAS, con datosdel período 1994-1997.

Multitud de instituciones sanitarias yasociaciones profesionales de enfer-mería y medicina de ámbito europeo,nacional y local están en este momen-to colaborando activamente en el pro-ceso de concienciación e informaciónsobre el riesgo biológico en el profe-sional sanitario.

La industria sanitaria en Europa, y enparticular en España, se encuentra ensituación de afrontar los retos deriva-dos de un proceso de conversión quepodría ser inminente, adaptando laexperiencia adquirida en EE.UU. a lasituación socio-sanitaria europea. Lasgrandes compañías del sector estánrealizando un esfuerzo muy importan-te en tres aspectos claves:

– Adaptación a la Directiva de Pro-ductos Sanitarios 93/42/CEE de to-dos los nuevos productos con dis-positivos de seguridad fabricados ycomercializados en EE.UU.

– Colaboración con las autoridades sa-nitarias y asociaciones profesionalesque así lo requieran en la obtencióny adaptación de la información rela-tiva a datos de eficacia de los dispo-sitivos de seguridad, análisis coste-beneficio, definición de mapas deriesgos y planes de formación.

– Aumento de los recursos humanos ymateriales para ponerlos al alcancede los gestores hospitalarios y ayu-dar a: a) la identificación de los ries-gos existentes, b) el análisis de losprocedimientos clínicos para ade-cuarlos a la mejor y más segura prác-tica clínica y c) el establecimiento deplanes globales de formación debuenas prácticas clínicas y de pro-ducto.

Con todo ello se trata de adaptar lomáximo posible a las exigencias de lapráctica clínica diaria, manteniendounos estándares de calidad y compro-miso con la seguridad de los pacien-tes y usuarios.

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Durante los pasados treinta años, unimprecedente número de innovacio-nes han tenido un enorme impacto clí-nico y económico en la medicina enlos países desarrollados.

Nuevos fármacos, técnicas de diagnós-tico y procedimientos quirúrgicos hanayudado a millones de pacientes a sermás longevos y mantener una mejorcalidad de vida.

Al mismo tiempo, expertos en econo-mía de la salud piensan que este avan-ce tecnológico es una de las causas delincremento de los gastos en el camposanitario. La necesidad de comparar elvalor para los pacientes de las nuevastecnologías con el efecto del posiblemayor gasto es una fuente de tensiónentre médicos, hospitales, pacientes,compañías de seguros y políticos.

La eficacia y seguridad de la mayoríade las innovaciones han sido y sonestudiadas a través de ensayos clínicosrandomizados. Además, ha habidonumerosos estudios que han tratadode calcular el coste-efectividad de in-

tervenciones/procedimientos específi-cos para unas condiciones clínicas biendefinidas. Donde no parece que hayuna información sistemática es sobre laimportancia relativa que los pacientesdan a las diferentes innovaciones. Lacausa más importante es que cada pa-ciente sólo tiene experiencia directasobre un subgrupo de innovacionestecnológicas. Por lo tanto, es imposi-ble que los pacientes puedan compa-rar sobre la mayoría de las innovacio-nes tecnológicas sanitarias.

Casi por la misma razón los médicosespecialistas no podrían comparar di-ferentes tecnologías que son aplica-das en una amplísima gama de situa-ciones clínicas. Médicos generalistasque sí ven los efectos de muchas delas diferentes intervenciones sobre suspacientes son probablemente los me-jores posicionados para hacer este ti-po de comparaciones.

Los resultados que se presentan en es-te trabajo son las conclusiones de unesfuerzo inicial para proveer un análisissobre treinta innovaciones tecnológi-cas sanitarias a través de un estudiorealizado con las respuestas de 225destacados internistas, que fueron pre-guntados teniendo que seleccionar

La importancia relativa sobretreinta innovaciones

tecnológicas, según la opiniónde un colectivo de médicos

internistas(1)

Juan M. Vidal GilVicepresidente Europeo Guidant, S.A.

(1) Basado en el artículo de Fuchs VR, Sox Jr HC.Health affairs 2001; 5(2).

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entre las cinco y siete innovaciones tec-nológicas, que, si no existiesen, ten-drían los mayores efectos negativospara sus pacientes, y, por otro lado,escoger también entre cinco y sietenuevas tecnologías que, de no existir,causarían los menores impactos clíni-cos a sus pacientes. Por lo tanto, no seenfatizó en la eficacia absoluta de unainnovación, sino sobre el beneficio dedicha tecnología en relación con lamejor alternativa terapéutica. Tambiénse tenía en cuenta el efecto de dichas

tecnologías sobre la longevidad de lospacientes y/o la calidad de vida.

Las treinta innovaciones tecnológicasfueron escogidas a través de una bús-queda informática basada en la fre-cuencia con que cada innovación tec-nológica fue el principal foco de artícu-los publicados en los últimos 25 añosen las prestigiosas revistas de medicinacomo el Journal of the American Medi-cal Association y el New England Jour-nal of Medicine.

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Ranking Innovación

1 Resonancia magnética y scanner2 Inhibidores de la ECA 3 Angioplastia con balón4 Estatinas5 Mamografía6 CABG7 Inhibidores bomba de protones y antagonistas H28 Nuevos antidepresivos (SSRI y no SSRI)9 Operación de cataratas e implantes oculares10 Sustitución de cadera y rodilla11 Ultrasonografía12 Endoscopio gastrointestinal13 Esteroides inhalados para el asma14 Cirugía laparoscópica15 NSAID e inhibidores Cox-2 16 Enzimas cardiacas 17 Fluoroquinolonas18 Últimos agentes hipoglucémicos19 Diagnóstico y tratamiento para HIV 20 Tamoxifeno21 PSA test22 Opioides parenterales y de larga duración 23 Tratamiento y test para H. Pylori 24 Densitometria ósea25 Cefalosporinas de tercera generación26 Bloqueadores de canales de calcio27 Sedación intravenosa consciente28 Sildenafilo29 Antihistamínicos no sedativos30 Transplante de médula espinal

Tabla 1. Ranking de las innovaciones tecnológicas realizado por la población de médicos

entrevistados (2001)

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Algunas conclusiones interesantes delanálisis de varios subgrupos son lossiguientes:

Innovaciones para el tratamiento deenfermedades cardiovasculares reci-bieron una puntuación significativa-mente más alta que las que recibieronotras innovaciones. Esto es debido ala alta tasa de incidencias de las enfer-medades cardiovasculares (primeracausa de muerte en el mundo occi-dental) y la mayor eficacia de las nue-vas tecnologías intervencionistas y fár-macos relativos a otras innovacionesde otros campos terapéuticos, talescomo neoplasias malignos.

El análisis de los datos obtenidos revelaque la evaluación de algunas innovacio-nes varía significativamente con la edadde los médicos internistas entrevista-dos. Por ejemplo, para innovacionescomo los nuevos antidepresivos, fárma-cos intestinales y densitometrías, tuvie-ron una apreciación menor por los mé-dicos de más de sesenta años que poraquellos médicos por debajo de cin-cuenta años. Diferente patrón muestranlas ecocardiografías, donde la evalua-ción mejora con la edad del médico.

Innovaciones relacionadas con fárma-cos obtuvieron resultados estadísticossignificativamente inferiores que lasinnovaciones relacionadas con méto-dos diagnósticos y/o innovacionesquirúrgicas.

Esta nueva forma de evaluar las inno-vaciones tecnológicas sanitarias, tradi-cionalmente sólo evaluadas a travésde la seguridad y eficacia realizadasen ensayos clínicos, puede servir paraabrir nuevas perspectivas en el campode la salud:

– Una posible aplicación de estosranking sería para evaluar el uso deeste tipo de tecnologías por losmédicos. Si hay médicos que hacen

uso consistentemente por encimade la media de innovaciones conranking bajo, o un uso por debajode la media de una innovación conalto ranking, quizá merezca un aná-lisis por parte de los responsablessanitarios.

– Este tipo de ranking también po-dría contribuir a expandir el con-cepto de seguridad de calidad. Loscomités de seguridad de calidadde los diferentes gobiernos pareceque buscan la evidencia en la efica-cia como el primer criterio para es-coger las medidas de calidad. Estetipo de políticas incitan planes sani-tarios que promueven el uso de es-te tipo de innovaciones, que hayanprobado mejorías en la salud enensayos clínicos. El ranking exhibi-do en este trabajo muestra otra for-ma de evidencia, aquella que vienede la percepción de los pacientes,la cual es, o debería ser, un aspectoimportante de calidad.

– Los ranking también podrían ayudara la información relativa a políticasorientadas al desarrollo y a la inves-tigación. Innovaciones tecnológicasen diagnóstico y procedimientosquirúrgicos tuvieron una mayor apre-ciación que las innovaciones de me-dicamentos.

La importancia que los médicos inter-nistas consultados opinasen de estaforma destaca la necesidad de com-prender los cimientos científicos y tec-nológicos de los avances de la medici-na. Puede ser que dichos avances de-pendan más de la investigación encampos como la física, la ingeniería yotros campos similares, que de una de-finición estrecha de la que se compren-de por la “investigación médica”.

Finalmente, los expertos y especialistasen el campo de la economía de la saludnecesitarían poner una mayor atención P

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en la distribución, en la población, enlas consecuencias de las innovacionestecnológicas. ¿Cómo afectan los bene-ficios de estas nuevas innovaciones adiferentes grupos de población defini-dos por edad, sexo, grupo étnico, edu-cación, renta y otras características? ¿Ladistribución de estas consecuencias esla misma para las innovaciones con altoy bajo ranking?

Quizás este esfuerzo inicial para obte-ner información sobre la importancia

relativa para los pacientes de estastreinta innovaciones tecnológicas de-bería provocar un estímulo para formu-lar muchas preguntas sobre las innova-ciones relacionadas con las políticassanitarias.

Referencias bibliográficas

1. Physicians Views of the Relative Im-portance of Thirty Medical Innova-tions. Health Affairs 2001; 5(20).

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Las empresas que desarrollamos nues-tra actividad prestando servicios deconsultoría, tanto tecnológica como denegocio, en el sector sanitario, todashemos tenido que pasar nuestra trave-sía en el desierto. Esta travesía ha dura-do la mayoría de las veces hasta tresaños. Y a nadie le resultara extraño quehaya habido empresas que no hayanpodido superar esta travesía inicial oestén a punto de desfallecer. Guardé-mosles un respetuoso homenaje noenumerando su nombre.

Creo que el inicio de esta travesía hasido originado por un espejismo. Co-mo es conocido por todos, el gastosanitario representa en la actualidadmás del 8% del PIB y ha estado cre-ciendo a ritmo prácticamente cons-tante los últimos veinte años. Además,según los expertos en economía de lasalud, este gasto puede crecer hastael 35% de aquí al año 2013. ¿Qué con-sultora no va a apostar inicialmentepor un sector con estas característi-cas?

El problema está en la letra pequeña.Los mismos expertos indican que estegasto es entre un 6 y un 12% inferior alnecesario. Este dato es bien conocidopor nuestra clase política, que ha con-siderado la financiación de la Sanidadun problema de Estado.

Esto ha originado que el sector sanita-rio tradicionalmente ha estado pordetrás de otras áreas de la actividadeconómica, como pueden ser finanzasy telecomunicaciones, en contratar ser-vicios en consultoría, a pesar de ser unsector basado en la gestión del conoci-miento. Se considera que la consultoríaes algo no prioritario.

