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ZUSAMMENFASSUNG Der Aufstieg Makedoniens von einem kaum beachteten Randstaat der griechischen Poliswelt zur Hegemonialmacht Greichenlands in der Mitte des 4. Jahrhunderts provozierte in Athen heftige Auseinandersetzungen über die Rolle Philips II. In diesem Kontext ist der Brief des Platon-Nachfolgers Speusipp zu sehen, den er im Jahre 343/342 v. Chr. an Philipp schreibt. Das Haupt der Akademie argumentiert mit Hilfe von Beispielen aus der Mythologie, um die Handlungsweise des Königs zu legitimieren; dies sowohl in bezug auf seine territoriale Expansion in Griechenland wie auch sein Verhalten gegenüber der Amphiktyonie von Delphi. Der in Athen öffentlich verlesene Brief wandte sich aber auch an Isokrates, de nn er ist als Antwort auf dessen, P hilipp’ konzipiert. In seinem Bestreben, diesen Redner bei Philipp zu diskreditieren und in der Öffentlichkeit bloßzustellen, dokumentiert er also insbesondere die heftige Polemik zwischen den Anhängern des Isokrates und einer makedonenfreundlich gesinnten Akademie. Debido fundamentalmente a Demóstenes, ha llegado hasta nuestros días una visión negativa de Filipo II, según la cual el rey macedonio era un tirano ambicioso que sólo aspiraba, mediante el uso de la fuerza y del soborno, a conquistar toda Grecia y a acabar con las libertades de las ciu- Gerión ISSN: 0213-0181 2001, n.º 19: 355-390  Mito, histo ria y propa ganda política:  La carta de Espeus ipo a F ilipo II de Macedoni a FRANCISCO PINA POLO Universidad de Zaragoza SABINE P ANZRAM Universidad de Münster * Francisco Pina Polo (Universidad de Zaragoza, España) es el autor de los capítu- los 1 («Traducción»), 2 («Comentario») y 3 («Finalidad de la carta»); Sabine Panzram (Universidad de Münster, Alemania) lo es del «Apéndice: El mito como argumento».

Espeusido Carta a Filopo II

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  • ZUSAMMENFASSUNG

    Der Aufstieg Makedoniens von einem kaum beachteten Randstaat dergriechischen Poliswelt zur Hegemonialmacht Greichenlands in der Mitte des 4.Jahrhunderts provozierte in Athen heftige Auseinandersetzungen ber die RollePhilips II. In diesem Kontext ist der Brief des Platon-Nachfolgers Speusipp zusehen, den er im Jahre 343/342 v. Chr. an Philipp schreibt. Das Haupt derAkademie argumentiert mit Hilfe von Beispielen aus der Mythologie, um dieHandlungsweise des Knigs zu legitimieren; dies sowohl in bezug auf seineterritoriale Expansion in Griechenland wie auch sein Verhalten gegenber derAmphiktyonie von Delphi. Der in Athen ffentlich verlesene Brief wandte sichaber auch an Isokrates, denn er ist als Antwort auf dessen, Philipp konzipiert. Inseinem Bestreben, diesen Redner bei Philipp zu diskreditieren und in derffentlichkeit blozustellen, dokumentiert er also insbesondere die heftigePolemik zwischen den Anhngern des Isokrates und einer makedonenfreundlichgesinnten Akademie.

    Debido fundamentalmente a Demstenes, ha llegado hasta nuestrosdas una visin negativa de Filipo II, segn la cual el rey macedonio era untirano ambicioso que slo aspiraba, mediante el uso de la fuerza y delsoborno, a conquistar toda Grecia y a acabar con las libertades de las ciu-

    Gerin ISSN: 0213-01812001, n. 19: 355-390

    Mito, historia y propaganda poltica: La carta de Espeusipo a Filipo II de Macedonia

    FRANCISCO PINA POLOUniversidad de Zaragoza

    SABINE PANZRAMUniversidad de Mnster

    * Francisco Pina Polo (Universidad de Zaragoza, Espaa) es el autor de los captu-los 1 (Traduccin), 2 (Comentario) y 3 (Finalidad de la carta); Sabine Panzram(Universidad de Mnster, Alemania) lo es del Apndice: El mito como argumento.

  • dades griegas, en especial con la democracia ateniense1. Sin embargo, conser sta la opinin de los autores antiguos que ms ha influido en la histo-riografa moderna, no fue en absoluto la nica existente. Ya en el siglo IVa.C., Teopompo modific la estructura de su proyectada historia de Grecia,al abandonar la redaccin de sus Helnicas para convertir el reinado deFilipo en el centro de sus Filpicas, reconociendo en l el motor del grancambio que estaba experimentando el mundo griego2. En el siglo I a.C.,Diodoro Sculo dedic su libro XVI por completo al reinado de Filipo, alque calific como el ms grande de los reyes de Europa en su tiempo3.Unos aos ms tarde, en poca augstea, Pompeyo Trogo escribi una his-toria universal del mundo antiguo estructurada en torno al ascenso deMacedonia como gran potencia y a la que titul Historiae Philippicae.Filipo II es por consiguiente, para Pompeyo Trogo, el principal protago-nista, quien modifica la historia del Mediterrneo con su hegemona enGrecia y con sus planes para la conquista de Persia, que muestran elcamino que seguir Alejandro tras su muerte.

    Durante la parte central del siglo IV, cuando Macedonia pas de ser unestado dbil en la periferia del mundo griego a dominar toda Grecia, exis-ti entre los intelectuales griegos un debate sobre el papel que Filipo debadesempear. En ese contexto hay que inscribir la carta dirigida a Filipo, enel invierno de 343-342, por Espeusipo, por aquel entonces director de laAcademia, en la que proporciona al rey una serie de argumentos de tipo

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    1 Se encuentra un anlisis de las caractersticas negativas que Demstenes atribuyea Filipo en contraposicin a las positivas de Atenas en R. L. Cline, Philip II's ImperialAmbitions toward Greece, Diss., Ann Arbor 1989, 17-28.

    2 Cf. G. Cawkwell, Philip of Macedon, London-Boston 1978, 18. En opinin de A.Momigliano, Filippo il Macedone. Saggio sulla storia greca del IV secolo A. C., Firenze1934, 198, Teopompo deseaba un dominio efectivo de Filipo sobre Grecia para lograr unadeseable renovacin moral. En contra, M. A. Flower, Theopompus of Chios. History andRhetoric in the Fourth Century BC, Oxford 1994, 98ss, para quien Teopompo habra coin-cidido con las tesis de Demstenes y no era en absoluto un admirador de Filipo, sino que,por el contrario, vea en sus triunfos el signo de la decadencia de los griegos (en el mismosentido G. Shrimpton, Theopompus' Treatment of Philip in the Philippica, Phoenix 31(1977) 144). Sobre la vida y la obra de Teopompo de Quos, vase adems P. Pdech, Troishistoriens mconnus. Thopompe - Duris - Phylarque, Paris 1989, 19-254: Teopompoescribe sobre Filipo porque lo considera un hombre excepcional (70); G. S. Shrimpton,Theopompus the Historian, Montreal-London-Buffalo 1991.

    3 Diodor., XVI 95, 1.

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  • mitolgico no era inhabitual en el mundo griego utilizar la mitologa,confundida con la historia, con fines polticos (vase el Apndice) paraapoyar, tanto su expansin territorial en Grecia, como su pertenencia a laAnfictiona de Delfos.

    Los datos relativos a la vida de Espeusipo escasean. La fuente de infor-macin ms destacada es la breve y desfavorable biografa que formaparte del libro IV de la obra de Digenes Laercio, junto con un pasaje delAcademicorum Philosophorum Index Herculanensis y una breve mencinen la Suda4. De todo ello se desprende que Espeusipo era sobrino de Pla-tn y que fue miembro de la Academia fundada por ste, institucin quedirigi a la muerte de su fundador entre los aos 348/347 y 340/339. Todoslos dems detalles transmitidos sobre l son inseguros o improbables5.

    Sobre la epstola, contenida en el corpus de cartas socrticas (XXVIII= XXX Orelli), slo existe un estudio monogrfico, publicado por Bicker-mann y Sykutris en 1928, en el que sus autores, tras demostrar la autenti-cidad de la carta, en nuestra opinin de manera concluyente, llevaron acabo un excelente anlisis lingstico y estilstico, acompaado de una tra-duccin al alemn6. El texto ha sido con posterioridad traducido a otros

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    4 Diog. Laert., IV 1; Acad. Index Hercul., col. VI 28-30; Suda s.v. Spe sippo . Unarecopilacin con comentario de todas las informaciones sobre Espeusipo en L. Tarn,Speusippus of Athens. A Critical Study with a Collection of the Related Texts and Com-mentary, Leiden 1981, y en M. Isnardi Parente, Speusippo. Frammenti. Edizione, tradu-zione e commento, Napoli 1980. Cf. Ph. Merlan, Zur Biographie des Speusippos, Philo-logus 103 (1959) 198-214.

    5 Cf. Tarn, Speusippus, 5.6 E. Bickermann y J. Sykutris, Speusipps Brief an Knig Philipp, Leipzig 1928

    (Bickermann realiz un comentario histrico del texto, Sykutris un estudio estilstico).Ese mismo ao, L. Koehler (Die Briefe des Sokrates und der Sokratiker, PhilologusSuppl. XX 2, especialmente 116-123) se pronunci contra la atribucin de la carta aEspeusipo. No merece la pena repetir aqu los argumentos en favor de la autenticidad dela carta, que siguen siendo sustancialmente vlidos. Vase al respecto especialmenteBickermann, Speusipps Brief, 31-37 (sobre la fecha de redaccin: 29-31). Convienetener en cuenta que, entre las obras que Digenes Laercio atribuye a Espeusipo, seencuentran cartas a Din, Dionisio y Filipo (IV 5), dato que contribuira a avalar laautenticidad de la epstola. Desde la publicacin de la monografa de Bickermann ySykutris, la inmensa mayor parte de los investigadores han aceptado la autenticidad dela carta y la autora de Espeusipo (empezando por J. Stenzel, s.v. Speusippos, RE, IIIA 2, Stuttgart 1929, 1668), entre otros, Isnardi Parente, Speusippo, 61 y 391 ss.; K.Trampedach, Platon, die Akademie und die zeitgenssische Politik, Stuttgart 1994, 94 n.

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  • idiomas7, pero no existe hasta el momento una versin en castellano. Latraduccin de la epstola es en consecuencia el objetivo central de este tra-bajo, acompaada de un comentario sobre su contenido8.

    1. CARTA DE ESPEUSIPO AL REY FILIPO (TRADUCCIN)

    1. Antpatro, el portador de esta carta, que es un magnesio porsu ascendencia, est escribiendo ya hace tiempo en Atenas sobre lahistoria de Grecia; afirma que en Magnesia se ha sido injusto con l.Presta atencin a su caso y aydale en lo que te sea posible. Pormuchas razones sera justo que le prestaras ayuda, particularmenteporque l una vez en una de nuestras conversaciones, cuando fueledo el discurso de Iscrates que te haba sido remitido9, si bienaplaudi sus ideas fundamentales, desaprob que los beneficios quehabis dado a Grecia fueran omitidos. Me esforzar por citar algunosde ellos. 2. Iscrates, ni ha mencionado los beneficios que Grecia harecibido de ti y de tus antepasados, ni ha refutado las calumniasformuladas por algunos contra ti, ni ha tenido consideracin haciaPlatn en los escritos que te ha enviado.

