F. Beiser, El Destino de La Razón. Capítulo 2

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    Frederick Beiser

    El destino de la razn. La filosofa alemana desde Kant hasta Fichte

    Captulo 2

    Jacobi y la controversia sobre el pantesmo.

    Trad. Miguel Herszenbaun y Laura PelegrinRevisin a cargo de Marcos Thisted

    2.1. La importancia histrica de la controversia sobre el pantesmo

    Junto con la publicacin de la Crtica de la razn pura en mayo de 1781, el eventointelectual ms importante en la Alemania del siglo XVIII tardo fue la as llamadacontroversia sobre el pantesmo entre F. H. Jacobi y Moses Mendelssohn1. Lacontroversia comenz en el verano de 17832, inicialmente como una ria privada entreJacobi y Mendelssohn. Pero dos aos ms tarde, la disputa se hizo pblica y atrajo acasi todas las mentes ms brillantes de la Alemania del siglo XVIII tardo. Entre lascelebridades que participaron en ella estaban Kant, Herder, Goethe y Hamann. Ms aun,cada parte en el conflicto tena un gran reparto que la apoyaba, incluyendo estrellastardas como Thomas Wizenmann, quien defenda a Jacobi, y Karl Leonhard Reinhold,quien populariz a Kant.

    Es difcil imaginar una controversia cuya causa fuera tan incidental la

    revelacin por parte de Jacobi del espinozismo de Lessing- y cuyo efecto fuera tangrande. La controversia sobre el pantesmo cambi completamente el mapa intelectualde la Alemania del siglo XVIII y continu preocupando a los pensadores hasta bienentrado el siglo XIX. El problema principal que plantea la controversia el dilema de unnihilismo racional o de un fidesmo irracional- se volvi un tema central para Fichte,Schelling, Hegel, Kierkegaard y Nietzsche. No es, en efecto, una exageracin decir quela controversia sobre el pantesmo tuvo un impacto tan grande sobre la filosofa delsiglo XIX como la primera Kritikde Kant3.

    El primer efecto ms visible de la controversia fue el notable aumento de lafortuna del espinozismo en Alemania. Casi todas las mayores figuras de la clsica

    Goethezeit Goethe, Novalis, Hlderlin, Herder, F. Schlegel, Hegel, Schleiermacher ySchelling- se volvieron entusiastas de Spinoza en los albores de la controversia.Evidentemente de la noche a la maana, la reputacin de Spinoza pas de un demonio a

    1Esto es una denominacin errnea, pues la cuestin principal detrs de la controversia no tena que vercon el pantesmo. Continuar usando este nombre, sin embargo, por ser tradicional.2Establecer cualquier momento como el comienzo de la disputa es en gran medida arbitrario. Jacobi lecont por primera vez a Mendelssohn del spinozismo de Lessing en el verano de 1783. Pero Jacobi yMendelssohn no decidieron entrar formalmente en disputa hasta el otoo de 1784. La disputa se hizopblica slo con la publicacin de losBriefede Jacobi en el otoo de 1785.3En relacin con esto Hermann Timm correctamente seala:"La Kritik der reinen Vernunft no rompi conla auto-compresin de la filosofa de la poca. Pero ocurri de otra manera con el legado spinozista de

    Lessing. Suspro et contra hizo que sus contemporneos tomaran conciencia del cambio de poca. VaseGott und die Freiheit, I, 6.

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    un santo. El chivo expiatorio del establishment intelectual en los primeros tres cuartosdel siglo dieciocho se volvi su hroe en el ltimo cuarto. Gracias a la controversia, elpantesmo se volvi, como lo dijo Heine, la religin extraoficial de Alemania4.

    Un segundo efecto llamativo de la controversia fue la irrupcin del kantismo, suentrada triunfal en el escenario pblico de Alemania. Antes de que la controversiaalcanzara su cima en el invierno de 1786, Kant ya haba hecho algunos progresos paraganarse cierta reputacin. Tena algunos valiosos discpulos en varias universidades, porejemplo, F. G. Born en Leipzig, L. H. Jakob en Halle y C. G. Schtz en Jena; y la

    Jenaische Allgemeine Literaturzeitung haba empezado a abogar por su causa. Pero lafilosofa crtica estaba an lejos de dominar la escena filosfica y an ms lejos delcentro de la mirada pblica. Su influencia estaba confinada a unas pocas universidadesy, de hecho, solamente a algunos pocos crculos selectos dentro de ellas. Sin embargo, lacontroversia sobre el pantesmo cambi rpidamente todo esto. La irrupcin decisivavino en algn momento del otoo de 1786 con las Briefe ber die KantischePhilosophiede Reinhold. En un estilo elegante, popular y vivaz, Reinhold tuvo xito alhacer inteligible la filosofa de Kant para un pblico ms amplio. Las Briefe habancausado para citar a un amigo de Kant- sensacin5. Pero es importante notar elsecreto detrs del xito de Reinhold. Estableci la relevancia de la filosofa crtica paraesa disputa, sobre todo ante los ojos del pblico: la controversia sobre el pantesmo.

    Un tercer efecto de la controversia fue que cre una crisis en laAufklrung, unatan severa que aceler su cada final. La revuelta contra la Aufklrung haba yacomenzado en 1770 con el Sturm und Drang. Las novelas y obras de teatro de Goethe,Lenz y Klinger; los tratados filosficos de Hamann, Herder y Jacobi; los escritosreligiosos de Lavater, Jung-Stilling y Claudius; y los escritos filosficos de Lavater,todos ellos haban establecido una nueva moda literaria y un nuevo espritu enAlemania. Los derechos del sentimiento fueron proclamados contra las fras reglas de larazn; y los derechos de la auto-expresin eran afirmados en contra de las normasrepresivas de la sociedad. Los albores del Romanticismo ya eran visibles al tiempo queel ocaso de la Aufklrung se acercaba. Pero mientras tanto, la Aufklrung an seguaviviendo, por cierto como la fuerza intelectual predominante. Durante 1770, las cienciasnaturales siguieron avanzando, la crtica filolgica e histrica de la Biblia cobr impulsoy el wolffianismo se atrincher en las universidades protestantes alemanas. Por lamisma poca, Lessing, Mendelssohn y Nicolai estaban todava activos; el movimientode la Popularphilosophie se hizo cada vez ms popular; y las sociedades como los

    Freimauerery losIlluminaticrecieron en poder y nmero. En definitiva, laAufklrungcontino representando el status quo literario y filosfico en la dcada de los 70, auncuando no era la ltima moda.

    La controversia sobre el pantesmo puso a la Aufklrung a la defensiva,forzndola a luchar por su propia vida. El ao 1785, en el cual Jacobi public susBriefeber die Lehre von Spinoza,marca el final de su hegemona. Jacobi haba tenido xito alplantear dudas sobre el dogma central de la Aufklrung: su fe en la razn. El mododramtico en el que atac este dogma produjo nada menos que un trauma en la escenaintelectual contempornea. Al referirse al efecto de las Briefesobre el pblico, Goethe

    4

    Vase Heine, Werke, V/III, 175.5Vase Jenisch a Kant, 14 de mayo de 1787, en Kant,Briefwechsel, p. 315.

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    habl de una explosin6y Hegel escribi: un rayo cado del cielo despejado7.

    La fe en la razn de la Aufklrung estaba basada en la creencia de que la raznpoda justificar todas las verdades esenciales del sentido comn, la moralidad y la

    religin. La autoridad de la razn reemplaz a la autoridad de la tradicin y larevelacin porque autorizaba de manera ms efectiva las creencias morales, religiosas ydel sentido comn. Estas premisas, tan importantes como vulnerables, fueron elprincipal blanco de ataque de Jacobi. La razn, argumentaba, no estaba avalando sinosocavando todas las verdades esenciales de la moralidad, la religin y el sentido comn.Si furamos consistentes y llevramos la razn hasta sus lmites, entonces tendramosque aceptar el atesmo, el fatalismo y el solipsismo. Tendramos que negar la existenciade Dios, de la libertad, de otras mentes, del mundo externo e incluso la existenciapermanente de nosotros mismos. En resumen, tendramos que negar la existencia detodo, tendramos que volvernos, para usar el lenguaje dramtico de Jacobi, nihilistas.Haba entonces slo un modo de salvarnos del nihilismo: el salto de la fe, un saltomortale.

    Es importante ver que fue Jacobi, y no Kant, quien sacudi a laAufklrunghastasus mismsimos cimientos. Kant era un tpico Aufklrer en tanto que nunca dud delpostulado fundamental de laAufklrung de la armona entre la fe y la razn. En lugar decuestionar esta creencia, Kant intent darle una nueva fundamentacin con su doctrinade la fe racional. En efecto, la razn misma del xito de Kant durante la polmica sobreel atesmo es que pareca que Kant rescataba esta creencia sumamente importante de la

    Aufklrung frente a la crtica provocadora de Jacobi. Su doctrina de la fe racional, yaelaborada en el Kanon de la primera edicin de la Kritik, pareca acallar todas lasinquietantes dudas de Jacobi. Significativamente, las Briefe de Reinhold vieron estadoctrina como el atractivo para vender [the selling point] la filosofa de Kant yremarcaron que slo ella proporcionaba la solucin de la controversia entre Jacobi yMendelssohn.

    Pero la fe prctica de Kant era, cuanto mucho, una solucin ad hoc, un dedointentando contener un irracionalismo exaltado [a finger in the dike of a swellingirrationalism]. Tan pronto como la doctrina de Kant se volvi el centro de la atencin,Jacobi y sus aliados tiraron municin pesada sobre ella. El efecto final de estoscontraataques fue profundamente perturbador: la tregua entre la razn y la fe parecams frgil que nunca. Mientras que Jacobi y sus aliados picaban agujeros en el edificio

    tambaleante de la fe prctica de Kant, tambin daban la bienvenida a la destruccinkantiana de la metafsica, como ms lea para su fuego irracionalista. Para el pblicopensante alemn de finales del siglo XVIII,la razn pareca estar dirigindose hacia elabismo y nadie poda ver ningn medio para pararla.

    El ataque de Jacobi a la Aufklrung en Alemania no es una reminiscenciaaccidental de las anteriores crticas de Pascal y Rousseau a la Illuminationen Francia.El joven Jacobi se dedic a estudiar a Pascal y a Rousseau y, deliberadamente, importsus ideas a Alemania8. l slo repiti el argumento provocador de Pascal de que la

    6Goethe, Werke, X, 49.7

    Hegel, Werke, XX, 316-317.8En relacin a la influencia de Pascal y Rousseau en el joven Jacobi, vase Heraeus, Jacobi und der

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    razn, sin la ayuda de la revelacin, conduce al escepticismo; y simplemente puso enescena, aunque en clave epistemolgica, la tesis radical de Rousseau de que el arte y laciencia haban corrompido ms que mejorado, a la moral. Jacobi saba que estosargumentos haban perturbado a los filsofos9 y estaba convencido de que ahora

    molestaran tambin a losAufklrer.

