7
tiva precisaT0, consideramos que estos rasgos enfatizan la estructura discursiva desgajada y el ritmo narrativo entrecortado, pues son coherentes con la quiebra moral y ontol6gica que plantea. Se ajustan a este planteamiento ofros rasgos, como el imaginario culto y barroco y las recurrencias léxicas, visuales y temâ- ticas; el lenguaje hiperbôlico; la ruptura de ia linealidad cronolôgica a través de analepsis y prolepsis; la altemancia entre el lirismo de su prosa poética y la vio- lenta sacudida de un lenguaje abrupto; la combinaci6n lüdica y desconcertante del relato cinematogrâflco; el laconismo filosôflco o la elipsis constructiva. Dado que el escritor es consciente de que el hombre contemporân eo es m homo ûdens, acoshtmbrado a una cultura ic6nica y visual, y un ser cinético, que se mueve por las impresiones que suscita la realidad., con Derrumbeha creado una innovado- ra propuesta discursiva para derrocar la dictadura de la imagen y de los escenarios virtmles, creando kafl<ianamente «imâgenes mâs poderosas que aquellas captadas por nuestros ojos y por sus prôtesis tecnolôgicas»7l. Tras la lectura de Derntmbe, el lector sabrâ que mientras la filosofia ofrece un asilo contra la estupidez y un refugio <<contra la tentaciôn de convertirse en un necio>>72, la literatura se alza «para volver a encontrar, por los meandros del arte, las dos o kes grandes imâgenes a las que el corazôn se abriô por primera vez»73. Menéndez Salmôn, tras metabolizar el pensamiento filosôfico, 1o de- l.uelve transformado en objeto estético. Universidad CEU San Pablo 70 Rafael Conte, «El terrorismo globalizado>>, El Pais (7 de junio de 2008). 7I Ricardo Menéndez Salmôn, «Muchos escritores nos imponemos escrîbir Guena y sin llevarla dentro. Entrevista de Juan Carlos Gea>>, Quimera,29O,2008, p- 12-17. véase Ni- colas Mollard, «Texto e imagen en las novelas de Ricmdo Menéndez Salmôn>>, Costilla. Ëstudios de Literatura,3, 2012, p. 249-273 [http://wwwS.uva.es/castilla/index.php/castilla/ article/view/1251, 2 de mayo de 2015. 72 Ricado Menéndez Salmôn, «Los ftes reinos», op. cit, p. 120. 73 lbid.,p.122. EL 11-M Y LA NO\'ELA NEGRA: PERSPECTTVAS COMPLOTISTASI Salvador Girbés Introducciôn Acontecimientos histôricos de alto impacto mediâtico, como 1o fueron los atentados terroristas del 1 1 -M en Espafla, suelen suscitar una productividad cui- tural que, entre otras formas, se expresa en narraciones de ficciôn que, directa o indirectamente, reaccionan a 1os sucesos que las sociedades que los vivieron considerân como hitos destacados de la historia nacional e internacional. Con- forme se va estableciendo una distancia temporal entre el contexto inicial de un acontecimiento histôrico -si consideramos que el 1l-M no es un mero hecho facttnl2- y la producciôn de un objeto cultural derivado de éste, encontramos un cambio en la postura que cieftos escritores eligen para tratar el tema. Asi, de un enfoque mâs bien centrado en la representaciôn de la victima de la violencia terrorista, predominante en una primera etapa, se pasa igualmente a aprovechar elpotencialnarrativo del 11-Mpara elaborarrelatos que 1o abordan apelando al imaginario policiaco. Por otro lado, concentrândose directamente tanto en los hechos factuales como en la representaciôn de los responsables de éstos, es de- cir en la figura del criminal, aquellos construyen una interpretaci6n complotista del acontecimiento. Este articulo se redactô en el mmco del proyecto de investigaci6n La productivilé cultu- relle (nanative) d'événements historiques: les répercussions cuhurelles de six événements au Mexique et en Espagne (1968-2004), del Fonds National Suisse (Proyecto FNS Nûm. 100012_146097), que se estâ realizando en la Universidad de Lausana bajo la direcci6n del profesor Mmco KuM, con la colaboraciôn de Rachel Bomet, Salvador Girbés y Michel Schultheiss. Marco Kuu, «Introducciôn», en Boletin Hisplmico Helvético, volumen 24, otoflo de 2014, p. 119-128. Citamos p. 121. - 150- - 151-

ELA - productividadcultural.files.wordpress.com · ETA con miembros de Al Qaeda; la tercera ve detrâs de la matanza del 11-M una intervenci6n de las cloacas de los servicios de

  • Upload
    lythu

  • View
    214

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

tiva precisaT0, consideramos que estos rasgos enfatizan la estructura discursivadesgajada y el ritmo narrativo entrecortado, pues son coherentes con la quiebramoral y ontol6gica que plantea. Se ajustan a este planteamiento ofros rasgos,como el imaginario culto y barroco y las recurrencias léxicas, visuales y temâ-ticas; el lenguaje hiperbôlico; la ruptura de ia linealidad cronolôgica a través deanalepsis y prolepsis; la altemancia entre el lirismo de su prosa poética y la vio-lenta sacudida de un lenguaje abrupto; la combinaci6n lüdica y desconcertantedel relato cinematogrâflco; el laconismo filosôflco o la elipsis constructiva.

