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8/6/2019 Ensayo Sonia Alvarez
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Facultad de Humanidades,
Carrera de Antropologa
Universidad Nacional de Salta, Argentina
CTEDRA:ANTROPOLOGA URBANA,con extensin a Antropologa y Problemtica Regional.
Cargo: Concurso de profesor titular dedicacin exclusiva
PROPUESTA DE TRABAJO: Sonia Alvarez Leguizamn(Resolucin 350 y modificatorias)
Agosto 2010
Acpite:
REFLEXIONES SOBRE EL OBJETO3:LA ANTROPOLOGA URBANA4Considero que la jerarquizacin de temas del campo de la antropologa urbana y de los estudios
urbanos, en general, son el resultado de procesos histricos y polticos vinculados con la urbanizacin,
sobre todo, y de la propia evolucin del campo disciplinar, es decir de la antropologa social (ver unidad
III programa 2010). Aunque no se pueden dejar de lado, como factor coadyuvante, los cambios en otros
campos disciplinarios que enfocan las problemticas de lo urbano o de la cultura urbana o de la ciudad.
Se pueden sealar algunas cuestiones bsicas que marcan dicha jerarquizacin. Por un lado, la
transformacin del propio objeto antropolgico y su relacin con el abandono progresivo de lo "extico"o "iliterado", lejano en el tiempo y en el espacio (Homobono, 2000, Lacarrier, 2000, entre otros. La
segunda cuestin, tiene que ver con los efectos del discurso y la prctica del desarrollo que genera un
campo de conocimiento experto, sobre las formas de abordar y resolver "problemas" de los inveterados
sujetos de la antropologa y tambin de la sociologa o de otras ciencias sociales, aquel campo de saber y
hacer que es el del subdesarrollo como: la urbanizacin, la marginalidad, la inmigracin, la pobreza
urbana, entre otros5. Aspectos que han aportado tambin a estas transformaciones son entre otros: los
estudios de la sociologa de la cultura y los llamados genricamente estudios post-coloniales y de-
coloniales. Otro factor es la problematizacin del lugarcomo locus de los estudios antropolgicos en
general (debido a las rupturas espacio temporales producidos por la revolucin del microchip, aplicado a
la comunicacin y a la cultura). Podemos sealar adems, como un elemento importante, la
transformacin o metamorfosis de viejas y nuevas tematizaciones o subdisciplinas de la antropologa
(poltica, de la imagen, del genero, econmica, jurdica) que han dejado de pensar en trminos de
sociedades primitivas o complejas (y sus vnculos con sus opuestos), trasladando sus miradas renovadas
para hacer antropologa del presente o de nosotros mismos, lo que ha trado nuevos campos de saber y
hacer a la antropologa en la ciudad. Todos estos elementos, junto con la propia evolucin del
3 Cuando nos referimos aqu al "objeto de la antropologa urbana" estamos hablando de su "campo" de anlisis, en el sentido de Bourdieu, como un campoconstruido, que implica luchas, reglas del juego e intereses. El objeto no es algo dado, exterior. Es algo construido desde el interior de la ciencia y no
corresponde a ninguna delimitacin del mundo real.4 La bibliografa que no se encuentra en este texto est en el programa. No citar: texto en edicin.5 Estos temas se desarrollan en la unidad III, junto a los de Desarrollo Urbano, ciudades del presente: discriminacin y segregacin urbana, antropologa de la
pobreza.
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pensamiento social, convergen para ir delineando los temas que tienen mayor prioridad en este campo de
conocimiento.
Coherente con la vieja tensin entre lo tradicional y lo moderno y los procesos de urbanizacin e
industrializacin en Amrica Latina, el campo acadmico mostr intereses reflejndose la denominacin
de las asignaturas vinculadas con este amplio campo temtico: "antropologa urbana e industrial",
"antropologa urbana", "antropologa de las sociedades complejas". Sus primeros contenidos se
relacionaron con los efectos devastadores sobre las minoras y los grupos excluidos de la
industrializacin y la modernidad, el "alter" de las ciudades: los pobres, los marginales, las minoras
tnicas, los migrantes, los vagabundos, etc., tematizaciones que ya haban sido abordados por los
etngrafos de Chicago en los aos 30 y 60 del siglo XX. Ms tarde, en los 70, en AL los temas de
anlisis y debate reflejaron la preocupacin de una antropologa que ha superado el exotismo propio de su
impronta fundacional, pasando a interesarse de lo llamado primitivo, arcaico, local y autocentrado, a las
inter-influencias de lo global y lo local, al estudio de la multiculturalidad y alteridad contempornea, a la
modernidad de nuestro presente o a nuestra modernidad como dira Chattherjee (1998)
Intentaremos aqu una reflexin no exhaustiva sobre la construccin del campo de la antropologaurbana en Amrica Latina, muchas veces dialogando o interpelando producciones europeas y
norteamericanas, vinculndolos con los contenidos del programa que se est dictando en este
cuatrimestre.
El campo de la antropologa urbana: la ciudad delimitada o la ciudad global? ouna cuestin de gneros6.
La reflexin sobre el objeto en este debate tiene que ver con una serie de aspectos. El primero se
relaciona con las transformaciones materiales de la ciudad y con el desafo metodolgico del "momento
global" (Comarroff). El segundo lo podramos relacionar con los gneros o abordajes tericos con la que
nos acercamos a la problemtica de la ciudad o a la temtica contempornea. En lo que hace al primeraspecto se puede afirmar que cada vez ms se desvanecen los lmites entre lo rural y lo urbano tanto
como espacio demarcado y delimitado como por la generalizacin de las instituciones "tradicionalmente
urbanas". La sociedad se considera ms como una "urdimbre urbana" hecha de "filamentos" que se
esparcen sin diferenciacin en el espacio (Auge, 1995) o como un "sistema urbano" (Lefebre, 1972), o
como "explosin urbana" (Toynbee, Arnold, 1973) que como espacios delimitados y dicotmicos. Ahora
ms que nunca lo rural se esta urbanizando y lo urbano ruralizndose (Martin Barbero, 1994)7.
Para Canclini esta es una de las causas por la que ya no tiene sentido hacer antropologa en la
ciudad dado que la Antropologa no puede abarcar este objeto macro. "La crisis de la ciudad es homloga
a la crisis de la antropologa. Quiz por eso la desintegracin de la ciudad exaspera y cambia de
semblante los problemas antropolgicos. La polmica acerca de si se puede hacer antropologa en la
ciudad o debe hacerse antropologa de la ciudad supona la existencia de una urbe territorialmentedelimitada, cuya realidad era abarcable. El problema pareca ser si el mtodo antropolgico era capaz de
abarcar ese objeto macro. Ahora pensamos que lo que ocurre en la ciudad es sedimentacin de un
conjunto multiderterminado de procesos globales internos y externos, que ninguna disciplina puede
estudiar sola. En esta situacin lo mejor que podemos hacer los antroplogos es recurrir a nuestra
destreza para ser especialistas en la alteridad, no preocuparnos tanto por la escala del objeto de estudio y
dedicarnos a ver qu le pasa a lo que creamos lo mismo cuando se altera en los cruces con lo otro. Nos
interesa la ciudad globalizada como escena multicultural" (Garca Canclini, 1995: 76-77)
6 Esta temtica se aborda en la Unidad I y III del programa 2010.7 Para Martn Barbero, la ruralizacin de las ciudades sera uno de los sentidos de los procesos de desurbanizacin, expresado tanto en su expresin fsica,nuestras ciudades a medio hacer, como en la cultura (1994:38).
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Creemos sin embargo que la complejidad y extensin del fenmeno urbano no es producto de la
crisis de la ciudad globalizada. Ha estado presente en todas las reflexiones sobre la modernizacin y la
urbanizacin: un conjunto multideterminado de procesos globales internos y externos. Desde la visin de
los clsicos como Durkheim, Weber y especialmente Marx, pasando por Simmel, Toynbee, la Escuela de
Sociologa Urbana francesa, entre otras, todos han sealado esta particularidad (Unidad I). Lo que si es
cierto es que la complejidad y extensin de la ciudad se ha profundizado. Sin embargo, como plantean los
Comaroff (1998), lo local y lo global son constructos analticos, cuya utilidad heurstica depende
enteramente de la manera en la cual son desplegados para iluminar fenmenos histricos especficos.
Habra muy poco por ganar, para estos autores, si se niega "el desafo metodolgico que se posa en el
momento global". "La estrategia de algunos antroplogos de retraerse para atrs en lo local, se funda en
un espritu romntico neoprimitivo que afirma una capacidad de las culturas "nativas" para quedar
agresivamente intactas, determinadamente indiferentes, ante la evidencia del triunfante y homogeneizaste
mundo capitalista (...). Dicha postura aparte de ser empricamente cuestionable, se basa en una idea
anacrnica y ahistrica de la cultura. No reconoce el carcter cultural e indigenizado del capitalismo y la
mercantilizacin de la cultura bajo el impacto del mercado" (traduccin nuestra)Tanto en la sociologa la nocin de sociedad, como en la antropologa la de cultura, estuvieron
asociadas a sistemas delimitados, lo que est siendo reemplazado por explicaciones en base a metforas
que evocan una complejidad fragmentada y no totalidades unvocas. Por ejemplo para los Comaroff
(1998: 4) en el carcter dialctico, hbrido e histricamente evanescente de todos los signos
contemporneos, reposa el futuro para la antropologa, "al menos si la disciplina mira desde la ventaja de
las formas compuestas culturales, polticas y econmicas por las que los seres humanos crean
comunidades, localidades e identidades, (...) fabrican realidades sociales y relaciones de poder (....) donde
el espacio y tiempo son hechos y rehechos, y los limites de lo local y de lo global se actualizan. Observen
el estrs de las voces activas: desde esta perspectiva, el objeto epistmico de nuestro curiosidad no son
mas nombres -cultura, sociedad, instituciones, o lo que sea- pero si verbos compuestos: describiendo y
construyendo y deconstruyendo (... ) prcticas ms o menos estables, convenciones, formas, bienes,abstracciones" (traduccin nuestra).
