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RAÚL CRUZ LAMARCA J esús Franco (Madrid, 1930), cineasta de culto por anto- nomasia, ha ejercido de guio- nista, actor, productor, montador, músico y, por supuesto, director. Su heterodoxa producción rebo- sa tributos a los grandes mons- truos del expresionismo alemán de los años 20 y de la productora Universal de los 30 y 40, períodos que domina con maestría cate- drática. Este consumado fabri- cante de dimensiones irreales y atmósferas bizarras llegó a firmar hasta siete películas al año. Su re- pertorio no deja indiferente y sus no pocos detractores se contra- ponen a la legión de seguidores repartidos por todo el mundo. Cuenta probablemente con el más dilatado curriculum del cine español. ¿Qué supone el cine pa- ra usted? Todo. Hay dos cosas en mi vi- da, que son mi mujer y el cine. Luego tengo una especie de vicio colateral que es el de la música, que ha llenado mi vida durante mucho tiempo. Eso es mi vida. Me han preguntado muchas ve- ces si me quería retirar pero yo no puedo retirarme. Yo me retiraré el día que palme porque me retirará el de la funeraria, pero yo no. ¿Qué le decantó por el cine? Tenía afición al cine desde que era un enano, desde los ocho años. En Madrid durante la gue- rra no había muchas oportunida- des para divertirse. Lo único que teníamos era un par de cines de sesión continua. Allí ponían pelí- culas del Oeste y empecé a ver cine. Yo quería ser independiente mentalmente y el conglomera- do totalitario que me rodeaba hi- zo que empezara a interesarme más seriamente por el cine. Y por la música como algo paralelo, por mediación de mi ya fallecido her- mano Enrique, luego primer críti- co musical que tuvo El País. Pasé al Conservatorio, dónde estudié primero solfeo y luego armonía. Respecto al cine me di cuenta muy pronto de que sería muy di- fícil con la censura de aquel mo- mento. Llegué a la conclusión de que tenía que irme a París, y me fui. Nunca tuve la autorización de mi padre para irme, ni nada, pero me fui. Me metí en el mundo de la Cinemateca de París, viéndome todas las películas que podía y tra- bajando en cualquier cosa. El Pa- rís de aquellos primeros años 50 era una maravilla. Para mí era la li- bertad. Vi todo el cine del mundo. El director de la Cinemateca, al verme todo el día ahí metido, se interesó por mí y me dio un pase que me duró hasta que volví a Es- paña y empecé a trabajar en el ci- ne con Bardem, al que yo conocía de la primera versión de la Escuela de Cine de Madrid. Le dí mucho la lata, le envié cartas y demás y me dijo que me buscaría algo en la película que estaba preparando. Trabajó como compositor de bandas sonoras y ayudante de di- rección en títulos de Bardem, Kli- movsky o Berlanga, y firmando al- gunos documentales culturales hasta dirigir su opera prima, Te- nemos 18 años (1959). ¿Qué re- cuerdos tiene de esa etapa? Unos recuerdos cojonudos. Lo que tenía eran problemas oficia- les. Desde el principio no me tra- garon en el Ministerio. Se ca- chondeaban de mí: “Mira, un nue- vo Charlot” . Escribí y grabé la mú- sica de mi primera película, Tene- mos 18 años. Tocaba la trompe- ta. Hice casi todo y a ellos les ca- yó muy mal, “mira el niño” , “el sa- biondo este” . Yo era muy joven y me jodieron la vida. A la película le dieron categoría, no de tercera pero sí de segunda B, lo que im- plicaba la imposibilidad de estre- nar en cines de primera. Sus inicios en el cine ¿Con qué inspiraciones o in- fluencias contó en sus inicios y a lo largo de su carrera, aparte de las puramente cinematográficas? Como te decía, la música y tam- bién la literatura, pero sobre todo el cine. Creo que la única mane- ra de aprender a hacer cine es ver mucho cine y ejercer de casposo, de traer los cafés, de irte ente- rando. Pero no de una manera doctoral, escolástica, sino sien- do un tío que lo que le gusta es hacer cine y está dispuesto a ha- cer lo que le pidan para hacer ci- ne. Así yo he conocido a gente muy válida. Cuando yo empezaba no había escuelas y cuando apa- reció la primera escuela de cine me apunté. No es que sirviera pa- ra nada la escuela en sí, porque tenía, por lo general, unos maes- tros que eran una mierda, pero sí fue un punto de encuentro para personas que no se conocían en- tre sí, entre las que estaban Bar- dem y Berlanga. Brotó un cono- cimiento entre gentes mucho más modernas casi por casualidad. Si en lugar de ellos hubiera estado, por ejemplo, Carlos Serrano de Osma, que también estuvo por allí, y otras gentes de ese tipo En portada / Entrevista Julio-Agosto 2011 36 JESÚS FRANCO En 2009, el Goya de HONOR “legitimó” académicamente la inabarcable filmografía del gran mago español del género fantaterrorífico, recientemente revisada por Carlos Aguilar en su libro “Jesús Franco” para la colección “Cineastas” de Cátedra. “Hay dos cosas en mi vida: mi mujer y el cine. Luego tengo una especie de vicio colateral que es el de la música”

