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En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias. La violencia en torno al fútbol profesional en Chile, una aproximación desde la hinchada Los de Abajo. Tesis para optar al título de Antropólogo y al grado de Licenciado en Antropología. Autor: Gabriel Ruete Núñez Profesor patrocinante: Jorge Iván Vergara Del Solar Santiago de Chile, Abril del 2016

En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

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Page 1: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias.

La violencia en torno al fútbol profesional en Chile, una aproximación desde la hinchada Los de Abajo.

Tesis para optar al título de Antropólogo y al grado de Licenciado en Antropología.

Autor: Gabriel Ruete Núñez

Profesor patrocinante: Jorge Iván Vergara Del Solar

Santiago de Chile, Abril del 2016

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La violencia que se ejerce sobre los pueblos latino americanos es una violencia constante,

minuciosa y sistemática… Una violencia cotidiana.

Para dominar al hombre no son necesarios aun el napalm ni los gases tóxicos.

Existe una infinidad de recursos político, económicos, culturales tan eficaces como las armas bélicas.

Fernando “Pino” Solanas - La hora de los Horno (1968)

Soy el problema, sí, el responsable, la culpa de los que no se respetan

y un problema pa’ sus padres, un adicto, un drogadicto conflictivo,

así nos llaman cuando por la hierba se nos pierden los sentidos sigo siendo tu enemigo, sigo siendo el hampa,

una arma que se cría al gusto tuyo y de tu escuadra, nací con vigilancia, aparte, al otro bando,

y de tanto que nos culpan ya nos fuimos acostumbrando.

Inkognito - Una bala del hampa (2014)

__________________________________________

Mis más sinceros agradecimientos a todos y todas, que de alguna u otra forma colaboraron

para que esta investigación haya sido posible.

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Resumen

La siguiente investigación busca analizar la violencia expresada en el fútbol profesional en

Chile, desde la mirada del barrista, específicamente desde la hinchada “Los de Abajo”,

simpatizantes del Club Universidad de Chile. Con ellos se buscó generar un conocimiento crítico

que pueda aportar en la construcción de alternativas a la solución de este conflicto. Sobre las bases

de un enfoque etnográfico, y mediante métodos y herramientas que son propias de la investigación

cualitativa, se intentó describir las dinámicas del grupo e identificar las formas de violencia con

sus respectivos contextos y los significados atribuidas a ellas.

Palabras claves: Antropología crítica, fútbol, hinchada, formas de violencias.

Abstract:

The following research seeks to analyze the violence expressed around professional

football in Chile, from the perspective of the fans. Specifically, I will focus on a group called “Los

de Abajo”, supporters of the Universidad de Chile Football Club. With them is seeks to generate

critical knowledge as to contribute to create alternative solutions to this conflict. Supported by an

ethnographic perspective, and using relevant methods and tools for a qualitative investigation, this

research seeks to describe the dynamics of the mentioned group and, therefore, being able to

identify the types of violence and their contexts and meanings ascribed to them.

Keywords: Critical Anthropology, football, team supporters, forms of violence

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Índice Introducción: ................................................................................................................................................ 5

Motivaciones que originaron la investigación: .............................................................................................. 5

Antecedentes generales del problema ............................................................................................................ 5

Objetivos ........................................................................................................................................................ 8

Estrategia Metodológica ................................................................................................................................. 8

Técnicas de producción de información .......................................................................................................11

Proceso de análisis .......................................................................................................................................15

Estructura del texto ......................................................................................................................................16

Capítulo I: Perspectiva teórica del estudio ..........................................................................................17

Marco conceptual: ....................................................................................................................................21

Estudios sociales del deporte en Latinoamérica y Chile ..........................................................................27

Las hinchadas como sujetos de estudios ..................................................................................................29

Capitulo II: Discutiendo en la noción de Hinchada ............................................................................31

La violencia no es el elemento aglutinador del grupo ..............................................................................36

La diversidad de organizaciones ..............................................................................................................41

Capitulo III: Entre códigos y resistencias ............................................................................................45

La articulación de la exclusión .................................................................................................................46

Ni a los pacos, ni a la represión… ............................................................................................................50

No importa si vamos en cana, siempre al bulla seguiremos .....................................................................52

Ni a la mentira de la televisión .................................................................................................................54

El piño al choque ......................................................................................................................................57

Entre hinchas azules .................................................................................................................................58

Contra los pacos somos los primeros .......................................................................................................60

Al borde de la tragedia .............................................................................................................................61

Capítulo IV: Conclusiones .....................................................................................................................65

Retomando los objetivos y las preguntas de investigación ......................................................................65

Pertinencia de los estudios actuales con respecto a la violencia en las hinchadas de fútbol ....................66

Los diferentes tipos de violencia y sus respectivos contextos ..................................................................67

Sentidos atribuidos a las violencias ..........................................................................................................69

Aportes de esta investigación: ..................................................................................................................70

1) Aportes teóricos................................................................................................................................70

2) Aportes metodológicos .....................................................................................................................73

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4

3) Aportes políticos ..............................................................................................................................74

Más allá del horizonte ..............................................................................................................................75

Bibliografía ..............................................................................................................................................77

Anexos..........................................................................................................................................................82

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5

Introducción:

Motivaciones que originaron la investigación:

La primera motivación que me lleva a realizar esta investigación es mi participación como

hincha de la Universidad de Chile y miembro de “Los de Abajo”. Desde pequeño he participado

en el mundo de las hinchadas del fútbol, primero desde regiones y luego desde la capital. He podido

comprobar en mi vivencia, la riqueza cultural y social que albergan estos espacios, como también

así ilusionarme con el potencial contra hegemónico que pueden tener dichas organizaciones. La

primera motivación es, por ende, sentimental; siento el deber de contribuir y aportar al devenir de

este grupo humano, mediante las herramientas y las influencias que la disciplina antropológica me

ha entregado. Mi interés en los estudios sociales del deporte, me llevó a encontrarme con diferentes

sorpresas y obstáculos, que también aportaron a mi decisión de realizar mi memoria en un tema,

abordado en reiteradas oportunidades, la violencia en las hinchadas de fútbol. A pesar de la

multiplicidad de temas interesantes qué investigar en el entorno del fútbol, decidí tratar el tema de

la violencia, porque el contexto político-social actual ha tensionado aún más la vida de quienes

domingo a domingo se organizan en cuanto a sus clubes de fútbol. Quise dar cuenta de una serie

de ausencias que la academia no ha considerado a la hora de analizar la violencia en estos espacios.

Las recientes privatizaciones de los clubes deportivos y las medidas aplicadas por los gobiernos

desde la aparición del Plan Estadio Seguro han cimentado los pilares de un nuevo escenario, que a

mi parecer se hace necesario registrar. La urgencia por poner en valor los testimonios y vivencias

de los protagonistas en cuanto a lo que ellos y ellas evalúan como violencia, es la principal

motivación que lleva dicha investigación, sobre todo cuando la voz de estos protagonistas suele

estar excluida del debate público.

Antecedentes generales del problema:

En Chile el espectáculo del fútbol se ha transformado en un escenario de conflicto. Las

hinchadas, que están compuestas en su mayoría por jóvenes, diferentes aparatos represivos para su

control, y otros actores que interactúan entorno al fútbol, han hecho cotidiana la violencia

transformándola en un problema de seguridad pública, que hasta el momento no ha tenido una

solución. Pareciera necesario realizar un análisis de la violencia expresada en dichos espacios,

particularmente en una de las hinchadas más representativas del país como “Los de Abajo”, con el

fin de contribuir a la discusión e intentar de visualizar posibles soluciones.

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Resulta de suma importancia comprender el contexto histórico en el cual se incrementaron los

episodios violentos entorno al fútbol, asociado al fenómeno social de las denominadas “Barras

Bravas”. Es necesario recordar que los episodios de violencia han estado presentes durante toda la

historia no solo del fútbol, sino que del deporte chileno en general. Sin embargo, es a partir de la

década de los 80’ (tiempos violentos de por sí), en que el fenómeno comenzó a destacarse por su

aumento exponencial tanto en incidentes, como en número de personas involucradas. Este

incremento constante que se vivía en las galerías, venía enraizado de un profundo sentido de

pertenencia, con expresiones culturales, lenguaje, símbolos y códigos propios, consolidando los

pilares identitarios de estos grupos. Es por eso que mi análisis histórico se inicia en la década del

80’ y no antes.

La modernización en Latinoamérica se ha plasmado en diferentes proyectos. En Chile, este

adoptó un claro rumbo neoliberal desde 1973. Las décadas posteriores fortalecieron los cimientos

para una sociedad de mercado, al mismo tiempo que se profundizaron las desigualdades sociales y

se agudizó la segregación social, dejando como resultado una sociedad fragmentada. Dentro de

estas exclusiones, las juventudes han sido una de las principales afectadas y han modificado

constantemente su sentido de pertenencia. (Hopenhayn 2011). Para algunos autores, esto sería parte

del florecimiento de las “microidentidades” en las sociedades contemporáneas (Balenciaga y Gallo

2007)

La sociedad chilena, y en particular su juventud, a partir de los años 80’ fue mutando y, se

formaron otro tipo de organizaciones, que buscaban canalizar las identidades que habían sido

quebrantadas, alejándose de la política institucionalizada. Las identidades colectivas habían sido

rotas de manera abrupta. La sociedad civil, tuvo que volver a articularse en nuevas redes

ciudadanas, autónomas, localistas y multifuncionales (Salazar y Pinto 1999). Las barras bravas en

Latinoamérica, generalmente tuvieron su origen en una subcultura juvenil de carácter urbano,

donde se buscaba la pertenencia a un grupo determinado. (Gómez 2012). Parte de la juventud que

había quedado excluida, con un gran componente en las clases bajas, encontraron una especie de

refugio en estas organizaciones.

El término “Barra Brava”, es una expresión surgida en Argentina por los años 1950, utilizado,

principalmente por la prensa, para caracterizar a un colectivo que escapaba de los patrones

conocidos entorno al espectáculo del fútbol, por lo cual cabe destacar que es un término impuesto,

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no es “autóctono” o surgido desde los mismos grupos. (Moreira 2007). El fenómeno que

primeramente explotó en Argentina y Brasil, fue re significado también en nuestro país, como en

casi todo el continente de América del sur.

Históricamente en nuestro país han sido dos las hinchadas más populares, cuya presencia y

adeptos se extienden a lo largo de todo el territorio nacional. “Los de Abajo”, representantes de

Universidad de Chile, y la “Garra Blanca”, de Colo Colo. Ambas organizaciones surgieron en

Santiago en la década de los 80’, a la llegada del fenómeno de las Barras Bravas. Estas, al igual

que la mayoría de las organizaciones que surgen en la década del 90’, cuando el fenómeno se

extiende a los equipos de regiones y de menor popularidad, nacieron como rupturas de barras

juveniles tradicionales, que por profundas diferencias con los nuevos tiempos, no daban respuestas

satisfactorias al enorme contingente de jóvenes. Antes de la conformación de “Los de Abajo”,

existía “Imperio Azul”, y antes de la “Garra Blanca” existía “Barra Juvenil Colo-Colo”, o sea,

siempre existieron organizaciones que pretendían congregar a los hinchas de cada institución

deportiva. Sin embargo estas no fueron capaces de absorber y encauzar la fuerza, pasión y

descontento que traían consigo una generación formada en dictadura, en una época en que para el

régimen militar, la juventud representaba un problema de seguridad pública, como protagonistas

del clima violento que nuestro país vivía en ese tiempo. (Villablanca 2009)

En el Chile actual, las hinchadas de fútbol representan una capacidad de cohesión social notable

e incomparable cuantitativamente hablando. Todos los fines de semana reúnen y organizan a miles

de personas, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, no solo en la capital, sino que en cada una de

las regiones y provincias del país. Son capaces de crear un sentido de pertenencia e identidad

transversal; de delimitar un grupo social; de establecer patrones de conductas; de generar redes de

apoyo y; de ser una organización con voz en variados escenarios. Sin embargo, y al mismo tiempo,

las hinchadas de fútbol han sido un espacio propicio para el desarrollo de violencias.

La violencia entorno al fútbol llegó, según autoridades gubernamentales y prensa, a un punto

crítico, siendo necesario en el 2012 implementar el “Plan Estadio Seguro”, y el 2015 a modificar

la Ley de Violencia en los Estadios. El mes de Junio entró en vigencia la Ley 20.844, sobre

“Derechos y deberes en espectáculos de fútbol profesional”. Las modificaciones principales han

sido la ampliación de la Ley a hechos y contextos fuera del estadio, el endurecimiento de penas

para delitos (se duplican los períodos de prohibición de ingreso y se establece la condena a pena

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efectiva), la regulación del derecho de admisión y, el aumento y la capacitación del contingente

policial y de seguridad privada. (Ministerio de Justicia 2015). Por todo ello, el contexto en el cual

se realiza la investigación requiere de especial atención.

Por lo general el tema de la violencia ligada a las hinchadas se ha tratado de una manera

superficial, siendo pocos los que han indagado en su diversidad de formas o sus diferentes

significaciones, intentado una caracterización adecuada del fenómeno. De esta forma se han

simplificado sus explicaciones y por ende también sus posibles soluciones.

Buscando un análisis completo de las violencias que rodean el espectáculo del fútbol en nuestro

país, se han planteado las siguientes preguntas de investigación:

¿Quiénes componen“Los de Abajo” y como son sus relaciones? ¿Qué tipos de violencias se

desenvuelven en este espacio? ¿En qué contextos se desenvuelven las diferentes formas de

violencias?, ¿Qué significados le atribuyen los hinchas a las violencias?

A través de la respuesta de estas interrogantes se pretende cumplir el objetivo general de la

investigación.

Objetivos

General:

Comprender las formas actuales de violencia y los sentidos atribuida a ella en la hinchada de

“Los de abajo”.

Específicos:

Identificar los diferentes tipos de violencia y sus respectivos contextos.

Analizar los significados atribuidos a las violencias.

Revisar la pertinencia de los estudios actuales con respecto a la violencia en las hinchadas.

Estrategia Metodológica

Mi objeto de estudio es la barra "Los de Abajo" representante de la hinchada del Club de

Fútbol Universidad de Chile, perteneciente a Azul-Azul S.A. Abarca el comportamiento histórico

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y actual de la hinchada de “Los de Abajo” en torno a la violencia, tanto como ejecutores como

objeto de violencia, cualquiera que sea su contexto.

Por las características propias del fenómeno social del fútbol, creo que la mejor manera de

aproximarnos y tratar de comprender esta realidad, es desde la tradición cualitativa. El enfoque

metodológico cualitativo, en un sentido amplio, hace referencia a un tipo de investigación que se

define por “producir datos descriptivos, específicamente las propias palabras de las personas,

habladas o escritas, y la conducta observable” (Taylor y Bogdan 1987:20). Dicha tradición se

puede definir a partir de tres características principales. Primero está fundada en una posición

filosófica interpretativa en el sentido de que se interesa en las formas en las que el mundo social es

interpretado, comprendido, experimentado y producido; segundo se basa en métodos de generación

de datos flexibles y sensibles al contexto social en el que se producen, y por último es sostenida

por métodos de análisis y explicación que abarcar la comprensión de la complejidad, el detalle y el

contexto (Vasilachis de Gialdino 1992).

Dicho lo anterior, el trabajo presenta una perspectiva etnográfica, buscando comprender la

violencia no de manera aislada, sino que dentro de su contexto de ocurrencia, reconociendo y

situándome como investigador, en las dinámicas propias del grupo. Considero que solo desde el

interior de las barras podemos acercarnos a una posible interpretación de las diferentes formas y

sentidos de la violencia practicada o sufrida por o contra ellas.

El enfoque etnográfico, para efectos de este estudio, será comprendido y trabajado a partir

de la etnografía desde sus tres dimensiones. En primera instancia, como enfoque que se propone

comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus protagonistas. En su segunda

dimensión, como método, en cuanto privilegia el contacto directo con los sujetos de estudio y las

herramientas para la obtención de la información a través de la observación participante,

observación sistemática y entrevistas no estructuradas, enmarcadas en el “trabajo de campo”. Y

por último, como texto, que es el producto textual en donde se plasma los resultados que obtuvo el

antropólogo en su investigación y en la que intenta dar a conocer un hecho particular de la realidad

social inspeccionada desde los niveles anteriormente descritos (Guber 2001).

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Al presentar la cultura como un sujeto de análisis y crítica, la perspectiva etnográfica

desarrolla una influencia mutua entre diferenciación de lo familiar y familiarización de lo diferente.

En este caso, se hace necesario precisar, que junto con mi papel de investigador, mi

posicionamiento también es como hincha y perteneciente a la barra desde pequeño. De esta forma,

resulta inevitable considerar también mi experiencia personal como una categoría analítica. Tal

como afirma Rosaldo (2000) en “Cultura y Verdad”:

Según las etnografías clásicas, el observador imparcial es el ejemplo ideal de neutralidad

e imparcialidad, lo cual se toma como garantía de objetividad, porque la realidad social se

convierte en central sólo si es observada desde cierta distancia. Si no, se considera que los lentes

del etnógrafo no ven con claridad a sus sujetos humanos. De acuerdo con eso, el investigador debe

deshacerse del sesgo del observador, volviéndose el equivalente emocional, cognitivo y moral de

una pizarra en blanco. (Rosaldo 2000:195)

Considero que la crítica de Rosaldo, formulada hace una década y media atrás, continúa

teniendo vigencia hoy en día. Para el autor “el vicio” disciplinario de nuestros días, es la tendencia

a que el Yo, absorto en mí mismo, pierda de vista al Otro culturalmente diferente. Los

planteamientos del autor, integran un factor fundamental a la hora de reflexionar sobre el

posicionamiento del etnógrafo, la dimensión emocional. Esta adquiere una importancia relevante

para esta investigación, pues al estudiar las violencias, podemos entender que el componente

emocional que las atraviesa es significativo a la hora de sus interpretaciones. Es algo que en sus

estudios sobre los “ilongot” y la práctica de cazar cabezas, denomino como “la fuerza cultural de

las emociones”.

La fuerza emocional de un deceso, por ejemplo, nace no tanto de un hecho brutal abstracto,

cuanto de la ruptura permanente de una relación íntima particular. Tiene que ver con los

sentimientos que se experimentan al darse cuenta, por ejemplo, de que el niño que acaba de ser

atropellado por un automóvil es el propio hijo y no un extraño. En lugar de hablar de la muerte

en general, debemos considerar la posición del sujeto dentro de un determinado campo de

relaciones sociales, con el fin de captar la experiencia emocional del individuo. (Rosaldo 2000:23)

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En el mismo sentido, en lugar de hablar de violencia en general, debemos considerar la

posición del sujeto dentro de su campo de relaciones sociales, de esta forma podremos dimensionar

la fuerza de la experiencia emocional en los procesos de significación de las diferentes violencias.

De modo que, considerando mi posición como hincha/investigador, he incorporado mi propia

experiencia como una fuente de conocimiento en la investigación.

Lo anterior me acerca a la reciente corriente de la autoetnografía en el continente

latinoamericano. Esta corriente tiene su principal campo de influencia en el mundo anglosajón, a

partir de la crisis de la racionalidad científica en el mundo global occidental, pronunciándose en

favor de aquellas otras formas de conocer, marginadas, suprimidas y desacreditadas por la ciencia

moderna. Así es posible considerar el enfoque de la autoetnografía como una alternativa para la

generación de aquellos conocimientos relegados. (Blanco 2012)

Técnicas de producción de información

Para el modo de producción de información de la presente investigación, se utilizaron

esencialmente las técnicas de, observación participante, grupo de discusión y conversaciones a

profundidad e informales, que me permitieron obtener los contenidos, es decir, la palabra de los

sujetos y el comportamiento observable, que luego fueron analizados, a través de una matriz de

análisis que integra los elementos externos e internos que afectan a los grupos. Así, con el objetivo

de identificar las diferentes formas de violencias y sus sentidos desde la barra de “Los de Abajo”,

en primer lugar he realizado un trabajo de un año y medio de duración, asistiendo a variadas

actividades con diferentes grupos que hacen parte de la hinchada. En segundo lugar, se realizó un

grupo de discusión que tuvo una alta convocatoria, y, por último se llevaron a cabo conversaciones

en profundidad en los viajes a regiones o en las reuniones de organización de la barra;

conversaciones informales que, por lo general, tenían lugar al término de estas reuniones.

Observación Participante

Esta viene a ser la mejor herramienta para conseguir mis objetivos. Es esencial asistir y

compartir con los grupos en variadas situaciones, con el fin de no ser un obstáculo que obstruya la

naturalidad de sus relaciones. La siguiente investigación pretende abarcar la multiplicidad de

espacios en que se desplaza la hinchada, y su relación con la violencia. La mayoría de los trabajos

existentes se centran en el estadio como espacio único apropiado por las barras, siendo este solo

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un contexto más en el cual se expresa la violencia así como otras expresiones de sociabilidad. Por

ello, se buscó participar de otro tipo de actividades, principalmente las que tienen que ver con el

hincha organizado, identificando situaciones a las que determinados miembros otorgan mayor

valoración. La observación participante se desarrolló desde principios de enero, hasta finales de

diciembre de 2015, es decir, un año completo de observación y participación sistemática

principalmente en Santiago, y secundariamente en los viajes a regiones del país.

La Asociación de Hinchas Azules

Nació el 2014, a partir de la necesidad de tener un espacio de encuentro y organización

transversal de agrupaciones e hinchas de la Universidad de Chile, orientándose a construir,

mediante metodologías de democracia participativa, un plan de trabajo colectivo que permita

recuperar la participación de los hinchas en la toma de decisiones dentro del Club, la reconstrucción

del vínculo histórico con la Casa de Bello y el desarrollo del rol social-comunitario del Club. El

trabajo ha sido estructurado a través de varias comisiones y proyectos que incluyen esferas

económicas, políticas, comunicacionales, jurídicas, etc., e iniciativas como talleres y actividades

abiertas para la hinchada, conversatorios, recopilación documental, observatorio de derechos de

los hinchas, una editorial, un centro de estudios sociales, entre otras.

Las reuniones de directorio se realizan semanalmente, en las que se discuten los problemas

de la hinchada y los proyectos en curso, tienen un promedio de 30 personas asistentes. Las

asambleas se realizan cada 4 meses aproximadamente contando con alrededor de 130 participantes.

Mi participación en este espacio se transformó en un aspecto clave para la investigación,

principalmente por tres aspectos. En primer lugar, me permitió conocer discursos y prácticas de

hinchas, diferentes al de la mayoría. En segundo lugar, al ser un espacio que congrega a diferentes

organizaciones/individuos, me posibilitó conocer variados grupos con los cuales pude compartir

en otros escenarios relevantes, como el estadio, aspecto que contribuyó a la comprensión de la

heterogeneidad de la hinchada como instancia de participación colectiva. Por último, al respecto,

el participar de esta organización me otorgó una especie de “credencial”, para poder participar en

espacios en los cuales los códigos de la cultura barra se hacen presentes, como las reuniones de la

organización de la hinchada, en donde no se asiste como individuo sino que debe existir un grupo

de representación detrás de la persona participante.

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El estadio

La participación en este espacio constituyó un aspecto crucial para la investigación. Es aquí

el lugar en donde las pulsaciones son más fuertes, donde el componente emocional toma mayor

relevancia y podemos observar una mayor variedad de formas de violencia. Se observaron en total

36 partidos de fútbol, los cuales fueron registrados a través de notas de campo y posteriormente

sistematizados.

Viajes

Los viajes son también un elemento importante para la comprensión de las formas de

violencia, pero sobre todo para comprender sus significaciones. La posibilidad de entablar

conversaciones más extensas y consolidar lazos de confianzas con grupos/individuos de la barra,

se hace potencia en este espacio. El viajar adquiere también un estatus simbólico de respeto,

mientras más lejos sea el viaje, mayor será el esfuerzo para llegar, por lo cual mayor también la

admiración por aquel sacrificio. Para dicha investigación fueron considerados, viajes a las ciudades

de Calama, Quillota, Rancagua, Temuco, Talcahuano y Valparaíso.

Reuniones

Durante un periodo de 4 meses en el año de investigación, se llevaron a cabo reuniones que

pretendían congregar a un sector amplio de la hinchada, con el fin de organizar diferentes

actividades, y tomar decisiones frente a determinada situaciones. A estas reuniones asistían

diferentes grupos y piños de la barra de Los de Abajo. La participación me permitió acceder a la

organización central de la hinchada, aspecto fundamental para comprender por sobretodo la

cotidianeidad de la violencia.

Las reuniones se realizaban semanalmente y después del período señalado, dejaron de

citarse por conflictos internos. Es importante señalar que aspectos fundamentales para los objetivos

de esta investigación ocurrían durante las reuniones. A mi parecer, lo esencial se conversaba

después de estas, en un ambiente más tranquilo y entre grupos más pequeños.

Otras actividades

Como ya se señaló, esta investigación intenta abarcar la multiplicidad de espacios de

convivencia de la hinchada, por lo cual mi participación en otro tipo de actividades (más allá del

estadio y los viajes) también fue parte importante. Entre las más destacadas me gustaría nombrar;

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al aniversario 88 del club, celebrado en el Parque La Bandera con más de 15.000 asistentes; la

marcha nacional contra el fútbol de mercado, convocada por la Barra durante la realización de la

Copa América 2015; la conmemoración del 11 de septiembre en el cementerio general; el

banderazo previo al clásico con Colo Colo; campeonatos de baby-fútbol y actividades a beneficio.

Grupo de discusión

Como técnica de la investigación cualitativa se asume explícitamente que tiene por objeto

el habla. “Lo que se dice, se asume como el nudo crítico en que lo social se reproduce y cambia:

como el objeto de las Ciencias Sociales y el objetivo de las investigaciones sociales. En el hablar

o decir se articularía el orden social y la subjetividad: en el hablar la sociedad se subjetiviza y la

subjetividad se socializa.” (Canales y Binimelis 1994:107-108)

El grupo de discusión aplicado para dicha investigación tiene sus fundamentos en la técnica

planteada por Ibáñez, en el sentido de que a diferencia de un grupo focal, la unidad de producción

de información es el grupo, su intención es reflexiva apuntando hacia una conversación más que a

la búsqueda de respuestas y su moderación no es directiva. (Ibáñez 1979) El habla investigadora

se mezcla con las voces investigadas en la forma de conversación. El investigador habla con un

grupo que conversa.

Sin embargo, el grupo de discusión realizado no cuenta con una de las condiciones premisas

que el autor español señala. Al ser convocado a un público que sí forma parte de una misma

organización, la hinchada de Los de Abajo, los participantes de alguna u otra forma no eran

totalmente desconocidos entre sí. Conserva, por tanto, una característica del grupo focal, a pesar

de que en su planificación y ejecución fue llevado como grupo de discusión.

