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-- 94 << Cita «La mente es un órgano muy misterioso, sobre el que no se sabe nada en absoluto, aunque dependamos de él por completo. ¿Por qué siento que hay discor- dias y oposiciones en la mente, de modo que hay en el cuerpo tensiones producidas por causas evidentes? ¿Qué se entiende por "unidad de la mente"?» VIRGINIA WooLF .r.'I.. ·1 Fig. 5.1. El secreto de la vida mental. Charles Sherrington decía que el mundo cerebral es una « trama encantada», como una selva tupida y misteriosa de luces y sombras, apenas aún desvelada y aprovechada. ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS 1. La metamorfosis de la conciencia ¿Para qué sirve la conciencia? ¿Qué propósito psicológico tiene contemplar el mar, saborear un buen vino, escuchar el canto de un ruiseñor o apreciar la belleza de un ros- tro? Tener conciencia implica que los seres humanos conocemos nuestras percepciones, pensamientos y sentimientos y podemos explicárselos a los demás. Estamos conscientes cuando nos damos cuenta de los eventos externos, reflexionamos sobre las experiencias pasadas, procuramos solucionar problemas y elegimos una acció n en respuesta a las condiciones ambientales y a nuestros objetivos personales. A lo largo de la historia, los filósofos, psicólogos y neurocientíficos han intentado comprender la naturaleza de la conciencia, pero la investigación en este campo no es fácil. 1.1 El problema cerebro-mente El sueño de los neuropsicólogos es comprender qué es la mente. La neurociencia investiga la estructura y organización del cerebro humano y de los procesos mentales. Sin embar- go, descifrar el problema cerebro-mente, qué es la conciencia, por qué soñamos o cómo influyen las drogas en el cerebro continúa siendo objeto de debate filosófico y científico . Los estudios sobre la mente, tanto de autores clásicos como de investigadores actuales, podemos agruparlos en tres teorías: dualismo, monismo y emergentismo. A. Dualismo Los dualistas consideran que el cerebro y la mente son dos entidades independientes que pueden interactuar o no, pero que tienen características diferentes. El cerebro es materia l y espacial, puede conocerse mediante la percepción externa, pero no tiene conciencia ni es intencional. En cambio, la mente es inmaterial, no ocupa espacio y solo se puede captar por la percepción interna (privada y subjetiva); es intencional y en ella reside la conciencia. Esta postura fue defendida por los filósofos Platón (Grecia) y R. Descartes (siglo xvrr) , y ha sido ratificada por el premio Nobel John Eccles en la obra escrita junto con Kar l Popper, El yo y el cerebro (Labor, 1985). Estos autores rechazan el determinismo físico a favor de la libre voluntad: la mente puede escoger entre diferentes pensamientos y acciónes emprendidos por el cerebro y el cuerpo. La objeción más corriente al dualismo es que contradice la conservación de la energía: si la mente no tiene existencia física, ¿cómo puede iniciar cambios físicos en el cerebro? B. Monismo Los monistas rechazan la división entre cerebro y mente. Francis Crick, premio Nobel por su descubrimiento del ADN junto con John Watson, en su libro La búsqueda científi- ca del alma (1995), reivindica que la mente y su atributo más misterioso, la conciencia, no son más que el resultado del trabajo de las neuronas organizadas. La mente depende de la actividad cerebral, no es una realidad independiente. C. Emergentismo Los emergentistas afirman que la actividad mental emerge de los procesos físico- biológicos, pero no se reduce a ellos. Roger Sperry, que descubrió la función del cuerpo calloso y fue premio Nobel de Medicina en 1981, establece que la conciencia emerge de la organización cerebral, y es capaz de reactuar sobre el cerebro, dirigiendo sus pasos. Ahora las técnicas de neuroimagen nos permiten penetrar en el cerebro donde se forman el pensamiento, las emociones y la conciencia de lo que somos.

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS 94 - … · riencia interna: La frecuencia cardiaca, La respiración y La actividad eléctrica global del cerebro. Otro método es La investigación

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<< Cita

«La mente es un órgano muy misterioso, sobre el que no se sabe nada en absoluto, aunque dependamos de él por completo. ¿Por qué siento que hay discor­dias y oposiciones en la mente, de modo que hay en el cuerpo tensiones producidas por causas evidentes? ¿Qué se entiende por "unidad de la mente"?»

VIRGINIA WooLF

.r.'I.. ·1

Fig. 5.1. El secreto de la vida mental. Charles Sherrington decía que el mundo cerebral es una «trama encantada», como una selva tupida y misteriosa de luces y sombras, apenas aún desvelada y aprovechada.

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

• 1. La metamorfosis de la conciencia ¿Para qué sirve la conciencia? ¿Qué propósito psicológico tiene contemplar el mar, saborear un buen vino, escuchar el canto de un ruiseñor o apreciar la belleza de un ros­tro? Tener conciencia implica que los seres humanos conocemos nuestras percepciones, pensamientos y sentimientos y podemos explicárselos a los demás.

Estamos conscientes cuando nos damos cuenta de los eventos externos, reflexionamos sobre las experiencias pasadas, procuramos solucionar problemas y elegimos una acció n en respuesta a las condiciones ambientales y a nuestros objetivos personales. A lo largo de la historia, los filósofos, psicólogos y neurocientíficos han intentado comprender la naturaleza de la conciencia, pero la investigación en este campo no es fácil.

1.1 El problema cerebro-mente

El sueño de los neuropsicólogos es comprender qué es la mente. La neurociencia investiga la estructura y organización del cerebro humano y de los procesos mentales. Sin embar­go, descifrar el problema cerebro-mente, qué es la conciencia, por qué soñamos o cómo influyen las drogas en el cerebro continúa siendo objeto de debate filosófico y científico.

Los estudios sobre la mente, tanto de autores clásicos como de investigadores actuales, podemos agruparlos en tres teorías: dualismo, monismo y emergentismo.

A. Dualismo

Los dualistas consideran que el cerebro y la mente son dos entidades independientes que pueden interactuar o no, pero que tienen características diferentes. El cerebro es material y espacial, puede conocerse mediante la percepción externa, pero no tiene conciencia ni es intencional. En cambio, la mente es inmaterial, no ocupa espacio y solo se puede captar por la percepción interna (privada y subjetiva); es intencional y en ella reside la conciencia.

Esta postura fue defendida por los filósofos Platón (Grecia) y R. Descartes (siglo xvrr) , y ha sido ratificada por el premio Nobel John Eccles en la obra escrita junto con Karl Popper, El yo y el cerebro (Labor, 1985).

Estos autores rechazan el determinismo físico a favor de la libre voluntad: la mente puede escoger entre diferentes pensamientos y acciónes emprendidos por el cerebro y el cuerpo. La objeción más corriente al dualismo es que contradice la conservación de la energía: si la mente no tiene existencia física, ¿cómo puede iniciar cambios físicos en el cerebro?

B. Monismo

Los monistas rechazan la división entre cerebro y mente. Francis Crick, premio Nobel por su descubrimiento del ADN junto con John Watson, en su libro La búsqueda científi­ca del alma (1995), reivindica que la mente y su atributo más misterioso, la conciencia, no son más que el resultado del trabajo de las neuronas organizadas. La mente depende de la actividad cerebral, no es una realidad independiente.

C. Emergentismo

Los emergentistas afirman que la actividad mental emerge de los procesos físico­biológicos, pero no se reduce a ellos. Roger Sperry, que descubrió la función del cuerpo calloso y fue premio Nobel de Medicina en 1981, establece que la conciencia emerge de la organización cerebral, y es capaz de reactuar sobre el cerebro, dirigiendo sus pasos. Ahora las técnicas de neuroimagen nos permiten penetrar en el cerebro donde se forman el pensamiento, las emociones y la conciencia de lo que somos.

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• 1.2 ¿Qué es la conciencia?

Consideramos que La mente es el conjunto de Los procesos mentales. Esto significa que la «mente» no es una «cosa», una «entidad», sino una «actividad». Nuestra actividad mental es un proceso que posee estas tres características:

• Intencionalidad (hacer referencia a un objeto o contenido). • Conciencia.