Baste como ejemplo el área de consul-toría tecnológica. En este momento, lasinversiones se sitúan, en los países de-sarrollados, entre el 0,5% y el 2,5% deltotal de los ingresos netos. Esta cifraesta más cerca del tope superior en elmercado norteamericano y del tope in-ferior en el caso del mercado europeo.Los últimos 5 años se ha experimenta-do en media un incremento entre el 7%y el 15% del gasto.

La finalización del proceso de transfe-rencias del Insalud ha significado paramuchos el fin en esta travesía, ya que,por motivos obvios, se han incrementa-do los servicios de consultoría respectoa épocas anteriores. De un cliente seha pasado a 17. En época de Insalud, lalabor de consultoría de empresas denuestras características tenía a vecescomponentes épicos, posibilitandosólo la supervivencia de compañías denicho constituidas por profesionalesmuy asociados al sector. P

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Productividad y nivel de satisfacción; valor añadido

de las empresas de consultoría

José Luis ZabalaSoluziona

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No hay que buscar únicamente en elentorno el origen de todos nuestrosproblemas. Es importante reconocerque hay una opinión muy extendidaen el sector de que las inversiones quese están realizando en servicios deconsultoría no están teniendo un re-torno adecuado. Baste con recordarcuando proyectos de implantación deHIS no han finalizado nunca a satisfac-ción de los usuarios y después de in-vertir cantidades muy superiores a lasinicialmente presupuestadas.

No todos los proyectos que se abor-dan tienen en cuenta los siguientesprincipios básicos:

– Establecer un orden de prioridadesadecuado.

– Identificar proyectos que mejorenla productividad y la satisfacción delos clientes.

– Excelencia en la implantación.

De los diversos agentes del sector sani-tario, es la red asistencial; hospitales ycentros de primaria, donde los potencia-les de mejora son más importantes. Esti-maciones realizadas indican que entre el20% y el 30% del gasto actual no asocia-do a recursos humanos podría evitarse.

No obstante, creemos que el sectorestá en este momento en una situa-ción magnífica para abordar proyec-tos que incrementen la productividady el nivel de satisfacción. Baste comoejemplo lo que está sucediendo en elárea tecnológica.

Incremento de la productividad y de la satisfacción

En la historia de la implantación desistemas de información en el sectorsanitario se pueden identificar tresgrandes fases:

Control del dinero y del tiempo

Esta fase que empezó en los años 80significó la implantación de sistemasde información orientados al área pre-supuestaria, de compras y de nómi-nas, con objeto de mejorar la gestióneconómica, así como de los sistemasque permitieran gestionar el flujo delpaciente a lo largo de la organizaciónsanitario con objeto de mejorar lagestión del tiempo y en general de losrecursos empleados.

Esta fase, aunque sigue evolucionan-do, se puede considerar concluida enla mayoría de las situaciones

Medición del “producto” sanitario

La siguiente fase, iniciada en los años90, tuvo como objetivo posibilitar lamedición de la producción sanitaria,con un enfoque de caja negra, dondese consideraban los recursos emplea-dos y la producción obtenida. Paraello se procedió al despliegue de cua-dros de mando que posibilitaban mo-nitorizar indicadores asociados a la ac-tividad asistencial, como las consultasrealizadas, las estancias medias y elnumero de pacientes por patología,así como indicadores más elaborados,y algunos de ellos provenientes delmundo industrial, como los GRD, APGy el RUG.

Esta fase es en la cual en la mayoría delos casos se encuentran inmersos losdistintos agentes del sector.

Incremento de la productividad y de la satisfacción

Las dos fases anteriores, aunque nece-sarias, no son suficientes para gestio-nar el continuo incremento de lademanda asistencial de todos los siste-mas sanitarios, originada fundamental-mente por el envejecimiento de lapoblación. Las nuevas tecnologías de

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la información deben ser soporte tantopara el incremento necesario de la pro-ductividad como para el nivel de satis-facción percibido por ciudadanos/pa-cientes.

Hasta la fecha, no ha sido habitualhablar de productividad ni de satisfac-ción en el sector sanitario, donde eltérmino políticamente correcto hasido el de calidad asistencial. No obs-tante, los conceptos de productivi-dad, calidad y satisfacción están rela-cionados íntimamente en el sector sa-nitario.

Es posible incrementar la productivi-dad sin necesariamente disminuir lacalidad si se consigue incidir sobre elgasto sanitario asociado. Desde haceya mucho tiempo, las diversas socie-dades científicas, administracionessanitarias y los principales hospitaleshan desarrollado protocolos, guías yestándares. A pesar de ello, el desa-rrollo de la práctica clínica varía subs-tancialmente entre los distintos profe-sionales médicos, con la incidencia enel coste que ello representa. Los siste-mas de información actuales tienenparte de responsabilidad al no haberayudado suficientemente al empleo,expansión y soporte de estas iniciati-vas.

Y, de igual manera, es posible incre-mentar el nivel de satisfacción sinnecesariamente afectar a la producti-vidad. Las experiencias exitosas degestión del nivel de satisfacción sehan basado en informar y formar a losciudadanos/pacientes de los recursossanitarios que existen a su disposi-ción, consiguiendo como efecto aso-ciado la mejora en su uso.

Con objeto de poner en marcha pro-yectos orientados al incremento de laproductividad, se dispone desde losaños 90 de los EMR (Electronic Medi-cal Record), con distintos grados de

desarrollo, que permiten gestionardigitalmente la información clínica delos pacientes, a nivel de episodio, deenfermedad o de salud. Con el objetode poner en marcha proyectos orien-tados a la satisfacción de los clien-tes/pacientes, a semejanza de otrossectores, se dispone de las platafor-mas de CRM (Customer RelationshipManagement).

Ambas tecnologías han sido suficien-temente desarrolladas. El no habercubierto las expectativas previstas sedebe en gran medida a errores en laimplantación. Basten como ejemplolas siguientes consideraciones de im-plantación de proyectos de incremen-tos de productividad.

Orden adecuado de implantación

Los proyectos orientados al incremen-to de la productividad exitosos tienenen común las siguientes etapas deimplantación:

1. Integrar toda la información existen-te; asociada al paciente, a lo largode todo el proceso asistencial (ur-gencias, hospitalización, radiología,laboratorios, consultas, etc.), asi co-mo de los distintos recursos y proce-dimientos a aplicar, con objeto depoder tomar decisiones, informar yformar teniendo en cuenta todos losaspectos asociados.

2. No limitarse a datos administrati-vos, sino dar especial relevancia adatos clínicos. La mayoría de los sis-temas de información actuales tie-nen como finalidad principal identi-ficar los procesos realizados y aso-ciarles un gasto.

Sin datos clínicos sólo se disponede una visión muy parcial del pro-ceso asistencial, con lo que ello re-presenta a efecto de la toma de P

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decisiones y de información y deformación.

3. Todo el esfuerzo anterior alcanza sumáximo sentido si es posible acu-mular y analizar, durante varios añosla información asociada al paciente.Esta disponibilidad de informaciónhistórica posibilita ver el impacto delas decisiones clínicas con la conse-cuente realimentación en el proce-so de elaboración de las guías clíni-cas.

Conclusiones

Si los servicios de consultoría quierenaportar valor añadido al sector sanitariodeben orientarse al incremento de la

productividad y del nivel de satisfacciónde los ciudadanos. No obstante, aúnqueda mucho por hacer. Si las empre-sas de consultoría no somos capacesde adaptarnos adecuadamente, posi-blemente no seamos capaces de so-brevivir en la próxima travesía en el des-ierto, que seguro que llegará.

Para finalizar, compartir lo que es nues-tra receta a nivel corporativo para po-der cumplir con estos objetivos: enfo-car los servicios de consultoría en sani-dad, desde una perspectiva integral,considerando tanto aspectos tecnoló-gicos, de gestión y de infraestructuras,como una obsesión permanente porimportar las mejores prácticas que enotros sectores económicos hayan po-dido realizarse.

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La Fundación Signo ha tenido la defe-rencia de invitarme a participar en es-te número monográfico de su revistadedicado a analizar la implicación dela empresa en el Sistema Sanitario,por lo que me place expresarle mireconocimiento. El tema es de caladoy amplitud sobrados para merecer laatención de especialistas en la mate-ria que en estas mismas páginas loanalizan con plena autoridad.

En mi caso, como responsable de laAgencia de Evaluación de las Tecnolo-gías Sanitarias del Instituto de SaludCarlos III, intentaré centrarme en la pro-visión de tecnologías al sistema sa-nitario y su articulación con los mecanis-mos de evaluación que faciliten el ejer-cicio de decisión ágil y transparente.

Introducción

Es proverbial la influencia de la innova-ción tecnológica sobre la medicinamoderna. Las grandes conquistas que,por poner un ejemplo, han permitidoque la mortalidad causada por las en-fermedades infecciosas en los paísesdesarrollados se redujera del 37 al 1,5%a lo largo del siglo XX, se han produci-do bajo el signo de la investigación y el

desarrollo industrial. Sin embargo, lastensiones suscitadas en las dos últimasdécadas entre las políticas presupues-tarias y la abrumadora oferta tecnológi-ca requirieron una actividad evaluadoraque, por lo que se refiere a las tecnolo-gías sanitarias, viene a coincidir con laconstatación de cuatro fenómenos tras-cendentales en los sistemas sanitariosde los países industrializados:

1. El crecimiento exponencial del gas-to sanitario.

2. La constatación de la incertidumbresobre el efecto real de las interven-ciones en salud.

3. La variabilidad de la práctica clínicano asociada consistentemente a re-sultados.

4. La aceleración de los ciclos tecnoló-gicos y, consecuentemente, en la in-troducción de nuevas tecnologías.

La tradición reglamentista de las admi-nistraciones sanitarias, con sus clásicosmecanismos de autorización previa pa-ra la comercialización de medicamen-tos y productos sanitarios, da lugar aque con frecuencia se confundan obje-tos y objetivos de los diferentes tipos

La evaluación de las tecnologías y la gestión

de los sistemas sanitarios

José M.ª Amate BlancoAgencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias

Instituto de Salud Carlos III

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de evaluaciones. Para evitarlo, intenta-ré esbozar una desagregación que fa-cilite la identificación de las diferenteslíneas de actividad.

Dentro del concepto clásico de tecno-logía sanitaria que, en su día, adoptarala Office of Technology Assessment(OTA) del Congreso de EE.UU. y quehoy es de aceptación generalizada, ca-be diferenciar dos categorías de tecno-logía sobre las que inciden con diferen-te intensidad otros dos tipos de evalua-ción. Así, cabría considerar:

1. Tecnologías “utensilio” (esencial-mente medicamentos y productossanitarios). Generalmente su utiliza-ción es diferida de su producción através de una distribución específicacon responsabilidades establecidas,que es la vía de comunicación entreel productor y el usuario final. Enconsecuencia, tienen individualidady existencia propia, independientesde su uso, y, por lo tanto, “contenidotecnológico” y valor económico in-trínsecos, con independencia de quese utilicen adecuadamente o no.

2. Tecnologías “servicio” (que sería lagenuina intervención médica). Suutilización es efecto directo de suaplicación. Estas tecnologías son in-tangibles, sólo se materializan y ad-quieren su valor económico por eluso, es decir, cuando se presta elservicio.

