Encarte Codices Nº8

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Compendio de información de diferentes etnias mexicanas.Cosmovisión Otomi.

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    SUPLEMENTO

    SUPLEMENTONm.8 Ao 4 Octubre 2010

    Mhemi angunxuniCdice de la casa del guila

    Fachada del templo SantiagoAcahualtepec

    Cdice Xlotl

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    ANGUNXUNICdice de la Casa del guilaFrancisco Ramiro Luna Tavera*

    La razn y el por qu de los murales en la Iglesia de San Miguel Arcngel

    en Itzmiquilpan, Estado de Hidalgo.

    1.- Itzmiquilpan

    MHEMI

    Cosmovisin otom en las pinturas murales de la iglesia deSan Miguel Arcngel Itzmiquilpan

    Desde que se descubrieronlos c-

    dices murales han surgido muchasinterrogantes sobre los motivos de sucreacin: por qu? Para qu? Por quiny para quin se pintaron? Se pintaroncon anuencia de los frailes?; Los tlacui-lomerealizaron su trabajo burlando lavigilancia de los frailes? Son hahu

    o nahuas? Un sinfn de preguntas que,

    hasta la fecha, han tenido una variedadde respuestas, algunas de stas hancomplicado an ms su interpretacinporque las teoras que han tratado dedescifrar el mensaje de los cdices muraleshan hecho ms misterioso y velado elcontenido y motivo de su creacin.

    *Originario de Al fajayucan, Hidalgo. Autodidacta, el conocimiento lo adquiri directa-mente de la cultura otom. Actualmente trabaja como asesor en el instituto de Investi-

    gacines Estticas de la UNAM y como investigador en la Universidad Tecnolgica delValle del Mezquital en Ixmiquilpan. Correo electrnico: [email protected]

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    2.-Evangelizacin

    Para poder cristianizar los frailes estu-diaron las culturas mesoamericanas yusaron sus sistemas de enseanza, cosmo-visin, religin, costumbres, organizacinsocial, poltica y sus lenguas como armasde podero para dominar, tal como loexpresa Bernardino de Sahagn: Conviene mucho que sepan lo necesariopara ejercitar sus oficios; ni conviene sedescuiden los ministros de esta conver-sin, con decir que entre esta gente nohay ms pecados que borrachera; hurto

    y carnalidad, por que otros muchos pe-cados hay entre ellos muy graves y quetienen gran necesidad de remedio: Lospecados de la idolatra y ritos idoltricos,y supersticiones idoltricas y ageros, yabusiones y ceremonias idoltricas, noson an perdidos del todo.

    Para predicar contra estas cosas, yaun para saber si las hay, menester esde saber cmo las usaban en tiempos de

    su idolatra. (Sahagn, 1982)En el caso de la enseanza del cris-

    tianismo se emple el sistema audio-visual impartido en el Calmecacy enel Tepochcalli. Una vez que la noblezaindgena estuvo evangelizada se encar-g de difundir la nueva religin a supropio pueblo. Porque as era el sistemamesoamericano; educacin de la elitegobernante como arma de dominio sobre

    su pueblo y que el fraile evangelizadorsagazmente no despreci.Los catecismos impresos, doctrinas

    y otros documentos en latn, espaol olenguas indgenas fueron producidos porlos mismos frailes para sus rdenes reli-giosas y para sus alumnos provenientesde la nobleza indgena; para el pueblo se

    uso la imagen y la palabra. Palabra viva,dinmica y directa de la nobleza indgenaya catequizada, an hoy el sistema depreparar a unos cuantos para ensear atodos se sigue usando en las parroquiasurbanas y rurales del valle.

    En el siglo XIXy principios delXX, losque saben son los descendientes de lanobleza indgena, aprendieron porqueeran enseados en el convento y en suscasas, as el saber se convierte en unpatrimonio familiar y exclusivo de unos

    cuantos, esto les garantizaba su perma-nencia en el poder local y dominar sulengua y el castellano, la comunicacincon los estratos superiores del poderpoltico de la provincia y de la Nacin.

    El sistema es sencillo y simple: adoc-trinar a unos cuantos y si tienen ascen-dencia, mejor; mantenerlos y elevarlosen su posicin social, econmica y pol-tica, cultural y religiosa; en una palabra

    encumbrados para dominar al pueblo,usando la persuasin por medio de lapalabra hablada.

    La conquista espiritual de Mxico sehizo por medio de la imagen y de la palabrahablada, viva, dinmica, fuerte, llena devigor, de amor e intrepidez y la nueva ynaciente religin cristiana era una religinfundada y fecundada por la palabra divi-na y humana y con sangre mediante un

    combate glorioso y por sacrificio triunfal,para poder sustentar este nuevo mundo,nuestro mundo.

    Ahora con relacin a si las pinturaslos cdices murales de la Iglesia deSan Miguel Arcngel de Itzmiquilpanson producto de sincretismo religiosoy cultural, mezcla de dos mundos y

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    dos culturas; claro que lo son, pero yoveo ms bien la religin prehispnicacon un barnizado de cristianismo y deevangelio y una asimilacin de la cul-tura europea judeo-cristiana, porque, apesar de todos los trabajos de los frailespara borrar la religin mesoamericana,catequizando y destruyendo las imgenesde la divinidad (de su dios, de Zidada, deZinana, de Muye, de Yozipa, de Huitzilo-pochtli, de Tezcatlipoca, hechas de varas,madera, piedra, amaranto o pintadas enpapel, pieles o muros) estn grabadas conhierro y en hierro en sus almas, cora-

    zones y mentes.As, esta obra mural no debe ser vista

    como pintura mural, como obra de arteindocristiano o como sincretismo religioso,como se ha hecho hasta la fecha, sino comoun cdice gigantesco como lo dijo donRal Guerrero que, en lugar de pintarseen papel o piel, fue elaborado en un muroy que podemos leer, no interpretar, ya seaen nahuatl, en hahu, en espaol o en

    cualquier otro idioma.Lo primero que tenemos que estudiar

    es el mundo de su creador y su origen,el pensamiento que la concibe y el lugardonde se incuba el smbolo; y tambinque es elaborado y concebido dentro deuna cultura y un tiempo determinado.No se puede negar el impacto de la con-quista, armada y espiritual, y la influenciacultural espaola y de la Europa del siglo

    XVI,que buscaba reencontrarse con suorigen grecolatino, en los tlacuilomeenla elaboracin de los cdices murales deItzmiquilpan. Encasillar el significado auna sola lectura nos dara un fruto muyraqutico y pobre.

