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11IMMANUEL KANT: RAZÓN TEÓRICA Y RAZÓN PRÁCTICA. 1. CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO. 1.1. Política, economía y sociedad La vida de Kant (1724 – 1808) transcurre durante la mayor parte del siglo XVIII. Durante este siglo se extiende el movimiento histórico conocido como Ilustración en el que los pensadores y reformadores sociales pretenden la difusión del conocimiento como medio de ampliar las libertades públicas. Este movimiento estuvo amparado por la estabilidad política que sucedió en Europa tras el tratado de Utretch (1713.Tras la guerra de sucesión española los imperios francés e inglés se convierten en los nuevos árbitros de la política europea. La tensión entre ambas naciones será continua durante todo el siglo, sin embargo no se llega a una guerra abierta debido a que en estos momentos ambas naciones están más interesadas en consolidar sus intereses coloniales y el dominio de las rutas comerciales antes que en la expansión por el continente. A la estabilidad internacional se une cierta prosperidad económica producida por la implantación del liberalismo económico y el aumento de la producción propiciado por la primera etapa de la revolución industrial. El liberalismo genera un impulso importante a la economía europea al promover la libertad de comercio que a su vez será la causa de la búsqueda de nuevas rutas comerciales y la colonización de aquellos lugares en los pudiera existir algún interés económico. Por otra parte, la extensión de los conocimientos y técnicas científicas aumentarían considerablemente la capacidad de producción. La introducción de los procesos de producción industriales se hará cada vez mayor hasta generar la revolución industrial del XIX.

Tema 11 Kant. Razón Teórica y Razón Práctica

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Apuntes de Filosofía 2.Tema 11: la Filosofía de Kant: razón teórica y razón práctica

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11IMMANUEL KANT:

RAZÓN TEÓRICA Y RAZÓN PRÁCTICA.1. CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO.

1.1. Política, economía y sociedad

La vida de Kant (1724 – 1808) transcurre durante la mayor parte del siglo XVIII.

Durante este siglo se extiende el movimiento histórico conocido como Ilustración en el

que los pensadores y reformadores sociales pretenden la difusión del conocimiento

como medio de ampliar las libertades públicas.

Este movimiento estuvo amparado por la estabilidad política que sucedió en

Europa tras el tratado de Utretch (1713.Tras la guerra de sucesión española los

imperios francés e inglés se convierten en los nuevos árbitros de la política europea.

La tensión entre ambas naciones será continua durante todo el siglo, sin embargo no

se llega a una guerra abierta debido a que en estos momentos ambas naciones están

más interesadas en consolidar sus intereses coloniales y el dominio de las rutas

comerciales antes que en la expansión por el continente.

A la estabilidad internacional se une cierta prosperidad económica producida

por la implantación del liberalismo económico y el aumento de la producción propiciado

por la primera etapa de la revolución industrial. El liberalismo genera un impulso

importante a la economía europea al promover la libertad de comercio que a su vez

será la causa de la búsqueda de nuevas rutas comerciales y la colonización de aquellos

lugares en los pudiera existir algún interés económico. Por otra parte, la extensión de

los conocimientos y técnicas científicas aumentarían considerablemente la capacidad

de producción. La introducción de los procesos de producción industriales se hará cada

vez mayor hasta generar la revolución industrial del XIX.

La estabilidad, la colonización y la prosperidad económica serán la causa de

aumento ininterrumpido de la población europea. Anteriormente predomina un

régimen demográfico antiguo en el que la alta natalidad y mortalidad impiden el

crecimiento de la población europea de manera constante. En el siglo XVIII el

crecimiento de la población no se basará en el aumento de la natalidad sino en la baja

mortalidad gracias a la mejora general de las condiciones de vida de la mayoría de la

población (especialmente la población urbana).

Precisamente la mejora constante de las condiciones de vida de la población

pone de manifiesto la necesidad de amplias reformas en la sociedad de la época.

En este siglo todavía impera el que los Ilustrados llamarán “antiguo régimen”, es decir,

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

el viejo sistema de estamentos sociales en el que una pequeña parte de la

población, la nobleza y el clero, mantienen una serie de privilegios heredados sobre el

“tercer estado” (burguesía, artesanos, campesinos). El crecimiento de la población y,

consecuentemente, de las necesidades sociales se veía frenado por el mantenimiento

de una serie de monopolios, concesiones y prerrogativas de una aristocracia en su

mayoría ociosa e insensible a las necesidades del pueblo.

Los reyes, en parte por las necesidades e impulsos del pueblo y en parte por la

necesidad de afianzar su poder mediante el debilitamiento de la aristocracia y sus

privilegios, fomentarán la realización de reformas políticas, y sociales que consideraban

que eran necesarias en ese momento. Para ello se alían con la élite intelectual y

económica de la época generando lo que se conoce como despotismo ilustrado. El

principal objetivo era el fortalecimiento del Estado por lo que ponen en marcha una

serie de medidas como la centralización del gobierno frente a los poderes locales y

regionales, potenciación de la industria nacional mediante la creación de fábricas

nacionales, impulso al comercio con la mejora de los medios de transporte y las

infraestructuras. Y todo ello, en conexión con las ideas ilustradas promoción de la

instrucción pública y del avance científico mediante la creación de escuelas y

universidades públicas y la financiación de las sociedades e investigaciones científicas.

Sin embargo, las reformas promovidas por los monarcas ilustrados fracasaban

porque pretendían mantener el poder absoluto de los reyes y sin tocar los privilegios

aristocráticos para evitar enfrentamientos que debilitaran la posición de los monarcas.

Por eso cada vez aumentaban las voces que pedían no unas simples reformas políticas

sino u cambio radical de la sociedad: una revolución.

Este espíritu revolucionario es el que inspiraría los dos hechos que

determinarían el final del siglo y el comienzo de lo que se conoce como época

contemporánea de la historia universal: la independencia de los Estados unidos (1776)

y la Revolución Francesa (1791). Ambos hitos históricos aunque causados por distintos

motivos comparten la misma base ideológica: la eliminación de privilegios, el acceso de

las clases bajas al poder y la extensión de las libertades públicas. En otras palabras, el

gobierno del pueblo basado en la razón y no en el privilegio heredado.

1.2. LA CULTURA.

Aunque Immanuel Kant nunca salió de su ciudad

natal, su puesto como profesor de lógica y metafísica de

la universidad de Könisberg le puso en contacto con las

corrientes de pensamiento de su época. Fue un

defensor entusiasta de las reformas políticas y sociales

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

y saludó con optimismo las revoluciones norteamericana y francesa (aunque la

posterior deriva hacia el terror le llevaría a replantear sus adhesiones.

