Epistolario entre Esteban Echeverría y Juan María Gutiérrez

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  • 7/31/2019 Epistolario entre Esteban Echeverra y Juan Mara Gutirrez

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    Epistolario entre Esteban Echeverra y

    Juan Mara Gutirrez (1840-1845)1

    Esteban Echeverra

    Juan Mara Gutirrez

    Leonor Fleming (ed. lit.)

    Sin fecha. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Mi amigo:

    Acabo de leer la carta que usted dirige a Thompson y he bendecido a la Providencia queme depar tales amigos.

    Yo lo esperaba todo de usted, Echeverra, porque le conozco y con la sinceridad deamigo le digo que en su carta hay algo de sublime.

    Usted ha mostrado que el poeta es sacerdote y que perdona las flaquezas del corazn.Ammonos y enseemos al mundo que slo crecen las virtudes a la sombra de lossentimientos elevados y generosos, etc., etc.

    Adis, mi Esteban, va a parecerme un siglo el tiempo que tarde en abrazarle.

    Juan Mara.

    Le mando el tomo de qumica y las obras de Valmore; las de Vigni tambin irn pronto.

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    21-1-1837. De Esteban Echeverra a Juan Mara

    Gutirrez

    Carta a un amigo. Enero 21 /1837.

    A J. M. Gutirrez.

    Amigo:

    Le mando mis poesas para que haga de ellas lo que quiera. En poesa, para mcomposiciones cortas siempre han sido de muy poca importancia, cualesquiera que sea sumrito, porque pueda llenar dignamente su misin proftica, para que pueda obrar sobre lasmasas y ser un poderoso elemento social, y no como hasta aqu entre nosotros y nuestrospadres, un pasatiempo ftil y cuando ms agradable; es preciso que la poesa sea grande,bella, sublime y se manifieste bajo sus formas colosales.

    Si yo hubiera podido realizar lo que proyect hace tiempo y sin cuyas miras jams mehubiera ocupado de poesa, mi ambicin se hallara satisfecha, mis tareas, recompensadas, ysera feliz; pero lo que el genio concibe o imagina, la tenacidad slo puede animarlo, y latenacidad es hija de la fuerza fsica, mas a mano frrea que pesa sobre m hace cuatro aos ycontra la cual batallo en vano, ha sofocado poco a poco mis fuerzas vitales, casi agotado misensibilidad, fuente fecunda de toda inspiracin, y dado por tierra con todas mis esperanzas:ya para m no hay porvenir, para usted s, amigo, y para otros jvenes que como usted sesienten animados de fuego divino para lo bello y lo grande y del noble amor de la patria.Coraje, pues, mi amigo. El resorte de la inteligencia es omnipotente, en vano las pasionesrastreras y mezquinas se arman, se adunan y vociferan en triunfo; en vano la materia,

    revelndose contra la potencia que le dio ser, quiere obcecada que domine el caos; lainteligencia rompe, desquicia y anonada las fbricas monstruosas de la ignorancia y laestupidez. La razn triunfa.Mens agitat molem.

    Su amigo

    E. Echeverra.

    21-3-1841. De Juan Mara Gutirrez a EstebanEcheverra

    Montevideo, marzo 21 1841.

    Querido amigo:

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    Supe, cuando menos lo esperaba, que nuestro D. Jos M. estaba en Buenos Aires, ytengo entendido de que los negocios de usted no estn en mal estado; no s si mis deseos mehabrn hecho interpretar favorablemente algunas cosas que supe har como un mes. Suslibros estn hace 4 das en poder de Posadas, y ste, tanto como yo, nos interesamos en que leproduzca a usted lo ms posible. De acuerdo hemos convenido en ponerlos en un remate a

    ver qu producen; de este modo se tiene el resultado ms pronto, porque la operacin delremate, usted ve que es cosa de minutos.

    Sigue por aqu la completa ignorancia de los negocios del Ejrcito; nada se sabe deoficio; corren, sin embargo, algunos rumores favorables; se dice que Oribe est en el caso deretirarse falto de caballos y de mantenimientos. Aldao ha sido derrotado y tambin Granada.Coh est en ese puerto preparndose a un crucero. Dios le lleve al bien!

    Le voy a encargar a usted una cosa que me interesa sobremanera. Mucho, mucho. DiegoAgero sabe en poder de quin est (del Seor Linch) un teodolite y otros tiles de mensurarque mand ah don Manuel Egua, y tengo autorizacin de ste para usarlos aqu. Quisiera

    que sin perder un momento me mandara usted esto ponindose de acuerdo con Diego Ageroa quien habl de esto aqu antes de su salida. Es un hallazgo para m el tener un instrumentotan bueno como el de Manuel y tan propio para estos campos por lo porttil que es. En eselugar de tan pocos vecinos no le ser a usted difcil indagar la suerte del dicho instrumento ysobre todo remitrmelo. Confo en la buena amistad de usted y en la actividad de Diego.

    Alberdi est muy bueno. Florencio nos ha tenido con mucho cuidado; se resiente delpulmn de modo que no puede alzar un brazo. Pens pasar al Janeiro y a Europa lo que trajomucha consternacin a Justita y a sus amigos: hoy est mejor, muy mejor.

    Hgame usted el gusto de darle las ms finas expresiones a mi amigo don Daniel Torres.Cundo los ver a ustedes dos?

    Juan Mara.

    7-4-1841. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Montevideo, abril 7 / 1841.Mi querido amigo:

    Habr usted recibido cartas de nuestro Gervasio, instruyndole del estado del negocio desus libros; parte de ellos est aqu y se vendern lo mejor posible tan luego reciba los queestaban en casa. Si ya no han venido es por la escasez de proporciones para obtener un buquey persona de confianza a quien recomendarlos.

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    Tenemos a Brown en la boca del Puerto. Todas las noches hacemos la guardia en elFuerte de San Jos, sin ms estmulo que la necesidad de ser consecuentes con nuestra causa.El Gobierno duerme; no hay medidas de guerra que alienten o consuelen. Se habla de paz yde transaccin con Rosas, quien sabe lo que hay de funesto en nuestro porvenir. Larevolucin en el Interior se desquicia; los nimos de los indiferentes y de los ricos aqu estn

    dispuestos a la paz. Y a la verdad que no pueden tener otra idea cuando el comercio y laindustria se enflaquecen a consecuencia de una guerra que no tiene campo de batalla; es decirque no se vislumbra su trmino por la derrota o la victoria prxima.

    Nada podemos hacer aqu, ni para la revolucin ni para el bolsillo. En 4 meses se hanagotado algunas fuentecillas que explotbamos. Nos revolvemos en una porcin de proyectosen que siempre le asociamos a usted, Bautista y yo. Jams se nos aparta usted de la memoriay si tomamos alguna resolucin capital usted ser instruido de ella, para que tome parte sicreyera convenirle.

    S que D. Pepe est bueno; todava no he tenido noticias de Juan Antonio Florencio se

    prepara a partir para Santa Catalina por el mal estado de su salud, aunque en estos ltimosdas se siente mejorado. Mis recuerdos muy sinceros a Diego Agero a quien dar usted lasgracias por el envo de los trastos de Manuel que recib sin demoras y religiosamente demanos del caballero Nin. Al doctor Torres mil cosas muy cariosas porque no podr olvidarledesde que tuve el placer de tratarle de cerca. Un abrazo, querido Esteban, de su invariableamigo amantsimo

    Juan Mara.

    Le incluyo una carta de D. Pepe recibida en estos das bajo mi sobre.

    Mi querido Echeverra:

    Todo cuanto nos ha escrito en su ltima es exacto. Veo que no se diferencian a pesar dela distancia nuestros modos de ver las cosas. Cada da pierdo una esperanza ms; hoy estoycomo la generalidad, suspirando por un arreglo que nos ponga a todos en el goce de una partesiquiera de nuestros derechos de trabajar y conservar el producto de nuestro trabajo. Si no esesto qu ms quiere usted que ambicionemos? Yo no veo que se trate hoy de otra cosa. Larevolucin cada da se ve ms abandonada y rutinaria. Usted hace perfectamente de llevar unsistema de conducta que le allane los medios de recuperar sus propiedades secuestradas. Porlos papeles se impondr mejor de las nuevas polticas, porque son pblicas todas las que hoycirculan.

    Su invariable

    Alberdi.

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    8-5-[1841]. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Montevideo, mayo 8.

    Querido amigo:

    He escrito a usted por el ltimo correo si no me engao y he ledo la carta a Posadas.Estamos contentos con la esperanza de abrazarle pronto, aunque no sea ms que paraayudarnos a sentir nuestros males y nuestra psima situacin. Hoy le escribo con el objetoespecialsimo de alentarlo a que pulse la lira. Se abre un Certamen potico, como ver ustedpor los diarios, para cantar el da de Mayo; los trminos del programa son stos: Encelebridad de la Revolucin de Mayo, de los obstculos que tuvo que vencer y de losbeneficios que ha producido al continente de Sudamrica. La idea se atribuye a RiveraIndarte, quien parece lleno de la mayor confianza en sus fuerzas; probablemente tendra ya

    escrita su composicin antes de proponer los trminos de ella.

    Creo que es su deber de todo el que sepa hacer versos el concurrir con los suyos estavez. Usted debe cantar, aunque no tenga ms tiempo que el de una noche. Si no le alcanza elpremio, se tiene el honor de haber podido concurrir a l, y sobre todo, nadie tiene obligacinde dar a conocer su composicin ni su nombre, segn las medidas que indica el programa porla presentacin de los cantos. Valor y manos a la obra. Todos los que trabajan son pigmeos allado de usted, que tiene la voz alta cuando piensa y habla en la lengua de los inmortales.Consrveme siempre su inestimable amistad y quirame como yo lo quiero.

    Juan Mara.

    No escribo a Torres para falta de tiempo, pero lo saludo cordialmente. Mil recuerdos a laseorita de Hynes.

