f y t i. 1º Parte

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BLOQUE ICONCEPTOS, PRINCIPIOS Y NORMAS GENERALES

Leccin 1. CONCEPTO Y AUTONOMA DEL DERECHO FINANCIERO1. Concepto y contenido del Derecho Financiero.Es una disciplina jurdica que tiene por objeto aquel sector del ordenamiento jurdico que regula la constitucin y gestin de la Hacienda Pblica; esto es, la actividad financiera.Por actividad financiera se entiende la actividad encaminada a la obtencin de ingresos y realizacin de gastos, con los que poder subvenir a la satisfaccin de determinadas necesidades colectivas.Al Derecho financiero le interesa, como objeto de conocimiento, la actividad financiera realizada por las entidades publicas territoriales e institucionales que, respectivamente, son representativas de intereses generales y de intereses que, aun no siendo generales, alcanzan una indudable relevancia pblica.Al analizar la actividad financiera realizada por una determinada entidad publica, hay que prestar especial atencin tanto a lo que es la Hacienda Pblica, como a los procedimientos a travs de los cuales se desarrolla.Dese el punto de vista esttico, hay que definir qu es la Hacienda Pblica, cuales son los elementos que la integran. Es lo que hace el articulo 5.1 de la Ley General Presupuestaria (Ley 47/2003 de 26-11), que define la Hacienda Publica (estatal) como el conjunto de derechos y obligaciones de contenido econmico cuya titularidad corresponde al Estado (aunque la ley diga a la AGE) y a sus organismos autnomos.El concepto puede generalizarse y aplicarse a las Comunidades Autnomas, a las Entidades Locales y, en general, a todas las entidades publicas.Los derechos econmicos pueden ser de naturaleza pblica, que derivan del ejercicio de potestades administrativas (es el caso de los tributos o de las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social) o de naturaleza privada, cuya efectividad se lleva a cabo con sujecin a las normas y procedimientos de derecho privado (caso de los ingresos que percibe la Administracin por la titularidad de unas acciones).Junto a estos derechos, existen obligaciones de contenido econmico, de las que es responsable la Hacienda Publica, obligaciones que la convierten en deudora, y que tienen su fuente en la Ley, en negocios jurdicos o en aquellos actos o hechos que, segn derecho, las generen.Al Derecho financiero le interesa en este punto analizar el ordenamiento jurdico aplicable a las obligaciones imputables a una determinada Hacienda Publica, solo en la medida en que la efectividad de tales obligaciones determina una alteracin en la composicin de tal Hacienda. Es decir, existen aspectos cuya ordenacin jurdica no forma parte del ordenamiento financiero, sino que se adscriben a otros sectores del ordenamiento, fundamentalmente al Derecho Administrativo, aun cuando tambin afectan al ordenamiento financiero.Analizada la composicin de la Hacienda Pblica, vistos los elementos que la integran, conviene hacer una referencia a lo que es la Hacienda Publica desde un punto de vista dinmico. Este aspecto analiza los procedimientos a travs de los cuales se gestiona la Hacienda Publica. Esto es, el conjunto de procedimientos mediante los que los derechos y las obligaciones de contenido econmico se convierten respectivamente, en ingresos y gastos.Por lo que respecta a los ingresos, habr que analizar el ordenamiento jurdico a travs del cual se posibilita la obtencin de aquellos.Por lo que respecta a los gastos, el Derecho Financiero deber analizar las normas a travs de las cuales los ingresos pblicos se destinan de forma efectiva a la financiacin de las necesidades pblicas. En este punto el Presupuesto adquiere una significacin especial. Partiendo de la exigencia constitucional de que el gasto publico realice una asignacin equitativa de los recursos pblicos (articulo 31.2 CE), al Derecho Financiero le interesar esclarecer los principios presupuestarios y los procedimientos administrativos a travs de los cuales se aprueban, ejecutan y controlan la decisiones relativas al empleo de los recursos pblicos. Nos encontramos, en definitiva, ante un sector del ordenamiento cuyo objeto es la regulacin del gasto pblico.2. Autonoma del Derecho Financiero.En las paginas precedentes llegbamos a una conclusin clara: existe en la