    La crtica de Jacobi a la razn tambin parece seguir las lneas de otroprecedente ms cercano: las Sokratische Denkwrdigkeiten de Hamann. Jacobi era, dehecho, admirador de Hamann y, justo antes de la controversia, entabl correspondenciacon l, esperando ganarse su apoyo para la batalla venidera contra la Aufklrung10.Hamann respondi clidamente a las propuestas de Jacobi, proporcionndole todo elconsejo, informacin y estmulo que necesitaba. A pesar de su alianza, haba an unamuy importante diferencia entre las posiciones de Hamann y de Jacobi. Jacobi era unirracionalista genuino, pero no Hamann. Mientras que Hamann sostena que la fe y larazn eran independientes la una de la otra, de modo que la razn ni demostraba ni

    refutaba a la fe, Jacobi sostena que la razn y la fe estaban en conflicto, de modo talque la razn refutaba a la fe. As, l deca que la razn, si es consistente, conduce alatesmo. Por el contrario, Hamann mantena que la razn trasciende sus lmites siintenta refutar la existencia de Dios. Esta diferencia no se le escap a Hamann, quien leconfes a Herder que l nunca podra aceptar los Pia desideratade Jacobi11.

    Tan slo una de las consecuencias ya mencionadas sera suficiente para establecer laimportancia histrica y filosfica de la polmica sobre el pantesmo. Pero,sorprendentemente, para un evento intelectual de su magnitud, la controversia fue engran medida ignorada12. La razn de este descuido radica primariamente en lacontroversia misma, en el hecho de que su apariencia engaosa encubre su importanciasubyacente. Tiene una cscara externa: el tema biogrfico del espinozismo de Lessing;un estrato interno: la cuestin exegtica de la interpretacin adecuada de Spinoza; y unncleo interior oculto: el problema de la autoridad de la razn. La principal dificultadpara entender la controversia es ver cmo estos estratos externos reflejan el ncleointerno, cmo las cuestiones biogrficas y exegticas reflejan y surgen del problemafilosfico. A menudo se ha supuesto que el problema principal era slo si Lessing fueespinosista,13 o bien cmo deberamos interpretar el pantesmo de Spinoza14. Paracomprender el significado profundo de la controversia y propiamente la importanciaque tuvo para los participantes mismos- debemos reconocer su dimensin filosfica

    Sturm und Drang, pp. 117-118.9En relacin a la importancia de Pascal para los filsofos, vase Cassirer, Enlightenment, pp. 144-145.10Vase Jacobi a Hamann, June 16, 1783, en Hamann,Briefwechsel, V, 55.11Vase Hamann a Herder, February 3, 1785, en Hamann, Briefwechsel, V, 351. Tambin vase Hamanna Jacobi, 23 de octubre de 1785, en Hamann, Briefwechsel, VI, 107-108, donde Hamann es escpticorespecto a la metafsica de Spinoza, que Jacobi prueba la necesidad del atesmo.12Desde su publicacin en 1916, el texto estndar de la controversia ha sido Scholz, Hauptschriften. Peroesta obra es ms una antologa que un anlisis de la disputa. Los mejores tratamientos del complicadotrasfondo de la disputa son hechos por Altmann, Mendelssohn, pp. 593-652, 729-744, y Strauss en la"Einleitung" al vol. III/2 de los Schriften de of Mendelssohn. Le debo enormemente mi propiaconsideracin del trasfondo de la controversia a Altmann y a Strauss. El tratamiento ms completo ysistemtico de las visiones de Lessing, Jacobi, y Mendelssohn es Timm, Gott und die Freiheit.13

    Vase, por ejemplo, Hettner, Geschichte, I, 761.14Vase, por ejemplo, Scholz,Hauptschriften, pp. xi-xii.

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    subyacente. Tenemos que ver que Lessing y Spinoza eran slo smbolos que tenan unsignificado cultural y filosfico mucho ms amplio.

    Sin embargo, nosotros hemos pagado un alto precio por nuestra ignorancia de la

    controversia sobre el pantesmo. Hemos perdido nuestra orientacin filosfica al lidiarcon los sistemas especulativos de la filosofa post-kantiana. En no poca medida, estossistemas surgieron como respuesta al problema fundamental que planteaba lacontroversia sobre el pantesmo. Aquello que Fichte, Schelling y Hegel estaban tratandode hacer era preservar la autoridad de la razn de cara a la crtica provocadora deJacobi.

    Antes de que proceda a examinar la controversia sobre el pantesmopropiamente, es importante tener una idea de la historia del espinozismo en Alemania.Esta historia forma parte del trasfondo esencial de la controversia; y el ascenso delespinozismo a fines del siglo XVIII es un fenmeno cuya importancia no es menor que

    la emergencia del kantismo mismo. A comienzos del siglo XIX, la filosofa de Spinozase haba convertido en la mayor competidora de Kant y slo Spinoza tena tantosadmiradores como Kant.

    2.2. El surgimiento del espinozismo en Alemania, 1680-1786

    Hasta la publicacin de las Briefe ber die Lehre von Spinoza de Jacobi en 1785,Spinoza era una figura conocida en Alemania. Por ms de un siglo el establishmentacadmico y eclesistico lo haba tratado como a un perro muerto, como lo expresLessing ms adelante. La Ethica fue publicada en Alemania en 1677 y el Tractatustheologicus-politicusen 1670 (aunque apareci de forma annima, se saba que Spinozaera el autor). Hasta la mitad del siglo XVIII era obligacin de cada profesor y clrigoprobar su ortodoxia antes de asumir su cargo; y probar la propia ortodoxia a menudorequera denunciar a Spinoza como hereje. Como los ataques a Spinoza se volvieroncasi un ritual, haba abundantes tratados difamatorios y polmicos contra l. De hecho,para 1770 tantos profesores y clrigos haban atacado a Spinoza que haba un Catalogusscriptorum Anti-Spinozanorum en Leipzig. Y en 1759 Trinius cont, probablementedemasiado modestamente, 129 enemigos de Spinoza en su Freydenkerlexicon. Tal era lareputacin de Spinoza que fue a menudo identificado con Satn mismo. El espinozismoera visto no slo como una forma de atesmo, sino como la peor de sus formas. As,Spinoza fue apodado el Euclides atheisticus, el princips atheorum15.

    La recepcin de Spinoza por parte de las grandes luminarias de la tempranaAufklrung -Leibniz, Wolff y Thomasius- fue apenas ms favorable. Ellos pretendanescribir crticas imparciales de su filosofa; pero es evidente que la heterodoxia deSpinoza inclinaba fuertemente la balanza en su contra. Haba las mismas advertenciassobre las creencias herticas de Spinoza y las mismas polmicas tendenciosas queencontramos en los peores Schmhschriften. Todos ellos se sentan obligados adenunciar a Spinoza y escribir extensas refutaciones contra l. As en 1688, Thomasiusse tom la molestia de escribir una elaborada y comprometida crtica de Spinoza en sus

    15

    En relacin a la historia temprana del spinozismo en Alemania, vase Mauthner, Atheismus, III, 170-173; Hettner, Geschichte, 1,34 38; y Grunwald, Spinoza in Deutschland, pp. 45-48.

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    Monatsgesprche. Considerando a la Ethica como un libro peligroso, Thomasiusadvirti a sus estudiantes que, de todas las sectas, la espinozista era la ms difcil decombatir. Por su parte, Wolff se jact de que su filosofa era un bastin contra elespinozismo. En la Theologica naturalis (1737) dio una refutacin a gran escala de

    Spinoza, que se convirti en cannica entre los wolffianos por generaciones16

    . Leibniztambin advirti sobre los males del espinozismo, al que condenaba como una hereja.Consideraba que la Ethica era un libro peligroso para aquellos que se tomaban lamolestia de dominarlo y escribi un comentario crtico sobre l17. Todos estospensadores, de una manera verdaderamente ortodoxa, vieron al espinozimo comoatesmo y fatalismo. Por razones ms bien religiosas que filosficas, no podan aceptarel rechazo de Spinoza de la providencia, la revelacin, la libertad de la voluntad y elDios personal y sobrenatural.

    Sin embargo, Leibniz y Wolff tenan razones especiales para alejarse de Spinoza.El espinozismo se volvi la objecin favorita de los pietistas contra la escuela

    leibnizo-wolffiana. Ellos crean que la filosofa de Leibniz y de Wolff, con suinsistencia en un mtodo estrictamente demostrativo, era poco ms que una casa a mitadde camino en la ruta fatal del espinozismo. Algunos de los discpulos de Thomasius,especialmente Joachim Lange y Johann Franz Budde, argan que el racionalismo deWolff, si era consistente, conduca directamente al atesmo y al fatalismo de Spinoza18.El nico modo de escapar a estas consecuencias, ellos argumentaban, era reconocer lasoberana de la fe sobre la razn o de la revelacin sobre las demostraciones. Esta lneade argumentacin prefigura la ulterior controversia entre Jacobi y Mendelssohn, que enmuchos aspectos meramente continu el debate entre pietistas y wolffianos. El debatede Jacobi con Mendelssohn era slo una versin ms sofisticada de la crtica de Budde yLange a Wolff.

    Pero, por qu hubo una reaccin tan vehemente contra Spinoza? El hecho deque Spinoza fuera visto por el establishment eclesistico y acadmico como lamismsima encarnacin del mal nos obliga a plantear la pregunta. Por qu singularizara Spinoza por tal abuso, especialmente cuando haba otros herejes cuyas doctrinas noeran menos heterodoxas que las de Spinoza, por ejemplo, Hobbes o Bruno? Porsupuesto, parte de la respuesta est en la ascendencia juda de Spinoza. No era casualque Spinoza fuera llamado el judo maldito de Amsterdam. Pero haba incluso otrarazn y ms importante e interesante- de por qu Spinoza era considerado como unhereje tan horrible. A saber, Spinoza representaba la extrema izquierda para la

    conviccin religiosa y poltica durante los siglos XVII y XVIII. Los puntos de vista deSpinoza eran una acusacin para todo el establishmentacadmico y eclesistico alemnAlemania19. En su Tractatus theologicus-politicus, no slo estableci las bases para sucrtica histrica y filolgica de la Biblia -la vaca sagrada del establishment luterano-sino que tambin defendi causas tan progresistas como la tolerancia, la libertad de

    16Vase Wolff, Werke, VIIII2, 672-730.17Vase Leibniz, Schriften, I, 139-150.18Vase Wolff,Herrn D.Buddens Bedencken, pp. 9-15,35-37,66-76, 134- 135.19 As Mauthner seala que la mayor parte de los primeros ataques contra Spinoza eran contra elTractatus. LaEthica contena un mensaje mucho ms oscuro que el Tractatus, y no fue 'refutado' hasta

    1692, una dcada despus de las primeras polmicas contra el Tractatus; vase Mauthner, Geschichte, III,171.

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    expresin y conciencia, la democracia, la religin universal y la separacin de la iglesiay el estado. Considrese el efecto que tal libro tendra sobre cualesquiera de los poderesen la Alemania de los siglos XVII y XVIII. Desde la Augsburger Religions-friede(1555), los prncipes alemanes tenan el derecho de determinar la religin de sus

    principados, de modo tal que la iglesia lleg a formar parte del sistema legal general. Laobservacin de la religin oficial se volvi una verdadera necesidad jurdica. Por lotanto, no haba en los principados cosas tales como tolerancia, libertad de conciencia eindependencia eclesistica, todas las causas por las que peleaba Spinoza. Los profesoresy el clero, que eran poco ms que sirvientes civiles glorificados, tuvieron que exorcizara Spinoza, quien haba criticado su dudosa dependencia del Estado. Spinoza estabamordiendo la mano que le daba de comer y la gratitud demandada acumulaba no pocasinjurias sobre su maldita cabeza.

