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“Para mí hablar de género es hablar de lo que soy, de lo que he decidido ser y de lo que me apasiona”.

EntrevistaPaola Lizzet Monter Sánchez

Responsable estatal en Tlaxcala delPrograma Igualdad de Género en Salud

Alejandra Oyosa Romero

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Estas palabras contundentes reflejan la personalidad audaz de una mujer que trabaja todos los días con el convencimiento de que cada acción es fundamental para avanzar en el camino de la igualdad entre mujeres y hombres. Ella es Paola Lizzet Monter Sánchez, responsable estatal en Tlaxcala del Programa Igualdad de Género en Salud (ProIGS), quien transmite con su voz y su carácter la fortaleza con la que enfrenta los retos cotidianos.

¿Quién es Paola?

Soy una mujer comprometida, decidida, poderosa. Me ha costado trabajo salir adelante, pero lo he logrado me aferro y busco las maneras para lograr mis objetivos. Soy una persona que sabe lo que quiere y también he sido muy bendecida. Creo en un ser supremo y en que no hay casualidades, estoy en el lugar que ocupo porque tengo algo que aprender.

Nací en Calpulalpan, Tlaxcala, mi madre y mi padre vendían dulces y aún con las carencias económicas que tuvimos, supieron ser guías para mí y mis dos hermanas. Nunca fui al kínder, porque no me gustó la primaria la cursé en un pueblo que se llama Lagunilla, del municipio de Tlaxco, en el norte del estado. Sin embargo, mi familia tuvo la visión de progresar y de que no nos conformáramos. La secundaria la estudié en una escuela pública en Apan, Hidalgo y aprendí que sí podía, a pesar de tener problemas de dinero, porque a veces no había ni para el pasaje. Recuerdo con mucho cariño que vendíamos chicharrones y gelatinas en la calle y en los partidos de béisbol en el pueblo de ahí sacábamos para ir a la escuela.

Después de terminar la secundaria ingresé en una preparatoria pública, el Colegio de Bachilleres Estatal 09 y en esa época pensaba que iba a ser contadora pública, porque tenía aptitudes. Pero cuando concluí el bachillerato comencé a buscar una opción universitaria en la cual pudiera ayudar a la gente.

¿Por qué te gusta ayudar a las personas?

Desde niña siempre he tenido esa idea, porque veía las cosas que pasaban en el pueblo, como las carencias, pensaba que cuando fuera grande ayudaría a la gente que más lo necesita y aquí estoy. Por eso estudié sociología con terminal en política, porque mi papá es muy de verbo y me reflejé mucho en él para elegir la carrera.

¿Cómo conociste la temática de género?

Ha sido un aprendizaje de vida desde mi propia historia y he hilado las cosas. Cuando iba a salir de la licenciatura me decidí por la temática de género para elaborar mi trabajo de tesis y me enfoqué en grupos vulnerables representaciones sociales de las mujeres que trabajan en relación con aquellas que realizan labores en el hogar y de cuidado, centrándome en las campesinas.

Cuando egresé de la licenciatura entré a trabajar en el gobierno del estado, a la Subsecretaría Técnica, colaborando con las peticiones de personas que pedían apoyo. Después, en el año 2007 ingresé a la Secretaría de Salud, a la Coordinación Estatal de Equidad de Género, al Programa de Prevención y Atención a la Violencia Familiar y de Género. En un principio apoyaba a la responsable del Programa con el registro de información para el Plan Anual de Trabajo.

Después, colaboré con el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz Inprf en Dejando huellitas en tu vida , proyecto enfocado en la prevención del abuso sexual comercial infantil, en el que trabajaba todo el día, pues debía cubrir cuatro escuelas, que eran las que se estaban piloteando. El apoyo consistía en dar a conocer libros preventivos que reforzaban las habilidades sociales de las y los niños. Además, se consideraba la perspectiva de género en la atención a este grupo vulnerable que es la infancia. La tarea era muy cansada, pero con muchas satisfacciones.

Posteriormente ocurrió otro parteaguas en mi vida laboral, cuando llevé un curso de sensibilización que se convirtió en diplomado. Fueron ocho meses en los que trabajamos los temas de infancia y prevención de la violencia, lo que me permitió reforzar las habilidades sociales. Así, empecé a trabajar con las y los docentes, y madres y padres de familia de las escuelas donde estaba el proyecto Dejando huellitas en tu vida .

“Hacer lo que me gusta”: género en salud

¿Cuándo y cómo ingresas al ProIGS?