En este contexto son otros los objetos de estudio u otras las miradas a ellos. Los procesos de
integracin planetaria, por una parte, obligan a pensar la forma como los seres humanos construyen su
intimidad cruzados e intersectados por influencias remotas y cercanas. Por ello es un problema de escala,
a veces ser la familia, un pueblo, una nacin, un continente, el mundo (Comaroff, 1998). Otros plantean
el traslado del objeto de la antropologa a los "no lugares" o espacios del anonimato, como los
aeropuertos, los shopping center, los supermercados propios de la sobremodernidad (Auge, 1993), los
imaginarios urbanos, el alter y las nuevas formas de racismo y exclusin (Garca Canclini, 1995-1997), el
espacio pblico o el espacio del viajero que produce itinerarios en filigrana en todas direcciones, cuyos
eventuales encuentros son el objeto mismo de la antropologa urbana (Delgado Ruiz; 2002). Cobran
importancia abordajes tericas ms interpretativistas o interaccionistas, dando importancia a los ritos, loscarnavales, las relaciones cara a cara en las mltiples espacios de comunicacin y encuentro urbano como
los bares, caf la interseccin de las calles (Althabe, cit. Auge, 1995). Son primordiales los sentidos y
representaciones sociales de la "ciudad mundo", la multiculturalidad, los nuevos espacios de interaccin a
veces fugaces, los medios audiovisuales.
Finalmente en relacin al objeto, la antropologa de nosotros mismos pone en cuestin algunos
principios metodolgicos como el del extraamiento como requisito que, de alguna manera, es reflejo de
un cierto etnocentrismo. La pretendida objetividad del extraamiento antropolgico al abordar la
alteridad lejana se pone en cuestin al hacer antropologa de nosotros mismos o al exotizar lo cotidiano8.
8 Bourdieu plantea este dilema a la antropologa cuando los mtodos le impiden al etnlogo poner lo que observa en relacin con sus propias experiencias.
Segn Bourdieu esto "conduce, bajo apariencia de respeto a instituir una distancia infranqueable, como en los mejores tiempos de la "mentalidad primitiva"
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estudio de redes y de las lealtades recprocas entre los grupos; por los espacios insterticiales y las
fronteras de lo social. Desde el punto de vista metodolgico, se caracteriz por el anlisis de pequeos
grupos o espacios delimitados en la ciudad, que se cree reproducen las problemticas de la sociedad
global y por las caractersticas descriptivas de las investigaciones, adems de un particular inters por las
historias de vida. Es interesante, sin embargo, sealar que ya en los estudios de la escuela de Chicago si
bien exista una rama ms ecologista de lo social tambin algunos eran crticos a ella. Sin embargo, desde
la gnesis planteaban inters por aquellos grupos o situaciones de movilidad y frontera que de alguna
manera asestaban la representacin del lugar reificado y cosificado (como el caso de los estudios sobre
los taxi boys o los hobbos). Esta orientacin paradojalmente fue abandonada por la mayora de las
etnografas posteriores en AL y tuvieron que venir los estudios de frontera o los llamados estudios
culturales y la multiculturalidad neoliberal globalizada, para volver a poner la mirada en estas
situaciones, donde el espacio es liminar y los sujetos que lo encarnan son parte de disporas o . Desde el
punto de vista terico, haba una preocupacin por las formas de adaptacin y organizacin para superar
la desorganizacin y la anomia, atributos que se les asignaba a los grupos minoritarios, la mayora de
sus autores, aunque con diferencias significativas entre ellos visualizados en sus etnografas.Estas preocupaciones y sus objetos de anlisis fueron coincidentes con los intereses fundacionales
de la Antropologa. Se pas de los estudios del exotismo lejano al exotismo cercano de las minoras de
las ciudades. En esta mirada se traslad el objeto tradicional de la antropologa al mbito urbano, los
"salvajes modernos", "los pobres", "marginales", "minoras tnicas", los migrantes "el alter de las
ciudades" (ver Eunice Durham, 1988, Ruben Oliven, 1981, 1985, Gilberto, Velho, 1992)10
. Otra
preocupacin que atraves al pensamiento social latinoamericano y a la antropologa en particular es si
ramos modernos o tradicionales o pre modernos o no modernos.. capitalistas o feudales. Aunque es
cierto que todava ahora sigue habiendo posturas en esta lnea o acadmicos que piensan en trminos
binmicos entre el desarrollo y el sub desarrollo, sociedades industriales y no tales, sociedades modernas
y arcaicas11
, estas dicotomas han sido superadas con diferentes nociones como la de hibridizacin,
meztizacin, pastiches culturales, sociedades abigarradas, entre otras, como veremos ms adelante.Llovera (s/f) enumera los trminos antropolgicos para referirse a los pueblos estudiados por los
antroplogos donde se muestra que en general eran la alteridad radical a Europa y a las tacticas del
biopoder colonial: "razas inferiores" (Lubbock), "salvajes" (Malinowski), "sociedades analfabetas"
(Radcliffe-Brown), "sociedades simples" (Evans- Pritchard), "otras culturas" (Beattie).... Con estos
trminos, la llamada civilizacin occidental expresaba, de una forma progresivamente ms ambigua, la
creencia en su superioridad total sobre las otras culturas. Los "primitivos" no eran seres humanos ms
que a medias y, por consiguiente, estaba justificado dominarlos, tratarlos como objetivos, destruirlos,
modificarlos, explotarlos e incluso estudiarlos" (p. 374)
Desde las perspectivas o teora de la modernizacin, la marginacin era una consecuencia
desafortunada y evitable del crecimiento urbano rpido, dentro de la situacin caracterizada como de
subdesarrollo. Los esfuerzos habran de concentrarse, en una especial forma de intervencin social paralograr la "modernizacin para el cambio" de los protagonistas, entre otras el denominado desarrollo
comunitario o desarrollo rural. Esta forma de actuar sobre las poblaciones para incidir en el cambio de
comportamientos o conductas consideradas tradicionales, fue llamado antropologa para el
10 Ver Unidad II: La Antropologa Urbana en Amrica Latina
11 Por ejemplo, en un artculo sobre los problemas terico metodolgicos sobre la investigacin en Antropologa Urbana, Marcelo Naranjo (1996) mantiene
este punto de vista. "Pero este proceso de disminucin numrica de los miembros de las sociedades tradicionales en sus lugares de origen no quiere decir que
ellos, como sujetos sociales, pasen al anonimato. A travs del fenmeno migratorio... las ciudades... cada da ven como su poblacin crece con miembros delmbito rural (...) Precisamente, por las caractersticas de las que est dotado el proceso migratorio, en el contexto de lo urbano estas sociedades van a
reproducir - en otra escala y con diferente tinte obviamente - nuevos y similares problemas a los que experimentaron en sus lugares de origen (...). Problemas
como los de la cultura, organizacin social, estructura familiar, parentesco real o ficticio, alianzas, etnicidad, organizacin religiosa, etc. (...) Los clsicostemas antropolgicos de estudio subsisten, eso s, con nuevos y muchas veces ms complicados matices, ya que, los sujetos sociales son los mismos, y su
ubicacin espacial si bien es nueva, no es un obstculo para un enfrentamiento antropolgico" (1996: 302)
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desarrollo12.Para los tericos de la modernizacin la cultura de los latinoamericanos y caribeos era
entendida como un todo homogneo de caractersticas tradicionales y atrasadas. Al mismo tiempo
estos atributos constituan la causa de su pobreza urbana como se expres en la concepcin de la cultura
de la pobreza de Oscar Lewis (1963)13
y en otras concepciones del desarrollo modernizador como la
DESAL.
Oscar Lewis14
acua el trmino Cultura de la Pobreza y Antropologa de la Pobreza, dos
nombres de sus libros. Para l la pobreza sera una subcultura, de la cultura global. Esto ltimo en
trminos de su poca integracin a una cultura nacional. Describe las pautas culturales de los pobres de las
ciudades latinoamericanas (Lewis, 1987), basndose en extensas observaciones y entrevistas en
profundidad realizadas a familias de la ciudad de Mxico y posteriormente en San Juan de Puerto Rico y
Nueva York. Desarrolla este concepto, como una subcultura que surge en situaciones de desempleo, con
un rpido crecimiento urbano debido a la migracin interna como componente bsico. La cultura de la
pobreza es para este autor, a la vez una adaptacin y una reaccin de los pobres a su posicin marginal.
Esto se debe al choque de pautas culturales y de formas de vida entre el medio de origen migratorio y el
medio de llegada. Existiran por tanto una cultura y una personalidad marginal. Para Lewis los pobreseran el producto de problemas integracin a la sociedad moderna, por la situacin de migracin y sus
pautas de comportamiento "tradicional" de origen "rural". La socializacin en las pautas culturales
propias de la pobreza en la infancia impedira salir de esa situacin. Se acua entonces el famoso "circulo
vicioso" de la pobreza. A la cultura de la pobreza, le asigna caractersticas particulares de la
personalidad de los pobres que constituirn las representaciones predominantes del pensamiento social de
este medio siglo. La representacin del los pobres, se basaba en una idea de las personas como pasivas,
con cierta tendencia a la violencia, a la agresividad, sin respeto por la propiedad privada, con
resignacin y falta de expectativas. Adems, se consideraba que la cultura de la pobreza surga como
producto del trabajo ocasional, los bajos ingresos, las malas condiciones de vida y los bajos niveles de
educacin. Esta idea del crculo vicioso de la pobreza desde un punto de vista intergeneracional tambin
se desarrolla en el campo de la economa poltica del bienestar que cree que la pobreza se puede resolvera travs de la inversin en capital humano sin modificar las cuestiones histrico estructurales que la
producen.
Respecto a lo que Lewis denomina como sentido de comunidad, se seala la asociacin ent re la
condicin marginaly el bajo grado de organizacin, que parece ser el mal mayor de la cultura de la
pobreza (cursivas nuestras). Esa baja organizacin, segn Lewis, es independiente del sentido de
comunidad, que puede existir haya o no organizacin. Esto produce fatalismo e inmediatismo llevando,
segn l, a una incapacidad de estos grupos para la superacin de su situacin por lo que la
transformacin slo puede ser posible cuando las estructuras se modifiquen desde arriba (Lewis, 1992).
Esta percepcin sobre la baja organizacin de los pobres justificar la intervencin de las agencias y
polticas de promocin comunitaria en los 60, har un cambio radical en los 90 donde la
representacin de la pobreza y de las polticas que pretenden atacarla, estn basadas justamente en elreconocimiento de la capacidad organizativa de los pobres.