Como todos los grandes pensadores europeos, se considera un ilustrado. De

hecho en su obra “¿Qué es la Ilustración?” hace una ferviente defensa de este

movimiento cultural al que distingue con el lema “Sapere Aude”, atrévete a saber. En

esta frase se resumirían las dos características principales de la Ilustración: la

confianza en la capacidad de progreso del ser humano y la seguridad de que ese

progreso solo era posible mediante la ampliación y extensión del conocimiento.

Con respecto a la primera pretende que el ser humano salga de las

tinieblas de la ignorancia y alcance la luz del conocimiento. Esta metáfora de la

luz que da nombre a este movimiento no es nueva ya que se empleaba para definir la

gracia divina que iluminaba a las personas en el verdadero camino de la fe. También

Platón la había empleado para describir el conocimiento de la autentica realidad tras

salir de la mentira de la caverna.

Sin embargo, los Ilustrados utilizan el concepto de la luz con otro significado. La

luz es, efectivamente conocimiento, pero no la que procedía de arriba, de la divinidad o

de las Ideas Superiores sino del propio esfuerzo y trabajo del ser humano. Era el

propio hombre el que proyectaba la luz a su alrededor con su esfuerzo por

mejorar, por iluminar la realidad y erradicar las tinieblas, superstición e ignorancia que

le rodeaba. Aunque persiste la creencia en Dios, se creía también que la humanidad

había alcanzado ya la madurez suficiente como para creer en sí misma, es sus propias

posibilidades.

Esta madurez implicaba que los seres humanos solo podrían desarrollar todas

sus potencialidades mediante la extensión de la libertad. Pero una libertad plena era

imposible en esos momentos por el sometimiento de los seres humanos a formas de

gobierno y, sobre todo, costumbres sociales que nos impiden ser felices. Por eso una de

las principales características del pensamiento y el arte Ilustrado es el desarrollo de

la crítica social y política. Así por ejemplo, pensadores como Montesquieu o John

Locke propugnan la separación de poderes. Voltaire con gran sagacidad e ironía sacude

con sus popularísimas obras la censura, las tradiciones absurdas y a intolerancia. David

Hume indagaba en los orígenes de las tradiciones y los comportamientos humanas en

sus tratados. Rousseau, por su parte defendía una vuelta a la naturaleza como forma

de recuperar la libertad que se había perdido al integrarnos en una sociedad repleta de

obligaciones absurdas.

Todas estas críticas pretendían liberar a los seres humanos de la

superstición y la ignorancia porque todos coincidían en que solo mediante el

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

conocimiento los seres humanos pueden llegar a alcanzar el suficiente progreso que le

permita una vida libre y feliz. El conocimiento, por su parte, solo sería posible si se

extendía la educación y el conocimiento científico.

Con respecto al primero, los ilustrados impulsaron la creación de centros de

enseñanza públicos alejados del conocimiento tradicional en manos de los

sacerdotes. Fomentaron asimismo la difusión de la cultura mediante la creación de

publicaciones de todo tipo (incluidos, por primera vez los diarios y revistas)

especialmente las de divulgación científica como el proyecto de la primera

enciclopedia iniciado por D`Alambert y Diderot y en el que se pretendía recopilar todo

el saber del siglo.

El siglo XVIII también es el del triunfo de la ciencia moderna. Los nuevos

descubrimientos realizados por científicos como Laplace, Bernouilli, Euler, Linneo, Watt,

Franklin, Jenner, Lavoisier, pero especialmente los de Newton serian apreciados

divulgados y, lo que es más importante tenidos en cuenta para iniciar la revolución

tecnológica que daría lugar a la revolución industrial. El interés por la ciencia fomenta

la creación de sociedades científicas que apoyarían la realización de investigaciones y

creando una comunidad de sabios que se extendía más allá de las limitadas fronteras

nacionales.

El propio Kant, antes de centrarse en sus investigaciones filosóficas realizó

aportaciones originales como científico. Por ejemplo, ideo una teoría sobre la formación

del sistema solar muy similar a la que acabaría imponiéndose; también sería el primero

que imaginó que las nebulosas serían acumulaciones de millones de estrellas situadas

a una distancia inconcebible (él las denominó “universos islas”, actualmente se

conocen como galaxias).

1.3. LA FILOSOFÍA

Todos los pensadores e intelectuales de la época eran conocidos como

“filósofos” puesto que aún no se había impuesto la distinción entre ciencia y filosofía.

Sin embargo, mientras los científicos eran conocidos como “filósofos naturales” las

cuestiones puramente filosóficas eran objeto de una continua discusión.

Cuestiones sobre la mejor forma de gobierno, el origen de las normas morales, la

existencia y cualidades de Dios, la naturaleza del alma humana se planteaban

continuamente. Sin embargo, todas estaban condicionadas a un problema que resulta

imprescindible solucionar antes de abordar cualquier otro asunto. Qué es y cómo se

puede utilizar la razón humana.

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

Este problema resulta básico porque en la Era de las Luces se pretendía

fundamentar el conocimiento humano, las relaciones sociales y la vida entera de las

personas bajo la claridad de la Razón. Ahora bien ¿qué se entiende por razón?

Evidentemente, resulta ilógico plantear la aplicación de la racionalidad a todos los

aspectos de la vida huma si previamente no hemos resulto qué se puede entender por

razón y racionalidad. De ahí que, independientemente de otros asuntos, los

problemas acerca del origen y racionalidad del conocimiento (la

epistemología) fueran centrales para la filosofía de la época. De hecho la diferencia

en las concepciones sobre el origen y capacidad de la razón humana dividiría la

filosofía en dos categorías de filósofos: los racionalistas y los empiristas.

Los racionalistas, seguidores de Descartes pensaban que el pensamiento

racional debía ser, ante todo, preciso y exacto y que la única forma de conseguirlo es

mediante procedimientos estrictamente deductivos, es decir, mediante las

matemáticas. La razón por sí sola, sin necesidad de la experiencia salvo para confirmar

los resultados es capaz de solucionar los problemas que se nos puedan presentar. Es

la opción que escogerían de manera predominante los filósofos continentales como

Malebranche, Leibniz, Spinoza o Wolff.

Pero, por otra parte los empiristas pensaban que la razón no es el proceso que

sigue nuestro pensamiento cuando trata de aclara a información de los sentidos. La

racionalidad de nuestras ideas y comportamientos, tal como opinaban Locke o Hume es

una cuestión de práctica puesto que no puede haber razonamiento sin la información

que proporciona la experiencia (de ahí el nombre de “empiristas” del griego

“empeireia”, experiencia).