    El mensaje, la lectura, est a la vistade todos pero no sabemos entenderlo y

    los que lo saben, no lo quieren entendery lo ignoran, o simplemente no quierenaceptarlo. Este gran legado bellsimocdice es obra de hombres con pensa-miento y religin mesoamericanos.

    Empecemos con el estudio del Cdi-ce de la Casa del guila, su origen, sucreador y su obra. He dividido este gran cdice en cua-tro partes:

    1)El Muro Sur

    2)El Muro Norte3)La Sacrista

    4)La Bveda

    En este trabajo slo presento el cdice dela bveda. Est dividido en tres partes.

    La primera es la regin Este, dominala figura de un guila, su ubicacin en labveda es sobre el altar del presbiterio.

    El guila aparece grandiosa, magnficay triunfante, imagen de Huitzilopochtlial amanecer, emerge despus de su dia-

    ria y eterna lucha contra las tinieblas,teofana solar del Dios Creador, crea eltiempo, produce vida, es el engendradorde la vida y, en perfecta armona con latierra, dan origen a la vida y la muerte:se crea el tiempo terrestre, es decir, eltiempo humano, el tiempo de nosotrosy se crea la eternidad. (Lmina 1)

    En la cabeza tiene puesto, sobre unaborla de plumn de guila, su quetzalt-

    lalpilloni, tocado hecho con plumas depjaro quetzal.Su cabeza, cuello y cuerpo estn con

    sus adornos de papel azul, que es el colorde Huitzilopochtli. De color rojo es sulengua, termina en punta como flecha;esto significa que es Cuauhtlehuamitlguila de dardos de fuego.

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    Est hablando, dos vrgulas, smbolode la palabra, salen hacia arriba, una de

    ellas trae un crculo, es un chalchihuitl,piedra preciosa de color rojo. Leemos:Huitzilopochtli, su palabra es preciosa,divina, respetada, valorada, noble. Suscolores rojo y azul nos indican que espalabra de combate, de guerra divina,de la Teoyaoyotl, del Atl-Tlachinolli, delcombate celeste. El Chalchihuitlrojo essmbolo de sangre derramada en combatepara nutrir al Sol, para nutrir a la tierra

    y mantener el equilibrio csmico.La otra vrgula esta pintada de blanco,smbolo de sacrificio, el rojo es de sangrey de la vida, y amarillo, smbolo solar, defuego y de luz.

    Una vrgula ms se derrama hacia abajocon colores rojo y azul para simbolizarla guerra divina.

    De su cuello pende su chimalli, sutehuehuelli, escudo propio de Huitzilopo-chtli, al centro tiene un nudo, smbolo deunin de los opuestos y tiene sus cuatrocolgajos de plumn de guila.

    Est erguida y con sus alas desple-gadas, listas para levantar el vuelo, esel sol apunto de surgir, es la represen-tacin mstica de Cuauhtlehuamitl enun poema de cantares mexicanos se lellama: Xipilli Cuauhtlehuamitl, Prncipeturquesa, guila que encumbra el vueloo guila que remonta el vuelo que esel momento del portentoso nacimiento

    de Huitzilopochtli.Tiene una bandera de pluma de quetzal

    y un bandern, ya de influencia europea,de color rojo.

    Est de pie sobre una pea de la cualnacen nopales y estos con tunas, sonlas Cuauhnochtli , las tunas del guila,smbolo de los corazones humanos ysobre el smbolo de altepetl, para indicarpueblo o ciudad, compuesto de atl, agua

    y de Tepetl, cerro in atl in tepetl quequiere decir en el agua, en el cerropara indicar que un pueblo debe tenerla firmeza y solidez de un cerro y elmovimiento y dinamismo del agua.

    La segunda parte es en la bveda deltemplo metafricamente, prosigue su camino

    ya que es la representacin del cielo, es labveda celeste, es el teotlachco, el campode juego de pelota Divino. Los rosetones

    representan las estrellas o escudos de otrasteofanas, esto nos llevara ms lejos an:a la creacin del sol en Teotihuacan cuan-do Nanahuatl, convertido en sol, exige elsacrificio de los dems dioses para quepueda iniciar su marcha.

    En esta tercera parte, comprendidapor lo pintado en el sotacoro, trate de

    Lmina 1. Cdice de la Casa del guila

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    seguir la distribucin original, peropint esta parte del cdice tratando deseguir un orden similar a otros, comopor ejemplo el Cdice Gmez de Orozcoy en parte como mi saber e intuicinme lo dictaron.

    Sobresale en la composicin larepresentacin de un guila con suplumaje de color rojizo, con banderade plumas de quetzal y una de influen-cia europea de color rojo, la vrgula enesta representacin de la palabra es unaflor con unas hojas, para indicar que sutrabajo, su palabra, do vida a la tierra y

    a los humanos. (Lmina 2)Si entendemos al orden de la composi-

    cin, y el sentido o la direccin del edificio,y le damos una secuela coherente, estaguila va volando hacia al oeste, y es enesta direccin donde se encuentra, por loque deduzco que va de cabeza, es decir elsol ya declina, termina su recorrido, de loque resulta que es la representacin deCuauhtemoc, guila que est bajando, que

    es el nombre del sol del cenit al ocaso,de Tzontemoc, guila que cae de cabeza,

    el sol en el momento del trmino de sucamino diurno y al inicio de su viaje porel inframundo.

