Encuentro entre teologia y estetica - 143.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    489489

    Encuentro entre teologay esttica

    LI MIZAR SALAMANCA B.*

    RESUMEN

    E

    THEOLOGICA XAVERIANA 143 (2002) 489-502

    l artculo aborda el encuentro entre teologa y esttica desdetres puntos de vista: belleza y forma, comprensin del amor yde la fe, revelacin y cultura. Cristo es manifestacin de labelleza de Dios y se constituye en criterio interpretativo de larevelacin, lo cual justifica una teologa esttica.

    La Gestalt Christi es amor, cuya evidencia mueve a la fe. La feunida al amor y por la gracia, trasfigura a hombres y mujeres enesplendor de la belleza divina y hacen de la naturaleza y de lacultura escenario de gloria divina.

    Palabras clave: Belleza (pulchrum), forma (gestalt), trinidad,amor, fe, cultura, revelacin.

    Abstract

    This article approaches the intersection of theology withaesthetics from three points of view: beauty and form,comprehension of love and of faith, revelation and culture.Christ is manifestation of Gods beauty and becomes aninterpretive criterium of revelation, which justifies an aesthetictheology.

    The Gestalt Christi is love, whose evidence moves faith. Faith inunion with love, through grace, transforms men and women

    * Licenciada en Educacin con nfasis en Filosofa y Letras, Universidad Santo Toms.Licenciada en Ciencias Religiosas y Magistra en Teologa, Pontificia Universidad Javeriana,Bogot. Oficina: Carrera 5 No. 39-00. Correo electrnico: [email protected]

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    490490

    into splendor of the divine beauty and makes of nature andculture a deployment of divine grace.

    Keywords: Beauty (pulchrum), form (gestalt), Trinity, love, faith,culture, revelation.

    De aquel cuyo semblante se crispa ante la solamencin de su nombre [belleza] podemos asegurarque -abierta o tcitamente- ya no es capaz de rezar y,

    de pronto, ni siquiera ser capaz de amar.

    Balthasar H.U. Von (Gloria I, p.23)

    Abordaremos el encuentro entre teologa y experiencia esttica, cuyo ori-gen est en el arte1 , desde tres puntos de vista: belleza y forma, compren-sin del amor y de la fe, revelacin y cultura.

    Seguimos a Hans Urs von Balthasar2 , quien en su esttica teolgicatoma el trascendental de le belleza (pulchrum) como punto inicial para leerel acontecimiento de la revelacin.3 El autor no desarrolla demostracionescon rigor filosfico-escolstico, en que la filosofa se concibe como ancillade la teologa o la teologa depende de alguna escuela filosfica. La baseepistemolgica de su teologa le viene de la fe en la Gestalt Christi, cuyo

    1. Se entiende por teologa, ante todo, la capacidad de ponerse a la escucha de larevelacin y de aquella interpretacin fundamental que dieron de ella los Padres de laIglesia y los grandes maestros de la historia eclesistica. FISICHELLA, R., Introduccin a lateologa fundamental, Verbo Divino, Estella, 1993, p. 152.

    El arte es la exteriorizacin consciente de la plenitud interior en la forma , plenitudque puede llamarse esplendor (GGLER, ALORS, citado por BALTHASAR VON , H.U., Gloria: unaesttica teolgica, I, Encuentro, Madrid, 1985, p. 93.) De este modo, esttica se entiendecomo ordenacin del esplendor, ciencia normativa de la sensibilidad.

    2. H.U. VON, BALTHASAR, (12 de agosto de 1905 a junio 1988) tiene una enorme produccincon un total de 1.113 ttulos publicados, sin contar lo que se puede publicar de l attulo pstumo. Hoy se recupera su perspectiva, sin dejar de reconocer dificultades ensu interpretacin. Su obra se considera como uno de los mayores logros teolgicos denuestro tiempo, gracias al cambio de condiciones histricas y culturales en que elsujeto desea volver a sus races ms genuinas, siente fascinacin por la revelacin ypor la verdad, no del pensamiento, sino del ser y del sentido.

