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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA CENTÉSIMOQUINTA ENTREGA 105 Año IV/ 22 de febrero de 2013 Barcarola y su homenaje a Antonio Beneyto La revista Barcarola no es sólo un orgullo y un prestigio para las letras de nuestra región de Castilla-La Mancha, sino por muy abundantes motivos para las de España y aún las universales. Su temática y sus colaboradores han sido siempre muy abiertos, y desde aquí no podemos sino sentirnos enormemente satisfechos de que una publicación de tal calidad se produzca y se edite en Albacete, en Castilla-La Mancha. Barcarola lleva ya 33 años, se dice pronto, desde que en 1979 arrancó bajo el impulso del primer ayuntamiento democrático de Albacete y de su Diputación, y gracias al trabajo de un grupo de amigos y colaboradores, que la conducen desde entonces: Juan Bravo Castillo y José Manuel Martínez Cano, pero también de algunos otros, entusiastas que se fueron incorporando posteriormente. En la revista se han publicado, con frecuencia, inéditos de nuestros primeros escritores (Juan Ramón Jiménez, de manera muy destacada) así como artículos y páginas de creación literaria de las figuras más relevantes del ámbito literario hispánico. Son destacables igualmente las numerosas traducciones inéditas de textos procedentes de otras literarturas. Ahora, tras un excelente monográfico dedicado a Miguel Hernández, ofrecen este (que hace el nº 78 de su serie) a quien ha sido uno de sus colaboradores desde el principio (desde 1981) el poliédrico e inclasificable Antonio Beneyto, albaceteño de los años cuarenta, emigrado desde los años 60 a Barcelona, y que ha ejercido de poeta, crítico, novelista, artista plástico, performer, etc. Juan Bravo Castillo, que es también catedrático de Literatura en la UCLM (campus de Albacete) define a Beneyto como el “último exponente vivo del Postismo”, ese movimiento de vanguardia (literaria y pictórica), surgido en los difíciles años 40 y que tantas raíces tuvo en nuestra tierra. En el mismo acto antes mencionado el crítico Manuel Guerrero responsable del Centro de Arte Santa Mónica, de Barcelona, afirmó que en Antonio Beneyto, la escritura y el arte “se fusionan de tal modo que se puede hablar de una rara y manifiesta correspondencia estética entre arte, escritura y vida”. Habló de su protagonismo en los años 70, en Barcelona, y lo definió como una mezcla de “libertino, libertario y librepensador”. Por otra parte la revista acaba de entregar (a finales de enero) los premios de su 28º certamen internacional de poesía y cuento que han recaído en esta ocasión en el poemario Miraba las cenizas, del conquense Rafael Talavera, y La vida entre anillos, relato de Rafael Martín Cordero. En la entrega de estos premios actuó el cantautor Luis Eduardo Aute quien afirmó que es muy

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LIBROS Y NOMBRES

DE CASTILLA-LA MANCHA CENTÉSIMOQUINTA ENTREGA

105 Año IV/ 22 de febrero de 2013

Barcarola y su homenaje a

Antonio Beneyto

La revista Barcarola no es sólo un

orgullo y un prestigio para las letras de

nuestra región de Castilla-La Mancha,

sino por muy abundantes motivos para

las de España y aún las universales. Su

temática y sus colaboradores han sido

siempre muy abiertos, y desde aquí no

podemos sino sentirnos enormemente

satisfechos de que una publicación de

tal calidad se produzca y se edite en

Albacete, en Castilla-La Mancha.

Barcarola lleva ya 33 años, se dice

pronto, desde que en 1979 arrancó bajo

el impulso del primer ayuntamiento

democrático de Albacete y de su

Diputación, y gracias al trabajo de un

grupo de amigos y colaboradores, que la

conducen desde entonces: Juan Bravo

Castillo y José Manuel Martínez Cano,

pero también de algunos otros,

entusiastas que se fueron incorporando

posteriormente.

En la revista se han publicado, con

frecuencia, inéditos de nuestros

primeros escritores (Juan Ramón

Jiménez, de manera muy destacada) así

como artículos y páginas de creación

literaria de las figuras más relevantes

del ámbito literario hispánico. Son

destacables igualmente las numerosas

traducciones inéditas de textos

procedentes de otras literarturas.

Ahora, tras un excelente monográfico

dedicado a Miguel Hernández, ofrecen

este (que hace el nº 78 de su serie) a

quien ha sido uno de sus colaboradores

desde el principio (desde 1981) el

poliédrico e inclasificable Antonio

Beneyto, albaceteño de los años

cuarenta, emigrado desde los años 60 a

Barcelona, y que ha ejercido de poeta,

crítico, novelista, artista plástico,

performer, etc.