En el año 2009 me fui de la Coordinación Estatal de Equidad de Género para colaborar en el área de Salud mental y adicciones , donde estuve por un año. Fue otra experiencia interesante, pues apoyé con los llamados anexos y las clínicas que se iban a abrir, supervisaba y veía otra población vulnerable, pero ahora de una

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forma más institucional que implicaba estar en la oficina.

Pero a mí no me agrada encerrarme, me gusta estar en contacto con la gente, conocer sus necesidades y que se vayan contentas del lugar al que fueron a buscar apoyo. Por eso, con ayuda del coordinador empecé a supervisar los anexos , lo que fue un respiro para mí.

En el año 2011 regresé a la Coordinación Estatal de Equidad de Género, justo cuando ocurrieron varios cambios de personal y me pidieron que fuera la responsable del ProIGS y mi compañera Elisa se encargó del Programa de Violencia. Fue cuando decidimos trabajar de forma coordinada. En realidad, ella estaba sensibilizada en el tema de igualdad y me fue guiando.

Recuerdo que a poco más de un mes de tomar la responsabilidad del ProIGS, organicé el evento del Día Internacional de la Mujer y solicité el apoyo de los programas y de mis jefes, a quienes pedí que trabajáramos en conjunto. Desde entonces les insté a ponerse la camiseta, es cierto que son hombres, pero el género y la igualdad no son solo de las mujeres, sino que todas y todos nos veremos beneficiados cuando el trabajo se vea afuera.

Además, comencé a trabajar los cursos de sensibilización y hasta la fecha les añado un plus , porque además de incluir la igualdad de

género incorporo las memorias tempranas y las emociones de las personas que trabajan con personas. He tenido muchas satisfacciones, ya que la gente me reconoce porque hice modificaciones en mi vida. Eso me hace confirmar que no me equivoqué y me siento segura de que estoy haciendo lo que quiero.

¿Cuál ha sido el mayor reto que has enfrentado desde tu incorporación al ProIGS?

He tenido varios, uno fue el aprendizaje sobre el tema del presupuesto, que era una cantidad baja cuando llegué al Programa, pero después aumentó. Sin embargo, cuando tuve que implementar los Centros de Entretenimiento Infantil CEI , que son espacios que están en ciertas unidades de salud y apoyan a mujeres y hombres con el cuidado de sus hijas e hijos, mientras acuden a sus citas médicas o algún otro servicio, el reto fue conseguir el personal necesario para los CEI con muy pocos recursos.

Fue un desafío muy grande y la oportunidad para que vieran que el Programa no solo capacita, porque esa es una idea muy arraigada.

Así, pude evidenciar que podemos impactar en todos los aspectos de la salud de las personas.

Para mí fue complicado que seis personas tuvieran sueldo bajo en los dos CEI . Aún les agradezco porque trabajaron conmigo día y noche. Yo iba a buscar diferentes apoyos, pero no recibía respuestas me preguntaban qué quería, pues insistían que las niñas y los niños podían estar en el pasillo de las unidades de salud, por lo que no lo veían necesario.

Ese ha sido uno de los grandes retos, cuando llegué al Hospital Regional, lugar que pensamos como de oportunidad porque van muchas personas a recibir atención. Cuando ingresaron las chicas del CEI les dije que sería un trabajo voluntario, que son experiencias de vida y les prometí que al concluir tendrían una visión diferente de lo que es ofrecer atención con calidad.

El apoyo estatal que recibí fue el oficio para que nos dieran el espacio en el Hospital Regional y nos asignaron el lugar donde se ubicaba el personal de camillas y de ambulancias, ahí dormían y guardaban sus cosas. Nos pidieron que nosotras lo pintáramos y lo arregláramos, por lo que conseguimos cosas prestadas y las voluntarias llevaron otros materiales. Además, el Programa de Violencia me donó playeras, porque para entrar las voluntarias debían ir con vestuario distintivo. También el Programa de Planificación Familiar nos dio batas y el de Cáncer de la Mujer nos entregó playeras rosas.

En un principio llevaba cosas de la casa de mis papás, porque tienen una tienda y de ahí tomaba algunos materiales. Las chicas también llevaron muebles la mamá de una de ellas tiene una guardería, entonces nos donó mesas y sillas, que todavía siguen allá. Así fue como empezamos a trabajar. Vieron que el CEI sí funcionaba y al siguiente año pidieron que se ampliara y que se implementara en el Hospital de la Mujer Tlaxcalteca.

¿Cuáles han sido algunos obstáculos para tu trabajo en las actividades que realizas en el ProIGS?