    Y ciertamente hubiera sido preciso en primer lugar no slo noocultar el parentesco que te une con nuestra ciudad10, sino adems

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    10 y 138; H. Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten und die zwischenstaatlichePolitik im klassischen und hellenistischen Griechenland, Hildesheim-Zrich-New York,1996, 89-90. En contra se ha pronunciado L. Bertelli, sobre la base de supuestas incon-gruencias cronolgicas, rechazadas expresamente por Trampedach (94, n. 10), y por lapara l extraa alusin final a la escasez de papiro (L'epistola di Speussipo a Filippo:un problema di cronologia, Atti Accad. Scienze e Lettere di Torino, Classe di Lettere 110(1976) 275-300; La lettera di Speusippo a Filippo: il problema dell'autenticit, ibidem111 (1977) 75-111).

    7 J. Wickersham y G. Verbrugghe, Greek Historical Documents. The Fourth CenturyB. C., Toronto 1973, 97-101 (traduccin al ingls); Isnardi Parente, Speusippo, 191-195 (alitaliano).

    8 Para la traduccin que sigue a continuacin, se ha utilizado el texto griego de laedicin de Bickermann y Sykutris (7-12). Cf. Isnardi Parente, Speusippo, 123-127.

    9 Se refiere al Filipo, escrito por Iscrates en el ao 346.10 Es decir, con Atenas, donde reside y desde donde escribe su carta Espeusipo.

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  • hacerlo patente a tus descendientes; en efecto, puesto que existaantiguamente una ley segn la cual ningn extranjero poda seriniciado en los misterios11, Heracles se convirti en hijo adoptivo dePilio cuando decidi iniciarse12. 3. Porque as es en realidad, podanlas palabras de Iscrates haber sido dirigidas a ti como a unconciudadano, ya que tu linaje procede de Heracles13. Luego hubieradebido proclamar todos aquellos beneficios de Alejandro14 y de tusotros antepasados para con Grecia. Pero ha callado, como si setratara de desgracias indecibles. Efectivamente, Alejandro hizomatar a los embajadores que Jerjes envi a Grecia para reclamartierra y agua15; ms tarde, cuando durante el avance de los brbaroslos griegos se reunieron cerca de tu Heracleion, denunci Alejandroa los griegos la traicin de Alevas y de los tesalios16, y gracias a l

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    11 Se refiere a los misterios de Eleusis, en el tica. Desde el siglo VI a.C., parecehaber desaparecido la prohibicin de que extranjeros participaran en los misterios de Eleu-sis, pero, con anterioridad, los griegos que procedan de otros estados necesitaban contarcon el patrocinio de algn ateniense y ser adoptados por Atenas como ciudadanos. Cf. G.E. Mylonas, Eleusis and the Eleusinian Mysteries, Princeton 1961, 77

    12 Sobre la adopcin de Heracles por Pilio, Plut., Thes., 33.13 La tradicin es recogida por Herdoto (V 20, 4 y 22) y por Tucdides (II 99, 3).14 Alejandro I, rey de Macedonia entre 498 y 454 a.C., conocido con el sobrenombre

    de Filoheleno. Durante su reinado, abri Macedonia al mundo griego y probablemente fueel fundador de dos ciudades en la regin de Pieria, significativamente llamadas Din (deZeus) y Heraclein (de Heracles). Alejandro promovi el mito de que sus antepasados erantemnidas, descendientes del herclida Tmeno (gobernante mtico de Argos), por lo tantogriegos de origen (de ah el nombre de Argeadas de la dinasta). Herdoto (VIII 137-138)presenta una genealoga de los Argeadas que remite al rey Tmeno y, por consiguiente, aArgos: tres hermanos descendientes del rey Tmeno, Gavanes, Aropos y Perdicas, emi-gran a Iliria y Macedonia, donde se establecen, convirtindose Perdicas en el primero delos Argeadas (cf. Diodor., VII 15-17).

    15 La embajada persa lleg a la corte macedonia en el ao 512 a.C. En consecuencia,estamos ante un error histrico del autor de la carta, puesto que, en aquel momento, el reypersa no era Jerjes, sino su antecesor Daro. En cualquier caso, errores de ese tipo no sonextraordinarios. Vase al respecto los ejemplos que proporciona Bickermann, SpeusippsBrief, 32.

    16 La familia de los Alvadas proviene de la ciudad tesalia de Larisa. Su antepasadoAlevas el Rojo fue el creador en la segunda mitad del siglo VI de las estructuras militaresy polticas del estado federal tesalio. Durante las guerras Mdicas, los Alvadas mantuvie-ron una posicin favorable a los persas, a la que se refiere Espeusipo, y que supuso tras lafinalizacin del conflicto la prdida de influencia de la familia en Tesalia. Al respecto,vase B. Helly, L'tat Thessalien: Aleuas le Roux, les ttrades et les tagoi, Lyon 1995.

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  • los griegos retrocedieron y se salvaron17. 4. Esos beneficios debanser recordados no slo por Herdoto y Damastes18, sino tambin poraqul19, que declara en su discurso que los oyentes habran de sertefavorables [exaltando a tu antepasado]20. Adems, habra sidoconveniente, tanto mostrar lo sucedido en Platea en tiempos deMardonio21, como los dems beneficios de tus antepasados despus.De este modo, el discurso redactado sobre ti hubiera obtenido elfavor de los griegos mucho mejor que no diciendo nada bueno de tureino. Tambin habra convenido a la edad de Iscrates contar viejashistorias, ya que lo ingenioso, como l mismo dice, requiere unainteligencia floreciente22.

    5. Hubiera debido adems rebatir las calumnias contra ti queproceden en su mayor parte de los olintios. Pues, quin te juzgaratan necio como para iniciar una guerra contra los olintios mientrasguerreaban contra ti ilirios y tracios, adems de atenienses ylacedemonios y otros griegos y brbaros? Mas no tiene sentidoextenderse sobre estas cosas en una carta dirigida a ti; de lo que todoel mundo puede saber23, pero que sin embargo desde hace muchotiempo ha sido callado por todos y que ser de utilidad para ticonocer, es de lo que creo que debo hablar y pedir que ofrezcas aAntpatro por su revelacin una recompensa como bien merecido re-

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    17 Heracleion est situada entre los montes Olimpo y Ossa, justo al norte delTempe, desfiladero por el que el ro Peneo desemboca en el mar y que constitua en laAntigedad la principal va de comunicacin entre Macedonia y Tesalia. All se concen-traron en el ao 480 a.C. las tropas griegas con el fin de impedir la expedicin de Jerjeshacia el sur. La sospechosa actitud de los tesalios y lo inadecuado de la estrategia lleva los griegos a retirarse hacia el sur y situar en las Termpilas la resistencia a la expedi-cin terrestre persa. El episodio tuvo lugar en la primavera del ao 480, pero no es men-cionado por Herdoto.

    18 Cf. Hdt., V 18-20; VII 172-173; IX 44. Se ha perdido la obra de Damastes deSigeo, gegrafo e historiador del siglo V, alumno de Helnico y contemporneo de Her-doto, aunque algo ms joven que l.

    19 Es decir, por Iscrates en su Filipo.20 Texto corrupto, restituido por Bickermann y Sykutris a partir de Isocr., Phil., 77.21 Se refiere a la batalla que puso punto final a las guerras Mdicas en el ao 479

    a.C. En ella fue derrotado el ejrcito persa y su comandante, Mardonio, muri. Al respecto,J. F. Lazenby, The Defense of Greece, Warminster 1993.

    22 Cf. Isocr., Phil., 10. Iscrates (436-338 a.C.) contaba con noventa aos cuandoescribi su Filipo.

    23 En opinin de Bickerman, Speusipps Brief, 18, de estas palabras se desprende quela carta no iba slo dirigida a Filipo, sino que estaba pensada para su publicacin.

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  • galo. Pues sobre el hecho de que la tierra que ahora es de los olintiosperteneci antes a los herclidas y no a los calcidios, el portador deesta carta ha sido el primero y el nico que ha realizado una narracinfidedigna. 6. Del mismo modo, afirma, fueron muertos por Heraclescomo malhechores Neleo en Mesenia y Sileo cerca de Anfpolis, yfueron confiadas en depsito Mesenia a Nstor, el hijo de Neleo24, latierra de Flide25 a Diceo, el hermano de Sileo26; y mientras Meseniafue restituida a Cresfonte27 tras muchas generaciones, los ateniensesy los calcidios hicieron suya la tierra anfipolitana, aunque pertenecaa los herclidas28. Igualmente fueron eliminados por Heracles comomalhechores y criminales Hipocoonte, tirano de Esparta, y Alcioneo,que lo era de Palene, siendo confiada Esparta a Tindreo29, Potidea yel resto de Palene a Sitn, el hijo de Poseidn30; y mientras Laconia

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    24 Neleo, hijo de Tiro y Poseidn, es el mitolgico rey de Pilo en Mesenia. Durantesu reinado tuvo doce hijos, entre ellos Nstor, el ms joven. Heracles se veng de Neleocuando ste se neg a purificarle por la muerte de fito. Heracles conquist Pilo y mat atodos los hijos de Neleo, con la excepcin de Nstor, al que convertira en su sucesor.

    25 La regin de Anfpolis.26 Segn el mito, Sileo obligaba a los extranjeros a trabajar en sus viedos antes de

    darles muerte. Heracles arranc de raz las vides de Sileo y lo asesin junto con su hija.Diceo (el justo) es el hroe epnimo de la ciudad tracia de Dikaia. Sileo y Diceo eranhijos de Poseidn.

    27 Uno de los herclidas, hijo de Aristomaco y esposo de Merope. Segn el mito quenarra el regreso de los descendientes de Heracles al Peloponeso, Cresfonte habra entradoen la pennsula junto con Tmeno (antepasado mtico de la dinasta macedonia de la queforma parte Filipo II) y los hijos de Aristodemo. Tras conquistar el Peloponeso, habranrepartido el territorio en tres partes: Mesenia para Cresfonte; Argos para Tmeno; Laconiapara los hijos de Aristodemo. Los relatos ms completos son los proporcionados por Dio-dor., IV 57-58 y Apollod., II 167-177. Vase al respecto J. M. Hall, Ethnic Identity in GreekAntiquity, Cambridge 1997, 56ss.

    28 Anfpolis fue colonizada en el siglo V por atenienses, acompaados de griegosprocedentes de otras ciudades.

    29 Hipocoonte oblig a marchar al exilio a su hermano Tindreo para convertirse enrey de Esparta. Heracles se enfrent con l y le venci. Tanto Hipocoonte como diez de sushijos murieron, aunque el mismo Heracles result herido en el combate y hubo de sercurado por Asclepio. Tindreo fue repuesto en el trono de Esparta.

    30 Alcioneo es un gigante engendrado por Gea y Urano. Es el principal protagonistade la lucha entre los Gigantes y los Dioses en Palene. Como Alcioneo slo poda sermuerto si combata fuera de la tierra donde haba nacido, Heracles lo llev lejos de Paleney all lo asesin. Sitn, hijo de Poseidn y de Ossa, es en la mitologa griega un rey ep-nimo de los tracios sitones, que habran dado nombre a la subpennsula central de la Cal-

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  • pas a posesin de los hijos de Aristodemo tras el regreso de losHerclidas, de Palene en cambio, aunque tambin perteneca a losHerclidas, se apropiaron eretrios y corintios, as como los aqueosque regresaron de Troya31. 7. Antpatro informa a continuacin queHeracles hizo desaparecer del mismo modo cerca de Torone32 a los ti-ranos prtidas, Tmolo y Telgono33, y que mat cerca de Ambracia aCleides y a sus hijos; coloc a Aristomaco, el hijo de Sitn, comoguardin de Torone, donde los calcidios, aunque te perteneca,fundaron una colonia34. Y entreg a Ladices y Carates la tierra deAmbracia, con el encargo de hacer llegar ese depsito a susdescendientes35. Ms an, todos los macedonios conocen lasrelativamente recientes adquisiciones de Alejandro de las tierras delos Edones36. 8. Estos no son ni subterfugios como los de Iscrates nipalabras vacas, sino argumentos poderosos que han de ser tiles paratu dominio.