Lewis recalcaba tambin que su tesis se refera a grupos que no contaban con una base vigorosa
de identidad tnica o de clase que les pudiera servir de sostn ante las dificultades. Esta era una
afirmacin muy radical para los antroplogos y los socilogos y por sobre todo para los pobres de
Amrica latina y de los paises considerados sub-desarrollados (es decir en un estadio inferior de
desarrollo). Los pobres haban sido arrancados de su sentido de ser en comunidad en el mundo y de
pertenecer a clases desposedas como lo obreros y trabajadores de la mas diversa gama, eran otra cosa.
12 Para Arturo Escobar (1998, 1997), como veremos ms adelante hay una antropologa para el desarrollo y otra del desarrollo que propone reconstruir esta
discurso.13 Para una revisin del pensamiento de Oscar Lewis y la cultura de la pobreza ver Valentn, Charles (1970 [1968]) y Nivn, Eduardo et. al (1994), entre otros.14 Estos contenidos se desarrollan en la unidad III: en el subtema Antropologa de la Pobreza urbana
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Felizmente el pos Lewisanismo antropolgico sociologico, poltico y sobre todo las luchas sociales
mostraron todo lo contrario. A partir de all, sus estudios inspiraron investigaciones antropolgicas
basadas en lo local y en la comunidad barrial, como espacio de realizacin de la vida de los
migrantes urbanos pobres.
La temtica de la migracin15 es muy cara a la antropologa urbana por que tambin encarna en
sujetos lo rural y lo urbano, las categoras de tradicin y modernidad, la crisis de alteridades, la
reciprocidad, el trabajo informal, los barrios precarios entre otras tematizaciones clsicas de la
antropologa urbana. Todas ellas cuestiones fundamentales al pensamiento de la antropologa social y
tambin a muchas de las problematizaciones del pensamiento latinoamericano (ver Grimson, Alejandro
1999; Sabarots Horacio2002; Arizpe, Lourdes, 1979 entre otros).
Los estudios de antropologa y sociologa urbana comienzan a valorar la familia y las redes de
relaciones de parentesco y vecindad como objeto de investigacin (este objeto particular el de las redes
de reciprocidad no mercantiles fue y es una preocupacin fundamental de la antropologa social, desde el
Don de Marcel Mauss hasta las redes de Bott de la escuela de Manchester o al actual capital social de
Bourdieu) y como lugar donde se resuelven problemas en situaciones de escasez de recursos monetarios.La cultura de la pobreza y la denominacin de antropologa de la pobreza que Lewis da a uno de sus
libros, funda una especial prctica profesional que impregnar el pensamiento y la prctica antropolgica
con poblaciones excluidas en Amrica Latina, durante todo el perodo. Esta visin atraviesa adems el
resto del pensamiento social, ya sea para afirmarla o para interpelarla con otras que surgen ms adelante.
No slo en Amrica Latina la influencia de Lewis fue fundamental en los estudios que colocaban
en los pobres las causas de la pobreza. Tambin la antropologa urbana en USA acarrea ese lastre.
Philippe Bourgois (1996: 31) en su estudio que piensa la pobreza en un gueto de Nueva York, afirma queel estudio de Lewis y su estudio sobre los migrantes portorriqueos empobrecidos, est basado en la
observacin de los mecanismos psicolgicos de transferencia intergeneracional al interior de la familia.
Una perspectiva congruente con la escuela de cultura y personalidad () inclinndose as por las
tradiciones norteamericanas ms conservadoras. Sin embargo, las cientficos sociales de la izquierdaestadounidense han cado en la trampa de glorificar a los pobres y negar toda prueba emprica de
autodestruccin persona (). Manifiesta que cuando se fue a vivir al gueto estaba decidido a no pasar
por alto, como l, el examen de la desigualdad estructural, pero pretenda al mismo tiempo documentar la
dolorosa internalizacin de la opresin en la vida cotidiana de quienes padecen una pobreza persistente e
institucionalizada.
Lariza A. de Lomnitz (1976), una antroploga mexicana en la dcada de los 60, interpelando a
Lewis, plantea que la identificacin que hace de la marginalidad con la cultura de la pobreza es errnea.
Segn Lomnitz, las sesenta caractersticas de comportamientos de la cultura de la pobreza de Lewis que,
junto con el factor cuantitativo del nivel de ingresos permitirn definir la cultura de la pobreza,
resultaran difcil de identificar y analizar en un estrato social, mediante una lista de comportamientos
especficos, y menos todava mediante un concepto relativo como es la pobreza. Considera queposiblemente la falla de Lewis consiste en el excesivo nfasis que pone en el sistema de normas y
valores, y en las posesiones materiales de los pobres, que representan al fin y al cabo slo una
manifestacin de su realidad econmica. Al desentenderse (...) de la base econmica y de la
organizacin social, se hace aparecer la cultura, es decir, el conjunto de mecanismos de defensa de los
pobres frente a una situacin objetiva difcil, como si fuera una causa de s misma: el pobre no puede
salir de la pobreza porque su "cultura" se lo impide. Si fuera ms limpio, ms estudioso, o ms obrero,
ms honrado, quizprogresara (Lomnitz, 1976: 24 cursivas nuestras). Basada en las criticas que realiza
Charles Valentn (1970 [1968]) a la cultura de la pobreza afirma que "el hecho de erigir en "cultura de
la pobreza" este conjunto de racionalizaciones y mecanismos de defensa, este conjunto de desviaciones
15 Ver Unidad III, subtema: migraciones a las ciudades.
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de los ideales culturales de la sociedad dominante, equivale en cierto modo a culpar a los pobres de su
pobreza (Lomnitz 1976: 24; Valentin, 1968). Para Lomnitz los pobres tienen una capacidad muy
significativa para sobrevivir. A estas capacidades les llama mecanismos de sobrevivencia. Esta tradicin
de la antropologa en Amrica Latina se expande, y se desarrollan una serie de estudios sobre
mecanismos y estrategias de sobrevivencia, ms tarde llamadas estrategias de vida de los pobres de las
ciudades, mostrando justamente la importancia de las redes como soporte para la sobrevivencia y la
potencia de los pobres para sobrevivir, por oposicin a la idea de apata que desarrolla Lewis.
Tanto en la cosmovisin de la DESAL16
como en la concepcin de cultura de la pobreza de
Lewis, las explicaciones sobre la produccin de la pobreza se basaron no en los mecanismos socios
estructurales que la producen, sino en las supuestas causas individuales y culturales. De all que la
manera de nominarlos no hicieron ms que invisibilizar la causa de la produccin de su pauperizacin,
haciendo de una cuestin asociada a medios de empleo y medios de subsistencia, un problema moral o
cultural. Las causas de la pobreza y las maneras en que sta se reproduca, por ejemplo la idea del
crculo vicioso de Lewis, se basaba en una explicacin que circunscriba estos procesos a factores de tipo
cultural y psicolgico. Se parta del supuesto que los marginados eran reacios al cambio, haciendoestudios sin basamento cientfico que permitiera generalizar los atributos que encontraban en sus
descripciones fenomnicas de estudios de caso.
Los tericos de la dependencia en Amrica Latina, a finales de los 60 y durante los 70, debatan
con las teorizaciones predominantes de la teora de la modernizacin, las que ponan el acento en la
explicacin de la pobreza urbana en causales culturales de los pobres (apata, falta de participacin e
integracin, etc.); en el carcter subdesarrollado de las poblaciones y de las relaciones econmicas (falta
de inters por adecuarse a los valores del ahorro y la ganancia e incapacidad innata de adquirir empleo
por falta de iniciativas), en la posesin de atributos personales marginales (existencia de una personalidad
marginal caracterizada por comportamientos inadecuados para el cambio) o por encontrarse en
situaciones asincrnicas del desarrollo. Se desarrollo entonces la teora de la urbanizacin perifrica.
Otros, centraron sus problematizaciones en la especial manera en que se produce la urbanizacinen las ciudades latinoamericanas, que excluye a una gran masa de poblacin, la que accede al suelo, a la
vivienda y a los servicios urbanos en forma extremadamente precaria, desarrollando una teora particular
que se llam la urbanizacin perifrica, fuertemente influenciada por la teora de la dependencia (ver
Unidad III: procesos de urbanizacin en Amrica Latina).
En general, dentro de las teoras de la dependencia, la pobreza masiva urbana se explica por la
falta de medios de empleo de personas que llegan del campo a las ciudades, debido a procesos de
descampesinacin, que la mayora de las veces son forzadas por la pobreza rural y la carencia de medios
de subsistencia, como la tierra. En esta etapa, el tema ms importante de estudio es lo que se denomina
migracin interna, que se refiere al flujo masivo de campesinos a las ciudades. Por otro, ya en las
ciudades, la teora de la dependencia explica la pobreza a partir de la particularidad de la
industrializacin, que no logra integrar a la mano de obra que llega a las ciudades, lo que genera unamasa de poblacin sobrante. A esto se suma la carencia de polticas habitacionales destinadas a la
creciente demanda de vivienda y suelo urbano de los migrantes. En las ciudades, la pobreza se expresa
materialmente por medio de patrones de ocupacin territorial extremadamenteprecarios. Adems, los
16La DESAL (Veckemanas y Venegas, 1966), una fundacin de orientacin catlica que actuaba en Chile a fines de los 60, tena u na mirada psicolgica y
cultural de la marginalidadad que algunos autores denominaron como la concepcin ecolgica descriptiva de la marginalidad. Sus representaciones y manerasde intervenir sobre la pobreza se fueron generalizando y expandiendo rpidamente. Para esta institucin, la marginalidad era una situacin o estado,
encuadrada tambin dentro de los condicionantes del desarrollo de los pases latinoamericanos. Las poblaciones marginales adems de no participar de los
recursos econmicos de la sociedad, por sus patrones tradicionales de conducta, se consideraban marginados radicales, incapaces de ejercer la solidaridadintra-grupo y la participacin, por lo que se haca imprescindible la injerencia de un grupo externo, una agencia para promover la participacin. Lamarginalidad era producto de la marginacin interna de grupos afectados por la desorganizacin familiar, la anomia, la ignorancia. Esta explicacin subjetiva
y moral de las causas de la pobreza era lo que produca para ellos una falta de participacin activa que, se volva causa de su participacin pasiva o receptoraen la sociedad global.