Obviamente, ambas se integran en lapráctica, aunque siempre predomineuno de los dos componentes que con-fiere su carácter al conjunto. Paralela-mente, sobre ellas cabe aplicar dostipos de evaluación en que se susten-tan las decisiones de la AdministraciónSanitaria y que reciben muy diferentetratamiento administrativo.

1. Evalución reglamentaria es precepti-va, vinculante y requisito previo para

el acceso al mercado de los produc-tos reglados, como son los medica-mentos o los productos sanitarios.Se aplica a valorar si el producto encuestión satisface los requisitos míni-mos de calidad, seguridad y eficaciaclínicas que se le exigen para acce-der al mercado, pero no entra en losaspectos cuantitativos que permitie-ran asignarle un cierto orden de prio-ridad en comparación con otrasintervenciones alternativas.

2. Evaluación consultiva se aplica a lavaloración de impactos sanitario,social, ético, organizativo o económi-co de cualquier tecnología, con in-dependencia de que sea nueva o yaimplantada. Puede materializarse eninformes de segunda parte, por loque no es preceptiva ni vinculante, ypracticarse sobre aquellas tecnologí-as designadas discrecionalmentepor operadores o autoridades sani-tarias, con objeto de asignarles uncierto orden de prioridad entre lasdistintas alternativas disponibles yadoptar decisiones de política sani-taria ponderando sus consecuenciasen las más variadas facetas. Con fre-cuencia se relaciona este último tipode evaluación con las decisiones decobertura de los sistemas públicos,pero ello tampoco alteraría cualitati-vamente el perfil trazado, por cuantotales decisiones de financiación sonsecundarias a las de autorización yno deben condicionarla.

Multifactorialidad del sectorsanitario

A su vez, si tradicionalmente se ha ve-nido considerando la salud como unaconsecuencia lineal del desarrollo, laComisión de Macroeconomía y Saludconvocada por la directora general dela Organización Mundial de la Salud, ladoctora Gro Harlem Brundtland, vino aintroducir nuevos elementos de discu-

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sión al revisar esta consideración y afir-mar que la salud no sólo es consecuen-cia, sino también causa, del crecimien-to económico. En cualquier caso, elsector de la salud ha alcanzado unaparticular relevancia, en torno al 9-10%del producto mundial, a la que contri-buye no sólo la fortaleza tradicional dela industria sanitaria en su conjunto,sino también, y en un sentido amplio, lared de servicios de salud. Así, algúnanálisis postula que un incremento del10% de la esperanza de vida al naci-miento se asocia con crecimientos eco-nómicos adicionales entre 0,3 y 0,4%anual1.

Sin entrar a cuestionar la validez globalde estas valoraciones, entiendo que nodebe asumirse indiscriminadamente,sin proceder a una estratificación por-menorizada de los contextos sociales ytecnológicos en que se producen talesinversiones. Así cabe presumir sensi-bles diferencias según que la inversiónsanitaria se aplique, por ejemplo, amejorar las condiciones básicas desalubridad de países en desarrollo o lossistemas sanitarios complejos de paísesdesarrollados.

En los países desarrollados la protec-ción de la salud ha pasado de ser unaaspiración individual a constituir un de-recho fundamental reconocido consti-tucionalmente, lo que contribuye a pro-yectar sobre el sector cuantiosos recur-sos que oscilan entre 7 -14% del PIB delos diferentes países miembro de laOECD. Por otra parte, elementos tanobjetivos como son el aumento de lasposibilidades de intervención médica ylas conquistas sociales han configuradoun mercado sanitario que, pese a suelevada tecnificación, resulta escasa-mente selectivo por su notable vulnera-bilidad ante la “demanda reivindicati-va” trasladada a presión política.

En tal contexto propio de los sistemassociales avanzados resulta ineludible

que, junto a su dimensión como serviciopúblico, el sector sanitario presente otracomo sector económico, que cabríasegmentar en los cuatro mercados si-guientes: político, financiero, laboral eindustrial, cada uno de los cuales, sub-dividido a su vez en diversas categorías,plantearía diferentes prioridades en-contradas.

La evaluación necesaria parasustentar decisiones complejas

En conjunto, la integración eficientede tecnologías en los sistemas sanita-rios es compleja ya que su acceso ydifusión en el medio asistencial vienendeterminados por las decisiones inde-pendientes de miles de agentes, a loque ha de añadirse la conveniencia dedesarrollar herramientas políticas queconduzcan no sólo a niveles óptimosde difusión o utilización de tecnolo-gías, sino que también fomenten eldesarrollo de aquellas que combinendiferentes prioridades.

Por otra parte, la asistencia sanitaria secaracteriza hoy por una extraordinariavariedad de valores y objetivos, debidaa que buena parte de las intervencio-nes habituales no se aplican a la pugnaentre la vida y la muerte, sino al mane-jo de la incertidumbre, la mejoría de lacalidad de vida y la satisfacción de pre-ferencias personales que, a su vez, sonsusceptibles de múltiples matices, has-ta el extremo de que el principio deautonomía del paciente pueda entraren colisión con el de equidad del siste-ma sanitario.

En tales condiciones, la incertidumbreque hasta hace pocas décadas se ins-cribía esencialmente en el contexto delas decisiones clínicas se ha extendido alas políticas al plantear interrogantes dela naturaleza más variada, tales como:la cuantificación del beneficio efectivode buena parte de las intervenciones O

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sanitarias, la prioridad asistencial quese atribuya a diversos colectivos, losreajustes organizativos que, a talesefectos, requiera el propio sistema asis-tencial, la repercusión sobre la in-vestigación y el desarrollo industrial, lasdiscusiones éticas y jurídicas suscitadaspor las crecientes posibilidades de in-tervención sanitaria, y las previsioneseconómicas que permitan el sosteni-miento del propio sistema sanitario.

Ante tal cúmulo de interrogantes quepuede rodear la aplicación de una tec-nología sanitaria, resulta imprescindiblecuantificar sus resultados a medio o lar-go plazo, tales como: supervivencia,morbilidades asociadas o tasas de rein-greso, por no hablar de exigencias eco-nómicas, organizativas o jurídicas, puessi se ignoran esas consecuencias, resul-ta imperativo preguntarse: ¿qué “pro-ducto” se está ofreciendo al “consumi-dor”? y, por otra parte: ¿qué previsióneconómica puede hacer el gestor? Enconsecuencia, ¿cómo puede garantizarla supervivencia del Sistema Sanitariosobre criterios de equidad?

La asistencia sanitaria, sea de carácterprivado o público, se desarrolla hoy enun marco contractual, respectivamentecontrato privado o “social”, que exigela cuantificación de resultados parapoder definir las variables del Sistema y,subsiguientemente, las condiciones decontratación3. Los resultados económi-cos son imprescindibles para conocerlos costes y, en consecuencia, las nece-sidades financieras del Sistema, mien-tras que los resultados clínicos lo sonpara que el asegurado tenga unas ex-pectativas realistas de los beneficiosque puede esperar de la asistencia queha contratado.

Por otra parte, hemos de recordar queuna misma prestación sanitaria puedehacerse efectiva mediante tecnologíasdiversas y con diferentes impactos; yque cada una de ellas puede ser de

elección en un determinado contexto,tanto clínico como organizativo o eco-nómico, lo que supone que para satis-facer un compromiso asistencial dadose disponga de una batería de inter-venciones que se han debido jerarqui-zar previamente.

En la medida en que las políticas pú-blicas se materializan en normas jurídi-cas, programas y, en general, en resolu-ciones administrativas, han de formular-se a través de procesos de decisiónanimados por la relación entre los obje-tivos de gobierno y los medios para al-canzarlos. En tal escenario, el tipo deanálisis que correspondiera en cada ca-so habría de tomar en consideracióntanto las limitaciones de la informacióndisponible, como la propia naturalezapolítica del proceso, que exige conciliarpreferencias enfrentadas y defendidasdesde muy diversos sectores, lo querequiere evaluaciones integrales queponderen los distintos impactos de ladecisión en los ámbitos sanitario, so-cial, ético, organizativo y económico,trascendiendo la sensibilidad que pu-dieran ofrecer por separado en cadauna de estas dimensiones particulares.

Variadas experiencias en países desa-rrollados han demostrado que las polí-ticas de prestaciones sanitarias no pue-den diseñarse por impulsos judiciales opolíticos ajenos a un proceso metódicode evaluación de las tecnologías sanita-rias que permita estimar las consecuen-cias de una tecnología sanitaria en susdiferentes dimensiones y valorar siconstituye una solución “sostenible” o,de otro modo, la mejor de las alternati-vas posibles en un contexto sanitario ysocial específico.

Es cierto que este régimen de evalua-ción integra el análisis de medidas deresultado, la investigación en serviciossanitarios y ciertas valoraciones eco-nómicas4 según los principios de laMedicina Basada en la Evidencia.

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Sin embargo, por sus propias naturale-za y definición, la evaluación de lastecnologías sanitarias no puede an-quilosarse en un maximalismo pseu-doacadémico, sino que ha de innovarsu propia metodología al ritmo quedemande la innovación tecnológica ala que se aplica5, ajustar los plazos deevaluación a los ciclos tecnológicos y,en suma, ajustar la evaluación al ejerci-cio de decisión, lo que implica:

– Conducir la evaluación a postula-dos pragmáticos.

– Asociar a la pluralidad de agentesque trabajan en ella desde diferen-tes ámbitos.

– Intensificar la difusión de los resul-tados de evaluación.

Así, cabe articular mecanismos dinámi-cos que vinculen la financiación y cober-tura de las tecnologías sanitarias con suinvestigación y consiguiente evaluación,teniendo en cuenta que la práctica asis-tencial cotidiana constituye el auténtico“banco de pruebas” en el que clínicos einstituciones son “proveedores” de in-formación primaria y “usuarios” de suanálisis y evaluación.

Hoy, merced a las tecnologías de la in-formación, es posible que las tecnolo-gías sanitarias de impactos críticos seanobjeto de una “evaluación dinámica”que pase por: implantación en centrosseleccionados al efecto para optimizarla curva de aprendizaje, aplicación nor-malizada mediante guías o protocolosespecíficos, y registro de resultados enbases de datos multicéntricas, para suevaluación ulterior.

En tal contexto cabe presentar la eva-luación consultiva de las tecnologíassanitarias como un genuino elementode “inteligencia económica”, interfaz

entre las empresas proveedoras de pro-ductos y servicios sanitarios, y el merca-do o, concretamente el propio SistemaNacional de Salud. En definitiva, elagente de modernización de una Admi-nistración Pública, como es la Sanitaria,que constituye un instrumento impres-cindible para formular una oferta asis-tencial veraz; posibilitar la gestión eco-nómica del Sistema Asistencial y consti-tuir un referente arbitral que permita: a)brindar garantías a los usuarios, b) ga-rantizar a los proveedores un régimende transparencia, c) discernir las innova-ciones efectivas, y d) asegurar la eficien-cia entre oferta y demanda. Cuatro ele-mentos imprescindibles para la ges-tión sostenible de un Sistema Sanitarioequitativo.