    3. H.U. VON, BALTHASAR, explica la revelacin a travs de la relacin dinmica y recproca delos tres trascendentales: pulchrum, bonum, verum, con sus respectivas lecturas:esttica, dramtica, lgica. La belleza es la aureola de resplandor imborrable querodea a la estrella de la verdad y del bien y su indisociable unin (BALTHASAR, H.U. VON,Gloria..., I, p. 22.) Cfr., FISICHELLA, R., Introduccin..., p. 155.

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    491491

    esplendor es belleza divina y se constituye en criterio interpretativo de larevelacin.4

    La teologa esttica se hace ciencia de la forma divina como ha sidorevelada por Cristo y, a travs de l, en el cosmos y en la historia.5

    Prcticamente se desarrollar el siguiente principio: si Cristo es la ima-gen visible del Dios invisible (Col. 1,15), la figura luminosa por excelenciade lo bello se hace objeto de la teologa. Adems, dice nuestro autor, no haexistido ni puede existir ninguna teologa intrnsecamente grande e histri-camente fecunda que no haya sido expresamente concebida y dada a luzbajo el signo de lo bello y de la gracia.6

    BELLEZA Y FORMA

    Pulchrum7

    En una perspectiva general, podemos decir que pulchrum es la refulgenciaen la integridad y armona o proporcin del ser.8

    Visto desde la teologa, pulchrum es el resplandor de Dios; es su glo-ria que lo hace bello a nuestros ojos. Esta belleza teolgica se manifiestafundamentalmente a hombres y mujeres en la presencia del amor. El absolu-

    4. H.U. VON, BALTHASAR, supera una visin cosmolgica (en que lo contingente llega aconvertirse en expresin de lo universal), o la visin antropolgica (en que el hombrese constituye en la medida de todo conocimiento). Opta por la objetividad de laGestalt, cuya interpretacin constituye a la teologa en hermenutica. Cfr., LATOURELLE, R.;FISICHELLA, R., Diccionario de teologa fundamental, Paulinas, Madrid, 1992, p. 145.

    5. Cfr., DUPR, L., La teologa de la forma esttica, de Hans Urs Balthasar, en Seleccionesde teologa, No. 113, Vol. 29, Barcelona, 1990, p. 68.

    6. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p.16.

    7. Pulchritudo (de pulcher), belleza corporal, hermosura fsica. Belleza moral pulchritudo,virtutis, belleza de la virtud. Cfr., BLZQUEZ, A., Diccionario manual latino-espaol, espaol-latino, 4 ed., Ramn Sopena, S.A., Barcelona, 1958.

    8. Segn santo Toms, se requiere de tres condiciones para que la belleza se d: integridado perfeccin (integritas), proporcin o armona de las partes (proportio), esplendor(claritas). La especie o la belleza tienen semejanza con lo propio del Hijo de Dios. Laintegridad y perfeccin tienen semejanza con el Hijo en cuanto que el Hijo tiene en smismo la forma real y perfecta de la naturaleza del Padre; en cuanto a la proporcin yarmona, se adecua en que el Hijo es imagen expresa del Padre; en cuanto a la claridad,se adecua con el Hijo en cuanto que es la Palabra de Dios, la luz, esplendor delentendimiento (J. Damasceno P.G. 94, 857), De esta manera, el Hijo es esplendor deDios. Cfr., SANTO TOMS, Suma teolgica, Tomo I, cuestin 39, artculo 8C.

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    492492

    to, el todo, habita en la finitud de lo inmanente como don y contemplamosel acontecimiento de un Dios alianza y fidelidad que se hace visible comoautodonacin definitiva y total en Cristo.