    1-2-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Febrero 1 de 1844.

    Ro Grande do Sul.

    Mi querido amigo:

    He tenido 12 das de viaje y hace hoy tres que llegu a este destino. Antes de 24 horasestar de viaje para Pelotas, pueblo del interior que dista tres horas de buque de vapor. All

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    est Egua con mi hermana y pienso ver si puedo trabajar como agrimensor o en cualquieraotra cosa en la expectativa de los sucesos del Ro de la Plata. Me parece que me aguarda unavida vegetativa y de puro destierro. Esta ciudad no tiene nada de agradable; est atrasada; hayarena en las calles hasta el tobillo y el calor es insoportable. Por la Sala de Comercio deMontevideo le dirig a Rivera Indarte una carta incluyendo otras para Alberdi y para usted,

    que no s si habr recibido; hgame favor de decirme si han llegado a su direccin. Dgalo ami querido doctor Vilardeb que mi primer cuidado en Pelotas ser escribirle largo sobrecosas que le interesan, y mientras tanto espero que l o usted me proporcionen un ejemplar dela obra sobre este pas de Mr. Isabelle y otro de la carta de la Provincia de Ro Granderedactada por Zambeccari y publicada en Ro Janeiro no ha muchos aos; aunque esta ltimafuese prestada por algunos das yo sacara una copia y la devolvera.

    Si me arreglo en Pelotas le escribir ms largo dndole una idea de las cosas de all.Contsteme por conducto de los Fras y quirame siempre como le quiere su amigo

    Juan Mara Gutirrez.

    Memorias a todos los amigos, particularmente a Can.

    Pngale una oblea a esa carta para Cneo.

    21-3-1844. De Esteban Echeverra a Juan Mara

    Gutirrez

    Montevideo, marzo 21 1844.

    Querido Juan:

    Recib la suya de Ro Grande y le creo ya en Pelotas pero no empelotado. El encuentrocon Manuel y su hermana me parece muy oportuno y feliz. Deles memorias. Me han dicho seva usted a dedicar a la enseanza; deseara fuese cierto. Yo, ni Vilardeb, hemos podidotodava encontrar el libro ni la carta, pero irn probablemente por Baltar que debe salirpronto.

    La que me escribi desde a bordo me fue entregada por Indarte, quien recibi la suyapara l, pero no la para Alberdi y presume vendra bajo cubierta de Fras.

    Nuestro Bautista debe estar en Chile; mi ltima carta no le alcanz en el Janeiro.

    De poltica, nada nuevo sino el 4. y ms que ninguno entusiasta pronunciamiento de losfranceses, en consecuencia de gestin para el desarme promovida por Lain. No debaesperarse otra cosa.

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    Creer usted que todava no he podido reunirme con la parte del ngel cado paraenvirsela? Concluyo la segunda y ms difcil de las 4 en que pienso desarrollar el asunto.Me parece ser una cosa nueva con la pintura de un baile nuestro con todas sus hablillas ypeculiaridades.

    La 1. es una expansin completamente lrica, la 2. todo accin y movimiento a pesarque ahora como siempre no hago el drama externo sino el interno.

    Ca, Vilardeb y dems amigos lo recuerdan.

    Pacheco no guarda ojeriza alguna contra usted. Hemos hablado bastante. Su amigo comosiempre

    E. Echeverra.

    3-4-1844. De Esteban Echeverra a Juan Mara

    Gutirrez

    Montevideo, abril 3 1844.

    Querido Juan Mara:

    Por Medrano contest a la suya. Nuestro amigo Almeira, portador de sta, lleva tambin

    para usted el libro de Isabelle que me encarg. Se lo regala el mismo autor, a quien fui a vercon Vilardeb, por ser el nico que aqu lo tiene; y habindole hecho presente sera buenollevase su nombre para que usted sepa quin le hace el regalo, se prest a ello al instante. Meofreci tambin la carta de Zambeccari pero solamente con el fin que la hiciese calcar aqu,operacin muy difcil. No hemos podido encontrar dicha carta, y me parece que en ese puntoo en el Janeiro le ser fcil adquirirla.

    He concluido la 2. parte del ngel cado. Tendr como 1500 versos. Mis ideas,trabajando, se han extendido tanto que creo que el poema ser indefinido como el Don Juande Byron. En la 2. parte he entrado de lleno en el fondo de nuestra sociabilidad y todo elpoema no saldr de ella. Representa o ms bien bosqueja un gran baile nuestro, en el cual

    aparecen a bulto las principales figuras del poema.

    Los sucesos polticos marchan, a mi ver, a un desenlace rpido sin que por esto hayanada muy importante que comunicarle.

    Mande y no se olvide de su amigo siempre

    E. Echeverra.

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    Seor don Juan Mara Gutirrez.

    En Pelotas.

    Despus de cerrada sta encontr en la librera de Fernndez la carta de Zambeccari que

    tambin lleva nuestro amigo Almeira.

    9-4-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Pelotas, abril 9 1844.

    Mi querido don Esteban:

    Ya estaba inculpando su tardanza cuando ayer me dijo un seor Medrano que tena unacarta de usted para m, pero que la haba olvidado en Ro Grande. Sin leerla quiero escribirlede nuevo porque me place el charlar con los buenos y antiguos amigos. Ante todo sepa ustedque su hermano don J. Mara ha escrito a Pancho Molina con fecha 20 de febrero desde elPaso de San Borja, y segn el tenor de la carta supongo que no le ha ido mal en sus negocios.He tenido cartas y noticias de mi amigo don Juan Carlos Gmez, que vive en Porto Alegre yse empea en llevarme all. No estoy distante de aceptar sus ofertas porque aqu no se hacems que respirar en libertad. No falta una buena sociedad y sus tertulias, pero no se hallanhombres de nuestros gustos ni de nuestros estudios. En cuanto al comercio, todo est lleno de

    tiendas, la mayor parte pertenecientes a emigrados del Ro de la Plata; estos tenderos sesurten de algunos almacenes por mayor, como el de Fras, el de Galigniana, etc. Los vascos ycatalanes llegan tambin en gran nmero; hay fondas, se establecen fbricas de velas, lacompra de cueros se activa, las casas se reedifican; en fin, este pueblo abandonado ahora 6meses, hoy presenta un aspecto agradable. Tal vez una persona activa e industriosaencontrase aqu en qu ocuparse tilmente, sobre todo si tuviese un capitalito corto. Muchoscompatriotas nuestros salen a la campaa con cargueros de efectos y al principio fue sta unaespeculacin muy fructuosa.

    He escrito varias veces a Vilardeb y en mi ltima carta le suplicaba que me remitieseun cajoncito de papeles y libros viejos que dej en su casa cuando sal de Montevideo.

    Hgame usted el gusto de tomar inters en este envo dirigindomelo por don Manuel o donPastor Fras a Ro Grande, al cuidado de mi amigo don Emiliano Fras. Enveme, siempre quepueda algunos Nacionales. Salude a Ca y a su seora en mi nombre como a todos losdems amigos. A Miguel Can pienso escribirle en primera ocasin.

    Su amigo invariable

    Juan Mara Gutirrez.

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    No he conseguido todava una sola carta de Buenos Aires a pesar de haber escrito portodas las ocasiones.

    Entrgueme la adjunta para el poeta Magarios.

    4-5-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Mayo 4

    Querido Esteban:

    Tengo dos cartas de usted que llegaron muy tarde; la primera de 21 de marzo; la 2., de 3de abril. Tambin estn en mi poder el libro y la carta que trajo Almeira, por cuya adquisicindoy las ms vivas gracias a los generosos amigos que tanto trabajo se toman por m. Tal vezescriba 4 renglones de gracias a M. Isabelle, en cuyo caso usted tendr la bondad deentregrselos. No me he entregado a la enseanza, como le han dicho a usted sino a la mscompleta haraganera: se pasea, se visita, se baila tambin; no falta de vez en cuando unaorga meramente masculina, etc. Sin embargo ser preciso pensar en algo luego que meresigne a permanecer aqu. Juan C. Gmez me ha escrito de Porto Alegre, invitndome a irall a vivir, a trabajar con l. Este excelente amigo hace buenos negocitos y no estoy distantede pensar en un viaje a la Capital de esta Provincia. Ya me conocen como ingeniero y mesera fcil obtener la confianza de algunas familias para dar lecciones de cualquiera cosa

    aunque sean un poco a la violeta. En fin, no tengo el hambre ni la miseria por lejos del cuadrode mi vida aqu. Este pas es sin duda rico y encierra las mismas fuentes de riqueza que el Rode la Plata. Aqu el gran negocio son los saladeros y todo lo concerniente al beneficio delganado vacuno. La circunstancia de hallarse en guerra esta Provincia y de ser limtrofe al E.O. y a nuestra Repblica, puede dar malos ratos a los emigrados del Ro de la Plata. Ya hoyno quieren dar pasaporte para este destino; y el coronel Caedo, por ejemplo, a pesar de susclamores al barn de Caxias no ha conseguido sino el pasar a San Jos del Norte que es unaTebaida pequea, un mdano, donde no encontrar ni un compatriota, ni apoyo de ningngnero; Bernal, Inurrieta, Almeira no han podido obtener tampoco pasaporte. Srvale a ustedesto de gobierno pero no lo haga correr, porque no quiero hacerme rgano de ninguna noticiapoltica.

    Averige de M. Fras si la carta para Alberdi fue bajo su cubierta. En caso contrarioRivera Indarte tiene para conmigo una responsabilidad y alguna pildorilla tal vez dentro delcuerpo.