realidad social una actividad - la actividad financiera - dotada de una naturaleza compleja, al igual que presenta un aspecto sustancialmente poltico, presenta tambin aspectos fundamentales de naturaleza distinta: jurdica, econmica, sociolgica, etc. Atendida tal complejidad, cabe preguntarse si la actividad financiera puede ser asumida como objeto de conocimiento por una sola ciencia (ciencia de la Hacienda) o si, por el contrario, cada uno de los aspectos que presenta la actividad financiera debe ser asumido como objeto de conocimiento por ciencias distintas. La respuesta generalizada que hoy se da a este interrogante es clara: cada uno de los aspectos que presenta la actividad financiera debe ser asumido como objeto de conocimiento por ciencias distintas. Por una razn esencial: un principio metodolgico bsico exige que el objeto de conocimiento de cualquier ciencia est dotado de una clara homogeneidad. Cuando se da una explicacin unitaria de un fenmeno que presenta una naturaleza compleja se incurre en una mera descripcin, carente de validez cientfica. En conclusin, la complejidad de la actividad financiera exige que los planteamientos metodolgicos conducentes a su estudio asuman tal punto de partida, configurando como objeto de conocimiento, por separado, los distintos aspectos que aquella ofrece. El Derecho (al igual que la Poltica, la Economa, la Sociologa etc.) puede legtimamente asumir como objeto de conocimiento la actividad financiera. En concreto, la ordenacin jurdica de la actividad financiera, una actividad integrada esencialmente por dos elementos: ingresos y gastos pblicos. Cada uno de estos elementos, aisladamente considerados, presenta una riqueza de contenidos y matices que lo hacen susceptible de ser examinado por separado. De ah que surja la pregunta: la ordenacin jurdica de los ingresos (tanto los derivados de los derechos de naturaleza publica o los que tienen su origen en el ejercicio de los derechos de naturaleza privada) y de los gastos, pueden constituir objeto de anlisis cientfico aislado o, por el contrario, tal realidad debe examinarse de manera conjunta, con unos mismos mtodos y bajo unos mismos criterios? Se trata en definitiva, de determinar si puede afirmarse la existencia de un Derecho de los Ingresos Pblicos y de un Derecho de los Gastos Pblicos, separadamente considerados, o si, por el contrario, cabe entender que ingresos y gastos pblicos pueden ser objeto de anales en el marco de una sola disciplina cientfica. La respuesta es clara: la conexin entre el ingreso y el gasto pblico es la esencia de la actividad financiera y, por consiguiente, su anlisis cientfico debe realizarse en el marco de una disciplina, de forma unitaria, con una metodologa comn y bajo las directrices de unos principios comunes: los principios de justicia financiera. En efecto, si la actividad financiera debe regirse por criterios de justicia - y ello es la principal razn para que tal actividad sea objeto de anlisis por el Derecho -, no cabe hablar de una justicia en la ordenacin de los ingresos pblicos que no tenga en cuenta la justicia en la ordenacin del gasto pblico. Y viceversa. El articulo 31 CE, al establecer la exigencia de principios de justicia en los dos campos de la actividad financiera ha robustecido sensiblemente la imagen de la unidad y complementariedad de ingresos y gastos. El problema se suscita en el momento de determinar la operatividad de los principios de justicia en el gasto publico. En este punto hay una circunstancia que dificulta sensiblemente la penetracin de principios materiales de justicia en el mbito del ordenamiento de los gastos pblicos: el carcter esencialmente poltico de la decisin presupuestaria. Naturaleza poltica de la decisin presupuestaria y lmites de carcter estrictamente jurdico son conceptos difcilmente armonizables. Tambin en el campo del gasto pblico, y mas all de las decisiones sobre la financiacin de los Presupuestos, el ordenamiento jurdico en general (Derecho Presupuestario, Derecho Penal, Derecho Administrativo ..) sigue sin aplicar con eficacia los mecanismos de tutela que garanticen el cumplimiento por las entidades pblicas del deber de asignar los fondos pblicos al cumplimiento de fines pblicos y solo pblicos. En pocas como la que actualmente padecemos, en que la crisis