2. LA RACIONALIDAD DEL CONOCIMIENTO: CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA.

2.1. La revolución copernicana

Para Kant resolver las cuestiones filosóficas que los seres humanos nos

planteamos sobre nuestra naturaleza (¿qué es el ser humano?): qué futuro nos espera

(“¿qué me cabe esperar?”), como debemos comportarnos (“¿qué debo hacer?”) o si el

progreso del conocimiento humano es indefinido o nos encontraremos con misterios

que no podamos resolver (“¿Qué puedo conocer?”), pasan por aclarar en consiste la

razón y si esta capacidad tiene la capacidad para llevar a la especie humana hacia un

futuro libre y feliz.

Kant es inicialmente un racionalista convencido. Piensa que la razón por sí sola,

la razón pura, puede resolver cualquier problema que se proponga, la única dificultad

consiste en que aplicamos correctamente los métodos adecuados de manera precisa y

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

exacta. Sin embargo, tal como él mismo declara, la lectura de Hume le sacó de este

“sueño dogmático”, haciéndole ver que un razonamiento que se haga sin contar con la

experiencia podrá ser todo lo exacto que se quiera pero sin la guía de la experiencia

el resultado no será más que una especulación sin sentido.

Por tanto si queremos que nuestro conocimiento y nuestra conducta se base en

la razón tenemos que investigar en qué consiste la razón y cuáles son sus posibilidades

y límites. En términos kantianos tendremos que realizar una crítica de la razón pura.

Según Kant la razón es una facultad del pensamiento humano que aparece al

final de un proceso de abstracción. Empezaría en la sensación por la que

convertiríamos en datos la información confusa e incoherente que llega a nuestros

sentidos. Esos datos extraídos por los sentidos son luego procesados por el

pensamiento que los ordena y los regula mediante el entendimiento. El

entendimiento elabora juicios que relacionan los daros con los conceptos

correspondientes (“la mesa es azul”, el perro ladra”, “esto es un piripito”). Sin embargo

aquí no acaba la tarea del pensamiento puesto que los juicios que elabora mi

pensamiento pueden mostrar contradicciones y discordancias que tienen que

resolverse. Para eso la razón utiliza las ideas generales que ponen orden y coherencia

entre datos que recoge la sensación y los juicios que elabora el entendimiento (por

ejemplo, veo un perro verde, pero mi entendimiento no concibe un perro con colores

como el azul, el fucsia o el verde; finalmente mi razón elabora la hipótesis de que,

probablemente, el perro ha sido pintado)

En todas las teorías del conocimiento se había establecido que este proceso se

realiza de manera automática: de la sensación al entendimiento y del

entendimiento a la razón. Así concebido, los seres humanos seriamos solo receptores

pasivos de lo que la realidad nos quiere informar. Si se cometen errores es solo porque

los intereses personales se imponen por encima de la obligación de aceptar la verdad

(como pensaba Platón de los prisioneros que se quedaban en la caverna que

renunciaban a la verdad por la comodidad).

Kant afirma que esta idea está equivocada y que si queremos entender

correctamente la manera en que se produce el conocimiento tendremos que invertir la

relación ser humano realidad. Lo mismo que Copérnico resolvió los problemas de la

astronomía invirtiendo la relación Tierra – Sol y poniendo a este último en el centro

para comprender como se produce el conocimiento humano habría que realizar una

revolución copernicana.

Según Kant el ser humano no es un receptor pasivo de la información que nos

proporciona la realidad. Al contrario, la mente humana es activa, es decir, indaga,

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

pregunta, obliga a la realidad a que ofrezca información. De esta manera en el proceso

de conocimiento no es el ser humano el que se ha de adaptara las condiciones y

exigencias que impone la realidad sino que es la realidad la que se adapta a las

condiciones a priori del conocimiento humano. No es le pensamiento el que se

adapta a la realidad es la realidad la que se adapta a las condiciones que el

pensamiento impone.

Esto ocurre porque la mente humana tiene unas estructuras de pensamiento,

unas formas de organizar la información de la realidad, sin las cuales todo sería caótico

y sin sentido (por ejemplo, podría estar mojado antes que lloviese o un objeto estar en

dos lugares a la vez). Estas estructuras son a priori, es decir, previas a toda

experiencia y serian las “condiciones de posibilidad”, las condiciones que hacen posible

que la realidad sea real y no un sueño (como se preguntaba Descartes).

Las estructuras a priori del pensamiento varían según el proceso de

conocimiento. Así la sensación sería imposible sin las coordenadas de espacio y

tiempo. Espacio y tiempo no son realidades en el sentido de que existen fuera de mi

mente (esto es algo que no se puede comprobar) sino que son solo las herramientas

que utilizan mis sentidos para que la información se presente de forma organizada.

En segundo lugar, los datos de los sentidos se relacionan con los

correspondientes conceptos. Esta acción sería imposible sin que nuestra capacidad de

entender, el entendimiento organice los datos de acuerdo a las categorías. Las

categorías relacionan los datos entre sí y con los conceptos de tal manera que la

información se presenta de manera ordenada y regular. Así, por ejemplo, mediante la

aplicación de la categoría de causa entendemos que tiene que haber una causa para

que el suelo esté mojado o que haya aprobado filosofía y sabemos, positivamente que

la causa se produce antes que el efecto. Causa y efecto no están en la realidad puesto

que la información de los sentido solo me muestra dos hechos sucesivos (lluvia –

mojado, estudio- aprobado) es mi mente la que exige que para todo efecto exista una

causa.

Finalmente la razón pone orden y coherencia entre los distintos juicios que ha

elaborado el entendimiento. Para ello nuestra mente utiliza tres tipos de Ideas

generales (o trascendentales como las llama Kant) que son el “yo”, el “mundo” y

“Dios”. El yo interpreta determinados fenómenos como procedentes de mi interior (el

sentimiento, el cansancio, el sueño); aplicando la idea de mundo los fenómenos

proceden del exterior de mi mente (“lluvia”, “futbol”, “piripito”). La idea de Dios es el

organizador definitivo que me permite esperar que los fenómenos de mi mente y los

del mundo estén relacionados entre sí.

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

2.2. Consecuencias de la crítica de la razón pura

Esta concepción revolucionaria del pensamiento humano tienen, según, Kant una

serie de extraordinarias consecuencias

A. Fenómeno / noúmeno

En primer lugar lo que entendemos por realidad no es lo que existe de manera

independiente (la “sustancia”). La realidad es una construcción mental generada a

partir de los datos de los sentidos en combinación con las estructuras a priori de la

sensibilidad, el entendimiento y la razón. No conocemos las cosas en sí mismas sino

sólo lo que podemos captar de ellas con nuestros medios Dicho en términos Kantianos:

no conocemos la realidad sino sólo los fenómenos de la realidad.