La técnica de grupo de discusión, titulado “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en

el fútbol” operó sobre la base de la reunión de un conjunto de 33 personas (9 mujeres y 24 hombres)

y, fue convocada desde los medios de difusión de la Asociación de Hinchas Azules, lo cual

posibilitó su alta convocatoria, siendo realizada en el “Centro Cultural y Político Casa Bolívar”.

Es necesario mencionar, que al ser convocada y planteada desde la asociación, la actividad

contó con la participación de diversos profesionales. También es importante señalar que, más allá

de los fines académicos en pretender cumplir con los objetivos planteados en esta investigación, el

grupo de discusión también tuvo un carácter formativo y con objetivos políticos. En medio de las

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ya aprobadas modificaciones a la Ley de Violencia en los Estadios, se quiso dar cabida a aquella

voz excluida del debate público, juntando a hinchas de la U para compartir los diferentes puntos

de vistas sobre el asunto, y obtener a partir de ello una imagen de lo que piensan y viven los y las

hinchas.

Para ello fue estructurada en dos partes. En la primera, se plantearon las siguientes preguntar

para abrir la discusión “¿qué entendemos por violencia?, ¿Cómo nos afecta esta violencia?, y

¿Quiénes resultan afectados?”y fue iniciada con una breve ponencia que brindó información sobre

los aspectos judiciales de la Ley. En la segunda parte se discutieron los elementos políticos de dicha

temática, esto es:¿cómo se posiciona la hinchada?, y, al igual que en la discusión anterior, se abrió

con una presentación de antecedentes de las transformaciones del Club y de los cambios en el

posicionamiento político de los/as hinchas. Las presentaciones fueran realizadas por voluntarios de

la Asamblea de Hinchas Azules.

Durante la realización del grupo de discusión, realicé intervenciones en los momentos que

consideré necesarias y con el único fin de aprovechar la profundidad en algunas temáticas. El

investigador provoca la constitución del grupo en una conversación: el discurso producido en un

grupo de discusión tiene la forma de una conversación entre los participantes, que se articula con

una segunda conversación (aquella que surge entre el grupo y el investigador) (Canales y Binimelis

1994). Así, fue fundamental mantener temas de discusión, estimulando la discusión entre los

participantes, sin dirigirla desde afuera. De esta manera se logró un resultado de calidad, sobre todo

en lo que respecta el segundo objetivo de esta investigación, el identificar las formas y los contextos

de las violencias.

Proceso de análisis

A partir de los discursos de los participantes en los grupos de discusión y conversaciones,

pero también de la observación del comportamiento humano en contextos específicos, pude

acceder a datos de diversos tipos: auditivos (canticos, consignas), verbales (testimonios) y no

verbales (hechos), que fueron utilizados para el análisis a partir de lo planteado en los antecedentes,

panorama conceptual y metodología.

Se realizó el esfuerzo por comprender en profundidad los contextos de los grupos/sujetos

participantes, explicar situaciones, ambientes, sensaciones, hechos, relatar historias, relaciones

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16

sociales y de poder. Se intentó hallar sentido a los datos, para poder interpretar los resultados desde,

la perspectiva teórica de la investigación.

A partir de lo anterior, se realizó la clasificación y posterior categorización a partir de

criterios previamente establecidos en una matriz de análisis. De esta forma, se procedió al

ordenamiento de la información producida, para posteriormente llevar acabo la interpretación y

presentación de los resultados.

Matriz de análisis de la violencia en Los de Abajo

Tipos violencias Violencia

directa

Violencia

estructural

Violencia

simbólica

Violencia latente

Contextos

Factores

externos

Factores

internos

Significados

Estructura del texto

La tesis consta de una Introducción y cuatro capítulos. En la Introducción abordamos las

motivaciones que dieron lugar a la realización del estudio y algunos aspectos generales en cuanto

al tema de investigación. Presenta los antecedentes del problema de investigación, dando cuenta

del contexto que posibilitó el surgimiento de las denominadas Barras Bravas. Luego se procede a

explicitar la estrategia metodológica utilizada, incluyendo argumentación respecto el enfoque,

técnicas, y estrategias de producción y análisis de información.

En el Capítulo I se presentarán las principales dimensiones epistemológicas y teóricas del

problema de investigación. Se comienza clarificando la postura crítica del estudio, centradas

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principalmente en la propuesta de descolonizar el saber. Posteriormente se plantea el panorama

conceptual en cuanto al estudio de las violencias, el cómo serán entendidas y abordadas. El

siguiente apartado es una revisión sobre lo que hasta ahora han sido los estudios sociales del deporte

en Latinoamérica y Chile. Se finaliza con una breve reseña sobre la construcción de las hinchadas

de fútbol como objeto de estudio, y se introducen los aspectos claves para los siguientes capítulos.

El capítulo II comienza presentando los resultados obtenidos de la investigación. Es en

estas páginas en donde se da el espacio para plantear una postura crítica hacia las investigaciones

hasta ahora existentes, rediscutiendo la composición de la hinchada y sus relaciones. Planteando

tres aspectos centrales; la deconstrucción del Barra Brava como sujeto estático, la violencia no es

el elemento aglutinador del grupo y la hinchada no solo está compuesta por organizaciones

territoriales.

El capítulo III concentra el grueso de la investigación, pues es en este en donde se exponen

las formas de violencias con sus respectivos contextos y sentidos. ¿Cuáles son estas violencias?,

¿Cómo se viven? ¿Cómo se interpretan?

Por último, el capítulo IV expone las conclusiones finales volviendo hacia el objetivo

principal y específicos de esta investigación. Se comentan los aportes teóricos, metodológicos y

políticos que derivan de este trabajo. Para finalizar abarcando aristas políticas tanto externas como

internas a las hinchadas, con el fin de dar sugerencias, pistas investigativas y proyecciones para

posibles transformaciones al fenómeno social de las violencias entorno al fútbol profesional en

Chile.

Capítulo I: Perspectiva teórica del estudio

El punto de partida de la presente investigación se encuentra en la formación de la

antropología crítica latinoamericana en los primeros años de los 70’, principalmente ligada a los

movimientos y procesos políticos e intelectuales que se desarrollaron por todo el continente. Una

característica esencial de esta es la retroalimentación desde adentro y fuera de la academia.

Aquellos años marcaron por primera vez, la consolidación de posturas críticas hacia las corrientes

antropológicas imperantes, principalmente el culturalismo estadunidense, criticando el poco

compromiso político de los profesionales de las ciencias sociales hacia las poblaciones

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marginalizadas a las cuales estudiaban bajo la autoridad de la objetividad científica. (Rastrepo

2009).

Así, desde las premisas que habían sido planteados desde Horkheimer, los hechos sociales

son considerados como un producto histórico, y tanto el sujeto como el objeto de estudio están

delimitados socialmente y son susceptibles a ser modificados. Es posible investigar y dar con las

posibilidades y vías de transformación de esta realidad. (Horkheimer 2000).

Siguiendo esta línea, Rento Rosaldo, ha sido uno de los referentes en cuanto al desarrollo

de la antropología crítica, que precisamente ha tenido un especial avance por el continente latino

americano. En “Renato Rosaldo: Ensayos en antropología crítica” (2006), se da cuenta como

comenzó denunciando que la producción teórica como discursos de poder, actuaba como un

impulso que silencia e invisibiliza la diversidad, planteando un desarrollo unilineal y mono cultural

de las sociedades. De esta forma se silenciaban las propias conceptualizaciones de los grupos y se

homogeneizaban sus perspectivas del mundo, haciendo una severa crítica a la “objetividad” que

por algunos años se había atribuido la disciplina antropológica, y argumentando en contra del

colonialismo discursivo, es que el autor llama a ver la dimensión cultural en nuestras propias

prácticas.

De dicho antecedente derivan diferentes dificultades, teóricas y prácticas, para abordar un

fenómeno social, las cuales posteriormente serian profundizadas por una amplia gama de autores.

Para el presente caso, el estudio de la violencia en relación con el fútbol latinoamericano, también

ha tropezado con aquellas dificultades. Los estudios sociales que se han dedicado al análisis de las

hinchadas de fútbol en el continente, no han sido plenamente capaces de construir un marco teórico

propio de interpretación, como también en indagar las diferentes posibilidades que existen para

disminuir la violencia como fenómeno asociado a la práctica del fútbol. Según Santos Sousa

(2013), son dos los principales factores de raíz teórica, que refuerzan la necesidad de tomar

distancia de la teoría crítica y avanzar hacia una descolonización del saber (2013) y hacia una

ecología de los saberes (2007).

En primer lugar se refiere a lo que denomina la “perdida de sustantivos críticos”. Con el

pasar de los años la teoría crítica ha demostrado su incapacidad para hacerse de teorías propias

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contra hegemónicas. Lo cual tiene una consecuencia cognitiva, refugiarse en adjetivos de carácter

derivado de las teorías hegemónicas, limitando directamente los debates.

Una segunda razón de raíz teórica para tomar distancia de la tradición eurocéntrica, y de

mayores consecuencias para el tema tratado, es la “relación fantasmal entre teoría y práctica”.

Esta se refiere a la enorme discrepancia entre lo que ha previsto y prevé la teoría y las practicas

transformadoras que han tenido su curso en el continente latino americano. Los últimos treinta

años, las luchas más avanzadas han sido protagonizadas por grupos sociales muy heterogéneos

(mujeres, inmigrantes, indígenas, desempleados, entre otros) cuya presencia histórica no fue

prevista por la teoría crítica eurocéntrica. La historia reciente ha dejado en evidencia esta

desconexión, fundamental para el desarrollo de las ciencias sociales.

Muchas de estas agrupaciones no solo se organizan de otras formas de las que las diferentes

teorías críticas anunciaban, sino que también lo hacen desde la particularidad de sus territorios,

mediante lenguajes propios, y con propuestas conceptuales bastante alejadas de lo que la

producción teórica pensaba y proponía.

La ceguera de la teoría acaba en la invisibilidad de la práctica y por ello en su

subteorización, mientras que la ceguera de la práctica acaba en la irrelevancia de la teoría. En lo

que respecta a dicha investigación, la ceguera de la teoría se puede evidenciar en dos elementos

significativos. El primero, es en la manera en que los diferentes estudios sociales han abordado la

temática de las hinchadas en el continente y en particular en Chile, recurriendo a un reduccionismo

cultural, limitando así sus alcances, como también invisibilizando una serie de prácticas relevantes.

Algo similar a lo que Rosaldo (2000) ya había denunciado sobre las “recetas genéricas” que

utilizaba la antropología para estudiar el luto y la muerte.

Sin embargo, a mi parecer, la principal ceguera consiste en haber ignorado constantemente,

y hasta el día de hoy, el potencial de transformación contra hegemónico que albergan las hinchadas

de fútbol.

El problema esencial es que la teoría, ha dejado de estar al servicio de las prácticas futuras,

relegándole así, nada más que un rol legitimador o deslegitimador de ciertos hechos. Ha sido

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incapaz de servir a modo de orientación a las diferentes reivindicaciones sociales, como también

de dotarlas de una base epistemológica propia. Por lo cual, en la práctica, el actuar de las hinchadas

se ha desarrollado con una total irrelevancia desde y hacia la teoría. “La distancia con relación a

las versiones dominantes de la modernidad occidental conlleva así a la aproximación a las

versiones subalternas, silenciadas, marginalizadas de modernidad y de racionalidad, tanto

occidentales como no occidentales”(De Sousa Santos 2013:24).

De esta forma la distancia frente a la tradición crítica eurocéntrica tiene por objetivo abrir

espacios analíticos para el conocimiento de “nuevas” realidades, que realmente no son nuevas, pero

han sido producidas como no existentes, y en donde puedan brotar emergencias de liberación.

En esta línea, dicha investigación se adscribe en lo que sería una antropología de las

ausencias, es decir una investigación que tiene como fin mostrar que lo que no existe, es producido

como no existente, o como una alternativa no creíble (De Sousa Santos 2013). El autor identifica

cinco formas sociales de producir ausencia o inexistencia, todas derivadas de la misma racionalidad

mono cultural eurocéntrica. Para las cuales profundizaremos solo en dos de ellas, que son las que

permean con mayor profundidad el fenómeno analizado.

La primera, se basa en la mono cultura del tiempo lineal, es decir la idea según la cual la

historia tiene un sentido y una dirección única. La modernización del fútbol es un claro ejemplo

de esto. Se ha instaurado como proceso global, en donde al frente de esta línea tiempo están los

países centrales del sistema mundial, con sus instituciones, sus prácticas culturales y sus formas de

sociabilidad. Esta lógica produce ausencia en el sentido que declara como atrasados a todo lo que

según la norma temporal es asimétrico. Las normativas que regulan las prácticas del espectáculo

deportivo a nivel mundial, están pensadas desde este proceso de modernización, por lo cual

cualquier práctica que quede fuera de sus cánones será declarado como retrasado, y a la vez como

individuo/colectivo que retrasa el progreso y la modernización del deporte.

En lo que respecta la segunda lógica analizada por De Sousa Santos, la clasificación social,

se trata a grandes rasgos de la naturalización de las diferencias. Funciona a través de la distribución

de las poblaciones por categorías que naturalizan jerarquías, las raciales y sexuales son las

manifestaciones más evidentes de esta lógica. Para el caso, funciona bajo la figura de “lumpen”, o

como los llaman ahora diferentes autoridades y dirigentes respecto al tema, “los que se apartan de

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la comunidad del fútbol”(José Roa 2015)1. La ausencia es en este caso producida bajo la forma de

inferioridad insuperable, por lo cual, los que entran en esta clasificación, no pueden ser

considerados como una alternativa creíble frente a quien es superior. Por ende la justificación de

su exclusión se asume como una condición natural y lógica. “La clasificación social se basa en

atributos que niegan la intencionalidad de la jerarquía social. La relación de dominación es la

consecuencia y no la causa de la jerarquía y puede ser, incluso, considerada como una obligación

de quien es clasificado como superior” (De Sousa Santos 2013; 25)

De esta forma se impone como una obligación para toda la comunidad del fútbol, que no

es calificada como “lumpen” el trabajar por la exclusión de aquellos que no van a cambiar sus

formas, pues su condición es natural. En el caso particular, la no existencia es más evidente, pues

aunque físicamente el denominado “lumpen” es y ha sido protagonista en los estadios, en el

discurso y en la práctica hegemónica no son parte de la comunidad del fútbol, puesto que por su

clasificación social, son producidos como ausentes.

La sociología de las ausencias (en su planteamiento original), busca alimentar acciones

colectivas de transformación social, lo cual tiene una dimensión emocional significativa;

entusiasmo–indignación, victoria–derrota. Dichas experiencias nos permiten alejarnos de la

tradición crítica occidental y nos posibilitan la construcción de las epistemologías del sur. (De

Sousa Santos 2009)

Marco conceptual:

La violencia es uno de los más enigmáticos y al mismo tiempo más serios, fenómenos

sociales. Su complejidad radica principalmente en la alta gama de formas y características que

presentan. Como antropólogos debemos ser cuidadosos al distinguir el tipo de acciones y los

contextos en los cuales se desenvuelven. Cada una de ellas puede consignar o no la forma de

abordarlas, es decir, pueden estar determinadas metodológicamente a un tipo de análisis.

(Tonkonoff 2014)

La violencia puede tener variadas caras y raíces, dependiendo de las realidades históricas y

sociales. Existe una vinculación entre el tejido de relaciones socioculturales en medio de los cuales

1José Roa, Jefe del Plan Estadio Seguro, desde marzo del 2014

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la violencia se envuelve y los marcos valóricos y normativos de la sociedad que definen la

legitimidad o ilegitimidad de la existencia de esta. Por lo general guarda dependencia entre el

contexto histórico y geopolítico y las características propias de la cultura (Recasens 2005). Para

lograr descifrar su complejidad, debemos segmentarla en modalidades significativas, en este caso

la violencia en una hinchada de fútbol.

Es necesario precisar que cuando nos referimos a la violencia (referencia particular al

contexto hinchada), nos referimos inevitablemente a relaciones de poder, las cuales pueden ser

asimétricas cuando existen diferencias considerables en las posiciones sociales de cada

grupo/individuo. De esta forma entendemos que la violencia tiene lugar en las diversas maneras en

que un grupo determinado se vincula con las diferentes estructuras micro y macro social. (Ferradiz

y Feixa 2004); en el caso de un grupo de la hinchada, cómo este se relaciona con otros grupos de

la hinchada, con otras hinchadas, con la fuerza pública, con la empresa dueña del Club, etc.

Una mirada antropológica de la violencia supone el ejercicio constante de búsqueda de

formas de pensar, interpretar estas complejas relaciones entre actos de violencia, significación,

representación, hegemonía o resistencia. “Se trata de estudiar la violencia no tanto como un acto

sino como continuo, no tanto como excepción sino como normalidad, no tanto como política sino

como cotidianidad, no tanto como estructura, sino que como símbolo, no tanto como amenaza de

guerra sino como negociación de paz.”(Ferradiz y Feixa 2004: 160)

El sentido de la violencia apunta a los significados que esta tiene para quienes la viven, es

decir, cómo los propios protagonistas, sienten y evalúan las diferentes formas de violencia. Lo que

aquí interesa explorar es como los protagonistas, definidos como individuos que se comportan

violentamente, elaboran y otorgan conjuntamente un valor y una interpretación sobre aquellas

violencias. En su investigación sobre los sentidos de la violencia en casos de robo con violencia o

intimidación, Barros (2003), afirma: “los sentidos de la violencia que aquí se intentan explorar

corresponden a los significados con que la cultura de los ladrones percibe la violencia y que los

sujetos han interiorizado con intensidad variable” (Barros 2003: 9)

Asimismo, el hablar de sentidos de la violencia, refiere a los significados con que la cultura

de los hinchas percibe las diferentes formas de violencia a las cuales se ven expuestos.

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Ahora bien, para identificar los diferentes tipos de violencia que concurren en la vida

cotidiana de un hincha, utilizaremos un modelo interpretativo que ha ganado terreno en los últimos

años en el análisis de los fenómenos violentos. Ha sido desarrollado por José María Tortosa (entre

otros), sociólogo español, derivado principalmente del enfoque estructuralista, pero también

retomado por autores latinoamericanos efectuando sus respectivos aportes. (Goicovic 2005, Pinto

2006, Lozoya 2014 y, Pérez 2008) Dicho enfoque plantea un modelo interpretativo que se asemeja

bastante a la visión que los y las informantes de esta investigación identificaron, acercándome así

a una descripción Emic de la violencia.

Se plantea a la violencia como un complejo relacional en el cual concurren tres condiciones.

En primer lugar, la injusticia social o violencia estructural, refiriéndose a todos los conflictos y

contradicciones que afectan a una sociedad, y que pueden derivar en fenómenos violentos

generalmente relacionado a la violencia estatal. En segundo lugar, refiere al comportamiento

violento directo de unos sobre otros, lo que llama violencia directa. El tercer componente que

permea a la violencia refiere a las legitimaciones culturales o ideológicas que tiene una sociedad

sobre las violencias anteriormente nombradas. Esta sería la violencia simbólica. (Tortosa 2013)

Para la segunda condición nombrada, el brasileño MunizSondré (2001), en su análisis sobre

la violencia y pobreza en las favelas de Brasil, integra el concepto de violencia latente. Está, se

caracteriza por ser indirecta; e incluye los diversos modos de presión (económicos, políticos y

psicológicos) que están a disposición de las elites de poder, y el recurso a la fuerza ostentado por

Violencia

Estructural

Directa

Simóblica

Latente (Sondré)

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el estado. (Sondré 2001) Es la amenaza del empleo de fuerza. Dicho concepto será fundamental

para comprender la realidad y la visión de los grupos estudiados en dicha investigación.

Esto no implica sustentar la tesis de que la violencia o la agresividad individual se

expliquen como mera reacción defensiva en vista de las circunstancias hostiles o de un Estado

indiferente, sino que se trata de apuntar a las circunstancias particulares (en el caso, Brasileñas)

en que aparece ese lado de la energía pulsional del sujeto (individuo o grupo) designado como

violencia. (Sondré, 2001: 19)

Es por eso que los contextos requieren de un especial análisis. Teniendo en cuenta que la

crecida de violencia ligada a las hinchadas del fútbol en Chile es una consecuencia histórica de las

relaciones establecidas en la sociedad chilena a partir de la década de los 80’ hasta la actualidad.

En este sentido, la entiendo como la respuesta ante un proyecto excluyente y desigual de sociedad,

por lo cual nos encontramos también ante riesgos y responsabilidades políticas. Para un

pensamiento que se quiere crítico, los peligros más evidentes derivan en la posibilidad de colaborar

sin saberlo con la reproducción, y aun con la extensión, del sufrimiento y del orden social que se

considera injusto, por lo cual un análisis de las formas de las violencias y de sus significados, desde

las ciencias sociales puede contribuir a una posibilidad de transformación. Algo que en el libro

“violencias ocultadas” (2013), se describe como la necesidad de visibilizar las violencias.

Descubrir las diversas formas de violencias no aceptadas en la “opinión publicada” es

una tarea urgente. Aún las mismas violencias delincuenciales, visibles y visibilizadas, se explican

de alguna manera también por las violencias estructurales, sin negar que esta violencia directa

puede tener también, y tiene otros orígenes. Sin embargo, solo centrar la atención en las violencias

directas, desconociendo los otros tipos de violencia, no sólo que resulta imposible, sino

abiertamente peligroso, pues impide la búsqueda de respuestas que permitan realmente abordar

un tema tan enmarañado como el combate a la violencia en todas sus manifestaciones.(Tortosa

2013: 11)

La gran mayoría de los análisis (académicos y no académicos) de la violencia en los

espacios de hinchadas ha procurado estudiar únicamente la violencia directa como componente

esencial de los grupos de barristas. Otros trabajos se han abogado al estudio de la violencia

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simbólica, segmentándola sólo al análisis de los medios de comunicación. Aquellas violencias son

las que han sido visibilizadas en la sociedad por acción del poder, ya sea por un discurso

hegemónico, los medios de comunicación o la academia. Sin embargo aún continúan una serie de

violencias ocultas, o mejor dicho en palabras de Tortosa; ocultadas, para Santos Sousa; producidas

como no existentes.

En el análisis realizado por Santos Sousa (2013) del pensamiento occidental como

pensamiento abismal, afirma: “Este consiste en un sistema de distinciones visible e invisible. Las

invisibles constituyen el fundamento de las visibles”. Las distinciones son establecidas mediante

“líneas abismales”, la realidad social es dividida en dos universos, de “este lado de la línea” y “del

otro lado de la línea”. El otro lado de la línea desaparece como realidad, es producido como no

existente.

Las primeras líneas radicales fueron establecidas bajo el colonialismo clásico, en la zona

colonial, luego estas líneas han ido variando según su campo y sus formas. A este lado de la línea,

la modernidad occidental como paradigma socio-político, fue aplicada bajo la dicotomía entre

apropiación/violencia, la cual sería impensable de aplicar al otro lado de la línea, donde

históricamente ha operado la dicotomía regulación social/emancipación social, con un supuesto

papel universal. La co-presencia de ambas lógicas no se contradice, por el contrario, la dicotomía

apropiación/violencia (invisible) constituye la justificación de regulación social/emancipación

social (visible). De esta forma se violan los DD.HH con el fin de resguardarlos, se destruye la

democracia para consolidarla, se elimina la vida para defenderla o se violenta por la paz.

Apropiación y violencia toman diferentes formas según las líneas abismales por las cuales

operan. El conocimiento moderno y el derecho moderno representan las más consolidadas

manifestaciones de líneas abismales. Cada cual es capaz de crear un subsistema de distinciones

visibles e invisibles de tal modo que las invisibles se convierten en el fundamento de las visibles.

En el campo del conocimiento, consiste en otorgarle a la ciencia moderna el monopolio de la

distinción universal entro lo verdadero y lo falso, exceptuando dos únicas alternativas de

conocimiento; la filosofía y la teología. Todas ellas se erigen sobre la invisibilidad de formas de

conocimiento que no pueden ser adaptadas a ninguna de esas formas. Conocimientos populares,

laicos, plebeyos, campesinos o indígenas, se encuentran más allá de la verdad y de la falsedad. En

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el campo del derecho moderno, consiste en la distinción universal sobre lo que se considera legal

o ilegal como únicas dos formas relevantes de existir. Esta dicotomía central, solo opera de este

lado de la línea, pero abandona todo el territorio social donde la dicotomía podría ser impensable

como un principio organizativo, ese es el territorio sin Ley, lo a legal.

En cada uno de estas formas, ciencia y derecho, las divisiones son establecidas por las líneas

abismales hasta el extremo que naturalmente eliminan cualquier realidad que este al otro lado de

la línea.

El otro lado de la línea abismal es el reino de más allá de la legalidad y la ilegalidad (sin

Ley), de más allá de la verdad y la falsedad (creencias, idolatría y magia incomprensible). Juntas,

estas formas de negación radical resulta en una ausencia radical, la ausencia de la humanidad, la

subhumanidad no son candidatos concebibles para la inclusión social. La humanidad moderna no

es concebible sin la subhumanidad moderna. La negación de una parte de la humanidad es un

sacrificio, ahí se encuentra la condición de la formación de esa otra parte de la humanidad la cual

se considera a sí misma como universal. (Santos Sousa 2013: 38)

Ambas formas serán analizadas para el presente caso. En primer lugar, concibo al estadio

como un lugar al otro lado de la línea, como una paradoja, pues destaca como un lugar muy

regulado por la Ley, pero que se contradice en cuanto los derechos básicos que supone el derecho

moderno. Muchas cosas que suceden al interior de los recintos deportivos, serían impensadas fuera

de ellos, incluso la vulneración de derechos es interiorizada y aceptada por los y las hinchas.

En segundo lugar, defino al hincha organizado, como individuo/colectivo, también al otro

lado de la línea, guiado por la “irracionalidad” del fanatismo y la idolatría, por lo cual sus

conocimientos y opiniones no son consideradas válidos. Ambas formas dan cuenta de la condición

de subhumanidad a la cual es relegado el hincha organizado, el cual no califica para la inclusión

social, aquellos que no cumplen con las condiciones para ser parte de la comunidad del fútbol. La

negación de este grupo humano, constituye la justificación de otra parte de la sociedad que se

considera portadora de las buenas prácticas.