    Puesto que te interesas ahora abiertamente por los asuntosanfictinicos37, quiero relatarte una historia tal y como la narra

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    cdica (Sitonia), al este de Palene, el brazo ms occidental de los tres que culminan laPennsula Calcdica, en cuyo istmo se encuentra Potidea. Precisamente Palene sera una delas hijas de Sitn.

    31 En Palene, los corintios fundaron Potidea, los eretrios Mende y los aqueosEscione.

    32 Importante ciudad en Sitonia, en la Pennsula Calcdica.33 Se refiere a los hijos de Proteo, un dios marino segn Homero, relacionado por

    autores posteriores con la Calcdica. Herdoto en cambio se refiere a l como rey egipcio.Proteo habra reinado en Palene con justicia, pero sus dos hijos eran violentos y asesina-ban a los extranjeros que llegaban a su pas, por lo que Heracles los mat.

    34 Torone es una de las varias colonias fundadas por Calcis en Sitonia.35 Tanto Aristomaco, como Ladices, Carates y Cleides, son personajes desconocidos.36 En el contexto de la retirada persa tras su derrota en Platea en 479 a.C., Alejandro

    I Filoheleno se apoder de las tierras que hasta entonces ocupaban los Edones al este delro Axio, al norte del golfo Termico (cf. Tuc., II 99, 4). Desde entonces, los Edones habi-taron el territorio al este del ro Estrimn, donde los atenienses fundaron Anfpolis. La noti-cia relativa a las adquisiciones territoriales de Alejandro I aparece recogida en la carta deFilipo a los atenienses, posterior a la de Espeusipo. En ella, el argumento del monarcamacedonio es que su derecho sobre esas tierras es indisputable, puesto que su antepasadofue el primero en ocuparlas: Demost., XII 21. Agradezco al Dr. Carlos Schrader su suge-rencia en relacin con la traduccin de este pasaje.

    37 El ao 346 a.C. marc un punto de inflexin en lo que se refiere al protagonismode Filipo en los asuntos de Grecia central. Su intervencin result decisiva para vencer alos focidios y acabar con la guerra Sagrada. Filipo firm la llamada Paz de Filcrates con

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  • Antpatro, sobre la manera en que se instituy la comunidadanfictinica y cmo, siendo miembros de la Anfictiona, fueroneliminados los Flegieos por Apolo, los Dropes por Heracles, losCrisaios por los otros anfictiones38. Todos ellos, que hasta entonceshaban sido anfictiones, perdieron su derecho al voto, mientras otroslo recibieron y con ello pasaron a formar parte de la Anfictiona. 9. Tomando como modelo tales procedimientos, afirma, has recibidode los anfictiones como recompensa ptica por la campaa dlficalos dos votos de los focidios. De todas estas cosas l, que diceensear lo antiguo de una manera nueva y lo nuevo de un modoantiguo39, no cuenta sin embargo ni los hechos antiguos, ni los msrecientes protagonizados por ti, ni los acaecidos en el tiempo entrestos y aqullos; de unos parece no haber odo nada, de otros nosaber nada, y los restantes parece haberlos olvidado.

    Aparte de esto, ese sofista, aunque te ha exhortado a actuar conjusticia, ha presentado el exilio y el regreso de Alcibades como unejemplo digno de alabanza40, mientras ha omitido los grandes ygloriosos hechos protagonizados por tu padre. 10. Alcibades, enefecto, fue exiliado por su impiedad y slo regres despus de habercausado graves daos a su patria41; Amintas, en cambio, fue vencido

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    Atenas y, como castigo, asumi los dos votos que hasta entonces haban correspondido alos focidios en la Anfictiona de Delfos, de la que se convirti en miembro de pleno dere-cho.

    38 Se trata de una falsificacin histrica: no hay ninguna noticia en las fuentes sobrela pertenencia a la Anfictiona de Flegieos, Dropes y Crisaios. Cf. Bickermann, SpeusippsBrief, 16 n. 1. Flegias es el hroe epnimo de los Flegieos. Se le considera tesalio, aunquelos flegieos se relacionan tambin con Beocia, Fcide y Arcadia. El pueblo de los Dropeses considerado uno de los primeros que ocuparon Grecia, descendientes de Drope, hijo delro Esperqueo y de Polidora, o de Apolo y Da, hija a su vez de Lican. Los Dropes habransido expulsados de la regin del Parnaso por los dorios y obligados a dispersarse por diver-sas regiones del mundo griego.

    39 Cf. Isocr., Paneg., 8.40 Cf. Isocr., Phil., 58-61. El orador haba dedicado mucho antes un clido elogio a

    Alcibades en su discurso Sobre el tronco de caballos (or. XVI).41 El ateniense Alcibades, discpulo y amigo de Scrates, huy a Esparta en el ao

    415, tras verse envuelto en el escndalo provocado por la profanacin de los misterios eleu-sinos, en el momento en que deba comandar la expedicin ateniense a Sicilia durante laguerra del Peloponeso. Anim a los lacedemonios a establecer un puesto militar perma-nente en Decelia, en el tica, para hostigar desde all Atenas, como sucedi en 413. Alci-bades regres de su exilio en el ao 407. Muri asesinado en Frigia. Cf. W. M. Ellis, Alci-biades, London 1989.

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  • en una guerra civil en defensa de la monarqua y gobern de nuevoen Macedonia despus de haberse retirado durante un corto perodode tiempo42. Aqul, desterrado de nuevo ms tarde, acab su vida demanera ignominiosa; tu padre, sin embargo, envejeci siendo rey.Te ha presentado asimismo como ejemplo la monarqua deDionisio43, como si fuera conveniente para ti emular a los msimpos y no a los ms virtuosos, y convertirte en imitador de lospeores y no de los ms justos. Y afirma en su discurso que se debencitar ejemplos que convengan a los oyentes y que les resultenconocidos44, pero, poco preocupado por su propio discurso, utilizalos ejemplos ms infamantes e impropios y contradictorios con l.11. Sin embargo, lo ms ridculo es que, tal y como escribe, afirmahaber refutado con elegancia las objeciones de sus discpulos; locierto es que aqullos que estn ms prximos a l son susprisioneros y no estn en condiciones de decir nada en absoluto,pero han aplaudido de tal modo el discurso que le otorgan el primerlugar entre todos los suyos45. Puedes darte cuenta de inmediato dela informacin y de la cultura de Iscrates en que, por un lado,convirti a los de Cirene, que son tenidos por todos como

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    42 Ha sido puesta en duda la exactitud de esta alusin a Amintas III, que rein enMacedonia entre 393 y 370. Amintas accedi al trono tras el asesinato de su antecesor,Amintas II, y consigui desalojar a los ilirios de Macedonia con la ayuda tesalia. Sugobierno vendra en consecuencia precedido de una guerra contra un enemigo exterior,no de una guerra civil. Este supuesto error era para Koehler, Die Briefe des Sokrates,118, un claro indicio de que la carta habra sido escrita por un falsario. Isnardi Parente,Speusippo, 400, admite que el error pueda existir, pero lo atribuye a una falta de infor-macin por parte de Espeusipo de la historia macedonia. Sin embargo, Diodoro da unaclave para entender el pasaje de Espeusipo. Segn Diodoro (XIV 92, 3-4), despus deque Amintas fuera expulsado, Argaios gobern en Macedonia durante dos aos y, trans-currido ese perodo, Amintas recuper el trono. Por lo tanto, el autor griego relaciona la guerra contra los ilirios con la confrontacin contra un rival interior, en lo que debide constituir una autntica guerra civil. El episodio mencionado en la carta es por consiguiente verdico y el corto exilio de Amintas existi, aunque es posible que esto no sucediera al comienzo de su reinado, sino unos aos ms tarde. Cf. R. M. Errington,Geschichte Makedoniens. Von den Anfngen bis zum Untergang des Knigreiches, Mnchen 1986, 35-36 nn. 13-15, y especialmente D. A. March, The King of Makedon:399-369 B.C., Historia 44 (1995), 257-282, quien sita el reinado de Argaios en losaos 388-386 (p. 280).

    43 Cf. Isocr., Phil., 65.44 Cf. Isocr., Phil., 113.45 Cf. Isocr., Phil., 22-23.

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  • procedentes de Thera, en colonos lacedemonios46; por otro lado, hadesignado como heredero de su saber a su discpulo pntico47:aunque tu has conocido a muchos sofistas, no has visto a alguientan infame.

    12. Tambin he sabido que est contigo Teopompo, persona muydesagradable48, y que est calumniando a Platn, como siprecisamente Platn no hubiera puesto en poca de Perdicas la basede tu dominio y le hubiera resultado de lo ms penoso que surgieracualquier disputa entre tu hermano y tu49. Para que Teopompoabandone su acritud, anima a Antpatro a leer en pblico su historiade Grecia, y Teopompo se dar cuenta de que es justamenterechazado por todos y de que inmerecidamente ha recibido tuproteccin50.

    13. Lo mismo sucede con Iscrates, quien cuando era jovendirigi al pueblo junto con Timoteo cartas injuriosas contra ti51, pero

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    46 Cf. Isocr., Phil., 5. Cirene, la principal colonia griega en el norte de Africa, fuefundada hacia 630 a.C. por colonos procedentes de la isla de Thera, no por lacedemonios.

    47 Espeusipo se refiere probablemente a Iscrates de Apolonia. Cf. Bertelli, La let-tera di Speusippo, 91; Isnardi Parente, Speusippo, 401-402; Flower, Theopompus ofChios, 53. Para Koehler, Die Briefe des Sokrates, 119-120, se tratara de un personaje ine-xistente, inventado a partir de alguna mencin de alumnos procedentes del Ponto en dis-cursos de Iscrates, y sera una prueba de la falsedad de la carta.

    48 sta es la nica evidencia de que Teopompo de Quos vivi durante algn tiempoen la corte macedonia. Flower, Theopompus of Chios, 19-20, interpreta la alusin a la acti-tud de Teopompo como un posible desacuerdo con las costumbres macedonias, manifes-tado en forma de permanente malhumor. Para Isnardi Parente, Speusippo, 401, el adjetivoyucr que Espeusipo adjudica a Teopompo se acomoda perfectamente al carcter que latradicin le atribuye.

    49 Platn tuvo relacin con el hermano mayor de Filipo, Perdicas, del que fue conse-jero uno de sus primeros discpulos, Eufreo (Athen., 506 e-f, pone en duda la versin deCaristio de Prgamo, FrHistGr IV 356-357, que atribuye a Platn un papel relevante en elacceso de Filipo al trono de Macedonia). Es en cualquier caso a Eufreo a quien debe dereferirse Espeusipo. Cf. N. G. L. Hammond y G. T. Griffith, A History of Macedonia, vol.II, Oxford, 1979, 206-208 y 517; Trampedach, Platon, 94-95: el papel de Eufreo en la cortede Perdicas es un enigma; Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten, 46ss.

    50 Del pasaje puede deducirse que, o bien una parte de las Helnicas de Teopompo(Flower, Theopompus of Chios, 20, n. 32), o bien toda la obra (Momigliano, Filippo ilMacedone, 188; Shrimpton, Theopompus the Historian, 5), haba sido publicada por enton-ces, y que no haba tenido una buena acogida entre sus lectores.