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salarios de los empleados o auto-empleados en trabajos denominados informales son magros. Las urbes
en Amrica Latina se constituiran en lo que Robert Bryan (1978) denomin las ciudades de
campesinos. Nombre sugerente que explica cmo las ciudades de Amrica Latina se fueron
conformando por el caudal de campesinos que llegaba en bsqueda de oportunidades de trabajo. A pesar
de las expectativas que traan, esta mano de obra no se empleaba de manera estable y continua, sino que
pasaba a formar parte de una masa de trabajadores sin cobertura social, sin seguridad en el empleo, sin
ingresos para atender sus necesidades de reproduccin. Se asentaban en las zonas perifricas de las
ciudades, por falta de recursos y por no tener posibilidades de acceso a una vivienda digna o a polticas
estatales de acceso a la vivienda. La denominacin y caracterizacin de los pobladores urbanos pobres
realizadas por los estudios influenciados por las teoras de la dependencia se debati a partir de una
denominacin y explicacin de la pobreza como parte de procesos de marginalidad, vinculados a
mecanismos de exclusin econmica, poltica y del acceso al bienestar social, que se produca en la
ciudad y que sufran masivamente los pobres, sobre todo migrantes. Estas concepciones interpelaban a
los estudios provenientes de la Escuela culturalista de Chicago y adems mostraban, a travs de estudios
empricos de la antropologa y sociologa urbana, la capacidad para sobrevivir en condiciones deextremas de exclusin de estas poblaciones. En el caso de la investigacin de Bourgois (2006) en un
gueto norteamericano y otros estudios latinoamericanos influenciados tambin por la idea de tribus
urbanas (Maffesoli) muestran que, la cultura callejera est basada en la confrontacin y la resistencia a la
explotacin y la marginacin social que tambin y de manera contradictoria, tiene efectos
autodestructivos a sus integrantes. Por otro lado, explicaron la produccin de la pobreza urbana como
consecuencia, tambin, de otros factores concatenados aunque fuertemente vinculados con las relaciones
de dependencia, como las caractersticas particulares que adquiri la industrializacin perifrica y su
relacin con el mercado de trabajo. Todo lo cual daba como resultado, particulares relaciones de
dominacin, exclusin y explotacin urbana (Kowarik, 1992).
De las etnografa de Chicago o la "antropologa de la ciudad", a la Antropologa"en la ciudad"17
Los distintos enfoques de la antropologa de la pobreza (estudiar la cultura, las lgicas de
reproduccin de la vida en lugares como los barrios pobres o los guetos), en trminos generales,
trasladaron, los mtodos aplicados a sistemas casi cerrados merced a lo cual se desarrollo histricamente
la etnografa, al mundo contemporneo. Segn Eunice Durham (1988), el estudio de las denominadas
"comunidades", si bien adquiri un desarrollo particularmente frtil encontr su correspondencia cercana
en las investigaciones de las sociedades "primitivas". Investigando sobre esos "pedazos de sociedad", se
estudiaba a las comunidades, como si fuesen aldeas indgenas utilizando mtodos de observacin
participante, documentacin censal, historias de vida, entrevistas dirigidas, etc. formulando un retratomultidimensional de la vida social e integrando el estudio de las manifestaciones culturales al anlisis
social y econmico.
La crtica a los estudios de comunidades y al funcionalismo positivista fue elaborada
primordialmente por los socilogos e incorporada ms tarde por los antroplogos. Los argumentos ms
directamente polticos de la crtica fueron los que encontraron una receptividad ms amplia. De este
modo, se critic ampliamente los presupuestos de la integracin (cultural y social) y su efecto inihibidor
en el tratamiento del conflicto social, su incapacidad de aprender el cambio y, consecuentemente, la
formulacin de una visin inmovilista y por eso mismo conservadora de la realidad social (Durham, E.
1988). Segun Gilberto Velho (1980), esta antropologa urbana y podemos decir tambin los enfoques de
17 Esta temtica se desarrolla en la Unidad II, especficamente en el subtema: La antropologa urbana en Amrica Latina.
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la modernizacin y el "desarrollo" estudiaban a los "otros" de las ciudades, percibidos frecuentemente
como exticos.
Una alternativa de solucin a este abordaje fue incorporar la dinmica macro sociales de la ciudad
en la explicacin de los fenmenos micro y el dialogo con las otras ciencias sociales cuya trayectoria y
campo disciplinar brindaban una mirada ms histrica o estructural u holstica, como la sociologa, la
economa y la ciencia poltica. Sin embargo se mantuvo el inters por los objetos tradicionales -los
pobres, lo popular, las minoras tnicas-, sus expresiones, - las culturas populares y el folklore - y sus
prcticas - redes, estrategias de sobrevivencia, etc.18
Gilberto Velho (1981 y 1985), Ruben G. Oliven (1980 y 1987) y Eunice Durham (1988), todos
ellos antroplogos brasileos, plantearon la necesidad de superar esta mirada pasando de la antropologa
"de la ciudad" a otra "en la ciudad". Segn Layla Al-Zubaidi (1998) fue Robert V. Kemper quien realiz
esta diferencia ambas interrelacionadas, planteando que hay antroplogos que trabajan en la ciudad y que
no tienen en cuenta el contexto urbano y sus dinmica; aquellos que tienen en cuenta la estructura de la
vida en la ciudad y sus impactos en las conductas localizadas o entre culturas y aquellos preocupados
con el desarrollo de los sistemas urbanos internacionales a lo largo del tiempo y del espacio, a partir dela influencia de aspectos sociales, econmicos y culturales. Estos dos ltimos seran los que hacen
antropologa urbana.En esta metfora se interpelaba a los estudios culturalistas de Chicago. No se trataba
de estudiar a la cultura urbana sino a los procesos que ocurren en la ciudad. Crticos de la posturas que
reproducen lo exticoprimitivo en la ciudad, sin embargo mantuvieron la importancia de los estudios de
los "otros diferentes", aunque esbozaron la posibilidad de producir una nueva etnografa de nosotros
mismos. Por otra parte, la diferencia que proponan los autores brasileos entre el "de" y el "en" la
ciudad no resolvi el problema. La mirada ntima a la vida de las ciudades no debera obviar la necesidad
de entender a la ciudad como construccin social. Para el antroplogo espaol Gaspar Maizal Buil (1998)
la antropologa urbana no es aquella actividad de los antroplogos en la ciudad sino aquellos que tienen
el urbanismo como contexto de sus etnografas.
Segn Miguenz (2006 Programa Antropologa Urbana fundamentos) la antropologa urbana esuna tradicin disciplinar que se concentr inicialmente en el estudio de las periferias urbanas, los
migrantes de origen rural y los sectores pobres y marginados de la ciudad. Esta tradicin reconoce
principalmente dos lneas troncales, por un lado aquellos estudios desarrollados por las sucesivas
generaciones de antroplogos y socilogos que compartieron el departamento de antropologa y
sociologa de la Universidad de Chicago, como ya hemos sealado. Por otro lado una lnea que result
de un desarrollo crtico frente a las teoras surgidas de Chicago, que proponan una interpretacin del
fenmeno de la marginalidad urbana recuperando nociones del marxismo que la ligaban a los procesos
de reproduccin del capital. () En Amrica Latina en general y en la Argentina en particular la
tendencia ha sido a concentrar la investigacin siguiendo los postulados de la segunda tradicin, dando
por saldado el debate inicial a favor de ella. Esto ha producido una tendencia a desestimar los aportes de
Chicago, desatendiendo las sucesivas reelaboraciones de las que fueron objeto sus contribucionesiniciales, particularmente por parte de la escuela sociolgica britnica. Esta adems reelabor el objeto
inicial de la antropologa urbana, incluyendo adems de la marginalidad socioeconmica, los
movimientos culturales contestatarios vinculados a los gustos musicales, el arte callejero , etc. Por otra
parte, ha ido sumando como objetos el estudio de los movimientos sociales, sistemas clientelares de los
partidos, los efectos de la poltica social, etc.
Garcia Canclini (1987) antroplogo argentino exiliado en Mxico en esa poca, pensaba que la
construccin de una antropologa urbana requera una visin de conjunto sobre el significado de la vida
18 El caso del estudio de Bourgois por ejemplo tambin rompe con esta dificultad al analizar la cultura callejera en el guetto a partir de la incorporacin de una
mirada de la economa poltica que incorporara a la cultura y el gnero y tambin reconociera el vnculo entre las acciones ntimas y la determinacin social yestructural e histrica de los procesos ms locales que estudia.
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en las ciudades, al modo de la escuela de Chicago. " Cuando se traslada el estilo clsico de la etnografa a
los actuales problemas urbanos las dificultades son importantes. Cmo hablar de los millones de
indgenas y campesinos que migran a las grandes ciudades?, cmo explicar las nuevas formas de
subordinacin que les impone la organizacin industrial del trabajo y el consumo? Es imposible
responder si se elige sectores marginales, se recortan unidades pequeas de anlisis - un barrio, un grupo
tnico, una minora cultural, se emplean nicamente tcnicas de observacin intensiva y de entrevistas en
profundidad, y se los examina como sistemas relativamente cerrados. Estos trabajos suelen dar
informaciones originales y densas sobre cuestiones microsociales. Pero sus propias estrategias de
conocimiento inhiben la construccin de una Antropologa Urbana, o sea una visin de conjunto sobre el
significado de la vida en la ciudad, al modo de la Escuela de Chicago." (1987:41)
Estos estudios, por otra parte, estuvieron fuertemente vinculados indirecta o directamente con las
disquisiciones sobre "tradicin" y "modernidad", ya sea para defender una postura ideal de lo tradicional
asociado a lo simple y autntico, o para sealar que en la urbanidad latinoamericana conviven lo
tradicional y lo moderno. La tensin entre modernidady tradicin estaba presente, ya sea sealando las
trabas de lo tradicional para entrar en la modernidad o para detractar la modernidad y sus consecuencias.Un ejemplo fue el estudio de las migraciones rural urbanas, donde las experiencias asociados a la
vivencia en las ciudades se contrapuso con las prcticas tradicionales provenientes del lugar de origen.
