Ensayo Etica Para Amador

Curso de

Ética y Ejercicio Profesional

Profesora Licda. Maribel Soto Arguedas

EnsayoÉtica para Amador

deFernando Savater

Fabio Guevara

I Cuatrimestre 2015

Ética para AmadorFabio Guevara

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“Créeme, estos muros embrujan: primero, los odias. Luego, te acostumbras. Y al cabo de un tiempo, llegas a depender de ellos. Eso es institucionalizarse. Te encierran de por vida y eso es justo lo que te quitan, la parte que importa al menos.”

The Shawshank Redemption

INTRODUCCIÓN:

DE QUÉ VA LA ÉTICA DE SAVATER

Ética para Amador es un libro escrito en 1991 por el filósofo español Fernando Savater. Al parecer lo escribe como lo que considera un necesario texto académico sobre el tema de la ética, la moral y la filosofía para la asignatura de Ética, que en la España post franquista se plantea como una alternativa a la Religión. Esto, de hecho, ya nos permite conocer mejor de qué va la ética de Savater.

De reflexión moral y de consideraciones esenciales sobre el sentido de la libertad está compuesta la obra. Dice Savater que su temática va “sobre esa cosa rara, la ética, de la que me sigo ocupando”. Y lo hace a manera de mensaje para su hijo adolescente.

Dos cosas me llaman la atención sobre la posición de Savater en esta obra y son la ética de la buena vida y el tema de la libertad. A lo largo de los nueve capítulos de los que consta se van exponiendo y desarrollando estas dos temas.

Lo que creo conveniente hacer en este corto ensayo es repasar brevísimamente algunos argumentos y abordarlos desde una perspectiva que espero sea crítica haciendo una valoración subjetiva sobre sus contenidos.

DESARROLLO:


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ÉL ARTE DE SABER VIVIR Y LA LIBERTAD QUE HACE NECESARIA UNA ÉTICA

La ética como el arte de vivir y de aprender a discernir lo que nos conviene y lo que no. Aparentemente fácil, en realidad no lo es. Y de entre todas las cosas que es importante saber, ésta en particular es imprescindible. Además, como parte del primer capítulo, se abre toda una exposición sobre la libertad, entendida como un ejercicio sobre nuestros actos, que no tiene que ver con elegir lo que nos pasa, sino con la posibilidad de responder a aquello que nos sucede de una determinada manera, por lo que se hace muy necesario poseer un saber que nos permita hacerlo bien.

Al discurrir sobre este tema se confronta aquello que podría considerarse como puramente biológico y que hace que los animales, en fundamento a su instinto, no tengan esa libertad que un ser humano puede ejercitar. Y a la par de esa particularidad está la cultura, que como historicidad, vendría a ser aquello que todo hombre adquiere como resultado de la experiencia social, y que determinará el ejercicio de la libertad.

Quiero entender aquí que lo que me dice Savater es que ante las circunstancias existe siempre la posibilidad de elección sobre la actitud a tomar. Los escenarios pueden ser muy complicados, sin embargo siempre existe la posibilidad de elegir por una u otra alternativa. Y para ponerlo de alguna manera, entiendo que si no existiera esa posibilidad de elección no sería necesario entonces ningún saber ético. No tendría sentido. O sea que la ética tiene que ver necesariamente con la libertad.

La pregunta que me hago aquí es hasta qué punto se es verdaderamente libre de elegir. Cuál es el trasfondo que subyace detrás de la posibilidad de seleccionar entre una alternativa o la otra. Y entonces entiendo que el ejercicio de la libertad, aunque sea de esa libertad disminuida y limitada de la que me habla Savater, implica una responsabilidad.

Este ejercicio me convoca parte de la materia vista en clase: las fases de Kohlberg y los factores vinculantes de la obediencia de Bauman. Por una parte considero que esa libertad de Savater, que da sentido al ejercicio ético, no da más que para las primeras etapas de Kohlberg, y sostienen una ética de la legalidad que desarrolla un juicio moral fundamentado en


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el residuo social, histórico, de interés común y de responsabilidad flotante.