• Carácter representacional.

La conciencia es un hecho central de La existencia humana, porque sin ella todos los demás aspectos de nuestra vida -La percepción, el pensamiento o La emoción- serían imposibles. Sin ella el universo carecería de significado. Neurólogos, psicólogos cognitivos y filósofos de La mente han unido sus fuerzas para comprender qué es La concien­cia, pero todavía estamos Lejos. de desvelar sus misterios.

La conciencia es una experiencia subjetiva del conocimiento de uno mismo y de La realidad. Está formada por experiencias del mundo exterior (imágenes, sonidos, colores, sensaciones de frío y de calor), ex­periencias del mundo interior (fantasías, recuerdos y sueños), y expe­riencias mentales y emotivas (asombro, dolor, felicidad, odio y temor).

Como afirmaba el psicólogo William James, La conciencia es una co­rriente o flujo de conocimiento, siempre cambiante. La conciencia no es un «espacio» de La mente, sino el conocimiento que nos permite ejercer un control voluntario y comunicar a otros nuestros estados mentales y emocionales.

EL neurocientífico Paul Churchland afirma que Las capacidades psicoló­gicas, entre ellas La conciencia, dependen de Los mecanismos neuro­biológicos que Las realizan.

Las características principales de La conciencia son:

• Implica La memoria a corto plazo (MCP).

• Es independiente de Las entradas sensoriales (por ejemplo, fanta­sear).

• Exige atención dirigible.

• Tiene La capacidad de realizar interpretaciones alternativas de da-tos complejos o ambiguos.

• Desaparece en el sueño profundo.

• Reaparece al soñar, al menos en una forma cambiada o deslavazada.

• Encubre modalidades sensoriales básicas distintas en una experien-cia singular unificada.

Tal vez no sepamos aún qué es la conciencia, pero debemos admi­tir que se manifiesta en diferentes estados. Los investigadores de la conciencia siguen dos caminos. Uno consiste en observar y medir las acciones de un sujeto experimental, recoger Los informes de su expe­riencia interna: La frecuencia cardiaca, La respiración y La actividad eléctrica global del cerebro. Otro método es La investigación de pa­cientes con Lesiones cerebrales.

La conciencia, igual que otras funciones cognitivas como La percep­ción, La memoria o el Lenguaje, no está en un Lugar concreto del cere­bro, sino que se encuentra distribuida por toda La corteza cerebral en forma de redes de neuronas interconectadas y jerarquizadas.

Cerebelo

Fig. 5.2. Estructuras del cerebro posterior, medio y anterior (visión de la cara interna del cerebro).

1

Cerebro 1 Mente (estructuras) (es una función del cerebro)

Tronco del cerebro

· Médula espinal. · Cerebro medio .

· Cerebelo.

Cerebro emocional (sistema limbico)

· Amígdala. · Hipotálamo. · Glándula

pituitaria. · Tálamo.

Neocórtex

· Córtex cerebral.

· Cuerpo calloso.

Funciones psicológicas básicas y comportamientos instintivos

· Comportamientos instintivos. · Reflejos: palpebral, patelar,

de succión. · Sensaciones primitivas: agresividad. · Comportamiento reproductor.

Comportamientos sociales y emocionales (sistema límbico)

· Sensación y percepción. · MCP: guarda la información. · Emociones y altruismo. · Sexualidad.

Comportamientos intelectuales superiores

· Comportamiento aprendido. · Pensamiento racional (abstracto ).

· Lenguaje y control del habla. · Proyectos, creatividad.

Comprende diferentes estados de conciencia. Procesa información mediante esquemas con técnicas estructurales y analíticas.

Utiliza información genética del desarrollo evolutivo · sociocultural. Coordina los comportamientos psicomotores, afee ·-. s y cognitivos interrelacionados.

Tabla 5.1. Paralelismo entre la estructura del cereb y las funciones de la mente.

1

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El inconsciente

Sigmund Freud distinguió tres estados de conciencia: consciente, preconsciente e inconsciente. El inconsciente designa los contenidos repri­midos que no están presentes en el campo de la conciencia . Sus rasgos esenciales son: l. Ausencia de lógica. Las leyes lógicas (principio de no-contradicción) solo rigen para la mente consciente. En el inconsciente predomina la ambivalencia, pues una cosa puede darse al mismo tiem­po que su contraria. Se puede amar y odiar al mismo tiempo a una persona . 2. Ausencia de cronología temporal. A diferencia de la mente consciente, que distin­gue pasado, presente y futu­ro, el inconsciente es atem­poral, no hay una sucesión de las representaciones. Por eso un conflicto o un trauma de la infancia puede influir en la vida adulta del individuo. Freud consideraba que «en el inconsciente nada es pasado ni está olvidado» . 3. No sabe filosofar. El in­consciente no opera con con­ceptos o abstracciones, sino que es concretista. La abstrac­ción es propia de la mente consciente. El inconscien­te trabaja con símbolos para teatralizar o dramatizar sobre personajes o situaciones. Así, un rey puede simbolizar al padre; o soñar con que subi­mos y bajamos en un ascensor puede simbolizar el coito. 4. Es primitivo y ancestral. No presenta las sutiles grada­ciones de la mente conscien­te. Según Freud, el sueño es el «camino real» hacia el des­cubrimiento del inconsciente. 5. Se rige por el principio de placer. El funcionamien­to mental del ser humano se debe a pulsiones biológicas in­conscientes, que necesita sa­tisfacer para lograr el placer .

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• 1.3 Los niveles de conciencia

La conciencia, tal como la experimentamos, es una propiedad emergente de la actividad eléctrica del cerebro de interconectar neuronas que intercambian mensajes electroquí­micos. Podemos reflexionar sobre esta actividad cerebral (lo que llamamos «autocon­ciencia»), porque tenemos una teoría de la mente y podemos distanciarnos de nuestras experiencias y preguntarnos qué se siente al pensar algo.

La conciencia se refiere a la aptitud para comprender, valorar o reflexionar sobre un hecho, una cosa o persona determinada. Es el conocimiento subjetivo que tenemos del mundo y de nosotros mismos, y acompaña todas nuestras impresiones y acciones.

La conciencia incluye nuestras sensaciones y pensamientos, los recuerdos y los senti­mientos que tenemos en cada momento. Sin embargo, hay dos formas de procesar la información: el pensamiento vigil y el pensamiento onírico.

El pensamiento vigil (consciente) nos permite percibir a las personas, los aconteci­mientos y lugares como reales y significativos; significa estar lúcido y dirigir nuestra conducta. Los procesos cognitivos, como la percepción, el aprendizaje o la inteligencia, sirven para adaptarnos a las situaciones de la vida y planificar acciones futuras.

En cambio, en el pensamiento onírico (inconsciente), que se origina durante el sueño, hay una pérdida de la conciencia y de las exigencias del mundo externo.

Todos los seres humanos experimentamos distintos estados de conciencia, que pueden surgir después de escalar una montaña, escuchar música clásica o tener una relación sexual. Sin embargo, hay estados de conciencia que difieren de la conciencia «normal» y se producen por la fatiga, la meditación, la hipnosis o el consumo de drogas.

Los psicólogos franceses Jean Delay y Pierre Pichot describen siete estados de concien­cia, que se pueden medir con el EEG:

• Nivel 1. Vigilancia excesiva. Se caracteriza por una vigilancia exagerada y una concentración extremas. El individuo está muy activado por vivenciar emociones intensas. La conciencia del mundo exterior está debilitada y no hay un control de la conducta. Supone una adaptación deficiente a la realidad .

• Nivel 2. Vigilancia atenta. Estado en el que una persona piensa con intensidad y muestra una atención selectiva a los estímulos ambientales. Por ejemplo, los contro­ladores aéreos deben mantener un alto nivel de vigilancia en su trabajo .

• Nivel 3. Estado relajado. La persona mantiene una atención flotante y no focaliza­da, produce asociaciones libres del pensamiento y desciende su conciencia del mundo exterior .