    En Cristo, el amor trinitario asume la muerte como expresin y pruebapara dar a conocer su ser-esencia. La esencia de la gloria se presenta demodo inseparable como belleza trascendental y como knosis por amor:Dios es bello, bello de un modo particular a l y slo a l, bello en elsentido de la belleza primordial e inalcanzable.9 Dios creador, al crear, seinterna en la nada; el Hijo es resplandor de su gloria [de Dios] e impronta desu esencia (Heb. 1,3), es Dios hecho hombre anonadado; la belleza trascen-dental es fuerza creadora del Espritu, que diviniza al ser humano, es lafuerza oculta del acontecimiento de la revelacin.

    La belleza que brota de la profundidad del ser de Dios est plasmadaen las imgenes del kabod, y doxa, autorrepresentacin de su gloria.10

    En nuestra reflexin sobre el encuentro entre teologa y arte, la belle-za se presenta en su verdad en la contemplacin de la Trinidad11 , gracias a laencarnacin del Hijo, imagen del Dios invisible (Col. 1, 15).

    La irresistible fuerza de atraccin de su belleza es razn del carcterfascinante de la esttica y de lo sacro. Los dos se dirigen a la alteridadindisponible de lo absoluto o a la objetividad inaferrable de lo bello. El artis-ta y el telogo se consagran de este modo a la imposibilidad de decir loindecible.

    El pulchrum es evocado por la forma. Belleza y forma se perciben demodo simultneo como esplendor. La forma est dada por el Hijo que sehizo hombre y en l, a su vez, la belleza se supera en el esplendor de ladivinidad que llamamos gloria.

    Gestalt

    Qu estamos entendiendo por forma (gestalt)?

    9. Barth, Karl, citado por BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 53.

    10. Cfr., LATOURELLE, R.; FISICHELLA, R., Diccionario..., p. 142.

    11. En la gestalt , Jess de Nazaret es el revelador y la revelacin del misterio trinitario.LATOURELLE, R.; FISICHELLA, R., Diccionario..., p. 142.

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    493493

    Forma, de la traduccin del alemn gestalt, se refiere a una totalidadde partes y elementos concebida como tal [que no admite ser fragmenta-da]. Totalidad que est limitada y apoyada en s misma y remite a su profun-didad intrnseca.12

    La gestalt, para su consistencia, no slo necesita de un ambiente, sinoen definitiva del ser en su totalidad, que trasciende y domina las partes enque se articula. De este modo, la gestalt lleva en s sus condiciones deposibilidad de existencia y de credibilidad.13

    La percepcin de la belleza en la forma no es algo subjetivo. Si fueraas, cmo puede la esttica, ciencia de la forma bella, reclamar un lugar enla teologa? 14 La luz de la belleza emerge de la forma misma, pues pertene-ce a lo profundo del ser mismo que se manifiesta.

    En la percepcin necesariamente fragmentaria que podemos tener delos seres, puede captarse la armona y proporcin del todo, en que el conte-nido est dentro de la forma y se hace luminoso en lo bello de la forma.

    La fragmentacin del anlisis emprico y racional lleva a la prdida dela presencia real de la profundidad de la forma. En cuanto revelacin de laprofundidad, su manifestacin es, a la vez y de un modo inseparable, doscosas: presencia real de la profundidad, del todo, y referencia real al msall de s misma, a esta profundidad. [...] Cuando la vemos realmente [laforma], es decir, cuando no slo contemplamos la forma separada, sino en laprofundidad que en ella se manifiesta, la vemos como esplendor, como glo-ria del ser.15

    En otras palabras, en la contemplacin exttica de la forma se da unmovimiento hacia el fundamento mismo del ser dado por la gestalt. Todaslas formas debern ser medidas con referencia a la forma suprema de Dios,y slo en l, su fundamento, es donde se revela el ser en su libertad, amory belleza trascendental.

    12. Cfr., FISICHELLA, R., Introduccin..., p. 158.

    13. Cfr., BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., IV, pp. 31-32.

    14. DUPR, L., La teologa..., p. 68.

    15. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 111.

