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filosofia
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Autor: Rivas Rojas Jesús Emmanuel C.I.: 18.965.303
Asignatura: Filosofía y Teoría de la Educación
Profesor: Pedro Alzuru
Corte 13 / Sección 05
Mayo, 2015.
A través de los años la motivación del hombre por estrechar lazos de
interrelación personal e incluso de amistad. Donde intervienen factores como la
comunicación; cuyo proceso consiste en emitir señales para dar a conocer un
mensaje, recibido e interpretado por un receptor con habilidades propias que ayudan a
las personas en la obtención de información, respecto a su entorno y así compartirla;
esto como parte de la interacción recíproca entre pares, denominada relaciones
sociales, quienes se encuentran fundamentalmente reguladas por los principios;
valores (éticos y morales); practicas; relaciones; leyes e instituciones educativas,
comunitarias y sociales en que desenvuelve cualquier ser humano.
Teniendo en cuenta que las relaciones interpersonales permiten alcanzar
ciertos objetivos, vitales para el buen desarrollo en una sociedad, actualmente
producto de las profundas transformaciones económicas, sociales, políticas y
culturales; se ha desatado una gran pérdida de valores que afectan la sociedad y por
ende a nuestros niños y jóvenes, a tal punto de crear conflictos, acoso interpersonal e
incluso bullying o carácter abusivo, donde predomina la fuerza o la coacción, cuando
existe una relación desequilibrada de poder; lo que puede implicar acoso verbal,
agresión física o coerción; y va dirigido hacia víctimas en particular, principalmente
motivado por características de raza, religión, sexo o discapacidades físicas.
Esto como consecuencia, al desarrollo de actitudes y comportamientos
desviados de los valores morales y éticos; quienes al estar regidos por la comunidad,
deben ser aprendidos e interiorizados por la persona, hasta convertirlos en
necesidades, intereses y capacidades que nos definen como seres humanos. Pero en
este punto surgen ciertas interrogantes: ¿Hasta qué punto intervienen los valores ética
y moral en la interacción personal y/o social?, ¿son estos; principios que generan,
regulan, modifican o reprimen determinadas conductas?
De allí parte esta investigación, dando respuesta a dichas interrogantes; esto a
partir del criterio expuesto por Michel Foucault en su texto “Subjectivité et vérité”,
donde concibe a la ética como la práctica de libertad, y la moral como las
obligaciones, dando a ambas el lugar que les corresponde; a la ética el de la
singularidad, a la moral el de la universalidad. Pues quizás, la ética no implica un
sujeto porque es el individuo el que la construye, pero la moral si necesita un sujeto
de derechos, y ellos forman parte de los principios dados por la sociedad. Todo esto
aunado al punto de vista de otros escritores y filósofos como: Immanuel Kant,
Wilhelm Friedrich Hegel, entre otros.
Partiendo de estos autores, se desarrolla el marco teórico conceptual,
estableciendo definiciones a términos que hacen referencia a la investigación, como
son: los valores moral y ética, las relaciones interpersonales y la influencia de estos
valores en el desarrollo personal y social. Seguidamente, ya que toda investigación
amerita manejar el mayor grado de precisión y confiabilidad en la documentación
requerida y manejada, se estipula el marco metodológico empleado dentro de la
investigación, catalogando a esta como una investigación cualitativa de carácter
documental, pues está fundamentada en teorías y conceptos recopilados de fuentes
bibliográficas, hemerográficas e internet.
Continuando con el desarrollo del tema, se plasma como argumentación a la
investigacion, un análisis personal acerca de la influencia que tienen los valores (ética
y moral) en las relaciones interpersonales, dando respuesta al hecho, de si estos
principios; generan, definen, modifican o reprimen determinadas conductas en el
individuo; a tal punto de forjar conflictos entre pares, dentro de una misma sociedad.
Todo esto basado, en el estudio de información documental, referente al tema citado;
y a partir de allí generar ciertas apreciaciones desde un punto de vista particular.
Pues, como cierre al tema; se plantean bajo criterios personales las
conclusiones pertinentes, así como diversas recomendaciones en pro de disminuir los
conflictos y mejorar el desarrollo social e inter personal. Pues aunque el ser humano
vive condicionado por su ambiente socio-cultural, puede mediante su pensamiento y
acción entender, criticar y transformar su relación consigo mismo, con el otro y con
su ambiente.