Mi cuestionamiento personal es si verdaderamente ejercitamos libertad a la hora de tomar decisiones. Ciertamente, como dice Savater, el que nuestra libertad sea limitada no quiere decir que no seamos libres. Siempre es posible elegir la actitud que uno toma ante las circunstancias. Pero, ¿en fundamento a qué se toman esas decisiones? ¿Por qué es tan difícil hacerse responsable de los actos? Creo firmemente que en la trascendencia de la experiencia de la autoridad, la conveniencia, la filiación y la ley, que precipita entonces el desarrollo de una conciencia y una responsabilidad de los propios actos, está implícita la trascendencia de la libertad fundamentada en la experiencia cultural. Esa libertad condicionada por la acción social podría ser entonces sustituida por una libertad más elevada. Y por consiguiente la ética que sostiene a aquella también, necesariamente, sería trascendida.

No tengo problema en considerar que efectivamente, cuando vamos a hacer algo lo hacemos porque preferimos una cosa a la otra, o porque optamos por hacerlo a no hacerlo. Pero aquí hay un problema de fondo que seguramente tiene que ver con los hilos que subterráneamente dirigen esas preferencias. De nuevo vuelvo a la idea del animal y del hombre, uno actuando en fundamento a su instinto, inevitablemente condicionante de la estructura natural de su vida, y el otro movido por la pulsión que hace de puente entre lo puramente biológico y lo psíquico, que pone en juego muchos otros elementos: un esfuerzo, una fuente, una meta y un objeto, y que determina entonces una posición ante las circunstancias y ante los motivos, las órdenes y las costumbres.

HAZ TU VOLUNTAD: ESA SERÁ TODA LA LEY

Una de las críticas que se le hace a Savater es su postura antirreligiosa, por no decir atea. De hecho en uno de sus libros recientes, La Vida Eterna (Ariel, 2007), hace todo un análisis sobre las religiones, el dogma de fe y los valores de la cultura humanista laica.

No es que tenga problema alguno con esto, al contrario, me entusiasma su postura. Sin embargo, volviendo al tema de la libertad, es interesante


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saber que el hacer lo que quieras, o hacer tu voluntad como el fundamento de la ley es una idea que permea como motivo central de muchas organizaciones religiosas.

Lo interesante de este axioma es se refiere a una Voluntad Verdadera que diferencia de las preferencias y deseos del ego. No pretendo entrar en valoraciones metafísicas, sino que lo menciono para apuntar la idea subyacente de que de manera ordinaria nos movemos en el mundo en base a elecciones hedonistas, que intentan satisfacer el deseo, llenar la falta, y que por consiguiente parten de una posición previamente determinada. Considero que actuar como un hombre libre es un deseo que tiene sus raíces en un terreno que poco tiene que ver con la libertad.

Me parece que en el “haz lo que quieras”, más que pensar con detenimiento y a fondo qué es lo que se quiere, es imperativo reflexionar sobre por qué se quiere de esa manera, o si se quiere en términos más lacanianos, debería acaso preguntarse ¿qué me quiere? Creo que es en esta pregunta en donde reside el motor que pone en juego ese otro elemento que desarrolla Savater: la conciencia.

La actitud fundamental que de acuerdo con Savater debe regir nuestro trato con los demás es ponernos en el lugar del otro. Comprender las razones del otro, sus sentimientos, sus pasiones, sus deseos, entender sus intereses, etc., como lo expone Savater es el propósito de esta actitud que desarrolla en el capítulo siete y que a juzgar por uno de sus comentarios finales sería lo más importante de su libro.

Es interesante que esta idea sea ponderada por los mayistas a partir de las consideraciones del antropólogo mexicano Martínez Paredes a mediados del siglo pasado, quien vincula la expresión maya “In Lak’ech” que significa “Yo soy otro tú” con toda una reflexión sobre la conciencia sobre sí mismo y la posibilidad que ofrece para poder entender al otro.

Comento esto para de alguna forma considerar que una idea como tal no forma parte solamente del mundo occidental, sino también del mundo antiguo, o al menos así lo interpretan los estudiosos. Me parece interesante porque además de ponderar la importancia de entender las razones del otro para establecer un marco de verdadera justicia, como la


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virtud de considerar el derecho de los demás, también me lleva a reflexionar sobre la importancia de entender las razones propias. Definitivamente no creo que sea posible comprender los verdaderos motivos que determinan los actos de los demás, pero si creo que entender los propios ayuda a considerar que todos funcionamos de una manera muy similar, y que las diferencias quedan entonces en la singularidad de cada quien.