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Estudios sociales del deporte en Latinoamérica y Chile

La atención de las ciencias sociales por el fenómeno del deporte en Latinoamérica lleva

apenas treinta años de transcurso. Los estudios socioculturales del deporte y principalmente del

fútbol, han tenido una muy rápida propagación por las diferentes casas de estudios del continente.

Si bien no han adquirido aun una gran relevancia académica significativa, han sido capaces de

derribar varios “mitos” o “barreras” y también de irse planteando nuevos desafíos. “Es difícil que

la afirmación “el fútbol es importante para las identidades sociales/etarias/de género/raciales”

pueda a esta altura sorprender a alguien: la cuestión estriba en indagar cómo, de qué manera,

desde cuándo, en qué lugar y con qué inflexiones. Y con qué rigor, además, se escapa a la

vulgarización periodística”(Alabarces 2011: 15)

Brasil y Argentina, han sido los principales propulsores de esta área de estudio, contando

con el mayor número de profesionales dedicados y la mayor producción académica. Sin embargo,

prácticamente todos los países latinoamericanos cuentan con algún referente en alguna de las más

destacadas casa de estudio de sus países o el extranjero. Prueba de esto es la fundación, en el año

2007 en la ciudad de Guadalajara, México, de la Asociación Latinoamericana de Estudios

Socioculturales del Deporte (ALESDE). De esta forma, “ALESDE toma como premisa el

entendimiento del deporte como fenómeno socio-cultural y los significados contemporáneos,

ampliado en sus perspectivas y posibilidades, con sujeción a criterios de análisis en el histórico,

sociológico, antropológico, político, filosófico, económico, etnográfico y otros.”(ALESDE 2008)

La antropología brasileña ha sido la disciplina fundante de esta corriente, rediscutiendo y

derribando la noción de “alienación” en el deporte, gracias a los aportes de Da Matta en trabajos

como “Universo do Futebol” (1982). En este mismo sentido es necesario destacar los aportes de

Simoni Laud Guedes. Describe al fútbol como un significante privilegiado, un vehículo cuya

exigencia de significación es tan grande que lo único que no admite es la ausencia de significado

(Guedes 2009). Entiende al fútbol como una zona de libertad y creatividad, como una institución

la cual tiene diferentes apropiaciones y significaciones sociales, lo que la autora llama “institución

cero”, en la cual los procesos de construcción identitaria están siempre latentes. Se puede decir

que, la mayoría de los estudios académicos del país tropical, o al menos, los más destacados, han

ido en la línea de considerar al deporte como elemento fundamental en la construcción de la

identidad nacional. De ahí los trabajos sobre los mundiales como espacios rituales para expresar

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la brasileñidad (Guedes 2002) o, la atención prestada a las narrativas nacionales a través de la

prensa (Guedes 2009), entre otros.

En Argentina tiene lugar su propio y destacado desarrollo académico. Eduardo Archetti fue

uno de los principales propulsores de esta línea de investigación, con publicaciones como “El

deporte en Argentina 1914-1983” (2005). En un comienzo, su atención también estuvo

concentrada en la construcción de discurso e identidad nacional (Villena 2003, Alabarce 2006,

entre otros), para luego pasar a una clara tendencia a estudiar a las barras bravas y al papel

protagonista de la violencia entre estas (Moreira 2008, Garriga 2007, Alabarce 2003, Ferreiro 2003,

entre varios otros). De esta forma se trabajó en base a la “teoría del aguante”, que constituye un

complejo sistema de honor y prestigio que valora positivamente la valentía, el coraje, la bravura y

el enfrentamiento físico. Dicho antecedente adquiere relevancia ya que influyó en los inicios de los

estudios sociales sobre las hinchadas en Chile.

En nuestro país, la creciente producción de estudios académicos enfocados en demostrar

las relaciones entre deporte, cultura y sociedad, la política pública o las diversas instituciones

abogadas al desarrollo deportivo, ha asumido diversas líneas. La producción continúa estando

desconectada de cualquier esfera de poder con capacidad de incidir en la transformación misma de

la realidad. Entiéndase esto como la elaboración de políticas públicas (Centro de Entrenamiento

Regionales, de Alto Rendimiento, Plan Estadio Seguro o cualquier determinación estatal en

relación al deporte), los clubes deportivos u organizaciones privadas. Al parecer para el Estado y

las esferas de poder en general, la relación entre deporte y cultura continua siendo inexistente.

Algo que los diferentes profesionales y organizaciones interesados a esta área hemos

identificado como un problema. Con objeto de remediar la situación anterior, el 25 de Septiembre

del 2015, diferentes organizaciones e individuos, constituimos la Red Chilena de Estudios

Socioculturales del Deporte, con el fin de generar comunicación entre todas las personas que

investigamos el deporte desde una arista social. Este organismo autónomo, reúne a profesionales

de diferentes disciplinas (trabajadores sociales, sociólogos, antropólogos, psicólogos sociales,

historiadores y, pedagogos, entre otros) con el fin de generar una red de apoyo, que pueda darnos

un sustento de credibilidad y legitimidad a la hora de analizar los diferentes temas ligados a la

actividad física en el país.

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Las hinchadas como sujetos de estudios

Siguiendo la idea de “institución cero”y aplicándola a nuestro contexto actual, diferentes

grupos significan y vinculan de variadas formas con el fútbol, los profesionales que viven de él,

los empresarios, los dirigentes, el Estado y, los diferentes grupos de hinchas (entre otros grupos).

Su espacio particular, el estadio, congrega relaciones inter-clases, en donde las diferencias de las

apropiaciones son expuestas y también exaltadas. Los estadios y el fútbol, desde esta perspectiva,

se han convertido en vitrinas sociales que exponen los niveles de conflicto y manejo de violencia

presentes en ciudades de todo el mundo (Elias y Dunning 1992).

La construcción de las hinchadas como objeto de estudio, conlleva diversas dificultades

debido principalmente, a su alto componente heterogéneo. En nuestro continente a algunas de estas

les han impuesto, para luego haber apropiado el término de “Barras Bravas”. En Chile, las barras

que han adquirido la connotación de “bravas” son en su mayoría agrupaciones de jóvenes, con

preponderancia de adeptos del sexo masculino, cuyas edades varían entre los 15 y 35 años y

mayoritariamente pertenecientes a asentamientos urbanos populares surgidos de un proceso de

erradicaciones forzosas que cambiaron la dinámica urbana en la década de los ochenta,

principalmente en Santiago, pero también en otras zonas urbanas del país. (Sepúlveda 2003). Estas

hinchadas poseen un orden social complejo, son jerárquicas, y se organizan a través de barrios,

poblaciones u organizaciones territoriales, autodenominados “piños” (Moreira 2007).

En su descripción sobre las dos hinchadas más grandes de Chile, Sepúlveda (2003) afirma

que la violencia en las “Barras Bravas”, está condicionada al “el ethos de los piños”, el aguante.

La ideología del aguante somete continuamente al individuo, y se potencia en el grupo, a la

superación de situaciones adversas como a la confrontación con rivales, posibilitando una

autoafirmación como barra brava. A través de esto es que diferentes estudios plantean a esta

confrontación como el elemento central articulador de estos grupos, como lo sostiene la mayoría

de investigaciones sobre la violencia en las hinchadas de fútbol en nuestro país.

La segunda dificultad para definir el objeto de estudio, es la composición de la hinchada

como estructura. Se ha dado por sabido, qué son los diferentes piños (organizaciones territoriales)

y las relaciones entre quienes los componen, en este caso, la barra “Los de Abajo”.

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De aquí deriva otro problema, pues cada piño tiene su estructura propia y se mueve bajo

sus propios códigos, aunque resulta difícil ignorar los elementos comunes que los congregan en un

mismo espacio. Este alto grado de heterogeneidad sólo entre “piños”, nos evidencia la complejidad

que tienen las hinchadas como estructura.

El asunto se vuelve más complejo aun si consideramos que, dentro de la hinchada también

existen otras organizaciones cuyo elemento articulador no es el componente territorial. En efecto,

hay otros tipos de organizaciones, no territoriales, que también participan del complicado

entramado de relaciones que componen la hinchada de “Los de Abajo”. En algunas de estas, es el

componente político el articulador de los grupos.

En primer lugar, me parece errada la descripción “del barra brava” como sujeto o grupo

estático, de carácter permanente. Considero más adecuada la idea de “lo barra brava” como

condición modificable según el contexto. Es en el estadio donde “lo barra brava” alcanza su mayor

esplendor y puede disminuir o aumentar según las situaciones en donde se desenvuelvan los

individuos y los grupos, pudiendo incluso hasta desaparecer, dejando de ser barra brava en

determinados escenarios.

Las investigaciones realizadas resultan insuficientes para dar un marco explicativo al

fenómeno de la violencia en dichos espacios, pues la teoría del aguante la simplifica bastante.

Partiendo de dos premisas centrales, pretendo hacer una pequeña contribución. En primer lugar se

ha dado por supuesto que la violencia es el elemento aglutinante del grupo. Por mi parte, considero

que la violencia está siempre latente pero que se activa solo en determinados momentos y

circunstancias que será necesario caracterizar y, en consecuencia, la violencia no es el único

vehículo de integración social de las hinchadas del fútbol, incluso así de los grupos que se

autodenominan como Barras Bravas. Es necesario romper con la imagen de dichas hinchadas como

grupos netamente violentos. Por el contrario, son sus complejas formas de sociabilidad las que

explican su permanencia en el tiempo.

En segundo lugar, las hinchadas se deben de entender como un conjunto internamente

heterogéneo, lo cual no ha sido considerado apropiadamente en los trabajos sobre el tema. La

Page 32: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

31

diferencia entre grupos y “piños” sostiene la sociabilidad de la barra. Estos grupos mantienen entre

sí relaciones de alianzas, competencias y amiguismos que no solo son de hostilidad.

Capítulo II: Discutiendo en la noción de Hinchada

El desarrollo del fútbol a nivel global, y los procesos que trajo consigo en las tribunas, han

sido un tema recurrente para las ciencias sociales. Ciertamente es difícil evitar las comparaciones

entre el fenómeno de las hinchadas a nivel global, o entre países vecinos, debido a que suceden en

torno a la misma práctica deportiva. Pero si de verdad queremos analizar a un colectivo de manera

seria, debemos partir de una premisa esencial. Las hinchadas de fútbol no son comparables entre

sí, las barras en Chile distan mucho de la realidad de las hinchadas Argentinas, o de las torcidas

organizadas en Brasil, así mismo de nuestros pares en Bolivia o en Perú, y para qué nombrar las

diferencias abismales con las agrupaciones del clubes europeos. Existen diferencias como por

ejemplo en la autoidentificación de sus miembros, su organización, su orgánica, sus códigos, sus

expresiones culturales, sus orígenes, entre varias cosas más. Los fenómenos en sí son diferentes,

deben ser analizados desde sus contextos propios, trabajando con sus similitudes y tomando

distancia en sus diferencias. Así mismo, las ciencias sociales han trabajado los fenómenos de

manera similar, estableciendo y planteando conceptos totalizantes para la realidad del fútbol. Ser

Barra Brava no significa lo mismo para los hinchas peruanos que para los chilenos, o tener

aguante, no significa lo mismo para los argentinos que para los colombianos. Si bien, ambas

categorías son conceptos que los protagonistas manejan, por lo cual considero que deben ser

analizados con mayor detención, son nociones resignificadas de diferentes maneras, y he ahí en

donde como antropólogo pongo énfasis. En aquellos procesos de apropiación y transformación,

algunos más radicales que otros.

En este sentido, “Los de Abajo” emergen en 1988, como dije antes en ruptura a la

organización de una hinchada ya existente, y lo hacen apropiándose del concepto de “Barra Brava”,

proveniente de Argentina. LDA2 nace como tal, a diferencia de lo que afirma Gil, que en el país

trasandino “es poco probable que un hincha se autodefina como barra brava o violento”(Gil

2Siglas Los De Abajo, que utilizare de ahora en adelante.

Page 33: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

32

2007:34) aquí en Chile, no, o “el término barra brava no es una categoría que los propios actores

manejen para sí mismo” (Gil 2007: 74), para los hinchas de nuestro país, sí.

El proceso de apropiación del concepto es algo que me atrevería a decir ocurrió con la

mayoría de los grupos de seguidores de equipos profesionales durante la década de los 90’ en

nuestro país. Las re significaciones varían entre grupos, incluso dentro de una misma hinchada,

adquiriendo características propias para cada colectivo, y que por cierto no son estáticas, lo que es

ser o no ser Barra Brava muta constantemente. Sobre la apropiación del concepto (cabe recordar

fue impuesto desde el discurso judicial y popularizado por la prensa Argentina) un ex líder y

fundador de la barra LDA escribe en una de las redes sociales:

“El concepto ‘barra brava’ en nuestro país está muy por el suelo, ser un barra brava no es

sinónimo de delincuencia sino de personas que lo entregan todo incondicionalmente por su

equipo… Es saber de lluvia, frio, calor, hambre y muchas veces derrotas de nuestro equipo, digo

nuestro equipo, porque soy hincha de la Universidad de Chile y te sigo de los 80’ cuando la U no

ganaba nada y tu enemigo lo ganaba todo. Eran tiempos difíciles, donde orgullosamente

defendimos los colores y dimos un ejemplo de amor al equipo para otras instituciones. Para mi ser

barra brava es saber de problemas sociales, marginalidad, pobreza, desigualdad social, etc... El

luchar para llegar bien a tu población con alimento, educación y salud para los tuyos y ver la

desigualdad de los sueldos de un obrero a un gerente y tener que cada día a día liderar con todo

esto te convierte en un barra brava porque para nosotros nada ha sido fácil te digo que nuestros

problemas son bravos y la vida y desigualdad es brava en este país, con orgullo digo soy barra

brava” (Facebook, 7.5.2012)

Dicha afirmación habla de una apropiación que transforma el sentido del concepto. De la

negatividad pasa a tener características positivas. De pasar a ser “grupos que concurren a las

canchas con el único objeto de promover desórdenes y provocar daño a las personas y en las

cosas”3 (Romero, 1994, 68-69), se trasforman, en palabras de sus protagonistas, en una especie de

luchadores sociales. Las interpretaciones del concepto en este caso particular son abismalmente

diferentes, pasan de un polo a otro, de negativo a positivo. Creo que esto tiene que ver con el

contexto político y social en el cual se desenvolvía la sociedad chilena al momento de la formación

de las Barras Bravas. La dictadura marcó claramente a esta generación de Barras Bravas, que

3La definición que en 1967 fue incorporada oficialmente a la jerga jurídica en argentina.

Page 34: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

33

utilizaron el concepto como refugio y como resistencia. De ahí, que el ser Barra Brava se

transforma en ser un luchador, un individuo que va contra la adversidad y que resiste con la frente

en alto. Este hecho es significativo pues ocurre desde la fundación de LDA.

Hasta hoy en día, un gran número de individuos y colectivos se autodefinen como Barras

Bravas. El auto proclamarse como Barra Brava, tiene una valoración positiva para la miles de

miembros de la hinchada. Precisamente algunos de estos grupos, desde hace un tiempo, se

encuentran en una disputa constante por la organización de la barra. Las cosas han cambiado, los

que fueron líderes fueron expulsados de la galería, otros grupos y nuevas generaciones han tomado

el protagonismo en LDA. Estas disputas, que muchas veces derivan en violencias directas dentro

o fuera del estadio, exacerban más las diferencias en cuanto a las apropiaciones de los conceptos

anteriormente expuestos. Para los nuevos grupos, los antiguos líderes no cumplían con lo que ellos

definen el ser Barra Brava, faltando a códigos que serían lo suficientemente graves para justificar

su expulsión de la hinchada. Así mismo para los antiguos líderes, los colectivos actuales carecen

de aguante, y los califican despectivamente como “lumpen”.

También es una disputa territorial, por ocupar un espacio específico de la galería del Estadio

Nacional, donde el equipo juega de local la mayoría de sus partidos, la puerta 14. Esta puerta se

encuentra justo en el centro de la Galería Sur, lugar que históricamente ha utilizado la barra. El

ubicarse en este sector adquiere varios beneficios, como decidir la canción que se entona, tener las

mejores ubicaciones en cuanto a la visibilidad para colgar sus lienzos, entre otras. Estos grupos

buscan ser la “voz oficial” de la hinchada, siendo a la vez una lucha por la apropiación del capital

simbólico que representa la totalidad de la barra, los lienzos oficiales, los bombos, las banderas y

el artificio. “…Son ellos los que se presentan como dueños de la pasión, los que pueden colocar

las banderas en cualquier lugar” (Gil, 2007;32).

La totalidad del capital simbólico nombrado anteriormente se encuentra prohibido por la

Ley. Es decir no se puede ingresar a los estadios, lo que no quiere decir que no suceda, de hecho

con los lienzos y artificio sucede regularmente. El día 17 de febrero, en la primera fecha por Copa

Libertadores ante Emelec, miembros de LDA, no solo ingresaron lienzos y gran cantidad de

pirotecnia, sino que también un bombo, el símbolo máximo de una hinchada. Este hecho, junto con

la gran cantidad de bengalas que se logró introducir, fue bautizado por los hinchas como “El Día

de la Astucia”. El partido estuvo detenido por varios minutos y acarreó sanciones para el equipo

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34

por parte de la CONMEBOL4, como también posteriores represalias de la concesionaria Azul Azul

S.A contra los hinchas.

Las prohibiciones han contribuido a otorgarle nuevas valoraciones a las expresiones

culturales que los barristas manifiestan a dentro y fuera de los estadios. Lo que antes era calificado

como carnaval por casi todos los miembros de la hinchada, ahora adquiere diferentes

interpretaciones. Para algunos se ha transformado en un elemento repudiable y condenable,

mientras varios grupos encendían bengalas y cantaban aquel 17 de Febrero, el sonido de las pifias

era similar al de los cantos. Para otros se ha transformado en símbolo de resistencia, frente a un

intento institucional de matar la fiesta en el fútbol, se han utilizado como medidas de presión y

como instrumento para demostrar que “NUESTRA FIESTA ES TU FRACASO”5.

“‘Ellos saben cómo funciona esto. Las cosas entran de noche y el juego consiste en

ocultarla y ellos deben hallarlas, sabemos que revisarán el estadio, pero esta vez fuimos más listos

que ellos, en otras oportunidades perdimos importantes cantidades de artificio. Esta vez no. Fue

una jornada redonda’, cuentan miembros de la barra. Lo de ayer fue un triunfo, paradójico

considerando lo que pasó en la cancha.” (El Gráfico, 19/2/2015)

El contexto político actual contribuye constantemente a la transformación de los conceptos.

Otros ejemplos: con la prohibición del bombo se torna más complicado coordinar y mantener el

canto, lo que contribuye a que algunos colectivos e individuos afirmen que los actuales miembros

no tengan aguante, ya que no se escucha fuertemente los 90’ minutos (rasgo esencial de un(a) barra

brava). “Yo canto y peleo” comentaba un miembro actual de la “voz oficial” de la barra brava

(ambas afirmaciones autoproclamadas). Para los Barras Bravas actuales el tener relación con la

contra (la Garra Blanca) es una transgresión de los códigos más fundamentales y característicos de

lo que es ser Barra Brava. Con la contra se pelea, algo que al parecer cada vez adquiere mayor

valoración por el grupo, frente a otros elementos característicos de los Barras Bravas, como, seguir

al equipo por todo el país, estar en los momentos malos y cantar durante todo el partido, entre otras.

Antes los implementos para armar la fiesta eran coordinados con la administración del equipo, con

la privatización de los clubes, en un comienzo se hacía, luego se prohibió y se penalizó por la Ley,

actualmente se volvió a legalizar el que dirigentes establezcan contactos con miembros de las

4 Confederación Sudamericana de Fútbol, ente que regula las competiciones en nuestro continente 5La frase que llevaba un lienzo que se mostró el 5 de Marzo, en un partido de Copa Libertadores ante TheStrongers; ANEXO 1

Page 36: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

35

barras, y al parecer se está buscando modificar la Ley nuevamente. El transar o no transar con los

actuales administradores de Azul Azul S.A, también se transformó en un tema de conflicto entre

los miembros de la hinchada y contribuye a resignificar lo que es tener o no aguante y lo que es ser

o no Barra Brava.

No es el objetivo de esta investigación detallar dichas transformaciones, sino que dar cuenta

de la pertinencia de los estudios sociales en cuanto a cómo se ha tratado la violencia en estos

espacios. Los conceptos de barra brava y de aguante guardan directa relación con esto. La academia

argentina los incorporó y desarrolló sus investigaciones utilizándolos como pilares, influyendo a la

academia chilena, replicándolos y legitimándolos, sin observar con la claridad adecuada de que nos

encontrábamos ante fenómenos diferentes. A través de esto es que diferentes estudios plantean a la

confrontación violenta como el elemento central articulador de estos grupos. Dichas influencias

son importadas de Argentina, el estudio del Barra Brava como sujeto estático, que maneja

determinados códigos y prácticas, que se comporta de una forma en el transcurso de su vida, o la

teoría del aguante, utilizada como comodín explicativo6 a las interpretaciones sobre las violencias

en el fútbol

A mi parecer, para el caso particular, es adecuado plantear lo de Barra Brava como una

condición variable, existirían espacios y contextos para ser Barra Brava y a la vez otros que no. En

Chile el ser Barra Brava representa parte del compuesto identitario, las personas también son

trabajadores, estudiantes o pertenecen a algún otro grupo que aporta elementos a los procesos de

conformación de sus identidades. La mayoría de los individuos no actúa como Barra Brava en

todos los contextos de su vida, en el estadio se alcanza su mayor esplendor, pero disminuye o

aumentar según los contextos donde se desenvuelvan los grupos. Incluso, puede desaparecer,

dejando de ser Barra Brava en determinados escenarios. Es común escuchar testimonios de hinchas

donde el ser Barra Brava aparece como referencia a sus pasados, como una etapa asociada a la

juventud, y superada.

A modo comparativo, sobre el proceso de apropiación y transformación de estos conceptos.

Las hinchadas en Colombia, dan cuenta de un proceso bastante interesante, desde finales del 90’,

algunas de estas deciden abiertamente declararse en contra del término Barra Brava. Un hincha de

Atlético Nacional y miembro de “Los Del Sur”, su hinchada, comenta:

6Debo dicho concepto a Nicolás Cabrera, quien lo utilizo durante el grupo de trabajo 72 de la RAM 2015.

Page 37: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

36

“Una de las primeras acciones que hicimos como Los Del Sur fue desmarcarnos de ese apelativo,

que proviene desde el cono sur del continente y nombra despectivamente a un tipo de

organizaciones de aficionados del fútbol. Es un término negativo del que es muy difícil salir.

Generalmente nos califican así desde los medios de comunicación, dado que no han leído y ni

siquiera pensado un poco sobre el tema. En Los Del Sur nos autodenominamos Barra popular, por

nuestro compromiso social. Puede que visualmente seamos parecidos pero nuestros

comportamientos son diferentes. Por supuesto que tomamos elementos de las hinchadas del Río de

la Plata, pero también de Chile. De hecho, el humo de color y los bombos gigantes los aprendimos

de la Garra Blanca y de Los de Abajo. Las banderas gigantes las tomamos de las torcidas

brasileñas.”(FútbolAsociado, 27/11/2015)

Personalmente creo que el trabajar con este concepto desde la academia ha contribuido a la

estigmatización de estos grupos. Así, Recassens (1999), en una de las primeras investigaciones

sobre el tema en nuestro país, realiza una clasificación sobre el público asistente en los estadios

chilenos, dividiendo y caracterizando en espectadores, hinchas y Barras Bravas. Esta idea ha

permeado las formas en cómo abordar dichos grupos y cómo trabajar las temáticas atingentes a

estos espacios. Si se debe trabajar con alguna clasificación en cuanto al público en los estadios, me

parece que la más adecuada seria trabajando en base a una distinción entre el hincha organizado y

el no organizado. Las otras categorías son demasiado subjetivas y están cargadas de pre nociones,

el barrista también es hincha, y me imagino que el espectador también, así como alguien puede

transitar por cualquiera de estas categorías durante el transcurso de su vida. La categoría del hincha

organizado, engloba a todos aquellos seguidores para los cuales su equipo representa una

institución de organización. Por supuesto esta puede ser de una amplia gama de formas, que va a

depender de los fines y elementos identitarios de cada colectivo. Desde quienes se organizan para

poder armar la fiesta dentro de los estadios, pasando por grupos con elementos políticos, o los que

tienen que sortear los diferentes obstáculos que la distancia pone para ver a su equipo al vivir en

regiones, como también por aquellos grupos que tienen un trabajo más activo y sistemático en

cuanto a las temáticas atingentes al club. Volveremos sobre este tema más adelante.

La violencia no es el elemento aglutinador del grupo

Los estudios que han derivado de esta herencia teórica plantean a la violencia como el

elemento de integración más relevante en los grupos de barristas. Considero dicho planteamiento

equivocado, los diferentes colectivos de hinchas, agrupados en los diversos tipos de organizaciones

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37

que pueden haber entorno a un equipo, en este caso de Universidad de Chile, se agrupan en primer

lugar por compartir un mismo sentimiento de seguimiento por el club, por sus colores, por su

historia. Los episodios de violencia son posteriores a la afiliación de un individuo a algún grupo de

hinchas. A mi parecer, aquí no existe un rito de paso, una forma de iniciación como algunos autores

han intentado de estudiar o incluso de caracterizar. Uno comienza a ser parte de la comunidad de

una barra de fútbol en el momento en que por diferentes motivos, ya sea tradición familiar, el barrio

o población en donde uno creció, por mero gusto, por las más variadas anécdotas; decide

convertirse en un seguidor e hincha del fútbol. El papel que juega la violencia dentro de las

diferentes agrupaciones es un tema posterior. Evidentemente para algunos grupos la violencia sí

representa uno de los elementos más esenciales y característicos en sus identidades, pero aun así

su vehículo de integración primario es otro, el compartir la misma afiliación por un club. En este

sentido; “Fenómenos como el misticismo, el sensualismo, la indiferencia, o la violencia no se han

de atribuir por tanto a la naturaleza interna de la juventud, sino a los contextos históricos

cambiantes…” (Feixa 1999:60) La violencia adquiere determinados valores según su contexto,

pudiendo ser uno de los elementos más importantes de cohesión del grupo, como también no tener

un valor relevante, incluso pudiendo ser un elemento condenable.

A mi parecer, existen elementos identitarios claves en cada grupo de hinchas, ciertas

características que se encuentran en la profundidad de la conformación de una hinchada, estos

serían los elementos aglutinantes para los barristas. No podemos pasar rápidamente por el hecho

de que hoy han pasado 27 años desde que la hinchada de la “U” se constituyó como “Los de Abajo”.

