Epistemologías de la Modernidad: entre el etnocentrismo, el racionalismo universalista y las alternativas latinoamericanas

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    Epistemologas de la Modernidad: entre

    el etnocentrismo, el racionalismouniversalista y las alternativaslatinoamericanas

    EPISTEMOLOGIES OF MODERNITY: BETWEEN ETHNOCENTRISM, UNIVERSALIST RATIONALISM ANDLATIN AMERICAN ALTERNATIVES

    Dr. Fernando Robles ([email protected]) Departamento de Sociologa y Antropologa, Universidad

    de Concepcin (Concepcin, Chile)

    Abstract

    In the context of the Eurocentric theories of modernity, the following article addresses fourrelevant topics and its corresponding deconstruction. 1) Hegels concept of modernity as thediscovery of subjectivity in Western Europe. 2) Max Webers concept of modernity by emphasizinghis criticism of protestant ethic as the engine of capitalism.3) Jrgen Habermas's conception ofmodernity as unfinished project, emphasizing the theoretical structure of the life-world, whichoccupies a special and important place in his theory of modernity. Finally, I discuss the strengthsand weaknesses of the emerging paradigm of decolonization, as a contribution to theimprovement of their theoretical positions.

    Keywords: modernity, eurocentrism, rationality, protestant ethic, world of life, colonialism,modernity.

    Resumen

    En el contexto de las teoras de la modernidad eurocntrica, el artculo siguiente aborda cuatrotpicos relevantes y su correspondiente deconstruccin. En primer lugar, el concepto demodernidad de Hegel como el descubrimiento de la subjetividad europea y occidental. El segundolugar, el concepto de Max Weber de la modernidad, acentuando la crtica de la tica protestantecomo motor del capitalismo. En tercer lugar, la concepcin de Jrgen Habermas de la modernidadcomo proyecto inconcluso, haciendo hincapi en la estructura terica del mundo de la vida, queocupa un lugar privilegiado en su teora de la modernidad. Por ltimo, se discuten las fortalezas y

    debilidades del paradigma emergente de descolonizacin, como una contribucin al mejoramientode sus posiciones tericas.

    Palabras clave: modernidad, eurocentrismo, racionalidad, tica protestante, mundo de la vida,colonialismo, modernidad.

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    Introduccin

    Anlogamente a lo que acontece con el concepto de individuo, para una teora sociolgica que seprecie de tal, resulta hoy en da indispensable la elaboracin y la puesta en uso del concepto demodernidad. Existen mltiples y variadas conceptualizaciones de la modernidad; algunas de ellasacentan sus aspectos histricos y sus formas de configuracin temporal y espacial, otras destacansus propiedades estructurales y funcionales, mientras que no faltan las que realzan suspropiedades sistmicas y sus riesgos (latentes o construidos).

    No obstante, sobre todo considerando la aparicin del proyecto lat ino/latinoamericanomodernidad/colonialidad (Castro Gmez y Gosfoguel 2007) tambin conocido como el paradigmaemergente de la escuela de los estudios culturales latinoamericanos (Lander2000), el tema de lamodernidad ha dejado de ser el monopolio temtico de pensadores europeos y/onorteamericanos, y la rama de la gestacin, de los subterfugios y las consecuencias de la situacinactual del mundo moderno comienza a ser pensada y discutida desde los pases otrora

    colonizados.

    El pensamiento latinoamericano, acompaado por los estudios de subalteridad provenientes deIndia y del mundo rabe irrumpe con tal potencia en los contextos acadmicos, que hastaHabermas, uno de los partidarios ms entusiastas de la modernidad europea, calibrada como unproyecto inconcluso, en un principio equivocadamente identificando al nuevo pensamientolatinoamericano en las cercanas del postmodernismo, se ve obligado a reconocer que estosenfoques postmodernos denuncian con razn los efectos colonialistas que han resultado en elmundo entero de los patrones y discursos comunicativos de la dominacin de provenienciaoccidental (Habermas 1998:221).

    Las teoras de la modernidad de talante occidental pretenden alcanzar un grado tal deelaboracin, para culminar siendo abstractas y sofisticadas al mximo; sobre todo, de tal maneraque mediante un preciosismo extremo, obtengan o que sean capaces de alcanzar una significacintal, que en cada una de ellas ya no sea posible identificar pre-juicos, a prioris, visiones eimaginarios que desenmascaren sus propsitos subyacentes. Por ello son, sin excepcin,presuntamente universalistas, es decir, sealan (explcita o implcitamente) que sus pretensionesde validez son omniabarcantes. En cambio, si dejamos de lado la arrogancia universalista yentendemos la historia como una serie de nodos en cuya contextualidad se despliega laheterogeneidad estructural, entonces disponemos del sustento terico necesario en la perspectivade las historias, lenguas locales y contextualizadas, en lugar de los grandes relatos. La modernidades el ltimo de los metarelatos que a Occidente le va quedando.

    I. El armazn primario de la nocin de modernidad. Kant, Hegel y la modernidad como la

    invencin de la subjetividad occidental ilustrada

    Sabido es que Immanuel Kant, quien por primera vez se refiere explcitamente a la modernidad yla identifica con la Ilustracin definindola como la salida del hombre de su minora de edad. Elmismo es culpable de ella. La minora de edad estriba en la incapacidad de servirse del propioentendimiento, sin la direccin de otroLa mayora de los hombres, a pesar de que la naturaleza

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    los ha librado desde tiempo atrs de conduccin ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo largode la vida, debido a la pereza y a la cobarda (Kant 1965:151).

    La decisin de alcanzar la libertad, auto-conducindose y prescindiendo de la direccin ajena, esun logro de la razn ilustrada, para la cual slo puede existir la libertad, lo que conducepaulatinamente a la emancipacin del gnero humano. En otras palabras, slo por obra de larazn (por definicin un estado de reflexin superior a la intuicin y al entendimiento) se obtienela liberacin de las ataduras externas, abriendo paso al gobierno autnomo de las acciones. Porconsiguiente, sin Ilustracin no es posible la libertad y sin Ilustracin tampoco es viable lamodernidad.

    Quien perfecciona y estiliza el concepto de modernidad es Hegel: a l se debe recurrir porque es elnico filsofo que desarrolla un concepto claro de modernidad. Slo de este modo es posiblecomprender a cabalidad cmo la nocin de modernidad se trasfiere a la sociologa y encuentra susorgenes en la obra de Simmel y Weber.

    La lnea divisoria entre la Edad Media y la Edad Moderna tiene una demarcacin histrica de ordencategrico: el advenimiento de la Reforma y del Renacimiento italiano son sus hitos, que indican elcomienzo de una nueva poca en la evolucin de la humanidad. Hegel es el primero que desacoplaa la modernidad de las sugerencias normativas del pasado, hasta que a fines del siglo XVIII, estedesembrague se agudiza como producto de la evolucin de las ciencias, convirtindose en elproblema fundamental de la filosofa; dicho con otras palabras, el auto-cercioramiento de lamodernidad llevar a los vestigios de la antigua sociedad, a una situacin insostenible. Hegeldescubre que la subjetividad es el principio rector de la poca moderna.

    Es a partir de este principio que explicar la superioridad del mundo moderno respecto del pasado

    y del presente descubierto y colonizado, as como su tendencia hacia la crisis. La subjetividad esuna relacin exclusiva del sujeto consigo mismo, caracterizada como la tendencia ineluctable haciala libertad, que se consigue por obra del ejercicio de la reflexin. A juicio de Habermas (1985:29),la subjetividad permite indicar cuatro aspectos distintivos:

    a) individualismo: como la capacidad de hacer valer pretensiones individualesb) derecho a crtica: el mundo moderno exige que aquello que se reconozca, se justifiquec) autonoma de accin: al mundo moderno pertenece que reconozcamos la autora de nuestrosactosd) filosofa idealista: lo que equivale a que en la Edad Moderna, la filosofa se sabe reconocer a smisma, por medio de la reflexin

    Los acontecimientos necesarios para la institucin del principio de la subjetividad, son la Reformade Lutero, el movimiento Ilustrado y la Revolucin Francesa. Con el auge del Protestantismo, seinstituye la dominacin de un sujeto que se atiene a sus propias opciones de selectividad. Por otraparte, la Declaracin de los Derechos del Hombre como parte integrante del Cdigo Napolenico,incluye el principio de libertad como constitutiva de la estructura del Estado.

    Adems, el principio de la subjetividad, condicin a las manifestaciones de la cultura moderna,cuestin que se manifiesta en la hegemona de la ciencia objetiva, que libera al sujeto cognoscente

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    produciendo un efecto emancipador en el ser humano. Por otra parte, los conceptos morales de laEdad Media, se redefinen en torno a la medida de la libertad subjetiva de los sujetos. El artemoderno se reordena en torno al principio de la autorreflexin expresiva. En sntesis, en lamodernidad el Estado, la religin, la ciencia, la moral y el arte se transforman en expresiones delprincipio de la subjetividad: se trata de la estructura de autorelacin de un sujeto cognoscenteque se vuelve sobre s mismo como objeto para aprehenderse a s mismo como en la imagen de unespejo (Habermas 1985:31).

    Es indudable que la subjetividad en el pensamiento hegeliano posee caractersticas omnipotentes,al tiempo que se desenmascara como unilateral. Al estar dotada de las propiedades suficientespara producir libertad subjetiva en el sujeto y de erosionar los principios religiosos, se modificasubstancialmente el principio unificador de la sociedad, quedando radicado nicamente el sujeto,ncleo gravitante de la totalidad de la filosofa hegeliana. Si la verdadera forma de la realidadexige como su fundamento a la libertad, sta, la libertad, requiere de auto-conciencia y delconocimiento de la verdad. A su vez, la auto-conciencia y el conocimiento de la verdad constituyen

    la esencia del sujeto. Luego, la verdadera forma que asume la realidad debe ser concebida comosujeto.