Juan Bravo Castillo, que es también

catedrático de Literatura en la UCLM

(campus de Albacete) define a Beneyto

como el “último exponente vivo del

Postismo”, ese movimiento de

vanguardia (literaria y pictórica),

surgido en los difíciles años 40 y que

tantas raíces tuvo en nuestra tierra.

En el mismo acto antes mencionado el

crítico Manuel Guerrero responsable del

Centro de Arte Santa Mónica, de

Barcelona, afirmó que en Antonio

Beneyto, la escritura y el arte “se

fusionan de tal modo que se puede

hablar de una rara y manifiesta

correspondencia estética entre arte,

escritura y vida”. Habló de su

protagonismo en los años 70, en

Barcelona, y lo definió como una

mezcla de “libertino, libertario y

librepensador”.

Por otra parte la revista acaba de

entregar (a finales de enero) los premios

de su 28º certamen internacional de

poesía y cuento que han recaído en esta

ocasión en el poemario Miraba las

cenizas, del conquense Rafael Talavera,

y La vida entre anillos, relato de Rafael

Martín Cordero. En la entrega de estos

premios actuó el cantautor Luis

Eduardo Aute quien afirmó que es muy

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importante “que se entreguen premios

de poesía y que Barcarola siga muy

viva, porque no hay en España una

revista dedicada a la cultura, con tanta

intensidad y cuidado como esta”.

En el acto de presentación de este

monográfico, en el Ateneo de

Barcelona, Juan Bravo Castillo anunció

la publicación de inéditos de Leopoldo

Alas, Clarín, en el próximo número de

la revista.

Alfonso González-Calero

José Luis Rivera Hernández

Poemario Edición no venal

Edita Grupo Altabán; Albacete, 2012

Unos poemas escritos por Josete

dormían entre nuestros papeles

amarillentos. No sabemos en qué fecha

se escribieron cada uno de ellos, pero sí

sabemos que el más antiguo es de 1972,

cuando tenía 14 años y hay uno de

cuando cumplió los 22, pero la mayoría

deben de ser de 1976 o 1977. Varios

años de una producción literaria en

plena adolescencia que hemos vuelto a

releer a la muerte de nuestro amigo. Al

comprobar su enorme belleza, hemos

querido reunir los textos y publicarlos

para que todos los que quisimos a José

Luis Rivera podamos disfrutarlos.

Ahora lamentamos doblemente su

pérdida, la del amigo y la del poeta

adolescente.

El itinerario que parte de la infancia y

lleva a la edad adulta no se transita sin

desgarros. Son años frenéticos. ¡Qué

deprisa pasan tantas cosas!

Apenas se había puesto por primera vez

unos pantalones largos, de una tela que

con tanto mimo le planchara su madre,

cuando Josete empezó a dar clases a

chavales mayores que él en Vista

Alegre. Atrás empezaron a quedar sus

juegos infantiles en el Prado,

aderezados con el sonido de los

vencejos, y aparecieron los juegos de

adultos, las chicas y la amistad

confidente, aliñado todo con poesía.

Años de proximidad con desheredados

en Vista Alegre que compartieron con él

el aire y las sonrisas; años de afición a

la práctica del boxeo, deporte noble que

le permitió reconciliarse con su cuerpo

roto (como dirá en sus poemas); años de

enamoramientos platónicos; años de

conciencia social y política; de

descreimiento; de lecturas intensas de

Beckett, Lorca, Machado; años de

enamoramientos literarios; de pandilla,

de guateques, de teatro y de cine, del

Juman, de Filología, de Madrid, de

Ciudad Real, de la Mancha, de

atardeceres en los que José Luis veía

morir el sol ..... y años también de

desengaños, de fracturas,

desorientación, vértigo, vacío, y

soledad, mucha soledad, pero una

soledad muchas veces también deseada,

gustosa, voluntaria y fértil.

Años vividos por una persona buena,

tímida e introspectiva, de sensibilidad

exquisita, ansiosa de expresarse y con

excelentes cualidades literarias que

alumbraron estos poemas.

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Para Josete, como para todos nosotros,

esta etapa empezó bruscamente a los

catorce años cuando descubrió

dolorosamente que todo dependía de

una casualidad imprevista e

imprevisible, como la coincidencia de

un niño y un automóvil a la salida del

colegio, que relatará en una prodigiosa

narración breve, coincidencia que trunca

trágica y definitivamente la apacible

vida del niño. En el primer poema que

le conocemos, Josete se enfrenta al

sinsentido de la vida y la muerte con

una madurez sorprendente en un

adolescente de catorce años.