Desde un punto de vista filosófico, casi idealista, podría decirse que el sentido
original de vivir en comunidad, dentro de un poblado o ciudad, es el vivir de manera
armoniosa donde sean respetados por igual los derechos de toda la población. Sin
embargo, esto no se cumple en la actualidad, pues, más que vivir las ciudades, las
padecemos. La ciudad como concepto y hecho social, se ve afectada, y el concepto
mismo pierde la armonía deseada así como también su calidad de vida. Para esta
investigación, interesa analizar la falta de valores que conducen a diversos individuos
a actuar de cierta manera. Hay quienes sostienen, que un individuo, se revela como
una forma de llamar la atención o de sentirse importante ante la sociedad; pero en
realidad, es que existen muchos factores de peso que conllevan al mal
comportamiento, entre ellos la perdida de los valores “ética y moral”.
En el año 2005 García, S., realizó en la Ciudad de la Habana, Cuba, el estudio
titulado: "Panorama de la Realidad Cubana" determinando que la familia se organiza
sobre la base de la unión de dos personas del sexo contrario que se aman y
voluntariamente, deciden compartir sus vidas, procrear, alimentar y educar a sus
hijos, mediante un proyecto de vida común. Y que quizá el mal comportamiento
personal, se deba a que desde la infancia, se ha tenido una carencia afectiva por parte
de sus padres, al ser negligentes, permisivos, indiferentes, despreocupados, y
centrados en sí mismos, sumado a otros problemas de índole material; es decir que la
carencia de valores en los padres se transmite a los jóvenes y por ende a la sociedad.
En la vida cotidiana suele hablarse indistintamente de moral y de ética, para
referirse a todo un mundo de valores, actitudes, principios y normas; pero en si
¿cómo definiríamos los valores?, ¿cómo posibles modos de actuar o como creencias
personales para desarrollarnos? De allí que, establecer un enunciado definitivo a este
término resulta complejo; por ello, partiendo de la Reforma Educativa Venezolana, se
conciben los valores según el criterio de diversos autores, como: Parsons y
Kluckhohn, para ellos los valores son opciones entre diversas maneras de actuar, que
se manifestación a partir de la jerarquía o la concepción del mundo que un sujeto o
sociedad tiene.
Así mismo según García (1998), "valor”, es aquello que hace a una cosa,
digna de ser apreciada, deseada y buscada; son, por tanto, ideales que siempre hacen
referencia al ser humano y que éste tiende a convertir en realidades o existencias,
orientando la vida y marcando la personalidad, a través del enfoque “moral y ético".
Donde la moral, sería el conjunto de creencias, costumbres, y normas de una persona
o grupo social determinado, que sirven de guía para su actuar, rigen la conducta de un
ser humano en relación con la sociedad y consigo mismo. Y la ética se da en el
interior de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección.
De allí, Adela Cortina (1996), en su obra “Un mundo de valores” afirma que
los términos moral y ética, en sus orígenes, tienen el mismo significado. Ambas
expresiones se refieren a un tipo de saber que nos orienta a forjar un buen carácter y a
enfrentar la vida. En el ámbito filosófico, sí se establecen distinciones, designándolas
como dos tipos de saber: La moral es el saber práctico, con base social; son las
normas establecidas en el seno de una sociedad, las cuales actúan en la conducta
desde la presión exterior o desde el inconsciente; en ella impera el aspecto
prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y punitivo. La ética por su
parte, es el saber teórico, filosófico y científico de la moral, surge en el interior de una
persona, influye en su conducta desde su misma conciencia y voluntad; es el valor, no
impuesto desde el exterior, sino el valor descubierto internamente por el individuo.
Así pues, otros autores como Michel Foucault en su texto “Subjectivité et
vérité” (Cours au College de France. 1980 – 1981), puntualiza como el cuidado de si,
comienza por un cuidado del cuerpo, del espíritu y del saber desde un nivel personal,
lo que determina su nivel ético como ciudadano, y donde la moral pasa a ser el
sistema de obligaciones a cumplir, con respecto a nosotros mismos y a los demás.
“Aclarando que había que tomar la vida como una obra de arte, en un orden
espiritual, como un proceso creativo de transformación individual, liberándose de
aquellas estructuras sociales en las que rige la ley del sálvese quien pueda” (Álvarez y
Varela en Foucault, 1991: 26).
