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* Empresario, historiado r y narrador. (8 de enero de 1956) Ese malvado vals PLAZA CULTURAL DE Carlos Caco Ceballos Silva DIRECTOR GENERAL: ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA COORDINADORA: ÉRICKA MARGARITA TREJO Imágenes: Fotos de Archivo. Correo: [email protected] Cosas de médicos DOMINGO 2 DE DICIEMBRE DE 2018 2522 VIÑETAS DE LA PROVINCIA 4 De lejos y a mi alrededor 8 Ágora PLAZA CULTURAL DE ESCRIBEN: Marcela Gómez, Luis Enrique Araoz, Verónica Zamora, Miguel Ángel León, Alberto Llanes, Fernanda Macedo, Raúl García, Anahí Casillas, José Carlos C. Juárez y Carlos Caco Ceballos. I NVIERNO, 1998.- Don Emilio Brun recibió allá por los años diez, de un cliente que tenía en Coalcomán, una extensa carta donde le platicaba que se encontraban padeciendo diversas y molestas enfermedades, y sa- biendo de lo atinado que era el doctor Vidal Fernández y la imposibilidad de trasladarse a Colima, debido a sus dolencias y a sus 91 años, le mandaba todas las explicaciones en la susodicha carta, a n de que con ella consultara al doctor y éste lo recetara y que por favor le remitiera las medicinas y la forma de tomarlas. Don Emilio, tan luego recibió la carta, se encaminó al consultorio del galeno que vivía por Gabino Barreda, donde cerraba la calle con la capilla. Le mostró la carta, éste la leyó, estudió el caso y los síntomas, diciéndole: “Don Emilio, para todo esto hay un remedio, menos para la edad, así es que aquí está la carta y estos inocentes polvitos para que se los tome en cada comida”. Y así, con esos polvitos de azúcar, cumplió el señor de Coalcomán 96 años, siendo el más sorprendido el propio doctor Vidal Fernández, del milagro de los polvitos. Corría el año de 1925, el doctor Israel, que por aquellos tiempos tenía su consultorio por la calle Hidalgo, recibió en su ocina una familia de perso- nas ricachonas de un poblado cercano a la ciudad. Eran el señor, la señora y seis chicos, entre niños y niñas, tan luego se vinieron frente al médico, le dijeron: “Doctor, todos los que usted ve estamos maleando, unos tienen una cosa y otros nos quejamos de otras, así es que queremos nos recete, comprar medicina y largarnos pa’l rancho, y como somos muchos, queremos saber cuánto nos cobrará”. “Yo cobró un peso por consulta, si ustedes son ocho, serán solamente ocho pesos”; “No, doctor, como usted ve, seis son chiquillos, comen por mitad de los grandes, duer- men de a dos en cada catre, por lo consiguiente usted debe recetarnos en menos tiempo, pues tienen menos dolencias que los grandes”. Y así, ante tales argumentos, el doctor co- bró solamente cinco pesos por las recetas de toda la familia. Por el año de 1954, cierta tarde el médico estaba en su consultorio, y en un momento dado se presentaron dos suje- tos tipo ranchero. “Buenas tardes, doctor, ¿pudiera hacer una visita a domicilio?”; “Cómo no”. “¿Cuánto cobra?”; “Cuatro pesos”; “Pero la queremos ahorita”; “Desde luego, vamos a mi coche”. Salieron, se subieron. Daniel les preguntó por el domicilio y uno de ellos le indicó que era por la salida a Colima. Y por allá se encaminaron. Al legar a las afueras de La Villa, le dijeron: Aquí es, doctor. Se bajaron rápidamente, uno de ellos le entregó a mi compadre, Daniel Solórzano, los cuatro pesos. Y fue entonces cuándo él preguntó: “¿Y el enfermo?”; “No hay enfermo. Queríamos venir a la corrida, y como no encontramos coches de sitio, pensamos que usted podría traernos por el mismo precio”. Tal así me lo platicó, mi estimado doctor, entre risas y una que otra mentada para los taurólos. Por el año de 1961, esta- ban recién desempacados los buenos amigos doctores Raúl Ochoa y Pepe Quevedo, desem- peñando sus primeros empleos en el Hospital Civil de Colima; equis día hubo necesidad de operar a un paciente, otro jo- ven médico era el anestesista, doctor Granados. Cuando los primeros cortaban, éste atendía los reflejos del enfermo. De pronto, abriéndole el párpado, gritó: “¡Este hombre se nos murió, ya no tiene reejos!”. Los cirujanos, sorprendidos, abrieron el párpado y lo conr- maron; de pronto, uno de ellos notó cierto movimiento en el pecho, así es que volvieron a checar y fue entonces cuando notaron que el ojo que revisaban era de vidrio. Aquel hombre era tuerto, tenía uno bueno y el otro de cristal. Estos cuatro casos son verídicos, como lo fueron aque- llos, que en otros artículos platiqué, sobre el pago de una operación de dos hernias por adelantado y la pintada de un cuarto en el pabellón de Gastón Melo, del Hospital Civil de la Ciudad de México, motivado porque mi papá estaba operado de la próstata y la convalecencia por aquellos tiempos era de muchos días, y no gustándole el color rosado, me recomendó llevara a un pintor, y sin preguntarle a nadie, el pintor hizo su faena y así de sencillo se convirtió en el cuarto amarillo el lugar del cuarto No. 15 del sanatorio. Y como siempre, para no enfadarlos, aquí le cortamos, deseándoles un feliz n de semana. Valle de México desde el cerro de Tepeyac, José María Velasco. José Carlos C. Juárez Llévate tu sonrisa que muerde mi espalda y me vuelve sombra frágil en la senda, no quiero cargarla como quien carga a la luna con su fe a cuestas. No quiero nada que te evoque; ni las notas escritas con tu tacto indeleble, ni tu piel donde el cielo me trazó constela- ciones, ni las canciones que de lluvia me regaron los huesos. No quiero sentir a los ayeres aferrados con sus garras a mi ombligo. No quiero que me guardes tú -que me recuerdes- como aguja impregnada a medio pecho. No quiero escuchar tu voz quebrada cuando te he visto gemir en las alturas en el éxtasis del sol bajo tu espalda. No quiero más tu llanto cuando ya fui yo tu risa. No quiero ser tan sólo brisa cuando juntos fuimos mar. El hombre en el mar, René Magritte. No me dejes nada Uno de ellos le entregó a mi compadre, Daniel Solórzano, los cuatro pesos. Y fue entonces cuándo él preguntó: “¿Y el en- fermo?”; “No hay enfermo. Queríamos venir a la corrida, y como no encontra- mos coches de sitio, pensamos que usted podría traernos por el mismo precio”.

Ese malvado vals...Ese malvado vals (8 de enero de 1956) PLAZA CULTURAL DE Carlos Caco Ceballos Silva D IRECTOR G ENERAL: A RMANDO M ARTÍNEZ DE padeciendo diversas y molestas enfermedades,

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Page 1: Ese malvado vals...Ese malvado vals (8 de enero de 1956) PLAZA CULTURAL DE Carlos Caco Ceballos Silva D IRECTOR G ENERAL: A RMANDO M ARTÍNEZ DE padeciendo diversas y molestas enfermedades,

* Em

pres

ario

, hist

oria

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r. †

(8 d

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rez

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arlo

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ebal

los.

INV

IER

NO

, 199

8.- D

on E

mili

o B

run

reci

bió

allá

por

los

años

die

z, d

e un

clie

nte

que

tení

a en

Coa

lcom

án, u

na

exte

nsa

cart

a do

nde

le p

lati

caba

que

se

enco

ntra

ban

pade

cien

do d

iver

sas

y m

oles

tas

enfe

rmed

ades

, y

sa-

bien

do d

e lo

ati

nado

que

era

el d

octo

r V

idal

Fer

nánd

ez y

la

impo

sibi

lidad

de

tras

lada

rse

a C

olim

a, d

ebid

o a

sus d

olen

cias

y

a su

s 91

año

s, l

e m

anda

ba t

odas

las

exp

licac

ione

s en

la

suso

dich

a ca

rta,

a fi

n de

que

con

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con

sult

ara

al d

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r y

éste

lo r

ecet

ara

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e po

r fa

vor

le r

emit

iera

las

med

icin

as y

la

form

a de

tom

arla

s.D

on E

mili

o, t

an lu

ego

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bió

la c

arta

, se

enca

min

ó al

co

nsul

tori

o de

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eno

que

viví

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r Gab

ino

Bar

reda

, don

de

cerr

aba

la c

alle

con

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a. L

e m

ostr

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car

ta, é

ste

la le

yó,

estu

dió

el c

aso

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s sín

tom

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icié

ndol

e: “D

on E

mili

o, p

ara

todo

est

o ha

y un

rem

edio

, men

os p

ara

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dad,

así

es q

ue a

quí

está

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arta

y e

stos

inoc

ente

s po

lvit

os p

ara

que

se lo

s to

me

en c

ada

com

ida”

. Y a

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on e

sos p

olvi

tos d

e az

úcar

, cum

plió

el

seño

r de

Coa

lcom

án 9

6 añ

os,

sien

do e

l m

ás s

orpr

endi

do e

l pr

opio

doc

tor V

idal

Fer

nánd

ez,

del m

ilagr

o de

los

polv

itos

.C

orrí

a el

año

de

1925

, el

do

ctor

Isr

ael,

que

por

aque

llos

tiem

pos

tení

a su

con

sult

orio

po

r la

cal

le H

idal

go, r

ecib

ió e

n su

ofi c

ina

una

fam

ilia

de p

erso

-na

s ri

cach

onas

de

un p

obla

do

cerc

ano

a la

ciu

dad.

Era

n el

se

ñor,

la

seño

ra y

sei

s ch

icos

, en

tre

niño

s y

niña

s, t

an lu

ego

se v

inie

ron

fren

te a

l méd

ico,

le

dije

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“D

octo

r, to

dos

los

que

uste

d ve

est

amos

mal

eand

o,

unos

tie

nen

una

cosa

y o

tros

no

s qu

ejam

os d

e ot

ras,

así

es

que

quer

emos

nos

rec

ete,

com

prar

med

icin

a y

larg

arno

s pa

’l ra

ncho

, y c

omo

som

os m

ucho

s, q

uere

mos

sab

er c

uánt

o no

s cob

rará

”. “Y

o co

bró

un p

eso

por c

onsu

lta,

si u

sted

es so

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ho, s

erán

sola

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cho

peso

s”; “

No,

doc

tor,

com

o us

ted

ve, s

eis s

on ch

iqui

llos,

com

en p

or m

itad

de lo

s gra

ndes

, due

r-m

en d

e a

dos

en c

ada

catr

e, p

or lo

con

sigu

ient

e us

ted

debe

re

ceta

rnos

en

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os ti

empo

, pue

s ti

enen

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os d

olen

cias

que

los

gran

des”

. Y a

sí, a

nte

tale

s ar

gum

ento

s, e

l doc

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o-br

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ente

cin

co p

esos

por

las r

ecet

as d

e to

da la

fam

ilia.

Por

el a

ño d

e 19

54, c

iert

a ta

rde

el m

édic

o es

taba

en

su

cons

ulto

rio,

y e

n un

mom

ento

dad

o se

pre

sent

aron

dos

suje

-to

s tip

o ra

nche

ro. “

Bue

nas t

arde

s, d

octo

r, ¿

pudi

era

hace

r una

vi

sita

a d

omic

ilio?

”; “

Cóm

o no

”. “

¿Cuá

nto

cobr

a?”;

“C

uatr

o pe

sos”

; “Pe

ro la

que

rem

os a

hori

ta”;

“D

esde

lueg

o, v

amos

a

mi

coch

e”. S

alie

ron,

se

subi

eron

. Dan

iel

les

preg

untó

por

el

dom

icili

o y

uno

de e

llos

le in

dicó

que

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por

la s

alid

a a

Col

ima.

Y p

or a

llá s

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cam

inar

on. A

l leg

ar a

las

afue

ras

de

La V

illa,

le d

ijero

n: A

quí e

s, d

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r. S

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jaro

n rá

pida

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te,

uno

de e

llos

le e

ntre

gó a

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ompa

dre,

Dan

iel S

olór

zano

, lo

s cu

atro

pes

os. Y

fue

ento

nces

cuá

ndo

él p

regu

ntó:

“¿Y

el

enfe

rmo?