Los temas son los temas eternos de la

poesía: el amor físico o soñado, la

soledad dolorosa o deseada, la

injusticia, la amistad, la mirada

reveladora del poeta, pero también del

campesino y del obrero, el silencio del

mar oteado desde, y fundido con, la

llanura manchega.

Junto a la belleza de imágenes de

árboles bostezando, cercanas sin duda a

las aún recientes lecturas infantiles, se

abren cielos donde nubes rojas

serpentean bajo cipreses, fluyen ríos en

cuyas verdes aguas ahogadas quedan

las palabras y se construyen casas con

la oscura noche … de tus negros ojos.

Josete recorre por esos años el cuerpo

de su amada a través de los vientos y

también, orgulloso, se fuma un cigarro

al comprobar que dos y dos son

veintidos.

Pese a su juventud, Josete no se arredra

ante los retos que le plantea la creación

poética. Duda hasta con catorce años

acerca del mejor recurso y no esconde

su sensibilidad en corsés formales sino

en puro ritmo y gusto por el lenguaje.

Da igual verso que prosa, su fuerza

expresiva acaba triunfando. Poesía, en

fin, gran poesía que brota de un espíritu

inteligente e inquieto.

Josete nos ha dejado a sus amigos un

tesoro de medio centenar de poemas (en

verso o en prosa) que hemos recopilado

aquí. Somos conscientes de que es

preferible degustar la poesía en sorbos

pequeños pero, aún así, no hemos hecho

una selección de los poemas que a

nosotros más nos gustan. Al contrario,

hemos querido ofrecer todos los textos

unidos en un volumen. A falta de

cronología, hemos ordenado los poemas

en tres bloques: poesía íntima, poesía

comprometida y prosa poética.

Esperamos que podáis disfrutarlo como

Josete, un hombre bueno, en el buen

sentido de la palabra, se ha merecido

siempre.

Sus amigos

(prólogo del libro)

Ciudad Real, octubre de 2012

Teo Serna

Índice onomástico Biblioteca de Autores Manchegos,

Ciudad Real, 2012

Una poética del retrato

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En Índice onomástico, Teo Serna rinde

homenaje al ser humano, con sus luces

y con sus sombras. Cincuenta

personajes elegidos por el autor

conforman una galería emblemática de

retratos que el lector descubre página

tras página. Santos y demonios, locos o

tremendamente cuerdos, hermosos,

deformes, antagónicos o

complementarios toman cada uno,

pacientemente, su lugar en el orden

alfabético. Este libro de poemas, el

número 83 de la colección literaria Ojo

de Pez de la Biblioteca de Autores

Manchegos constituye una minuciosa

labor de ilustración mediante la palabra,

un fino acercamiento a la psicología de

cada ser.

Serna dibuja poéticamente un mapa de

la existencia en el que conviven

hombres y mujeres reales de todas las

épocas, con personajes de ficción. Nada

los diferencia ya, porque ahora, todos,

se han convertido en lenguaje, en

materia literaria. Como artista que es,

Teo vive la presencia de cada uno de

estos seres con una intensidad similar y

tan verdadera es la impronta de La bella

durmiente, como la de Juana de Arco,

transformada ya en leyenda por el

tiempo.

Serna penetra en el interior de los

diferentes personajes para mostrarnos,

con hábiles y certeras pinceladas, lo que

palpita en sus corazones. Nos permite

escuchar la voz de cada uno de ellos,

acercarnos a su intimidad, a los

momentos cruciales de sus vidas;

aquellos que marcarán para siempre su

lugar en el mundo. Es emocionante la

capacidad poética que tiene el autor

para sintetizar en tan sólo unos versos,

la compleja alquimia de los

sentimientos. ¿Cómo plasmar en un

pequeño poema la tortuosa mente de

Van Gogh o la febril locura de Camille

Claudel? Diferentes épocas, variados

gustos, infinidad de posibilidades que

Teo organiza en una lista de nombres.

Nombres que lo dicen todo, nombres

que, como afirman los nominalistas,

contienen en sí la totalidad del sujeto.

Resulta esclarecedora la manera en que

Serna presenta a cada protagonista. A

manera de título coloca un nombre y

una fecha (el nacimiento y la muerte del

personaje) o una referencia literaria

(San Marcos, 14: 43-46); con eso perfila

el contexto. Luego resume el alma de

cada uno en un verso que la define. Así

encontramos que Edgard Alan Poe es

presentado con “Charcos turbios”;

“Lisístrata” con “Rosas de la sangre" y

el Marqués de Sade con “Anzuelos de

platino”. Serna realiza en este libro una

profunda labor interpretativa; confía en

su intuición para reflejar la psiquis de

los personajes y, lo más importante,

para transformar a cada uno en

sustancia poética.