    Venga ese ngel cado, y que venga cuanto antes; estoy enamorado de una mujer queama los versos y los de usted muchsimo. Lo felicito para la continuacin de este poema;unido al de La guitarra formar un lindo volumen digno de su nombre y ansiado por la

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    novedad de sus pinturas. Tengo muy presente lo que usted me ley de La guitarra y muyparticularmente aquellas escenas de la quinta mediante la noche. Courage. He visto que seprepara un Certamen para el prximo 25. Que no est yo entre ustedes!! No para pretenderun triunfo sino para poner la corona de l, con lgrimas de placer en los ojos, sobre la frentedel amigo vencedor; porque de cierto todos son mis amigos, los que cantarn. Usted tiene mil

    ventajas en la lucha y no es la menor lo mucho que se ha familiarizado con las faces vastas yfilosficas de la Revolucin de Mayo. Cunteme todas las circunstancias de este asunto quetanto debe interesarme, como patriota, como argentino y como ausente del palenque.Indqueme usted que cosa de esta Provincia pudiera serle til o agradable para mandarle enretorno de la carta de Zambeccari, cuyo precio no me indica. Anoche hemos hablado de ustedmucho con Jacoba Martnez Nieto.

    A Vilardeb, a Can, a todos los amigos los tengo presente. Al doctor mil cosas por laparte que tom en la adquisicin del libro de Isabelle. Dgale usted que acaban de hacermeuna oferta de planos y papeles, etc., de Buenos Aires, que son diamantes de Golconda,mrmores de Memfis, perlas de Ceyln y muchachas de 15 aos en lo apetitosos. Esta oferta,enteramente gratuita y espontnea, unida a unas promesas de fortuna, me han sido hechasmisteriosamente y dentro de un mes tendrn algn fundamento o se desvanecern; porsupuesto que esto es independientemente de todo compromiso poltico. Son oficios de unamigo para conmigo.

    No me olvide, escrbame largo cuanta vez pueda. Aqu esperamos por momentos elresultado de los acontecimientos del 24, que es la fecha ms reciente que tenemos. Segn lascartas de aquel da las fuerzas nuestras permanecan en el campo y eran ya las 4 de la tarde. APacheco y Obes, para quien tuve siempre mucha amistad y estimacin, dele usted unrecuerdo mo cuando lo considere oportuno. Un abrazo y un beso de su amigo

    Juan Mara.

    No s nada de D. Pepe ni de Jos M. D. Pepe, como le dije, estaba en el Paso de SanBorja el 20 de febrero ltimo y permanecer all probablemente.

    Cunteme de pe a pa cuanto pase en el Certamen. Esos versos han de tener olor aplvora. Cante usted el porvenir y le aplaudiremos y le coronaremos. A la obra.Allons.

    Escribo con esta fecha a M. Isabelle dndole las gracias por su obsequio y entrego lacarta a un comerciante francs de aqu para que la remita. Avseme si la recibe o no M.Isabelle. No deje de mandarme El ngel cado. Aqu hay gran aficin a los versos yparticularmente a los de usted.

    30-6-1844. De Esteban Echeverra a Juan Mara

    Gutirrez

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    Junio 30 1844.

    Querido Juan:

    Recib su ltima bajo cubierta de Domnguez. Supongo estar en su poder una que le

    escrib antes envindole el cajoncito de papeles por conducto del seor Martnez. Hice laaveriguacin que me encarga y su pronstico es cierto. Indarte no entreg carta alguna a Fraspara que se remitiese a Alberdi, ni l lo habr hecho por s tampoco pues estaban enentredicho. No lo extrae. Nunca espere usted proceder leal de ese hombre.

    Habrn llegado a su noticia las mentas del 25. No fue Certamen sino simple lectura decomposiciones a Mayo, verificada en el Teatro. Yo hube de pronunciar tambin un discursocon motivo de encargarme Lamas la redaccin de una obra de enseanza primaria. El mismoda 25 a las 4 de la tarde acordamos con Lamas que lo hara, pero despus, a la noche, en elTeatro anduvieron sisando y me entibiaron. No quise insistir ni manifestar empeo porque,como usted sabe, s tomo las cosas con calor fcilmente me entibio, y porque creo que en mi

    calidad de husped de parte suya debi mostrarse noble y franca la urbanidad. Mi discursoestaba calculado como para conmover al pueblo (cosa que no es difcil) y no dudo hubierasido el hroe de lafiesta. Usted lo ver. Va al frente de la coleccin de poesas a Mayo cuyaimpresin presumo se concluir pronto. Voy a satisfacer sus deseos comunicndole todo loocurrido. Domnguez y yo fuimos los ms aplaudidos, pero segn dicen todos, la ma fue lalaureada por el pueblo porque hubo explosin de aplausos y gritos y vivas y a m se me llampor mi nombre a la escena. Ha de saber usted que el nico que concurri a ese acto por meracomplacencia fui yo, que no apeteca esos aplausos porque s lo que valen y cun fcil esarrancarlos y que tampoco tena fe en que mi composicin fuera la ms a propsito por seraplaudida en un acto semejante.

    Entretanto Indarte, que como sabe me haca, tiempo hace, la guerra por bajo, devoradode envidia porque fue el ms descartado de todos, en una noticia de las fiestas mayas no hizomencin especial de mi composicin como hizo de la de Domnguez. Era un desmentido alpblico y todos se escandalizaron porque lo crean en buena harmona conmigo. Pero yo nolo extra y me re. Lamas, al otro da, y antes que yo hubiera ledo la crnica de Indarte, mehabl de la omisin y me dijo que el Presidente del Instituto iba a hacer publicar en el mismoNacionaluna rectificacin de la crnica. No lo hizo y no he preguntado por qu. Supongoque por no chocar con Indarte.

    Despus, con motivo de un comunicado de Un Oriental sobre el hecho del Teatro,Indarte escribi un artculo en que me ofende directamente. Esto dio margen a la carta quever usted en El Constitucionalque le adjunto con todo lo dems para que se imponga.Lamas y don Santiago influyeron, o mejor Indarte tuvo miedo y se content con escribirmeuna carta, la que contest con la primera. Volvi a escribirme otra y le repliqu con la 2.. Lacosa ha quedado ah porque don Santiago ha intervenido. No le mando las cartas de Indarteporque son muy sonsas y en mis contestaciones hallar la sustancia de ellas; pues pararefutarlo he ido tomando lnea por lnea. Presumo se guardar de atacarme por la prensa, y secontentar con proseguir la villana difamacin por bajo. Lo mismo haca con [...] seausentaron.

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    En mi 2. carta he querido reprimir su insolencia dndole un palo de firme pues henotado que slo es valentn con los flojos. En la 1. cartita a Pacheco ver usted la idea queme ha movido principalmente.

    De este hecho resulta una triste verdad y es que a pesar que todos reprobaron el hecho

    indigno de Indarte nadie lo manifest por la prensa: por lo que yo me vi obligado adefenderme personalmente; y esto qu prueba? Que entre nosotros no hay sentimientos demoralidad y que los villanos pueden campear a sus anchas, seguros de la impunidad. Paz ymuchos argentinos se van a Corrientes. La Revolucin est en pie all nuevamente y bajobuenos auspicios. All est su teatro, amigo. Usted no debe, no, alejarse de su pas. EnCorrientes hallar usted mujeres, amigos, y conquistar fcilmente una posicin.

    Le mando una prueba de mi discurso, pero con encargo de remitirla a Corrientes paraque all la publiquen en algn diario. Puede drselo a Albarracn, Osua u otro; o escribirle aBaltar, incluyndoselo de mi parte pues qued comprometido a hacerlo.

    Aqu tenemos a doa Mara Thompson de paso para Francia. Me parece que le escribe.Su familia est muy buena. Haba noticia de Juan Antonio.

    Adis; escrbame lo que resuelva hacer. Estoy ocupadsimo. Redacto la obra deenseanza. Siento tener que suspender mingel cado porque de vena, y despus sabe Diossi lo podr. Hago copiar las dos partes para envirselas.

    Don Florencio acaba de llegar hoy, 2 de junio. Vilardeb se fue al Janeiro.

    Tenemos a Pacheco de General de las armas y de Ministro.

    Su siempre amigo.E. Echeverra.

    7-8-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Agosto 7 1844.

    Porto Alegre.

    Mi querido Esteban:

    En 1. del corriente y en 21 del mes pasado he recibido cartas de usted pero no en elorden de sus fechas. La de 30 de mayo lleg a mi poder en 19 de agosto y la de junio 30 el 21

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    de julio, como le deca a usted. No es poca dicha que hayan llegado porque parece que todose conjura contra nosotros, hasta la lentitud de las comunicaciones. Recib por Osua todo loque usted me mand y se lo agradezco en el alma. Agradezco los versos porque sabe ustedcunto amo la poesa y particularmente la de mis nobles amigos que trabajan por la libertadde la patria y la civilizacin. Agradezco sus copias de cartas a Indarte porque en esto me da

    usted prueba de confianza que estimo en mucho. Pero tengo que confesarle que he sabidoaquella ocurrencia con mucho pesar, porque no deben batirse a sangre los que se encuentranen unas mismas filas. Por otra parte, no es el mrito de usted de naturaleza a ocultarse. Suconducta est manifiesta y ella ha sido, ahora, como siempre, discreta y noble. Indarte es unmal enemigo, no olvida nunca y las heridas que usted le ha abierto nada menos que en suamor propio de autor y de literato son de aquellas que sangran y duelen muchos aos. Yo lepido a usted que eche un velo sobre todo lo que ha pasado, que no hable ni escriba contraIndarte. Haga usted su obra, mi querido Esteban, y no se d por entendido de una que otraespina que pueda tropezar su pie. Hay ya aqu personas que han estado en el Teatro deMontevideo el 25 de Mayo y me han dicho que las composiciones de usted y Domnguezfueron las ms aplaudidas. Hubiera dado cualquier cosa por estar en Montevideo a la llegadade Florencio y de nuestra amiga doa Mariquita; mucho pudiera haber hecho a favor de misnegocitos una entrevista con esta seora bendita que se ha reservado el escribirme sobrecosas que me interesan mucho desde Ro Janeiro. Muy pronto sabr cul debe ser laresolucin en la primavera prxima. Por cartas que acabo de recibir de Pea estoy decidido apasar al Pacfico; me dice que Juan Antonio est muy bueno y haciendo acopio de oncitas.(Son las palabras de Pea).