    Afortunadamente, la historia de la recepcin de Spinoza en Alemania no es slo un

    relato de infamia y desgracia. Si bien Spinoza era apasionadamente denunciado por elestablishment, era tambin apasionadamente acogido por sus oponentes. Es un viejomito que Spinoza fue tratado como un perro muerto mucho antes del final del sigloXVIII. La verdad de la cuestin es que estaba en la mismsima vanguardia de la

    Aufklrung del siglo XVII tardo y del siglo XVIII temprano en Alemania y que era, enefecto, el santo patrn de la extrema izquierda. Casi todos los librepensadores radicalesde esa poca -Gottfried Arnold, Johann Christian Edelmann, Friedrich Wilhelm Stosch,Theodor Ludwig Lau, Johann Lorenz Schmidt- fueron tambin espinosistas, abierta osolapadamente. Aquellos que no se aliaban con Spinoza -Konrad Dippel y AngelusSilesius- tenan perspectivas metafsicas y polticas similares a las suyas20. Todos estospensadores luchaban -y sufran- por los ideales radicales de Spinoza: la tolerancia, lareligin universal, la libertad de conciencia, la separacin de la iglesia y el estado y lacrtica histrica y poltica de la Biblia. As, la dura condena a Spinoza por parte delestablishmentfue tambin una denuncia simblica contra quienes se le oponan desde elala izquierda.

    En Alemania, casi todos los primeros espinozistas eran los nios insatisfechos[unhappy children] de la Contrarreforma protestante21. Y la mayora de ellos haba sidopietista, o an lo era; y todos ellos se desilusionaron amargamente con el curso de laReforma. Eran ferozmente leales a sus ideales originales: el sacerdocio universal de loscreyentes, la libertad de conciencia, la necesidad de una relacin inmediata con Dios.

    Pero desde su punto de vista, la Reforma haba ido por mal camino y traicionado suspropios principios. Desde que la Iglesia luterana se volvi parte del Estado, desarrollun estructura autoritaria del mismo tipo y as se haba convertido en una forma dedogmatismo y elitismo no mejor que la Iglesia catlica romana. En qu se habanconvertido, pues, los ideales de Lutero?

    20 Para informacin ms detallada de todos estos pensadores, vase Mauthner, Geschichte, III, 170-272, yGrunwald, Spinoza in Deutschland, pp. 41-45, 67-83. En relacin a Lau y Stosch, vase Stiehler,

    Materialisten, pp. 7-35. Tambin es de utilidad para el spinozismo temprano el captulo "Spinoza," enAdler,Der junge Herder, pp. 233- 270.21

    Al adoptar el trmino Contra-reforma protestante, sigo a Beck, Early German Philosophy, pp. 148-156.

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    Para estos reformistas y radicales descontentos, Spinoza representaba elmismsimo espritu de la rebelin. Su crtica a la Biblia, su apoyo a la democracia, suideal de una religin universal y su llamado a una separacin de la iglesia y el Estado,eran simplemente las armas que necesitaban para pelear contra el establishmentpoltico

    y eclesistico. El Tractatus theologicus-politicus se volvi as el manifiesto para todassus opiniones radicales22.

    Si el Tratado de Spinoza era importante para estos librepensadores y radicales,su Ethica lo era aun ms. stos abrazaron con entusiasmo el pantesmo de Spinoza, alque vieron como el fundamento para todas sus convicciones polticas radicales. Aquelloque Heine dijo del pantesmo en el siglo XVIII temprano que era la religin de losradicales era de hecho verdad en los siglos anteriores23. Durante los siglos XVI, XVIIy el siglo XVIII temprano, muchos de los radicales eran pantestas24

    Pero, de dnde viene esta conexin entre el pantesmo y el radicalismo

    poltico? Por qu era tan atractivo para los radicales tempranos? Cmo apoyaba susideas polticas? Este punto es de crucial importancia si hemos de entender el ascenso delespinozismo en el siglo XVIII tardo. Pues la aceptacin tarda del pantesmo deSpinoza estaba parcialmente condicionada por la fuerza cada vez ms creciente de lascausas polticas liberales. El ascenso del espinozismo fue una reafirmacin de losideales polticos de la Contrarreforma protestante.

    La respuesta a la pregunta yace en gran medida en las interpretaciones radicalestempranas del ideal de Lutero de una relacin inmediata con Dios. De acuerdo con elideal de Lutero, todos deberan tener una relacin personal con Dios, en la que uno esdirectamente responsable slo ante Dios y no ante la iglesia. Aquello que hace posibleesta relacin es, en el luteranismo ortodoxo, la Biblia, la cual haba estado disponiblepara el pblico a travs de la traduccin de Lutero. Si uno simplemente lea la Biblia,que l haba vertido al alemn sencillo, entonces uno poda conocer el mensaje de Diospor uno mismo y no sera necesario consultar al clero. Ahora bien, los primeroslibrepensadores abrazaron con entusiasmo el ideal luterano de una relacin inmediatacon Dios, el cual apelaba a su sentido de igualdad y libertad. Pero gracias al Tractatusde Spinoza, ya no vieron la Biblia como una garanta infalible de esa relacin. Spinozales haba enseado que la Biblia no era un producto de la inspiracin divina sino de lahistoria y de la cultura, como cualquier otro documento humano. Qu poda, entonces,

    22

    Aunque la Ethica era un libro inusual en Alemania, el Tractatus tena una considerable circulacinclandestina, Vase Beck,Early German Philosophy, p. 353.23 Vase Heine, Geschichte, Werke, VIlll1, 57 ss.24 Es significativo que la conexin entre el pantesmo y el radicalismo poltico ya haba sido firmementeestablecido en la mentalidad alemana mucho antes de la llegada de Spinoza a fines del siglo diecisiete . Aprincipios del siglo diecisiete dos de los pensadores lderes de la contra-reforma protestante, SebastianFranck y Valentin Weigel, usaron al pantesmo en la lucha contra la nueva ortodoxia de la reforma. Francky Weigel tambin eran, ms de un siglo antes del alba de la Aufklrungen Alemania, los defensores dedoctrinas tan progresistas como la tolerancia, el criticismo bblico, la religin natural, la igualdad y laseparacin de la iglesia y el estado. Todas las doctrinas radicales del Tractatus de Spinoza estnclaramente prefiguradas en sus escritos. Weigel y Franck prepararon as el terreno para la posteriorrecepcin de Spinoza en Alemania. Sus doctrinas ejercieron una profunda influencia sobre el movimientopietista el mismo movimiento del que surgieron la mayora de los spinozistas tempranos. En relacin al

    pantesmo de Franck y Weigel, Vase Franck, Paradoxa, no. 2, 48-49, y Weigel, Nosce teipsum, ersterTeil, das ander Buchlein, captulo 13.

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    garantizar una relacin inmediata con Dios, si la Biblia no era un medio seguro deacceso a l? Nuestra propia experiencia inmediata, nuestra conciencia directa de Dios ennosotros mismos, dijeron los primeros radicales. Todos nosotros podramos tener talexperiencia, creyeron, tan slo con reflexionar sobre nosotros mismos y escuchar a Dios

    en nuestro interior.

    Aqu yace el atractivo del pantesmo para los primeros librepensadores:garantizaba la posibilidad de que todo el mundo tuviera esta experiencia, de que todostuvieran un acceso directo a Dios. El Dios del pantesmo est en mi interior y en el detodo el mundo, de modo tal que, para tener una experiencia de l, slo es necesario param volverme sobre m mismo. El Dios del tesmo no es, sin embargo, tan accesible. les un ser sobrenatural que slo ocasionalmente se hace cognoscible en la naturaleza atravs de extraos milagros. Por ello, l slo es accesible para una pequea lite, asaber, para aquellos que eran lo suficientemente afortunados como para presenciar susmilagros.

    Por ello, el atractivo del pantesmo finalmente cal hondo en el propioluteranismo. Quien insistiera en el ideal luterano de una relacin inmediata con Dios y,al mismo tiempo, tuviera dudas sobre la autoridad de la Biblia, encontrara en elpantesmo una doctrina muy atractiva. No era un accidente que la mayora de losespinozistas tardos tuvieran antecedentes luteranos, que no aceptaran la autoridad de laBiblia y que insistieran en la necesidad de una experiencia inmediata de Dios. Elpantesmo fue, as, el credo secreto de los luteranos heterodoxos25.

    El primer paso importante hacia un reconocimiento ms pblico de Spinoza en el sigloXVIII fue dado, irnicamente, por Moses Mendelssohn26. Mendelssohn es usualmenteretratado como un encarnizado oponente del espinozismo y, de hecho, lo fue en sus

    Morgenstunden (1785). Pero en su primera obra publicada, Philosophische Gesprche(1755), Mendelssohn escribi una enrgica defensa de Spinoza. Aunque Mendelssohnmismo era un discpulo de la escuela leibnizo-wolffiana, aun as abog por un examenms serio e imparcial de Spinoza. Aqu, ciertamente, yace la significacin histrica delpequeo libro de Mendelssohn. Es el primer intento de un tratamiento filosficoobjetivo de Spinoza27. Ni los defensores ni los oponentes de Spinoza en el siglo XVIIItemprano pudieron alegar objetividad porque estaban o bien demasiado predispuestos obien eran demasiado hostiles a sus perspectivas.

    La base de la simpata de Mendelssohn por Spinoza fue sin lugar a dudas suherencia juda. Tanto Mendelssohn como Spinoza fueron estudiosos apasionados deMoses Maimnides en su juventud y, consecuentemente, ambos afirmaron su creencia

    25 As, es interesante notar que aquellos luteranos con trasfondos pietistas que rechazaron el pantesmo,mantenan su fe en la Biblia. Es verdad para Hamann, Jacobi, y Wizenmann.26 La visin tradicional es que Jacobi merece el crdito de resucitar a Spinoza; vase, por ejemplo, Scholz,

    Hauptschriften, p. xvii. Pero es importante ser claro sobre el rol preciso de Jacobi en la resurreccin delspinosismo: aunque su Briefe fue el estmulo inmediato para la aceptacin de Spinoza, no fue de ningnmodo el primero en pedir una reevaluacin de sus posiciones.27 El Theologicus naturalis de Wolff no puede tener tal pretensin de objetividad, aunque, demasiado

    generosamente , Mendelssohn confiere sus propios laureles a Wolff. Vase Mendelssohn, Schriften, I, 15-16.

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    en que se podan reconciliar la filosofa y la fe, la razn y la religin. Aunque tenasimpata por Spinoza, a quien admiraba profundamente por la nobleza de su carcter enmedio de las persecuciones, Mendelssohn era un judo ortodoxo a quien le perturbaba laapostasa de Spinoza. Tal vez soara con llegar a ser un segundo Spinoza, como dijo

    Lessing28

    , pero nunca quiso predicar una filosofa tan controversial como la de Spinozao romper con la religin de sus padres. El camino de Mendelssohn hacia Spinoza fue,entonces, individual y nunca se ali con los primeros espinozistas, que eran, en granmedida, cristianos inconformistas. Como lo cuenta la leyenda, Mendelssohn se encontrcon uno de los ms notorios de los primeros espinozistas, Johann Christian Edelmann,cuya tosquedad lo condujo rpidamente hacia la puerta29.

    Los Philosophische Gesprche [Dilogos filosficos] fueron, fieles al ttulo,escritos en forma de dilogo. Los personajes en el dilogo, Nefilo y Filopn,probablemente representan a Lessing y a Mendelssohn; y es probable que el dilogoreconstruya conversaciones entre Lessing y Mendelssohn durante el primer ao de su

    amistad. Irnicamente30, hay una inversin completa en las posiciones tomadas mstarde por Lessing y Mendelssohn en 1785. En los Philosophische Gesprche,Lessingadopta el personaje de un escptico anti-spinozista y es Mendelssohn el que trata deconvencerlo de la plausibilidad de la filosofa de Spinoza. Fue, de hecho, Mendelssohnquien introdujo a Lessing por primera vez en la obra de Spinoza.

