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Periódico gratuito de información local para Barañáin y Echavacoiz Norte / Difusión: 8.500 ejemplares mensuales / Depósito Legal: NA 2039/1991 / Edita:T.C. Saioa S.L. (EGN) / Redacción y publicidad: Ctra. Zaragoza, Km. 2,5 Cordovilla / Tfno. 948 070863 / Fax: 948 077475 / E-mail: [email protected] Xabier quiere abrirse camino en el campo de la literatura y ultima la que será su primera novela XABIER VILLANUEVA AMADOZ ESCRITOR NOVEL >> T.B. Bruselas se ha convertido en el refugio elegido por Xabier Vi- llanueva para tratar de hacer realidad un sueño que ya tiene nombre: “El péndulo de hielo”. Éste es el título de la novela en la que este joven berinianense de 28 años invierte sus horas de es- critor novel “en busca de una oportunidad”. Informático de profesión, ha dejado atrás los ordenadores para apostar por la que es su verdadera pasión tras un periplo “a la aventura” por tierras neozelandesas. Comentas en tu web (www.xa- biervillanueva.com) que un despido hizo que abrieras tu mente y te lanzaras a la aventu- ra de ir a Nueva Zelanda. ¿Por qué este cambio? Es muy sencillo. Después de más de dos años trabajando pa- ra la misma empresa, un medio- día de un jueves, te dicen que el lunes no vas a poder volver por- que no se pueden permitir man- tenerte en plantilla. La crisis lla- mó a mi puerta con la hospitali- dad de cualquier catástrofe: sin avisar, sin la decencia, al menos, de explicar cómo veían la situa- ción para haber buscado algo antes de verme de patitas en la calle. Lo cierto es que me hicie- ron un favor. ¿Buscabas algo en concreto a tantos kilómetros de distan- cia? Yo no estaba en armonía con mi vida y no me daba o no quería darme cuenta. Tenía los ojos ce- rrados. Tras el varapalo de sen- tirme como un mero número y no una persona, me encontraba sin reservas de afecto para com- partir y entonces surgió Nueva Zelanda. ¿Por qué no? Simple- mente me dejé llevar. La vida me dio un portazo y encontré la salida en una ventana que esta- ba abierta, una ventana que me haría cruzar Europa, Asia y el Pacífico en busca de un abrazo de alguien que no sabía si vol- vería a ver. Un amigo, el herma- no que nunca he tenido, me es- peraba allá con la sonrisa abier- ta de par en par. No había objetivos ni expectativas, ni ho- rarios ni alarmas. Me aguarda- ba la incertidumbre; con eso me bastaba. ¿Qué peso han adquirido en tu vida esos 6 meses recorriendo este país? Desconozco cuál es mi peso ac- tualmente, no tengo ninguna báscula a mano. Lo que sí pue- do decir es que mis vivencias en Nueva Zelanda no caben en ella. Siempre habrá un antes y un después y debo estar eterna- mente agradecido a la isla por la oportunidad que me brindó de conocerme. ¿Tuviste momentos de flaque- za? ¿Cómo es convivir con la soledad en un viaje así? Sinceramente, creo que la sole- dad es una palabra inventada. Existen momentos en los que quieres compartir las cosas y no puedes, pero esa misma caren- cia te une a otras personas, por azar o por necesidad, rellenan- do tu depósito de optimismo hasta arriba. Cuando mi pareja vino a visitarme, me formuló la misma pregunta. Esperé a estar en lo alto de un acantilado, con el sol aposentado en un hori- zonte repleto de nubes blancas y esponjosas, exento de ojos aje- nos o ruidos molestos. Desde ahí se divisaba la infinidad del mar, tan azul y tan verde que te hacía sentir insignificante. Cuando el sol nos dio las bue- nas noches con su pijama rojizo, antes de acostarse y dejarnos a solas bajo las estrellas, le res- pondí con una pregunta: ¿Te sentirías sola si disfrutaras de esto cada día? ¿Has acumulado muchos re- cuerdos que calificarías de im- borrables? Demasiados. La primera vez que me recogieron en autostop, el primer abrazo con mi amigo en la orilla de Wanaka, mi en- cuentro con la familia de Geral- dine, la convivencia con una fa- milia maorí, la primera monta- ña que subí, las largas noches de cavilaciones en el diván que se había convertido mi furgoneta, Queenstown… no podría parar de hablar, ni de las maravillas naturales ni de las personales. Y aquí sólo hablo de los seis meses en Nueva Zelanda, porque el año ha dado para visitar Sydney, fundirme en un achu- chón con mi hermana en Méxi- co, que se alargó un mes, e in- cluso descubrir la vieja Europa recorriendo los canales de Ams- terdam y de Bélgica. ¿Cómo acabaste en Bruselas? ¿Era algo que tenías pensado ya con anterioridad? La geografía nos había separa- do demasiado tiempo a mi pa- reja y a mí y, dado que le ofrecie- ron trabajar en Bruselas, no du- dé en unirme a ella. Llevaba mucho tiempo fuera y las male- tas estaban hechas. Es una esca- la en el camino, una muesca más en el árbol que te hace cre- cer como persona e, intuyo, co- mo escritor. Te defines como un joven es- critor que busca su oportuni- dad en un mundo cada vez más visual. ¿Desde cuándo tienes esa inquietud por la escritura? La escritura ha sido una pasión que ha aguardado, criogeniza- da y sin hacer apenas ruido, el resquicio por el cual agrietar el hormigón de hielo que la man- tenía presa. De muy pequeño me encantaba escribir y supon- go que al ponerme