    Como, adems, todo lo verdadero es real y todo lo real es verdadero, se configura operativamenteuna tautologa perfecta en el ostentosamente llamado sistema hegeliano. Sin embargo, esmenester preguntarse quin es el mentado sujeto. La respuesta est a la mano en su filosofa dela historia: los sujetos son los que estn bien encaminados en el logro del espritu absoluto y laexistencia del espritu consiste en tenerse a s mismo por objeto. El espritu es, pues, pensante; yes el pensamiento de algo que es, y el pensamiento de qu es y de cmo esEl espritu se hace,pues, una determinada representacin de s, de lo que es esencialmente, de lo que es sunaturaleza. Slo puede tener un contenido espiritual; y lo espiritual es juntamente su contenido,

    su inters. El saber es su forma y su actitud; pero el contenido es juntamente lo espiritual. As, elespritu, segn su naturaleza, est en s mismo; es decir, es libre (Hegel 1980:62).

    Pero si la libertad, surgida de los griegos, fue slo efmera, parcial y contaminada por la esclavitudslo las naciones germnicas han llegado, en el cristianismo, a la conciencia de que un hombre eslibre como hombre, de que la libertad del espritu constituye su propia naturaleza (Hegel1980:67). Segn Hegel, el mundo se divide en dos: un Viejo Mundo (compuesto por Europa) y unNuevo Mundo. As, la conquista de un pas del Nuevo Mundo, se reduce a hacernos saber que setrataba de una cultura natural, que haba de perecer tan pronto como el espritu se acercara a ella.Amrica se ha revelado siempre y sigue revelndose impotente en lo fsico como en lo espiritual.Los indgenas, desde el desembarco de los europeos, han ido pereciendo al soplo de la actividadeuropea. En los animales mismos se advierte igual inferioridad que en los hombresEstos pueblosde dbil cultura perecen cuando entran en contacto con pueblos de cultura superior y msintensa. En los Estados Unidos de Norteamrica, todos los ciudadanos son emigrantes europeos,con quienes los antiguos habitantes del pas no pueden mezclarse (Hegel 1980:171).

    Adems, los indgenas no sienten estimacin propia, sino que son sumisos, serviles o humildesfrente a los criollos y mucho ms frente a los europeos; ms an, su inferioridad de estosindividuos, se manifiesta incluso en su estatura. Ahora estamos en condiciones de constatar queen el sistema hegeliano, no todos estn en condiciones de constituirse en sujetos. Por

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    supuesto que las culturas inferiores compuestas por seres humanos de baja estatura (como losconquistadores espaoles?), sin la ms mnima idea de Ilustracin, muy distantes del esprituabsoluto, no engendran sujetos sino en el lenguaje racista de Hegel seres inferiores, servilesy minusvlidos, incapaces de advertir siquiera la existencia del principio de la subjetividad, de lacual definitivamente estn excluidos.

    Si Hegel fue tan ignorante hasta el punto de argumentar que la fauna (del Nuevo Mundo) tieneleones, tigres, cocodrilos, etc.; pero estas fieras, aunque poseen parecido notable con las formasdel viejo mundo son, sin embargo, en todos los sentidos ms pequeas, ms dbiles, msimpotentes (Hegel 1980:171) y sus argumentos son tan declaradamente racistas, hasta el puntode definir como el soplo del espritu europeo al proceso de exterminio y aniquilacin de la quefueron objeto las altas culturas americanas, como la maya, la incaica y la azteca, ms preocupantean resulta una cuestin mucho ms actual. Me refiero al silencio cmplice que guardan (hastahoy) hegelianos reconocidos integrantes de la teora crtica como Horkheimer, Adorno, Marcusey Habermas frente a las aberraciones racistas de su maestro. Peor an, si gran parte de ellos (a

    excepcin de Habermas) fueron judos y huyendo del holocausto, se refugiaron en los EEUU,entonces las palabras aniquilacin, exterminio, no debiera resultarles tan desconocidas. Nome es conocida ni siquiera una lnea en sus respectivos escritos, donde se critique, auntemerosamente, el racismo de Hegel respecto de la conquista y la colonizacin hispnica enAmrica Latina.

    Menospreciar a Hegel, sin embargo, sera un grave error. l es sin lugar a dudas, el secularizadorms importante y refinado de las prcticas y dominios epistmicos a los que fueron incorporadosindios y africanos desde una historia universal inventada desde la perspectiva cristiana deOccidente. stas prcticas arrancaban de la visin teopoltica que Isidoro de Sevilla elabora aprincipios del siglo VII. Segn esta invencin, el mundo se divida en partes, cada una de las cuales

    estaba dedicada a los tres hijos de No: Asia a Sem, frica a Cam y Europa a Jafet (Mignolo2007:48). Por supuesto que la situacin cambia con Gerardus Mercatus y Abraham Ortelius y suOrbis Universalis Terrarum, pero el mapa original de T en O, de Isidoro de Sevilla, est implcito einvisible en el nuevo Terrarum, slo que agregndole una masa de tierra desconocida: la futuraAmrica.

    Es interesante destacar que para Mignolo, la idea del descubrimiento corresponde a la visinimperial, que Hegel racionaliza en trminos de modernidad sustentndose en la cosmovisincristiana del mundo, mientras que la idea de la invencin de Amrica Latina abre las puertas delsaber descolonizador. Esta es, inslitamente, justamente la postura de Heinz von Foerster, uno delos exponentes ms importantes del constructivismo fsico-matemtico, quien sostiene que losdescubrimientos, tal como la verdad, no existen. Slo se trata de invenciones sostenidas conargumentos mantenidos en el tiempo con el recurso del poder.

    II. Max Weber y la hipstasis del principio de la racionalidad: el talante del anlisis de la

    modernidad eurocntrica y el mito de tica protestante como motor del capitalismo

    En su conocido Prefacio a los Ensayos sobre Sociologa de la Religin, Max Weber (1997:313-328),sintetiza de manera difana, como en ninguno de sus escritos, cmo en Europa se gest un mundoarticulado racionalmente (de acuerdo a la racionalidad con arreglo a fines -Zweckrationalitt) y

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    de qu manera ste rasgo distintivo se hace visible en las distintas esferas de la vida societal. Eltexto, esplndidamente construido de acuerdo al recurso argumentativo si-pero, establece unadiversidad de distinciones relevantes que estaran presentes en los diversos mbitos de la vidasocial de sociedades no-europeas, pero que por carecer de las propiedades correspondientes a laracionalidad con arreglo a fines, no estn dotadas de las pretensiones de validez de laracionalidad imperante, que la modernidad atribuye.

    LaZweckrationalittes la accin que ms sentido tiene en la clasificacin de Weber y la de mayorgrado de racionalidad: Por compartimiento racional con relacin a fines ha de entenderse aquelque se orienta exclusivamente hacia fines representados (subjetivamente) como adecuados parafines aprehendidos de manera (subjetivamente) unvoca (Weber 1993:176). La supremaca de laZweckrationalittes, de modo ideal-tpico, el requisito para la construccin de estructuras socialesmodernas, por encima de la accin tradicional y emotiva, las que permanecen siendotangencialmente relevantes, pero no decisivas.

    A pesar de que en otras partes del mundo (China, India o Egipto) han existido una suma deconocimientos empricos, saberes filosficos y hasta teolgicos, slo en occidente existe ciencia enel sentido racionalmente vlido. La astronoma babilnica carece de fundamentacin matemticay a la geometra india la falta la prueba racional, que slo se cre en Grecia. As tambin, a lasciencias naturales, les falta la experimentacin racional y el laboratorio moderno, que sonproducto del Renacimiento. Todas las doctrinas asiticas acerca del Estado necesitan delfundamento aristotlico y de conceptos racionales que le otorguen fundamento. De modoanlogo, a la doctrina jurdica elaborada en el Oriente Medio y en la India, les faltan los rigurososesquemas y formas del Derecho Romano, y slo en occidente se conoce una figura como elderecho cannico.

    1. En el campo del arte musical se observa por doquiera la existencia de diversos tipos depolifona, en otras partes del mundo se han calculado los intervalos musicales as como el canto encoros. No obstante, la msica armnica racional (el contrapunto como la armona de los acordes),interpretadas desde el Renacimiento, dan lugar a la orquesta con el cuarteto de cuerdas queacompaado de la notacin musical, abre paso a las sonatas, sinfonas y peras. Para ello, elrgano, el piano y el violn, slo han existido en occidente.

    Respecto de los medios de decoracin, en Asia ha aparecido el arco con forma de ojiva. Pero elempleo racional de la bveda gtica, como principio constitutivo de grandes edificios y como enfundamento de un estilo que incluye escultura y pintura, se produjeron en el medioevo europeo.En otras partes del mundo, falta la racionalizacin clsica del arte en su totalidad, por ejemplo, elempleo de la perspectiva que el Renacimiento desarrolla. Tambin en China y el Islam existieroninstituciones de educacin similares a las universidades europeas, pero el cultivo racional yespecializado de la ciencia, as como la formacin de especialistas, son elementos que slo hanexistido en occidente.

    2. Lo mismo ocurre con el funcionario especializado, piedra angular de la organizacin del Estado yde la economa occidental. Los funcionarios (Beamte) han existido tambin en otras partes delmundo, pero no su encuadramiento en toda la vida social europea, el armazn de unaorganizacin de funcionarios especializados. El funcionario moderno es un fenmeno, en especial

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    el estatal con formacin jurdica, exclusivamente occidental. Igual cosa sucede con la organizacinestamental del Estado, slo en occidente ha habido parlamentos ms o menos representativos delpueblo elegidos peridicamente. El Estado dotado de una constitucin poltica, con un derechoracional y una administracin guiada por reglas racionalmente establecidas (las leyes); slo en eloccidente se conoce sta combinacin peculiar.