    El objetivo expreso de los Gesprche es rehabilitar a Spinoza. AunqueMendelssohn no intente convertir a su lectores al espinozismo -eso ira demasiado lejosaun para su gusto ms liberal- s quera que ellos consideraran a Spinoza de un modoms imparcial y desapasionado. En este modesto objetivo, Mendelssohn tiene un xitoadmirable. Hay muchos modos en los que establece la importancia de Spinoza yreivindica su reputacin. (1) Desacredita la imagen popular de Spinoza tal como se laencontraba en el Dictionaire historique et critique de Bayle. Las crticas de Bayle aSpinoza haban encontrado una amplia aceptacin en el siglo XVIII, aunque esto estababasado ms en la astucia de Bayle que en su profundidad. Mendelssohn tuvo pocadificultad en mostrar que la mayor parte de las crticas de Bayle reposaba en malosentendidos31. (2) Mendelssohn revela que hay muchos puntos de similaridad entreLeibniz y Spinoza y argumenta que Leibniz haba tomado algunas de sus doctrinascaractersticas de Spinoza. La nocin de Leibniz de la armona preestablecida, porejemplo, se dice que tiene su origen en la idea de Spinoza de que el alma y el cuerpo sonatributos independientes de una y la misma sustancia32. (3) Mendelssohn sostiene que

    Leibniz tiene un dbil fundamento en algunos de los aspectos en los que difiere deSpinoza, de modo tal que reparar el sistema de Leibniz lo acerca ms a Spinoza. Lateora de Leibniz de que el mundo surge de la libre voluntad de Dios, por ejemplo,adolece de la clsica objecin de que no hay razn por la que Dios no hubiese creado el

    28 Vase Lessing a Michealis, 16 de octubre de 1754, en Lessing, Werke, XVII, 401.29 La leyenda es que Mendelssohn, mientras visitaba la casa de Edelmann en Berln, se neg a tomar unvaso de vino por razones ortodoxas. Esto irrit a Edelmann, que sinti que la ortodoxia de Mendelssohnno era ms que supersticin. Edelmann se burl frente a Mendelssohn: nosotros, los espritus fuertes noreconocemos a estas limitaciones y seguimos a nuestros apetitos. Ofendido, Mendelssohn partiabruptamente. Esta historia est registrada en Mauthner, Geschichte, III, 228.30 Vase Altmann,Mendelssohn, p. 37.31

    Mendelssohn, Schriften, I, 15.32 Ibid., I, 7.

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    mundo antes. Esta dificultad no surge con Spinoza, arguye Mendelssohn, pues l admitela infinitud del universo33. (4) Finalmente lo ms importante, Mendelssohn interpreta lafilosofa de Spinoza de modo tal que es consistente con la moralidad y la religin. Lavisin del universo de Spinoza se vuelve perfectamente aceptable, sugiere Mendelssohn,

    a condicin de que se aplique al mundo tal como existe en la mente de Dios antes dellegar a ser real a travs de sus decretos34. Los leibnizianos atribuyen al mundo unadoble existencia: el mundo como existe antes de la creacin, como posibilidad en lamente de Dios; y el mundo como existe en la realidad, fuera de Dios y como productode sus decretos. Spinoza, sin embargo, falla al no reconocer esta distincin y es ahdnde va por mal camino, de acuerdo con Mendelssohn. Lo que afirman los leibnizanossobre el mundo ideal que existe en Dios y es inseparable de su intelecto- es aquelloque Spinoza tambin deca del mundo real. Pero a condicin de que se reconozca estadistincin, Mendelssohn afirma, es posible ser un espinozista restringido, un spinozistacon respecto al mundo ideal y un leibniziano con respecto al real. Esta reinterpretacinde Spinoza, la cual enfatiza la existencia ideal del mundo en la mente de Dios, es

    importante, puesto que presagia el pantesmo purificado que Mendelssohn despus leatribuy a Lessing enMorgenstunden35.

    En general, aunque a veces argumenta a favor de Spinoza contra Leibniz,Mendelssohn trata de resucitar a Spinoza mostrando que es una figura mediadora, elestadio necesario de transicin entre Descartes y Leibniz. Se trata de una clara inversin del viejo argumento pietista segn el cual Leibniz estara slo a mitad de camino en laruta que fatalmente conducira a Spinoza. Ms tarde en sus Morgenstunden,Mendelssohn defiende esta interpretacin de Spinoza contra Jacobi, quien reafirma elargumento pietista.

    En 1763, slo ocho aos despus de la publicacin de los Gesprchede Mendelssohn,alguien ms hizo su descubrimiento personal de Spinoza un descubrimiento que iba aser fatdico para la recepcin tarda de Spinoza en Alemania. Esta persona no era otraque el mismsimo F. H. Jacobi. La historia del descubrimiento de Spinoza por parte deJacobi es emocionante, aunque no arroja luz alguna sobre la relacin temprana de Jacobicon Kant y su posterior controversia con Mendelssohn. Por el contrario, la historia tieneun giro extrao e inesperado: fue Kant el que primero convenci a Jacobi de lanecesidad de la filosofa de Spinoza.

    En la primera edicin de David Hume, Jacobi mismo nos cuenta la historia decmo lleg a Spinoza. Mientras estudiaba, en 1763, a los viejos protagonistas delargumento ontolgico, dice, se top con una llamativa observacin de Leibniz: elespinozismo no es otra cosa que un cartesianismo exagerado. Fue esta observacin laque despert su inters por Spinoza36. Jacobi se dirigi a laEthica, esperando encontraruna formulacin ms clara de la versin del argumento ontolgico de Descartes. Y nofue defraudado. Para l, Spinoza clarificaba la prueba de Descartes; pero aun ms

    33 Ibid., I, 22.34 Ibid., I, 17.35 El pantesmo purificado de Mendelssohn ser discutido en la seccin 3.4.36

    Este importante pasaje est slo en la primera edicin de David Hume (1787), pp. 79-81, y fueeliminado en la posterior edicin de la Werke.

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    importante, tambin le enseaba para qu Dios era vlida la prueba. Presumiblemente,este Dios era nada menos que el Dios de Spinoza, la sustancia nica universal de la cualtodo lo dems es slo un modo. Lamentablemente, Jacobi no explica cmo se convencide esto. Pero un punto importante es claro: tan tempranamente como en 1763 Jacobi ya

    sostena que la razn se encaminaba en direccin al espinozismo. Jacobi recuerda que seconvenci totalmente de este punto leyendo la obra de Kant Der einzig mglicheBeweisgrunde zu einer Demonstration des Daseins Gottes [El nico fundamento deprueba posible para una demostracin de la existencia de Dios]. Esta obra loentusiasm tanto que, confiesa ms tarde, tuvo que abandonarla cada tanto para evitarque su corazn latiera tan salvajemente.Jacobi apoy con entusiasmo la nueva pruebakantiana de la existencia de Dios, pero la acept con una reserva importante, una quehubiera horrorizado a Kant, a saber, que era slo verdadera para el Dios de Spinoza.Kant, desde la perspectiva de Jacobi, haba demostrado sin querer la necesidad delpantesmo.

    Cmo lleg Jacobi a esta notable conclusin? No es difcil ver este punto unavez que uno entiende la clave de la nueva prueba de Kant a favor de la existencia deDios. De acuerdo con Kant, la existencia de Dios es anterior a su posibilidad y a la detodas las cosas; en otras palabras, si Dios no existiese, no slo no existira ninguna otracosa, sino que ni siquiera sera posible otra cosa37. La existencia de Dios es anterior a laposibilidad de todas las cosas en el sentido de que toda predicacin o todo atributoposible que adscribimos a las cosas, presupone alguna existencia que est delimitada odeterminada. Qu es, entonces, aquello que existe antes de estar delimitado odeterminado? La pura y simple existencia es la respuesta, es decir, aquello que Kantllama la posicin absoluta de una cosa. Esta existencia absoluta de todas las cosas,aquello que existe antes de ser determinado de tal o cual modo, Kant lo equipara a laexistencia misma de Dios.

    Ahora bien, para Jacobi, la prueba de Kant equivala a la demostracin de laexistencia del Dios de Spinoza. Pues, qu es el Dios de Spinoza, pregunta Jacobi, sinoel concepto mismo de existencia, aquel ser del cual todo lo dems es una limitacin?Esta misma prueba no se sostendra, sin embargo, para el Dios del desmo, que no es laexistencia per se sino un especfico modo de existencia, un conjunto de propiedades(omnisciencia y omnipotencia) a partir de las cuales nunca se podra inferir la existenciamisma. Por supuesto, Kant mismo nunca hubiera sido tan precipitado en equiparar laexistencia de Dios con su esencia. En su opinin, la existencia de Dios precede a su

    posibilidad, del mismo modo que a la posibilidad de todas las otras cosas; Dios tieneotras propiedades que hacen que l tenga un tipo especfico de existencia. Pero Jacobino tena tales escrpulos. Su lectura tendenciosa de la obra de Kant le haba mostradoque la nica demostracin posible de la existencia de Dios era una demostracin de laexistencia del Dios de Spinoza. Entonces, para bien o para mal, fue Kant quienoriginalmente convenci a Jacobi de que toda la filosofa especulativa va a parar alespinozismo. Durante su lectura del libro de Kant, Jacobi dio con la idea central queluego esgrimira contra Mendelssohn38.

    37 Vase Kant, Werke, II, 155-163.38 Jacobi dio ms tarde una base diferente para esta idea. En los Briefe de 1785, l focaliza ms en el

    principio de razn suficiente que en el argumento ontolgico para destacar su punto de que toda lafilosofa termina en spinosismo.

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    revelar el nombre del autor, con la excusa de haberlo encontrado en la biblioteca deWolffenbttel.

    La Apologie de Reimarus es esencialmente una crtica a la religin positiva y

    una defensa de la religin natural. Era su tesis general que la religin tena que estarbasada slo en la razn y que ninguna persona racional poda aceptar el registrohistrico contenido en la Biblia. Sin embargo, Reimarus llev su crtica a los extremosms herticos. Sostuvo que muchas historias en la Biblia eran invenciones deliberadas einsisti en rechazar la mayor parte de los dogmas del cristianismo ortodoxo, a saber, laresurreccin, el pecado original, la trinidad y el castigo eterno44. No debera resultarsorprendente que Reimarus fuera un vido estudioso del Tractatus de Spinoza y que su

    Apologie respire tanto el espritu espinozista45. Al publicar la obra de Reimarus, Lessingestaba, pues, ventilando opiniones de Spinoza.

    Lessing tena sus propias complejas motivaciones filosficas para publicar la

    obra hertica de Reimarus. No estaba de acuerdo con todo lo que deca Reimarus y paradejar esto en claro public sus extractos con un comentario crtico. No obstante, la

    Apologie de Reimarus an le daba a Lessing la oportunidad de presentar sus propiasposiciones teolgicas. Lessing crea firmemente que las dos principales escuelas deteologa de su poca tenan posiciones extremas e implausibles. Estaban los ortodoxos,que queran basar la religin en la revelacin y en la verdad dogmtica de la Biblia; yestaban los noologistas, que basaban la religin en la razn y que queran demostrar lasverdades contenidas en la Biblia. De acuerdo con Lessing, los ortodoxos extendandemasiado el plano de la fe al defender creencias que no toleraban la crtica racional,mientras que los noologistas extendan demasiado el plano de la razn al tratar de

    justificar creencias cuya nica base era histrica. Ahora bien, mediante la publicacin dela Apologie de Reimarus, Lessing pens que poda exhibir las creencias errneas deambos, los ortodoxos y los noologistas. La crtica de Reimarus a la revelacin mostrabaque la razn sostena una relacin crtica con respecto a los milagros y las profecas.Esto enseara a los noologistas que es absurdo demostrar todo lo que contiene larevelacin; y mostrara a los ortodoxos que es insensato imponer una fe que esvulnerable a crticas.

