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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA SAN VICENTE MÁRTIR Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en ejercicios de estabilización del core TESIS DOCTORAL PRESENTADA POR D. Julio Martín Ruiz DIRIGIDA POR Dra. Dª. Concepción Ros Ros Dr. D. Carlos Alberto Cordente Martínez Dr. D. Juan Carlos Colado Sánchez AÑO DE DEFENSA 2013

Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

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Page 1: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA

SAN VICENTE MÁRTIR

Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular

en ejercicios de estabilización del core

TESIS DOCTORAL PRESENTADA POR

D. Julio Martín Ruiz

DIRIGIDA POR

Dra. Dª. Concepción Ros Ros

Dr. D. Carlos Alberto Cordente Martínez

Dr. D. Juan Carlos Colado Sánchez

AÑO DE DEFENSA 2013

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Page 3: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Dr.D. Carlos Alberto Cordente Martínez

Director de Tesis, Universidad Politécnica de Madrid

Dr.D. Juan Carlos Colado Sánchez

Director de Tesis, Universidad de Valencia

Dra.Dª Concepción Ros Ros

Tutora de Tesis, Universidad Católica de Valencia-San Vicente Mártir

CERTIFICAN:

Que la presente tesis doctoral titulada Escala de percepción el esfuerzo y activación muscular en ejercicios de estabilización del core, ha sido realizada por D. Julio Martín Ruiz bajo nuestra dirección, en el Programa de Doctorado Las Transformaciones Científicas y la Calidad de la Investigación Universitaria en los Comienzos del Tercer Milenio, para la obtención del título de Doctor por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.

Para que así conste a los efectos legales oportunos, se presenta esta

tesis doctoral y se extiende la presente certificación en Valencia a 15 de Febrero de 2013.

Fdo.: Dr. D. Carlos Alberto Cordente Martínez

Fdo.: Dr. D. Juan Carlos Colado Sánchez

Fdo.: Dra. Dª Concepción Ros Ros

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Page 5: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Agradecimientos

Al término de un trabajo como éste y tras dar un par de pasos atrás

para ver el resultado en conjunto, es más que evidente que se trata de una

obra coral y nunca de un esfuerzo de méritos individuales.

Por ello, y, consciente de que quedarán nombres sin mencionar a los

que pido disculpas de antemano, quisiera dedicar unas líneas a aquellas

personas que han conseguido que este modesto documento haya llegado a

buen término.

A la Universidad Católica de Valencia, por su ayuda en el proceso de la

obtención del doctorado. Dentro de la misma, al estímulo constante de mi

decana la Dra. Dª. Amparo Bargues, a la ayuda del Dr. D. Carlos Pablos, que

ha sido una guía imprescindible en este viaje. Al joven e ilusionado grupo de

investigación sobre salud, cuyas ideas y motivación, son razones suficientes

para pensar que se puede llegar a todo.

A la Universidad de Valencia, por toda la colaboración prestada tanto

en lo material, como fundamentalmente en lo personal. Sin su ayuda,

sencillamente no se hubiera podido iniciar este proyecto.

A mis directores; a Inma por estar siempre, en los momentos dulces y

en los amargos, eres un acento invisible en la palabra amistad. A Carlos, por

ayudarme a comenzar y a superar trances difíciles, no en vano eres experto

en superar retos de diez en diez. A Juan Carlos, por mostrarme el interior de

este ámbito y propiciarme un aprendizaje muy válido sobre el mismo.

A mis compañeros de fatigas, Sebastien Borreani y Joaquín Calatayud,

incansables e imprescindibles en el proceso de este trabajo. Sin vosotros no

hubiera podido alcanzar el final. A Diego y Kimo por sus aportaciones y ayudas

constantes.

Al Dr. D. Fernando Martín, amigo sin condiciones y dispuesto dar aliento

y consejo en los momentos de duda, conocerte ha sido una suerte y has sido

fundamental durante la elaboración de este trabajo.

Page 6: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Al Dr. D. Iván Chulvi, de quien siempre se aprende incluso en el lapso

de una conversación. Tus aportaciones a esta tesis han sido claves para poder

ver el resultado hoy, tu crítica constructiva ha ayudado a cimentar este

documento.

A todos los participantes de esta investigación por su enorme paciencia,

sin vosotros hubiera sido imposible iniciar este trabajo y sois los verdaderos

protagonistas de todo lo que aquí acontece, gracias de corazón.

A todos los alumnos a los que he tenido el honor de impartir clase, ellos

son el verdadero impulso y motivación por la que está justificado este

esfuerzo.

Al Dr. D. Alberto Pardo por ayudarme a iniciarme en el campo

investigador y a su compañerismo y estímulo que ayudan a mantener el

ánimo. A los doctores D. José Enrique Gallach y D. Luis Millán, por

acompañarme también en esa andadura.

A Paco Gil, mi entrenador, maestro y amigo, tus enseñanzas han sido

más que números, series o marcas. Han supuesto y suponen, un modelo a

seguir y emular.

A mi familia valenciana. A Antonia y Paco, no sólo por su interés en

este trabajo, sino por facilitar que hoy sienta esta ciudad como mi hogar, al

haberme adoptado con vuestra infinita generosidad, demostrada en los

momentos más difíciles.

A mis hermanos Marisol y Mariano. A mis padres, Soledad y Mariano,

quienes han propiciado que pueda cursar mis estudios y que hoy pueda

alcanzar este importante objetivo; ojalá os sintáis orgullosos de lo que habéis

logrado conmigo.

A Laura, por ser alegre, creativa, imprevisible, por irradiar luz y color

en lo que haces, ser el apoyo en el que todo pierde negatividad y da pie a un

nuevo suspiro con el que alcanzar lo que me proponga. A pesar de que no se

vean, las líneas que tú has escrito son para mí las más importantes.

Page 7: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

3

Resumen

La práctica de actividad física, es uno de los medios más adecuados de

mejorar y conservar la calidad de vida de las personas. Incluso en el ámbito

médico, se tiende a sugerir el ejercicio para prevenir algunas afecciones, en

especial las cardiovasculares (1). Entre los beneficios de un

acondicionamiento regular, figuran algunos psicológicos como atenuar la

depresión, la ansiedad o cuadros de estrés (2) y entre los fisiológicos, el

descenso de la frecuencia cardiaca basal, del riesgo de accidentes

cardiovasculares (3,4), o del dolor lumbar crónico, especialmente con el

trabajo de la faja lumbo-abdominal o core (5).

Entre algunos de los recursos utilizados para la mejora de esta

estructura, pueden citarse máquinas, pesos libres, materiales elásticos o

superficies inestables (6). Éstas últimas, se han posicionado recientemente

como uno de los materiales más utilizados para el entrenamiento de fuerza

(7), aunque debería clarificarse su criterio de uso, ya que cada modelo

transmite las cargas de un modo distinto y consecuentemente, también lo es

su impacto sobre el individuo.

Su empleo adecuado reportará ventajas, si en la actividad se tienen en

cuenta aspectos como el nivel inicial del practicante o la individualización de

cargas (8), por ello los prescriptores de ejercicio físico, deben reflexionar

sobre la selección de ejercicios en el diseño de un programa de

Page 8: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

4

entrenamiento, atendiendo a la funcionalidad e intencionalidad del mismo

(9).

Con respecto a las superficies inestables, pueden encontrarse

referencias sobre la progresión del trabajo del core sobre acciones dinámicas

(10-13), sin embargo no se documenta ninguna discusión al respecto sobre la

secuencia a seguir en acciones estáticas (isometría), ni que valore en este

tipo de acondicionamiento la percepción individual del esfuerzo,

estableciendo una diferenciación de niveles.

El objetivo de este estudio, se centró en investigar cuál era la

activación muscular que se generaba en cinco músculos del core, en la

realización de unos ejercicios isométricos previamente seleccionados, así

como ver cuál era su correlación con la percepción del esfuerzo del sujeto,

para poder establecer de una forma sencilla, diferencias de intensidad entre

las diferentes propuestas y materiales a utilizar y por tanto, estratificar o

elaborar una progresión lógica.

La muestra estuvo compuesta por 44 estudiantes universitarios (24

hombres y 20 mujeres), reclutada en las facultades de Ciencias de la

Actividad Física y el Deporte de la Universidad de Católica de Valencia y de la

Universidad de Valencia.

Se llevó a cabo un estudio descriptivo, que empleó ejercicios diseñados

para cuatro accesorios estables e inestables del equipamiento Thera-Band®.

Durante la ejecución de los mismos, se midió la activación muscular eléctrica

de la musculatura del core mediante electromiografía de superficie (SEMG) y

Page 9: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

5

la percepción subjetiva del esfuerzo local de varios músculos del core, así

como la global de todo el cuerpo.

Los resultados obtenidos, permiten establecer una progresión de

ejercicios de inestabilidad fundamentados en la intensidad de los mismos, la

certeza de que las superficies monoplanares provocan mayor activación que

las multiplanares, así como evidenciar que la musculatura más activa es la

erectora torácica al registrar una media de 30.39±8.62% de la máxima

contracción voluntaria isométrica (MCVI). Por otro lado, se puede afirmar que

la percepción del esfuerzo, al resultar para el core de r 0.200, no presenta

correlación con la activación muscular que generan los distintos ejercicios que

trabajan sobre dicha zona en esta investigación, aunque podría ser válido para

el control de la intensidad en un mismo material.

Las aplicaciones prácticas que se derivan de estos resultados,

permitirán una prescripción de ejercicios de inestabilidad de una forma más

precisa y personalizada, dentro del ámbito deportivo-recreativo orientado a la

salud. Ello facilitará a muchos profesionales, ofrecer un servicio de mayor

calidad y una mejor capacidad de adaptación a los rápidos cambios de

tendencia actuales.

Page 10: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en
Page 11: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

7

Índice

Índice de figuras ...................................................................... 11

Índice de tablas ....................................................................... 13

Índice de abreviaturas ............................................................... 15

1. El Core. Estructura, funciones y relevancia. ............................... 17

1.1. El trabajo del core para la consecución de objetivos de salud. .... 25

1.2. La co-activación muscular................................................ 27

2. Materiales inestables o desestabilizadores ................................. 31

2.1. Efectos de la elección de material de inestabilidad en el

entrenamiento. ...................................................................... 35

3. Bases para el acondicionamiento del core.................................. 39

3.1. Entrenamiento del core en superficies inestables. ................... 41

3.2. Valoraciones del sujeto para el trabajo sobre inestabillidad. ...... 44

3.3. Progresión de ejercicios del core sobre inestabilidad. .............. 49

4. Valoración de la intensidad: la EMG y la percepción del esfuerzo. .... 53

4.1. Electromiografía y activación muscular. ............................... 54

4.1.1. Representación gráfica de las señales eléctricas. ............... 58

4.2. La percepción subjetiva del esfuerzo. ................................. 62

4.2.1.1. Las escalas de percepción del esfuerzo......................... 64

4.2.1.2. Validación de constructo. ......................................... 65

4.2.2.2. Validación concurrente............................................ 67

5. Investigaciones previas, sobre la temática de estudio ................... 72

6. Objetivos .......................................................................... 78

Page 12: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

8

7. Hipótesis .......................................................................... 79

8. Metodología ....................................................................... 81

8.1. Diseño del estudio ......................................................... 81

8.2. Participantes ............................................................... 82

8.3. Instrumentos de medición ................................................ 84

8.3.1. Medición de la activación muscular ................................ 84

8.3.2. Mediciones sobre la percepción del esfuerzo .................... 85

8.3.3. Mediciones antropométricas ........................................ 87

8.4. Equipamiento deportivo utilizado. ...................................... 90

8.4.1. Ejercicios específicos ................................................ 91

8.5. Procedimientos ............................................................ 93

8.5.1. Sesión de familiarización. ........................................... 96

8.5.2. Sesión de recogida de datos. ...................................... 103

Preparación de la piel, localización y colocación de electrodos. .... 103

Test de Máxima contracción voluntaria isométrica (MCVI). .......... 105

Medición específica del estudio. ......................................... 107

8.6. Registro y reducción de datos de la actividad eléctrica. ........... 108

8.7. Análisis de datos. ......................................................... 108

8.8. Análisis estadístico. ...................................................... 109

9. Resultados .......................................................................111

9.1. Resultados descriptivos y diferencias de género, tanto a nivel global

como en el estudio individual de cada músculo estudiado. ................. 111

9.2. Valores de la activación muscular para cada ejercicio estudiado. 115

Page 13: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

9

9.3. Diferencias de la media de SEMG globales y para cada músculo. . 116

9.4. Correlación de la variación de la escala de percepción de esfuerzo

de Inestabilidad y los datos de activación muscular obtenidos. ............ 120

10. Discusión .......................................................................123

10.1. SEMG en ejercicios de estabilidad e inestabilidad................... 123

10.1.1. Diferencias de activación en relación al material empleado. 125

10.1.2. Diferencias de activación respecto a la posición. .............. 127

10.1.3. Diferencias de activación por grupos musculares. .............. 131

10.2. La escala de percepción del esfuerzo para valorar la intensidad del

entrenamiento sobre dispositivos con distinto nivel de desestablización. 133

10.2.1. Las características de las cargas. ................................. 135

10.2.2. Cambios de superficie. ............................................. 135

10.2.3. Diferenciación entre inestabilidad e intensidad. ............... 136

11. Conclusiones ...................................................................139

11.3. Conclusiones sobre los objetivos generales. .......................... 140

11.2. Conclusiones sobre los objetivos específicos. ........................ 140

12. Limitaciones del trabajo. ...................................................142

13. Futuras líneas de investigación ............................................143

14. Referencias bibliográficas ..................................................145

15. Anexos ..........................................................................173

Anexo 1. Confirmación del Comité Ético para la realización del estudio. . 175

Anexo 2. Protocolo de la escala de percepción del esfuerzo. ............... 176

Anexo 3. Consentimiento informado. ........................................... 178

Page 14: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

10

Anexo 4. Cuestionarios de datos personales y Par-Q en página web. ...... 180

Anexo 5. Protocolo del estudio. ................................................. 182

Anexo 6. Plantilla de recogida de datos. ....................................... 187

Anexo 7. Galerías de imágenes web. ............................................ 188

Anexo 8. Ejemplo de uso del programa Matlab. ............................... 190

Page 15: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

11

Índice de figuras

Figura 1. Vista general y detalle del dorsal largo. ................................ 20

Figura 2.Vista general y detalle del iliocostal. .................................... 21

Figura 3.Vista general y detalle del multífidus. ................................... 21

Figura 4.Vista general y detalle del glúteo mayor. ............................... 23

Figura 5. Niveles de estabilidad según la zona neutra. .......................... 28

Figura 6. Ejemplo de co-activación y de la carencia de la misma. ............. 29

Figura 7. Puente lateral. ............................................................. 50

Figura 8. Pico de máxima contracción voluntaria isométrica. .................. 57

Figura 9. Señal eléctrica sin tratamiento. ......................................... 60

Figura 10. Señal rectificada. ......................................................... 60

Figura 11. Señal eléctrica estable fraccionada. ................................... 61

Figura 12. Escala Omni-Res para peso libre. ....................................... 69

Figura 13. Escala Omni-Res para trabajo con material elástico. ............... 70

Figura 14. Roll-out, crunch y bent knee sit up. ................................... 72

Figura 15. Ejemplo de uso del Corex®. ............................................. 73

Figura 16. Electromiógrafo Megawin ME6000. ..................................... 84

Figura 17. Gráficos de la variación de la escala Omni-Res. ..................... 85

Figura 18. Vista general de la escala de inestabilidad. .......................... 86

Figura 19. Póster y escala modificada. ............................................. 87

Figura 20. Paquímetro Cescorf para medición de distancia biacromial........ 88

Figura 21. Tallímetro y técnica de medida. ....................................... 89

Figura 22. Modelo Tanita BF-350 y cálculo del porcentaje graso. .............. 90

Page 16: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

12

Figura 23. Capturas de pantalla de la página web. ............................... 93

Figura 24. Ejercicios de calentamiento. ............................................ 97

Figura 25. Valoración de la escala y anotación. ................................... 99

Figura 26. Adhesivos para referencias y muestra de la localización. ......... 100

Figura 27. Posición de pies y calibrado de angulaciones. ....................... 101

Figura 28. Detalle del dispositivo láser. ........................................... 101

Figura 29. Diferencia de altura, ajuste de carga elástica y apoyo anterior. . 102

Figura 30. Preparación y colocación de electrodos. ............................. 104

Figura 31. Habitáculo para realización de pruebas isométricas. .............. 106

Figura 32. Máxima Contracción Voluntaria Isométrica EL, ET, ML y MT. ..... 107

Figura 33. Máxima Contracción Voluntaria Isométrica GM. ..................... 107

Figura 34. SEMG de la musculatura global del core. ............................. 116

Figura 35. SEMG de la musculatura del EL. ....................................... 117

Figura 36. SEMG de la musculatura del ET. ....................................... 118

Figura 37. SEMG de la musculatura del ML. ....................................... 118

Figura 38. SEMG de la musculatura del MT........................................ 119

Figura 39. SEMG de la musculatura del GM. ...................................... 119

Figura 40. Activación muscular del core en los 12 ejercicios propuestos. ... 134

Page 17: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

13

Índice de tablas

Tabla 1. Clasificación de materiales según grados de inestabilidad y ejes de

movimiento permitido. ............................................................... 32

Tabla 2. Catálogo de materiales desestabilizadores.............................. 33

Tabla 3. Equivalencias en kilogramos entre materiales elástico Thera-Band® y

pesos libres. ............................................................................ 35

Tabla 4. Fases de acondicionamiento del core. ................................... 40

Tabla 5. Test de Kibler. ............................................................... 46

Tabla 6. Pruebas de estabilidad lumbar. ........................................... 47

Tabla 7. Modelo de progresión de ejercicio mediante elementos

desestabilizadores. .................................................................... 51

Tabla 8. Escala de Percepción del Esfuerzo de Borg 1971. ...................... 66

Tabla 9. Escala de Percepción del Esfuerzo de Borg 1982. ...................... 66

Tabla 10. Características de los sujetos de la muestra. ......................... 83

Tabla 11. Descripción de materiales Thera-Band®. .............................. 90

Tabla 12. Descripción de los ejercicios en sedestación. ......................... 91

Tabla 13. Descripción de los ejercicios en bipedestación. ...................... 92

Tabla 14. Ubicación de electrodos. ................................................ 104

Tabla 15. Procedimiento del test de máxima contracción voluntaria isométrica

para EL, ET, ML, MT y GM. .......................................................... 106

Tabla 16. Diferencias de activación del core entre hombres y mujeres. ..... 112

Tabla 17. Diferencias de activación del Erector Lumbar entre hombres y

mujeres. ................................................................................ 112

Page 18: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

14

Tabla 18. Diferencias de activación del Erector Torácico entre hombres y

mujeres. ................................................................................ 113

Tabla 19. Diferencias de activación del Multífidus Lumbar entre hombres y

mujeres. ................................................................................ 113

Tabla 20. Diferencias de activación del Multífidus Torácico entre hombres y

mujeres. ................................................................................ 114

Tabla 21. Diferencias de activación del Glúteo Mayor entre hombres y

mujeres. ................................................................................ 114

Tabla 22. Media decreciente del porcentaje de activación muscular de la

musculatura del core por ejercicios. .............................................. 115

Tabla 23. Correlaciones entre SEMG y la escala de percepción del esfuerzo de

inestabilidad. .......................................................................... 120

Tabla 24. Correlaciones de la media de SEMG de la musculatura core con la

escala de percepción. ................................................................ 121

Tabla 25. ICC de la escala de inestabilidad para el total de la muestra. .... 121

Tabla 26. ICC de la escala de inestabilidad diferenciado por género. ........ 121

Tabla 27. Progresión de materiales por activación generada. ................. 126

Tabla 28. Progresión de ejercicios según su activación muscular (de menor a

mayor activación). .................................................................... 128

Tabla 29. Ejercicios de similar activación, sustituibles en un entrenamiento.

.......................................................................................... 130

Page 19: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

15

Índice de abreviaturas

Abreviatura Significado

ATP Adenosín Trifosfato

ACSM Colegio Americano de Medicina del Deporte

EL Erector lumbar

EMG Electromiografía

ET Erector torácico

FMS Pantalla de movimiento funcional

GM Glúteo mayor

Hz Hertzio

ICC Índice de Correlación Intraclase

ISAK Sociedad Internacional para el Avance en Cineantropometría

Khz Kilohertzio

LBP Dolor lumbar

MCVI Máxima contracción voluntaria isométrica

ML Multífidus lumbar

ms Milisegundo

MT Multífidus torácico

mV Milivoltio

NIOSH Instituto Nacional de Salud y seguridad ocupacional

PUM Potencial de Unidad Motriz

RAW Señal sin tratamiento

Page 20: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

16

RM Repetición máxima

RMS Raíz cuadrada media

SEMG Electromiografía de superficie

Vo2 máx. Volumen de oxígeno máximo

Page 21: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

17

1. El Core. Estructura, funciones y relevancia.

El auge de la industria del Fitness, definiendo ésta como aquellos

servicios que inciden sobre la salud y por ende en la condición física (14), ha

crecido de manera continua en los últimos años. García Ferrando (15),

cuantifica que la proporción de personas que practican deporte durante su

tiempo libre ha aumentado de 1975 a 2010, de un 15% a un 30% y que el

interés por la actividad física, se mantiene en un 63% de la población (15).

La variedad de actividades existentes, obliga a disponer de un

adecuado criterio de elección y progresión de las mismas, que resulta

fundamental para lograr los objetivos a alcanzar, dado que los practicantes

comprenden edades y necesidades heterogéneas. Un programa inadecuado a

los niveles de adaptación de los mismos, podría ocasionar entre otras

alteraciones, lesiones musculares y/o articulares por abuso o por técnica

deficitaria (8,16) en lugares como la zona media o core (17), que resultan de

gran importancia para la realización de movimientos funcionales cotidianos

(18).

Su relevancia, sugiere la necesidad de establecer unos claros criterios

para su prescripción. Al igual que disponemos de recursos para la recopilación

de información orientativa del sujeto en la fase preactiva (19), o pruebas

objetivas que miden los márgenes de trabajo saludables (20) cuyo resultado

también es dependiente de factores fisiológicos y psicológicos (21), se debe

Page 22: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

18

estudiar específicamente la implicación muscular de las actividades

funcionales que trabajen el core, con los recursos materiales a utilizar y en

las posiciones en las que se realicen.