    Pasar de aqu a Ro Janeiro para tomar all pasaje. En Chile me demorar alguna cosa yde all seguir a Guayaquil con escala en Lima. Tengo ansia de vivir con Juan Antonio; es lonico que me hara llevadera la ausencia del Ro de la Plata, y tambin la nica perspectivade mejor fortuna. Por aqu no hay nada que hacer de provecho; pequeos quehaceresincmodos y poco productivos; ni los quiero ni me convienen. No venga usted nunca a RoGrande si no lo trae a usted una especulacin determinada. En caso de dejar a Montevideo, laproa a Chile. Le hablo por informaciones precisas recibidas ltimamente. Pienso escribir aFlorencio cuando salga para Ro Janeiro: mientras tanto encargo a usted de que le haga unavisita en mi nombre; dgale que estoy aqu sin reserva, a su servicio y disposicin; que tengohambre de orle hablar; que quisiera saber lo que haya hecho en Europa a favor de las ideasque fe ocupaban tanto en los momentos de nuestra separacin: la historia y la literatura delRo de la Plata. Felictele por la buena salud que me han dicho que disfruta. Y abrace aHctor en mi nombre. Alberdi lleg bueno a Chile, segn Pea; se sorprendi al saber que yono estaba all. Ha publicado algunos folletines en los diarios, que no conozco. La prensachilena me parece muy adelantada y decente, no es verdad? No pienso, mi amigo, vender elterreno de La Teja, ni Manuel tampoco. Descanso en la proteccin que le da la rectitud dedon Samuel Lafond y tengo la esperanza de edificar cuando sea viejo, para tomar campo en elverano; all hablaremos de nuestras fechoras, con el habla temblona y el bordn en la diestra.Dese por convidado. Ms seguro es que el rendez-vous se verifique en el valle de Josafat.Esperemos. Escribo a Vilardeb con esta fecha. Aqu lo paso perfectamente pero en la mscrasa inaccin y haraganera. He olvidado hasta el leer de corrido y las Musas me han huidocomo canes que se ahuyentan de casa del amo por falta de migas. Perdone usted lacomparacin; estoy embrutecido.

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    Aqu est en clase de secretario de Gobierno el Director Magallanes, a quien se le reputaprimer poeta brasilero; le trato con frecuencia. La carrera de este joven tiene algo de parecidacon la de usted Estudi en Europa; a su regreso dio a conocer, bajo el ttulo de Suspirospoticos, un libro de poesas bajo la inspiracin moderna, muy lleno de recuerdos de la patria,de mucho amor a la libertad y de pensamiento en Dios. Un libro que hizo revolucin y le

    abri a una carrera que pudiera ser ms brillante si l hubiera querido. Es autor de variosdramas, de novelas cortas, y su ltimo trabajo es una bella tradicin de La muerte deScrates de Lamartine. La juventud brasilera hace fuerzas por la independencia de laliteratura, pero tienen algo de flojo los ensayos. Redactan la Minerva Braslica con esteobjeto. Los portugueses europeos tienen dos poetas muy afamados: Castillo, autor de Losciumes del Bardo (Celos del Bardo) y deLas noches del Castillo (ciego desde muy nio), yGarrett, autor deLa muerte de Camos, bellsimo poema, y de algunos dramas y artculos dehistoria y literatura. El vizconde de S. Leopoldo, autor dos Anaes da Provincia de RoGrande, tambin est aqu y le trato.

    Agosto 27.

    Hasta hoy no se me presentaba oportunidad para mandar esta carta y no quiero cerrarlasin agregar algunas palabras. Hace 2 das que lleg aqu el doctor Gelly de Ro Grande, depaso por el Paraguay. Me ha propuesto muchas cosas y hemos quedado que me escribirsobre las promesas que pueda hacerme el Gobierno paraguayo. Le he dado esperanzas porquecuando hay tempestad es bueno tener el mayor nmero posible de tablas de que asirse en casode naufragio. El general Paz no aparece. En esta Provincia no quieren a Rosas y los legalistasmucho menos. Sin embargo no espero que el Gobierno brasilero d la cara en una guerraabierta. El Comercio, nico peridico de esta ciudad, public una carta, interceptada a losblancos y copiada delNacional, en que se trataba al Emperador de mocoso emperador de lasbananas. Por supuesto que no ha agradado este desacato.

    No he podido tener cartas de Jos Matas. Los Baltares, que estaban aqu hace pocosdas, me dieron de l una media noticia. He tenido una carta de Mrmol, de fecha 27 de julioen que me convida a pasar con l a Chile, trazndome el plan de un viaje muy arriesgado.Usted sabr que se embarc, que volvi mucho tiempo despus, de arribada, habiendoarrostrado muchos peligros en una desgraciadsima navegacin. No ser malo que me mandecuanto pueda y quiera respecto a cosas que usted quiera que sean conocidas en Chile, porquees muy probable que me vaya en la prxima buena estacin y podra yo reimprimir oimprimir en los diarios lo que usted quisiera confiarme. Si puedo juntarme con Juan Antonioy ste se halla, como presumo, en buen estado de medios, es probable que pase a dondepueda hacer la publicacin que tanto deseo de poesas del Ro de la Plata. Tengo a este finmuchos materiales y no me aparto de ellos. Usted, que est en vena, deba trabajar unamonografa histrica sobre las letras argentinas, que en Montevideo no le faltarn materiales.Haga de modo que cuando nos encontremos pueda mostrarme muchas cosas nuevas ybuenas.

    No tengo tiempo ahora para escribir a Luis Domnguez. Dgale que recib lasencomiendas de libros y que lo quiero como siempre; dgale tambin mis proyectos de viaje.Salude en mi nombre a Can, a Cneo, a Cantilo, a todos mis amigos que se hallen all. Usted

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    escrbame y consrveme la amistad a que correspondo con toda la fuerza del corazn y de lavoluntad.

    Juan Mara Gutirrez.

    21-11-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Pellotas, noviembre 21 de 1844.

    Querido Esteban:

    Supongo ya en su poder las cartas que le dirig por Pedemonte. Hace como 15 das quehe vuelto de Porto Alegre y ni una letra he hallado suya.

    Aqu estoy mal, muy aburrido y pensando en los medios de pasar a Chile. Cartas quetengo de all me inducen a hacer el viaje lleno de esperanzas bien fundadas de trabajar conhonra y provecho. Pero esto es lo ltimo del mundo y teniendo fondos abundantes enValparaso, no los puedo hallar aqu. Mientras tanto el tiempo urge; la estacin es una sola enel ao para doblar el Cabo y esto me inquieta. Alberdi est muy contento; he tenido cartas del y de Francisco Pea, comerciante rico de Valparaso y amigo mo desde la niez. Segnuno y otro, mi hermano Juan Antonio est en camino de hacer una fortuna considerable.Deseo unirme a l con ansia porque juntos pudiramos burlarnos de los temores de un

    porvenir perpetuamente fuera de la patria. Con el espritu quieto se puede trabajar y sobretodo yo completara la serie de viajes que me propongo hacer.

    Mand a Corrientes, por excelente conducto, los papeles que me recomend usted. Loslleva un mayor llamado don Cirilo Almeira, despejado y activo. Si salgo de aqu he deescribirle desde Ro Grande y luego desde Ro Janeiro al partir para Valparaso. Quisierapoder hablar con usted para saber cmo piensa y qu se propone. Si las cosas u otro motivo lesacan de Montevideo que no sea para esta Provincia ni para ninguna otra del Brasil. Esconsejo de mi experiencia. He escrito una carta para don Pepe desde Porto Alegre porconducto que creo seguro. Le daba noticias de usted. No vivo sino para desear que noshallemos en algn lugar del mundo juntos, acompaados de aquellos amigos de nuestra

    predileccin entre los cuales la vida es tan agradable. El ngelse ha quedado en el cielo desus promesas; aqu he odo hablar de l. De las poesas a Mayo slo conozco la de usted deDomnguez, de Rivera Indarte y nada ms. Mande con prevencin a Vilardeb un ejemplarde ellas para que me lo entregue, si paso por Ro Janeiro, como es probable. Nada s de esteamigo. Recib el cajn con papeles venidos por Martnez. Gracias. He recogido algunos datossobre esta interesante Provincia. He visitado la famosa colonia de San Leopoldo, tan pococonocida hasta de los naturales, y he redactado una ligera memoria, de la cual mandar talvez una copia al Instituto Histrico de sa. Esta colonia es una de las cosas dignas de

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    estudiarse en esta parte de Amrica por el influjo que puede tener sobre la suerte de este sueloy porque es un ensayo sobre el cual se pueden resolver muchos problemas sobre colonizacinpor extranjeros.

    Le escribo a vuelo como campana milanesa. Si pudiramos conversar!! Deme noticias

    de los amigos y salude en mi nombre a Mitre, a Pico (don Pancho), a Domnguez, a Varela, aLamas, a cuantos usted sabe que distingo. A usted, sobre todos, un abrazo.

    Escrbame

    Gutirrez.

    El general Paz lleg a Puerto Alegre el 4 de este mes y se detuvo slo cuatro das, unacosa as.

    Parejas y Velor han salido ahora seis das. Aqu no se han podido arbitrar medios para

    socorrer los transentes a Corrientes: pobreza, pobreza y nada ms hay por aqu. Huya ustedde esto como del Infierno.

    6-12-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Pellotas, diciembre 6 de 1844.