Dado que el escritor es consciente de que el hombre contemporân eo es m homoûdens, acoshtmbrado a una cultura ic6nica y visual, y un ser cinético, que se muevepor las impresiones que suscita la realidad., con Derrumbeha creado una innovado-ra propuesta discursiva para derrocar la dictadura de la imagen y de los escenariosvirtmles, creando kafl<ianamente «imâgenes mâs poderosas que aquellas captadaspor nuestros ojos y por sus prôtesis tecnolôgicas»7l.

Tras la lectura de Derntmbe, el lector sabrâ que mientras la filosofia ofreceun asilo contra la estupidez y un refugio <<contra la tentaciôn de convertirse enun necio>>72, la literatura se alza «para volver a encontrar, por los meandros delarte, las dos o kes grandes imâgenes a las que el corazôn se abriô por primeravez»73. Menéndez Salmôn, tras metabolizar el pensamiento filosôfico, 1o de-l.uelve transformado en objeto estético.

Universidad CEU San Pablo

70 Rafael Conte, «El terrorismo globalizado>>, El Pais (7 de junio de 2008).7I Ricardo Menéndez Salmôn, «Muchos escritores nos imponemos escrîbir Guena y pæ sin

llevarla dentro. Entrevista de Juan Carlos Gea>>, Quimera,29O,2008, p- 12-17. véase Ni-colas Mollard, «Texto e imagen en las novelas de Ricmdo Menéndez Salmôn>>, Costilla.Ëstudios de Literatura,3, 2012, p. 249-273 [http://wwwS.uva.es/castilla/index.php/castilla/article/view/1251, 2 de mayo de 2015.

72 Ricado Menéndez Salmôn, «Los ftes reinos», op. cit, p. 120.73 lbid.,p.122.

EL 11-M Y LA NO\'ELA NEGRA:PERSPECTTVAS COMPLOTISTASI

Salvador Girbés

Introducciôn

Acontecimientos histôricos de alto impacto mediâtico, como 1o fueron losatentados terroristas del 1 1 -M en Espafla, suelen suscitar una productividad cui-tural que, entre otras formas, se expresa en narraciones de ficciôn que, directao indirectamente, reaccionan a 1os sucesos que las sociedades que los vivieronconsiderân como hitos destacados de la historia nacional e internacional. Con-forme se va estableciendo una distancia temporal entre el contexto inicial de unacontecimiento histôrico -si consideramos que el 1l-M no es un mero hechofacttnl2- y la producciôn de un objeto cultural derivado de éste, encontramosun cambio en la postura que cieftos escritores eligen para tratar el tema. Asi, deun enfoque mâs bien centrado en la representaciôn de la victima de la violenciaterrorista, predominante en una primera etapa, se pasa igualmente a aprovecharelpotencialnarrativo del 11-Mpara elaborarrelatos que 1o abordan apelando alimaginario policiaco. Por otro lado, concentrândose directamente tanto en loshechos factuales como en la representaciôn de los responsables de éstos, es de-cir en la figura del criminal, aquellos construyen una interpretaci6n complotistadel acontecimiento.

Este articulo se redactô en el mmco del proyecto de investigaci6n La productivilé cultu-relle (nanative) d'événements historiques: les répercussions cuhurelles de six événementsau Mexique et en Espagne (1968-2004), del Fonds National Suisse (Proyecto FNS Nûm.100012_146097), que se estâ realizando en la Universidad de Lausana bajo la direcci6ndel profesor Mmco KuM, con la colaboraciôn de Rachel Bomet, Salvador Girbés y MichelSchultheiss.

Marco Kuu, «Introducciôn», en Boletin Hisplmico Helvético, volumen 24, otoflo de 2014,p. 119-128. Citamos p. 121.

- 150-

- 151-

EI 11-M: representaciôn literaria de las victimas

Pese a que, como seflalaba en su momento el hispanista alemân Dieter In-genschay, en Espafla la producciôn literaria que ha tematizado ficcionaknente elI 1-M ha sido mucho menor en comparaci6n con la que generaron los atentadosterroristas del 1 1 -S en la literatura anglosajona3 - <<mâs de 1 50 novelas»a , cabepor 1o menos mencionar que hasta hoy se han publicado ya casi una treintenade novelas que tratan dei suceso. Después de una intensa producciôn poética yteatral sobre los atentados de Madrids, la narrativa espaflola -y esto ciertamentedebido a un proceso creativo mâs lento impuesto por el trabajo de la escritura-tardô tan s61o dos aflos en proponer a su vez una representaci6n novelesca del11-M.

De las obras narrativas mâs relevantes podemos mencionar por orden crono-lôgico La piedra en el corazôn de Luis Mateo Diez (2006)6; Madrid Blues deBlarca Riestra (2008)?; El corrector de Ricardo Menéndez Salmôn (2009)8; Elmapa de lavida de Adolfo Garcia Ortega (2009)e; o aün e1 cuento <<Came rota>>

de Fernando Aramburu que forma parte del volumen de relatos El vigilantedel fiordo (2011)10. En su tratamiento del 11-M, estas producciones literarias1o abordan adoptando una perspectiva mâs bien traumâtica, es decir se demo-ran en 1as consecuencias que tuvieron ios atentados en las victimas directas oindirectas. Asi, por ejemplo, en la novela El corrector se narra c6mo un co-rrector literario -especie de alter ego del autor-, viviô la jornada del 11-M, y

3 Dieter Ingenschay, <<Las sombras de Atocha. El 11-M en la literatua espaflola actuab>, enGeneviève Champeau, et alii (coord,.), Nuevos derroteros de la narrotiva espaftola actual:veinte aftos de creaciôn, Zaragoza, Prensas Universitaias de Zxagoza. 2011, p. 365- 386.Mencionamos p. 369.