    La publicacin de los Wolffenbttler Fragmente tuvo un efecto sensacional en elpblico de aquel entonces. Tanto los noologistas como los telogos ortodoxos quedaronconmocionados por el ataque de Reimarus a la religin positiva y sospechaban de las

    intenciones de Lessing al publicar un libro tan peligroso. Un ataque tan abierto alcristianismo era equivalente a poner en peligro el orden pblico. Teman que el librodebilitara la fe del hombre comn, que era el pilar de la obediencia civil. Como sequejaba un recensor [de la obra] en la Allgemeine deutsche Bibliothek: Qu utilidadpuede proveer a los intereses del pblico cristiano un libro como ste? [] Noinventaramos nunca una mejor religin para el hombre que la religin de Cristo, la que,adems de su racionalidad interna, tambin tiene una aprobacin externa positiva.Queremos privar a la gente de sta ltima? No es como exponer el barco al mar

    44 Para una discusin ms detallada de la obra de Reimarus, vase Hettner, Geschichte, I, 360-372, y

    Beck,Early German Philosophy, pp. 293-296.45 Hettner, Geschichte, I, 364.

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    abierto sin timn, mstil o vela?46.

    La causa de la ortodoxia fue rpidamente defendida por el Pastor Goeze47. lsinti que Lessing no slo estaba equivocado al publicar el libro, sino que tambin era

    sospechosamente laxo en su crtica. Pareca que Lessing aceptaba la crtica de Reimarusa la Biblia. Luego sobrevino una batalla campal entre Lessing y Goeze, que produjo unade las piezas maestras de la literatura polmica alemana, elAnti-Goeze de Lessing.

    La cuestin principal entre Lessing y Goeze se refera a si la verdad de la Bibliaera o no necesaria para el cristianismo. Goeze defenda la posicin luterana ortodoxa deque la Biblia es la base de la fe cristiana, un documento infalible escrito bajo inspiracindivina. Lessing sostena, sin embargo, que la verdad de la Biblia no era necesaria para lafe, de modo que crticas como las de Reimarus no socavan la esencia del cristianismo.Como Lessing resumi su posicin: la letra no es el espritu y la Biblia no es religin,de modo que la objecin a la letra o a la Biblia no son ipso factoobjeciones contra la

    religin48. Lessing us la distincin de Leibniz entre verdades de hecho y verdades derazn para demostrar este punto. Aun asumiendo que todo en la Biblia fuese verdadero,argument, no se sigue que cualquier verdad del cristianismo sea tambin verdadera.Pues la Biblia slo pretende contener verdades de hecho y de ninguna verdad de hechocontingente se sigue una verdad necesaria de la razn. No se sigue, por ejemplo, de laverdad de la proposicin Jess se levant de entre los muertos que Jess es el hijo deDios. Hay un largo trecho entre la verdad histrica y la verdad metafsica, sealLessing, y confes que no saba cmo cruzarlo. Lessing concluy, a partir de esteargumento, que la base de la religin tena que ser la razn, no la revelacin49.

    La posterior controversia de Jacobi con Mendelssohn es esencialmente unacontinuacin del debate de Goeze con Lessing50. Jacobi defendi la causa de la religinpositiva contra Lessing y Mendelssohn. Esto no significa que Jacobi estuviera dispuestoa defender la infalibilidad de la Biblia, como Goeze, y aun menos que fuera unreaccionario poltico que viese en los Wolffenbttler Fragmente un peligro para lamoralidad pblica51. No obstante, Jacobi insista en que la base de la religin deba serla revelacin, no la razn. La revelacin no provena necesariamente de la Biblia;tambin poda provenir de la experiencia interna. La religin tena que basarse enhechos histricos, ya sea la experiencia de eventos presentes o el testimonio de loseventos pasados contenidos en la Biblia. Es interesante notar que Jacobi nuncacuestion la distincin de Lessing entre verdades de hecho y verdades de razn; slo

    46 VaseAdB 90 (1780), 385.47 Vase Goeze,Etwas Vorlaufiges.48 Lessing, Werke, XII, 428.49 Lessing no concluy a partir de aqu, sin embargo, que el concepto de revelacin fuera intil y quedebiera desaparecer de la religin. En suErziehung des Menschengeschlechts, que surgi directamente desu controversia con Goeze, Lessing vio a la revelacin como el medio de Dios de educar a la humanidad.Vase Lessing, Werke, III, 416, 431- 432.50 As, tanto Jacobi como Hamann vieron el debate con Mendelssohn en la misma direccin. Vase lacarta de Hamann a Jacobi del 5 de diciembre de 1784, y la carta de Jacobi a Hamann del 30 de diciembrede 1784, en Hamann,Briefwechsel, V, 274, 301.51 Jacobi, es importante notar, tena posiciones polticas extremadamente liberales, las que expuso en su

    Etwas, das Lessing gesagt hat; vase Jacobi, Werke, II, 325-389. Jacobi public su obra justo antes deldebate con Mendelssohn, tal vez para evitar ser equiparado errneamente con Goeze.

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    sac de ella la conclusin opuesta, a saber, que la razn no poda demostrar la existenciade nada y, en particular, la existencia de Dios; por lo tanto, toda la evidencia de laexistencia de Dios tena que venir de la revelacin.

    La batalla de Lessing con Goeze no slo proporcion los temas a la controversiade Jacobi con Mendelssohn, tambin prepar el camino para la posterior recepcin deSpinoza. La devastadora polmica de Lessing contra Goeze debilit mucho la posicinde los ortodoxos, quienes siempre haban perseguido a los espinozistas. Pero lo que esms importante, Lessing haba mostrado que es posible ser un luterano en espritu sinaceptar la autoridad de la Biblia. No poda haber habido mejor reafirmacin del esprituprotestante de la Contrarreforma que el Anti-Goeze de Lessing. En esta obra, Lessingreivindica pblicamente la causa de la disconformidad luterana. Todas las tensioneslatentes en el luteranismo, que emergen tan pronto como nos despojamos de la autoridadde la Biblia, podan ahora expresarse libremente.

    Despus de 1785 la opinin sobre Spinoza pas de la condena ms universal a la msuniversal admiracin, en gran medida como resultado de la publicacin de lasBriefe deJacobi en las que revelaba el espinozismo de Lessing. Lessing era la figura msadmirada de la Aufklrung y su credo le imprimi inmediatamente legitimidad a todoespinozista secreto. Uno tras otro los spinozistas pudieron salir del closety formar filatras Lessing. Si Lessing era un hombre honorable y un spinozista, entonces ellostambin podan serlo. Irnicamente, lasBriefe de Jacobi no destruyeron la reputacin deLessing, como temi Mendelssohn. Hizo precisamente lo opuesto, al convertirlo en unhroe ante los ojos de los inconformistas. Lessing puso de moda ser heterodoxo y estara la moda siendo heterodoxo era ser un espinozista.

    Por supuesto que el credo de Lessing explica slo cmo Spinoza lleg a serrespetable. Explica por qu un espinozista poda serlo pblicamente, pero no por qu llleg a ser en primer lugar un espinozista. Para comprender por qu el espinozismo sevolvi el credo de muchos otros pensadores, tenemos que considerar la nueva situacinde la ciencia en el cierre del siglo XVIII.

    El ascenso hacia el xito del espinozismo result en parte de la consecuencia deldeclive del tesmo y el desmo. A mediado del siglo XVIII el tesmo estaba sufriendo enmanos de las ciencia. Dos de los principios cardinales del tesmo -la creencia en los

    milagros y la autoridad de la Biblia- se vean cada vez menos plausibles. La fsicamoderna se haba vuelto status quo para mediados del siglo XVIII y esta imagen delorden necesario de la naturaleza puso en duda la posibilidad de los milagros. Alrededorde la misma poca, la crtica histrica y filolgica de la Biblia, de la mano de J. A.Ernesti en Leipzig y J. D. Michaelis en Gttingen, comenz a minar su autoridad52. LaBiblia ya no pareca el producto de una inspiracin sobrenatural, sino del hombremismo escribiendo en especficas circunstancias histricas y culturales. El principioprincipal detrs de la crtica bblica de Spinoza que la Biblia es el producto de lanaturaleza- haba sido reivindicado.

    52

    En relacin al efecto del criticismo bblico de Ernesti y de Michealis, vase Hettner, Geschichte, I, 354-355.

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    Aunque el desmo pareca ser consistente con la fsica moderna y la crticabblica, tambin comenz su declive. Si el tesmo era vctima de la ciencia, el desmoera vctima de la crtica filosfica. Los pilares del desmo eran los argumentosontolgico y cosmolgico. Pero estos argumentos haban quedado desacreditados

    alrededor del 1780. LosDialogues Concerning Natural Religion [Dilogos acerca de lareligin natural] de Hume, laAnalogy of Religion[Analoga de la religin] de Butleryla Lettre sur les aveugles [Carta sobre los ciegos] de Diderot haban daadoseveramente al argumento cosmolgico, mientras que la Kritik de Kant pareciproporcionar una exposicin fatal del argumento ontolgico.

    Mientras que el tesmo y el desmo eran vulnerables al avance de la ciencia y ala crtica filosfica, el pantesmo de Spinoza pareca inmune a ambos. En efecto, para elpensamiento del siglo XVIII, Spinoza era el profeta de la ciencia moderna. La cienciade la crtica bblica presentada en el Tractatus era claramente innovadora y adelantada asu tiempo. Y el naturalismo radical de la Ethicapareca representar la filosofa misma

    de la ciencia moderna. El rechazo por parte de Spinoza de las causas finales y de laprovidencia, su afirmacin del determinismo y de la infinitud del universo, su creenciaen un Dios impersonal y csmico: todo esto era considerado consecuencia delnaturalismo cientfico moderno. Por supuesto, el racionalismo de Spinoza y, enparticular, su uso del mtodo geomtrico en metafsica, haban sido en gran medidadesacreditados alrededor de 1780 y nadie era tan ingenuo de creer en su infalibilidad.Pero aquello que impona respeto durante el siglo XVIII era ms el contenido delsistema de Spinoza (su naturalismo) que su forma (el mtodo geomtrico). La creenciaen el Dios csmico de Spinoza pareca ser la religin de la ciencia misma.

    As parte del atractivo del espinozismo al final del siglo XVIII era su actitudreligiosa hacia el mundo, una actitud que todava era consistente con la cienciamoderna, si es que no era su resultado. El pantesmo de Spinoza pareca un trminomedio viable entre un tesmo y un desmo desacreditados, por un lado, y unmaterialismo y un atesmo implacables, por el otro. Si los pensadores de la Goethezeitno estaban dispuestos a retornar al tesmo o a revivir el desmo, tampoco estabaninclinados a ir tan lejos como el System de la nature de Holbach y afirmar un atesmo ymaterialismo liso y llano.