    Mi querido Esteban:

    Dentro de pocos das estar en marcha para Ro Janeiro y de all para Valparaso.Dirjame sus cartas y comisiones para el Janeiro con sobre a Vilardeb. Vea en qu puedoserle til all y no economice sus pedidos. Hace tiempo que no tengo noticias suyas. Chilavertme ha dado algunas. Bueno. Bravo! Me ha dicho tambin que don Melchor habl de mcosas, que no son ciertas, en un negocio de 100 o 150 patacones que me entreg por suMinisterio. Me importa mi reputacin cerca de mis amigos, y es preciso que sepa usted queesa cantidad fue pedida por m y pagada por l por trabajos hechos que valan diez veces msy no para haceresos trabajos: la prueba es que varios das despus que el general Paz recibi

    mi plano de los alrededores de Montevideo percib yo el dinero; no tuve que pagar peonesporque dos chinos que nos acompaaban eran soldados mantenidos por el gobierno; y Eguacoma perfectamente en su casa. Porque si se dijese que haba robado un cuartillo enMontevideo renunci con tenacidad a la direccin de una parte de la lnea de fortificacin aque me forzaba el general Paz, cuyas notas conservo. Me parece sueo tener que vindicar mihonradez, cuando en Buenos Aires, he dejado por escrpulos de monja de hacer una fortuna,y en Montevideo no he guardado un peso que no fuese fruto de penosos y malos ratos. Loms gracioso es que se me acuse de mal manejo en donde descienden los funcionarios

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    pblicos por diestros en el arte de Platiques y de Mr. Suton, l'art de l'escamotage. Esto no esms que un desahogo con usted y no quiero que tome color de chisme o de enredo. Sinembargo, si es cierto que tal dijo mi amigo Pacheco y Obes, diga usted tambin la verdad aquienes puedan haber dado crdito al exministro. Por lo dems, tan tranquilo de concienciacomo experimentado en las cosas de la vida, ni me importa el juicio de los que no me

    conocen ni me han odo, ni guardar rencor contra quien me calumni, si es cierto que lohizo. Basta. Qu hace, qu ha hecho? Escrbame y salude a todos mis amigos entre quienesusted es el predilecto.

    Juan Mara Gutirrez.

    Entregue esa carta si est ah la Seora.

    Si me escribe con sobre para Vilardeb dgale que si no estoy reserve en su poder lo queusted le enve hasta mi arribo.

    18-12-1844. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Ro Grande, diciembre 18 de 1844.

    Mi querido Esteban:

    Hace algunos das que le escrib desde Pellotas por conducto de Chilavert; pero comoste demora su regreso a Montevideo y estoy en vsperas de un viaje largo, no quiero perderla presente ocasin de escribirle. La estacin es favorable para doblar el Cabo de Hornos yvoy a verificar mi proyectado viaje al Pacfico; al efecto paso a Ro Janeiro a tomar pasaje.Para los modos de adquirir que estn a mi alcance, nada promete esta Provincia, comoninguna otra del Brasil. Voy a tentar fortuna en Chile, en donde a creer las cartas de misamigos de all, encontrar ocupaciones productivas y honrosas. Tengo deseos de hacer algo,de ver la sociedad, y dar las espaldas para siempre a estas selvas y montaas que tanto herecorrido y que me tienen cansado. Saldr dentro de tres o cuatro das y slo permanecer enRo Janeiro el tiempo necesario para encontrar buque. Pero como este tiempo puede ser largo,dirjame all los encargos que quiera hacerme para Chile: cartas, papeles, etc., sobre todo

    quisiera ver su letra antes de darme a un viaje tan largo y peligroso. He tenido varias cartas deVilardeb y espero tener el placer de volverlo a ver y de conversar con l. Por aqu ha pasadoel ltimo de los Plantagenet que usted ya conoce; no tiene ni cabeza ni patacones. Lasnoticias que tenemos de sa son tristes y me confirman en la idea que tuve siempre sobre lacuestin que se ventila por las armas delante de esas murallas. Recurdeme a los quepregunten por m y reciba un fuerte abrazo de su invariable amigo.

    Juan Mara Gutirrez.

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    24-12-1844. De Esteban Echeverra a Juan Mara

    GutirrezMontevideo, diciembre 24, 1844.

    Querido Juan:

    Acabo de recibir la suya del 6 datada en Pelotas. Pocos das ha contest a su anterior porconducto de Martnez Nieto, encargndole que si no lo hallaba all quemase mi carta. Temono llegue sta a tiempo, y sentira mucho se fuese tan lejos sin llevar un adis mo.

    Chilabert habla mucho. Tenga usted por un cuento ridculo toda esa charla. Pacheco

    delante de m siempre ha hecho de usted buenas ausencias; ni hubiera yo sufrido de l ni denadie palabras que injuriasen su honor, como el de cualquier amigo, sin contestarlasdebidamente. Olvide eso.

    Nada tengo que encargarle para Chile porque escrib poco ha por un buque que sali deaqu. Vilardeb le dar ms diarios donde se halla la Advertencia que he puesto en la obra deenseanza que present un mes hace al Gobierno. Llvela a Chile para que la vean losamigos, y la reproduzcan, si lo merece. Ha gustado mucho aqu, me ha granjeado este trabajola simpata y los aplausos hasta de los antagonistas de antao, y ste es un gran triunfo paranuestras doctrinas. Espero verlos a todos alistados bajo nuestra bandera. Usted ver sinembargo que no los lisonjeo y les doy por bajo en la Advertencia como en el cuerpo de la

    obra. La adopcin de la Autoridad debe dar a la obra, y por consiguiente a la doctrina quecontiene, una sancin oficial, y esto es cuanto podemos apetecer. Mi obra no es local sinoamericana, porque es uno el espritu y la tendencia de la revolucin de los pueblossudamericanos. Como me he desembarazado de ese trabajo he vuelto al ngel cado,interrumpido desde marzo. Voy a dejar la vida disipada y loca que he tenido muchos meses ya trabajar, porque me voy consumiendo y envejeciendo por dems. El diablo es que el malhbito y las miserias que nos rodean me hacen quebrantar mis propsitos. Viene bien.Pacheco debe tener las dos primeras partes del ngel cado y una copia de la obra deenseanza. Procure leerlas y dgame antes de irse su opinin franca, ya sabe el valor que tienepara m.

    En el nmero 10 de la Minerva Brasilense hay un artculo sobre la literatura argentinaque debe llevar a Chile y publicarlo. Hay muchos aqu que desearan ver la continuacinprometida. Procure relacionarse con el autor de ese artculo y estimularle a continuar susindagaoes. Nos conviene mucho el juicio (que no puede ser sino imparcial) de losextranjeros. Es el modo de confundir a los envidiosos y a los pandilleros.

    El autor de ese artculo manifiesta buen criterio literario y un conocimiento poco comn,aun entre nosotros, de la literatura argentina. Indarte no reproduce ese artculo? Me honra

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    demasiado y eso lo mortifica. Contiene adems verdades que ninguno de nosotros se haatrevido a proclamar por no herir a los que no han perdonado medios para desconceptuarnos;y entretanto si no se dice la verdad, la literatura no puede adelantar porque el pueblo no tienecriterio propio, y ni las obras ni los talentos jams sern apreciados debidamente. Soy deopinin que se debe hablar sin embozo y alto cuando su trata de progreso literario y poltico,

    y estoy resuelto a hacerlo sufra el que sufra. De otro modo no se anda, se retrocede o se estinmvil. Haga usted y todos los amigos en Chile lo misma para que marchemos unidos enespritu y en tendencias.

    Voy a ocuparme pronto de una Mirada retrospectiva sobre el movimiento intelectual enel Plata desde el ao 30 en adelante. Precisamos inventariar lo hecho para saber dndeestamos y quines han sido los operarios. No creo haya otros nombres que los de nuestragente. Veremos que dir la otra. Se quedar con la boca abierta. Pondr en seguida de esetrabajo el Cdigo, (revisto, corregido y aumentado) porque es el resumen de nuestra sntesissocialista. Me falta para esto el i que le cuando se form la Asociacin en Buenos Aires.Demetrio Pea lo copi y debe tenerlo. Queda usted comprometido a mandarme una copia asque llegue a Chile.

    Nada ms se me ocurre. Cundo nos veremos? A Alberdi y dems amigos en Chile,recuerdos afectuosos.

    Doa Marica se fue a Buenos Aires. Ir la carta.

    Ahora y siempre, su amigo invariable.

    E. Echeverra.

    No le mando la poesa a Mayo porque fue ya a Chile, donde segn Alberdi debernreproducirla al mismo tiempo que mi discurso. Deseara que me mandase los peridicosdonde se hayan publicado. Cada da escribo peor. No se si entender mi algaraba.

    Memorias de los amigos.

    30-1-1845. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    EcheverraRo Janeiro, enero 30 1845.

    Mi querido Esteban:

    Aqu me tiene usted todava desde el 8 del mes actual sin que se presente buque paraValparaso. Si no fuese tiempo perdido, sera muy agradable el que paso aqu, porque esta

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    ciudad es verdaderamente europea y su situacin superior en belleza a cuanto puedaimaginarse. Leo en este momento su manuscrito sobre educacin y le felicito por la ocasinque se le ha presentado de continuar con la difusin de las ideas que redact usted en elCdigo de nuestro amor y de nuestros convencimientos.

    He ledo un opsculo de Fras sobre materias religiosas, y otro de Alberdi: Polticacontinental. Mrmol trabaja en un poema titulado El Peregrino, en el cual lucen las calidadesque siempre mostr, depuradas de sus defectos de inexperiencia. Entre los nuevos elementosque deben entrar en la literatura del Plata empiezan a aparecer las escenas del Ocano, al senodel cual ha echado la Revolucin a algunos de nuestros versificadores. Todo ser en nuestragloria, gracias a nuestro magnfico y doloroso destino actual. Courage, mon ami!, trabaje ytrabaje con empeo. Aqu estn, y los frecuento, nuestros amigos: Vilardeb, los Pachecos,Estivao, a que he tenido la fortuna de conocer aqu, Somellera, Fras, Magarios, etc. Todosme dan pruebas de estimacin.