A lo largo de este comentario he

utilizado repetidamente metáforas

pictóricas para hablar de la escritura de

Teo, porque se nota en su manera de

abordar la literatura, que es también un

artista plástico. Su mirada devela una

capacidad muy desarrollada para aunar,

en una misma expresión, el enfoque de

diferentes disciplinas artísticas. Y es por

esto que reconozco en Teo a un eterno

buscador de belleza. Puedo imaginarlo

rastreando lo que de artístico y estético

tiene el mundo, ávido de nuevas

experiencias. Cabría preguntarse

entonces ¿qué une un poema con el

otro? ¿Quién crea y ordena este Índice

onomástico? Una personalidad exquisita

capaz de disfrutar de la Literatura, la

ciencia, la música, la filosofía, la

pintura o la mitología. Todo tiene

cabida en este libro plagado de

espíritus.

A través de Índice onomástico Teo

Serna se recorre a sí mismo y nos

devela aquello que más golpea su

sensibilidad, aquello que lo inspira para

crear. Mención especial merece el

poema final titulado “In nomine” en el

que el yo poético se reconoce demiurgo

y presenta al lenguaje como la materia

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de la que están hechas sus creaturas. La

palabra será, por tanto, hálito de vida y

al mismo tiempo escenario de las

apariciones, mientras el poeta, como un

Dios creador, va en procura del amor,

de los enigmas del tiempo y de los

mitos que nos configuran.

Leer este poemario implica realizar un

viaje por la historia del ser humano;

emprendamos pues, junto a Teo, un

periplo cultural que, sin duda,

enriquecerá nuestro espíritu.

Carmela Fischer Díaz; doctora en

Filología hispánica por la UCLM

LABRADOR HERRAIZ, José J.

y DIFRANCO, Ralph A. (Ed.

facsímil a cargo de), LA

PHILOSOPHIA / VVLGAR. / DE

IOAN DE MAL LARA. VEZINO DE / SEVILLA. / Ala C. R. M.

del Rey Don Philippe. / Nuestro

Señor.Dirigida. / PRIMERA PARTE

QVE CONTIENE / mil refranes

glosados. / En la calle de la Sierpe. En

casa de Hernando Diaz.Año.1568.,

México, Frente de Afirmación

Hispanista, A. C., 2012

Nuestros queridos amigos el doctor en

Filología Española José Julián

Labrador, de la Cleveland State

University, tan aficionado a todo lo

relacionado con Cifuentes -y en general

con Guadalajara- y Rafael DiFranco,

catedrático de Lengua y Literatura en la

Universidad de Denver (Colorado),

creadores de la Colección Cancioneros

Castellanos, dieron a conocer a finales

del año pasado -gracias a la ayuda

económica del Frente de Afirmación

Hispanista, con sede en México- esta

magnífica edición facsímil, que corrió a

su cargo, de La Philosophía Vulgar del

erudito hispalense Juan de Mal Lara,

obra sobradamente conocida y de

indudable interés para cuantos se

sientan atraídos por el apasionante

mundo de la paremiología o tratado de

refranes y por el erasmismo hispánico.

Aparte de la extraordinaria calidad de la

propia edición: desde la belleza clásica

del frontispicio, correspondiente a la

príncipe de Sevilla y 1568, y las selectas

ilustraciones interiores, hasta el formato

(31 x 22 cm), pasando por la calidad del

papel, el tipo y tamaño de la letra

empleada, etcétera, el libro destaca

indudablemente por su contenido, que

los editores han dividido en un prólogo

titulado “Poemas sueltos de Juan de Mal

Lara”, escrito por ellos mismos, y dos

estudios: “Juan de Mal Lara, humanista

y traductor”, debido a Inmaculada

Osuna Rodríguez, de la Universidad

Complutense, y “Juan de Mal Lara,

maestro de la Escuela Sevillana:

contexto humanístico y apuntes bio-

bibliográficos” por Francisco Javier

Escobar, de la Universidad de Sevilla;

trabajos de gran interés que, junto a un

completísimo y muy selecto capítulo

bibliográfico, sirven de introducción a

la obra facsimilar, que ocupa casi

seiscientas páginas.

A lo largo de “Poemas sueltos de Juan

de Mal Lara” se ofrece un amplio y

claro panorama de todo lo que el libro

contiene y que comienza, precisamente,

con una octava que sintetiza el elogio

que el autor de La Philosophía dirige al

rey Felipe II “gran defensor de la fee

sancta”, con el que trata de congraciarse

puesto que poco antes había sido

apresado erróneamente por la

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Inquisición; alabanzas que se prodigan

desde 1565, año en el que Mal Lara

redacta la parte final de su Hércules.