    51 Timoteo, ateniense hijo de Conn, mantuvo una estrecha relacin con Iscrates,quien realiz de l una alabanza como soldado y como poltico (Antdosis 101-139). Tuvo

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  • ahora que es viejo, sea por odio o por envidia, ha omitido lasmuchsimas cosas buenas debidas a ti. Es verdad que te ha enviadoun discurso, el cual, sin embargo, haba escrito primero paraAgesilao52, vendi despus con unos pocos arreglos a Dionisio, eltirano de Sicilia53, por tercera vez, suprimiendo algunas cosas yaadiendo otras, confi al tesalio Alejandro54, y ahora, en ltimolugar, lamentablemente te lo ha arrojado a ti. 14. Yo querra que estepapel bastara para recoger todos los pretextos formulados por l enel discurso que te dedic. Por lo que respecta a Anfpolis, dice quela paz le impidi escribir un discurso sobre la cuestin55; sobre lainmortalidad de Heracles dice que te hablar ms adelante56; sobrealgunas cuestiones admite haber escrito descuidadamente a causa desu edad, y pide disculpas por ello, y que no hay que extraarse si dealguna manera el pntico, por su inexpresiva lectura, hace parecer

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    un papel importante en la creacin de la Segunda Confederacin Ateniense. En los aos364-363 a.C. dirigi las operaciones militares contra la confederacin de ciudades calc-dicas, contando con la ayuda del rey macedonio Perdicas. Condenado en juicio en Atenas,abandon la ciudad y muri en Calcis en el ao 354. No se conocen las cartas contra Filipode las que habla Espeusipo.

    52 Agesilao, rey de Esparta entre 399 y 359 a.C., vivi el perodo de hegemonaespartana que sigui a la guerra del Peloponeso, pero tambin su definitivo ocaso frente alavance tebano. No se conoce ninguna carta o discurso de Iscrates para Agesilao. Existe laposibilidad de que Espeusipo quisiera en realidad referirse a Arqudamo, hijo y sucesor deAgesilao, a quien efectivamente dirige una carta Iscrates en el ao 356, animndole, comoa Dionisio y a Filipo, a dirigir una campaa panhelnica contra el rey persa. En ese sen-tido, G. Mathieu, Les ides politiques d'Isocrate, Paris 1925, 100-101. Sobre Agesilao, P. Cartledge, Agesilaos and the Crisis of Sparta, Baltimore 1987; C. D. Hamilton, Agesi-laus and the Failure of Spartan Hegemony, Ithaca-London 1991.

    53 Dionisio, tirano de Siracusa (405-367 a.C.), cre un autntico imperio en Sicilia yse convirti en un personaje influyente en la poltica interna de Grecia. Se conoce una cartaescrita para l por Iscrates, que permaneci inacabada, presumiblemente por la muerte deltirano. En ella, Iscrates le animaba a asumir el liderazgo de todos los griegos. Cf. B. Caven, Dionysius I, New Haven-London 1990.

    54 Se refiere al tirano de la ciudad tesalia de Feras (369-358 a.C.). Alejandro intentreconstruir el dominio de Feras en Tesalia, que su antecesor y to, Jasn, haba logrado. Nohay otra noticia que la proporcionada por Espeusipo sobre una supuesta carta dirigida a lpor Iscrates. En cambio, se conoce una epstola para los hijos de Jasn de Feras. Bicker-mann, Speusipps Brief, 35-36, apunt la hiptesis de que Iscrates escribiera realmente unacarta a Alejandro de Feras entre 367, ao en que redact la misiva a Dionisio, y 363.

    55 Cf. Isocr., Phil., 7.56 Cf. Isocr., Phil., 33.

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  • an peor su discurso57; en cuanto a cmo hacer la guerra al persa,afirma que es algo que tu mismo ya sabes58. Pero me falta papel paramencionar las dems excusas: tan grande es la escasez de papiro queha provocado el rey al apoderarse de Egipto59.

    Que tengas buena salud, y envanos prontamente a Antpatrodespus de haber cuidado de l.

    2. COMENTARIO

    El texto comienza (1) con la presentacin por parte de Espeusipo delportador de la carta. Se trata de Antpatro, del que no se conoce nada aexcepcin de la informacin que el propio autor de la epstola proporcionaen ella60. Antpatro es presentado como un historiador procedente de Mag-nesia, donde al parecer su obra no goz de un especial favor, y que habitadesde tiempo atrs en Atenas, ciudad en la que est escribiendo una histo-ria de Grecia61. Es probable que su actividad estuviera ligada a la Acade-mia, puesto que de la presentacin que de l realiza su director puedeentenderse que fue en una de sus reuniones donde Antpatro conoci el dis-curso de Iscrates que, en ltima instancia, provoca la redaccin de lacarta. Fruto de sus investigaciones, Antpatro ha llegado a una serie de con-clusiones, algunas de las cuales Espeusipo presentar a continuacin, ypara las que solicita a Filipo su mayor atencin, puesto que proporcionanargumentos en su favor.

    A continuacin, Espeusipo introduce una mencin al discurso escritopor Iscrates con el ttulo de Filipo (1), a cuya crtica dedica lo funda-

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    57 Cf. Isocr., Phil., 26ss.; 149. Nueva mencin a Iscrates de Apolonia.58 Cf. Isocr., Phil., 105.59 Referencia a la reconquista de Egipto, llevada a cabo por el rey persa Artajerjes III

    Ochos en el ao 343.60 No est fundamentada la hiptesis, segn la cual habra que identificar a este Ant-

    patro con el futuro didoco, planteada por J. Kaerst, s.v. Antipatros, RE I 2 (1894) 2502.En contra Isnardi Parente, Speusippo, 393.

    61 B. Meissner, Historiker zwischen Polis und Knigshof, Gttingen 1992, 47, conje-tura que pudo ser obligado a exiliarse de Magnesia. En opinin de Meissner, Antpatroviva de su oficio de historiador (208) y ejemplifica as el tipo, habitual en poca helens-tica, del literato perteneciente a la clase dirigente que encuentra su medio de subsistenciaen una corte tras exiliarse de su patria (143).

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  • mental del contenido de su carta62. El orador ateniense escribi su Filipo enel ao 346, tras firmarse entre Atenas y Macedonia la llamada Paz de Fil-crates63. En l (posteriormente tambin en otros escritos, como en susegunda carta a Filipo, escrita en 344), presentaba al rey macedonio comoel deseado hegemn de todos los griegos sobre la base del consenso, node la dominacin, para realizar la gran misin de la conquista y coloni-zacin de Persia que habra de dar solucin a los problemas socioecon-micos de Grecia64.

    Como Espeusipo deja claro aunque atribuye este punto de vista aAntpatro, sus descalificaciones no se dirigen contra las ideas funda-mentales del discurso de Iscrates. Es decir, Espeusipo no pone en cues-tin las alabanzas que Iscrates haba vertido sobre el monarca macedo-nio, ni tampoco su propuesta de liderar a los griegos contra el rey persa,algo que implcitamente acepta. Por consiguiente, en la cuestin de fondo,esto es, el papel que Filipo ha de desempear en el momento actual enGrecia, Iscrates y Espeusipo estn de acuerdo, si bien ms adelante (13)el autor de la carta acusa al orador de haber dirigido a Filipo un discursoya viejo, puesto que previamente, con parecidos argumentos, Iscrateshaba buscado un salvador para la crisis del mundo griego en Agesilao deEsparta, en Dionisio, el tirano de Siracusa, y por ltimo en el tesalio Ale-jandro de Feras65.

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    62 Sobre el discurso de Iscrates, vase Mathieu, Les ides politiques dIsocrate; S. Perlman, Isocrates' 'Philippus' - A Reinterpretation, Historia 6 (1957), 306-317; P. Cloch, Isocrate et son temps, Paris 1963, especialmente 117 ss.; G. Dobesch, DerPanhellenische Gedanke im 4. Jahrhundert v. Chr. und der 'Philippos' des Isokrates, Wien1968. Asimismo, S. Perlman, Panhellenism, the Polis and Imperialism, Historia 25(1976) 1-30; del mismo autor, Isocrates, 'patris' and Philip II, en Ancient Macedonia 3,Thessalonika, 1983, 211-227. En particular sobre la relacin ideolgica de Iscrates con lamonarqua, Ch. Eucken, Isokrates. Seine Positionen in der Auseinandersetzung mit denZeitgenssischen Philosophen, Berlin-New York 1983, especialmente 227ss.; A. Frolicova,Isokrates und die Entwicklungstendenzen Griechenlands im 4. Jahrhundert v. u. Z.,Eirene 19 (1982), 17-29.

    63 En general sobre Filipo de Macedonia, vase entre otros J. R. Ellis, Philip II andMacedonian Imperialism, London 1976; Cawkwell, Philip of Macedon; M. B. Hatzopou-los y L. D. Loukopoulos (ed.), Philip of Macedon, Atenas, 1980; G. Wirth, Philipp II.,Stuttgart, 1985; N. G. L. Hammond, Philip of Macedon, London 1994.

    64 A. Fuks, Isokrates and the Social-Economic Situation in Greece, Anc. Soc.,3 (1972), 17-44.

    65 Vid. supra nn. 52-54.

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  • No slo eso, Espeusipo recuerda asimismo al rey macedonio que Is-crates no siempre ha confiado en l como ahora pretende, puesto que da aentender que, siendo joven, haba hecho pblicas conjuntamente con Timo-teo cartas en las que el monarca era injuriado (13). No existe constanciade tales escritos, ni de una relacin directa entre Timoteo y Filipo. S haynoticias en cambio, de la estrecha vinculacin entre Iscrates y Timoteo.Iscrates le acompa durante el desempeo del cargo de estratego y tenala esperanza de que pudiera convertirse en el lder necesario para su pro-yecto panhelnico66. Tambin se conocen los contactos de Timoteo con elestado macedonio, en el contexto de su intervencin militar contra las ciu-dades calcdicas en torno a los aos 364-36367. Durante este conflicto, elgeneral ateniense cont con la ayuda de Perdicas, rey de Macedonia, pro-bablemente debido a su antigua amistad con el padre y antecesor de ste,Amintas68.

    Lo que Espeusipo reprocha a Iscrates es precisamente no haber ala-bado suficientemente a Filipo y a sus antepasados, as como no haber dadouna respuesta adecuada a lo que considera calumnias que circulaban en elmundo griego contra el monarca (2). En ese sentido, su epstola debe serentendida como una respuesta al Filipo de Iscrates. Marginalmente, tam-bin le ataca por su desconsideracin hacia Platn, su to y antecesor a lacabeza de la Academia (2).

    En consecuencia, Espeusipo se propone con su carta un doble objetivo:proporcionar evidencias que promuevan entre los griegos la buena volun-tad hacia Filipo y dar a ste argumentos que justifiquen sus ms recientesadquisiciones territoriales, as como su inclusin en la Anfictiona de Del-fos. Para ello, menciona determinados hechos histricos, pero sobre todoutiliza razonamientos extrados de la mitologa. En la carta, la mitologa esutilizada como argumento de propaganda poltica, en la lnea mantenidapor la dinasta macedonia de los Argeadas, quienes, al menos desde Ale-jandro I al comienzo del siglo V, haban defendido su carcter de reyes grie-gos basndose en su descendencia directa del herclida Tmeno de Argos,por consiguiente en ltima instancia del mismo Heracles. Los argumentos

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    66 F. L. Vatai, Intellectuals in Politics in the Greek World. From Early Times to theHellenistic Age, London 1984, 107-108.

    67 Demost., XXIII 149.68 Demost., XLIX 26.

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  • de Espeusipo deben por lo tanto ser entendidos en el contexto general de lamitologa griega, pero tambin en relacin con la propaganda poltica ema-nada desde Macedonia69.