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    494494

    La gestalt en cuanto revelacin, es garanta de expresividad de Dios,de lo infinito en lo finito.16 Se hace representacin contracta del absoluto17 ;religa a Dios y al mundo en intimidad inconcebible, instaurndose la totali-dad: verdad, belleza, bondad.

    De este modo, la gestalt por excelencia es Jess de Nazaret, manifes-tacin ltima y definitiva del amor del Padre, revelador y revelacin delmisterio de Dios.

    En cuanto a la credibilidad de la forma, Jess es el nico signo de smismo. Su visibilidad no es un signo que remite al significado ms all de l,sino que l es la imagen y expresin plena de Dios, sin remitir a otra cosa sino es al misterio de su existencia. Su unicidad, hace de l la clave deinterpretativa de s mismo. Es, por consiguiente, lo que lo constituye prototi-po universal y normativo para todos los hombres y todos los tiempos.18

    He aqu que ser cristiano es forma a partir de la experiencia de Jess.Forma es Jaris , expresa el encanto de lo bello y tambin significa gracia,posibilidad existencial abierta por Dios que nos justifica y por Cristo que nosredime, sin destruir nada natural para alcanzar la plenitud en que se expresael ser de manera nueva y la esencia divina como esplendor.19

    En Jess de Nazaret se constata la irradiacin de la gloria de Dios en lanaturaleza del hombre, de manera nica e irrepetible. San Pablo aplica elconcepto de forma a Cristo y a la forma que Cristo imprime en nosotros20 :Hijos mos! por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristoformado en vosotros. (Gl. 4,19)

    En este conformarse a Cristo, el testimonio de la vida y de la Palabrade Jess se interpretan correctamente slo en relacin con el Padre y elEspritu manifestados en el fragmento de su carne como gloria. Si de la for-ma objetiva de la revelacin se excluye la dimensin trinitaria, todo deviene

    16. La forma de Dios es perfecta maravillosa, siempre misteriosa, pero siempre difanaunidad de identidad y no identidad, de simplicidad y multiplicidad, de interioridad yexterioridad, de Dios mismo y de la plenitud de lo que se es en cuanto Dios. BARTH, K.,citado por BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 54.

    17. Nicols de Cusa, citado por BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., IV, pp. 31-32.

    18. FISICHELLA, R., Introduccin..., p.161.

    19. Cfr., BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, pp. 30-36.

    20. Esto en sentido propio, no traslaticio. Cfr., BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 428.

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    495495

    a su vez incomprensible, porque no se conserva el ms mnimo contextoplausible donde pueda valorarse cada miembro dentro de la totalidad de laimagen.21

    Lo decisivo en Jess consiste en que en su forma-esplendor no sesepare ni distinga lo que es en cuanto Dios de lo que es en cuanto hombre.Jess es hombre-Dios indiviso.22 Como hombre, contemplamos en l la glo-ria que recibe del Padre (es esencial y trinitariamente igual a Dios); comoDios, su gloria es comprensible para nosotros en cuanto la manifiesta comohombre-Jess que ha puesto su morada entre nosotros lleno de gracia y deverdad (Jn. 1,14).

    En consecuencia, la Gestalt Jesu manifiesta la presencia de la divini-dad y la capacidad de los sentidos para el conocimiento religioso, lo cualjustifica pensar la teologa desde lo sensible. La analoga entre teologa yesttica a partir de la encarnacin, se constituye en criterio y mtodo23 parahablar de Dios en un lenguaje que deja a salvo el misterio de la naturalezadivina, pero a la vez permite acercarse a su realidad.

    Para la teologa, la belleza interesa prcticamente por tres funcionesen el presente, en el futuro y en el pasado.24 Al contemplar la profundidadde la forma, somos cautivados y arrebatados por ella, lo cual lleva a ver lascosas ordinarias de un modo nuevo; la contemplacin25 inspirada arroja luzesttica sobre la creacin y la historia de salvacin y abre a la dimensinsobrenatural, irreductible como acontecimiento (funcin reveladora del pre-sente). Revela lo paradisaco-escatolgico en una relacin fundada en la

    21. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 419.