Ha cambiado el contexto político (local y global), las TIC han modificado fuertemente las

relaciones y los movimientos juveniles, la sociedad en general ha cambiado a un ritmo acelerado,

y esta organización ha permanecido y permanece más vigente que nunca. Pensar que se ha

mantenido estática, sería un error evidente, muchas cosas han cambiado, su organización,

personajes, prácticas culturales, entre otras. A pesar de esto, continúa siendo una organización que

congrega a miles de personas que se siguen identificando bajo este nombre y lo que ello conlleva.

Así, el nacimiento de esta hinchada, está marcado por una serie de elementos constitutivos

que darán sentido a las relaciones y al desarrollo futuro de la barra. Esta idea no es algo nuevo,

algunos autores ya han trabajado estas aristas, identificando aspectos claves para la conformación

identitaria de LDA, pero no se le ha dado la relevancia suficiente.

Page 39: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

38

Para los años de conformación de LDA, la Universidad de Chile ya contaba con la

popularidad que lo colocaba en la disputa por ser el equipo más popular del país, pese a su irregular

presente futbolístico.

“Luego de una gloriosa época7, el primer impulso para convertir al equipo en una

institución popular. (…) Ahí es cuando la historia se vuelve inexplicable. En un cuarto de siglo

(1969-1994), la Universidad de Chile acumula fracaso tras fracaso, humillación tras humillación.

Y sin embargo, aparte de la fidelidad de sus viejos hinchas, sigue sumando más y más fanáticos.

Son ‘hijos de la dictadura’ que no alcanzaron a vivir las glorias del Ballet Azul. Y Cuando la U

volvió al primer plano con el título de 1994, ya tenían entre 13 y 19 años.” (Matamala 2015: 163)

Los de Abajo se comenzaban a consolidar así con un fuerte componente juvenil. Y como

afirma Santa Cruz (1996), con una serie de elementos que terminan configurando la identidad de

este grupo.

"... Una identificación y fidelidad incondicional, la construcción de un mito referencial

como fue el " Ballet Azul" como expresión de un tiempo histórico no olvidado, la acumulación de

frustración, primero de no ser campeones y luego de no estar en primer plano (...) La carencia de

organización interna, como decisión explícita y un elemento importante es el pluriclacismo y

heterogeneidad social y cultural así como la existencia de un amplio espectro político (...) Un

sentimiento de entrega a una causa, a la defensa de un ideal, lo que genera una base de identidad

colectiva suficiente para dar sentido a una actividad común...” (Santa Cruz en Aguilar y Bustos

1997:43)

“En los tiempos del régimen militar, el “bulla8” era el único que metía bulla. Su barra

armaba escándalos, sus futbolistas eran mejores para reclamar que para jugar, sus hinchas eran

“protestones” e insolentes. Era el equipo que estaba en contra. Era la oposición a todo. Partiendo

por ser opositores a ellos mismos, o mejor dicho, a sus autoridades.” (Matamala 2015: 165)

"Uno se hace barrista alentando al equipo en las buenas y en las malas. Eso es lo esencial.

Todos somos uno, todos somos iguales. En la barra, el rico y el pobre son iguales." En esta barra

sus miembros atestiguan una férrea unión entre ellos. Hablan del «lazo azul» que ata a la «familia

azul» (color que distingue al club de la Universidad de Chile del resto y que usa en sus camisetas,

71959-1969 el equipo bautizado como “Ballet Azul”. 8Apodo que manejan los hinchas para su equipo Universidad de Chile.

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39

banderas y otros símbolos). Dicen sentir a la barra de la «U» como una familia, lo que produce

como resultado que tenga entre ellos una relación de hermanos. (Recasens 1999:12)

Incluso hay autores que se atreven a posicionar al papel de la dictadura como el eje

articulador de LDA (Figallo y Muñoz; 2003). Lamentablemente, para dar con aquellos elementos

claves de articulación en la hinchada, se requiere de un trabajo focalizado y especializado en el

tema, su profundidad y complejidad superan los objetivos de mi memoria, e incluso su material

daría para la redacción de otra. Sin embargo para no dejar todos estos elementos en el aire,

comentaré brevemente algunos de estos elementos nombrados, que han aparecido tanto en la

bibliografía, como en los testimonios de los hinchas que han sido parte de esta investigación.

Claramente la fidelidad se trasforma en uno de los elementos significativos para el grupo,

el que la barra se haya formado durante un período de sequías en triunfos deportivos que duro 25

años, ha perdurado hasta los días de hoy. De aquí nace también uno de los aspectos fundamentales

para la diferenciación en oposición al otro, a la contra. LDA, a diferencia de lo que se les critica a

sus rivales, los hinchas de Colo Colo, no viven de copas ni de los triunfos deportivos, pues durante

ese tiempo no existían. “25 años yo esperé, salir campeón, por una copa yo no cambio mi pasión,

soy del león…” dice una de las más famosas canciones de la barra que se entona hasta el día de

hoy; pese a que muchos de los hinchas que la cantamos no vivimos aquellos años de espera; se ha

transformado en un mito referencial, la fidelidad que caracteriza a LDA.

El contexto político de la dictadura claramente marca un hecho relevante para la

caracterización de LDA. El hecho de que un amplio sector político se manifestaba dentro de la

hinchada, encausó más a la identificación del grupo. Es cierto que varias organizaciones de

izquierda formaban y forman parte de la barra, sin embargo resulta errado tratar de identificar a la

barra con alguna corriente política en particular, ya que su heterogeneidad es enorme, a pesar de

que se sigue entonando “Somos los hinchas, más anarquistas, los más borrachos los más

antifascistas…”. Este hecho por supuesto tiene explicaciones ideológicas, pero sus raíces más

firmes a mi parecer, están en la relación que ha ocupado la política y el fútbol en el país, algo que

Matamala refleja muy bien en su libro. Augusto Pinochet, era socio honorario de Colo Colo, los

hinchas azules veían en la dictadura la figura de su archirrival, que para ponerle más condimento

pasaba por quizás su período más exitoso. Este elemento continúa siendo un factor esencial para la

identidad de un miembro de LDA, aquella diferenciación se intenta resaltar hasta el día de hoy.

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40

“LDA es la hinchada de la Chile, LDA es la hinchada popular, LDA no acepta maricones, ni

tampoco donaciones del gobierno militar”, “recuerdo cuando Pinocho les compró un estadio

entero, con la plata que a mi pueblo le robó…”, “vamos a romper, vamos a romper, vamos a

romper el estadio de Pinochet”, “a veces me pregunto, si es que Allende existiera, no tendrían

estadio, esos hijos de perra”. Son algunos de los canticos que continúan buscando exaltar aquella

diferenciación.

Así, el hecho de que sus hinchas eran “protestones”, también es un elemento que ha

perdurado a las transformaciones de la barra. Hoy en día LDA cuentan con un amplio historial de

marchas y acciones directas que la han llevado a ser calificada como “el mayor dolor de cabeza

para las autoridades”(La Segunda 24/07/2015). Incluso durante este año se desarrolló la primera

marcha nacional de LDA en contra del fútbol de mercado, “En Chile nos robaron el fútbol y

mataron la fiesta” fue el mensaje que se intentó mostrar al mundo entero en plena realización de

la Copa América 2015 organizada en nuestro país. Este hecho es relevante, pues demuestra la

capacidad organizativa que tiene la barra, logrando coordinar marchas en la mayoría de las

capitales regionales del país, la principal, la de Santiago, fue fuertemente reprimida por la fuerza

pública, finalizando de manera abrupta.

En las citas de Recasens se habla mucho sobre la heterogeneidad social como un aspecto

clave en la conformación identitaria de la barra. Se utilizan conceptos como “lazo azul”, “familia

azul”, de que en la barra todos somos iguales más allá del pluriclasismo de su composición. Esto

sería reflejado en lo que el hincha azul reconoce como camaradería. Esta sería también uno de los

componentes claves en la identidad del barrista, sin embargo según los testimonios de mis

informantes y mi experiencia vivida, es algo que paulatinamente ha ido desapareciendo, aunque

sigue estando en la memoria colectiva del hincha. Hoy las cosas son diferentes, no me tocó vivir

aquel ambiente de familiaridad azul en la galería, la fragmentación se ha hecho presente y ha

provocado que este elemento se vuelva cada vez más escaso. Si bien existen otras instancias en

donde se vive y expresa la camaradería como son, navidades azules, campeonatos, actividades a

beneficio, los viajes a regiones donde compartimos con personas que nunca habíamos visto antes,

entre otras, lamentablemente el estadio y la galería han dejado de ser un espacio constante de esta.

Estos serían algunos de los aspectos identitarios claves para un miembro de LDA. Por

supuesto, como dije antes, dichos resultados requieren de una investigación propia, que por lo

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41

demás, sería de gran ayuda para empezar a comprender, desde una nueva perspectiva, a los grupos

de barristas, alejándonos de los estigmas y desplazando a la violencia como elemento principal.

La diversidad de organizaciones

Hasta el momento, se han caracterizado a las hinchadas como instituciones jerárquicas

compuestas por organizaciones territoriales, aquí en Chile denominadas “piños”. Como se presentó

en el capítulo I, la heterogeneidad en la diversidad de organizaciones ha sido una tema que no sido

caracterizado adecuadamente. Dentro de LDA, también existen otras organizaciones cuyos

elementos articuladores no son el componente territorial y que también forman parte del complejo

entrelazado de relaciones que componen la hinchada. Mi trabajo en terreno me permitió acercarme

y conocer algunos de los diferentes colectivos. La presente cita, resume en cierta forma algunas de

las diferencias más esenciales entre las diversas agrupaciones:

“Los autores de las CCSS tendieron a establecer claras diferencias entre las subculturas

juveniles obreras y las contraculturas de los jóvenes de clase media: mientras las primeras son

estructuras colectivas compactas que toman la forma de banda, las segundas son medios difusos

más individualizados, unas surgen de la dicotomía entre el mundo institucional (familia, escuela,

trabajo) y el tiempo libre, otras plantean una síntesis (el trabajo es un juego) o bien proponen

instituciones alternativas (la cooperativa, la comuna), unas tienden a ser territoriales (apropiación

del gueto), otras tienden a ser universales (éxodo para crear un nuevo gueto: las utopías rurales),

en las primeras la vivencia predomina sobre el discurso, en las segundas no hay vivencia sin

discurso ideológico justificativo…” (Feixa1999: 83)

Las organizaciones más comunes, autodenominadas “piños” han sido ya descritas por

diferentes investigaciones, y a mi parecer de una manera adecuada. Los piños se ubicarían entre

los primeros grupos descritos en la cita. Para ellos se ha evidenciado la importancia del territorio y

su apropiación a través de diferentes manifestaciones culturales. Muchos de sus lienzos, llevan

sencillamente escrito los nombres de sus poblaciones, comunas, regiones o ciudades, y en sus

territorios se pueden ver los colores representativos del club, junto con grandes murales callejeros.

Estos serían los piños más “clásicos” por decirlos de alguna forma. El estar presente en los

diferentes lugares donde juega la “U”, engrandecería no solo al colectivo, sino que también al

territorio al cual dicen representar.

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42

“A través de la función de territorialidad la subcultura se enraíza en la realidad colectiva

de los muchachos, que de esta manera se convierten ya no en apoyos pasivos, sino en agentes

activos. La territorialidad es simplemente el proceso a través del cual las fronteras ambientales

son usadas para significar fronteras de grupo y pasan a ser investidas por un valor sub cultural.

(…)La territorialidad, por tanto, no es sólo una manera mediante la cual los muchachos viven la

subcultura como un comportamiento colectivo, sino la manera en que la subcultura se enraíza en

la situación de la comunidad” (Cohen en Feixa, 1999: 95).

Un aspecto fundamental respecto de lo señalado Carlos Feixa es que, para estos grupos la

vivencia predomina por sobre el discurso. Algo que en el lenguaje de la hinchada es conocido como

“tener kilómetros”; para poder entablar relaciones de confianza o alianza con algunos piños o

individuos, debes haber sido visto en los estadios más recónditos del país o el extranjero, o en

situaciones adversas en las cuales se debe poner el aguante aprueba, sin lo cual es poco probable

obtener respeto y confianza.

Muy similares son otras agrupaciones también identificadas como piños, en donde el

componente territorial tiene el mismo valor simbólico que lo anteriormente descrito, pero dentro

del estadio. Colectivos que se reúnen según la localización que utilizan en el estadio, algunos

grupos más pequeños, identificados con la numeración de alguna de las puertas que existen en el

Estadio Nacional; “Puerta 13”, “La Banda de la 16”, “La 26 Norte”, entre otras. Algunas

agrupaciones son más grandes, por lo general representan una red de alianzas entre piños que

utilizan un mismo lugar para ver los partidos; “Codo Izquierdo”, “Codo Derecho”. Tienen un

trabajo conjunto para, armar la fiesta dentro y fuera del estadio, realizar actividades benéficas o de

cualquier tipo, verdaderas redes de apoyo mutuo. Posibilitan también una integración más sencilla,

pues como la territorialidad predominante es la ubicación de la galería, algún hincha que utiliza el

mismo espacio se hace visible y su constancia determina su integración o no al grupo. A diferencia

de los primeros piños descritos, en los cuales la multiplicidad de espacios gira en torno a sus barrios,

los espacios de integración son diferentes, los traslados desde y para sus hogares en los días de

partidos, las relaciones con la contra en sus territorios, entre otras situaciones ligadas a sus espacios

cotidianos.

Como se afirmó anteriormente, existen otras agrupaciones de hinchas, que también

participan en la totalidad de la hinchada. Algunas se asemejan a las descritas en las caracterizadas

Page 44: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

43

por Feixa como contraculturas. Estos colectivos tienen una composición más heterogénea en

cuanto a las clases de pertinencia de sus adeptos, algunas proponen instituciones alternativas de

agrupación, diferentes a los “tradicionales” piños, tienden a ser universales en el sentido que están

en la constante de integrar nuevos miembros y, estos son mucho más rotativos que en las

organizaciones territoriales. Y la principal diferencia, según mi parecer, es que no hay vivencia sin

discurso ideológico justificativo.

En la mayoría de las organizaciones de este tipo, el eje articulador de sus miembros es

político. Así existen diferentes colectivos, que a través de una serie de puntos ideológicos

coincidentes que integran al grupo. “El NO oficial”, “Sentimiento Antifascista”, o “La Asamblea

de Hinchas Azules”, son algunos ejemplos de estas agrupaciones. Estas transitan contantemente

entre los códigos de la barra y su propio discurso, algunas veces contradictorios entre, lo que hace

más compleja la situación aún. Aquí no se necesitan kilómetros, ni demostrar aguante, incluso

existen algunos que, ni siquiera asisten a los estadios desde la privatización del club. Todas

características que para las organizaciones territoriales serian faltas graves a los códigos de la

hinchada. Estos se caracterizan por participar y organizar otro tipo de actividades, diferentes al de

las más comunes del entorno hinchada. Las más diversas marchas políticas, programas de radio,

conversatorios, foros, e instancias recreativas, entre otras, son parte de las actividades comunes de

estos colectivos. Esto se entiende en la medida que el punto articulador es el discurso ideológico,

el grupo crece o se engrandece a medida que el discurso es propagado y logra convencer a otros

miembros de la hinchada.

Para ejemplificar, profundizare en una de estas organizaciones en la cual participé durante

el período de investigación, la Asamblea de Hinchas Azules. Esta surgió como consecuencia de un

proceso de exclusión política y social de los hinchas, quienes rebelándose frente a la adversidad

externa y la división interna de la hinchada, deciden apostar por un espacio de deliberación y

organización política que permitiera avanzar seria y colectivamente en la recuperación de los

espacios y derechos que los hinchas consideran que deben tener dentro del club.

A partir de esa necesidad y diagnóstico, fueron 30 agrupaciones de la “U” quienes se auto-

convocaron a fines del 2013 para proponer al resto de la hinchada un espacio de encuentro, diálogo,

participación y organización horizontal, “sin capos ni jefes”, donde todos pudieran aportar de

manera igualitaria. Así, basándose en herramientas de metodologías participativas, en dos años se

han realizado 7 asambleas con 130 participantes promedio, donde se ha deliberado y acordado

Page 45: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

44

avanzar colectivamente en líneas de trabajo orientadas a la recuperación del club y la fiesta en la

galería. De esta manera, en la actualidad se desarrollan trabajos y proyectos en un nivel político-

parlamentario, entablando reuniones con diferentes políticos para analizar las posibles

modificaciones a la Ley, con la hinchada, con la Universidad de Chile (casa de estudios), o los más

diversos proyectos culturales, como la Editorial Tucúqueres, el Observatorio de Derechos del

Hincha, la Brigada Tinta Bullanguera, entre otros.

El proyecto llamado “Casa de Bello” tiene como objetivo reconstruir el vínculo histórico

de la Universidad de Chile (en tanto institución educativa) con los hinchas de la “U”, a través del

vínculo de estos con la comunidad universitaria triestamental, como también a partir de la

potencialidad que tiene el mundo del fútbol para la universidad en tanto espacio relacional de

estudio, retroalimentación y acercamiento entre el mundo académico y el mundo social. Es

importante recordar que la Universidad de Chile (institución educacional), a nivel de correlaciones

de fuerza, es la otra gran comunidad olvidada, aparte de los hinchas, por la concesionaria, contando

con sólo 2 de 11 cupos de representante en el directorio de Azul Azul.

Con la hinchada se tiene un trabajo de colaboración en actividades como campeonatos de

fútbol, que se desarrollan a pasos del Estadio Nacional, donde hace 3 años participan haciendo

deporte más de 150 jóvenes barristas pertenecientes a más de 12 comunas diferentes de la Región

Metropolitana. Se trabaja conjuntamente entre la Asamblea y miembros de LDA en proyectos

referidos a la celebración y/o conmemoración de fechas e hitos institucionales como son el

aniversario del club, la quiebra, días del niño, navidades azules, marchas, entre otras iniciativas.

El trabajo es organizado mediante objetivos, metodologías, plazos y recursos, permitiendo

que el espacio de la Asamblea sea también un espacio de emprendimiento de iniciativas sociales.

Cualquier persona que tenga una idea de trabajar con gente de la “U” y para la “U”, la puede

desarrollar en el marco de la asamblea y su personalidad jurídica que la constituye legalmente en

Asociación sin fines de lucro capaz de postular a diversos fondos públicos del Estado. De esta

forma, a través de proyectos sociales y culturales orientados al desarrollo humano y social de los

hinchas de la “U”, se han ido restableciendo los lazos profundamente afectados desde la división

interna por el liderazgo de la barra, integrando a nuevas personas y agrupaciones al proceso social

de recuperación del club y la fiesta. Así, desde la confianza, democrática y participativamente se

ha iniciado un proceso de construcción de unidad y mayoría, social y política, con vocación de

Page 46: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

45

poder transformar la realidad adversa a la que nos toca vivir los hinchas de la “U” en el actual

contexto de fútbol de mercado.

Consideraciones finales:

A modo de resumen del capítulo II, he planteado tres premisas centrales. La primera hace

referencia a la necesidad de mirar la realidad de las hinchadas desde sus propios contextos locales.

La importación de conceptos (aguante y Barra Brava) desde la academia Argentina, no ha aportado

para la comprensión de estos grupos, por el contrario ha fomentado su estigmatización, al centrar

la confrontación violenta como elemento central de estos grupos. Ante esto, sostengo que existen

dentro de cada barra, ciertos aspectos valóricos e ideológicos que consolidan los procesos

identitarios de cada grupo, estos últimos constituirían los elementos aglutinantes de los grupos. Se

requiere de investigaciones que identifiquen aquellas claves, lo que representaría una importante

contribución para comprender la realidad de las hinchadas y para potencializar un dialogo social y

político. Por último, destaqué la heterogeneidad interna que existe en la hinchada. Estos espacios

no han sido caracterizados adecuadamente. Es más, se tiende a la homogenización de sus

colectivos. Pero el problema es que existen una amplia gama de organizaciones, aquí he buscado

caracterizar dos de aquellas, las territoriales y las políticas, sin embargo existen otras, en las cuales

la articulación de los grupos puede depender de otros factores, como lazos de parentesco, o gustos

musicales. Todas ellas forman parte de las relaciones sociales que componen la barra LDA.

Por lo expuesto anteriormente, propongo trabajar bajo la categoría de hinchas organizados,

categoría que engloba a todos los grupos, sin hacer distinciones entre ellos, pues para el tema de la

violencia resulta necesario un concepto que logre englobar las diferentes realidades de los

colectivos.

Capítulo III: Entre códigos y resistencias

El modelo interpretativo utilizado para desglosar la diversidad de violencias que toman

forma alrededor del grupo humano analizado, ha sido de gran ayuda para poder visualizar aquellas

violencias que son producidas como no existentes, aquellas violencias que se mantienen ocultadas

sobre la condena de otras. Sin embargo, este también ha presentado sus dificultades en cuanto a

Page 47: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

46

que existen también otras violencias que serían difíciles de clasificar bajo estos parámetros. A su

vez la alta gama de violencias identificadas por los protagonistas de dicha investigación, algunas

más explícitas que otras, fueron complejizando cada vez más el panorama en cuanto a los límites

y objetivos de la investigación.

El presente capítulo lleva el título “entre códigos y resistencias”, pues esta relación

representa, a grandes rasgos, los sentidos en que los y las hinchas le atribuyeron a las diferentes

violencias. Ambas son categorías derivadas del propio testimonio de miembros de LDA. Los

códigos, hacen referencia misma a la “cultura de la hinchada”; es decir, a aquellas violencias que

están condicionadas por los códigos de honor que los miembros de este grupo manejan. A

diferencia de otros contextos en donde verdaderamente el código es un elemento silencioso-

invisible, que asigna elementos valorativos y estructura ciertas situaciones. Aquí, el hablar de

códigos resulta algo común para miembros de la barra, pese a que estos no son del todo claro para

quienes los manejan; existen violencias que están netamente relacionadas a estos, y así lo

reconocen sus protagonistas.

Las resistencias son aquellas violencias que los protagonistas identifican como parte del

proceso de exclusión del hincha organizado de la comunidad del fútbol. Aquellas violencias

comparten responsabilidad con los otros actores del fútbol, y responden a una planificación

estratégica de lo que el poder económico y político ha querido hacer con el fútbol en nuestro país.

La idea de que la barra es un espacio de resistencia frente al contexto político actual, ya es algo

común para sus miembros.

Cada violencia identificada lleva su propia complejidad en su proceso de interpretación,

incluso “entre códigos y resistencias”es algo literal, pues existen sentidos que transitan de uno al

otro, ciertas situaciones en las cuales sus significados se ven permeados por ambas dimensiones.

La mayoría de los subtítulos en este capítulo son fragmentos de canciones que entona la hinchada.

La articulación de la exclusión

Como consecuencia de un largo período de asentamiento del neoliberalismo, se

desencadenó en los años 2000, como finalización de un proceso de privatización de los bienes

públicos, la fraudulenta quiebra de los clubes de fútbol profesiónales chilenos. Situación que se

encuentra en estrecha relación también con el avance de la política de privatización y

Page 48: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

47

mercantilización del fútbol que propuso Havelange9 desde su llegada a la FIFA en los años 70 y

que sin duda marca el desarrollo de este deporte a nivel mundial.

Dicen los y las hinchas que el proceso de quiebra fue fraudulento, pues los clubes de fútbol

profesional, eran corporaciones sin fines de lucro que de pronto pasaron a tener una deuda

gigantesca con el fisco que nadie se explica cómo y dónde surgió. Siendo estos las primeras

corporaciones sin fines de lucro en ser declaradas en quiebra por la Tesorería General de la

Republica.

Así, con este difuso panorama, el año 2002, a través del vigésimo segundo juzgado de

Garantía de Santiago se decretó la quiebra en primera instancia de Colo Colo, y posteriormente el

año 2006, la del Club de Fútbol Profesional Universidad de Chile, lo que sentó las bases de la

transformación total del modelo administrativo del fútbol en nuestro país y el desmantelamiento

de los clubes con sus estructuras sociales. Si bien la Ley se promulgó en 2005, recién en noviembre

de 2006 se hizo obligatorio para todos los equipos convertirse en Sociedades Anónimas -

exceptuando las corporaciones que quisieran constituirse como fondos de deporte profesional-

dando inicio formal al sistema de administración privado del balompié profesional. Debido a esto,

hoy en día nuestra estructura administrativa e institucionalidad deportiva, admite solo a las

Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), concretándose el cambio de paradigma administrativo.

Así, la concesionaria Azul Azul S.A se adjudicó la administración del club Universidad de Chile,

hasta el día de hoy.

Los años posteriores a la llegada de la administración privada del club, marcan una

transformación en el trato hacia el hincha. La calidad de socio dejó de existir, los espacio con los

que contaba el pueblo azul para socializar fueron clausurados, el club fue cerrado para unos pocos.

Aquel hecho cabría dentro de lo que definimos como violencia estructural, y es interpretada como

una de las principales por parte de los hinchas organizados. Un participante del conversatorio

comenta:

Violencia es la condición que vivimos más allá de cómo somos tratados. Hoy no tenemos

nada. La Concesionaria nos dejó en la calle. No contamos con espacios que nos podamos apropiar.

No tenemos relación con el equipo, no tenemos sede, ni escuela. ¡Nos despojaron de todo! Incluso

9Joao Havelange, presidente de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) desde 1974 hasta el 8 de junio de 1998.

Page 49: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

48

los mecanismos de expresión en el estadio que era lo único que nos quedaba. (Conversatorio “más

allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

La transformación del hincha a consumidor, es un proceso que se ha implementado a través

de una serie de medidas. La privatización de los clubes sociales y deportivos y la desarticulación

del componente social de estos, fue la primera gran jugada, que vendrían seguida de una serie

hechos políticos que buscarían la exclusión del hincha organizado de la comunidad del fútbol. Así

la resistencia para sus protagonistas se trata en primer lugar de algo emocional, de un sentimiento

de que le están tratando de arrebatar algo muy propio.