Aquí tu Magestad leerá, si quiere,

quanto saber tuuieron los iberos

en la Philosophía, que no muere,

en refranes del Vulgo verdaderos,

la prudencia que sola boz refiere.

Autores son de sciencia los primeros,

no ay arte, o sciencia en letras

apartada,

quel Vulgo no la tenga decorada.

Además de tratarse de un libro

“fundamental” para el conocimiento del

castellano, a la hora de llevar a cabo la

edición de la presente obra se han

tenido en consideración otros factores

como el que los hispanistas pudieran

leer directamente las glosas que

contiene al tiempo que estudiar con

detenimiento los numerosos aspectos

del pensamiento español en el siglo XVI

que hay en él. De aquí que para esta

edición se eligiese la primera parte -y

única que llegó a la imprenta tras una

tarea recopilatoria de varios miles de

refranes comentados- de la de Sevilla

(1568), impresa en la oficina de

Hernando o Fernando Díaz.

También se han tenido en cuenta los

juicios de Menéndez Pelayo, Bataillon y

muy especialmente, de Américo Castro,

quien en el tomo III del Homenaje

ofrecido a Menéndez Pidal (1925)

reconocía el interés que la obra del

sevillano había despertado, “y en

cambio no existe ni edición moderna ni

estudio propiamente dicho de su gran

colección de refranes comentados”, por

lo que Antonio Vilanova se encargó de

recoger el guante lanzado por don

Américo, al que dedicó su edición de

1958 y 1959 cuyo prólogo contiene gran

copia bibliográfica acerca de nuestro

humanista, y a la que habría que añadir

las nuevas noticias, aportadas en 2007,

por Francisco Javier Escobar.

Sin embargo, mayor proyección

alcanzaron los trabajos “fundamentales”

de Sánchez Escribano, Margit Frenk

Alatorre y la relativamente reciente

edición (1996) del Recibimiento y

Descripción de la Galera Real, a cargo

de Manuel Bernal Rodríguez que, sin

duda, han contribuido a un mejor y más

amplio conocimiento de la obra de Mal

Lara, al tiempo que han abierto nuevos

cauces de investigación de otros

aspectos exteriores al erasmismo,

aunque con él relacionados.

El trabajo de Inmaculada Osuna pone al

día la anotadísima biografía de Antonio

Vilanova y “evita ir más allá de los dos

preciosos testimonios que van a

continuación”: dos semblanzas de Mal

Lara, la primera autobiográfica, que

figura en la glosa “A quien Dios quiere

bien, en Sevilla le dio de comer”, donde

indica que nació en dicha ciudad, en la

que estudió gramática griega y latina,

siendo su maestro el clérigo Pedro

Fernández, y de la que hubo de

ausentarse por espacio de diez años, en

los que recibió instrucción de parte de

doctos maestros en varias

Universidades, hasta su regreso a

Sevilla donde entonces vivía y

enseñaba; la segunda, ampliamente

citada por haberse fundamentado sobre

ella muchas de las demás, es la que

aparece en el Libro de descripción de

verdaderos retratos de ilustres y

memorables varones, de Francisco

Pacheco, editado en 1599.

Continua el capítulo introductorio con

el apartado que lleva por título “Poemas

de Mal Lara en Flores de Baria

Poesía”, cancionero en el que, por

desgracia, el óxido de la tinta ha

corroído el papel, dificultando, cuando

no impidiendo, su lectura.

La profesora Margarita Peña, que

preparó la edición de los poemas como

sujeto de su tesis doctoral publicada en

1980, señala que el contenido del

cartapacio abarca desde los años 1543-

1545 hasta1577 (fecha en que fueron

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compilados) y reúne obras de diversos

autores pertenecientes a la generación

de Boscán y algunos vates posteriores.

Los sonetos religiosos de Mal Lara,

ortodoxos a más no poder, aparecen

agrupados en la primera parte y son

exclusivos de esta obra, es decir, no se

encuentran en ninguna otra fuente

manuscrita o impresa, sospechándose

que fue Juan de la Cueva quien los

recogió en ese ramillete viajero. Se trata

tan solo de media docena y cada uno de

ellos lleva un epígrafe con su atribución

al hispalense. Normalmente suele

aludirse a ellos remitiendo a la edición,

pero en este caso los editores han

considerado que, para facilitar su

lectura, era mucho mejor su traslado

íntegro. Son los siguientes: “¡Sancto

Espíritu, vida de mi vida!”,

“Suauíssimo pan que desde el çielo”,

“¿Quién me dará ser Phénix en la

uida?”, “Al trasponer del Sol diuino

estaua”, “Antes que el Sol diuino

apareciesse” y “¡Bendito sea el día, el

mes, el año,”, o sea, dos oraciones a san

Juan Bautista, otras dos a san Juan

Evangelista, una al Espíritu Santo y otra

más al Sacramento que, en su tiempo,

apenas tuvieron difusión y por tanto

fueron escasamente conocidos.