Entrevista: Jesús Franco

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En 2009, el Goya de honor 'legitimó' académicamente la inabarcable filmografía del gran mago español del género fantaterrorífico.

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Page 1: Entrevista: Jesús Franco

RAÚL CRUZ LAMARCA

Jesús Franco (Madrid, 1930),cineasta de culto por anto-nomasia, ha ejercido de guio-

nista, actor, productor, montador,músico y, por supuesto, director.Su heterodoxa producción rebo-sa tributos a los grandes mons-truos del expresionismo alemánde los años 20 y de la productoraUniversal de los 30 y 40, períodosque domina con maestría cate-drática. Este consumado fabri-cante de dimensiones irreales yatmósferas bizarras llegó a firmarhasta siete películas al año. Su re-pertorio no deja indiferente y susno pocos detractores se contra-ponen a la legión de seguidoresrepartidos por todo el mundo.

Cuenta probablemente con elmás dilatado curriculum del cineespañol. ¿Qué supone el cine pa-ra usted?

Todo. Hay dos cosas en mi vi-da, que son mi mujer y el cine.Luego tengo una especie de viciocolateral que es el de la música,que ha llenado mi vida durantemucho tiempo. Eso es mi vida.Me han preguntado muchas ve-ces si me quería retirar pero yo nopuedo retirarme. Yo me retiraré eldía que palme porque me retiraráel de la funeraria, pero yo no.

¿Qué le decantó por el cine? Tenía afición al cine desde que

era un enano, desde los ochoaños. En Madrid durante la gue-rra no había muchas oportunida-des para divertirse. Lo único queteníamos era un par de cines desesión continua. Allí ponían pelí-culas del Oeste y empecé a vercine. Yo quería ser independientementalmente y el conglomera-do totalitario que me rodeaba hi-zo que empezara a interesarmemás seriamente por el cine. Y porla música como algo paralelo, por

mediación de mi ya fallecido her-mano Enrique, luego primer críti-co musical que tuvo El País. Paséal Conservatorio, dónde estudiéprimero solfeo y luego armonía.Respecto al cine me di cuentamuy pronto de que sería muy di-fícil con la censura de aquel mo-mento. Llegué a la conclusión deque tenía que irme a París, y mefui. Nunca tuve la autorización demi padre para irme, ni nada, perome fui. Me metí en el mundo dela Cinemateca de París, viéndometodas las películas que podía y tra-bajando en cualquier cosa. El Pa-rís de aquellos primeros años 50era una maravilla. Para mí era la li-bertad. Vi todo el cine del mundo.

El director de la Cinemateca, alverme todo el día ahí metido, seinteresó por mí y me dio un paseque me duró hasta que volví a Es-paña y empecé a trabajar en el ci-ne con Bardem, al que yo conocíade la primera versión de la Escuelade Cine de Madrid. Le dí muchola lata, le envié cartas y demás yme dijo que me buscaría algo enla película que estaba preparando.

Trabajó como compositor debandas sonoras y ayudante de di-rección en títulos de Bardem, Kli-movsky o Berlanga, y firmando al-gunos documentales culturaleshasta dirigir su opera prima, Te-nemos 18 años (1959). ¿Qué re-cuerdos tiene de esa etapa?

Unos recuerdos cojonudos. Lo

que tenía eran problemas oficia-les. Desde el principio no me tra-garon en el Ministerio. Se ca-chondeaban de mí: “Mira, un nue-vo Charlot”. Escribí y grabé la mú-sica de mi primera película,Tene-mos 18 años. Tocaba la trompe-ta. Hice casi todo y a ellos les ca-yó muy mal, “mira el niño”, “el sa-biondo este”. Yo era muy joven yme jodieron la vida. A la películale dieron categoría, no de tercerapero sí de segunda B, lo que im-plicaba la imposibilidad de estre-nar en cines de primera.