Aunque las personas ya estén sensibilizadas en el tema, no replican los cursos y lo hago sola en todos los hospitales. Aquí son tres jurisdicciones y 12 hospitales, más las oficinas centrales y el módulo canino. Tengo que reconocer que ha sido desgastante, pues llevo a cabo varias dinámicas que impactan en la parte emocional y también me tocan . Siento que ya requiero apoyo.

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Últimamente me ha afectado mucho e incluso consideré irme, pero hay algo que me retiene y sé que a pesar de que me vaya, voy a estar transversalizando la perspectiva de género, aunque no sería lo mismo porque sé cuáles son las necesidades. En realidad, me han reconocido bastante desde el momento en que se realizó el Foro de Conmemoración del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, que organicé en 2014. Así he recibido más apoyo para llevar a cabo los talleres de sensibilización en los hospitales y en los centros de salud.

Considero que mi carácter me ayuda, pues trabajo con respeto hacia todas las personas, eso es algo que he hecho desde un inicio, y también me ubican por ello. Además, ya no pido apoyo institucional, porque sé que siempre hay algo más importante, como la salud reproductiva y las muertes maternas, temas que son considerados prioritarios. Por lo tanto, hago mis cursos sola, me llevo la computadora, el proyector y las cosas que necesito regreso, capturo y hago mis oficios.

¿Qué le pedirías al ProIGS para mejorar tu trabajo?

Pediría personal de apoyo, por lo menos una persona que me auxilie en la oficina. Además, no he tenido vacaciones desde hace dos años y ya me pesa, estoy fallando en la coherencia entre lo que digo y hago.

Me han pedido que en todos los hospitales se implemente el CEI, lo ven como una necesidad y yo les digo que sí, pero que me pongan personal. También me han solicitado espacios, pero piden que ponga la cal, el cemento y lo que se ocupa, insisten en que no es mucho, pero no tengo para comprarlo, aunque sé que poco a poco vamos a encontrar la manera. Así, desde mi realidad, pediría mobiliario para habilitar por lo menos otros dos CEI.

Por ahora solicité al área de Enseñanza y Capacitación que envíen personal para hacer el servicio social y con ellas estarán tres personas en el Hospital de la Mujer Tlaxcalteca, otras tres en el Regional y quiero habilitar el de Chiautempan. Ya estaba el espacio, solo nos faltaba amueblarlo y tener el personal.

¿Cómo ha sido tu trabajo con las autoridades estatales?

Ha sido un poco difícil, pero solo un poco, porque en realidad hago las actividades. Lo que me ha servido es que soy insistente. También he obtenido apoyo del ámbito estatal, porque tengo

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recurso de ramo 33, que es presupuesto asignado para acciones de salud, y cuando ingreso las solicitudes de adquisición, me las respetan.

¿Crees que aún hay que trabajar el tema de género en los niveles jerárquicos superiores?

Sí, mucho. Siempre he dicho que son prioritarios los cursos para el personal directivo, pero todavía hay quienes no le encuentran sentido al género y por eso es necesario seguir trabajando e insistiendo.

Tlaxcala: avances y retos en género en salud

¿Cuáles son los avances que has visto desde tu ingreso al ProIGS?

Muchos. Por ejemplo, cuando el Secretario de Salud me ve en sus reuniones habla incluyendo a las mujeres y a los hombres eso es una palomita para mí. Lo mismo ocurre con el director de Servicios de Salud y de Atención Primaria, ambos se preocupan por incorporar la perspectiva de género. Sucede lo mismo con el personal de la coordinación de Salud Reproductiva, quienes tienen presente qué es lo que tienen que hacer o qué se recomienda llevar a cabo.

Hay muchos cambios, porque ahora la Secretaría de Salud de Tlaxcala elabora su propio plan estatal de trabajo y en él se contempla trabajar todos los temas con perspectiva de género, desagregar hombres y mujeres por grupo de edad y considerar a unas y a otros en el cuadro básico de medicamentos, lo que implica transversalizar esta perspectiva. Por eso considero que de 2011 hasta ahora hay avances, aunque nos falta camino.

¿Qué retos vislumbras en materia de género en salud en Tlaxcala?

Hace falta trabajar con las autoridades para que comprendan como una necesidad la sensibilización en género, porque hemos trabajado desde una estructura muy rígida, pero cuando llego y hay personal que ya tomó el curso, quieren llevarlo nuevamente, entonces se quedan y comentan que les gusta.