La realidad en sí misma, la que existe independientemente de de los seres

humanos es inaccesible. Podemos suponer que detrás de los fenómenos existe una

realidad independiente. Podemos suponer, por ejemplo, las naciones realmente existen

independientemente de los sujetos que las componen o que las cosas ocurren por una

relación causa-efecto o incluso que el tiempo es realmente irreversible, pero son

suposiciones no podemos tener la seguridad de que realmente ocurre así. Estas

suposiciones o noúmenos (literalmente “lo que se intelige”, porque no se puede

experimentar sólo suponer o razonar) son los límites de nuestro conocimiento.

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

B. Ciencia como el conjunto de juicios sintéticos a priori.

Entonces ¿qué podemos conocer? No podemos conseguir un conocimiento

absoluto, de la realidad en sí misma. Pero sí podemos obtener un conocimiento

objetivo, es decir una aproximación mayor y más exacta a la auténtica realidad. Esto

es lo que proporciona la ciencia.

La ciencia genera leyes y teorías. Estas leyes y teorías son a priori es decir

describen y explican los hechos independientemente de que estos ocurran o no (por

ejemplo, Newton explica cómo se producen los fenómenos de acción y reacción

siempre aunque en estos momentos no se esté produciendo ninguno). La ciencia por

tanto realiza juicios a priori sobre los hechos. Es decir la ciencia es objetiva porque

realiza juicios sintéticos (se refieren a la experiencia o los fenómenos) a priori

(previos a la experiencia)

C. Imposibilidad de la metafísica como ciencia

Con el concepto de juicios sintéticos a priori se puede explicar porqué la ciencia

proporciona un conocimiento objetivo. No se puede hacer ciencia de lo que no se

puede experimentar. Ahora bien, hay cuestiones que el ser humanos se plantea a cerca

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

de las cuales no puede tener experiencia. Son las preguntas metafísicas como la de si

existe Dios, si el mundo tiene algún final o si alma humana es inmortal, las preguntas

de la metafísica. Ahora bien, el alma, el mundo y Dios no son realidades de las que se

puede tener experiencia sino ideas de nuestra mente. Son los instrumentos con los que

podemos pensar la realidad. Si en vez de pensar sobre la realidad pensamos sobre las

ideas el resultado será una pura especulación y no ciencia. La prueba es que cada vez

que la filosofía ha intentado solucionar alguno de los problemas anteriormente

mencionado se cae en antinomias (proposiciones que son a la vez verdaderas y falsas,

es decir, paradójicas) y paralogismos (argumentaciones falaciosas)

Lo que sí puede hacer la metafísica es orientar a nuestra razón en la

búsqueda de nuevos conocimientos: nos ayuda a plantearnos dudas y abrir

problemas. Cabe decir, por tanto que la metafísica es una pretensión de la filosofía sin

posibilidades de solución aunque es la más noble de las pretensiones. La

investigación metafísica nos revela el profundo anhelo del ser humano de seguir

investigando, por seguir aumentando los conocimientos para descubrir la auténtica

realidad.

3. LA RAZÓN PRÁCTICA

3.1. Crítica de la razón práctica

La lustración pretendía extender la razón en todos los ámbitos de nuestra vida.

Por supuesto nuestros conocimientos tenían que ser racionales y de explicarlo se

encarga la “Crítica de la Razón Pura”. Ahora bien, la razón no sólo debe reservarse para

encontrar explicaciones a los problemas teóricos sino que es preciso incorporarla a

nuestra vida cotidiana, a nuestro comportamiento. Pero ¿es esto posible?

¿Podemos resolver los problemas prácticos como los conflictos amorosos o la decisión

sobre qué estudios son más adecuados aplicando la racionalidad? ¿Podemos tener una

razón práctica?

En principio, estas decisiones como la mayoría que tomamos en nuestra vida

parecen proceder más de las emociones y los sentimientos que de la razón.

Generalmente tomamos decisiones en función de lo que está bien y lo que está mal

pero ¿cómo sabemos que algo es bueno o es malo? ¿Cómo sabemos lo que está bien y

lo que está mal?

De nuevo el pensamiento de Hume resulta decisivo para la investigación

Kantiana. Según Hume nuestras decisiones y acciones se llevan a cabo a partir de un

error que no se suele advertir. Este error es lo que denomina falacia naturalista. La

falacia naturalista consiste en pasar sin justificación ninguna de la constatación

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de los hechos a la calificación de los mismos. Es decir, pensamos que los hechos

que ocurren son buenos o malos, que las decisiones son correctas o incorrectas,

cuando, en realidad, estos conceptos son puramente subjetivos. Un asesinato, un

honrado ciudadano que devuelve el dinero, un robo o un bombero que salva la vida a

una persona son hechos, datos de la experiencia y por mucho que indaguemos no

encontraremos nada en ellos que nos diga que estamos tratando con hechos buenos o

malos (de hecho el asesinato puede ser en legítima defensa, la devolución del dinero

sería a cambio de una recompensa, el robo socorre a los necesitados y al bombero le

pagan para que arriesgue su vida).

El que los hechos sean buenos o malos depende de los sentimientos que

en nosotros causen esas acciones. Es decir, son los sentimientos de agrado o

desagrado, de aprobación o reprobación lo que nos permiten calificar como bueno o

malo las acciones o las decisiones que llevamos a cabo nosotros o los demás. Y esos

sentimientos se generan en nosotros por la costumbre, es decir porque hemos

sido educados para sentir agrado o desagrado por determinadas acciones. Por ejemplo,

un sacrificio humano en nuestra sociedad es malo, sin embargo para la cultura azteca

no es solamente bueno sino que incluso los sacrificados estaban contentos de morir

para salvar a los demás ante los dioses.

De ser cierta la crítica de Hume (y parece bastante razonable) pretender que la

razón pueda gobernar la vida y las sociedades humanas parece una ideal imposible. Sin

embargo esto nos condenaría a convertirnos en esclavos de nuestras emociones.

Emociones que, no se olvide, han sido implantadas en nosotros por las costumbres

sociales y el capricho de los gobernantes. Es preciso, por tanto, si queremos

garantizar que los seres humanos seamos libres el que nuestras decisiones y

juicios morales se tomen de acuerdo a la razón y no la pasión del momento. Es

preciso, por tanto someter a análisis, a crítica, la posibilidad de la aplicación práctica de

la razón.

