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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO RURAL "GERVASIO RUBIO"
LA PEDAGOGÍA COMO DISCIPLINA(Ensayo)
Autora: Genarina Páez
Mayo de 2014
La pedagogía, como encargada de pensar los procesos educativos de la
sociedad, siempre a lo largo de su nacimiento se ha juzgado desde la
categoría de ciencia o disciplina, pero a pesar de encargarse de la
educación, cuando se juega desde los conceptos de ciencia o disciplina, su
mirada perspectivista de la sociedad cambia mucho, puesto que se lee de
diversas formas. En sentido, Agudelo (2008), manifiesta:
La pedagogía se encarga de preparar a la persona para que se desarrolle integralmente en la sociedad pero en especial, asimile unas normas de convivencia desde el proceso educativo que tiene determinado cada cultura, y así desarrolle no sólo una mayor capacidad de comprensión y análisis del conocimiento de una ciencia o saber especifico, sino igualmente una capacidad de reflexión en torno a las preguntas y pensamientos desde los cuales fueron formados (p. 73).
Ejemplo de esto es en estos tiempos, para integrarse a la sociedad, la
necesidad es tener una lectura interpretativa del mundo, puesto que gracias
a ella, se puede relacionar no sólo el conocimiento que se ha adquirido en el
nivel de escolaridad si no que se avanza para comunicarse con el otro desde
un diálogo, que ayudará a conectar lo que se tiene y el otro sabe, para que
genere pensamientos que ayudan a hacer preguntas y así partir de
investigaciones que develen conceptos de conocimiento que se desean
saber y así entre ambos elaborar nuevas propuestas de apertura para
comprender al mundo desde la lectura que se hace del mismo. Igualmente,
esto sirve para comprender o justificar muchas de las actitudes formativas de
los maestros o sujetos pedagógicos en los procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Esto nace, porque antes del siglo XIX siempre se creía que a todos los
hombres había que formarlos iguales sin tener en cuenta sus características
diferentes pero en especial los conceptos de formación que manejaba cada
contexto, aparte de los ideales de cada cultura. Al respecto, Bedoya (2006),
manifiesta:
Si bien es cierto que en el discurso teórico muy pocos asumen la enseñanza como un saber puramente instrumental y procedimental, en la práctica la exigencia que se le hace a la pedagogía es que dé respuesta a los problemas puramente instruccionales, es decir al cómo enseñar una disciplina o saber determinado, cómo diseñar un currículo, cómo evaluar unos aprendizajes, etc. (p. 54).
Este reduccionismo de la pedagogía a la pura enseñabilidad de los
saberes obedece a múltiples causas que pueden ir desde las creencias que
se tienen acerca de lo que debe ser un profesor de un saber particular, el
profesor de física debe saber ante todo física, pasando por los imaginarios y
representaciones que se tienen acerca del aprendizaje, la escuela, el
conocimiento y la epistemología de la ciencia, hasta llegar a la confusión y
fusión completa entre educación, pedagogía, didáctica, aprendizaje y
desarrollo.
Por lo tanto, el reduccionismo técnico instrumentalista, ya sea por
ignorancia o por perversión, conduce inevitablemente a desligar la forma del
contenido, los procesos de formación con los resultados, el aprendizaje del
desarrollo, la teoría de la práctica, la educación y la sociedad. Naturalmente
que la pedagogía como enseñanza, y como cualquier disciplina aplicada,
debe dar respuestas prácticas, pero esas respuestas y lineamientos tienen
que efectuarse y aplicarse desde unos referentes psicológicos, culturales,
epistemológicos y sociales, concretos; vale decir, desde unas concepciones
de desarrollo humano, aprendizaje, conocimiento, educación, sociedad civil,
nación y cultura explícitas y sistemáticas que le permitan al profesor, o al
estudiante para profesor, tener un "horizonte de significado" claro, delimitado
y comprometido.
Una segunda perspectiva, es asumir la enseñanza y la educación en
general desde una mirada fundamentalmente sociocultural y política, cuyas
funciones y procesos están determinados por el carácter de reproducción,
conservación y consolidación de prácticas, ideologías e instituciones
sociales, como lo manifiestan Bourdieu, Freire y Giroux (citados por Runge,
2002):
Desde esta mirada, la labor y compromiso ético y político del proceso de formación de docentes estaría en las rupturas y resistencias que, desde una pedagogía liberadora y emancipante, se deberían desarrollar de cara a una sociedad injusta, desigual y antidemocrática (p. 13).
Aquí la pedagogía, a diferencia de la reducción instrumentalista, lo es
todo. Ya no se trata de fórmulas o recetarios para un "buen enseñar". Por el
contrario, la pedagogía y la educación en general es la base que puede
transformar las formas de dominación y hegemonía ideológica y social de las
clases dominantes. Apoyados en el concepto gramsciano de intelectual
orgánico, investigadores como Freire y Giroux asumen el papel de los
profesores como intelectuales con la capacidad potencial de transformación
de grupo dominado por prácticas culturales hegemónicas. Freire (citado por
Runge, 2002), manifiesta: “El papel de una pedagogía liberadora está pues
en la descodificación ideológica de esas prácticas dominantes, tarea que
necesariamente debe efectuarse desde la dialogicidad, la confrontación y,
por supuesto, desde la comunicación abierta y desprejuiciada (p. 70).