Las reflexiones sobre la posmodernidad europea y la idea de fragmentariedad, complejidad,
cruces culturales en el espacio y en el tiempo en Amrica Latina, previo al advenimiento de la
modernidad (Brunner: 1992) y el concepto de culturas hbridas (Canclini; 1992, 1994 y 1996) han
tratado de superar estas dicotomas para pensar las urgencias sociales de una modernidad "excluyente"
en Amrica Latina19
. Esta manera de pensar a las sociedades latinoamericanas proviene de dos conceptos
previos el de heterogeneidad estructural y de sociedades abigarradas. La condicin de sociedad
abigarrada que desarrollar el boliviano Zavaleta Mercado, basada en una primera enunciacin de este
atributo de parte de Mariategui, se refiere a la incapacidad de la democracia boliviana para representar
cualidades sociales diversas a la que resulta de la implantacin del capitalismo, pero tambin para referirel momento en que, a la vez, coexisten de manera desigual e incompletamente articulada, varias
temporalidades y formas de organizacin econmica y poltica, bajo relaciones de dominacin. Dice
Tapia (2006) a propsito de la idea de sociedad abigarrada que entender lo abigarrado debe lograrse a
travs de la composicin de varias mentalidades, correspondientes a la diversidad subyacente, y no a
travs de un modo nico. Tampoco se trata de pensar a las temporalidades en trminos unilineales
evolucionistas como lo moderno pre moderno o post moderno sino a las formas en que nuestras maneras
de ser modernos, le llamemos, y su condicin de sociedades abigarradas o de heterogeneidad estructural
sigue remitiendo a nuestra condicin local de colonialidad. La idea de forma social abigarrada permite
pensar la coexistencia de varios tiempos histricos, varios modos de produccin, cosmovisiones, lenguas,
procesos de reproduccin y, sobre todo, estructuras de autoridad y formas de autogobierno. Esta nocin
refleja la idea de sociedades sobrepuestas, como colores que coexisten sin mezclarse y que slo seenlazan en varios puntos y de mala manera.
Segn Brunner, Amrica Latina, se ha caracterizado siempre por su heterogeneidad cultural, lo
que no es superposicin de culturas sino que "nos refiere ms directamente a una suerte de
posmodernismo regional avant la letre que, sin embargo, es plenamente constitutivo de nuestra
modernidad". "Este no excluye sino que presupone... mezclas y se refleja en el collage, en el pastiche, en
los injertos y alegoras "posmodernistas" de nuestra modernidad, los que resultan de la segmentacin de
19 Segn Zulma Palermo (2005:46) la visin de Kush, permite entender esta tensin no a travs de la conciliacin, la resolucin por mestizajes ohibridaciones, sino un contacto por absorcin y transformacin, siempre conflictivo, lo que no da como resultado una sntesis sino la permanencia de la
tensin y del conflicto.
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los mercados de consumo cultural y sus modos de produccin fuertemente asociados al mercado
internacional"(1992: 103-104).
En este mismo sentido, para Garca Canclini, la "posmodernidad" es til para repensar la
heterogeneidad de Amrica Latina en el sentido de su reflexin anti-evolucionista, pero esta no sera una
etapa o tendencia que remplazara el mundo moderno, sino como una manera de problematizar los
vnculo equvocos que ste arm con las contradicciones que quiso excluir o superar para constituirse"
(1992: 23). Garca Canlini ha estudiado con profundidad, estos entrecruzamientos o pastiches que el
denomina culturas hbridas, fundamentalmente en las estrategias de trabajo, comercializacin y consumo
de los indgenas latinoamericanos y en los imaginarios urbanos.20
Dentro de esta mirada, la distincin ente moderno y tradicional, rural y urbano, culturas de elite,
masiva o popular pierden su importancia y relevancia. Segn Arturo Escobar (1998) un antroplogo
colombiano, la hiptesis que emerge es que no ms los procesos de modernizacin operan substituyendo
lo moderno por lo tradicional. La modernidad hbrida se caracteriza por intenciones continuas de
renovacin, por una multiplicidad de grupos tomando en cuenta la heterogeneidad multitemporal
caracterstica de cada sector y pas.."As tambin lo hace la divisin intelectual del trabajo, rompiendocon la idea de que la antropologa es la ciencia de las duras tradiciones y la sociologa como el estudio de
la modernidad triunfadora, por ejemplo" (1998: 218, traduccin nuestra). Escobar (1998: 218-220)
plantea, sin embargo, que algunos reparos deben acompaar la idea de los procesos de hibridacin.
Primero no debera pensarse que estos deshagan necesariamente las viejas tradiciones de dominacin. En
algunos casos, la dureza de las condiciones reduce la hibridacin a adaptaciones mundanas hacia las
crecientes condiciones opresivas del mercado. La segunda cualificacin () es que no debe ser
interpretado como un imaginario exhaustivo del Tercer Mundo. A pesar de las persuasivas influencias de
las formas modernas, la pesada presencia de magia y mitos en la vida social es todava extremadamente
significante. En el nivel de la vida diaria, estas prcticas populares representan una fuerza contra
hegemnica que se opone a la instrumentalizacin y objetivos reaccionarios de la iglesia, el estado y la
ciencia moderna de domesticar la cultura popular. Estas prcticas resisten la narrativa del orden. Por otraparte, tampoco todo lo que pasa en el tercer mundo puede ser considerado culturas hbridas en los
trminos recin especificados. La investigacin critica es la que debe aprender a mirar y reconocer
diferentes culturas hbridas de relevanciapoltica...
Otro aporte crtico al concepto de hibridacin es del de Kingman Carcs, Salman y Van Dan
(1999: 310) quienes al analizar las culturas urbanas en Amrica Latina y los Andes, sealan el peligro de
resaltar el dficit que resulta de un enfoque que celebra la-mezcla-con-todo-lo-dems, sin investigar los
motivos y trasfondos de la construccin y modificacin de practicas, identidades y creencias culturales.
Para estos autores, el mestizaje no se diluye, no se disuelve en productos hbridos, ni en esta poca de
globalizacin y postmodernismo. El mestizaje incluye una dimensin poltica, una dimensin que va ms
all de un supuesto mercado cultural abierto, y que se arma a partir de desigualdades y desniveles,
estrategias y contra-estrategias, adaptaciones y supervivencias y prcticas contra hegemnicas de lossectores subalternos (311).
La multiculturalidad neoliberal globalizada, las preocupaciones de los 9021Son fundamentales en este contexto las tematizaciones actuales sobre el vnculo entre
multiculturalidad, globalizacin y antropologa. Sin embargo, como sabemos, la multiculturalidad de las
20 "La defensa enrgica de sus patrimonios tnicos y de su autonoma poltica no est reida con las transacciones interculturales y la integracin crtica a lamodernidad. Los indgenas buscan con frecuencia utilizar las tcnicas ms avanzadas de produccin y consumir bienes industriales, reclaman acceso a la
educacin y a las comunicaciones masivas. Si bien subsisten movimientos tnicos que resisten la occidentalizacin, amplios sectores se apropian de los
conocimientos, los recursos tecnolgicos y culturales modernos. La adopcin de la modernidad no es necesariamente sustitutiva de las tradiciones" (1995:170)
21 Esta tematizacin se desarrolla en la unidad V del programa 2010.
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ciudades no es un fenmeno nuevo, sino que es parte constitutiva a la constitucin de ellas como deca
Weber y de la colonizacin y la colonialidad (Auge)
Las nociones de culturas hibridas, mestizajes, sociedades abigarradas parten de la idea de
multiculturalidad tanto en tiempos simultneos, en un espacio dado, como de teoras todava
evolucionistas que piensan a lo heterogneo como oposicin a un tiempo homogneo unilineal
eurocentrado. Es interesante sealar que la multiculturalidad urbana como tematizacin de las ciencias
sociales es incorporada tardamente, en vnculo con otras preocupaciones como la globalizacin y con
las problemticas de las grandes ciudades, como el caso de los estudios de Garcia Canclini o los estudios
culturales ms tarde, siendo paradojalmente que esta es una caracterstica intrnseca al propio origen de la
ciudad y el mercado. Se desarrolla en etapas anteriores, slo vinculado con cuestiones de discriminacin
tnica en la ciudad o con una mirada que mira ciertas creencias y prcticas como pervivencia de un
pasado tradicional propias de lo que entrara en el campo del folklore urbano. Sin embargo, en la
actualidad, han cobrado importancia estudios folklricos de leyendas urbanas que lo entienden no como
pervivencias del pasado sino como una construccin del presente que sintetiza lo global con lo local y
que embuten explicaciones a ciertas formas de dominio del presente (ver Degh, 1999 y Blache, 1999)Las problemticas de la multiculturalidad estn fuertemente vinculadas con las diferentes formas
de simbolizar y representarse la ciudad y con las maneras que stas se van haciendo cuerpo en ella. Esta
temtica se aborda no debido a la moda que ciertos estudios culturales le han conferido, sino como algo
intrnseco a la ciudad. Vemos tambin que la multiculturalidad se manifiesta en estilos de vida
diferenciados22
, en la diversidad tnica, en la discriminacin y en la segregacin socio espacial,
cuestiones que se subsumen y se vinculan con esta temtica.
Partiendo entonces de un abordaje ms clsico y desde la creencia que se trata de unaantropologa de nosotros mismos, incorporamos el tema de la multiculturalidad a los diferentes estilos
de vida urbana23
, a los efectos culturales que las migraciones a la ciudad producen24
, sociabilidades de
grupos particulares como los jvenes, la experiencia de vivir en la ciudad, el consumo; contactos,
interacciones y rituales de encuentro; festividades; influencia de los medios masivos de comunicacin;de las llamadas nuevas tecnologas (redes/iternet) en la cultura urbana contempornea.
Paradojalmente para la antropologa urbana, recien en los aos 90, las caractersticas de la
"modernidad tarda" (Giddens) o de la sobremoderndiad (Auge), traen a colacin la preocupacin
antropolgica por la multiculturalidad y por las crisis de alteridad. La necesidad de la antropologa de
estudiar el mundo contemporneo lleva a antroplogos a preocuparse por encontrar una "distincin"
propia de su campo. As se propone distinguirla de las otras ciencias sociales a partir de su antigua
preocupacin por los "otros" y de los "otros" (Canclini, 1995: 73) o las crisis de sentido que genera en el
mundo contemporneo (Auge, 1995)25
.
Segn Giddens (1994: 67) la modernidad es intrnsecamente globalizadora como resultado de sus
factores de dinamismo26
. La mundializacin se refiere principalmente al proceso de alargamiento en lo
22 El abordaje sobre los estilos de vida parte de la idea de cultura en Bourdieu y la importancia que tiene en su anlisis de los habitus, los estilos de vida, la
distincin y el gusto y tambin el enfoque de Norbert Elas sobre la transformacin de los hbitos y estilos de vida en la poca moderna.