Esto ayudará a clarificar, qué actividades son las más adecuadas para

cada sujeto, así como los ejercicios y la progresión de los mismos en el

acondicionamiento de una estructura como la que se estudia en la presente

tesis, el core como centro anatómico (17).

El core o faja lumbo-abdominal, es el conjunto que forman el esqueleto

axial y los tejidos blandos con origen y/o inserción en dicha localización (5).

Los músculos que lo componen, actúan proporcionando estabilidad al raquis,

la pelvis y la cadera durante situaciones estáticas o en movimientos

funcionales (22), facilitando la neutralidad de la posición de la columna

vertebral e impidiendo que se produzcan daños articulares (23).

Se encuentra formado por una gran cantidad de grupos musculares,

algunos de los cuales pueden llegar a insertarse en la región cervical como el

iliocostal (24), ejerciendo por tanto una influencia raquídea global.

En la parte ventral, se sitúa la pared abdominal, compuesta en su parte

externa por el recto anterior abdominal y el oblicuo externo, y en la más

profunda, por el oblicuo interno y el transverso abdominal (25). En la parte

dorsal y lumbar, se localizan los multífidus y los erectores espinales longísimo

e iliocostal, ambos con terminaciones tanto torácicas como lumbares y en

raquis lumbar y la cadera, el glúteo medio, el glúteo mayor o el cuadrado

lumbar (12).

Page 23: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

19

La investigación ha puesto de manifiesto que estos músculos no actúan

de forma independiente, ni con la misma intensidad para las diversas tareas y

demandas funcionales de la vida cotidiana. Así, por ejemplo, Kavcic et al.

(26), han demostrado que la activación muscular selectiva de los músculos

que componen el core, está determinada por la dirección de la inestabilidad

lumbar que determine la tarea. Por otro lado, la acción muscular conjunta

puede estar determinada por las fascias y los rafes divisorios en mitades

laterales, que han sido señalados principalmente por los trabajos de Bogduk

(27), como los encargados de la conjunción funcional de los músculos del

core. Un ejemplo de este aspecto, lo encontramos en la sinergia existente en

la acción anticipatoria del transverso abdominal y el multífidus, que logran

hacer decrecer la laxitud del ligamento sacroilíaco, acción que preserva la

salud lumbar en mayor medida que otros ejercicios que utilizan de forma más

pronunciada la facción abdominal lateral (28). Esta respuesta anticipatoria,

que Brown et al. (29) han observado 50 milisegundos antes del movimiento,

permite ajustar la postura y estabilizar la región lumbar, antes de la acción

de los miembros inferiores y/o superiores (30-32).

Al dirigir este estudio hacia los músculos dorsales, concretamente los

extensores lumbares y torácicos además del glúteo mayor, será de éstos,

sobre los que se realice un breve resumen de su anatomía y las acciones a las

que se destinan.

Page 24: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

20

Erectores espinales

Se corresponden con la musculatura del tracto lateral o paravertebral,

en los que se encuentran el músculo dorsal largo y el iliocostal (33).

El dorsal largo, con origen en la 4ª y 5ª vértebras lumbares, en el sacro

y en la cresta iliaca, se inserta en su porción medial; en las apófisis

transversas de las vértebras torácicas y en la cara posterior de las 12 costillas.

En su porción lateral; de la 4ª a la 1ª vértebra lumbar, en la fascia toraco-

lumbar y en la zona medial al ángulo de las costillas 12ª a 2ª (24,33).

Figura 1. Vista general y detalle del dorsal largo. Tomado de Primal Pictures con licencia personal (34).

Las flechas indican la localización del músculo.

El iliocostal, más largo en su recorrido, comparte el origen del

ligamento lumbosacro del músculo antes descrito y se inserta en su porción

lumbar, en el ángulo costal de la 5ª a la 12ª costilla. En la torácica, la misma

ubicación de la 6ª a la 1ª costilla, y en su porción cervical, en las apófisis

transversas de la 5ª, 6ª y 7ª vértebra cervical, así como en la cara posterior y

externa de cada costilla (24,33).

Page 25: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

21

Figura 2.Vista general y detalle del iliocostal. Tomado de Primal Pictures con licencia personal (34).

Las flechas indican la localización del músculo.

Multífidus

Es un músculo vertebral del tracto medial, originado en el ligamento

sacro ilíaco posterior, la porción dorsal de la cresta ilíaca, las apófisis

mamilares de las vértebras lumbares, las apófisis transversas de las vértebras

torácicas y las apófisis articulares inferiores de las vértebras cervicales 7ª y

6ª. Se inserta haciendo su recorrido desde las apófisis espinosas hasta las

transversas, con la peculiaridad de hacerlo hacia más de dos vértebras

inferiores; En las apófisis espinosas de la 5ª a la 1ª vértebra lumbar, de la 12ª

a la 1ª vértebra torácica y de la 7ª a la 2ª vértebra cervical (24,33).

Figura 3.Vista general y detalle del multífidus. Tomado de Primal Pictures con licencia personal (34).

Las flechas indican la localización del músculo.

Page 26: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

22

Este grupo de músculos, globalmente es fijador de la postura (33) y en

su acción unilateral, dirige el movimiento de inclinación lateral permitida

entre los 20 y 30º (16,35), mientras su acción bilateral estabiliza

verticalmente la columna y ayuda a su extensión hasta los 30º (33,35).

Glúteo mayor

Localizado en la cadera, articulación desde la que se origina en la

aponeurosis sacra y la cresta iliaca, para insertarse en su porción caudal; bajo

el cóndilo lateral de la tibia, y en la craneal; en la tuberosidad glútea del

fémur y el tabique intermuscular femoral lateral (24).

Su acción sobre la cadera en la porción craneal es la extensión, la

rotación lateral y la abducción. En su porción caudal; se repiten dichas

acciones salvo que realiza la adducción en lugar de la abducción. Sobre la

rodilla, interviene en la extensión a través del tracto iliotibial (24,36) y

resulta fundamental en actividades como la carrera, la movilización de cargas

como bolsas de la compra o en ejercicios como la sentadilla (squat) (37).

Page 27: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

23

Figura 4.Vista general y detalle del glúteo mayor. Tomado de Primal Pictures con licencia personal (38).

Las flechas indican la localización del músculo.

Para obtener una visión global, también pueden mencionarse algunas

de las funciones genéricas que cumplen los músculos ventrales como los

abdominales; a) servir de prensa abdominal, b) excretar el contenido de

vísceras abdominales y pelvianas, c) realizar la ventilación pulmonar y como

los anteriores y d) estabilizar el tronco (25,39).

Desde una perspectiva biomecánica, se pueden citar otras funciones

que cumple el core como núcleo o centro anatómico tales como (17,22):

Asegurar la estabilidad lumbo-pélvica.

Absorción de fuerzas de rotación.

Transmisión de fuerzas entre el miembro inferior superior.

La compensación agonista-antagonista, proporciona la necesaria

estabilidad lumbo-pélvica de la musculatura equilibradora del raquis. Dicha

acción es fundamental para mantener las curvas fisiológicas y las correctas

actitudes posturales en situaciones de reposo o en actividades de diferente

Page 28: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

24

impacto. La ubicación en la que se encuentra esta musculatura, que por

proximidad alberga del centro de masas (18), le hacen responsable de la

conservación de esta estabilidad y equilibrio, así como de evitar que por su

carencia, puedan adquirirse adaptaciones como el desequilibrio en la

activación de un grupo muscular determinado. Cuando éste se encuentra

inhibido, se produce lo que denomina Janda en Liebenson (40), debilidad de

tensión; el músculo no es capaz de controlar su centro de presión, al que

puede definirse como la respuesta neuromuscular a los cambios que se

producen, en este caso en el citado centro de masas (41), con la pérdida de

control motor que ello supone.

La absorción de fuerzas de rotación, se realiza con mayor intensidad en la

zona central, entre la cadera y las costillas aesternales en situaciones

estáticas (18), situación que expone al organismo a una constante actividad

compensatoria de las fuerzas de impacto recibidas del exterior, así como de

las internas, producidas por movimientos angulares y rotatorios, los únicos

que cuerpo humano es capaz de representar (42). Una musculatura del raquis

suficientemente acondicionada, prevendrá las inestabilidades que provocan

las citadas rotaciones, presentes en las actividades de la vida diaria además

de en las deportivas (43).

La transmisión de fuerzas entre el miembro superior e inferior, se

enmarca en la necesaria transferencia de las mismas entre las articulaciones

caudales y las craneales. Tal y como describe Kibler (17), una eficiente

estabilidad del core permite controlar el movimiento del tronco, de forma

Page 29: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

25

que puede transmitir eficazmente la energía entre el miembro superior e

inferior en actividades atléticas integradas.

1.1. El trabajo del core para la consecución de objetivos de salud.

El trabajo de la musculatura core, se ha convertido en una práctica

muy utilizada para la prevención o readaptación de lesiones lumbares (44).

Desde un punto de vista funcional, el core es partícipe de cualquiera de

las acciones cotidianas y su cuidado es necesario, tanto en personas

sedentarias como en practicantes habituales de actividad física en todos sus

niveles.

La denominación de acondicionamiento del core o core stability, se ha

empleado para hacer hincapié en la habilidad para lograr la estabilización

lumbar y el control motor (45), y su carencia puede derivar en dolor lumbar

crónico. Este síndrome o low back pain (LBP), es una alteración común en los

países occidentales (46), cuya prevalencia en algún momento de la vida se

estima en un 80% de la población (47). Por ello, el entrenamiento del core se

ha convertido en un elemento especialmente importante para la salud del

raquis lumbar (23,48).

Por tanto, el entrenamiento del core stability, consiste en desarrollar

la habilidad del complejo lumbo-pélvico de prevenir cambios de posición,

sobre la curva lordótica de la región lumbar y su relación con la cadera para

poder retornar al equilibrio tras una perturbación del mismo (49), o mantener

Page 30: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

26

su equilibrio estático cuando se le somete a repentinas fuerzas

desequilibrantes (50) que pueden producirse tanto de forma dinámica como

estática (51), reduciendo el riesgo de padecer lesiones estructurales y/o

nerviosas (52).

La adecuada prevención del LBP contempla entre sus objetivos, dotar a

la musculatura core de esta habilidad de anticipación del movimiento para

estabilizar el raquis (53,54). En caso de un control motor deficiente, se

producirán anomalías musculares, como la que detectó Ferguson (55), en la

que el erector espinal se contraía excesivamente pronto en ejercicios de

levantamiento de cargas en sujetos con LBP, en comparación con los sujetos

sanos. Otra deficiencia motriz descrita, ha sido la de que las personas con

dolor lumbar crónico, presentan una mayor tendencia a la desestabilización

de la columna en posiciones unipodales mantenidas, que en aquellas que no lo

padecen (56).

Debido a la importancia de la aptitud muscular sobre la función

estabilizadora de la región lumbar, al limitar los movimientos articulares en

los planos y ejes de la citada localización (57), resulta clave una valoración de

dicha competencia/aptitud, y para ello, McGill et al. (58) describen tres

pruebas de resistencia isométrica; la extensión del tronco, la flexión y el

puente lateral, que serán descritos posteriormente y cuyos resultados

deberían tomarse como punto de partida en la prescripción de ejercicio de

fortalecimiento del core.

Page 31: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

27

El trabajo de estabilización con recursos como las superficies

inestables, estimula los sistemas de feedback motriz para poder

reprogramarlos aumentando su eficacia (7), ya que el LBP se asocia a un muy

temprano o muy tardío reclutamiento de ciertos músculos estabilizadores (7).

La activación que provocan estos medios de entrenamiento, es adecuada para

la protección muscular y articular, para garantizar el citado control motor

(59) y además para producir las correctas compensaciones musculares.

Con una práctica correcta, pueden reprogramar la conveniente

anticipación postural con la consecuente eficacia y eficiencia, desactivando

de este modo contracciones musculares superfluas, aspecto necesario para

prevenir y rehabilitar el LBP (7).

1.2. La co-activación muscular.

El concepto de co-activación muscular lumbar, se define por Brown et

al. (29), como la resistencia a la deformación del raquis por el mantenimiento

de su rigidez (stiffness), modulada por la acción conjunta de la musculatura

del tronco, aspecto estrechamente ligado a la compresión que éste soporta y

a su estabilidad (29).

Ésta depende en gran parte de que los movimientos se produzcan

estando sobre su zona neutra, es decir, recibiendo la menor resistencia

posible al movimiento articular en su región intervertebral, mientras sus

elementos neuromusculares estén activos (23,48,60). Si el movimiento se

Page 32: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

28

ejecuta fuera de este límite, el sistema osteo-ligamentoso tendrá que ejercer

mayor resistencia y existirán mayores posibilidades de generar una lesión

(48,60,61).

Figura 5. Niveles de estabilidad según la zona neutra.

Con el símil de una bola en el interior de una copa, se representa la curva de carga-desplazamiento del raquis. Si ésta es de mayor anchura, existirá menor estabilidad.

ROM: Range of motion (rango de movimiento). NZ: Neutral Zone (zona neutra). Flexion: Flexión. Extension: Extensión. Load: Carga. Displacement: Desplazamiento. Tomado de

Panjabi (48,60).

El tejido lumbar pasivo, no presenta riesgos si se encuentra

estabilizado activamente dentro de dicha zona neutra (62), por lo que una

mayor activación muscular permitirá aumentar la estabilidad raquídea (63).

La rigidez o stiffness para lograr la estabilización, se regula por la

interacción de tres sistemas diferentes, uno pasivo correspondiente a los

cuerpos articulares, el activo representado por los grupos musculares y sus

inserciones tendinosas y por último, el control neural (48).

La buena coordinación de estos tres elementos, resulta en una

estabilidad global que puede representarse como argumenta McGill (64),

Page 33: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

29

como los elementos que actúan sobre una caña que simboliza el sistema

osteoligamentoso. En el caso de que la musculatura insertada en ella

traccione de forma idéntica, su posición no se alterará, pero si uno de esos

músculos ejerce más tensión que los restantes, la estabilidad de la estructura

se perderá, manifestando así la importancia de la acción conjunta de los

sistemas activo y neural.

Figura 6. Ejemplo de co-activación y de la carencia de la misma.

Elaboración propia.

La coordinación muscular, así como la participación del sistema de

control neural, son fundamentales para garantizar la estabilidad del raquis

(65,66), ya que los ligamentos tienen una limitada capacidad de

proporcionarla por sí mismos (7), al estar dotados de una resistencia a la

compresión de sólo 90 Newtons, que se correspondería aproximadamente a la

ejercida por la masa del tronco superior.

Cuando se produce esta adecuada coordinación, sobreviene la

estabilidad lumbar. Así por ejemplo, Brown et al. (29) han demostrado que la

co-activación, aumenta la estabilidad raquídea, descendiendo el número de

respuestas musculares innecesarias (7), incrementando con ello la eficiencia

muscular.

Page 34: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

30

El entrenamiento aplicado en superficies inestables, aumenta esta co-

activación muscular (67), al requerir de la participación de agonistas-

antagonistas para fijar la columna lumbar, particularmente cuando la

actividad es impredecible o compleja (68). Este hecho ha podido comprobarse

en poblaciones generales (65) y en deportistas (69), así como en muchos

ejercicios presentes en el acondicionamiento habitual como el press de pecho

(chest press) (70,71), o la sentadilla (squat) (72).

El umbral óptimo de intensidad de este factor de co-activación, será el

que garantice la estabilidad de raquis, si no impone cargas muy elevadas

sobre los tejidos (63,64). Según Vera et al. (73), las personas con LBP podrían

obtener beneficios con estímulos de baja intensidad, concretamente hasta un

10% de la máxima contracción voluntaria isométrica (MCVI), o hasta los 3400

Newtons, como argumenta el National Institute for Occupational Safety and

Health (NIOSH) (74) y que ejercicios como el rugby, los choques en deportes

de combate, caídas en judo o prácticas como la halterofilia con presiones

lumbares superiores a 20000 N. (75), superan ampliamente.

A pesar de que debe proponerse moderación en los niveles de

activación para la estabilización del raquis en tareas cotidianas (73), Sparto

(76) argumenta que el volumen de trabajo debe ser el suficiente como para

garantizar la protección y estabilización del raquis, y con éste en posición

neutra para poder conseguir dicho equilibrio (63,77).

Page 35: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

31

2. Materiales inestables o desestabilizadores

En la actualidad, la extensa oferta y variedad de actividades

relacionadas con la práctica deportiva y recreativa, ha propiciado la creación

de nuevos recursos materiales, incluyendo a todos aquellos que basan su

trabajo en la inestabilidad, definidos por Hernando et al. (78) como;

“una superficie inestable es una superficie o material de

entrenamiento maleable, que se deforma o desplaza por la

aplicación de fuerzas que sobre él haga el ejecutante, o que

puede tener una distribución no uniforme de su masa (por

ejemplo los cilindros rellenos de agua) o un comportamiento

dinámico antes de interaccionar con el sujeto (por ejemplo las

plataformas vibratorias o tapiz rodante)”.

Su uso es muy frecuente en el actual concepto de entrenamiento

funcional, donde el cuerpo debe actuar de forma sincronizada y como una

unidad y no como un conjunto de elementos independientes, que puedan

movilizar cargas que el torso sea capaz de estabilizar (78).

La gran diversidad de materiales existentes, hace necesaria su

clasificación basándose en diferentes criterios como texturas, tipos de

superficie o planos de movimiento permitidos.

Atendiendo a estos factores, no se han encontrado evidencias

científicas que establezcan esta diferenciación entre ellos, por lo que se

Page 36: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

32

recoge la propuesta de Gonzalo et al. (79), en la que se detallan los ejes de

movimiento permitido, así como el nivel de inestabilidad que representan y

sobre la que posteriormente Benito y Martínez (78), basaron la cantidad de

inestabilidad en una escala Likert analizada por un comité de expertos (80)

(tabla 1):

Tabla 1. Clasificación de materiales según grados de inestabilidad y ejes de movimiento permitido.

Adaptado de Gonzalo et al. (79).

Ejes de movimiento permitidos

Nivel de Inestabilidad

Leve Moderado Elevado

1

Foam Roller® Discos rotadores

2

Balanced Pad® Trampolín Bosu®

3

Core Board® MFT Challenge Disc® Neurocom Master®

A esta lista, puede agregarse la correspondiente al catálogo genérico

de materiales inestables propuesto por Heredia et al. (80), que representan la

amplia gama de productos ofertados en el mercado, en constante renovación

(tabla 2).

Page 37: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

33

Tabla 2. Catálogo de materiales desestabilizadores.

Tomado de Heredia et al. (80).

Material Características

Fitball®, pelota suiza, physioball

Pelota de plástico de gran diámetro (variable a considerar según sujetos).

Ballastball® Bosu DSL®

Fitball con material pesado en su interior.

Physio-roll®

Resulta de la suma de dos pelotas gigantes (aparentando un cacahuete).

Bosu®

“Both sides up”. Aparato que nace de la división de una pelota gigante. Es decir tiene una parte de aire y otra rígida. Body Dome: Variación del bosu con tensores anclados para realizar ejercicios resistidos.

Dyna disc® Pequeños discos de goma hinchados.

Tablas de inestabilidad

Tablas con un elemento central más prominente.

T-Bow®

Arco de fibra sintética (polietileno) o madera natural, con dimensiones (70x50x17 cm.), equilibrado y con un peso reducido (de 3,2 a 4,7 Kg). Es posible utilizarlo por ambos lados (con un granulado en la parte cóncava y una esterilla en la parte convexa).

Core Board®

Plataforma (74 x 15 cm. Diámetro: 56) que se inclina, gira y torsiona en todas direcciones, respondiendo dinámicamente a los movimientos del usuario, si éste se mueve de un lado, la pista ejerce una fuerza que empuja hacia atrás en la dirección contraria.

Espuma de estireno

Espuma diseñada de forma tubular.

Elementos suspensión TRX®, Flying®, AirFitPro®

Elementos mediante los cuales el sujeto queda suspendido a nivel de algunas de sus extremidades (miembros superiores o inferiores).

Slide board pro®

Superficie rectangular que permite el deslizamiento corporal hacia los lados. Se utiliza un calzado especial, realizado en un tejido que posibilita un mejor deslizamiento de los pies en el slide. A los dos lados del slide se sitúan unos topes que limitan el movimiento lateral de los pies.

Gliding®

Evolución del slide board pro. Dos materiales idénticos que permiten el deslizamiento sobre el suelo, permaneciendo el punto de apoyo (pie, mano, rodilla…) constante y firme. Se pueden encontrar en tela (para deslizamientos sobre parqué o similar) y de goma para otras superficies más duras.

Page 38: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

34

El empleo de las superficies inestables, ha venido acompañado en

numerosas ocasiones del uso de otros implementos que añaden a la

inestabilidad provocada, la contracción de la musculatura de otras

articulaciones, con el fin de ejecutar un movimiento.

Entre ellos se encuentran las bandas o los tubos elásticos, de los que

también se cuenta con una ingente variedad en el mercado, aunque al

contrario que en el caso del material inestable sobre el que existe mayor

bibliografía, se dispone de un escaso criterio científico para su elección en

función del estrés fisiológico que suponen. Así, entre los pocos estudios

realizados, se destacan los realizados por Colado et al. (81,82), en los que

utilizando material de la firma Thera-Band®, se encontró igual de eficaz el

entrenamiento en mujeres con material elástico, que con el entrenamiento

tradicional con peso libre, al observar que en 8 semanas de

acondicionamiento muscular, hubo un aumento similar de la máxima

contracción voluntaria isométrica de cada participante (82).

De la citada marca comercial, el único estudio del que se tiene

constancia de las equivalencias de tensión de bandas elásticas en tres

ejercicios (la abducción y la rotación externa del hombro y la extensión de

muñeca) con respecto a los pesos libres, es el elaborado por Andersen (83), en

el que con el uso de electromiografía y escala de percepción del esfuerzo, se

establecen las siguientes equiparaciones (tabla 3):

Page 39: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

35

Tabla 3. Equivalencias en kilogramos entre materiales elástico Thera-Band® y pesos libres.

Tomado de Andersen (83).