Continua con un apartado dedicado a las

“Traducciones de los epigramas de

Marcial”, composiciones que,

contrariamente a lo que sucedió con los

sonetos religiosos, alcanzaron notable

difusión como demuestra la existencia

de dos manuscritos, el primero, de

relativa importancia, es el 3708 de la

Biblioteca Nacional de Madrid, tardío y

facticio -artificial- que reúne papeles de

los siglos XVII a XIX de diferentes

tamaños, desordenadamente y con

foliación moderna a lápiz y, el segundo,

que se custodia en la Biblioteca

Nacional de Florencia (Marmi VIII, 22),

mucho más preparado por el viajero y

estudiante italiano Girolamo da

Sommaia, autor de la Miscelánea

hispánica, según puede verse en

Florido, “Pervivencia de Marcial en la

Filosofía Vulgar de Juan de Mal Lara”

(Alazet, 14, 2002).

Labrador y DiFranco ofrecen, por orden

alfabético, los primeros versos de las

traducciones de las obras del bilbilitano

realizadas por Mal Lara e incluidas en

La Philosophía vulgar, con el número

del folio de la edición príncipe, así

como la relación existente entre los

manuscritos de Madrid y Florencia, lo

que contribuye a “establecer la fortuna

de la obra del humanista hispalense

durante el último tercio del siglo XVI y

las primeras décadas del siglo XVII”.

Un ejemplo: Casar conmigo quiere

Paula, es vieja, 65v (Marcial. Lib. 10,

epig. 8. MN 3708, 3v; FN VIII-22, 64).

“La Philosophía vulgar en el Nuevo

corpus” cierra el prólogo a la obra

indicando que, “por razones expositivas,

hemos repartido en dos grupos los

poemas del humanista, aunque estamos

tan conscientes como nuestra admirada

amiga Margit Frenk de que “la poética

popular se amalgamaba, en muy

diferentes maneras, con la culta”, y

como ha concluido Vilanova: “Ningún

refranero -ni antes ni después de Mal

Lara- ha penetrado así en la intimidad

de nuestros refranes, poniendo de

relieve el valor actual y humano que el

Renacimiento veía en estas

expresiones”.

Margit Frenk, precisamente, ha

documentado gran cantidad de las

cancioncillas y coplas refranescas que

Mal Lara había incluido en La

Philosophía vulgar, añadiendo fuentes y

procurando concordancias y

correspondencias. Dada su utilidad cara

a venideros estudios los editores han

querido ofrecer, por orden alfabético,

los primeros versos de las cancioncillas,

seguidos del folio en que se encuentran

en la edición príncipe y el número de

entrada en el Nuevo corpus (nota 21 que

falta a pie de página), por ejemplo,

“Buena pascua dé Dios a Pedro, / que

nunca me dijo malo ni bueno”, 8v,

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(Nuevo corpus, núm. 1829 A y B),

donde además aportan -en este caso- un

contrahecho a lo divino de esta canción

que se encuentra en LN Cod. 3072, 80v,

“Ya está vencido el perro moreno / que

siempre me dijo / ni malo ni bueno”

(Cancionero sevillano de Lisboa,

Sevilla, 2003, núm. 99).

A modo de conclusión y recordando a

Juan Bautista de Avalle-Arce, Labrador

y DiFranco repiten con él: “Cada uno de

nosotros sabemos poco, pero entre todos

estamos llegando a conocer bien el

Siglo de Oro”, quedando a la espera de

que el lector de La Philosophía vulgar

en el presente siglo, tenga la necesidad

de bucear en el resto de sus obras y

continuar los escasos aunque bien

encaminados estudios que acerca de la

misma existen.

José Ramón López de los Mozos

Los traductores del árabe del

Estado español

Una obra que descubre a

intérpretes aventureros

"Los traductores del árabe del Estado

español" narra la historia del aparato de

traducción e interpretación del árabe

durante el siglo XX

Los traductores de árabe del Estado

español. Del Protectorado a nuestros

días‟ es una obra -escrita por Juan Pablo

Arias Torres y Manuel C. Feria García-

que recorre, en más de 600 páginas, un

siglo del aparato de traducción e

interpretación del árabe en la

administración española desde 1912

hasta 2012.

Este interesante trabajo, presentado en

la Escuela de Traductores -entidad que

ha colaborado gustosa en su edición-

aborda la identidad y la función de

quienes fueron intérpretes durante el

Protectorado, indaga en su papel en la

descolonización del Sáhara en el 75 (si

se alinearon o no en el reclutamiento de

moros durante la Guerra Civil o si

fueron víctimas represaliadas), y analiza

su labor en los atentados del 11-M.