    El elemento clave en torno al cual giran las supuestas pruebas aporta-das por Espeusipo es el hecho incontrovertible de que, en ltima instancia,como descendiente de Heracles, Filipo no slo es griego, sino ateniense, yaque Heracles se haba convertido en hijo adoptivo de Pilio cuando se inicien los misterios de Eleusis (2). Por consiguiente, Filipo, lejos de ser unenemigo de los atenienses, es uno de sus conciudadanos, cuestin funda-mental que Iscrates haba obviado (3).

    A partir de este planteamiento, Espeusipo expone las prometidas argu-mentaciones. Comienza por recordar los importantes beneficios que losantepasados de Filipo haban ofrecido al conjunto de los griegos (3-4).Para ello se remonta a las guerras Mdicas, durante las cuales Alejandro Ihabra contribuido a salvar a los griegos de la invasin del ejrcito persa deJerjes en el ao 480. Espeusipo recoge la tradicin defendida por Herdoto,que sostiene que el rey macedonio fue el responsable del asesinato de losenviados de Jerjes y mantuvo relaciones secretas con los principales lde-res griegos70. Adems, el monarca habra salvado a los griegos concentra-dos cerca de Heracleion, al norte del ro Peneo, al anunciarles la alianza delos tesalios encabezados por Alevas con el rey persa, lo que habra conver-tido su permanencia en ese territorio del norte de Grecia en una trampa71.

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    69 Los argumentos mitolgicos desempearon un papel importante en el debate sobreel origen de los macedonios y de sus monarcas. Segn Hesodo (fr. 7 Merkelbach-West),Makedn, el fundador epnimo de Macedonia, era hijo de Zeus y de una hija de Deuca-lin. Esto, a pesar de la paternidad de Zeus, exclua a los macedonios de la genealoga delos pueblos griegos, al no descender del epnimo Helen. Versiones posteriores, en lasegunda mitad del siglo V, atribuibles a la corte macedonia, convirtieron a Makedn en des-cendiente de Eolo y, por consiguiente, en griego. Por otro lado, la promocin del mito quehaca de los reyes macedonios descendientes de los Temnidas de Argos acab por con-vertir a los macedonios en dorios. Sobre el desarrollo de estos argumentos mitolgicos,vase Hall, Ethnic Identity 63-65.

    70 Hdt., V 18-20; VII 172-173; IX 44. Demstenes (VI 11) presenta en cambio laactuacin de Alejandro I durante las guerras Mdicas como una traicin hacia los griegos.

    71 Herdoto no menciona la supuesta traicin de los tesalios en relacin con elepisodio de Heracleion, pero Diodoro Sculo (XI 2, 6) s afirma que los tesalios y otrosgriegos haban dado tierra y agua a los enviados de Jerjes (cf. Bickermann, SpeusippsBrief, 31).

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  • No es fcil saber si la accin progriega de Alejandro existi y hasta qupunto su intervencin fue relevante en el desenlace del conflicto. Es posi-ble que su actitud fuera magnificada por l mismo en el contexto de supoltica de acercamiento a las poleis griegas. Pero es un hecho que Alejan-dro pas a la historia con el sobrenombre de Filoheleno y que fue autori-zado a competir en los juegos de Olimpia, certificando el carcter griegode su dinasta, que qued fijado desde ese momento.

    Espeusipo reprocha a Iscrates haber omitido en su discurso tales acon-tecimientos, a pesar de afirmar que deseaba lograr el favor de los griegoshacia Filipo. Ms adelante (9-10), echa en cara al orador haber relacionadoal monarca macedonio con personajes cuyo comportamiento inadecuado nopoda despertar el entusiasmo de los griegos en general y de los ateniensesen particular. Por un lado Alcibades, impo y mal patriota, cuya actuacinpoltica en Atenas es indefendible. Segn Espeusipo, si de lo que se tratabaera de resaltar el comportamiento tico de un exiliado como Alcibades, elejemplo perfecto hubiera sido el propio padre de Filipo, Amintas, quienrecuper el poder en Macedonia tras ser expulsado del trono y gobern conjusticia hasta el final de sus das. Por otro lado Dionisio, el impo e injustotirano de Siracusa, cuyo gobierno no puede en ningn modo servir de ejem-plo y de comparacin con el de Filipo. En ambos casos, el mensaje deEspeusipo es difano: contra la tesis de Demstenes, Filipo no es un tirano,sino un gobernante virtuoso, y el personaje adecuado con el que debe sercomparado es Heracles, que dedic su existencia a luchar contra malhecho-res y tiranos, haciendo un uso justo de la fuerza.

    La relacin de parentesco de Filipo con Heracles que constituye asi-mismo el punto de partida de Iscrates en su Filipo (vase al respecto elApndice) proporciona de hecho el ncleo fundamental de los demsargumentos barajados por Espeusipo en la parte central de su epstola, conlos que intenta desmontar las acusaciones que la propaganda antimacedo-nia formulaba contra el imperialismo macedonio. En primer lugar, trata dedemostrar que los territorios que Filipo haba adquirido recientemente enla Pennsula Calcdica, tras el conflicto blico librado contra Olinto72, por

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    72 El autor de la carta descarga a Filipo de cualquier responsabilidad en el inicio deesta guerra (5), una interpretacin interesada que, por la cercana de los hechos, cabe atri-buir en este caso directamente a Espeusipo ms que al historiador Antpatro. Cf. Hammondy Griffith, A History of Macedonia, II, 515.

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  • derecho ya pertenecan con anterioridad a Macedonia, puesto que sus leg-timos propietarios eran los herclidas emparentados con los reyes macedo-nios (5-7). Atribuye a Antpatro el mrito de haber descubierto tal cir-cunstancia y de haber narrado los hechos en su relato histrico.

    Espeusipo comienza por legitimar la anexin de Olinto (destruida porlos macedonios en 348), propiedad antes de los herclidas que de los cal-cidios (5). Prosigue con Anfpolis (conquistada por Filipo en el ao 357,constitua uno de los principales contenciosos con Atenas) y con Potideaen la pennsula de Palene (en manos del monarca macedonio desde 356)(6). Finaliza con Torone (capturada por Filipo en 349) (7), para aadira continuacin que tambin el territorio de los Edones perteneca a losmacedonios (7). En los casos de Anfpolis, Potidea y Torone, Espeusipoaporta presuntas pruebas a travs del relato mitolgico. En l, Heracles espresentado como defensor de la justicia y los herclidas como legtimospropietarios de los territorios citados. En cambio, atenienses y calcidiosson usurpadores en Anfpolis, eretrios, corintios y aqueos lo son enPalene, de nuevo los calcidios en Torone. En definitiva, nada cabe repro-char a Filipo, que no habra hecho otra cosa que recuperar lo que en justi-cia le perteneca. Espeusipo deja clara su intencin al concluir que lo refe-rido no son palabras vacas como las de Iscrates, sino argumentospoderosos que han de ser tiles para consolidar el poder del rey mace-donio (8).

    A continuacin, Espeusipo proporciona a Filipo argumentos histrico-mitolgicos que demostraran la legitimidad de su aspiracin a pertenecera la Anfictiona de Delfos. Del mismo modo que habra, desde el mismocomienzo de su existencia, precedentes de miembros de la Anfictiona los inexistentes Flegieos, Dropes y Crisaios que habran sido expul-sados de ella por su inadecuada actuacin y sustituidos por otros (8),deba ser considerada justa la reciente expulsin de los focidios y la adju-dicacin de sus votos a Filipo como recompensa por la campaa dlfica, enla que el monarca haba tenido un protagonismo particular en favor de losintereses generales de los griegos (9). Como en los casos anteriores,Espeusipo atribuye estas argumentaciones a la investigacin de Antpatro yreprocha de nuevo a Iscrates no haberlas mencionado en su discurso.

    En la ltima parte de la epstola, Espeusipo vuelve a descalificar a Is-crates y a sus discpulos. A estos ltimos les reprocha su servilismo respectoa su maestro y, en consecuencia, su falta de personalidad, que les ha hechoencumbrar el Filipo de Iscrates a pesar de su escasa calidad (11). Y no es

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  • slo que en l se expongan opiniones inadecuadas o argumentos insuficien-tes; es simplemente una cuestin de desinformacin, incluso de incultura,por parte del orador ateniense. Como ejemplo de ello, Espeusipo se mofa dela afirmacin de Iscrates de que los habitantes de Cirene eran colonos deorigen lacedemonio, cuando todos saben que procedan de Thera. El nfimonivel de la escuela isocrtica quedara demostrado por el hecho de que elmaestro haba designado como su sucesor a su discpulo pntico, al quecalifica como infame y ni siquiera menciona por su nombre, si bien esprobable que deba ser identificado con Iscrates de Apolonia (11).

    Introduce asimismo (12) una breve y oscura crtica dirigida contraTeopompo, que se encontraba en ese momento viviendo en Macedonia. Leacusa de calumniar a Platn73, quien supuestamente habra contribuidopoderosamente a que Filipo se aupara al poder en Macedonia en poca dePerdicas74. En cualquier caso, Espeusipo anima al monarca a retirar sufavor hacia Teopompo, algo que sin duda sucedera si autorizaba a Antpa-tro a leer en pblico su historia de Grecia, que el autor de la misiva presentacomo superior a la de Teopompo y, lo ms importante, ms til para losintereses de Filipo.

    La carta finaliza de manera aparentemente precipitada con la simplemencin de otras afirmaciones inadecuadas realizadas en su discursopor Iscrates. Espeusipo justifica el hecho de no extenderse ms sobrelo que considera pretextos del orador ateniense por la escasez depapiro existente, provocada por la conquista de Egipto por el rey persa(14). La falta de papiro a la que se alude debe de referirse a la expedi-cin hacia Egipto llevada a trmino por Artajerjes en la segunda mitaddel ao 343, lo que permite fechar la carta en un momento inmedia-tamente posterior75. Hay que tener en cuenta que Atenas, como el con-junto del mundo griego, tena una dependencia absoluta respecto aEgipto en lo que respecta al suministro de papiro, cuyas produccin y

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    73 Existe noticia de que Teopompo fue autor de un escrito antiplatnico (Athen., XI118, 508 c-d = Fr. Hist Gr., 115 F 259), con el ttulo Contra la enseanza de Platn. Cf. Meissner, Historiker zwischen Polis und Knigshof, 384.

    74 Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten, 93: Espeusipo (y la Academia) notena en ese momento una relacin directa con Filipo. Por esa razn, debe recordar la viejaamistad de Platn con Perdicas con el fin de predisponer favorablemente al rey macedoniohacia l.

    75 Bickerman, Speusipps Brief, 33; Isnardi Parente, Speusippo, 395.

    373 Gerin2001, n. 19: 355-390

  • comercializacin estaban en manos del estado egipcio76. En esas condi-ciones, cualquier inestabilidad en el pas del Nilo repercuta inmedia-tamente en la exportacin del papiro a las regiones mediterrneas, demanera que la afirmacin con la que Espeusipo pone punto final a suescrito no es necesariamente un recurso retrico, sino probablemente elreflejo de una situacin real.