Por su parte filósofos como: Immanuel Kant (1785), en su “Fundamentación
de la metafísica de las costumbres” afirma que no importa con cuánta inteligencia
actúe el individuo, los resultados de las acciones están sujetos a circunstancias; por
tanto, lo moral de un acto no se juzgara por sus consecuencias sino sólo por su
motivación ética. Así mismo Wilhelm Friedrich Hegel (1821) en su tratado “La
filosofía del derecho”, enmarca el imperativo categórico de Kant, al decir que la
moral, no resulta de un contrato social, sino de un crecimiento natural que surge en la
familia y culmina, en un plano histórico y político, en un determinado tiempo.
Partiendo de estas definiciones, se podría afirmar que a lo largo de la historia,
estos valores (ética y moral), han influenciado notablemente en las relaciones
interpersonales, a través del cambio constante de cada cultura, quien los ajusta a sus
propios estilos de vida. Por ejemplo, hoy día es un acto criminal sacrificar a un ser
humano, pero los aztecas por su parte, creían que con esta acción hacían un bien. En
nuestra sociedad, un hombre comete un gran delito al tener varias esposas a la vez,
pero en algunas épocas y regiones del mundo, la poligamia es vista con buenos ojos.
Sin embargo, existe una serie de valores éticos que son casi universales,
puesto que han sido aceptados en todos los tiempos y lugares. Los mismos pueden
resumirse bajo un único principio: “Nunca hacer daño a uno mismo ni a los demás”;
tales valores éticos son: la amistad, la amabilidad, la confianza, la cooperación, la
fidelidad, la generosidad, la honradez, la igualdad, la justicia, la lealtad, la libertad, la
paciencia, el patriotismo, la perseverancia, la resistencia, el respeto, la solidaridad, la
tolerancia, la valentía y la libertad, etc.
De allí que la moral, ha sido fomentada por un gran número de personas e
instituciones: Las religiones, quienes tienen su propio código moral; muchos
filósofos, antropólogos, sociólogos y psicólogos; los padres y maestros quienes
enseñan a sus hijos y alumnos, en cómo deben comportarse para evitar el mal; los
médicos, que intentan elevar los valores éticos de la sociedad; los gobiernos que
promulgan leyes, para regular la conducta de los gobernados, entre otros.
La preocupación actual por el deterioro de las relaciones interpersonales,
producto de los cambios ocurridos en nuestras sociedades, esto al dejar de un lado, el
objetivo primordial de los asentamientos humanos; el cual consiste en el intercambio
cultural y social; muestran como la conducta de las personas sufren una serie de
cambios positivos o negativos, es decir, que son problemas que pertenecen a la moral
práctica, problemas que surgen en las relaciones afectivas de manera cotidiana, y que
sus consecuencias afectan de forma directa, primero a la persona que los experimenta
y luego se irradian hacia los demás.
Como hecho globalizado, las relaciones interpersonales juegan un papel
fundamental en el desarrollo integral de la persona. A través de ellas, el individuo
obtiene importantes refuerzos sociales del entorno más inmediato que favorecen su
adaptación al mismo. Dentro del contexto venezolano, la situación actual, muestra
como la población acarrea una gran pérdida de valores éticos y morales, donde la
carencia de estos principios, ha provocado una división categórica; ante las distintas
posturas o puntos de vista, formas de pensar, de vivir, de ser y de actuar; todo dentro
de un contexto social altamente delimitado por el factor económico, lo que conlleva
al rechazo, aislamiento, y en definitiva a limitar la calidad de vida ciudadana.
En el ámbito local, las causas q generan esta crisis de valores, son entre otras:
la falta de articulación de estrategias de interrelación: familia, escuela, comunidad y
entes legales. En este orden de ideas Albornoz (1995) afirma, que la integración de la
comunidad en el proceso de adquisición de conductas, crea una responsabilidad
compartida en la promoción de un cambio social. Pero dentro de este conflicto ¿Hasta
qué punto intervienen los valores ética y moral en la interacción personal y/o social?,
¿son estos; principios que generan, regulan, modifican o reprimen determinadas
conductas? De allí la importancia de la investigación, al considerar la formación de
valores en la persona, como un modelo integral y dinámico, personal y colectivo a
partir de la reflexión, el diálogo y el actuar propio. Por otro lado, se busca sustentar
por qué la ética y la moral, son fundamentales en la formación de actitudes, en la
construcción de una personalidad autónoma y en el logro del intercambio social.