econmica se ceba con especial intensidad en las economas de los ciudadanos, stos asisten, perplejos e indignados, a una generalizada malversacin de fondos pblicos, contemplando atnitos como se financian con fondos pblicos actividades que, ms que al comn de los ciudadanos, estn encaminadas a la satisfaccin de intereses que nada tienen que ver con el inters general. El diseo de nuevos mecanismos jurdicos y la aplicacin de los ya existentes, aunque inaplicados (incluidos los tipificados en el Cdigo Penal), constituye, sin duda, el reto de nuestro tiempo en el mbito jurdico publico. Determinada la esencial interrelacin existente entre el ingreso y el gasto pblico, y atribuido su anlisis al Derecho financiero, cabe concluir lgicamente en el reconocimiento de la autonoma cientfica del Derecho Financiero. En conclusin, existe un engarce constitucional entre ingresos y gastos pblicos, de forma que los principios de justicia aplicables en sus respectivos mbitos solo alcanzarn su verdadera dimensin cuando se integren, en una visin globalizadora, como principios de justicia financiera. Los principios de justicia tributaria, de acuerdo con los cuales los ciudadanos deben contribuir en la medida de sus capacidades econmicas, no encuentran en s mismos explicacin (como no la encuentra el tributo) si no se piensa que, en ltimo trmino, las prestaciones tributarias no son ms que la cuota a travs de la cual se concurre a la financiacin de los gastos pblicos.3. Concepto y contenido del Derecho Tributario.El Derecho Tributario es la disciplina que tiene por objeto de estudio el ordenamiento jurdico que regula el establecimiento y aplicacin de los tributos. El Derecho Tributario es una parte del Derecho Financiero, de la misma manera que el ordenamiento tributario no constituye ms que una parte (importante) de un ordenamiento ms amplio que es el financiero. El Derecho Tributario se ha desarrollado sobre el instituto jurdico que constituye la columna vertebral de este sector del ordenamiento: el tributo, que en una primera aproximacin puede definirse como una obligacin, pecuniaria, ex lege, en virtud de la cual el Estado u otro entre publico se convierte en acreedor de un sujeto pasivo, como consecuencia de la realizacin por este de un acto o hecho indicativo de capacidad econmica. El contenido del Derecho Tributario suele agruparse tradicionalmente en dos grandes partes: Parte General y Parte Especial. Parte General: Partiendo de la delimitacin conceptual del tributo, como instituto jurdico, de las categoras especficas que pueden reconducirse al gnero tributo y de su significacin actual, debern analizarse dos aspectos esenciales: las fuentes normativas reguladoras del tributo y la individualizacin de los entes pblicos a los que se reconoce el poder para establecer y recaudar tributos. Se completa la parte general con el estudio de los procedimientos de aplicacin de los tributos, (que incluye los procedimientos de gestin, inspeccin y recaudacin), as como el desarrollo del procedimiento sancionador y los procedimientos de revisin (esto es, al ejercicio de las competencias atribuidas a la Administracin para juzgar acerca de la conformidad a Derecho de los actos dictados por la propia Administracin al aplicar las normas tributarias). Por ultimo debern tomarse en consideracin las consecuencias que derivan del incumplimiento de los mandatos contenidos en las normas tributarias, con estructura anloga a cualesquiera otras normas: hiptesis normativa, mandato y sancin por el incumplimiento de ste. La hiptesis normativa esta constituida por un hecho o acto indicativo de capacidad econmica, cuya realizacin general un mandato (una obligacin de contribuir) que, en caso de incumplimiento, determina la aplicacin de unas sanciones. As, el estudio de las infracciones y sanciones tributarias constituye el ltimo de los aspectos a estudiar, y en el que debern tenerse muy presentes los principios propios del ordenamiento penal Parte Especial: Tiene como objeto de estudio los distintos sistemas tributarios de los entes pblicos territoriales. En ella se analizaran las distintas modalidades de tributos existentes en cada uno de los ordenamientos (el de la Administracin Central, el autonmico y el local) y las tcnicas de articulacin normativa entre los distintos tributos.