    3. Otro tanto ocurre con el capitalismo. Porque afn de lucro, la bsqueda de beneficios en dinero,eso no tiene nada que ver con el capitalismo. Al revs, el capitalismo puede ser identificado con elsometimiento de estos impulsos irracionales: la empresa capitalista busca el beneficio sustentabley la rentabilidad. Un acto econmico capitalista significa el apoyo en la expectativa de beneficioaprovechado las posibilidades de cambio, vale decir, se levanta sobre las posibilidades de lucropacfico, mientras que el lucro violento, no es conveniente enmarcarlo bajo la misma categora deaccin orientada hacia las posibilidades de beneficio en el intercambio. A pesar de que tanto laempresa como el empresario capitalista son de larga data y de difusin universal, es en occidentedonde el capitalismo ha tenido una relevancia nica, que explica la emergencia de formas

    especficas. Empero, a diferencia del empresario colonial o del explotador de plantaciones conesclavos, o del emprendedor dedicado a la aventura y a la especulacin irracional o que seorientaba al lucro por obra de la violencia, occidente conoce en la poca moderna otra forma decapitalismo diferente y no desarrollado en ningn lugar de la tierra: se trata de la organizacinracional-capitalista del trabajo formalmente libre: La organizacin racional de la empresaorientada a las oportunidades del mercado, no a la especulacin irracional o a la fortuna de laviolencia poltica, no es sin embargo el nico fenmeno especfico del capitalismo occidental. Laorganizacin racional moderna de la empresa capitalista no habra sido posible sin otros dosimportantes elementos de su desarrollo: la separacin de casa y empresa, algo que domina porcompleto la vida econmica y estrechamente asociada a esa separacin, la contabilidad racional(Weber 1997:321).

    Todas estas particularidades del capitalismo occidental operan slo por su vnculo con laorganizacin del trabajo, sometido al capital. Pero adems, como aparte de occidente, el mundono ha conocido la organizacin y el clculo del trabajo, tampoco ha conocido un socialismoracional. Desde hace mucho tiempo ha habido lucha de clases en diversas constelaciones, entreestratos acreedores o deudores, entre terratenientes y siervos, o entre arrendatarios yterratenientes, pero falta la contradiccin moderna entre el gran empresario industrial y eltrabajador asalariado libre. Para el desarrollo del capitalismo, se necesita del desencantamientode las cosmovisiones metafsico-religiosas y de la constitucin de estructuras de concienciafuncionales a la modernidad. Weber concibe, anlogamente a Marx, la modernizacin de lasociedad como diferenciacin de la economa capitalista y del Estado moderno. Amboscomplementan sus funciones y se estabilizan mutuamente. El ncleo organizacional gravitante loconfigura la empresa capitalista.

    4. Visto desde la historia de la cultura, se trata de la aparicin de la burguesa occidental y sussingularidades, aparejadas al advenimiento de la organizacin del trabajo capitalista. De talmanera que el burgus es propio del occidente. La racionalidad del capitalismo occidental estcondicionada por el carcter calculable de los factores tcnicamente decisivos. Es decir, lasingularidad de la ciencia occidental (ciencias naturales) expresada en el uso de las matemticas yla experimentacin, son el pivote de apoyo tcnico que hace posible el capitalismo occidental. Por

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    su parte, la ciencia y la tcnica reciben el apoyo y el impulso decisivo de la empresa interesada ensus resultados. Los indios tambin calculaban y practicaron el lgebra, pero todo aquello noprodujo en la India ni clculo moderno ni balances; slo en occidente la ciencia se puso al serviciodel capitalismo emergente. Si bien la aparicin de las matemticas y de la mecnica no surgidesde los intereses capitalistas, el empleo de conocimientos cientficos fue decisivo para laregulacin de la vida de las masas.

    5. De all que la estructuracin racional del derecho y la administracin, concomitantes con laconfiguracin de la actividad econmica, garantizaran la posibilidad de un clculo seguro. Slooccidente dispona de este derecho y esa administracin con ese formalismo y esa perfeccintcnico-jurdica. Los privilegios obtenidos por el estamento jurdico especializados en derechoracional, no son una mera casualidad. Pero no fueron ellos quienes crearon ese derecho, sino queotros poderes racionalizantes.

    En la visin somera de los casos mencionados, se trata del racionalismo del cual est dotada la

    cultura occidental. As como existen racionalizaciones de la conciencia mstica, en todas lasculturas han existido racionalizaciones en los ms variados mbitos de la vida. Pero lo que marcala diferencia es, ante todo, las esferas y la direccin de la racionalizacin. La singularidad delracionalismo occidental consiste en que las esferas que abarca contribuyen y desatan undesencantamiento irreversible del mundo.

    Todo intento de explicacin debe considerar las condiciones econmicas, dada la relevanciafundamental de la economa, sin desatender la relacin causal inversa, pues el desarrolloeconmico depende de la disposicin de los hombres a determinadas formas de vida prctico-racionales. All donde esta regla de conducta se bloquea por obra de obstculos de ordenespiritual, tambin el desarrollo de la vida econmica de carcter racional se encuentra con

    fuertes resistencias internas. De all la importancia de dilucidar cmo determinadas creenciasreligiosas, condicionan la aparicin de un Ethos econmico especfico, el talante econmicomoderno, funcional con la tica racional protestante.

    Al renunciar al mundo, el ascetismo que en un principio hua del mundo, refugindose en lasoledad, logra dominar el mundo desde los monasterios y claustros durante el medioevo. Ahora,en los intersticios de la modernidad, se va a producir el fenmeno contrario: se lanza al mercadode la vida, cierra las puestas de los claustros y se dedica a impregnar con su mtodo de vida a laque transforma en racional, pero no de este mundo, sino que para este mundo. Pero eldesencantamiento del mundo y la eliminacin de la magia como medio de salvacin no fueronrealizadas en la piedad catlica con la misma consecuencia que en la religiosidad puritana: Para elcatlico, la gracia sacramental de su Iglesia estaba a disposicin como medio de compensar supropia insuficiencia: el sacerdote era el mago que realizaba el milagro del cambio y tena en susmanos el poder de las llaves; se poda acudir a l con arrepentimiento, y l administraba laspenitencias u otorgaba esperanzas de gracia, seguridad de perdn y garantizaba la emancipacinde la terrible angustia (Weber 1969:184).

    Todo ello se modifica substancialmente con la Reforma de Lutero: ste, al convertir a la Iglesia encuasi efmera, estableciendo una posibilidad de conexin directa hombre-Dios, rompe con lasataduras institucionales del dogma eclesistico, estableciendo una dinmica coherencia entre la

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    responsabilidad individual y la capacidad de decisin en los seres humanos, los que debenresponder nicamente por sus actos ante Dios, suprimida la autoridad de la burocraciaeclesistica. Por tanto, lo especfico de la Reforma, en contraste con la concepcin catlica, eshaber acentuado al matiz tico, manifestado en la posibilidad de trabajo en el mundo, es decir,racionalizando la praxis de la profesin.

    La evolucin del concepto guarda obviamente una ntima relacin con las distintas formas depiedad de cada una de las Iglesias reformadas. Mientras que en especial la doctrina de Pablo,adopta una actitud indiferente y tradicionalista ante la vida profesional, a la espera del Seor, einvita a seguir trabajando en el mundo en lo que haya encontrado, la situacin cambiasubstancialmente con la Reforma: lo absolutamente nuevo era considerar que el ms noblecontenido de su propia conducta moral consista justamente en sentir como un deber elcumplimiento de la tarea profesional en el mundo (Weber 1969:89). Con ello, se genera unconcepto tico-religioso de la profesin que cada uno ejerce, concepto que traduce el dogmacomn a todas las confesiones protestantes, en oposicin a la tica de catolicismo.

    Conocida es la enigmtica postura de Weber frente al imperativo de racionalizacin, entendidacomo primaca de la Zweckrationalitt, que se articula y manifiesta como inevitable y que abarcatodas las esferas de la vida: economa, ciencia y tecnologa, arte, poltica, educacin, intimidad,derecho, moral, erotismo, etc. (Habermas 1981:326). Jams escondi, como en el texto que alprincipio comentamos, su admiracin por los diversos complejos de racionalidad surgidos enoccidente y tampoco dej de manifestar su descontento porque la sociedad se convertira, mstemprano que tarde, en una jaula de hierro de la cual no podramos salir.

    Tres son las impugnaciones que a Weber se le pueden imputar, la primera se remite obviamente asu concepto de racionalidad moderna, occidental y europea; la segunda se refiere a la

    autenticidad histrica con la que argumenta la exclusividad occidental de la modernidad comoproyecto de sociedad; la tercera pone en tela de juicio el rol de la tica protestante en la gestacindel Ethos de conviccin capitalista.

    1.- Es posible sostener que existe una nica forma de racionalidad, la que pro viene delpensamiento europeo? Qu se entiende por racionalidad europea? La racionalidad, se sostiene,es la capacidad que permite pensar, evaluar y actuar de acuerdo a ciertos principios deoptimizacin y consistencia para satisfacer algn objetivo o finalidad. Mediante el uso de la razn,el ser humano, el nico portador de sentido segn Weber, intenta elegir para conseguir losmayores beneficios, de forma econmica, poltica, social o individual, desde las variadaslimitaciones del entorno (externo) y del cerebro (entorno interno). Cualquier construccin mentalllevada a cabo mediante procedimientos racionales, tiene por tanto una estructura lgico-mecnica distinguible, mediante el uso del razonamiento. Esto es tambin valido, si las tipologasde racionalidad de ordenan como se desee (con arreglo a fines o con arreglo a valores).