• Nivel 4. Ensoñación. Ocurre cuando nos sumergimos en pensamientos que tienen poco que ver con el ambiente en que nos encontramos o la actividad que estamos realizando. El sujeto ha desconectado de su entorno y juega con su fantasía (imáge­nes visuales).

• Nivel 5. Sueño ligero. Existe una pérdida de la conciencia del mundo externo y la imaginación visual y auditiva es intensa, pero diferente a la que se da en los sueños.

• Nivel 6. Sueño profundo. Consiste en la pérdida de la conciencia de los estímulos externos y en la imposibilidad de recordar los contenidos de la conciencia .

• Nivel 7. Estado de coma. Se caracteriza por la incapacidad de reacción ante es­tímulos externos; no hay actividad motora ni uso del lenguaje. Puede estar provocado por traumas cerebrales, agentes tóxicos, ataques epilépticos o accidentes de tráfico.

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• 1.4 Estados alterados de conciencia

Sueños, hipnosis, alucinaciones, meditación, experiencias psicodélicas ... La mente hu­mana no siempre transcurre por los caminos de la «normalidad». No siempre tenemos el mismo conocimiento de la propia experiencia, y la conciencia individual del mundo no es constante.

Hay muchos acontecimientos naturales y artificiales que pueden modificar nuestra expe­riencia subjetiva. En la vida pasamos por estados de conciencia alternativos, experien­cias diferentes a la vigilia, como dormi r, soñar o delirar po r una fieb re alta, y estados de conciencia alterados, provo cados por uno mismo, como la práctica del yoga, la embriaguez o el consumo de drogas.

Todas las personas pueden vivenciar estados alterados de conciencia . ¿Quién no ha sentido celos o ha sido víctima de una gran pasión? ¿Qué le ocurre a nuestro cerebro cuando se daña? ¿No hay drogas que cambian nuestra percepción del mundo?

A veces, la vida nos enoja o nos aburre y queremos hui r de la tiranía de lo cotidiano (la rutina). Entonces buscamos un estado alterado de conciencia o un cambio de nuestra actividad mental.

No nos gusta perder el control, excepto en el acto sexual, las fiestas, el misticismo reli­gioso o al probar alguna droga, y aun en esos casos lo aceptamos solo porque creemos que podemos volver rápidamente a ser quienes somos.

Los estados alterados de conciencia pueden originar estas consecuencias:

• Alteraciones del pensamiento. El individuo puede experimentar una diversa gra­duación de los procesos cognitivos: atención , memoria y capacidad de juicio. Así, se puede confundir la fantasía con la realidad o no diferenciar la causa del efecto.

• Pérdida de la noción del tiempo. Puede sentir que el tiempo transcurre rápidamente o que está detenido. Por ejemplo, a un paranoico un día le puede parecer un siglo, y el heroinómano quiere detener el tiempo y renunciar a la vida adulta .

• Pérdida de control. Las personas rígidas e inflexibles tienen miedo a perder el con­trol de su vida, mientras que otras abandonan toda sensación de autocontrol y toman drogas alucinógenas (LSD, mescalina).

• Cambio en la expresión de las emociones. Hay personas que padecen alexitimia, son «autistas emocionales», incapaces de mostrar alguna emoción por las cosas; otros lo hacen de forma violenta, como el hombre que maltrata a su mujer cuando está borracho.

• Alteraciones perceptivas y cambios en la imagen corporal. Las personas que se encuentran bajo la influencia de LSD o tienen un brote esquizofrénico pueden sufrir distorsiones perceptivas, alucinaciones y delirios. Los sujetos con doble personalidad también muestran estas alteraciones. La doble personalidad no supone que la con­ciencia sea múltiple, sino que muestra un Yo cambiante y sin coherencia.

• Cambio en el sentido o significado. A veces, cuando alguien está borracho o soñan­do, puede creer haber hallado el sentido último de la vida; sin embargo, después de la resaca o al despertar, esas creencias se desvanecen.

• Sugestionabilidad. Un sujeto en trance hipnótico es capaz de actuar sin percatarse de lo que hace. En cuanto a este estado alterado, lo que sabemos es que los sujetos no recuerdan de forma clara qué han hecho, sentido o pensado.

ªbe Vocabulario

Mente. Se refiere a un proceso, no a una cosa, y abarca las opera­ciones conscientes e inconscien­tes. La mente, con la ayuda de la conciencia, es un flujo continuo de pautas mentales, muchas de las cuales resultan estar interre­lacionadas lógicamente.

Conciencia. Es un concepto del propio ser, algo que uno constru­ye momento a momento sobre la base del propio cuerpo, de la pro­pia autobiografía y de un sentido del futuro que se persigue.

Amomo DAMASID

«Cuando el relámpago de la lu­cidez era el objeto de su mayor miedo, los individuos se unían contra ella inventándose una co­mún razón de creer para no ver. Ahora que la lucidez de cada uno es la única posibilidad de salva­ción de todos, se entenderán para cultivarla y compartirla. Pan coti­diano de los huérfanos de la Pro­videncia.»

LEJEUNE, CLAIRE: El libro de la hermana, Valencia,

Pre-textos, 2002, pp. 21-22.

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«Tras el vivir y el soñar está lo más importante: despertar.»

ANTONIO MACHADO

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Fig. 5.3. MAGRIITE, RENÉ: Golconde, Houston, Texas, 1953.

Ondas j Frecuencia j

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• 2. Los sueños Durante toda la historia humana, el conocimiento de los sueños ha despertado gran interés, ya que constituyen la tercera parte de nuestra vida. El sueño, aunque es una necesidad básica del organismo, es una experiencia sin descifrar: es como si buceáramos en el pozo desorganizado de nuestros recuerdos, asociándolos de forma desinhibida y caprichosa.

El sueño se puede definir como un estado en el que se adopta una postura determinada, con pocos movimientos y sin respuestas a los estímulos, es cíclico (se produce cada 24 horas) y tiene una duración de varias horas.

Durante el sueño se producen importantes cambios fisiológicos de la actividad cerebral, una disminución de las funciones corporales y cambios en la conciencia. Mientras so­ñamos, el pulso se acelera, la presión sanguínea y la respiración se hacen irregulares, y desaparece el tono muscular.

¿Para qué necesitamos soñar? Todavía ignoramos qué nos provoca los sueños y para qué sirven, si bien sabemos que soñamos cada noche, aunque no lo recordemos. El sueño puede ser una respuesta a los acontecimientos externos, manifestar las preocupaciones y sentimientos del soñador o para satisfacer deseos o emociones no resueltos en la vida del que sueña.

2.1 Técnicas de registro del sueño

La investigación científica del sueño comenzó en el siglo xx. La ciencia aún no conoce todos los procesos físicoquímicos que tienen lugar en el cerebro, pero sí sabe detectar sus manifestaciones. Podemos reconocer y registrar las ondas que produce y sabemos a qué estado psicológico responde cada una de ellas.

En 1929, el psiquiatra alemán Hans Berger inventó el electroencefalógrafo, instrumento que registra las «ondas cerebrales» clasificadas según su frecuencia o ciclos por unidad de tiempo: hertz (Hz). Así, realizó el primer electroencefalograma a un ser humano (mide los potenciales globales del cerebro, no los registrados en células aisladas), similar al elec­trocardiograma, que registra la actividad del corazón con electrodos colocados en la piel.

El registro de los sueños se rea liza con estos parámetros electrofisiológicos:

Estado

• Electroencefalograma (EEG): mide la actividad eléctrica cerebral, ya que los impulsos nerviosos transmitidos por las neuronas son elec-troquímicos.

• Electrooculograma {EOG): mide los movimientos oculares.

Beta 14-30 Hz • Despierto, alerta. Es el • Electromiograma (EMG): mide el tono muscular. estado de la mente cons-ciente. Las frecuencias ele-vadas pueden ser síntomas de estrés y ansiedad.

Alfa 7-14 Hz • Estado de relajación, con-centración y aprendizaje.

Theta 4-7 Hz • Relajación profunda, hip-nosis. Percepción reducida.

Delta 0,5-4 Hz • Sueño profundo, incons-ciencia.