Leccin 2. EL PODER FINANCIERO1. Evolucin histrica, concepto y lmites.Evolucin histrica y concepto:

La competencia para establecer tributos ha sido uno de los distintivos tradicionales de la soberana poltica. Cuando las primeras instituciones parlamentarias (las Asambleas medievales), se renen para discutir asuntos pblicos, lo hacen con una finalidad muy concreta: estudiar y, en su caso, aprobar las peticiones de subsidios hechas por los Monarcas, condicionando su concesin al hecho de que se diera explicacin sobre las actividades que iban a financiarse con los medios solicitados. Con la instauracin del constitucionalismo en el siglo XIX, tanto el establecimiento de tributos como la aprobacin de los Presupuestos estatales pasan a ser competencia reservada al Parlamento y tanto la aplicacin y efectividad del tributo como la ejecucin del Presupuesto constituyen actividad administrativa reglada, sometida al Derecho. En un primer momento priman los aspectos estrictamente formales (bsicamente el respeto al principio de reserva de ley y al principio de legalidad en la actuacin administrativa). Aos mas tarde y en Espaa, cuando entra en vigor la CE 78, el carcter normativo y vinculante del texto constitucional hace que el poder legislativo no solo este condicionado por el respeto a los principios formales, sino que tambin los principios materiales resultan vinculantes para el poder de legislar en materia financiera. Se ha llegado as a la culminacin de un largo proceso histrico que, iniciado con la imposicin de tributos a los pueblos vencidos en contiendas blicas, concluye con el establecimiento de tributos por el Parlamento de forma ordenada y conforme a Derecho. El tributo deja de ser smbolo del podero militar y se convierte en un instituto jurdico que adquiere carta de ciudadana en el mundo del Derecho. Admitido que el ejercicio del poder poltico encuentra su mxima expresin en la ley, y que es la ley la que atribuye a los diferentes rganos del Estado la titularidad y el ejercicio de concretos poderes jurdicos, el poder tributario (en cuanto manifestacin del poder poltico) deja de concebir se como un arsenal de potestades discrecionales e ilimitadas para convertirse en el ejercicio de competencias por parte de un rgano (el Parlamento), al que la Constitucin limita. En suma, el poder financiero no es ms que el poder para regular el ingreso y el gasto publico. Este poder se concreta inicialmente en la titularidad y ejercicio de una serie de competencias constitucionales en materia financiera: en esencia, aprobar los Presupuestos, autorizar el gasto pblico y establecer y ordenar los recursos financieros necesarios para sufragarlo. En definitiva, el poder financiero no puede concebirse en la actualidad como una categora unitaria derivada de la soberana, sino como una formula abreviada para designar las competencias en materia hacendstica: esto es, como el haz de competencias constitucionales y de potestades administrativas de que gozan los entes pblicos territoriales, representativos de intereses primarios, para establecer un sistema de ingresos y gastos.Lmites:

1. Hay que comenzar con los limites que la Constitucin impone al poder financiero de los entes pblicos territoriales que integran el Estado. Cuando el Estado o las CCAA legislan en materia financiera, cuando establecen un tributo o aprueban sus respectivos Presupuestos, estn limitados por el conjunto de mandatos, principios y valores establecidos en la CE, al igual que lo estn cuando legislan en cualquier otra materia. Nos encontramos as ante unos primeros lmites al ejercicio del poder financiero: los directamente derivados del texto constitucional y referidos a la materia financiera. Resulta evidente, pues, que los limites al poder financiero de los entes pblicos deben buscarse, en primer termino, en las normas y principios que integran la Constitucin financiera y que, bsicamente aspiran a resolver o afrontar, al menos, los dos problemas fundamentales planteados en materia financiera y que se concretan en determinar: a) cmo