En los capítulos finales Savater se centra en dos temas que por extensos prefiero no desarrollar en este ensayo, la sexualidad y la política. Creo que he intentado al menos construir una posición crítica con respecto a la obra, posición que se proyectaría perfectamente también a estos dos temas mencionados, sobre todo en relación a lo que sería el respeto a la libertad, que de nuevo creo que solamente podría venir de la respuesta al por qué de cada uno, al cuestionamiento del rasgo particular.

CONCLUSIÓN:

EL ESTATUTO DE LA PREGUNTA

“La pregunta es el elemento fundamental, la raíz misma de la investigación que tiende al profundo y verdadero conocimiento de uno mismo… La pregunta es el camino mismo de la inteligencia en cualquiera de sus líneas operativas.”

J. Krishnamurti

Para el psicoanálisis como para el pensador hindú, la pregunta no tiene como finalidad iniciar el desarrollo hacia una respuesta, porque no es una cuestión lineal. Podría decirse que en la pregunta está el origen, el punto medular y el punto culminante de todo un proceso que atraviesa y organiza la temporalidad.

Si como dice Lacan, detrás del deseo está una pregunta, ésta por su naturaleza no puede ser articulada, es decir, lo fundamental de ella. Se entiende que es porque lo que la mueve es algo que está fuera del campo simbólico.


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De la misma manera se podría reflexionar sobre la ética. Después de leer a Savater me queda claro que la ética es una introyección y una reflexión filosófica de orden personal y colectivo, que tiene que ver con el hacer (o no hacer) y que a diferencia de la moral, que vendría a ser esa respuesta que se busca ante la pregunta, la ética conforma un ser y estar en el presente, en la situación misma, el aquí y el ahora. Lo ético implicaría sobre todo el cuestionamiento personal que deviene de los valores intrínsecos y que está más allá de cualquier condicionamiento público.

Entendido así dejaría a la moral los conceptos propios que tiene que ver con las costumbres, las maneras de comportarse, las normas y la reglas que obviamente varían según el momento histórico, la cultura y el modelo ideológico.

La institucionalización de la ética deviene entonces en los preceptos del orden de la legalidad y la imposición de lo colectivo sobre lo individual. A ello apela la cita inicial de este ensayo, que he tomado de la película The Shawshank Redemption (traducida al español como “Cadena Perpetua” y también como “Sueños de Libertad”), en la que se hace toda una reflexión sobre la pérdida de la condición ética y la caída en la estructura de la moral.

Esa pregunta fundamental, que no encuentro en Savater, tiene que ver con la naturaleza propia del hombre, con “quién soy”, y me parece que si no se hace no es posible entender una ética. Se puede dar cátedra y consejos sobre lo que hacer y no hacer, pero fundamentalmente creo que es importante que el ejercicio ético parta de esa pregunta fundamental que se convierte entonces en el motor de todo lo demás.

El psicoanálisis asocia esa pregunta con la dialéctica del pensamiento, y pregona la necesidad de empujar esa dialéctica para evitar llegar a la comprensión que pondría en peligro la posición del analista. Es desde esta perspectiva que he querido abordar este ensayo sobre la obra de Savater. He querido poner en duda toda comprensión que me lleve a conclusiones y que derive en orientaciones. Creo que la ética tiene que ver con esa dialéctica y que se puede perfectamente caer en toda clase de consideraciones que al final nos alejan de la acción ética. Y creo que esto es muy común. Como dice Lacan en La dirección de la cura y los principios de su poder (1958): “A menudo vale más no comprender para


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pensar, y se puede galopar leguas y leguas de comprensión sin que resulte de ello el menor pensamiento”.

Bibliografía

Darabont, F. (Director). (1994). The Shawshank Redemption [Película]. Los Ángeles: Castle Rock Entertainment.

Kohlberg, L. (1992). Psicologia del desarrollo moral. Bilbao: Biblioteca de Psicología.

Krishnamurti, J. (1998). La Pregunta Imposible. Buenos Aires: Editorial Kier.

Lacan, J. (1976). La dirección de la cura y los principios de su poder. México D.F.: Siglo XXI.

Martínez Paredes, D. (1953). Hunab Kú: Síntesis del pensamiento filosófico maya. México D.F.: Editorial Orión.

Savater, F. (2007). Ética para Amador. Barcelona: Ariel.

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