Citas bibliográficas

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Introducción

Como dice la Exposición de Motivosde la Ley 13/2003, reguladora del con-trato de concesión de obras públicas,“el empresario privado es un colabo-rador obligado y tradicional de laAdministración, a través de las distin-tas fórmulas recogidas en nuestralegislación”. La colaboración entre elsector público y el sector empresarialprivado, en lo que atañe a la asisten-cia sanitaria, es posible y existe hoy endía en la financiación y construcciónde infraestructuras, en la prestaciónde servicios, ya sean asistenciales o deapoyo, y en el equipamiento y sumi-nistro de los bienes necesarios para elfuncionamiento de los establecimien-tos sanitarios. Pero además, siendo elsistema sanitario español un sistemamixto, las empresas privadas comple-mentan la cobertura pública medianteseguros privados, suscritos voluntaria-mente por los interesados, en ejerci-cio de su libre elección.

Para cerrar esta visión de conjunto, ysegún estimaciones del propio sectorempresarial privado, hay que decirque de los 60.000 millones de eurosde gasto sanitario en España estima-do para 2004, el 29% corresponde al

sector privado, y la tendencia es al al-za. Igualmente asciende la gestiónprivada de la actividad sanitaria, el55% del total, incluyendo la gestiónde farmacia, la gestión a través deconciertos y mutualidades y la gestiónde centros públicos.

Las principales fórmulas de colabora-ción entre el sector público y laempresa privada se contemplan en laLey de Contratos de las Administra-ciones Públicas, que recoge figurascomo el contrato de obras, el contra-to de gestión de servicio públicomediante concierto, sociedad de eco-nomía mixta, gestión interesada oconcesión, el contrato de consultoríay asistencia, el de servicios, o el con-trato de concesión de obra pública.

A la luz de todas estas posibles varian-tes de colaboración público-privada,podemos tomar como referencia singu-lar para analizar el valor añadido de laempresa en el sector sanitario la últimade las figuras señaladas, ya que la con-cesión de obra pública puede conteneraspectos comunes a todas las formasenunciadas, tanto relativos a la financia-ción y construcción de obras como a laprestación de servicios públicos. Lospliegos de la concesión pueden exigir O

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El valor añadido de la empresaen el sector sanitario

César Antón BeltránConsejero de Sanidad de Castilla y León

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que el concesionario proyecte, ejecute,conserve, reponga, repare, adecúe, re-forme, modernice y explote las obrasobjeto del contrato.

La concesión de obra pública

Mediante la concesión de obra públi-ca, el empresario privado actúa en elámbito propio de la Administración,esto es, las obras y servicios públicos,durante períodos dilatados de tiem-po, instaurando una relación jurídico-administrativa compleja, de la quenacen múltiples derechos y obligacio-nes para ambas partes. La Administra-ción y el empresario privado “convi-ven” y trabajan codo con codo duran-te años, con el objeto de prestar unservicio de calidad, a un coste razona-ble, que le permita a la primera aten-der una necesidad social, y al segun-do obtener el rendimiento económicoperseguido con su inversión, con elañadido, para ambos, del derecho almantenimiento del equilibrio econó-mico del contrato. La concesión per-mite al sector público recurrir al sectorprivado para la construcción de unaobra pública y para la explotación deaquellos servicios ligados a la misma,sin perder la dirección y el control dela actividad de la que es responsable.

El recurso de las Administraciones aesta forma de colaboración público-privada en la construcción y explota-ción de infraestructuras públicas sejustifica plenamente hoy en día por lanecesidad de prestar mayores servi-cios a los ciudadanos, al ritmo en quelos demanda la sociedad, en un entor-no de recursos públicos limitados y deun adecuado control del déficit públi-co.

Definida la especial relevancia de laconcesión de obra pública en las rela-ciones Administración-Empresa priva-da, veamos ya de forma más concreta

cuáles son las distintas formas me-diante las cuales el empresario priva-do añade valor al sector sanitario, quese pueden dividir en dos grupos: valorañadido a la financiación de infraes-tructuras sanitarias y valor añadido a lagestión sanitaria.

El valor añadido por las empresas a la financiación sanitaria

Hay que partir de que los Servicios deSalud de las comunidades autónomasdeben realizar grandes inversiones,especialmente en hospitales, que exce-den ampliamente de sus posibilidadesde financiación presupuestaria. Esademanda creciente de establecimien-tos sanitarios responde a diversas cau-sas, siendo las principales el aumentode población en términos absolutos yespecialmente el envejecimiento de unamplio sector, mayor dependencia tec-nológica de los servicios, la necesariamodernización de edificios e instalacio-nes, mayores exigencias de los ciuda-danos acerca de la calidad de los servi-cios, necesidad de acercar los serviciosa los ciudadanos, especialmente enaquellas comunidades autónomas conbaja densidad de población y elevadadispersión, aumento de la frecuenta-ción por aparición de nuevas enferme-dades, medicalización, etc.

Todas estas causas llevan finalmente ala necesidad de crear nuevos hospita-les y otros establecimientos sanitarios,en un sector en que el gasto crececada año por encima del producto in-terior bruto, lo que obliga a su vez acontrolar el coste de las actuacionespara garantizar la sostenibilidad finan-ciera del sistema.

La financiación de infraestructuras, li-gada a una adecuada definición de lacartera de servicios públicos sanitarios,es el problema central del sector sani-tario. Si aceptamos la importancia de

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mantener controlado el déficit público,como un principio legalmente respal-dado por la vigente Ley 18/2001, deEstabilidad Presupuestaria, pero tam-bién como una premisa necesaria paraconseguir un sistema económico esta-ble, capaz de crecer ordenadamente,sin inflación y creando puestos de tra-bajo, entonces resulta contraindicadala asunción de este tipo de deuda porlas comunidades autónomas, porqueconlleva necesariamente al desborda-miento anual del gasto público y elconsiguiente endeudamiento financie-ro, salvo que se opte por aumentar lostributos.

De no ser así, es necesario buscar otrasfórmulas para afrontar tales inversio-nes, lo que nos lleva a fijarnos en la ini-ciativa privada. Desde estas premisas,la participación privada en la financia-ción de infraestructuras públicas, estoes, la financiación extrapresupuestaria,se convierte en la única alternativa paraafrontar la construcción de las mismassin perjudicar, en principio, el equilibriopresupuestario, tal es su valor añadidoa la financiación del gasto sanitario.

Visto con más detalle, y partiendo dela Decisión EUROSTAT, 18/2004, quecontiene recomendaciones sobre eltratamiento contable de las asocia-ciones público-privadas, en línea conel Sistema Europeo de Cuentas (SEC95), aplicada a una concesión para laconstrucción de un hospital que inclu-yera la explotación de varios serviciosde los prestados en el mismo, tendrí-amos que si durante el período deexplotación la sociedad adjudicatariaasume la mayoría de los riesgos deri-vados de la construcción y explota-ción, y recibe la mayoría de los bene-ficios, la infraestructura se registra ensu balance, no en el de la Administra-ción, la cual sólo debe financiar lospagos regulares al concesionario,como gasto en consumo final, no co-mo inversión.

Al final de la concesión, como contra-partida, la sociedad entrega la infraes-tructura a la Administración. El contra-to entre la Administración Pública y elconcesionario tendría las característi-cas de un arrendamiento operativo.Por el contrario, si durante el períodode explotación la mayoría de riesgos ybeneficios correspondieran a la Admi-nistración, la concesión tendría las ca-racterísticas de un arrendamiento fi-nanciero, y la infraestructura construi-da se registraría en las cuentas de laorganización pública, cuya deudaaumentaría en el importe del présta-mo imputado. Hay que decir aquí quela regulación legal de la concesión deobra pública deja amplia libertad a laAdministración a la hora de diseñarlos términos de la misma, lo que lepermite ajustar los pliegos de la con-cesión a las condiciones del arrenda-miento operativo.

Se consigue así asumir el coste del hos-pital, proyectando inversiones a largoplazo además de coadyuvar al respetodel principio del equilibrio presupues-tario anual, logrando una mayor dispo-nibilidad de recursos, que pueden serreasignados a otras necesidades másacuciantes. La otra cara de la monedaes el mayor coste de la concesión deobra pública frente a otras alternativas,como la construcción mediante un con-trato administrativo de obras y la pres-tación directa de los correspondienteservicios, o como la construcción me-diante un contrato administrativo deobra bajo la modalidad de abono totaldel precio, es decir, con financiaciónprevia del contratista y pago aplazadopor parte de la Administración, pres-tando ésta última los servicios.

El modelo de financiación descrito, departicipación público-privada en la fi-nanciación de inversiones públicas,PPP/PFI (Public Private Partnership/Pri-vate Finance Iniciative), ha tenido ya unextenso desarrollo sobre todo en Reino O

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Unido, en obras como escuelas, prisio-nes, autopistas y hospitales. En Españase están dando los primeros pasos eneste sector, como es el caso del Hospi-tal Majadahonda. El modelo ha sidoimpulsado por la mencionada Ley 13/2003, que aporta el marco regulador y laviabilidad jurídica a esta fórmula de fi-nanciación, potenciándola como unaalternativa viable a las fórmulas directasde gestión de infraestructuras.

Una de las notas fundamentales de laconcesión de obra pública reguladaen la ley, junto con las de riesgo con-cesional y equilibrio económico de laconcesión, es precisamente la diversi-ficación de la financiación privada,que permite al concesionario sumar alproyecto múltiples recursos privados,posibilitando así su ejecución y permi-tiendo un mejor reparto de los be-neficios que genere la concesión. Encualquier caso, es claro que las enti-dades de crédito aportarán un altoporcentaje de recursos. Entre esas for-mas de financiación del concesiona-rio, y por ende de la concesión, figu-ran la emisión de toda clase de obli-gaciones, bonos u otros títulos, lahipoteca de la concesión o la posibili-dad de acudir a los créditos participa-tivos, entre otras.

Conviene destacar también, entre lasposibilidades que ofrece el modeloPPP, el permitir a las AdministracionesPúblicas mayor margen de maniobra ala hora de decidir cuál ha de ser ladotación más adecuada de infraes-tructuras y servicios públicos que sequiere mantener sin comprometer elequilibrio presupuestario. No se trata-ría sólo de contener el déficit públicoy el endeudamiento, sino de conse-guir un mayor beneficio económico ysocial. Simultáneamente, se creannuevas oportunidades de negocio pa-ra empresas constructoras, financie-ras, ingenierías, consultoras, de servi-cios y suministradoras.

El valor añadido por las empresas a la gestión sanitaria

El modelo de participación público-privada en la financiación de obras yen la prestación de servicios públicossupone introducir un nuevo modelode gestión, que viene a transplantar alámbito sanitario lo que antes ya exis-tía en el campo de las carreteras yotras obras públicas de ingeniería ci-vil, siendo aquél un ámbito de actua-ción pública de mucha mayor comple-jidad que éste en lo que a la presta-ción de servicios se refiere, de ahí quetambién pueda suponer un desafíopara la gestión privada el hacerse car-go de todos los servicios propios deun hospital, o de toda un área de sa-lud, lo que también puede ser objetode concesión. Bien es cierto que laAdministración puede ceder la ges-tión al empresario privado hasta elpunto en que ella desee dentro de laslimitaciones legales, ya se trate de laconstrucción de la obra y la prestaciónde los servicios de apoyo o sólo de laexplotación de todos o algunos servi-cios, incluso de los sanitarios.

En cualquier caso, la entrada de lagestión privada en el ámbito sanitariomediante la concesión de obra públi-ca, con todas las posibilidades queésta ofrece, genera expectativas favo-rables, tales como las siguientes:

– Conseguir menores plazos de cons-trucción de la infraestructura. Si to-mamos como referencia la expe-riencia de Reino Unido, el 89% delos proyectos financiados medianteel modelo PFI han sido finalizadosen el tiempo previsto o antes, y el100% lo han sido dentro del presu-puesto previsto.