    Ahora bien, por los dems motivos aquplasmados, al lugar a donde llega es al cielo,a su cielo, al Tlalocan, a Tamoanchan.

    A continuacin, varias escenas dondeencontramos el rbol sagrado de Tamoan-chan, aunque aqu aparece invertido; noson sus fauces las que penetran en latierra, sino que es su cuerpo el que setransforma en parte del tronco y en races,de su boca sale el rbol, con sus ramasentrecruzadas y que se tuerce sobre si

    mismo, una mata de maz transformada enserpiente; muy similar a una que apareceen el Fellervary-Mayer (cdice prehisp-nico) un nio que desciende para indicarel texto de Tamoanchandescendemos,como lo indica su posicin de manos,pies y, sobre todo, del pelo.

    Al final una hermosa y majestuosarepresentacin de la Diosa Madre,Coatlicue, deidad siempre asociada

    con el paraso de occidente, es decirTamoanchan. (Lmina 3)

    Su vestimenta y su pelo son vegeta-cin, que la asocia con Coatlicue, seorade la tierra, de la vida y de la muerte, seha dicho que es una representacin deMayahuel, porque su tocado es un magueyy que amamanta a dos peces.

    Al reproducir el dibujo completo, nosdamos cuenta perfectamente que no son

    peces lo que amamanta, son dos serpien-tes y no estn mamando, sus lenguasse transforman en la vestimenta de laDiosa Madre, Coatlicue, la de falda deserpientes.

    Coatlicue, diosa madre, Seora de laTierra, Madre de Huitzilopochtli, al ocasorecibe amorosa, en su seno, a su hijo.

    Lmina 2. Cdice de la Casa del guila

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    Da 29 de septiembre, cinco de la maana,misa de alba, el pueblo se ha agolpado en

    la iglesia para la fiesta del Santo Patronode Itzmiquilpan, San Miguel ArcngelSeor acepta con agrado el sacrificioque estamos celebrando

    Seor congregas a tu pueblo sincesar para que ofrezca en tu honor unsacrificio sin mancha, desde donde saleel Sol hasta el ocaso.

    El Sacerdote eleva estas plegarias a loalto y levanta el cliz con el vino para

    que por el poder de Dios se transformeen sangre. Suena estridente la campana,seguro de la transustanciacin. De acuerdo

    al rito cristiano ahora es verdadera sangre,sangre preciosa derramada en sacrificio y

    que Dios, Seor Nuestro, ha recibido gozososta ofrenda. Todo se ha consumado. Susacrificio es su triunfo. Ahora el Sacerdotelevanta la hostia y el horizonte enrojece,empieza la aurora, anunciando que el solva a salir triunfando sobre las tinieblas. Yas ser eternamente, da tras da.

    Por siempre

    Huizilopochtli, el joven guerrero,

    el que obra arriba,va andando su camino!

    BibliografaRitual de la Adoracin Nocturna Mexicana. Decimasexta edicin. ADNOMEX, A. C. Mxico 1977.

    Sahagn, Fray Bernardino.Historia General de las Cosas de l a Nueva Espaa.Mxico: Porrua, 1982.Garibay, ngel Mara. Veinte Himnos Sacros de los Nahuas. Mxico: UNAM, 1995.

    Garibay, ngel Mara. Teogona e Historia de los mexicanos. Mxico: Porrua, 1965.

    ConclusinLmina 3. Cdice de la Casa del guila

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    obra de los intelectuales locales?Armando Gonzlez Morales*

    FACHADA DEL TEMPLO,

    SANTIAGO

    ACAHUALTEPEC:

    IZTAPALAPA:

    El templo de Santiago Acahualtepecest catalogado por el Instituto Nacionalde Antropologa e Historia (INAH) como un monumento histrico por suscaractersticas arquitectnicas y culturales, es considerado una expresin dela cultura barroca que algunos han denominado como mestiza o popular. Sin

    embargo, no contamos con un documento que nos explique la importancia dedicho inmueble y menos el mensaje que se encuentra plasmado en su facha-da. Nuestro objetivo es precisamente sugerir algunas ideas del posible sentidoque los intelectuales de aquella poca, seguramente originarios del pueblo deAcahualtepec, buscaron trasmitir a travs de la construccin del templo, el cual,por cierto, debi de ser terminado por sus descendientes, ya que la construccininici en 1796 y termin en 1922.

    *Profesor investigador de l a Universidad Autnoma de la Ciud ad de Mxico. Actualmente trabajatemas sobre el Barroco Mexicano, se desempea como responsable del museo sitio comunitario Casa

    Talavera. Correo electrnico:[email protected]

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    Santiago Acahualtepec es uno de los 16 pueblos originarios de la delegacinIztapalapa en la ciudad de Mxico. En algunos documentos histricos aparececomo un pueblo que dependi del Seoro de Culhuacn durante la pocaprehispnica. A partir de la conquista espaola (siglo XVI), adopta la devocinde Santiago Matamoros, sin abandonar su forma de subsistencia agrcola ymantuvo elementos de su cultura indgena, al mismo tiempo que adopt, bajola advocacin de su nuevo santo patrn, el culto catlico y, muy probablemente,con una amplia participacin popular.

    La iglesia del pueblo es una expresin clara del arte barroco donde se repre-sentan aspectos del mundo indgena y catlico. Es el producto de un sincretismoentre el mundo rural colonial, donde predominaba la cosmovisin indgena(forjada en Mesoamrica), y el poder hegemnico espaol concentrado en lasgrandes urbes durante toda la poca colonial y gran parte del siglo XIX. Porsincretismo debemos entender una reinterpretacin de las creencias, smbolos

    y prcticas de la religin catlica en un contexto indgena y mesoamericano-colonial. El sincretismo al que nos referimos durante esos siglos de colonialis-mo y neo-colonialismo (XVI-XIX) puede relacionarse estrechamente con el dereligiosidad popular, remarcando las enormes diferencias que existen entre lasformas de interpretar los smbolos catlicos entre el pueblo y los discursosreligiosos oficiales.