También reconozco la importancia que ha tenido el secretario de Salud de nuestra entidad, el doctor Alejandro Guarneros Chumacero, quien se acerca al final de su gestión, ya que en 2016 hay cambio de gobierno. Creo que ese es el reto más importante que visualizo, porque quienes

estamos ya tenemos la sensibilización, ya sea por mi insistencia, por la trascendencia del Foro realizado en 2014 o por el impacto de los carteles de acoso y hostigamiento. Pero el gobierno cambia y hay que empezar de nuevo. Para mí es una ventaja, pues ya estoy regularizada, pero las y los jefes se van. Ahí veo una dificultad, porque es iniciar de nuevo.

Con tu experiencia en los talleres de sensibilización, ¿qué crees que debería seguir?

En los talleres les digo qué es el género, sexo-género y demás, es como la teoría. Lo que creo que continúa es trabajar con las personas es decir, ya tienen las bases teóricas, pero me doy cuenta que aún tienen estereotipos o etiquetas de género, ¿qué hacemos con eso? Me parece que sí debe haber un seguimiento, como una base de datos para monitorear su trabajo.

Pienso en el seguimiento y la retroalimentación, pero con herramientas de trabajo. Sería muy bueno que hubiera un curso en el que nos enseñaran técnicas para talleres, con el fin de que complemente mi labor. Por ejemplo, he aprendido cosas que tal vez había visto desde otro punto de vista, he retomado algunas actividades y las he aplicado en los talleres. Sé que necesito más herramientas teóricas y prácticas para que la gente se dé cuenta que en verdad esto funciona.

He aplicado algunas cosas, pero me gustaría una segunda parte de lo que ya sé. Ya conozco de igualdad, de perspectiva de género, quiero saber qué sigue.

¿Estamos hablando de capacitación permanente?

Pues sí, por lo menos dos capacitaciones al año, eso sería ideal. A inicio del año para planear la línea con la que voy a trabajar y a la mitad, para ver cómo voy a terminar.

En ese sentido, ¿estamos cerca de ti o necesitamos acercarnos más?

Siento que me han apoyado mucho. Yo veo que tienen la sensibilidad, les percibo con respeto para lo que yo hago y me gusta, porque si me empiezo a sentir cuestionada, se acaba la magia.

¿Cuáles acciones del ProIGS consideras fundamentales para Tlaxcala?

Me parece que la capacitación es fundamental. Por ejemplo, he trabajado de la mano con

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el Programa de Cáncer de la Mujer, en la actualidad tenemos cursos de sensibilización y me piden que les avise para que envíen a todo el personal, incluso apartan hasta 12 lugares. Hay reconocimiento de otros programas de hecho, estoy trabajando con todos los de primer nivel.

Además, me lo piden, tengo los oficios de Planificación Familiar, de Salud Materna y con este último programa estoy brindando talleres a las y los intérpretes para que trabajen el náhuatl con perspectiva de género. También hay trípticos que elaboraron estos mismos programas, en los cuales utilizan el sistema Braille con perspectiva de género.

Le estoy apostando a Promoción de la Salud, ya estuve trabajando con la directora y también con el área de Comunidades y entornos saludables , he ido a las reuniones a las que asisten las y los presidentes municipales y enlaces de salud. Sé que a lo mejor esto no impacta de forma directa en el ProIGS, pero insisto en la incorporación de la perspectiva de género.

Asimismo, sigo colaborando con el Programa de Violencia y con la estrategia de reeducación para sensibilizar a las mujeres. También ayudo a otros programas, como el de Salud Bucal, con el que no se había trabajado y me piden que siga el apoyo. Lo mismo sucede con los programas de Adicciones y Salud Mental.

Hemos hecho muchas cosas, pero por falta de tiempo no he compartido la información con ustedes. Por ejemplo, ahora también soy enlace de interculturalidad y ando en todos lados, eso me gusta.

Respecto a otras acciones, creo que al personal de salud aún no le cae el veinte de que debemos tener horarios explícitos y a la vista de la gente. Cuando trabajé los nueve ejes con los programas de Servicios Amigables y de Enfermedades Crónicas, les señalé que deben estar visibles. Recuerdo que me decían que ahí estaban, pero siento que esto va más allá, es cuestión de respeto a las personas que están dentro y a quienes están esperando recibir atención.

Eso es lo que me impacta más, porque he ido a los centros de salud, a los hospitales y no he visto que haya un horario de atención visible. Está el buzón de quejas, pero no lo toco porque el área de Evaluación y Seguimiento trabaja esa parte. Aunque se supone que debemos atender con calidad y calidez, esto lo he repetido en todas las reuniones a las que asisto.

¿Consideras que el ProIGS ha ganadoreconocimiento y solidez en Tlaxcala?