– Aprovechar la experiencia, capacida-des y modelo de gestión de las so-ciedades privadas. Una gestión efi-ciente sería el único modo de conse-

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guir una adecuada rentabilidad de lainversión.

– Beneficiarse de la competencia quese suscite entre las empresas priva-das.

– Transferir riesgos al sector privado,de construcción (coste, tiempo,puesta en marcha), de demanda,de disponibilidad, de forma que seincentive la racionalidad de las de-cisiones.

– Concentración de la gestión públi-ca en lo asistencial, ante la posibili-dad de incluir en la concesión úni-camente la gestión de los serviciosde apoyo, reservándose la Adminis-tración los servicios clave.

– Flexibilidad de la gestión del hospi-tal, salvando así las rigideces propiasdel procedimiento administrativo.

– Proceso que favorece e incentiva lainnovación.

– Sinergias en la gestión: en lo relati-vo al diseño, construcción y explo-tación.

– Total disponibilidad asistencial, y mi-nimización del coste para la Admi-nistración en caso de pérdidas decalidad del servicio y disponibilidadde las instalaciones.

Pero el modelo también presenta po-sibles inconvenientes, como los siguien-tes:

– Mayor coste, al ser un tercero quienfinancia la obra pública y presta losservicios. La financiación privada re-sulta más cara que los préstamosconcedidos a la Administración Pú-blica, pero ésta no ve incrementadasu deuda. Como dato positivo, segeneran economías de escala en loscostes fijos.

– Compromisos a largo plazo, queante posibles desencuentros con elconcesionario resultan contraindi-cados.

– Cambio cultural en la gestión, conlos inconvenientes propios de cual-quier giro importante en la culturade las organizaciones.

– Percepción generalizada de privati-zación, aunque realmente no sevean afectadas en ningún caso lasfacultades públicas de dirección ycontrol de los servicios, sean éstosasistenciales o de apoyo.

– Percepción de pérdida de poder ygestión.

De cara al futuro

Mirando hacia el futuro, en el que muyprobablemente la protección de lasalud seguirá siendo vista por los ciuda-danos como uno de sus derechos bási-cos y preferentes, parece claro que elvalor añadido de las empresas al sectorsanitario dependerá de factores talescomo los resultados de su gestión entérminos de calidad y coste de los ser-vicios prestados; dependerá igualmen-te de la aceptación o rechazo de losciudadanos hacia la gestión privada; dela capacidad de los empresarios deinnovar y ofrecer nuevas soluciones quemejoren la financiación y gestión sani-tarias; y, por supuesto, de las necesida-des sanitarias de la población.

La empresa privada ha de seguir cola-borando con el sector sanitario públi-co, en beneficio mutuo y de la formamás responsable posible, en la conse-cución de ese gran objetivo económi-co y social que es la sostenibilidadfinanciera de nuestro sistema sanitariopúblico, uno de los mejor valoradospor los países de nuestro entorno cul-tural. O

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Las empresas del sector sanitario parademostrar su valor añadido y ser reco-nocidas como generadoras de rique-za, y no sólo de costes, tienen el retode adaptarse a los cambios organiza-tivos que se están produciendo en elentorno sanitario, más enfocados a laresolución de problemas de los ciuda-danos que a solucionar intereses cor-porativos. Para ello creo que deberánadaptarse al nuevo contexto profesio-nal en el que estamos inmersos.

Para analizar el contexto profesionalen el que nos movemos es importanteconocer cuál es la percepción de losdistintos actores del sistema sanitario;para ello me he permitido extraer delLibro Blanco de las Profesiones sanita-rias en Cataluña, recientemente publi-cado, algunos de los comentarios fru-to del análisis de nuestra realidad yrecomendaciones que en él se propo-nen.

Entre los ciudadanos existe la percep-ción de que los profesionales sanitariosestán atrapados entre la prestación deservicios sanitarios que espera la socie-dad y los buenos estándares de prácti-ca clínica y eficiencia que exige la orga-nización sanitaria, y que esta situaciónde conflicto genera angustia y frustra-

ción. Las limitaciones de recursos y or-ganización comportan una necesidadde priorización sobre lo que es más im-portante o urgente. En este sentido,con frecuencia el profesional siente quela organización no es suficientementesensible a las necesidades que plantea.Los responsables de las organizacionesno deben abandonar a los profesiona-les ante este dilema. Esto generaría unclima de trabajo inadecuado y acabaríaatrapando al sistema en un economicis-mo estricto. Es necesario, por lo tanto,que tanto la Administración como losgestores de las organizaciones incorpo-ren a sus identidades las preocupacio-nes del dilema con el que conviven losprofesionales.

El usuario opina que calidad técnica yrelación humana son ingredientes cla-ve para una relación sanitaria satisfac-toria. Las relaciones entre ciudadanos yprofesionales se han de fundamentaren la confianza y los estándares debuena práctica. La ausencia de tratopersonalizado y de información, susti-tuida muchas veces por el uso indiscri-minado de la alta tecnología, la falta derespeto por la intimidad, la falta detiempo y de seguimiento, el engaño alpaciente son vistos por el ciudadanocomo elementos que distorsionan la

El valor añadido de la empresa

en el sector sanitario

Lluís Donoso BachPresidente de la SERAM

(Sociedad Española de Radiología Médica)

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relación. Implicar, mantener informa-dos, mejorar la comunicación, dar con-sejo y soporte, obtener consentimien-to para los procedimientos y procesos,respetar el punto de vista y aceptarque pueden producirse situacionesadversas son objetivos que tendríanque caracterizar la relación entre losprofesionales y los pacientes.

Además de una elevada competen-cia técnica, las cualidades que losciudadanos esperan hallar en los pro-fesionales sanitarios (especialmentemédicos y enfermeras) son de tiporelacional al mismo tiempo que deactitud. Se enfatizan de manera es-pecial las cualidades relacionadas di-rectamente con una actitud receptivay un trato y comunicación adecua-dos. Se percibe una cierta deshuma-nización en la relación asistencial. Sehace necesaria la superación de lafalta de sintonía entre el sistema devalores de los ciudadanos y el de losprofesionales.

Las organizaciones profesionales tie-nen la delegación social de garantizarla seguridad y calidad de las actuacio-nes de los profesionales. Sus esfuerzosprioritarios deben focalizarse en la con-secución de este objetivo fundamen-tal. Con esta óptica, los objetivos de lasorganizaciones profesionales en el fu-turo deberán pasar por la priorizaciónde los mecanismos de control de la ca-lidad competencial de sus miembros,manteniendo registros competencialesprofesionales y estableciendo códigoséticos profesionales, vigilando su cum-plimiento e interviniendo en la resolu-ción de los conflictos.

Los valores del profesionalismo exigena los profesionales actuar en beneficiode los pacientes, mejorar y mantenerlos estándares de competencia y de in-tegridad, poner a disposición de la so-ciedad el conocimiento de los expertosy dar cuenta a los pacientes.

Los avances tecnológicos del sector sa-nitario, especialmente en el campo deldiagnóstico y el tratamiento, aceleranla necesidad de implementar innova-ciones en lo referente a la organizacióny asignación de tareas y de responsabi-lidades en los equipos de trabajo. Estasinnovaciones se fundamentarán en laidea de que la capacidad resolutiva esla cualidad que aporta más eficienciaclínica y organizativa. Los sistemas for-mativos y las organizaciones asistencia-les tendrán que dejar de lado las actua-les estructuras por especialidades conel fin de incorporar las necesidades for-mativas y organizativas que hagan po-sible el trabajo en equipos interdiscipli-nares y multiprofesionales. La Adminis-tración tendrá que fomentar losespacios de reflexión multiprofesional ydeberá dotarse de las estructuras in-dispensables para poder actuar comomotor de los cambios que permitan es-tablecer políticas transversales que in-cluyan la complejidad del Sistema Sani-tario. En esta línea se ha publicado re-cientemente la Ley 44/2003, de 21 denoviembre, de Ordenación de las Pro-fesiones Sanitarias (B.O.E. Núm. 280, 22de noviembre), con la idea de cubrir elvacío normativo en relación con el tra-tamiento legislativo de las profesionessanitarias y con la finalidad prevista enla propia ley de dotar al Sistema Sanita-rio de un marco legal que contemplelos diferentes instrumentos y recursosque han de hacer posible la integraciónde los profesionales en el servicio sani-tario, tanto público como privado, faci-litar la corresponsabilidad en la mejorade la calidad de la atención prestada ygarantizar los niveles de competencianecesarios.

En este escenario la industria no puedequedar al margen, no cabe duda deque el valor añadido más importantede las empresas será el de enfocar suestrategia de introducción de nuevastecnologías hacia la resolución de losproblemas de salud de los ciudadanos

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y colaborar con la evaluación de losproductos y servicios en términos deeficiencia. Esta evaluación y la mejorade la calidad de los servicios pasan deforma ineludible por la aplicación de lastecnologías de la información y comu-nicación con el objetivo de integrar lainformación en sistemas de base pobla-cional que nos han de permitir evitar lafragmentación y duplicación actual delos servicios. Esta integración de lainformación es la mejor vía para trans-parentar las actuaciones que han depermitir la evaluación de los productos,tecnologías y servicios que proveen lasempresas del sector.

Para afrontar todos estos retos y opor-tunidades que se nos presentan antenuevas formas de organización creoque es imprescindible que la enseñan-za de estas competencias profesionalesno específicamente clínicas constituyauna parte importante de los programasde formación de los profesionales sani-tarios.

Es importante destacar la implicaciónde la industria en la formación conti-nuada de los profesionales; desde mipunto de vista esta importante colabo-ración está demasiado mediatizadapor los resultados a corto plazo y lanecesidad de la introducción rápida denuevos de productos. La industria, entérminos generales en nuestro medio,ha considerado las colaboracioneseconómicas a la formación en compe-tencias profesionales lideradas por lassociedades científicas más como un

gasto que como una inversión. La cre-ación de valor añadido en términos derentabilidad asistencial que permitajustificar a los gestores y políticos la in-versión (no gasto) en tecnología pasapor la potenciación de la formación delos profesionales, la investigación clíni-ca y una política conjunta de informa-ción a los ciudadanos.

Los radiólogos, como profesionales sa-nitarios, debemos desarrollar una seriede habilidades no relacionadas directa-mente con la interpretación de imáge-nes que afectan a la práctica médica,como factores socioeconómicos, apro-ximación al diagnóstico poblacional,aspectos médico-legales, comunicacióny relaciones interpersonales, liderazgo,el pensamiento crítico para el análisisde la información médica y especial-mente los aspectos éticos de nuestrapráctica profesional. Esta necesidadcreo que debería ser compartida por lasorganizaciones del sector sanitario; laSociedad Española de Radiología Mé-dica, como otras sociedades científicas,está haciendo esfuerzos para orientarsepositivamente ante estos cambios.Creemos que existe un espacio im-portante de colaboración con las orga-nizaciones empresariales del sector conlas que compartimos intereses al menosen el medio y largo plazo.

Todos los actores del sistema sanitariotenemos el interés de convencer a losciudadanos de que el nuestro es unsector generador de riqueza y no ungasto sin un claro retorno.