Color Rango del tubo elástico Peso libre (mancuernas)

Rojo 2.0-2.2 2.0

Verde 2.6-3.0 3.0

Azul 3.7-4.1 4.0

Negro 5.0-5.6 5.0

Azul+rojo 5.7-6.3 6.25

Plata 6.9-7.8 7.5

2.1. Efectos de la elección de material de inestabilidad en el

entrenamiento.

La mejoría de los resultados en el acondicionamiento físico, se ha

debido entre otras razones a la optimización de los modelos de planificación y

a los avances tecnológicos, que han facilitado herramientas precisas para

cuantificar los aspectos más relevantes en la consecución de una mejor forma

física.

Se puede extraer del estudio de Dantas et al. (84), que aunque las

bases que sustentan la planificación del entrenamiento no han experimentado

grandes cambios, sí ha ocurrido en el modo de utilización de los recursos

disponibles, que siempre y cuando se seleccionen de forma eficaz, logran

mejores resultados con un menor margen de error, como ocurre con aquellos

que generan inestabilidad.

Se ha criticado el uso indiscriminado del material inestable para la

práctica de actividad física (7), puesto que hay intereses económicos que

crean la necesidad de comprar recursos no adecuados para los objetivos que

Page 40: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

36

plantean (85,86) y que pueden ser potencialmente lesivos, incluso en su uso

con bajas intensidades. Un ejemplo de una inadecuada selección de material,

lo encontramos en los casos de la osteoartritis, sobre la que la inestabilidad

genera una tensión interna que podría ser nociva (7), una de las razones por

las que se hace necesario investigar estos recursos de forma más profunda

para poder seleccionarlos adecuadamente.

El hecho de que la desestabilización se emplee con cargas moderadas,

hace que el trabajo se enfoque desde un punto de vista global del

acondicionamiento y se favorezca una mayor cantidad de estímulos al sujeto

(87), por ello estos dispositivos son muy adecuados para individuos que se

inician y pueden ver inaccesible y poco motivante el trabajo con intensidades

moderadas-altas en torno al 80% de 1 repetición máxima (RM) (10).

Centrando la atención en esta perspectiva de uso, estos materiales no

resultan tan eficaces para el trabajo con altas cargas, ya que una gran

inestabilidad, hace decrecer la activación de los músculos responsables de

movilizar cargas (7) y la capacidad de generar fuerza máxima (88).

Este descenso puede ser de hasta un 45.6% de la actividad eléctrica con

respecto a las situaciones de estabilidad (89). Ejemplo de ello, son ejercicios

tradicionales como el peso muerto o el squat, en el que con una carga del 70-

80% de 1 RM, se genera mayor activación en músculos como los erectores

espinales, que en los ejercicios calisténicos realizados sobre superficies

inestables (90,91). Por otro lado Chulvi-Medrano (13), con el citado ejercicio

de peso muerto, encontró mayor activación sobre superficie estable que sobre

Page 41: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

37

un Bosu®, al igual que Willardson (10), que no encontró grandes diferencias

de activación entre el trabajo convencional al 75% de 1 RM o al 50% de 1 RM

sobre este material.

Este hecho sucede en otros elementos como el Physioball®, donde se

produce un descenso de la activación en la flexión plantar de un 20% (67) y en

el press pectoral isométrico de un 59.6% (70) de la MCVI.

Adicionalmente, lo comentado se evidencia en estudios que analizan la

globalidad de los músculos del core en su acondicionamiento. A pesar de que

Marshall (72) encontró mayores activaciones en el recto anterior abdominal y

el transverso abdominal, existen otras investigaciones que contradicen esta

afirmación, como las realizadas por Vera-García et al. y Hildenbrand et al.

(86,92), así como en las más recientes de Cressey (93) y Hamlyn (94), en las

que los datos de SEMG en los citados músculos son inferiores sobre superficies

inestables, y no consiguen incrementar la activación con respecto a las

estables. Chulvi et al. (88), concluyen que el uso de elementos

desestabilizadores en ejercicios globales, no incrementan la actividad de los

músculos paraespinales, por lo que resultan cuestionables por implicar riesgos

de lesión.

A tenor de esta argumentación, la decisión de elegir el material deberá

ser fruto de la reflexión, basándose en el principio de especificidad del

entrenamiento y en función de éste, se podrá elegir la superficie idónea para

realizarlo.

Page 42: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

38

La elección de un material inestable, deberá basarse en los grados de

inestabilidad que éste pueda provocar (88). Chuvi(88) y Behm y Colado (7),

comprobaron que existe menor reducción de fuerza en aquellos materiales

que la generan de forma monoplanar como el T-Bow®, que con respecto a un

Bosu®, que puede generarla en los 3 planos y ejes, al requerir menor

implicación de la musculatura estabilizadora, factor que influirá sobre las

respuestas del entrenamiento.

Page 43: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

39

3. Bases para el acondicionamiento del core.

Se han diseñado multitud de programas con la finalidad de fortalecer el

core, mejorando su rigidez, la función muscular del tronco y la estabilidad del

raquis lumbar (95).

McGill (96), argumenta que para su mantenimiento, hay que cumplir

con una serie de requisitos tales como:

Fortalecer la columna lumbar durante el ejercicio mediante

propuestas isométricas que afecten a las zonas abdominal y lumbar.

Mantener la columna neutra con sus curvas fisiológicas.

Evitar las posiciones extremas de amplitud en los movimientos de

flexión o extensión.

Realizar preferentemente ejercicios destinados a la resistencia

muscular.

Según este precepto, Hyman y Liebenson (97), establecen unas bases

generales de acondicionamiento del core que se componen de tres fases:

1) Ejercicios de estabilización.

2) Entrenamiento analítico con diferentes recursos materiales.

3) Entrenamiento de estabilización con actividades funcionales

orientadas a las actividades de la vida diaria.

Page 44: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

40

Estas tres modalidades de ejercicio con algunos ejemplos, quedan

reflejadas en la tabla 4.

Tabla 4. Fases de acondicionamiento del core. Adaptado de Hyman y Liebenson (97).

Fases Características de

ejercicios Gráfico

Estabilización en posición tendida o en bipedestación

Diseñados para el conocimiento del rango de movimiento individual. (anteversión, retroversión, inclinaciones pélvicas, etc.).

Estabilización analítica con el uso de diferentes materiales

Propuestas analíticas con cargas reducidas. (en contracción dinámica o isométrica)

Estabilización con ejercicios funcionales

Con transferencia a las implicaciones musculares de la vida real. (transporte de objetos, cambios de posición, etc.).

Por lo tanto y debido a este principio de progresión, durante la fase

que incluye diferentes materiales, deben elegirse los que permitan

evolucionar hacia la fase funcional, sin comprometer la integridad de las

estructuras articulares involucradas. Resulta imprescindible entonces,

establecer previamente una planificación que incluya la selección de los

elementos auxiliares para el entrenamiento.

Page 45: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

41

3.1. Entrenamiento del core en superficies inestables.

El trabajo de fuerza con la utilización de materiales inestables o

desestabilizadores, como citan Heredia et al. (80), debe cumplir con unas

condiciones que salvaguarden la integridad del raquis, y cubran los objetivos

neuromusculares que se hayan propuesto.

Dentro de éstos, en un proceso de iniciación o rehabilitación en el que

el objetivo sea llegar a movilizar altas cargas, su utilidad en primera instancia

es el de la mejora de la estabilidad global y postural, aumentando las cargas

conforme se vayan introduciendo superficies más estables. Al final del

proceso, se orientaría el trabajo si es el caso, hacia intensidades próximas a 1

RM eliminando la inestabilidad, permitiendo el manejo de altas cargas (7).

Por tanto, la orientación del uso de este tipo de materiales hacia fines

terapéuticos o rehabilitadores, debe ser asumida como prioritaria, al decrecer

la efectividad y suponer un riesgo de lesión, la movilización de cargas

cercanas a las máximas.

La gama de tareas con este tipo de recursos debe ser variada, ya que

no hay ejercicios que logren grandes activaciones sin producir estrés raquídeo

(39,98), sobre todo los realizados a gran velocidad (99). Brown et al. (29),

encontraron este riesgo cuando dicho ritmo de ejecución hacía superar el 30%

de la máxima contracción voluntaria isométrica (MCVI).

Este componente de variedad, es importante para el adecuado

acondicionamiento del core. Como ejemplo de ello, en el trabajo de los

Page 46: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

42

músculos abdominales que suele resultar poco atractivo para poblaciones

jóvenes (25), el uso de este tipo de materiales cuidando la carga, quizá podría

ser un elemento que aumente la adherencia a los programas de ejercicio.

Dentro del abanico de posibilidades de cada sujeto, se recomienda la

alternancia de ejercicios dinámicos y estáticos, a velocidad lenta o moderada

(100,101). Con ello, se produce la activación de las fibras tipo I más lentas

(102), por tanto, el uso de superficies inestables supone un estímulo saludable

dotado además de un carácter preventivo (7), que hace especialmente

interesante su uso con cargas bajas o medias.

Ejemplo de ello, es el incremento de la cantidad de fibras oxidativas

que se contraen en músculos como en el erector espinal, donde es superior al

80% (103), al igual que en acondicionamientos extensivos, en los que se

estimulan en mayor medida músculos como el multífidus o el longísimo

torácico, para mejor prevención del LBP (104).

En este sentido, la eficiencia del entrenamiento del multífidus se

corresponde con un trabajo del 30-40% de la MCVI (63), por ello se reitera que

no se hace necesario el trabajo con cargas excesivas, al encontrarse riesgos

de lesión en el trabajo sobre superficies inestables por encima de esta cifra

(10).

En lo referente a la frecuencia de trabajo del core, la documentación

encontrada más específica, se limita a condiciones de estabilidad y en

trabajos de acondicionamiento abdominal como los de Vera (25) y López

Vivanco (105), que citan que al trabajar 2 días a la semana con ejercicios de

Page 47: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

43

encorvamiento, más específicos del trabajo del recto anterior abdominal u

oblicuos, se producen mejoras similares a realizarlo 3 días, mientras Vera (25)

y DeMichele (106) habían comprobado previamente que el trabajo con una

periodicidad de 1 sólo día semanal no las provocaba.

Este planteamiento coincide con el posicionamiento del American

College of Sport Medicine (ACSM), que de forma global recomienda el trabajo

muscular con resistencias, al menos dos veces por semana con entre 8 y 12

repeticiones por ejercicio (107).

Knudson (108), argumenta que en estas unidades de entrenamiento

sería adecuado no incluir la ejercitación abdominal al inicio de la sesión, al

poder influir negativamente en las tareas siguientes que requieran de una

adecuada estabilización del tronco (76), aspectos que denotan la relevancia

del adecuado orden de ejecución de ejercicios, para poder prever su impacto

sobre el sujeto y poder proporcionar las adaptaciones deseadas (109).

Page 48: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

44

3.2. Valoraciones del sujeto para el trabajo sobre inestabilidad.

Para poder adecuar las cargas al sujeto, deben efectuarse valoraciones

previas sobre los recursos idóneos a utilizar en función de las capacidades

iniciales del mismo, así como de las cargas a emplear para que sirvan de guía

al prescriptor del ejercicio.

Siguiendo la premisa del principio de individualización, cada individuo

reacciona y se adapta de forma distinta y única ante las mismas cargas, y

entre algunos de los factores que afectan a esta respuesta, según Manso

(110), pueden citarse el nivel de condición física, la nutrición o la motivación

para la práctica elegida.

Este mismo autor señala que la no aplicación de estas valoraciones,

incurrirá en dos errores:

Aplicar un mismo modelo para diferentes sujetos, aspecto que provoca

mayores riesgos para los individuos menos cualificados.

La reproducción de modelos que han dado frutos en algunas ocasiones,

pasa por alto en nivel inicial de los practicantes.

Por tanto, se debe elegir de forma adecuada la prueba a emplear.

Podemos ejemplificar este aspecto en el caso del acondicionamiento de

fuerza tradicional, en el que se entiende la poca practicidad de determinados

tests como el de 1 RM, en el que los sujetos noveles y/o inexpertos,

Page 49: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

45

somatizarían inhibición, inseguridad y evidenciarían carencias técnicas en la

ejecución (111), estos factores convierten esta prueba en desaconsejable para

todos los sujetos (112).

Podría proponerse como alternativa en ese ejemplo, un test como el

predictivo de 1 RM (113). LeSuer (114) resume siete formas de cálculo de esta

RM, cada una con una correlación más precisa al miembro superior o inferior.

La musculatura a evaluar debe implicar a varias articulaciones, en las que

además de la contracción de los músculos agonistas exista activación de otros

grupos que ejerzan su acción como fijadores o sinergistas (115).

En el caso del acondicionamiento sobre superficies inestables, se deben

elegir estas pruebas con el mismo sentido. Con carácter principalmente

estático, Kibler (17) expuso un test multiplanar con valoraciones de 0 al 2; el

0 con significado de imposibilidad de ejecución, el 1 equivalente a una

realización con dificultades, y el 2 que supone hacerlo correctamente. Esta

prueba se realiza primero sobre un lado del cuerpo, para continuar después

con el otro. La descripción del test modificado por Marín en Hernando (116) se

muestra en la tabla 5.

Page 50: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

46

Tabla 5. Test de Kibler.

Adaptado de Kibler (17).

Gráfico Descripción Puntuación (0-1-2)

Derecho Izquierdo

1

En apoyo unipodal, con la pierna libre con flexión de 90º, el sujeto mantiene la posición durante 10 segundo y observamos si;

Puede mantener la posición,

Se produce el fenómeno Trendelemburg*.

2

En apoyo monopodal, con la pierna libre en flexión de 90º, el sujeto realiza extensión del raquis durante 10 segundos. Se valora la funcionalidad de los flexores del tronco en contracción excéntrica.

3

En apoyo monopodal, con la pierna libre en flexión de 90º, el sujeto realiza una flexión lateral hacia el lado del apoyo durante 10 segundos. Se valora la estabilidad en el plano frontal.

4

En apoyo monopodal, con la pierna libre en flexión de 90º, el sujeto realiza una rotación, sujetando con los brazos extendidos un balón medicinal de 3 kg. durante 10 segundos. Se valora la estabilidad en el plano transversal.

5

En apoyo monopodal, con la pierna libre en flexión de 90º y aducción escapular, el sujeto realiza una extensión con rotación hacia el lado del apoyo durante 10 segundos. Se valora la estabilidad de los planos transversal y sagital.

6

En apoyo monopodal y sujetando una mancuerna de 2 kg. con la mano del lado que está en apoyo, el sujeto realiza una flexión de tronco hasta aproximar la carga al suelo. Se valora la estabilidad en las tres dimensiones del espacio.

7

Decúbito lateral con apoyo de antebrazos, el sujeto intenta permanecer en esta posición 15 segundos.

*Fenómeno Trendelemburg: caída de la pelvis contraria a la pierna de apoyo, por debilidad a raíz de padecer sarcopenia o por debilidad o lesión del músculo y/o nervio glúteo.

Page 51: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

47

Con los resultados del test de Kibler, se obtiene una orientación más

precisa de los músculos y movimientos que presentan deficiencias, para poder

elegir aquellos ejercicios y superficies que puedan potenciarlos.

Más sencilla, resulta la valoración propuesta por Trojian y McKeag (117)

en apoyo monopodal, con la pierna libre realizando una flexión de cadera de

90º y los brazos en flexión y abducción de 90º. Se le pide al sujeto que cierre

los ojos y permanezca en esa posición durante 10 segundos, para que el

resultado sea positivo. Como en el caso anterior, se ejecuta por ambos lados.

Además de éstas, deben incluirse otras pruebas como las elaboradas

por McGill (58), que tratan de medir la estabilidad lumbar del raquis,

normalizando el tiempo que pueden mantenerse tres posiciones, la extensión,

la flexión y el puente lateral, descritas en la tabla 6.

Tabla 6. Pruebas de estabilidad lumbar. Tomado de McGill (58).

Nombre Gráfico Descripción Ratio de normalidad Hombres Mujeres

Extensión de tronco

Con el sujeto en posición de tendido prono, sujeto de pies, rodillas y muslos, con brazos cruzados, realizar extensión de tronco. Se termina el ejercicio cuando el sujeto toque el suelo.

1.0 1.0

Flexión de tronco

A) Desde la sedestación con rodillas flexionadas a 90º y el tronco apoyado en una superficie a 60º. B) Se retira la superficie y el sujeto debe mantener la posición. Se termina el ejercicio cuando no puedan mantenerse los 60º de flexión de tronco iniciales.

0.99 0.79

Puente lateral

Desde tendido lateral, con apoyo del codo más cercano al suelo, el sujeto eleva la cadera. Se termina el ejercicio al volver a contactar con el suelo.

0.64 (dcho.)

0.66 (izq.)

0.38 (dcho.)

0.40 (izq.)

Page 52: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

48

Esta prueba es la más cercana al objeto de estudio de esta tesis

doctoral, los hombres pueden mantenerse en posición lateral un 66% de su

tiempo de extensión y un 99% del mantenido en flexión, mientras las mujeres

únicamente pueden sustentarse un 40% y un 79% respectivamente,

demostrando que entre ambos existen tiempos de estabilización diferentes,

por lo que resulta importante su valoración inicial.

Existen otras alternativas más recientes que introducen más dinamismo

en las pruebas, como las que describe Peate (118) con el Performance on a

Functional Movement Screen (FMS), donde se realiza un test de 7 pruebas en

las que se valora la limitación del movimiento y el dolor percibido al activar el

transverso abdominal sobre superficies estables e inestables. La puntuación es

de 1 a 3, siendo la más alta la que indica la óptima condición en esa

propuesta.

Page 53: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

49

3.3. Progresión de ejercicios del core sobre inestabilidad.

Para Marín en Hernando (116), las propuestas de ejercicios que se

prescriban, deben basarse en aspectos como: base de sustentación (de mayor

a menor), velocidades (de isométrico a dinámico), apoyos (de más a menos) o

la solicitación de mayor tensión muscular por medio de resistencias externas

(bandas elásticas o pesos libres).

Entre otras progresiones que se han encontrado, pueden citarse las

correspondientes a dos categorías estableciendo como punto de partida, el

nivel de velocidad de los ejercicios para distinguir entre propuestas:

Diseñadas sobre ejercicios dinámicos.

Planteadas para ejercicios estáticos o isométricos.

Propuestas sobre ejercicios dinámicos

Se ha especificado el orden concreto que debe seguirse, para el

desarrollo de un músculo como el recto anterior abdominal; Vera-García

(119), cita en primer lugar la flexión de tronco, en segunda instancia,

ejercicios de rotación y flexión lateral (39,120), y por último, los de

estabilización raquídea en isometría o sobre superficies inestables (92,121).

Page 54: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

50

Más global y reciente, se cuenta con la propuesta de Hernando (122)

que establece de menor a mayor dificultad, seis formas de trabajo de un

ejercicio fundamental como la sentadilla (123), el lunge o paso al frente y los

fondos en el suelo en situaciones estables e inestables, con el Bosu® y el

CoreBoard® como elementos principales, o más recientemente el estudio de

Chulvi (13) en el que se comparan las activaciones musculares producidas en

ejercicios tradicionales realizados sobre diferentes materiales inestables.

Dado que al trabajar con estos elementos de forma dinámica, se

produce una pérdida de activación muscular, y de cantidad de fuerza

expresada (124), para minimizar este descenso debe hacerse especial énfasis

en la práctica de ejercicios isométricos (70). Según Durall (125), la

implantación de un programa en el que se incluyan ejercicios estáticos como

puentes pronos y laterales, además de los ejercicios convencionales de flexión

de tronco, supone un factor muy efectivo de prevención del LBP.

Figura 7. Puente lateral.

Page 55: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

51

Propuestas sobre ejercicios estáticos.

Se distinguen dos propuestas diferentes; la presentada por Hernando

(78), sobre diferentes posiciones y materiales y la más reciente en el 2011 de

Heredia et al. (80), que respetando la estabilidad escapular y las posturas

raquídeas fisiológicas, propone un modelo que se desarrolla en tres niveles,

modificando las formas de estabilización externa e incrementando la

estabilización interna activa del sujeto, utilizando distintos elementos

desestabilizadores (tabla 7).

Tabla 7. Modelo de progresión de ejercicio mediante elementos desestabilizadores.

Tomado de Heredia et al. (80).

Progresión de ejercicio Nivel I Nivel II Nivel III

Posición corporal

Decúbito prono

Ejercicio Puente prono

Acción articular

Estabilización isométrica

Plano de movimiento

Sagital/transversal

Grupos musculares

Faja lumbo-abdominal en conjunto

Segmento fijo (en apoyo)

Tren superior e inferior

Segmento libre

La diferenciación que se realiza, se basa en la diferente utilización del

material, aunque al igual que el anteriormente citado de Hernando de 2009,

sin presentar datos objetivos sobre la activación muscular registrada.

Page 56: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

52

Así pues, no se han podido desarrollar progresiones de trabajo basadas

en datos objetivos como los que proporciona la SEMG, que pudieran clarificar

un orden de ejecución preciso en ejercicios isométricos, efectuados sobre

diferentes materiales desestabilizadores.

Tomando como referencia las propuestas de progresión de Hernando

(2009) y Heredia (2011) y los estudios de Anderson en 2004 (70) y el más

reciente de Durall en 2009 (125) sobre la idoneidad de la práctica de

ejercicios isométricos, se hace evidente la necesidad de su estudio y

diferenciación por niveles para poder proceder de forma adecuada en su

prescripción.

Page 57: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

53

4. Valoración de la intensidad: la EMG y la percepción del

esfuerzo.

Poder cuantificar la intensidad del ejercicio, quizá haya sido uno de los

aspectos que han provocado mayores mejoras en el acondicionamiento físico,

en cualquiera de sus ámbitos.

Es conocido que la exigencia que provoca el trabajo de índole aeróbica

o anaeróbica, puede ser valorada a través de medios como la frecuencia

cardiaca o el consumo máximo de oxígeno (Vo2 máx.), que registra las

variaciones de intensidad desde el estado de reposo hasta el ejercicio de

carácter submáximo o máximo (126). La intensidad de un ejercicio

anaeróbico, también se puede controlar mediante la monitorización del

lactato sanguíneo, que a pesar de su carácter invasivo, es muy empleada en

deporte de rendimiento y en investigaciones referentes a la salud (127,128).