Sí. De hecho, ya me empoderé, porque antes entraba dudosa, pero ahora ya me conocen y les hago propuestas concretas, acordes con el tema y sus necesidades.

De reto a logro: la implementación de los CEI

Vamos a hablar del CEI, ¿cómo recibes la noticia de que debes implementarlo en Tlaxcala?

Sentí miedo, porque no sabía cómo hacerlo ni qué iba a pasar. En un principio no entendí qué era o cómo lo haría, por lo que pedí que me explicaran todo muy bien. El siguiente paso fue pensar dónde implementarlo, pues debía ser un hospital general o un centro de salud y me comentaron que habría recursos para las voluntarias. Poco a poco fue tomando forma.

En un principio tenía contemplado el Hospital de la Mujer Tlaxcalteca, pero debía ser un sitio donde hubiera infraestructura. Entonces fui con la directora del Hospital Regional y solicité su apoyo, me indicó que buscaría el espacio, porque no lo había. Estuve yendo con frecuencia y alguna vez me comentaron ya volvió a venir y creo que no nos la vamos a quitar de encima, hasta que le hagamos caso, ¿verdad? Porque ya me dijeron que usted es muy insistente .

Así, el primer CEI se abrió entre junio y agosto de 2013. De inmediato empezamos a trabajar la promoción y verificar con qué personal contaríamos. Recuerdo que les dije a las voluntarias que las ayudaría con pasajes, así fue como pude complementar el pago que les estaba dando y me apoyé con el ramo 33.

Además, seguí insistiendo en el Hospital Regional, hasta que nos dieron el espacio. Pero nos pidieron que lo limpiáramos nosotras, pues no había quien realizara esas tareas. En realidad fui quien gestionó todo para lograr esa primera implementación del CEI en ese nosocomio. Fui muy insistente, aunque me preguntaban para qué era eso. En todas las reuniones en las que se trataban otros temas, siempre ponía en la mesa el CEI.

¿Recibiste apoyo para comprar mobiliario?

Sí, del Programa Igualdad de Género en Salud.Pero me faltaban algunas cosas que conseguícon donaciones de las voluntarias y mías, conellas platicaba acerca de qué les hacía falta y

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me sienta sola y que está conmigo, por eso la considero muy aguerrida, con carácter fuerte y que sabe escuchar.

En el Hospital de la Mujer Tlaxcalteca se atienden mujeres que tienen hijas e hijos, por eso me dicen que si no tengo presupuesto me ayudan para que continúe esta acción.

¿Me comentabas que tienes proyectado un tercer CEI?

Sí, tengo proyectados 12, pero para 2016 quiero el tercero, tal vez sería en el Centro de Salud Urbano de Chiautempan, que es de reciente creación, lo inauguraron en marzo de 2015 y se suponía que entraríamos desde un principio. Quiero abrirlo con donaciones del Hospital de la Mujer Tlaxcalteca, el Hospital Regional y de otros programas a los que les pienso pedir apoyo para el mobiliario.

Considero que mi personalidad y mi carrera me han ayudado demasiado soy muy política y me gusta negociar. Lo aprendí muy bien de mi papá, gestiono todo el tiempo te doy, pero me das. Así me manejo.

¿Qué apoyos consideras que son los mínimos para iniciar un CEI?

Al menos dos personas que tengan sensibilidad para trabajar con las niñas y los niños. También cuatro mesas con sus respectivas sillas, una alberca de pelotas y papelería pegamento, pistola de silicón y todo lo que tiene que ver con este tipo de material. Ese sería el paquete básico para iniciar y una lona o banner para dar a conocer el servicio en la unidad de salud.

¿Cuál es tu estrategia más exitosa para los CEI?

En un inicio el CEI ubicado en el Hospital Regional no arrancaba bien y al parecer nadie se daba cuenta de su existencia. Recordé que tenía la botarga de conejo, la usé y causó sensación. Eso fue nuestra salvación cuando sentimos que nos vamos hundiendo, sale el conejo y nos ayuda.

La botarga es una herramienta lúdica y cognitiva conductual que funciona muy bien, hasta para el personal, para sensibilizar a las diferentes áreas. Ahora ya se sabe que el CEI existe, pero antes preguntaban qué es, asumiendo que era una guardería.

Creo que esa ha sido mi experiencia más exitosa y la voy a mencionar por siempre, pues

elaboraba una lista para que entre todas lo solucionáramos. Les decía lo que podía llevar y les preguntaba con qué podía apoyar cada una: el agua, las sillitas y las mesitas, y lo fuimos armando. También llevaban pegamento, cinta adhesiva, y hojas recicladas, entre otros materiales.