Pues no cabe duda, que superar una crisis de valores supone un profundo
cambio de referencias sociales, políticas y económicas. Sin embargo, el estilo de
crianza en la familia, la conducta colectiva social, la formación académica y la actitud
personal; son los factores preponderantes que definen la personalidad del individuo y
su comportamiento diario, por esa y otras razones, la realización de la presente
investigación se justifica; también porque se cree necesario, bajo un clima de valores
ético-morales, permitir a los ciudadanos asumir estos como norma de conducta en su
itinerario de vida, fortaleciendo así la identidad de la persona; la integración familiar,
como núcleo primario de socialización; y la convivencia social.
Partiendo de este hecho y ante la premisa, de que toda investigación debe
manejar gran exactitud y confiabilidad, en la documentación empleada, así como en
los instrumentos aplicados para recabar información. Esta se podría catalogar como
una investigación cualitativa de carácter documental ya que se fundamenta en teorías
y conceptos recopilados de diversas referencias bibliográficas. Según Bernal (2006)
“La investigación documental consiste en un análisis de la información escrita sobre
un determinado tema, con el propósito de establecer relaciones, diferencias, etapas,
posturas o estado actual del conocimiento respecto del tema objeto de
estudio”(p.110). Así mismo Fidias G. Arias (2012) define la investigación o diseño
documental como: “El proceso basado en la búsqueda, recuperación, análisis, critica e
interpretación de datos secundarios, es decir los obtenidos y registrados por otros
investigadores en fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas, cuyo
propósito principal es el aporte de nuevos conocimientos”. (p.27).
En resumen, la presente investigación se desarrolla en cuatro fases: una fase
donde se selecciona la información documental referente al tema, se sitúa el problema
objeto de la investigación dentro de un conjunto de teorías, y referencias; luego una
fase metodológica donde se justifica y delimita la investigación, seguido de un
análisis para determinar la influencia que generan los valores ética y moral en las
relaciones sociales y en el comportamiento individual. La última fase corresponde a
la elaboración de diversas conclusiones y recomendaciones sobre el tema.
Analizando la documentación anterior respecto al tema tratado, se denota que
existe un cambio fundamental en el comportamiento de la sociedad. Cambio que se
presenta en el hecho de que los valores opuestos a la moral y a la ética, se comienzan
a manifestar en forma exponencial, a partir de 1960. Desde allí se da una explosión de
desmoralización en la sociedad. Lo cual no se justifica a primera instancia, sin
embargo analizando a fondo el problema, apreciamos dos elementos que no habían
existido anteriormente en la historia.
El primero está relacionado directamente con la autoridad moral que sustenta
los valores “moral y ética”, modificando la conducta social. Si nos vamos atrás en el
tiempo recordamos como durante la primera mitad de este siglo, los valores
relativamente respetados eran los de la clase media; se veía cierto orden y corrección.
A partir de la década de los sesenta, todo cambió y notamos que quienes promovían
los valores sociales también cambiaron, pues años atrás, quienes fijaban las normas
de conducta eran los viejos, y las instituciones. Ahora, los jóvenes son quienes
proponen los nuevos esquemas de valores, manifestando su inconformidad ante lo
impuesto por la sociedad anterior; quedando atrás gran parte de las instituciones.
El otro fenómeno, es el movimiento feminista, cuya finalidad primordial es la
igualdad de oportunidades entre géneros, lo que trae consigo un desequilibrio social.
Por un lado, las nuevas oportunidades de trabajo para las mujeres, lo que exigió de
ellas un cambio en las costumbres tradicionales; así como en la ética sexual,
determinando que habrá una mujer para cada hombre. Esto es muy importante, dado
que el hombre soltero, sin acceso a una pareja e hijos, según las circunstancias, por lo
general tiende a volverse violento y peligroso para la sociedad. Este movimiento
también permite, el acceso de la mujer al divorcio; lo que tiene un efecto oculto tan
grave como la poligamia (los divorcios en serie). Donde el hombre divorciado casi
siempre se vuelve a casar, pero con una mujer notablemente más joven. La mujer por
su parte, o no se vuelve a casar, o busca una pareja de mayor o menor edad que ella.
Esto distorsiona notablemente las relaciones interpersonales, generando prostitución,
violencia, inestabilidad y crimen; motivo a una desvalorización social.