    22. Ibdem, pp. 388-389.

    23. FISICHELLA, R., Introduccin..., p. 161.

    24. Funciones enunciadas por DORS, P.J., Las nupcias entre arte y religin, en Sal Terrae,1.020, Sal Terrae, Maliao (Cantabria), febrero, 1999, p. 100.

    25. Contemplacin entendida como el conocimiento religioso que descubre el logostheoteles, el sentido final de las cosas, la sabidura divina que se expresa en ellas. Elsentido no se encuentra razonado sino como palpado por medio de la intuicin. Lacontemplacin alcanza su perfeccin cuando el entendimiento contempla a Dios,momento en que es fundamental el amor a l y al prjimo. La autntica contemplacinha de ir articulada con la accin. Cfr., FIORES DE, S.; GOFFI, T., Nuevo diccionario deespiritualidad, Paulinas, Madrid, 1983, pp. 1.027-1.028, 251.

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    496496

    esencia misma y el sentido de la naturaleza creada, en que la totalidad de lacreacin ser teofana en Cristo (funcin imaginativa futura). Es posibilidadredentora insertando la creacin en la autenticidad de la encarnacin deJess de Nazaret, en quien el mundo oscurecido se hace mbito de la gloriadivina por la gracia (funcin reconciliadora pasada).

    En esta dinmica, el hombre est totalmente subordinado a la ley de labelleza. No puede hacer otra cosa (...) que convertirse ntegramente, encuerpo y espritu, en espejo de Dios, e intentar adquirir aquella trascenden-cia y aquel poder de irradiacin que han de encontrarse en el ser mundano,si ste es realmente imagen y semejanza de Dios, su palabra y su gesto, suaccin y su drama.26

    La belleza de Dios (species et lumen) se impone a la criatura, y elencuentro de la persona con la forma y lo bello, se da en dos momentossimultneos: percibir y ser arrebatados; dos momentos que tambin se danen la relacin teolgica entre fe y gracia: la fe adopta una actitud de entregaal percibir la forma-esplendor de la revelacin, a la vez que la gracia seapodera del creyente y lo eleva al mundo de Dios.

    Se abren as espacios de salvacin en la cotidianidad, de modo similara como la obra de arte comunica: la persona puede ser ella misma, construir-se cuando se confronta y dialoga con la Palabra; explorar posibilidades parauna vida ms humana y con esperanza de plenitud para el amor.27

    COMPRENSIN DEL AMOR Y DE LA FE

    La invitacin es a entrar en sintona (sentir experiencial) con la evidencia28

    en que radica el fenmeno mismo de la belleza. Para acercarse a la com-prensin del amor y de la fe , el punto de partida es Cristo, centro de laforma de la revelacin.

    26. Cfr., BALTHASAR, H.U. VON , Gloria..., I, p. 25.

    27. SALAMANCA, L.M., La mujer de la pascua, San Pablo, Bogot, 2001, p. 17.

    28. Evidencia objetiva: Ha de ser una evidencia que salte a la vista y brille a partir delfenmeno mismo, no una evidencia que responda simplemente a necesidades delsujeto. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 416.

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    497497

    La condicin es la simplicidad de la mirada para un conocer verdade-ro, ya que Jess en su forma no puede ser medido por nada y por nadie queno sea l mismo. Tampoco depende de condicionamientos subjetivos parasu manifestacin y credibilidad. l puede hacerse plenamente comprensi-ble a la persona humana y la persona no puede comprenderlo sin la gracia.