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La industria farmacéutica ha producidomuchos medicamentos que han bene-ficiado al hombre. La estructura norma-tiva diseñada para controlar la industriadebe mantener estos beneficios; sinembargo, la regulación necesita ser su-ficientemente consistente para prote-ger la salud pública frente a medica-mentos que son inseguros, ineficaces,ineficientes o innecesarios. El grado deinfluencia de la industria sobre la regu-lación de medicamentos sugiere queel sistema actual debería ser más exi-gente.

El incentivo para que la industria far-macéutica que realiza investigación ydesarrollo de nuevos productos conti-núe su labor radica en contar con unmarco legal confiable, que le garanti-ce la protección de la patente y laconfidencialidad de su información, afin de que pueda resarcirse de susinversiones y disponga de recursospara continuar investigando y des-arrollando nuevos productos.

En los años sesenta se necesitabanaproximadamente ocho años paraque un medicamento saliera al mer-cado y en los años noventa casi cator-ce años, ello se debe a que los orga-nismos gubernamentales son cada

vez más exigentes a la hora de conce-der la autorización de comer-cialización de los medicamentos. Elloha dado lugar a que el coste mediodel desarrollo de un nuevo medica-mento que era aproximadamente de50 millones de dólares en los añossesenta, haya aumentado hasta 400-800 millones de dólares (320-640millones de euros) a fines de los no-venta (dependiendo de las fuentesutilizadas). Sin embargo, a corto plazoserá posible reducir el coste de desa-rrollo de nuevos medicamentos en un75% rebajando el tiempo necesariopara introducir los nuevos productos(Pharma 2010: Silicon Reality).

Los valores añadidos que podrían serpresentados por la industria farma-céutica, y si fueran de valor, acepta-dos por el sector sanitario, son la con-tribución en I+D al país y al sectorsanitario y la información rigurosasobre sus productos para que fuesenusados de forma apropiada. Pareceimportante por tanto profundizar enambos aspectos.

Con relación a la I+D de la industria far-macéutica que se realiza en España, sepodría hacer uso de las cifras que sepublican sobre su peso relativo en el

Valor añadido que produce la industria farmacéutica

en la empresa en el sector sanitario

Antonio Iñesta GarcíaEscuela Nacional de Sanidad, Madrid

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I+D total, pero no llegaríamos a saber sise está haciendo mucha o poca I+D conrelación a otros países y entornos. Poreso puede ser más ilustrativo hacerlocon relación a la Unión Europea (UE) ypaíses de referencia de la misma. Essugestivo tomar las cifras que ofrece laasociación de la industria farmacéuticaeuropea (EFPIA) y comparar.

El gasto de la industria farmacéutica enI+D en España con relación al gasto enI+D en UE-15 países (3%, 2002) es muyinferior a lo que representa el gastototal (8,8%) y el gasto público en medi-camentos (9,0%) en España con relaciónal respectivo gasto en UE-15 países.

Como puede verse en la Tabla 1, loque representa el gasto de la industriafarmacéutica en I+D en España conrelación al gasto de I+D en UE-15 paí-ses es muy inferior a lo que represen-ta el gasto total en medicamentos y elgasto público en medicamentos enEspaña con relación al respectivo gas-to en UE-15 países.

Una segunda observación sería que elporcentaje que representa el gasto dela industria farmacéutica en I+D deEspaña/UE-15 países es muy inferior alde Alemania, Francia, Italia y Reino Uni-do/UE-15 países, respectivamente. Esdecir, que sin entrar en los aspectosque comprenden estas partidas deI+D, se pueden hacer dos afirmaciones:

a) que la industria farmacéutica enEspaña investiga mucho menos delo que se gasta el país en medica-mentos con relación a la UE-15 paí-ses;

b) que la industria farmacéutica en Es-paña investiga mucho menos quelo que se hace en países que debe-rían servirnos de referencia.

Por otra parte, los medicamentosnuevos son el resultado de la inver-sión en I+D de la industria farmacéu-tica, pero habría que diferenciar entremedicamento nuevo y realmenteinnovador. Dos tercios de los medica-

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Fuente: EFPIA 1999-2004. Las cantidades se expresan en millones de € (M€). En I+D UE-15 no disponibles losdatos de Portugal, Grecia y Luxenburgo.

Año Alemania Francia Italia R. Unido EspañaM€ (%Al/UE) M€ (%Fr/UE) M€ (%It/UE) M€ (%RU/UE) M€ (%Esp/UE)

1992 Mctot 11520 10000 10080 – 4490I+D 2050 (10,5) 1578 (8,1) 1008 (5,2) – 191 (1,0)

1998 Mctot 16528 (23,3) 14950 (21,0 ) 9662 (13,6) 11061 (15,6) 5891 (8,3)GSS Med 19221 (26,1) 18442 (25,0 ) 6602 (9,0) 10337 (14,0) 6360 (8,6)I+D 2758 (22,2) 2424 (19,5) 759 (6,1) 3696 (29,8) 296 (2,4)

2001 Mctot 20151 (21,8) 18674 (20,2) 13265 (14,3) 15012 (16,2) 8078 (8,7)GSS Med 21355 (26,6) 16309 (20,3) 11608 (14,5) 10502 (13,1) 7083 (8,8)I+D 3381 (20,3) 3351 (20,1) 769 (4,6) 5145 (30,8) 398 (2,4)

2002 Mctot 21850 (21,7) 19911 (19,8) 13966 (13,9) 16499 (16,4) 8850 (8,8)GSS Med 23438 (27,2) 17479 (20,3) 11723 (13,6) 11516 (13,4) 7791 (9,0)I+D 3612 (20,1) 3360 (18,7) 914 (5,1) 5253 (29,2) 541 (3,0)

Tabla 1. Mercado total de medicamentos (Mctot), gasto en medicamentos por servicios

de salud o seguridad social (GSS Med, ambulatorio), e I+D de cuatro países europeos

y España, y porcentaje del I+D con relación al I+D total europeo (UE-15 países)

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mentos aprobados por la FDA (Foodand Drug Administration, EE.UU.)desde 1989 a 2000 fueron versionesmodificadas de medicamentos exis-tentes, o incluso idénticas a aquéllasya en el mercado, más que verdade-ros nuevos medicamentos, de acuer-do a un estudio. El informe tambiéndice que la mayor parte del aumentodel gasto sobre nuevos medicamen-tos de prescripción era sobre produc-tos que la FDA había determinadoque no proporcionaban ventajas sig-nificativas sobre los que estaban yaen el mercado.

En el informe clasifican los medicamen-tos aprobados de acuerdo con su con-tribución clínica e innovación:

Principios activos viejos modificados,menos innovadores:

11% No mejora clínica.

46% No mejora clínica significativa.

8% Mejora clínica.

Principios activos nuevos, más innova-dores:

20% No mejora clínica significativa.

15% Mejora clínica.

Solo el 15% de los medicamentos apro-bados de 1989 a 2000 fueron nuevasentidades altamente innovadoras.

Con relación a la innovación, en la UniónEuropea sólo 60 de 126 productos apro-bados por el CPMP (Committee for Pro-prietary Medicinal Products/EuropeanMedicines Evaluation Agency) en los pri-meros cinco años podrían ser considera-dos como innovadores.

En ámbitos condicionados, se defien-de que aumentar en uso de genéricoses perjudicial para la I+D en España

porque afectaría a la investigación quese realiza. Parece que relacionar bajoconsumo de genéricos con alta inver-sión en investigación no es demostra-ble; nada más que ver las cifras deconsumo de genéricos en países co-mo Reino Unido, Alemania y EE.UU.(superior al 50% del total en unidades)y sus cifras relevantes de I+D, contra-poniéndolas a las de España en consu-mo de genéricos (inferior al 10% enunidades) y cifras de I+D poco signifi-cativas.

La industria ha desarrollado prácticasque no consideran a la sociedad, in-cluyendo el excesivo precio de losnuevos medicamentos, y una indife-rencia frente a las necesidades y limi-taciones del mundo desarrollado queda lugar a un desequilibrio entre lainnovación verdadera y la actividadpromocional. Interfieren en las inves-tigaciones clínicas y se esfuerzan enmoldear el pensamiento y priorida-des sanitarias como medio de agran-dar el mercado. La industria ha de-mostrado ser suficientemente resis-tente como para adaptarse a lasnecesidades aunque expertos eneste ámbito por parte de la sociedadinsistan en ello.

Con relación a la información rigurosasobre sus productos, no podría consi-derarse que es una realidad. La industriafarmacéutica gasta más tiempo y recur-sos en la generación, comparación ydifusión de la información médica queen la producción de medicamentos. Através de la generación y difusión de lainformación, las compañías multinacio-nales pueden influenciar la práctica clí-nica. A veces, sus metas comercialesrepresentan avances genuinos en laprovisión de asistencia sanitaria, pero lamayoría están implicadas en la produc-ción excesiva y costosa de informaciónque en gran parte se mantiene secreta,y pueden poner en riesgo los interesesde pacientes y de la sociedad. O

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Los gastos destinados a la actividadpromocional suponen en estos mo-mentos un capítulo importante en lospresupuestos de las empresas farma-céuticas, estimándose que en Españase está destinando a este capítulo al-rededor del 20% del volumen de ven-ta de los laboratorios, en una estima-ción conservadora, mientras que enotros países de la UE es muy inferior.También es cierto que los laborato-rios deben someterse a una fuertecompetencia en los correspondien-tes submercados, a veces difícil dejustificar en términos de ventajasterapéuticas, pero no se debe olvidarque la publicidad y promoción es laque determina en gran medida eltipo de prescripción que se está rea-lizando.

La financiación de congresos y reu-niones con gastos suntuarios no tie-ne justificación y parecería que estáen contra de normas de conducta éti-ca (http:// www.nofreelunch.org). Noparece defendible la financiación porla industria de tantas revistas médi-cas y farmacéuticas (más de 200 exis-tentes), algunas que dudosamente sepueden considerar científicas. Unareducción en este número concentra-ría la oferta de artículos científicos ypermitiría mejorar la calidad de losartículos publicados. Adicionalmen-te, puesto que la información finan-ciada por la publicidad debe serbásicamente científica, se reduciríanlas revistas y publicaciones con uncomponente lúdico o excesivamentelocal.

La visita médica personalizada no im-plica un sistema de informaciónsobre medicamentos científica y con-trastada, más bien una creación delazos y dependencias. Pareceríamejor un sistema que obligara a unapresentación colectiva tipo sesionesclínicas y/o científicas, en que loslaboratorios presentaran a la colecti-

vidad médica sus novedades y evi-dencias, sometidos a las preguntasoportunas y a las que se dedicaríanunas horas a la semana.

La formación continuada se ha presen-tado en muchos foros como una activi-dad financiada principalmente por laindustria farmacéutica, y seguramenteen los últimos tiempos es así. Sin em-bargo, sería exigible que dicha finan-ciación corriese a cargo de las Admi-nistraciones Sanitarias para que no seden influencias perversas en la pres-cripción. Es decir, que algo que podríaser considerado como un valor añadi-do por el sector sanitario si se hicieracon mesura y de forma residual, alconvertirse en preponderante podríaconsiderarse como una relación peli-grosa.

En suma, la I+D y la información rigu-rosa que podría aportar la industriafarmacéutica serían valores añadidosmuy útiles y demandados por las em-presas del sector sanitario; sin embar-go, por lo anteriormente dicho la I+Des insuficiente e inferior al nivel que lecorrespondería y la información no estan rigurosa, lo que unido a la poten-te actividad promocional podría estarcondicionando de forma inadecuadala prescripción.