Después, tuvimos una televisión y un reproductor de DVD, donde poníamos películas, pero nos dijeron que debemos incluir ciertas temáticas para los videos y para los libros. La mayoría del material audiovisual los bajamos de Internet.

Entiendo que estás utilizando recursos de otros ramos para apoyar el mantenimiento de los CEI.

Sí, del ramo 33 y es para papelería, cafetería para los cursos de sensibilización, para pasajes y viáticos.

¿Cuál es la opinión que tienen hoy en día las personas directivas de la unidad de salud donde se ubica ese primer CEI?

Hubo un tiempo en el que se estaba considerando si las voluntarias se iban o se quedaban, el director del hospital me dijo que ya las había dejado en el abandono, entonces comprendí que sí se daba cuenta que estábamos ahí, aunque pensábamos que no era así. Siempre les comenté a las colaboradoras que a pesar de que no se dieran cuenta de nosotras, siguieran haciendo su trabajo.

Un día me encontré al director del Hospital Regional y me preguntó si el CEI funcionaba. También señaló que le pasaban mis reportes y comentó que cuando existiera la oportunidad lo cambiaríamos de lugar y que lo dejaríamos para las madres trabajadoras. Pero le señalé que eso era otra cosa, que para el caso de las trabajadoras era necesario solicitarlo al sindicato.

Por otro lado, la directora del Hospital de la Mujer Tlaxcalteca siempre me pregunta qué nos hace falta y asegura que está muy contenta, incluso pidió un espacio más grande y buscó cotizaciones para la remodelación. Nos señaló que podía apoyarnos con el lugar y un poco de recurso. También dijo que somos como la salvación, porque las niñas y los niños andaban en los pasillos, no se podía pasar porque estaban en el piso y se atravesaban.

Asimismo, reconoció que es algo que esperabandesde hace mucho tiempo y por ello nos ofreceayuda en lo que pueda. Además, me dice que no

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aunque es un simple muñeco, cuando toma vida, da esperanza.

¿De dónde viene la botarga?

Del proyecto Dejando huellitas en tu vida , que fue realizado por el INPRF y donde trabajábamos las habilidades de las y los niños con un cuadernillo que incluía a este personaje. Es creación del doctor Jorge Ameth Villatoro y la coordinación estatal mandó elaborar la botarga.

Nació cuando trabajaba en diferentes escuelas el tema de herramientas para reforzar habilidades sociales en la infancia. Todo lo que trae el conejo tiene un sentido, porque son animales que siempre están alertas, son rápidos y hábiles, como queremos que sean las niñas y los niños.

¿Has tenido la necesidad de modificar o adecuar el reglamento propuesto para los CEI?

Sí, le he hecho cambios, porque cuando llegué al Hospital de la Mujer me dijeron que la edad mínima de cuatro años era insuficiente, pues ahí acuden niñas y niños con edades inferiores,

por lo que existía la preocupación de lo que pasaría con ellas y ellos.

La directora del Hospital me comentaba que las madres que están en edad reproductiva regularmente tienen a sus hijas e hijos de dos o tres años, y como ellas van a sus consultasprenatales, les traen. Esa fue una de las condiciones que puso la dirección del Hospital para poder implementar el CEI por lo tanto, en esta institución atendemos a infantes de tres años en adelante.

¿Encontrarías otras áreas de oportunidad en los lineamientos?

Hasta ahora me han funcionado bien. Después tengo que comentarlo con las chicas que están directamente en la atención, tal vez ellas tengan algún comentario. A mí me parece que con la modificación que hicimos es más que suficiente.

¿Cuáles son los obstáculos más difíciles de solucionar en el trabajo que has realizado en los CEI?

No veo obstáculos, más bien veo oportunidades y me aferro. Pero sí, en el Hospital Regional

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hemos tenido dificultades para conseguir un espacio adecuado, ese es mi mayor problema.

¿Qué impacto han tenido los CEI en la población usuaria?

Han sido importantes y se nota. El ProIGS envió un cuestionario de satisfacción para las y los usuarios, el cual he seguido aplicando y observo que hay cambios. Te puedo afirmar que ahora hay más apertura al tema de género, ya lo conocen y lo ven.

En particular, entre las usuarias identifico cambios y creo que estamos cumpliendo con los objetivos. Aunque el espacio es pequeño, ha funcionado con éxito. Ahorita hay personas que me apoyan y eso me da esperanza para dar continuidad a esta acción.

