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EXPRESIÓN CORPORAL V.S IMITACIÓN CORPORAL A pesar de que la gran mayoría habréis oído alguna vez el concepto “expresión corporal”, ¿realmente sabemos lo que significa? Muchos pensaréis que es la forma de expresión que consiste en comunicar por medio del cuerpo, utilizando gestos nacidos de los propios sentimientos ¡y estáis en lo cierto!. Entonces, si sabemos lo que es, ¿por qué cuesta tanto llevar su esencia a las aulas? Y en caso de llevarse, ¿realmente es necesario enseñar a expresar con el cuerpo? Hemos dicho que este tipo de comunicación debe nacer de los propios sentimientos, por tanto podríamos deducir que la expresión corporal es la forma más natural que existe de comunicarnos con el medio, pues permite crear un lenguaje propio, comprensible, comunicable a los demás, es decir, es un lenguaje universal. Es innegable que todos nacemos sabiendo, aunque sea de forma instintiva e inconsciente, cómo comunicarnos con nuestro entorno (que al principio tiene que ser con el cuerpo porque no dominamos el habla). Así pues, entendemos que se trata de una habilidad innata y que además ofrece un mejor conocimiento, desarrollo y maduración del niño y de la niña, ya que a través de la actividad motriz construyen su esquema corporal, conocen su cuerpo, lo utilizan como medio de expresión, experimentan la realidad temporal y toman consciencia del mundo en el que viven y del espacio que han de compartir con los demás. Entonces, si tan natural y universal es este tipo de expresión ¿por qué hay que dedicar el tan apreciado tiempo académico a enseñar a comunicarnos con el cuerpo? ¿No se supone que éste tipo de expresión no necesita un aprendizaje previo? Creemos que es necesaria la enseñanza de la expresión corporal porque, como dicen Gil y Gutiérrez (2005), “el objetivo de la escuela es ofrecer materiales, experiencias y oportunidades de acción para el desarrollo y dominio de los recursos expresivos”, desarrollar las habilidades sociales, ayudar al conocimiento de sí mismo y de los otros, y potenciar una actitud crítica. No obstante, a pesar de ser tan evidente su necesidad en la educación, la expresión corporal es la menos potenciada en las escuelas, siendo excluida de las mismas y haciendo que la niña y el niño, poco a poco, “deje de ser espontáneo y fomentando un pensamiento y una actitud igual para todos” (Calecki y Thévenet, 1986). Además, debido a su carácter instrumental, la enseñanza se basa en el

Expresión Corporal v.s Imitación Corporal

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Expressió corporal

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Page 1: Expresión Corporal v.s Imitación Corporal

EXPRESIÓN CORPORAL V.S IMITACIÓN CORPORAL

A pesar de que la gran mayoría habréis oído alguna vez el concepto “expresión corporal”,

¿realmente sabemos lo que significa? Muchos pensaréis que es la forma de expresión que consiste

en comunicar por medio del cuerpo, utilizando gestos nacidos de los propios sentimientos ¡y estáis

en lo cierto!. Entonces, si sabemos lo que es, ¿por qué cuesta tanto llevar su esencia a las aulas? Y

en caso de llevarse, ¿realmente es necesario enseñar a expresar con el cuerpo?

Hemos dicho que este tipo de comunicación debe nacer de los propios sentimientos, por

tanto podríamos deducir que la expresión corporal es la forma más natural que existe de

comunicarnos con el medio, pues permite crear un lenguaje propio, comprensible, comunicable a

los demás, es decir, es un lenguaje universal.

Es innegable que todos nacemos sabiendo, aunque sea de forma instintiva e inconsciente, cómo

comunicarnos con nuestro entorno (que al principio tiene que ser con el cuerpo porque no

dominamos el habla). Así pues, entendemos que se trata de una habilidad innata y que además

ofrece un mejor conocimiento, desarrollo y maduración del niño y de la niña, ya que a través de la

actividad motriz construyen su esquema corporal, conocen su cuerpo, lo utilizan como medio de

expresión, experimentan la realidad temporal y toman consciencia del mundo en el que viven y del

espacio que han de compartir con los demás. Entonces, si tan natural y universal es este tipo de

expresión ¿por qué hay que dedicar el tan apreciado tiempo académico a enseñar a comunicarnos

con el cuerpo? ¿No se supone que éste tipo de expresión no necesita un aprendizaje previo?