”; “N

o ha

y en

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o. Q

uerí

amos

ven

ir a

la c

orri

da,

y co

mo

no e

ncon

tram

os co

ches

de

siti

o, p

ensa

mos

que

ust

ed

podr

ía tr

aern

os p

or e

l mis

mo

prec

io”.

Tal

así

me

lo p

lati

có,

mi e

stim

ado

doct

or, e

ntre

risa

s y u

na q

ue o

tra

men

tada

par

a lo

s ta

urófi

los.

Por

el

año

de 1

961,

est

a-ba

n re

cién

des

empa

cado

s lo

s bu

enos

am

igos

doc

tore

s R

aúl

Och

oa y

Pep

e Q

ueve

do, d

esem

-pe

ñand

o su

s pri

mer

os e

mpl

eos

en e

l Hos

pita

l Civ

il de

Col

ima;

eq

uis

día

hubo

nec

esid

ad d

e op

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a u

n pa

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te, o

tro

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ven

méd

ico

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el a

nest

esis

ta,

doct

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rana

dos.

Cua

ndo

los

prim

eros

cort

aban

, ést

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endí

a lo

s re

flej

os d

el e

nfer

mo.

De

pron

to, a

brié

ndol

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pár

pado

, gr

itó:

“¡E

ste

hom

bre

se n

os

mur

ió,

ya n

o ti

ene

refl e

jos!

”.

Los

cir

ujan

os,

sorp

rend

idos

, ab

rier

on e

l pár

pado

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confi r

-m

aron

; de

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to, u

no d

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los n

otó

cier

to m

ovim

ient

o en

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pech

o, a

sí e

s qu

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lvie

ron

a ch

ecar

y fu

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tonc

es c

uand

o no

taro

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ojo

que

revi

saba

n er

a de

vid

rio.

Aqu

el h

ombr

e er

a tu

erto

, ten

ía u

no b

ueno

y e

l otr

o de

cri

stal

. E

stos

cua

tro

caso

s so

n ve

rídi

cos,

com

o lo

fuer

on a

que-

llos,

que

en

otro

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tícu

los

plat

iqué

, sob

re e

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o de

una

op

erac

ión

de d

os h

erni

as p

or a

dela

ntad

o y

la p

inta

da d

e un

cu

arto

en

el p

abel

lón

de G

astó

n M

elo,

del

Hos

pita

l Civ

il de

la

Ciu

dad

de M

éxic

o, m

otiv

ado

porq

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i pap

á es

taba

ope

rado

de

la p

róst

ata

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con

vale

cenc

ia p

or a

quel

los t

iem

pos e

ra d

e m

ucho

s día

s, y

no

gust

ándo

le e

l col

or ro

sado

, me

reco

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lleva

ra a

un

pint

or, y

sin

pre

gunt

arle

a n

adie

, el p

into

r hi

zo

su fa

ena

y as

í de

senc

illo

se c

onvi

rtió

en

el c

uart

o am

arill

o el

luga

r de

l cua

rto

No.

15

del s

anat

orio

. Y c

omo

siem

pre,

pa

ra n

o en

fada

rlos

, aqu

í le

cort

amos

, des

eánd

oles

un

feliz

fi n

de

sem

ana.

Va

lle

de

Méx

ico

des

de

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erro

de

Tep

eya

c,

José

Mar

ía V

elas

co.

José

Car

los

C. J

uáre

z

Llév

ate

tu s

onri

sa q

ue m

uerd

e m

i esp

alda

y m

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elve

som

bra

frág

il en

la s

enda

,no

qui

ero

carg

arla

com

o qu

ien

carg

a a

la lu

naco

n su

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cue

stas

.N

o qu

iero

nad

a qu

e te

evo

que;

ni la

s no

tas

escr

itas

con

tu ta

cto

inde

lebl

e,ni

tu

piel

don

de e

l cie

lo m

e tr

azó

cons

tela

-ci

ones

,ni

las

can

cion

es q

ue d

e llu

via

me

rega

ron

los

hues

os.

No

quie

ro s

enti

r a

los

ayer

esaf

erra

dos

con

sus

garr

as a

mi o

mbl

igo.

No

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ro q

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e gu

arde

s tú

-

que

me

recu

erde

s-co

mo

aguj

a im

preg

nada

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edio

pec

ho.

No

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ro e

scuc

har

tu v

oz q

uebr

ada

cuan

do te

he

vist

o ge

mir

en

las

altu

ras

en e

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asis

del

sol

baj

o tu

esp

alda

.N

o qu

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más

tu ll

anto

cuan

do y

a fu

i yo

tu r

isa.

No

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ro s

er ta

n só

lo b

risa

cuan

do ju

ntos

fuim

os m

ar.

El h

ombr

e en

el m

ar,

Ren

é M

agri

tte.

No

me

deje

s na

da

Uno

de

ello

s le

entre

gó a

mi c

ompa

dre,

D

anie

l Sol

órza

no, l

os c

uatro

pes

os. Y

fue

ento

nces

cuá

ndo

él p

regu

ntó:

“¿Y

el e

n-fe

rmo?

”; “

No

hay

enfe

rmo.

Que

ríam

os

veni

r a la

cor

rida,

y c

omo

no e

ncon

tra-

mos

coc

hes d

e sit

io, p

ensa

mos

que

uste

d po

dría

trae

rnos

por

el m

ismo

prec

io”.

Page 2: Ese malvado vals...Ese malvado vals (8 de enero de 1956) PLAZA CULTURAL DE Carlos Caco Ceballos Silva D IRECTOR G ENERAL: A RMANDO M ARTÍNEZ DE padeciendo diversas y molestas enfermedades,

2Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

7Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE C

UA

ND

O l

legó

a s

us b

razo

s ap

enas

era

una

peq

ueña

bol

a de

pel

os e

riza

dos

por

los

cua-

les

vari

as p

ulga

s ca

min

aban

si

n ru

mbo

fi jo

. Art

emio

ent

ró a

l ja

cal

a es

cond

idas

par

a qu

e su

s pa

dres

no

vier

an a

l ca

chor

ro. E

sa n

oche

dur

mió

ab

raza

do a

él.

Ráp

ido

fue

desc

ubie

rto,

pue

s a

la

mañ

ana

sigu

ient

e, s

u m

adre

, ant

es d

e m

anda

rlo

a la

leña

, lo

mir

ó ra

scar

se to

do

el c

uerp

o. S

in m

edia

r pa

labr

a, le

vant

ó la

cam

isa

de A

rtem

io y

des

cubr

ió l

as

ronc

has

roja

s ca

usad

as p

or la

s pu

lgas

. Le

exp

licó

a su

mad

re lo

del

per

ro. E

lla

no d

ijo

nada

, si

mpl

emen

te v

olvi

ó a

man

darl

o po

r le

ña.

Ant

es d

e m

edio

día,

Art

emio

y e

l ca

chor

ro, a

qui

en h

abía

llam

ado

Yotle

, ya

est

aban

rec

ibie

ndo

su b

año

en e

l río

pa

ra q

uita

rse

las

pulg

as.

Art

emio

era

hi

jo ú

nico

, así

que

Yot

le fu

e re

cibi

do co

n ca

riño

en

el h

ogar

. Él d

orm

ía d

entr

o de

l ja

cal,

a lo

s pi

es d

el c

atre

de

Art

emio

. La

noc

he d

el d

omin

go e

scuc

hó so

ni-

dos d

e do

lor v

inie

ndo

del n

iño,

per

cibi

ó al

go.

Se l

evan

tó,

brin

có a

l ca

tre

y se

ac

urru

có ju

nto

a él

. Art

emio

sen

tía q

ue

el d

olor

que

mab

a po

r den

tro,

com

o si

en

su e

stóm

ago

ardi

eran

bra

sas.

Abr

azó

a su

per

ro h

asta

que

dars

e do

rmid

o. Y

otle

pa

só la

noc

he co

n un

sueñ

o in

tran

quilo

.E

n lo

s dí

as s

igui

ente

s, A

rtem

io,

junt

o co

n su

s pa

dres

, fue

al m

édic

o qu

e se

enc

ontr

aba

en la

ciud

ad, p

ara

aten

der

su p

robl

ema.

Los

doc

tore

s no

det

erm

i-na

ron

las c

ausa

s del

mal

esta

r. L

a fa

mili

a vo

lvió

sin

un

diag

nóst

ico

prec

iso.

Rem

edio

s, b

reba

jes,

med

icam

ento

s,

ungü

ento

s, l

impi

as, m

asaj

es, t

odo

fue

pasa

jero

, pue

s lo

s m

ales

tare

s vo

lvía

n.

Aún

no

exis

tía e

l tra

tam

ient

o ni

los

cono

cim

ient

os a

decu

ados

par

a el

cánc

er

que

crec

ía d

entr

o de

Art

emio

.E

l niñ

o be

bía

agua

en

gran

des c

anti-

dade

s, c

oloc

aba

su p

anza

sobr

e la

tier

ra

húm

eda,

sin

emba

rgo,

el d

olor

per

sist

ía

hast

a ha

cerl

e llo

rar.

La e

nerg

ía d

e A

rtem

io fu

e di

smin

u-

yend

o, p

ero

no a

band

onó

sus r

ecor

rido

s po

r el

río

jun

to c

on Y

otle

, am

igo

leal

qu

e pe

rman

ecía

cer

cano

a é

l en

cad

a m

omen

to, a

ún m

ás d

esde

la ll

egad

a de

la

enf

erm

edad

.E

stos

dos

am

igos

ten

ían

un l

ugar

se

cret

o al

ejad

o de

l pue

blo,

era

río

abaj

o.

La to

rtug

a le

llam

aban

ello

s, p

or la

eno

r-m

e roc

a qu

e par

ecía

atr

aves

ar le

ntam

en-

te la

s cor

rien

tes.

Art

emio

des

cubr

ió q

ue

met

iénd

ose a

las a

guas

el d

olor

que

ard

ía

en s

u es

tóm

ago

desa

pare

cía.

Ent

raba

, se

sen

taba

con

la

espa

lda

reca

rgad

a a

la r

oca

y de

jaba

que

el r

ío c

umpl

iera

su

mis

ión.

Pro

nto

se s

entía

mej

or, c

erra

ba

sus o

jos y

escu

chab

a to

do a

su a

lred

edor

, ha

sta

qued

arse

dor

mid

o. Y

otle

per

ma-

necí

a en

la o

rilla

, muc

has v

eces

se m

etía

al

agu

a pa

ra d

espe

rtar

lo,

pues

ya

era

hora

de

volv

er a

cas

a.Ju

sto

en e

ste

mes

, Art

emio

dor

mía

en

su

luga

r se

cret

o cu

ando

los

ladr

idos

de

Yot

le lo

des

pert

aron

. Ent

re la

mal

eza

obse

rvó

en la

ori

lla c

ontr

aria

un

cach

o-rr

o de

pum

a be

bien

do a

gua.

Lla

a su

per

ro y

lo tr

anqu

ilizó

, los

dos

vie

ron

mar

char

se a

l ani

mal

de

uña.

Alg

o an

daba

mal

, el

dol

or s

eguí

a pu

nzan

te, m

ás a

gres

ivo

que

ante

s. A

r-te

mio

salió

del

agu

a y

se q

uedó

mir

ando

el

pai

saje

, un

colib

rí b

atía

sus a

las f

rent

e a

una fl o

r, g

uard

ó es

a im

agen

par

a sí

, re

cord

ando

las l

eyen

das d

onde

esas

ave

s so

n po

rtad

ores

de

buen

os m

ensa

jes.

Abr

azó

fuer

tem

ente

a s

u pe

rro,

le

dijo

que

le a

mab

a. Y

otle

lam

ió su

rost

ro.

Art

emio

vol

vió

a m

eter

se e

n la

s ag

uas

cerc

a de

la r

oca.

Cer

ró s

us o

jos

con

la

imag

en d

el c

olib

rí y

de

su p

erro

. Yot

le

espe

ró c

on p

acie

ncia

. El c

olib

rí re

torn

ó a

la m

ism

a fl o

r cer

ca d

el n

iño

y el

per

ro.