    La racionalidad europea nace con Descartes, quien sustituye el antiguo dualismo cuerpo/no-cuerpo (propio del pensamiento medieval), por uno de nuevo cuo, en que se opera unaseparacin radical entre razn-sujeto y cuerpo. La razn ya no es la secu larizacin del almasino que una res cogitans (razn-sujeto), respecto de la cual el cuerpo no puede ser sino unresiduo de animalidad o un simple objeto del conocimiento (Descartes 1974:113). La primaca de

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    la razn (proyectada en el alma), el desprecio por la mortalidad y el ineluctable envejecimiento delcuerpo, es uno de los lastres ms estables del pensamiento europeo, del cual ha tratado delibrarse con ms o menos xito. Uno de los ms serios intentos de emancipacin es el queemprende, desde la fenomenologa de la percepcin, Maurice Merleau-Ponty, y otro ms recientey mucho ms contestatario, es el del filsofo alemn Peter Sloterdijk. La despedida delcartesianismo que Husserl emprende, se autobloquea debido al carcter trascendental que adoptael mtodo de la(s) reduccin(es) fenomenolgicas (epoj). Desde la epistemologa, es considerableel esfuerzo de Paul Feyerabend y su teora de la inconmensurabilidad y uno de los esfuerzos msnotables, desde una fenomenologa mundana, es el de Alfred Schtz.

    En cualquier caso todas las estrategias de liberacin del racionalismo se efectan desde el interiorde la episteme de la modernidad; incluso las ms variadas tendencias del pensamientopostmoderno, operan sin transgredir sus demarcaciones. De entre ellas, merece mencionarse laelaborada por Luhmann desde el constructivismo operativo. Luego de hacer aicos alracionalismo, entre otras cosas porque se niega a observar sus propias paradojas, abandonando

    y/o rechazando la observacin de observadores, pues dicha estrategia significa negar laracionalidad del mundo (configurado por distinciones construidas), seala lo siguiente: Loseuropeos estamos acostumbrados a transformar culturas ajenas de lo incomprensible a locomprensible. La comunicacin mundial les ha obligado a ello, especialmente desde eldescubrimiento de Amrica, que coincidi con la invencin de la imprenta. Tienen especialistaspara hacerlo: etnlogos, orientalistas, cientficos de las religiones, psicoanalistas. Y tambinestamos acostumbrados a crticas de la ideologa, a ver que los otros no ven lo que no ven. Pero laracionalidad, si se quiere retener la vieja referencia mundial del concepto y no seguir las modernasdesviaciones, slo se podr recobrar si se redondean aquellas costumbres con una conclusinautolgica. Si se aplica a aqul que la practica y se convierte as en universal. Entonces se tratarade entender que no se entiende lo que no se entiende, y probar semnticas que se las arreglen

    con ello (Luhmann 1997:85).

    Toda operacin por autologa tiene dos consecuencias inevitables: en cualquier argumentoproduce nuevas paradojas, las que se convierten en insolubles, obligando a evitar cualquierrecurso a la verdad o a la evidencia, y produce tal grado de indeterminabilidad haciendo imposiblecualquier distincin sujeto-objeto.

    Adems, la racionalidad que se observa en el mundo es policntrica, y no eurocntrica y de ello dacuenta la emergencia de una nueva episteme, distinta a la de la modernidad. Al romperse la lgicade las esencias, se abre paso a una forma distinta de racionalidad. Esto significa que existe en estemundo de vida una postura precomprensiva externa a la modernidad. En otras palabras: no sepuede eludir el tema de las vivencias, porque el pueblo en Latinoamericano vive en un mundo decosas sino en un mundo-de-personas. En contraposicin al estar en la riqueza, el proyecto delmundo popular es estar-en-la-relacin. Esto significa que estamos frente a una epistemeradicalmente distinta a la moderna. No interesa si esta es descrita como premoderna, rural,medieval o como se quiera. Es distinta, despreciada, marginada, pero puede ser una comprensindel todo-real fecundo.

    Desde la misma episteme moderna, Josetxo Beriain, ha propuesto una solucin muy interesante:frente a la pretendida unicidad de la modernidad europeo-occidental, Beriain sostiene el derecho

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    a existencia de modernidades mltiples: la modernidad de corte occidental, tal como laconocemos de Max Weber, sobrecargada de paradojas, incertidumbres, riesgos ycuestionamientos inequvocamente pone de manifiesto la cara ms tenebrosa y despiadada de lamodernidad, (que) es su incapacidad para erradicar la barbarie, proyecto normativo de lossocilogos modernizadores, dicho de forma ms radical, es su pacto con el diablo, en su promesamonstruosamente incumplida de libertad (Beriain 2005:9). La nocin de las modernidadesmltiples, implcitamente inspirada en las realidades mltiples de Schtz, presupone la idea deentender el mundo contemporneo vindolo como una historia de discontinuas constituciones yreconstituciones de una multiplicidad de programas culturales. Si es posible postular la existenciaevidente de modernidades mltiples, me pregunto si no es menester tambin considerar laexistencia y las potencialidades de racionalidades mltiples, contextuales, indexicales (como lopropuso Garfinkel), particularizadas y remitidas a contexturas de accin y comunicacin, queentregan una visin similar al bricolage del que habla Levi-Strauss, refirindose a la ciencia de loconcreto (Levi-Strauss1972:35) o a la importancia de los intersticios de modernidad relacional,puesto de manifiesto en las loteras clandestinas de los barrios caraqueos (Moreno 2000:227).

    2. Cuando Weber sostiene que el pensamiento occidental es el heredero de la cultura griega yromana, repite la falsedad histrica que caracteriza al eurocentrismo autosuficiente. Grecia fuesiempre mucho ms asitica que occidental: Aristteles, por ejemplo, fue estudiando como lgicoy metafsico en Bagdad mucho antes de ser traducido en la Espaa musulmana al latn y lleg aPars recin a finales del siglo XII, de tal manera que la cultura griega llega a occidente por lamediacin de la intelectualidad musulmana; el uso que de Aristteles hacen filsofos cristianoscomo Abelardo y Toms de Aquino (en contra de la escolstica de Agustinus), se debe a que losmusulmanes recuperaron y conservaron su pensamiento. Por otra parte, el Imperio Romano esdestruido definitivamente en el ao 473, luego de ser invadido por las tribus germnicas, hastaque Odoacro destituye definitivamente al ltimo emperador del Imperio Romano latino (Rmulo

    Augstulo) y enva las insignias imperiales a Zenn, el emperador romano de Oriente, donde sehablaba griego.

    El imperio romano bizantino, de carcter multitnico, tena una estructura poltica y socialcompletamente distinta al occidental, y es absolutamente improbable que en los mrgenes de suterritorio, el derecho romano haya tenido algn grado de validez prctica. Posteriormente a lacada de su capital, Constantinopla, en 1453, por obra de la superioridad poltico-militarmusulmana y casi concomitantemente con el advenimiento del Renacimiento italiano, secomienza a gestar el mito de la ideologa eurocntica, impulsada con entusiasmo por elromanticismo alemn: misteriosamente, lo occidental-latino, se une a lo griego oriental y, enconfrontacin con el imperio musulmn, se genera la siguiente ecuacin: Occidental = Heleno +Romano + Cristiano (Dussel 2000:62). De sta visin eurocntrica, provinciana y regional, esvctima el pensamiento weberiano y el molesto exclusivismo europeo de su visin de lamodernidad.

    El meollo de la cuestin es que debemos oponernos a la opinin hegemnica, en cuanto a lagnesis de la modernidad europea. Hay, someramente hablando, dos conceptos de modernidad:

    (a) El primero es eurocntrico, provinciano y regional. La modernidad se concibe como la salida dela inmadurez por un esfuerzo de la razn crtica, que abre a la humanidad (los europeos) una

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    nueva fase en el desarrollo del ser humano. Este proceso se dara en Europa, esencialmente en elsiglo XVIII. El espacio y el tiempo es descrito por Hegel y comentado por Habermas; esto esunnimemente aceptado por la tradicin europea actual. Lo que caracteriza a la modernidad es eldescubrimiento de la subjetividad y los acontecimientos claves son tres: la Reforma, la Ilustraciny la Revolucin Francesa. Siguiendo la misma secuencia espacio-tiempo se habla adems delRenacimiento Italiano, la Reforma, la Ilustracin Alemana y la Revolucin Francesa. Si leagregamos al parlamento ingls, se puede decir: Italia (siglo XV) Alemania (siglos XVI-XVIII) Francia (siglo XVIII) Inglaterra (Siglo XVII).

    Esta se denomina visin eurocntrica porque indica en el punto de partida de la Modernidadfenmenos exclusivamente intra-europeos, por lo que el desarrollo posterior de la Modernidadno necesita ms que a Europa para explicarlo. Esta es la visin que comprende la sociologaconvencional, desde Max Weber hasta Habermas. Entonces, resulta relativamente fcil nombrar aGalileo (condenado en 1616), a Descartes y a Bacon como los inspiradores intelectuales de esteproceso.

    (b) Dussel (2000:59) propone una segunda visin de la Modernidad, que consistira en definir almundo moderno (Estado, Ejrcito, Economa) como centro de la historia mundial. Pero jamsexisti historia mundial hasta 1492, fecha fundacional del llamado sistema-mundo (Wallerstein).La coexistencia de muchos sistemas paralelos se configura como un solo sistema con la expansinportuguesa del siglo XV, que llega hasta el extremo oriente en el siglo XVI, y es con eldescubrimiento de la Amrica Hispnica que todo el planeta toma su lugar en una sola HistoriaMundial. Qu sucede en particular? Espaa, como la primera Nacin moderna, se configura conun Estado que unifica la pennsula, con una Inquisicin que genera por la fuerza el consensonacional, con el poder militar que se le confiere conquista Granada (dominio musulmn), con elefecto unificador que provoca la edicin de Gramtica castellana de Nebrija en 1492 y con una

    Iglesia aliada al poder del Estado.

    Con todas estas propiedades se abre la primera etapa de la modernidad: el mercantilismo. Lasminas de oro y plata de Potos y Zacatecas en 1545, permiten acumular riqueza para rearmar unejrcito capaz de vencer a los turcos en Lepanto en 1571. Con la introduccin del mercantilismo yel descubrimiento del Nuevo Mundo, el Atlntico suplanta al Mediterrneo. De tal manera que lacentralidad de la Europa Latina en la historia mundial es lo que determina el surgimiento de lamodernidad; lo dems se va generando en torno a ello: la subjetividad, la propiedad privada, lalibertad de contratos, etc. Entonces, el siglo XVII (con Descartes) ya es el resultado de un siglo ymedio de modernidad; son efecto y no el punto de partida de la misma.