4 Adriana Kiczkowski, «La conskucciôn narativa del terorismo: las novelas de la glocaliza-ciôn en [a literahrra posterior al 1 1 de septiembre», lTesis doctoral: Universidad Nacional deEducaci6n a Distancia @spafia). Facultad de Filologial, 2014. Citamos p. 242. Disponibleen intemet: [http://e-spacio-uned-es/fezleserv/tesismed:Filologia-Akiczkowski/Documento.pdlil. 3l-08-2015.

5 W. AA.: Eduardo Jordâ / José Mateos (eds.), Madrid, once de marzo,Yalencia, Pre-textos,2004.; XW. tu1., LI-M: Poemæ contra el olvido,Madrid, Bartleby, 2004.;YY. AA., Oncevoces contra la barbarie del 11-M, Madrid, Fundaci6nAutor,2006.

6 Luis Mateo Diez, La piedra en el coræôn,Bucelona, Galaxia Gutenberg/Circulo de lecto-res, 2006.

7 Blarca Riestra, Madrid blues, Madrid, Alianza, 2008.8 fucardo Menéndez Salmôn, -El corrector,Barcelona, Seix Barral, 2009.9 Adolfo GarciaOrtega, El mapa de la vida,Barcelona, SeLr Bmal, 2009.10 Femando Arambm, «Came rot»), en El vigilante delfiordo,Bxcelona, Tusquets, 201i, p.

49-77.

afectado por las noticias de las que se iba enterando a través de los medios deinformaci6n y las declaraciones püblicas de los responsables politicos, decidereconstruir a modo de crônica la vivencia de aquel dia. El texto se convierteen una denurcia de la gestiôn politica de 1os atentados de Madrid y una criticadirigida sobre todo al Gobierno de José Maria Aznar que en aquel entonces, conflnes electorales, intentô atribuir la autoria de los atentados a la banda terroristaETA. El libro de fucardo Menéndez Salmôn puede igualmente considerarsecomo una apelaciÔn hacia la memoria y contra el olvido dei 11-M, y esto conrespecto ala acertada metâfora €n referencia al titulo de la novela misma- dela «errata» que se extiende a 10 iargo del texto. Por su parte, en El mapa de lavida y ert. «Came rota», Adolfo Garcia Ortega y Femando Aramburu describenlas diflcultades a 1as que se ven confrontados individuos afectados directamentepor 1a violencia terrorista en su intento por reconstruir y dar un nuevo sentidoa sus vidas quebradas. En la novela de Garcia Oftega, 1a recuperaciôn fisica ypsiquica de dos supervivientes flcticios de la matanza, Ângel y Ada, personiflcatambién la reconstrucciôn de una ciudad que fue blanco de1 temorismo intema-cional en ese momento.

Al hablar de hombres y mujeres en su rutina cotidiana, estas obras trâzanpues momentos criticos y signif,cativos de historias tanto personales como so-ciales aludiendo para ello a menudo a un metaf6rico renacer que tuvo que ser nosôlo individual sino también coiectivo. En este sentido, circunscritas sobre todoa la representaci6n de la victima, la mayoria de estas naffaciones post-traumé-ticas revelan mâs bien las huellas que el delito, un crimen indiscriminado, dejôta:rto en los cuerpos como en la mente de los personajes.

El 11-M: explicaciones âlternativas del suceso

La génesis de la puesta en entredicho de la versiôn oflcial de los atentadosde Madrid puede situarse en el resultado de las elecciones generales del 14de marzo de 2004, tres dias después de la mataryza. Estas dieron la victoria alPSOE en detrimento del PP que las encuestas habian anunciado victorioso. Noobstante, en los dias que precedieron a las elecciones ocurrieron los atentadosy el Gobiemo, pese a que muy râpidamente aparecieron pruebas que apuntabanhacia una responsabilidad yihadista, mantuvo la autoria de ETA. Esta opci6npor no decir la verdad tuvo la consecuencia, por un lado, de reavivar en lasociedad espaflola el recuerdo de una campafla hostil a la intervenciôn del pais

- l52N æ 153.-

en Irak y, por otro, de movilizar a electores indecisos de izquierda para dar lavictoria al PSOE11.