    Adems del estado de la filosofa y de la ciencia, haba otros factores detrs deltriunfo del espinozismo en la Alemania de fines del siglo XVIII. Uno de estos factores,

    que no puede ser subestimado, es el luteranismo mismo y, en particular, sus ideales deigualdad y de una relacin inmediata con Dios. Ya hemos visto cmo los ideales deLutero se prestan al pantesmo una vez que es rechazada la autoridad de la Biblia. Paraque estas tendencias latentes al interior del luteranismo se realicen, dos condicionestienen que ser satisfechas. Primero, la autoridad de la Biblia tiene que ser desacreditaday, segundo, deben mantenerse los ideales de Lutero. Ambas condiciones se dieron. Laprimera se dio mediante el crecimiento de la crtica bblica y la victoria de Lessingsobre Goeze. La segunda se cumpli a travs del movimiento pietista, cuya influenciaan era bien discernible a fines del siglo XVIII. No pocos de los pantestas de laGoethezeit tenan antecedentes pietistas, los cuales influan inevitablemente en supensamiento.

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    Para entender el ascenso del espinozismo en la Alemania de fines del sigloXVIII es crucial que tomemos en cuenta53 esta dimensin luterana. Los ideales deLutero eran el espritu directriz, tanto detrs del espinozismo tardo, como del temprano.Haba, de hecho, una sola tradicin espinozista que iba desde fines del siglo XVII a

    fines del siglo XVIII, una tradicin que estaba constantemente bajo la inspiracin deLutero. Un rasgo caracterstico y, sin duda sobresaliente, del pantesmo de la Goethezeitdeja ver su influencia persistente. Consiste en la insistencia de casi todos losespinozistas tardos en la importancia de tener una experiencia de Dios, de estar encomunin con la naturaleza como un todo. Encontramos esto expresado una y otra vezen Goethe, Schelling, Schleiermacher, Novalis, Hlderlin y Herder. Es esta corrientemstica del pantesmo de la Goethezeit aquello que lo distingue del racionalismo[caracterstico] del spinozismo ortodoxo. Es como si el amor intelectual a Dios fuera elcomienzo, no el final, del sistema de Spinoza. Pero, qu es este rasgo del pantesmo dela Goethezeit sinouna reafirmacin del ideal de Lutero de una relacin inmediata conDios? Aquello que era verdad respecto del espinozismo a fines del siglo XVII no dej

    de ser verdad a fines del siglo XVIII: era luteranismo sin la Biblia.

    2.3. La disputa sobre el espinozismo de Lessing

    El 25 de Marzo de 1783, Elise Reimarus, amiga de Jacobi, de Lessing y deMendelssohn, e hija de Herman Samuel Reimarus (autor de la Apologie), le escribi aJacobi sobre las noticias recientes de Berln54. Un da antes, haba visitado aMendelssohn, quien le haba informado sobre sus ltimos planes literarios.Mendelssohn le asegur que an intentaba terminar su tan prometida obra sobre lafigura de Lessing, una obra que haba planeado escribir desde la muerte de Lessing enfebrero de 1781. Este tratado iba a ser un tributo a la figura de su ms cercano amigo, unhombre al que haba frecuentado por treinta aos y con quien comparti sus msntimos pensamientos. Reimarus estuvo encantada de escuchar sobre la recientedecisin de Mendelssohn e inmediatamente le retransmiti las buenas nuevas a Jacobi.

    Despus de enterarse de los planes de Mendelssohn, Jacobi le respondi aReimarus el 21 de julio de 1783, preguntndole si Mendelssohn conoca las ltimasopiniones religiosas de Lessing55. l tena algo importante que contarle a ella, algo tanimportante que slo poda confirselo al abrigo de la amistad. Era en verdad unanoticia chocante para los ortodoxos. Pero Jacobi se sinti obligado a contrsela de todos

    modos: En sus ltimos das, Lessing fue un espinozista comprometido!. Aun cuandofuera asombroso, Jacobi insinuaba que Lessing le haba hecho justo esa confesin a l.Y por supuesto que este hecho deba ser comunicado a Mendelssohn. Por supuesto queera necesario que Mendelssohn supiera del espinozismo de Lessing, si es que iba aescribir un libro sobre la figura de Lessing. Pero, claro, toda la cuestin era muydelicada. Cmo era posible revelar las concepciones heterodoxas de Lessing a unpblico ortodoxo? Tal era la reputacin de Spinoza en la Alemania del siglo XVIII, que

    53En suEarly German Philosophy, p. 359, Beck nota que es una paradoja el hecho que la influencia deSpinoza estuviera en aumento en Alemania mientras la del racionalismo estaba en declive. Esta paradojadesaparece, sin embargo, una vez que reconocemos la dimensin luterana del pantesmo del Goethezeit.54

    Jacobi, Werke, IVll, 38n.55 Ibid., IVll, 39-40.

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    ser un espinozista era ser tambin un ateo. Mendelssohn tena que tratar las ltimasopiniones religiosas de Lessing con extremo cuidado. Si mostraba abiertamente elespinozismo de Lessing, entonces estara obligado a sorprender al pblico y a difamar,ms que a dignificar, la figura de Lessing. Si, sin embargo, ocultaba por completo estos

    hechos, entonces no podra pretender escribir una biografa honesta o definitiva. Jacobile dijo a Reimarus que no saba si Lessing haba compartido sus opiniones con otros ycon Mendelssohn en particular. Era posible que Lessing se lo hubiera dicho aMendelssohn; pero tambin era posible que no lo hubiera hecho, dado que Lessing nohaba visto a Mendelssohn por mucho tiempo antes de su muerte y no le gustaba escribircartas. Jacobi dej en manos de la discrecin de Reimarus la decisin de contarle o no aMendelssohn sobre el espinozismo de Lessing.

    Aunque la carta de Jacobi a Reimarus aparenta ser perfectamente honesta y bienintencionada, de hecho no era para nada ingenua. Jacobi saba muy bien que Lessing nole haba confesado su espinozismo a Mendelssohn56. No estaba tampoco preocupado

    por la discrecin o por las consecuencias de revelar el espinozismo de Lessing alpblico, dado que publicara sus conversaciones ntimas con Lessing dos aos mstarde. Y a pesar del aire de indiferencia en dejar el asunto a la discrecin de Reimarus,Jacobi no quera sino que ella le informara a Mendelssohn sobre el asunto.

    Entonces, por qu la treta? Qu tramaba Jacobi? Simplemente, estabatendiendo una trampa a Mendelssohn. Saba que su informacin alarmara aMendelssohn y calcul que obligara a Mendelssohn a dudar o a negar la afirmacin delespinozismo de Lessing, lo que era equivalente a llamar ateo a su mejor amigo. Despusque Mendelssohn expresara sus dudas o sospechas, Jacobi podra entrar en combate ydivulgar los contenidos de sus conversaciones personales con Lessing. Esta tcticaprobara su cercana amistad con Lessing y expondra la ignorancia de Mendelssohnsobre las opiniones ms ntimas de su viejo amigo. Entonces, prima facie, aquello queestaba en juego era la pretensin de Mendelssohn de ser el nico heredero y vocerolegtimo de Lessing. Jacobi quera el ttulo para l mismo y estaba dispuesto a recurrir amedios solapados para lograrlo.

    La ansiedad de Jacobi por impugnar la pretensin de Mendelssohn era yaevidente a partir de una escaramuza literaria que haba tenido con Mendelssohn un aoantes, la cual anticipa mucho de la posterior controversia. En su Etwas, das Lessinggesagt hat [Algo que Lessing dijo] (1782), Jacobi citaba algunas afirmaciones de

    Lessing para apoyar su ataque a todas las formas polticas y religiosas de autoridad:Aquello que Febronius y sus discpulos dijeron no era sino una descarada adulacin alprncipe, pues todos sus argumentos contra los derechos de los Papas eran o bieninfundados o bien aplicados con doble y triple fuerza a los prncipes mismos.57Eraimportante para Jacobi que Lessing tuviera el coraje de criticar a los prncipesprotestantes as como a los Papas catlicos. Esto significaba que Lessing no era uno delos Aufklrer de Berln, que estaban dispuestos a abandonar sus ideales intelectuales afin de comprometerse con el status quomoral y poltico. Lessing, a diferencia de losberlineses, tena la integridad de llevar el punto a su conclusin lgica, a pesar de las

    56 De acuerdo con Jacobi, Lessing ya le haba contado que nunca le inform a Mendelssohn de sus ltimas

    perspectivas; vase Werke, IVll, 42.57 Jacobi, Werke, II, 334.

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    consecuencias morales y polticas. As Jacobi sinti que Lessing estaba de su lado en lalucha contra toda forma de despotismo y, como se volvera evidente, esto inclua aldespotismo de laAufklrung en Berln.

    Despus de que apareci el libro de Jacobi, Mendelssohn le hizo algunoscomentarios crticos, algunos de los cuales cuestionaban el modo en que Jacobi entendaa Lessing58. Estos comentarios fueron reenviados a Jacobi quien luego dara unextraordinario paso al elaborar un artculo contra s mismo, que consista inter aliaenlos sealamientos de Mendelssohn. Luego public el artculo de forma annima en elnmero de enero de 1783 delDeutsches Museum. Su notable estratagema finalmente ledio a Jacobi aquello que quera: la oportunidad de tener un debate pblico conMendelssohn. En su respuesta a las crticas de Mendelssohn, Jacobi discuta lainterpretacin que Mendelssohn haca sobre la irona de Lessing59. Mendelssohnpretenda que las afirmaciones de Lessing contra los prncipes eran slo un ejemplo desu aficin a las paradojas y, por lo tanto, no podan ser seriamente atribuidas a l. Esta

    aficin a la paradoja inclinaba a Lessing a oponerse a toda exageracin -si eraampliamente creda- con otra exageracin. Pero Jacobi contrarrest esta interpretacinapelando a su conocimiento personal de Lessing. Lessing le haba contadopersonalmente, segn deca, que nunca se dejara llevar por una paradoja y que nuncaatacara una creencia verdadera a menos que estuviera basada en pobres argumentos.Esta interpretacin de la irona de Lessing era tambin importante para la lucha que seavecinaba. De acuerdo con Jacobi, esto significaba que no le haba confesado suspinozismo meramente por su aficin a las paradojas.

    A pesar de la estratagema desesperada de Jacobi, Mendelssohn no iba a sertentado a entrar en la batalla. Mendelssohn slo por cortesa concedi el punto deJacobi. l vea a Jacobi como un mero literato que no mereca su tiempo. No esnecesario decir que Jacobi detect esto y se sinti insultado y frustrado. La prxima vezno dejara que Mendelssohn se le escapara tan fcilmente.

    Tal como Jacobi esperaba, Elise Reimarus transmiti obedientemente el secretosobre el espinozismo de Lessing. El 4 de agosto de 1783 le escribi a Mendelssohndndole las noticias de Jacobi y adjuntndole una copia de la carta de Jacobi del 21 de

    julio60. Cul fue la reaccin de Mendelssohn frente a tales sorprendentes noticias? Paradecirlo moderadamente, fue perplejidad y enojo. En su respuesta a Reimarus del 16 deagosto, Mendelssohn le pregunt con cierta consternacin: Qu significa que Lessing

    era un espinozista?