    A travs de la religiosidad popular y sus expresiones ms evidentes comoson el ritual, las fiestas y convites, el intercambio de bienes y comida, lasofrendas, procesiones y peregrinaciones, se desatan una serie de procesose intercambios entre los smbolos catlicos e indgenas bajo un contexto

    barroco. El barroco fue una manera de vivir que facilit y promovi steintercambio an ms en un mbito rural. El barroco se distingui por re-elaborar el mito cristiano bajo una exaltacin de los sentidos y para elloutiliz la alegora, los arreglos teatrales, la pintura, el ingenio potico, losornamentos, la msica y la arquitectura, como herramientas predilectaspara construir una realidad donde se pudieran tocar el mundo terrenal ycelestial, la manera tan original que se dio esto en el mbito rural nos llevaa distinguirlo como barroco rural.

    A pesar de que muchas comunidades indgenas vivieron al margen dela civilizacin, que se desarrollaba primordialmente en las zonas urbanas,

    el modo de vivir que instaur el barroco consigui integrar varias de estascomunidades sin negarles por completo sus antiguas formas de relacionarseentre s y con la naturaleza. Algunas expresiones arquitectnicas barrocas queencontramos en varios pueblos y barrios populares de las ciudades, difcilesde colocar con precisin dentro de los cnones desarrollados en las ciuda-des, dan muestra de ello. Algunas de estas obras se reconocen ahora comoextraordinarias para nuestra cultura latinoamericana, como es el caso deSantiago Acahualtepec.

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    Cuando se inici la construccin del templo de Santiago Acahualtepec elbarroco como movimiento artstico predominante fue desplazado por la entradadel estilo neoclsico. Los centros urbanos y las grandes ciudades adoptaronrpidamente este nuevo estilo, pero en muchos pueblos se continuaron lasconstrucciones barrocas, como es el caso de la iglesia que ocupa nuestro estu-dio. Este tipo de construcciones ayudaron a que se agudizara ms la diferenciaexistente entre la ciudad y el mundo rural.

    A inicios del siglo XIXse dio una lucha feroz contra los pueblos indgenas queno queran dejar de ser indios, ni adoptar los parmetros individualistas, secularesy capitalistas, en resumen, que no queran modernizarse. Se busc debilitarlos,destruir la proteccin que ofreca la comunidad a travs de la solidaridadmutua y su religin sincrtica. Se busc construir una nacin homogneadonde las diferencias locales quedaran relegadas hasta desaparecer. Pero, apesar de tal embestida, que intent corromper el sentido solidario que per-

    vive todava en estos pueblos (fundamentalmente a travs de sus ritos), losintelectuales locales jugaron un papel importante en la resistencia a travsde la construccin de una fachada barroca en pleno siglo XX.

    La fachada del templo es un vehculo de expresin para la comunidad,por medio del cual fija a travs de sus propias formas una nocin colectivaen la utilizacin de smbolos e imgenes, con una doble intencionalidad:introducir el cristianismo en mbitos rurales y preservar tambin algunossmbolos y significados de la cosmovisin mesoamericana, expresin de sucondicin dual durante toda la colonia.

    Primero definiremos lo que significa interpretar en el contexto de este tra-

    bajo. Interpretar es hacer aparecer significados de un elemento, buscando sucoherencia y vinculacin con otras representaciones de este mismo elementoo de otros correlativos dentro de un universo cultural comn. En la investi-gacin se trata de los pueblos agrcolas de tradicin mesoamericana.

    Entre los elementos correlativos que encontramos en los distintos pueblosagrcolas de la regin se encuentra la peregrinacin al santuario de Tepalcingo.Otros pueblos vecinos, como Santa Martha Acatitla, Santa Mara Aztahuacn,San Sebastan Tecoloxtitlan, Culhuacn y otros ubicados en las delegacionesde Xochimilco, Tlalpn y Milpa Alta, as como del Estado de Puebla y Tlaxca-la, van tambin a pedir algn favor al santuario, ofreciendo portadas llenas

    de colorido y smbolos durante la tercera semana de cuaresma. Todos estospueblos, como Acahualtepec, fueron o son agricultores, por lo que su plegariams frecuente a Jess de Nazaret, santo patrn del santuario de Tepalcingo,es la peticin de lluvia.

    Otro elemento correlativo muy importante para nuestra interpretacines la localizacin de la zona arqueolgica de Chalcatzingo, Morelos, ocupadapor olmecas aproximadamente durante el preclsico medio (1200-800 a.c).Este sitio se encuentra a 15 kilmetros de Tepalcingo y en l existen algunas

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    1.Romn Pia Chan, Quetzalcatl. Serpienteemplumada, Mxico, F.C.E. 1977, p. 18.2. ngel Julin Garca Zambrano,Paisaje mticoy paisaje fundacional en las migracionesmesoamericanas, Mxico, Universidad Autnoma delEstado de Morelos, 2006, p. 151.

    rocas con relieves grabados. Una de stas, denominada el rey, representanubes con gotas de agua cayendo, plantas, una boca de jaguar (o cueva conun ojo en forma de X), con un personaje, designado como el rey, en su interiory enfrente de l salen unas volutas como si fueran vrgulas propiciatoriasde la lluvia. (Figura 1)

    En otra roca encontramos un relieve relacionado con la agricultura,donde aparecen cuatro individuos, ataviados con tocados en forma de equiscon mscaras de aves fantsticas, con bragueros y capas cortas, [] llevanimplementos agrcolas como bastones plantadores y ramas vegetales o caasde maz en las manos1, lo que nos sugiere que estamos en un lugar sagradodonde se realizaban ritos propiciatorios para la lluvia.