El sentimiento perdura, está ahí por siempre. Eso no nos lo pueden quitar,

afortunadamente, pero el hecho de que nos despojen de nuestra voz en la construcción del destino

de aquello que amamos es algo que no solo molesta, sino que además menoscaba la dignidad y no

solo nuestra dignidad como hinchas, sino también como ciudadanos, no poder participar, no poder

contar con ese derecho tan básico, es la desnaturalización total de lo que significa ser hincha (…)

En el marco de fútbol de mercado que hoy impera, tú hincha, con toda tu pasión, tan real como el

amor por tus hijos o tus padres, quedas reducido a un mero cliente. Tu única función es

incrementar las ganancias de una empresa. Tu único derecho es, después de pagar, disfrutar de

un espectáculo. (Zepeda 2015:19)

AA10 introdujo la figura del hincha abonado. Un modelo que si bien existían en

administraciones anteriores, esta vez es fuertemente promocionado por la concesionaria y

promovido como el “espectador ideal”. El abonado, debe inscribirse con sus datos en las oficinas

de la concesionaria, y pagar anualmente por una tarjeta, con la cual tiene el ingreso a todos los

partidos que la “U” juega de local. Los abonados tiene ingresos propios para entrar al estadio, los

que generalmente son menos estrictos en cuanto a la revisión policial. Muchas de las veces en que

hubo incidentes durante el año, ya sea ingresos a la cancha por parte de hinchas, el uso de pirotecnia

durante los partidos, riñas entre pares o con la fuerza pública, la concesionaria ha optado por

sancionar al público no abonado. Es decir para los siguientes partidos, AA solo ha dejado entrar al

estadio a quienes tengan la calidad de abonado. Ante estas situaciones un hincha comenta:

No somos nadie para cuestionar el amor a la “U” de nadie, de los abonados, o los que van

a tal o cual sector. Cuando Azul Azul dice que solo abonados pueden ir, o comprar entradas para

10Azul Azul S.A. sigla que utilizare de ahora en adelante.

Page 50: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

49

ir, o cuando se encuentra a alguien que hace algún ilícito y se culpa al no abonado traspasan la

responsabilidad a un hincha para con otro, de un hincha sobre otros hinchas. Cuando se venden

entradas solo abonados para ir al Monumental11, y ponen buses además para llevarlos, es una

exposición clara y directa a la violencia. (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la

violencia en el fútbol”)

La situación comentada refiere a un ejercicio constante de violencia, a lo que Sondré llama

violencia latente. En este caso esta forma de violencia es muy explícita, pues se aplica

constantemente a través de los medios económicos y políticos que la concesionaria maneja. El

precio de las entradas, es otra forma de exclusión, contamos con los precios más elevados del

continente, pagando incluso cifras superiores a $10.000 por un espacio en la galería. Las formas de

compra de estas también se inscriben en esta constante. Ahora solo se puede comprar vía internet,

abriendo una cuenta en determinada empresa de tickets, y con la obligatoriedad de contar con una

cuenta bancaria que permita realizar transacciones electrónicas. Los tratos diferenciados según el

sector por el cual uno ingresa al estadio, o los castigos arbitrarios por parte de AA a la gente. Todos

estos detalles también son identificados como violencia por parte de los hinchas.

“Tiene que haber un cierto mecanismo de control o revisión en el estadio. No dependiendo

de cuánto pagues va a ser el trato que recibes… Debe haber cierto mecanismo de control, igual

para todos. Pero más allá, el plan de seguridad está mal hecho, por gente que no va a los estadios.

Hay muchos fracasos… Buscan instancias, provocan instancias, para avalar el plan. Actitudes

como bajar a una persona de una silla de ruedas para revisarlo genera reacciones, a veces derivan

en violencias.” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

“No hay confianza como para llevar a niños porque las tocaciones son demasiado violentas

para exponerlos. ¿Cómo nos hacemos cargo de esto? ¿Aceptamos, naturalizamos que nos toquen?

¡No es normal, ni legal! Es un abuso que alguien te toque sin tu autorización. Tendemos a

aceptarlo porque si no, no nos dejanentrar a ver a la “U”. Pareciera un país aparte.”

(Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

Comentan dos hinchas durante el conversatorio sobre los ingresos al estadio y los tratos

diferenciados que hay por sector en este. La violencia latente a mi parecer es la que predomina en

el contexto de las hinchadas. Verdaderamente un ejercicio constante, desde que uno decide ir al

11Estadio de Colo Colo, clásico rival.

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50

estadio hasta lograr volver al hogar, y también efectivo, pues logra intimidar a los y las hinchas.

Una nota de campo durante la previa de un partido, grafica un poco lo comentado.

“Más de 50 minutos esperando una micro en Av. Matta, casi 2 horas desde que salí de

Peñaflor rumbo al estadio Nacional. Ya es la quinta micro que no nos para… cada vez se junta

más gente… el partido ya está que comienza… la desesperación y las ganas de ver a nuestro equipo

son cada segundo más fuertes… cada minuto que pasa pinta para peor… algunos corren buscando

separarse del grupo, pensando que así tienen más opciones de llegar a tiempo. Algunos de los que

se separan son interceptados y revisados por la policía…una micro se ve obligada a detenerse en

el momento que se ve rodeada de hinchas, todos nos subimos como podemos, sin saber para dónde

irá la micro… por las presiones la micro avanza rumbo al Nacional….nos intercepta la policía…

todos corremos… algunos caen detenidos. Corro hacia un pasaje, me cambio mi polera de la U

por una cualquiera, color naranja… vuelvo a la avenida…le ruego a un auto que esperaba la luz

verde que me dejara subir… accede… logro salir del conflicto y entro al estadio media hora del

partido ya comenzado… aún falta la salida…” (Cuaderno de campo, 26/04/2015)

Las diferentes discriminaciones que toman forma al momento en que uno se pone una

camiseta resultan sorprendentes para alguien ajeno a este contexto. Sin embargo para quienes la

viven, es algo normalizado, es algo que se sabe, algo que se tiene que tener en cuenta al momento

de salir de la casa y planificar el traslado al estadio. Sumado a las preocupaciones sobre alguna

posible emboscada por parte de hinchas rivales, lleva a los protagonistas, según sus propios

testimonios, a estar en un constante estado de alerta, “hay que estar vivo siempre”.

Ni a los pacos, ni a la represión…12

Ante esto la incondicionalidad aparece como elemento esencial para resistir estas

violencias. Pese a los obstáculos, a las trabas, a las revisiones, a las persecuciones, a los precios de

las entradas, a todo lo anteriormente descrito por parte de los protagonistas, la incondicionalidad

aparece como un factor interno propia de la cultura de la hinchada, que provoca que los

protagonistas no den un paso al costado, y sigan organizándose partido a partido para ver la mejor

forma de sortear los problemas para poder seguir alentando a la “U”.

12Canción completa en ANEXO 8

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51

“El estadio es tierra de nadie, en el que debemos renunciar a todos nuestros derechos. En

Falabella13 se nos respeta, en el estadio no. Tiene que ver con el miedo. Depende de la voluntad

de Carabineros, que si quiere llevarte te va a llevar, dando lo mismo si uno tiene méritos. Ir a ver

a la “U” es al costo que sea…” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el

fútbol”)

Esta observación refleja la realidad que viven todos los fines de semana. Ir al estadio es

sinceramente una tómbola. Nunca es igual a una vez anterior, durante un mismo ingreso puedes

encontrarte con revisiones tenues o te pueden desnudar completamente para ver si ingresas algo

ilegal. Pero el riesgo está siempre.

Un episodio registrado en mis observaciones participantes grafica la situación. Para el

partido ante Audax Italiano, disputado el 2 de marzo del 2015 en el Estadio Nacional, durante el

ingreso, personal de Carabineros me pidió dirigirme al carro policial para realizarme revisiones

más minuciosas. Al momento de ingresar al carro policial, donde se encuentran cinco efectivos de

las fuerzas especiales, me solicitaron desnudarme totalmente al interior del carro, por supuesto que

accedo, el partido estaba que comenzaba, y alguna otra respuesta u observación a las órdenes puede

significar quedar afuera, o incluso fuera de los estadios por un período mayor, aparte de ser

golpeado. Al momento de constatar que no portaba nada ilegal y que mis antecedentes estaban

limpios, me proceden a golpear entre cuatro policías, provocándome una herida sangrante.

Finalmente me piden que me vista, me rompen mi entrada, me limpian la sangre de mi rostro y

descienden para expulsarme del recinto deportivo.

Hasta ese minuto no había dicho ni una palabra, primero por el miedo a la situación,

segundo porque sabía que nada se podía decirle a esos funcionarios. Me lleva hasta la salida el

mismo individuo que me pidió que subiera al carro. Le pregunto qué por qué me estaban haciendo

esto si no había incurrido en ninguna ilegalidad, absolutamente ninguna, su respuesta; “quédate

callado, sino te aplico el 10214”.

La verdad, esta situación no era de gran extrañeza para mí, no era primera vez que

presenciaba algo similar o que algún cercano mío le ocurriera, incluso en otras ocasiones había

13La comparación con Falabella Retail S.A, se debe a que el grupo Bethia S.A uno de sus propietarios, es también controlador mayoritario del club de fútbol Universidad de Chile. 14El código 102, es una sanción que prohíbe el ingreso a los estadios para hinchas que infrinjan la Ley por un período de hasta dos años. Más adelante se profundizará sobre esto.

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tenido que lidiar con acciones parecidas. Sin embargo lo que llamó más mi atención fue lo que

sucedió después. Una vez fuera del recinto deportivo, sin entrada, con mi polera manchada con

sangre, me pongo a buscar ayuda con tal de poder denunciar aquella injusticia. Con el pasar de los

minutos se han ido restableciendo los lazos profundamente afectados, y tenía aun la esperanza de

poder ingresar aunque sea al segundo tiempo. Pero a cada persona a la cual llegaba a solicitar

ayuda, recibía una respuesta negativa. Guardias privados de seguridad, otros hinchas, familias,

representantes de la concesionaria, otros policías, todos. Yo era el presunto culpable de aquella

situación, mi versión de los hechos era puesta en duda desde el primer minuto. “Alguna cosa

estabas pasando”, “algo tuviste que haber dicho”, “¿seguro que no tomaste nada?” fueron

algunas de las respuestas de quienes solicité ayuda. Finalmente un carabinero me vuelve amenazar

con el código 102 y me retiro, con odio e impotencia.

La amenaza del empleo de fuerza, la violencia latente, se ejerce en forma permanente a

través de la discriminación y exclusión, la persecución policial camino al estadio por andar con

camiseta es un ejemplo claro de esto. La amenaza policial, con el derecho de hacer y deshacer

prácticamente lo que les plazca, que el hincha no cuente con ninguna institución u organización

que los resguarde o apoye (aparte de la hinchada), son también otras expresiones de esta violencia.

Esta, tiende a naturalizarse incluso entre nosotros los hinchas, que asumimos la situación como

normal y olvidamos ejercer nuestros derechos. Una vez con la cabeza fría y reflexionando sobre el

hecho, pensaba que efectivamente jamás hubiese aguantado aquellas revisiones en algún otro lugar,

jamás hubiese permitido una injusticia tal sin reclamar durante el proceso, pero aquí si lo había

hecho.

No importa si vamos en cana, siempre al bulla seguiremos15

La situación recién descrita, nos lleva a otro plano de la argumentación. Las violencias, sea

cual sea su forma, establecen una relación directa entre el contexto social en el cual se desenvuelve

y las estructuras normativas y valorativas que definen la legalidad/ilegalidad o

legitimidad/ilegitimidad de esta. Estas normativas y legitimaciones son también parte de la

violencia simbólica.

Contamos con una estructura legal que sitúa al hincha como ejecutor exclusivo de violencia,

mediante una normativa que nos señala como el problema y un plan que nos niega la existencia

15Canción completa ANEXO 8

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53

como cuerpo social. Es necesario recordar que prácticamente solo han sido hinchas los procesados

por la Ley 20.84416, ninguno de los otros actores de lo que ahora autoridades llaman la comunidad

del fútbol desfilan por tribunales, a pesar de los altos niveles de abusos y represión que se viven en

los estadios.17

En el discurso de la autoridad, los hinchas aparecen tipificados como posibles infractores,

son ellos quienes no pueden entrar bombos, ni lienzos a los estadios, mientras que los clubes si

pueden. Es más, el PES exhorta a las sociedades anónimas hacer uso del derecho de admisión

contra aquellas personas que estas estimen convenientes (Albornoz 2015: 70)

La Ley establece la posibilidad de aplicar el derecho de admisión (la prohibición de ingresar

al estadio) de dos formas diferente, una es la aplicación del código 102, que lo aplica directamente

la concesionaria, a quien estime conveniente, y el código 101 que lo aplica la fiscalía, generalmente

ante delitos más graves. La nueva Ley amplió su aplicación ya no solo a los estadios, sino que a

cualquier contexto en donde pueda participar algún miembro de alguna hinchada. Traslados desde

y hacia el estadio, entrenamientos, banderazos, poblaciones, entre muchas otras. La arbitrariedad

en la aplicación de este artículo es preocupante, prácticamente cualquier persona que cometa alguna

infracción vistiendo uniforme de algún equipo puede ser procesado por la Ley. Hecho que no solo

puede costarle la prohibición de pisar cualquier estadio del país durante 4 años, sino que también

integra una serie de penas efectivas.

Uno de las grandes injusticias de la nueva Ley (aparte de que ciertos elementos están

permitidos para algunos y para otros significan pasar por las fiscalías) es que establece una moción

de agravamiento frente al delito; es decir, ante a un mismo delito existen condenas diferentes,

pudiendo hasta duplicarse las penas. Algo similar con lo que sucede con la conocida Ley Anti

Terrorista18 y su aplicación sobre el pueblo Mapuche. Este 2015, un reconocido hincha organizado

fue condenado a 100 días de presidio efectivo, por el hecho de intentar ingresar al estadio con la

cédula de otra persona, ya que AA ya había aplicado el código 102 sobre él.

16 “Derechos y deberes en espectáculos de fútbol profesional” 17En Abril del 2014, Jeason Silva, jugador de Colo Colo, fue procesado y condenado por la Ley, siendo este el único “otro actor”, aparte de hinchas en pasar por tribunales. 18 LEY N°18.314, para informarse más sobre esta y su aplicación leer Aylwin 2010

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54

La mayoría de las influencias de la Ley actual vienen directamente desde Europa,

principalmente de Inglaterra, y de cómo trataron con “la mano dura de la dama de hierro19” a los

conocidos hooligans. El hincha organizado siente que lo están buscando, y ante esto han derivado

diferentes mecanismos de resistencia, observatorios de derechos del hincha en el estadio, la

constitución de organizaciones con personalidad jurídica o demandas a las concesionarias

responsables de los espectáculos deportivos, entre otras.

Ni a la mentira de la televisión20

Dichos antecedentes en las dimensiones normativas, constituyen también grandes

influencias al aspecto valórico que finalmente termina por otorgar legitimidad a algunas violencias

ante la condena de otras. El hecho de que solo hinchas sean procesados por la Ley, crea un

imaginario de hincha violento, y lo sitúa como el único ejecutor de violencia, por ende único

responsable en el conflicto. Este imaginario es potenciado fuertemente por los medios de

comunicación.

“A través de la prensa se caricaturizan las situaciones que convienen para sus intereses,

nunca van a hablar de esas otras cosas que hacemos y que son positivas, nunca van a mostrar

nuestras navidades, ni la ayuda que llevamos a Valparaíso cuando se incendió o al norte... Aunque

tengan una sola imagen de violencia, van a usarla una y mil veces para legitimar su abuso de

poder…” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

El imaginario es potenciado bajo la figura de lumpen, según el discurso mediático se trataría

de individuos que nada tiene que ver con la cultura ni la comunidad del fútbol, es más, serían

delincuentes que concurren a la cancha con el único propósito de delinquir. El 18/07/2015, luego

de los incidentes ocurridos en Talca (describiremos este episodio detalladamente más adelante), el

diario La Tercera publicó en una de sus páginas una nota titulada “el nuevo perfil del Barra Brava”.

Dentro de los elementos para distinguirlos se encuentran los siguientes; son de corriente ideológica

anárquica, no tienen trabajo, asisten a barricadas y provocan caos en otros tipos de marchas, portan

armas blancas y/o de fuego, y consumen drogas y alcohol21.

19Las medidas que impuso el gobierno de Margaret Thatcher en Inglaterra por los años 90’. 20Canción completa ANEXO 21Ver ANEXO 2.

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55

Otro ejemplo mediático, luego de los incidentes entre Colo Colo y Santiago Wanderers,

TVN dedicó un programa22 solo para tratar la violencia en el fútbol. El sociólogo deportivo, Andrés

Parra, comentó en aquel reportaje: “estos mismos delincuentes que entraron a la cancha, son los

mismos que hacen los portonazos23, son los que te asaltan en la calle…”

La construcción de este enemigo público, repercute directamente en la definición de la

legitimidad de las violencias para la sociedad en general. Basta con preguntar a cualquier persona

en la calle su opinión sobre los grupos organizados de hinchas del fútbol, el hincha violento habita

en los imaginarios de la mayoría, siendo condenados por el común de las personas. De esta forma

se logra legitimar una violencia, ante la condena de otras, por ejemplo la justificación del actuar de

la fuerza pública, o el endurecimiento de las penas.

Ahora, este imaginario del hincha violento también tiene consecuencias para el mismo

grupo humano puesto en cuestión, produciéndose una internalización de aquel discurso. Este

proceso, a mi parecer, sucede en dos direcciones opuestas. Para unos este imaginario se internaliza

bajo la figura de un falso hincha, de que efectivamente hay gente que no ama al equipo, que no le

interesa que el equipo gane. Entonces emerge la desconfianza entre los de pares, produciendo una

división interna dentro de la misma organización de hinchas. Dos participantes del conversatorio

comentan sobre el tema:

“Una de las formas en que nos afecta la violencia es la división que se produce en la

hinchada por la misma violencia. El tema bengalas, por ejemplo, genera una pelea entre los

‘oveja’ y los ‘simios24’. Antes teníamos unidad, hoy estamos divididos. Es quizás el peor efecto de

la violencia. Cuando se abrieron los portones en Talcahuano porque el atochamiento de gente no

daba más, la gente trata de ‘simio’ a quienes lo hacen y no nos queda otra que responder a la

violencia.” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

“Durante las bengalas hacen repudio y se adjudican una autoridad moral del buen hincha.

Las personas están cansadas de sociabilizar, porque corren el riesgo de ser reprimidos y se

separan de los otros. Dan un paso al costado y se vuelven un buen consumidor. Esos buenos

22 El Informante 10/12/2015 23Acción delictiva que se ha popularizado en el país, concite en robar un auto al momento que ingresan o salen de sus hogares. 24Adjetivo despectivo que se utiliza para llamar un hincha, o cualquier lumpen, en general.

Page 57: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

56

espectadores no saben que existen un millón de cosas que nos llenan al ser hinchas. No podemos

dejar que nos apaguen la llama, hay que revivirla en las actividades sociales que hace lo que es

la hinchada de la “U”. (Conversatorio “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

Los hinchas identifican una situación de división, para la cual, ambos testimonios finalizan

con una acción que buscaría contrarrestar aquel escenario. Precisamente en estos relatos podemos

identificar un sentido de resistencia frente a una violencia que estigmatiza y termina legitimando

la expulsión de los hinchas organizados de los espacios del club y el fútbol en general. Para el

primer testimonio, no queda otra que responder a la violencia que recibimos. En Talcahuano

cerraron los portones del estadio CAP, dejando a miles de hinchas con sus entradas afuera, el

aglutinamiento de personas se hacía insostenible, hasta que los portones cedieron y la hinchada

entro en lo que se conoce como avalancha, golpeando a guardias y policías, quienes mantenían el

acceso cerrado.

De acuerdo con el segundo testimonio, la división entre el buen hincha y el falso hincha,

tiene que ver con la conversión de hinchas a consumidores. Sin embargo su llamado es a no dejar

que se apague el fuego de lo que es ser hincha, hace un llamado a revivirlo, en cada contexto en

que la hinchada se mueve.

“En el partido con la Unión Española, cuando se prenden las bengalas, la gente alrededor

pifiaba, pero al lado había un niño… ahí mismo… estaba vuelto loco de alegría saltando y

moviendo su bandera. Sin embargo el público lo está haciendo cómplice de un delito…él va a ser

criminalizado.” (Conversatorio “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)

El anterior comentario refleja la otra internalización del discurso. Los medios de

comunicación se concentran en emitir repetitivamente imágenes de incidentes, de las bengalas

encendidas, de las ilegalidades en general. Si se habla de las hinchadas, por lo general utilizan

imágenes en donde figuran elementos prohibidos, como las banderas, bombos o el artificio. Así,

este imaginario para otros se internaliza pero a modo de potenciarlo. Es decir le asigna valores

positivos, finalmente son aquellas prácticas las que figuran en los medios y también para las que la

cultura de la hinchada se le asigna mayor importancia. Se transforma entonces, de una manera a

destacarse en el medio.

Page 58: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

57

El piño al choque25

Las violencias directas, es decir los episodios de agresiones físicas de unos contra otros,

también reflejan estas tensiones entre códigos y resistencia, a pesar de que en su mayoría guardan

sus sentidos principalmente en los códigos culturales que los grupos dicen manejar. Estas suelen

ser las únicas condenadas y las que cuentan con mayor atención desde la academia. Tienen espacios

en las diversas maneras en que un grupo determinado se vincula con las diferentes estructuras micro

y macro social. En el caso de un grupo de la hinchada, por lo general, los autodenominados piños,

cómo se relacionan con otros grupos de la hinchada, con grupos de otras hinchadas, con la fuerza

pública, con los dueños del club, etc...

Para sus protagonistas, estas violencias toman forma principalmente a través de tres

situaciones, violencias con hinchas de otros equipos, violencia entre hinchas azules y violencia con

la policía.

La primera de estas, está condicionada directamente a los códigos, es la más estudiada por

las ciencias sociales y también la más difundida por los medios de comunicación. Sus

interpretaciones han ido a través de las teorías sobre la masculinidad, teoría del aguante, o las

teorías de la juventud. Cada cual tiene sus aciertos como también sus limitaciones. La

confrontación con un otro, es parte esencial para el componente identitario de muchas de estas

organizaciones, esto provoca que este tipo de violencia sea engrandecida por los grupos. Hoy en

día, es la principal forma de adquirir capital simbólico26 dentro de la hinchada, por lo cual el

principal acceso a la confianza y el respeto de los pares. Si determinada organización logra hacerse

de este capital simbólico, deberá adquirir también capital social27, para luego poder ascender dentro

de la jerarquía de la organización.

Más allá de las diferentes interpretaciones teóricas por explicar esta violencia, las violencias

entre excluidos suelen dejar un sabor amargo para quienes desde un pensamiento crítico

pretendemos colaborar a la trasformación de una realidad. Su incremento solo demuestra cuán

fragmentada se encuentra la sociedad chilena contemporánea, convirtiéndose este en un espacio

más de confrontación, que limita la posibilidad trasformadora que pudiese albergar.

25Canción completa ANEXO 8 26 Entiendase este como estatus, prestigio. 27 Alianzas con otro grupos

Page 59: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

58

“Todos sabemos que hay tanta o más violencia social en las poblaciones, en las calles en

toda la sociedad y no solo en el estadio. Lo que ocurre en el estadio es la confluencia de mucha

gente, que por lo tanto actúa como masa humana. Fuera del estadio, o un día martes en la mañana,

esa misma persona, ese ciudadano hincha que constituye ‘en la cancha’ una masa humana, sigue

estando en un clima de violencia, alimentado día a día por razones que escapan al mundo del

fútbol” (Albornoz; 2015: 72)

Las condiciones de pobreza y marginalidad por las cuales transitan varios de los colectivos

que son parte de las hinchadas, en medio de un sinfín de desigualdades que ofrece el Chile actual,

son ya factores bastante relevantes por si solos, a la hora de comprender las violencias. En este

sentido, el Club social y deportivo de la Universidad de Chile cumplía un rol real de integración a

la sociedad chilena. Con la privatización del Club, se cortaron los mecanismos de participación con

los que contaban los socios. Los espacios con los que contaba la hinchada también fueron cerrados,

como la Escuela Los de Abajo, sumado a un contexto de prohibiciones sobre las expresiones

culturales y carnavalescas de los hinchas, han contribuido a que finalmente la violencia directa sea

sino el único, el elemento primordial para adquirir capital simbólico en el grupo. A pesar de que

los espacios de participación dentro del club fueron coartados, la hinchada como organización ha

continuado su labor de integración sobre miles de nuevos miembros, quienes crecen y se forman

en este ambiente.

A modo de contrastar nuevamente con Colombia, una de las medidas adoptadas por sus

autoridades para la diminución de la violencia entre hinchas de diferentes equipos fue la de

fomentar la competitividad sana. Dentro de estas, se encuentran por ejemplo el carnaval,

permitiendo a los hinchas el uso de prácticamente todos los elementos de animación característicos

de las hinchadas en Sudamérica, incluida la pólvora. Actividades culturales y artísticas, también

son parte de esta competitividad.

Entre hinchas azules

La violencia entre hinchas azules se encuentra atravesada nuevamente por los códigos de la

barra. Los lienzos suelen ser el detonante principal, lo cual comprueba su poder simbólico dentro

del grupo. Los diferentes espacios para colgar los trapos van adquiriendo diferentes valores, según

su ubicación, principalmente por su visibilidad. Así, el alambrado se transforma en un espacio de

disputa, pues no cualquiera puede llegar y poner un lienzo, por lo general estos ocupan los mismo

Page 60: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

59

lugares partido a partido. En ocasiones, para tener un espacio, se requiere tener alguna alianza con

otra organización de hinchas. Esta situación deriva muchas veces en enfrentamientos entre

miembros de la misma barra. Violencias que por lo general son rechazadas por el parte de la

hinchada.

A la vez, el alambrado, representa un ejemplo de cómo los grupos pueden mantener alianzas

de cooperación entre sí. Hay partidos, por lo general en regiones, en que el número de lienzos

supera ampliamente la superficie para colgarlos, muchas veces en aquellas ocasiones, los grupos

generan alianzas, intercambiando los lienzos que se van poniendo en las rejas. Una forma de

cooperación a veces no tan amistosa, pero una manera de resolver o evitar conflictos.

Si el lienzo de algún grupo llega a ser robado por hinchas rivales, situación que a través de

las redes social se ha hecho mucho más visible y fácil de difundir, aquel grupo quedará con una

prohibición de volver a colgar su trapo en el estadio, pues según los códigos habría puesto en

deshonra a la totalidad de la hinchada. Evidentemente, la violencia directa es la forma de hacer

respetar esto.

Es importante recordar que hace unos años atrás esta situación no era tan recurrente como

hoy. Los lienzos estaban permitidos y el total del alambrado llevaba, por lo general, un solo gran

lienzo con alguna frase identitaria aludida al grupo o al rival. No había espacio para que cada

colectivo colgara sus lienzos. Esta situación aconteció también durante el año de investigación,

precisamente en los dos últimos partidos del campeonato, en donde a través de conversaciones con

la concesionaria se pactó el ingreso de ciertos elementos, entre ellos un lienzo “oficial” y una

bandera gigante. Se puede observar, nuevamente, como el contexto político-social tiene

repercusiones sobre las violencias ocurridas en la galería.