a darle pata- das al balón se me olvidó. Cuan- do mi vida, anímicamente ha- blando, carecía de sentido al levantarme cada mañana para ir a trabajar, volvió a florecer. Tuve la fortuna de guardar unas semillas, plantarlas en tierra fértil y regarlas hasta convertir- se en una novela que dará sus frutos en primavera. Estaré atento, deberé guardarme sus semillas para próximos proyec- tos. ¿Colaboras, además, con va- rios medios? Cuando sentía que mi vida pro- fesional había perdido el rumbo uní dos de mis pasiones: el cine y la escritura. Estuve colaboran- do altruistamente con la revista online Tomacine durante más de un año, hecho que me llevó a realizar críticas de películas pa- ra los Golem, hasta que mi viaje a Nueva Zelanda me impidió seguir haciéndolo. Entonces es cuando abrí el blog de “Cómo ser un Kiwi” para satisfacer mis inquietudes literarias, como en- trenamiento para el libro que “En ‘El péndulo de hielo’ ofrezco a los lectores mi alma y mi corazón” Xabier estudió en el colegio Alaitz y, aunque desde marzo de 2010 no visita Barañáin, confiesa la suerte de contar con la fortaleza necesaria para seguir adelante que la proporciona su novia, sus padres, su hermana y sus amigos./CEDIDA. Contemplando una maravillosa vista en Nueva Zelanda. Uno de los objetivos de Xabier es “llevar a buen puerto un guión cinematográfico” y colaborar con alguna revista o periódico./CEDIDA. vendría después. Con esfuerzo saqué adelante mi propia pági- na web y parece que empiezan a llegar los frutos en forma de una oferta para ser editor en un blog de viajes. Y ahora estás con tu novela “El péndulo de hielo”. ¿Cómo ha sido el proceso creativo que has seguido hasta darle forma? Tenía una idea en la cabeza que con el tiempo se ha ido transfor- mando, mutando en una criatu- ra con vida propia, sin un futuro claro ni para su propio progeni- tor. Los lugares y personas que he conocido en este trayecto han aportado su granito de are- na, introduciendo variables en la trama que desconocía. ¿En qué momento está la nove- la? Te diría que estoy a punto de fi- nalizarla, pero cuando pienso que ya la tengo a punto, encuen- tro infinidad de aspectos a me- jorar. Se puede decir que la his- toria está terminada pero no así las uniones entre los capítulos. Los he leído por separado cien- tos de veces aunque todavía no lo he hecho de tirón, y sé que les hace falta una buena pasada. No obstante, pronto habrá noti- cias: cuando consiga 150 segui- dores en la página de Facebook, se podrá leer el primero de to- dos. ¿Qué ofreces en esta obra? En “El péndulo de hielo” ofrez- co mi alma y mi corazón a los lectores, y lo que es más impor- tante, los principios que me hi- cieron dar un paso al frente y cambiar la dirección de mi vida. Hay cabida para las mentiras, para los giros argumentales que nos llevarán de un mundo dis- tópico a uno que parece ser utó- pico. El drama y el amor se abra- zan como lo hacen la violencia y el sexo y seremos oyentes privi- legiados del nacimiento de Nueva Zelanda como país a tra- vés de las leyendas maoríes. Si tuvieras una balanza, ¿en la escritura de esta novela está te- niendo más peso el sufrimien- to o el disfrute? Levantarte a las cuatro de la ma- drugada porque tu cerebro es incapaz de desconectar de la historia, con un personaje, es realmente doloroso. Vives ator- mentado, cosido a balazos en un callejón sin salida por el qué, por el quién, por el dónde y por el cuándo. Hay días en los que te levantas hecho mierda por- que no eres capaz de concatenar dos palabras y otras en las que éstas salen solas y das grima de tanta felicidad que llevas sola- pada en tu cara. Eso sí, ver fina- lizada una obra con tanto es- fuerzo a tu espalda no tiene pre- cio y cualquier sufrimiento es compensado. ¿Tienes miedo a que la novela no vea la luz físicamente? ¿Has soñado con verla en las estan- terías de las librerías? Miedo puedo tenerle a la muer- te, no a un hecho tan banal. Ade- más, autopublicarse es muy sencillo y dada la colaboración con la empresa Naparbier pue- de que alguna otra se anime también a patrocinarme. El pro- blema radica en conseguir cru- zar la frontera que separa una afición de una profesión. Por eso mismo estoy pidiendo ayu- da en las redes sociales para po- der ver mi obra no sólo en la es- tantería de la librería de mi pla- za, sino a poder ser en la estantería de todas las librerías. Soñar sueñan los vagos; yo soy más de echarme la mochila a la espalda y pasar a la acción para lograr mis metas. Vuelcas tus reflexiones en tus blog, en las redes sociales… ¿Te ha costado vencer el pudor a desnudarte tanto o hacerlo es una necesidad vital para ti? La vergüenza a desnudarme an- te el público es una debilidad que, por suerte, desconozco. Es- cribir sale de dentro y sin darte cuenta vas plasmando tu bio- grafía y forma de pensar sobre el papel. No es que quieras ha- cerlo, pero las reflexiones se adelantan a un estudio racional de lo que estás contando. Ante la hambruna de la necesidad, no tienes escapatoria. LA ESCRITURA ES UNA PASIÓN QUE HA AGUARDADO SIN HACER APENAS RUIDO SOY DE ECHARME LA MOCHILA A LA ESPALDA Y PASAR A LA ACCIÓN PARA LOGRAR MIS METAS