Tabla 5.2. Clasificación de las ondas cerebrales.

• Oximetría: mide la cantidad de oxígeno en la sangre.

El cerebro se caracteriza por un patrón de actividad eléctrica constante; las variaciones rítmicas de la actividad eléctrica son características en los potenciales globales. La frecuencia de potenciales eléctricos del cerebro varía según el nivel de activación de la persona. Durante el día, en el estado de vigilia, son frecuentes las oscilaciones más rápidas (ondas beta, de 14 a 30 Hz), y durante la noche, en el estado de sueño profundo, son características las ondas delta, de 0,5 a 4 Hz.

Los datos aportados por un EEG sirven para diferenciar tipos de crisis epilépticas o predecir los efectos debidos a lesiones cerebrales, y tam­bién se utilizan en la definición legal de la muerte.

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2.2 Fases del sueño

La investigación sobre la fisiología del sueño comienza con Nathaniel Kleitman y Eu­gene Aserinsky cuando descubrieron el sueño SOR en 1952 y demostraron que el sueño supone un patrón de respuesta fisiológica muy complejo y variable.

De acuerdo con los datos aportados por el EEG, sabemos que los sueños no constituyen un proceso homogéneo y continuo, sino que atraviesan varias fases alternas:

• Fase 1 (transición de la vigilia al sueño). En este periodo, con ondas cerebrales de 4 a 7 Hz y que representa el 5 % del tiempo de sueño, se produce una disminución del latido cardiaco, los músculos del cuerpo se relajan y la respiración se vuelve irregular. Las personas despertadas en esta fase creen que no se han dormido.

• Fase 11 (sueño ligero). En esta fase aparecen ondas delta que señalan un sueño más profundo, en el que desciende la temperatura corporal. En el EEG se observan ondas lentas y se manifiestan los husos del sueño: ráfagas de ondas regulares de 12 a 14 Hz (parecen marcar el límite verdadero del sueño), y complejos K, que son ondas lentas de baja frecuencia y amplitud elevada, producidas como respuesta a algún estímulo interno (digestión) o externo (sonido del teléfono). Las personas despertadas en los cuatro minutos siguientes a la aparición de los husos dicen que estaban dormidas.

• Fase 111 (sueño profundo). Se observa que no hay movimientos ocu­lares y que los músculos siguen relajados y emergen husos mezclados con ondas lentas delta (menos de 4 Hz).

• Fase IV (sueño más profundo). A la persona soñadora es muy dificil despertarla y, cuando se intenta, aparece desorientada. El sueño pro­fundo dura una hora aproximadamente, y después de pasar un tiempo en la fase IV se regresa a las fases III, II y l. En esta etapa pueden presentarse problemas del sueño, como el sonambulismo o hablar dormido.

<< Cita

«Cuando soplan vientos que res­tringen la mirada del hombre a un territorio de supuesta seguridad y se anuncian cierres de fronteras físicas y mentales, nada más con­veniente que escuchar de nuevo las palabras de quienes conside­raban que la vida era la travesía de lo incierto en busca de lo que había prometido un sueño.»

RAFAEL ARGULLOL

El análisis de las ondas cerebrales señala dos estados básicos del sueño: Fig. 5.4. SALVADOR DALÍ: El sueño, 1937.

el SOL, sueño de ondas lentas (las circunvoluciones externas del cerebro,

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medidas con el EEG, son de frecuencia baja y amplitud alta), que corresponde a las fases I, II, III y IV, y el SOR (en inglés se utilizan las siglas REM: rapid eye movements), sueño de movimientos oculares rápidos, también llamado paradójico.

1 Sueño de ondas lentas (SOL)

1 Sueño paradójico (SOR)

Durante la noche se producen de cuatro a seis ciclos de unos 90 minutos. Cada uno se divide en dos fases: una primera de sueño lento y que ocupa prácticamente el 80 % del tiempo, y una segunda etapa conocida como sueño rápido o fase REM, con movimientos rápidos del ojo y que contiene imágenes oní­ricas.

Dejar a alguien sin los sueños de ondas len­tas produce cansancio y una reducción del ritmo vital, e impedirle dormir durante la fase de sueño REM origina un estado de in­tolerancia e irritabilidad.

Estados Ralentización de la actividad vital Clara variedad de los fisiológicos (descenso del ritmo cardiaco, parámetros fisiológicos.

de la respiración, etc.).

Actividad Bajo tono muscular. Ausencia Músculos del tronco, brazos motora de movimiento ocular. y piernas relajados.

Trastornos Pesadillas, sonambulismo, Movimientos rápidos de del sueño enuresis, terrores nocturnos, los ojos.

hablar dormido , etc. Rechinar de dientes. No es frecuente que hable dormido.

Despertar Confuso, amnésico. Lúcido. Consciente.

Tipos de sueño Sueños lógicos, racionales Sueños visuales, fantásticos, (actuación del hemisferio ilógicos (actuación del izquierdo). hemisferio derecho).

Tabla 5.3. Características del sueño de ondas lentas y sueño paradójico. Fuente: EsTAÚN, S. : El tiempo instruccional, en FERMoso, P. (ed.): Psicología de la instrucción, Madrid, Síntesis.

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¿Cómo duerme? Factores intrínsecos: •Edad.

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2.3 Trastornos del sueño

La mayoría de la gente duerme bien, pero el sueño diario puede ser alterado por la inca­pacidad de dormir, despertares inusuales durante la noche o por un sueño prolongado. Las alteraciones del sueño más características son las siguientes:

• Insomnio. Es el trastorno del sueño más frecuente y se caracteriza por la dificultad de iniciar o mantener el sueño. El insomnio puede ser causado por factores biológicos (uso de estimulantes) o psicológicos (habituarse a ver la TV en el dormitorio).

El insomnio puede ser transitorio o crónico. El insomnio transitorio se produce por el estrés, los cambios de horario en el trabajo, la realización de un viaje o por crisis emocionales. El insomnio crónico se debe a problemas orgánicos o psicológicos. Sue­len padecerlo personas con trastornos psiquiátricos, con migrañas nocturnas o que toman fármacos depresores del SNC.

El sueño es algo espontáneo, y un error de los insomnes es obligarse a dormir me­diante un acto de voluntad, con lo que consiguen estar más despiertos.

El psicólogo Gualberto Buela-Casal ha propuesto un modelo conductual para tratar el insomnio. Considera que la cantidad necesaria de sueño de un individuo depende de varios factores: biológicos, conductuales y ambientales, que actúan de forma diferente en cada persona. Y el tiempo total y la estructura del sueño están determinados por estas variables: el ritmo circadiano (¿cuándo duerme el sujeto?), el organismo (¿cómo duerme?), la conducta (¿qué hace para dormir?) y el ambiente (¿dónde duerme?).

• Apnea del sueño. Durante el sueño la respiración se detiene durante 20 segundos o más, hasta que la persona se despierta un poco, traga aire y se vuelve a dormir. Este ciclo se puede repetir muchas veces durante la noche.

• Narcolepsia. Son ataques de sueño diurnos, repentinos e irresistibles, que pueden durar desde unos minutos hasta media hora e implican pérdida de fuerza muscular (cataplexia) y, a veces, alucinaciones visuales o auditivas.

• Sonambulismo. Consiste en levantarse de la cama cuando se está dormido. El so­námbulo mantiene los ojos abiertos y fijos , puede inspeccionar el ambiente evitando los objetos encontrados a su paso e incluso puede vestirse y salir de casa .

¿Cuándo duerme? Localización del sueño en el periodo de 24 horas. y

¿Qué hace para dormir?

Hay que evitar despertar al sonámbulo, ya que le pro­voca angustia; además, se deja conducir a la cama con facilidad. Un episodio de ese tipo puede durar más de media hora .

• Pesadillas nocturnas. Son sueños terroríficos, comu­nes en niños y adolescentes, que les provocan an­gustia y sobresaltos, y perturban el sueño de manera significativa.

• Patrones de sueño. _____. • Conductas que

facilitan el sueño. • Terrores nocturnos. Son despertares bruscos prece­didos por gritos y lloros, sin contenido onírico, por lo que no dejan recuerdos.