Paso

el t

iem

po.

Des

espe

rado

, Y

otle

se

met

ió p

or

segu

nda

vez e

n la

s agu

as, l

amió

la ca

ra y

de

spué

s lad

ró; A

rtem

io y

a no

des

pert

ó,

se q

uedó

ahí

sent

ado

sin

abri

r sus

ojo

s.Yo

tle p

erm

anec

ió cu

idan

do e

l cue

r-po

de

su a

mig

o. T

odo

acon

teci

ó m

ucho

s pa

sos

río

abaj

o.

Eric

k En

ey G

álve

z Ri

vera

ckEn

eyG

álálve

zzRRRRi

veR

ío a

bajo

Sobr

e la

s ag

uas

Ana

hí C

asill

as P

alom

ino

¿Est

ás a

hí?

¿en

dónd

e te

en

cuen

tras

?to

dos

habl

an d

e ti

to

dos d

icen

que

eres

bue

no

Yo m

iro

los c

ielo

s, n

o te

ngo

duda

Ere

s bu

eno,

to

dos

dice

n es

oYo

que

es c

iert

o

De

lo c

ontr

ario

quié

n so

plar

ía a

las

ola

s su

cur

so

y en

cend

ería

las

estr

ella

s po

r la

noc

hequ

ién

calm

aría

las

agu

as

en la

tem

pest

ad

Qui

én r

eson

aría

en

mis

ad

entr

osca

da m

añan

a lle

na d

e so

l qu

ién

podr

ía se

r aqu

el q

ue

me

sust

enta

cuan

do y

ace

mi

cuer

po

cont

ra e

l sue

loy

pare

ce q

ue n

ada

me

con-

tent

a

Yo s

ólo

teng

o el

des

eo d

e es

cuch

arte

an

helo

más

que

nad

a de

jar

esto

s si

lenc

ios

Tú, q

ue m

e ha

s dad

o to

do,

dim

e ah

ora

¿Por

qué

tene

mos

si

empr

e ta

nto

mie

do?

Est

oy a

quí,

fren

te a

l hie

lo

de la

vid

aco

mo

derr

otad

a,

just

o a

la d

eriv

a¿E

stas

ahí

? C

onte

sta

17.11

.18

TO

DO

lo q

ue le

o, ll

ega

en s

u m

omen

to a

arr

ecia

r co

ntra

mí s

in p

ieda

d al

guna

. Con

la fu

erza

de

los

mil

nom

bres

. Una

larg

uísi

ma

lista

de

dem

onio

s qu

e m

e pe

rsig

uen,

por

que

algu

na v

ez d

ecid

í in-

vita

rlos

a m

i men

te, p

or p

ensa

r qu

e er

a un

a bu

ena

idea

co

nviv

ir c

on e

llos.

Y p

ese

a qu

e en

el f

utur

o (y

tam

bién

en

el p

asad

o) m

e co

ntra

diga

, sé

muy

bie

n qu

e le

er y

esc

ribi

r no

me

trae

nad

a bu

eno.

Por

que

ahor

a qu

e m

e de

spla

zo e

ntre

la

noc

he d

e un

a ci

udad

tan

tran

quila

y a

la v

ez a

men

azan

-te

, pie

nso

que

abur

rirs

e co

n lo

s de

mon

ios

es e

n sí

un

acto

m

uy fé

rtil

o, m

ás b

ien,

un

acto

que

esp

era

impú

dica

men

te

a se

r fe

cund

ado.

A

quí

todo

s pa

rece

n co

noce

r un

lug

ar l

lam

ado

La

Puer

ta. E

s un

bar

que

he

frec

uent

ado

desd

e qu

e lle

gué

a la

ciu

dad.

Con

tinu

amen

te m

e ve

o re

crea

ndo

sus

espa

cios

en

mi

men

te. A

vec

es m

e ve

o se

ntad

o en

una

mes

a co

n pe

rson

as q

ue a

pena

s co

nozc

o, y

otr

as v

eces

me

veo

solo

en

la b

arra

, exh

alan

do u

n ai

re q

ue d

esde

cad

a ri

ncón

se

perc

ibe

paté

tico

. Es

una

post

ura

forz

ada,

me

lo d

igo

mu-

chas

vec

es. N

o es

nec

esar

io m

enti

r. M

e de

sesp

era

vivi

r sin

ti

ntes

rom

ánti

cos.

La

razó

n si

empr

e m

e tr

aici

ona,

por

que

me

hace

pen

sar

que

sé a

lgo

sobr

e to

do lo

que

des

cono

zco.

Y

pues

, est

á cl

aro

que

no e

s as

í. La

con

fesi

ón n

o ne

cesi

ta

ir m

ás a

llá.

Ent

once

s, c

amin

o. L

lego

a L

a Pu

erta

y m

e si

ento

en

la b

arra

. P

ido

un p

lati

llo

que

ya n

o m

e pu

eden

ser

vir y

me

conf

orm

o co

n ot

ro q

ue e

s m

ucho

más

sim

ple.

N

acho

s co

n to

mat

e, c

hile

y c

ebo-

lla. L

a m

esa

junt

o a

mí e

stá

llena

de

con

gén

eres

que

gri

tan

un

a ca

nció

n de

los

Bac

kstr

eet

Boy

s.

Es

un h

echo

que

est

o no

me

dis-

gust

a, c

omo

pudi

era

pare

cer.

Me

da r

isa

darm

e cu

enta

que

soy

, sin

m

ás, p

resa

de

los

nove

nta.

Y q

ue

no h

ay n

ada

más

que

dec

ir a

l res

-pe

cto.

Ent

once

s pi

do la

cer

veza

y

tara

reo

la c

anci

ón, c

omo

part

e de

un

act

o refl e

jo, m

ient

ras

veo

que

un ti

po p

ide

la c

uent

a po

rque

hay

de

mas

iado

rui

do. S

oy p

arte

de

ese

ruid

o qu

e co

ntam

ina

al m

undo

, un

ruid

o qu

e se

gura

men

te c

rece

rá h

asta

tran

s-fo

rmar

se e

n ot

ro r

uido

cuy

a tr

adic

ión

sono

ra p

erte

nezc

a,

a su

vez

, al r

uido

que

en

todo

mom

ento

ha

habi

tado

com

o hi

jo d

e m

al v

ecin

o en

los

oído

s de

la g

ente

.To

da l

a se

man

a vi

ví i

nmis

cuid

o, c

omo

part

e de

una

in

vest

igac

ión,

en

la c

apa

apen

as s

uperfi c

ial

de a

lgun

as

estr

ella

s m

usic

ales

que

viv

iero

n at

orm

enta

das,

per

o qu

e di

cho

torm

ento

pro

pici

ó (s

egún

se

cree

) su

gen

ialid

ad.

Kur

t Cob

ain,

Am

y W

ineh

ouse

, Jim

i Hen

drix

, Jan

is J

oplin

. A

hora

mis

mo

pien

so q

ue lo

que

me

dejó

todo

eso

son

gana

s de

des

trui

rme

un p

oco.

Alg

o qu

e qu

izás

alg

unos

ent

iend

an.

Lueg

o pi

enso

en

Byu

ng-C

hul H

an o

mej

or d

icho

en

el li

bro

suyo

que

leí

en

dond

e di

ce q

ue l

a de

pres

ión

sólo

pue

de

surg

ir e

n al

guie

n qu

e lle

gó a

pen

sar,

en

algú

n m

omen

to

–po

r más

efím

ero

que

éste

hay

a si

do–

que

todo

era

pos

ible

. ¿P

ensé

yo

algo

así

? Pr

obab

lem

ente

. Hay

frag

men

tos d

e m

i vi

da e

n do

nde

me

recu

erdo

com

o un

ped

acit

o de

pla

sta

feliz

y d

anza

nte.

Se

me

esca

pa u

na r

isa,

aqu

í en

la b

arra

, so

lo, l

o qu

e m

e ha

ce v

er, p

iens

o, c

omo

un t

ipo

bipo

lar

o tr

asto

rnad

o. U

na m

ujer

se

acer

ca y

me

preg

unta

si e

stoy

bi

en. ¿

Est

ás b

ien?

, dic

e, n

o qu

iero

insi

nuar

nad

a, p

ero

te

vi d

esde

allá

y c

omo

yo ta

mbi

én ti

endo

a la

ans

ieda

d y

a la

de

pres

ión,

qui

se v

enir

a p

regu

ntar

te n

ada

más

si e

stab

as

bien

. Yo

pien

so q

ue n

o es

toy

bien

, per

o en

real

idad

no

esto

y di

spue

sto

a di

vaga

r co

n un

a de

scon

ocid

a so

bre

el p

orqu

é de

mi

esta

do a

ním

ico

(que

par

ece

com

plic

arse

cad

a ve

z m

ás),

así

que

dig

o to

do b

ien,

o c

hido

, o c

hilo

, o a

lgo

por

el e

stilo

, y le

agr

adez

co p

or s

er a

mab

le y

pre

ocup

arse

por

es

te c

omen

sal d

esco

noci

do. L

uego

se

va. Y

pie

nso

que

es

ridí

culo

tod

o es

te a

sunt

o qu

e m

e ti

ene

aquí

en

la b

arra

pe

nsan

do s

in c

lari

dad

en lo

que

viv

o en

cas

a y

en m

i es-

crit

ura

y en

la s

erie

de

nom

bres

que

me

ator

men

tan

com

o un

a be

stia

que

yo

mis

mo

alim

ento

con

el e

spac

io li

mpi

o qu

e qu

eda

en m

i men

te.

Am

igo,

am

igo,

dic

e un

hom

bre

que

está

sol

o y

a do

s ba

ncos

de

dist

anci

a. ¿

Por

qué

est

ás t

rist

e? V

ente

a

coto

rrea

r. N

o, n

o, g

raci

as.

Bue

no,

com

o qu

iera

s, p

ero

aquí

hay

am

ista

d, ¿

eh?,

par

a qu

e se

pas.

Le

agra

dezc

o.

De

cual

quie

r fo

rma

él s

e af

erra

a t

irar

pal

abra

s al

air

e so

bre

cóm

o es

que

la m

úsic

a re

gion

al m

exic

ana

es m

ejor

qu

e to

do e

so q

ue e

stam

os e

scuc

hand

o (q

ue d

e he

cho,

es

una

canc

ión

de D

epec

he M

ode)

. Y é

l dic

e es

to, m

ient

ras

inte

nta

incl

uirm

e en

la p

láti

ca, s

egún

per

cibo

con

la p

e-ri

feri

a de

mi v

ista

, ya

que

su m

irad

a en

tod

o m

omen

to

va d

e m

í al v

iejo

ast

uto

y pu

lcro

qu

e at

iend

e la

caj

a re

gist

rado

ra

y qu

e to

dos

llam

an D

on C

huy.

M

ism

o vi

ejo

amab

ilís

imo

que

insi

ste

en d

isua

dir

las

inte

ncio

-ne

s de

l tip

o-de

-la

mús

ica-

regi

o-na

l-m

exic

ana

cada

que

int

enta

in

volu

crar

me

en s

u pl

átic

a pa

ra

invi

tarm

e a

form

ar p

arte

de

ese

grup

o qu

e pr

eten

de fo

rmar

par

a pl

atic

ar s

obre

el v

erda

dero

val

or

de la

mús

ica

o, m

ás b

ien,

sob

re

la m

úsic

a de

ver

dade

ro v

alor

. T

otal

que

fina

lmen

te e

l tip

o pa

sa

de la

mús

ica

regi

onal

mex

ican

a a

la ó

pera

y s

e pr

esen

ta c

omo

un a

man

te d

e ta

l gén

ero

que

yo,

por

dem

ás,

desc

onoz

co,

salv

o po

r esa

can

ción

del

pay

aso

tris

te

que

me

pare

ce la

can

ción

más

tris

te q

ue h

e es

cuch

ado

y qu

e, p

or a

lgun

a ra

zón,

func

iona

com

o un

tipo

de

espe

jo

en d

onde

me

veo

a m

í, o

a m

i pas

ado

y, a

hora

mis

mo,

a

mi p

rese

nte.