    No he podido obtener todava la Revista o Minerva Brasilera que se ocupa de nuestra

    literatura; pero no puedo persuadirme que sea exacto, aunque se haga justicia a algunos denuestros escritores. Yo me propongo publicar donde pueda mis estudios continuos sobrenuestra literatura; los poetas de mi patria, as como los guerreros de la Independencia, sonmis hroes, mis amores, mis lares, y he de hacer cuanto pueda por su gloria. Mi crtica no esla de usted; yo no pongo de vulto sino lo bueno; as estoy sentido con usted para el palo quele ha dado a mi viejo Lpez al juzgar su Himno que como la Marsellaise francesa tiene detodos el respeto de un estandarte agujereado por los enemigos, pero salvado por la victoria.

    Escrbame siempre dndome cuenta de la marcha del pensamiento argentinodondequiera que usted se encuentre. Mire que lo quiero y que su olvido me atormentaracomo la muerte de un hermano. Recurdeme a la amistad de todos los amigos, de Florencio,de Lamas, etc.

    Su amigo invariable

    Juan Mara.

    25-2-1845. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    EcheverraRo Janeiro, febrero 25 1845.

    Mi querido Esteban:

    A pesar de lo que dije a usted en mi anterior trat de ponerme en relacin con el autor delasIndagaciones sobre la literatura argentina. Me pareci que el mejor medio era escribir

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    unos apuntes sobre el mismo asunto para llenar vacos y rectificar juicios equivocados de queabundaba la Minerva, dedicndolos al autor del artculo. En consecuencia, ayer recib lavisita del seor Joaqun Norberto de Souza Silva, el cual es un joven modesto entregado debuena fe y con buenos antecedentes a la cultura de las letras; me present un libro suyo depoesas: Modulaciones poticas, a cuyo frente se halla un bosquejo da historia da poesia

    brasileira. Es autor de varias otras obras. Hablamos de usted y me dijo que iba a escribirle;pero me parece que debe usted hacerlo antes mandndole sus obras que l tiene muchosdeseos de leer. Vive en Nycteroy, Rua d'el Rei N. 55. Tambin puede mandar su carta ylibros a laRua do Ouvidor, Albino y Jordan, divisa del libro azul, donde va frecuentementeSouza Silva. Est traduciendo mis apuntes para la Minerva; es preciso que usted no descuideesta relacin porque puede ser importante para en adelante. Yo trato de acopiar cuantosmateriales puedo para conocer la literatura de este pas que algunos niegan, pero sin razn;hay hombres de capacidad y sobre todo de imaginacin. Por otra parte, cuanto se dijese sobreeste asunto sera completamente nuevo en nuestras Repblicas.

    An no tengo esperanza de salir de aqu, esto me aflige, aunque me gusta mucho RoJaneiro.

    Su amigo

    Juan Mara.

    No olvido a uno solo de mis amigos en sa. Saldelos en mi nombre.

    25-9-1845. De Juan Mara Gutirrez a EstebanEcheverra

    Valparaso, septiembre 25 1845.

    Mi caro y muy ingrato don Esteban:

    Por qu diablos no me escribi usted de Montevideo (-a Ro Janeiro-) ni me ha escritoaqu? Perezoso! y tanta falta que nos hacen sus cartas! Ya se me ocurra verlo llegar aquaunque veo que usted ech ya el ancla en esa Numancia del Plata, para quien, segn parece,

    vuelven los buenos tiempos. Bien merecido tiene el ser dichoso. Cuntos malos ratos habrpasado, mi buen amigo!

    Estoy aqu desde el 6 de mayo ltimo, despus de un viaje feliz desde Ro Janeiro.Encontr aqu a Alberdi y al doctor Piero, sobrino de don Dalmacio Vlez, con quien estoyen la mayor intimidad. Es un excelente y aventajado joven, muy estimado aqu por suconducta en el tiempo que redact El Mercurio. Ha creado una oficina de que l es jefe.Alberdi est bien, pero un poco aburrido y soando con el Ro de la Plata. Se ha dado a

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    conocer y est bien relacionado con la gente de gabinete. La mujer del Presidente es paisanay parienta suya. Somos ahora como siempre muy amigos. Yo tengo mil y seiscientos pesosanuales como Director de un establecimiento del Estado para la enseanza de las matemticasa jvenes que han de darse a la Marina. Me ocupo tambin de una compilacin que empezara publicarse muy pronto con el ttulo de Amrica potica, cuyo Prospecto hallar usted en

    casa de Hernndez y quisiera que lo reprodujeran los diarios. Si usted tiene algo quemandarme de nuevo lo incluir entre las muchas poesas de usted que he adoptado. Su famaha corrido por aqu tambin. En elFacundo, libro escrito por un sanjuanino, Sarmiento, y quele remito por este mismo conducto, ver usted sus versos citados; igual cosa ha sucedido enLa Paz y entre las muestras de mi Prospecto hay un trocito de losRecuerdos como ver usted.Esta publicacin ha de darme algunos reales que pienso destinar para mi viaje a Buenos Airessi se realizan las esperanzas que fundamos en este momento; si no, los dedicar para mifamilia. Si su libro sobre la enseanza se ha publicado, muy bien vendra hacerse aqu unareimpresin de que yo me encargo, pues soy amigo del principal librero editor del lugar. Siest manuscrito, mejor; pero sera preciso quitarle algo que pudiera tener de muy local, algoas se pudiera tambin hacer con sus poemas; si quiere confirmelos, lo que no impedira quese imprimiesen ah tambin o en Buenos Aires. Por una casualidad he ledo los primeros 30versos del ngel cado que me recit usted cuando me visit en la rada de ese puerto a miregreso de Europa.

    No s del paradero ni de la suerte de Mrmol. Est ah? En tal caso dgale que meescriba. Debe estar resentido conmigo pero sin razn, porque l deba darme noticias de suparadero y sobre todo contestar mis cartas. Dele un abrazo y hbleme usted de l cuando meescriba. Hasta aqu me han perseguido los cuentos de lo que deca contra m nuestro Pacheco;pero yo, que le tratsans faon en Ro Janeiro, pienso vengarme de l, dndole un lugar en laAmrica potica entre i y Pardo. El 1. muy conocido y el 2. amigo mo, que fue ministrocon Vivanco en el Per y es un aventajado discpulo de don Alberto Lista; en este momentovive aqu.

    Podr usted tomarse el trabajo de hacer publicar el Prospecto de la Amrica potica enEl Nacionaly de escribir un articulito recomendando la idea, para que se reproduzca por laprensa chilena.

    Tengo cartas muy a menudo de mi hermano Juan Antonio, est bueno en Guayaquil ytrabaja con esperanzas fundadas de hacer fortuna.

    Paso mi buena vida, mi querido don Esteban; las mujeres aqu son mansas como aguaestancada; el pas es rico y adelanta.

    El portador de esta carta y del libro es un paisano nuestro llamado Forest.

    Dele muchas memorias a don Francisco y usted, que no mereca que le escribiese puesme ha olvidado, disponga de su invariable amigo.

    Juan Mara.

  • 7/31/2019 Epistolario entre Esteban Echeverra y Juan Mara Gutirrez

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    25-10-1845. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    EcheverraValparaso, octubre 25 1845.

    Mi querido Estebita:

    Hace mucho tiempo que no tengo noticias de usted ni de sus trabajos; le supongo algorestablecido de espritu con los sucesos prsperos para Montevideo que segn entendemos leha trado la Intervencin tan esperada. Nuestras esperanzas van ms adelante. Ya vemos aRosas en el suelo y tenemos arreglado nuestro viaje en caravana por las faldas de laCordillera. Qu abrazo tan fuerte le he de dar!

    Esta carta se la entrega a usted una persona que estima mucho sus escritos y ansa porconocerle; es don Domingo F. Sarmiento, que pasa para Europa y que se ha distinguido aqupor sus trabajos literarios, de educacin y peridicos. Trtelo muy bien.

    Creo que le he hablado a usted en una carta anterior de mi coleccin de poesasamericanas, cuyo Prospecto le incluyo. Ha tenido la mejor aceptacin esta idea entre laspersonas de concepto aqu, entre otras el seor don Andrs Bello, con quien tengo activacorrespondencia sobre este negocio.

    La parte de usted saldr en las primeras entregas, porque he admitido el orden alfabtico

    de los apellidos y la E es la 5. letra del alfabeto si no me engao.

    Mi hermano Juan Antonio est bueno en Guayaquil y es socio de la casa en que servacon esperanzas de tener algo dentro de poco. Yo vivo muy bien, pero anso por volver aBuenos Aires, a Montevideo no.

    Escrbame, grandsimo perezoso, y consrveme la amistad que siempre me hamanifestado.

    Su invariable

    Juan Mara Gutirrez.

    Alberdi est bueno en Santiago; ha publicado muchas cosas y se le tiene en el mejorconcepto. Actualmente es abogado en una causa muy ruidosa que le dar fama pero nodinero.

  • 7/31/2019 Epistolario entre Esteban Echeverra y Juan Mara Gutirrez

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    25-11-1845. De Esteban Echeverra a Juan Mara

    Gutirrez

    Montevideo, noviembre 25 1845.

    Mi querido Juan Mara:

    Contesto a su primera de Valparaso. Veo por ella que no le alcanz mi ltima al Janeiro,pues me acusa de ingrato. Cunto me complace verle al fin en camino de prosperar yestablecido tranquilamente en ese bello pas! Cunto siento no estar en su compaa!

    Antes de llegarme su carta don Florencio haba publicado con una recomendacin en suComercio del Plata el Prospecto de usted, por cuyo motivo no lo hice como usted lo deseaba.Me gusta mucho su empresa y la aplaudo de corazn.