    61

    . Jacobi tendra que explicarse. Tal como estaba, su declaracinera demasiado escueta y demasiado vaga para pronunciar un juicio serio sobre ella.Qu fue precisamente lo que dijo Lessing? Cmo y bajo qu circunstancias lodijo? Qu entenda Lessing por espinozismo? Y qu doctrinas especficas deSpinoza tena en mente?. Todas estas preguntas y otras ms tenan que ser respondidasincluso antes de que Mendelssohn comenzara a evaluar la afirmacin de Jacobi. Sea loque fuere que quera decir Jacobi, Mendelssohn abrigaba sospechas. Descartaba laposibilidad de que Lessing fuera un espinosista puro y simple. Si Lessing dijo alguna

    58 Mendelssohn, Schriften, VI/1, 103-108.59 Jacobi, Werke, II, 404-405.60

    Mendelssohn, Schriften, XIII, 120ff.61Ibid., XIII, 123ff.

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    vez que tomaba al espinozismo como el nico sistema posible, entonces o bien habaperdido el sentido o estaba en otro de sus combativos e irnicos estados de nimo en losque defendera una opinin antipopular simplemente por mor de la discusin. Sinembargo, aun suponiendo que Jacobi tuviera razn sobre el espinozismo de Lessing,

    Mendelssohn dijo que no vea razn alguna para suprimir este hecho. No haba raznalguna para disfrazar o censurar, como Jacobi imaginaba. Los intereses de la verdad nopodan estar comprometidos y seran servidos slo al revelar francamente elespinozismo de Lessing. Incluso el nombre de nuestro mejor amigo no debera brillaren una mejor luz de la que merece, le dijo Mendelssohn a Reimarus.

    En su predisposicin a reconocer y divulgar el spinozismo de Lessing, acondicin de que Jacobi se las arreglara para substanciar su alegato, pareca queMendelssohn haba abandonado su lucha con Jacobi. De hecho, slo estaba jugando suscartas. Mendelssohn saba que Reimarus le reenviara o le resumira su carta a Jacobi,entonces tena que sopesar cuidadosamente su respuesta. Haba un elemento de

    hipocresa en la respuesta de Mendelssohn, as como lo haba en la carta original deJacobi. Lo que pareca estar tan dispuesto a reconocer era precisamente lo que mstema. Si se hiciera una mera mencin sobre el espinozismo de Lessing, se daarairreparablemente la reputacin de su amigo. Por eso, Mendelssohn no sugiri que Jacobipublicara esta informacin y, sin duda, estaba dispuesto a llegar muy lejos para impedirla publicacin. Por qu entonces su aparente predisposicin a reconocer la escuetaverdad de la afirmacin de Jacobi? Haba, al menos, dos motivos para esto. Primero,Mendelssohn buscaba reprocharle a Jacobi su sugerencia de que l quera suprimir loshechos y escribir un epitafio poco honesto. Esta sugerencia haba puesto en duda suintegridad y no tena otra opcin que descartarla. Segundo, la buena disposicinaparente por parte de Mendelssohn era tambin un signo de su confianza en que, siJacobi justificara su afirmacin, l estara en posicin de interpretar el espinozismo deLessing de un modo inocuo perfectamente consistente con las verdades de la religinnatural y la moralidad. En suAn die Freunde Lessings [A los amigos de Lessing], escritounos dos aos despus durante el punto ms alto de la controversia, Mendelssohninsisti en que siempre haba sabido de la simpata de Lessing por el espinozismo desdelos aos ms tempranos de su amistad. Pero asociaba el espinozismo de Lessing con lasideas expuestas en el fragmento temprano Die Christenthum der Vernunft [Elcristianismo de la razn]. Los dejos de espinozismo encontrados en ese fragmentoeran, al menos a los ojos de Mendelssohn, completamente compatibles con todas lasverdades esenciales de la moralidad y la religin. As, si Mendelssohn pudiera publicar

    su consideracin sobre el espinozismo de Lessing antes que Jacobi, eso le quitara elpeligro a cualquier mera declaracin de Jacobi sobre el espinozismo de Lessing. De estemodo, la reputacin de Lessing podra ser fcilmente salvada. En suma, entonces, lahipocresa de Mendelssohn muestra una cosa: que l haba visto claramente la trampa deJacobi y la evit hbilmente62.

    Era ahora muy claro que la lucha entre Jacobi y Mendelssohn era inminente.Slo era cuestin de dejar que los eventos tomaran su curso natural. El 1ro. deseptiembre de 1783, Reimarus envi debidamente un resumen de la carta de

    62Que Mendelssohn quera adelantarse a Jacobi y salvar la reputacin de Lessing es evidente a partir de

    dos cartas tardas de Mendelssohn. Vase sus cartas del 8 de octubre de 1785 a Nicolai, y la del 21 deoctubre de 1785 a Reimarus, en Schriften, XIII, 309, 320.

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    Jacobi, el dilogo de reanud:

    Lessing: As que no romperemos nuestra amistad debido a tu credo [Spinoza]?Jacobi: No queremos eso de ningn modo. Pero mi credo no yace en Spinoza. Yo creo en una

    causa inteligente y personal del mundo.Lessing: Oh, mucho mejor entonces! Ahora voy a poder escuchar algo completamente nuevo.Jacobi: Yo no me entusiasmara tanto por eso. Yo me salgo del asunto con un salto mortale. Pero,

    por lo general no encuentras ningn placer especial parndote de cabeza?Lessing: No digas eso, en tanto no tenga que imitarlo. Y estars de pie de vuelta, no? Entonces,

    si no es un misterio, tendr que ver qu hay en ello.

    La conversacin entonces se volvi un debate sobre el problema de la libertad.Jacobi confes que el concepto ms importante para l era el de las causas finales. Si nohay causas finales, explic, entonces debemos negar la libertad y abrazar un completofatalismo. Pero la perspectiva del fatalismo era horrible para Jacobi. Si el fatalismo esverdad, entonces nuestros pensamientos no dirigen nuestras acciones sino que las

    observan. No hacemos lo que pensamos, slo pensamos sobre lo que hacemos. A pesarde la pasin y conviccin de Jacobi, Lessing permaneci tranquilo, sin impresionarse.Replic honestamente que la nocin de libre albedro no significaba nada para l. De unmodo verdaderamente espinosista, rechazaba las causas finales y el libre albedro porser antropomrficos. Slo es un producto del orgullo humano, dijo, que consideremos anuestros pensamientos como el primer principio de las cosas. Lessing entonces se burlde Jacobi al preguntarle cmo conceba l a la personalidad de Dios. Dudaba de queJacobi pudiera concebirla en la lnea de la filosofa de Leibniz en tanto su filosofa, alfinal, se reduce a la de Spinoza65. Jacobi admiti que en verdad hay unacorrespondencia entre la filosofa de Leibniz y la de Spinoza. Debido a que Leibniz esun determinista, debe tambin volverse un fatalista como Spinoza.

    Aqu el dilogo alcanza un punto crucial. Habiendo admitido la identidad de lafilosofa de Spinoza y la de Leibniz y habiendo rechazado el fatalismo inherente aambos, Jacobi parece estar dndole la espalda a toda filosofa o eso sugiere Lessing. Larespuesta de Jacobi result decisiva para la disputa venidera.

    Lessing: Con tu filosofa, tendrs que darle la espalda a toda filosofa.Jacobi: Por qu a toda filosofa?Lessing: Porque eres un completo escptico.Jacobi: Por el contrario. Yo me aparto de toda filosofa que lleve necesariamente

    al escepticismo.Lessing: Y te apartas, adnde?Jacobi: Hacia la luz, hacia la luz de la que habla Spinoza cuando dice que ella se

    ilumina a s misma y a la oscuridad. Amo a Spinoza ms que a cualquier otro filsofo,puesto que me ha convencido de que ciertas cosas no pueden ser explicadas y que unono debe cerrar sus ojos frente a ellas, sino simplemente aceptarlas tal como uno lasencuentra [...] Incluso la mente ms brillante dar con cosas absurdas cuando intenteexplicar todo y darle sentido segn conceptos claros.

    Lessing: Y aquel que no intenta explicar las cosas?

    65Esta es una parte del informe de Jacobi que suena ligeramente falsa. En un fragmento temprano, "Durch

    Spinoza ist Leibniz nur auf die Spur der vorherbestimmten Harmonie gekommen," Lessing duda de laidentidad de Leibniz y Spinoza. Vase Lessing, Werke, XIV, 294-296.

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    Jacobi: Quien no quiera explicar lo que es inconcebible, sino nicamenteconocer la frontera donde eso comienza, ganar el ms grande espacio para la verdadhumana.

    Lessing: Palabras, querido Jacobi, meras palabras! La frontera que quieres fijar

    no puede ser determinada. Y del otro lado de ella, das rienda suelta al sueo, alsinsentido y a la ceguera.Jacobi: Yo creo que la frontera puede ser determinada. No quiero trazarla, sino

    slo reconocer lo que ya existe. Y en lo que respecta al sueo, al sinsentido y a laceguera [...]

    Lessing: Ellos prevalecen dondequiera que se encuentren ideas confusas.Jacobi: Ms aun, donde se encuentran las falsas. Quien se haya enamorado de

    ciertas explicaciones aceptar ciegamente toda consecuencia.

    En este punto, Jacobi resume su filosofa en unas pocas lneas famosas:

    Jacobi: Como yo lo veo, la primera tarea del filsofo es revelar, desvelar laexistencia (Daseyn zu enthllen). La explicacin es slo un medio, un camino hacia estameta: es la primera tarea, pero nunca la ltima. La ltima tarea es aquello que no puedeser explicado: lo irresoluble, inmediato y simple.

    Aqu concluye el informe de Jacobi. Nos quedamos con los comentarios divertidos eirnicos de Lessing sobre la filosofa de Jacobi.

    Lessing: Bien, muy bien, puedo usar todo eso; pero no puedo seguirlo de lamisma manera. En general, tu salto mortale no me desagrada y puedo ver cmo unhombre con la cabeza puesta sobre sus hombros querr pararse de cabeza para llegar aalgn lugar. Llvame contigo, si funciona.

    Jacobi: Si tan slo te pararas en el punto elstico desde el cual yo salto, todo lodems se seguira desde ah.

    Lessing: Incluso eso demandara un salto que no puedo pedirle a mis viejaspiernas y a mi cabeza pesada.

    Cul fue la respuesta de Mendelssohn al notable informe de Jacobi? Si se juzgaa partir de una carta que l escribi a Elise y Johann Reimarus el 18 de Noviembre de1783, pareca tratarse de una capitulacin66. Mendelssohn conceda que el informe deJacobi haba respondido a sus preguntas satisfactoriamente, a pesar de lo cual

    agregaba la importante restriccin por el momento (vor der Hand). Alab a Jacobi eincluso le envi sus disculpas por su brusquedad previa. Inicialmente haba tomadoJacobi como un mero literato, pero ahora poda ver que Jacobi era uno de los pocos quehaca del pensar su asunto primordial. Mendelssohn hizo luego una importanteconcesin: tales eran los mritos de Jacobi que poda entender por qu Lessing quisoconfesarse con l. Esta concesin era equivalente a reconocer que no slo l tenaacceso privilegiado al carcter de Lessing. Habiendo admitido la fuerza de su oponente,Mendelssohn decida retirarse del frente. Segn explica, el caballero al que hadesafiado ha retirado su mscara y, al ver a su valioso enemigo, ahora levanta suguante67.

    66

    Mendelssohn, Schriften, XIII, 156-160.67Ibid., XII, 157.