La estructura vertical que posee la barra también es responsable de muchas de las violencias

ocurridas entre pares de la hinchada. Muchos de los elementos que atraviesan estas disputas fueron

descritas durante el capítulo II. Las disputas por la apropiación del capital simbólico y la exaltación

de algunos conceptos son claves para comprender estas violencias. Si bien los conflictos entre

hinchas organizados por el liderazgo de la barra han ocurrido en la galería, no fue el caso durante

este año de investigación. Estas violencias por lo general, han estado presentes en momentos

específicos y de forma esporádica hasta que los conflictos son “resueltos”, pero en ningún caso

Page 61: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

60

alcanzan a tener la relevancia ni la constancia que ha adquirido en otros países, por ejemplo, en

Argentina o Perú.

Contra los pacos somos los primeros28

La última situación en cuanto a la violencia directa tiene relación con los enfrentamientos

con la policía. Como ya se mencionó, la violencia entre hinchas y policías es probablemente la más

recurrente en torno al estadio. Esta tiene para los hinchas una connotación relevante, el

enfrentamiento con la fuerza pública adquiere un status simbólico de alto grado. En primer lugar,

por las condiciones de desigualdad del enfrentamiento, que por lo general confronta a fuerzas

especiales, quienes tienen ropa con protección, cascos, escudos, lumas, entre otros elementos,

frente a hinchas que la mayoría de las veces no se encuentran armados, sino que dependen de los

elementos que puedan encontrar en el mismo momento de la confrontación. En segundo lugar,

porque la lucha también es desigual ante la Ley, ningún personal de Carabineros ha sido procesado,

ni sancionado, en situaciones de abuso y extrema violencia. En la otra vereda, los hinchas que

llegan a ser detenidos en estos escenarios, son procesados y sancionados con la rigurosidad de la

Ley.

Así la confrontación con la policía se trasforma en uno de los elementos que mayor capital

simbólico otorga a quienes la practican, demostración de una de las principales manifestaciones

del aguante. Por aquello esta violencia engrandece a los grupos que combaten físicamente a la

fuerza pública. Esta violencia ha sido constante desde la formación de la barra, se identifica en la

policía un enemigo de los hinchas, por lo cual también estas acciones están atravesadas por un

sentido de resistencia, a quienes nos atacan domingo a domingo.

Un episodio ocurrido 16 de julio de 2015, es la demostración empírica de muchas de las

violencias directas descritas en este capítulo. Mi presencia en aquel partido en Talca, fue clave para

plantear muchos de los elementos principales sobre las significaciones a las violencias, lo que

denominé “entre códigos y resistencias”. Los hechos que ahí ocurrieron, junto con los posteriores

testimonios de hinchas sobre lo sucedido, grafican de manera ejemplar el sentido de las violencias.

El contexto en cual se jugó este partido, otorgó una riqueza extra al conflicto. Se jugaban las

primeras fechas del balompié nacional, luego de la culminación de la Copa América 2015, la cual

28Canción completa ANEXO 8

Page 62: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

61

finalizó sin incidentes en las galerías y con un comportamiento destacable, según autoridades y

medios.

Al borde de la tragedia

Era una tarde de invierno que se jugaba en el estadio Fiscal de Talca, U de Chile enfrentaba

a Rangers, por la segunda fecha de la fase de grupos de la Copa Chile. Aquella semana había estado

marcada por una seguidilla de incidentes que habían obligado a suspender más de un partido, lo

que contrastaba abismalmente con la realidad vivida solo unas semanas atrás durante la Copa

América. Los estadios de estándares internacionales, no habían dado abasto para recibir a las

hinchadas nacionales, quienes ante los grandes descuidos que las autoridades dejaron pasar, se

enfrentaron en batallas en varias localidades del país. El partido de la U no sería la excepción.

Desde un comienzo el viaje era tenso, era el primer partido fuera de Santiago de la U en

varias semanas, se sabía que la hinchada llegaría en gran número. El ingreso al estadio ya hacía

presagiar lo que ocurriría posteriormente: entradas totalmente saturadas de gente y, largas filas que

eran formadas a lumazos por la policía. La puerta que estaba preparada para recibir el grueso de la

hinchada no media más de 1,5 metros, se podía pasar de a dos personas, cuando por momentos

miles esperábamos afuera. Logré ingresar y situarme en un puesto más o menos cómodo, al menos

veía la cancha. La situación en el ingreso no mejoraba, por el contrario, dos avalanchas terminaron

por copar la galería con gente y provocar el refuerzo del contingente policial para el definitivo

cierra de las puertas, quedando mucha gente con su entrada afuera.

Ya adentro del estadio el ambiente se transformó, la amplia mayoría de hinchas azules

permitió que el aliento al equipo fuera constante y que nos convirtiéramos en los protagonistas de

la fiesta. Adentro no habían policías y el mal rato del ingreso se olvida con el resultado a favor de

nuestro equipo, 2-0 indicaba el marcador en el momento que finaliza el primero tiempo. Durante

gran parte del partido, varios hinchas que se ubicaban a un techo que se encuentra en la parte

superior de la galería, colgaron sus lienzos y observaron el encuentro desde ese sector.29 El techo

en el cual se encontraban los hinchas colindaba con la galería del equipo rival, creando una especie

de pasillo que conectaba a ambas hinchadas.

29Ver Anexo 3

Page 63: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

62

Faltaban solo minutos para que iniciara el segundo tiempo, y comenzó una pelea en el techo,

dos miembros de “Los Rojinegros”, la hinchada de Rangers, subieron al techo y se enfrentaron

con un hincha azul. El lugar de la pelea era un lugar muy visible, se podía ver desde prácticamente

todas los sectores del estadio, además que estaba justo en frente de las cámaras que transmitían el

partido, lo cual posibilitó que fuera grabado y transmitido con lujo de detalles. El asunto fue que,

a la vista de todos y todas, el hincha azul perdió la pelea, posibilitando el robo de un lienzo que se

encontraba en el techo por parte de los hinchas de Rangers, quienes luego de tomar la tela bajaron

y volvieron a refugiarse en su galería.

Aquel instante se sintió como el estallido de una bomba para la gente de la hinchada de la

U. Las rejas que separaban las barras fueron derribadas, la guerra se desató en segundos. El hecho

de que se perdiera un lienzo, que más allá del piño que pertenecía, llevaba los colores que

representan a la totalidad de la hinchada, constituía un deshonor para la barra y, peor aún, a la vista

de todos. El poder simbólico que posee para el grupo el lienzo, provocó una reacción colectiva a

atacar a la hinchada rival, pues bajo este entendimiento, había que recuperar la honra del grupo.

Miles de asientos sirvieron como proyectiles para quienes, enardecidos ante aquella

situación, buscaban atacar a los responsables de robo. En minutos la situación ya era insostenible

e ingresaron numerosos piquetes de fuerzas especiales para acrecentar aún más la gravedad de la

situación. Ante la imposibilidad de llegar hacia la hinchada rival, el escenario otorgó una nueva

oportunidad para “recuperar la honra y demostrar el aguante”. Muchos nos acordamos de los golpes

que recibimos al ingresar, del aglutinamiento y del caos, que ameritaban una ejemplar revancha,

que parecía imposible de evitar.

Ya en ese momento el partido se encontraba suspendido, y los enfrentamientos con la

policía en la galería coaptaban toda la atención, tanto de los jugadores quienes desconcertados

trataban de calmar la situación desde la cancha, como de los medios quienes nuevamente tenían la

oportunidad de mediatizar en alta definición el enfrentamiento. Los efectivos policiales se vieron

altamente sobrepasados por una masa enfurecida que lanzaba lo que encontraba.

Muchas de las personas que intentaban evacuar la galería (por la única puerta, donde cabían

dos personas) quedaron atrapadas siendo apretados contra la reja de contención. Hasta que lo peor

sucedió, ante las constantes idas y venidas del combate con fuerzas especiales, la reja cedió,

dejando caer al pozo de contención a cientos de hinchas que se asfixiaban ante la estampida de

Page 64: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

63

gente que huía de los incidentes. La imagen bordeaba la tragedia, la desesperación gobernaba la

situación, la gente invadía la cancha en busca de ayuda, de ambulancias que pudieran trasladar a

los pares que estaban inconscientes. Mientras tanto, en la galería, unos pocos seguían enfrentándose

a la policía.

Yo me ubicaba en la cima de una reja, que por suerte no fue una de las que cedieron, me

dediqué a observar con cuidado y a ayudar a subir niños, quienes en la desesperación de sus padres

me pedían que los levantara y los colocara al otro lugar de la reja donde podían estar a salvo de la

estampida humana.

El estadio fue evacuado, y la sensación era extraña. Los testimonios posteriores por parte

de miembros de la hinchada, presentes aquel día, daban a entender que pese a haber perdido una

batalla (el lienzo), habíamos ganado la guerra. Desde la lógica de sus protagonistas, el

enfrentamiento con la policía, habría posibilitado demostrar que LDA, es una hinchada brava, a la

cual no se le puede faltar el respeto, sin esperar alguna reacción violenta. Muchos justificaban la

reacción en contra de Carabineros por las represalias recibidas en el ingreso, o simplemente por la

persecución constante. No siempre se dan las condiciones para golpear públicamente a un piquete

de policías, y esta había sido la ocasión. Poniendo en la palestra la resistencia, como lucha constante

contra la represión personificada en la fuerza policial, aportando al estatus de la barra con el poder

simbólico que tiene para el grupo este tipo de violencia.

Por supuesto que los otros códigos descritos anteriormente cayeron con rigurosidad sobre

el grupo aludido en aquel lienzo, también sobre la individualidad de aquel hincha que perdió la

batalla. Lo cual derivó en algunos incidentes durante los partidos posteriores. Las reacciones

posteriores de los medios, como ejemplificamos anteriormente con esta misma situación,

provocaron también en los hinchas una serie de reacciones a las que los mismos reconocen como

un ataque, trasladando así el eje interpretativo nuevamente a la resistencia.

Consideraciones finales

Para ir cerrando el capítulo III y pasar a las conclusiones generales de la tesis. A través de

los testimonios y comportamiento de los diferentes grupos de hinchas durante el 2015, logré

identificar una amplia gama de otros tipos de violencia que los mismos protagonistas reconocen

como tales. Los respectivos contextos de cada violencia contribuyen también a los diferentes

significados que los hinchas le asignan a cada violencia. Es importante también destacar que

Page 65: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

64

evidentemente estas no son todas las violencias que se desenvuelven en este espacio. He preferido

darle prioridad a las identificadas por los propios protagonistas. Sin embargo, como investigador,

también me he percatado de otras violencias, que para los y las hinchas muchas veces pasan

inadvertidas, como por ejemplo la violencia de género. Pese a que esta se vive de manera constante

en el mundo del fútbol, ya que el rol de la mujer es constantemente desvalorizado, poniendo en

cuestión su capacidad de tener aguante, y a que el conversatorio realizado contó con una alta

participación femenina, esta violencia no fue nombrada ni discutida por nadie.

Sobre las violencias nombradas, transitaron constantemente entre códigos y resistencias,

situaciones que no serían posibles de explicar sin estas significaciones otorgadas por sus

protagonistas. La expulsión del hincha de la comunidad del fútbol a través del proceso de

privatizaciones de los clubes sociales deportivos, y posteriormente a la implementación del Plan

Estadio Seguro y las modificaciones de la Ley 20.844, son comprendidas como parte de la violencia

estructural que vive el hincha. La resistencia se transforma en la manera de darle un sentido aquel

contexto, que ha derivado en una serie de nuevos procesos que hinchas organizados han llevado en

adelante y que será necesario analizarlos en su transcurso para ver cuales pudiesen ser sus alcances.

Las persecuciones sufridas en las actividades relacionadas a la hinchada, las revisiones

minuciosas al ingresar al estadio y la constante amenaza policial, forman parte de la violencia

latente que el hincha sufre a diario. Esta violencia es normalizada por el hincha, y permeada por el

código barra de la incondicionalidad. Violencias que deben de soportarse para poder ver al equipo,

y continuar el lazo afectivo.

La estructura legal que sitúa al hincha como único infractor y responsable de los conflictos

que se viven en los estadios, se ha endurecido planteando sanciones más radicales que incluyen

penas efectivas. La mediatización de la imagen del hincha violento, como único actor al cual se le

cuestiona dentro de la comunidad del fútbol, contribuyen a las legitimaciones sociales de ciertas

violencias, ante la condena de otras. Tanto la estructura legislativa como valorativa que define

quienes pueden ejercer violencia y quienes no, como así también la función que cumplen los

medios de comunicación para tratar el tema de las hinchadas, son partes de la violencia simbólica.

Aquella imagen es también interiorizada en la barra, provocando dos efectos diferentes, uno

asignándole connotaciones negativas y otras positivas. Ambas finalmente terminan por contribuir

a la división interna de LDA.

Page 66: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

65

Los piños de choque, son aquellos grupos que viven en carne propia la violencia física,

principalmente a través de tres situaciones, peleas con hinchas rivales, con mismo miembros de la

barra y con la policía. La mayoría de estas violencias guardan sus sentidos en los códigos que se

manejan en la hinchada, siendo hoy, los lienzos los principales elementos detonadores. Las disputas

internas por los liderazgos también toman protagonismo a la hora de comprender la violencia entre

miembros de la barra. La lucha con la policía transita más evidentemente entre ambas

significaciones, los códigos y las resistencias. Esta aporta un status simbólico relevante y hacen

gráfica la resistencia.

Ante este panorama de violencias y respectivas interpretaciones, me referiré a modo de

cierre final a algunas proyecciones a partir de las violencias descritas en este capítulo, abarcando

las artistas y desafíos políticos, intentando dar sugerencias, pistas investigativas y proyecciones

para posibles transformaciones a esta realidad.

Capítulo IV: Conclusiones

A partir de los resultados presentados, expondré las conclusiones finales volviendo hacia el

objetivo principal y las preguntas de investigación. Luego analizaremos los posibles aportes

teóricos, metodológicos y políticos de este estudio, realizando un breve recuento sobre el

planteamiento teórico-epistemológico y una reflexión sobre mi posicionamiento como hincha-

investigador. Finalmente, discutiré sobre algunas proyecciones que se abren a través de los

hallazgos de este estudio, integrando aristas políticas y judiciales e intentando dar sugerencias,

pistas investigativas y proyecciones para posibles transformaciones sobre la realidad estudiada.

Retomando los objetivos y las preguntas de investigación

La siguiente investigación partió de la interrogante por conocer las formas de violencia a

las cuales se veían expuestos las y los miembros de la hinchada Los De Abajo. A su vez, se

pretendió conocer los significados que los protagonistas le otorgaban a cada una de sus diferentes

manifestaciones. Así me propuse como objetivo general el describir y comprender las formas

actuales de violencia y los sentidos atribuidos a ella en la barra anteriormente nombrada, en medio

de un contexto donde se señala y se piensa al hincha sólo como ejecutor de violencias y nunca

Page 67: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

66

como receptor de esta. Es por eso que la perspectiva adoptada para cumplir dicho objetivo,

comienza en la necesaria distinción de reconocer a la violencia como un entramado de relaciones

que toma diferentes expresiones, situando a sus protagonistas en medio de tensiones dinámicas y

multidimensional de factores estructurales, institucionales, culturales y situacionales.

He intentado superar aquellas teorías que entienden la violencia en las hinchadas de manera

superficial y naturalizada, es decir, como actos individuales aislados producto de desviaciones

patológicas o resultado de un impulso instintivo y a la vez tomado una distancia respetuosa sobre

las perspectivas que la entienden como fenómeno colectivo intrínseco a la condición de las

organizaciones de hinchas o a cierta edad relacionada a la juventud, como también a la auto-

afirmación de la masculinidad, desde las cuales no se dan alternativa alguna de transformación

social. Teniendo a la vista la posibilidad de emancipación de todos quienes nos vemos envueltos

en las diferentes violencias, trataré de concluir y aportar ciertos elementos sobre el conflicto de las

violencias en el fútbol chileno desde una perspectiva socio-histórica y centrada desde quienes las

viven en primera persona.

Pertinencia de los estudios actuales con respecto a la violencia en las hinchadas de fútbol

Los alcances que propuse en el proyecto de investigación que sentó las bases de esta tesis,

me situaron ante un problema nuevo, que no había sido considerado en un comienzo dentro de los

objetivos de este trabajo. Para identificar las formas de violencias que atraviesan a este grupo

humano, en primer lugar tuve que plantearme una primicia central y básica: ¿Quiénes componen

“Los de Abajo” y como son sus relaciones? Ante la inminencia de encontrar un sustento teórico

en la extensa bibliografía sobre violencia en hinchadas, me vi en la necesidad de volver a analizar

ciertos conceptos y premisas, para evaluar la pertinencia de estos en el contexto actual. Así, en el

capítulo II: discutiendo en la noción de hinchada, planteo que existen ciertas desconexiones entre

lo que plantea la academia con el acontecer actual de una de las más grandes hinchadas en Chile.

En primer lugar, destaqué la urgencia de observar nuestras realidades en el acontecer

futbolístico bajo nuestros propios matices, haciendo énfasis a los contextos locales. La

incorporación académica de los conceptos de aguante y barra brava en Argentina para interpretar

nuestra realidad, no han aportado elementos significativos para la comprensión de los grupos

Page 68: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

67

organizados de hinchas. En su contraparte, han contribuido a la estigmatización de estos colectivos,

situando a la violencia como su mecanismo primordial de cohesión.

Dicha tesis plantea que existen, dentro de cada hinchada, elementos valóricos e ideológicos

que consolidan los procesos identitarios en cada colectivo. Aquellos aspectos serían los

aglutinantes del grupo. Considero necesario el desarrollo de investigaciones focalizadas en

identificar aquellos elementos claves en cada barra, estos resultados podrían contribuir

considerablemente a la comprensión de la realidad de las hinchadas y podrían posibilitar un dialogo

fructífero.

En efecto, al observar y participar en Los De Abajo con el primer fin de comprender su

composición, constaté la existencia de una heterogeneidad interna en la hinchada, que escapa en

general a las descripciones aportadas por los estudios sociales. Los de Abajo está compuesta por

una gama de organizaciones, de las cuales se describieron dos, las territoriales (las más clásicas y

mejor descritas, sino únicas, por la academia) y las políticas, colectivos donde los elementos de

cohesión son ideológicos. Sin embargo, se destaca la posibilidad de encontrar otro tipo de grupos,

cuyas razones de agrupación pueden ser aún más variadas. Todos estos grupos mantienen en sus

relaciones, rivalidades y alianzas, lo que a través de la adquisición de capital simbólico y social,

van determinando el posicionamiento dentro de la jerarquización y el liderazgo de la hinchada.

Los diferentes tipos de violencia y sus respectivos contextos

El grueso de esta investigación transitó, en primera instancia, en identificar las diferentes

formas de violencia que se materializaba en la vida de las y los hinchas. Para responder las dos

preguntas centrales ¿qué tipos de violencias se desenvuelven en este espacio? y ¿en qué contextos

se desarrollan las diferentes formas de violencias?, la observación participante se trasformó en la

herramienta primordial, situándome en diferentes circunstancias a lo largo de un año de trabajo de

campo.

El modelo interpretativo de las violencias me acercó a la perspectiva Emic, fue de gran

pertinencia para el estudio, pues permitió identificar una gran cantidad de formas de violencias y

comprenderlas en sus respectivos contextos, sin embargo es necesario aclarar que evidentemente

existen violencias que quedan fuera de este marco interpretativo.

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68

En primer lugar, es necesario comprender las violencias en el contexto político y social

chileno, bajo un sistema de privatizaciones de los bienes públicos y una desconexión abismal entre

las demandas civiles o de los movimientos sociales y la estructura político-institucional. Así la

violencia estructural se trasforma en el primer elemento necesario para la comprensión de las otras

formas de violencia. Para el escenario particular, la privatización de los clubes sociales y deportivos

y las condiciones de pobreza y desigualdad en las cuales viven muchos de los integrantes de estos

grupos, se transforman en otros tantos aspectos fundamentales a la hora de comprender los

fenómenos de violencia asociados al fútbol.

La denominada violencia latente significó un acierto teórico, pues durante la investigación

los protagonistas comentaban la presencia de un tipo de violencia que no coincidía con ninguna de

las definiciones de violencia utilizadas hasta ese momento respecto del tema. Así, la incorporación

de este concepto me ayudo a identificar esta violencia que se ejerce de manera constante desde los

poderes económicos y políticos, materializada a través de la exclusión y la discriminación del

hincha organizado.

Potenciando aquellas acciones, la violencia simbólica viene a otorgar legitimidad y

legalidad a la violencia ejercida en contra de los hinchas, y a su vez ilegalidad y deslegitimación a

la violencia que emana desde los hinchas. La estructura legal, sus influencias en la idealización de

los modelos europeos y el rol de los medios de comunicación en las apreciaciones valorativas del

común de la gente, serían sus expresiones principales, posibilitando la construcción de un enemigo

público, encarnando en los jóvenes de sectores populares que constituyen el grueso de la hinchada

organizada de los clubes de fútbol.

Por último, la violencia directa, que para los protagonistas toma tres formas diferentes: 1)

entre hinchas de la misma hinchada, en donde los liderazgos y el clima de prohibiciones sobre las

expresiones culturales, son dos grandes factores para comprender su contexto; 2) con hinchas de

otros equipos de fútbol, en donde la fragmentación de la sociedad chilena se encarna en la violencia

de unos contra otros; 3) y la violencia desde y contra la policía, en donde el clima de represión y

hostilidad en el cual se vive en los estadios aportaría elementos suficientes para la justificación de

sus protagonistas.

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69

Sentidos atribuidos a las violencias

El segundo gran pilar de la investigación suponía concentrarse en las interpretaciones que

los protagonistas otorgan a las violencias previamente identificadas. Para responder esta pregunta,

fue primordial el conversatorio realizado y los viajes a partidos en regiones, obteniendo un

testimonio de primera mano sobre los sentidos que los individuos le otorgan a las violencias

asociadas a la pertenencia a una hinchada de fútbol.

La información recopilada aquí, fue fundamental proporcionando incluso el título de esta

tesis. Entre códigos y resistencias, representan los sentidos atribuidos por los miembros de la

hinchada a las violencias que se ven expuestos, y son categorías que derivan de sus propios

testimonios. En lo que respecta a los códigos, estos refieren a las violencias que se condicionan a

ciertos pactos de honor que los grupos dicen manejar, estos estarían directamente relacionados con

la cultura de estadio, de hinchada y darían sentido a varias de las violencias descritas. Por otro lado,

las resistencias son significaciones que los hinchas otorgan a aquellas violencias vinculadas al

proceso de exclusión y discriminación que viven actualmente.

Los sentidos atribuidos a las violencias, están en un constante transitar en los códigos y las

resistencias. Cada una de estas guarda una complejidad particular, algunas adquieren ambas

interpretaciones, otras guardan sus significados solo en una de estas. Así, código o resistencia, o

ambas significaciones, dan sentido a las violencias que los barristas viven en su cotidiano.

Ante el despojo de los socios del Club de Fútbol Universidad de Chile luego de su

privatización, el cierre de los espacios con que contaba la hinchada, y el Plan Estadio Seguro con

sus prohibiciones, las resistencias se materializaron de variadas formas, dando paso a nuevos

procesos sociales en la organización de las hinchadas de fútbol. La constitución de organizaciones

con personalidad jurídica, las luchas por recuperar el club en manos de la sociedad anónima, el

ingreso de elementos prohibidos o violencias directas contra autoridades, pueden ser algunos

ejemplos.

Aquellas resistencias también están permeadas por los códigos del mundo de la barra, por

ejemplo, por las connotaciones positivas que tiene para el grupo ingresar elementos prohibidos o

combatir contra la policía. Otras violencias que refieren a las resistencias son las violencias latentes

y directas a las cuales los hinchas somos víctimas, y que se encuentran atravesadas por el código

Page 71: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

70

de la incondicionalidad. Así las violencias recibidas son normalizadas por los hinchas y deben de

ser soportadas para encarnizar “el que nunca fallaremos”.

Las estructuras legales y valorativas sitúan a la violencia simbólica en la misma tensión

entre ambos sentidos. Existen resistencias a estas expresiones, como observatorios jurídicos y de

derechos del hincha o grupos que trabajan por cambiar el imaginario del hincha violento. Pero a la

vez, aquella imagen potenciada desde los medios de comunicación y que influye directamente en

las legitimaciones de las violencias, es interiorizada por miembros de la hinchada, tanto positiva

como negativamente, aportando a la división interna del grupo.

Las violencias directas se encuentran en su mayorías permeadas por los códigos, salvo la

lucha física con la policía que también adquiere sentidos de resistencia. Los enfrentamientos con

otros hinchas, guardan sus sentidos más profundos en aquellos códigos de rivalidad, que otorgan

capital simbólico a los grupos. A la vez la violencia entre hinchas de la misma hinchada estaría

condicionada principalmente a los códigos de los lienzos y a las luchas y alianzas establecidas en

la estructura de poder de la hinchada.

Aportes de esta investigación:

1) Aportes teóricos

Los aportes teóricos de esta tesis radican, a mi parecer, en la perspectiva en cómo abordar una

problemática ya recurrente para las ciencias sociales como es el de la violencia en las sociedades

modernas. La voluntad transformadora de dicho proyecto marca una clara tendencia en cómo

abordar el estudio de la violencia en las hinchadas de fútbol.

Humildemente, desde mis herramientas teóricas y metodológicas, me esmeré en tratar de

reducir la distancia en la relación entre teoría y práctica, intentando a través de la investigación

social alimentar las prácticas futuras transformadoras que pudiesen tener curso a través de las

hinchadas de fútbol en el continente latinoamericano. El ejercicio de observarnos desde y para

nosotros, alejándome de las nociones eurocéntricas, constituyó no solo un aporte de esta

investigación, sino que un desafío a futuro. El ser capaces a través de la academia de

retroalimentarse con las luchas y demandas sociales que se encarnar en nuestros territorios,

representan sino el mayor desafío para una perspectiva desde el sur.

La revisión de la bibliografía sobre el tema me llevó contantemente a la reformulación de

mi proyecto, donde muchas de las interpretaciones sobre los fenómenos analizados aspiraban a

Page 72: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

71

establecer conclusiones de carácter general. Ciertamente me cuesta entender la relación entre los

hooligans y sus violencias con lo que ocurre en nuestros aconteceres. Esta ceguera de la teoría, no

solo se materializa en como abordamos el problema académicamente, sino que también en como

país elaboramos y aplicamos la política pública y en este caso de seguridad.