    Amor

    Jess, gestalt, manifestacin ltima y expresiva del amor de Dios, es capazde convencer sin objecin. Es un amor que arrebata ontolgicamente enque la persona humana participa de la indisolubilidad natural del amor delPadre y del Hijo y del Espritu Santo: si hemos perdido el juicio, ha sido porDios (...) el amor de Cristo nos apremia al pensar, que, si uno muri por to-dos, todos por tanto murieron. Y muri por todos, para que ya no vivan para slos que viven, sino para aquel que muri y resucit por ellos (2 Co. 5, 13-15).

    Ya hemos afirmado que Jess se ofrece todo en forma de humillaciny de esplendor de la gloria.29 El misterio pascual da visibilidad y concrecina la belleza como amor que comparte el dolor en el misterio del Siervo deDios (Is. 53,2), en quien no hay belleza. La gracia devela el rostro de Cristo ylleva a contemplar la sobre-sabidura, la sobre-verdad, la sobre-belleza enlas autoenajenaciones del amor de Dios que irradia la vida.30

    Jess revela la trascendencia del amor sobre toda posible concrecinhumana, hasta tal punto, que puede ser revelado slo por el Hijo. El amor,por el fiat se acomoda entre nosotros como germen de Dios (1 Jn. 3,9),como determinacin y actividad formativa (Ef. 1, 1-11) del Padre, en que seinforma la misin del Hijo y en esta misin, la misin de la Iglesia y en sta,la misin del cristiano, y todo se eleva hasta polarizarse nuevamente enDios.31

    29. La fe (especialmente la jonica) es capaz de ver ambas cosas en unidad: la knosissinptica de Dios y la doxa del resucitado paulina. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 427.

    30. Cfr., BALTHASAR, H.U. VON, Ensayos teolgicos, I, Madrid, Castilla, 1964, pp. 150-151.

    Dios se ocult en la deformacin del crucificado, acontecimiento que no destruye nisustituye la revelacin del ser (permanece entonces la dimensin esttica). Por otraparte, desde la perspectiva teolgica. Buscar la belleza de Cristo en una gloria deCristo que no sea la del crucificado es buscarla en vano. (1 Co. 1, 25).

    31. Cfr., BALTHASAR, H.U. VON, Slo el amor es digno de fe, Sgueme, Salamanca, 1971, p. 116.

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    498498

    Fe

    La evidencia es la percepcin de la forma objetiva de Dios que seautopresenta y se impone en la Gestalt histrica de Jess de Nazaret. Jessse da. l que es amor, saca al hombre de s por la contemplacin del Dioshumanamente manifestado, hacia el Dios invisible, lo cual es creer.

    Ante la Gestalt, que no es creda sino vista, la reaccin humana sepresenta como estupor y maravilla. Ah se encuentra la fuerza que mueve areconocer la forma como bella y por consiguiente como buena y verdadera,digna de ser amada y seguida, ya no de un modo interpretado sinocomprobado.

    Dejarse seducir por Jesucristo, permanecer en l y volver a l es comocabe la posibilidad de ver realizado el despliegue de la Gestalt en su misinreveladora que compendia la dinmica del amor trinitario. Con su presenciay manifestacin, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo, consu muerte y gloriosa resurreccin, con el envo del Espritu de la verdad, lle-va a plenitud toda la revelacin y la confirma con testimonio divino (DV. 4)

    La fe es el acto ms simple que el ser humano pueda realizar. Es dejarseamar para reconocer y responder al amor con actitud de abandono confiadoen el creator spiritus.

    El Espritu -que es el espritu de la forma y de la modelacin conformea Dios- irradia desde el interior y engendra en la persona la propia forma porla fe. La materia se somete a la accin como materia espiritual. Mientras laforma es verdadera, es decir, viviente y operante, es un cuerpo animado porel Espritu, que le dicta e impone su significado y su ley de unidad.32

    La ratificacin del amor es la fe, que paso a paso hace verdad laautodonacin fundante de la persona a Dios trino y uno.

