“Mamá y el Sentido de la vida”

Grupo: Howlita

Desarrollo Humano Multidimensional II

Profesor: Carolina Ortiz Acosta

Alumno: Juan Manuel Salgado Ponce

“Mamá y el Sentido de la vida”

El autor nos regala un libro en una serie de pequeñas narraciones que nos

sumerge en el mundo del terapeuta y de sus pacientes; narrando de una manera

clara y amena las interacciones con algunos de sus pacientes y la conversación

interna que mantiene durante las diferentes etapas de la terapia que le proporciona

a los mismos.

Nos sumerge en el mundo del terapeuta y sus aproximaciones al paciente,

más que a la técnica terapéutica, nos muestra el lado humano del terapeuta,

permitiéndonos conocer lo que acontece en el corazón de un ser humano llevando

a otro ser humano por el camino a la “sanidad”, estemos o no de acuerdo con sus

puntos de vista nos abre el mundo por el que camina el hombre y no el terapeuta,

nos permite un atisbo a sus conflictos, victorias y satisfacciones al aproximarse a

sus pacientes desde el hecho mismo de ayudar y apoyar a obtener una vida sana y

en coherencia con las metas y los sueños del mismo paciente y en casos más

graves una calidad de vida que le permita acceder a la plenitud que se negó durante

el camino de la vida.

Seis historias llenas de enseñanzas, seis historias que nos sacuden desde

los cimientos mismos de nuestra humanidad, permitiéndonos encontrar nuestro

propio camino terapéutico, enriqueciendo nuestra gama de posibilidades para

acercarnos a las personas que pondrán su confianza en nosotros para guiarlos y

acompañarlos en el camino hacia su plena satisfacción personal.

Personalmente cada historia me llevo desde un estado semi somnoliento,

hasta el éxtasis mismo; por lo tanto me adentrare a cada una de ellas como un

vistazo a la intimidad de los seres humanos que protagonizan las mismas, para mi

cada una es digna de ser comentada y desmenuzada por separado haciendo un

tributo personal a los personajes que los protagonizan.

1) Mamá y el sentido de la vida

Que confusión es la que vivimos los seres humanos, tratando durante gran

parte de nuestra vida de hacernos de una personalidad, de individualizarnos y

querer sufrir nuestras propias tragedias y victorias sin que nadie esté involucrado

en las mismas.

Muchas horas gastadas en criticar a mamá o a papá, aquel que nos ha

marcado con mayor peso es el que siempre estará ahí para nosotros por el resto

de nuestra vida.

D. Yalom nos muestra su propia historia, la forma en la que se ve marcado

por la relación con su madre, lo poco que entiende de niño la forma su forma de

ser y la forma que se pierde de ella durante el resto de su vida; nunca se imagina

que lo que tanto lo avergüenza, lo que el repudia de su propia madre, es lo que

realmente le permitió tener la vida que lleva en su vida adulta.

El encuentro final con ella, solo le permite darse cuenta que en el afán de

buscar desprenderse de su madre, solo se desprendió de su propia historia, de

las razones más íntimas de relacionarse con los seres humanos de su alrededor;

y en el momento de esta charla final, por primera vez escucha las razones y

pormenores de la vida de su madre, lo que significó para ella afrontar la vida de

la forma en que lo hizo y de cómo lo único que podía tomar para sí misma era el

orgullo por lo realizado por él, sus “libros” eran sus libros, sus “logros” eran sus

logros y eso nadie se lo podía quitar, ni siquiera él.

Y la paradoja más grande, el soñar sus propios sueños, el hacerse

independiente, tomar su propia personalidad y hacerse un individuo, nacen del

sueño que no es soñado por él, nacen del sueño de su madre.

2) Viajes con Paula

Una Frase que me quedo grabada por siempre, “Al permitir que el paciente le

enseñara […] entablaba una relación con la persona y no con su patología”.1

Entablar la relación con las personas, permitiendo que me enseñen de sus

vidas, ganaremos los dos, porque la relación terapeuta-paciente, es una simbiosis

que permitirá el desarrollo adecuado de la terapia y sobre todas las cosas acercar

al paciente a su “curación” de la enfermedad que lo aqueja.

Con esta idea en mente el terapeuta inicia un grupo de enfermos terminales,

a través de cual desea aportarles el apoyo para hacer su transición en la etapa final

de su vida; y en este camino se encuentra con Paula, una mujer que está en etapa

terminal de cáncer, y en palabras de la misma Paula, “tiene cáncer terminal, pero

no es una paciente cancerosa”.