    3. FINALIDAD DE LA CARTA

    Cul era el objetivo u objetivos que buscaba Espeusipo al redactar sucarta dirigida a Filipo de Macedonia? Tena una finalidad poltica? Pre-tenda obtener algn beneficio para la Academia a la que representaba opara alguno de sus miembros? Markle ha apuntado que su fin era lograr elnombramiento de Aristteles, miembro de la Academia, como tutor deljoven Alejandro, tal y como efectivamente sucedi77. Con ello, Espeusipohabra pretendido y conseguido situar en la corte macedonia a unrepresentante significativo de la Academia, en supuesta competencia conlos isocrticos. Que la epstola tuviera como resultado fomentar la simpa-ta de Filipo hacia la Academia, en la persona de su director, es plausible.Pero en ningn momento se alude en ella, ni siquiera indirectamente, a laeleccin de tutor para Alejandro, ni cabe deducir por otras fuentes que laAcademia influyera en su designacin. Probablemente fueron las relacio-nes de la familia de Aristteles con Macedonia su padre haba ejercidocomo mdico en Pella durante el reinado de Amintas, padre de Filipo loque le abri las puertas de la corte78. Tampoco hay motivos para pensar,

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    76 Al respecto N. Lewis, Papyrus in Classical Antiquity, Oxford 1974, 12-13, quienrecoge el texto de Espeusipo como uno de los escassimos textos clsicos griegos que men-cionan el uso del papiro y los problemas de su abastecimiento. Sobre el precio del papiroen la Antigedad, G. Glotz, Le prix du papyrus dans l'Antiquit grecque, Annales d'his-toire conomique et sciale 1 (1929) 3-12.

    77 M. M. Markle III, Support of Athenian Intellectuals for Philip: a Study of Iso-crates' Philippus and Speusippus' Letter to Philip, JHS 96 (1976), 92-97. Algo similar essugerido por Flower, Theopompus of Chios, 54-55: Espeusipo escribi su carta con el finde lograr para la Academia el patronazgo real. Cf. Diog. Laert., V 10.

    78 Hammond y Griffith, A History of Macedonia, II 517; Trampedach, Platon, 139;Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten, 91.

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  • como propone Shrimpton, que Teopompo rivalizara con Aristteles (y portanto con la Academia) para convertirse en preceptor del hijo de Filipo, yque sa fuera la causa del ataque de Espeusipo contra el historiador79. Enltima instancia, influir en la eleccin de tutor para Alejandro no era el pro-psito de la epstola80.

    En la carta, Espeusipo slo formula una peticin concreta a su destina-tario: que acoja amistosamente al historiador Antpatro y que escuche aten-tamente, por su propio inters, su reconstruccin de diversos episodios dela historia de Grecia. Explcitamente aade que, tras la lectura pblica deltexto de Antpatro en la corte macedonia (12), quedar de manifiesto laincompetencia de Teopompo de Quos como historiador frente a la periciadel portador de la misiva.

    De ah ha deducido Meissner que el objetivo de Espeusipo era lograrque Filipo sustituyera a Teopompo por Antpatro como historiador de sucorte81. Sin embargo, esta tesis no est constatada. Es indudable que eltexto prueba que Teopompo estaba en ese momento en Macedonia, docu-mentndose para la redaccin de su gran obra histrica sobre Filipo82. Cier-tamente, Espeusipo habla de la proteccin que el monarca presta aTeopompo (12), que debe entenderse como un patronazgo que podaincluir ayuda econmica, pero que sobre todo deba implicar libertad demovimientos y acceso a todo tipo de informaciones en Pella. Pero eso noquiere decir que haya de ser visto como el cronista de la corte macedoniay que su intencin fuera permanecer en ella indefinidamente. Por otro lado,Espeusipo no slo no pide a Filipo en ningn momento que nombre a Ant-patro su historiador oficial s reclama en cambio para l algn tipo derecompensa por su trabajo (1 y 5), sino que finaliza su carta solicitando

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    79 Shrimpton, Theopompus the Historian, 6.80 La tesis de Markle es ms bien una anticipacin histrica, llevando a la mitad del

    siglo IV un tipo de comportamiento ms propio de la poca helenstica. Cf. Sonnabend,Die Freundschaften der Gelehrten, 91.

    81 Meissner, Historiker zwischen Polis und Knigshof, 384. En opinin de Flower,Theopompus of Chios, 55, es posible que Espeusipo quisiera sustituir a Teopompo porAntpatro porque aqul era un enemigo de la Academia, como indicara la alusin a suscalumnias contra Platn.

    82 Cf. Flower, Theopompus of Chios, 21-22 y 55: en esa misma poca pudo residirtambin en Macedonia Anaxmenes de Lampsaco, que pudo competir con Teopompo porel patronazgo de Filipo.

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  • al rey que lo enve de vuelta a Atenas lo antes posible, lo cual descarta unavoluntad de permanencia en Macedonia.

    Ha sido habitual dar por buena la tesis segn la cual Teopompo fue dis-cpulo de Iscrates83. De acuerdo con ella, el ataque de Espeusipo contraTeopompo debera entenderse como una derivacin de la invectiva contrasu maestro. ltimamente, esa tesis ha sido impugnada por Flower, paraquien, ni Teopompo fue alumno de Iscrates, con el que discrepaba ennumerosas cuestiones, ni la carta de Espeusipo puede servir como pruebade esa relacin84. Si la supuestamente estrecha vinculacin entreTeopompo e Iscrates no existi, la descalificacin del historiador debeentenderse en tanto que competidor de Antpatro, y se explicara por smisma a causa de las calumnias contra Platn y, probablemente, por lamisma razn por la que Espeusipo critica a Iscrates: la cortedad de susalabanzas hacia Filipo.

    Sin duda, la carta de Espeusipo va dirigida sobre todo contra Iscrates,con el fin de desacreditarle, tanto a l como a su escuela, ante Filipo y antela opinin pblica griega85. Iscrates es descalificado, no por sus ideas,sino por su incapacidad para argumentarlas slidamente (2-5): desconocela historia de Grecia y de Macedonia (9), hasta el punto de cometer elinmenso error de adjudicar la fundacin de Cirene a los lacedemonios(11); realiza comparaciones inadecuadas al fin propuesto (9-10); por suavanzada edad, ha perdido ingenio y brillantez (4). Iscrates es en defini-tiva un sofista (9), sus palabras carecen de contenido (7) y de credibili-dad (13). Y no hay esperanza de que sus discpulos, sin personalidad nicapacidad de iniciativa (11), puedan mejorar al maestro. De ello, no haymejor prueba que la designacin de su sucesor, un sofista infame y tedioso(11 y 14).

    El principal objetivo de la carta era, por consiguiente, una respuestaintelectual al Filipo de Iscrates, y se inserta en la polmica entre los iso-

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    83 Vase entre otros Vatai, Intellectuals in the Greek World, 109: Teopompo estabaescribiendo en la corte macedonia sus Filpicas en apoyo de los objetivos de Filipo, peroactuaba en representacin de su maestro Iscrates; Pdech, Thopompe, 21; Shrimpton,Theopompus the Historian, 10.

    84 Flower, Theopompus of Chios, 53-62.85 Bickermann, Speusipps Brief, 45: la carta es ms un panfleto contra Iscrates que

    un escrito poltico en favor de Filipo; Isnardi Parente, Speusippo 402; Vatai, Intellectualsin the Greek World, 109-110; Trampedach, Platon, 101.

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  • crticos y la Academia. Pero, en las circunstancias histricas que sevivan en el mundo griego en aquel entonces, poda un escrito con esecontenido quedar circunscrito al simple debate entre escuelas de pensa-miento, sin repercusiones polticas? En ese sentido, hay que plantearseuna cuestin de difcil respuesta: persegua la carta algn objetivo pol-tico concreto?

    La epstola est concebida como documento privado, pero abierto a unpblico ms amplio a travs de su publicacin86. No cabe duda de queEspeusipo saba al escribirla que tendra repercusin ms all de los sim-ples crculos cortesanos macedonios, y que de ella se hara una lecturapoltica en Atenas. Y esto en un perodo de especial efervescencia, cuandoen relacin con Filipo la disyuntiva era, bien considerarlo un peligrosotirano como defenda Demstenes en sus Filpicas, bien un deseado o for-zado aliado de los griegos, como se desprende tanto de los ltimos escri-tos de Iscrates como de la carta de Espeusipo87. Las tesis de Demstenesno eran las nicas en Atenas, ni siquiera las mayoritarias, al menos hastael ao 34088. La misma repeticin de sus argumentos en diferentes discur-sos prueba que no era obvio para el conjunto de los ciudadanos ateniensesque Filipo fuera su enemigo y un peligro inminente, as como que la ciu-dad debiera abanderar la resistencia a su avance. El propio Demstenesdeja claro en alguno de sus discursos que hay atenienses que hablan enfavor de Filipo, sin que eso les plantee problemas con sus conciudadanos,aunque el orador los descalifica a continuacin al acusarles de dejarse

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    86 Bickermann, Speusipps Brief, 18; Hammond y Griffith, A History of Macedonia,II, 515; Isnardi Parente, Speusippo, 393; Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten,90.

    87 Las relaciones entre Atenas y Filipo en los aos inmediatamente anteriores y pos-teriores a la redaccin de la carta de Espeusipo son analizadas por R. Sealey, Philipp II.und Athen, 344/3 und 339, Historia 27 (1978) 295-316.

    88 Bickermann, Speusipps Brief, 47. Cawkwell, Philip of Macedon, 77 ss., considerasobrevalorado el papel desempeado por Demstenes en la poltica ateniense, debido a laconservacin de sus discursos frente a la prdida de los pronunciados por otros significa-tivos hombres pblicos de Atenas. Sobre la poltica desarrollada por Demstenes, vaserecientemente P. Carlier, Dmosthne, Paris 1990; R. Sealey, Demosthenes and his Time.A Study in Defeat, Oxford 1993; Cl. Moss, Dmosthne ou les ambigits de la politi-que, Paris 1994; y el detallado anlisis de T. T .B. Ryder, Demosthenes and Philip II enI. Worthington (ed.), Demosthenes. Statesman and orator, London-New York, 2000, pp. 45-89.

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  • corromper por el monarca: sus opiniones no seran sinceras, sino fruto delsoborno89.

    Haba por consiguiente en la misma Atenas y en otros lugares deGrecia intelectuales que, frente a Demstenes, defendan la tesis de queel monarca macedonio era la solucin adecuada a la crisis social, econ-mica y poltica que estaban viviendo las ciudades griegas durante el sigloIV90. No obstante, por significativas que pudieran ser las opiniones de unorador de prestigio como Iscrates y del director de una institucin cultu-ral como la Academia, eso no significa que pueda concluirse que la liteintelectual ateniense (tampoco el conjunto de la ciudadana, obviamente)apoyaba mayoritariamente a Filipo91.

    En ese debate ateniense, el autor de la carta tomaba partido en favor dela tesis que presentaba al rey de Macedonia como necesario lder de losgriegos y que le animaba a dirigir una expedicin contra los persas. A nadiepoda dejar indiferente en Atenas la exculpacin de Filipo en la guerra con-tra Olinto, la justificacin de la apropiacin de Anfpolis frente a los inte-reses atenienses o la sorprendente afirmacin de que el rey macedonio,gobernante de brbaros, no slo era griego, sino conciudadano ateniensecomo descendiente de Heracles, algo que no dejara de escandalizar a losque pensaban como Demstenes, para quien era una traicin considerar aFilipo un griego92.

    Aparentemente, Espeusipo mantuvo durante toda su vida una posturaideolgica favorable al sistema de gobierno unipersonal, bien en su formatirnica, bien en la modalidad monrquica. Acompa a Platn en sus via-jes a Sicilia93 y particip del objetivo de conducir el gobierno del tirano

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    89 Demost., VIII 66 (discurso sobre los asuntos del Quersoneso, pronunciado en laprimavera del ao 341 a.C., con posterioridad a la carta de Espeusipo). Demstenes noaporta pruebas de su aserto, que puede considerarse un simple argumento retrico. Cf. Sea-ley, Demosthenes and his Time, 163.

    90 Cf. Momigliano, Filippo il Macedone, 132: cita a Teopompo, Iscrates y Espeu-sipo; A. Wrle, Die politische Ttigkeit der Schler Platons, Gppingen 1981, 31. La ideade que exista en el mundo griego una crisis generalizada ha sido matizada acertadamentepor P. Carlier, Le IVe sicle grec jusqu' la mort d'Alexandre, Paris 1995.