Adicionalmente a los medios descritos, para el trabajo de fuerza

existen otras formas específicas de valorar este componente de la carga. Se

trata de la electromiografía (EMG), una técnica capaz de registrar la actividad

eléctrica de los potenciales de acción y calcular la activación muscular (129),

que permite establecer comparaciones de intensidad entre ejercicios.

Asimismo, se cuenta con formas de valorar este factor desde un punto

de vista psicobiológico, mediante las escalas subjetivas de percepción del

esfuerzo.

Page 58: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

54

Desde este punto, se profundizará sobre estas dos últimas técnicas de

monitorización de la intensidad del entrenamiento de fuerza.

4.1. Electromiografía y activación muscular.

La EMG analiza la función y coordinación de los músculos en diferentes

movimientos y posturas (129,130). Proporciona entre otros detalles,

información sobre el estado funcional del sistema nervioso periférico (130) y a

partir de este registro, se puede estudiar la activación de un músculo o grupo

muscular durante una tarea determinada.

La medición de EMG se realiza sobre dos unidades; la anatómica y la

funcional. La primera representada por la fibra muscular, la segunda por la

motoneurona, encargada de inervar a la citada unidad anatómica. Al tándem

que forman, se le denomina unidad motora (130), que es el elemento mínimo

que puede individualizarse y visualizarse en un electromiograma,

distinguiendo las variaciones de cada activación.

Al potencial que originan las fibras de una unidad motora se le conoce

como potencial de la unidad motriz (PUM). La EMG se encarga de calcular la

suma de los potenciales de acción, de las unidades motoras durante la

contracción muscular (131).

Dicha contracción muscular se produce ante una resistencia (132), la

más básica de ellas representada por el peso corporal. Esta fuerza provoca en

el sarcómero que agrupa a dichas unidades, un deslizamiento entre filamentos

Page 59: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

55

de actina y de miosina de los que está compuesto, hasta las dos micras

aproximadamente, alcanzada por la hidrolización del adenosín trifosfato

(ATP) por la ATPasa del ciclo de los puentes cruzados (132,133). La naturaleza

de este proceso, es variable dependiendo de la capacidad que el músculo

tiene de generar dicha tensión y de sus cambios de longitud en el tiempo, es

decir, su velocidad de contracción (134).

Se ha demostrado que la aplicación de un entrenamiento de fuerza,

tiene como principal e inicial beneficio (primeras semanas), una adaptación

neural que se manifiesta en un aumento de la señal de electromiografía de la

musculatura implicada, así como en la activación de las fibras tipo IIa y

especialmente tras el uso de ejercicios de potencia (135).

La activación, representa un nivel de tensión que establece una

relación en la que un mayor solapamiento del sarcómero se acompaña de un

mayor número de puentes cruzados en acción. Por tanto, un aumento de

tensión es proporcional a la reducción de la longitud sarcomérica (136) que

como curiosidad, Badillo considera óptima la situada entre 1.6 y 2.6 micras

(111).

El registro electromiográfico puede ser abordado de forma

intramuscular (método invasivo), colocándose una aguja con un electrodo que

atraviesa la piel hasta el músculo diana, o mediante la colocación de

electrodos sobre la piel (método no invasivo) de la musculatura a registrar

(130), que se denomina electromiografía de superficie (SEMG).

Page 60: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

56

Es importante controlar las condiciones en las que se realizan las

mediciones electromiográficas. Es necesario que el espacio que se utilice,

esté libre de elementos que puedan distorsionar o perturbar la señal (ruido),

como el que puedan generar los aparatos eléctricos circundantes (137). Para

este fin, pueden emplearse filtros para limpiar las señales eléctricas que no

estén comprendidas entre 10 y 1000 Hertzios (Hz) (137).

La transducción de la señal recibida, requiere del uso de electrodos

construidos con diferentes materiales (metales) como plata (Ag.) y cloruro de

plata (Agcl.) (137), que sirvan de conductores entre la piel y el aparato. A

través de los mismos se conduce la señal de forma bipolar, siendo necesarios

dos polos situados sobre la musculatura a evaluar, y un tercero neutro de

referencia situado de forma perpendicular y centrado con respecto a los dos

anteriores. La conducción de la señal es facilitada por la aplicación de un gel

conductor neutro, que facilita la recepción de las citadas señales eléctricas.

El uso de los electrodos debe ser específico del momento de la

medición, siendo aconsejable desecharlos y renovarlos para posteriores tomas

de datos. Presentan la característica de transmitir una señal no selectiva, por

lo que recibirán la más dominante, es decir, la de las unidades motoras que

generen la mayor actividad (138). Esa es también su principal desventaja, al

dificultar la concreción en la evaluación de la participación muscular, que

puede estimarse con mayor precisión si se utilizan como guía, estudios como

los de Rainoldi (139) o Kramer (140), que describen la localización de varios

grupos musculares.

Page 61: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

57

Se ha asentado el uso comparativo de la máxima contracción voluntaria

isométrica (MCVI) con respecto al movimiento articular, o el gesto deportivo

sobre el que hacer la medición (141) (figura 8). Las pruebas de MCVI, resultan

fundamentales y en el caso del core están estandarizadas y validadas según el

grupo muscular a tratar, pueden encontrarse en estudios de referencia como

el de McGill (58).

Estas valoraciones permiten, una vez recogidos los datos resultantes de

la fuerza de la SEMG, obtener la normalización de la señal con respecto a este

dato, dividiendo los valores numéricos resultantes en el suavizado por el valor

de la MCVI, obteniendo los valores porcentuales respecto a este último (129).

Figura 8. Pico de máxima contracción voluntaria isométrica. mV.: microvoltios. Ms.: milisegundos.

Los potenciales de acción musculares descargados en el

electromiógrafo tras la ejecución de la prueba, contienen unas señales que

tienen la característica de poder tener una frecuencia que vaya de unos pocos

hertzios (Hz.), a varios Kilohertzios (Khz.). Esto supone el número de

Page 62: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

58

mediciones realizadas en la unidad de tiempo, así como de los valores

máximos y mínimos en voltios, que normalmente se amplifica en fracciones de

milivoltios (mV) para un mejor análisis (142).

4.1.1. Representación gráfica de las señales eléctricas.

Con la necesidad de establecer una ecuación que expresara la

conducción del calor, Jean Baptiste Joseph Fourier comprobó que si las

temperaturas iniciales eran una función cualquiera, el cálculo sería muy

complejo, pero si dichas temperaturas eran funciones sinusoidales del espacio

o una suma de éstas, la solución sería más sencilla.

Las señales están contenidas en series de funciones en recta no

periódicas. Para su lectura y comprensión, se utilizan las transformadas de

esas series, las Transformadas de Fourier, que consiguen el paso de una señal

de dominio del tiempo, al dominio de la frecuencia. En la actualidad, esta

técnica se usa con asiduidad, para el análisis e interpretación de las señales

eléctricas recogidas a través de SEMG.

Las características de dichas referencias son entre otras:

Tener un grado de oscilación finito.

Contener un número máximo de discontinuidades.

Page 63: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

59

Los datos contenidos en una señal, son en primer lugar convertidos del

modo analógico al digital por el software del equipo usado, un

electromiógrafo que dispone generalmente de entre 4 y 8 canales de

recepción. Este paso permitirá cuantificar los datos para su análisis, ya que

recogerá la escala de números que se asignan a las diferentes amplitudes

recogidas en la muestra.

Estos dígitos se asignan atendiendo a tres premisas principales (137):

Según sea la unidad elegida para describir la señal.

La precisión del aparato.

El tipo de integración seleccionada para revisar los datos.

En la gráfica resultante de una medición, los datos aparecen para su

lectura en un plano cartesiano que facilita su interpretación, donde se

muestran los valores en el eje de ordenadas y el de abcisas; en el primero se

ubica el nivel de activación expresado en milivoltios (mV), y en el segundo el

tiempo en milisegundos (Ms).

En dicha representación (figura 9), se observa la señal sin tratamiento o

Raw signal, que contiene los elementos que forman parte de la muestra de

sujetos estudiados en la presente investigación y otros elementos generados

por elementos formadores de ruido (129).

Page 64: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

60

Figura 9. Señal eléctrica sin tratamiento. mV.: microvoltios. Ms.: milisegundos. Registrados con una SEMG.

La señal ha de filtrarse para su estudio, con lo que se eliminará todo

elemento superfluo. Tras ese proceso, se rectifica la señal, a través del RMS o

valor cuadrático medio, tomando en cuenta el valor absoluto de todos los

registros (Figura 10).

Figura 10. Señal rectificada. mV.: microvoltios. Ms.: milisegundos. Registrados con una SEMG.

Page 65: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

61

Cada grupo muscular a estudiar, dispondrá de su propio registro, del

que se seleccionará la fracción temporal en la que la señal permanece más

estable (Figura 11).

Figura 11. Señal eléctrica estable fraccionada. mV.: microvoltios. Ms.: milisegundos. Registrados con una SEMG.

A partir de aquí, el análisis se ceñirá a una de estas dos formas de

interpretación; la basada en amplitudes, o la que lo hace sobre las

frecuencias. A través de la amplitud de la señal, podría recogerse las

diferencias recogidas entre los valores máximos y mínimos, mientras que con

las frecuencias, se refleja en qué momento se producen dichos valores.

Poniendo como ejemplo un estímulo de fuerza, en el caso de medición por

amplitudes podrán medirse:

El valor cuadrático medio (RMS)

La máxima y la mínima activación muscular.

La media de dicha activación.

Page 66: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

62

En el caso de ejercicios isométricos como es el caso de la presente

tesis, según Hibbs (143) el análisis que presenta los resultados más

significativos, se corresponde con la media de la activación muscular.

4.2. La percepción subjetiva del esfuerzo.

La SEMG cuenta con un amplio respaldo científico, sin embargo, las

características logísticas que conlleva tanto por la correcta forma de

colocación del material al sujeto, como por la dificultad que exige al inicio de

su manejo, hacen que no sea posible su uso en un acondicionamiento

convencional, además de las limitaciones de adquisición desde el ámbito de la

práctica clínica o de campo, por su alto coste económico.

A pesar de su objetividad, no revela las claves que actúan sobre la

mayor adherencia al ejercicio del sujeto que se inicia, o carece de

experiencia alguna. Éstas, están contenidas en pequeñas variaciones

sensitivas que hacen que el sujeto perciba el estímulo del ejercicio con

niveles distintos de exigencia (144).

Esta variable de carácter psicológico, da una información al

responsable de la puesta en marcha de la actividad, de la tolerancia que el

individuo presenta ante las cargas expuestas. Su cuantificación, incluye dos

paradigmas; por una parte identificar el nivel de esfuerzo que exige un

determinado ejercicio y por otra, producir un valor fisiológico a partir de un

ítem de la escala (145).

Page 67: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

63

Tomando el control sobre esta variación subjetiva, ha de considerarse

que las variaciones de intensidad, pueden ser un motivo de no adherencia a la

práctica de actividad física o de fidelidad a la misma. Éste aspecto se ha

valorado en trabajos como el de Ekkekakis et al. (146), donde con el uso del

cuestionario (Pretie-Q), se trataron de comprender las diferencias

individuales en las respuestas al ejercicio y por tanto, se indagaron algunas de

las claves de la deserción del ejercicio.

Este abandono podría en parte evitarse, si el practicante percibe

intensidades moderadas y accesibles según su propio criterio, es decir,

respecto de su concepto individual de ejercicio ligero o de alto impacto.

Éste puede coincidir o diferir respecto a la exigencia que se ha

planificado de forma objetiva, incluso si se ha hecho respetando los márgenes

fisiológicos básicos recomendables para la salud (147), como así se consideran

la frecuencia cardiaca adecuada para el control de la intensidad del ejercicio

de Karvonen (148), o las recientes premisas establecidas por la British

Association of Sport and Exercise Sciences, de ejercitarse moderadamente

durante 300 minutos semanales o acumular 75 minutos de ejercicio vigoroso

en ese mismo periodo (149).

Page 68: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

64

4.2.1.1. Las escalas de percepción del esfuerzo.

Las escalas de percepción han demostrado ser un método fiable y

reproductible de medir la intensidad de un estímulo de entrenamiento, no

sólo en relación a su coincidencia con el impacto fisiológico que se produce al

entrenar, sino como elemento que ayuda a anticiparse a la sensación de

tensión y dolor que experimenta el sujeto y en cierta medida, en relación al

grado de adherencia al ejercicio (150).

Como ejemplo de este último detalle, Knapen et al. (151) elaboraron

un estudio utilizando la escala Borg de 11 ítems, como indicador de la

intensidad percibida en pacientes con trastornos depresivos, dando una

fiabilidad moderada (r entre 0.42 y 0.82), respondiendo positivamente los

sujetos, con gran constancia al programa de ejercicio.

El uso frecuente de las escalas numéricas, hizo que fueran empleadas

también para cubrir la necesidad de valorar los cambios en la percepción del

esfuerzo (144), aspecto al que los sujetos respondían asignando un número a

la intensidad percibida (152), por lo que cada cifra valoraba los cambios de

intensidad que se daban en el ejercicio (144).

Esta capacidad de poder calibrar el esfuerzo, ya se puede realizar de

una forma precisa entre los 8 y los 12 años, cuando somos capaces de estimar

intensidades progresivas en bicicleta, guiados por el sentido del esfuerzo y

por poder distinguir las señales sensoriales de las distintas partes del cuerpo

(145).

Page 69: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

65

A la hora de su validación, pueden emplearse dos formas

independientes o simultáneas, las de constructo y las concurrentes.

4.2.1.2. Validación de constructo.

Este tipo de escalas, dota con un valor numérico al cambio de

percepción de la intensidad de un sujeto (153,154), aplicable a varias

poblaciones. Ejemplo de ello es la diseñada por el científico Gunnar Borg en

1961 (155), que presenta 15 ítems desde el valor 6 al 20, con el propósito de

representar que cada valor multiplicado por 10, supone la frecuencia cardiaca

correspondiente al estímulo.

Al depender el ritmo cardiaco de numerosas variables como la edad,

género, etc. (154), y al no obtener una relación lineal con este valor, en 1971

agregó descripciones semánticas comparables entre sí, que pudieran dar una

acertada predicción del esfuerzo (156) tal y como puede observarse en la

tabla 8;

Page 70: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

66

Tabla 8. Escala de Percepción del Esfuerzo de Borg 1971.

Adaptado de Borg (156).

Valor Percepción Valor Percepción

11 12 Regular 13 14 Pesado 15 6 Muy muy ligero 16 Muy pesado 7 17 8 Muy ligero 18 Muy muy pesado 9 19 10 Ligero 20

La segunda de 1982, se compone de 11 ítems (153) cuya valoración

resulta más fácil y similar a otras escalas numéricas que se emplean con

asiduidad en la vida cotidiana (del 0 al 10), al resultar lógico asociar el 50% de

intensidad al valor 5 o el 70% al 7 de la escala. Cuenta con las mismas

denominaciones sobre los ejercicios, aunque la calificación se realiza de

forma más agrupada que en el anterior ejemplo (tabla 9).

Tabla 9. Escala de Percepción del Esfuerzo de Borg 1982.

Adaptado de Borg (153).

Valor Percepción

0 Nada 1 Muy muy ligero 2 Muy ligero 3 Ligero 4 Moderado 5 Poco pesado 6 Pesado 7 8 Muy pesado 9

10 Extremadamente pesado

El modelo de Borg, sirve como modelo para la validación de constructo

de otras escalas más actuales, como la de Lagally et al. (157), que con una

Page 71: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

67

muestra de 20 hombres y 20 mujeres, que realizaban 1 repetición de

extensión de la rodilla aplicando una carga del 40, 50, 60, 70, 80 y 90% de 1

repetición máxima (RM), valoraron la percepción de la musculatura activa.

Tomando como referencia la citada escala, se realizó un estudio de regresión

lineal, concluyendo que podrían utilizarse de forma indistinta, obteniendo una

correlación de r entre 0.94 y 0.97 de alta fiabilidad (158,159).

4.2.2.2. Validación concurrente.

La concurrencia de una escala, se determina cuando la percepción del

esfuerzo aumenta, en paralelo a otros parámetros fisiológicos característicos

del ejercicio, tales como la frecuencia cardiaca, o el VO2máx. (154).

Así, la escala de Borg presenta gran afinidad con los ejercicios de

carácter aeróbico y submáximo como demostraron Sweet et al.(160) en un

estudio en cicloergómetro, en el que en tres series incrementales al 56%, 71%

y 83% del Vo2 máx., se comprobó la correlación positiva de este valor con la

respuesta a la escala de 11 ítems, observando que la percepción aumentaba

con la carga, independientemente de que el tiempo de ejercicio disminuyera

(p<0.05).

Además de poder valorar el componente aeróbico, en el trabajo

Pandolf et al. (161) se experimentó con un modelo diferenciado, que pudiera

medir tanto la percepción aeróbica como la músculo-esquelética, realizando

una disociación entre el esfuerzo global, el central y el muscular. La

Page 72: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

68

conclusión fue que según el modo de ejercitación, la percepción difería; en el

caso de los ejercicios de marcha, eran más evidentes los cambios en la

percepción aeróbica central, en el caso del ejercicio realizado con bicicleta

los cambios percibidos eran más claros a nivel muscular.

Estas valoraciones, presentan sutiles diferencias en sus resultados por

sexos dependiendo del tipo de ejercicios a los que esté expuesto el sujeto; la

percepción es similar o con diferencias no significativas cuando el trabajo es

con el miembro inferior, y es ligeramente más elevado en mujeres cuando el

ejercicio involucra al miembro superior (162).

Actualmente, se ha aceptado un modelo de escala que además de

incluir los ítems habituales de 0 a 10, incluye un pictograma que añade

información y es más explícito en la percepción del esfuerzo, las escalas

OMNI.

Suponen una variante para su aplicación en la monitorización del

entrenamiento de fuerza, con respecto a la citada escala Borg. Esta

diferenciación muscular con respecto a factores centrales, se ha contrastado

en la validación de las escalas OMNI para niños de Robertson con ambos

géneros y diferentes razas (163), la efectuada para condiciones de carrera y

caminata (164), o para la autorregulación del esfuerzo en bicicleta (165).

Dentro de las variantes que este autor ha aportado, la que sirve de referencia

para la valoración de la percepción del esfuerzo en el acondicionamiento de

la fuerza, es la escala OMNI-RES (166).

Page 73: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

69

Además de la escala numérica, emplea imágenes que tratan de

trasmitir las sensaciones de esfuerzo al sujeto (166), para que de esta forma

pueda seleccionar más adecuadamente la puntuación final que tiene el

ejercicio de forma global, como la que se percibe en el trabajo de la

musculatura activa (figura 12).

Figura 12. Escala Omni-Res para peso libre. Tomado de Robertson (166).

Para su proceso de validación, se empleó una muestra de 20 hombres y

20 mujeres, con los que se trabajaron los ejercicios de curl de bíceps y la

extensión de la rodilla, en series de 4, 8 y 12 repeticiones con el 65% de 1 RM,

tomando como referencia el peso total levantado y concentración de ácido

láctico. Se valoró la percepción del esfuerzo de la musculatura activa, así

como la percepción global. Aplicando una regresión lineal, se establece su

correlación de r 0.79-0.91 para ambos sexos en los músculos activos en ambos

ejercicios, así como entre el ejercicio de curl de bíceps y la acumulación de

lactato, cuyo resultado fue de r 0.87.

Page 74: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

70

La utilidad de esta escala, ha propiciado el que sirva de modelo para la

validación de otras, diseñadas para determinar la intensidad del esfuerzo con

el uso de determinados materiales. Colado et al. (167), encontraron

diferencias significativas según el modo de utilización de material elástico

Thera-Band®. Modificaron las imágenes de la escala original, de forma que

pudieran transmitir las sensaciones que el sujeto percibiera durante la prueba

y encontraron diferencias significativas en la intensidad del ejercicio, en

función del agarre escogido en el material, tanto de forma global y también

cuando sólo se tenía en cuenta la percepción de los músculos activos (figura

13).

Figura 13. Escala Omni-Res para trabajo con material elástico. Tomado de Colado et al.(167).

La escala OMNI-RES, ha demostrado su utilidad para prescribir cargas

adecuadamente como refleja el estudio de Lagally et al. (168), o diferenciar

los cambios que se dan por aumento de la intensidad en ejercicios de fuerza.

Naclerio et al. (169) indican, en una prueba trabajando con el test de 1 RM y

con márgenes entre el 30 y el 90% de 1 RM, que la escala se relaciona con la

Page 75: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

71

magnitud de las cargas y sus variaciones. Otro estudio que refrenda este

hecho, es el realizado por Lins-Filho et al. (170), en el que 14 sujetos

trabajan con diferentes porcentajes de 1 RM y se encuentran diferencias

significativas en las percepciones individuales de los sujetos entre el trabajo

realizado entre el 50 y 70% de 1 RM.

Esta herramienta, ha obtenido buenos resultados al utilizarse de forma

simultánea a indicadores como la frecuencia cardiaca o el nivel de lactato

contemplado en la original, como en el estudio incremental de fuerza de

Capodaglio et al. (171), donde se encontró una buena correlación lineal (r

0.99, p>0.05) entre las citadas variables y la escala. Se documenta asimismo

esta buena afinidad con el nivel de lactato acumulado, en la investigación

realizada por Robertson el al. (166) en hombres y mujeres, también con

aumentos progresivos de la carga y diferenciando la musculatura activa con la

del resto del cuerpo, aspecto de también Singh (172) califica como eficaz.

Entre otras aplicaciones derivadas del uso de este recurso, Utter et al.

(173), mantienen que se obtienen resultados similares incluso en grupos de

sujetos que se suplementan con bebidas ricas en hidratos de carbono en

comparación con otros que no lo hacen, demostrando que el consumo de

dichos líquidos no altera su opinión ni su percepción del esfuerzo realizado.

Page 76: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

72

5. Investigaciones previas, sobre la temática de estudio

Se han realizado trabajos similares al pretendido en esta investigación,

tratando de encontrar cuál es la mayor activación muscular durante la

ejecución de ejercicios localizados en la cintura lumbo-pélvica, incluyendo en

algunos casos la percepción del esfuerzo del sujeto.

Durante la realización de ejercicios dinámicos, pueden citarse sobre la

musculatura ventral, el realizado por Escamilla et al. (11), en el que con el

uso del Fitball® se compara la activación muscular en la realización de

diferentes ejercicios, resultando el roll-out como el que mayor SEMG produce

con respecto a otros ejercicios como el cruch o el bent knee sit up, en todos

los casos, realizados de forma dinámica (figura 14).

