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La mente inquieta del sabio Caldas, su espíritu observador y su disciplina científica, hacían de él todo un científico. En octubre de 1808 escribió al secretario del Virreinato: “En 1799 y 1800 se presentaron a mi espíritu muchas ideas sobre la constancia del calor del agua en ebullición, y sobre su variación mudando de nivel. Las ideas se pusieron en práctica y subí cuatro veces sobre los Andes de Popayán cargado con mis barómetros, ter- mómetros y con una lámpara de ebullición; verifiqué una larga serie de observaciones; el resultado fue que las montañas se pueden medir con el termómetro como se hace con el barómetro. …El calor del agua hirviendo es proporcional a la presión atmosférica; la presión atmosférica es proporcional a la altura sobre el nivel del mar. La presión atmosférica sigue la misma ley que las elevaciones del barómetro, hablando con propiedad, el barómetro no nos enseña otra cosa que la presión atmosférica; luego, el calor del agua nos indica la presión atmosférica del mismo modo que el barómetro, luego puede darnos las elevaciones de los lugares sin necesidad del barómetro y con tanta seguridad como él.” Para Caldas toda independencia tenía que empezar con la independencia cultural: “Qué dudas, qué suerte tan triste la de un ame- ricano! Después de muchos trabajos, si llega a encontrar alguna cosa, lo más que puede decir es: no está en mis libros. Podrá algún pueblo de la tierra llegar a ser sabio sin una acelerada comunicación con la culta Europa? Qué tinie- blas las que nos cercan! Pero ya dudamos, ya comenzamos a trabajar, ya deseamos, y esto es haber llegado a la mitad de la carrera.” Francisco José de Caldas se casó con doña María Manuela Barahora. El matrimonio se efectuó por poder estando ella en Popayán y él en Santafé. Cuando se iban a encontrar por primera vez después del matrimonio, le escribió esta carta: “Santafé, junio 20 de 1810. Manuelita amada. Mucho gusto me has dado en escribirme de tu nota misma. Con esto he co- nocido tu docilidad y te amo más. Ya te considero en camino y remito esta a manos del Sr. Cura de La Plata para que te la entregue. A él te recomiendo y te encargo que me esperes allí. Mucho puedes hija mía sobre mi corazón. Voy por fin a La Plata a recibirte y a que nos reunamos hasta la muerte. La virtud debe ser el fin de nuestro matrimonio, los dos nos vamos a santi - ficar mutuamente, que en nuestros corazones reine Jesucristo, la pureza y la santidad. Tú vienes a ser mi esposa y ya lo eres. Tú debes ser una esposa cristiana y fundar una familia santa y religiosa. La virtud es dulce, pues es el amor y la caridad. Ah! Mi Manuelita. Cuándo alabaremos al Señor los dos! Cuándo, enlazando nuestras manos las levantaremos al Cielo para bendecir sus bondades! Nuestros corazones deben estar siempre nadando en amor de Jesucristo y el mutuo que nos debemos profesar; todo debe ser amor, amor en el Cielo, amor en la casa, amor en nuestros hijos, amor en nuestra familia, amor en todos nuestro momentos. Qué felicidad, servir para amar! Yo salgo de aquí el 7 de julio con nuestro primo Marcelino y te veré en La Plata. Ah día feliz! Adiós, las lágrimas saltan de mis ojos! Tu Francisco José de C.” Jorge Tadeo Lozano, José María Cabal, José Gregorio Gutiérrez, Joaquín Camacho, Frutos Joaquín Gutiérrez, Manuel Rodríguez Torices, Camilo Torres, José María Salazar y otros muchos dedicados al estudio y escribir sus artículos que su colega Francisco José de Caldas publicaba en el “Semanario”, difundiendo las ideas, dándoles solidez y fuerza y al mismo tiempo prestigio e importancia a quienes conducirían el nuevo Estado. FRANCISCO JOSE DE CALDAS - Lino de Pombo, Luis María Murillo, Al- fredo D, Bateman. FRANCISCO JOSE DE CALDAS, Sus manuscritos – Reproducción facsimi- lar. OBRAS COMPLETAS DE FRANCIS- CO JOSE DE CALDAS – Universidad Nacional. SEMANARIO DEL NUEVO REINO DE GRANADA – Francisco José de Caldas CARTAS DE CALDAS – Eduardo Po- sada. ANOTACIONES SOBRE CALDAS – Joaquín Mario Murillo Arenas. Confe- rencia. Bibliografía Camilo Torres (en el retrato), abogado, político y patriota colombiano, era primo de Francisco José de Caldas.