Esc

ucho

y s

aco

una

libre

ta p

ara

anot

ar lo

s no

mbr

es q

ue d

ice,

por

que

quie

ro, d

espu

és d

e qu

e to

do

esto

aca

be, i

r a

escu

char

ópe

ra, p

orqu

e sé

muy

bie

n qu

e es

e m

omen

to d

e m

i no

che

y no

otr

o, s

erá

el e

píto

me

de m

i lap

so t

rist

e y

depr

imid

o po

r el

que

he

pasa

do la

s úl

tim

as s

eman

as,

y qu

e, a

nte

todo

, pr

eten

de a

lcan

zar

la l

ucid

ez d

e un

a fo

rma

u ot

ra.

Y e

l ti

po m

e di

ce q

ue

mej

or é

l las

esc

ribe

y c

edo

mi l

ibre

ta. L

uego

leo

la li

sta

de n

ombr

es y

me

agra

da n

o co

noce

r a

ning

uno.

Alg

uien

pr

ende

las

luce

s de

l bar

y t

odos

com

ienz

an a

pag

ar la

s cu

enta

s. H

ago

lo m

ism

o y

me

reti

ro. E

l tip

o m

e ab

raza

y

yo m

e so

rpre

ndo

devo

lvié

ndol

e el

abr

azo

cálid

amen

te.

Lleg

o a

casa

en

poco

tiem

po y

me

sien

to a

ver

un

vide

o tr

as o

tro,

seg

ún e

l ord

en d

e la

list

a qu

e el

tipo

-de-

la-m

úsi-

ca-r

egio

nal-

mex

ican

a-qu

e-sú

bita

men

te-p

aso-

a-se

r-am

an-

te-d

e-la

-ópe

ra m

e di

o. P

or fi

n lle

go a

Mar

io L

anza

y a

su

inte

rpre

taci

ón d

el p

ayas

o Pa

glia

cci,

y es

la p

rim

era

vez q

ue

la c

anci

ón m

e po

ne e

n un

est

ado

eufó

rico

y fe

liz. C

omo

si

todo

ya

estu

vier

a es

crit

o.

Dic

en q

ue e

mpe

oro

con

el p

aso

del t

iem

po;

esta

afi r

mac

ión

care

ce d

e to

da ló

gica

.So

y C

róni

ca, m

i vir

tud

es m

ejor

ar, s

iem

pre

mej

orar

: per

fecc

iona

rme.

Soy

el tr

ánsi

to p

reci

so e

ntre

la

cau

sa y

la c

onse

cuen

cia.

Com

bati

rme

es p

rolo

ngar

me.

Soy

un r

elat

o: é

pica

o tr

aged

ia,

esto

y de

stin

ada

a co

ntar

me

para

dar

a lu

z la

nat

ural

eza

hum

ana.

Yo

siem

pre

term

ino

y co

mie

nzo

en o

tra

part

e.La

cun

a y

el a

taúd

son

sól

o lo

s pa

rént

esis

.

Hay

qui

en m

e ac

usa

de s

er e

l pod

er d

e di

os.

¿De

cuál

dio

s en

el m

undo

? ¿E

n cu

ál d

e to

dos

los

tiem

pos?

Yo s

oy la

mej

or v

ersi

ón d

el ti

empo

.So

y C

róni

ca, u

n co

rtom

etra

je d

e la

eda

d.U

na a

rqui

tect

ura

disp

uest

a a

derr

umba

rse.

Soy

la v

ida.

Soy

la v

ida

nece

sari

ay

jam

ás c

ompr

endi

da.

Cró

nica

, la

enf

erm

edad

Mig

uel Á

ngel

Leó

n G

ovea

Pi n

os e

n e

l ja

rdín

del

asi

lo,

Vin

cen

t va

n G

ogh

Luis

Enr

ique

Ara

oz

En e

stos

tiem

pos

DE

SPU

ÉS

de la

pri

mer

a pu

ña-

lada

, ella

se d

esco

nect

a. S

ient

e có

mo

la c

orri

ente

elé

ctri

ca

le r

ecor

re e

l cu

erpo

, de

sde

la

nuca

has

ta lo

s de

dos

del p

ie. É

l, co

n un

a m

ano

sobr

e su

esp

alda

, la

sost

iene

. Con

de

licad

eza

deja

que

su e

spal

da se

arq

ueé,

al

mis

mo

tiem

po q

ue s

us m

uslo

s ti

em-

blan

y s

e co

ntra

en c

ada

dos

segu

ndos

. U

no, d

os; u

no, d

os.

Él

no l

a de

ja m

orir

aún

, se

divi

erte

vi

éndo

la c

laud

icar

. Ella

sabe

que

él t

iene

el

con

trol

, que

él d

ecid

irá

hast

a cu

ándo

. A

pena

s rec

obra

do e

l alie

nto,

se d

ispo

ne a

lu

char

, a h

acer

le fr

ente

, aun

que

sus

ojos

pi

dan

pied

ad,

aunq

ue t

odo

su c

uerp

o pa

rezc

a es

tar

rend

ido.

Se re

inco

rpor

a y

deci

de e

chár

sele

en-

cim

a, h

acer

le h

onor

a su

sang

re g

uerr

era.

Po

r un

mom

ento

los

ojos

de

él r

efl e

jan

tem

or,

ella

gol

pea

con

fuer

za,

él c

ierr

a

los

ojos

a p

unto

de

perd

er,

ella

sie

nte

un a

livio

y s

e de

ja ll

evar

por

las

seña

les

de d

omin

io. D

e nu

evo,

cae

inco

nsci

ente

y

exha

usta

. Él l

a to

ma

por

el c

uello

y la

so

met

e, ca

mbi

a el

ritm

o de

las p

uñal

adas

. E

sto

le a

yuda

a e

lla,

que

pued

e se

guir

y

esqu

ivar

sus

mov

imie

ntos

, ga

nand

o ti

empo

. Le

hace

cre

er q

ue é

l la

dom

ina

de n

uevo

, y a

p rov

echa

ndo

el c

ambi

o de

ve

loci

dad,

lo a

prie

ta c

on to

das

sus

fuer

-za

s y

por

un in

stan

te c

asi g

ana.

Est

a ve

z, é

l no

tien

e pi

edad

y d

ecid

e ac

abar

con

ella

. Lo

log

ra.

Le h

unde

el

arm

a bl

anca

has

ta e

l fo

ndo

de s

us e

n-tr

añas

y e

lla e

xhal

a el

últ

imo

susp

iro.

Te

ndid

a y

sin

fuer

zas,

lo ú

ltim

o qu

e ve

de

nue

vo e

s el

puñ

al e

n la

car

a, s

abie

ndo

su d

esti

no fi

nal.

Por fi

n, t

erm

ina

y am

bos

vuel

ven

en sí

, cob

ijan

sus a

rmas

, hac

ién-

dola

s de

scan

sar

en e

l abr

azo,

los

jade

os

y la

s sá

bana

s m

ojad

as.

Ser

pie

nte

s d

e a

gua

I, G

ust

av K

lim

t.

Cró

nica

de

un a

salt

oFe

rnan

da M

aced

o

Page 3: Ese malvado vals...Ese malvado vals (8 de enero de 1956) PLAZA CULTURAL DE Carlos Caco Ceballos Silva D IRECTOR G ENERAL: A RMANDO M ARTÍNEZ DE padeciendo diversas y molestas enfermedades,

6Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

3

Para

Jai

me

Vel

asco

.

EL

aut

or,

dire

ctor

, pr

oduc

tor,

act

or,

dram

atur

go, e

scen

ógra

fo, t

ram

oyer

o y

únic

o m

iem

bro

acti

vo d

e la

aso

ciac

ión

de a

ctor

es y

dra

mat

urgo

s de

Méx

ico

A.C

., qu

ería

, a fu

erza

s de

la v

olun

tad

de q

uien

se

le p

usie

ra e

n fr

ente

, que

le m

onta

ran

una

obra

de

teat

ro, s

u m

ás r

ecie

nte

crea

ción

, dec

ía é

l.Fu

e a

habl

ar c

on e

l pre

side

nte

de la

aso

cia-

ción

de

acto

res

y dr

amat

urgo

s de

Méx

ico

A.C

., qu

e si

n du

da e

ra é

l mis

mo

y él

mis

mo

se d

ijo a

mis

mo

que

fues

e co

n el

vic

epre

side

nte

para

qu

e di

era

su v

isto

bue

no.

Ent

once

s él

mis

mo

fue

con

el v

icep

resi

dent

e de

la

asoc

iaci

ón q

ue

casu

al,

pero

tam

bién

es

cier

to,

extr

añam

ente

, re

sult

ó se

r él

.C

omo

el v

icep

resi

dent

e, o

sea

él

mis

mo

esta

ba m

uy o

cupa

do,

el v

icep

resi

dent

e, o

sea

, él

mis

mo,

se

dijo

a s

í m

ism

o qu

e fu

ese

con

el

secr

etar

io d

e la

aso

ciac

ión,

que

, ya

sabe

n, e

stú-

pida

men

te e

ra é

l mis

mo,

ent

once

s el

sec

reta

rio

se m

andó

con

el s

uper

viso

r que

sim

páti

cam

ente

er

a él

mis

mo

y el

sup

ervi

sor

lo m

andó

con

el

dire

ctor

que

res

ultó

ser

tam

bién

él m

ism

o y

el

dire

ctor

, o s

ea, é

l mis

mo

se m

andó

con

otr

o y

ese

otro

resu

ltó

ser t

ambi

én é

l y e

se é

l lo

man

con

otro

y e

se o

tro

fue

él y

él f

ue é

l y s

iem

pre

él

fue

él y

así

has

ta q

ue ll

egó

con

un ta

l ger

ente

de

asep

sia,

que

tam

bién

res

ultó

ser

él m

ism

o.E

nton

ces,

ese

suj

eto

poco

doc

to e

n cu

es-

tion

es r

elac

iona

das

con

el t

eatr

o le

yó e

l te

xto

que

lo m

andó

, cos

a cu

rios

a, é

l mis

mo,

o s

ea e

l pr

esid

ente

de

la a

soci

ació

n y

ese

text

o de

cía

que

mon

tase

n la

obr

a, re

cien

te cr

eaci

ón d

e él

mis

mo.

E

nton

ces,

el g

eren

te g

ener

al d

e as

epsi

a de

l tea

tro

dijo

muy

a lo

s cu

atro

s vi

ento

s: “

trai

gan

un c

a-ba

llo y

que

mon

ten

ahí l

a ob

ra d

e es

e se

ñor

que

curi

osam

ente

cub

re to

dos

los

pues

tos

del s

anto

ofi

cio

y c

osa

curi

osa,

tam

bién

, so

y yo

mis

mo”

.E

nton

ces,

él

mis

mo

mon

tó l

a ob

ra d

e él

m

ism

o qu

e ve

nía

por

órde

nes

muy

per

o m

uy

supe

rior

es d

e él

mis

mo.

A

sí q

ue la

obr

a de

l aut

or, d

irec

tor,

pro

duc-

tor,

act

or, d

ram

atur

go, e

scen

ógra

fo, t

ram

oyer

o y

únic

o m

iem

bro

de la

aso

ciac

ión

de a

ctor

es y

dr

amat

urgo

s de

Méx

ico

A.C

. que

dó m

onta

da ta

l ve

z no

com

o de

berí

a, p

ero

eso

sí, e

n un

her

mos

o y

brio

so c

orce

l que

se

va a

leja

ndo

poco

a p

oco.

O

scur

o fi n

al y

teló

n.

Las

cos

as q

ue

se h

acen

en

med

io

de

la d

eses

per

ació

n e

stan

do

en u

na

sala

de

esp

era

de

algú

n h

osp

ital

En

med

io d

e un

a sa

la d

e es

pera

de

un h

ospi

-ta

l y e

xpec

tant

e de

sab

er q

ué e

star

ía o

curr

iend

o ad

entr

o co

n m

i pac

ient

e. N

o hi

ce o

tra

cosa

más

qu

e es

pera

r… e

sper

ar…

y e

sper

ar h

asta

que

salió

un

suje

to q

ue v

estí

a to

do d

e bl

anco

y q

ue re

sult

ó se

r el m

édic

o qu

e re

visa

ba a

mi p

acie

nte.