• Estado fisiológico. • Necesidad de dormir.

~

: ............. . ~ ¿Dónde duerme?

Factores extrínsecos: • Habitación. • Temperatura. •Luz. •Ruido.

• Conductas que inhiben el sueño.

~

........ .... .... :

Fig. 5.5. Modelo conductual interactivo del sueño. Fuente: BUELA-CASAL, G.: Trastornos del sueño, Madrid, Síntesis, 2002 .

• Somniloquio. Consiste en hablar o emitir sonidos durante el sueño. Dura pocos segundos y ocurre de fo rma esporádica. No es un signo de desorden pato­lógico.

• Bruxismo (rechinar de dientes). Suele aparecer en las dos primeras fases del sueño y, a pesar del ruido producido, el niño no se despierta. Su etiología es desconocida.

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2.4 La teoría de los sueños de Sigmund Freud

El ser humano siempre ha tratado de descifrar el significado de los sueños. A comienzos del siglo xx, Sigmund Freud convulsionó el mundo de la psicología con su nueva teoría.

En 1900 Freud publicó La interpretación de los sueños, obra en la que rompe con la con­cepción psicofilosófica dominante en su tiempo («conciencia» y «psiquismo» significan lo mismo) y con las explicaciones neurobiológicas.

Cuando Freud escribió su obra, no se conocía la fisiología del sueño. Y aunque los des­cubrimientos del sueño REM favorecieron el análisis de los sueños desde la neurología, su idea fundamental (que los sueños revelan nuestros senti mientas y preocupaciones íntimas) se sigue utilizando en la práctica psicoanalítica.

Freud origina una ruptura en el interior del sujeto al declarar que los sueños son el ca­mino de acceso al inconsciente y una prueba de su existencia. El inconsciente, con sus leyes y procesos, influye en la constitución y organización de la vida mental.

¿Qué significan las elaboraciones hechas durante el sueño? ¿Cómo interpretar los sue­ños? La interpretación psicoanalítica de los sueños se puede resumir en estas ideas:

• La asociación espontánea. Los sueños se expresan con imágenes y representacio­nes, más que con palabras, y analizar y descifrar su sentido implica la asociación libre de las ideas del soñador.

• Los sueños revelan La existencia del inconsciente. El descubrimiento de este es la tarea de la interpretación onírica. Los sueños son idealizaciones o la realización de deseos insatisfechos, y revelan de forma disfrazada y simbólica la vida interior.

• Los contenidos del sueño y resistencias del sujeto. Freud distinguió entre los contenidos manifiestos del sueño (lo que el soñador recuerda; a veces, auténticos disparates) y los contenidos latentes (lo que permanece oculto en el inconsciente).

Las relaciones entre lo latente (deseos auténticos y profundos) y lo manifiesto (sue­ños recordados) no son fáciles de descubrir. Freud encuentra resistencias por parte del sujeto, ya que este reprime ideas y deseos que no quiere expresar.

• La censura. Freud decía que el sueño es el cumplimiento enmascarado de un deseo reprimido. La censura oculta los deseos prohibidos y modifica los elementos del sue­ño de forma arbitraria, se ejerce contra las tendencias reprobables desde el punto de vista ético o social, y es la causa de la amnesia onírica.

• Elaboración de Los sueños. En este proceso intervienen tres elementos:

a) Condensación: fusión de dos o más imágenes oníricas hasta formar un único sím­bolo. Se mezclan y sintetizan las características de los objetos o las personas.

b) Desplazamiento: traduce una imagen onírica en otra, de forma similar a como funcionan las metáforas en el lenguaje.

c) Dramatización: consiste en convertir las ideas y relaciones abstractas en imágenes visuales; el adulterio se puede representar por la fractura de una pierna.

• Los símbolos oníricos. Los sueños expresan deseos y conflictos disfrazados como símbolos oníricos (imágenes con un significado profundo).

Así, la muerte podría simbolizarse con un viaje. El lenguaje onírico no tiene en cuen­ta el tiempo ni el espacio, ni los dictados de la lógica. En sueños podemos volar o salir ilesos de una aventura. Muchos símbolos oníricos son deseos sexuales. Según Freud, cuando aparecen en los sueños objetos como bastones, paraguas, llaves o revólveres simbolizan el órgano sexual masculino, mientras que cofres, botellas, cue­vas, etc., simbolizan el órgano sexual femenino.

El caso de Ana O.

«La paciente sufría de parálisis histérica en un brazo. En el estado hipnótico se puso en claro que la parálisis estaba relacionada con un recuerdo específico. La mucha­cha estaba al cuidado de su padre, el cual desgraciadamente cayó enfermo. Una noche, mientras es­peraba sentada al lado del lecho la llegada de un especialista de una ciudad lejana, se adormeció, al parecer, con el brazo colocado en el respaldo de la silla. En el sopor tuvo un sueño o la alucinación de que una culebra salía de la pared y amenazaba a su padre. Trató de alcanzarla y entonces le pareció que su brazo era la culebra. Cuan­do se despertó por completo, se le quedó el brazo paralizado. Breuer concluyó que este era el recuerdo que después parecía expresarse en la paralización del brazo, porque después de recordarlo desapareció la parálisis. Por entonces, consi­deró esta experiencia solo como un recuerdo doloroso en sentido convencional. Destacó como fac­tor más importante el cuidado de la muchacha por el bienestar de su padre. Sin embargo, con el co­nocimiento más amplio que ahora tenemos, parece que la situación era mucho más complicada, y que no solo se relacionaba con el cui­dado del padre, sino que también había aspectos negativos (agresi­vidad) en su sentimiento hacia él. Breuer llegó a la conclusión de que los síntomas de la histeria eran producidos por los obstáculos que impedían el acceso a la conciencia de los recuerdos dolorosos.»

THDMPSON, CLARA: El psicoanálisis, México, FCE, 2006.

102 ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

• 3. La hipnosis La hipnosis es un estado alterado de conciencia caracterizado por una reducción de la atención y un incremento de la sugestión. No hay diferencias en el EEG entre los registros realizados durante la hipnosis y los estados de vigilia; por tanto, no podemos hablar de una semejanza entre la hipnosis y el sueño. Las personas imaginativas son más sensibles a la hipnosis, que depende más de la per­sona hipnotizada que de La habilidad del hipnotizador. El procedimiento consiste en dar instrucciones para llevar al sujeto de su «estado de vigilia» al «estado de trance», sin cambios radicales de sus sentidos y percepción. Generalmente, todas las técnicas hipnóticas incitan a la persona a concentrar su aten­ción en lo que se está diciendo, a relajarse y sentirse cansado, a «dejarse ir», y a usar la imaginación vívida. En la hipnosis se reduce el autocontrol y la persona debe cooperar para que se la hipnotice. Existen tres métodos de inducción hipnótica: • Inducción rápida. En este método hay una gran atención del sujeto, y solo funciona

con personas muy sugestionables. Suele utilizarse en algunos programas televisivos.

• Inducción de fijación. En esta situación se pide al sujeto que mire fijamente a un objeto (el recorrido de un péndulo). Al centrar la atención en este aspecto, el resto de los estímulos deja de ser relevante.

Fig. 5.6. Una sesión hipnótica. • Inducción con relajación progresiva. En este caso, el hipnotizador repite verbaliza­

ciones y sugestiones que facilitan el cansancio de los ojos, la relajación y la ausencia de temores. Así, el sujeto se acerca a un estado hipnótico más profundo. Esta técnica se utiliza para tratar problemas de estrés, porque incorpora la relajación ñsica y mental.

Mediante la hipnosis se ejerce un control de la conducta del hipnotizado. Se utiliza como técnica terapéutica para desarrollar el autoconocimiento y las capacidades perso­nales. También se utiliza en problemas de salud física (dolor), pérdida de seres queridos (abandonar el dolo r y la rabia) , tratamiento de fobias (saber manejar los miedos irracio­nales) y en el control de hábitos negativos.