distribuir las competencias financieras (para la organizacin y asignacin de los recursos financieros disponibles y para la ordenacin del gasto pblico) entre los diferentes entes pblicos territoriales: Estado, CCAA y Entes Locales, y b) cmo distribuir las cargas pblicas entre los ciudadanos que, de una parte, han de concurrir a su financiacin (en particular, fijando los criterios de distribucin al sostenimiento de los gastos pblicos) y que, de otra, se han de beneficiar de la equitativa asignacin de los fondos pblicos disponibles.La nueva realidad institucional, unida a la actual situacin econmica y financiera, marcada por una profunda y larga crisis, explica la reciente acometida con la reforma del Art. 135 C.E, de Septiembre de 2011, para introducir el mximo nivel normativo de nuestro Ordenamiento Jurdico un mandato para todas las consistente en adecuar sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria, para afrontar as un problema fundamental en materia financiera: el dficit publico estructural. El Art. 135.2 C.E obliga al Estado y a las CCAA a elaborar y aprobar sus Presupuestos anuales de modo que la diferencia entre gastos autorizados y los ingresos previsto no incurran en ; correspondiendo al legislador orgnico la fijacin del , al efecto se promulga la LO 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria que establece los principios generales a los que deben someterse todos los poderes pblicos en las actuaciones que afecten a los gastos o ingresos pblicos y, en particular, en la elaboracin, aprobacin y ejecucin de sus Presupuestos.2. Junto a los lmites directamente derivados de la norma constitucional, hay un segundo bloque de lmites derivados de la pertenencia del Estado a la comunidad internacional. Nos referimos a los Tratados internacionales. La concurrencia de los poderes financieros propios de los Estados que coexisten en el orden internacional provoca (en particular en materia tributaria) la aparicin de dos tipos bsicos de problemas (de doble imposicin y, su opuesto, de evasin fiscal internacional), cuya solucin puede afrontarse por normas de Derecho Tributario interno (que integran el Derecho Tributario Internacional) o bien por normas convencionales pertenecientes al Derecho Internacional Tributario (Tratados Internacionales), que condicionan y limitan el poder impositivo de los Estados. Tngase en cuenta que, conforme al art. 96.1 Ce, los Tratados internacionales validamente celebrados, una vez publicados oficialmente en Espaa, forman parte del Ordenamiento interno, conservando en l una posicin jerrquica superior a la ley, en la medida al menos en que se desprende del propio art.96.1 CE cuando seala que las disposiciones de los Tratados slo podrn ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios Tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho internacional. 3. Particular atencin merecen los lmites impuestos al poder financiero del Estado como consecuencia de su adhesin a las Comunidades Europeas a partir del 1 de enero de 1986. En estas Comunidades creadas (por el Derecho) y creadoras de Derecho (el Ordenamiento jurdico comunitario), junto a las normas que les dieron origen (losTratados fundacionales) y las que ellas mismas producen para el ejercicio y realizacin de sus funciones (Derecho comunitario derivado), hay que tener en cuenta un conjunto de principios, definidos bsicamente en la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de Luxemburgo y un sistema de valores y objetivos, usualmente sintetizado todo ello, tanto en la literatura jurdica como en la practica de las instituciones, con la expresin acervo comunitario. Dentro del Ordenamiento jurdico comunitario cabe referirse al Derecho comunitario financiero en cuanto rama del Derecho comunitario que se proyecta sobre la materia financiera, esto es, sobre el sistema de ingresos y gastoso, si se prefiere, sobre el conjunto de institutos jurdico-financieros que integran la Hacienda de las Comunidades Europeas. A los fines que ahora interesan basta referirse a una parte