Ent

on-

ces

en u

n to

no m

ás q

ue c

ompl

acie

nte

se d

irig

a m

í y m

e so

ltó

así,

sin

más

ni m

ás.

-Vay

a a

la c

afet

ería

a h

acer

tie

mpo

. Su

pa-

cien

te e

stá

en o

bser

vaci

ón -m

e di

jo-.

Y se

ret

iró

el m

uy c

reti

no.

Fui a

la d

icho

sa c

afet

ería

, per

o ha

sta

la fe

cha

no s

é la

rec

eta

de c

ómo

hace

r ti

empo

. Si

ust

ed s

abe

cóm

o ha

cerl

o, d

ígam

elo

inm

e-di

atam

ente

, por

que

de se

guro

est

aré

en la

mis

ma

cafe

terí

a de

l m

ism

o ho

spit

al,

con

las

mis

mas

tr

azas

y c

on u

na li

bret

a en

la m

ano

trat

ando

de

busc

ar la

form

a de

cóm

o ha

cer

tiem

po.

O si

qui

ere,

par

a m

ayor

com

odid

ad m

ía, c

laro

es

tá, m

ande

un

corr

eo e

lect

róni

co a

la s

igui

ente

di

recc

ión:

alb

erto

llane

s@ho

tmai

l.com

, pu

ede

que

siga

bus

cand

o la

for

ma

de h

acer

tie

mpo

y

uste

d po

dría

ser

mi s

alva

ción

. G

raci

as, m

ucha

s gr

acia

s.

Viv

illo

s d

esd

e ch

iqu

illo

s

Cue

ntan

las

mad

res

de B

ush,

Bin

Lad

en y

Sa

ddam

Hus

sein

, en

una

entr

evis

ta p

ara

la c

a-de

na d

e no

tici

as C

NN

y la

s tr

es m

uy ju

ntit

as y

m

uy co

nten

tas y

muy

am

igas

: que

sus h

ijos d

esde

m

uy p

eque

ños s

iem

pre

fuer

on m

uy g

uerr

osos

. Y

ento

nces

el m

undo

lo v

ino

a co

mpr

obar

. En fi n

.

El a

ire

de

Gel

i

De

pron

to s

entí

un

reso

plid

o; u

n ai

reci

llo

gélid

o in

vadi

ó m

i cue

rpo,

pon

iénd

ome

la p

iel

de g

allin

a. A

l vol

tear

, vi l

a si

luet

a es

pect

ral y

di

fum

inad

a de

la

pequ

eña

Gel

i, qu

ien,

seg

u-ra

men

te,

apag

aba

las

velit

as d

e su

pas

tel

de

cum

plea

ños.

El te

atre

roA

lber

to L

lane

s

Ca

lle

59, c

iud

ad

de

Nu

eva

Yor

k, H

elen

Far

r S

loan

.

Raúl

Gar

cía

La é

tica

de

rece

tars

e a

mis

mo

un p

oco

de ti

empo

Porq

ue e

sto

es m

uy p

arec

ido

a es

tar

salie

ndo

de u

n m

anic

omio

pa

ra e

ntra

r en

un

pant

eón.

Esp

ero

cura

rme

de ti

. Ja

ime

Sab

ines

EN

tod

a pa

sión

bor

rasc

osa

es m

oral

men

te a

prob

able

da

rse

tiem

po y

esp

acio

; sí,

sabe

n a

lo q

ue m

e refi e

ro.

Es

com

o cu

ando

Aqu

iles

y Pr

íam

o pa

ctar

on u

na t

regu

a pa

ra q

ue é

ste

y el

pue

blo

de T

roya

rin

dier

an a

H

écto

r, d

omad

or d

e ca

ballo

s, s

us

exeq

uias

fún

ebre

s. D

uran

te e

se

tiem

po,

no s

e to

carí

an g

rieg

os n

i tr

oyan

os, p

or lo

men

os fí

sica

men

te,

porq

ue c

omo

se sa

be, t

anto

el a

mor

co

mo

el o

dio

reti

enen

, pr

eser

van.

N

o fu

e un

con

trat

o so

cial

, in

visi

-bl

e, c

omo

el d

e R

ouss

eau;

fue

una

rela

ción

con

trac

tual

sina

lagm

átic

a,

visi

ble,

pos

ible

gra

cias

al e

ncue

ntro

en

tre

dos

y el

diá

logo

.A

lgo

anál

ogo

suce

de e

n el

am

or

cuan

do é

ste

se h

a tr

asto

cado

en

un

cam

po d

e ba

talla

sang

rien

to, d

onde

la

vid

a de

los

inv

oluc

rado

s co

rre

grav

emen

te p

elig

ro. E

n ef

ecto

, un

pact

o en

tre

dos s

e to

rna

étic

amen

te

urge

nte:

un

pact

o pa

ra v

ivir

, com

o ca

nta

León

Gie

co, p

ues d

e lo

que

se

trat

a es

de

eso,

¿no

?, d

e es

tabl

ecer

un

a re

laci

ón c

ontr

actu

al c

on e

l ot

ro n

o-in

visi

ble

que

posi

bilit

e la

vi

da y

no

la m

uert

e, q

ue a

cari

cie

el r

ostr

o, n

o qu

e lo

desfi g

ure.

Por

es

o m

e pa

rece

que

en

real

idad

no

hay

rom

pim

ient

os a

mor

osos

com

o ta

les;

nad

a se

rom

pe,

la v

ida

se

cont

inúa

, se

le re

sgua

rda.

Deb

ería

n de

ir

quit

ándo

le t

odo

ese

sign

ifi -

cado

neg

ativ

o qu

e ha

y de

trás

del

ro

mpi

mie

nto

amor

oso.

Lo

que

hay

es u

n pa

cto,

un

cont

rato

ent

re d

os

pers

onas

que

dec

iden

la m

ejor

vía

pa

ra n

o m

utila

r la

vid

a: r

ecet

arse

, co

mo

bien

lo d

ice

Sabi

nes:

tiem

po,

abst

inen

cia

y so

leda

d; p

orqu

e si

n du

da a

lgun

a -v

uelv

o a

cita

rle-

, las

m

ejor

es p

alab

ras

en e

l am

or e

stán

en

tre

dos

gent

es q

ue n

o se

dic

en

nada

. De

hech

o, a

vec

es e

s mej

or d

ecir

na

da: l

a pa

labr

a va

cía.

Dos

ent

es se

ha

blan

per

o no

se

encu

entr

an. N

o ob

stan

te, n

o es

una

nad

a es

téri

l, es

un

a na

da n

eces

aria

, sin

ella

la m

e-di

taci

ón, l

a tr

ansfi

gur

ació

n de

l ser

, si

mpl

emen

te n

o su

cede

rían

. P

or

eso

creo

que

dar

se ti

empo

y e

spac

io

cuan

do la

s cos

as e

n un

a re

laci

ón y

a an

dan

muy

mal

es

lo m

ejor

, lo

más

ac

epta

ble

mor

alm

ente

que

dos

per

-so

nas p

uede

n ha

cer.

El m

edio

cre

de

Bun

bury

dic

e qu

e el

tiem

po n

o cu

ra

nada

, que

no

es u

n do

ctor

. Prefi e

ro

mil

vece

s Sa

bine

s y

la s

abid

uría

de

los

anti

guos

for

jada

en

las

larg

as

cam

inat

as o

med

itac

ione

s en

sol

e-da

d; d

ar ti

empo

al t

iem

po…

que

de

amor

y d

olor

aliv

ia e

l tie

mpo

, nos

di

ce R

. Led

uc.

Ale

rta

Veró

nica

Zam

ora

Barr

ios

De

la m

ilpa

, los

tam

ales

y

otra

s so

rpre

sas

Mar

cela

Góm

ez G

utié

rrez

Poem

a pa

ra d

eten

er

los

fem

inic

idio

s.A

mis

her

man

as

de g

éner

o y

sang

re.

Las

muj

eres

son

lib

ros

sa-

grad

osA

bier

tos

al p

asad

o,C

erra

dos

al fu

turo

Esc

rito

s en

pre

sent

e y

en p

rim

era

pers

ona.

Son

libro

s en

que

un

larg

o po

ema

Se c

onsu

me

y es

hog

uera

y e

s br

uja.

Muj

eres

sus

pend

idas

en

el c

ielo

Com

o lu

nas

fant

asm

as e

n la

noc

he,

Bla

ncas

.

Roj

as.

Neg

ras.

Luna

s vi

olen

tas

en n

oche

s so

sega

das,

Luna

s as

esin

adas

que

no

tuvi

eron

tie

mpo

par

a de

sped

irse

de

sus h

ijos,

de

sus

pa-

dres

.U

na m

ujer

qu

e si

n sa

-be

rlo

va a

un

a úl

tim

a ci

ta,

Lle

va u

na

blus

a bl

an-

ca,

Llev

a en

su

cora

zón

el

recu

erdo

de

un b

eso,

De

un a

bra-

zo q

ue

re-

cib

ió c

on

lati

dos

de

asom

bro.

De

pro

nto

ha

y m

úsic

a y fl o

res

en la

cas

a,U

n go

lpe

seco

de

pala

bras

.¿Q

uién

qui

ere

ser

la e

spos

a de

un

escl

avo?

¿Qui

én la

esc

lava

?M

i hija

tení

a su

blu

sa b

lanc

a pu

esta

y

sin

man

cha,

Yací

a m

uert

a de

bajo

de

la m

esa

del

com

edor

.C

uand

o la

vi,

pare

cía

que

soña

ba.

Per

o ba

jo s

u pe

lo s

e ag

olpa

ba l

a sa

ngre

.E

lla ib

a a

una fi e

sta.

Iba

a un

a ci

ta.

Iba

sin

que

supi

era

a aq

uella

últ

ima

vela

da q

ue s

e en

treg

a a

un a

man

te

A u

n ho

mbr

e qu

e ce

la c

on u

n ar

ma

en la

mes

a.¡H

a m

uert

o ot

ra m

ujer

a m

anos

del

amor

!¿D

el a

mor

?H

a m

uert

o ot

ra m

ujer

a m

anos

del

E

stad

o,

a m

anos

de

la I

gles

ia.

A m

anos

del

sis

tem

a.Y

el u

nive

rso

cant

a y

el v

ecin

dari

o ca

lla t

res

bala

zos

en l

a m

adru

gada

so

bre

la b

lusa

bla

nca.

L

as n

iñas

ocu

ltan

la

cara

con

sus

m

anos

de

sal,

En

la c

iuda

d la

mad

re d

e la

s co

sas

se la

men

taY

los

diar

ios

anun

cian

otr

o fe

min

i-ci

dio;

Otr

o cr

imen

que

hie

re u

n cu

erpo

de

muj

er;

Un

cuer

po q

ue s

e lle

va m

arca

do p

or

la d

icha

, po

r el

llan

to d

e ví

rgen

es r

amer

as,

Po

r em

i-n

en

cia

s m

éd

ica

s ve

stid

as d

e m

ujer

.L

a m

ucha

-ch

a m

uert

a p

rese

nta

d

os f

lore

s en

el

pe-

cho;

Dos

tray

ec-

tori

as r

otas

en

la c

ara

Con

bal

as

o cu

chil

los

que

zaja

ron

de p

ront

o,La

s ris

as d

e su

s hi

jos.

No

más

de

esto

.N

o m

ás.

No

vaya

s a

esa

cita

.N

o ac

udas

al l

lam

ado

de la

mue

rte.

No

quie

ras

casa

rte

con

el p

rínc

ipe

loco

que

pre

dice

tu s

uert

e.C

onfí

a en

la

fuer

za d

e un

a vi

rgen

gu

erre

ra,

Que

con

esp

ada

de o

ro s

e defi e

nde

Y es

el a

rma

de la

inte

ligen

cia.