El viaje es un viaje lleno de lecciones humanas, la forma en que Paula afronta

su vida es contagiosa, no solo para el paciente terminal, sino para los mismos

médicos y personas a su alrededor, los logros y alcances de un consuelo y

capacidad de poder enseñar a otros acerca de la vida encontrándose en el límite de

la suya, son la oportunidad perfecta de involucrarlos a vivir viviendo.

Pero llega un evento, que para uno es la traición máxima y para otro no es

más que un problema de percepción, rompen la relación Irvin y Paula, causando

una serie de justificaciones de ambas partes sin llegar a un acuerdo acerca de lo

que verdaderamente está sucediendo.

1 D. Yalom Irvin, Mamá y el sentido de la vida, Historias de psicoterapia, Editorial Diana, S.A. de C.V., México, 2008, página 21.

Al paso del tiempo, el acercamiento surge como una pálida y tenue luz que

les permite ponerse en contacto una vez más y recobrar un poco de la relación que

dejaron atrás; y aquí es donde surge una gran cuestión, ¿quién apoyo a quién?,

¿quién se vio más beneficiado de esta relación?, ¿qué lecciones se pueden sacar

de una situación como esta?

Personalmente veo como Paula fue quien saco la peor parte de esta relación,

sin embargo creo que ella no diría eso; por otro lado el tiempo le dio a Irvin la

oportunidad de recuperar no solo la relación con Paula, si no de acercarse a su

madre a través de lo que dejo de hacer con Paula y no se permitió con su madre;

encontró el consuelo del moribundo y su sabiduría ante la proximidad de la muerte.

3) Consuelo Sureño.

La imagen de un hospital psiquiátrico y de los pacientes danzando en un

drama dentro del mismo, son aterradores y hasta cierto punto desalentadores;

contrastan de una manera psicodélica con la imagen de un médico viajando en

bicicleta desde su cómodo despacho en la universidad para introducir a los nuevos

residentes a la práctica médica.

La narración me impacta y sobre todo me llena de muchas preguntas, en

estos casos, ¿qué es lo más adecuado?, ¿cómo debería de abordar la situación?,

sin embargo con el transcurrir de la sesión y escuchando el diálogo interno del

médico al frente, me deja una gran lección, buscar lo mejor para todos y esperar

que tenga algún impacto en los pacientes.

La narración es cruda, directa, escuchar la voz y pensamientos de cada uno

de los miembros del grupo, sentir el dilema del médico, no poder estar claro que lo

que hizo no solo le dio vida y opciones a Magnolia y al grupo de terapia, sino que

además eso también le dejo a él una oportunidad de confiar en su trabajo

terapéutico.

Que gran lección, dar lo mejor que tengo y atreverme a hacer cosas con la

conciencia de buscar un beneficio, pueden dar un gran apoyo, aunque en mi

perspectiva no lo parezca.

4) Siete lecciones avanzadas sobre la terapia del dolor

Hoy más que enumerar las lecciones que se enlistan en la historia, me

gustaría enfatizar dos puntos que me parecen de suma importancia en la narración.

Primero, creer y pensar que por las experiencias vividas yo ya lo sé todo y

son pocas o nada las cosas que me pueden enseñar mis pacientes.

Segundo, llevar al paciente hacia una “curación”, la cual estimo es la “normal”

que todo paciente necesita, sin consultar que es lo que piensa el paciente.

Hay veces que nos atrevemos a hacer promesas inconscientes durante la

terapia, la gran mayoría de esas promesas no significan más que el proceso que mi

paciente requiere para encontrar su propio camino; sin embargo para el paciente

que está en una situación que para él o ella significan la vida o la muerte, estas

promesas pueden ser el salvavidas que están necesitando para sacar a flote su

vida.

Es en este momento donde la responsabilidad del terapeuta en relación a las

palabras, no solo a las promesas, dichas requieren ser respaldadas con acciones

coherentes.

Irene le entrego un regalo maravilloso a Irvin, le mostro con claridad y

sencillez los dos puntos de los que hablamos al principio y además le pidió que

actuara en consecuencia de esos puntos.

Irvin, dio acuse de recibido y además fue coherente en las palabras y

promesas vertidas durante las sesiones que tuvo con Irene, consiente del poder que

él como terapeuta tiene sobre su paciente, actuó siempre como el apoyo y soporte

que Irene necesitaba, por ello a pesar de que la forma de insistir acerca de la vida

de Irene y como debía abordarla después de la muerte de Jack, no fueran lo que

ella esperaba, fue lo que hizo que ella estuviera dispuesta a seguir en la terapia.