Sus inicios en el cine

¿Con qué inspiraciones o in-fluencias contó en sus inicios ya lo largo de su carrera, aparte delas puramente cinematográficas?

Como te decía, la música y tam-bién la literatura, pero sobre todoel cine. Creo que la única mane-ra de aprender a hacer cine es vermucho cine y ejercer de casposo,de traer los cafés, de irte ente-rando. Pero no de una maneradoctoral, escolástica, sino sien-do un tío que lo que le gusta eshacer cine y está dispuesto a ha-cer lo que le pidan para hacer ci-ne. Así yo he conocido a gentemuy válida. Cuando yo empezabano había escuelas y cuando apa-reció la primera escuela de cineme apunté. No es que sirviera pa-ra nada la escuela en sí, porquetenía, por lo general, unos maes-tros que eran una mierda, pero sífue un punto de encuentro parapersonas que no se conocían en-tre sí, entre las que estaban Bar-dem y Berlanga. Brotó un cono-cimiento entre gentes mucho másmodernas casi por casualidad. Sien lugar de ellos hubiera estado,por ejemplo, Carlos Serrano deOsma, que también estuvo porallí, y otras gentes de ese tipo

En portada / Entrevista

Julio-Agosto 2011 36

JESÚS FRANCO

En 2009, el Goya de HONOR “legitimó” académicamentela inabarcable filmografía del gran mago español del génerofantaterrorífico, recientemente revisada por Carlos Aguilar en sulibro “Jesús Franco” para la colección “Cineastas” de Cátedra.

“Hay dos cosas en mi vida: mimujer y el cine. Luego tengo

una especie de vicio colateralque es el de la música”

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aquello no hubiera prosperado. ¿Cómo recuerda su colabora-

ción con Orson Welles en Cam-panadas a medianoche, La isla deltesoro y Don Quijote?

No fueron colaboraciones, yofui un ayudante. Después me con-vertí en director de la segunda uni-dad. A Orson le gustaba más queyo fuera director de la segundaunidad. Yo estaba al servicio deOrson Welles. Todo lo que pudie-ra seguir aprendiendo de aquellafuente insólita e inagotable bien-venido era. Empezó por Campa-nadas a medianoche, aunque lagente no sabe, porque no tienepor qué saberlo, que para OrsonLa isla del tesoro era igual de im-portante que Campanadas…

Los 116 minutos recogidos ensu montaje de Don Quijote en1992 no resultaron demasiadobien acogidos por la crítica. ¿A quecree que se debió?

¿A que llamas tú la crítica? Hu-bo de todo. A mí ni me gusta nime deja de gustar el montaje, quepor cierto no hice yo. Yo era el di-rector de la segunda unidad deesa película, y de la postproduc-ción, pero el montaje lo hizo la quees hoy mi mujer, Lina Romay. Lohizo ella. Yo estaba por ahí, desdeluego, pero el mérito de este tra-bajo, con el que seguramente yono hubiera podido, por el coñazoque implica trabajar durante añoy pico buscando un rollito que seha quedado en Bruselas y otro enno sé dónde, corresponde a ella.Siempre digo que no sé si OrsonWelles estaría muy contento delQuijote. Lo digo porque he traba-jado con él a diario en una sala demontaje y no dejaba tocar a na-die un metro de material. Habíaque esperar a que se fuera bo-rracho a la cama y recogerlo todo,ponerlo en orden. No sé si esetrabajo ingente se corresponde auno de los muchos montajes queOrson Welles habría podido ha-cer. Sé que no está lejos porquesi alguien ha seguido con fideli-dad cada demencia de Orson, ocada idea maravillosa, ése he si-do yo. Una serie de intelectuales“finos” decían que yo estaba ha-ciendo un desastre con el traba-jo de Orson. Pero a ver, ¿quién co-jones tuvo los huevos de poner-se a hacerlo? El trabajo de Lina es

el que hay. El único que se ha he-cho. El Quijote de Orson no esel de Cervantes, es otra historia.La versiones que se han hechodel Quijote son, si no malas, in-completas, casi epidérmicas. AOrson le interesaban los perso-najes en sí mismos como mues-tra de la mentalidad española. Eslo que él quería hacer y lo hizo. Lohizo como Dios.

Terror “made in Spain”

¿Cree que el denominado te-rror made in Spain de los sesen-ta y setenta ha obtenido un justoreconocimiento?