Momento en el que el mundo de la

traducción y de la interpretación del

árabe cobró un relieve periodístico y

social sin precedentes.

Por ello, y destacando que esta

publicación se ha realizado durante los

últimos 5 años porque contiene una

decena de entrevistas a los protagonistas

de esta historia -algunos ya fallecidos-,

sobra decir que se trata de un

documento más que valioso sobre una

oficio, el de traductor, que es

mayoritariamente desconocido a pesar

de su importancia histórica.

De hecho, y puesto que este libro recoge

en primera persona las experiencias

vividas por los intérpretes en los

distintos periodos y las herramientas de

las que disponían, es curioso comprobar

cómo alguno de los protagonistas podría

ser un auténtico héroe de novela porque,

como apuntó el director de la Escuela

de Traductores, Luis Miguel Pérez

Cañada, «muchos han vivido verdaderas

aventuras de espionaje» dignas de ser

conservadas en papel y exhibidas,

Page 9: Entre 105 Libros de CLM

gracias a esta publicación, en un

importante apartado gráfico.

Además de ser un recorrido ameno y

sorprendente, esta obra ofrece al lector

elementos de juicio suficientes para

responder a algunas preguntas en torno

a la labor desarrollada por unos

intérpretes que para el imaginario

popular están más identificados «con

unos señores con gafas gordas

enclaustrados en una oscura oficina»

que con «personajes novelescos con una

vida repleta de aventuras».

No olvidan, los autores, dedicar una

panorámica general sobre su labor en

una actualidad cercana marcada por la

llegada de inmigrantes magrebíes a

España y sus procesos de

regularización, los problemas de

seguridad por el tráfico de

estupefacientes y la amenaza terrorista.

Tan sólo reseñar que pese a que este

trabajo constituye un documento único

sobre la historia de los traductores de

árabe en la administración nacional

durante el siglo XX, no ha tenido un

camino fácil para ver la luz.

latribunadetoledo.es - sábado, 26 de

enero de 2013

Vicente Zaragoza Sesmero

El Tesoro del Renegado,

Fundación Ormeña, Villacañas, 2011

Hace unos años, Bartolomé Bennassar

pasó por Villacañas interesándose por

un paisano de esa localidad, del siglo

XVII, llamado Juan “Rodelgas”. Nada

sabíamos entonces de él, y poco

después escribió un artículo, en una

revista francesa [Conversion ou

reniement ? Modalités d'une adhésion

ambiguë des chrétiens à l'islam (XVIe-

XVIIe siècles), Annales. Économies,

Sociétés, Civilisations, Año 1988, vol.

43, nº 6, pp. 1349-1366], que bajo ese

título describía las andanzas de su

personaje. Juan Rodelgo saldría de

Villacañas para servir al virrey de

Nápoles, fue preso en la mar, llevado a

Argel donde vivió en esclavitud hasta su

enrole en el corsario, huido en las

Canarias y posteriormente encarcelado

en las mazmorras de la Santa

Inquisición de las islas, en cuyos

archivos había descubierto el hispanista

el expediente de depuración. En la

mente de todos se realizaba, como no

podía ser menos, un paralelismo entre lo

que le ocurriera al más famoso manco y

escritor de la época y nuestro

villacañero.

Ahora, el testigo lo recoge

literariamente Vicente Zaragoza. Un

docente que ha jugado magistralmente

con las palabras y los versos en su

utilidad didáctica. En la novela que

titula “El Tesoro del renegado”, hace

que Juan Rodelgo, ahora con apellido

realmente villacañero, recree espacios y

momentos de la Mancha y de Argel, con

gran facilidad en la descripción y en la

trama argumental en una lucha

constante por la supervivencia y la

libertad.

Por medio nos deja una transmisión de

lo que son las formas –en palabras,

refranes y giros lingüísticos- y el fondo

–modos de vida, de sentir y de estar en

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el lugar-. Y eso solo se logra después de

una larga trayectoria de contacto íntimo

con los sus paisanos y el conocimiento

milimétrico de las calles de Villacañas,

sus casas, silos y terrenos, o en las

vivencias de los ciclos vitales, anuales y

festivos de sus gentes.

Y Vicente se nos muestra en este caso

como un escritor con mayúsculas, capaz

de escribir toda una novela histórica con

una maestría que nada tiene que

envidiar a los grandes del momento. Y,

como gran creador de texto, enriquece

nuestro acervo común con sentencias

como la que vierte en algún momento

del texto en boca del protagonista, cuya

inteligencia permitía cubrir en todo

momento las necesidades alimenticias,

y que añade que: “hambre de saber, de

mujer y de libertad no faltan nunca,

porque nunca han sido saciadas”.