¿Qué consejo les darías a las y los responsables estatales del ProIGS que están comenzando el proceso de implementar el CEI en sus entidades?

Lo único que les puedo decir es que si yo pude, ellas y ellos pueden, porque en la vida nada es casualidad y esta experiencia es para bien, que deben sentir seguridad de que lo pueden hacer. Les diría que se aferren al proyecto, porque si logran esto, van a lograr cualquier cosa.

¿Qué importancia ha tenido la gestión en tu caso?

Mucha, porque no nos queda de otra. Sabemos cuáles son nuestras carencias, cuál es nuestro recurso y cuál es nuestra población.

¿Crees que consolidar un CEI ayuda a impulsar el ProIGS?

Sí, es una estrategia, es una herramienta más que ayuda, porque en el momento en que se entregan resultados, como lo estamos llevando al segundo nivel de atención, se abre a más población. Además, ayuda a hacer visible el trabajo de género en salud.

¿Qué apoyos necesitarías ahora mismo para los CEI?

Requiero personal y mobiliario. Más personal que otra cosa.

¿Cómo detectaste la necesidad de talleres sensibilización en género para el personal de los CEI?

Tuve la oportunidad de trabajar para el INPRF en el tema de habilidades sociales y de ahí surgió la idea. Aunque no es una escuela, son

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niñas y niños que requieren un trato especial. Me queda claro que son una población con imaginación y creatividad además, tienen una energía impresionante y les debo respeto.

Por lo mismo es fundamental tener personal con preparación suficiente. No porque el recurso sea limitado voy a tener personas que no tengan conocimiento del trabajo con niñas y niños o que no tengan la más mínima idea de la perspectiva de género. Me parece que eso es algo prioritario.

¿Desde un principio pensaste que los contenidos tuvieran perspectiva de género?

Sí, siempre he considerado que es fundamental.

¿Hay material con perspectiva de género para las niñas y los niños?

No hay mucho, por lo que necesitamos aprender a generarlo y discutirlo nadie tiene la verdad absoluta y nosotras venimos a trabajar desde lo que creemos, desde nuestra propia historia de vida. Las compañeras hacen su mayor esfuerzo, pero alguna vez las vi trabajar e identifiqué varios prejuicios y fue cuando supe que tenía que incorporar el género en las actividades y en el material didáctico que se ocupa.

Les he dicho que si bien los colores rosa y azul no están prohibidos, sí hay que evitarlos. No existe mucho material disponible, como cuentos. No tenemos mucha variedad, pero hemos creado alternativas con colores neutros y eso sí lo cuido mucho.

¿Eso lo aprendieron en el CEI?

Me interesa conocer más herramientas para trabajar, porque si en algún momento no hubiera recurso, tengo que ver la forma de darle continuidad, pues no voy a empezar algo y luego dejarlo. Estoy planteando tener más personal, gente capacitada y que quiera trabajar el tema con las niñas y los niños. Por ejemplo, tengo algunos títulos de cuentos con perspectiva de género y ya los estoy buscando para pedirlos. Además, es prioritario mejorar las condiciones de pago de nuestro personal.

Me comentas que son 12 los CEI que visualizas para Tlaxcala.

El objetivo es que sean 12, porque es el mismo número de hospitales. Pensando de forma descabellada, podría ser en las jurisdicciones, porque también va mucha gente allá, esto lo comparto con las personas que van a iniciar con

un CEI es prioritario coordinarse con el sindicato, pues también tienen una cartera de género.

Por ello, para las capacitaciones y para los CEI me estoy organizando con la Comisión Mixta de Equidad de Género, la cual debe existir en cada una de las secretarías sindicales estatales. Además, formo parte de dicha Comisión y hay reuniones de manera mensual. Ahí comenté sobre los CEI, me dijeron que sí es viable, me dan la opción de abrirlos en todos lados y el sindicato pone el recurso. Esperamos que así suceda, para que se haga la infraestructura de un CEI independiente de las unidades médicas lo que me solicitan es que en las vacaciones se atienda a las hijas e hijos de las trabajadoras. Es una propuesta que está en etapa de negociación.

¿Las trabajadoras y los trabajadores te han pedido algo similar?

Sí, mucho. Me piden que por favor se abra un centro para el personal. Incluso, en el Hospital de la Mujer Tlaxcalteca me han dicho que si se implementa ahí, se comprometen a traer cosas de sus casas para hacerlo grande.