Entrevista a Xabier Villanueva en Vivir en Barañain

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Entrevista realizada por Vivir en Barañain al escritor navarro Xabier Villanueva Amadoz sobre su novela El péndulo de hielo

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Periódico gratuito de información local para Barañáin y Echavacoiz Norte / Difusión: 8.500 ejemplares mensuales / Depósito Legal: NA 2039/1991 / Edita:T.C. Saioa S.L.

(EGN) / Redacción y publicidad: Ctra. Zaragoza, Km. 2,5 Cordovilla / Tfno. 948 070863 / Fax: 948 077475 / E-mail: [email protected]

Xabier quiere abrirse camino en el campo de la literatura y ultima la que será su primera novela

XABIER VILLANUEVA AMADOZ ESCRITOR NOVEL

■>> T.B.

Bruselas se ha convertido en elrefugio elegido por Xabier Vi-llanueva para tratar de hacerrealidad un sueño que ya tienenombre: “El péndulo de hielo”.Éste es el título de la novela en laque este joven berinianense de28 años invierte sus horas de es-critor novel “en busca de unaoportunidad”. Informático deprofesión, ha dejado atrás losordenadores para apostar por laque es su verdadera pasión trasun periplo “a la aventura” portierras neozelandesas.Comentas en tu web (www.xa-biervillanueva.com) que undespido hizo que abrieras tumente y te lanzaras a la aventu-ra de ir a Nueva Zelanda. ¿Porqué este cambio?Es muy sencillo. Después demás de dos años trabajando pa-ra la misma empresa, un medio-día de un jueves, te dicen que ellunes no vas a poder volver por-que no se pueden permitir man-tenerte en plantilla. La crisis lla-mó a mi puerta con la hospitali-dad de cualquier catástrofe: sinavisar, sin la decencia, al menos,de explicar cómo veían la situa-ción para haber buscado algoantes de verme de patitas en lacalle. Lo cierto es que me hicie-ron un favor.¿Buscabas algo en concreto atantos kilómetros de distan-cia?Yo no estaba en armonía con mivida y no me daba o no queríadarme cuenta. Tenía los ojos ce-rrados. Tras el varapalo de sen-tirme como un mero número yno una persona, me encontrabasin reservas de afecto para com-partir y entonces surgió NuevaZelanda. ¿Por qué no? Simple-mente me dejé llevar. La vidame dio un portazo y encontré lasalida en una ventana que esta-ba abierta, una ventana que meharía cruzar Europa, Asia y elPacífico en busca de un abrazode alguien que no sabía si vol-vería a ver. Un amigo, el herma-no que nunca he tenido, me es-peraba allá con la sonrisa abier-ta de par en par. No habíaobjetivos ni expectativas, ni ho-rarios ni alarmas. Me aguarda-ba la incertidumbre; con eso mebastaba.¿Qué peso han adquirido en tuvida esos 6 meses recorriendoeste país?Desconozco cuál es mi peso ac-tualmente, no tengo ningunabáscula a mano. Lo que sí pue-do decir es que mis vivencias enNueva Zelanda no caben enella. Siempre habrá un antes yun después y debo estar eterna-mente agradecido a la isla por laoportunidad que me brindó deconocerme.¿Tuviste momentos de flaque-za? ¿Cómo es convivir con lasoledad en un viaje así?Sinceramente, creo que la sole-dad es una palabra inventada.Existen momentos en los quequieres compartir las cosas y nopuedes, pero esa misma caren-cia te une a otras personas, porazar o por necesidad, rellenan-do tu depósito de optimismohasta arriba. Cuando mi parejavino a visitarme, me formuló lamisma pregunta. Esperé a estaren lo alto de un acantilado, conel sol aposentado en un hori-zonte repleto de nubes blancasy esponjosas, exento de ojos aje-