3.2. La justificación del comportamiento: la ética

Cuando hablamos de que podemos aplicar la razón a nuestra vida estamos

diciendo que nuestras acciones y decisiones se pueden justificar, es decir, se pueden

argumentar, discutir, debatir, en definitiva que las podamos razonar. ¿Hay algo en la

razón que nos permita explicar los comportamientos?

A. Éticas Materiales

La justificación de las conductas, las acciones y decisiones humanas es

lo que se conoce como ética. Tradicionalmente, todas las éticas se habían escrito

como un catálogo de conductas que nos permiten conseguir a una vida feliz. Son, dice

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

Kant, éticas materiales, ya que nos dicen cual es el objetivo que hay que conseguir y

cuáles son las acciones más adecuadas para conseguirlos. Nos aportan el material, los

ingredientes los contenidos de la felicidad pero, a cambio, nos genera más problemas

de los que nos soluciona.

El problema de las éticas materiales es que se basan en que todas prometen la

obtención de un objetivo que resulta deseable, es decir, son hipotéticas. Parten de la

hipótesis de que realizando determinadas acciones y tomando determinadas decisiones

se pueden conseguir los fines propuestos (si quieres conseguir esto – la felicidad, la

calma, el paraíso…- tienes que hacer esto otro). Ahora bien ¿cómo sabemos que

haciendo algo conseguiremos el fin propuesto? (por ejemplo, ¿cómo sabemos que

rezando iremos al cielo?) No lo sabemos con seguridad solo podemos suponer que al

comportarnos de acuerdo a estas normas podremos conseguir lo que nos proponemos.

Y si no hay seguridad de que alcancemos el objetivo ¿qué ganamos cuando cumplimos

con las normas morales?

Precisamente aquí aparece el problema que según Kant, se encuentra en el

fondo de todas las éticas materiales: todas las éticas materiales son heterónomas, es

decir, nos imponen desde fuera (heteronomía) cual ha de ser nuestra conducta. Si

aceptamos sin garantías cual ha de ser nuestro objetivo en la vida y cómo vamos a

conseguirlo es sólo porque aceptamos que quienes han creado las normas morales

decidan por nosotros. Por ejemplo, la ética cristiana establece con total seguridad

que todos queremos ir al cielo y nos establece unas normas (mandamientos) unas

costumbres (virtudes) y unas prohibiciones (pecados) que garantizan la vida eterna.

Pero ¿qué ocurriría si alguien no quiere ir al cielo de los cristianos? (probablemente se

le obligaría a ir por la senda correcta ya sea de grado o por la fuerza).

B. Ética Formal

Para Kant, nuestros actos y decisiones no pueden estar justificados por la

experiencia ni por los resultados. Sino solo sin han sido realizadas de manera libre y

consciente, es decir, de forma racional. Por tanto la justificación de la conducta, la

ética, no puede ser material sino formal.

La crítica de la razón pura había establecido que la razón es la capacidad

argumentar, de dar coherencia a nuestros juicios. En la vida práctica los problemas se

producen cuando tratamos ser coherentes en nuestras acciones con las decisiones

que hemos tomado, es decir, cuando tratamos de llevar a la práctica las decisiones de

nuestra voluntad.

Podemos decir, entonces, que la ética formal no se ocupa de si hemos tenido

éxito en los fines que nos hemos propuesto sino si nuestras acciones se ajustan a

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

los ideales de nuestra conducta. Los ideales son los objetivos de nuestra voluntad,

por ejemplo, estudiar más, ser mejor persona, dejar de fumar. Pueden ser tan distintos

como las personas y las circunstancias de las personas esto es algo que a la ética no

debe preocupar. De lo que sí se ocupa la ética es que la voluntad que se ponga en ellos

sea una buena voluntad.

Por buena voluntad ha de entenderse que las conductas han de ser buenas en

sí mismas y no por los beneficios que nos puedan conseguir. Esta voluntad

buena por sí misma implicaría lo siguiente:

La voluntad es buena porque es autónoma, es decir lo suficientemente libre

como para imponerse a sí misma sus normas de conducta sin

imposiciones externas. Esta libertad no significa que no reconozcamos más

autoridad que la nuestra porque eso además de imposible, sería irresponsable.

Vivimos en una sociedad y tenemos que asumir las normas que la sociedad ha

impuesto. Podemos, no obstante tener una cierta libertad, una cierta autonomía

en nuestra conducta si empleamos la razón para someter a crítica los mandatos,

las normas o las obligaciones que nos tratan de imponer. Gracias a la razón el

único juez de nuestras acciones es nuestra conciencia.

Pero además de ser libre, la buena voluntad ha de ser una voluntad

categórica. Por categórica entiende Kant lo contrario a hipotético, es decir, una

voluntad segura, firme, que no se deje llevar por las presiones externas.

Esto significa que nuestros actos voluntarios han de ser plenamente conscientes.

En este caso conciencia no es sólo saber sino que es el saber lo que realmente

quiero. En otras palabras, la voluntad categórica es aquella que surge de

nuestra más intima y auténtica personalidad, no es un querer por querer o

un querer porque quieren los demás sino es lo que real y absolutamente quiero.

3.3. El deber

¿Cómo se puede llegar a tener tal seguridad? ¿Cómo puedo saber si lo que estoy

haciendo es algo que parte de mi voluntad y no me estoy engañando a mí mismo y a

los demás? Hay un criterio claro: la voluntad es auténtica cuando las acciones se

realizan por deber. Pero no cualquier clase de deber sino que es un deber moral.

Para saber qué es un deber moral tenemos que distinguir entre actuar conforme al

deber y actuar por deber.

Las acciones conformes al deber pueden ser, por un lado, aquellas que

responden a inclinaciones naturales de las personas, como, por ejemplo,

conservar la vida: conservar nuestra vida es una obligación que la naturaleza a

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

impuesto en nosotros y que inevitablemente cumplimos seamos o no conscientes de

ello. Pero, por otro lado, también actuamos de manera conforme a un deber pero no

porque tengamos una inclinación a cumplirlo sino porque tenemos un interés: por

ejemplo hay quien cumple con la obligación de venir al instituto porque cree que así

podrá aprobar o hay empresarios que son honrados porque consiguen más beneficios

no engañando o robando a sus clientes y no tanto por cumplir con su deber.

Con este concepto de acción conforme al deber Kant está criticando el

conformismo y la hipocresía que se dan en la sociedad. Conformismo porque no se

implen con las obligaciones por que sean valiosas o necesarias sino porque ir en contra

de lo establecido nos puede provocar una gran cantidad de problemas. O, lo que es

peor, disfrazamos bajo el honorable cumplimiento del deber lo que en realidad es un

movimiento calculado para obtener respetabilidad ante los ojos de los demás. Esto no

es deber moral sino solo “salvar las apariencias”, es decir, obligaciones sociales

En cambio cumplimos con nuestro deber moral cuando las acciones se realizan

por respeto al deber. En este caso el cumplimiento del deber se realiza porque hay

una necesidad de cumplir una obligación. Es decir que en el caso de no cumplir con

nuestro deber moral estaríamos traicionándonos a nosotros mismos porque nos

negaríamos a cumplir el ideal que nosotros mismos, de manera consciente y libre nos

hemos impuesto.