Yo creo que sí. Lo ha tenido por-que era un cine muy malo, no nosengañemos. Ahora se ha queridohacer una especie de homenajey resurgimiento de aquello, pe-ro… Es que el cine español ha si-do en general muy malo. Prime-ro por la censura. De una mane-ra aviesa se fomentaban unas pe-lículas y otras nada. Hay dos eta-pas en el cine español: una antesde Bardem y Berlanga y otra des-pués. Ellos fueron una ruptura. Elcine de antes era muy malo. Bas-tante mediatizado. El primer guio-nista era el general Franco, joder.Con eso está dicho todo. Nevilleera un tío de la UGT antes de laguerra, era un tío de izquierdas,pero en el momento que se pro-duce el famoso alzamiento na-cional de los cojones se cambióde lado. Sin embargo, y a dife-rencia de otros muchos como elnacional católico Rafael Gil, EdgarNeville estuvo siempre más cer-ca del mundo de Berlanga, queera un mundo completamenteanárquico y muy inteligente. Ne-ville conocía el cine de Hollywood,había estado allí como asesor delas versiones españolas. Fue al-guien positivo. Muchos otros aca-baban haciendo películas del tipoSin novedad en el frente, pasabanpor el aro, y eso me cabreaba.

¿El sadoerotismo constituye

una de sus mayores obsesionescreativas?

Me gusta mucho eso que hasdicho, pero obsesiones creativascreo que tengo muchas. Yo creoen cuatro o cinco cosas en elmundo y soy fiel a ellas. Consi-dero que el erotismo está implí-cito en todo lo que es expresio-nismo. Prefiero hablar de expre-sionismo que de vampiros y co-sas de ésas. El cine y la novelaexpresionistas están invadidos porun sexo soterrado y oscuro. Soyun seguidor de ese mundo perono con intenciones de ningún ti-po, sino simplemente por sentir-me adscrito a eso y admirar esemundo, en el que también entra,de manera secundaria, el surrea-lismo. Porque soy español y el su-rrealismo es uno de los mayoreslogros creativos de este país.

Variedad de géneros

¿Qué opina de las etiquetas quele han intentado atribuir sin éxitoy de las críticas que consideranque su cine no ha evolucionado?

¿Que no ha habido evoluciónen mi cine? He atacado todos losgéneros. Lo que no ha sido mi ci-ne es pedante, creo yo, nunca.He hecho cine de todo género sal-vo western, que no lo he tocadoporque no he querido. Me lo han

Jesús Franco ysu mujer, LinaRomay, en losPremios Goyade 2009.

www.revistaleer.com37

“Hay dos etapas: antes deBardem y Berlanga y después.Ellos fueron una ruptura. Elcine de antes era muy malo”

Page 3: Entrevista: Jesús Franco

ofrecido veinte veces y llegué atener un contrato firmado para ha-cer un western. Era una copro-ductora hispano-italiana y en prin-cipio iba a tener no a estrellas pe-ro sí a unos actores B cojonudos.Americanos, de los que iban a ca-ballo bien, de verdad. Pero en elúltimo momento los productoresdecían “te voy a traer en lugar dea ése a Tramontano Benini”, y yodecía “métetelo en los huevos”. Yes un problema de andar y decreértelo. No me podía creer deninguna manera que aquellos pa-letos de Almería, por el hecho deponerles encima de la boina un

sombrero de cowboy, fueranunos cowboys, porque el som-brero es lo de menos. Lo de máses lo que hay debajo del som-brero. Aparte de eso, creo que heabordado casi todos los géneros,incluso ése, quitándole la etique-ta de Oeste americano. Alguna

película he hecho que transcurreen atmósferas equivalentes co-mo Venezuela y algo así. Tengo unpadre mexicano y una madre cu-bana y estaba muy al tanto de lachorizada tropical que era fácil devender aquí.

¿Nadie es profeta en su tierra?De profeta no tengo nada, pero

todo es por culpa mía. Mi exilio hasido voluntario. Yo nunca fui per-seguido físicamente por la Policíani nada, pero te van quitando y qui-tando y te joden la vida. Yo decidímarcharme. Conozco muchas len-guas, el francés lo hablo igual queel castellano y el inglés casi. Tam-bién conozco y entiendo tres ocuatro lenguas más, entre ellas elcatalán. Eso me dio facilidadescuando quería hacer una peli y meponían pegas, esto no puede ser,esto está prohibido… Entoncesme iba a otro país y lo hacía.