Descripción de un sueño

«Nuestra hija nos contó a mi mujer y a mí un sueño que había tenido: iba con su marido por un bosque y oían a lo lejos una música extraña y suave. Llegaban a un prado y veían a un enorme negro desnudo tocando una trompeta dorada. La trompeta brillaba tanto que con su luz ilumina­ba el prado, y era tanta la claridad con que lo llenaba todo que Las cosas carecían de sombra. De repente empezaban a acudir de todas partes pájaros de colores, probablemente colibríes, loros y garzas reales, aunque nunca había visto unos pájaros así en realidad. Su marido se daba cuenta de que, entre las ramas de los árboles, había un columpio colgado. La sentaba a ella en el columpio y luego se iba . El columpio se ponía en movimiento por sí solo y la música seguía sonando, una música diferente a cualquiera que hu­biese oído hasta entonces. Ella miraba a su alrededor para ver de dónde procedía, pero no veía un solo músico por ninguna parte. Entonces comprendía que la música brota­ba directamente de la tierra, que las piedras retumbaban

y los árboles sonaban como enormes violines. En el prado iban apareciendo personas desnudas, entre las cuales nos reconocía también a nosotros dos; todos teníamos posado alguno de esos maravillosos pájaros de colores sobre el cuello, la cabeza o un dedo extendido. Ella también estaba desnuda, pero no Le daba vergüenza porque todavía era muy pequeña. En ese momento, llegaba volando un pájaro de colores y se posaba en su mano. Nunca había visto unos colores como los de ese plumaje. Y nunca había conocido un perfume tan delicioso como el que ahora sentía; enton­ces comprendía que estaba en el paraíso.

-¿Y qué es lo que te pareció más hermoso de todo el sueño? -quiso saber mi mujer.

Nuestra hija meditó un momento; y luego dijo:

-Que volvía a ser una niña.»

KLíMA, IvAN: Amor y basura, Barcelona, El Acantilado, 2007, pp. 215-216.

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

• 4. Las drogas psicoactivas

«La ebriedad es el juego de la naturaleza con el hombre», decía F. Nietzsche. Durante la Antigüedad, tanto los egipcios como los griegos y romanos conocían el opio y otras drogas, y las culturas precolombinas americanas tenían muchos conocimientos sobre plantas alucinógenas, visionarias y estimulantes que utilizaban con fines lúdicos, ritua­les o terapéuticos.

En las primeras civilizaciones, el conocimiento del poder de las plantas era impres­cindible para su supervivencia, no solo por su poder terapéutico , sino también por la capacidad de alterar la conciencia individual y colectiva.

En todas las sociedades y culturas, los seres humanos conviven con las drogas y las utilizan con diferentes objetivos: buscar nuevas sensaciones o evadirse de la realidad, conseguir placer o aliviar el dolor, facilitar la comunicación social o adquirir nuevas experiencias y conocimientos.

4.1 ¿Qué son las drogas?

Las drogas psicoactivas son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central (SNC) y afectan a la percepción, los sentimientos y la conducta. La psicofarmacología es la ciencia que investiga los efectos de las drogas en el cuerpo y la conducta humana.

El filósofo Antonio Escohotado afirma que las drogas son sustancias neutras, que pue­den aliviar o matar; no hay drogas mejores ni peores, sino maneras juiciosas y maneras insensatas de consumirlas. La cuerda que sirve al alpinista para escalar una cima sirve al suicida para ahorcarse y al marino para que sus velas recojan el viento. Los seres humanos tienen que aprender a diferenciar entre las aplicaciones beneficiosas o nocivas de las sustancias psicoactivas. Con algunas hay una gran familiaridad desde hace siglos (alcohol), mientras que otras son de reciente aparición, como las drogas de diseño.

4.2 Factores que originan su consumo

El consumo y abuso de drogas puede ocasionar diferentes efectos y consecuencias dependiendo de la sustancia, del tiempo, de la dosis y de la frecuencia del consumo,

«Hay que estar siempre ebrio. Esto es lo único. Para no sentir el horrible fardo del tiempo que rompe vuestros hombros y os in­clina ante la tierra, hay que em­borracharse sin tregua. ¿De qué? De vino, de p_o.esía- o--d~tud, c9mogustéis, P~mbrlag_aos.»

CHARLES BAUDELAIRE

«Las drogas se usan para embo­tar los sentimientos, aliviar los estados emocionales dolorosos o disminuir los conflictos internos. Pueden aliviar la sensación de so­ledad o solucionar la falta de relaciones gratificantes con los demás. Las personas que consu­men sustancias o drogas sienten que solo pueden decir y hacer cosas cuando están bajo los efec­tos de estas y, por tanto, con el tiempo muestran dependencia de una sustancia concreta para po­der mantener una actividad so­cial efectiva.»

FuRNHAM, ADRIAN: 50 cosas que hay que saber de psicología,

Barcelona, Ariel, 2010, p. 18.

así como de las características fisiológicas y psíquicas del consumidor. Individuales J Sociales

Los factores que influyen en los efectos de las drogas son:

• La pureza de la droga y su composición real.

• Las características fisiológicas del consumidor.

• La personalidad y los motivos del consumidor.

• El conocimiento, las experiencias previas y las expec­tativas sobre la droga.

• La frecuencia de uso y el ambiente en que se toma.

• Alteraciones genéticas • Valores sociales • Personalidad • Normas de grupo • Conducta y actitudes • Familia y amigos • Conocimiento • Conocimiento • Curiosidad • Facilidad de consumo

Propiedades de cada droga

• Potencial adictivo • Efectos a corto y largo plazo • Vías de administración • Dependencia física y psíquica

Tabla 5.4. Factores y propiedades que influyen en el consumo de drogas.

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<< Cita

«En la ebriedad, ya sea que actúe como narcótico o como estimulante, se consume tiempo por anticipado, se administra de modo diverso, y se toma en prés­tamo. Tiene que ser restituido: a la pleamar sigue la bajamar, a los colores la palidez, el mundo se torna gris y tedioso.»

ERNEST J ÜNGER

Fig. 5. 7. Sustancias estimulantes.

Estupefacientes (opiáceos)

Alcohol

Hipnóticos y sedantes

Tranquilizantes menores

Cocaína

Anfetaminas

Xantinas

Tabaco (nicotina)

Alucinógenos

Cannabis

Jnhalantes

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

4.3 Clasificación y efectos de las drogas

Podemos clasificar las drogas psicoactivas según la dependencia que producen o por los efectos que tienen sobre el sistema nervioso central (SNC) .

A. Clasificación según la dependencia que producen

El análisis de Las drogas se puede hacer teniendo en cuenta diferentes criterios. ¿Qué clasificación puede ser veraz en términos farmacológicos? Antonio Escohotado, en su obra Historia general de las drogas, Espasa, Madrid, 2008, establece tres grupos de sus­tancias psicoactivas:

1. Fármacos de «paz»: sustancias que prometen alguna forma de paz, por amortiguar la conciencia moral, como el alcohol o el éter; por analgesia directa (morfina y codeí­na); por inducir además euforia (heroína); por asfixia del cerebro (los neurolépticos); o por simple embrutecimiento anímico (barbitúricos, sedantes y tranquilizantes tipo Valium®). «Paz» cuyo abuso se paga con adictividad.

2. Fármacos de «energia»: otorgan una forma de energía, como la cocaína, el crack, la cafeína, etc. Estas no suelen ser adictivas, pero su abuso resulta más dañino para el cuerpo, pues su efecto es comparable a un electrodoméstico cuando aumentamos la tensión eléctrica; el rendimiento inicial es grande, pero puede seguirle un colapso del motor (del organismo en el caso de la persona).

3. Fármacos «visionarios»: sustancias que proporcionan algún tipo de «viaje» o «ex­cursión psíquica», tanto los denominados fármacos menores (MOMA o éxtasis, drogas de diseño), como los mayores (mescalina, LSD).

«Paz», «energía» y «excursión psíquica» son opuestas a la angustia, apatía y rutina, eternos enemigos del ánimo. La pervivencia de esos enemigos explica la pervivencia inmemorial de los remedios que, como sabemos, son sustancias idénticas o parecidas a los neurotransmisores, que transmiten los impulsos nerviosos.