Reseñas bibliográficas

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Durante los últimos veinte años la pres-tación de servicios sanitarios ha experi-mentado importantes cambios en mu-chos países. Dos de las principales fuer-zas impulsoras de estos cambios hansido la necesidad de optimizar recursosy la de controlar el gasto sanitario pú-blico. Entre las diversas medidas orien-tadas para el logro de tales objetivosdestacan aquéllas basadas en “solucio-nes de mercado”, como son:

– La creación de mercados internos(separación de funciones).

– La utilización del derecho privadocon el fin de que los centros públi-cos puedan actuar con la flexibili-dad jurídica propia de una organi-zación privada en materia de con-tratación de bienes y personal,gestión presupuestaria y gestiónpatrimonial.

– Las nuevas fórmulas de gestión conparticipación del sector privado, co-mo puede ser la concertación, don-de se busca la complementariedadentre sector público y privado.

Ninguna de estas acciones pone enduda el carácter gratuito y universaldel sistema sanitario público; no obs-

tante, ninguna de estas acciones haproducido los resultados esperados:si bien se acepta que hay algunas co-sas que el sector público hace mejor yalgunas otras que son mejor maneja-das por el sector privado, también hayque reconocer que no se ha asumido,por parte del sistema público, la acti-tud de gestión, previa y necesaria,para que dichas medidas de mercadoprodujeran los efectos deseados entérminos de mejora de la eficiencia ycontrol del gasto.

Y es que la nueva gestión pública de lasanidad debe pasar del concepto deadministrar –cumplir normas– al con-cepto de gestionar –lograr resultados–,y para ello se necesita de un know-howde gestión, que forma parte de la natu-raleza del sector privado y que no se haasumido desde los sistemas públicosde salud. De hecho, los debates sobrela gestión de la sanidad pública enEspaña siguen fluctuando entre la resis-tencia a afrontar cambios estructuralesy la ilusión de emprender cambios radi-cales a través de soluciones de merca-do que nunca terminan de cuajar.

Entiendo que una de las principalesmedidas para introducir en los servi-cios sanitarios públicos esa actitud de O

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La aplicación de conceptos de empresa a la gestión

de la sanidad pública: la búsqueda de la eficiencia

María del Mar Julios Consejera de Sanidad

y Vicepresidenta del Gobierno de Canarias

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gestión a la que hago referencia, y asílograr el objetivo de la eficiencia, es laincorporación de elementos de em-presa en la gestión de la sanidad pú-blica, puesto que la gestión, en sus dis-tintos niveles (macro, meso y micro),engloba dos elementos que afectan alconjunto del sistema sanitario: la coor-dinación entre agentes y la asignacióny movilización de recursos, en unoscasos económicos y en otros diagnós-ticos y terapéuticos. En este sentido,algunos conceptos claves, propios delsector privado, que deben formar par-te del día a día de la gestión públicason los siguientes:

Competencia comparada: el grado decompetencia en el mercado sanitario,sea público o privado, determina, enbuena medida, el comportamiento delas organizaciones. Por otro lado, elejercicio de la comparación de resulta-dos puede generar comportamientosde competencia entre centros asisten-ciales de carácter público, mejorandoasí sus niveles de eficiencia. Hago refe-rencia a la posibilidad de establecerranking de hospitales, servicios hospi-talarios, publicación de listas de espe-ra, etc.

Economías de arrastre: hago referen-cia a aquellas acciones clínicas cuyaseficiencias se reflejan en otros nivelesasistenciales distintos al propio. Laadecuación de las derivaciones de laatención primaria hacia a la atenciónespecializada, y la mejor coordinaciónentre niveles asistenciales en general,puede generar importantes econo-mías de arrastre en los sistemas sani-tarios.

Precio de mercado: las organizacionesasistenciales de titularidad privada cre-cen en aquellas actividades que les sonmás rentables producir ellas mismas.Los sistemas sanitarios públicos, ade-más de considerar el carácter preferen-cial de la sanidad, deben considerar, a

partir de un determinado tamaño, quéactividades o servicios incorporar enfunción de los costes añadidos y de losprecios de mercado disponibles; bus-cando en todo momento la comple-mentariedad entre sector público y pri-vado, teniendo en cuenta que el esta-blecimiento de la política sanitaria esfunción del sector público, y que el sec-tor privado deberá actuar en el área dela innovación y de la producción de ser-vicios sanitarios.

Flexibilidad organizativa: este elemen-to vendrá marcado por la incorpora-ción de nuevos perfiles y habilidadesprofesionales, la introducción de nue-vas fórmulas de gestión indirecta y conel nivel de intensidad con que las tec-nologías de la información se vayanextendiendo en el sector sanitario pú-blico. Con respecto a este último fac-tor, la adaptación de las aplicacionestelemáticas a los servicios sanitariosrestará importancia al concepto de“nivel asistencial” y dará mayor impor-tancia a los elementos resolutivos de lagestión clínica.

Cultura cooperativa y gestión del cono-cimiento: en un macro-sector confor-mado por multitud de servicios sanita-rios, organizado en distintos nivelesasistenciales, donde existen múltiplesagentes que actúan sobre el paciente,es vital que el profesional sanitario ten-ga la capacidad de compartir y coordi-nar decisiones en los diferentes nivelesasistenciales, considerando aspectosque vayan más allá de lo puramente clí-nico, evitando en todo momento com-portamientos corporativistas que pue-dan poner freno a la actitud cooperati-va.

Por último, me gustaría acabar señalan-do que si bien no existe la tendencia enlas economías occidentales de dejar laprovisión de servicios sanitarios enmanos de la iniciativa privada, sí existenconceptos, actividades y técnicas, como

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las que he mencionado en este artículo,donde el sector privado dispone demayor experiencia y donde puedegenerar un valor añadido importante alsistema sanitario público. Debemos por

tanto aprovechar las sinergias que pue-dan generarse entre la empresa privaday el sector público con el fin de generarcomplementariedades y así configurarun sistema sanitario sostenible.

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1. ¿Es necesario que la empresaaporte algo más que unos productos y/o servicios de calidad a un buen precio?

Toda empresa tiene como misión serproveedora de servicios y productosal mejor precio, con la finalidad demaximizar beneficios. Si todas las em-presas persiguen el mismo fin, cual-quiera de ellas podría entrar en elmercado; sin embargo, el mercado,en su concepción de asignación ópti-ma de recursos, con bastante frecuen-cia acaba expulsando a muchas deellas a pesar de su competitividad.

Un elemento hace distintas a las em-presas que perduran: la calidad. La cali-dad no es fruto del azar, sino del em-peño de mejorar día a día los serviciosen general y los sanitarios en particular.La gestión de la calidad precisa de unaserie de conocimientos, actitudes yherramientas que precisan de la forma-ción en su uso y aplicación.

El actual concepto de calidad total delos servicios sanitarios, tanto públicoscomo privados, no sólo comprendelos aspectos más técnicos de la asis-tencia sanitaria, sino que abarca otrasdimensiones de la misma, como son la

equidad, la accesibilidad, la informa-ción, la participación de la toma dedecisiones y la comunicación entreproveedores y pacientes.

2. ¿Qué valor añadidopueden/deben aportar lasempresas al sector sanitario?

Tal y como se ha expresado en elapartado anterior, cualquier empresasanitaria puede realizar los actos mé-dicos a un precio competitivo; otra co-sa diferente es que, además, ese actomédico se realice con calidad en elsentido más amplio.

En el momento actual, la gran exigen-cia de los usuarios ha originado que lademanda de servicios personalizadosse haya convertido en una “mercancía”escasa, y se reclaman servicios sanita-rios, no solamente de calidad científicay técnica, sino también con confortabi-lidad, aceptabilidad y, sobre todo, per-sonalizados. Es la personalización delservicio sanitario uno de los pilaresbásicos en los que se sustenta el con-cepto de calidad total, en los que elcomponente técnico precisa estaracompañado de otros atributos, entrelos que juegan un papel fundamental lacomunicación e información. O

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El valor añadido de la empresaen el sector sanitario

Roberto SabridoConsejero de Sanidad de Castilla-La Mancha

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En la atención sanitaria, cada vez se exi-ge con más frecuencia la participaciónde los consumidores de servicios, pa-cientes y sus familiares en la definiciónde la calidad de los servicios ofrecidos,al tener éstos una mayor información yun mayor grado de exigencia. Ante unaacción técnica sobre un paciente, lademanda de una atención personaliza-da y de calidad, con sus preferencias,constituye el valor añadido que el siste-ma puede ofrecerle para fidelizarlo.

3. ¿Y a la gestión sanitaria?

Es complejo identificar todos y cadauno de los componentes de la calidadde los servicios sanitarios. No obstan-te, se pueden identificar algunas carac-terísticas que nos pueden dar pautasde calidad en las organizaciones deservicios sanitarios:

– Instalaciones y equipos de calidad.

– Profesionalidad fundamentada enlas habilidades y conocimientosadecuados para ejecutar los servi-cios de forma segura y convincente.

– Motivación de los profesionales.

– Comunicación con lenguaje com-prensible de cara a las necesidadesde los pacientes.

El conjunto de estas característicastiene como objetivo básico el centrarel servicio sanitario, tanto en el cono-cimiento científico evidenciado comoen las expectativas de los pacientes.

En consecuencia, las tendencias engestión sanitaria se orientan hacia unanueva realidad en la que el pacientees el eje del sistema provisor, la cali-dad del producto ofrecido es unacuestión en la que el paciente inter-viene activamente, y se valora el pro-tagonismo de los profesionales quedesarrollan el servicio.

4. ¿Cómo se puede evaluar?

Las empresas de suministro hospitala-rio aportan valor añadido, tanto al pro-ceso asistencial como al desarrollo ymejora de la gestión del proceso delpaciente. Esto no es percibido de igualforma por los diferentes interlocutores:clínicos, gestores, agencias de evalua-ción, planificadores o pacientes, a pe-sar de que todos tienen en común losobjetivos fijados por la organización.

En cada caso es necesario definir quées lo que se entiende por valor añadi-do. Se podría entender en los siguien-tes aspectos:

– Implantación de procesos innova-dores.

– Puesta en marcha de programasque introduzcan una nueva técnica.

– Nuevos equipos para tratar deter-minadas enfermedades.

– Otros.

Al margen de los atributos de los pro-ductos y sus ventajas técnicas, hay valo-res que es difícil cuantificar al ser intan-gibles: son los beneficios sociales quese originan, tales, como la incorpora-ción del paciente al trabajo en un me-nor tiempo, altas más rápidas, menosvisitas al hospital, o menos morbilida-des por infección hospitalaria... Desdeotra vertiente, la disminución del gastoen incapacidades transitorias o el aho-rro obtenido en éstas no forma partede la cuenta del hospital, por lo que esdifícil que alguno de los aspectos men-cionados sea apreciado por los geren-tes de los centros. Y no sólo por el aho-rro equivalente, sino también por elahorro marginal adicional que repre-senta dar altas más rápidas o que el sis-tema sea más eficiente. Hechos queevitan los sobrecostes por tener queatender una demanda insatisfecha.

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5. ¿Encarece el coste de la sanidad?