    Quisiera mandarle algunas poesas pero sera preciso copiarlas y estoy enfermo y lasalida del buque no da espera.

    Mucho le agradezco la vida de Quiroga. Es un trabajo sobresaliente. A Alberdi le hablocon ms detencin sobre l. Una biografa de Aldao, que public el Nacional, tambin gustgeneralmente aqu. Quin fue su autor?

    De poltica nada ms nuevo que la expedicin mercantil al Paran convoyada por buquesinterventores. Veremos que hacen las bateras de Rosas.

    Esto va despacio pero a un resultado seguro. No se emprender nada serio en materia de

    guerra, segn dicen, hasta la llegada de fuerzas europeas. El Nacional y El Comercio leenterarn de pormenores.

    Aceptar su oferta de publicacin de la obra de enseanza, pero no tengo una buenacopia para mandarle. All se sacara ms provecho que aqu. No la he podido publicar an.

    Isach, dependiente que fue de Hernndez, se llev unos 30 o 40 ejemplares de Rimas yConsuelos. Si ha realizado venta de ellos recoja su producto y mndemelo. Queda ustedautorizado por estas lneas.

    Tenemos otra vez a doa Marica Thompson por ac y a Julio. S por ella que su familia

    toda est muy buena.

    Adis. No se olvide de su amigo

    E. Echeverra.

    Me parece que har pronto un viaje largo, largusimo. Sabe Dios si nos volveremos aver! No se olvide de su antiguo amigo. Adis.

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    16-12-1845. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    EcheverraSeor don Esteban Echeverra.

    Valparaso, diciembre 16 de 1845.

    Mi querido amigo:

    No tengo de usted una letra ni noticia, qu se ha hecho usted? Yo le he escrito variasveces y ha habido momentos en que habra dado un ojo por tenerle aqu; ahora creo que enninguna parte se pasar mejor que en Montevideo, cuyas antiguas minas van a presentarse de

    nuevo. Expltelas sin mirar para atrs. Sabr usted que mi mana de compilar no me haabandonado y que he acertado a preparar una publicacin que tiene el ojo abierto a la parteinteligente de estos mundos. Con el ttulo de Amrica potica aparecer en muy elegantesvolmenes lo ms escogido que conozco de los poetas americanos reunidos hasta ms decuarenta. Una biografa debe encabezar las poesas de cada uno, es decir de aquellos que mesea conocida; sobre la patria y origen americano de todos no me cabe la ms mnima duda. Elorden alfabtico de los apellidos har que el seor Echeverra aparezca en el primer volumen;debe persuadirse que le he tratado como amigo, que he escogido lo mejor de sus poesas,segn mi gusto. Debe darse prisa a mandarme cualquiera cosa que quiera agregar oadvertencia que poner en mi conocimiento. Nunca los poetas americanos van a viajar msque esta vez y es preciso que salgan decentitos a la calle.

    Aydeme a la obra. Con consejos y materiales, y no piense que la distancia puede influiren la amistad que le conservo invariable y ardiente. Memorias a Pico y a cualquiera otroamigo que se acuerde de m.

    Su amigo

    Juan Mara.

    Le recomiendo eficazmente a mi amigo el seor don Vicente F. Lpez. Haga usted por lcuanto hara por un antiguo amigo.

    7-1-1846. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

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    Enero 7 de 1846.

    Mi querido Esteban:

    Su carta ltima, que hace muy pocos das que recib, me entristeci un poco porque no

    est escrita con la alegra de quien sale de las garras de un tigre y de las miserias de un Sitio...Pues qu! No se presentarn ahora las ocasiones pasadas para ganar fortuna? Usted, que estan buscavida y que con nada haca dinero, no hallar nuevas vetas que explotar? Me hablade usted mi amiga madama Mendeville y no me dice que est usted enfermo, lo que meprueba que sus quejas de mala salud no son sino coqueteras. Consrvese usted, mi queridoamigo, que tengo hambre de abrazarlo y de conversar con usted.

    Isach me dice que ha vendido todosLos consuelos, pero que eran pocos y que pondra adisposicin de usted su producto. Siento que no me haya mandado algo para mi Amricatanto ms cuanto que usted tiene fama establecida e indisputada. Publica usted o no suspoemas? Si quiere mandarme fragmentos de ellos, llegarn en tiempo si aprovecha el primer

    buque que salga para ac.Aqu estamos trabajando como unos changadores; nos sostiene la esperanza de volver a

    la patria; esta idea nos aligera el trabajo y nos da aliento para la tarea ms penosa de la vida:esperar; esperemos, pues. Alberdi prepara varios trabajos que le darn dinero y lerecomendarn; son relativos a la administracin de justicia. En este momento est aqu.Anoche lo pasamos juntos con Juan Carlos Gmez en la pera y hablamos de usted como delos dems amigos de Montevideo, a cuya memoria me recomiendo por conducto de usted.

    Dgame qu puedo hacer por usted, por sus proyectos, etc. Aunque pobre, tengo uncorazn rico en afectos para mis amigos y este caudal suele producir frutos que no son dedesechar. Juan Antonio est bueno y mejora de fortuna en Guayaquil a fuerza de trabajo. Suamigo que le ama

    Juan Mara.

    9-1-1846. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Valparaso, enero 9 de 1846.

    Seor don Esteban Echeverra.

    Mi querido y antiguo amigo:

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    Uno tras otro han llegado aqu los buques de Montevideo sin haber tenido el gusto derecibir carta suya. Estuve cuidadoso hasta que madama Mendeville me habl de usted entrminos que no me dejaban duda de la buena salud de esa personita. Cunteme usted cmoha pasado el Sitio y el Bloqueo y comunqueme sus intenciones para cuando se pueda pasar aBuenos Aires.

    S qua ha escrito usted unos poemas muy bellos que dara un ojo por leer. Conozco delngel cado, las primeras estrofas que una tarde me recit usted a bordo del buque en queregres de Europa y ahora poseo manuscritas por una casualidad. Muchas cosas de usted voya publicar en la Amrica potica, pero quisiera algo ms fresco; la obra sta ser muy lujosa ynada perdern las composiciones que la compongan. Est, a ms, destinada a tenergrandsima difusin por todo el Continente. En el prximo buque que salga le mandar lasprimeras entregas; mndeme versos.

    Yo lo paso aqu como en el Limbo. Sin pena ni gloria. Mi vida corre entre un parntesis.Trabajo mucho para tener de qu vivir. Alberdi est en este momento conmigo; ha venido de

    Santiago a este puerto por sus negocios. Juan Carlos Gmez tambin est aqu, trabaja con eldoctor Gallardo y no le ir mal.

    Vicente Lpez le dar noticias ms detalladas de todo esto; escrbame sobre Sarmiento,el autor del Quiroga. Cmo fue recibido ah y qu hizo? Si continu su viaje a Europa o no.La crnica de los hombres y de las cosas me interesan ahora sobre manera; la espero deusted. Si quiere imprimir o reimprimir su libro sobre educacin, mndemelo que tengoamigos impresores; su nombre recomienda, aun por aqu, cualquiera obra, ya sea potica ofilosfica. Escrbame y disponga de su invariable amigo.

    Juan Mara Gutirrez.

    Escribo a Varela y a madame Mendeville; al primero le mando unos panfletos impresosy a la segunda un cajoncito muy pequeo, forrado de colorado, con unas pastillas de Lima.

    24-5-1846. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Valparaso, mayo 24 1846.Mi viejo y querido amigo:

    Su carta del 27 de marzo me sac de muchas ansiedades, pues en las anteriores mehablaba usted de un viaje, largo, muy largo, y sabiendo que estaba usted gravementeenfermo, imagin que me hablaba usted del viaje al otro mundo. Nada amigo; apretar el pie aeste suelo que es el menos malo de los que se conocen. Darse al amor, a la poesa y

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    conservarse para los amigos que si se acuerdan del Ro de la Plata es porque usted vive all yotras personas de su mrito. Acabo de perder no a un amigo sino a un hermano con la muertedel doctor don Miguel Piero, sobrino del doctor don Dalmacio Vlez, para quien esta noticiaser una pualada. Se le ha sentido en el pblico como a uno de los ciudadanos msdistinguidos y el Ministro de la Guerra, a quien prest Piero muchos servicios en el

    Departamento de Marina, me dijo en una carta que quera a aquel joven como a un hijo suyoy que el pas haba hecho una prdida con su muerte. Alberdi est bueno, acreditado comoabogado y considerado por todo el mundo. Juan Carlos Gmez, que siempre ha sido un jovena quien he querido mucho, est de redactor del Mercurio y trabaja en el escritorio deGallardo; paso con l muy buenos momentos. Por lo dems, querido, ste es un agujeroincmodo, ruidoso y embarrado. Lo peor es que el clima de este lugar (hablo de Valparaso)no es bueno para mi temperamento. Me siento aflojar.