    Chalcatzingo es un sitio donde el mito se encuentra incluso en su paisaje, comoseala el investigador ngel Julin Garca Zambrano, en su libro Paisaje mtico

    y paisaje fundacional en las migraciones mesoamericanas(2006), cuando seala la

    semejanza simblica de sus cerros con los del seoro de Culhuacan, donde seubica Santiago Acahualtepec, ambos tienen una forma de silla o curvatu-ra, unificadora de los respectivos pares de promontorios rocosos, mismo quelos caracteriza como un rasgo paisajstico, semejantes en Oztuma, Tlapacoya,Teopantecuanitlan, San Martn Pajapan, Ndanxagua, Palenque, Yaxchilan yMxico-Tenochtitln, entre otros2. (Figura 2 y fotografa 1)

    Algunas fuentes nos explican que en pleno esplendor teotihuacano (100-650d.C,), Quetzalcatl, lucero de la maana (el planeta Venus), estrella matutinaque sale del inframundo, despus de combatir en el reino de los muertos,asciende al cielo, para descender nuevamente al inframundo en forma de X-

    lotl, es decir, su gemelo precioso. Esta lucha csmica se narra en losAnales deCuauhtitlan, sealando que un da uno tochtliel sol se detuvo y la humanidaddesapareci, y Quetzalcatl fue designado para crear al ser humano nuevo.l tiene que viajar al Mictln (inframundo) para tomar los huesos preciosos de

    De izquierda a derechaFigura 1. Roca grabada conocida como el rey

    en Chalcatzingo, Morelos.Figura 2. Relacin de Culhuacn, 1580, en: R. Acua, ed.

    Relaciones geogrficas del siglo XVI: Mxico, II, UNAM,IIA,1986, pp. 30-31.

    Fotografa 1. Zona arqueolgica de Chalcatz ingo, Morelos.

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    los antepasados, con su gemelo Xlotl, su aspecto dual. Laurette Sejourn nosdice que Xlotl es esencialmente movimiento ya que su misin exclusiva es lade llevar la chispa de la que es portador al otro extremo del mundo [] es elregente mismo del da ollnmovimiento (da 17 del calendario) [] [lo quenos] recuerda las peregrinaciones mticas3.

    En ese mito se narra que Quetzalcatl, al momento de querer salir delinframundo, corre hacia la salida, presa del pnico hace caer los huesos ycomienza a llorar pensando que ha fracasado en su misin; es justamenteXlotl quien lo consuela y ayuda a lograr su objetivo. Pero una vez creada lanueva humanidad, con el auto sacrificio de Quetzalcatl, faltaba saber quiban a comer los nuevos humanos. Es nuevamente en losAnales de Cuauhtitlandonde se narra la aventura de Quetzalcatl, convertido en una hormiga ne-gra, descubriendo el maz en el Tonacatpetl o cerro de las mieses, y despusllevndolo a Tamoanchan(cuna de la humanidad), para que, posteriormente,

    el maz fuera puesto en nuestros labios.En Tlancualpicn, lugar cercano a Tepalcingo (25 kilmetros al sur), se

    encuentra otro templo santuario donde podemos observar, bajo el balcndel segundo cuerpo de la torre contigua, a cuatro ngeles descendentes, unofranqueando cada lado de la torre. (Fotografa 2)

    En el segundo cuerpo del santuario de Tepalcingo, Morelos, se puedeobservar dos pares de columnas entrelazadas con el mismo smbolo de dosngeles descendentes. (Fotografa 3)

    Esto nos recuerda al investigador E. Seler, quien remarcaba que Xlotlera representado con su figura cayendo en los abismos [] lo cual expresa

    sin duda la idea de la quinta regin. El centro o la direccin hacia abajo4.Recordemos que la quinta regin est relacionada con el quinto sol, mitofundacional para los mexicas. Es importante recordar que el sitio arqueol-gico de Chalcatzingo estuvo ocupado por los tlahuicas, de origen otomange,

    3.Laurette Sejourn, El universo de Quetzalcatl,Mxico, F.C.E., 2003, p. 71-72.4.Ibidem, p. 100.

    De izquierda a derechaFotografa 2. Torre contigua al templo de Santa Mara

    Tlancualpicn, Puebla.Fotografa 3. Segundo cuerpo del imafronte de Tepalcingo,

    donde se encuentran las columnas entrelazadas y pordebajo de estas los ngeles descendentes.

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    [y que tambin se nhuatlizaron cuando los mexicas extendieron su dominiohasta lo que hoy es el estado de Morelos (siglo XV), donde encontramos a lamtica Tamoanchan, segn Paul Kirchhoff.]

    Las columnas bien podran ser el smbolo predilecto deXlotl, ollin(movi-miento) para poder mantenerse con vida en su incursin por el inframundoy vencer a la oscuridad, la muerte, la quietud, como se describe en losAnalesde Cuauhtitlan. (Figura 3)

    Estos elementos se presentan de manera semejante en el templo de SantaMara Jolalpan, Puebla, el cual fue descrito por el poeta Othn Lara Barbaen el suplemento del peridico el Sol de Puebla el 22 de septiembre de1957. Othn Lara Barba, discpulo y amigo de toda la vida de Carlos Pellicer,sugiri que estbamos ante la presencia del diosXlotlen el ms extrao delos templos cristianos del siglo XVIII. Nos deca: Extrao en su encantadoramezcla de sus estilos, pero ms an, por la inquietante mixturacin de sus

    smbolos: el dios Xlotl, lucero de la tarde, una de las advocaciones del divinoQuetzalcatl, y este mismo numen lucero del alba, juntos como en el mito,aparecen representados con todos sus emblemas, en dos columnas gemelasentrelazndose, (a uno y otro lado del segundo cuerpo de la portada y en-cuadrndole). Todo bajo el designio de la teologa cristiana5. (Fotografa 4)