    La revolucin industrial del s. XVIII, tal como la Ilustracin, son la segunda etapa de la modernidad,que amplan y profundizan lo iniciado ya en el siglo XV. Inglaterra sustituye a Espaa comopotencia hegemnica hasta 1945 y tiene el comando de la historia mundial desde el surgimientodel imperialismo de 1870.

    El gran error del eurocentrismo europeo es haber confundido la universalidad abstracta con lamundialidad concreta. Aunque toda la cultura es etnocntrica, esto debe ser revisado. El egocogito moderno fue antecedido en ms de un siglo por el ego conquiro (yo conquisto), quetermina imponiendo su voluntad, que es la primera voluntad de poder. La conquista de Mxico fue

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    el primer mbito del ego moderno. Espaa tena una evidente superioridad militar por sobre lasculturas aztecas, mayas e incas -uso de las armas de guerra. Estratgicamente, la Europa modernausar la conquista de Latinoamrica para obtener ventajas comparativas respecto de las culturasantagnicas vecinas. Su superioridad es, en buena medida, fruto de la experiencia, elconocimiento y la riqueza que obtiene de la conquista americana.

    Sintetizando, la modernidad, como nuevo paradigma de vida cotidiana, de comprensin de lahistoria, de la ciencia, de la religin, emerge en el siglo XV con el dominio del Atlntico. Holanda,Francia, Inglaterra, son el fruto del siglo XVI, son el desarrollo resultante del camino abierto porEspaa y Portugal. Amrica Latina entra en la modernidad como la otra cara, encubierta,dominada y explotada.

    La modernidad, exteriormente, realiza un proceso completamente irracional, que oculta a suspropios ojos. Con ello, sus pretensiones de racionalidad interna se desploman. Dicho con otraspalabras, por su contenido secundario y mtico, la modernidad es la justificacin de una praxis

    irracional de la violencia. El mito tiene las siguientes propiedades:

    a. La civilizacin moderna se autocomprende como la ms desarrollada, superior.b. La superioridad obliga a desarrollar a los ms primitivos, rudos y brbaros, y esto como unaexigencia moral.c. El camino educativo de desarrollo debe ser el seguido por Europa (surge la falacia desarrollista).d. Si el brbaro se opone al proceso civilizatorio, la praxis moderna debe ejercer la violencianecesariamente, para desmontar los obstculos de tal modernizacin.e. Si esta dominacin produce vctimas, la violencia debe ser interpretada como un acto inevitable,y con un sentido ritual de sacrificio, en el que el hroe civilizador es el victimario de un sacrificionecesario.

    f. Para el moderno, el brbaro tiene la culpa: al oponerse el proceso civilizador, que significa supropia emancipacin.g. Se interpretan como inevitables los sacrificios de los pueblos inmaduros y ms dbiles.

    La superacin de la modernidad implica negar el mito de la misma. Debe emerger el rostro delOtro negado. Y debe emerger como Alteridad negada, sin voz ni cara. Debe quedar al descubiertola otra-cara, oculta de la modernidad: el mundo perifrico colonial, el indio sacrificado yesclavizado, la mujer oprimida, el nio y la cultura colonial enajenada.

    3. Uno de los mitos ms extendidos en la sociologa se refiere al rol de tica protestante en laconstitucin del capitalismo europeo. En las lneas que siguen, abordar ste argumento desde elrol del lujo en la configuracin del capitalismo, y por razones de espacio, ponemos entreparntesis la cuestin del papel del colonialismo. En su poco conocido libro Lujo y CapitalismoWerner Sombart formul la anttesis de la hiptesis weberiana, sosteniendo que el lujo hacolaborado de muchas maneras a la gnesis del capitalismo moderno, sobre todo por su fuerzageneradora de mercados: Esta fuerza puede considerarse del siguiente modo: Es sabido que todaempresa capitalista necesita, para poder vivir, un mnimum de ventas. La cuanta de esas ventasdepende de dos circunstancias: la frecuencia de la circulacin de las mercancas y la cuanta delvalor de cambio de los objetos de circulacin. La cuanta del valor de cambio de los objetos de

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    circulacin est determinada a su vez por dos factores: la cuanta del valor de cambio de lasmercancas y por el gran nmero de mercancas (Sombart 1979:118).

    Ahora bien, en la historia de los pueblos europeos, concurren la necesidad de lo ordinario y la delo delicado. Ambas tienen, en un principio, proporciones muy modestas; as, las ordinarias eransatisfechas en la aldea y se sostenan sobre bases locales, y las refinadas, cuando no se podansatisfacer autnomamente, dentro de las cortes seoriales o mediante el comercio remoto, erancubiertas por artesanos. Se trata de demostrar cmo, de qu forma, las necesidades suntuariasdesempearon un rol esencial en la gnesis del capitalismo moderno.

    a) En lo que respecta al comercio al por mayor, la lista de productos destinados al comerciosuntuario es larga. Abarca los medicamentos, especias, perfumes y sustancias olorosas, materiascolorantes, materias primas para la industria del tejido, artculos de adorno y telas para vestidos.Con las modificaciones en las rutas comerciales debido al descubrimiento del Nuevo Mundo, noslo se expande el nmero sino tambin la cantidad de productos: el tabaco, el caf, el t y el

    cacao, fueron, en la poca de inicios del capitalismo, el monopolio de consumo de la gente dealtos ingresos. Importante de sealar es que buena parte de la importaciones se pagaba condinero obtenido por la explotacin de las minas de oro y plata de las colonias americanas, de talmanera que el comercio interocenico es hijo del lujo, un negocio centrado en la clase rica ypudiente, que vive exclusivamente del gasto suntuario, pues las mercancas importadas deultramar eran de lujo.

    De gran importancia tambin era el comercio de esclavos, un artculo de lujo proveniente defrica y de los pases musulmanes. La cantidad de esclavos importados a Europa, nada menosque en el siglo XIX, es impresionante. As por ejemplo, se sabe que el nmero de esclavos venidosde las Antillas francesas fue de alrededor de 35.000, entre el ao 1780 a 1789 (ao de la

    Revolucin Francesa!) (Sombart 1979:127).

    Durante el siglo XVIII, el centro de importacin de esclavos fue Inglaterra, y Liverpool en particular,donde en 1729-1751, se contaba con una flota de barcos dedicada exclusivamente al trfico deesclavos, de tal manera que en 1751 se contabilizaban 35 embarcaciones (5.334 toneladas)destinadas a la caza de esclavos. Esto permite tener una somera idea de la demanda por eseentonces producto de importacin. Durante el siglo XVII y XVIII, el comercio internacional enEuropa estuvo marcado por la importacin de mercancas suntuarias. No obstante, uno tras otro,todos los pases europeos, van configurando una industria de sustitucin de importaciones. Elprimero fue Italia, luego Francia, Inglaterra, Holanda, Alemania, etc.

    b) En lo que dice relacin con el comercio al por menor, all la influencia del lujo se nota con mayorclaridad. Decae el trfico del cobre y las legumbres (destinadas al consumo de los ejrcitos) y creceel inters de los comerciantes por satisfacer las necesidades del lujo desmesuradamente,especialmente cuando el oro brasileo llena los bolsillos de los especuladores en Londres, Pars ymsterdam. Adems, el comerciante de sedas, como el autntico representante del comerciosuntuario y de la ostentosa riqueza, tiene a la ladycomo consumidoras exclusivas; se expenden losartculos ms costosos, ya que el comercio de sedas incluye adems tejidos de oro y plata,brocateles, terciopelos y encajes. El comerciante de sedas es tanto almacenista y detallista.Despus del gran incendio de Londres de 1666, el comercio suntuario al detalle se expande de tal

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    manera que los lugares de venta debieron ser trasladados a la periferia de Londres, donde lascalles eran ms espaciosas y la clientela distinguida, que vena en carruaje, incluso la corte,prefiri las tiendas nuevas a las viejas de la City (Sombart 1979:133).

    Este relato da cuenta del aumento del comercio suntuario exclusivo y cmo el espritu delcapitalismo en los siglos siguientes introduce el consumo suntuario ms all de los grandes centrosurbanos. Todo esto sucede del modo siguiente: primero, al establecerse una clara distincin entrecomercio al por mayor y al detalle, se opera una configuracin monoplica incipiente, en cuyocontexto slo unos pocos estn en condiciones de seguir siendo almacenistas; segundo, loscomerciantes comienzan a introducir mayor adorno y elegancia en sus establecimientos, a fin deagradar an ms a su clientela; tercero, los negocios por rama tienden a desaparecer,configurndose una mezcla creativa de ofertas a la venta. Los tapiceros en especial comienzan avender ebanistera, espejos y toda suerte de objetos de lujo; cuarto, la objetivacin de la relacinentre comerciante y clientela, esencial para el desarrollo capitalista, comienza en las grandestiendas de artculos de lujo; sexto, la amplitud de los negocios aumenta considerablemente, para

    lo cual hay suficiente evidencia emprica.

    En sntesis, el comercio capitalista al detalle se desarrolla debido a la expansin del lujo. Msexpresamente dicho: la naturaleza de las mercancas determina la forma de organizacin que elcapitalismo asume; como las mercancas son de un alto valor, estaban destinadas a quien pudierapagarlas. Por otro lado, la naturaleza de la clientela impulsa tambin el despliegue del capitalismo.Como las exigencias de una clientela distinguida generan exigencias cada vez mayores, y ademsnunca paga al contado, obliga al comerciante a desarrollar un sistema de crditos.