23 Temtica que se comienza a abordar a partir de algunos textos tericos vinculados con desarrollos de la sociologa de la cultura.24 Aspecto del campo que ya se vena abordando pero que es mirado no solo como una tematizacin propia del discurso del desarrollo o la po breza, sino comoun fenmeno que enriquece la diversidad cultural de las ciudades, adems de vincularlo con la discriminacin y la segregacin socio espacial.25 Para Auge "las crisis de alteridad generalizada que revelan ciertos fenmenos contemporneos, implican crisis de sentido, en la acepcin antropolgica del
trmino y la antropologa est naturalmente llamada a estudiar ese dficit de sentido que parece afectar a la contemporaneidad en su conjunto, siendo as quela antropologa hasta ahora haba estudiado las manifestaciones en las situaciones de tipo colonial basndose en conceptos como "contacto cultural" o
"dominacin". El segundo desafo esta representado por el hecho de que en la situacin de "sobremodernidad" se borran las realidades localizadas y
simbolizadas a cuyo estudio se dedicaba tradicionalmente el etnlogo. La antropologa debe escoger nuevos terrenos y construir objetos en la encrucijada delos mundos nuevos en los que se pierde el rastro mtico de los antiguos lugares". (Auge, 1995:126)
26 Para Giddens (1994: 28-39) la separacin del tiempo y el espacio, el desanclaje de los sistemas sociales y el reflexivo ordenamiento y reordenamiento de lasrelaciones sociales, a la luz de las continuas incorporaciones de conocimiento, son las causas del dinamismo de la modernidad. El desanclaje es la ruptura de
las conexiones que existen entre la actividad social y su "anclaje". Significa que estas se despegan de sus contextos locales de interaccin y se reestructuran en
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concerniente a los mtodos de conexin entre diferentes contextos sociales o regiones que se convierten
en una red a lo largo de toda la superficie de la tierra, lo que produce complejas relaciones entre la
participacin local (circunstancias de co-presencia) y la interaccin a travs de la distancia. Se
intensifican las relaciones sociales a distancia lo que acelera la inter influencia mutua entre lo local y lo
global.
Las mejores facilidades de movilidad espacial y la inmediatez de la informacin y de
comunicacin a nivel temporal multiplican y modifican las experiencias y significados de las
experiencias interculturales y tnicas. Se podra esquematizar esta tendencia en los siguientes aspectos.
La primera y ms obvia es que los contactos y las formas de aculturacin no se producen slo en el
espacio, estn deslocalizadas por medio de la "accin a distancia". A nivel de relaciones de dominacin y
hegemona, a las formas de aculturacin y homogeneizacin de valores dominantes de las elites
occidentales y criollas en el espacio, se aaden las del tiempo, generando nuevos reacomodamientos entre
las culturas y etnas dominantes y dominadas. Esto significa que adquieren multidireccionalidad y son
descentradas.
Ya no son slo las culturas consideradas e identificadas como ms "tradicionales" exclusivosobjetos de procesos de aculturacin. Los mass media y las estrategias de marketing homogeneizan
valores y estilos de vida en todo el planeta. En este sentido, la antropologa y la sociologa se unen puesto
que los objetos de estudio de la multiculturalidad y la nivelacin de gustos y hbitos es un proceso
intrnseco a la modernidad. Sin embargo junto con la universalizacin de gustos y modas se produce una
adecuacin complementaria con las particularidades regionales y las caractersticas de los consumidores
(Renato Ortiz: 1996, Harvey: 1993)
La deslocalizacin y las posibilidades de informacin producen la multiplicacin de alternativas,
la naturalizacin del "otro" y, por lo tanto, una multiculturalidad presente en el tiempo lo que constituye
el tercer aspecto de las relaciones interculturales. El "alter" no es ms bidireccional sino que implica
varios modos de vida alternativos. "En un mundo donde nadie esta "afuera" las tradiciones pre existentes
no pueden evitar el contacto no slo con los otros sino con varios modelos de vida alternativos. Por lamisma razn es un mundo en el cual ya no puede considerarse al "otro" como un ser inerte. La cuestin
no es slo que el otro "nos responde" sino que es posible la interrogacin mutua" (Giddens, 1997, p. 50)27
Garca Canclini, a partir de los procesos derivados de la percepcin de la globalizacin, la
multiculturalidad de las ciudades y la dificultad por delimitar lo urbano de lo rural modifica su
apreciacin anterior sobre el objeto de la Antropologa Urbana, que haba radicado en el estudio de la
vida en las ciudades, de lo "intimo" que suceda en ellas. Ante estas evidencias se pregunta "cmo
describir desde la antropologa esta ciudad diseminada?, nos retraeremos en la ilusoria autonoma de los
barrios?, o buscaremos entender tambin las nuevas formas de identidad que se organizan en las redes
inmateriales. Estos caminos no tiene por qu ser excluyentes. El antroplogo puede ser el que estudie las
pequeas historias de la ciudad, y tambin las grandes. No tiene ya el monopolio de lo ntimo y lo
cotidiano de la vida urbana. Tambin hacen trabajo de campo, a menudo, los socilogos ycomuniclogos. Quiz lo que mejor pueda distinguirnos en este fin de siglo a los antroplogos es la
antigua preocupacin por lo otro y por los otros. Pero lo otro ya no es lo territorialmente lejano y ajeno,
sino la multiculturalidad constitutiva de la ciudad en que habitamos. Lo otro lo lleva el propio
antroplogo dentro en tanto participa de varias culturas locales y se descentra en las transnacionales. (...)
Los problemas actuales de una antropologa urbana no consisten slo en entender cmo concilia la gente
indefinidos intervalos espacio-temporales. Existiran dos tipos de mecanismos de desanclaje relacionados con las instituciones sociales modernas: la creacinde seales simblicas y el establecimiento de sistemas de expertos. Los sistemas de expertos seran sistemas de logros tcnicos o de experiencias profesional
que organizan grandes reas del entorno material y social en que vivimos y que pueden aplicarse en cualquier contexto, aunque los hbitos, costumbres y
tradiciones locales mantienen cierta importancia.
27 Estos temas se tratan en la unidad V, desglosando entre los autores europeos, latinoamericanos e hindes.
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la velocidad de la urbe globalizada con el ritmo lento del territorio propio... Nuestra tarea es tambin
explicar cmo la aparente mayor comunicacin y racionalidad de la globalizacin suscita formas nuevas
de racismo y exclusin". (1995: 72-73)
Dos consideraciones acerca de la postura de Canclini. En primer trmino, la experiencia de la
multiculturalidad no es nueva. Quizs como dice Auge "la alteridad contina existiendo, slo que los
prestigios del exotismo se han desvanecido". Por que el mundo "se ha encogido, se ha estrechado, la
informacin y las imgenes circulan rpidamente" y, "por eso mismo la dimensin mtica de los dems se
borra. Los otros ya no son diferentes" (1995:.2 5)28
. En segundo trmino, la distincin que propone para
la antropologa "la antigua preocupacin por lo otro y por los otros" parece volverlo al exotismo, pero
esta vez al exotismo cercano propio de la "multiculturalidad globalizada".
Al igual que en la categora de hibridacin, la multiculturalidad sin los prestigios del exotismo no
puede ser mirada con una visin ingenua. Primeramente esta multiculturalidad no es nueva, siempre la
diversidad cultural se ha hecho patente en situaciones de dominio econmico y cultural. Como plantea
Renato Ortiz (1998: 27-31) las sociedades que ellos llaman como premodernas europeas constituan un
verdadero archipilago de mundos regionales, poco integrados unos con otros. Sin embargo, recin con laexpansin del capitalismo, como lo seala Marx, se constituye un mercado mundial que es el movimiento
integrador y globalizador por antonomasia. Sus objetivos, como ahora con la globalizacin, son acortar
las distancias espacio temporales para la realizacin del capital.
Lo extico ha dejado de ser tal para convertirse en distinto, diferente, especfico pero no lejano en
el tiempo ni en el espacio. La multiculturalidad est cada da ms presente, no slo como expresin de las
minoras sino como hegemona de algunas mayoras en consonancia con la tendencia a la
homogeneizacin.
La fragmentacin y la crisis de alteridad son otro de los objetos estudiados que se le asigna a la
antropologa urbana, a diferencia de otras ciencias sociales. Esta corriente esta influenciada por los
estudios Hermenuticos y por el diagnstico que realiza Simmel de la modernidad y la vida en las
ciudades. Tenemos aqu a autores como Auge en Francia y Gilberto Velho en Brasil, Manuel DegadoRuiz en Epaa.
Para Auge (1995) la caracterstica de la contemporaneidad es la diversidad de mundos,
heterogneos y diversos, que se recomponen a cada instante. Por ello la antropologa esta sometida a un
doble desafo. El primero son los fenmenos contemporneos que reducen de manera espectacular lo
prximo y lo lejano: la extensin de la urdimbre urbana, la multiplicacin y aceleracin de las redes de
transporte y de comunicacin, la uniformizacin de las referencias culturales y la mundializacin de la
informacin y de la imagen. Este primer desafo produce crisis de alteridad generalizada o de sentidos,
porque no se logra elaborar un pensamiento del otro. El segundo desafo son las consecuencias que tiene
la situacin de sobremodernidad (la experiencia de la aceleracin de la historia, el encogimiento del
espacio y la individualizacin de los destinos) sobre "las realidades localizadas y simbolizadas a cuyo
estudio se dedicaba tradicionalmente el etnlogo". "Si la antropologa quiere evitar una nueva trampa dela "etnografa de urgencia" y se se niega a considerase como la ciencia piel de zapa de los bastiones
minoritarios en vas de desaparicin, debe abordar seriamente "la crisis de sentido" y de "alteridad"
(1995: 126). Este es el campo que propone como prioritario para la antropologa contempornea.