    En este templo, analizado en 1960 por el maestro Reyes Valerio, tenemosun estilo semejante al de Tepalcingo, donde en un par de columnas, entre-lazadas en el segundo cuerpo, se puede observar a dos angelitos, uno quesube y otro baja por las columnas. (Fotografa 5)

    Estos templos nos sugieren una manera muy singular y alegrica de

    mantener la memoria de una poca y que adems logra exaltar los sentidosy las emociones, objetivo barroco, mientras construye una manifestacincultural donde el mundo de los pueblos indios hace suyo un estilo, sin negarsu condicin y memoria mesoamericana. En estos templos se hizo posible la

    5.Othn Lara Barba, La portada de la pursima concep-cin de Santa Mara Jolalpan, en: Suplemento de ElSol de Puebla, septiembre 22 de 1957, p. 15.

    De izquierda a derechaFigura 3. Formas de representacin del glifo olln (movi-miento), tomado del libro de Laurette Sejourn, El universo

    de Quetzalcatl, 2003, p. 61.Fotografa 4. Templo de Santa Mara Jolalpan, Puebla.Fotografa 5.Detalle de las columnas entrelazadas en

    Santa Mara Jolalpan, Puebla.

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    conjuncin de dos opuestos: lo mesoamericano y lo cristiano.Algunos templos, como el del Santiago Acahualtepec, guardan esa profun-

    da relacin con el santuario de Tepalcingo porque ven en ese santuario unaespecie de Tamoanchanla cual debe interpretarse, segn el etnlogo Graulich,como un sitio con una secuencia de acontecimientos: la presencia del paraso,el pecado, la expulsin y la recuperacin del primero por un acto heroico depurificacin. En este sentido la Tamoanchanoriginal estaba en el cielo.6La se-mejanza con el mensaje cristiano plasmado en Tepalcingo es evidente, dondese sintetiza, como nos dice Reyes Valerio, la doctrina de la iglesia cristiana,siendo Jesucristo quien viene a recuperarnos el paraso a travs de su sacri-ficio, como a su vez lo hicieran los dioses mesoamericanos.

    El templo de Santiago Acahualtepec, Iztapalapa, de oriente a poniente, tiene unaportada donde vemos a un ngel ascendente y otro descendente. (Fotografa 6)

    Este elemento nos ha llevado a pensar que contiene una concepcin del

    mundo comn que tambin se expresa en el santuario de Tepalcingo; y nosabri la puerta para observar que la custodia plasmada encima del arcoprincipal, con dos ngeles guardianes, tiene una forma solar, muy frecuenteen Amrica, y, segn el investigador Jaime Lara, tal diseo es una invencinamericana en el proceso sincrtico que llev a confluir el imaginario solarprehispnico con el sacrificio de Cristo.

    Ahora sabemos que los ritos solares que realizaban los mesoamericanosllamaron mucho la atencin de los misioneros, al grado de adecuarlos para laevangelizacin de los indgenas, amalgamando los cultos solares mesoamericanoscon la figura de Jesucristo y su presencia eucarstica. Algo muy semejante se

    dio en Europa, donde desde muy temprano la liturgia cristiana se estructuralrededor del movimiento solar. Destacando los momentos claves del da li-trgico, al amanecer y al atardecer, cuando el sol acta como un sacramentode la accin restauradora de Cristo. (Fotografa 7)

    De izquierda a derechaFotografa 6. Fachada del templo de Santiago

    Acahualtepec, Iztapalapa, donde podemos observar (sobre elarco de la puerta) un ngel a scendente y otro descendente.

    Fotografa 7.Representacin del santsimo sacramento enforma solar, custodiado por dos ngeles, e n la parte inferior

    de la ventana del templo de Santiago Acahualtepec.

    6. Vase, Alfredo Lpez-Austn, Tamoanchan yTlalocan, Mxico, F.C.E. 1994, p. 81.

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    7.Luis Barjau, El mito mexicano de las edades, Mxico,Porra, 1998, p. 15.

    Lo anterior toma mayor importancia cuando sabemos que el templo deAcahualtepec, desde sus orgenes, estuvo a cargo de la orden franciscana, lacual se distingui por apoyar y fomentar la utilizacin de smbolos y con-ceptos indgenas para explicar e impulsar la conversin al cristianismo y/oindianizar al mundo cristiano. Desde el siglo XVImuchos misioneros argu-yeron que los indgenas podan ser ejemplares cristianos, incluso el clebreBernardino de Sahagn, monje franciscano del siglo XVI, afirmaba que encuanto a poltica y moral los indgenas eran mucho ms aventajados queotras naciones del mundo.

    La fachada del templo de Santiago Acahualtepec, Iztapalapa, es una ex-presin concreta de la religiosidad que encontramos en algunos pueblos,donde se articula de manera muy original la organizacin social, religiosay productiva. La presencia de Xlotl en la fachada del templo nos sugierela mtica peregrinacin que realiza Quetzalcatl al inframundo, as como

    la que ellos, los pobladores de Acahualtepec, realizan al santuario deTepalcingo, Morelos, el tercer viernes de cuaresma, desde hace muchosaos, organizada por las autoridades locales, con la finalidad de pedir unfavor: el agua y mostrar su agradecimiento con una ofrenda a Cristo. Sibien ahora no es un pueblo agrcola y sus peticiones deben ser por lotanto otras, mantienen sus fiestas y organizacin social y poltica comoun smbolo de identidad.

    El templo es el intento por preservar una memoria que les permiticonservar y desarrollar una concepcin dual de su realidad, la cual fluyeentre opuestos que luchan y se complementan entre s, emergiendo al-

    ternadamente, bajo la forma de un pecado y la salvacin, vida y muerte,ofrecer y recibir, sembrar y cosechar, lo cristiano y lo indgena; siempre conla firme conviccin de repetir el acontecimiento primordial: sacrificarsecomo lo hicieron los dioses y Jesucristo para fecundar la tierra y sosteneras la vida a travs del ritual, representado como un drama csmico dondeparticipan varios dioses.