Ahora bien, otros de los motivos de que la pedagogía como disciplina
fuera interdisciplinaria es el entrecruzamiento de doctrinas y sistemas, la
multiplicidad de soluciones que no vienen del campo exclusivo de la
educación y de la pedagogía, sino de otros ámbitos que, en principio, nada
tienen que ver con él. Esta universal preocupación por lo educativo
constituye, justamente, una de las características de la pedagogía de hoy: no
siempre adopta una forma sistemática, ni se integra a una rígida concepción
científica, sino que aparece junto a otras reflexiones de pensadores que no
son pedagogos en el sentido estricto del término.
Ello es debido al enorme poder expansivo con que se presenta la
educación de hoy, filtrándose en todos los aspectos de la vida social y
cultural. Las consecuencias de la universalización del tema pedagógico han
sido muy fecundas para la ciencia respectiva que, a los efectos de no quedar
reducida a una simple tecnología, ha debido ampliar considerablemente su
radio de acción hasta abarcar la totalidad de la vida humana, sin perder por
ello el interés específico que la define.
Se ha visto que asumir la enseñanza como objeto de la pedagogía
genera posturas diferentes no sólo en relación al papel de la educación en
general sino a posiciones frente al conocimiento, el poder, las ciencias, el
aprendizaje, y por supuesto frente al desarrollo humano y la sociedad. Lo
que se va hacer ahora es intentar integrar estas perspectivas de la
enseñanza en un planteamiento que asuma la pedagogía como disciplina
fundante en el proceso de formación de docentes y proporcione los
elementos conceptuales básicos para los lineamientos curriculares cuyo
proyecto se inscribe en una transformación de realidades sociales y
culturales. De las perspectivas analizadas es evidente que todas aportan
elementos claves para la formación de docentes.
Una redefinición epistemológica de la perspectiva instrumentalista
permitirá entender que la enseñabilidad es mucho más que procedimientos
didácticos y en consecuencia tiene que ver con los procesos de construcción
de los saberes específicos, esto es con las epistemologías locales (de las
disciplinas), con el desarrollo de las nociones que los estudiantes se hacen
de los conceptos científicos, con la transformación didáctica y las creencias
epistemológicas de los maestros y en fin con todas las relaciones posibles
que se pueden establecer entre el saber pedagógico y el saber disciplinar.
De aquí se desprende entonces, según Calzadilla (2004):
La necesidad de trabajar la enseñanza de saberes específicos de manera interdisciplinaria, mediante seminarios y proyectos que busquen articular los diversos saberes que circulan en la escuela (en científico, el escolar y el cotidiano) y desarrolle en el futuro docente verdaderas competencias pedagógicas tanto de su disciplina particular como de los procesos de pensamiento de sus aprendices (p. 25).
En otras palabras, se tiene que partir de los elementos del discurso para
comprender los comportamientos de los actores educativos en su práctica
pedagógica desde los tiempos del siglo XIX que es donde se ejecuta su
trabajo hasta la actualidad. Y así darse cuenta que ya el objeto de estudio de
la pedagogía es el lenguaje, porque gracias al mismo se puede generar
semántica (significados de los hechos), pragmática (comprensión de los usos
dentro de una práctica social) y semiótica (análisis de unos signos que se
encuentran inmersos en unos discursos sociales y culturales). Y ver que las
actitudes y aptitudes de un maestro se deben es a un discurso social y
cultural que fue implantado o mejor enseñado y aprendido dentro de una
cotidianidad escolar determinada por un contexto histórico.
Para concluir, la pedagogía, ¿Por qué es una disciplina? Es
interdisciplinaria porque toma conceptos propios de las ciencias naturales,
exactas y sociales humanas para armar conceptos, teorías y juicios que
serán aplicados en la práctica pedagógica o investigación de la misma.
Aunque no solo se utilizan para ser aplicados en la práctica, sino también
para el desarrollo social, físico, intelectual y psicológico del sujeto que está
formando desde el proceso docente/educativo.
Se expone lo de interdisciplinario, porque gracias a esto la pedagogía se
constituyó en sus inicios como disciplina. Porque se formó de manera
holística, en otras palabras, tomando elementos de otras disciplinas de las
ciencias naturales y humanas; ejemplo en el siglo XIX tomó elementos de la
antropología y nació el concepto de antropología pedagógica donde se
buscaba mirar el concepto de hombre que tenía la pedagogía pero en
especial la formación del hombre según las características sociales y
culturales de los contextos.
REFERENCIAS
Agudelo, J. (2008). Pedagogía, didáctica y educación. Medellín: Escuela Normal Superior.
Bedoya, J. (2006). Epistemología de la pedagogía y de la educación. Bogotá: Magisterio.
Calzadilla, R. (2004). La pedagogía como ciencia humanista: conocimiento de síntesis, complejidad y pluridisciplinariedad. Revista. Pedagogía. Vol. 25, N° 72. Caracas: Enero, 2004.
Runge, A. (2002). Una epistemología histórica de la pedagogía: el trabajo de Olga Lucía Zuluaga. Revista Pedagogía Vol. 23 N° 68. Caracas: Septiembre, 2002.