    Pero es en la industria y la produccin industrial donde con mayor notoriedad se percibe lainfluencia del lujo. Por industria de lujo se entiende aquella destinada a la satisfaccin de

    necesidades suntuarias, y a ser bienes de uso individual, bienes de primer orden. El concepto esmuy abarcante, pues involucra desde al brocatel y el terciopelo, hasta la fundicin que produjo latubera de hierro para las fuentes de Versalles. A continuacin y por razones exclusivamente deespacio, vamos a enumerar los sectores productivos que abarcan:

    (1) Industrias puras del lujo: se trata de aquellas que producen exclusivamente artculos de lujo:industria de la seda, industria de los encajes, fabricacin de espejos, industria de la porcelana,industrias varias.

    (2) Industrias mixtas: se trata de aquellas que producen no slo objetos finos, sino objetos defabricacin burda: industria de la lana, industria del lienzo, industria de sastrera, industria delcuero, sombrerera, industria de la construccin, carretera y ebanistera.

    Los efectos revolucionarios del lujo se remiten a la formacin de un gran mercado interno,ejerciendo efectos indiscutibles en la estructura productiva de las sociedades capitalistas enproceso de configuracin. El lujo, que le abre las puertas al capitalismo, haciendo ingresar almercado productivo a la industria dedicada a este rubro. Las causas, a juicio de Sombart, son en loesencial dos: La primera se refiere a la naturaleza del proceso productivo, pues el artculo de lujorequiere casi siempre de una materia de alto valor, que con frecuencia tiene que venir de lospases coloniales y del Nuevo Mundo. Por otro lado, el procedimiento con el que el artculo se

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    produce, es ms costoso que el artculo corriente. Los ejemplos sobran y van desde la incipienteindustria textil lujosa, hasta la fabricacin del cristal y la porcelana. La segunda causa que hace quela industria de lujo est antes que las dems en el rgimen de circulacin de mercancas, reside enla naturaleza del despacho. La venta de los productos de lujo est sujeta a ms contingencia que lade los artculos corrientes, ya que la demanda en extremo dinmica, debido que los caprichos delos ricos, cambian rpidamente segn se trate de la moda en boga. Los rpidos cambios concitancon frecuencia un exceso de exigencias y un esfuerzo por satisfacerlas. Por esto, el productor debeser extraordinariamente flexible para acomodar su produccin a dichas exigencias cambiantes.

    La superioridad del libro de Sombart reside en que todos sus argumentos, salvo expresaadvertencia, estn apoyados por datos empricos, mientras que la tesis del rol de la ticaprotestante no posee fundamentacin emprica alguna. Pero por sobre todo, la conclusin es enextremo inslita: aparentemente, el capitalismo no necesit de tica alguna (ni protestante nicatlica) para desplegarse como modo de produccin y forma de vida, como sostuvo Engels ySimmel en la Filosofa del Dinero. Y por lo tanto, la aseveracin de Weber (1969:71) que sostiene

    el tipo-ideal del empresario capitalista, encarnado en algunos nobles ejemplares, nada tiene quever con este tipo vulgar o afinado del ricachn. Aqul aborrece la ostentacin, el lujo intil y elgoce consciente de su poder; le repugna aceptar los signos externos del respeto social de quedisfruta porque le son incmodos. Su comportamiento presenta ms bien rasgos ascticos,resulta ser claramente no slo errnea, sino ingenua y falaz.

    La tica es y seguir siendo el paradigma perdido de la modernidad, pues el despliegue de ningnsistema funcional ha necesitado jams de ella para imponerse y estabilizarse (Luhmann). Por otraparte, considerando los discursos de Alberti, Defoe y Franklin, comentados por Sombart en ElBurgus, sus opiniones no resultan crebles en el burgus de viejo estilo. Porque sus veredictos deque la riqueza no constitua un finsino el medio para el logro de fines superiores, cules eran el

    prestigio y la independencia, solo pueden sostenerse si la maximizacin del lucro ha conseguidotal nivel de estabilidad (permitiendo en lujo suntuario), que permita tales lujos como retirarse loms pronto posible de los negocios (Sombart 1993:163).

    Cmo es posible que una cierta sociologa se haya dejado embaucar por tanto tiempo por unatesis tan poco plausible de veracidad? Es una interrogante que por razones de espacio noponemos desarrollar in extenso en este lugar. Agregaremos solamente dos argumentos a losanteriores:

    (a) El primero de ellos explica la existencia del lujo en la configuracin del capitalismo, debido unanueva codificacin del amor, imponiendo el principio de la ilegitimidad en las relacionessexuales y matrimoniales desde finales de poca medieval. Principalmente en Francia, perotambin y originalmente en Italia, se lleva la vida amorosa hasta un refinamiento y dedicacinjams visto hasta que finalmente el siglo XVIII, culmina con la institucionalizacin de la cortesana(Elias 1996:285).

    Cuando el amor libre se introduce en la sociedad, coexistiendo con el amor matrimonial, lasmujeres que practican aqul son o las jvenes de buena familia que se han dejado seducir, o lasesposas adlteras y las meretrices. Desde este instante hasta fines de nuestra poca, las relacionesdel amor libre, antes y despus del matrimonio, fueron siempre en aumento, llegando a constituir

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    el complemento ideal al matrimonio. Londres y Pars, que a fines del siglo XVIII, no tenan ms de100.000 habitantes respectivamente, contaban sin embargo con 50.000 y 30.000 meretricesrespectivamente (Sombart 1979:55).

    La innovacin comienza a gestarse en el Renacimiento, permitiendo que los prncipes tuvieranconcubinas, pero siempre las haban tenido, pero lo nuevo es que las jvenes de la burguesacompartan tambin esta prctica. En Francia, donde las amadas reales comienzan a dominar elmundo, ennobleciendo a todas las sacerdotisas del amor, las relaciones del amor ilegtimoquedaron limpias de toda lacra. Pero como la influencia de la vida cortesana era enorme y toda laburguesa trataba de emular sus prcticas, se generaliz la legitimidad de la ilegitimidad en toda lasociedad.

    Ya no se necesitaba pertenecer a la corte para ser femme entretenue o cocotte. Este tipo decortesana que no lo es en sentido estricto, se expande por la sociedad y emerge tambin en lasciudades italianas como Roma y Venecia, donde las condiciones eran favorables a la emergencia

    de un nuevo tipo de mujer, amante del lujo y fuerza motriz de la demanda de artculos suntuarios.Obviamente tambin haba industriales y comerciantes capitalistas que observaban horrorizadosel surgimiento y la generalizacin de la cortesana. Para la formacin de la cortesana moderna fueimportante que ya desde el siglo XVII las mujeres aparecieran en los teatros de Pars, pero esdefinitivamente durante el siglo XVIII que se generaliza la costumbre de tener a una mujerelegante junta, o en lugar de la propia esposa. La historia de la galantera y de la consiguientecoquetera es, pues, durante el siglo XVIII, un paso importante en la configuracin de la nuevaidentidad de la mujer moderna, como apuntan Simmel (1988:89) y Luhmann (1985:72).

    El rol importante que desempeaban estas mujeres lo revela la publicacin de un anuario o librosde seas de las principales cocottes, libros en los que aparecan su rostro, su tipo y sus principales

    actitudes. El ascenso de la cortesana elegante contribuye tambin a la formacin del gusto de lamujer honesta, vale decir, que las mujeres de influencia son influenciadas por el gusto de lacocotte.

    (b) A juicio de Bruno Latour, uno de los exponentes de la novedosa teora del actor-red, el relatosociolgico de Weber no slo es impreciso, sino que repite un imaginario que obedece al import-export, de las dos grandes divisiones. En su maravilloso libro Nunca Fuimos Modernos, seala losiguiente: Nosotros, los occidentales, somos absolutamente diferentes de los otros, se es elgrito de victoria o la larga queja de los modernos. La Gran Divisin entre Nosotros, losoccidentales, y Ellos, el resto, desde los mares de China hasta Yucatn, desde los esquimales hastalos aborgenes de Tasmania, no dej de obsesionarnos. No importa qu hagan, los occidentalestraen la historia en los cascos de sus carabelas, y sus caoneras, en los cilindros de sus telescopiosy en los mbolos de sus jeringas para vacunar. Ellos llevan una carga del hombre blanco a vecescomo una tarea exaltante, a veces como una tragedia, pero siempre como un destino. Nopretenden slo que difieren de los otros como los sioux o los algonquinos, o de los baoules de loslapones, sino que difieren de una manera radical, absoluta, hasta el punto de que puede ponersede un lado la cultura occidental y, del otro, el resto de las culturas, porque todas tienen en comnel ser justamente culturas entre otras. Occidente, y slo l, no sera una cultura, no slo unacultura. Por qu Occidente piensa as? Por qu l y slo l no sera solamente una cultura? Paracomprender la profundidad de esa Gran Divisin entre Ellos y Nosotros hay que volver a esa otra

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    Gran Divisin entre los humanos y los no humanosNosotros los occidentales no podemos ser unacultura entre otras porque tambin movilizamos la naturaleza. No, como lo hacen las otrassociedades, una imagen o una representacin simblica de la naturaleza, sino la naturaleza tal ycomo es, o por lo menos tal y como las ciencias la conocen, ciencias que permanecen en lassombras, inestudiables, inestudiadas (Latour 2007:144).

    Pero la teora del actor-red va ms all y borra todas las diferencias que suponemos que existenentre los humanos y los no-humanos, mquinas, ascensores, computadores, lavadoras, con lo quese ubica en el lado de enfrente de todas las teoras universalistas de la modernidad. Es ciertoque ella no est interesada en lo ms mnimo en inventar una teora de la modernidad. Pero noimporta, porque en ese cometido no est sola: la acompaan la etnometodologa en todas susexpresiones, desde Harold Garfinkel hasta Jrg Bergmann y Lucy Suchman, la sociologa de ErvingGoffman y sus discpulos, y el interaccionismo simblico desde Herbert Blumer hasta NormanDenzin.