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    Lo que resulta an ms sorprendente en la carta de Mendelssohn del 18 deNoviembre es, sin embargo, su aparente voluntad de admitir que Lessing haba cado enuna forma cruda de espinozismo que era peligrosa para la moral y la religin. Les deca

    a los Reimarus que era necesario advertir a los filsofos a travs de un ejemplosorprendente esto es, Lessing acerca de los peligros de abandonarse a la especulacinsin directrices. Tambin estaba de acuerdo con el diagnstico de Johann Reimarus sobreel espinozismo de Lessing: La aficin de Lessing por las paradojas y la irona,combinada con su inclinacin a tomar posiciones extremas al representar el advocatusdiaboli, haba sacado lo mejor de l. En todo caso, al escribir un ensayo sobre elcarcter de Lessing, nunca fue su intencin hacer de Lessing un santo o un profeta. Suobligacin principal era con la verdad, la pura y simple verdad, y eso significaba retratara Lessing tal como era, incluyendo todas sus tonteras y debilidades. Intentandominimizar la confesin de Lessing sobre el espinozismo, Mendelssohn afirm quenunca daba demasiada importancia sobre lo que cualquier gran hombre deca en sus

    ltimos das, especialmente cuando se trataba de alguien tan adepto a los saltos comoLessing. Mendelssohn pareca estar admitiendo por lo menos la posibilidad de que elespinozismo de Lessing no fuera el mismo que el espinozismo de su juventud, elspinozismo que Lessing haba expuesto en su Christentum der Vernunft[Cristianismo de la razn].

    Con la carta conciliatoria de Mendelssohn del 18 de Noviembre, toda la disputaentre Jacobi y Mendelssohn pareca haberse desactivado. Luego de haberse disculpadocon Jacobi y retirar su desafo, Mendelssohn haba aparentemente abandonado la lucha.La apariencia general de paz y buena voluntad fue reforzada por la respuesta de Jacobi aMendelssohn. El 24 de Diciembre de 1783, Elise Reimarus le escribi a Mendelssohnpara contarle que Jacobi estaba completamente satisfecho con su carta68. Ciertamente,tena toda la razn para estar satisfecho, ya que Mendelssohn aparentemente habacapitulado. Retribuyendo los sentimientos de buena voluntad, Jacobi dijo queMendelssohn no tena necesidad de disculparse y que encontraba una gran alegra ensu comentario, que era necesario advertir a los devotos de la especulacin. ParaJacobi, este comentario era la mayor concesin de todas. Era la prueba de la disposicinde Mendelssohn a hacer concesiones en la filosofa, a frenar a la razn si ellaamenazaba la moralidad y la religin. Mendelssohn pareca estar admitiendo que larazn, si no era controlada por las directrices de la moral y la religin, terminara en elatesmo y el fatalismo del espinozismo. Y eso, esencialmente, era todo lo que Jacobi

    quera decir.

    La tregua aparente entre Jacobi y Mendelssohn dur los prximos siete meses. Pero, apesar del tono general de capitulacin y aquiescencia en su carta del 18 de Noviembre,Mendelssohn estaba tomando aire para la lucha por venir. Su carta era de hecho unaastuta tctica de dilacin, una manera de ganar tiempo. Mendelssohn le cont a Elise yJohann Reimarus que necesitaba ms tiempo para considerar la posicin de Jacobi. Sipareca haber capitulado, era slo porque no quera desafiar prematuramente a Jacobi yprovocarlo para que publique su informe. Lo que Mendelssohn deseaba ms que nada

    68Ibid., XIII, 165-166.

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    era tiempo para preparar su propia interpretacin del espinozismo de Lessing, unainterpretacin que lo hiciera consistente con la moralidad y la religin. Tena queanticiparse a la publicacin del informe de Jacobi con su propia versin del espinozismode Lessing, el cual seguramente daara la reputacin de Lessing al atribuirle

    espinozismo.

    La suerte estaba echada y la nica pregunta era cundo deba Mendelssohncomenzar su ataque contra Jacobi. Los primeros signos ominosos llegaron el 4 de Juliode 1785, cuando Elise Reimarus le escribi a Jacobi para contarle algunas noticiasemocionantes. Refirindose a la ltima carta que Mendelssohn le haba enviado a ella,probablemente escrita en abril de 178469, Reimarus dijo: Me cont que, si tiene lasalud y el tiempo este verano, tendr listo el libro sobre la persona de Lessing a fin dearriesgarse en una contienda con los spinozistas70.

    Sin su consentimiento, Elise Reimarus haba revelado ingenuamente a Jacobi los

    planes de batalla de Mendelssohn. Una contienda contra los spinozistas slo podasignificar una cosa: un ataque contra Jacobi mismo, quien manifestaba que todafilosofa terminaba en el espinozismo. Una batalla estaba a la vista, entonces, y Jacobi ledijo a Reimarus que l estaba encantado con las noticias.

    Un mes ms tarde, finalmente se declar la guerra de manera formal. El 1ro. deagosto de 1784, Mendelssohn le escribi directamente a Jacobi por primera vez (sin lamediacin de Reimarus), envindole sus objeciones al informe sobre las conversacionescon Lessing71. Luego, en unas pocas lneas dramticas, Mendelssohn haca su desafo:Has tirado el guante de manera caballerosa; yo lo recoger; y ahora llevemos a cabonuestro torneo metafsico en atuendo verdaderamente caballeresco bajo los ojos de ladamisela que ambos estimamos72.

    Jacobi respondi directamente a Mendelssohn el 5 de septiembre. Lament quesu delicado estado de salud le impidiese hacer cualquier tipo de respuesta a susobjeciones. Pero le prometi enviarle una respuesta detallada tan pronto como su saludmejorara. Mientras tanto, le enviara a Mendelssohn una copia de su Lettre aHemsterhuis, un dilogo simulado entre Spinoza y l mismo, presentando suinterpretacin de Spinoza. A pesar de su dbil salud, Jacobi s se las arregl pararemarcar un punto fundamental: le advirti a Mendelssohn que su filosofa no era la deSpinoza. Por el contrario, estaba resumida en las famosas lneas de Pascal: La nature

    confond les Pyrrhoniens, et la raison confond les Dogmatistes.Jacobi manifest, nuevamente de manera poco sincera, que l no saba nada

    acerca de arrojar el guante al suelo. Pero si Mendelssohn pensaba que haba sidoarrojado, l no era tan cobarde como para darle la espalda. Jacobi acept el desafo eldesafo por el cual haba hecho tanto para provocarlo y se encomend al cielo, anuestra dama (Elise Reimarus) y a la noble mente de su adversario. Con la imagen

    69El original est perdido. Ver los comentarios de Altmann en sus crebles comentarios en Mendelssohn,Schriften, XIII, 398.70Mendelssohn, Schriften, XIII, 398.71

    Ver Erinnerungen an Herrn Jacobi de Mendelssohn, en Mendelssohn, Schriften, III/2, 200-207.72Mendelssohn, Schriften, XIII, 216-217.

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    romntica de un torneo entre caballeros comenzaba la competencia. Pero prontoprobara ser todo menos romntica. Se volvi maliciosa y, luego, trgica, por razonesque ya veremos.

    La competencia tard en comenzar. Poco o nada pas en el otoo e invierno de 1784-85.Mendelssohn avanz a paso de caracol con su libro. La salud de Jacobi empeor. Ycuando finalmente mejor, sufri un golpe severo: muri su tercer hijo y luego sumujer73. Pensar ahora en una rplica a las objeciones de Mendelssohn era imposible.

    Slo al final de abril de 1785, ocho meses luego de recibir las objeciones deMendelssohn, Jacobi encontr fuerzas para escribirle. El 25 de Abril, le envi aMendelssohn otro largo manuscrito, un resumen de su interpretacin de Spinoza74. PeroJacobi hizo poco ms que reiterar su posicin. En lugar de hacer quid pro quocon lasobjeciones de Mendelssohn, le dijo a Mendelssohn en trminos nada inciertos que haba

    perdido de vista el punto. Esto no serva de base alguna para el dilogo. De forma msominosa, en su carta de presentacin, Jacobi hizo una profeca siniestra: Tal vezvivamos para ver el da cuando una disputa surja sobre el cadver de Spinoza comoaquella que tuvo lugar sobre el cuerpo de Moiss entre el arcngel y satn75.Claramente, ya se haban terminado los das en los que, como dijo Lessing, Spinoza eratratado como un perro muerto.

    La demora de Jacobi en escribirle a Mendelssohn fue tan fatdica comoexcusable. Mientras Jacobi estaba haciendo acopio de su fuerza para responder a lasobjeciones de Mendelssohn, Mendelssohn se pona cada vez ms impaciente. Antes deque la respuesta de Jacobi llegara a Berln, Mendelssohn tom una decisin dramtica.Le escribi a Elise Reimarus el 29 de Abril de 1785 que l pretenda publicar la primeraparte de su libro sin consultar a Jacobi o esperar la respuesta a sus objeciones76.Mendelssohn estaba cansado de esperar la respuesta de Jacobi y sospechaba que stanunca vendra. Tambin sinti que, si presentaba sus puntos de vista de una maneraformal y clara, podra poner todo el debate sobre una base ms sustancial.

    A pesar de que esto pareca ser una decisin perfectamente razonable, fue unajugada cuestionable considerando la delicada relacin de Mendelssohn con Jacobi.Estaba destinada a tensar la ya debilitada confianza entre ellos. Por un lado, a pesar deque Mendelssohn haba recibido autorizacin para citar el informe de Jacobi, sin

    embargo se entenda que no hara ningn uso del mismo sin consultar a Jacobi. Despusde todo, era Jacobi el testigo de la confesin de Lessing y era l quien provey lainformacin en primer lugar. Pero por el otro lado, Mendelssohn pensaba que sudecisin no rompera este acuerdo tcito. Le explic a Elise Reimarus que nomencionara las conversaciones de Jacobi en el primer volumen de su libro. Slo en elsegundo volumen las considerara; pero haba aun mucho tiempo para consultar a Jacobisobre esto. De esta manera, Mendelssohn le deca a Reimarus que l poda dar unaformulacin formal de su posicin al mismo tiempo que cumpla su promesa a Jacobi.

    73Ver Jacobi a Hamann, 18 de Octubre de 1784, en Hamann,Briefechsel, V, 239-242.74Jacobi, Werke, IV/1, 210-214.75

    Ibid., IV/1, 167.76Mendelssohn, Schriften, XIII, 281.

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    Este es el modo en el que Mendelssohn present su caso a Elise Reimarus. Perola verdad de la cuestin fue mucho ms complicada. Mendelssohn estaba, de hecho,actuando de acuerdo con su vieja estrategia77. Quera anticiprsele a Jacobi a publicar,

    para dar su versin de los hechos primero. Slo de esta manera podra proteger lareputacin de Lessing contra cualquier alegato daoso que Jacobi pudiera hacer sobre elespinozismo de Lessing. Por supuesto, fiel a su palabra, Mendelssohn no mencionnada sobre las conversaciones de Jacobi en el primer volumen de su libro. Pero sincluy un captulo sobre el pantesmo de Lessing, donde le atribuye a Lessing unpantesmo purificado, un pantesmo supuestamente consistente con la verdad de lamoral y la religin. Semejante captulo fue diseado simplemente para anticiparse aJacobi y privarlo de todo el valor sorpresivo de sus revelaciones sobre el espinozismode Lessing.

    Luego de recibir finalmente la respuesta de Jacobi a sus objeciones,

    Mendelssohn reforz su resolucin de continuar con la publicacin de su libro. ComoMendelssohn explic a Reimarus en una carta escrita el 24 de mayo, resultaba imposiblediscutir con Jacobi78. Jacobi desechaba todas sus objeciones como malentendidos; ycuanto ms explicaba las c