Con

fía

en t

us h

erm

anas

que

dic

tan

el c

amin

o la

fi gu

ra y

la s

eña,

de u

na fe

bril

paci

enci

a;C

onfí

a en

ti

risu

eña

auro

ra q

ue c

o-m

ienz

a en

el d

ía d

e tu

s am

ores

.Po

rque

no

se p

ervi

erta

n la

s ale

rtas

de

géne

ro y

exi

sta

un m

undo

par

a to

das,

Y u

na

pala

bra

que

nos

nom

bre

a lo

s do

s,Y

un

a ll

ama

en l

a qu

e ar

dam

os

junt

os.

PAR

LAR

de

la c

ocin

a m

exic

ana

va m

ás

allá

de

goza

r co

n un

pla

to t

ípic

o, u

n an

tojit

o re

gion

al o

un

taco

cal

leje

ro;

en c

ada

mes

a-m

ante

l en

el

jard

ín,

el

barr

io, l

a es

quin

a y

hast

a en

la e

scue

la s

e es

-co

nde

–a

plen

a m

ordi

da–

el e

spír

itu

sobo

roso

de

nue

stra

milp

a.E

mil

iano

–ha

bita

nte

de C

omal

a– d

ebe

real

izar

una

exp

osic

ión

sobr

e lo

s may

as p

ara

su

clas

e de

his

tori

a; T

ania

–la

pro

feso

ra–

indi

ca

que

será

un

trab

ajo

coop

erat

ivo

con

algu

ien

de

su fa

mili

a; la

tía,

con

tent

a en

su

labo

r, a

cord

ó co

n el

sob

rino

tie

mpo

s pa

ra i

nves

tiga

r, v

er

vide

os,

extr

aer

nota

s y

leer

cue

ntos

sob

re l

a cu

ltur

a m

ilena

ria

del

sur

de M

éxic

o y

otro

lin

dero

s de

l A

náhu

ac;

emoc

iona

do –

el n

iño

de 8

año

s–, d

ibuj

aba

el j

agua

r y

Tika

l en

un

pape

lote

de

cart

ón, j

ugab

a co

n lo

s co

lore

s, la

s pa

labr

as y

los

dios

es, h

asta

que

las

duda

s se

le

empe

zaro

n a

amon

tona

r en

el ce

ño, e

nton

ces e

l lá

piz s

e le

ato

raba

, no

podí

a se

guir

esc

ribi

endo

, pe

nsab

a qu

e “q

uizá

s” h

abía

un

erro

r en

el te

xto,

no

pud

o m

ás y

la p

regu

nta

escu

pió:

¿C

ómo

es

eso

de h

ombr

es y

muj

eres

de

maí

z?C

uand

o ha

blam

os

de c

omid

a, l

a si

tua-

mos

com

o m

esti

za e

in

clus

o ec

léct

ica,

por

lo

s pr

oces

os d

e C

on-

quis

tas

en e

l m

undo

, la

ins

taur

ació

n de

las

co

loni

as,

los

proc

esos

m

igra

tori

os,

exil

ios,

si

ncre

tism

os, l

a gl

oba-

liza

ción

del

mer

cado

y

la h

ibri

daci

ón s

ocia

l en

el m

undo

; ent

once

s un

pla

to “

trad

icio

nal”

d

e cu

alqu

ier

regi

ón

cont

iene

sab

ores

y s

a-be

res

de o

rige

n ex

tran

jero

, de

tal

suer

te q

ue

lo p

ensa

mos

pro

pio,

lo tr

agam

os e

inte

gram

os

a nu

estr

a id

enti

dad,

sin

rep

arar

en

su c

alid

ad

mig

rato

ria.

Sorp

rend

ida,

la tí

a ap

resu

ró u

na b

úsqu

eda

web

“¡s

in m

aíz

no h

ay p

aís!

”, y

le m

uest

ra la

s im

ágen

es d

e fr

ases

, m

ural

es,

grab

ados

, pi

n-tu

ras

y m

anta

s, lo

gran

do p

or fi

n en

reda

r m

ás

al s

obri

no; e

ntre

más

ella

le m

ostr

aba,

más

lo

conf

undí

a, h

asta

que

le p

regu

ntó:

“¿Q

ué co

mes

to

dos

los

días

? ¿Q

ué e

s lo

que

más

te g

usta

co-

mer

? ¿P

or q

ué n

os g

usta

com

er ta

nto

maí

z?”.

D

esco

ncer

tado

el

sobr

ino,

res

pond

e: “

¡Yo

ni

com

o m

aíz!

”, d

ejan

do a

la tí

a es

tupe

fact

a.E

n l

as c

ocin

as d

e n

uest

ras

abue

las

–y

las

ance

stra

s de

ella

s–,

los

alim

ento

s se

han

tr

ansf

orm

ado,

asi

mila

ndo

la g

loba

lizac

ión

de

técn

icas

y s

abor

es b

ajo

crit

erio

s qu

e va

n de

sde

la n

eces

idad

has

ta lo

s ca

pric

hos

que

impl

ican

lo

s an

tojo

s, p

ero

es in

nega

ble

que

la m

atri

z de

la

iden

tida

d sa

boro

sa d

e nu

estr

a ga

stro

nom

ía

se c

osec

ha e

n la

milp

a; e

l maí

z ju

nto

con

frijo

l, ca

laba

zas,

fl o

res,

cam

otes

, ch

iles,

jit

omat

es,

hier

bas,

sem

illas

, hon

gos

e in

sect

os s

alen

del

kool

–la

milp

a en

pal

abra

may

a–, q

ue e

s un

a té

cnic

a de

pol

icul

tivo

cre

ada,

per

fecc

iona

da,

com

part

ida

y ad

apta

da a

los

tie

mpo

s m

o-de

rnos

por

tod

as l

as c

ultu

ras

mile

nari

as d

el

Aná

huac

, pue

s en

las

com

unid

ades

indí

gena

s y

en a

lgun

as r

egio

nes

cam

pesi

nas

de M

éxic

o se

res

iste

n al

mon

ocul

tivo

y l

os m

onop

olio

s ag

ríco

las,

inc

luso

en

los

pati

os d

e la

s ca

sas

de la

s ci

udad

es p

odem

os e

ncon

trar

peq

ueña

s m

ilpas

fam

iliar

es.

El e

squi

te o

el p

ay d

e el

ote,

el t

aco

de fr

ijo-

les

frit

os c

on q

ueso

, la

ques

adill

a de

maí

z, lo

s so

pito

s vill

anos

, lo

taco

s de

carn

itas

y e

l poz

ole

cum

plea

ñero

que

su

abue

la L

ucía

le o

bseq

uia

cada

3 d

e di

ciem

bre,

son

sólo

alg

unos

de

los a

li-m

ento

s fa

vori

tos

de E

mili

ano,

eso

sin

rep

arar

en

las m

ilena

rias

tort

illas

de

cada

día

; par

lam

os

sobr

e la

s com

idas

que

llev

an m

asa

y el

otes

que

la

s abu

elas

col

imot

as g

usta

n y

degu

stan

, com

o el

men

guic

he o

la cu

acha

la y

del

pip

ián

colim

o-te

que

llev

a –

entr

e ot

ras p

epita

s– m

aíz t

osta

do,

hast

a re

gres

ar a

los

may

as, q

ue c

urio

sam

ente

lo

s ve

stig

ios

más

ant

iguo

s de

tam

ales

–m

asa

de m

aíz

nixt

amal

izad

a es

peci

ada

y en

vuel

ta

en h

ojas

– s

on d

el s

ur d

e M

éxic

o y

Cen

troa

mér

ica.

Ent

once

s bie

n ap

ren-

dim

os –

grac

ias

a la

s cu

ltur

as m

ilena

rias

que

no

s pr

eced

en–

de

la r

e-le

van

cia

de l

a cu

ltur

a al

imen

tari

a y

la r

elac

ión

con

la i

dent

idad

com

u-ni

tari

a, l

os d

esti

nos

de

los

pueb

los,

el m

esti

zaje

so

cial

-cul

tura

lE

mili

ano,

al fi n

al d

e la

jor

nada

de

inve

stig

a-ci

ón-t

area

, m

orti

fica

do

por e

l cua

rto

punt

o qu

e la

pr

ofes

ora

le d

ictó

, pre

gunt

a: ¿

Cuá

les s

on la

s ac-

tivid

ades

eco

nóm

icas

? Y

afi r

mó:

¡Eso

nos

falta

!E

ntre

la m

ilpa

y el

cac

ao, l

a pr

oduc

ción

-ex-

trac

ción

de

sal,

mie

l y c

hicl

e, la

dom

esti

caci

ón

de a

nim

ales

sal

vaje

s, la

caz

a y

la p

esca

, el j

ade

y la

obs

idia

na,

las

plum

as d

e qu

etza

l y

aves

de

mil

colo

res,

los

text

iles

turq

uesa

de

Ixch

el,

las

mat

emát

icas

al

serv

icio

del

com

erci

o, l

a in

geni

ería

, la

arqu

itec

tura

y la

ast

rono

mía

, y

es q

ue c

on lo

s m

ayas

se

pued

e re

-afi r

mar

que

lo

s qu

e na

cen

para

tam

al d

el c

ielo

les

caen

las

hoja

s, y

una

lluv

ia d

e to

rmen

tas

preg

unto

nas

que

chaa

k no

s co

mpa

rtió

: ¿C

ómo

vinc

ular

el

cono

cim

ient

o-in

form

ació

n es

cola

r co

n la

cul

-tu

ra id

enti

tari

a co

tidi

ana?

¿Q

ué fa

cult

ades

se

desa

rrol

lan

bajo

el a

mpa

ro d

e la

s ca

zuel

as, e

l fu

ego,

los c

uchi

llos y

la m

ater

ia v

iva-

mue

rta

de

las

coci

nas

mex

ican

as?

¿Cóm

o se

ntip

ensa

mos

nu

estr

os a

lim

ento

s? ¿

Qué

sen

sibi

lida

des

y pe

nsar

es se

pue

den

gest

ar –

com

o po

sibi

lidad

–,

real

izan

do/v

isit

ando

una

milp

a, tr

abaj

ando

la

tier

ra, s

embr

ando

-cui

dand

o-co

sech

ando

par

a co

cina

rlo?

¿Q

ué s

aber

es, h

isto

rias

y c

osm

olo-

gías

se e

scon

den

en la

sabo

rosi

dad

de u

n ta

mal

?

Page 4: Ese malvado vals...Ese malvado vals (8 de enero de 1956) PLAZA CULTURAL DE Carlos Caco Ceballos Silva D IRECTOR G ENERAL: A RMANDO M ARTÍNEZ DE padeciendo diversas y molestas enfermedades,

Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

5

Ese

mal

vado

val

sD

on M

anue

l Sán

chez

Silv

a

VIÑ

ETA

S D

E L

A P

RO

VIN

CIA

(8 d

e en

ero

de 19

56)

4Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

* Pe

riod

ista

, esc

rito

r y

fund

ador

de

Dia

rio

de C

olim

a.†

O d

e 19

20. L

a pr

imer

a gu

erra

eur

opea

, ter

min

ada

esca

sos d

os a

ños a

ntes

, ha

bía

acel

erad

o el

pul

so d

el m

undo

. Nor

team

éric

a pr

eten

día

defe

nder

se d

e la

cris

is e

conó

mic

a pr

ovoc

ada

por l

a tr

emen

da co

nfl a

grac

ión

y de

sesp

erad

a-m

ente

def

endí

a su

impe

rio

indu

stri

al. D

espu

és d

e ga

nar e

n V

ersa

lles,

el t

ío

Sam

que

ría

triu

nfar

en

los

mer

cado

s de

l con

tine

nte.

Com

enzó

a in

crem

enta

r la

s pr

o-du

ccio

nes

en s

erie

y a

inun

dar a

l mun

do d

e fo

rdci

tos

mod

elo

T, d

e te

las

“Pal

m b

each

”,

de p

íldor

as F

oste

r y

de p

elíc

ulas

sile

ncio

sas.

Rod

olfo

Val

enti

no a

rran

caba

sus

piro

s a

las

niña

s ro

mán

tica

s y

Dou

glas

Fai

rban

ks s

e co

nver

tía,

con

sus

ges

tos

y ac

titu

des

de

vale

ntón

acr

óbat

a, e

n el

idea

l mas

culin

o de

los

jóve

nes

curs

is.

Enc

anta

dora

épo

ca e

sa,

de t

rans

ició

n y

acom

odam

ient

o a

un n

uevo

mun

do.