Figura 14. Roll-out, crunch y bent knee sit up. Tomado de Escamilla et al. (11).

Por otro lado y atendiendo a un mayor número de grupos musculares

del core, en el elaborado por Oliver et al. (12), se compara la activación

muscular producida en ejercicios de acondicionamiento, con y sin el uso del

Corex®, un material diseñado para aumentar la activación muscular core,

Page 77: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

73

resaltando que tanto el multífidus 56.4% como el glúteo mayor 48.3%, son los

que mayor activación presentan con respecto a la MCVI.

Figura 15. Ejemplo de uso del Corex®. Tomado de Oliver et al (12).

En estudio llevado a cabo por Willardson et al. (10), se demuestra que

la activación muscular producida por el Bosu® no presenta mayor activación

muscular que sobre superficies estables en ejercicios como el peso muerto o

el squat, resultados parecidos al presentado por Colado et al. (82) y Chulvi-

Medrano (13), que como en el caso anterior, no contenían propuestas

estáticas.

Entre los trabajos que se centran en la realización de ejercicios de

carácter isométrico, deben tenerse en cuenta los realizados en el campo de la

rehabilitación por Arokoski et al. (174), quienes concluyen que en la medición

de la actividad muscular paravertebral (L2-L5) y del glúteo mayor en 5

hombres y 6 mujeres en 3 ejercicios estáticos, realizados a) en bipedestación

bipodal con separación de piernas hacia la pared, b) desde posición prona con

rodillas flexionadas sin mantener contacto con las rodillas en el suelo, y c)

extensión lumbar sobre una camilla, el multífidus (L5) presenta los mayores

Page 78: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

74

valores de activación y en mayor medida en mujeres que en hombres

(34.5±15.9% frente a 20.8±8.1% de la MCVI), de igual forma que al realizar 16

ejercicios asistidos y no asistidos de rehabilitación (175), en los que en

posición de tendido prono, en puente, en sedestación y en bipedestación, se

establece una progresión de ejercicios en los que aquellos de carácter

estático, se activan a un mayor porcentaje de la MCVI en multífidus en

mujeres (57.5±15.4% por 35.5.±15.5%), al igual que en el longísimo torácico

(53.5±34.4% por 48.5±31.6%) así como el recto anterior y el oblicuo

abdominal. En la misma línea, Beach et al. (176), midieron la actividad

eléctrica de los erectores torácicos y lumbares, en el uso de un dispositivo

anti dolor durante grandes espacios de tiempo en sedestación, sin encontrar

que su empleo produzca diferencias estadísticamente significativas.

Posteriormente, Arokoski et al. (177), efectuaron una prueba en la que

se midió la amplitud de activación muscular bilateral, en la ejecución de 18

ejercicios terapéuticos a 5 hombres y 4 mujeres con LBP, durante ejercicios

estáticos en bipedestación bipodal y unipodal como la flexión y extensión de

tronco de 10º, flexión de hombro alternativo sobre superficie estáticas e

inestables, o la extensión de cadera sobre una camilla y su variante en

cuadrupedia en el ejercicio bird dog sobre una pierna y un brazo.

Al medir la activación muscular a nivel paraespinal (L5), en el recto

anterior abdominal y en el oblicuo externo, concluyeron que aquellos

ejercicios que mayor activación habían generado eran los realizados en

posiciones de tendido prono y en ejercicios en posiciones estáticas y que con

Page 79: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

75

activaciones en torno al 25% de la MCVI, se producía el grado óptimo de

stiffness o rigidez muscular y descartarían para un proceso de rehabilitación

aquellos que superaran el 40% de la misma, es decir, los realizados en

posición prona con rodillas extendidas, en posición supina flexionando las

caderas, o aquellas en bipedestación manipulando cargas de forma

alternativa.

Más recientemente, puede encontrarse el elaborado por Oliver et al.

(178), en el que con 30 sujetos de 23.4±1.4 años trabajando sobre tres

ejercicios, se concluye que la máxima activación muscular la genera el

ejercicio de superman, y en todos los casos sobre el multífidus, en segundo

lugar el puente prono sobre una pierna, que presentaba diferencias

significativas con el mismo ejercicio bipodal (p<0.025).

El más actual, que incluye una progresión de ejercicios dinámicos y

estáticos, es el realizado por Colado et al. (91), en el que figuran los

ejercicios isométricos de extensión lumbar desde tendido prono, el puente

desde posición supina en bosu con rodillas flexionadas y la flexión estática en

bipedestación monopodal, en los que se midieron activaciones de

60.15±1.88%, 38.81±3.29% y 34.82±2.55% de la MCVI respectivamente para

grupos musculares paravertebrales lumbares y torácicos (multífidus y

erectores). A pesar de contar con estos registros, por cada posición descrita

únicamente se realiza un ejercicio y sólo incluye al sexo masculino. En los tres

casos, se supera al igual que en los datos mostrados de los estudios de

Page 80: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

76

Arokoski (174,175,177), el margen de trabajo del 30% de la MCVI, aconsejable

para el ejercicio no sea potencialmente lesivo (29).

A tenor de los estudios encontrados, se han realizado varias

investigaciones con SEMG en las que se obtuvieron resultados de la activación

muscular del core, debida al uso de algunos materiales que provocan la

desestabilización al sujeto, así como algunas referencias sobre la progresión a

seguir con materiales y ejercicios dinámicos.

Los trabajos indicados se caracterizan por realizarse en situaciones

dinámicas, hasta la fecha no se han encontrado evidencias sobre cuál debe ser

la progresión del acondicionamiento en situaciones de isometría entre

distintos materiales y posiciones en el espacio, así como la existencia de una

correlación entre la intensidad objetiva que reporta la SEMG, y la intensidad

percibida por el sujeto en una escala que transmita al participante las

sensaciones desde la máxima estabilidad al desequilibrio que imposibilite el

mantenimiento de su posición. Esta herramienta, sería muy útil para los

profesionales en el control de la intensidad durante ejercicios de core,

facilitando una prescripción más precisa.

Las únicas referencias que versan sobre percepción del esfuerzo aunque

sin abordar ejercicios de desequilibrio, se encuentran en el estudio de

Marshall y Murphy de 2005 (72), y Colado et al. de 2011 (167). En el primero,

no se encontró correlación alguna entre la activación muscular, en ejercicios

dinámicos como el squat o los push ups, y la percepción del esfuerzo en una

escala de 0 a 10. En el segundo, se realizó una validación de la escala de

Page 81: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

77

percepción para su uso con materiales elásticos, empleando como modelo la

Omni-Res, siendo éste el único estudio de los citados que incluye dentro de la

muestra tanto a hombres como a mujeres.

Por todo lo anteriormente comentado y argumentado, la presente

investigación contempla la monitorización de la actividad muscular mediante

la SEMG de la musculatura core en isometría, así como diseñar una escala de

percepción del esfuerzo para valorar la inestabilidad, tomando como modelo

la escala de percepción del esfuerzo Omni-Res de Robertson (166) y la más

reciente de Colado et al. (167), con el fin de comprobar su validez a la hora

de calibrar la intensidad a la que el sujeto entrena. En el caso de conseguirse,

podrá ofrecerse una forma sencilla y fiable de prescribir los ejercicios de

inestabilidad.

No se han encontrado evidencias ni progresiones que mediante la SEMG,

puedan clarificar un orden de ejecución preciso en ejercicios isométricos

efectuado sobre uno o varios materiales desestabilizadores.

El estudio de Marshall y Murphy de 2005 (72), presenta las diferencias

de activación entre ejercicios, aunque de forma dinámica sin el uso de la

escala Omni-Res y sobre un único material (Swiss ball®), situación parecida a

la investigación de Colado et al. (167), en la que a pesar del uso de la citada

escala, se efectúa sin contemplar las posibilidades de los ejercicios estáticos y

la diversidad de materiales desestabilizadores, por lo que puede afirmarse

que existe una carencia científica sobre el tema de la presente tesis.

Page 82: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

78

6. Objetivos

Como objetivos del estudio, se exponen los siguientes:

Objetivos generales:

Establecer una graduación de la surface electromyography (SEMG) de

diversos músculos del core tales como el erector torácico (ET), erector

lumbar (EL), multífidus torácico (MT), multífidus lumbar (ML) y glúteo

mayor (GM) durante la ejecución de diversos ejercicios con material

TheraBand® tanto en condiciones de estabilidad como de inestabilidad.

Validar una escala para el control de la intensidad, durante la realización

de ejercicios ejecutados tanto en condiciones estables como inestables.

Objetivos específicos:

Registrar los valores de percepción global y local, diferenciando el raquis

lumbar y la cadera.

Determinar la posible correlación entre la activación muscular y los

valores perceptuales.

Comprobar las diferencias de SEMG existentes entre hombres y mujeres.

Page 83: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Marco teórico.

79

7. Hipótesis

En concordancia con los objetivos pretendidos en esta investigación, se

proponen las siguientes hipótesis:

La activación muscular resultará significativamente mayor, en ejercicios

con estancias unipodales con cargas elásticas, que las mismas posiciones

sin cargas elásticas y en estancias bipodales.

La correlación de la SEMG con la escala de esfuerzo percibido, permitirá

validar esta herramienta específica como una valoración fiable de

monitorización de la intensidad, durante ejercicios que supongan

inestabilidad realizados con recursos TheraBand®.

Page 84: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en
Page 85: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

81

8. Metodología

8.1. Diseño del estudio

La presente investigación, fue diseñada en base a un estudio

descriptivo donde se registró la activación muscular superficial, durante la

ejecución de 12 ejercicios efectuados tanto situaciones estables como

inestables. Para crear la inestabilidad, se emplearon diversos materiales

específicos de la marca Thera-Band® (Hygienic Corporation, Akron, Ohio): a)

Exercise Ball®, b) Rocker Board®, c) Soft Stability Trainer® y d) Exercise

Station®, cuya descripción puede encontrarse en la tabla 11.

Tras reclutarse a los sujetos voluntarios que compondrían la muestra

del estudio, se procedió a su familiarización con los diferentes ejercicios y

elementos materiales a utilizar. Esta fase comprendió una sesión donde todos

realizaron un calentamiento estandarizado y se instruyó a los participantes en

la correcta ejecución de los ejercicios, y en el uso de los diferentes

dispositivos en las diferentes condiciones, todo ello realizado de forma

contrabalanceada.

En la sesión de estudio fueron sometidos a una prueba de valoración de

la fuerza máxima isométrica de los músculos analizados, para normalizar los

resultados de la SEMG extraídos durante los 12 ejercicios utilizados.

La investigación se realizó íntegramente, en la Unidad de Investigación

de la práctica de Actividad Física de la Universidad de Valencia, donde se

Page 86: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

82

pudieron mantener estables las condiciones ambientales, respetando los

parámetros generales de investigación de 24 grados centígrados de

temperatura y 50-75% de humedad y se tuvo en cuenta que ningún

instrumento eléctrico cercano, interfiriera en el registro de la señal de EMG.

8.2. Participantes

El estudio se ha realizado con estudiantes de últimos cursos de las

titulaciones de licenciatura y grado de Ciencias de la Actividad Física y del

Deporte, de la Universidad Católica de Valencia y la Universidad de Valencia,

todos ellos muy habituados a la práctica de ejercicio físico.

La muestra total fue de 44 sujetos, repartida en 24 hombres y 20

mujeres, que tuvieron que cumplir con los siguientes requisitos de inclusión:

Ser una persona activa, practicante habitual de ejercicio físico.

No presentar contraindicaciones cardiacas absolutas o relativas.

Carecer de afecciones auditivas y de otros condicionantes del

equilibrio.

No padecer lesiones agudas ni crónicas que afecten total o

parciamente la musculatura y la estructura lumbo-pélvica.

No presentar lesiones agudas ni crónicas que afecten total o

parcialmente la musculatura y/o estructura de las articulaciones de

rodilla y tobillo.

Page 87: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

83

Los requisitos de exclusión para esta investigación, fueron aquellos que

no cumplían con estas premisas.

Las características de los sujetos, pueden observarse en la tabla 10.

Tabla 10. Características de los sujetos de la muestra.

Variable Hombres Mujeres

Media D. Típica* Media D. Típica*

Edad (años) 22.63 2.75 23.55 3.10 Experiencia en entrenamiento de fuerza (años)

4.21 2.57 4.20 3.10

Experiencia con materiales inestables (años)

0.32 0.61 0.47 1.09

Grasa corporal (%) 8.72 3.00 21.90 5.42 Peso Corporal (kg.) 72.11 7.64 58.83 6.30 Estatura (cm.) 176.52 5.42 163.73 5.59 Distancia biacromial (cm.) 41.79 2.08 37.65 2.05

*D. Típica: Desviación Típica.

También se consultó cuál era su pierna dominante basándose en su

experiencia deportiva y la lateralidad evidenciada en la misma, como se hizo

en el trabajo de Rahnama et al. (179), siendo la derecha en un 79,20% y un

80,00% en hombres y mujeres respectivamente.

El estudio fue aprobado previamente por una comisión científica

institucional (anexo 1) y todos sus procedimientos cumplen con los requisitos

establecidos en la declaración de Helsinki de 1975, revisada en 2008 (180).

Page 88: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

84

8.3. Instrumentos de medición

Los instrumentos para efectuar las mediciones del estudio, se clasifican en

aquellos destinados a la obtención de la activación muscular, los que tienen

como objeto determinar la percepción subjetiva del esfuerzo y los que ayudan

a la obtención de datos antropométricos, siendo estos últimos únicamente

para facilitar una mejor descripción de la muestra. A continuación se expone

la descripción de cada uno.

8.3.1. Medición de la activación muscular

Para el registro electromiográfico, se empleó un electromiógrafo modelo

Megawin ME6000 de 8 canales, con una frecuencia de muestreo de 1 Khz. y un

peso de 344 gr.

Este instrumento, era sujetado en todo momento por un colaborador del

estudio, encargado de vigilar que el cableado no entorpeciera las mediciones

y de asesorar al sujeto en las posiciones a adoptar para evitar contratiempos.

Figura 16. Electromiógrafo Megawin ME6000.

Page 89: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

85

Los electrodos empleados fueron de la marca Dormo Stress autoadhesivos

de 35 mm. de diámetro, con cierre de clip. El modo de colocación de los

electrodos en el sujeto, se describe en la tabla 14.

8.3.2. Mediciones sobre la percepción del esfuerzo

Para la elaboración de esta parte del estudio, se elaboró una escala a

partir del modelo Omni-res descrito por Robertson (166), que se denominará

en esta investigación escala de inestabilidad. Se diseñaron gráficos tratando

de transmitir al sujeto las sensaciones a experimentar desde la máxima

estabilidad, sin la intervención de fuerzas externas perturbadoras, hasta la

pérdida de equilibrio provocada por la menor cantidad de puntos de apoyo y

la inclinación del cuerpo (figura 17).

Figura 17. Gráficos de la variación de la escala Omni-Res. Elaboración propia.

La visión completa de la escala se refleja en la figura 18.

Page 90: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

86

Figura 18. Vista general de la escala de inestabilidad. Elaboración propia.

Para proceder a su validación concurrente, se recurrió a los mismos

procedimientos que los que se siguieron en la escala Omni-Res original de

Robertson (166) y la más reciente de Colado et al. (167) descritos en el

apartado 8.8, pudiendo hacerlo en este caso con hombres y mujeres.

Los participantes se familiarizaron con los ejercicios (figura 19) y con el

hecho de tener que calificar numéricamente, la intensidad de sus sensaciones

a nivel global teniendo en cuenta todo el cuerpo, y de forma local matizando

el esfuerzo diferenciando la musculatura core de dos localizaciones: en la

espalda, el erector lumbar (EL), erector torácico (ET), multífidus lumbar (ML)

y multífidus torácico (MT), y por otro lado el glúteo mayor (GM).

Se leyó al interesado el protocolo de la escala utilizada (anexo 2), y se

hicieron dos demostraciones sobre la misma para que pudiera interiorizar qué

sensaciones debía percibir. La primera ejemplificando la valoración de 0

puntos, en la que el sujeto se encontraba en pie sin que ninguna fuerza

externa impidiera su equilibrio estable, y la segunda recreando los 10 puntos,

Page 91: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

87

donde debía situarse en apoyo unipodal sobre la pierna dominante. Desde esa

posición, se indicaba al sujeto que realizara una inclinación al frente y a

continuación, que elevara el talón del pie de apoyo, provocándole la pérdida

de equilibrio.

Figura 19. Póster y escala modificada. Elaboración propia.

8.3.3. Mediciones antropométricas

En la sesión de familiarización, los sujetos fueron sometidos a tres tipos de

pruebas antropométricas:

Medición de la distancia biacromial del sujeto, para conocer la longitud

de separación que debía haber entre las manos, para que hubiera

paralelismo en la sujeción de la barra del Exercise Station® (tabla 11).

Medición de la altura.

Cálculo del peso y el porcentaje graso.

Page 92: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

88

Con el sujeto en posición anatómica, pies juntos y brazos relajados a lo

largo del cuerpo, el investigador midió con un paquímetro de ramas largas, la

distancia entre los dos acromios tomado como referencia ambos bordes

laterales externos de la clavícula, hasta llegar al borde lateral superior del

húmero.

Para ello se utilizó un paquímetro Cescorf, de 164 mm. Fabricado en

poliestireno y precisión de 1 mm.

Figura 20. Paquímetro Cescorf para medición de distancia biacromial.

Medición de la talla.

Este dato se obtuvo con el sujeto descalzo, manteniendo el mentón

retrotraído y el vértex en posición horizontal, respetando el plano de

Frankfort (181). Para cumplir con dicha premisa, el investigador manipuló la

cabeza del participante colocando ambos talones de la mano a ambos lados

de la mandíbula y los dedos movilizando el cráneo desde la base occipital.

Se empleó un tallímetro (Modelo SECA 206) con precisión de 1 mm.

Page 93: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

89

Figura 21. Tallímetro y técnica de medida.

Cálculo del peso y porcentaje graso.

Para su obtención, se empleó la impedancia bioeléctrica con una Tanita

(Modelo BF-350, Tanita Corporation of America Inc: Illinois, USA).

El peso corporal se calculó situando al sujeto descalzo y quieto sobre la

plataforma, de modo que la superficie completa de los pies estuviera

apoyada. Introduciendo los datos de las variables de la talla y el peso en el

software incorporado en el citado modelo, se registraron los datos estimados

del porcentaje graso.

Se siguieron las recomendaciones de la International Society for the

Advancement in Kinanthropometry (ISAK), entre las que se destacan (182):

No tomar líquidos 4 horas antes de la prueba.

No consumir alcohol 24 horas antes de su realización.

No realizar ejercicio físico, tomar cafeína o alimentos cuatro horas

antes de la prueba.

Orinar 30 minutos antes de la valoración.

Page 94: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

90

Figura 22. Modelo Tanita BF-350 y cálculo del porcentaje graso.

8.4. Equipamiento deportivo utilizado.

Los ejercicios objeto del estudio, se llevaron a cabo con el material

descrito en la tabla 11.

Tabla 11. Descripción de materiales Thera-Band®.

Nombre de material Características Imagen

Exercise Ball Green Pro Series®.

Diámetro 65 cm.

Rocker Board®. 33.52 cm.x35.56 cm. con 30º de ángulo de inclinación.

Soft Stability Trainer® Azul. Longitud 40.64 cm., anchura 22.86 cm., altura 5.08 cm.

Exercise Station®. Longitud 111.76 cm., anchura 60.96 cm., altura 5.08 cm.

Exercise tubing® de color verde. Uso con hombres

Longitud de 60.96 cm. Resistencia de 2.6-3 kg.

Exercise tubing® de color rojo. Uso con mujeres

Longitud de 60.96 cm. Resistencia 2 kg.

Barra Exercise Station® Longitud 91.44 cm.

Page 95: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

91

8.4.1. Ejercicios específicos

Fueron analizados un total de 12 ejercicios, en posición de sedestación

(tabla 12) y en bipedestación (tabla 13).

Tabla 12. Descripción de los ejercicios en sedestación.

Posición/material Posiciones

Sedestación Bipodal Unipodal sin carga Unipodal con carga

Exercise ball®

Pies apoyados, rodillas en flexión de 90º y tronco en inclinación de 20º con flexión de hombros sujetando la barra (tabla 11) paralela al suelo*, escápulas retrotraídas y mirada al frente.

Con la rodilla de apoyo en flexión de 90º y la pierna libre con el muslo paralelo al de apoyo y su rodilla en extensión ligera, situando su pie con el talón a 5 cm. del suelo. Tronco en inclinación de 20º con flexión de hombros sujetando a barra (tabla 11) paralela al suelo*, escápulas retrotraídas y mirada al frente.

Misma posición que la anterior, sujetando con las manos la barra del Exercise Station®*, soportando la resistencia que plantean los tubos elásticos, que fue la verde para los hombres y la roja para mujeres. (tabla 11).

*En los 3 casos, la barra se sujeta a la distancia biacromial registrada durante el estudio antropométrico del sujeto.

Page 96: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

92

Tabla 13. Descripción de los ejercicios en bipedestación.

Posición/material Posiciones

Bipedestación Bipodal Unipodal sin carga Unipodal con carga

En bipedestación bipodal, pies apoyados, rodillas en flexión de 140º y cadera en flexión de 60º con los brazos en flexión de hombros paralela al suelo, sujetando la barra* con las escápulas retrotraídas y la mirada al frente.

En bipedestación unipodal, con la rodilla de apoyo en flexión de 140º y la pierna libre con el muslo paralelo al de apoyo y su rodilla en flexión, de modo que su pie se sitúe con los dedos orientados al suelo y a 5 cm. del mismo. Cadera en flexión de 60º con los brazos en flexión de hombros paralela al suelo, sujetando la barra* con las escápulas retrotraídas y la mirada al frente.

Misma posición que la anterior, sujetando con las manos, la barra del Exercise Station®*, soportando la resistencia que plantean los tubos elásticos, que fue la verde para los hombres y la roja para mujeres (tabla 11).

Exercise station®

Soft stability®

Rocker board®

*En los 3 casos, la barra se sujeta a la distancia biacromial registrada durante el estudio antropométrico del sujeto.