    Para aquellos que gustan buscar ancestros venerables que coronen el origen de la disciplinasociolgica, la disputa entre Gabriel Tarde, el mayor, y Emile Durkheim, el ganador, signific elolvido definitivo del perdedor; pero si la batalla entre ambos hubiese tenido un desenlacediferente, la sociologa habra seguido caminos muy distintos a los conocidos. De igual manera, lapopularidad alcanzada por una tesis tan empricamente dbil como la tica protestante comoprimer motor del capitalismo, sostenida por el indiscutible ganador, Max Weber, ensombreciuna figura menor, la de Werner Sombart, el perdedor; de seguro que si hubiese sido al revs,todas las cosas hubiesen sido diferentes y mejores para una sociologa sin pretensionesuniversalistas.

    Walter Benjamin, en su opsculo pstumo denominado El capitalismo como religin, seala que la

    forma de produccin capitalista es en s una religin pero que no conoce ninguna teologa que lesea propia. Adems, el capitalismo se ha desarrollado en Occidente -como se puede demostrarno slo en el calvinismo, sino en el resto de las orientaciones cristianas ortodoxas-parasitariamente respecto del cristianismo, de modo tal que, al final, su historia es en lo esencial lade su parsito, el capitalismo(Benjamin 1991:100). La comprobacin de esta estructura religiosadel capitalismo nos lleva a observarlo no como forma condicionada por la religin, como pensabaMax Weber, sino como un fenmeno que debe ser entendido como religioso, pero carente detoda teologa.

    Y Karl Marx relata cmo la fuerza de las luchas obreras dio origen a una reduccin en la jornada detrabajo y cules son las repercusiones que se constatan en otros pases. Pero Marx, que porsupuesto no pudo leer a Weber, nos seala respecto de la acumulacin originaria de capital, losiguiente: Los orgenes de la acumulacin primitiva pretenden explicarse relatndolos como unaancdota del pasado. En tiempos muy remotos -se nos dice- haba, de una parte, una minoratrabajadora, inteligente y sobre todo ahorrativa, y de otra parte un tropel de descamisados,haraganes, que derrochaban cuanto tenan y an ms As se explica que mientras los primerosacumulaban riqueza, los segundos acabaron por no tener ya nada que vender ms que su pelleja.De este pecado original arranca la pobreza de la gran mayoray la riqueza de una minora,riqueza que no deja de crecer, aunque haga ya muchsimo tiempo que sus propietarios han dejado

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    de trabajar (Marx 1975:601). Los que an siguen creyendo en stas nieras insubstanciales,haran bien en leer el captulo XXIV del primer libro de El Capital.

    III. Jrgen Habermas y el apogeo errtico del proyecto de modernidad inconclusa: mundo de

    la vida y sistema en los intersticios de la praxis de la sociedad occidental

    La teora y principalmente el diagnstico de la modernidad de Jrgen Habermas, se fundamentaen una reconstruccin de la teora clsica europea y en aproximacin y crtica a la obra de Marx,Weber, Mead, Durkheim, Lukcs, Adorno y Parsons. Pero la estrategia de Habermas, al alero de lateora de la accin social, supera con creces la obra de los autores antes mencionados, procurandoser adems una teora de la sociedad moderna. Al concebir la modernidad como un continuopermanente e indisoluble de diferenciacin, el esfuerzo terico se ubica sin embargoprincipalmente en la cercanas de Parsons y Weber, a quienes les dedica un espacio privilegiado ensu teora de la accin comunicativa, publicada en alemn en 1981 y traducida al espaol en 1987.

    En el nivel de arquitectura terica, referida tanto a la teora social como al diagnstico de lasociedad, la teora de la accin comunicativa propone una distincin basal, la distincin entre elsistema o integracin sistmica (accin estratgica) orientada hacia el xito y el mundo de lavida o integracin social entre, orientada hacia en el entendimiento intersubjetivo (Habermas1987:161).

    A esta distincin, que se encuentra presente en otras obras anteriores, le atribuye Habermasdistintos tipos correspondientes de accin: el mundo de la vida, que el autor dice reconstruir ymodificar desde la versin de Husserl, es el mbito de la reproduccin simblica ubicada en elentendimiento intersubjetivo orientado a la accin comunicativa. El sistema, en cambio, es laesfera atribuida a la accin estratgica, orientada hacia el xito guiado por la accin social con

    arreglo a fines y metas.

    La distincin entre sistema y mundo de la vida es el ncleo gravitante de la totalidad de laargumentacin referida a la accin comunicativa, pero tambin al anlisis sistmico. Al concebirHabermas la evolucin social como un proceso de diferenciacin de segundo orden, procuraesclarecer la distincin anterior: Sistema y mundo de la vida no slo se diferencian internamentecomo sistema y mundo de la vida, sino que tambin se diferencian simultneamente el uno delotro. En sociologa se ha vuelto convencional distinguir entre las etapas socio-evolutivas querepresentan las sociedades primitivas, las sociedades tradicionales o estamentalmenteorganizadas y las sociedades modernas (con un sistema econmico diferenciado). Bajo aspectossistmicos stas etapas pueden caracterizarse por los nuevos aspectos sistmicos que en ellas sepresentan y por los niveles de complejidad que estos mecanismos comportan. En este planoanaltico, es decir, en el plano del anlisis sistmico el desacoplamiento de sistema y mundo de lavida se refleja como sigue: el mundo de la vida que al principio es coextensivo con un sistemasocial poco diferenciado, se va degradando progresivamente a un subsistema entre otros. En eseproceso los mecanismos sistmicos de desligan cada vez ms de las estructuras sociales a travsde las cuales se cumple la integracin social. Las sociedades modernas alcanzan, como veremos,un nivel de diferenciacin sistmica en que la conexin entre organizaciones se ha vueltoautnoma quedando establecida a travs de medios de comunicacin deslingistizados. Estosmedios de comunicacin controlan un comercio social ampliamente descolgado de normas y

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    valores, es decir, a aquellos subsistemas de accin econmica y administrativa racionales conarreglo a fines segn el diagnstico de Max Weber se han independizado de sus fundamentosprctico-morales. Pero, al mismo tiempo, el mundo de la vida es el subsistema que define laconsistencia (Bestand) del sistema social en su conjunto (Habermas 1987:216).

    Como vemos, la tesis del desacoplamiento del sistema y el mundo de la vida configura la piedraangular de la teora de la accin comunicativa; con todo detalle en las pginas siguientes, exponeel procedimiento de su desacoplamiento (Habermas 1987:219 ss.) y presentndolo tanto como elresultado de la diferenciacin del sistema y el mundo de la vida as como de procesos dediferenciacin endgenos en el sistema y en el mundo de la vida. Para ello, Habermas utiliza elconcepto de aumento de complejidad sistmica y de acrecentamiento de racionalizacin delmundo de la vida respectivamente, graficando la evolucin de ambos dispositivos. De tal maneraque al acrecentamiento de complejidad en el sistema correspondera una creciente racionalizacinen el mundo de la vida. El complejo de relaciones que caracterizan los vnculos deinterdependencia entre los dos procesos, es expuesto por Habermas, en una estructuracin

    secuencial, que pasamos a exponer a continuacin:

    (1) El fundamento histrico para el concepto de mundo de la vida es identificado por Habermas enlas sociedades arcaicas. Donde ms apoyo emprico encuentra el concepto de sociedad comomundo de la vida es en sociedades arcaicas, en donde las estructuras de interaccioneslingsticamente mediadas regidas por normas constituyen a la vez las estructuras socialessustentadas (Habermas 1987:219). Es decir, en la concepcin habermasiana, el mundo de la vida,de principio a fin y todos los plexos de linealidad histrica, est regidos y tutelados por normas,detrs de las cuales subyacen (se supone) valores comunes e intersubjetivamente compartidos.Esto se escalece notablemente en la exposicin de su teora de la evolucin social, cuando serefiere al materialismo histrico y el desarrollo de las estructuras normativas (Habe rmas 1981:9

    ss; 131-242).

    (2) En las antiguas sociedades, sistema y mundo de la vida se conjugan y condicionanmutuamente, consolidndose en una sola unidad. En el intercambio de mujeres normado porreglas de matrimonio, coinciden integracin social e integracin sistmica. Y otro tanto cabe decirsobre el mecanismo de formacin de poder. Opera dentro de dimensiones de sexo, generacin ydescendencia fijadas por el sistema de parentesco y slo permite diferenciaciones de estatusbasadas en el prestigio, mas no en la posesin de poder poltico (Habermas 1987:231). Vale decir,el proceso de acoplamiento y concomitancia entre sistema y mundo de la vida es observable sloen sociedades arcaicas.

    (3) En el curso de la evolucin social, la integracin social y la integracin sistmica comienzan asepararse paulatinamente. Pero los mecanismos que sirven al aumento de la complejidadsistmica no estn armonizados a prioricon los mecanismos que, a travs del consenso normativoy del entendimiento lingstico, cuidan de la cohesin social del colectivo. Los mecanismossistmicos slo pueden permanecer ntimamente ensamblados con los mecanismos de laintegracin social mientras permanezcan adheridos a estructuras sociales previamente dadas, estoes, al sistema de parentesco. Pero en cuanto se forma un poder poltico ya no obtiene suautoridad del prestigio de los grupos de descendencia dominantesEl poder que se constituye

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    ahora en el plano de la organizacin poltica se convierte en el ncleo de cristalizacin de unanueva institucin: del Estado (Habermas 1987:233).

    Adems, desde la aparicin del Estado, con la introduccin generalizada del medio dinero en losprocesos de intercambio, se complementa con las instituciones de la economa, por lo que elEstado comparativamente moderno debe orientarse hacia ella.