En esta cadena de sucesos se perfila la linea de razonamiento que tanto ali-mentô 1as diversas teorias del complot. Estas fueron apoyadas por medios decomunicaciôn de gran difusiôn por ejemplo El mundo clyo artïculo «Los agu-jeros negros del 11-M» de Femando Mügica12, publicado tan s6lo unos cuarentadias después de la masacre, puede considerarse como fundador de las diversastesis altemativas a la versi6n oflcial. De las propuestas que atribuyen variosmotivos a ios supuestos conspiradores, el investigador Miguel Chueca seflalatres versiones altemativas principalesr3: Ia primera destaca que detrâs de la cé-lula islamista estaria la participaciôn de los servicios secretos marroquies conel deseo de tomarse una revancha tras la humillaciôn sufrida en el afro 2002en el islote de Perejil; la segrurda, a la que algunos de los portavoces del PPse sumaron, es la que expone una participaciôn conjunta de la banda terroristaETA con miembros de Al Qaeda; la tercera ve detrâs de la matanza del 11-Muna intervenci6n de las cloacas de los servicios de seguridad del Estado espafiolque a escondidas actuaron a favor del PSOE. Las diversas hip6tesis altemativascuestionan los elementos que muy râpidamente llevaron hacia 1a pista islamistaponiendo en tela de juicio los indicios que favorecieron la detenciôn de 1os te-rroristas, es decfu el hallazgo de una mochila que no estaliô en los trenes, y enla que la poiicia encontr6 un artefacto explosivo adem6s de un teléfono môvilque debia servir de mecanismo para activar la bomba. El explosivo y sobre todola tarjeta telefônica permitieron a los agentes remontar hacia los responsables delamatanza. Insatisfechos con la versiôn oflcial, los partidarios de una teoria delcomplot para explicar el 11-M pondrân igualmente en duda el tipo de explosivoque se empleô, y a menudo las capacidades intelectuales de algunos miembrosde la célula terrorista (delincuentes, traficantes de droga) para llevar a cabo unatentado de tal importancia.

Al desarrollar una teoria del complot para expiicar algunos acontecimientoshistôricos, Massimo Introvigne establece una distinciôn entre ias construccio-

t1

t2

Juan Avilés Fmé, «Tenorismo y teorias de la conspiraciôn: el caso del 1l-i|.y'r>>, en Anâlisisdel Real Instituto Elcano,no 75" 2007. Disponible en intemet: [h@://www.realirstitutoelca-no.orÿanalisis/ARi2007 I AP.IT 5 -2007_Aviles conspiracion_1 l -M.pdfl, 3 1-08-20 1 5.Femando Mügica, <<Los agujeros negros del 11-M. Una versi6n repleta de incongmenciasr>,en El l{undo, 18 de abrit de 2004. Disponible en intemet: [http://www.elmuado.es/e1mun-dol2004lo4l 19/enespeciaV1082356558.htm{, 3 1-08-2015.Miguel Chueca, «Les attentats du 11 mars 2004 à Madrid et "les théories de la conspira-tior">>, en Rewe Agone: Histoire, Politique et Sociologie, no 47,2012, p. 105-143. [Dispo-nible en intemet: http://revueagone.rewes.org/1 0481, 21 -05 -2015.

nes conspirativas de la que se destacan tres tipos de modelos conspiratoriost4:

el «micro-complot»ls, el «macro-complob>r6 y el «complot-metafisico>>17. Losatentados del 1 1-M corresponderian ai primer modelo, ya que estos fueron per-petrados por una célula terrorista que, con o sin conexiôn conAl Qaeda, 1levô

a cabo 1a matarrza y, en noviembre de 2007, fue reconocida por la AudienciaNacional como ünica responsable de los hechos. El 11-M es un ((micro-com-

plot» que, pese a la obvia transcendencia que tuvo en Espafia y también en elextranjero, fue organizado por unos fundamentalistas que tenian un objetivoespeciflco limitado espacial y temporalmente: ei de atentar en Espafla. No obs-tante, tanto en los comentarios como en las novelas que citaremos â contimra-ciôn, partidarios de una versiôn alternativa frente a la versiôn oflcial, se apuestapor afladir que detrâs del complot primigenio æl que fue llevado a cabo por lacélula yihadista- se encuentra otra conspiraciôn. Es decir que estariamos ante lapuesta en escena de un «meta-complot», por ejemplo un atentado con banderafalsa que, como seflala José Eugenio Borao Mateo: )

actuaria para que se piense que hay un "compiot inferior" que es el que muevelos hilos de una situaciôn concreta; es decir, estariamos ante un complot principa1 que conspira distrayendo la atenciôn con otxo complot secundario, creado a

tal efecto.r8

La apariciôn de1 motivo del complot en los relatos que ficcionalmente se de-tienen en las causas de los atentados de Madrid, y especulan sobre la verdaderaidentidad de los responsables del 11-M, segün el principio bâsico de que quiense benef,cia de un crimen siempre es sospechoso, implica que los autores recu-ffan parâ ello ai imaginario policiaco.

Mencionado en José Eugenio Borao Mateo, «El papel nmativo de los iconos en la literaturade teorias conspirat onas>>, en Confiuencia: Revista hispânica de cuhura y literatura,Yol.24,n" 1,2008, p. 71-88. Disponible en intemet: fhttp:/,4romepage-ntu.edu.tw/-borao/2Profeso-res/Confluenciao/o2Opaper.pdfl, 3 1-08-20 I 5.

Su objetivo seria especifico, y en ocasiones trmscendental, pero con limitâciones tmto espa-ciales como temporales, por ejemplo un magnicidio, la caida de un gobiemo. Ibid.