A nuestro entender basar el campo de la antropologa en el estudio de las crisis de sentido propias
de la modernidad, como ya lo sealaba Simmel, implica una concepcin homognea e integrada en las
cosmovisiones del mundo anteriores a esta etapa, llamada por Auge de "sobremoderinidad", posicin que
oblitera la diferencia y la resistencia a ellas. Por otra parte, este campo, propio de una escuela
28 "En un sentido inverso, el indgena ms alejado, de la aldea ms perdida del continente ms lejano, tiene por lo menos la idea de que pertenece a un mundoms vasto. La relacin con el otro se establece en la proximidad, real o imaginaria. Y el otro, sin los prestigios del exotismos, es sencillamnete el extranjero, a
menudo temido, menos porque es diferente que porque est demasiado cerca de uno" (Auge,1995:25)
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sociolgica como la de Simmel29
es parte constitutiva de las caractersticas y de la construccin del
discurso de la modernidad, a partir de una idea idealizada del pasado, que vera a esta fragmentacin
como un obstculo para un desarrollo "integrado" de los individuos. La dualidad de la alteridad y las
crisis de sentido, por oposicin a la identidad y la homegeneidad de significados, reinscribe el dualismo
en el que el discurso colonial de las ciencias sociales modernas tempranas fue fundado, entre los
universal y lo local, lo moderno y lo tradicional, lo urbano y lo rural.
Gilberto Velho (1994), siguiendo tambin a Simmel y a la fenomenologa de Shutz, plantea que
la caracterstica particular de la sociedad contempornea es que el individuo est cruzado por estos
mundos que forman redes y que exceden las categoras del parentesco, el barrio, el gnero, la pertenencia
tnica y el grupo de estatus y que tienen una funcin estructurante. Estos puntos de interseccin que
muestran la fragmentacin y la unidad de las experiencias de vida de las "sociedades complejas" no
significan, a diferencia de Auge, crisis de alteridad, sino que otorgan maleabilidad y fluidez entre los
mundos, posibilidades de juego de roles, con un potencial de metamorfosis que brinda una capacidad de
cambio, sin necesariamente caer en las crisis de alteridad. Al respecto de las caractersticas de nuestra
modernidad, en Amrica Latina la comprensin espacio tiempo es y ha sido, desde la poca de lacolonizacin, mucho ms intensa y violenta que en los pases ricos, por lo que la gama de etapas que
conviven en el mismo espacio/tiempo es ms compleja y diversa. Asimismo, la llegada de los
colonizadores, el comercio, los movimientos forzados de la poblacin nativa en la poca colonial, las
migraciones rural urbanas de los campesinos en este siglo; revelan, de parte de poblaciones autctonas
una intensa vivencia de aceleracin de la historia propia de lo que ahora se da en llamar la
sobremodernidad. Segn Auge los colonizados vivieron, las ms veces en medio del dolor, una triple
experiencia relacionada con el descubrimiento del otro que hoy es comn a la globalizacin: la
experiencia de la aceleracin de la historia, del encogimiento del espacio y de la individualizacin de los
destinos (1995:138). Esto muestra que la multiculturalidad y la ruptura espacio temporal no son nuevas,
aunque adquieren una continua presencia en la mundializacin del capitalismo y la comunicacin en
tiempo real.Como contracara de la homogeneizacin que produce la globalizacin en los campos polticos,
econmicos y culturales, se generan nuevas respuestas culturales, tanto de las formas de adecuacin a las
instituciones de la modernidad como de contestacin, resistencia y protesta. Estas ltimas van desde el
recrudecimiento de viejos fundamentalismos a los denominados nuevos movimientos sociales, que
generan prcticas y significados sociales que invalidan el conocimiento instrumental como nica lgica
de conocimiento.
Dentro de los movimientos sociales de protesta se pueden sealar dos lneas de accin. Una es
aquella que pone el acento a las consecuencias materiales de los nuevos riesgos de la modernidad y el
crecimiento, como los movimientos ecolgicos o pacifistas, cuyas propuestas por otra parte, reciclan y
resignifican muchas de las formas de vida llamadas "tradicionales". De esta manera se propone la
construccin de un mundo moderno ms humanizado que tiende a formas ms simples y ms naturales devida social como critica al orden industrial (Balandier, 1974: 260). Pero estas formas de vida no son
simples reliquias o vestigios sobre los que se construyen nuevos desarrollos de la accin colectiva, sino
que coexisten y se combinan el presente y el pasado (Melucci, 1994: 134). Se inventan nuevas
tradiciones. La produccin de significados culturales y sociales es el resultado de inter-influencias
distantes en el espacio y en el tiempo, se hibridizan saberes antiguos con reclamos modernos y viceversa.
29 Para Simmel (1986) la especificidad de la vida social en las grandes centros urbanos, surgido de la Revolucin industrial, la formacin de los estadosNacin y el mercado internacional, tena una serie de aspectos. Uno era la gran cantidad de estmulos que se generaban provocando una adaptacin al nivel
individual, que hace que los individuos desarrollen una capa protectora, como defensa a la amenaza de fragmentacin, dentro de un "campo de posibilidades"
mayor, propio de las sociedades complejas. Otro aspecto, es la multiplicidad de dominios en los que se deba mover el individuo. El individuo estaracolocado en la interseccin entre varios "mundos". Finalmente el desequilibrio entre lo que llam "cultura objetiva", externa al individuo, en detrimento de la
riqueza y la armona interna de la "cultura subjetiva", sera otra especificidad de la vida en las ciudades.
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Como contracara complementaria, las luchas sociales se entrecruzan. Los movimientos indgenas
de reivindicacin por la tierra y de un uso equilibrado de los recursos naturales se apropian de parte del
discurso ecologista moderno en sus reclamos. Por otro son estas las organizaciones que se les asocian,
conformando a veces movimientos mundializados y en redes electrnicas, como estrategia de
sensibilizacin planetaria.
Algunos elementos de la relacin entre antropologa, pobreza y desarrollo (laantropologa de la pobreza y del desarrollo en la ciudad)
Como hemos visto, parte de las tematizaciones que tuvo la antropologa en Amrica Latina y la
antropologa que nos hacan los ajenos, se basaron en una representacin que subsuma el subdesarrollo a
la pobreza, al atraso y a LO tradicional. Segn el mismo Escobar30
Los antroplogos se han mostrado
por regla general muy ambivalentes respecto al desarrollo. En aos recientes, se ha considerado casi
axiomtico entre los antroplogos que el desarrollo constituye un concepto problemtico y que a menudo
conlleva un cierto grado de intromisin. Este punto de vista es aceptado por parte de especialistas yestudiosos en todo el arco del espectro acadmico y poltico. El ltimo decenio, como veremos, ha sido
testigo de un debate muy activo y fecundo sobre este tema; como resultado tenemos una comprensin
ms matizada de la naturaleza del desarrollo y sus modos de funcionar, incluso si la relacin entre
antropologa y desarrollo contina provocando debates apasionados. No obstante, mientras que la
ecuacin antropologa-desarrollo se entiende y se aborda desde puntos de vista muy distintos, es posible
distinguir, al final del decenio de los noventa, dos grandes corrientes de pensamiento: aqulla que
favorece un compromiso activo con las instituciones que fomentan el desarrollo en favor de los pobres,
con el objetivo de transformar la prctica del desarrollo desde dentro, y aqulla que prescribe el
distanciamiento y la crtica radical del desarrollo institucionalizado y la consideran una manera de
violencia sobre las prcticas culturales locales que construye un imaginario alterizado a partir de la idea
de subdesarrollo.Escobar enfoca al desarrollismo como rea discursiva fuertemente vinculada a la invencin del
Tercer Mundo31. En Amrica Latina y a partir de mediados del siglo XX, el desarrollismo ser el
discurso predominante en la intervencin social. Analiza en su libro La invencin del Tercer Mundo, la
relacin entre pobreza y desarrollo, y como este es un discurso que opera construyendo la diferencia y
reproducindola. Veamos en un pequeo recorte de la introduccin a su libro, que entiende por el
desarrollo como discurso.
Partiendo de esta idea de Escobar y de otros autores en esta lnea (Foucault, 1992,1981; Said,
1993, 1996, Esteva, 1996, Sachs, 1999), personalmente (Alvarez Leguizamn 2003, 2008) he trabajado
particularmente al Desarrollo Humano Sustentable como un discurso que justifica las transformaciones
neoliberales y sirve como una forma pseudo humana de gobierno sobre los pases pobres y sobre los
pobres del mundo siendo una de las utopas ms importantes del fin del milenio. Considero que esteltimo es el nuevo arte de gobernar global de los organismos supra nacionales en los 90 sobre los pobres
del mundo y sobre los pases pobres. ElDesarrollo Humano y elDesarrollo Social (su materializacin a
nivel de polticas sociales nacionales) promueven, paradojalmente, polticas de acceso a apenas ciertos
mnimos biolgicos no tan humanos, junto al fortalecimiento de capacidades para convertir activos
(recursos escasos de los pobres) en satis-factores de esas necesidades. Esto, junto a otros mecanismos de
30 En su Artculo denominado Antropologa y Desarrollo.31 ...Presto mucha atencin al desarrollo del discurso a travs de las prcticas. Quiero mostrar que este discurso resulta de c oncretas prcticas de pensamiento
y accin a travs de las cuales el Tercer Mundo es producido. (...). Contextualizo la era del desarrollo en el espacio de la modernidad particularmente en las
prcticas econmicas modernas. Desde esta perspectiva, el desarrollo puede ser visto como un captulo de lo que podra llamarse una antropologa de lamodernidad, que es una investigacin general de la modernidad occidental como un fenmeno cultural e histrico especfico (Escobar, 1995: 11. Traduccin
nuestra).
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exclusin, produce un mundo cada vez ms dual y excluyente entre una economa social o mundo de
pobres, donde priman relaciones no mercantiles, la promocin de la autogestin de la propia pobreza y
la produccin informal; junto a otro, el de la lgica del mercado y la economa poltica, el lucro y la
competencia. Al mismo tiempo que el desarrollo dice humanizarse construye clasificaciones y
subjetividades que si bien muchas veces se resisten a ser nombradas como tales, deben aceptarlas a veces
para poder ser sujetos de los dispositivos de intervencin sobre ellos como lo son las polticas
focalizadas. Estas clasificaciones y categoras analticas que a su vez son materializadas en indicadores
para mapear estas poblaciones son entre otras: pobres estructurales, pobres con NBI, vulnerables (Ver
Alvarez Leguizamn, 2008)
Creo que elDesarrollo Humano es un discurso que implica una ruptura con las anteriores formas
de gobierno, especialmente de los pobres, que se materializa en diferentes dispositivos de intervencin
para el ataque a la pobreza, consecuencia de la prdida de legitimidad y eficacia de algunas funciones
que se asignaba al crecimiento, al Estado y al mercado, el que forma parte un nuevo arte de gobernar
que denominamos focopoltica. Durante la dcada del noventa, los Estados latinoamericanos
experimentaron profundas transformaciones derivadas de la aplicacin de las polticas del Consenso deWashington. Esto supuso una recomposicin entre los vnculos del Estado, el mercado y la sociedad
civil. Estas transformaciones se vieron expresadas en las nuevas orientaciones asumidas en las polticas
pblicas y, en especial, las polticas sociales. En estas ltimas, emergieron nuevas forma de gestin de la
creciente pobreza - producida por el ajuste - a travs de las denominadas polticas de desarrollo social.