    91 En ese sentido, C. Moss, La fin de la dmocratie athnienne. Aspects sociaux etpolitiques du dclin de la cit grecque au IVe sicle avant J.-C., Paris 1962, 445 n. 1.

    92 Demost., IX 31. Cf. Shrimpton, Theopompus the Historian, 162.93 Merlan, Zur Biographie des Speusippos, 203; Wrle, Die politische Ttigkeit

    der Schler Platons, 28-30; Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten, 88-89.

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  • Dionisio de Siracusa hacia el modelo ideal defendido por la escuela plat-nica. Fracasado ese intento, resulta coherente con su pensamiento que diri-giera su mirada en los ltimos aos de su vida hacia Filipo, en el momentodel mximo esplendor de su monarqua en contraposicin a las convulsio-nes sufridas por las poleis tradicionales94.

    En consecuencia, no sorprende que Espeusipo remita una carta adula-dora al rey Filipo. De la epstola se desprende sin lugar a dudas la posicinfavorable de su autor, tanto al gobierno monrquico, como al liderazgo delmonarca macedonio en el concierto general griego, lo cual no implica niantipatriotismo, ni renuncia a defender los intereses atenienses de la maneraque a l le parece la mejor posible. Pero si el filomacedonismo de Espeu-sipo es evidente95, cabe preguntarse a continuacin si hace su declaracin attulo personal o como director de la Academia, y, en ese caso, si representalas tesis polticas de esta institucin, bien como algo novedoso, bien comocontinuacin de comportamientos anteriores a su nombramiento.

    Espeusipo deba ser consciente de que el contenido de su misiva nosera visto en los crculos intelectuales atenienses como el fruto de unasimple iniciativa personal, sino como la toma de postura de la institucinfrente a la monarqua de Filipo y con respecto a las relaciones entre el reyy Atenas. Ahora bien, no hay datos en las fuentes que permitan concluirque la carta es resultado de un debate interno en el seno de la Academia,aunque del comienzo de la epstola puede deducirse que su origen est enuna reunin de la Academia. No parece lcito, en consecuencia, usar lacarta de Espeusipo para resucitar la tesis del supuesto filomacedonismo dela Academia96, ya desde la relacin de su fundador Platn con el rey Perdi-

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    94 Isnardi Parente, Speusippo, 61: Dalla razionalizzazione della tirannide all'ade-sione idealizzante a una monarchia tradizionale, il pensiero di Speusippo appare animatoda una decisa componente politica e da una sempre pi aperta e spiccata simpatia, comoebbe a dire A. Momigliano gi molti anni fa, per la 'regalit in quanto tale. Cf. Momi-gliano, Filippo, 132, n. 2.

    95 Cf. Merlan, Zur Biographie des Speusippos, 207; Wrle, Die politische Ttig-keit der Schler Platons, 31. En contra, Sonnabend, Die Freundschaften der Gelehrten, 92,quien ve en la carta slo una confrontacin intelectual con Iscrates, pero no una defensade las tesis promacedonias, al igual que faltan las crticas contra Atenas.

    96 El debate sobre el pretendido filomacedonismo de la Academia como institucinse remonta a finales del siglo pasado. La tesis fue propuesta por J. Bernays, Phokion undseine neueren Beurtheiler. Ein Beitrag zur Geschichte der griechischen Philosophie undPolitik, Berlin 1881, y desmentida por Th. Gomperz, Die Akademie und ihr vermeintli-

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  • cas, ni convertir a esta institucin y a Espeusipo en idelogos al servicio dela propaganda macedonia en Grecia97.

    Sin embargo, tambin parece excesivo negar totalmente una finalidadpoltica a la epstola. La carta no contiene propuestas polticas concretas.Expresamente, ni se anima al monarca a liderar a todos los griegos, ni a ini-ciar la conquista de Persia, ni hay tampoco una defensa del panhelenismo98.Pero la razn de esa ausencia de argumentaciones polticas no es el desin-ters. De hecho, Espeusipo puede legtimamente haber considerado inne-cesario repetir unas tesis, las de Iscrates, con las que manifiesta explci-tamente que Antpatro, e implcitamente l mismo, estn de acuerdo (1:si bien aplaudi sus ideas fundamentales). Como ya se ha dicho, Espeu-sipo no ataca las ideas de Iscrates en relacin con el papel que debedesempear el rey macedonio en el mundo heleno, sino su ineficazdefensa, y, al fortalecer la posicin de Filipo en Grecia, proporcionndolelegitimidad sobre una base histrico-mitolgica, est fortaleciendo el pan-helenismo terico de Iscrates y cimentando sus propuestas concretas. Enuna situacin de confrontacin como la que exista en 343-342, Espeusipono poda ser tan ingenuo como para suponer que quienes leyeran su cartano extraeran consecuencias polticas de ella, ms all de su furibundadescalificacin de Iscrates, que hubiera podido llevar a cabo probable-mente sin necesidad de tomar partido con tanta claridad por Filipo.

    4. APNDICE: EL MITO COMO ARGUMENTO*

    La carta de Espeusipo despliega buena parte de su significado en elcontexto del Filipo de Iscrates. La misiva contiene las recomendaciones

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    cher Philomacedonismus, Wien. Stud., 4 (1882) 101-120. En general sobre la posicin dela Academia en el contexto histrico del siglo IV, M. Isnardi Parente, Teoria e prassi nelpensiero dell'Accademia antica, PP 11 (1956) 401-433; idem, L'Accademia antica:interpretazioni recenti e problemi di metodo, RFIC 114 (1986) 350-378.

    97 sta es la conclusin de S. Fuscagni, Aspetti della propaganda macedone sottoFilippo II, en M. Sordi (ed.), Propaganda e persuasione occulta nell'Antichit, Milano1974, 80.

    * A Mela Dvila Freire (Barcelona) y a Francisco Pina Polo (Zaragoza) estoy since-ramente agradecida por la ayuda inestimable que me han prestado al revisar el manus-crito.

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  • dirigidas a Filipo por el director de la Academia platnica en favor de unhistoriador de nombre Antpatro de Magnesia, por lo dems desconocido,en forma de carta pretendidamente abierta, es decir, con voluntad publi-cista. Espeusipo no se convirti en peticionario ante el rey sino por afn denotoriedad: como contemporneo que no participaba de un modo inme-diato en la toma de decisiones, pretenda manifestar su perspectiva de loshechos e influir sobre la percepcin de la opinin pblica en su propiobeneficio, a la vez que ejerca presin sobre su destinatario. Por ello, lacarta al igual que el Filipo isocrtico al que responde debe clasificarseen la categora de los panfletos que acompaan a discusiones polticasen la forma de escritos pblicos ampliamente difundidos, en tanto queabordan los acontecimientos desde un punto de vista parcial y condenan laactuacin de los adversarios, incluso recurriendo a estereotipos o imgeneshostiles99. Estos panfletos sealan una condicin histrico-cultural de sutiempo, e informan sobre la propia imagen de los publicistas, de tal formaque el panfleto, en tanto que refleja valores y experiencias colectivosvigentes, facilita informacin sobre ciertos elementos constitutivos delpensamiento poltico.

    Con estas premisas, hay que tomar en consideracin otros dos aspec-tos. Por un lado, la eleccin de este gnero, o de este medio, distinguelos aos centrales del siglo IV a.C. como una poca en la que las estruc-turas de comunicacin social, debido a la generalizacin del textoescrito que estaba producindose, se estaban transformando en profun-didad. Ciertamente, los consejos polticos en forma escrita adquierensentido slo cuando el texto escrito alcanza aceptacin como medio parala expresin de los consejeros. Cuando Iscrates recomienda a Filipo, ensu calidad de hombre de entendimiento y amante de la sabidura, quereflexione con tranquilidad sobre los puntos relevantes del texto despus

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    98 Trampedach, Platon, 101: la defensa de los intereses polticos de Filipo es algosecundario, de modo que no se puede incluir a Espeusipo entre los panhelenistas y defen-sores de una cruzada antipersa (en el mismo sentido H.-J. Gehrke, Stasis. Untersuchungenzu den inneren Kriegen in den griechischen Staaten des 5. und 4. Jahrhunderts v. Chr.,Mnchen 1985, 59, n. 22). Para Isnardi Parente, Speusippo, 402, la carta no forma partede la historia poltica de la Academia.

    99 J. Sykutris, s.v. Epistolographie, RE Suppl., 5 (1931), 185-220, especialmente200-202; F. Bosbach (ed.), Feindbilder. Die Darstellung des Gegners in der politischenPublizistik des deutschen Mittelalters und der Neuzeit, Kln (et al.) 1992, 9-11 y 235-242.

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  • de haberlo escuchado100, le est sugiriendo una forma de recepcin queen su opinin abre dimensiones adicionales para su comprensin. Unarecepcin en dos niveles escuchar y leer de forma sucesiva producesu efecto, por as decir, dos veces, porque el mbito emocional es afec-tado con mayor intensidad mediante la escucha y el racional mediante lalectura. El carcter doble de la obra literaria apunta a dos niveles cogni-tivos, ya que por un lado contina atrapada en una tradicin de publica-cin y recepcin oral y auditiva, pero, por otro lado, en funcin de suconfiguracin artificial, en realidad demanda ms bien un lectoratento101.

    Adems, los panfletos parecen insinuar una relacin especial entrefilsofos y gobernantes, y, en la estela de Platn, ofrecen un complementode poltica prctica para la teora poltica. Indudablemente, la teora pol-tica de Platn, que resulta de la metafsica y la tica, se sita en el puntodiametralmente opuesto a la praxis poltica habitual; incluso el conocidointento de influir en Sicilia no relativiza la dicotoma principal102. Ellopuede decirse tambin de los discpulos de Platn y de otros filsofos coe-tneos. Entre ellos, quiz no fuesen pocos los que estaban polticamenteactivos de forma evidente; no obstante, un anlisis de la actividad de fil-sofos que tenan una vida poltica desvela que no lo eran tanto por su doc-trina filosfica como por el prestigio y el nivel de popularidad que de ellaobtenan103. Ni con Platn ni con Espeusipo fue nunca la Academia unpoder poltico104; para ello faltaban condiciones previas absolutamentenecesarias a fin de desarrollar el poder de un grupo: concepto y coordina-cin. La razn para la implicacin de los filsofos podra radicar en ladependencia existencial de las poleis griegas de la relacin personal de susciudadanos con los poderosos en la poca de la sumisin a la soberanamacedonia, que les abra la posibilidad de mejorar su posicin. El bene-

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    100 Isocr., Phil., 25-29.101 S. Usener, Isokrates, Platon und ihr Publikum. Hrer und Leser von Literatur im

    4. Jh. v. Chr., Tbingen 1994, 53s., 83-86 y 231-238.102 P. A. Brunt, Plato`s Academy and Politics, en P. A. Brunt, Studies in Greek His-

    tory and Thought, Oxford 1993, 282-342, especialmente 282-332; Trampedach, Platon.103 H.-J. Gehrke, Theorie und politische Praxis der Philosophen im Hellenismus, en

    W. Schuller (ed.), Politische Theorie und Praxis im Altertum, Darmstadt 1998, 100-121.104 Representativo para esta opinin Wrle, Die politische Ttigkeit der Schler Pla-

    tons, 28-33 y 163-170.

    382Gerin2001, n. 19: 355-390

  • ficio que el gobernante obtena del presunto discurso entre poder y filo-sofa se refleja no en los prstamos tomados de las reflexiones sobre teoradel estado, sino en la autoafirmacin: en la ndole de las relaciones socia-les del gobernante y tambin de las normas de comportamiento seorial,se inclua el nfasis en la lealtad, la benevolencia y el respeto a la libertadde ciertos grupos de sbditos. Conceptos como e Gnoia, leuqer a, e &poie n, e erges a delinean las cambiantes obligaciones de poderosos ydbiles, inmanentes a las sociedades basadas en una estructura clientelar,que han sido denominadas solidaridad vertical por Assmann105.