En este tipo de complol se revelan las relaciones de fuerzas ocultas y malintencionadas que a

lo lmgo de la historia hm actuado y aün lo siguen haciendo, 1o que justificria <<en ma ünicatrama trans-histôric») supuestos vinculos entre diversas guerras, revoluciones. Ibid-Esta categoria escaparia a <<las observaciones de los historiadores», ya que de modo ma-niqueo se refiere a una lucha entre el bien y e1 mal, la Providencia y la contingencia, etc.Enfrentmiento cùyas razones se situarialr mâs allâ del entendimiento humano.lôldIbid.

t4

t5

T6

l1l3

N 154-

18

- l55H

El 11-M y el "imaginario policiaco"

Segûn la tipologia propuesta por Tzvetan Todorov para la novela poiiciaca,de ésta se destacan tres géneros (o mâs bien subgéneros): ianovela de enigmale,la novela negra2o y la novela de suspense. Los relatos El emir. ll-M-04 de Je-sûs Burguera (2009)'z1, El peôn negro de Eugenia Lôpez Mufioz (2010)22 y Laprimera victima de Teodoro L. Bastera (2014)r3 se enmarcarian en 1a terceracategoria, la novela de suspenseza. Esta corresponde a una combinaci6n de lasdos primeras formas: de la novela de enigma se presetva el misterio por resol-ver -lemento clave de este tipo de novela policiaca con sus dos historias: ladel crimen y la de ia investigaci6n y éste sigue presente en estos tres relatosya que la pregunta que evidentemente sostiene sus tramas es quién pudo estarrealmente detrâs de ios atentados de Madrid y cômo se realizaron.

El emir. ll-M-04 narrala historia de un periodista de investigaciôn, MarcBruc, que recibe un encârgo porparte de un enigmâtico personaje que pretendetrabajar para el New York Times. Se trata de elaborar un reportaje, «una especie

l9 comesponderia a las novelas puestas de moda en el periodo de entre dos guenas por autorescomo, por ejemplo, la escritora hglesa Agatha Christie. Este tipo de relato se funda en unadualidad, es decir en Ia elaboraciôn de dos historias: la historia del crimen (ausente y anteriora la nanaciôn) y la historia de la investigaciôn (en esta tanto los personajes como el lectoraprenden mediante un intemediario 11 detective los elementos de la primera historia).Véase Tzvetan Todorov, «Tipologie du romm policier>>, en poétique de la prose,paris"Edi-tions du Seuil, 1971, p. 55-65. Citamos p. 58.

20 El segundo grupo apuntâdo por Todorov lo componen las llamaclas <<novelas negras». Estetipo de relato policiaco fusiona las dos historias que hay en la novela de enigma: la del cri-men y la de la investigaciôn. Esto signif,ca que ya no se relata un orimen anterior a la nara-ciôn, sino que aquel coincide ahora con esta. Tzvetan To dorov, Typologie cfu ronan policier,op. cit.,p.60.

dc cr6nica diaria» (16) sobre 1os negocios y las actividades profesionales de

los emigrantes en Madrid. Pero râpidamente el protagonista se ve envuelto enlos sucesos precedentes a los atentados: su preparaci6n y en parte su ejecuci6n.La acciôn comienza unos dias anles del 1l-M, en el ambiente pre-electoral, ytemina el 14 de n:,afzo, el dia de las elecciones generales. En su novela, Jesüs

Burguera relata reuniones entre el vicepresidente de EE. tIU., Dick Cheney,con otros miembros del Gobiemo americano. Estos, aunque saben io que se

va tramando en Madrid, no intervienen, con el propôsito de benef,ciarse de losatentados para mantener vigente su guelTa contra e[ terrorismo. En esta novela,segün Jesüs Burguera, el 1 1 -M no debe entenderse sôlo en clave de poiitica in-teriorzs. Por 1o tanto, si bien en el relato el autor se atiene a 1a versiôn of,cial, y1a conspiraciôn imaginada se demora en la descripci6n de un micro-complot, noobstante en el texto se revelan fuerzas ocultas (los seryicios secretos america-nos, unos banqueros de1 Golfo pérsico) que de manera malintencionada actuana favor de sus intereses tanto estratégicos como econômicos y politicos- En este

sentido, si e1 relato no versa sobre la narraci6n de un meta-complot, por lo me-nos reviste tintes de macro-complot.

En El peôn negro,Etgenia Lôpez Mufloz modiflca el esquema narrativo tra-dicional (detective y criminal), con 1a apariciôn de 1a ambigua tgura de1 espiao agente doble. Ei libro relata las maquinaciones de un agente secreto espaflo1,

Jon Zubiri, que dc vuelta de una misiôn en Irak se infiltra en la célula terroristayihadista en Madrid, pafticipando asi directamente en ios atentados. Compuestode dos partes, 1a primera nara la planificaci6n de1 1 1-M por parte de un pequeflogrupo denominado «el club de Tânger» de individuos cuyo interés es propi-ciar un cambio de gobiemo en Espafla para favotecer sus negocios y su regresoa las âreas del poder. Para su ejecuciôn recurren a las cloacas de 1os serviciossecretos y policiaies espaÎioles, que sirviéndose de sus inf,ltrados ejecutan unatentado con bandera falsa. Sin embargo, el protagonista cinico y ambicioso nove su trabajo recompensado por pafie de los que 1o comanditaron. De este modoen la seguncla parte de la novela cuya acciôn ocurre diez afios dcspués de loshechos , e1 protagonista decide vengarse desvelando el guiôn de los atentadosmadrileTios. Detentor de informaciones demasiado peligrosas y comprometedo-ras, éste a su vez se convierte en objeto de una conspiraciôn para intentar callar-1o. Si bien las situaciones y los escenarios del libro se ubican en un gran nümero

25 Véase Gorka Larrumbide, «El donostiara Jesüs Burguera novela en 'El Emir'Ias oscuras tra-nras del 11-M», en di.ariovasco.com, 15 de diciembre de 2009. Disponible en intemet: [http://www.diariovasco .coml200912l5/cultura/donostiarra-jesus-burguera-novela-2009 1 2 1 5.htnll,3l-08-2015.