Las formas de intervencin sobre la pobreza en el siglo XX son parte constitutiva de lo que se ha
denominado polticas sociales. Propongo analizar, estas ltimas como un campo discursivo y un campo
cultural, como un espacio privilegiado de condensacin y construccin de una alteridad radical a la
modernidad. Entendemos que las polticas sociales son una forma particular que adquirieron los sistemas
de obligaciones recprocas entre instituciones gubernamentales y no gubernamentales, el mercado y la
familia y la comunidad. En este sentido, no slo se trata de instituciones donde ciertos vnculos permiten
el acceso a bienes o servicios o pretenden asegurar la reproduccin social o permiten responder al riesgosocial o conjurar el peligro de fractura de una sociedad o proveen de titularidades mnimas. Son tambin
un campo cultural, es decir un espacio de relaciones donde se construyen identidades y en el que se
naturaliza lo social, se construyen discursos de la igualdad y la desigualdad y se establecen jerarquas
sociales. Por ello mismo, constituye un mbito propicio para ensayar una antropologa de la modernidad,
en el sentido de un ejercicio que exotiza las cuestiones ms cercanas a la construccin de una alteridad
donde las ciencias sociales tienen un rol fundamental en su construccin32
.
Los imaginarios urbanos33En Argentina Carlos Herrn (1995) en base a la idea de la cultura como un texto de Geertz y la de
antropologa como narracin, propone abordar las problemticas de la ciudad como "un texto". "Cliford
Ceeertz sostiene que la cultura es un texto, algo que contiene las claves de su propia interpretacin.Nosotros extendemos este concepto a la ciudad porque es all donde se genera lo que podramos llamar
cultura de vida" (Herrn, 1995: 20). Muchos antroplogos urbanos han incluido esta temtica asociada
Elena Achilli (1991), tambin en la Argentina, en una lnea interpretativista inserta en un anlisis
histrico, cuando intenta delimitar "cierta particularidad" de la antropologa de las "sociedades
complejas" en relacin a otras ciencias sociales, plantea que la escala del trabajo antropolgico es la de lo
"particular", de los "estudios de casos", "lo que implica desentraar "indicios", huellas, seales y
32 La antropologa de la modernidad, es una forma de hacer antropologa del mundo contemporneo y de la cultura occidental, que enfoca las relaciones
sociales y su naturalizacin como producidas por prcticas histricas donde se combina conocimiento y poder (Escobar, 1997 y 1998; Rabinow, 1986). Esto
implica un abordaje que intenta desnaturalizar lo social entendindolo como una construccin histrica, en un intercambio estrecho entre prcticas ysmbolos que producen y regulan la vida social.33 Esta temtica se aborda en la unidad II del programa 2010.
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relaciones investigadas. Es una bsqueda en profundidad de nexos mediatizadores que surcan el espacio
estudiado. Supone considerar la contextualizacin histrica social en los que los procesos se inscriben y
desarrollan" (...). Adems incorpora "las representaciones, las significaciones que producen los sujetos
involucrados en las prcticas y relaciones que son objeto de nuestros anlisis" (Achilli, 1991, 9-14).
Gilberto Velho (1987), en Brasil, trabaja en una lnea similar en su abordaje de la antropologa de las
sociedades complejas.
Gilberto Velho por ejmplo considera (1987:7) que "la antropologa contempornea tiene hoy
tantas posibilidades, tornndose un campo de conocimiento, de tal forma rico y complejo... de todas
maneras, ... permanece como punto aglutinador y condensador una problemtica terica, a veces dejada
de lado o marginalizada. Los nombres podran variar as como los nfasis, pero la cuestin de la unidad y
continuidad de los sistemas sociales sigue siendo la referencia central de la disciplina. Que se privilegie
el consenso o el conflicto, que se parta del individuo o de la sociedad o de la cultura, estamos siempre
lidiando con el dilema de la estabilidades y la discontinuidades. Como se establecen pactos?. Como se
efectiviza la dominacin? De que forma son socializados e incorporados los individuos? Como es posible
ejercer el poder y que patrones de reciprocidad sustentan las redes de relaciones sociales.... (...) Mipreocupacin terica es la de lidiar con la cuestin de la construccin de la realidad, la constitucin de los
universos simblicos, del problema de la cultura propiamente dicha. (...) Me preocupan (...) las
motivaciones, (...) dentro de una lnea fenomenolgica a la Schutz. Intento vincular esas cuestiones a la
construccin de una teora de la cultura en cuanto red de significados, siguiendo de cierta forma Geertz...
De alguna forma, es a travs de la literatura de la escuela de la personalidad y la cultura, sea a travs de
los trabajos de la Escuela Sociolgica Francesa, procuro repensar las nociones de individuo sociedad y
cultura y sus complejas e mltiples relaciones...finalmente la continuo con uno de los focos centrales de
mi trabajo la relacin entre la teora de la desviacin y las acusaciones. La influencia interaccionista
especialmente de H. Becker es obvia..."
Los imaginarios urbanos se pusieron de moda como un objeto de anlisis de la antropologa a
partir de la influencia de los estudios de Armando Silva. En las metforas de los imaginarios de la ciudadaparece la idea de lo invisible (ver patrimonio invisible en Canclini y en De Certeaua idea que creose
toma de Italo Calvino y su libroLas ciudades invisibles y es luego objetivada por la UNESCO)
Para Garca Canclini (1997: 89-92), los imaginarios urbanos seran patrimonios invisibles urbanos
y son fundamentales en la constitucin de la ciudad. Si bien su definicin no es del todo clara ya que
afirma que "gran parte de lo que nos pasa es imaginario, porque no surge de una interaccin real" aunque
"toda interaccin tiene una cuota de imaginario", los imaginarios urbanos seran para l algo as como las
cosas que nos imaginamos sobre la ciudad. "No slo hacemos la experiencia fsica de la ciudad, no slo
la recorremos y sentimos en nuestros cuerpos lo que significa caminar tanto tiempo o ir parado en el
mnibus, o estar bajo la lluvia hasta que logremos conseguir un taxi, sino que imaginamos mientras
viajamos, construimos suposiciones sobre lo que vemos, sobre quienes se nos cruzan, las zonas de la
ciudad que desconocemos y tenemos que atravesar para llegar a otro destino..."Para Michel De Certeau los imaginarios urbanos son objetos legendarios "son en primer lugar, las
cosas que se deletrean. Ellas se imponen. Estn all, fechadas en si mismas, formas mudas. Ellas tienen
carcter. Lo mejor, son "caracteres" no teatro urbano. Personajes secretos () monstruos paleolticos
encallados en los mrgenes... Las casas abandonadas... donde fibrilan los sobrevivientes de una invisible
catstrofe () Por substraerse a la ley del presente, esos objetos inanimados adquieren autonoma... Son
actores, hroes de leyenda. Organizan en tono de si el romance la ciudad... esos personajes llevan su vida
propia. () Ellas son testimonios de una historia que, al contrario de aquellas de los museos o de los
libros, ya no tiene ms lenguaje. Histricamente, de hecho, ellas tienen una funcin que consiste en abrir
una profundidad del presente, mas no tiene el contenido que provee el sentido de la extraeza del pasado.
Sus historias dejan de ser pedaggicas, no son mas "pacificadas" ni colonizadas por una semntica. ()
Esos objetos salvajes, provienen de un pasado indescifrable, son para nosotros el equivalente de lo queeran algunos dioses de la antigedad, los espiritus "del lugar. Como sus ancestros divinos, ellos tienen
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papeles de actores en la ciudad no por causa de lo que hacen de lo que dicen, mas porque su extraeza es
muda y su existencia substrada de la actualidad (traduccin nuestra de la versin en portugues).
Segn Luz Pastrana (2007)34
muchas son las formas que se tiene de interpretar y analizar a las
ciudades, una manera (entre otras mas) es por medio de los denominados imaginarios urbanos.
Fenmenos que han caracterizado no solo a la vida urbana, sino que se encuentran dentro de la vida de
todas las sociedades. Junto con el espacio, los imaginarios forman parte de los anlisis fundamentales de
la antropologa ya que tienen que ver con la forma en que se representan las distintas culturas al mundo.
Hacen alusin a nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar. En trminos de Mauss y Durkheim(1971), serian las formas como representamos el mundo social, las formas en que clasificamos al
mundo, a nuestro mundo y tambin como deseamos que ese mundo se clasifique. Mientras que el
espacio nos permite indagar acerca de cmo se habita ese mundo, como se vive el espacio, como se da
sentido a las cosas y como se lo representa.. Los imaginarios apuntan a mostrarnos no solo lo que
queremos sino tambin los aspectos que nos son impuestos y las maneras en que resistimos, ellos se
retraducen en el espacio, por lo que dentro de un anlisis social (no solo urbano) consideramos que no
pueden ser dejados de lado. Segn Silva
35
, la importancia metodolgica de tener en cuenta a losimaginarios en los anlisis que realicen las distintas disciplinas sociales y en especial la antropologa, se
debe a que los grupos sociales poseen smbolos que deben ser interpretados. Estos signos hacen
referencia a un pre conciente que se encuentra expresado en esos imaginarios, smbolos representativos
de la vida social. Lo imaginado no solo hace referencia a una construccin discursiva de los individuos
que viven dentro de grupos sociales, sino que stos se constituyen tambin en prcticas y se encuentran
tambin dentro de quizs otros imaginarios determinados. As por ejemplo las ideas (o ideales) de
nacin o de patria son ejemplos claros de que toda nuestra vida esta plagada de imaginarios. Otro
ejemplo es la memoria que aparece como un gran campo de anlisis lleno de estos imaginarios que hacen
a lo que deb