    En este contexto, se descubren en los panfletos algunos elementosconstitutivos del pensamiento poltico, como por ejemplo el intento de jus-tificar o legitimar aspiraciones de poder poltico mediante la recuperacinde motivos mitolgicos. En lo que sigue, ser necesario analizar el Filipode Iscrates en su condicin de desencadenante de la perspectiva publici-taria, as como la reaccin de Espeusipo a la luz de un proceso conscientede elaboracin de la tradicin. Ninguno de estos dos autores establece dife-renciacin alguna entre el mito y la historia, que en sus textos no son con-templados en s mismos, sino instrumentalizados. El pasado mtico es ide-alizado y adquiere un carcter paradigmtico. Lo realmente importante esla posibilidad constante de actualizacin y el poder de persuasin, ademsde criterios decisivos como la plausibilidad y la eficacia del mito en unasituacin especfica.

    As, Iscrates hace referencia hasta cuatro veces a Heracles, pre-sentado explcitamente al inicio de la declaracin programtica del orador106,en la que Iscrates caracteriza a Filipo como posible instaurador de la liber-tad. Si los macedonios se reconciliasen con Argos, Esparta, Tebas y Atenas,sera posible un acuerdo de todas las poleis, porque stas suelen buscar en lasdems una cmoda proteccin. La base de sus esfuerzos sera la tradicionalactitud positiva de estas ciudades respecto al rey macedonio: al fin y al cabo,Argos era la polis de sus antepasados, de ah que tuviera derecho a recibir lasmismas atenciones que ellos; en Tebas no se venera a ninguna otra deidad delmismo modo que el fundador de su linaje; y en Esparta se ha otorgado per-manentemente a sus descendientes la realeza y el mando supremo en la gue-

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    105 J. Assmann, Mat. Gerechtigkeit und Unsterblichkeit im Alten gypten, Mnchen1990, 92-121, especialmente 103.

    106 Isocr., Phil., 30-41.

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  • rra. Atenas, sin embargo, por un lado logr ciertamente la inmortalidad deHeracles Iscrates no se detiene en los detalles y, por otro lado, la sal-vacin de sus hijos en la lucha contra las fuerzas de Euristeo. Ya slo porestos actos salvadores, la ciudad se merece el agradecimiento de todos, por-que, en caso contrario, no habra nacido ninguna de las personas que vivenactualmente. La buena disposicin de estas cuatro ciudades hubiera debidohacer que el macedonio evitara una confrontacin desde el primer momento,porque su obligacin hubo de consistir en mostrar el agradecimiento debidopor estos favores. La consecuencia de este comportamiento habra sido quela opinin pblica, debido a los buenos servicios prestados tiempo atrs porlas poleis hacia su estirpe, se formara la idea de que el mismo Filipo habrainiciado todo esto con sus buenas acciones. Filipo, merced a sus extraordi-narios mritos hasta entonces, parecera predestinado a facilitar la reconci-liacin en inters propio de poleis enfrentadas entre s, pero que ahora, acausa de su desgracia, se encontraran a un mismo nivel y seran mucho msreceptivas a aceptar ayuda. De uno de los rasgos caractersticos de Heraclesresulta una advertencia ms: el hroe pas por ser el benefactor de toda Gre-cia, y del mismo modo Filipo est tambin obligado, como descendientesuyo107, a preservar la benevolencia de su antepasado. Uno no debera sloenojarse, sino sentirse horrorizado si un descendiente no intentara preservarun legado, y llegara incluso a desear el mal a aqullos por los que su antepa-sado acept de buena gana afrontar peligros.

    Tras postular todo ello, Iscrates prosigue afirmando que desde luegopodra alabar las capacidades espirituales de Heracles con todo detalle108,hasta entonces completamente oscurecidas por su valenta y sus hazaas,si bien stas se han visto superadas precisamente por las t a t y u c p r o s n t a y a q de Heracles, por su sensatez (f r n h s i V ), por su sen-tido del honor ( f i l o t i m a ) y por su rectitud ( d i k a i o s n h ). Sin embargo,por la abundancia del material que hay que tratar, y teniendo en cuenta supropia edad, Iscrates considera que l mismo no est en situacin de ana-lizar el tema en toda su extensin, y se concentra por ello en un ejemplo:la conquista de Troya. En menos de diez das, Heracles consigui lo quetoda la fuerza militar de los griegos no haba logrado en diez aos. Des-pus asesin a los reyes de los pueblos que ocupaban ambas costas del

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    107 Isocr., Phil., 76-78.108 Isocr., Phil., 109-115.

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  • continente. De esta valenta y de esta accin, de la victoria sobre los br-baros y de la expansin del territorio griego nos informan, desde enton-ces, las denominadas columnas de Heracles. El orador quiere instar aFilipo, como a todos los hombres sensatos, a esforzarse en emular unejemplo, y ya que el macedonio dispone de uno semejante en su propiafamilia, y en consecuencia no ha de recurrir a uno ajeno, cmo podra notener la ambicin necesaria? Por supuesto, Filipo no podr repetir lashazaas de Heracles ( a H r a k l o u p r x e i ), pero puede tomar comoejemplo su espiritualidad ( t e t y u c q o ), su filantropa ( f i l a n q r o p a ) y su benevolencia ( e n o i a ). Las condiciones actua-les esto es, combatir contra los brbaros junto a los griegos acrecen-tarn todava ms la reputacin recibida de sus antepasados. Por ltimo,Iscrates le plantea una cuestin en forma de mxima: aqullos a los quems respeto se les tiene son los aclamados como polticos hbiles y bue-nos generales. Por eso, hacerse respetar por todos los griegos gracias aadecuadas decisiones polticas, y al mismo tiempo derrotar a los brbarosmediante campaas militares, constituye el objetivo ms alto y un servi-cio que nunca se valorar lo suficiente109.

    Estas aclaraciones aleccionadoras exhortan abiertamente al macedonio,como descendiente de Heracles, a ocuparse de las poleis, porque stas fue-ron bien intencionadas con el hroe en el pasado y porque siguen estre-chamente vinculadas con l y con su descendencia. Ser e erg th es paraIscrates, en consecuencia, no slo una tarea, sino una obligacin. Suintencin es realizar no slo una comparacin cualitativa entre Filipo yHeracles, sino que exhorta al monarca adems a igualar al hroe divino, atomarlo como ejemplo y como orientacin. Por consiguiente, Iscratesinsta a Filipo, por la obligacin que representa su parentesco con el hroe,a dirigir un ejrcito panhelnico unido contra los persas; las cualidades pro-pias de un liderazgo pertenecern, en la poca helenstica, al canon decaractersticas que define al gobernante ideal110.

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    109 Isocr., Phil., 140-142.110 E. R. Goodenough, Die politische Philosophie des hellenistischen Knigtums,

    en H. Kloft (ed.), Ideologie und Herrschaft in der Antike, Darmstadt 1979, 27-89; W. Schu-bart, Das hellenistische Knigsideal nach Inschriften und Papyri, en H. Kloft (ed.), op. cit., 90-122; P. Hadot, s.v. Frstenspiegel, RAC 8 (1972), 555-624; vase adems H.-J. Gehrke, Der siegreiche Knig. berlegungen zur Hellenistischen Monarchie, AKG64 (1982), 247-277.

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  • El mvil para la carta abierta de Iscrates es la idea de una venganzamilitar contra los persas, vigente desde haca ms de ciento cincuentaaos; la idea de un, en s mismo mtico, panhelenismo recorre el panfletocomo tema principal111. La aparicin de intereses comunes a Atenas yMacedonia resulta del hecho que los atenienses se hubiesen visto obliga-dos a defender Anfpolis; si Filipo les cediera la regin voluntariamente,no slo podra gobernar de facto sobre ella, sino que tambin se habraganado la buena voluntad ateniense. Este tipo de argumentacin, en elfondo, admite la debilidad de Atenas para instalar colonias en una reginque afectara a la esfera de influencia macedonia112. La carencia de orden,disciplina y voluntad de autoafirmacin habra socabado la posicin hege-mnica de la ciudad, que ya no sera apta para dirigir operaciones milita-res de gran alcance. Tambin debe descartarse el liderazgo de las poleis siste es resultado de circunstancias casuales, porque sera inadecuado paraimponer un objetivo comn: un liderazgo de Grecia apto para los intere-ses comunes de todos los griegos tiene que estar para Iscrates libre dediscordias interestatales y ser independiente de los difusos procesos decreacin de opinin dentro de los respectivos estados. En esa medidapodr Filipo ser caracterizado como mesurado gua en la historia griega.Como descendiente distinguido de Heracles, Filipo est obligado a expre-sar su agradecimiento a las poleis griegas de diversas formas, y ahorapuede satisfacer esta deuda mediante una actuacin relacionada con lascuestiones griegas113. Esta entrega del destino de la Hlade a Filipo repre-senta una dimensin poltica nueva cualitativamente: su competencia paraactuar como hegemn emana de su libertad respecto de todos los vnculosparticulares y, consecuentemente, de una posible conducta ms panhel-nica, pero al mismo tiempo le liga a modelos mticos.

    Espeusipo se identifica con la finalidad bsica del Filipo, pero noest de acuerdo con su mezcla de exigencia pretenciosa, casi arrogante,

    F. Pina Polo y S. Panzram Mito, historia y propaganda polcia: La carta de Espeusipo...

    111 Perlman, Isocrates' 'Philippus, passim; K. Bringmann, Studien zu den politis-chen Ideen des Isokrates, Gttingen 1965, especialmente 96-102; Dobesch, Der panhelle-nische Gedanke im 4. Jh. v. Chr., especialmente 54-241.

    112 D. Grieser-Schmitz, Die Seebundpolitik Athens in der Publizistik des Isokrates.Eine quellenkritische Untersuchung vor dem Hintergrund realer historischer Prozesse,Bonn 1999, 194-203.

    113 U. Huttner, Die politische Rolle der Heraklesgestalt im griechischen Herrscher-tum, Stuttgart 1997, 79-85.

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  • y de adulacin intencionada, mediante las cuales Iscrates ofrece aFilipo una gloria imperecedera si acta como e u j e r g t h de los griegosy demuestra e n o i a 114. A fin de mostrar la incapacidad de Iscrates enla manifestacin de sus intenciones, Espeusipo establece una escalaretrica115; as podr expresar mejor su protegido Antpatro la e n o i a deFilipo. Los argumentos de Espeusipo ponen claramente en su lugar lasaspiraciones macedonias respecto de las atenienses; de este modo, hacepatente una distancia fundamental respecto de la poltica de su patria,Atenas.

    En su panfleto, la genealoga tiene prioridad: Iscrates se hubierapodido dirigir a Filipo como a un conciudadano, porque Heracles, del cuall desciende al fin y al cabo, fue adoptado por un ateniense de nombrePilio, cuando el hroe expres el deseo de ser iniciado en los misterios deEleusis (2). Esta afirmacin es decir, que Filipo no es un brbaro, sinoen realidad ateniense se relaciona, bajo el nombre de Antpatro, con laargumentacin de que en el pasado los Herclidas habran tomado posesinlegtima de Mesenia, porque Heracles habra doblegado al despticoNeleo, cuyo territorio habra dejado en las leales manos de Nstor; delmismo modo se habra comportado con el malhechor Sileo en Filis (Anf-polis) (6-8). De ah que el herclida Filipo tuviera tambin el de