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“ESTA COSA INSENSATA” Jean Meyer En Occidente, lo divino se retira del mundo de los hombres (de las mujeres, menos) como no había ocurrido nunca en los tiempos históricos. Se puede vivir muy bien sin él. Incluso se ha vuelto un estorbo en los funcionamientos de la vida, o un recuerdo irrisorio, como cuando todo el mundo va a “tomar cenizas” en aquel miércoles famoso. Resurge de manera puramente formal en circunstancias solemnes: bautizo, boda, sepelio, pero la vida cotidiana lo ignora. Uno ni se da cuenta de su progresiva desaparición; además no tiene tiempo para pensarlo. La religión, hasta entre los creyentes fieles, se reduce a una actividad marginal, algo como un lujo semanal, un momento de descanso que tranquiliza y disipa el estrés famoso. ¿Será que Dios decepcionó a los hombres? A fuerza de ponerlo entre paréntesis ¿lo habrán olvidado? Uno evita las preguntas que no encuentran contestación evidente, uno le teme al ridículo cuando es ridículo hablar de las “cosas divinas”, a menos de encontrarse en un lugar apropiado para escuchar “especialistas”. Una conspiración del silencio elimina radicalmente de nuestras sociedades todo lo que tiene que ver con lo religioso. Los jóvenes, educados en un mundo secularizado, no perciben esa ausencia; les basta la vida cotidiana con sus frustraciones materiales, sus preocupaciones y divertimientos. No siempre, no para toda la vida. Gideon Rachman, en el Financial Times del 6 de diciembre 2014, relata lo que le dijo un taxista en Kiev: “Me gusta criar peces. Mis peces piensan que entiendo su mundo. Se pelean para controlar su pecera, pero no saben que afuera de su pecera estoy yo. Quiero a mis peces, pero si algo muy importante ocurre, tendré que irme y los dejaré morir, y compraré más peces a mi regreso. Así es con Dios. Peleamos para controlar nuestro mundo y él nos vigila. Pero creo que dirige varios universos y nuestro mundo no es más que uno entre muchos. Debemos esperar que no pierda interés por nosotros”. ¡Vaya teólogo! Y al leerlo, sin olvidar que

Esta Cosa Insensata

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ESTA COSA INSENSATAJean MeyerEn Occidente, lo divino se retira del mundo de los hombres (de las mujeres, menos) como no haba ocurrido nunca en los tiempos histricos. Se puede vivir muy bien sin l. Incluso se ha vuelto un estorbo en los funcionamientos de la vida, o un recuerdo irrisorio, como cuando todo el mundo va a tomar cenizas en aquel mircoles famoso. Resurge de manera puramente formal en circunstancias solemnes: bautizo, boda, sepelio, pero la vida cotidiana lo ignora. Uno ni se da cuenta de su progresiva desaparicin; adems no tiene tiempo para pensarlo. La religin, hasta entre los creyentes fieles, se reduce a una actividad marginal, algo como un lujo semanal, un momento de descanso que tranquiliza y disipa el estrs famoso.Ser que Dios decepcion a los hombres? A fuerza de ponerlo entre parntesis lo habrn olvidado? Uno evita las preguntas que no encuentran contestacin evidente, uno le teme al ridculo cuando es ridculo hablar de las cosas divinas, a menos de encontrarse en un lugar apropiado para escuchar especialistas. Una conspiracin del silencio elimina radicalmente de nuestras sociedades todo lo que tiene que ver con lo religioso. Los jvenes, educados en un mundo secularizado, no perciben esa ausencia; les basta la vida cotidiana con sus frustraciones materiales, sus preocupaciones y divertimientos. No siempre, no para toda la vida.Gideon Rachman, en el Financial Times del 6 de diciembre 2014, relata lo que le dijo un taxista en Kiev: Me gusta criar peces. Mis peces piensan que entiendo su mundo. Se pelean para controlar su pecera, pero no saben que afuera de su pecera estoy yo. Quiero a mis peces, pero si algo muy importante ocurre, tendr que irme y los dejar morir, y comprar ms peces a mi regreso. As es con Dios. Peleamos para controlar nuestro mundo y l nos vigila. Pero creo que dirige varios universos y nuestro mundo no es ms que uno entre muchos. Debemos esperar que no pierda inters por nosotros. Vaya telogo! Y al leerlo, sin olvidar que Ucrania est en guerra, record lo dicho por Albert Einstein: La religin sin la ciencia cojea, la ciencia sin la religin es tuerta. Y el chiste de un amigo: Y Dios dijo: que Darwin sea! Y Darwin fue, y Dios vio que Darwin era bueno.En Francia, el ao pasado, un libro alcanz rpidamente el rango de best seller de modo que la gente lo lea en la playa, en agosto: Le Royaume, El Reino, de Emmanuel Carrre, una lectura personal de los evangelios, mejor dicho la bsqueda de San Pablo y de l mismo, el autor. Por ah habla de las gentes que creen en esa cosa insensata () ese nio trismico 21 que llaman cristianismo. Florence Delay, escritora, miembro de la Academia francesa, lectora de la Biblia, catlica, al resear el libro con generosidad, no duda en afirmar: pertenezco a esas gentes que creen en esa cosa insensata, la encarnacin de Jess en Mara por la virtud del Espritu Santo, su muerte y resurreccin. Nuestro Vicente Leero tambin, perteneca a esa tribu de locos. En Este Pas de febrero, Eduardo Garza escribe en Vicente Leero, sediento de Dios, que literalmente nos iluminaba. Hablaba de su fe como algo que de cierta manera iba ms all de su voluntad y de sus fuerzas, que lo rebasaba y lo sobrepasaba, que lo desbordaba y lo sobrecoga, que lo revolcaba como una ola.Cmo puede uno todava ser cristiano? Entre cien y 150 millones de cristianos, catlicos y protestantes, estn amenazados en el mundo. Los masacran a la salida de los templos en Nigeria, en Libia, Irak o Pakistn; estn condenados a convertirse al Islam o a huir; no pueden ejercer el culto en Arabia Saudita y practican una religin de catacumbas en Corea del Norte y en otros pases. No hay un solo continente que escape a la cristianofobia, y sin embargo proclaman en este domingo de Pascua la cosa insensata: Cristo ha resucitado!Investigador del [email protected]