Lo que hago es vincular todos los ejes del ProIGS. Por ejemplo, facilito los cursos de sensibilización y aparte de incorporar interculturalidad, hablo de los ejes, para que sepan cómo deben trabajar la perspectiva de género. No sé si lo llevan a cabo en la atención directa con las personas usuarias de los servicios de salud, ahí debería estar supervisando que de verdad se haga, pero confío en que sí se cumple en la práctica cotidiana.

¿Qué estrategias crees que puedan ser útiles para que se compartan las experiencias de todas y todos los responsables estatales?

Creo que es indispensable tener una reunión anual para compartir las experiencias exitosas de todos los estados y con talleres que nos proporcionen herramientas novedosas.

El género en mi vida personal

¿Cómo ha influido trabajar la temática del género en tu vida personal?

Todos los días, sin excepción, me cuestiono. Soy soltera, con 31 años y sin la necesidad de formar una familia. Antes impactaba en otro sentido, hay un cambio a partir de que entro al ProIGS, pues mi panorama se amplió y supe que esto es lo que siempre había buscado.

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Desde hace cinco años vivo sola en Tlaxcala. En 2007 ingresé a la Secretaría de Salud y desde 2008 vine a residir a esta ciudad ya son siete años de eso y he pasado por muchos aprendizajes. Últimamente me he cuestionado muchas cosas, ya que cuando doy los cursos me preguntan si soy madre. En una ocasión, un padre de familia dijo no entiendo a las instituciones que nos mandan a educar con gente que no tiene experiencia de vida ni madre ni padre es. Ustedes no saben, la vida es otra cosa”.

Además, cuando acudo a los hospitales, las y los ginecólogos cuestionan mucho que les hablo de diversos temas sin haber ejercido la maternidad.

A pesar de que he tenido la intención de dejar el programa en varias ocasiones, algo me sigue deteniendo aquí y quiero ser fiel a lo que creo y a lo que me ha costado mucho trabajo rescatar, porque a Igualdad de Género le debo demasiado, ha sido como un salvavidas para mí. Es pesado estar en una sociedad machista en la que todo mundo te señala, por las decisiones que voy tomando en la vida y después darme cuenta que ha sido para mi bien.

Por fin encontré mi centro he estado en muchos lugares, por lo que conozco a muchas personas a quienes saludo o me detienen para preguntarme cuándo regreso a darles cursos o talleres. Esa parte me llena de orgullo, significa que he hecho las cosas desde lo que creo, siento y pienso, y así lo he reflejado.

¿Qué hiciste para empoderarte en este proceso?

Sé que puedo hacer las cosas y no me detengo. Yo no toco la puerta, me paso. En algún momento me ha causado problemas, pero ya me conocen. Saben que yo me meto y hablo. A lo mejor tiene que ver con que pienso que si no les grito, no me hacen caso. Y sí hablo alto, mi voz es fuerte y cuando hablo se siente. Soy segura de lo que digo y creo que también tengo las herramientas para dialogar y cuando lo hago es porque me voy a hacer escuchar. No me quedo callada, pues no soy menos que los otros programas.

El ProIGS es el primero que debe ir, porque transversaliza y siempre lo digo para que sus programas funcionen se requiere tener perspectiva género. No se puede trabajar sin ello. Y ya me creyeron.

Vislumbrando el futuro

¿Qué planes tienes para ti?

Quiero ser una mujer coherente y dejar huella en la vida de la gente con la que estoy, porque he estado a punto de morir en dos o tres ocasiones. Quiero ser feliz, estar en el lugar que me permita serlo y dedicarle tiempo a mi familia y a mí misma, porque es importante voltearme a ver. Quiero ser flexible, sin dejar de ser coherente. Ser una mujer decidida.

¿Cómo te ves en cinco años?

Tengo la idea de formar una asociación civil y trabajar políticas públicas con perspectiva de género, que eso no lo suelto ni en cinco ni en diez años. También me gustaría estar en el Congreso estatal, pues quiero ser diputada. Obviamente seguiré en la Secretaría de Salud de Tlaxcala, porque ya tengo mi base, pero trabajando en la asociación y afiliada a un partido político.

¿Cuál sería tu balance después de los años que has trabajado el tema de género?

Soy otra persona, antes no hablaba, era muy tímida. El género es un parteaguas en mi vida, era muy insegura y no sentía ningún poder, juzgaba todo lo que me pasaba, pero a partir de que empiezo a trabajar esta perspectiva me independizo. Yo así soy, tajante y decidida, y en eso tiene mucha influencia el género.

A partir de que estoy en la coordinación del ProIGS, me reconozco, me veo, me hablo y me hago escuchar. Y eso lo aprendí aquí, en el caminar del género.