    Tenemos as una clara persistencia del pensamiento mtico en el templode Acahualtepec, lo cual era muy importante entre las culturas mesoameri-canas para legitimarse, mismo que se mantuvo durante el barroco rural, aladaptarse el mito cristiano como un aspecto vital y permitir una transicin

    al orden colonial, confirmndose as lo que sostiene Vctor Turner el mitose refiere a las orgenes aunque derive de las transiciones7. Los mexicas yatenan experiencia al respecto, a su llegada a la cuenca de Mxico adoptaron elmito de los cuatro soles, cuatro eras (sigloXIII) y cuando se convirtieron en lacultura predominante (siglo XV) adaptaron esta tradicin mtica para cons-truir el mito del quinto sol, justificando as otra transicin, hacia la era deldominio mexica (1431-1521).

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    Al respecto nos dice Luis Barjau: La tradicin narrativa de los cinco solessurgi tambin con la notable transicin de un pueblo el de los mexicas-que pasaba del nomadismo tribal al sedentarismo agrcola, del consejo deancianos como cumbre de las decisiones tribales, al Estado teocrtico 8,fundamentando sus orgenes desde Aztln, Chicomoztoc y Culhuacn, esdecir, desde tiempos mticos.

    Hay elementos del pensamiento mtico que preserva el barroco rural cir-

    cundante al santuario de Tepalcingo y que llega hasta la cuenca de Mxico,todava es ledo por algunos sabios contemporneos, como es el caso delcronista del pueblo de Acahualtepec, don Florencio Snchez, al reconoceral ngel descendente de la portada del templo en Acahualtepec como unarepresentacin de Quetzalcatl, apologa de la agricultura, dios del vientoque con su soplido trae nubes y lluvia.

    BibliografaBarjau Luis, El mito mexicano de las edades, Mxico, Porra, 1998.Garca Zambrano Julan ngel, Paisaje mtico y paisaje fundacional en las migra-ciones mesoamericanas, Mxico, Universidad Autnoma de Morelos, 2006.Lara Barba Othn, La portada de la pursima concepcin de Santa Mara Jolalpan, en:

    Suplemento de El Sol de Puebla, septiembre 22 de 1957.Lara Jaime, Cristo-Helios americano: inculturacin del culto al sol en el arte y arquitecturade los virreinatos de la Nueva Espaa y del Per, en:Anales del Instituto de Investi-

    gaciones Estticas,UNAM, Mxico, nm. 74-75, 1999, pp. 29-49.Lpez-Austn Alfredo, Tamoanchan y Tlalocan, Mxico, F.C.E. 1994.Pa Chang Romn, Quetzalcatl, serpiente emplumada, Mxico, F.C.E. 1977.Reyes Valerio Constantino, Tepalcingo, Mxico, INAH, 1960.Reyes Valero Constantino,Triloga barroca, Mxico, INAH, 1960.Sejourn Laurette, El Universo de Quetzalcatl, Mxico, F.C.E. 2003.

    8. Luis Barjau, El mito mexicano de las edad es,Mxico, Porra, 1998, p. 62

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    CDICEXLOTLSu glfca

    Ulises Valiente Argelles*

    Nota del autor: para este texto no se usa la h, el salto glotal se seal acon un apostrofe (), las palabras nauas no se acentan y no se escriben los

    sonidos voclicos cortos ya que estn incluidos en la estructura fnica.

    Introduccin

    *Es director del Seminario de Cdices, A.C. del Centro de Investiga-cin en Escritura Tradicional Indgena. Desde 1992 se especializaen el estudio de la Escritura Glfica Naua.

    En la Biblioteca Nacional de Pars(BNP) se encuentra el cdice Xolotl, unode los 250 manuscritos pictogrficos mexicanos resguardados ah. steabarca casi cuatro siglos de la historia de la ciudad de Texcoco y de las ciuda-des contiguas, como Uexotla, Couatepec (Coatepec), Couatlichan (Coatlinchan)

    y Tenochtitlan. Los relatos que contiene este documento empiezan en 1068 yterminan en 1429. Los personajes principales de esta historia son los soberanosque se sucedieron en la ciudad de Texcoco, conocidos como: Xolotl, Nopaltzin,Tlotzin, Quinatzin, Techotlalatzin, Ixtlilxochtl y Netzaualcoyotl.

    Este cdice lo posea un descendiente de los seores que rigieron Texcoco,Fernando de Alva Ixtlilxochitl. l escribi la historia de su ciudad, enriquecindolacon citas extradas del cdice Xolotl, que fue una de sus principales fuentes.

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    Descripcin del Cdice

    A la par, una copia del siglo XVIIIse encuentra tambin en laBNP(en totalson dos copias dibujadas Len y Gama y Santiago de Chile- y cuatro repro-ducciones fotogrficas: Boban, Dibble 1951 y 1980 y en Memorias del Sistemade Drenaje Profundo del D. F.1975) y aporta informacin sobre las partes del

    cdice Xolotl que se encuentran daadas. Algunos estudios acerca de este cdicehan sido publicados, el ms importante el de Charles Dibble en 1980, aunquehaya sido considerado como una mera introduccin por su autor, porque noaborda la traduccin directa y fragmentacin de cada glifo.

    El cdice Xolotl, como otros que informan y testifican las migraciones de gruposchichimecas al centro del pas (cdices del grupo Cuauhtinchan y Quinatzin,entre otros), ofrece testimonios del deseo del hombre universal por cambiarsu situacin original de sustentacin. Estos documentos son piezas clave denuestras historias no contadas.