3.4. El imperativo categórico

Todos los deberes se expresan en forma de imperativos o mandatos, con la

forma: "haz esto, no hagas aquello". Cuando actuamos conforme al deber el imperativo

que estamos aplicando es hipotético: “estudia” (si quieres tener un futuro el día de

mañana), “no engañes a tus clientes” (si no quieres que se vayan a la competencia),

“cumple la ley de Dios” (si no quieres quemarte en el infierno). En cambio cuando

actuamos por deber los imperativos se convierten en categóricos, son incondicionados.

El deber ha de cumplirse de manera incondicionada, sin esperar nada a

cambio sino solo porque se corresponde con nuestra buena voluntad

Solo si cumplimos nuestro deber sin ninguno tipo de condiciones y sin esperar

ninguno tipo ventajas o beneficios posteriores podemos decir que nuestra conducta es

realmente libre. Cuando actuamos por deber estamos cumpliendo con los ideales que

ha establecido nuestra voluntad. Ahora bien, un deber puede ser absolutamente libre y

no ser moral. Por ejemplo, yo puedo tener el ideal de llegar a ser el mejor asesino del

mundo o el ideal de ser profesor de filosofía pero no basta con que yo quiera de

manera consciente y libre para que pueda considerarse bueno.

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

Para que los deberes además de libres sean morales tienen que ser racionales.

Para que se a racional ha de ser coherente con los diferentes aspectos que conforman

nuestra vida: nuestros gustos, objetivos, las personas que nos rodean etc. En otras

palabras nuestra conducta es racional cuando ponemos de acuerdo todos los

elementos de nuestra vida. Sólo entonces nuestra conducta se realizará sin obedecer a

obligaciones ni calcular las consecuencias sino que actuamos de acuerdo a las

convicciones más profundas de nuestra personalidad, es decir, porque actuamos

de acuerdo a un imperativo categórico

La ética Kantiana pretende ser formal y no material. No trata de definir que

conductas son morales o no porque eso depende de los ideales y razonamientos que

cada persona haga. Lo que si se atreve a establecer Kant cual puede ser la forma en

que se expresen nuestros imperativos. Es decir, no qué es lo que debemos hacer

aunque sí como debemos hacerlo. De ahí que se aventure platear una formulación del

imperativo categórico

Kant, consciente de que una ética formal es una ética abstracta y, por tanto,

insuficiente para la vida práctica, intenta determinar el contenido del imperativo moral,

pero consecuentemente y sin abandonar nunca su procedimiento puramente racional,

a priori, por principios. Una voluntad racional solo puede querer cosas que sean

igualmente racionales, es decir, posibles, no contradictorias. Por esta vía, Kant

consigue dotar de contenido concreto al imperativo categórico. Así, no puede ser

lícito mentir, porque, si lo fuera y todos mintiésemos cuando nos conviniera (es decir, si

la mentira se convirtiera en ley de la naturaleza), ya nadie creería nunca a nadie; y ese

mundo hipotético es irracional, contradictorio: un mundo en el que todos mienten pero

la mentira no existe (porque nadie cree ya en las palabras de nadie).

Ahora bien, el imperativo categórico es el principio universal y necesario de

la razón práctica y se expresa según la fórmula: Obra sólo según una máxima tal

que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal. En otras

palabras, tenemos que comportarnos de la misma forma como quisiéramos que los

demás se comportaran cundo estén en nuestra misma situación. Por ejemplo, si se nos

presenta la oportunidad de robar algo tendríamos que preguntarnos si queremos que a

nosotros nos robaran.

Otra fórmula del imperativo categórico dice "Obra de tal modo que uses la

humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro,

siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio" Que

viene a completar la fórmula anterior ya que si no debo portarme con los demás como

no quiero que se porten conmigo lo que pretendo es que me traten como a un ser

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

humano y no como un objeto o un herramienta que se utiliza cuando hace falta y se

desecha cuando ya no sirve. En otras palabras quiero que se me valore por mí mismo y

no por lo que puedan conseguir de mí.

Kant, ofrece otras formulaciones de este imperativo categórico o principio

fundamental de la ética, pero vienen a ser variaciones sobre estos dos enunciados

expuestos

3.5. Los postulados de la razón práctica

Kant exige de la ética que sea racional; esto es: que sea el individuo, con su

razón, quien se dé a sí mismo sus leyes. Para Kant carecen de cualquier valor las

acciones de una persona que respetase las normas éticas pero sin haberlas reconocido

como tales, sino aceptándolas sin crítica. La voluntad racional debe regirse por sí

misma, con autonomía; aceptar cualquier principio ajeno a sí misma y dejarse guiar

por él (heteronomía) imposibilita la buena voluntad, y la convierte en inauténtica.

Ahora bien ¿podemos asegurar que nuestra libertad es realmente libre para

tomar sus decisiones? Sólo podemos asegurarlo si establecemos una serie de garantías

de que las decisiones que se tomen pueden ser efectivamente racionales. Estas

garantías es lo que Kant denomina postulados de la razón práctica.

Kant denomina postulados de la razón práctica la libertad, la inmortalidad del

alma y la existencia de Dios. Considera que la moralidad, la obligación de obrar por

deber, supone la libertad (cuya existencia es inconcebible para nuestro

entendimiento teórico, que aplica a todo suceso la noción de causa mientras que

libertad, significa obrar sin estar determinado por una causa externa). La

inmortalidad del alma se establece como postulado porque la aspiración a la

perfección en el cumplimiento del deber (es decir, la virtud) no puede alcanzarse

completamente en el tiempo de la vida humana, sino que exige un tiempo infinito. Y

la existencia de Dios es un requisito para garantizar que es posible salvar la distancia

que observamos en el mundo entre el ser y el deber ser; la garantía de que,

finalmente, la virtud será premiada con la felicidad, lo cual es raro que ocurra en

este mundo.

En la Crítica de la razón pura, Kant había concluido que la metafísica no podía

ser una ciencia. Sin embargo, la posibilidad de la inmortalidad del alma o la existencia

de Dios son cuestiones fundamentales para el ser humano, aunque no puedan ser

asequibles al conocimiento objetivo. Y Kant cree que existe de hecho una vía (práctica,

no teórica) que nos posibilita el acceso a estas sustancias.