    REVELACIN Y CULTURA

    Se entiende por cultura la condensacin objetivada de experiencias huma-nas, significaciones, realidades valiosas que informan un determinado modode vida.33

    32. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 26.

    33. Cfr., LONERGAN, B., Mtodo en teologa, Sgueme, Salamanca, 1994, p. 9. LPEZ, Q. A., Laexperiencia esttica y su poder formativo, Verbo Divino, Estella, 1991, p. 39.

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    499499

    Al mantener la trascendencia de la accin de Dios, la realidad invisi-ble se ha hecho visible en la persona de Jess. La cultura y la creacin seencuentran visibles en su historicidad. Dios en su libertad de comunicacinescoge al Hijo, Jess de Nazaret, como su alfabeto y su lenguaje personal[...] Esto significa poner la historicidad de este lenguaje como arquetipotrascendente ante cualquier forma cultural o lingstica.34

    Sin reduccionismos, la revelacin se dio en un momento cultural. Jessde Nazaret no actu en el vaco y tampoco anunci un mensaje atemporal.Llev a su cumplimiento las promesas y promete algo que cumplir. Suproyecto se puede contextualizar y relacionar con aspectos geogrficos,ecolgicos, tnicos, polticos, econmicos, religiosos de su tiempo. Unosaspectos condicionan su persona concreta e histrica (Lc. 7,20-23) y otrosson condicionados y desencadenados por ella.35

    As mismo, comunidades primitivas cristianas, a la luz de Colosenses yEfesios, por ejemplo, se conformaron en el marco de una tradicin griegaen que la aceptacin de cdigos domsticos fue una manera de inculturacin,La casa cristiana se convirti en estructura base de la Iglesia... Por tanto,estos cdigos [los domsticos] son decisivos para entender tanto la relacinque estableci el cristianismo primitivo con la sociedad como la configura-cin interna que iban a adquirir las comunidades de los creyentes.36

    En esta misma lnea, al asumir la naturaleza humana en la encarna-cin, el Hijo dio sentido y razn de ser al arte sagrado. La existencia de Jessexigi al espritu de sus seguidores dar expresin emotiva y didctica a losacontecimientos concretos de su vida aqu en la tierra.

    El hecho cultural se hace, entonces, lugar teofnico en que se respon-de a la vocacin divina. En Cristo, la realidad espiritual de la revelacin seune hipostticamente a la cultura. Si el cosmos entero ha sido creado a laimagen manifestada de Dios en el primognito de la creacin, por l y para

    34. FISICHELLA, R., Introduccin..., p. 161.

    35. Existen signos alrededor de Jess que remiten a l o se hacen comprensibles a travsde l; y signos que parten de l (palabras, milagros). Los signos pueden convertirse enfactor de conocimiento a travs de la fe. Se comprende as la horizontalidad histricay la verticalidad de la Palabra.

    36. AGUIRRE, R., Del movimiento de Jess a la Iglesia cristiana. Ensayo de exgesis sociolgicadel cristianismo primitivo, Descle de Brouwer, Bilbao, 1987, p. 115.

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    500500

    l, si ste inhabita en el mundo como cabeza de la Iglesia, el mundo es enltima instancia un cuerpo de Dios, no representado y expresado en trmi-nos de pantesmo, sino de unin hiposttica .37

    Es claro que el quehacer teolgico no puede prescindir de lo culturaldel cristianismo. Se abre la posibilidad de una representacin visible delmisterio a travs del signo como evocacin sensible de lo trascendente.38 Laruptura entre experiencia artstica y experiencia religiosa39 ha trado comoconsecuencia la ausencia del sentido divino de la belleza, la prdida deidentidad del arte sacro; pero -an ms- ha racionalizado y empobrecido lavivencia de la fe. Es decir, la prdida de capacidad para acoger y expresar laexperiencia de Dios a travs de lo sensible ha dificultado la interpretacin yel dilogo propio de la teologa, para ampliar su reflexin ms all de larevelacin dogmtica y dar espacio a la fenomenologa espiritual.