A la vez, el plantearse desde una perspectiva que aboga por la valoración de aquellas

visiones que son excluidas del discurso hegemónico, posibilita la puesta en valor y como propuesta

de trabajo, el espacio de la hinchada de fútbol, como un lugar que materializa aquellas voces

marginalizadas, aquellas versiones subalternas a la modernidad.

Aquellas marginaciones que son producidas bajo el mismo razonamiento eurocéntrico, me

permiten plantear a las hinchas del continente latinoamericano como un espacio de resistencia a

aquella modernidad de pretensión universal. La modernización del fútbol se ha instaurado como

proceso global. El fútbol es un deporte mundial, prácticamente todos los países del globo lo juegan.

El valor que han adquirido las ligas y los clubes de Europa como mega eventos deportivos, son

realmente impactantes a nivel mundial, sobre todo a la hora de analizar los territorios coloniales.

El hemisferio sur ha sido colonizado a través del fútbol, no resulta difícil encontrar hinchas de los

más exitosos clubes europeos, en países africanos, asiáticos u orientales, lo que contrasta

abismalmente con la casi nula adhesión u desarrollo futbolístico local de estas mismas naciones.

Las ligas europeas son transmitidas y admiradas de manera global, encontrando seguidores en los

más variados territorios.

El continente latinoamericano no ha sido penetrado del todo, pese a la contante

mercantilización global del fútbol y de sus prácticas. Nuestras ligas siguen siendo las de principal

interés para nuestros habitantes, las hinchadas como organizaciones, continúan siendo uno de los

componentes que logra mayor cohesión a nivel urbano. Lo cual me permite pensar a estos grupos

también como escenarios de resistencia cultural.

El escenario que entregó Chile el 2015 es ejemplificador al respecto. Los contrastes entre

el público asistente a la Copa América, quienes observaban el partido sentados, respetaban el himno

del rival, hacían mosaicos30 y comían hamburguesas, frente a quizás uno de los años más violentos

30Expresión artística que se utiliza en los estadios europeos en donde cada asistente levanta una parte de una gran figura.

Page 73: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

72

en cuanto a las hinchadas del campeonato local, nos contrastan ambos procesos. El público que si

ha sido colonizado y el que no.

“En el primer partido de la Copa América en el Estadio Nacional el público representó al

‘Chile que todos queremos’. Cuando se interpretó el himno nacional de Ecuador, el público guardó

respetuoso silencio y muchos levantaron una tarjeta verde que les habían dado como testimonio

de que, a diferencia de siempre, no iban a silbar la canción nacional del adversario.

Hubo quejas porque en el curso del partido el público estaba bastante silencioso. Es que

era gente tranquila y civilizada, que no está acostumbrada a gritar todo el tiempo. Nadie lanzó

objetos a la cancha ni fue preciso usar grandes paraguas o quitasoles para proteger a los

jugadores ecuatorianos que iban a servir un tiro de esquina.

Ese público chileno no se diferenciaba en su comportamiento del de cualquier país

civilizado del norte de Europa. Entonces por unanimidad dijimos que ése era “el Chile que todos

queremos””. (Pérez de Arce; 14/06/2015)

Más allá de la posición conservadora de quien escribió esta columna, grafica a grandes

rasgos la situación comentada. En nuestro país, la construcción de la barra brava como enemigo

público, ha posibilitado la exclusión de los grupos organizados de hinchas de cualquier esfera. En

las mesas de trabajo levantadas por el gobierno, se encuentran las más diversas organizaciones que

participan de la comunidad del fútbol; vecinos colindantes a los estadios, árbitros, municipalidades,

los clubes, el ministerio, entre otros. Sin embargo, sarcásticamente, ningún grupo de hinchas

organizados. Nuestra ausencia en la planificación de cualquier evento no solo resulta

incomprensible, sino que también irrisoria, finalmente somos nosotros quienes damos vida a este

espectáculo y quienes asistimos domingo a domingo a los estadios del país. La condición se asume

como insuperable y como natural, somos quiénes no clasificamos para la inclusión social, quienes

nos apartamos (de acuerdo a su interpretación), por voluntad propia de la comunidad del fútbol.

En fin, el visualizar aquellas violencias constituye la muestra de una realidad que

evidentemente no es algo nuevo, ni que haya sido descubierto por mí, pero ha sido producida como

no existente. Pese a que cualquier hincha organizado podría dar cuenta de los diferentes tipos de

violencia a los cuales se ven expuestos. O sea, algunas violencias son destacas y condenadas, las

de los hinchas entre si y, por supuesto, en contra de la policía. Otras son simplemente ignoradas

como la violencia de la policía, que aparece como fuente permanente de restauración del orden; y

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73

la violencia latente que ampara la exclusión de amplios grupos de personas en la sociedad chilena,

en este caso, de jóvenes de sectores populares crecidos al amparo del modelo neoliberal.

2) Aportes metodológicos

A modo de concluir sobre mi trabajo metodológico ya con la investigación finalizada, es que

me gustaría rescatar mi posicionamiento como investigador. Para el presente tema en estudio,

sensible socialmente ya que las pulsaciones suelen ser fuertes cuando se habla o se vive la violencia,

considero que mi posicionamiento como hincha-investigador me otorgo muchas virtudes.

Muchas de estas violencias no podrían ser entendidas sin la experiencia que tengo como hincha.

Y no me refiero al año de trabajo de campo con el que cuento en esta investigación, sino que me

refiero a mi experiencia de vida. Dudo que el trabajo de campo por un año sea suficiente para

comprender esta realidad. La riqueza informativa a la cual me permite llegar mi posicionamiento

a través de mis experiencias y contactos anteriores, me parece que sobrepasa cualquier metodología

rigurosa. Las vivencias entre pares, es decir de igual a igual, entregan una confianza que es difícil

de conseguir de otra forma.

Sin embargo, pese a los aspectos positivos que rescato de mi posicionamiento en cuanto a la

riqueza informativa a la cual me permite acceder y comprender, en el momento de trabajar con

aquellos elementos es que me he visto limitado.

Mi posicionamiento y trabajo como hincha, no se limita a esta tesis, de hecho, la considero

como un inicio. El estar inmerso dentro de la hinchada me sitúa en un complejo dilema entre lo

qué puedo y lo qué no puedo decir. Evidentemente hay cosas que no puedo escribir públicamente,

por más académicas o transformadoras que sean mis intenciones. Ciertas situaciones o testimonios,

que por lo general transitan por la ilegalidad, me serían imposibles de trabajarlas bajo este medio,

pues estaría faltando gravemente a los códigos de la hinchada, pudiendo ser visto como traidor.

Esta situación me posicionó muchas veces en momentos complejos, pero finalmente supe darle

coherencia y redactar con los elementos necesarios.

Considero que no existe un posicionamiento ideal para la investigación antropológica. Cada

estrategia metodológica utilizada guarda sus virtudes y defectos, entregando ventajas y desventajas.

Considerar solo una posición como válida me parecería un error teniendo en cuenta los tiempos

por los cuales transita la producción antropológica actual.

Page 75: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

74

3) Aportes políticos

Durante el análisis de la información producida en esta investigación me he encontrado con

aspectos relevantes que subyacen tanto a los capítulos II y III de esta tesis. En la redacción de estos,

enfocado en los objetivos de esta investigación, me topaba con el hecho de como el contexto

político tiene repercusiones directas sobre las violencias que tiene espacios en torno al fútbol.

Discutiendo en la noción de hinchada, me permitió darme cuenta cómo el contexto de

prohibiciones sobre las expresiones culturales de los hinchas afecta y condiciona las apropiaciones

sobre conceptos que los mismos hinchas manejan. Qué es tener aguante y qué es ser Barra Brava,

es algo en constante transformación. Pudimos evidenciar cómo aquellas apropiaciones en su

momento exaltaron más aun las diferencias entre grupos, produciéndose así divisiones al interior

de la hinchada y enfrentamientos violentos.

Las prohibiciones establecidas desde el Ministerio del Interior han llevado a volver a significar

y otorgar nuevos valores a las mismas prácticas que tenían lugar en el estadio en el pasado.

Entregando a los hinchas un nuevo escenario y posibilitando nuevas violencias en las galerías. Así,

las bengalas son hoy en día un tema de conflicto al interior de la hinchada, como también la

situación de los lienzos descrita durante el capítulo III.

El contexto político que posibilitó y llevó a cabo las privatizaciones de los clubes deportivos

también es responsable directo de muchas de las violencias que se encarnan a través del fútbol. La

eliminación de la categoría de socio y el cierre de los espacios con los que contaba la hinchada son

dos antecedentes muy relevantes a la hora de comprender estas violencias. Hoy en día, el hincha

ha quedado sumergido en un ambiente en donde su único espacio de socialización y participación

es la hinchada, a lo cual se suma el que este prácticamente todo prohibido.

Los clubes dejaron de ser una institución que integra y socializa individuos, pues solo con

dinero se puede acceder a participación dentro de Azul Azul S.A. Sin embargo la hinchada siguió

catalizando fuertemente a nuevas generaciones. Con el cierre de los espacios, el único vehículo

para adquirir capital simbólico dentro de la hinchada, ha sido la violencia, lo cual podría explicar

su aumento en los últimos años (2011-2015).

Antes, por ejemplo, aquel voluntario que se desempeñaba como profesor en la “Escuela Libre

Los de Abajo”, podía ser respetado y adquirir un status dentro de la hinchada, pese a que quizás no

hubiese sido un Barra Brava como en ese entonces se consideraba. Así mismo, quienes tenían

Page 76: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

75

habilidades para confeccionar banderas gigantes o tocar algún instrumento musical también podían

adquirir cierto capital simbólico. Existían espacios de participación y socialización, los cuales

permitían a los integrantes adquirir status de otra forma diferente a la violencia.

Hoy en día no queda nada. Entonces resulta pertinente cuestionarnos las responsabilidades

políticas en cuanto a las violencias ocurridas en el fútbol chileno.

Más allá del horizonte

“Ir más allá del horizonte” dice metafóricamente un fragmento del himno de Universidad

de Chile. Avanzar hacia lo que no vemos, ir más allá de lo conocido, o incluso quizás hacia lo que

no existe. Precisamente es este el camino que considero hay que seguir con miras a futuro. Los

resultados de esta investigación intentan contribuir a aquel camino, más allá de lo conocido, en el

sentido de que no existe fórmula ni legislaciones a imitar, sino que debemos de ser capaces de

construir alternativas propias a la solución de nuestros conflictos.

Por lo general las políticas públicas pretenden suprimir y acabar con la violencia “venga de

donde venga”, clausurando de esta forma el debate y con ello la posibilidad de gestionarla como

sociedad y comunidad. En este sentido es necesario no idealizar una sociedad con riesgo cero y

asumir la existencia de sociedades que apuesten por la gestión política de las violencias (Vera,

2013: 93). Desde aquí la solución participativa que me imagino tiene que ver con procesos

deliberativos y comunitarios, donde se busque abordar los términos de la relación, reconociendo el

valor de la colectividad y convirtiendo en política la regulación del conflicto. Desde este punto de

vista, resultan impensables los lineamientos actuales que ha adoptado el gobierno. La exclusión de

ciertos grupos o individuos nunca terminarán con las violencias ligadas al fútbol, pues las

hinchadas continuarán existiendo como instituciones locales y nacionales de participación inter

generacional, que reclutan constantemente a nuevas voces que suelen estar excluidas de alguna otra

esfera de participación social.

En esta línea, creo que la capacidad de propuesta en este caso debe de estar necesariamente

acompañada la re-construcción de un club que consolide una participación auténtica de sus hinchas,

donde se incluyan representantes de grupos de variados intereses y donde se consoliden espacios

de socialización y participación estructurada para que las diferentes voces puedan ser escuchadas

y articuladas. Los cientistas sociales debemos trabajar en este camino, intentando de dar con las

Page 77: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

76

claves identitarias que permitan la comprensión de los fenómenos ligados al mundo de las

hinchadas de fútbol, apostando por la construcción de aquellos espacios.

De la misma forma, creo que el mayor de nuestros aportes se produce justamente en la

retroalimentación que se da entre la academia y el mundo social del cual procedemos y en el cual

nos organizamos cotidianamente, con la esperanza de aportar en la transformación de un fútbol

más social, democrático y participativo, para todos y todas.

Ante esta situación resulta una necesidad que los y las hinchas también asumamos una

posición activa y en unidad, pese a las diferencias. Definirse como hincha, identificarse como tal,

es el primer paso. Pero más importante es definir qué hincha queremos ser, si actores o

sencillamente espectadores. Como espectadores nos encontramos sometidos a la toma de

decisiones de los demás, cuestión que hasta el momento no ha significado más que castigos por

culpas propias y ajenas. Por el contrario, como actores debemos trabajar por lograr mejorar nuestra

situación, lograr participación en la toma de decisiones de la que nos encontramos excluidos, lograr

soluciones frente a las violencias. Vale decir, significa asumir la responsabilidad de nuestro rol

protagónico, abandonar la actitud infantil e irresponsable.

Este posicionamiento político a lograr requiere tiempo y trabajo, acciones colectivas

decididas en un espacio abierto y democrático. Desde ellas creo que como hinchas actores, es

posible y necesario construir una alternativa, para dejar de ser sindicados como la causa de las

violencias y apostar por ser la solución.

De a poco, nuestro país debe de ir comprendiendo la necesidad de que las barras en Chile y

Sudamérica aportemos en la construcción de sociedades más justas y solidarias. Nuestros aportes

al fenómeno mundial del fútbol deben ser desde la construcción y desarrollo de proyectos sociales

y culturales que transformen a las hinchadas en grupos potenciales de trabajo por su club, su barrio,

su comuna, su ciudad o su región. Tampoco es algo nuevo, pues no hay nada nuevo en las prácticas

de solidaridad al interior del pueblo. Sin embargo, cabe señalar que apostar también a que estas

prácticas de solidaridad y autogestión se den también en el seno de las hinchadas, es dotarlas de un

potencial emancipador y transformador. Creo que los jóvenes comprometidos con una práctica de

solidaridad y camaradería, en espacios de socialización y participación efectiva, difícilmente

encontrarán motivos para agredir a otro joven por una camiseta, por una posición diferente frente

a la vida, por su tendencia sexual, religiosa o política.

Page 78: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

77

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Anexos Anexo 1: Foto Javier Valdes Larrondo. Agencia UNO

Anexo 2: La tercera 18/07/2015

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83

Anexo 3: Fotos tomadas en terreno en Talca 16/07/2015

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Anexo 4: Planillas de actividades realizadas durante el 2015

Partidos y viajes

Mes Estadio Viajes

Enero 10 - v/s O’Higgins (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 31 v/s Antofagasta (Estadio Nacional,

Ñuñoa, Santiago)

17- v/s S.Wanders (Estadio

Elías Figueroa, Valparaíso)

Febrero 3- v/s Iquique (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 13- v/s U. Española (EstadioFe

Nacional, Ñuñoa, Santiago)

17 V/s Emelec (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago)

7- v/s Huachipato (Estadio

CAP, Talcahuano)

Marzo 2- v/s Audax (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 5- v/s TheStronger (Estadio

Nacional, Ñuñoa, Santiago) 14- v/s ColoColo

(Estadio Nacional, Ñuñoa, Santiago) 22- v/s

Palestino (Estadio SEK, Independencia,

Santiago)

Abril 11- v/s Cobreloa (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 16- v/s Internacional (Estadio

Nacional, Ñuñoa, Santiago) 19- v/s Barnechea

(Estadio SEK, Independencia, Santiago) 26- v/s

Ñublense (Estadio Nacional, Ñuñoa, Santiago)

Mayo 3- v/s Calera (Estadio Lucio

Fariña, Quillota)

Junio

Julio 9- v/s Curico (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 19- v/s O’Higgins (Estadio Nacional,

16- v/s Rangers (Estadio

fiscal de Talca, Talca)

Page 86: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

85

Ñuñoa, Santiago) 26- v/s Antofagasta (Estadio

Nacional, Ñuñoa, Santiago)

Agosto 1- v/s Rangers (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 16- v/s San Luis (Estadio Nacional,

Ñuñoa, Santiago)

5- v/s Rangers (Estadio

Fiscal de Talca, Talca) 19-

v/s O’Higgins (Estadio El

Teniente, Rancagua)

Septiembre 9- v/s San Luis (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 15- v/s Audax (Estadio Bicentenario,

La Florida, Santiago) 23- v/s Cobresal (Estadio

Nacional, Ñuñoa, Santiago)

30- v/s U. Conce (Estadio

German Becker, Temuco)

Octubre 21- v/s Cobreloa (Estadio Nacional, Ñuñoa,

Santiago) 3- v/s Union Española (Estadio

Nacional, Ñuñoa, Santiago) 25- v/s S.Wanders

(Estadio Nacional, Ñuñoa, Santiago) 31- v/s

ColoColo (Estadio Monumental, Macul,

Santiago)

15- v/s Cobreloa (Estadio

Zorros del Desierto, Calama)

Noviembre 19- v/s U de Concepción (Estadio Nacional,

Ñuñoa, Santiago)

4- v/s U. de Concepción

(Estadio CAP, Talcahuano)

7- v/s Iquique (Estadio Elías

Figueroa, Valparaíso)

Diciembre

Reuniones y otras actividades

Mes Reuniones Otras Actividades

Enero

febrero

Page 87: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

86

Marzo 28-Grupo discusión “Más

allá de la Ley, discutiendo la

violencia en el fútbol” Casa

Simón Bolívar, Santiago

Centro

Abril 6- Oficina Cut, Santiago Centro / 13- Paseo

Ahumada, Santiago Centro / 20- Paseo

Ahumada, Santiago Centro / 27- Paseo

Ahumada, Santiago Centro

15- Intervención junta de

accionistas Azul Azul S.A,

25- Marcha contra plan

estadio seguro, Santiago

centro

Mayo 4-Paseo Ahumada, Santiago Centro 11-18 de

Septiembre, Santiago Centro 18- Bellas Artes,

Santiago Centro 25- Paseo Ahumada, Santiago

Centro

9- Campeonato baby-fútbol,

Villa Olímpica, Ñuñoa,

Santiago, 23- Celebración

aniversario 88 del club

(Parque la bandera, San

Ramón, Santiago, 27-

Caminata Familiar Casa

Central U de Chile.

Junio 1- Bellas Artes, Santiago Centro 8- San Ramón,

Santiago 15-Bellas Artes, Santiago Centro 22-

Paseo Ahumada, Santiago Centro 29- Paseo

ahumada, Santiago Centro

27- Marcha Nacional Los de

Abajo, Santiago

Julio 13- Bellas Artes, Santiago centro, 27- Bellas

Artes, Santiago Centro

1 y 2- Seminario

internacional sobre estudios

sociales del deporte.

Universidad de Santiago y

Universidad Católica de

Valparaíso.

Page 88: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

87

Agosto 10- Bellas Artes, Santiago Centro, 17- Bellas

Artes, Santiago Centro, 24-Bellas Artes, Santiago

Centro

Septiembre 7- Bellas Artes, Santiago Centro 13- Conmemoración 11 de

Septiembre, marcha “LDA

Antifacista”. (Cementerio

General, Recoleta Santiago)

Octubre 8- Foro Club v/s S.A,

Santiago Centro, Santiago.

10 y 11- Campeonato Baby

Fútbol, Villa Olímpica,

Ñuñoa, Santiago. 30-

Banderazo, Estadio Nacional,

Nuñoa, Santiago- 31-

caminata hacia Estadio

Monumental. (Villa Tokio,

La Florida, Santiago)

Noviembre

Diciembre 2-XI Reunión de

Antropología del Mercosur,

Expositor en Mesa de

Trabajo “Antropología del

Deporte, entre la Copa del

Mundo y los juegos

olímpicos” (Montevideo,

Uruguay) 12- 6ta Asamblea

de Hinchas Azules.

(Independencia, Santiago)

16- “Bengalazo” en

Page 89: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

88

conmemoración 4 años de la

muerte del “Killer

Page 90: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

89

Anexo 5: Matriz Sistematizadas

Forma Violencia Simbólica

Legalidad/ilegalidad Legitimidad/ilegitimidad

Contextos Hincha

ejecutor

exclusivo

Mismo

hechos

diferentes

condenas

Penas

efectivas

Imaginario hincha violento

Factores

externos

Modificación de la Ley (inspiración

eurocéntrica)

Medios de comunicación

Factores

internos

Incapacidad de levantar propuestas /

división interna y externa

Internalización del discurso

Sentidos Resistencia Resistencia/Código Barras

Citas Cita1, cita 2 Cita 3, Cita 4, cita 5, cita 6

Forma Violencia latente

Exclusión Discriminación

Contextos Precio

entradas

Formas de

compra

No venta

de

entradas a

no

abonados

Micros que

no paran

La

hinchada

como

grupo de

trabajo

Tratos

diferenciados

por sector

Factores

externos

No participación, lucro, SA Construcción del enemigo público

Factores

internos

Incondicionalidad Delito y choreza

Page 91: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

90

Sentidos Resistencia Código Barras

Citas Cita7, cita 8 Cita 9, Cita 10

Forma Violencia estructural

Contextos Privatización del club Pobreza y marginalidad No consideración del

hincha

Factores

externos

Situación política actual Desigualdad Desvinculación de las

organización sociales y

la estructura político

institucional

Factores

internos

Poca organización /

división interna

Aglutinamiento División de la barra

Sentidos Resistencia Resistencia Resistencia/Código

Barras

Citas Cita 11, cita 12, cita 13 Cita 14

Forma Violencia directa

Contextos Entre hinchas azules Con la contra Con los pacos

Factores

externos

Prohibiciones Fragmentación sociedad

chilena

Ley actual, represión

Factores

internos

Liderazgos Engrandecimiento Engrandecimiento

Sentidos Código barra Código barra Resistencia/Código

Barras

Page 92: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

91

Citas Cita 15 Cita 16

Anexo 6: Acta Conversatorio “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”

28/03/2015 10:45-14:00

Casa Bolívar, Av. Brasil 658, Santiago

Presentes [34]: 9 mujeres, 25 hombres.

1 DISCUSIÓN: ¿QUÉ ENTENDEMOS POR VIOLENCIA?

¿Cómo se explica que los hinchas de la U sean los más imputados por Ley de violencia en los

estadios?

Las querellas han aumentado mucho.

Esto tbn tiene que ver con la asistencia a los estadios. A mayor asistencia, más detenidos.

Tiene que haber un cierto mecanismo de control o revisión en el Estadio. No dependiendo de cuánto

pagues va a ser el trato que recibes.

El plan de seguridad está mal hecho. Está diseñado por personas que no van al estadio. Ha dado

muchas luces de fracaso. Se busca provocar al hincha para justificar el plan.

Cuando uno se siente violentado empieza a generar violencia. La represión genera inseguridad y

vulnerabilidad. La violencia entonces responde a actos represivos y violentos. No hay criterios.

Nosotros tenemos que hacernos cargo de esto: quedándonos callados, aceptando que te toquen, se

naturaliza el abuso (nos sorprende cuando no nos tocan). Se vuelve cotidiano. Esto se puede evitar

con el empoderamiento, por ejemplo, conocer salidas legales. Entender que, por ejemplo, nos

toquen en el estadio no está permitido. Esto es responder de manera inteligente.

Es una instancia única en el país.

El hincha no hace valer sus derechos. No cuestiona.

Page 93: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

92

Los controles, las medidas represivas alejan al hincha del estadio. Uno no quiere exponerse a eso.

Los hinchas dejamos que esto ocurra. Y al permitir eso nutrimos estas medidas.

Hay que hacer comunión, comunidad, barrio, a través de iniciativas, como primer paso para hacer

frente a la violencia. Por ejemplo, iniciativas como la del conversatorio, haciendo una lucha más

organizada, a fin de discriminalizar al hincha, que es lo que han hecho los medios.

Desglosar real significado de la palabra violencia:

Múltiples dimensiones. No hay un tipo de violencia. La violencia es múltiple.

Hay una violencia física, pero también hay otra violencia simbólica, institucionalizada, que es por

ejemplo la que ejerce la Conmebol. Esta violencia es generadora de esta otra violencia física. Por

ejemplo, la discriminación. La violencia simbólica se traduce en violencia física.

La organización también es entendida como violencia por parte de las autoridades.

El subir las entradas, la segregación al momento de comprar las entradas, etc., también es violencia.

El tratamiento que le dan los medios de comunicación a la hincha, la criminalización, es súper

violenta. Y esto está súper naturalizado.

Falta unión de los hinchas de la U. Se ha perdido la camaradería. Y esto entre nosotros también es

violento. Hay una responsabilidad de la hinchada por el hecho de no estar unida, como antes.

El estadio es tierra de nadie. Hay una vulnerabilidad, una renuncia de derechos.

Hay tratos diferenciados. En este sentido la violencia es discriminatoria, según NSE, según edad,

etc.,

El hincha renuncia a todo para entrar a ver a la U al costo que sea, y se arriesga todo también.

Violencia es la condición que vivimos más allá de cómo somos tratados. Hoy no tenemos nada. La

Concesionaria nos dejó en la calle. No contamos con espacios que nos podamos apropiar. No

tenemos relación con el equipo. Nos despojaron de todo; incluso los mecanismos de expresión en

el estadio que era lo único que nos quedaba.

Page 94: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

93

División de la hinchada como consecuencia de la violencia. Por ejemplo, las bengalas. Se traduce

en una pelea entre “los ovejas y los simios”. Nos despojaron la organización y la unión de la

hinchada. Esta división viene impuesta desde arriba, es artificiosa.

La exclusión, la segregación son formas de violencia.

La organización constituye una forma de contraviolencia.

Hay una relación directa entre barras bravas y violencia. Esto da insumos a la autoridad para

establecer estas medidas. ¿Cómo nos hacemos cargo de la violencia que nosotros mismos

generamos? ¿Qué permite que estos discursos tengan llegada en la gente? Hay personas que buscan

y exaltan la violencia. Las autoridades marginan a estas personas.

Esto se debe a que la hinchada dejó de organizarse. Hace años que no existe una organización seria

en la barra. Nos desarticularon. Cuando empezó a hacerse la campaña criminalizadora no tuvimos

nada para responder a ella, porque no existe la organización de la hinchada que se exprese en la

cotidianidad.

Violencia: fenómeno cultural y social, y multicausal.