¿Lugosi o Karloff?En principio Bela Lugosi, pero

como Karloff hizo un par de joyasmaravillosas te diré que fifty-fifty.

¿De los filmes realizados en es-te país en las últimas dos déca-das, ¿cuál habría firmado?

Ninguno. ¿Tan mal está el cine español? Muy mal, salvo excepciones. Tropecientas películas, ¿le que-

da alguna por hacer?¡Pero si estoy empezando mi ca-

rrera!, ¿qué dices? ¿Has visto Pau-la-Paula? Es de hace unos meses.

¿La dependencia de subven-ciones en el cine español no esun arma de doble filo?

Pienso que siempre que sea pa-ra hacer algo, la gente joven estámejor con algo que con nada. Pe-ro también considero que las sub-venciones pueden matar al cineespañol. Porque la gente ya no ha-ce películas libres, por sentimien-to, por vocación, sino para ganar-se las pelas y la subvención. Esome parece deshonesto y jodido.Pero es lo que hay.

¿Algo que añadir?Hay una cosa que no hemos ha-

blado. Como músico de jazz quesoy me dejo llevar por la impro-visación, por mis feelings. Hacetiempo que he desechado la po-sibilidad de ser un escritor, un rea-lizador frío. Yo digo: “A ver qué talme queda este solo”. Y hago unapeli.

En portada / Entrevista

Julio-Agosto 2011 38

“Dirigí la segunda unidad y lapostproducción del ‘DonQuijote’ de Welles. Y el montajelo hizo mi mujer, Lina Romay”

CARLOS AGUILAR

Hacía falta un libro español sobre Je-sús Franco. Irrefutablemente. Exis-

tían ya en Alemania y Francia, tambiénen Japón. Yo mismo había escrito unoen Italia, hace once años. En cambio,nada en España. No era justo, debía lle-narse ese hueco.

Con base en mi conocida vinculacióna Jesús, tanto por haber formado par-te de su equipo de trabajo durante unatemporada cuanto por mis conoci-mientos al respecto (coor-diné un número mono-gráfico sobre él en la de-saparecida revista “De Zi-ne”, organicé un ciclo re-trospectivo en la Filmote-ca Española, amén de es-cribir el antedicho libro ita-liano, Jess Franco. Elsexo del horror), desde ha-ce años mucha gente mesugería que lo escribierayo. Me fui animando pocoa poco. Comprendí que sino lo hacía yo acabaría ha-ciéndolo alguien menosadecuado. Planteé el pro-yecto en Cátedra, apenas aparecer lasegunda edición ampliada de mi librosobre Clint Eastwood, y a ellos les pa-reció oportuno incorporar a Jesús en lacolección “Cineastas”. Lo más difícil fuemantener una cierta imparcialidad, den-tro de mi interés por su obra y su per-sona, por respeto a los lectores y a mímismo. De no haber procedido así hu-biera condescendido fatalmente, y, ape-nas me descuidara, justificado lo injus-tificable y defendido lo indefendible.

He procurado asimismo que el librosea “algo más” que un ensayo sobreJesús Franco, haciendo hincapié en elcontexto artístico-industrial de las dé-cadas en que se desenvolvió. Sobre to-do respecto a la época dorada de lascoproducciones europeas de género,los años cincuenta, sesenta y setenta,pues ese tipo de cine conformó deci-sivamente la base de mi cinefilia. El po-lar francés, el krimi alemán, el spaghettiwestern hispano-italiano, el terror gó-

tico inglés… y nuestrocarpetovetónico “terrorde pipas”, como lo llama-ban despectivamente,que emerge justo graciasa Jesús.

Del mismo modo, he in-corporado fotos de genterepresentativa de aquellaspelículas, no sólo de las deJesús, que apenas se veen los libros de cine: So-ledad Miranda, en prime-ra instancia, lógicamente,pero también gente tandistinta y peculiar comoHerbert Lom, Maria

Perschy, Maria Röhm, Jean Servais,José María Tasso, Howard Vernon, Ri-cardo Palacios, Dennis Price, Anton Dif-fring, Jack Taylor, Silva Koscina, JanineReynaud, Rosalba Neri, Dan Van Husen,el ya legendario Klaus Kinski… o direc-tores como Jorge Grau, Eugenio Mar-tín y León Klimovsky.

Por último, he procurado que puedaleerse cual novela. Puesto que la viday obra de Jesús Franco en efecto son…novelescas.

Una vida (y una obra) de novela