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

ANEXO 1

IMMANUEL KANT: UN FILÓSOFO ILUSTRADO.

Como hemos señalado anteriormente, su vida transcurrió íntegramente en su

ciudad natal Könisberg, la actual Kaliningrad, en aquellos momentos capital de la Prusia

Oriental. Nacido en 1724, era el cuarto de los once hijos de una familia modesta que le

educó en la religión pietista (estricta y rigurosa rama del protestantismo). En 1740, año

del inicio del reinado de Federico II el Grande, el rey ilustrado, Kant ingresó en la

Universidad de Königsberg. Estudió, entre otras muchas disciplinas, la filosofía

académica y racionalista de Wolff y la física de Newton.

Una vez finalizados los estudios universitarios (1746), ejerció como preceptor de

jóvenes de la nobleza prusiana. Poco después se convirtió en profesor de la Universidad

de su ciudad, actividad que no abandonó hasta su jubilación, en 1797. Kant demostró

una formación integral y enciclopédica, ya que dio cursos regulares de las materias

más diversas: lógica, matemática, antropología, ética, pedagogía, ciencias naturales,

metafísica, teología, geografía...

Desde el año que comenzó su vida docente hasta 1769, se fue alejando del

sistema filosófico de Wolff. Este proceso se aceleró cuando leyó las obras de Hume y de

Rousseau. En Sueños de un visionario de 1766 testimonió este proceso evolutivo:

reconocía la facilidad con que pueden construirse hipótesis metafísicas, pero mostró

también la gran dificultad que había a la hora de fundamentarlas. Estos años de

docencia culminaron en 1770, cuando fue nombrado profesor titular de filosofía en

Königsberg, gracias a la Disertación, obra en la que anticipaba algunos de los temas

que trataría más tarde en la Crítica de la razón pura.

Con la publicación de la primera edición de la Crítica de la razón pura (1781),

comenzaron los años más productivos y brillantes de Kant. En 1783 publicó

Prolegómenos a toda metafísica futura que quiera presentarse como ciencia, donde se

exponían los mismos contenidos, pero de manera más accesible y ágil. De estos años

también es Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? uno de los manifiestos

programáticos más famosos de este movimiento cultural. Durante esta época, se

dedicó asimismo al tema que se encuentra en el trasfondo de toda su producción

filosófica: la ética. Lo trató en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres de

1785 y en la Crítica de la razón pura de 1788. En 1790 publicó la última de sus críticas,

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

la Crítica del juicio, con la que aspiraba a establecer una síntesis o superación de las

críticas anteriores.

Mientras se concentraba en sus clases y en la redacción de sus obras se produjo

la Revolución Francesa. Kant fue un verdadero entusiasta de este acontecimiento. Por

fin asistía a la materialización de los ideales de racionalidad y emancipación que

veneraba. Ni siquiera los trágicos hechos que comportó la época del terror consiguieron

confundirle; vio en la Revolución no tan sólo las reivindicaciones de la burguesía, sino

también el inicio irreversible de una nueva época de libertad y justicia.

Desgraciadamente estos cambios coincidían, en Prusia, con la muerte del

monarca ilustrado, Federico II el Grande, al cual sucedió Federico Guillermo II, quien,

recelando de las consecuencias de la Revolución, se opuso abiertamente a los ideales

de la Aufklarung. La obra de Kant chocó contra esta reacción conservadora; incluso un

libro suyo sobre religión fue censurado. A pesar de sus convicciones, trató de continuar

su obra sin tener que enfrentarse con la autoridad.

Kant murió en Königsberg en 1804. Aunque llevó una vida monótona regular, su

enterramiento se convirtió en una sorprendente y espectacular manifestación popular:

«El hijo del bastero del pueblo fue enterrado como un rey". Y es que Kant encarnaba en

su propia persona' ideal de la Ilustración: la posibilidad de emancipación presente en

cada hombre. Además, el trabajo al que dedicó toda su vida respondía a una noble

preocupación por la existencia y la naturaleza humanas.

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ANEXO 2

VOCABULARIO

A priori: anterior a la experiencia, que no procede de ella.

A posteriori: a partir de la experiencia, que procede de ella.

Puro: sin contenido empírico, es decir, que está al margen de la experiencia, que

trabaja a priori.

Trascendental: condición de posibilidad del conocimiento, es decir, condición

que debe cumplirse para que sea posible el conocimiento de algo.

Giro copernicano: cambio de 180º en el punto de vista con el que Kant aborda los

problemas del conocimiento. Hasta entonces, se ponía el acento sobre las

condiciones del objeto del conocimiento; justamente, Kant establece que, para saber

qué podemos conocer con certeza y qué no, debemos estudiar las condiciones que

impone el sujeto que conoce, debemos estudiar el modo de conocer del sujeto

y las condiciones trascendentales que hacen posible que algo sea conocido por él.

Sensibilidad: la capacidad de recibir impresiones en presencia de los objetos. Es

pasiva, es decir, se limita a recibir datos.

“La capacidad (receptividad) de recibir representaciones al ser afectados por

los objetos, se llama sensibilidad. Los objetos nos vienen, pues, dados

mediante la sensibilidad, y ella es la única que nos suministra intuiciones”

(Crítica de la razón pura, A 19, B 33).

Entendimiento: la capacidad de pensar, es decir, de referir los datos de la

sensibilidad a conceptos. Al contrario de lo que sucede con la sensibilidad, el

entendimiento es activo porque produce espontáneamente una serie de conceptos

puros (es decir, que no extrae de la experiencia), denominados categorías, con los

que enlaza y así, comprende (es decir, piensa) los datos de la experiencia. Puesto que

la referencia de los datos a conceptos se realiza mediante juicios, Kant llama también

a esta facultad de los conceptos, la facultad de juzgar.

“La capacidad de pensar el objeto de la intuición es el entendimiento... Sin

sensibilidad ningún objeto nos sería dado, y sin entendimiento, ninguno sería

pensado. Los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin

conceptos son ciegas. Por ello es tan necesario hacer sensibles los

conceptos (es decir, añadirles el objeto en la intuición) como hacer inteligibles

las intuiciones (es decir, someterlas a conceptos). Las dos facultades o

capacidades no pueden intercambiar sus funciones. Ni el entendimiento puede

intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. El conocimiento únicamente

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

puede surgir de la unión de ambos.” (Crítica de la razón pura, A 51, B 75-76).