2l22

23

21

Jesüs Burguera, E/ emir. ll-M-04, Madrid, El Garaje Ediciones,2009.Eugenia Ldpez Mtitoz, El peôn negro,Barcelona, Espasa Libros, 2012.Teodoro Bastera Lopez, La primera victima,Madrid, Ültima Linea, 2014.Por otra pârte, si bien los novelistas que hemos citado inicialmente como, por ejemplo,Ricardo Menéndez salmôn o Adolfo Garcia ortega- son escritores que con anterioritlad alos atentados de Madrid ya habian publicado varias novelas y gozan actualmente de cier-to reconocimiento tanto entre el püblico colno en Ios âmbitos académicos, los autores delas tres novelas complotistas debutaron con ellas. Jesirs Burguera es «economisla especia-lizado en mercados financieros» (véase el sitio intemet dedicado a su novela: [http://ww.elemirl lm04lanovela.com/index.html]). Eugenia Lôpez Mufloz es «licenciatla en FilologiaHispânica y especialista en anâlisis del discurso politico [.. .]. Actualmente escribe guir:rnespara videojuegos, es bloguera y alalista de seguridad infomâtica» (véase el sitio internetdedicado a su novela: [http://www.elpeonnegro.es]); y Teodoro 1,. Bastena, si bien ya hapublicado un primer libro de relatos, Saga y anclaje (2008), es agente de policia en Allaro enLa Rioja (véase el sitio dedicado a su novela: [http://teodorobasterra.coml).

- 156H

- 157-

,l

ll

,.],.'i

,lt,].i'

.llli

,t:iill

''lilirrl i

l,,,

de espacios -se va desde Bagdad a Madrid pasando por Marruecos, Nueva Yorky otros lugares este relato no trata de un <<macro-complot», ya que la hipôtesisque se defiende es que detrâs de1 1 1-M hubo la par-ticipaciôn de algunos miem-bros comrptos de ias fuerzas secretas y policiacas espaflolas.

Esta interpretaciôn de los hechos es la que también se encuentra en La pri'mera v{ctima de Teodoro L6pez Bastena. El libro da cuenta de la investigaciônparalela emprendida unos cuatro meses después del ll-M por un joven ins-pector de policia de Pontevedra, Roberto Aionso. Éste, tratando de resolver unasesinato cometido en una cârcel, recibe revelaciones por parte del culpable,detenldo y acusado de haber suministrado los explosivos a la cé1ula terroristaque atentô en Madrid. Sus declaraciones convencen a1 inspector de que aqueiha sido objeto de una trampa cuyo propôsito era atribuir la responsabilidad aterroristas islamistas en vez de a ETA. En este sentido, su investigaciôn perso-na1 vendrâ apoyada con documentos conf,denciales que le pasa un agente de 1os

TEDAX (unidad especializada en la desactivaciôn de explosivos) antes de sumuerte. En estos se encuentran pruebas de manipulaciones y ocultaciôn de indi-cios sobre 1os atentados de Madrid. Apartir de ahi, el protagonista se conviedetambién en presa de las cloacas de la policia que no desean que los resultadosde su investigaciôn se hagan püblicos. Asi, al igual que en la noveia de EugeniaLôpez Mufloz, el relato alude a un meta-comp1ot, es decir un atentado terroristaperpetrado con bandera falsa.

Con respecto al imaginario policiaco, en estos libros se preselva igualmente1a imporlancia del elemento temâtico de la novela negra. Es decir el ambientesocial en el que se desarolla 1a acciôn y en e1 que la figura del detective ha per-dido la inmunidad que tradicionalmente 1o caracterizaba en la novela de enig-ma26. Asi, por ejemplo, pararealizar su investigaciôn 1os protagonistas tienenque sumergirse en un mundo que a menudo les es hostil, y e1 suspense a 1o largode1 relato se conserr'a en el hecho de saber qué les podrâ ocurrir a los protago-nistas principales y si llegarân ilesos al f,nal del relato para dar su versiôn delos hechos. Desde esta perspectiva, los relatos de Eugenia Lôpez Mozo, JesüsBurguera y Teodoro L. Basterra podrian considerarse como meras maneras decaptar la atenci6n y la curiosidad dei lector estimulando su interés por saberc6mo se pueden explicar acontecimientos de1 pasado. Sin embargo, estas narra-ciones plantean algunas interrogantes en cuanto a su alcance.

26 El detective, que beneficiaba de una postura privilegiada en la novela de enigma (inrnunidad,alto grado de conocimientos, etc,), se aproxima a la esfera del crimen, y sumergido en mambiente violento y a menudo amoral también cone el riesgo de morir Tzvetm Todorov,Typologie du roman policier, op. cit., p. 60.

Alcance y funcidn de las narrativas complotistas del 11-M

Jean Christophe Sarrot y Laurent Broche seflalan que las ültimas décadasde1 siglo XIX han supuesto 1a «cristalizaciôn del paradigma indiciario»2? en elentonces naciente género policiaco. Este paradigma de la modernidad, apuntadopor el historiador italiano Carlo Ginzburg, concibe la posibilidad de reconstruirel pasado a partir de la detecci6n de minimos indicios o huellas que una aguday atenta mirada (la del cletective o del historiador) podrâ colectar, acumular eintentar interpretar racionalmente. La historia se entiende asi como un conoci-miento indirecto, una disciplina que se funda en la capacidad de detectar hue-llas que el historiador convertirâ en fuentes: herramientas que posibilitan unainversi6n del pasado2s. No obstante, en nuestra época posmoderna, como sef,alaMaria del Pilar Lozano Mijares «la historia unitaria, teleolôgica y lineal de lamodernidad es puesta en cuesticin y deconstruida»ze.