Dependencia ¡ Dependencia ¡ T l . . . f' . o eranc1a ps1qu1ca is1ca

Opio Alta Alta Sí

1

Naturales Morfina Alta Alta Sí

Codeína Alta Moderada Sí

Semisintéticos Heroína Alta Alta Sí

Sintéticos Metadona Moderada Alta Sí

Bebidas fermentadas y destiladas Alta Moderada Sí Barbitúricos: Amytal, Butisol, Nembutal,

1 Alta 1 Alta 1 Sí Fenobarbital Ansiolíticos: Valium®, Tranxilium®, Librium®,

1 Moderada 1 Moderada 1 Sí Altiván®

Cocaína, crack Alta Posiblemente Sí

Benzedrina, Dexedrina, Centramina Alta Moderada Sí

Café, té, bebidas de cola Baja Ninguna Sí

Alta Moderada Sí

Mescalina, LSD (ácido lisérgico) Baja Ninguna Desconocida

Marihuana, hachís, grifa Moderada Desconocida Sí

Pegamentos, aerosoles, gasolina, colas Alta Ninguna Posible

Tabla 5.5. Clasificación de sustancias psicoactivas.

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

B. Las drogas según sus efectos en el SNC

Las drogas actúan sobre las sinapsis cerebrales estimulando o inhibiendo la actividad de los neurotransmisores (mensajeros químicos del cereb ro) . Las sustancias psi coactivas se pueden agrupar de tres formas diferentes: depresores del SNC, estimulantes y sustancias psicodélicas.

1. Depresores del SNC

Estas sustancias disminuyen el estado de alerta y aminoran la actividad del SNC. Los consumidores atienden menos a los estímulos del exterior y sus reacciones son más lentas. También disminuyen sus funciones mentales: atención, razonamiento, memoria e inteligencia. Los depresores más importantes son: alcohol, barbitúricos, ansiolíticos y opiáceos.

• Alcohol. Es una droga cuyo consumo se estimula por la publicidad y las tradiciones sociales. En contra de la creencia popular, el alcohol no es un estimulante; el com­portamiento de las personas que ingieren alcohol en determinados actos sociales realmente se debe a que es un sedante del SNC. Tampoco es un afrodisíaco, ya que deteriora el desempeño sexual, sobre todo de los hombres. Ya lo advirtió William Shakespeare: «mucho beber provoca el deseo, pero se lleva el rendimiento».

Los efectos del alcohol dependen de la cantidad y frecuencia de la ingestión. En pequeñas cantidades amortigua la conciencia, reduce las inhibiciones sociales y produce sensaciones de relajación y euforia. Pero un consumo excesivo produce graves efectos: daños del sistema nervioso o del hígado, interfiere en la percep­ción de nuestros sentidos y disminuye la autoconciencia. En alcohólicos crónicos puede originar delírium trémens o el «síndrome de Korsakov» (se borra de la me­moria cualquier acto reciente, aunque el individuo pueda recordar su infancia).

Cuando una persona ha ingerido alcohol, el pensamiento y la percepción se em­botan y solo los estímulos inmediatos captan su atención. Las preocupaciones y reflexiones que normalmente restringen el comportamiento son desterradas de la mente del bebedor. Por eso, un borracho se comporta de forma exagerada.

• Fármacos sedantes (barbitúricos). Los barbitúricos, en dosis bajas, tienen un efecto similar a la embriaguez alcohólica y, en dosis altas, pueden ocasionar con­fusión mental grave o síntomas psicóticos (pérdida de contacto con la realidad). La sobredosis de barbitúricos puede causar el coma o la muerte, porque produce parálisis de los centros cerebrales, reguladores de la respiración.

Estos sedantes facilitan los efectos sinápticos del neurotransmisor GABA y se uti­lizan para inducir el sueño, controlar la epilepsia o como sedantes preoperatorios.

• Fármacos tranquilizantes (ansioliticos). La ansiedad o tensión nerviosa supone sentimientos de aprensión e inseguridad que impiden realizar las tareas cotidia­nas. Los ansiolíticos sirven para combatir la ansiedad o aliviar el nerviosismo y el estrés. Aunque su poder adictivo es escaso, si las dosis son altas se puede generar dependencia ñsica.

A finales de la década de los sesenta, el químico Leo Sternbach descubrió las ben­zodiacepinas. Estas sustancias pueden tener acción prolongada y se utilizan como ansiolíticos, como por ejemplo el diacepán (Valium®) y el clorazepato (Tranxi­lium®), que alivian la ansiedad y el miedo, y otras tienen una acción rápida y se utilizan como inductoras del sueño, o por los heroinómanos para combatir el síndrome de abstinencia, como por ejemplo el flunitrazepam (Rohipnol®).

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Conceptos básicos

Drogas: sustancias químicas que alteran la estructura o función de los sistemas bio­lógicos, originando cambios en la conducta individual y social del sujeto. Adicción: uso compulsivo de la droga, necesidad obsesiva de consumirla, asegurarse su suministro y elevada tenden­cia a las recaídas. Una per­sona es adicta cuando, por cualquier razón, ha perdido el control sobre el consumo de la droga. Dependencia: se produce cuando el individuo necesita la droga para funcionar con . normalidad en la vida coti­diana. La adicción o dependencia puede ser de dos tipos: Dependencia física: se pro­duce cuando la persona usa compulsivamente la droga para mantener el bienestar corporal y el sistema nervio­so se habitúa a funcionar bajo sus efectos. Quien ingiere una droga durante un tiempo e in­terrumpe de repente su con­sumo, tendrá que soportar el síndrome de abstinencia, en general, de naturaleza opues­ta al producido por la droga. Dependencia psicológica: se caracteriza por la conducta de búsqueda compulsiva de droga y un deseo irrefrenable de conseguirla, para alcanzar una sensación de bienestar. La persona es incapaz de de­sarrollar sus actividades coti­dianas sin consumirla. Síndrome de abstinencia: aparece cuando cesa la admi­nistración de la droga de una forma repentina. Tolerancia: se produce cuan­do la dosis habitual de consu­mo de una droga tiene menos efectos y el consumidor nece­sita mayores dosis para lograr los mismos efectos que tenía antes.

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Fig. 5.8. ARCIMBOLDO, GwsEPPE: El fuego, 1566. Muchos intelectuales y artistas de diferentes épocas han experimentado los efectos de las drogas.

Annie Gottlieb, en su estudio so­bre la generación de los años se­senta, titulado Do You Believe in Magic?, escribe:

«Es el legado más agridulce que le dejaron las drogas a nuestra gene­ración. El deseo de "sobrevolar" por encima de una vida llena de altibajos. Las drogas fueron como un helicóptero que nos depositara en el Himalaya para disfrutar de la vista sin haber tenido que escalar. Esta experiencia nos dejó, duran­te años, con una avidez de éxta­sis, una impaciencia por las cosas terrenas, una desconfianza en la eficacia del esfuerzo. A quienes toman un atajo hasta el mundo de la magia les ha costado mucho aprender a tener paciencia, perse­verancia y disciplina, a tolerar el exilio en el mundo común y co­rriente.»

A. MARINA, JOSÉ:

La educación del talento, Barcelona, Ariel, 2010, p. 112.

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

• Opiáceos. EL opio es una droga psicoactiva ya utilizada por Los griegos con fines placenteros o medicinales (Galeno, médico griego del siglo n, Lo utilizaba para aliviar jaquecas). En Occidente, el interés por el opio se debe al escritor Thomas de Quincey, que escribió Confesiones de un inglés comedor de opio (1821).

Las dos sustancias derivadas del opio más importantes son la morfina y la heroína. La morfina fue descubierta por el químico alemán F. Sertürner en 1806 y ha sido uno de los analgésicos más utilizados durante la historia para aliviar el dolor. A lo largo del siglo xx, la adicción a los opiáceos ha girado en torno a la heroína, que en 1898 fue puesta a la venta como medicamento para combatir la tos.