de ese Derecho comunitario financiero que integra, a su vez, el Derecho fiscal europeo, en el que cabra asimismo destacar una doble proyeccin: de una parte, el conjunto de normas y principios que regulan los recursos tributarios de la Hacienda de las Comunidades y, de otra, las normas y principios comunitarios que inciden directamente en el poder impositivo nacional, o , mas genricamente, en los Ordenamientos tributarios de los Estados miembros. Tanto en una como en otra vertiente la Comunidad ostenta la titularidad de determinadas competencias, de un propio mbito de poder atribuido por los Tratados sobre la base de las Constituciones de los Estados miembros; competencias derivadas de la Constitucin (art. 93CE), y atribuidas a las Comunidades Europeas en materia tributaria y que se proyectan sobre tres planos distintos:-por un lado, los Tratados atribuyen a las Comunidades la potestad de establecer recursos tributarios propios; -por otro, los Tratados imponen determinados limites, prohibiciones y controles al poder impositivo de los Estado miembros, y -por ultimo, los Tratados permiten a las Comunidades Europeas incidir en la legislacin fiscal de los Estados miembros mediante una actividad de armonizacin. En la otra vertiente del Derecho comunitario financiero, la relativa a la ordenacin presupuestaria de los ingresos y gastos pblicos, conviene dejar constancia de la existencia de normas comunitarias de carcter econmico y presupuestario que inciden directamente en el poder financiero de los Estados miembros. Tal ocurre, por ejemplo, con las normas del Tratado que obligan a los Estados a evitar dficits pblicos excesivos; o establecen las obligaciones y los criterios de convergencia que han de observar los Estados miembros en relacin con la realizacin de la Unin Econmica y Monetaria con la fijacin de objetivos comunes aprobados por las instituciones comunitarias y que han de seguir los Estados bajo la supervisin y vigilancia de la propia Comunidad. Conviene no descuidar, en fin, los limites que el Derecho comunitario impone al poder financiero de las CCAA, aunque sin perder de vista que el orden constitucional de distribucin de competencias o, si se prefiere, el equilibrio constitucionalmente establecido entre el Estado y las CCAA, no puede resultar alterado por el proceso de integracin europea, de forma que tanto el Estado como las CCAA debern cumplir las obligaciones que a Espaa corresponden en cuanto miembro de la Comunidad Europea, atendiendo al reparto interno de competencias. Sin embargo, no cabe olvidar la otra exigencia de signo opuesto: la redistribucin o el reajuste de competencias normativas entre el Estado y las CCAA, consecuencia del carcter dinmico y evolutivo de todo proceso de descentralizacin poltica y financiera, tampoco podr afectar a los compromisos contrados por el Estado en el mbito de la Unin Europea y que las CCAA habrn de respetar.2. Distribucin funcional del poder financiero.1. El poder financiero constituye una manifestacin y, a la vez, un atributo esencial del poder poltico, esto es, de la facultad de dictar normas generales de conformidad con la idea de Derecho y con el conjunto de valores, principios y objetivos plasmados en el texto constitucional. Como tal manifestacin del poder poltico, el poder financiero solo se le reconoce a los entes de naturaleza poltica, esto es, a los entes pblicos territoriales representativos de los inters generales y primarios de un pueblo, es decir de una poblacin establecida en un territorio. Los entes pblicos institucionales, de tipo corporativo o de carcter fundacional, no son representativos de intereses generales, sino de intereses sectoriales; carecen de poder poltico y, por ende, de pode financiero. Loso entes institucionales son titulares de simples facultades o competencias administrativas en materia financiera; solo podrn exigir, pero no establecer, los ingresos de derecho publico establecidos y autorizados por las leyes. Pues bien al igual que todos los poderes y todos los deberes pblicos previstos en