Page 97: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

93

8.5. Procedimientos

La toma de datos para la investigación, se desarrolló desde octubre

hasta diciembre de 2011. Se publicó una invitación a participar en el estudio,

a los alumnos de los últimos cursos de Licenciatura y de Grado de la

Universidad de Valencia y la Universidad Católica de Valencia.

A los candidatos interesados, se les proporcionó el acceso a una página

web específicamente diseñada para esta investigación, un subdominio

dependiente del sitio http://www.actividadfisica.org (figura 29), llamado

http://tesis.actividadfisica.org. Tanto el nombre de usuario como la

contraseña eran validadas con la palabra usuario, siendo posible visualizar y

descargar el contenido del sitio web.

Figura 23. Capturas de pantalla de la página web.

Page 98: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

94

En dicha ubicación, se ofrecía la información completa del proceso de

investigación con los documentos y recursos siguientes:

Documento de consentimiento informado (anexo 3).

Enlace a los cuestionarios de datos personales y Par-Q (anexo 4).

Protocolo de medición de las pruebas, en el que se detallan los

criterios de inclusión (anexo 5).

Protocolo de la escala de inestabilidad (anexo 2).

Plantilla para el registro de datos (anexo 6).

Calendario para poder coordinar las sesiones concertadas con cada

sujeto.

Galería de imágenes donde poder visualizar los materiales y ejercicios

a utilizar en el estudio (anexo 7).

Formulario de contacto en caso de dudas o consultas por parte de los

sujetos.

Para la rápida recopilación de las respuestas de los cuestionarios, fue

implementada por el doctorando una aplicación informática de características

gratuitas Open Source, denominada Limesurvey, cuya página de descarga se

corresponde con la de su autor, en la dirección web

http://www.limeask.com.

Los interesados, a través de esta aplicación introdujeron sus datos

personales y de contacto, además de responder al cuestionario Par-Q sobre

Page 99: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

95

salud cardiovascular (183), para así descartar aquellos casos en los que la

naturaleza del estudio pudiese resultar contraindicada para su salud.

Al mencionado formulario, se podía acceder en el enlace:

http://www.actividadfisica.org/encuestas/index.php?sid=25879&lang=es.

Se recopilaron los datos almacenados en el formulario, para su posterior

análisis en la aplicación Excel de Microsoft®. Tras registrar todas las

respuestas, se pudo comprobar qué sujetos cumplían con los requisitos de

inclusión.

Se solicitó a los participantes que siguieran una serie de pautas previas en

la investigación. Éstas fueron las mismas que se siguieron en el estudio de

Robertson (166) de similares características al presente estudio:

No realizar ejercicio físico al menos durante las 48 horas anteriores a la

realización de la prueba.

Evitar el consumo de estimulantes (ej. cafeína, teína), durante las dos

horas anteriores.

No ingerir líquidos ni alimentos en la hora anterior e intentar orinar en

ese periodo.

Haberse duchado previamente, evitando sudoraciones que pudieran

interferir En la recepción de la señal de la SEMG.

Disponerse a hacer la prueba en ropa interior, permitiendo la

señalización, colocación y manipulación del material de la investigación

sobre el cuerpo, como se muestra en las imágenes de la web.

Page 100: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

96

Tras esta aclaración, se citó a los participantes para la primera de las dos

sesiones de las que constaba el estudio, una de familiarización y otra de

recogida de datos.

8.5.1. Sesión de familiarización.

El primer procedimiento fue el de firmar el consentimiento informado

(anexo 1) que previamente habían leído en la página web. Tras completar

este paso, se realizó su valoración antropométrica realizando las siguientes

pruebas:

Medición de la talla.

Obtención del peso y el porcentaje graso.

Medida de la distancia biacromial.

Tras estas valoraciones, se realizó un calentamiento estandarizado que

incluyó estiramientos de las cinturas escapular y pélvica, 10 ciclos del

ejercicio cat-camel como plantea Chulvi (13) y tres ejercicios isométricos,

recomendados por Anderson (70) para la activación del core, reflejados en la

figura 24 y realizados de la siguiente manera:

1. Tendido prono, con apoyo de codos situados bajo la vertical de los

hombros, manos entrelazadas, caderas y rodillas extendidas y pies en

flexión dorsal. El sujeto elevaba la cadera hasta dejar alineados tobillo,

Page 101: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

97

rodillas, caderas y hombros, quedando en posición paralela al suelo y la

mirada fija en el mismo. El mantenimiento de esta postura se prolongó

20 segundos.

2. Tendido supino con apoyo en la base occipital y en las escápulas, con

rodillas flexionadas 90º, brazos paralelos al cuerpo y manos apoyadas

en la superficie, el sujeto realizaba una extensión de cadera mantenida

durante 20 segundos.

3. Desde la misma posición inicial, se realizó la extensión de cadera y a

continuación la extensión de la rodilla de la pierna no dominante, hasta

dejar ambos muslos alineados y el pie de la citada pierna menos

dominante sin contacto con el suelo. La posición se mantuvo 20

segundos, al igual que en las dos pruebas anteriores.

Figura 24. Ejercicios de calentamiento.

Entre una y otra posición, se efectuó un intervalo de descanso de 20

segundos para evitar la fatiga.

Terminada esta fase de activación, se mostraba un póster que ya

conocían desde la fase de familiarización, con las fotografías orientativas de

los ejercicios que se realizaban y un documento visual con la escala de

Page 102: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

98

inestabilidad, cuyos gráficos sugerían al participante situaciones de mayor a

menor estabilidad en su posición.

Debido a los objetivos del estudio, el investigador principal puso

especial hincapié en:

a) la correcta colocación de la columna lumbar, atendiendo a los

criterios de estabilización activa de su lordosis, así como su relación con la

cadera, en las posiciones de sedestación bipodal y unipodal, así como en la

bipedestación bipodal y unipodal.

b) el adecuado uso de la escala de inestabilidad para proceder a su

validación, tomando como referencia los gráficos que se utilizan en la escala

Omni-Res (166).

Se determinó que tras la finalización de cada ejercicio, el intervalo

hasta el siguiente fuera de dos minutos evitando que la intensidad provocara

estímulos lactácidos (133,184,185), que pudieran provocar una pérdida

coordinativa que afectara a los ejercicios posteriores (133). Esta pausa fue

siempre pasiva y se efectuó sobre una superficie estable en bipedestación. En

ese momento, se solicitaría al sujeto que calificara en una escala del 0 al 10,

la intensidad percibida del ejercicio en la musculatura core tanto en la

espalda como en el glúteo de su pierna dominante, así como la global (figura

25). Sendas percepciones serían anotadas para cada uno de los ejercicios.

Page 103: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

99

Figura 25. Valoración de la escala y anotación.

Se controló que se respetasen los ángulos de flexión de las rodillas con

respecto al tronco, y de éste en relación a los hombros mediante la

colocación de tres adhesivos sobre la piel del sujeto en su lado derecho, al

hacer todos los participantes la prueba en la misma dirección.

El primero sobre el epicóndilo femoral externo. Para identificar el

punto de referencia, el investigador principal se situaba con una rodilla en

tierra solicitaba al sujeto que colocara el pie dominante sobre su muslo, de

forma que tanto la cadera como la rodilla se encontraran en flexión de 90º.

Desde ahí, el investigador situaba sus dedos índice y pulgar a ambos lados de

la rótula, deslizándolos hasta palpar ambos cóndilos interno y externo,

marcado este último.

El segundo se situaba en el borde externo del trocánter mayor,

llegando hasta él situando los pulgares sobre ambos bordes laterales de la

cresta ilíaca y descendiendo hasta la superficie más prominente del fémur en

su borde lateral. En esa localización, se situaba el dedo pulgar y se pedía al

sujeto que realizase una flexión de cadera para detectar el punto de giro.

Page 104: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

100

La última referencia se tomaba sobre el acromion, que se localizaba

palpando con el pulgar el borde distal de la clavícula, y continuando hasta el

borde lateral superior del húmero. Se colocó en la prolongación desde el

trocánter mayor al borde acromial, ya que si se situaba sobre este último

punto anatómico, se perdía su referencia visual durante la ejecución de los

ejercicios.

Figura 26. Adhesivos para referencias y muestra de la localización.

A continuación, se realizaban los 12 ejercicios del estudio y para ello se

situaba al sujeto en una marca fija en el Exercise Station®, y se colocaban

dos luces láser perpendiculares que pasaban por las referencias señalizadas

anteriormente en el sujeto; la primera de ellas con recorrido desde el

epicóndilo externo del fémur hasta el trocánter mayor marcando los 140º de

flexión de rodilla, angulación propicia para el mantenimiento de la estabilidad

(18) y la segunda desde el trocánter mayor hasta la referencia situada en el

acromion, mostrando los 60º de inclinación delantera del tronco que

compensan la flexión de rodillas.

Para verificar esta graduación, se utilizó un goniómetro Baseline

Stainless de acero, con ramas de 15 cm. y precisión en la medida de 1 mm.

(figura 27).

Page 105: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

101

Figura 27. Posición de pies y calibrado de angulaciones.

Se aseguró en todos los casos el paralelismo de las referencias

marcadas, ya que existían diferencias de altura entre los materiales sobre los

que se situaba el sujeto. Para ello, se utilizó el regulador de altura del que

disponía el trípode en el que asentaba el dispositivo de la marca

Black&Decker, serie LZR6TP (figura 28).

Figura 28. Detalle del dispositivo láser.

Se compensó la diferencia de tensión del material elástico en las

posiciones de bipedestación y sedestación, al situarse la barra en la que se

coloca ese material, a alturas diferentes según el ejercicio, tal como se

refleja en la figura 29.

Page 106: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

102

Esta diferencia fue medida desde la barra al agarre en ambas

situaciones, y en la posición de sentado se colocó un Exercise Station

adicional detrás del que se situaba el sujeto. La desigualdad obtenida en la

citada medición, se corrigió situando una cadena de acero con eslabones de 1

cm. en el agarre anterior y se fijó el material elástico en el eslabón de la

cadena que equiparara esas distancias.

Además, se añadió otra pieza del Exercise Station® por delante del

usado por el sujeto, en esta ocasión para que el apoyo de los pies siempre

estuviera al mismo nivel en la sedestación.

Figura 29. Diferencia de altura, ajuste de carga elástica y apoyo anterior.

Al término del proceso completo, cada participante realizó la vuelta a la

calma posterior con libertad, siguiendo el proceso al que cada uno estuviera

habituado tras realizar un acondicionamiento físico. Una vez aseado y

cambiado el sujeto, se le emplazaba a volver a realizar la medición 3 días

después, anotando la cita en su presencia, quedando publicado tanto el día

como la hora en el calendario del sitio web de la investigación.

Page 107: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

103

8.5.2. Sesión de recogida de datos.

Tras solicitar al participante que se quedara en ropa interior, se dirigía su

calentamiento específico de forma idéntica a la primera sesión. A

continuación, el proceso de medición constaba de tres partes:

Preparación de la piel, localización y colocación de electrodos.

Test de máxima contracción voluntaria isométrica.

Medición específica del estudio.

Preparación de la piel, localización y colocación de electrodos.

Previo a la búsqueda de los puntos de colocación de electrodos, y con el

fin de evitar distorsiones de la señal eléctrica, se rasuraron con una máquina

desechable las zonas en las que iban a situarse los mismos, dejándola libre de

posibles interferencias al adhesivo del electrodo. Tras este paso, se limpió la

zona con alcohol y se secó con algodón.

La localización de cada punto, siempre en el lado dominante del sujeto

determinado previamente, se marcó con un lápiz dermográfico azul, hecho de

cedro y de marca Comed de 175x7 mm.

La colocación de los electrodos para cada grupo muscular, se realizó

según las indicaciones de Callaghan (186) y Kramer (140).

Page 108: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

104

Figura 30. Preparación y colocación de electrodos.

Tabla 14. Ubicación de electrodos.

Grupo muscular Punto de inicio Gráfico

Erectores espinales lumbares (L-3)

Tomando como referencia la cresta iliaca (L-3), se sitúan separados entre sí 2 cm. en paralelo al raquis y a 2 cm. de él. (L).

Erectores espinales torácicos (T-9)

Partiendo de la referencia anterior, se invita al sujeto a realizar una flexión de tronco con las manos sobre las rodillas para localizar la apófisis espinosa de T-9. Los electrodos separados entre sí 2 cm., en paralelo al raquis y a 2 cm. del mismo. (T).

Multífidus lumbar (L5)

A 3 cm. del proceso espinoso de L-5 y en oblicuo (ascendente en dirección fuera-dentro). (L).

Multífidus torácico (T11-12)

A 3 cm. del proceso espinoso de T11-12 y en oblicuo (ascendente en dirección fuera-dentro). (T).

Glúteo mayor En la mitad muscular desde el trocánter mayor, a dos pulgadas (5.08 cm.) del pliegue interglúteo.

Terminado este paso, se colocaron los haces de electrodos en el grupo

muscular que correspondiera en cada caso. Se eligió un canal determinado del

Page 109: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

105

electromiógrafo para cada grupo muscular, facilitando su identificación en la

lectura de la señal quedando dispuestos de la siguiente forma:

Canal 1 Erector lumbar.

Canal 2 Erector torácico.

Canal 3 Multífidus lumbar.

Canal 4 Multífidus torácico.

Canal 5 Glúteo mayor.

La fijación de electrodos, se reforzó con un esparadrapo en los casos en

los que el sujeto era propenso a sudar, evitando de este modo que hubiera

una pérdida de calidad de la señal.

Test de Máxima contracción voluntaria isométrica (MCVI).

Para cada uno de los grupos musculares, se efectuó un test máximo

voluntario de carácter isométrico, para posteriormente poder tomar como

referencia la MCVI, en los resultados que se registrasen en cada ejercicio.

Éste se realizó en un habitáculo metálico diseñado ex profeso para tests

isométricos máximos (figura 31).

Page 110: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

106

Figura 31. Habitáculo para realización de pruebas isométricas.

Para todas las estas pruebas, se utilizaron las referencias de McGill (58)

y Brandon expuestas en la tabla 15 y las figuras 32 y 33.

Tabla 15. Procedimiento del test de máxima contracción voluntaria isométrica para EL, ET, ML, MT y GM.

Músculo Prueba Isométrica

Erectores espinales lumbares Erectores espinales torácicos Multífidus lumbares Multífidus torácicos

Posición inicial: Tendido prono sobre una camilla, tronco saliente hasta el borde superior de las crestas iliacas, caderas y rodillas extendidas, cuerpo alineado sin hiperextensión, manos en la cabeza y carga situada sobre las escápulas. La carga consiste en una barra situada en un habitáculo metálico sobre el que un ayudante del estudio hace descansar su peso, asegurando la imposibilidad de movimiento en una contracción del sujeto máxima. Posición del investigador: Se sitúa sobre las piernas del sujeto, impidiendo su movimiento de la camilla. Acción: A la voz de ¡Ya! El sujeto realiza una extensión lumbar máxima mantenida durante 5 segundos que marcará el mismo responsable del estudio. Posición final: término, el sujeto relajará el tono lumbar y descansará apoyando sus codos y manos sobre una silla.

Glúteo mayor

Posición inicial: Idéntica a la anterior, pero en este caso el tronco saldrá hasta llegar a la altura del borde lateral del trocánter mayor. Las restantes posiciones, se realizan de forma idéntica a los anteriores músculos.

Page 111: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

107

Figura 32. Máxima Contracción Voluntaria Isométrica EL, ET, ML y MT. Test Biering-Sorensen.

Adaptado de McGill (58).

Figura 33. Máxima Contracción Voluntaria Isométrica GM. Adaptado de Brandon (187).

Medición específica del estudio.

Como en la sesión precedente y con el fin de asegurar la validez de los

resultados estadísticos, el orden de ejecución de los ejercicios fue aleatorio.

El investigador, activó el electromiógrafo en el momento que comprobaba

que el sujeto marcaba una de las posiciones descritas en las tablas 12 y 13,

ayudándose de las referencias láser y animando al participante al

mantenimiento de la postura. El registro se prolongó durante 20 segundos, en

los que el sujeto debía mantener la posición determinada.

Page 112: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

108

Al terminar el test, el responsable del estudio desconectó el

electromiógrafo y extrajo los electrodos del sujeto, limpiando cada zona

testada con algodón y alcohol.

Al igual que en el día precedente, la vuelta a la calma fue libre y al

terminar el procedimiento, se agradeció al sujeto su participación en el

estudio.

8.6. Registro y reducción de datos de la actividad eléctrica.

Tras la obtención de los registros, se digitalizaron los datos

electromiográficos, (12-bit; DAQCard–700; National Instrument, Austin, USA)

desde el Biomonitor Megawin ME6000T8 y se guardaron en un disco duro para

su protección y posterior análisis.

8.7. Análisis de datos.

Para el tratamiento de la señal, se utilizó un programa específico,

Matlab 7.1 (R14) (Mathworks Inc., Natick, USA). La señal se filtró digitalmente

con una banda de 1-20HZ, para recoger únicamente las señales útiles para el

estudio (anexo 8).

Se midió la señal teniendo en cuenta las medias de la activación

muscular, adecuadas para ejercicios isométricos como indica el estudio de

Page 113: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

109

Hibbs et al. (143). Se tomó durante 20 segundos y se recogieron los datos

desde los 2 a los 18 segundos, para disponer de una lectura más estable de los

registros.

Se examinó con la señal rectificada (RMS), una vez que se filtró y fue

eliminado el ruido de la misma.

8.8. Análisis estadístico.

El análisis estadístico se realizó utilizando el programa estadístico SPSS

versión 20 (SPSS Inc., Chicago, IL, USA) con la licencia de la Universidad de

Valencia.

Se confirmó la normalidad de las variables a través de la prueba Shapiro-

Wilk. La Homocedasticidad se comprobó mediante la prueba de Levene.

Se utilizaron los recursos estándar, para la obtención de los estadísticos

descriptivos, como así fue el caso de la media como medida de tendencia

central y el error estándar de la media (SEM) como medida de dispersión.

Se ha aplicó la prueba T para muestras independientes, para poder ver el

efecto entre hombres y mujeres.

Para cada uno de los 5 músculos Se realizó una ANOVA de medidas

repetidas con los 12 ejercicios propuestos.

El análisis post-hoc se realizó a través de la corrección del análisis de

Bonferroni para aquellos casos en los que se encontraron diferencias

significativas en el estudio principal o de interacción.

Page 114: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Metodología.

110

Se utilizó la correlación bivariada de Spearman con la escala de la sesión

de estudio y la SEMG global, de la musculatura paravertebral y del glúteo

mayor para dilucidar su correlación general y por sexos.

La fiabilidad en los valores de la escala de inestabilidad se comprobó

mediante el índice de correlación intraclase (ICC) entre los 2 diferentes días.

Para la totalidad de los análisis realizados, se empleó un nivel de

significación de (p) menor a 0.05.

Page 115: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

111

9. Resultados

Para una mejor exposición de los resultados obtenidos, éstos han sido

englobados en los siguientes apartados:

Resultados descriptivos y diferencias de género, tanto a nivel global

como en el estudio individual de cada músculo estudiado.

Valores de la activación muscular para cada ejercicio estudiado.

Correlación de la escala de Inestabilidad y los datos de activación

muscular obtenidos.

9.1. Resultados descriptivos y diferencias de género, tanto a nivel global

como en el estudio individual de cada músculo estudiado.

Se han encontrado muy pocas diferencias significativas (p<0.05), entre

las activaciones musculares producidas por los ejercicios analizados entre

hombres y mujeres y las que se han producido, lo han hecho generalmente en

los ejercicios que generan menor activación muscular. Contemplando el total

de los cinco músculos del core analizados, en los ejercicios 2º y 3º, y en su

estudio por separado, en el 1º, 2º y 4º del ET, el 1º, 2º, 9º, 11º y 12º del MT, y

Page 116: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

112

el 4º en el caso del GM. como se muestra en las tablas 16 a 21, en las que se

contempla la media de los registros de ambos sexos.

Tabla 16. Diferencias de activación del core entre hombres y mujeres.

EJERCICIO Hombres Mujeres

SIG.* MEDIA ERROR TIPICO MEDIA ERROR TIPICO

1 9.2707 0.6430 11.2625 0.6590 0.092

2 9.6035 0.8540 12.7196 0.8840 0.035†

3 12.1417 0.9750 15.5082 0.9770 0.020†

4 12.1882 0.6610 13.8816 0.7280 0.327

5 13.9655 0.8320 16.0233 0.8580 0.263

6 21.4592 1.2140 24.2624 1.4400 0.258

7 12.7549 0.6870 14.1375 0.8170 0.476

8 14.6285 0.7870 17.1584 0.9970 0.184

9 22.3437 1.3030 25.7792 1.5190 0.181

10 13.6120 0.7840 14.5716 0.7590 0.636

11 14.8060 0.8460 17.0850 0.9710 0.235

12 22.9380 1.3390 25.8982 1.5860 0.310

*SIG: Nivel de significancia (p<0.05). †Diferencia significativa hombres-mujeres.

Tabla 17. Diferencias de activación del Erector Lumbar entre hombres y mujeres.

EJERCICIO Hombres Mujeres

SIG.* MEDIA ERROR TIPICO MEDIA ERROR TIPICO

1 10.2713 0.9040 9.9430 0.6220 0.775

2 6.7983 0.8720 8.0600 0.9790 0.340

3 10.1275 1.0560 10.3260 0.9090 0.890

4 14.0958 0.9330 11.7810 1.0050 0.099

5 12.3592 0.8120 12.1575 0.7630 0.859

6 19.2363 1.1900 17.6640 1.2680 0.372

7 14.5179 0.9220 12.9925 0.8840 0.245

8 13.0617 0.7720 12.5375 0.7990 0.641

9 20.2175 1.3240 18.9455 1.2590 0.496

10 15.0042 1.0230 13.3685 0.8740 0.241

11 13.3913 0.9210 12.6650 0.8350 0.569

12 20.4192 1.2940 18.3650 1.2220 0.261

*SIG: Nivel de significancia (p<0.05). †Diferencia significativa hombres-mujeres.

Page 117: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

113

Tabla 18. Diferencias de activación del Erector Torácico entre hombres y mujeres.