Sabemos que siempre ha estado

persiguiendo el saber y que lo ha

vertido en el enseñar, que es de una

generación que ha luchado por la

libertad. Y la novela es un canto a las

ansias de buscarla, de conquistarla, a

pesar de, como le pasó a D. Quijote, nos

cunda el desánimo y desengaño porque

los hados del destino nos confundan con

espejismos ilusorios de honra, fama y

fortuna.

Es de esperar que Vicente a se cebe en

otro personaje o en otro momento de

nuestra historia y vuelva a dejar correr

la pluma alentado por esas musas –o

martinicos, dirían en Villacañas- que en

este caso han estado acertadísimas,

enriqueciendo más si cabe este pasado

que unos mediante la creación literaria y

otros con la investigación histórica,

vamos recuperando poco a poco.

Francisco García

Martín

Fallece el escritor y dibujante

Víctor de la Vega Almagro

'Vitejo' Hijo del pintor Víctor de la Vega, fue

enterrado en el cementerio municipal

de Cuenca

El pasado sábado falleció el escritor y

dibujante Víctor de la Vega Almagro

„Vitejo‟, hijo del pintor Víctor de la

Vega, que el domingo era enterrado en

el cementerio municipal de Cuenca.

Vitejo estudió el periodo republicano en

Cuenca y es autor de la obra „Tesoro

artístico y guerra civil: el caso de

Cuenca‟, (Centro de Estudios de

Castilla-La Mancha-UCLM, 2007), en

la que habla de la actuación de la Junta

del Tesoro Artístico de Cuenca durante

la Guerra Civil Española y defiende la

figura del cronista de Cuenca Juan

Giménez de Aguilar. Como ilustrador

ha participado en obras como „Fiestas

de toros en el coso del Huécar‟. Fue uno

de los socios fundadores del colectivo

„Ciudadanos por la República‟, que ha

emitido un comunicado en el que

transmiten el pésame a sus familiares

habla de Vitejo como una de las

personas más comprometidas con los

valores republicanos: “La Tercera

República está más cerca gracias al

compromiso y el ejemplo de personas

como "Vitejo", dice el texto.

Vocesdecuenca.es 14-I-2013

Page 11: Entre 105 Libros de CLM

Cristina García

Rodero, cuarta

académica de las

Bellas Artes La fotógrafa de Puertollano ha sido

elegida en primera ronda de las

votaciones

La fotógrafa Cristina García Rodero

(Puertollano, 1949) se ha convertido

esta noche en la cuarta mujer que

ingresa en la Real Academia de Bellas

Artes de San Fernando. García Rodero,

el único nombre español en la

prestigiosa agencia Magnum, la que

fundaron, entre otros Robert Capa y

Cartier Bresson en 1947, ha sido elegida

en primera ronda de las votaciones. Su

candidatura la habían presentado el

fotógrafo Alberto Schommer, el director

de cine Manuel Gutiérrez Aragón y el

escultor Julio López Hernández.

Cristina García Rodero, autora del

imprescindible libro España oculta, en

el que retrató en blanco y negro las

fiestas populares y tradiciones de

pueblos españoles, se une a la

conservadora Carmen Giménez en la

Academia de Bellas Artes, elegida en

mayo de este año, y ocupa el sillón que

dejó vacante por fallecimiento el

cineasta Luis García Berlanga.

Los académicos han elegido a la

autodidacta García Rodero por “su

mezcla de calidad técnica y potente

testimonio de la realidad española”.

En una entrevista en EL PAIS, Cristina

García Rodero, que se siente cómoda

con la definición de "fotógrafa

documental", aseguraba en su día que,

aunque estudió pintura, se introdujo en

la fotografía por la fuerza que posee

“para comunicarte con lo que tienes

delante”. En cuanto a su querencia por

el blanco y negro, la justificó por su

sobriedad: “Al no tener la sensualidad

del color, te ayuda más a que la

fotografía o comunique o sea buena”.

En los cursos a jóvenes fotógrafos que

se acercan deslumbrados a esta mujer

jovial les da consejos como este desde

su experiencia:

“Tuve que olvidarme de las timideces,

los miedos y los vértigos. El reportaje es

acción. Si pierdes las ganas de luchar

quédate en casa porque el reportaje es

tener ganas de luchar, tener una cabeza

muy fuerte”.

(Conviene recordar que en la Real

Academia de Bellas Artes de san

Fernando también figura como

académico nuestro paisano el

fotohistoriador Publio López Mondéjar

natural de Casasimarro, Cuenca).

EL PAÍS Manuel Morales Madrid

18 FEB 2013