    Autorizo a usted para que tome de casa de F. Varela una coleccin de las entregas hastaahora publicadas de la Amrica potica. Ver usted sus poesas en la 3., continuandolas en la4.. Bien sent en la noticia no poder hablar del ngel cado para introducir las primerasestrofas perfumadas con que empieza y que una casualidad ha puesto en mis manos:Llvame / serafn sobre tus alas; / llvame serafn, etc., etc.. Impngame usted suscondiciones para la impresin de sus poemas antes de mandarlos. Aqu se imprimirn bien,pero en cuanto a la retribucin pecuniaria, quin sabe lo que habra, no por miseria delimpresor sino porque los gastos de su establecimiento son muchos y las ventajas muy pocas.Porque, amigo, la imprenta en Amrica est de bancarrota. Se consume poco y eso nos vienede Europa. En fin hgame sus proposiciones, impngame del nmero de versos de cadapoema y la medida de ellos, etc., etc. que yo har cuanto hara por una cosa ma. Mi queridamadama Mendeville me habla de usted de una manera muy lisonjera. Me alegro que hayausted conservado una amistad que proporciona tantos placeres. Escrbame la crnicaescandalosa, poltico-mujeril-fornicaria; deme noticia de las amigas de las sobrinas deMariquita. Nin, de las Antuas y deBernita Andrade, hija de don Pepe. Hbleme de Varela,de V. Fidel Lpez, de Pico, de Figueroa, de Mitre y recurdeme a la amistad de todos. Heledo el cuaderno de Can sobre Intervencin; dele enhorabuenas de mi parte, pero que seguarde de interpretar la Amrica espaola que no conoce, por aquella que le es conocida. Elcielo no dista tanto de la tierra como una de otra. En nuestras cuestiones importa tantoBolivia y Chile como de ceros a la izquierda. Todos los que mandan del polo al ecuadorson amigos de Rosas, y hasta los que son flojos, por parecer enrgicos, aprueban la conductadel Tirano para con los extranjeros. Nos tienen, a ms, rabia y envidia; nuestra ruina es unespectculo que les contenta. El porvenir, clculos luminosos sobre cosas que se establecenhoy para que sean fructferas de aqu un siglo, esto es desconocido en Bolivia, pas de mala fey de abyeccin. La persona a quien Can ha dedicado su libro, no tiene fe en el buenresultado de nuestras cosas en el Ro de la Plata, a juzgar por su correspondencia, etc., etc.estoy harto de estas cosas, pero hambriento de patria. Apenas sepa que Oribe ha salido delEstado Oriental me voy a esa ciudad, aunque no viva ah con las comodidades que aqu.

    Gurdese, mi amigo, y pidamos a Dios que nos permita vernos todava en este mundo,qu bien da ser se para m! Su amigo

    Juan Mara Gutirrez.

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    Mi hermano est bueno y se acuerda siempre de usted. Est en camino de tener fortuna.

    1-11-1846. De Esteban Echeverra a Juan MaraGutirrez

    Noviembre 1 1846.

    Querido Juan Mara:

    Recin hay ocasin para la adjunta. Mitre lleva tambin el cajoncito con 48 ejemplaresdel Dogma. Me parece que el mejor modo de salir de ellos ser repartindolos entre losargentinos que puedan pagarlos inmediatamente. Un patacn y un duro es poca cosa. Me

    vendra bien esa platita si llegase pronto, inclusive con la que me debe Isach. Usted se haolvidado de cobrarle el producto de los libros que vendi por mi cuenta. Hgalo de una vezpara no volver a hablar de eso.

    No he visto todava las tres ltimas entregas de la Amrica potica. Se olvid usted demandrmelas y me ha dejado manca la coleccin.

    S que Alberdi se fue a Lima; mndele all mi libro. Nuestras cosas polticas in statuquo.

    Haba hecho copiar algunos fragmentos del ngel cado para su Amrica potica. No

    hubo proporcin para enviarlos y hoy ya es tarde. Sin embargo all van para que vayaformndose idea del poema. Tienen errores porque no quiero hacer correccin alguna hasta elmomento de imprimirlo. Usted lo anuncia de 6 mil versos. Llevo escritos como 10 mil en 8cantos, y tendr hasta 12, presumo, porque se me ha puesto alargarlo. Le prevengo que nodeje sacar copia alguna de esos fragmentos. Dgame francamente cmo le suenan. El fondodel poema o el pensamiento de l es profundamente moral y filosfico. No puede usted verlopor esas muestras. Expresiones para los amigos Pea, Fras, Lafuente y a su hermano, ymande a su invariable amigo.

    Echeverra.

    Mucho extrao no me haya usted ni Alberdi escrito por el seor Aquino que lleg pocoha. Recib la biografa de Bulnes que me mand Alberdi; y la he dado al Ministro paraguayoinclusa porcin folletos de nuestros amigos y del mismo Alberdi con el fin de que conozcansu nombre por aquella regin.

    Notar usted que soy prdigo de elogios con los amigos en mi obra. Me tachan, por esto,de parcialidad; pero es porque ignoran que me propongo hacer sonar nombres nuevos para

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    que puedan reemplazar o remplacen de una vez los ya viejos y gastados de la Revolucin. Ams de que ser justo no es ser parcial.

    Mi obra ha sido escrita con miras, a un tiempo, dogmticas y revolucionarias; por esopara abrir campo a la nueva doctrina ataco con encarnizamiento el pasado y procuro agasajar

    las preocupaciones polticas dominantes hoy en la Repblica Argentina. Es precisodesengaarse, no hay que contar con elemento alguno extrao para derribar a Rosas. LaRevolucin debe salir del pas mismo, deben encabezarla los caudillos que se han levantado asu sombra. De otro modo no tendremos patria. Veremos lo que hace Urquiza y Madariaga.

    4-12-1846. De Juan Mara Gutirrez a Esteban

    Echeverra

    Valparaso, diciembre 4 1846.

    Mi antiguo y querido amigo:

    He recibido los ejemplares de sus obras ltimas y slo he visto letra de usted en ladireccin que de ellas pone a mi nombre. Es usted un valiente que en medio de tanta desazny de tanto silbar de balas se ocupa de cosas tan serias y conserva vivas su fe y su palabra deapstol. Habra querido veer tambin sus poemas; tengo a este respecto una verdaderacuriosidad.

    Di orden a Varela para que le entregase un ejemplar de cada entrega de la Amricapotica as que vayan llegando. Ha visto usted la que encierra sus poesas? Ojal hayaacertado en la eleccin; deb reimprimir sus dos volmenes; pero no lo permita el espacio.Mucho ms pude decir sobre usted y me reduje, por la misma razn, a sus dotes y trabajos depoeta. Le estoy agradecidsimo por el lugar que me da entre los obreros del pensamientoargentino; veo en esto al amigo de corazn ms que al severo apreciador del verdaderomrito. Cul es su vida? qu hace? qu piensa? Le recordamos constantemente conAlberdi, con este compaero de mis buenos y malos ratos de peregrinacin.

    Yo trabajo mucho; vivo sobre las aguas del Pacfico, en un buque que fue de guerra;tengo la direccin de un colegio de guardias-marinas, de manera que almuerzo cotangentes y

    ceno polipastros. Para amenizar esta ocupacin sigo mi Coleccin de poesas y hago otrasmuchas obrillas para la imprenta, ocultando mi nombre hasta de los cajistas; para vivir felizen el destierro es preciso pasarlo ignorado; si usted sale de Montevideo para alguna otraRepblica srvale esto de regla: cuanto mayor sea su mrito, ms le mordern y leenvenenarn la existencia.

    Mi hermano est bueno en Guayaquil, siempre trabajando con suceso; tengo cartas de l,mes a mes.

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    Recurdeme a la memoria de los verdaderos amigos que pueda tener por ah; sernpocos: Cunto me habrn mordido!!

    Hasta cundo, mi viejo Tivita? No nos veremos ms en la vida? S, s, y pronto; losjuicios y designios de Dios son ocultos y se revelan de improviso como el relmpago.

    Cuando menos pensamos, cambiar la actual faz de las cosas.Su amigo de corazn

    Juan M. Gutirrez.

    Tengo noticias de septiembre de nuestra amiga madama Mendeville.

    15-1-1847. De Juan Mara Gutirrez a EstebanEcheverra

    Valparaso, enero 15 1847.

    Mi muy querido amigo:

    Tengo su ltima carta, trada por Mitre, y los ejemplares del Dogma socialista, de cuyaventa me ocupo con empeo de amigo. Ha tenido aceptacin y me parece que ms prontosabr de los ejemplares delDogma de usted que los delPeregrino de Mrmol, no porque no

    tenga mrito esta obra de poesa, sino porque los espritus estn preocupados de ideas msserias que las que comporta un canto. Nunca ser, por otra parte, la poesa la mejormanifestacin del pensamiento poltico, y hoy es poltico el momento para los argentinosemigrados, que sern los consumidores de una y otra produccin.

    No tengo ocasin ni voluntad de decirle extensamente mi opinin sobre su libro. Dir sque le hallo el mrito de establecer con claridad y con sistema los antecedentes histricos denuestra poltica y que abre un camino claro, prctico, palpable a los deseos vagos, a lasesperanzas errantes que tienen en su mejor porvenir los hijos dispersos de la gran familia.

    La prensa no se ocupar aqu de su publicacin ni podr decir nada dl. La razn sera

    larga de explicar.

    Creo que pronto le podr mandar tantos pesos fuertes como ejemplares he recibido; hoysalen algunos ejemplares para Copiap. Isach se fue para Espaa, creo que fundido, sindarme cuenta deLos consuelos, a pesar de varias indicaciones que le hice a este respecto.

    Dije a usted en una anterior que pidiese un ejemplar de las entregas de la Amricapotica as que llegasen ah. Lo mismo he avisado a Varela. Pida, pues, su ejemplar.

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    Alberdi le escribir largo, probablemente, a pesar de sus ocupaciones.

    Su amigo, etc.

    Gutirrez.

    He ledo los trozos delngel cado. Todo lo que es del resorte de la poesa, como yo laentiendo, es bello en l; pero aquellas historias de la escalera de la vieja, de la cama delnegro, etc., no entran en mi reino. Usted me dir que l, se es el arte, que es sa la sociedad:pero hay que contestar a esto con el buen sentido, superior siempre a las teoras artsticas! oms bien, gua de ellas, cuando se deja or. Ni el pasaporte del talento dejar pasar esasaberracionesflamencas de sus cuadros. Salvo yerro.

    http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/epistolario-entre-esteban-echeverria-

    y-juan-maria-gutierrez-1840-1845/html/d82b4004-523c-11e1-b1fb-00163ebf5e63_2.html#I_0_