Entrega 10b Proceres de mi tierra

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La mente inquieta del sabio Caldas, su espíritu observador y su disciplina científica, hacían de él todo un científico. En octubre

de 1808 escribió al secretario del

Virreinato:

“En 1799 y 1800 se presentaron a mi espíritu muchas ideas sobre la constancia del calor del agua en ebullición, y sobre su variación mudando de nivel. Las ideas se pusieron en práctica y subí cuatro veces sobre los Andes de Popayán cargado con mis barómetros, ter-mómetros y con una lámpara de ebullición; verifiqué una larga serie de observaciones; el resultado fue que las montañas se pueden medir con el termómetro como se hace con el barómetro.…El calor del agua hirviendo es proporcional a la presión atmosférica; la presión atmosférica es proporcional a la altura sobre el nivel del mar. La presión atmosférica sigue la misma ley que las elevaciones del barómetro, hablando con propiedad, el barómetro no nos enseña otra cosa que la presión atmosférica; luego, el calor del agua nos indica la presión atmosférica del mismo modo que el barómetro, luego puede darnos las elevaciones de los lugares sin necesidad del barómetro y con tanta seguridad como él.”

Para Caldas toda independencia tenía que empezar con la independencia cultural:

“Qué dudas, qué suerte tan triste la de un ame-ricano! Después de muchos trabajos, si llega a encontrar alguna cosa, lo más que puede decir es: no está en mis libros. Podrá algún pueblo de la tierra llegar a ser sabio sin una acelerada comunicación con la culta Europa? Qué tinie-blas las que nos cercan! Pero ya dudamos, ya comenzamos a trabajar, ya deseamos, y esto es haber llegado a la mitad de la carrera.”

Francisco José de Caldas se casó con doña María Manuela Barahora. El matrimonio se efectuó por poder estando ella en Popayán y él en Santafé. Cuando se iban a encontrar por primera vez después del matrimonio, le escribió esta carta:

“Santafé, junio 20 de 1810.Manuelita amada.Mucho gusto me has dado en escribirme de tu nota misma. Con esto he co-nocido tu docilidad y te amo más. Ya te considero en camino y remito esta a manos del Sr. Cura de La Plata para que te la entregue. A él te recomiendo y te encargo que me esperes allí. Mucho puedes hija mía sobre mi corazón. Voy por fin a La Plata a recibirte y a que nos reunamos hasta la muerte.La virtud debe ser el fin de nuestro matrimonio, los dos nos vamos a santi-ficar mutuamente, que en nuestros corazones reine Jesucristo, la pureza y la santidad. Tú vienes a ser mi esposa y ya lo eres. Tú debes ser una esposa cristiana y fundar una familia santa y religiosa. La virtud es dulce, pues es el amor y la caridad. Ah! Mi Manuelita. Cuándo alabaremos al Señor los dos! Cuándo, enlazando nuestras manos las levantaremos al Cielo para bendecir sus bondades! Nuestros corazones deben estar siempre nadando en amor de Jesucristo y el mutuo que nos debemos profesar; todo debe ser amor, amor en el Cielo, amor en la casa, amor en nuestros hijos, amor en nuestra familia, amor en todos nuestro momentos. Qué felicidad, servir para amar! Yo salgo de aquí el 7 de julio con nuestro primo Marcelino y te veré en La Plata. Ah día feliz! Adiós, las lágrimas saltan de mis ojos!Tu Francisco José de C.”

Jorge Tadeo Lozano, José María Cabal, José Gregorio Gutiérrez, Joaquín Camacho, Frutos Joaquín Gutiérrez, Manuel Rodríguez Torices, Camilo Torres, José María

Salazar y otros muchos dedicados al estudio y escribir sus artículos que su colega Francisco José de Caldas publicaba en el “Semanario”, difundiendo las ideas,

dándoles solidez y fuerza y al mismo tiempo prestigio e importancia a quienes conducirían el nuevo Estado.

FRANCISCO JOSE DE CALDAS - Lino de Pombo, Luis María Murillo, Al-fredo D, Bateman.FRANCISCO JOSE DE CALDAS, Sus manuscritos – Reproducción facsimi-lar.OBRAS COMPLETAS DE FRANCIS-CO JOSE DE CALDAS – Universidad Nacional.SEMANARIO DEL NUEVO REINO DE GRANADA – Francisco José de CaldasCARTAS DE CALDAS – Eduardo Po-sada.ANOTACIONES SOBRE CALDAS – Joaquín Mario Murillo Arenas. Confe-rencia.

Bibliografía

Camilo Torres (en el retrato), abogado, político y patriota colombiano, era primo de Francisco José de Caldas.