nos o ruidos molestos. Desdeahí se divisaba la infinidad delmar, tan azul y tan verde que tehacía sentir insignificante.Cuando el sol nos dio las bue-nas noches con su pijama rojizo,antes de acostarse y dejarnos asolas bajo las estrellas, le res-pondí con una pregunta: ¿Tesentirías sola si disfrutaras deesto cada día?¿Has acumulado muchos re-cuerdos que calificarías de im-borrables?Demasiados. La primera vezque me recogieron en autostop,el primer abrazo con mi amigoen la orilla de Wanaka, mi en-cuentro con la familia de Geral-

dine, la convivencia con una fa-milia maorí, la primera monta-ña que subí, las largas noches decavilaciones en el diván que sehabía convertido mi furgoneta,Queenstown… no podría pararde hablar, ni de las maravillasnaturales ni de las personales. Yaquí sólo hablo de los seis mesesen Nueva Zelanda, porque elaño ha dado para visitarSydney, fundirme en un achu-chón con mi hermana en Méxi-co, que se alargó un mes, e in-cluso descubrir la vieja Europarecorriendo los canales de Ams-terdam y de Bélgica.¿Cómo acabaste en Bruselas?¿Era algo que tenías pensadoya con anterioridad?La geografía nos había separa-do demasiado tiempo a mi pa-

reja y a mí y, dado que le ofrecie-ron trabajar en Bruselas, no du-dé en unirme a ella. Llevabamucho tiempo fuera y las male-tas estaban hechas. Es una esca-la en el camino, una muescamás en el árbol que te hace cre-cer como persona e, intuyo, co-mo escritor.Te defines como un joven es-critor que busca su oportuni-dad en un mundo cada vez másvisual. ¿Desde cuándo tienesesa inquietud por la escritura?La escritura ha sido una pasiónque ha aguardado, criogeniza-da y sin hacer apenas ruido, elresquicio por el cual agrietar elhormigón de hielo que la man-tenía presa. De muy pequeñome encantaba escribir y supon-go que al ponerme a darle pata-das al balón se me olvidó. Cuan-do mi vida, anímicamente ha-blando, carecía de sentido allevantarme cada mañana parair a trabajar, volvió a florecer.Tuve la fortuna de guardar unassemillas, plantarlas en tierrafértil y regarlas hasta convertir-se en una novela que dará susfrutos en primavera. Estaréatento, deberé guardarme sussemillas para próximos proyec-tos.¿Colaboras, además, con va-rios medios?Cuando sentía que mi vida pro-fesional había perdido el rumbouní dos de mis pasiones: el ciney la escritura. Estuve colaboran-do altruistamente con la revistaonline Tomacine durante másde un año, hecho que me llevó arealizar críticas de películas pa-ra los Golem, hasta que mi viajea Nueva Zelanda me impidióseguir haciéndolo. Entonces escuando abrí el blog de “Cómoser un Kiwi” para satisfacer misinquietudes literarias, como en-trenamiento para el libro que

“En ‘El péndulo de hielo’ ofrezco alos lectores mi alma y mi corazón”

Xabier estudió en el colegio Alaitz y, aunque desde marzo de 2010 no visita Barañáin,confiesa la suerte de contar con la fortaleza necesaria para seguir adelante que laproporciona su novia, sus padres, su hermana y sus amigos./CEDIDA.