    Sigue siendo un reto para la teologa hacer posible que su reflexinasuma la cultura, no como tema, sino como categora hermenutica esencialpara la evangelizacin, de modo que se construyan referentes vlidos y elanuncio del mensaje implique una comprensin comn nueva y un nuevoconsentimiento comn 40 en la comunidad que se evangeliza.

    El hombre redimido participa de la autoglorificacin de Dios a travsde la creacin. El que est en Cristo, es una nueva creacin; pas lo viejo,todo es nuevo (2 Co. 5,17), est llamado a inhabitar las obras creadas ycoadyudar a la obra divina, en que lo informe ha de someterse a Cristo quienrecapitula toda la creacin (Col. 1,12-20).

    As, la fe unida al amor se hace obediencia a la misin de elevar lanaturaleza y las obras humanas en su desarrollo cultural a la consumacindel arte de Dios 41 , ya que precisamente Dios se abaj y todo ha sido pene-trado por su gracia.

    37. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 605.

    38. Cfr., JUAN PABLO II, Carta a los artistas, Ciudad del Vaticano, 1998, No. 7.

    39. La esttica se institucionaliza en el arte y la mstica en la religin. Lo esttico y loexttico de la experiencia mstica se encuentran en un salir de s por estupor ante lamaravilla cuando la persona humana es interpelada por algo-alguien que abre unabrecha en la normalidad. Cfr., DORS, P.J., Las nupcias..., pp. 101ss.

    40. LONERGAN, B., Mtodo..., p. 53.

    41. BALTHASAR, H.U. VON, Gloria..., I, p. 95.

  • LI MIZAR SALAMANCA B.

    501501

    Arte y experiencia de Dios se hermanan en la cultura, establecen m-bitos de encuentro en que se unen esfuerzos para hacer del mundo escena-rio de la gloria divina.

    Como conclusin, la Gestalt Jesu plantea una teologa esttica que seofrece como hermenutica de lo que es e irradia la Gestalt en la auto-expre-sin y autoexplicacin de Dios. Esta tarea abre a una teologa de los sentidosen que se clarifique el verdadero sentido del ver.

    BIBLIOGRAFAAGUIRRE, R., Del movimiento de Jess a la Iglesia cristiana. Ensayo de exgesis

    sociolgica del cristianismo primitivo, Descle de Brouwer, Bilbao,1987.

    BALTHASAR, H.U. VON, Gloria: una esttica teolgica, I, IV, Encuentro, Madrid,1985.

    BLZQUEZ, A., Diccionario manual latino-espaol, espaol-latino, 4 ed., Ra-mn Sopena, S.A., Barcelona, 1958.

    DORS, P.J., Las nupcias entre arte y religin, en Sal Terrae, 1.020, Maliao(Cantabria), febrero, 1999.

    DUPR, L., La teologa de la forma esttica, de Hans Urs Balthasar, en Selec-ciones de teologa, No. 113, Vol. 29, Barcelona, 1990.

    FIORES DE, S.; GOFFI, T., Nuevo diccionario de espiritualidad, Paulinas, Madrid,1983.

    FISICHELLA, R., Introduccin a la teologa fundamental, Verbo Divino, Estella,1993.

    JUAN PABLO II, Carta a los artistas, Ciudad del Vaticano, 1998.

    LATOURELLE, R.; FISICHELLA, R., Diccionario de teologa fundamental, Paulinas,Madrid, 1992.

    LONERGAN, B., Mtodo en teologa, Sgueme, Salamanca, 1994.

    LPEZ, Q.A., La experiencia esttica y su poder formativo, Verbo Divino, Estella,1991.

    SALAMANCA, L.M., La mujer de la pascua, San Pablo, Bogot, 2001.

    SANTO TOMS, Suma teolgica, I, BAC, Madrid, 1988.

  • ENCUENTRO ENTRE TEOLOGA Y ESTTICA

    502502