    (4) La evolucin social, entendida como aumento de la complejidad sistmica (mediante ladiferenciacin en subsistemas parciales, en cuyo contexto el todo se subdivide en partes), serpercibida en la forma de nuevas formas de institucionalizacin, desde la perspectiva endgena delos habitantes afectados del mundo de la vida. Por lo que la circulacin del medio dinero en losprocesos de intercambio, transforman a la sociedad en gradualmente moderna. Estos plexosfuncionales, desligados de los contextos normativos y que se independizan formando subsistemas,constituyen un desafo para la capacidad de asimilacin del mundo de la vida. Se coagulan en unasegunda naturaleza, en una sociedad vaca de contenido normativo, que nos sale al paso como

    algo en el mundo objetivo, como un fragmento de vida social objetivada. El desacoplamiento desistema y mundo de la vida se refleja en el seno de los mundos de la vida modernos, por de prontocomo objetivacin (Versachlichung): el sistema social rompe definitivamente el horizonte delmundo de la vida, se sustrae a la pre-compresin de la prctica comunicativa cotidiana y sloresulta accesible al saber contra-intuitivo de las ciencias sociales que comienzan a emerger en elsiglo XIX.Y lo que ya hemos obtenido desde la perspectiva de la teora de sistemas, es decir, desdela perspectiva externa, tiene, a lo que parece, todos los visos de configurarse desde la perspectivainterna: cuando ms complejos se vuelven los sistemas sociales, tanto ms provincianos se tornanlos mundos de la vida. En un sistema social diferenciado, el mundo de la vida se encoge, y seconvierte en un subsistema ms (Habermas 1987:244).

    En buenas cuentas, la elevacin del nivel de complejidad conduce a un nuevo nivel dediferenciacin sistmica (que) exige reestructuraciones en el mbito nuclear que constituyen lasinstituciones encargadas de la regulacin jurdico-moral, esto es, de la regulacin consensual delos conflictos de accin (Habermas 1987:245), con lo que la moral y el derecho tambin secomplejizan. Habermas expone consumo detalle cmo el despliegue de la moral (depreconvencional, a convencional y postconvencional) y la diferenciacin del derecho (derechopenal, derecho civil, derecho pblico) expanden respectivamente sus mbitos de diferenciacin:Entiendo esta relacin en el sentido de que slo pueden establecerse nuevos niveles dediferenciacin sistmica cuando la racionalizacin del mundo de la vida ha alcanzado un nivelcorrespondiente (Habermas 1987:253). Pero sin duda que lo ms relevante del citado anterior, esque el aumento de complejidad sistmica y la progresiva e ineluctable formacin de subsistemasparciales, produce un detrimento en el mundo de la vida. Lo diablico de la diferenciacinsistmica se traduce en un empobrecimiento sistemtico del mundo de la vida. Si operamos, conun pice de imaginacin, desde lo que Habermas llama perspectiva interna y consideramos almundo de la vida como un sistema y al sistema como su entorno, tenemos ante nuestra vista uncaso tpico del efecto destructivo de un entorno sobre el sistema, descrito por Maturana yasumido ms posteriormente por Luhmann.

    (5)El quinto paso es algo nebuloso y contradictorio. Habermas postula, por un lado, una crecienteracionalizacin (siempre normativa) del mundo de la vida (pero racionalizacin en el sentido del

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    logro de metas de entendimiento comunicativo en lugar del mero acatamiento de normas deconducta), pero por otro lado una distorsin de esa racionalizacin mediante los sistemas, que porsu nulo acoplamiento al lenguaje, operan divorciados de toda actividad orientada hacia elentendimiento. La racionalizacin del mundo de la vida puede ser concebida como unaprogresiva liberacin del potencial de racionalidad que la accin comunicativa lleva en su seno.Con ello, la accin orientada al entendimiento adquiere una autonoma cada vez mayor frente alos contextos normativos, pero simultneamente el mecanismo de entendimiento, cada vez mssobrecargado y finalmente desbordado, es sustituido por medios de comunicacindesligistizados (Habermas 1987:219).

    Al parecer aqu hay implicadas dos cuestiones: (a) que en el mundo de la vida la comunicacinorientada hacia el entendimiento acaece progresivamente con mayor fuerza e independencia delas directrices normativas, cuestin que se consigue mediante la prctica de una moral post-convencional; (b) que el sistema recurre, para su expansin, a la accin comunicativa orientadahacia el entendimiento, cuestin que a simple vista se presenta como una gigantesca paradoja,

    pues el proceso de diferenciacin sistmica no puede usar recursos que no le pertenecen ni leincumben, y que adems no necesita. Habermas procura salir de la paradoja postulando unasuerte de omnipotencia del sistema sobre el mundo de la vida. Pero dicha recurrencia, sealaHabermas, es inmensamente costosa, por lo que ser sustituida por el sistema por dos mediosdireccionales de control (a-lingsticos). Ellos son el dinero y el poder: Medios como el dinero yel poder arrancan de vinculaciones cuya motivacin es emprica; codifican un trato racional conarreglo a fines con masas de valor susceptibles de clculo y posibilitan el ejercicio de unainfluencia estratgica generalizada en la decisiones de los otros participantes en la interaccin enun movimiento de elusin y rodeo de los procesos de formacin lingstica del consenso. Como nosolamente simplifican la comunicacin lingstica sino que la sustituyen por una generalizacinsimblica de perjuicios y resarcimientos, el contexto del mundo de la vida en el que siempre estn

    insertos los procesos de entendimiento queda desvalorizado y sometido a las interaccionesregidas por medios: el mundo de la vida ya no es necesario para la coordinacin de acciones (Habermas 1987:259).

    El efecto es catastrfico, pues el mundo de la vida se convierte en tangencial y se tecnifica. Anms, es colonizado. Los subsistemas sociales que se diferencian a travs de tales medios puedenindependizarse frente a un mundo de la vida reducido a entorno del sistema. De ah que desde laperspectiva del mundo de la vida este asentamiento de la accin sobre medios de controlaparezca, lo mismo como un alivio a la necesidad de comunicacin y una reduccin de los riesgosque la comunicacin comparta, que como un condicionamiento de las decisiones en un espacio decontingencias ampliado, y en este sentido como una tecnificacin del mundo de la vida(Habermas 1987:259).

    Es imposible continuar con la exposicin de la teora de Habermas, sin hacer referencia a susdebilidades e imperfecciones, las que a continuacin pasamos a exponer:

    1. La distincin central de la teora, sistema y mundo de la vida, es suficientemente abstracta yomniabarcante, pero paga un precio demasiado alto por el logro de un nivel de ensimismamientotan elevado. En efecto, sta distincin a lo largo de las complejas cadenas argumentativas, seconvierte en progresivamente dicotmica y unilateral. Sobre todo, por el carcter todopoderoso

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    que presuntamente tiene el sistema sobre el mundo de la vida, cuyas consecuencias son valoradaspor Habermas como eminentemente perniciosas, destructivas, tecnificantes y colonizadoras,aparte de inevitables e inherentes a la lgica de la evolucin social. Sin embargo, la trasferencia deplexos de influjo desde el mundo de la vida hacia el sistema, son completamente desatendidos enla argumentacin habermasiana, considerndolas simplemente como inexistentes.

    Y desde la ptica de la arquitectura terica, con toda razn, pues la reespecificacin queHabermas hace de la nocin de mundo de la vida, uno de los productos y descubrimientos msimportantes para las ciencias sociales, gracias a la perspicacia y rigurosidad de Edmund Husserl, esequivocada, regresiva y desafortunada. Este es el tema del punto siguiente.

    2. Habermas trata de compatibilizar el concepto de mundo de la vida (desde la obraprincipalmente de Schtz, justamente el menos indicado para ser criticado) con su teora de laaccin comunicativa, afirmando que la consecucin del entendimiento, principio axial de la teora,significa al fin de cuentas la obtencin de un acuerdo entre los participantes en la comunicacin

    acerca de la validez de una emisin; este acuerdo impone el reconocimiento intersubjetivo de laspretensiones de validez que un hablante vincula con ella. El consenso no puede lograrse si, porejemplo, un oyente acepta la verdad de la afirmacin, pero pone en duda la veracidad del otro o laadecuacin normativa de la emisin (Habermas1987:171).

    Igual cosa sucede si un oyente acepta la validez normativa de un mandato, pero pone en duda laseriedad del deseo del mismo. En el ejemplo que Habermas pone a continuacin, el de un grupode trabajadores de construccin a la bsqueda de cerveza, son de una importancia gravitante lasjerarquas informales de los trabajadores ocupados en la obra, que configuran el marco normativoen el que uno puede exigir a otro que haga algo. De cierta forma, el mundo de la vida, estsiempre presente en el trasfondo de cualquier contexto. En cuanto plexo de remisiones se incluye

    en la situacin, pero en cuanto componente de la situacin pierde su trivialidad y solidezincuestionada. Efectivamente, si los elementos de una situacin se convierten en relevantes,determinadas autoevidencias pueden ser movilizadas en la forma de un saber sobre el cual existeconsenso y que simultneamente es posible de problematizar.

    Todos estos aspectos ya fueron resueltos por Schtz y su teora de la relevancia (Schtz 1971,Schtz y Luckmann 2003:182 ss.), con la salvedad que Schtz no estaba interesado en el logro deconsensos, sino en la fundamentacin general de una sociologa fenomenolgica de la actitudnatural mundana, profana, ordinaria, ms all de la filosofa trascendental de Husserl, a quien lereprocha (a) no haber resuelto satisfactoriamente el problema de la intersubjetividad y (b) confiaracrticamente en el mtodo de la reduccin fenomenolgica (epoj), que Schtz rechazacategricamente. Schtz busca soporte en una redefinicin exitosa de los tipos ideales de Weber,cuya mutacin en tipos mundanos, los llamados tipos constitutivos (Husserl 1993: 145 ss, Schtz1995: 162 ss.),ofrecen uno de los pilares sobre los cuales 20aos ms tarde Harold Garfinkelconstruir una praxeologa del mundo social cotidiano, ampliamente conocida comoetnometodologa (Garfinkel 2006).

    Pero volvamos a Habermas. Segn l, el concepto de accin comunicativa tiene que ver con dostipos de situaciones: (a) con el aspecto teleolgico de la realizacin de fines (o con la ejecucin deplanes de accin) y (b) con el aspecto comunicativo de interpretacin de la situacin y la obtencin

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