Contemplando una maravillosa vista en Nueva Zelanda. Uno de los objetivos deXabier es “llevar a buen puerto un guión cinematográfico” y colaborar con algunarevista o periódico./CEDIDA.

vendría después. Con esfuerzosaqué adelante mi propia pági-na web y parece que empiezan allegar los frutos en forma de unaoferta para ser editor en un blogde viajes.Y ahora estás con tu novela “Elpéndulo de hielo”. ¿Cómo hasido el proceso creativo quehas seguido hasta darle forma?Tenía una idea en la cabeza quecon el tiempo se ha ido transfor-mando, mutando en una criatu-ra con vida propia, sin un futuroclaro ni para su propio progeni-tor. Los lugares y personas quehe conocido en este trayectohan aportado su granito de are-na, introduciendo variables enla trama que desconocía.

¿En qué momento está la nove-la?Te diría que estoy a punto de fi-nalizarla, pero cuando piensoque ya la tengo a punto, encuen-tro infinidad de aspectos a me-jorar. Se puede decir que la his-toria está terminada pero no asílas uniones entre los capítulos.Los he leído por separado cien-tos de veces aunque todavía nolo he hecho de tirón, y sé que leshace falta una buena pasada.No obstante, pronto habrá noti-cias: cuando consiga 150 segui-dores en la página de Facebook,se podrá leer el primero de to-dos.¿Qué ofreces en esta obra?En “El péndulo de hielo” ofrez-co mi alma y mi corazón a loslectores, y lo que es más impor-tante, los principios que me hi-cieron dar un paso al frente ycambiar la dirección de mi vida.Hay cabida para las mentiras,para los giros argumentales quenos llevarán de un mundo dis-tópico a uno que parece ser utó-pico. El drama y el amor se abra-zan como lo hacen la violencia yel sexo y seremos oyentes privi-legiados del nacimiento deNueva Zelanda como país a tra-

vés de las leyendas maoríes.Si tuvieras una balanza, ¿en laescritura de esta novela está te-niendo más peso el sufrimien-to o el disfrute?Levantarte a las cuatro de la ma-drugada porque tu cerebro esincapaz de desconectar de lahistoria, con un personaje, esrealmente doloroso. Vives ator-mentado, cosido a balazos enun callejón sin salida por el qué,por el quién, por el dónde y porel cuándo. Hay días en los quete levantas hecho mierda por-que no eres capaz de concatenardos palabras y otras en las queéstas salen solas y das grima detanta felicidad que llevas sola-pada en tu cara. Eso sí, ver fina-lizada una obra con tanto es-fuerzo a tu espalda no tiene pre-cio y cualquier sufrimiento escompensado.¿Tienes miedo a que la novelano vea la luz físicamente? ¿Hassoñado con verla en las estan-terías de las librerías?Miedo puedo tenerle a la muer-te, no a un hecho tan banal. Ade-más, autopublicarse es muysencillo y dada la colaboracióncon la empresa Naparbier pue-de que alguna otra se animetambién a patrocinarme. El pro-blema radica en conseguir cru-zar la frontera que separa unaafición de una profesión. Poreso mismo estoy pidiendo ayu-da en las redes sociales para po-der ver mi obra no sólo en la es-tantería de la librería de mi pla-za, sino a poder ser en laestantería de todas las librerías.Soñar sueñan los vagos; yo soymás de echarme la mochila a laespalda y pasar a la acción paralograr mis metas.Vuelcas tus reflexiones en tusblog, en las redes sociales…¿Te ha costado vencer el pudora desnudarte tanto o hacerlo esuna necesidad vital para ti?La vergüenza a desnudarme an-te el público es una debilidadque, por suerte, desconozco. Es-cribir sale de dentro y sin dartecuenta vas plasmando tu bio-grafía y forma de pensar sobreel papel. No es que quieras ha-cerlo, pero las reflexiones seadelantan a un estudio racionalde lo que estás contando. Antela hambruna de la necesidad, notienes escapatoria.

“LA ESCRITURA ESUNA PASIÓN QUEHA AGUARDADO SINHACER APENASRUIDO

“SOY DE ECHARMELA MOCHILA A LAESPALDA Y PASARA LA ACCIÓN PARALOGRAR MIS METAS