la CE, el poder financiero requiere de un proceso de concrecin sucesiva para asegurar su operatividad; proceso a travs del cual se dotan de contenido las previsiones y enunciados (de poder y deber) abstracta y genricamente formulados en el texto constitucional. Proceso, en definitiva, mediante el que el poder de establecer tributos (art 133 CE) se traduce en las concretas pretensiones tributarias contenidas en los actos administrativos de liquidacin o imposicin, o mediante el que el poder de gastar, esto es, el poder de aprobar los Presupuestos y autorizar el gasto publico, se convierte en concretas ordenes de pago con las que satisfacer y dar cumplimiento a determinadas obligaciones econmicas de los entes pblicos. 2. En el plano constitucional el poder financiero se concreta en la atribucin de una serie de competencias constitucionales financieras: en sntesis, aprobar los Presupuestos, autorizar el gasto pblico y establecer y ordenar los recursos financieros para financiarlo. Y en un Estado de Estructura plural o compuesta en el que se produce una distribucin vertical del poder poltico y, por ende, del poder financiero, tales competencias financieras se atribuyen por la CE a los diferentes entes pblicos territoriales para el desarrollo y ejecucin de sus competencias materiales, esto es, de su mbito material de competencias. En virtud de la trascendencia que el principio de reserva de Ley tiene en materia financiera, son los rganos del poder legislativo del Estado (Cortes Generales) y de las CCAA (Asambleas legislativas) los que a travs de la Ley deben establecer la ordenacin fundamental de la actividad financiera. De ah que las competencias constitucionales financieras sean, en primer termino, competencias de normacin, presentndose as el poder financiero como poder normativo en materia financiera, cuyo titular coincide con el del poder legislativo, esto es , las Cortes Generales (o Asambleas legislativas de las CCAA); pues si bien la soberana nacional reside en el pueblo espaol, del que emanan los poderes del Estado, las Cortes Generales representan al pueblo espaol , ejercen la potestad legislativa del Estado y aprueban sus Presupuestos. Con el ejercicio de este poder de normacin en materia financiera se efecta, dentro de que la inicial libertad de configuracin le corresponde al legislador, una primera concrecin de la idea de Derecho formalizada en la CE y del conjunto de valores, principios y objetivos que conforman el programa constitucional, articulndose un determinado sistema de ingresos y gastos pblicos, esto es, un conjunto de decisiones (legislativas) financieras atenientes a la constitucin, organizacin y gestin de los recursos financieros y del gasto pblico. Pero, tambin es esta primera manifestacin del poder o de las competencias constitucionales financieras como competencias de normacin, hay que destacar, junto a las propias del Legislativo, las competencias del Gobierno (del Ejecutivo) para dictar normas jurdicas que, con una posicin subordinada a la Ley, desarrollen o complementen la regulacin de la actividad financiera en los mrgenes permitidos por la CE y las Leyes. Pues el Gobierno, en efecto, ejerce la funcin ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitucin y las Leyes (art. 97 CE). Promulgada la Ley la competencia reglamentaria del Gobierno desarrolla las previsiones contenidas en la misma y concreta su contenido. Estas dos fases iniciales (Ley y disposiciones reglamentarias), integran el Ordenamiento, lo definen y ofrecen a la Hacienda Publica, a la Administracin y al ciudadano una situacin exacta de la posicin en la que respectivamente se encuentran. Se concreta as por el Ordenamiento financiero: a) El conjunto de derechos y obligaciones de contenido econmico cuya titularidad corresponde a los diferentes niveles territoriales de la Hacienda Pblica (Estado, CCAA y Corporaciones Locales). b) Los derechos (por ejemplo, al reconocimiento de pensiones derivadas de la Ley de Presupuestos) y obligaciones (por ejemplo, de pago de tributos en las que se concreta el deber de contribuir del art. 31.1 CE) de los ciudadanos frente a la Hacienda Pblica. c) Las potestades atribuidas por el Ordenamiento a la Administracin financiera para el ejercicio de las funciones gestoras, esto es, los poderes-deberes confiados por el Ordenamiento jurdico a la Administracin de la Hacienda Publica para la gestin del conjunto de derechos y de obligaciones de contenido econmico cuya titularidad corresponde al Estado, a las CCAA o, en fin, a las Entidades Locales. 