    El proceso de desciframiento aportar datos sobre los grupos humanosque integraron las migraciones del Mxico antiguo y las circunstancias geo-grficas e histricas que los rodearon. El altiplano mexicano conserva todavalos lugares en los cuales se asentaron estos pueblos; los sitios representannuestra conexin con un pasado que busca estar presente, sin intermediarios

    que tergiversen su sentido original.

    El Cdice Xolotl est constituido de diez lminas de 40 por 50 centmetros aproxi-madamente y tres fragmentos; son en total varios millares de elementos dibujados.Todas estas partes estn hechas de papel tradicional (amate) que sirve de soportepara los glifos y colores a los que se le aadieron comentarios, sellos y etiquetas.

    Las lminas se encuentran en buen estado y podemos notar en cada una deellas la clsica distribucin espacial de la escritura naua. Se aadieron colo-res que se encuentran muy desgastados, mientras que en otras partes estnausentes por la accin de los elementos naturales y el tiempo. Es de notarque el cdice est cosido en algunas uniones o bordes de las hojas. El ordenproporcionado por la edicin de Dibble en 1980 est alterado al agregar unpar de fragmentos como parte del cdice, en realidad stos son anexos yestuvieron en la portada como un pegote decorativo.

    Su aportacin a la historiade Mxico

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    Mtodo dedesciframiento

    Clasificacin

    El mtodo consiste en la elaboracin delistados grficos en donde cada glifo esrelacionado con un sonido del idiomaoriginal de lectura, el nauatl. El glifo estcompuesto a su vez de partes grficasque lo integran, es decir, cada uno deellos a su vez es otro glifo ms.

    Se elaboran fichas para cada unode los glifos, generalmente de formatomedia carta horizontal, que contie-nen los dibujos con sus diferentes

    pronunciaciones, posiciones en elcdice o su relacin con otros elementos grficos. As se forma un archivode pertinencias o caractersticas propias de la lengua representada con unaescritura que se dibuja. Esta particularidad pictogrfica es compartida slopor el pueblo egipcio.

    Se anexa una hiptesis sobre el color que tuvieron los glifos originalmen-te; en esta escritura cada uno de ellos posee una croma que le es propia, elpoder hacer la reconstruccin confirma o modifica las pronunciaciones y sussignificados. El padre de este sistema de estudio fue el dr. Joaqun Galarzaen sus numerosos y diferentes trabajos. Para toda una serie de documentos,

    particulares a cada poca, las regiones y los temas desarrollados, este autordesarroll una aproximacin especfica caso por caso, sin abandonar un es-quema general para lograr hacer una lectura.

    Los glifos se pueden clasificar en varios gneros, mismos que se pueden iden-tificar a partir de criterios esencialmente grficos, es decir, que no hace faltaun conocimiento previo a su lectura.

    Antropnimos.- Estos glifos tienen dos caractersticas definitorias:siempre se encuentran vinculados a la parte superior de un personaje (unpeinado, un nudo de la capa o un brazo) y normalmente son de dimensininferior a la de los otros glifos a los que pueden estar vinculados. Este primergnero se puede dividir en varios tipos: los antropnimos personales, losantropnimos de funcin colectiva, los antropnimos de funcin locativa yfinalmente los de cargo.

    Fragmento del Cdice Xlotl

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    Suplemento de ManovueltaDilogo de la UACMcon las Comunidades,Nmero 8 Ao 4, octubre 2010

    UNIVERSIDAD AUTNOMA DE LA CIUDADDE MXICORectora: Esther Orozco OrozcoCoordinador de Enlace Comunitario: Ivn

    Gomezcsar Hernndez

    SUPLEMENTO MANOVUELTAEditor general: Ivn Gomezcsar HernndezCo-Editora: Enid Rubiela Santiago BarrancoCorreccin de estilo: Manuel Granados Vargas y

    Adriana Ortega SegundoDiseo: Paola Ins Reyes Yez

    A continuacin dar algunos ejemplos de estos glifos:Netzahualcoyotl es un antropnimo personal, mientras que toltecatl(el

    tolteca) forma parte de los antropnimos colectivos; tenochcatl(el de Teno-chtitlan) es un ejemplo de antropnimo locativo.

    Un personaje puede ser designado por su nombre propio, el nombre delgrupo al que pertenece o por el nombre de la ciudad a la que depende, segnel grado de precisin que se desee. Ciuacouatl(serpiente femenina, segundoal cargo en la regencia y administracin los ingresos agrcolas, es un puestomasculino) es un ejemplo de lo que se ha llamado antropnimo de cargo.Los antropnimos locativos pueden reconocerse nicamente basndose en surepresentacin pictrica, siempre y cuando los glifos del lugar correspondientesean conocidos. La identificacin de los otros tipos puede hacerse solamente apartir del momento en que ya se conocen sus lecturas.

    Topnimos.-Estos glifos tienen una dimensin superior a la de losque los preceden y son casi siempre independientes, es decir, sin lazo grfico.Aunque pueden llegar a estar conectados por un lazo o por un contacto en laparte inferior de un personaje (pierna, pie o trasero).

    Glifos magnificados.-stos fueron supradimensionados para figu-rar elementos de paisajes, por ejemplo los glifos de la laguna o de cadenasde montaas que estn dibujadas en casi todas las lminas. La mayora delas veces aparecen para establecer una relacin particular con uno o variospersonajes.

    Glifos de secuencia numrica.-Generalmente son glifos temporales;muy a menudo designan das, aos o lapsos. Se les reconoce por el hecho deque las cantidades estn descritas y que son independientes en muchas de susapariciones. Sin embargo, existen casos menos evidentes, como las ocasionesen que no hay cantidad, como en los glifos que indican un periodo nocturnoo cuando un glifo temporal forma parte del nombre de un personaje, caso enel que se le considera como un antropnimo. Los antropnimos formados confechas se distinguen de los glifos de numeracin ya que stos estn unidospor lazos grficos en la parte superior de un personaje.