El

anti

guo

conc

epto

de

la tr

anqu

ilida

d bu

rgue

sa, r

egul

ada

en C

olim

a po

r el c

atec

ism

o de

R

ipal

da y

el r

eloj

púb

lico

del P

alac

io d

e G

obie

rno,

se a

just

aba

al ri

tmo

de u

na e

xist

enci

a m

ás in

tens

a y

men

os co

nven

cion

al. L

as d

ecor

ativ

as y

larg

as ca

belle

ras f

emen

inas

fuer

on

sacr

ifi ca

das

a la

mod

erna

inte

rpre

taci

ón d

el fe

min

ism

o au

daz

y su

rgió

la m

elen

a de

s-pr

eocu

pada

y a

trev

ida,

com

o el

sím

bolo

de

un n

uevo

tipo

de

muj

er efi c

ient

e y

autó

nom

a.E

l rel

oj d

e pu

lso,

idea

do c

on s

enti

do m

ilita

r pa

ra la

gue

rra

de t

rinc

hera

s, s

e co

-m

erci

aliz

ó y

popu

lari

zó, e

xten

dién

dose

con

ext

raor

dina

ria

rapi

dez;

el z

apat

o bo

rceg

uí,

rem

inis

cenc

ia d

el 1

800,

que

dó d

espl

azad

o po

r el c

hocl

o; la

fald

a ha

sta

el to

billo

en

las

muj

eres

se

acor

tó e

n di

men

sion

es p

ertu

rbad

oras

y e

l pa

ntal

ón m

ascu

lino

se a

just

ó co

mo

los

dedo

s de

un

guan

te. D

esap

arec

iero

n pa

ra s

iem

pre

las

pren

das

vene

rabl

es d

e pr

inci

pios

de

sigl

o: le

vita

s, h

opal

anda

s, b

ombi

nes y

chis

tera

s en

los h

ombr

es; c

rino

linas

, co

rsés

, cor

piño

s y

polis

ones

en

las

muj

eres

. El d

inam

ism

o m

usic

al d

el “

fox

trot

” y

el

“one

ste

p”, d

erro

taro

n al

sen

tim

ient

o lá

ngui

do d

e la

s da

nzas

; la

cafi a

spir

ina

sust

ituy

ó a

los

“chi

quia

dore

s”, l

a lin

tern

a el

éctr

ica

a la

s de

car

buro

y lo

s pr

imer

os a

para

tos

de

radi

o, in

icia

ron

la e

ra d

e la

s úl

cera

s gá

stri

cas.

El C

olim

a de

ese

tiem

po e

ra fa

scin

ador

: lug

areñ

o pa

isaj

e am

odor

rado

en

la s

iest

a de

l tró

pico

, muc

hach

as b

onit

as, h

ombr

es g

alan

tes,

pad

res

celo

sos

y he

rman

os in

tran

-si

gent

es. L

as s

eñor

as d

e la

cas

a er

an e

so: s

eñor

as d

e su

cas

a. C

elos

as a

dmin

istr

ador

as

del

patr

imon

io f

amili

ar,

que

desc

onoc

ían

el g

árru

lo p

asat

iem

po d

e lo

s sa

lone

s de

be

lleza

y e

l atr

acti

vo ir

resi

stib

le d

e es

e ad

mir

able

dis

loca

dor

de h

ogar

es q

ue s

e lla

ma

“can

asta

uru

guay

a”.

La v

ida

tran

scur

ría

dulc

e y

soño

lient

a, i

ngen

ua y

cat

ólic

a, c

rono

met

rada

por

la

cam

pana

may

or d

e C

ated

ral,

que

sono

riza

ba la

s 12

del

día

y la

s 3

de la

tar

de, y

por

la

sal

ida

y lle

gada

a la

pla

za d

e ar

mas

de

los

tran

vías

de

mul

itas

del

señ

or M

ac N

eill,

pr

osop

opéy

ico

cóns

ul d

e su

maj

esta

d br

itán

ica.

Mig

uel G

arcí

a To

pete

esc

ribí

a ve

rsos

en

su i

dílic

o ra

ncho

de

La P

alm

ita;

Cac

ho

Bar

reto

adm

inis

trab

a la

s in

disc

reci

ones

soc

iale

s y

salía

a p

asea

r po

r la

s ta

rdes

en

su

auto

móv

il m

inis

teri

al; d

on J

osé

Peña

rec

orrí

a no

che

a no

che

el p

orta

l Med

ellín

, cal

-za

ndo

pant

unfl a

s; G

uille

rmo

Sauc

edo

y E

l Pel

illo

Bar

reto

se

disp

utab

an la

sup

rem

acía

en

mat

eria

de

eleg

anci

a; E

duar

do B

run

cole

ccio

naba

pip

as; R

afae

l Mac

edo

ensa

yaba

ac

titud

es a

polín

eas y

pei

naba

has

ta e

lect

riza

r su

ento

nces

abu

ndan

te p

elo,

em

badu

rnad

o de

“Ste

icom

b”; d

on E

nriq

ue C

ebal

los i

ntro

ducí

a en

el i

ncip

ient

e si

tio d

e au

tom

óvile

s, lo

s pr

imer

os “O

verl

and”

, El P

ollo

Mac

edo

apre

ndía

en

la b

otic

a de

Jos

é Q

ueve

do la

fórm

ula

para

pre

para

r el

“un

güen

to d

el s

olda

do”;

Sal

vado

r G

onzá

lez

lucí

a lo

s úl

tim

os a

lari

dos

de la

mod

a ta

patí

a, c

uand

o ve

nía

de v

acac

ione

s; y

Cap

acha

, el p

opul

ar g

ober

nado

r,

varo

nil y

par

rand

ero,

rev

erde

cía

sus

laur

eles

de

don

Juan

oto

ñal, fl i

rtea

ndo

con

una

herm

osa

quin

ceañ

era

enam

orad

a.Lo

s pr

esti

gios

pro

vinc

iano

s de

un

Col

ima

trad

icio

nal

libra

ban

la ú

ltim

a ba

talla

, an

tes

de a

sim

ilars

e al

vio

lent

o co

mpá

s de

la p

osgu

erra

.Po

co a

ntes

de

la F

eria

de

Todo

s lo

s Sa

ntos

lleg

ó a

Col

ima

un n

egro

can

tor.

Ven

ía

de S

an F

ranc

isco

, Cal

iforn

ia, y

ape

nas

habl

aba

unas

cua

ntas

pal

abra

s en

cas

tella

no.

Toca

ba b

ajo,

inst

rum

ento

rec

ient

emen

te in

trod

ucid

o en

la m

úsic

a de

l nac

ient

e ja

zz, y

te

nía

una

herm

osa

voz

de b

arít

ono,

de

ento

naci

ones

un

tant

o qu

ejum

bros

as.

Puso

de

mod

a un

a m

elod

ía n

orte

amer

ican

a Th

at n

augh

ty w

altz

, que

pro

nto

fue

trad

ucid

a po

r Ese

mal

vado

val

s; y

aun

cua

ndo

nadi

e en

tend

iera

la le

tra,

su

man

era

de

cant

arla

, im

pres

iona

ntem

ente

mel

ancó

lica,

enc

antó

a to

do e

l mun

do.

En

la fe

ria

de e

se a

ño, e

l neg

rito

en

cues

tión

fue

un é

xito

cla

mor

oso,

pue

s du

rant

e lo

s 10

ó 1

2 dí

as d

el fe

stej

o, e

stuv

o so

licit

ado

cons

tant

emen

te p

or d

ueño

s de

can

tina

s y

por

part

icul

ares

que

sol

amen

te le

ped

ían

Ese

mal

vado

val

s, c

uya

mús

ica

se p

ropa

por

toda

s pa

rtes

y fu

e en

tona

da, c

anta

da y

silb

ada

por

la p

obla

ción

ent

era.

Con

ant

erio

rida

d a

esa

mel

odía

nor

team

eric

ana

ya h

abía

em

peza

do a

con

tagi

arno

s m

usic

alm

ente

Ove

r de

ar, J

uana

de

Arc

o, P

risc

ila D

een,

El S

heik

, Oh

John

ny, J

ohn-

ny, y

num

eros

as c

ompo

sici

ones

más

, per

o ni

ngun

a co

nqui

stó

la c

eleb

rida

d co

mo

Ese

m

alva

do v

als,

qui

zá p

or la

form

a en

que

el n

egro

la c

anta

ba, i

mpr

imié

ndol

e un

sel

lo

de tr

iste

za, t

ernu

ra y

nos

talg

ia.

No

sé, e

n ve

rdad

, si a

lgui

en ll

egó

a sa

ber e

l nom

bre

del s

enti

men

tal c

anta

nte

y lo

que

de

él h

aya

sido

. Des

pués

de

perm

anec

er e

n C

olim

a po

r alg

o m

ás d

e un

año

, ref

rend

ando

a a

día

sus

triu

nfos

art

ísti

cos,

úni

cam

ente

con

Ese

mal

vado

val

s, d

esap

arec

ió d

e la

ci

udad

, per

o su

rec

uerd

o es

tá a

soci

ado

al p

aisa

je c

olim

ense

de

ese

tiem

po, e

n qu

e la

lib

erta

d de

cos

tum

bres

, der

ivad

a de

la G

ran

Gue

rra,

com

enza

ba a

mel

lar

los

asie

ntos

en

moh

ecid

os, p

ero

nobi

lísim

os d

e la

s tra

dici

ones

pue

bler

inas

; los

pri

mer

os a

utom

óvile

s de

sitio

hum

illab

an la

vet

usta

dig

nida

d de

las c

arre

tela

s; lo

s últi

mos

char

ros e

mpe

zaba

n a

sent

irse

incó

mod

os a

nte

los

catr

ines

de

cuel

lo “

arro

w”

y “p

anel

as”

de p

aja;

y lo

s pe

r-so

naje

s de

zar

zuel

a de

clin

aban

fren

te a

Pol

a N

egri

, cua

ndo

en la

cin

ta d

e pl

ata

besa

ba

a Jo

hn B

arri

mor

e, d

uran

te 2

5 m

etro

s de

pel

ícul

a, a

raz

ón d

e 78

cua

dros

por

min

uto.

Puso

de

mod

a un

a m

elod

ía n

orte

amer

ican

a T

hat

naug

hty

wal

tz, q

ue p

ront

o fu

e tra

duci

da p

or E

se

mal

vado

val

s; y

aun

cua

ndo

nadi

e en

tend

iera

la

letra

, su

man

era

de c

anta

rla, i

mpr

esio

nant

emen

-te

mel

ancó

lica,

enc

antó

a to

do e

l mun

do.

LA

lect

ura

de p

oesí

a en

voz

alt

a, c

omo

todo

, ti

ene

su h

isto

ria.