El viaje de esta terapia fue largo y a veces desconsolador, pero las

posibilidades abiertas centrándose en la apertura y en las necesidades del cliente,

permitieron que la terapia fuera por un camino distinto al que Irvin creía y estaba

seguro que le iba a servir a Irene, encontrar el camino a través de lo que el paciente

está sintiendo y expresa son una gran oportunidad para crear mi propia

aproximación terapéutica.

5) Doble exposición

Muchas lecciones alrededor de esta narración, las más palpables, el cuidado

que le debo dar al material que comparto de mi cliente con mi cliente y con los que

me rodean; el acercamiento a mi cliente desde un lugar honesto y autentico, y estar

dispuesto a llevar a mi cliente a darle un giro a la forma que está acercándose a su

propia vida.

Del error del terapeuta, al trabajo benéfico para el paciente hay un camino

empedrado y muy sinuoso, a menos que veamos eso, como la mejor forma de

permitirle a mi paciente que él se dé cuenta de la vida en que está viviendo y como

eso es el resultado de la forma en que actúa.

Linda, se hace de una grabación con notas acerca de ella, lo que escucha no es

de su agrado y hasta cierto punto es la validación de las cosas que ha compartido

con el Dr. Lash.

Pero a partir de este “error”, ella comienza osadamente a confrontar al Dr. Lash,

para hacerlo quedar mal por lo que considera un insulto en las notas que el realizo

acerca de ella.

Él fiel a su trabajo, busca en todo momento hacer que Linda trabaje las razones

que la llevaron a terapia en primer lugar.

Linda sin darse cuenta al tratar de confrontar al Dr. Lash, lo que hace es

comenzar a trabajar en sus propios temas y Ernest se aventura a realizar

intervenciones con mayor fuerza en el trabajo terapéutico con Linda, responde a la

inusual necesidad de Linda a estar en el aquí y el ahora y a decir cosas que nunca

había dicho, para el solo el trabajo terapéutico centrado en el beneficio de Linda y

en que se dé cuenta de cómo hacer una vida que le guste a ella, trascendiendo la

relación con los hombres y su forma de ser.

Un final afortunado, para un inicio no tan grato, lo que lleva a Linda a su cambio

en la forma de ver su vida es en realidad el trabajo honesto y coherente de Ernest.

6) La maldición del gato Húngaro.

La narración más divertida y poco común del libro, es sin embargo una fuente

de grandes lecciones y amena; la gran pregunta ¿hasta dónde estoy dispuesto a

llevar mi trabajo terapéutico?, ¿Cuáles son los límites que estoy dispuesto a cruzar?,

para “ayudar” o dar consuelo a las personas lastimadas, en mi perspectiva.

Una vez más Ernest lleva su trabajo terapéutico a niveles que pocos terapeutas

estarían dispuestos a realizar, sin embargo en esta cruzada que realiza para ayudar

a Artemisa a sentirse mejor por haber sido abandonada por Halston; entra en un

mundo que lo sorprende y deja atónito.

Sin embargo, la persistencia y el legítimo interés por el bienestar de Artemisa, lo

llevan a liberar y a, sin ser su intención, bendecir a Merges, el gato que atormentaba

la vida de las mujeres de la familia de Artemisa.

El interés fidedigno al principio de ayudar a Artemisa, después la necesidad de

hacer algo más por ella y por sí mismo, lo llevan a inmiscuirse en el mundo de

fantasía y maldición que rodea a estas mujeres desde la abuela hasta la nieta, para

romper la maldición que las hace alejar a los hombres y vivir y morir en la soledad.

Maravilloso viaje y narraciones a través de las cuales me permití hacer un viaje,

en las diferentes aproximaciones terapéuticas y la reacción de los involucrados,

terapeuta y paciente, que me permiten abrir mi visión acerca de la terapia humanista

y su aplicación al beneficio de mis clientes y pacientes; el eclecticismo propio de la

terapia Humanista Multidimensional, me reta y me impulsa a crear mi propio trabajo

terapéutico, centrarme en las necesidades de mi cliente y mantener los pilares de

la terapia humanista más vigentes que nunca.

Respeto

Empatía

Aceptación incondicional

Congruencia

Excelente viaje de lectura y de escritura, y cierre de ciclo maravilloso.