Los tres relatos complotistas que hemos evocado conllevan obviamente pre-tensiones histôricas: en ellos se interroga directamente sobre los hechos fac-tuales del 11-M y la versi6n oflcial que de los mismos se dio. Si bien en lapromociôn de sus obras advierten que en sus novelas e1 11-M se reconstruyeficcionaimente, los autores deflenden una posturâ critica de los hechos y man-tienen su convicciôn en explicaciones altemativas de 1os hechos. Por ejemplo,Teodoro L. Basterra, en los agradecimientos que incluye al final del libro, deta-1la las fuentes que 1e sirvieron de docurnentaciôn para realizarlo3o. Por 1o tanto,la opciôn por tematizar los atentados teroristas de Madrid mediante una l6gicacompiotista conlleva cierta ambivalencia. En efecto, dicha elecciôn ejecuta un«doble movimiento de flccionalizaciôn y de plausibilizaciôn»3r propio de lasteorias del complot, como apunta Pablo Santoro Domingo:

28

29

30

31

Jean Cluistophe Sanot y Alain Broche, Le roman policier historique. llistoirc et polar: au-tour d'une renconbe, Paris, Nouveau Monde Éditions ,2009, p.388. La traducciôn es nues-tra-

1ôld, p. 388-389.Mria del Pilr Lozano Mijares, «Las teorias de la conspiraciôn en la novela posmoderna»,en eldiario.es,2013. Disponible en internet: fhttp://rvww.eldiario.es/Kafka/teorias-conspira-cion novela-posmodema 0,96590404.h1m11, 3l-08-2015.Teodoro Basterra l,6pez, La primera vïctima, op. cit., p. 599-598.Pablo Santoro Domingo, «La deriva de la sospecha: conspiraciones. ovnis y riesgo". enNomadqs: revista crltica de ciencias sociales y juridicas,n" 9,2004. [Disponible en intemet:[http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/9/psantoro.htm],31-08-2015.

ru 7JBru æ 159-

Se flccionaiiza porque no puede ser tomada literalrnente en serio mâs que porunos momentos, o por una mentalidad realmente paranoica, pero se plausibilizaal constituir una opciôn con el mismo grado de certeza que ohos marcos expli-cativos, y en ültimo término, una opci6n quizâ racionaVcausal.32

Es decir que en estos textos la realidad y 1o flccional se coûtaminân mutua-mente. Sus tramas y argumentaciones se sustentan en fuentes procedentes delos trabajos de los defensores de la teoria del complot cuyas tesis nunca consi-guieron que se reabriera otra investigaciôn del 11-M. Sin embargo, estas expli-caciones del suceso introdujeron el concepto de teoria de1 complot en el debatepüblico espafiol33, hasta el punto de dividir profundamente a los espafloles.

Por otro lado, mâs allâ de las hipôtesis que en ellas se exponen, las ficcio-nes complotistas pueden entenderse igualmente como diversas maneras de pro-blematizar nuestro mundo contemporâneo. Con respecto, por ejemplo, a losespacios descritos en estos textos, varias de las situaciones y de las accionesrepresentadas no sôlo ocurren en Espafla sino que también se ubican en el con-texto geo-poiitico internacional. Este ensanchamiento del espacio, y por ellode ia esfera del crimen, ademâs de la presencia de personajes peftenecientes aservicios de inteligencia contuibuye a que, en cierta medida, estas noveias seaproximen a Ia novela de espias y de flcciôn politica. Este es el caso sobre todoen El peôn negro, cot,:' la figura del agente doble cuya actuaciôn se desarrolla enun espacio intermedio gris situado entre 1o diplomâtico y 1o militar. Sus mürlti-ples y detalladas descripciones de las herramientas tecnol6gicas (tanto sistemasde informaciôn como de vigilancia) revelan un inquietante contraste entre unarealidad aparente y las alcantarillas del Estado. Las mültiples evocaciones deespacios caracterizados por su referencia a wr mundo altâmente informatiza-do y deflnidos en sistemas de redes, podrian funcionar a modo de respuesta ala confusiôn informacional. Es decir a un sentimiento de desorden propiciadopor las consecuencias de la globalizaciôn o también del fen6meno terrorista enla esfera privada del individuo contemporâneo. En este sentido, 1as narrativascomplotistas serian entonces una modalidâd sencilla de dar forma y sentido a lacomplejidad de la realidad.

En los relatos de Jesüs Burguera, Eugenia Lôpez Mufloz y Teodoro L. Baste-rra, el 11-M se f,ccionaliza recurriendo al género policiaco y se hace plausiblemediante e1 motivo del complot, 1o que permite a los autores ofrecerle al lector

32 lbid.33 Juan Avilés Fané, <<Temorismo y teorfas de la conspiraciôn: el caso del 1 I -M», ap. cit.,2007 .

la posibilidad de entrever que existe una organizaciôn y que «s61o hace falta dealguien (el detective) que sea capaz de descifrarlo y encontrar el modelo que

explique el conjunto de huellas o pistas reunidas»34. Huellas del 11-M que a suyezpasafl a formar parte de 1o que la historiadora francesaArlette Farge definecomo la «memoria del acontecimiento»35.