Una

vez

ext

asia

do p

or l

a vi

sión

de

“Une

lect

ura”

(19

03),

el ó

leo

sobr

e te

la d

e Th

éo v

an R

ysse

lber

ghe,

exp

uest

o en

un

mus

eo d

e G

ante

, V

ince

nt L

aisn

ey e

scri

bió:

“E

n lis

ant e

n éc

outa

nt. L

ectu

res e

n pe

tit c

omit

é”, d

e H

ugo

à M

alla

rmé

(Les

impr

essi

ons

nouv

elle

s, P

arís

, 201

7),

dond

e se

nos

cue

nta

cóm

o y

por

qué

a lo

s po

etas

(f

ranc

eses

y b

elga

s), l

es d

io p

or r

euni

rse

a le

erse

sus

ve

rsos

, prá

ctic

a m

uy co

mún

en

un si

glo,

el X

IX, d

onde

la

impr

enta

par

ece

–fa

lsam

ente

– d

omin

arlo

todo

. La

viu

da d

el p

into

r se

ría

Mar

ia v

an R

ysse

lber

ghe

(186

6-19

59),

qui

en a

poda

da c

omo

“la

peti

te D

ame”

fu

e la

confi d

ente

de

And

ré G

ide:

le c

onfi ó

las

tare

as

de s

er s

u B

osw

ell,

es d

ecir

, las

de

lleva

r la

bitá

cora

de

su g

enio

. Y m

ás q

ue e

so: l

a hi

ja d

e M

aria

, Elis

abet

h, se

co

nvir

tió

a su

vez

en

la m

adre

de

la ú

nica

hija

de

Gid

e,

quie

n co

nfro

ntó

feliz

men

te

su a

bier

ta h

omos

exua

lidad

co

n lo

s pel

igro

s y lo

s pla

cere

s de

la p

ater

nida

d.E

n aq

uel c

uadr

o de

Van

R

ysse

lber

ghe

(186

2-19

26),

la

fi gu

ra c

entr

al c

on la

man

o ex

ten

dida

esc

anci

ando

el

vers

o, e

s el

poe

ta É

mile

Ver

-ha

eren

(be

lga,

com

o el

ma-

trim

onio

Van

Rys

selb

ergh

e)

acom

paña

do,

en d

ifer

ente

s po

stu

ras,

por

otr

os s

iete

am

igos

, en

torn

o a

una

mes

a do

nde

está

la p

rueb

a de

que

aq

uella

fue

una

larg

a se

sión

de

lec

tura

. A

lgun

as fi

gur

as

en e

l cua

dro

le d

icen

poc

o al

le

ctor

con

tem

porá

neo,

aun

-qu

e do

s de

ello

s ac

abar

ían

por

ser

Pre

mio

s N

obel

de

Lite

ratu

ra: G

ide

mis

mo

y el

ho

y po

co l

eído

dra

mat

urgo

M

auri

ce M

aete

rlin

ck, a

mig

o de

los

inse

ctos

. Est

á el

bi

ólog

o Fé

lix L

e D

ante

c, ju

nto

con

Félix

Fén

éon,

qui

en

lo m

ism

o es

crib

ía lo

que

hoy

llam

aría

mos

mic

rofi c

cio-

nes q

ue a

rroj

aba

bom

bas p

or fu

ror a

narq

uist

a; e

stá

el

poet

a Fr

anci

s Vie

lé-G

riffi

n, q

uien

pas

ó po

r ser

el d

elfín

de

Mal

larm

é, H

enri

-Edm

ond

Cro

ss, p

into

r pun

tilli

sta

y el

crí

tico

Hen

ri G

héon

.La

isne

y, si

mpá

tico

com

o en

sayi

sta,

nos

exp

lica

que

la le

ctur

a en

com

ún fu

e un

a pr

ácti

ca p

erm

anen

te e

n to

dos

los

cená

culo

s lit

erar

ios

deci

mon

ónic

os y

que

a

dife

renc

ia d

e la

s ant

erio

res a

l rom

anti

cism

o, te

nía

un

aire

de

conc

entr

ada

info

rmal

idad

. El g

éner

o ca

yó e

n de

suso

hac

ia 19

00, c

uand

o el

asu

nto

se to

rnó

públ

ico.

A

l pr

efer

ir q

ue f

uese

n ac

tore

s qu

iene

s de

clam

asen

su

s ve

rsos

, los

poe

tas

cedí

an s

u do

ble

cond

ició

n de

cr

eado

res e

inté

rpre

tes,

dej

ando

el d

elic

ado

asun

to e

n im

prov

isad

os (

al m

enos

en

el d

omin

io d

e la

poe

sía)

, qu

iene

s di

sgus

taba

n al

púb

lico

y a

los

prop

ios

vate

s.

La id

ea d

e la

lect

ura

en v

oz a

lta

com

o un

a m

uest

ra d

e la

per

sona

lidad

esc

énic

a, c

asi e

scul

tura

l, de

l poe

ta, e

s m

oder

na o

más

bie

n pr

opia

de

la v

angu

ardi

a, a

unqu

e en

ello

, com

o en

tant

as o

tras

cos

as, B

aude

lair

e, R

im-

baud

y M

alla

rmé,

fuer

on lo

s pr

ecur

sore

s.

El

mon

ocor

de B

aude

lair

e, r

ehuí

a lo

s ef

ecto

s e

impo

stab

a un

air

e as

céti

co, m

ient

ras

que

el s

iem

pre

jove

n R

imba

ud e

ra,

desd

e lu

ego,

bru

tal

al l

eer

en

voz

alta

, ene

mig

o de

las

decl

amac

ione

s po

mpo

sas

e hi

ncha

das

de lo

s ro

mán

tico

s, ta

n at

ento

s a

gala

ntea

r co

n la

gal

ería

, com

o Le

cont

e de

Lis

le, p

oeta

cor

onad

o de

los s

imbo

lista

s y e

nem

igo

de to

da d

icci

ón h

erét

ica.

M

alla

rmé,

com

o aq

uel

San

Am

bros

io s

orpr

endi

do

por A

gust

ín d

e H

ipon

a le

yend

o en

sile

ncio

–no

veda

d ab

solu

ta h

acia

400

d.C

–, c

reía

en

la le

ctur

a si

lenc

io-

sa c

omo

oper

ació

n m

enta

l y

esce

na i

nter

ior,

de

tal

form

a qu

e en

sus

rece

pcio

nes

del m

arte

s na

die

osab

a de

clam

ar. E

so e

ra lo

ant

ipoé

tico

por

exc

elen

cia

para

el

aut

or d

e U

n C

oup

de d

és.

Así

que

es

fals

o, s

e no

s di

ce e

n E

n lis

ant e

n éc

ou-

tant

, que

la le

ctur

a en

“pet

it c

omit

é” fu

ese

ajen

a a

los

gran

des

auto

res

–in

cluy

endo

a lo

s no

velis

tas,

pue

s el

so

litar

io F

laub

ert l

a ap

reci

aba

muc

ho–

y p

ropi

a só

lo

de l

a ge

nte

de t

eatr

o o

de l

os f

olle

tini

stas

, qu

iene

s pr

obab

an s

us e

fect

os d

ram

átic

os le

yénd

ole

sus

cosa

s a

prop

ios

y ex

trañ

os.

Lais

ney

obse

rva

a de

talle

el c

uadr

o de

van

Rys

sel-

berg

he: L

e D

ante

c cal

cula

, Vie

lé-G

riffi

n su

eña,

Fén

éon

dise

ccio

na, G

héon

asi

ente

, Gid

e m

edit

a, M

aete

rlin

ck

sueñ

a y

Cro

ss se

dis

trae

, cas

i to

dos a

tent

os a

l bra

zo m

étri

-co

de

Ver

haer

en. E

sas

lect

u-ra

s no

fue

ron,

des

de l

uego

, de

l gus

to d

e to

dos,

al g

rado

de

que

ent

re l

a le

ctur

a de

l Sa

ül, d

e La

mar

tine

en

1819

y

el S

aül,

de G

ide,

en

1899

, sa

liero

n no

poc

as c

hisp

as.

Est

aba

en l

a pe

rson

alid

ad

de S

ain

te-B

euve

, cu

and

o to

daví

a es

crib

ía p

oem

as,

acob

arda

rse

al le

er s

us v

er-

sos

fren

te a

Víc

tor

Hug

o, s

u íd

olo,

más

tard

e tr

aici

onad

o e

incl

uso

en 1

833,

un

peri

o-di

sta

se b

urló

del

gén

ero

en

“Les

Soi

rées

d’a

rtis

tes”

ima-

gina

ndo,

no

sin

razó

n, q

ue

en e

stas

sesi

ones

abu

ndab

an

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hala

gos

mut

uos,

las

ex-

cent

rici

dade

s sab

iond

as y

las

zala

mer

ías

sin

cuen

to n

i fi n

, ad

erez

adas

por

la v

anid

ad li

tera

ria,

rein

a de

l mun

do.

An

tes

de l

a de

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ació

n p

úbli

ca f

inis

ecul

ar,

hubi

eron

de

pone

rse

de m

oda,

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re l

os e

scri

tore

s de

seg

undo

ran

go (

y no

tan

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“lec

tura

s dr

amá-

tica

s”, f

uent

e de

ingr

eso

no d

esde

ñabl

e pa

ra a

lgun

os

liter

atos

, sit

uaci

ón r

iesg

osa,

apu

nta

Lais

ney,

par

a la

co

ntra

dicc

ión

rom

ánti

ca e

ntre

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xige

ncia

de

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i-na

lidad

, gar

antí

a de

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io y

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eces

idad

de

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arse

al

púb

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prof

ano.

Se p

regu

nta

Vin

cent

Lai

sney

, co

mo

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de p

re-

vers

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ué t

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ince

ros

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esc

ucha

s de

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ejo

Cha

teau

bria

nd le

yend

o en

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a de

su a

mad

a M

adam

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écam

ier.

Sai

nte B

euve

, qu

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tam

bién

est

uvo

allí,

ap

untó

–un

a ve

z m

uert

o el

pat

riar

ca, d

esde

lueg

o–

que

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no h

abía

la

viej

a “c

omun

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líric

a” d

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s ce

nácu

los,

sin

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ser

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mo

impu

esto

por

un

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o gr

andi

locu

ente

. Y e

l aut

or d

e E

n lis

ant e

n éc

outa

nt, s

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ta lo

que

todo

s nos

hem

os p

regu

ntad

o cu

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he

mos

leíd

o un

os v

erso

s o e

l fra

gmen

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a no

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a

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rupo

de

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os y

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o he

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obt

enid

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ara

empe

zar,

un

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ncio

em

bara

zoso

, un

eni

gma

cuya

es

enci

a ig

nora

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. ¿P

erte

nece

rá,

ese

sile

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, a

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adhe

sión

con

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ida

o a

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efl e

xión

pre

cede

nte

a la

cr

ític

a im

plac

able

?

Adá

n Ec

heve

rría

Qui

énes

se

disp

utar

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tu p

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ioO

h, h

erm

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Eri

sH

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Ate

nea,

Afr

odit

aD

ebaj

o de

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ngua

ha

s de

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tu m

anza

na d

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oy

no h

emos

pod

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ncili

arno

sni

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s oj

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e Q

uiró

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uién

es s

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arán

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mio

Oh,

her

mos

a E

ris

Eifi

, Luc

reci

a, I

lean

ita

Sin

el a

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iel d

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tro

nos

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os c

ansa

do

de m

irar

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unos

en

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sre

tice

ntes

a tu

s do

nes

en e

sta

lúgu

bre

cuev

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nace

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Dan

os tu

man

zana

de

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envi

diab

le E

ris

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isco

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nos

so

stie

ne d

el c

abel

lopa

ra p

adec

erno

s ba

jo

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oche

mar

gaE

n el

enc

ino

cuel

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uest

ro

frut

o sa

grad

oqu

e no

s ca

mbi

a el

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tro

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imin

uto

rost

ro y

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emad

o po

r la

s ho

ras

de s

olac

aric

iand

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glo

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de la

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que

ya n

o no

s di

scut

ees

te a

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ecer

cua

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te

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os in

voca

do¿Q

uién

se

qued

ará

con

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egal

o?¿C

uál s

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el g

anad

or

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bata

lla d

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oses

?

Den

tro

del s

ilenc

io m

e ro

baré

nu

evas

Hel

enas

para

cur

arm

e la

cic

atri

zqu

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das

me

han

impu

esto

.H

elen

a E

len

a H

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ita

de

braz

os s

uave

ssu

rges

det

rás

del a

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y co

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dos

mis

cue

rvos

vo

y ha

cia

tus

ojos

para

sen

tirm

e da

rdo,

tr

aspa

sánd

ote

los

mus

los.

Kal

list

i

Ata

rdec

er

León

Men

doza

EL

mu

nd

o, Á

nge

les

San

tos.

Ret

umba

el b

arra

nco

Las

púrp

uras

ros

as d

e tu

pec

ho.

Ella

mol

dea

las

tini

ebla

Cur

as la

s lla

gas

ofen

siva

s y

fero

ces

Ace

rca

un o

ctub

re

siti

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al s

eñor

de

Tlat

elol

co.

¿Qui

én o

rbit

ó br

újul

a de

llan

to

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cubó

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la

mor

daza

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dem

ia

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lvid

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lla e

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pe la

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dE

man

cipa

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ca

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la h

ogue

raSo

brev

uela

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crom

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lati

fund

io

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ster

o.¿H

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Lect

ura

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Chri

stop

her D

omín

guez

Mic

hael