EJERCICIO Hombres Mujeres

SIG.* MEDIA ERROR TIPICO MEDIA ERROR TIPICO

1 12.8365 0.8600 15.9129 0.8330 0.005†

2 12.5550 0.9780 16.3741 1.4700 0.015†

3 17.0725 1.0700 20.7165 1.2770 0.051

4 14.3535 1.0820 16.6512 1.0720 0.033†

5 14.7930 1.1620 17.1582 1.1490 0.061

6 25.9170 1.6220 30.1606 1.8890 0.095

7 14.8500 1.0600 16.9300 1.1020 0.059

8 15.1955 1.1050 17.2971 1.3550 0.057

9 26.6755 1.8540 30.6147 1.8290 0.108

10 15.7240 1.0000 17.9053 1.2930 0.055

11 15.7325 1.0990 17.7582 1.4500 0.080

12 28.9635 1.9830 32.0812 2.0050 0.213

*SIG: Nivel de significancia (p<0.05). †Diferencia significativa hombres-mujeres.

Tabla 19. Diferencias de activación del Multífidus Lumbar entre hombres y mujeres.

EJERCICIO Hombres Mujeres

SIG.* MEDIA ERROR TIPICO MEDIA ERROR TIPICO

1 10.5475 1.102 9.1405 0.889 0.339

2 9.3504 1.082 10.5205 1.017 0.442

3 11.2396 0.952 13.001 0.984 0.208

4 15.0133 0.91 13.9105 0.948 0.408

5 16.1046 1.004 16.4215 1.065 0.830

6 21.4129 1.23 20.442 1.536 0.620

7 15.5079 0.927 14.1325 0.921 0.303

8 16.5383 0.897 17.716 1.148 0.417

9 22.4954 1.415 22.452 1.623 0.984

10 15.7683 0.944 14.525 0.837 0.339

11 16.6825 0.946 17.222 1.107 0.711

12 22.4813 1.276 21.9805 1.517 0.800

*SIG: Nivel de significancia (p<0.05). †Diferencia significativa hombres-mujeres.

Page 118: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

114

Tabla 20. Diferencias de activación del Multífidus Torácico entre hombres y mujeres.

EJERCICIO Hombres Mujeres

SIG.* MEDIA ERROR TIPICO MEDIA ERROR TIPICO

1 12.8548 0.8930 14.5614 0.9070 0.014†

2 10.7474 1.1620 12.4914 1.1830 0.021†

3 14.8187 1.2070 16.9714 1.6240 0.095

4 16.5070 0.9090 17.5929 1.1900 0.056

5 16.0500 0.6720 16.8807 1.1030 0.252

6 25.1943 1.0930 27.0993 1.7920 0.205

7 17.3774 0.8760 17.4186 1.0280 0.140

8 16.6200 0.6540 17.0143 1.0650 0.446

9 26.0600 1.0700 28.8700 1.8270 0.006†

10 18.0974 0.9500 18.1364 1.1840 0.199

11 16.6574 0.7580 17.5236 1.2310 0.034†

12 26.6448 1.0780 28.9979 1.9440 0.015†

*SIG: Nivel de significancia (p<0.05). †Diferencia significativa hombres-mujeres.

Tabla 21. Diferencias de activación del Glúteo Mayor entre hombres y mujeres.

EJERCICIO Hombres Mujeres

SIG.* MEDIA ERROR TIPICO MEDIA ERROR TIPICO

1 1.0818 0.1640 1.3738 0.1830 0.556

2 7.6755 1.7390 7.7463 1.6980 0.687

3 6.8118 1.5670 7.3313 1.3950 0.102

4 2.5555 0.4060 3.4750 0.6580 0.020†

5 9.8227 0.9490 8.5313 0.9420 0.980

6 12.3473 1.2570 12.0150 1.4860 0.743

7 2.7573 0.3870 3.4313 0.7320 0.354

8 10.1855 0.9050 10.9213 1.3580 0.077

9 13.8773 1.5500 13.4200 1.7230 0.168

10 3.1864 0.5090 3.6775 0.6440 0.237

11 10.3518 0.9740 9.5550 0.9930 0.226

12 13.5409 1.2790 12.8750 1.5690 0.320

*SIG: Nivel de significancia (p<0.05). †Diferencia significativa hombres-mujeres.

Page 119: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

115

9.2. Valores de la activación muscular para cada ejercicio estudiado.

En la tabla 22, se muestran los datos correspondientes a la media del

porcentaje de activación muscular, con respecto a MCVI de los cinco músculos

core (EL, ET, ML, MT, GM) para los 12 ejercicios con el total de la muestra.

Tabla 22. Media decreciente del porcentaje de activación muscular de la musculatura del core por ejercicios.

EJERCICIO MEDIA ERROR TIPICO N

12 24.3476 6.7643 44

9 23.9797 6.5970 44

6 22.794 6.1506 44

11 15.8912 4.2591 44

8 15.8332 4.2217 44

5 14.9454 3.9633 44

10 14.069 3.5343 44

3 13.7448 4.7392 44

7 13.4133 3.4640 44

4 12.9946 3.2504 44

2 11.0873 4.2356 44

1 10.2192 3.1133 44

Los resultados muestran que los ejercicios que generan una mayor

activación eléctrica son el 12º, 9º y 6º, es decir, aquellos realizados en

situación unipodal y con carga elástica presentando diferencias significativas

con respecto al resto de ejercicios (p>0.05), mientras que los realizados en

condiciones bipodales en bipedestación o sedestación, el 1º, 2º, 4º y 7º, son

los que provocan una inferior actividad.

Page 120: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

116

El 1º y 2º ejercicios presentan diferencias con las demás

propuestas, el 4º no las recoge con el 3º y 7º (p>1.000 en ambos casos) y el 7º

con el 3, 4 y 10 (p>1.000. 1.000 y 0.078 respectivamente).

9.3. Diferencias de la media de SEMG globales y para cada músculo.

A continuación, desde la figura 34 a la 39, se exponen las medias de la

SEMG de forma global con los cinco músculos del core, así como de forma

individual, mostrando las diferencias significativas encontradas entre

ejercicios.

Figura 34. SEMG de la musculatura global del core. Los datos se exponen como media del % de la MCVI, durante la extensión de tronco (N=44).

Los registros del error típico se expresan entre paréntesis (). Las estrellas indican la existencia de diferencias significativas (p<0.05) entre ejercicios.

Page 121: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

117

Las siguientes figuras, ilustran las diferencias de SEMG obtenidas entre

los ejercicios estudiados individualmente para cada uno de los músculos

analizados.

Figura 35. SEMG de la musculatura del EL. Los datos se exponen como media del % de la MCVI, durante la extensión de tronco (N=44).

Los registros del error típico se expresan entre paréntesis (). Las estrellas indican la existencia de diferencias significativas (p<0.05) entre ejercicios.

Page 122: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

118

Figura 36. SEMG de la musculatura del ET. Los datos se exponen como media del % de la MCVI, durante la extensión de tronco (N=44).

Los registros del error típico se expresan entre paréntesis (). Las estrellas indican la existencia de diferencias significativas (p<0.05) entre ejercicios.

Figura 37. SEMG de la musculatura del ML. Los datos se exponen como media del % de la MCVI, durante la extensión de tronco (N=44).

Los registros del error típico se expresan entre paréntesis (). Las estrellas indican la existencia de diferencias significativas (p<0.05) entre ejercicios.

Page 123: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

119

Figura 38. SEMG de la musculatura del MT. Los datos se exponen como media del % de la MCVI, durante la extensión de tronco (N=44).

Los registros del error típico se expresan entre paréntesis (). Las estrellas indican la existencia de diferencias significativas (P<0.05) entre ejercicios.

Figura 39. SEMG de la musculatura del GM. Los datos se exponen como media del % de la MCVI, durante la extensión de tronco (N=44).

Los registros del error típico se expresan entre paréntesis (). Las estrellas indican la existencia de diferencias significativas (p<0.05) entre ejercicios.

Page 124: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

120

9.4. Correlación de la variación de la escala de percepción de esfuerzo de

Inestabilidad y los datos de activación muscular obtenidos.

A continuación, se muestra la correlación de Spearman existente entre la

SEMG de la media de los músculos core y la escala de inestabilidad para el

total de la muestra, así como para la musculatura paravertebral y glúteo

mayor (tabla 23).

Tabla 23. Correlaciones entre SEMG y la escala de percepción del esfuerzo de inestabilidad.

SEMG ESCALA rs* Sig. † N

Musculatura global (core) Global 0.200 0.001 44 Erector lumbar Espalda 0.210 0.001 44 Erector torácico Espalda 0.133 0.002 44 Multífidus lumbar Espalda 0.165 0.001 44 Multífidus torácico Espalda 0.128 0.004 44 Glúteo mayor Glúteo 0.198 0.001 44

*rs: Ro de Spearman. †Sig.: Nivel de significancia.

Los datos reflejan que entre la SEMG global del core, la del resto de

músculos evaluados; EL, EM, M, MT y GM, y la variación propuesta de la escala

de inestabilidad, no existe correlación.

Los resultados diferenciados de esta correlación entre hombres y

mujeres, de la media de SEMG de la musculatura core, con la escala de

inestabilidad, se exponen en la tabla 24:

Page 125: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

121

Tabla 24. Correlaciones de la media de SEMG de la musculatura core con la escala de percepción.

SUJETOS rs* Sig. † N

Hombres 0.289 0.001 24

Mujeres 0.140 0.051 20

*rs: Ro de Spearman. †Sig.: Nivel de significancia.

En los registros obtenidos, se confirma que tanto en el caso de los

hombres como el de las mujeres, la escala de inestabilidad, no tiene

correlación con los datos obtenidos en la SEMG.

El índice de correlación intraclase (ICC) o reproductibilidad de la misma,

se representa en la tabla 25.

Tabla 25. ICC de la escala de inestabilidad para el total de la muestra.

ZONAS CONSULTADAS ICC* Sig. † N

Global 0.743 0.000 44 Paravertebral 0.547 0.000 44 Glúteo 0.626 0.000 44

*ICC: Índice de correlación intraclase. †Sig.: Nivel de significancia.

Las diferencias por género en la reproductibilidad de la escala se

representan en la tabla 26:

Tabla 26. ICC de la escala de inestabilidad diferenciado por género.

Hombres Mujeres

ZONAS CONSULTADAS ICC* Sig. † N ICC* Sig. † N

Global 0.521 0.000 24 0.585 0.000 20 Paravertebral 0.680 0.000 24 0.564 0.000 20 Glúteo 0.748 0.000 24 0.736 0.000 20

*ICC: Índice de correlación intraclase. †Sig.: Nivel de significancia.

Page 126: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Resultados.

122

Los valores del índice del ICC, dan como resultado la buena

reproductibilidad de la escala, tal y como indican Koch y Landis (158), para

comparar la percepción del esfuerzo entre sesiones y en referencia a un

material concreto.

Page 127: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

123

10. Discusión

Tras la obtención de los resultados, se procede a elaborar la discusión

de los mismos, estableciendo comparaciones con otros estudios similares. Se

ha redactado este apartado atendiendo a los objetivos principales de esta

investigación:

SEMG en ejercicios con distinto nivel de estabilización.

La escala de inestabilidad para valorar la intensidad del

entrenamiento sobre dispositivos con distinto nivel de estabilización.

10.1. SEMG en ejercicios de estabilidad e inestabilidad.

Como se ha argumentado, la SEMG es un método eficaz para valorar la

activación muscular producida durante el ejercicio (130), y en este caso ha

ayudado a determinar qué variantes de las propuestas, han sido las que mayor

cantidad de fuerza han requerido, dado su nivel de SEMG (124).

Como diferencia inicial con respecto a los trabajos previos

anteriormente citados, que cuentan con muestras exclusivamente de

hombres, se contemplan resultados tanto masculinos como femeninos. Al

Page 128: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

124

encontrarse escasas diferencias significativas entre los resultados de ambos

sexos, éstos se interpretarán conjuntamente de aquí en adelante.

En los datos globales de activación del core, los resultados coinciden

con los datos previamente publicados por Sung (56), en los que los ejercicios

de mayor activación son los realizados en condiciones unipodales, en este

caso acompañados de carga elástica, con 24.34±6.76% de la MCVI como media

más alta, excluyendo de este grupo el ejercicio 3, realizado en sedestación.

Como ya se ha comentado, las equivalencias de estas cargas adicionales son

de entre 2.6 kg. y 3 kg. en hombres, que han utilizado la resistencia verde y

de 2 kg. en mujeres con la roja (83).

Por el contrario, la media de activación más reducida, se corresponde

con situaciones de gran estabilidad en sedestación, o en bipedestación

bipodal sobre superficie estable con valores de 10.22±3.11% de la MCVI, de

forma contraria a situaciones dinámicas, en las que Chulvi-Medrano et al.

(13,88) lograron las mayores medias siempre sobre superficies estables en

ejercicios como el peso muerto con un 88.10±3.69% frente a la ejecución con

Bosu® 71.78±2.55% o con el T-Bow® con un 72.51±2.31% y siempre en

bipedestación bipodal.

Las medias de la SEMG obtenidas en el presente trabajo con cargas que no

superan los 3 kg. (83), reflejan el hecho de que los ejercicios isométricos con

cargas reducidas, producen una activación muscular que se sitúa por debajo

del 30% de la MCVI, debiendo descartar como argumenta Arokoski (177), el

Page 129: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

125

trabajo por encima de esa cifra, para que resulte adecuado en la prevención

del LBP y en la reducción del riesgo de lesión de los tejidos estructurales (29),

en mayor medida que aquellos realizados en condiciones dinámicas. Muy por

encima de esta cifra, se sitúan las investigaciones de Oliver con el uso del

Corex® (12) o Chulvi (13) y Chulvi et al. (88) e incluso en otros trabajos como

el de Escamilla et al. (11) en el que se analizó la musculatura ventral y

ejercicios como el Roll-out o el Crunch, obtuvieron activaciones superiores al

60% y entre el 40-60% de la MCVI respectivamente.

En este análisis de la SEMG se puede establecer para su mejor

comprensión, una diferenciación de la activación producida según el material,

la posición, o el grupo muscular estudiado.

10.1.1. Diferencias de activación en relación al material

empleado.

La progresión en la activación, de menor a la mayor según el material

utilizado, refleja que se ha producido desde una superficie inestable (en

sedestación con mayor base de sustentación), pasando por una estable, una

inestable en los 3 planos y ejes y por último en la plataforma que permite

movimientos monoplanares (Rocker Board®).

Este dato que reafirma lo analizado por Chulvi (13) en condiciones

dinámicas, en las que el T-Bow® con un 72.50±2.31%, obtiene una activación

Page 130: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

126

superior al Bosu® con 71.78±2.55% de la MCVI, además de por Behm y Colado

(7), quienes afirman que los elementos que permiten un único eje de

movimiento, producen mayor actividad eléctrica, ya que la pérdida de fuerza

por la acción de los estabilizadores para el control de la posición es menor

(70). La progresión del uso de materiales en función de los datos obtenidos en

el presente trabajo queda reflejada en la tabla 27.

Tabla 27. Progresión de materiales por activación generada.

Nombre Características Nivel de

activación % MCVI Gráfico

Rocker Board® Unidireccional Mayor 24.34±6.76

Soft Stability® Movilidad en varios

planos Intermedio 23.97±6.59

Exercise Station® Estable Intermedio 22.79±6.15

Excercise Ball® Movilidad en varios

planos Menor 13.74±4.73

Esta diferenciación, permite en la prescripción, elegir la superficie

adecuada en función del sujeto, de sus objetivos y del estadio de la fase de

fortalecimiento del core en la que se encuentre, siguiendo la clasificación de

Hyman y Liebenson (97). Tomándola como modelo, puede planificarse el

Page 131: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

127

entrenamiento de forma progresiva proponiendo en primer lugar recursos

multiplanares, que conseguirán una activación muy globalizada sobre las

fibras tipo I (102), evolucionando hacia las unidireccionales más intensas por

la mayor activación analítica que reportan, paso que es aconsejable realizar

con la superación de valoraciones previas como las comentadas de Kibler (17),

Trojian y Mc Keag (117), o la más específica de McGill (58).

En el caso de ejercicios en los que la carga adicional sea superior,

queda demostrado en el trabajo de Chulvi et al. (88), que a diferencia de

estas condiciones de isometría, el siguiente nivel de progresión para ejercicios

dinámicos se produce sobre superficies estables, en las que es posible el

trabajo con resistencias externas altas que puedan aumentar la intensidad en

la activación muscular.

Estas evidencias apoyan lo comentado en diversos estudios (7,85,86),

sobre la importancia de seleccionar adecuadamente los recursos a utilizar por

el variado nivel de impacto que suponen, por lo que debe criticarse su uso

indiscriminado y sugerirse para atletas expertos.

10.1.2. Diferencias de activación respecto a la posición.

Los ejercicios que menor activación provocan (1º, 2º, 4º, y 7º), son

aquellos con mayor base de sustentación sin intervención de la carga externa

elástica, es decir, los realizados en sedestación y en bipedestación sobre

Page 132: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

128

superficie estable, o sobre superficie inestable que ofrezca mayor libertad de

movimiento. En este caso el Soft Stability® (ejercicio 7), que ofrece

posibilidades similares al Bosu® que como ya se ha argumentado (7), genera

menores activaciones que ejercicios estables con carga (10) y no presenta

diferencias significativas con respecto al ejercicio 4, en situación de

estabilidad.

De características parecidas entre sí, se encuentran 5 ejercicios que

alcanzan una similar activación, en tres de los casos son ejercicios unipodales

sin carga, se incluye uno en sedestación con carga, y otro en bipedestación

sobre superficie monoplanar, que como ya se ha comentado, supera a sus

homólogos sobre diferente superficie.

Por último, los 3 ejercicios unipodales y con carga elástica, que

proporcionan la mayor activación muscular del total de propuestas analizadas.

Se podría establecer una clasificación, atendiendo a la activación

comentada y prescribirlos según la secuencia que se muestra en la tabla 28:

Tabla 28. Progresión de ejercicios según su activación muscular (de menor a mayor activación).

Clasificación de ejercicios

1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º 11º 12º

Page 133: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

129

Además de esta progresión, cabe la posibilidad de poder combinarlos

en función de las distintas activaciones producidas entre ejercicios,

agrupando entre sí aquellos que no presentan diferencias significativas (tabla

29).

De esta forma se puede ofrecer mayor variedad de ejercicios en el

entrenamiento, con la certeza de trabajar con la misma intensidad, además

de añadir un factor motivacional beneficioso (10) por la combinación de

materiales y cambios de posición que pueden proponerse para un mismo

trabajo, sin repetir constantemente los mismos ejercicios (110).

Los únicos trabajos de similares características realizados por Chulvi

(13) y Chulvi et al. (88) en condiciones dinámicas, reafirman estos datos, ya

que la única diferencia se encuentra en el ejercicio de mayor activación es

sobre superficie estable con la movilización de altas cargas (siempre en

bipedestación bipodal), ya que Escamilla (11) la establece sobre la

musculatura ventral, y en los trabajos de Oliver se establece un progresión de

ejercicios únicamente sobre estabilidad y en posiciones alejadas a las

propuestas en este trabajo (178), o una comparativa sobre cuatro ejercicios

dinámicos (12).

Page 134: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

130

Tabla 29. Ejercicios de similar activación, sustituibles en un entrenamiento.

Gráfico de ejercicio y numeración

1 2

4 7 3

7 3 10

3 10 5

5 8

8 11

11 12

La menor activación se registra en los ejercicios 1º y 2º, la mayor en el 11º y 12º.

Page 135: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

131

10.1.3. Diferencias de activación por grupos musculares.

Atendiendo a cada grupo muscular de forma analítica, la activación

revela que el erector y el multífidus en ambos casos torácicos, son los que

trabajan sobre un mayor porcentaje de la MCVI (30.39±8.62% y 27.53±6.06%

respectivamente) y se encargan de equilibrar en mayor medida las fuerzas

tanto de la gravedad, como la que provoca el material elástico, que obliga a

realizar una extensión tanto lumbar como dorsal, superior al trabajo de

estabilización de cadera que realiza el glúteo mayor, presentando la

activación más baja con un 13.68±4.89% de la MCVI.

La activación de estos dos músculos paraespinales, favorece un mayor

control motor (55), como se refleja en todos aquellos ejercicios expuestos en

situaciones estáticas con fines rehabilitadores de Arokoski (174,175,177), al

igual que en los estudios sobre contracciones dinámicas. Oliver encontró

mayor activación en el multífidus 56.40% de la MCVI y asimismo Chulvi

(13,88), cuyas medias sobre la musculatura torácica (ET y MT) superaban en

todos los ejercicios y materiales a las lumbares (ET 91.66±5.11%, EL

91.26±5.93%, y MT 91.37-5±93%, ML 79.80±5.93%).

Esto sucede en los tres ejercicios que añaden la carga elástica, y las

medias globales del core que resultan de cada uno (22.79±6.15% el 6º,

23.97±6.59% el 9º y 24.34±6.76% el 12º respectivamente), se sitúan dentro del

margen que Brown et al. (29) establecen como seguro para el trabajo de

Page 136: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

132

activación del core, fijado en el 30% de la MCVI y puede producir

adaptaciones positivas sin generar sobrecargas, que como comentaban Behm y

Colado (7) es un elemento fundamental en la iniciación o la rehabilitación.

La activación a la que se ve obligado el sujeto, logra que se produzca

equilibrio en la posición (65,66) y con él se propicia un aumento de la co-

activación, más efectivo con un acondicionamiento extensivo (76), que se

produce en este caso con un tiempo prolongado de estimulación isométrica de

20 segundos.

Tal y como expone Thorstenssonn (104), de esta forma se activan en

mayor medida músculos como el multífidus (27.53±6.06% de la MCVI),

suponiendo una mejor prevención del LBP, como ya había sido demostrado por

Oliver et al. (12).

Page 137: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

133

10.2. La escala de percepción del esfuerzo para valorar la intensidad

del entrenamiento sobre dispositivos con distinto nivel de

desestabilización.

La escala para la valoración de la inestabilidad, no establece

correlación con la SEMG, ya sea tomando la media de la activación de la

musculatura core o el análisis por grupos musculares diferenciados.

El ICC (core r 0.743, ET, EL, MT y ML r 0.547 y GM r 0.626), presenta un

resultado positivo y se sitúa dentro de los márgenes de validación de otros

estudios (158,166,167), refleja que los sujetos han comprendido la pretensión

de la escala en la primera y segunda valoración, como se requiere en los pasos

llevados a cabo por Robertson (166). Se han producido contestaciones

similares, que dan coherencia a los resultados y más aún, si consideramos

como se ha citado en la metodología, que los ejercicios se han realizado de

forma aleatoria, por lo que desde un punto de vista global, con la

combinación de los diferentes materiales no puede considerarse válida,

aunque sí desde su empleo individual.