De allí, que Michel Foucault (1980-1981) en su texto “Subjectivité et vérité”,
sostiene su discurso aleccionador y moral, basado en el principio expuesto por San
Francisco de Sales, sobre la vida del elefante; intentando demostrar que el origen de
nuestras ideas sobre el matrimonio y sobre nuestras conductas son pensamientos o
creencias cambiantes, que parten del principio dado por la naturaleza, la sociedad, el
contexto, el momento histórico y por la experiencia personal, lo que define nuestros
valores como individuo y como grupo social; destacando el hecho de que si las
conductas practicas fuesen racionales, no serían claramente reales. Y es que para
Foucault (1998), se puede hacer de la vida y del sujeto un arte; aclarando que el bio-
poder, conlleva a que las personas pierdan libertad, siendo normalizados y
disciplinados, determinando su forma de ver, pensar y actuar, y donde el rigor de un
régimen físico nos exterioriza una indispensable firmeza moral.
Entendiendo esto, se podría dar respuesta a la interrogante planteada desde el
principio de la investigación: ¿cómo influyen los valores ética y moral en las
relaciones sociales y en el comportamiento individual?, ¿estos principios generan,
regulan, modifican o reprimen determinadas conductas? Dando respuesta a ello, se
determina como las relaciones interpersonales y sociales, están claramente
fundamentadas o influenciadas por lo que hemos denotado anteriormente como
valores universales, enfatizando a la moral como el principio dado por una sociedad
en particular, quien establece ciertas obligaciones y determina lo bueno y lo malo, de
acuerdo a sus creencias o modos de vida; y la ética como la práctica, que permite
desde el propio individuo; aceptar, cuestionar o rechazar ciertos principios morales.
Por medio de estos valores “ética y moral, y a través de la interacción personal
y social, la conducta de un individuo se ve concebida; esto a partir de las leyes y de la
experiencia particular; que en ciertos casos regula, modifica e incluso reprime
nuestros deseos particulares; al definir nuevas pautas de relación, o reformular las
preestablecidas desde su percepción o por imposición social; las cuales en ocasiones
se consolidan y se institucionalizan pasando a formar parte de la cultura, a la vez que
modifican los valores definidos inicialmente y fijados por la estructura social.
Partiendo de esta connotación y citando nuevamente a Michel Foucault
(1998); al detallar que la tarea de Instruirse en técnicas de vida por medio del cuidado
de si, ayuda a encontrar la verdad, la verdad personal y la transformación de la
subjetividad; ya que el sujeto se debe interrogar y conocer, buscando mejorar su ser;
motivado siempre por una voluntad ligada, tanto a un presente como a un futuro: ser
feliz, alcanzar una mayor sabiduría y lograr una mejor sociedad. Es decir, que con la
preocupación por el cuerpo, sumado al interés del alma y a la propia verdad, a través
del conocimiento de si, uno elige con plena conciencia que cosas son buenas, malas o
mejores para cada uno, y con ello en consecuencia se ha de actuar. Un actuar diario
en consonancia con la sociedad y el contexto donde se esté; estableciendo así, que la
carencia de valores como elementos de vida, vienen ligados en lo interno de cada ser
humano, y tienen relación directa con los comportamientos inadecuados que muestran
ciertos individuos, producto de la mala influencia externa social y/o familiar.
Por todo ello, como conclusión al tema y bajo criterio personal se establecen
recomendaciones precisas: Desarrollar actividades recreativas a nivel institucional y
comunitario para fortalecer la identidad personal; realizar talleres que influyan en el
reforzamiento de los valores para mejorar el mal comportamiento; reforzar los valores
de carácter universal, partiendo de la moral y la ética desde el núcleo familiar,
extendiéndose a las instituciones de formación personal (docentes, alumnos y demás
miembros), ya que desde ambos ambientes se puede mejorar significativamente las
conductas inadecuadas, pues resulta infinitamente mejor una buena educación, que
asumir nuevos principios bajo imposición constante de las leyes.
Por ultimo pero no menos importante se ha de realizar un trabajo
mancomunado entre los entes gubernamentales y la sociedad civil, en su diversidad
de pensamientos, creencias y formas de vida; en pro de disminuir la pérdida de
valores cada vez mayor y por ende reducir los conflictos interpersonales, logrando
una integración familia – individuo - sociedad. Esto a través de su reflexión propia y
su actuar diario, lo que permite comprender, disuadir e incluso transformar su vida;
en relación consigo mismo, con los demás y con su entorno social inmediato.
Foucault, Michel. “Subjectivité et vérité”. Cours au College de France (1980-1981),
Paris 2014.
Heffes, Omar. “Reseña de Subjectivité et vérité. Cours au Collège de France. Michel
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