Los opiáceos producen tolerancia, dependencia física y psicológica. La morfina produce euforia, somnolencia y alivio del dolor, y cuando se interrumpe su inges­tión, el adicto se vuelve hiperexcitable, deprimido e hipersensible al dolor.

El fármaco más utilizado para combatir la adicción a los opiáceos es la metadona, que es una sustancia sintética derivada del opio. Se utiliza para el tratamiento de La dependencia a la heroína, porque neutraliza la euforia de esta y evita la apari­ción del síndrome de abstinencia. Sin embargo tiene un riesgo alto de desarrollar dependencia física y psicológica.

2. Estimulantes del SNC

Estas drogas producen una activación general del organismo, agilizan el entendi­miento y aumentan el rendimiento mental; también quitan el apetito y mejoran el estado de ánimo. La sustancia estimulante que se usa con más frecuencia es la cafeína, que está en el café, en el té, diversos tipos de refrescos y en el chocolate.

Existen otros estimulantes con estas características, como las anfetaminas y la co­caína, una de las drogas que más se consume.

• Anfetaminas. Hace tiempo, las anfetaminas se recetaban para perder peso o com­batir una depresión leve, y muchos pacientes desarrollaron dependencia con su consumo. En la actualidad, los usos médicos legales de estas sustancias son el tra­tamiento de la narcolepsia, la hiperactividad infantil y la sobredosis de fármacos sedantes.

Las anfetaminas aceleran el uso de los recursos corporales y producen gran varie­dad de efectos conductuales: aumentan el rendimiento, mejoran el nivel de alerta del organismo y ayudan a combatir la fatiga. A corto plazo, permiten un esfuerzo continuado sin descanso ni sueño, pero no suministran energía de forma «mágica».

Su consumo prolongado produce «tolerancia», y en dosis elevadas aparece insom­nio, pérdida de peso, deterioro de las condiciones físicas y mentales y se puede generar dependencia física. También pueden originar una pérdida de contacto con la realidad, conocida como psicosis anfetamínica: los usuarios afectados se sien­ten amenazados y sufren delirios paranoides.

• Cocaina. Es una sustancia originaria de Colombia, Perú y Bolivia que se utilizaba antes de la colonización para combatir el hambre y el cansancio. Este estimulante del sistema nervioso, extraído de Las hojas de la planta de coca, fue un compo­nente de la famosa bebida refrescante de cola desde 1886 a 1906, año en que se reemplazó por la cafeína.

La cocaína incrementa la actividad de las vías del cerebro sensibles a dos mensa­jeros químicos : la noradrenalina (activa el cerebro) y la dopamina (produce una «oleada» de placer). Provoca sensaciones de euforia, seguridad y bienestar, y cuando se acaban sus efectos, el sujeto puede sufrir trastornos del sueño, ansie­dad o depresión .

El abuso de cocaína se ha generalizado peligrosamente en los últimos años, en especial desde que comenzó la venta de una variedad más barata (crack).

ESTADOS DE CONCIENCIA Y DROGAS

3. Sustancias «visionarias»

• MOMA (éxtasis). La metilendioximetanfetamina (MOMA) fue descubierta en 1912 accidentalmente por los laboratorios Merck, pero la primera investigación científi­ca de MDMA en humanos fue realizada por el químico y farmacólogo A. Shulgin en 1976.

El «éxtasis» (también conocido como «Adam» o «X-TC») es una droga sintética con propiedades alucinógenas. Puede provocar deshidratación, hipertermia (aumento de la temperatura), tensión muscular, desmayos y escalofríos. También puede cau­sar confusión, depresión, problemas de sueño, ansiedad y paranoia.

Según A. Escohotado, «el éxtasis tiene como rasgo peculiar la empatía o capacidad para establecer contacto con el pathos o sentimiento; a cambio de no cruzar las puertas de la percepción, permite trasponer o desempolvar la puerta del corazón».

• Marihuana y hachis. Estas sustancias son derivadas de la planta de cáñamo Can­nabis sativa. La marihuana se compone de las hojas y las flores de esta planta y el hachís es un material resinoso raspado de las hojas del cannabis. La principal sustancia química activa de la marihuana es el tetrahidrocannabinol o THC, un alucinógeno (altera las impresiones sensoriales) moderado. Las hojas con bajas proporciones de THC son las que se denominan «grifa» en países como Marruecos; la mezcla picada de hojas y flores con algo de tabaco es el kif.

Parece que existe una alternancia en los efectos subjetivos de la marihuana. Por una parte, están las risas y agudeza para lo cómico, la efusión sentimental y desembarazarse de inhibiciones personales. Y, por otra, existe un elemento de aprensión y zozobra~ una tendencia a ir al fondo de la realidad, que nos señala todo lo que pudimos o debimos hacer y no hemos hecbo, algo inherente a nuestra vida .

Diversos estudios han demostrado que la marihuana es eficaz para aliviar la situa­ción de enfermos graves: es útil para frenar el glaucoma, las náuseas producidas por la quimioterapia en enfermos de cáncer, estimular el apetito en personas con sida y aliviar los espasmos que se producen en la enfermedad denominada esclero­sis múltiple. El hachís, al debilitar la voluntad (es decir, al reducir la fuerza inte­lectual que domina las ideas, las asocia y las conecta), da vía libre a los recuerdos y la imaginación; pasado y futuro se sobreponen entonces al presente.

• Sustancias psicodélicas. El término psicodélicas («ilustradoras» de la psique) fue propuesto por el psiquiatra H. Osmond. En este grupo de sustancias se encuen­tran las que alteran la percepción sensorial produciendo experiencias peculiares: el LSD ( dietilamida del ácido lisérgico ), la mescalina (obtenida del peyote y muy utilizada por los indios mexicanos) y la psilocibina. El LSD fue sintetizado a partir del cornezuelo del centeno por el farmacólogo suizo Albert Hofmann en 1938. Ha sido uno de los hallazgos psicofarmacológicos más importantes del siglo xx, por sus influencias en determinadas creaciones artísticas de grupos como los Beatles o Andy Warhol.

El movimiento hippie utilizó los alucinógenos como una vía de autoexploración para acceder al inconsciente, lo que en condiciones normales era imposible.

Las drogas psicodélicas cambian la percepción sensorial y alteran la concepción del espacio, del tiempo y del sentido del «yo». Estas drogas, aunque distorsionan la percepción y el conocimiento, refuerzan la sensibilidad y producen la sinestesia, es decir, la transmutación de las sensaciones. El sonido se puede experimentar como visión, el tacto como sonido, etc.

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~ _ P_e_n_s_a_m_i_en_t_o_c_r_ít_i_co __ ~

Un libro CARROLL, LEWis: Alicia en el País de las Maravillas, Madrid, Alianza, 2006. Alicia en el País de las Maravillas (1865) es una de las obras clásicas de la literatura universal. Al prin­cipio se consideró un cuento in­fantil, pero más tarde se convirtió en lectura para jóvenes y adultos y en campo de investigación de los símbolos por parte del psicoa­nálisis, pues hasta la aparición de la figura de Alicia nunca se había accedido al subconsciente infan­til, que mezcla realidad y fanta­sía, hechos palpables e imagina­dos, hasta formar una «represen­tación del mundo», aunque sea absurda.

Una película DENYS, ARCAND:

Las invasiones bárbaras. Canadá, 2003. Dur.: 99 min. La película nos muestra el final de la vida del profesor de historia Rémy Girard, que conserva el mis­mo amor por esta que cuando era más joven. Cuando le diagnosti­can un cáncer incurable, preten­de resolver algunos asuntos con su ex-esposa Louis, sus amigos y, sobre todo, con su hijo Sébastien, un rico banquero asesor de inver­siones que vive en Londres.

@ En Internet

http://www.ieanet.com/ centros/ Página web de la Generalitat va­lenciana. Tiene mucha informa­ción sobre el mundo de las drogas, explica las causas y consecuen­cias de su consumo y otras adic­ciones. Además es posible acceder al Plan de la Unión Europea y al Plan Nacional sobre drogas. _ también presenta una relaci~

de los centros de atención y tra­tamiento de la drogodepenC.E...-:r:i!:. de toda España.