Conclusiôn

En este sentido, existe una diferencia notable en la manera de referirse alpasado, o mejor dicho, de rememorar un hecho histôrico de la nafuraleza del11-M. Asi, se podria hablar de una «memoria del acontecimiento», es decir Iamanera en que el acontecer histôrico, como seflala Arlette Farge, «se insinüaen el cuerpo social.colectivo, en uno o varios espacios originales que variansegün el paso del tiempo>>36.

En las primeras novelas que hemos mencionado, centradas en la flgura de

la victima, siguiendo la observaciôn de Francesca Lovece sobre el aconteci-miento histôrico en la literatura contemporânea, dicha referencia surge mâs bienen funciôn de los personajes <<de sus experiencias privadas y memoriales»37.Cierta cautela viene expresada en e1 momento de flccionalizar narrativamênteel 11-M. Por ejemplo, en El corrector, Ricardo Menéndez Salmôn recurre a laautoûcciôn, y el protagonistâ-narrador se intelroga sobre la posibilidad mismade poder hacer una narraciôn ficcional de los hechos.

En el segundo gtupo de textos seflalados que apelan al imaginario policiacopara referirse al 1l-M esto tiende a disminuir. Con su organizaciôn directamentecircunscrita al acto criminai, estas narraciones recogen el acontecimiento his-tôrico mâs bien «en su dimensiôn puntual que memoriab»38. Sin embargo, esta

dimensi6n es dinâmica, ya que ia referencia al pasado se recrea mediante elrecurso a una lÔgica complotista. Por 1o tanto, a diferencia del relato policiaco

34 Raül Czorla, <rl-a escritura de las huellas», [2010]. Disponible en intemet: [http://www'elvarapàlo.com/descargas/la-escritura-de-las-huellas-rau1-cazorla.pdl],31-08-2015.

35 Arlette Frge, «Penser et déûnir 1'événement en histoire. Approche des situations et des ac-teurs sociauxr>, enTerrain,38,2O02,p,67-78. Disponible en intemet: [http://tenain.revues'orgl 19291,3 l-08-20 I 5.

Ibid.Francesca Lovece, «Polars présentistes à l'épreuve des médiæ», en Marie-Lame Acquier yPhilippe Merlo (eds.), La relation de la littérature à l'événement, Paris, L'Hamattan, 2012,p. 85-100. Citamos p. 86. La haducciôn es nuestra.

36

37

N 160æ

38 lbid.

- 16l-

tradicional en el que el detective tarde o temprario revelarâ el misterio, en loshes relatos evocados la verdad o el restablecimiento de la justicia (como metashabituales del detective) no se alcanzan, dejando en su final, en cierto modo, lapuerta entreabierla a inagotables interpretaciones.

Université de Lausanne (Suiza)

AUTOCREACIÔN EN TO^§ MI.S TERTOS DE MADRIDDE ANTONIO MTINOZ MOLINA

Olga Godoy

En las obras de Antonio Mufloz Molina se aprecia la variedad, tanto en elcambio de estilos entre ellas como en ia originalidad de cada una individual-mente. En el caso de Zos misterios de Madrid, es «una novela publicadp origi-nalmente por entregas en el diario El Pais desde el 1 1 de agosto al 7 de septiem-bre de 1992 que indudablemeûte toma como modelo novelas folletinescas>>r,género al que como Nierojewski-Vélez indica, al mismo tiempo «1o parodia y 1o

homenajea»2. Sin embargo, la obra tâmpoco se puede clasificar exclusivamenteen el género del folletin. Criticos como Servén y Garcia de Leôn, segün observaNavarro-Daniels, sostienen que «los lazos de esta obra con la novela de folletin,el género detectivesco y la novela negra americana no quedan inadvertidos»3.Debido a la variedad de temas y de estilos, la obra, en iugar de ser encasillada enun género, se observa y analiza desde varios puntos de vista. Molina Goruâlez,apunta que el personaje principal, Lorencito Quesada, <<se ve inmerso en unviaje iniciâtico-detectivesco. Le ocurren disparatadas aventuras, propias del fo-lletin y de la novela negra, dando paso a una panorâmica de personajes propiosde la situaciôn socioeconômica que se vive>>4.

Desde el titulo se puede ver la diversidad de opiniones con respecto al géneroliterario de la obra. En el anâlisis de Nieroiewski-Yé\ez se obserrra ta similitudcon el de los folletines franceses como Zes mystères de Paris de Eugène Sue o

2

3

Nierojewski-Vélez, <<Los misterios de Madrid de Anlonio Muioz Molina: Parodia y novelapor entregas», Tesis, Ottawa, University ofOttawa, Junio, 1997, p. 16.

Ibid.Viima Navarro-Daniels, <rLos misterios de Madrid, de Antonio Mufloz Molina: Retrato ca-llejero y urbano de la capital espaffola a fina1es de la trmsiciôn a la democracia>>, en Cib*le-tas 20,2008, [http:/iwww.lehmm.cmy.edu/ciber]etras/v20lnavarrodaniels.hûnl], mmo de20t5.Mmuel Molina Gonzâlez, <d,os misterios de Madrid de Antonio Mufloz Molina: de larealidad a la ficci6n>>, en Boletin del Instituto de Estudios Giennenses 178 (2001), p. 88.

- 162-

- l6jN