A pesar de presentar esa buena reproductibilidad como la obtenida por

Colado et al. (167), puede observarse en la figura 46, que los datos obtenidos

en la electromiografía presentan mucha variabilidad y la activación producida

por la musculatura del core, no ha seguido la tendencia lineal que indica su

concurrencia y que en otros estudios que emplean la escala Omni-Res como

Page 138: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

134

los de Lagally y Robertson (157), Naclerio et al. (188), Colado et al.(167) o

Lins-Filho et al. (170), que permiten establecer la correlación y con ello, su

aplicación específica.

Figura 40. Activación muscular del core en los 12 ejercicios propuestos.

En la búsqueda de los motivos que pueden justificar este resultado,

pueden exponerse varios motivos:

Características de las cargas.

Cambios de superficie.

Diferenciación entre inestabilidad e intensidad.

Page 139: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

135

10.2.1. Las características de las cargas.

Cada ejercicio se ha realizado sin carga o con el uso de un material

elástico de tensión invariable tanto en hombres como en mujeres, que ha

llevado a una media en la activación muscular muy reducida; la menor, del

glúteo mayor del 13.68±4.89% de la MCVI, y la mayor, del erector torácico del

30.40±8.62% de la misma referencia, probablemente por concentrar la carga

en el miembro superior, provocando una mayor actividad muscular

paravertebral para el mantenimiento de la horizontalidad y requerir un menor

reclutamiento en la estabilización de la cadera.

Ello puede explicar que los sujetos expresaran el valor 10 de la escala de

inestabilidad, con medias de activación muy inferiores (13-30%) a los valores

que podrían presuponerse como sus equivalentes (90-100%) y que con total

probabilidad sucedería en aquellos trabajos que han realizado su progresión

basándose en el aumento del porcentaje de 1RM (170,188).

10.2.2. Cambios de superficie.

Por otro lado, deben tenerse en cuenta las diferencias existentes entre

la tipología de ejercicios que se han valorado hasta el momento. Sobre

acondicionamientos de fuerza tradicional (188), o con materiales como los

elásticos sobre situaciones fijas y estables (167). Cada ejercicio se ha

Page 140: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

136

realizado de forma idéntica, siendo la carga la única variable que se ha

modificado, con tensiones elásticas de distintas equivalencias o con

incrementos de 1RM, aunque en el caso de estos estudios de trabajo de fuerza

clásico, sin contar con las referencias de SEMG y sus variaciones.

En este caso, cada una de las propuestas se ha realizado sobre una

posición y superficie diferente, por lo que resulta lógico encontrar mayores

variaciones en la activación muscular, ya que cada ejercicio cambia sus

condiciones de ejecución con respecto al anterior y supone en sí mismo, una

variable, de ahí que su valor concurrente se ciña al uso de cada dispositivo de

forma individual.

10.2.3. Diferenciación entre inestabilidad e intensidad.

La última reflexión que debe realizarse, es la de la diferenciación que

existe de la intensidad percibida según los materiales utilizados. En las

investigaciones con pesos libres o con material elástico, el aumento de la

carga es progresivo y atiende a pequeñas variaciones apreciables por el

sujeto. En este caso, la carga externa sólo aumenta una vez para cada

material expuesto (tubos elásticos), es decir, en 4 de los 12 ejercicios por lo

que la estimación que el sujeto realiza de la intensidad, proviene

fundamentalmente de las diferencias entre las superficies que se emplean

para cada ejercicio, tal y como sucede en el estudio de Lehman et al. (189),

Page 141: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

137

en el que existe una gran variabilidad entre sujetos al proponer cambios de

superficie al realizar diferentes ejercicios.

Esto lleva al planteamiento de si el factor cambiante de cada ejercicio

y en distinta medida, la inestabilidad, puede definirse como un término

sinónimo a la intensidad, o únicamente es un componente del equilibrio,

dentro de las capacidades perceptivo-motoras.

La intensidad, como componente cualitativo de la carga, está

condicionada por un índice externo evidenciado por la liberación de energía

en la unidad de tiempo y por otro interno del grado de solicitación de los

diferentes sistemas funcionales (190).

El equilibrio, que supone un estado en el que a pesar de la reducción

de la base de sustentación, un cuerpo logra no caerse reequilibrándose

constantemente (116), depende de tres factores según Kollmitzer (191):

Propioceptivo: regulando y direccionando el grado de

movimiento. Su carencia puede provocar torpeza motriz.

Vestibular: Fundamental en la percepción espacial, y cuyo

déficit disminuye el tono muscular y limita el equilibrio.

Visual: Involucrado en el aporte de información visual.

En esta investigación, la solicitación requerida por la intensidad, viene

dada por la dificultad que encuentre el sujeto para poder mantener su

Page 142: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Discusión.

138

situación de equilibrio. Ésta se define como un inconveniente, oposición o

contrariedad que impide conseguir, ejecutar o entender bien algo y pronto

(192).

La no diferenciación entre dificultad e intensidad, podría ser uno de los

motivos por los que existe diferencia entre la SEMG obtenida y las

contestaciones de la escala de inestabilidad, y el factor por el que no

obtienen correlación entre sí, al igual que ocurre en el trabajo presentado por

Marshall y Murphy (72).

Page 143: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Conclusiones.

139

11. Conclusiones

Se describe este apartado diferenciando al igual que en la discusión, las

diferentes hipótesis y objetivos.

11.1. Primera hipótesis

Puede afirmarse que la primera hipótesis expuesta, de que los ejercicios

que producen mayor activación son los que se realizan de forma unipodal e

incluyendo una carga elástica, se cumple en esta investigación.

11.2. Segunda hipótesis

Al comprobarse la no correlación entre la SEMG y la escala de

inestabilidad, se confirma que la segunda hipótesis, en la que se contempla la

posibilidad de validarla como instrumento de prescripción de la intensidad, no

se cumple plenamente en este estudio y se centre en el uso de un único

material inestable.

Page 144: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Conclusiones.

140

11.3. Conclusiones sobre los objetivos generales.

El registro de SEMG, ha permitido comprobar que globalmente el core

se recluta de forma diferente en función del ejercicio demandado,

pudiendo establecer una progresión en base a los niveles de activación

muscular global.

La escala de inestabilidad, no tiene correlación con la SEMG, por lo que

únicamente es un instrumento válido para determinar la activación de

los ejercicios estudiados de forma individual, tanto en hombres como

en mujeres.

11.2. Conclusiones sobre los objetivos específicos.

La mayor actividad eléctrica se produce en los erectores y multífidus

torácicos, que ejercen un mayor protagonismo sobre la estabilización

del raquis que los músculos de la cadera como el glúteo mayor, que

presenta la menor activación del conjunto analizado.

En ningún caso la activación supera el 30% de la MCVI, encontrándose

dentro del margen que asegura la protección tisular lumbar, en mayor

medida que aquellos ejercicios realizados de forma dinámica que

superan ampliamente esta cifra.

Page 145: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Conclusiones.

141

Se ha establecido una progresión de ejercicios, donde los menos

exigentes y con menor activación, son los realizados en sedestación sin

carga, bipedestación estable sin carga y en bipedestación unipodal sin

carga.

Los más intensos y con mayor activación se realizan en bipedestación

unipodal con carga elástica de valor bajo.

Los materiales que generan mayor activación muscular son los

monoplanares, seguidos de los multiplanares y los estables.

El ICC de la escala de Inestabilidad, indica que tiene una buena

reproductibilidad para el uso de un material específico, aunque no

puede ser validada en su conjunto, al no correlacionar con la SEMG

generada durante los ejercicios.

La dificultad como factor subjetivo, puede haber condicionado el

resultado de esta escala, al tener que valorar diferentes posiciones de

ejecución del ejercicio y no solamente la progresión de las cargas.

Existen escasas diferencias significativas en la activación registrada en

hombres y mujeres, tanto en la media global de los cinco músculos del

core analizados, como en la correspondiente a cada uno de ellos.

Page 146: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Conclusiones.

142

12. Limitaciones del trabajo.

Las limitaciones encontradas en esta investigación, han sido las siguientes:

Los datos obtenidos se corresponden únicamente con la musculatura

paravertebral. La inclusión de otros grupos laterales o ventrales, podría

dar una visión más global del trabajo del core.

Las posiciones estudiadas se han ejecutado en isometría. El estudio de

las mismas de forma dinámica, podría contrastar y enriquecer la

información obtenida.

Podría haberse añadido una plataforma de fuerzas en la ejecución de

los ejercicios, para comprobar las modificaciones de equilibrios

sufridas, e incluso poder establecer qué criterios de equilibrio tienen

los ejercicios propuestos, así como comprobar que la correlación con la

percepción de esfuerzo puede estar influida por los niveles de

desequilibrio, que podrían llegar a ser más importantes que la propia

SEMG.

Page 147: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Conclusiones.

143

13. Futuras líneas de investigación

Entre las posibles líneas de investigación posteriores a este trabajo,

podría sugerirse el llevar a cabo las siguientes variantes:

Incluir una muestra de sujetos sedentarios y/o con LBP para la

mayor aplicación de los resultados obtenidos.

Elaborar esta progresión de ejercicios y materiales de forma

dinámica, para ampliar la gama de posibilidades de trabajo.

Investigar sobre otras posiciones en el espacio con estos

materiales, tales como las de tendido prono, supino o lateral.

Introducir ejercicios con mayores cargas, para poder apreciar las

posibles diferencias en la activación muscular.

Incluir ejercicios de mayor dificultad, que supongan una

intensidad entre el 50 y el 90% de la MCVI para poder discriminar

la percepción de esfuerzo con mayor rigor.

Page 148: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en
Page 149: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

______________________________________________________________ Referencias bibliográficas.

145

14. Referencias bibliográficas

Dadas las características de la temática del estudio y de los

requerimientos de formato de las revistas en las que se publican este tipo de

investigaciones, la normativa empleada para la unificación del estilo de

escritura y la bibliografía es Vancouver.

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Page 176: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en
Page 177: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

173

15. Anexos

Page 178: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en
Page 179: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

175

Anexo 1. Confirmación del Comité Ético para la realización del estudio.

Page 180: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

176

Anexo 2. Protocolo de la escala de percepción del esfuerzo.

Instrucciones de la escala

Está a punto de efectuar una prueba de ejercicios de fuerza en

situaciones de estabilidad e inestabilidad. La escala que vamos a usar

contiene números entre 0-10, y será utilizada para valorar su percepción del

esfuerzo en la ejecución de los citados ejercicios.

La percepción del esfuerzo físico define la intensidad subjetiva del

esfuerzo, la tensión, incomodidad, y/o fatiga que siente durante el ejercicio.

Usamos una escala con imágenes y expresiones que puedan corresponderse a

números de acuerdo a sus sensaciones de esfuerzo mientras hace ejercicio.

Los números y textos sobre la escala presentan un rango de percepción desde

muy fácil a muy duro.

Para ayudarle a escoger un número que corresponde a sus sensaciones

subjetivas dentro del citado rango, considere lo siguiente:

Cuando el esfuerzo sea "muy fácil", responda con el número 0, por

ejemplo cuando considere que la dificultad es la misma que estar en

bipedestación sobre una superficie estable. Cuando el esfuerzo sea "muy

duro", responda con el número 10. Esta respuesta sería apropiada cuando el

desequilibrio impide que pueda permanecer en la posición propuesta durante

el tiempo que debe durar la prueba.

Page 181: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

177

Para las sensaciones que estén entre estos valores de 0 y 10, escoja

fijándose en las imágenes y los textos de la escala, el valor que más se

acerque a su percepción.

Se le pedirá que describa dos percepciones por separado:

1. La primera registrará sus sensaciones de esfuerzo local de el/los

músculos activos que usted está usando para llevar a cabo el ejercicio.

Cuando lo evalúe, cerciórese de sentir específicamente esas zonas de su

cuerpo.

2. La segunda debe incluir la percepción de sus sensaciones de esfuerzo

en la totalidad de su cuerpo. Al realizar esta valoración global, asegúrese de

seleccionar el número de la escala que de forma más aproximada se ajuste a

sus sensaciones globales. Redondee sus clasificaciones al valor entero más

cercano.

Page 182: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

178

Anexo 3. Consentimiento informado.

Consentimiento Informado

Este documento certifica su aceptación en la participación del estudio

denominado “Escala de percepción del esfuerzo y la activación muscular, en

ejercicios de estabilización del core”, motivo de elaboración de Tesis Doctoral

por parte de D. Julio Martín Ruiz.

Con su firma, usted manifiesta explícitamente que ha entendido la

descripción del tipo de ejercicio a realizar y sus posibles complicaciones.

Además, usted indica que cualquier duda que haya podido surgir sobre el

proceso de evaluación y sus posibles riesgos ha sido respondida con claridad,

quedando satisfecho con las explicaciones aportadas.

Las pruebas, tests y cuestionarios realizados para evaluar su condición

física permitirán obtener información sobre su estado general de salud.

Existirán dos tipologías de pruebas, las de valoración preactiva que

recomendarán o no su participación en el estudio, y las específicas de la

investigación a llevar a cabo.

En la valoración preactiva, responderá a 1 cuestionario de salud

cardiovascular, que consta de 7 ITEMS para valorar su aptitud para someterse

a las siguientes pruebas del estudio.

La prueba específica constará en primer lugar de un estudio

cineantropométrico, donde se recopilarán los datos correspondientes a su

Page 183: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

179

composición corporal, utilizando para ello los procedimientos característicos

de la ISAK (International Society of Advancement in Kineantropometry).

En segundo lugar de un test isométrico de carácter máximo de EMG

(electromiografía) por cada uno de los grupos musculares descritos en el

estudio, y de la medición de la actividad eléctrica en los mismos, en 12

ejercicios de acondicionamiento del core. Al término de cada una de estas

propuestas, usted valorará la intensidad experimentada en una escala de

instabilidad, tomando como modelo la Escala de Percepción Subjetiva Omni-

res.

Durante las valoraciones y tras las mismas, podrá experimentar fatiga.

La información obtenida como consecuencia de dicho ejercicio será

confidencial y su uso será meramente informativo y científico, salvaguardando

su identidad. Para ello será necesario su expreso consentimiento mediante

autorización por escrito.

Al firmar el presente documento usted acepta la completa

responsabilidad de su propia salud, y reconoce que ha sido informado y ha

entendido que esta responsabilidad no es asumida por los responsables de su

programa de ejercicio físico. Del mismo modo, admite la creación, utilización

y difusión del material fotográfico y de vídeo, que con fines científicos pueda

generarse con su participación en el estudio.

En Valencia a ___de_________de______

D. Dña. Julio Martín Ruiz

DNI

Page 184: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

180

Anexo 4. Cuestionarios de datos personales y Par-Q en página web.

Page 185: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

181

Page 186: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

182

Anexo 5. Protocolo del estudio.

Protocolo del estudio “Escala de percepción del esfuerzo y activación

muscular en ejercicios de estabilización del core”,

tema de Tesis Doctoral de Julio Martín Ruiz

Manual para voluntarios que forman parte de la muestra

El sujeto pasará por tres fases dentro de este estudio;

1. La primera será la recopilación de datos de la encuesta que aparece en la

sección cuestionarios de esta página web. La finalidad de la misma es

verificar el nivel de salud del sujeto del estudio. Únicamente podrá

completarse una vez, por lo que no se permite la repetición del

cuestionario en ninguno de sus apartados.

Las respuestas correspondientes a dichos cuestionarios no se harán

públicas, y serán administradas únicamente por el doctorando Julio Martín

Ruiz, quedando a su cargo la privacidad de los sujetos que hayan

participado.

Tras contestar a la misma y confirmar que presenta los requisitos

necesarios para su participación, será emplazado a la sesión de

familiarización con el material a utilizar en la investigación.

Page 187: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

183

Requisitos de inclusión:

Ser una persona activa, practicante habitual de actividad física.

No presentar contraindicaciones cardiacas absolutas o relativas.

Carecer de afecciones auditivas y de otros condicionantes del

equilibrio.

No padecer lesiones agudas ni crónicas que afecten total o

parciamente la musculatura y la estructura lumbo-pélvica.

No presentar lesiones agudas ni crónicas que afecten total o

parcialmente la musculatura y/o estructura de las articulaciones de

rodilla y tobillo.

2. En la segunda sesión, se le invitará a la firma de una hoja de

Consentimiento Informado, en la que podrá leer las características del

estudio y las pruebas sobre las que será valorado. Será advertido tanto de

los efectos de dichas pruebas, como de las particularidades que pueden

conllevar desde el punto de vista logístico. La negativa del sujeto a su

firma supone su no aceptación, por lo que voluntariamente descarta

formar parte de la investigación.

Será citado/a la primera sesión de toma de datos, en el laboratorio de

Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. de la Universidad de

Valencia, al que acudirá en estas condiciones:

Page 188: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

184

No haber realizado ejercicio al menos durante las 48 horas

anteriores.

Evitar el consumo de estimulantes (ej. cafeína, teína o alcohol).

Venir duchado.

Disponerse a hacer la prueba en ropa interior, permitiendo la

colocación y manipulación de material de la investigación sobre

el cuerpo.

No ingerir líquidos ni alimentos en la hora anterior e intentar

orinar.

Se le efectuarán cuatro mediciones antropométricas y una quinta

específica para igualar las condiciones en las que movilizará las cargas:

1) Medida biacromial.

2) Peso.

3) Talla.

4) Porcentaje graso.

5) Distancia comprendida entre las manos y el punto de anclaje de la

carga elástica.

La toma de estos datos antropométricos se realizará según el protocolo

que ISAK (International Society of Advancement in Kineantropometry).

Tras las mismas, realizará el calentamiento y los ejercicios que

componen el objeto de estudio. En ese momento se le pasará la escala de

Page 189: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

185

inestabilidad por primera vez para poder comparar y validar sus

resultados en la siguiente tomas de datos, a la que será emplazado al

finalizar.

3. En la tercera y última fase, se procederá a la medición específica del

estudio, en el citado laboratorio, que dispondrá de unas condiciones de

24ºC. El participante debe cumplir las condiciones anteriormente

descritas y además se recomienda que tenga depiladas las siguientes

zonas: musculatura paravertebral y glúteo, siempre del lado dominante.

Se procederá a la localización de los puntos anatómicos de colocación de

electrodos para la medición electromiográfica, en el lado dominante del

sujeto.

En el proceso, cada referencia se desinfectará con alcohol, se rasurará

con una máquina desechable en caso de ser necesario y se procederá de

nuevo a su limpieza con algodón.

Con el electromiógrafo implementado al sujeto, se realizarán dos pruebas:

1) La Máxima Contracción Voluntaria Isométrica (MVCI), como referencia

para las siguientes mediciones dinámicas.

2) La segunda consiste en la realización de 12 ejercicios, tomando como

base 4 materiales de la marca Thera-Band®; Exercise ball®, Exercise

station®, Rocker board®, y Soft stability trainer®.

De cada uno de estos recursos, se plantean 3 niveles de ejecución. En

todos los casos el ejercicio tendrá la característica de realizarse en

contracción isométrica, y la progresión se propone partiendo en primer

Page 190: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

186

lugar desde la posición bipodal con mayor estabilidad, en segunda

instancia unipodal sin carga, hasta la unipodal con resistencia elástica

al finalizar, acrecentando las condiciones de desequilibrio.

En cada uno de ellos se realizará una serie de 20 segundos de duración,

tras la que cada sujeto pudo valorar de forma subjetiva el esfuerzo que

había realizado mediante la utilización del protocolo de la variación de

la escala de inestabilidad, cuya explicación se adjunta (anexo 2).

Al término de la prueba, el responsable del estudio desconectará el

electromiógrafo y extraerá los electrodos del sujeto, limpiando cada

zona testada con algodón y alcohol.

Cada participante podrá realizar la vuelta a la calma posterior con

libertad, siguiendo el proceso al que cada uno tenga como hábito tras un

acondicionamiento físico.

Page 191: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

187

Anexo 6. Plantilla de recogida de datos.

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Anexos.

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Anexo 7. Galerías de imágenes web.

Galería de materiales

Exercise Station Rocker Board Exercise Ball Soft Stability

Galería de ejercicios

Ejercicio Nº 1 Ejercicio Nº 2 Ejercicio Nº 3

Ejercicio Nº 4 Ejercicio Nº 5 Ejercicio Nº 6

Ejercicio Nº 7 Ejercicio Nº 8 Ejercicio Nº 9

Ejercicio Nº 10 Ejercicio Nº 11 Ejercicio Nº 12

Page 193: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

189

Galería de muestra de colocación de electrodos

Erectores Multífidus Glúteo mayor

Page 194: Escala de percepción del esfuerzo y activación muscular en

Anexos.

190

Anexo 8. Ejemplo de uso del programa Matlab.

for c=1:7 A=strcat('thera1_',num2str(c)) B=strcat(A,'.ASC') D=importdata(B,'\t',80) [F C]=size(D.data) x=filter(filtro2,D.data) centro=(F-mod(F,2))/2; %Pedir la parte central ISOMETRIA x=x(centro-1500:centro+1500,:); %Pedir la parte que me interesa ISOMETRIA RMS = rms_emg (x,100) figure for b=2:9 subplot(3,3,b) plot(RMS(:,b)) maximo(c,b)=max(RMS(:,b)) end end MIVC(1,1)=maximo(1,2) MIVC(2,1)=maximo(1,3) MIVC(3,1)=maximo(2,4) MIVC(4,1)=maximo(3,5) MIVC(5,1)=maximo(4,6) for c=8:19 A=strcat('thera1_',num2str(c)) B=strcat(A,'.ASC') D=importdata(B,'\t',80) [F C]=size(D.data) x=filter(filtro2,D.data) centro=(F-mod(F,2))/2; %Pedir la parte central ISOMETRIA x=x(centro-8000:centro+8000,:); %Pedir la parte que me interesa ISOMETRIA RMS = rms_emg (x,100) figure for b=2:9 subplot(3,3,b) plot(RMS(:,b)) media(b,c)=mean(RMS(:,b)) maximo(b,c)=max(RMS(:,b)) end end