Creemos que es necesaria la enseñanza de la expresión corporal porque, como dicen Gil y

Gutiérrez (2005), “el objetivo de la escuela es ofrecer materiales, experiencias y oportunidades de

acción para el desarrollo y dominio de los recursos expresivos”, desarrollar las habilidades sociales,

ayudar al conocimiento de sí mismo y de los otros, y potenciar una actitud crítica.

No obstante, a pesar de ser tan evidente su necesidad en la educación, la expresión corporal es la

menos potenciada en las escuelas, siendo excluida de las mismas y haciendo que la niña y el niño,

poco a poco, “deje de ser espontáneo y fomentando un pensamiento y una actitud igual para todos”

(Calecki y Thévenet, 1986). Además, debido a su carácter instrumental, la enseñanza se basa en el

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hacer y concretamente en el hacer con el cuerpo y con la mente por separado, donde se trabaja la

mente en idiomas, matemáticas y conocimiento del medio y el cuerpo en educación física, música y

plástica; pero no se enseña a trabajar cuerpo y mente de una forma integrada, ni tampoco se enseña

a “no hacer”, y por “no hacer” nos referimos a relajar el cuerpo y la mente para llegar al completo

bienestar.

Afortunadamente desde 27 de junio del 2003 queda recogida la expresión corporal (en el Real

Decreto 828 y 829) en las distintas áreas del currículum pero, al tratarse de un tipo de

comunicación, predomina en el área de Lenguaje: Comunicación y representación. En general, y

abarcando las diferentes áreas, los objetivos educativos de dicho tipo de expresión serán: “la toma

de conciencia del esquema corporal, el reconocimiento de la posibilidades personales, el desarrollo

del sentido rítmico, la percepción espacio-temporal, la conciencia del cuerpo como instrumento de

expresión en el espacio y en el tiempo,- a la vez que el relacionarse con los demás de forma

responsable y activa, para lo que será necesario la educación de las capacidades sensitiva,

perceptiva, representativa y simbólica” (Gil y Gutiérrez, 2005).

No obstante, y retomando la pregunta inicial, a pesar de que su inclusión en un documento legal ya

es un logro, queda por verificar que la expresión corporal se incluye en las aulas de una manera que

fomenta la libre expresión y la espontaneidad, pues de nada sirve llevarla a cabo si se hace a través

de directrices y consignas obligatorias. Esto no quiere decir que se deba trabajar la expresión

corporal a modo de “juego libre”, porque está claro que en educación no podemos partir de la

improvisación, sino que es necesario diseñar y organizar las sesiones y actividades. Por tanto,

nuestro gran reto como docentes estará en diseñar unas actividades que no etiqueten al maestro

como único modelo referente, ni incite a la imitación porque “es el que más sabe”; si no que hagan

a los niños y niñas protagonistas de su aprendizaje, que les lleven a pensar, imaginar, crear,

experimentar y respeten su propio ritmo evolutivo.

Sabemos que es difícil salir de las técnicas educativas que hemos recibido, en las que aprendíamos

los sentimientos a través de un dado con expresiones faciales que debíamos imitar, pero hay que ir

más allá de la imitación; los sentimientos se sienten y manifiestan, no se imitan sin sentido. Así

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pues, nos referimos a actividades que aunque estén preparadas con objetivos concretos, sean

abiertas y flexibles para que todas las respuestas sean válidas y así fomentar la opinión crítica que

tan necesaria es. Por ejemplo, si contamos un cuento para fomentar la expresión de sentimientos

(obviamente con el cuerpo), deberemos de aceptar que no todos crean que el protagonista está triste

porque han secuestrado a la princesa. También sería curioso dejar el cuento sin terminar, totalmente

abierto para que decidan el final que cada uno quiere según su estado de ánimo, pudiendo cambiar

de parecer a lo largo del día o de la semana.

En conclusión, sabemos qué es la expresión corporal, sabemos que es importante su enseñanza o

desarrollo desde la etapa de infantil, pero no sabemos si se lleva a cabo en las aulas de forma

efectiva. Sin embargo, tenemos claro que queremos ser unas docentes sentidas y no imitadas.

BIBLIOGRAFÍA:

- Gil Madrona, P., y Gutiérrez del Campo, D. (2005). Expresión corporal y educación Infantil.

Wanceulen.

-Calecki, M., y Thévenet, M. (1986). Técnicas de bienestar para niños: expresión corporal y yoga.

Paidós.

Amanda Tercero RuizAna Iranzo Navarro

Grupo: 3P