Las empresas aportan valor añadido através de los procesos asistenciales yproducen mejoras en la salud de lapoblación. El aporte de valor añadidopor parte de las empresas tiene intan-gibles, pero también otros aspectostotalmente objetivables. El que no sevaloren adecuadamente perjudica alas empresas innovadoras retrasandola introducción de productos cuyociclo de vida es corto.

Los diferentes actores (pacientes, clíni-cos, gestores, planificadores, agenciasde evaluación) no siempre valoran des-de un mismo plano el aporte de valor ymejora de los procesos. En este con-texto, existe la necesidad de que seevalúe correctamente el valor añadido,bien a partir del coste/beneficio o bienpor otros métodos de medida. De estaforma, se aúna el interés de los pacien-tes en la eficacia, el de los facultativosen la efectividad y el de los gestores enla eficiencia. No es correcto ni rentableaplicar sólo el criterio economicista devalorar exclusivamente aquellas mejo-ras tecnológicas que reduzcan costes.

La innovación tecnológica aportamejoras a la salud de la población y ala eficiencia de procesos, originandouna menor morbilidad y un mayorahorro social que no siempre son con-templados. En consecuencia, una ma-yor inversión en mejoras asistenciales,por los beneficios que comporta, nosiempre supone un coste para el siste-ma.

6. ¿Cómo se puede implicar, y hasta qué punto, el proveedor con el usuario y el gestor sanitariopara la mejora de la gestiónsanitaria?

En el ámbito de la atención sanitariaprovista por empresas privadas, la asig-nación eficiente de recursos se realiza a

través del mercado; en consecuencia,las empresas están obligadas a atraer asus clientes a través de ofertas de pro-ductos y servicios con la idea de fideli-zar clientes en un campo donde no esfácil hacer marketing(1). En este marcode relaciones mercantiles, la simbiosisdel proveedor, usuario y gestor tieneque ser total para evitar perder al clien-te.

La provisión de servicios sanitarios através organizaciones públicas tieneun componente donde el bien salud,que en determinados ámbitos es con-siderado privado, se convierte en unbien social o prevalente, y en conse-cuencia el usuario-ciudadano es si-multáneamente propietario y usuariodel sistema. Al mismo tiempo, esteciudadano es el que financia las actua-ciones para la provisión de los servi-cios y es el pagador de los gestoresque han de poner en práctica losactos médicos que han de recuperarsu salud.

Esta doble vertiente de financiador yusuario del sistema obliga necesaria-mente a contar con su participaciónen la puesta en marcha de políticaspúblicas. Por ello, las tendencias orga-nizativas se dirigen hacia una nuevarealidad en la que el ciudadano es eleje del sistema provisor, la calidad delproducto ofrecido es una cuestión enla que el paciente interviene activa-mente y, a la vez, debe potenciarse elprotagonismo de los profesionalesque desarrollan el servicio.

Es preciso, en consecuencia, que losactores del sistema sanitario: usuarios,gestores, profesionales y autoridadsanitaria actúen en la misma línea demejora del sistema sanitario para con-seguir un sistema de calidad.

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(1) Es difícil hacer marketing en un sector dondeel producto es recuperar la salud y, en conse-cuencia, sería inducir a estar enfermo.

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7. ¿Es la sanidad un sectorgenerador de gasto o de riqueza?¿Cómo los gestores sanitariospodrían favorecer la creación deese valor añadido?

En la concepción más clásica de lateoría hacendística, todos los recursosdedicados al mantenimiento del buenfuncionamiento del sector público seles conceptúan como “gasto públi-co”. Sin embargo, el gasto en sani-dad, tanto en la vertiente de preven-ción como de recuperación de lasalud, origina unas externalidadesque generan un importante flujo eco-nómico que viene a tener un impor-tante efecto multiplicador, a través deefectos directos o indirectos.

La sanidad viene a suponer aproxima-damente el 8% del PIB nacional parael caso español. El gasto sanitario pú-blico supone el 5,6% de ese PIB.

A la hora de valorar el impacto de unsector en la actividad económica, hande tenerse en cuenta no únicamentelos impactos directos (aquellos gene-rados por la propia producción delsector), sino también los efectos indi-rectos e inducidos (aquellos produci-dos por las compras intermedias reali-zadas a otros sectores y aquellos pro-piciados por los consumidores que sebenefician de las rentas generadas enel propio proceso productivo).

La actividad económica que se gene-ra en torno a la actividad asistencialsanitaria es de gran importancia tantoen la economía nacional como en laspropias de cada región. La toma dedecisiones que se realizan en cuanto ala generación de gasto en el sector,tanto desde el ámbito público comodesde la esfera privada, tiene su re-percusión inmediata en el conjunto desectores de actividad, en primer lugara través de la adquisición de bienesintermedios cuando se realiza la inver-

sión, y después y de forma permanen-te en los gastos de funcionamiento(podría ser el caso de construcción deun nuevo hospital).

En datos obtenidos del INE, a travésde la contabilidad nacional, se puedeconocer la aportación al VABapb (ValorAñadido Bruto a precios básicos, esdecir, sin contar impuestos), que rea-lizan el Sector Sanidad y ServiciosSociales(2), tanto en el ámbito de mer-cado (sector privado) como en la ver-tiente de no mercado (sector públi-co). Para el año 2001 (previsión)(3), elsector Sanidad y Servicios Socialesde mercado aportó a la economíanacional 12.667 millones de eurossobre un total de 591.523 millones deeuros, es decir, el 2,14% del VABapmnacional, y generaba 342,7 mil em-pleos sobre un total de 16.353,2 milempleos, es decir el 2,09% del totalde empleos.

En el apartado de Sanidad y ServiciosSociales de no mercado, es decir, a tra-vés del sector público, la aportación alVABapb llega a los 20.195 millones deeuros sobre el total indicado anterior-mente, lo que supone 3,4% del totalnacional. En relación con el empleo,este sector público genera 610,8 milempleos sobre un total 16.353,2, loque viene a suponer el 3,73% del totalde empleos.

Además, como hemos comentado enpárrafos anteriores, los servicios de sa-lud generan un conjunto de bienes in-tangibles que tienen su efecto inme-

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(2) El sector de actividad convenido en las tablasde la Contabilidad Nacional y en las TablasInput-Output incluye: sanidad y serviciossociales en el sector económico “Sanidad yServicios Sociales de mercado y de no merca-do”. En esta metodología no es posible sepa-rar ambas cifras, pero generalmente los servi-cios de sanidad vienen a suponer el mayorporcentaje.

(3) Datos obtenidos del INE.

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diato en el resto de la economía (me-nos bajas laborales, menos tiempo derecuperación de la bajas laborales,mayor esperanza de vida, mejor cali-dad de vida...) a través del consumo, lainversión y el ahorro.

La importancia del peso relativo delsector sanidad en el conjunto de laeconomía es constatable, y el efecto,tanto de empuje como de arrastre enrelación al resto de sectores producti-vos de la economía, es evidente.

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El sector sanitario es un sector miméti-co, copiador de modas y asimilador deinformación. Está mayoritariamentecompuesto por grandes lectores queincorporan léxicos de las más variadasprocedencias. Con ello cree que llega-rá más pronto que tarde a los objetivosdeseados (¿qué queremos?, cuarto ymitad de lo que esté de moda).

Por aquí, por este sector, ya se hanlibrado muchas batallas y todas handejado sus muertos o sus semivivientes.Nos gusta la antropofagia y tenemostendencias cainitas. Podemos hablar degestión analítica, de atención al usua-rio, de acreditación, de calidad, decomunicación, de gestión integral derecursos humanos, motivación, cargaprofesional... Todo lo anterior y muchosaspectos más afectan directamente alser de nuestras organizaciones, aunquesólo está (y de qué manera) en algunade ellas, tener más que ser.

Hablar de valor añadido es hablar decambio, de cambio en el ser, en el estary en la forma de actuar. Tendríamos quedejar de ser como somos, dejar deestar como estamos y actuar de formadistinta y muy distante a como lo esta-mos haciendo. Deberíamos ser capa-ces de elaborar un nuevo discurso tota-lizador con la participación de todos los

agentes afectados, capaz de marcar laslíneas de actuación futuras del sector:el sistema de financiación, los criteriosde crecimiento sostenido, etc. Esto es,una fuente actualizada del informeABRIL, tan poco citado como masiva-mente copiado y aplicado.

Quizás la fragmentación del discursonos conduce a la dispersión en todanuestra forma de actuación. Fíjenseen las diecisiete autonomías querién-dose diferenciar con una única razónde ser: ¡yo más! Tendríamos, por tan-to, que volver a empezar. Nos propo-nemos hacer redistribución de tareas,desarrollo real de un sistema de infor-mación transversal que llegue alpaciente y ayude a la toma de deci-siones clínicas. Hablamos de decisio-nes compartidas, de medicalizaciónde la sociedad, de cooperación inter-profesional, hablamos de procesos,hablamos de diferenciarnos y de serdiferentes, de estandarizar habilida-des, de evaluar resultados, de la trans-parencia en la toma de decisiones.Todo esto produciría el tan ansiadovalor añadido que en el fondo sólo esla capacidad para proporcionar bien-estar y satisfacción cuando se transfor-ma un bien dentro de un proceso pro-ductivo aunque sea tan etéreo comorecuperar la salud.

El valor añadido en el sectorsanitario, ¿hay alguien ahí?

Luis Enrique Vicente SánchezDirector Gerente del Hospital Universitario de Salamanca

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Remisión de documentos

Se enviará el manuscrito completo –texto e ilustraciones– en soporte papel y unacopia en soporte informático especificando el nombre del archivo y el programautilizado a:

FUNDACION SIGNO. Sor Ángela de la Cruz 24, esc B, 6-J . 28020-MadridTfno.: 91 579 58 32. Móvil: 629 685 190E-mail: [email protected]

La revista Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios dará acuse de recibo de lostrabajos remitidos que serán revisados por el Comité de Redacción. La remisiónde un artículo a la revista para su valoración implica la cesión de derechos dereproducción a la Fundación Signo.

Tipos de artículo

• Originales: trabajos de Investigación relacionados con la gestión en el ámbi-to sanitario.

• Puntos de encuentro: reunión entre expertos en un tema con la finalidad deestablecer conclusiones, líneas de actuación y “productos” que mejoren lagestión sanitaria.

• Otras colaboraciones: reseñas, trabajos de opinión o actualidad que, por elinterés de su contenido, deban ser publicados.

Presentación y estructura de los artículos No

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Normas para autores

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• Título: título completo (en español y en inglés), nombre completo y dos ape-llidos de los autores, nombre y dirección completa del centro de trabajo(dirección postal, número de teléfono, fax, e-mail).

• Resumen y palabras clave: el número de palabras clave oscilará entre tres ycinco.

• Abstract & key words: en hoja aparte se escribirán la traducción del resumeny las palabras clave al inglés, incluyendo el título del trabajo.

• Citas bibliográficas: las citas bibliográficas se identificarán en el textomediante números arábigos volados y en orden correlativo. Las comunica-ciones personales y los datos no publicados no deberán aparecer en labibliografía (se pueden citar entre paréntesis en el texto).

• Tablas: deberán escribirse a doble espacio en hojas separadas con númeroarábigo y un título en la parte superior y las notas explicativas al pie. Se admi-tirá un máximo de seis tablas.

• Ilustraciones: bajo este epígrafe se agrupan las fotografías, gráficos y esque-mas con una numeración unificada. No contendrán datos repetidos en el tex-to. La publicación de diapositivas y fotografías será en blanco y negro.

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