Qué intensión hay detrás de esta forma de querer eliminar la violencia. Porque en efecto la violencia

no es buena, y a nadie le gusta la violencia. Hay dos formas de explicar el fenómeno. 1. La culpa

es del otro, y por tanto, al otro lo margino, lo invisibiliizo, le quito sus derechos. Esto se hizo con

el hincha. Sólo se invisibiliza el fenómeno. 2. La violencia es multifocal, tiene muchas aristas,

muchas fuentes. Frente a esto la mejor solución es sentarnos a conversar sobre cómo lo

solucionamos y no tratar de hacerlo desaparecer. Hay una marginación. Hay que hacer valer nuestra

opinión sobre todas las cosas que entendemos por violencia.

Poderes que existen bajo esa violencia. La gente que permite hablar de violencia son los poderes

fácticos que se ocultan bajo esta tela de decir que los demás son culpables y que ellos se tienen que

hacer responsables. La violencia la instauran los mismos poderes. ¿Cuáles son los criterios? Estos

poderes legitiman a otros para ejercer esta violencia sobre el hincha, los empoderan.

La persona que infringe la violencia valiéndose de su poder es el que dice que todos podemos

acceder a todo, cuando eso es una mentira. Esto hay que empezar a develar, elaborando

Page 95: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

94

mecanismos, herramientas que permitan develar estos hechos de los que no tienen criterios y que

aparentan que todos tenemos derechos y accesos (apariencia).

Existe un poder súper fuerte de los medios de comunicación. La prensa legitima estos discursos y

acciones, caricaturiza. Se legitima el abuso de poder.

La violencia viene de la dictadura en adelante. ¿Es posible contrarrestarla hoy?

En el estadio se reproduce la represión del Estado a nivel societal. Se desorganizan todos los

ámbitos sociales. La barra es uno de estos espacios organizados. No es particular lo que vivimos

como barra.

No podemos caer en la lógica de dividirnos. Esto nos deja de manos amarradas para actuar. Actuar

de modo violencia contra violencia nos va a salir más caro a nosotros. Hay que tomarse los espacios

y empezar a exigir nuestros derechos. La Ley igual nos protege, y hay que usarla a beneficio de

uno.

El fútbol moderno requiere de espectadores, no de hinchas. Producto de la dictadura, las personas

están cansadas de sociabilizar, de luchar, porque así corren el riesgo de ser reprimidos. De este

modo optan por ser espectadores. Hay que potenciar el carácter social del club para contrarrestar

esto.

Dentro del espacio social hay debilidades, que hay que ir cambiando. Por ejemplo, la falta de

camaradería o la misma violencia que generamos. Cómo vamos a tratar el tema de los valores, de

discutir la violencia y por otra parte la ejercemos también?

Nosotros no somos nadie para cuestionar a personas abonadas o a personas no abonadas. Hay algo

más delicado en esto, y es que la venta de entradas a abonados responsabiliza al hincha del actuar

de otros hinchas en el estadio.

No tenemos que caer en el juego de ellos.

Terminada la dictadura había que cambiar a la imagen del guerrillero. Esto se ha hecho, por

ejemplo, con la Ley antiterrorista y con la misma Ley de violencia en los estadios. Hubo un cambio

de idiosincrasia cultural. Se ha construido la figura del barrista en estos términos.

La opción es la organización. Tenemos que hacernos cargos de esta legitimación o no legitimación.

El que salgan piños responde a cosas más profundas que acontecen a nivel de la sociedad. No hay

Page 96: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

95

que condenar altiro, ni caer en el juego de categorizar al hincha. Estamos siendo atacados y de

alguna forma hay que resistir.

SEGUNDA PONENCIA: ELEMENTOS POLÍTICOS DE LA VIOLENCIA EN EL FÚTBOL

Antecedentes de Ley y del estado actual de la U de Chile (privatización del club deportivo).

Se hace una presentación que brinda antecedentes de las transformaciones del club y de la

organización de la hinchada.

Los hinchas viven proceso de adaptación al nuevo estado del club.

Las transformaciones del club están relacionadas o conllevan transformaciones de la hinchada, y

responden a transformaciones sociales.

Expropiación del folklore de la hinchada. Queda a cargo de la empresa.

SEGUNDA DISCUSIÓN ¿CÓMO PASAMOS A LA ACCIÓN?

Definir posición del hincha, de su rol. ¿Cuál es nuestro espacio? ¿Cómo podemos desarrollarnos

dentro de él? Para hacer la distinción con el hecho de ser espectador. Es una lógica distinta, y hay

que abordarlo así.

Cómo llegamos a los camaradas.

Cómo recuperamos cosas que nos robaron.

Debemos de tener un rol activo, dejar de ser observadores.

Esta Ley no nos representa porque no somos delincuentes. Evidenciar quiénes componen la

organización, y que en base a ella vamos construyendo educación, para que futuras generaciones

vengan con otra mentalidad.

Nos criticamos entre nosotros, y no tratamos de convivir.

El espacio que nos corresponde es el estadio. Es aquí donde tenemos que cuidarnos, es el único

lugar donde nos vemos todos los fines de semana, y que aunque no sea nuestro lo sentimos como

propio.

Page 97: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

96

En el ejercicio de dejar la pasividad vamos a tener que definir qué somos, cómo nos queremos

desarrollar en ciertos espacios, porque igual hay diferencias. Hay gente que apuesta a que vuelva

el bombo y la bandera, pero hay otros que no apuestan sólo a eso. ¿Cuáles son los objetivos de la

hinchada? Puede haber múltiples propósitos y esto va a generar tensiones.

La hinchada con la SA no son compatibles.

Relevancia del patrimonio cultural y material, para que no nos vengan a decir cómo tenemos que

ser hinchas.

Definir qué es hincha. Trabajar en el concepto de hincha y darlo a conocer a la opinión pública.

Elaborar comunicado, con carácter abierto, interpelando directamente a las personas que realizan

esta Ley: comisión de deportes de cámara de diputados, que van a conformar la Ley. Estableciendo

cosas que han salido aquí: no representatividad de la Ley, Ley excluyente, no nos considera. Que

están matando nuestro modo de ser hincha.

Buscar apañe de políticos.

Genocidio cultural. Las barras patrimonio inmaterial. Componentes sociales, colorido, etc.

Atacar medios de comunicación y oficializar posiciones.

Doble moral, doble discurso. Se utilizan las mismas imágenes para representar al hincha y luego,

al delincuente.

Cómo tomamos una decisión como AHA, si las opiniones son tan diversas. Ver qué cosas resultan

condenables, cuáles no.

Cómo nos enfrentamos a la Ley:

1. Desde la legalidad. Conseguir abogados que puedan representar. Dificultad de que esto requiere

mucha plata.

2. Desde la calle, ¿cómo? Habría que definir qué es ser hincha, y qué es ser un hincha combativo.

Disputa de espacios públicos. Escribir cartas, columnas de opinión, llegar a políticos.

En la calle. Hacerse cargo de cuestiones como de cantar “a balazos se van a tirar”.

Page 98: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

97

Cómo vamos cambiando la dinámica de ir en búsqueda de la violencia. Por ejemplo, de buscar

indios o monjas antes del clásico.

No estamos en un contexto favorable. Es latente la aprobación de la Ley. Pero esto puede verse no

tan negativamente, ya que sirve para polarizar aún más las cosas. La Ley de violencia no es el

trasfondo, sino que cómo se administra el fútbol, y esto tiene que ver con la Ley de sociedades

anónimas deportivas. Este es el fondo al que hay que llegar.

Esto va a agudizar más las contradicciones que existen.

Hay que perder miedo a la opinión pública, que no es la que vive lo que vivimos nosotros. Que la

gente criminalice al hincha de la U no es lo más importante. No obstante, se genera una opinión

diferente, ya que hay que entender que la gente no está en una posición cercana a la problemática,

y por tanto no tiene por qué saber lo que realmente sucede en el estadio. Entonces sí importa esta

opinión pública, que al final, el día de mañana, sí se va a necesitar para la lucha de fondo que es la

recuperación del club.

Qué tiene que hacer el hincha de la U: tiene que participar de los procesos del club; tiene que ser

capaz de apoyar a otro hincha de la U.

Generar instancias de participación social, donde se vive la camaradería, donde se mantienen los

momentos de esparcimiento de la hinchada, de conocer a otros hinchas. Si se va a regiones,

compartir con la gente de regiones también. Hay cosas que son transversales a nosotros.

Qué somos, qué es el hincha.

Ver el modelo que se quiere generar a modelo societal. Lo de las barras es parte de algo más grande.

La necesidad de modificar una actual Ley puede ser una tarea poco productiva hoy. Pero sí atacar

no sólo la literalidad de la Ley sino que también la estrategia de la Ley, que es marginar una

determinada forma de vivir el fútbol. Invisibilizar al hincha como actor, y posicionándolo como

criminal. El núcleo de esta propuesta no está en la Ley de violencia en los estadios, sino en cómo

hoy se maneja el fútbol moderno; que margina a los hinchas. Para esto sí hay tiempo para trabajar.

Buscar resquicio legal de la Ley de la violencia no implica que el Estado nos va a entregar el club.

Generar transformaciones cotidianas. No apelar tanto a la Ley, que es una tarea más a largo plazo.

Page 99: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

98

Atacar por todos los frentes.

Transformando el discurso. Empecemos a grabar para denunciar. Mostrar contradicciones de la

Ley con la realidad.

Dan recuerda objetivo de cuarta asamblea, que ya tomó decisión de trabajar en propuesta de

administración del club.

La batalla madre es la lucha por el club.

El objetivo de la jornada de hoy es brindar insumos para una discusión mayor, que es la de la

recuperación del club.

Visibilización. Propuesta de filmación de lo que pasa en los estadios. Por ejemplo, lo que hizo el

Milkhouse con el video de acceso, denuncia.

Presenta también la iniciativa de los obsrevadores de ddhh en los estadios.

Se da el mail de denuncias para recabar evidencias.

Interpelar directamente a la Concesionaria sobre puntos específicos, como por ejemplo, abrir el

CDA. Dan le dice que esto se hico luego de la tercera AHA.

Especificidades del hincha de la U. Esto es histórico. Tenemos una noción de lo que es el hincha

de la U. Podemos hacer una campaña en ese sentido. Podemos hacer una suerte de barrido de las

transformaciones del hincha de la U.

Nos hace falta tomarnos espacios, tomarnos atribuciones (ser vehementes).

Hay que dar mayor difusión a las actividades de la AHA.

Hay que establecer consciencia, lo cual es un trabajo a largo plazo. Hacer más ruido, informar a la

gente.

Generar fanzine con propuestas y entregarlas, por ejemplo, en el estadio.

Page 100: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

99

Anexo 7. Resumen sistematizado conversatorio

¿Qué entendemos por violencia?

Violencia-Hinchas

¿Cómo se explica que la hinchada de la U sea la más imputada

por la

Ley de violencia en los estadios? Aumento de querellas.

Mayor asistencia al estadio, clásicos y partidos de alta

convocatoria.

Se expresa en el

acceso a los estadios

Falta de criterios de control en los accesos.

Violencia

discriminadora

Trato diferenciado.

Normativa impuesta

por personas

externas al estadio

La normativa está hecha por personas que no asisten al estadio.

Normativa no

funciona

Normativa ha dado luces de fracaso.

Justificación Ley: en

base a la

provocación al

hincha

Se busca provocar al hincha para justificar la Ley.

Se genera a partir de

otras violencias

La violencia se genera producto de otra violencia. Al sentirse

uno violentado genera violencia. La violencia responde a actos

represivos y violentos.

Genera inseguridad y

vulnerabilidad

La violencia genera inseguridad, vulnerabilidad.

Page 101: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

100

Naturalizada,

cotidiana

La violencia se vuelve cotidiana y se naturaliza. “Nos

quedamos callados, aceptamos que nos toquen.

Posicionamiento Empoderamiento.

Posicionamiento Conocer salidas legales.

Posicionamiento Responder de manera inteligente.

Anomia del hincha El hincha no cuestiona.

Anomia del hincha El hincha no hace valer sus derechos.

Anomia del hincha Los controles y medidas represivas alejan del estadio, porque

las personas no quieren exponerse a ellos.

Anomia del hincha El hincha deja actuar, y al hacerlo nutre estas medidas.

Posicionamiento Un primer paso para hacer frente a la violencia es hacer

comunidad, que permita una lucha organizada.

Posicionamiento Hay que hacer una contra campaña de descriminalización de la

hinchada.

Violencia Física y

Violencia Simbólica

La violencia tiene múltiples dimensiones. No hay un solo tipo

de violencia: Violencia física y violencia simbólica,

institucionalizada.

La violencia simbólica se traduce en violencia física.

Para los poderes

fácticos violencia es

organizarse

Las autoridades entienden que la organización también es

violenta.

Violencia en la venta

de entradas

La forma en que se venden las entradas para los partidos hoy en

día también es violencia, porque discrimina al hincha.

Page 102: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

101

Medios de

comunicación

Los medios de comunicación plantean una imagen súper

violenta del hincha.

Falta de unión de la

hinchada

Falta de unión de los hinchas de la U. Falta de camaradería.

Autoevaluación Autocrítica: los hinchas de la U también ejercemos violencia.

Autoevaluación Autocrítica: Los hinchas de la U tenemos cierta responsabilidad

por el hecho de no estar unidos como antes.

Estadio “Estadio como tierra de nadie”: vulnerabilidad, renuncia de

derechos.

Violencia

discriminadora

La violencia es discriminadora: hay tratos diferenciados según

edad, NSE.

Despojamiento El hincha de la U renuncia a todo para ir a ver a la U.

Despojamiento

Es la condición que vivimos más allá de cómo somos tratados.

Tiene que ver con que hoy no tenemos nada: no tenemos

espacios que nos podamos apropiar, no tenemos relación con el

equipo. Nos despojaron, incluso, de nuestros mecanismos de

expresión.

Genera división

interna

La violencia infringida desde arriba divide a la hinchada. La

propaganda que relaciona al hincha con violencia, que a su vez

es violenta, divide, debido a que hay quienes-dentro de la

misma hinchada- interiorizan ese discurso.

Es segregación,

exclusión

La violencia es segregación, exclusión.

Posicionamiento Organización: contraviolencia.

Justificación Ley: La violencia está relacionada con las barras bravas. Esta

relación sirve de sustento a las Leyes de estadio seguro y otras.

Page 103: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

102

Violencia-barras

bravas

Autoevaluación

Hay violencia que también es ejercida por la hinchada. ¿Cómo

nos hacemos cargo de ella? Incide esta violencia en la llegada

que tienen los discursos criminalizadores en las personas?

Anomia del hincha La criminalización del hincha se potencia ante la carencia de

organización que se exprese en la cotidianidad.

Fenómeno cultural

Fenómeno

multicausal

La violencia es un fenómeno cultural, social y multicausal.

Invisibilización

Despojamiento de

derechos

Trasfondo de esta problemática: se culpa a otro de ser violento

para invisibilizarlo y quitarle sus derechos.

Posicionamiento Hay que hacer valer nuestra opinión sobre lo que entendemos

por violencia.

Instaurada por

poderes fácticos

La violencia es instaurada por los poderes fácticos, que se

ocultan culpando al otro (hincha), haciéndose responsables.

Estos poderes legitiman, empoderan a otros para reprimir la

violencia a través de la misma violencia.

Violencia implícita

La violencia de estos poderes es implícita. Se ejerce mediante

la apariencia de que “todos podemos acceder a todo”. Esto es lo

que hay que develar.

Medios de

comunicación

La violencia es propiciada por los medios de comunicación,

que funcionan como herramienta de los poderes fácticos. La

prensa legitima estos discursos y acciones. Caricaturiza.

Legitima abuso de poder.

Page 104: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

103

Contexto Social Origen de esta violencia: dictadura.

Contexto Social

La violencia ejercida en el fútbol es expresión de la violencia

que se ejerce a nivel societal. Es a nivel general que se busca

desarticular en todos los ámbitos, y la barra era uno de esos

espacios organizados. No es particular lo que vivimos como

barra.

Posicionamiento Hay que tomarse los espacios y exigir derechos.

Posicionamiento Hay que utilizar la Ley a beneficio de los hinchas.

Anomia del hincha

¿Por qué las personas dejan ser reprimidas? Porque producto de

lo que vivieron en la dictadura están cansadas de luchar. Optan

entonces por ser espectadores del fútbol.

Posicionamiento Hay que reposicionar el carácter social del club.

Autoevaluación

La violencia es permitida por las debilidades de la misma

hinchada: falta de camaradería, falta de organización, la

violencia ejercida por nosotros mismos.

Violencia en la venta

de entradas

Se ejerce violencia cuando hace que los abonados se hagan

responsables de la misma al momento de comprar entradas.

Violencia-Barras La violencia es constituyente del barrista. Esta es la imagen que

se ha construido tras dictadura.

Posicionamiento La opción es la organización.

Posicionamiento No podemos condenar otras formas de acción.

Causa: Provocación

Se provocan instancias para avalar el Plan.

Cuando uno se siente pasado a llevar se vuelve violento.

Ej.: Bajar a una persona de una silla de ruedas para revisarlo

genera reacciones, que a veces deriva en violencia(s).

Page 105: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

104

Abusos en accesos:

menores

No hay confianza con el Plan para llevar niños al estadio.

Ej.: tocaciones son demasiado violentas para exponerlos.

Abusos en accesos:

intimidación

Pareciera no haber límite a lo que se le pide al hincha para

poder entrar. Carabineros intimida, y eso obliga a aceptar las

vejaciones.

Criminalización Roa y el Plan criminalizan toda organización de hinchas.

Criminalización

Abuso: sin

presunción de

inocencia

Somos agentes violentos por nosotros mismos, y por lo tanto la

condena es previa.

Terrorismo de

Estado

Tiene que ver con el miedo. Depende de la voluntad de

Carabineros, que si quiere llevarte te va a llevar, dando lo

mismo si uno tiene méritos.

Abuso: despojo de

espacios

Se nos quitó el espacio de participación en el Club.

Ej.: Banderazos: ir al Caracol, se podía. Ahora el CDA cerrado

al hincha.

Terrorismo de

Estado

Genocidio cultural

Segunda Parte: Elementos políticos de la violencia en los estadios

Elementos Políticos: ¿Cómo nos posicionamos en este contexto?

Definir posición del

hincha.

Definir desarrollo

Necesidad de definir posición del hincha. De definir su

espacio, definición de su desarrollo. En esta definición

debemos distinguirnos del espectador. Hay que definir cómo

Page 106: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

105

Definir espacio

Definir formas de

relación con los

camaradas.

Definir estrategias de

recuperación.

Definirnos con un rol

activo.

llegamos a los camaradas. Definir estrategias de recuperación.

Hay que definirnos con un rol activo.

Definirnos y dar a

conocer quiénes

somos.

La Ley de violencia en los estadios no nos representa.

Debemos evidenciar quiénes somos.

Dejar de criticarnos Debemos dejar de criticarnos entre nosotros mismos, y

convivir.

Empoderarnos del

estadio: lugar de

encuentro de la

hinchada.

Debemos empoderarnos del estadio. Es el único lugar de

encuentro de la hinchada. Es un espacio que lo sentimos

propio, aunque en términos formales no nos pertenezca.

Definir objetivos. Debemos definir los objetivos de la hinchada. Estos pueden

ser múltiples, lo que generaría tensiones.

Definir a la hinchada

en contraposición a la

SA.

En nuestra definición cabe señalar que la hinchada y la SA no

son compatibles.

Definir dando

relevancia al

patrimonio cultural y

material

Importancia del patrimonio cultural y material en la definición

de hincha.

Page 107: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

106

Dar a conocer quiénes

somos

Hay que dar a conocer esta definición de hincha.

Dar a conocer nuestra

postura frente a la

Ley: elaborando un

comunicado

Propuesta de elaborar comunicado, con carácter abierto, que

interpele a los ejecutores de esta Ley (Comisión de Deportes

de la Cámara de Diputados). Este comunicado debería decir

que la Ley no es representativa, que es excluyente, que no nos

considera.

Buscar apoyo de

representantes

políticos

Propuesta de buscar apañe de representantes políticos. Por

ejemplo, Gabriel Boric.

Genocidio cultural En este contexto se está produciendo un genocidio cultural, en

el sentido de que las barras son consideradas patrimonio

inmaterial.

Dar a conocer

posiciones: atacando

los medios

Propuesta de atacar a los medios de comunicación. De

oficializar posiciones.

Definir posiciones:

dificultades

Se percibe una dificultad de consensuar posiciones como

hinchada.

Enfrentar la Ley:

desde la legalidad y

desde la calle

Cómo enfrentar a la Ley: 1. Desde la legalidad. 2. Desde la

calle.

Dar a conocer quiénes

somos y nuestra

posición en espacios

públicos.

Disputar espacios públicos: escribir cartas, columnas de

opinión, etc.

Page 108: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

107

Definirnos

haciéndonos cargo de

nuestra propia

violencia.

Haciéndonos cago de nuestra propia violencia; por ejemplo,

desnaturalizando la violencia que está tan arraigada en

nuestros cánticos (a balazos se van a tirar).

Hay que ir al

problema de fondo:

administración

privada del fútbol.

La inminente aprobación de la Ley nos sitúa en un contexto

desfavorable. No obstante, esto puede verse en términos

positivos, ya que polarizará aún más la situación y la volverá

más problemática, llevándola al fondo del asunto: la

administración privada del fútbol, la Ley de sociedades

anónimas deportivas. Se agudizarán entonces las

contradicciones.

Definir relevancia de

opinión pública.

¿Cuánto nos importa la opinión pública? Dos posiciones,

aquella que le resta importancia, y aquella que se la da.

Definir al hincha

como partícipe de los

procesos del club.

El hincha de la U tiene que participar en los procesos del club.

Generar instancias de

participación, de

camaradería, de

esparcimiento.

Debemos generar instancias de participación, de camaradería,

de esparcimiento.

Definición política Nuestra propuesta debe remitir a una más global, a una

definición política de la sociedad.

Problema de fondo:

administración actual

del fútbol

Debemos enfocarnos no en la literalidad de la Ley, sino en su

trasfondo, en su estrategia, que es marginar, excluir,

invisibilizar, criminalizar. Esto remite a la administración

actual del fútbol moderno.

Generar acciones

cotidianas.

Debemos generar acciones cotidianas. Atacar por todos los

frentes.

Page 109: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

108

Transformar el

discurso.

Evidenciar

contradicciones entre

realidad y Ley.

Hay que transformar el discurso, evidenciando las

contradicciones entre Ley y realidad.

Recuperación del club Relevancia de objetivo de cuarta AHA: RECUPERACIÓN

DEL CLUB

Definir al hincha

retrospectivamente.

Ver transformaciones.

Propuesta de hacer barrido histórico de las transformaciones

del hincha de la U.

Dar a conocer

posición

Hay que crear consciencia; informar, lo cual es un trabajo a

largo plazo.

Dar a conocer

posición: fanzine

Se propone generar fanzine con propuestas, con información,

para difundir, por ejemplo, en el estadio.

Definir Identidad

social

Exponer Identidad

Manifestar Identidad

Denunciar

Tenemos una lógica distinta, particular, que tenemos que

expresar y exponer. Nadie nos puede decir cómo ser hinchas.

Carta abierta que emane de este conversatorio.

Columnas y artículos en medios alternativos y masivos.

Uso adecuado de instancias de manifestación. Ej.: no salir a

marchar cantando “A balazos se van a tirar”.

Contrastar PES, Ley vs. hechos a través de la visualidad.

Usar nuestra identidad para ganar en vehemencia defensiva.

Uso crítico de Leyes y

tratados

Las Leyes nos criminalizan pero el Estado adscribe a cartas

internacionales de derechos humanos.

Cambiar Ley de Violencia en los Estadios.

Page 110: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

109

Cambiar Ley SADP.

Ej.: Derechos de las y los niños, de género, la conservación y

respeto del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Trabajar confianza

interna

Autoeducación

Regenerar el tejido social que reconoce a todo hincha. Dar un

ejemplo y un espacio para generaciones jóvenes.

Expandir un punto de vista abierto y crítico frente a hinchas

que se quedan con el discurso oficialista, muchas veces cerca

de nosotros.

Invitación a sumarse a la iniciativa y fortalecer en números.

Contactos y redes

Parlamentarios afines al tema y postura. Ej.: Gabriel Boric

Organizaciones de Derechos Humanos.

Medios de comunicación.

Casa de Estudios.

Empoderamiento:

Legalidad y

Participación

Utilizar la Ley para defenderse defender camaradas.

Resolver la no-participación de los Hinchas en los Clubes y en

las tomas de decisiones en general.

Page 111: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

110

Anexo 8: Canciones citas en el texto

1-“Todos saben de un gran amor

de un bullanguero que no se vendió

ni a los pacos, ni a la represión

ni a la mentira de la televisión

la más fiel de la capital

la más gloriosa a nivel mundial

a esta hinchada no la callaran

no la callaran

Bulla de mi vida, Bulla de mi amor

puro sentimiento, más que una pasión

vallas donde vallas, siempre te acompaño

y con esta hinchada, vamos a ser campeón”

2-“Al bulla lo quiero, lo llevo en el corazón

lo sigo, lo aliento, siempre sobre el tablón

la hinchada, más brava, reventando zorras

el piño al choque, no da ni un paso atrás

Ser del bulla es tener aguante, aguante incondicional

sentimiento inexplicable, que no se puede acabar

vamos bulla que el campeonato, no se nos puede escapar

que este año en la plaza Italia, vamos a dejar la caga”

3-“Yo canto por una barra, que está muy descontrolada

te sigue a todas partes en las buenas y en las malas

no importa si vamos en cana, siempre al bulla seguiremos

Page 112: En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias

111

la hinchada estará presente aunque no vallan primero

Se lo dedicamos a todos, a todos los que no cantan

se lo dedicamos al zorra, al zorra conchetumadre”

4-“Somos los de abajo, la hinchada más brava

la que va a la cancha y nadie la calla

rompimos San Carlos, quemamos Pedreros

y contra los pacos, somos los primeros

El león, el león, el león es mi pasión

El león, el león, el león es mi pasión”

5-“LDA es la hinchada de la chile,

LDA es la hinchada popular,

LDA no acepta maricones,

ni tampoco donaciones del gobierno militar”

6-“Recuerdo cuando pinocho les compro un estadio entero,

con la plata que a mi pueblo le robo, indio cagon

ahora no te salva nadie, zorra y la conchetumadre

la mitad más uno, la tiene el león

El indio hueco ya cago, está en la quiebra que dolor

la mierda flota en el zorramental, señores no se puede caminar

su presidente se escapó, y les chanto el par de dos

te llevaremos agua y jabón, te canto con aguante esta canción”

7-“Vamos a romper, vamos a romper,

vamos a romper el estadio de Pinochet”

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8-“A veces me pregunto, si es que Allende existiera,

no tendrían estadio, esos hijos de perra”