Categorías: conceptos puros del entendimiento. Éste los posee en sí mismo, es

decir, que no los ha desarrollado a partir de la experiencia. Precisamente en esta

capacidad de generar espontáneamente las categorías radica la actividad del

entendimiento. Las categorías son las formas más generales de relacionar entre sí los

datos que la sensibilidad suministra y constituyen las estructuras o leyes a priori del

pensamiento. Gracias a ellas podemos pensar, es decir, construir juicios acerca de la

experiencia. Categorías son, por ejemplo, los conceptos de causalidad, totalidad,

posibilidad, existencia... Kant establece doce categorías y las deduce de las doce

clases de juicios que podemos realizar. Como no proceden de la experiencia, sólo son

fuente de conocimiento aplicadas a la experiencia; no son aplicables con validez a

realidades que estén más allá de la experiencia, a la realidad en sí, pues entonces no

producen conocimiento objetivo ninguno sino antinomias, paralogismos y el ideal de

la razón.

Intuición: relación inmediata, es decir, directa, con el objeto del conocimiento. Sólo

hay intuición empírica, es decir, sensible, a través de los sentidos; pero no hay

intuición intelectual. Esto significa que sólo la sensibilidad puede suministrar

intuiciones y no el entendimiento, que debe trabajar con intermediarios: los

conceptos junto con los datos dados por la sensibilidad.

Razón: la capacidad de unir unos juicios con otros y extraer conclusiones. Tiene una

tendencia natural a buscar lo incondicionado, es decir, la explicación última de los

fenómenos. La razón tiene dos usos: uno, para conocer el mundo; es el llamado uso

teórico que Kant estudia en su Crítica de la razón pura (1.781). Y el segundo uso, para

dirigir la acción (práxis) del hombre, es decir, un uso ético que Kant estudia en su

Crítica de la razón práctica (1.788) y en otras obras.

Antinomia: paradoja. Razonamiento que concluye dos verdades contradictorias

entre sí, entre las cuales no hay modo de elegir. Es producida por la razón

cuando ésta busca certezas fuera de los límites de sus posibilidades de

conocimiento. Kant expone las antinomias en las que cae la razón en relación con el

carácter finito o infinito del mundo, el carácter simple o compuesto de la sustancia, la

libertad y la necesidad en la naturaleza y la existencia o inexistencia de un ser

necesario.

Paralogismo: falacia. Razonamiento formalmente falso que se produce al utilizar la

razón sin intuición sensible. La razón incurre en paralogismos cuando refiere los actos

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Filosofía 2 Tema 11: Kant: razón teórica y razón práctica

de conciencia (fenómenos) a una entidad sustancial, simple y personal, a la que se

denomina alma, que es el sujeto de dichos actos (noúmeno).

Ideal de la Razón pura: algo cuya existencia se halla en el pensamiento. Se

trata del concepto de Dios, que no es objeto de conocimiento, pues se halla desligado

de la experiencia, pero puede ser pensado sin contradicción.

Ideas trascendentales: son las ideas de Dios, Alma y Mundo (los temas propios

de la Metafísica) y constituyen una ilusión trascendental pues son producidas por la

razón pura, es decir, la razón que trabaja al margen de la experiencia. Estas ideas son

resultado del propio dinamismo de la razón humana en su tendencia a buscar lo

incondicionado. Tales ideas no pueden tener un uso constitutivo, es decir, no debe

considerarse que representan un objeto real, aunque sí pueden tener un uso

regulativo en la medida en que supongan, no afirmen, un horizonte hacia el que

pueda caminar la razón en su permanente búsqueda de lo incondicionado.

Fenómeno: parte de la realidad que conocemos, que se nos muestra, porque se

somete a las condiciones que impone nuestro modo de conocer.

Noúmeno: la realidad en sí misma, incognoscible porque no se da ni en el espacio ni

en el tiempo y, por ello, le son inaplicables las categorías del entendimiento. Como el

hombre carece de intuición intelectual le es incognoscible lo que la realidad sea en sí

misma.

Metafísica: discurso que pretende conocer objetivamente la realidad en sí

(Dios, Alma y Mundo) aplicando las categorías del entendimiento a lo que no se da ni

en el espacio ni en el tiempo. Tal como muestra el propio Kant, este discurso sobre lo

que está más allá de la experiencia no puede ser ciencia pues no produce

conocimiento sino razonamientos engañosos: antinomias, paralogismos y el ideal de

la razón pura. La única Metafísica posible es una metafísica crítica que asuma que no

es posible un discurso verdadero ni único acerca de estas cuestiones porque asume

la Crítica de la razón pura.

Postulado: conjetura, suposición. La libertad, la inmortalidad del alma y la existencia

de Dios son postulados de la razón práctica, algo que no puede conocerse, aunque sí

pensarse sin contradicción, y que es supuesto como condición de la moral misma.

Razón pura: la Razón, cuando intenta conocer al margen de la experiencia. Emite

juicios.

Razón práctica: la Razón, cuando intenta dirigir la vida práctica, es decir,

determinar el comportamiento moral adecuado. Emite imperativos.

Idealismo trascendental: nombre con el que se conoce la filosofía de Kant, aunque

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también se la denomina idealismo crítico. El término trascendental hace referencia a

la búsqueda de las condiciones de posibilidad del conocimiento, mientras que el

término idealismo señala que el lugar desde donde se imponen tales condiciones a

la realidad es el sujeto cognoscente.

Imperativo categórico: mandato moral que obliga a hacer algo por sí mismo, sin

subordinarlo a la obtención de otro fin. En su ética, Kant establece un solo imperativo

categórico de carácter formal, del que llega a dar hasta cinco formulaciones distintas.

Las dos más conocidas son las siguientes:

1. “Obra según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se

torne ley universal”.

2. “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la

persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca

solamente como medio”.

Ética material: ética con contenido, es decir, que establece a partir de la

experiencia en qué consiste el bien y cuáles son los medios para alcanzarlo. Kant

considera que todas las éticas anteriores a él han sido de este tipo.

Ética formal: ética sin contenido empírico, que no determina ningún bien en

concreto, sólo la forma de actuar moralmente. Sólo una ética formal puede ofrecer un

imperativo universal.

Voluntad: la facultad de determinarse a obrar, la facultad del querer.

Buena voluntad: la que actúa por respeto al deber.

Heteronomía moral: situación que se produce cuando el sujeto moral no es el que

establece la norma moral, sino que ésta le viene dada desde fuera.

Autonomía moral: es la situación deseada por Kant, en la que es la propia razón del

sujeto la que establece el deber o ley moral desde sí, sin dejarse llevar por las

pasiones o el acatamiento de autoridades externas. Supone la mayoría de edad del

hombre que se atreve a saber, a usar la propia razón. Constituye también el

horizonte ideal de la Ilustración, según Kant.

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