3. No situamos as en un segundo plano o nivel de concrecin del poder financiero que se traduce y manifiesta en un conjunto articulado de potestades y de competencias administrativo-financieras atribuidas (en unos casos por la Ley y en otros por el Ordenamiento jurdico) para el ejercicio de las funciones financieras conducentes a la realizacin del gasto publico y a la obtencin de ingresos para financiarlo. En materia presupuestaria las potestades de la Administracin estn encaminadas al cumplimiento de las obligaciones econmicas del Estado, mediante la ejecucin de los crditos presupuestarios consignados en las Leyes de Presupuestos: autorizacin y disposicin de gastos y ordenacin de pagos. En materia tributaria, se trata de potestades conferidas por el Ordenamiento a la Administracin para la realizacin de las diferentes funciones tributarias relativas tanto a la aplicacin de los tributos (esto es, a hacer liquidas y exigibles las obligaciones tributarias y a exigir su cumplimiento) como a la prevencin y sancin de los ilcitos fiscales. En suma, funciones y potestades de gestin tributaria y de polica fiscal.Para la realizacin de los crditos tributarios derivados del bloque de legalidad y correspondientes a la Hacienda Publica, la Administracin deber ejercer las funciones tributarias conduces a la efectividad de los mismos, es decir, a su liquidacin y recaudacin. Y para ello deber dictar los actos administrativos que permitan la plena efectividad de las previsiones normativas, es decir, la concreta actuacin de las pretensiones tributarias que el Ordenamiento requiere de los ciudadanos. En todo caso, interesa destacar la diferencia entre los actos normativos y los actos administrativos de liquidacin o de imposicin. Los actos normativos derivan del ejercicio de competencias constitucionales normativas (legislativas o reglamentarias) en materia financiera, y pasan a integrarse en el Ordenamiento jurdico, innovndolo y formando parte del mismo. Los actos a travs de los cuales se desarrollan las competencias y las potestades administrativas de aplicacin de los tributos no forman parte del Ordenamiento jurdico, sino que son consecuencia del mismo, careciendo de potencialidad para innovarlo, toda vez que deben sujetase escrupulosamente al contenido de aqul.3. La ordenacin constitucional del poder financiero en Espaa.1. Titulares del poder financiero

De acuerdo con el Art. 137 CE, el Estado se organiza territorialmente en Municipios, en Provincias y en las CCAA que se constituyan, entidades que gozan de autonoma para la gestin de sus respectivos intereses. Este precepto nos ofrece la calve para concluir que los titulares del poder financiero en Espaa son el Estado, las CCAA, los municipios, las provincias y dems entidades locales reguladas por la legislacin de rgimen local. El poder de cada uno de estos entes alcanza una proyeccin distinta. Estado y CCAA tienen en comn la existencia de un poder legislativo, del que carecen las Corporaciones Locales, al tiempo que se diferencian porque el Estado no tiene ms lmites que los establecidos por la CE, mientras que las CCAA deben observar los lmites establecidos por leyes estatales. De otra parte, los lmites son ms intensos en materia de ingresos (especialmente de ingresos tributarios) que en materia de gastos, aspecto ste en el que la autonoma poltica recaba un mayor seoro de los distintos entes sobre sus propias competencias.2. Criterios y lmites para el ejercicio del poder financiero

Los titulares del poder financiero debern adecuar su ejercicio al cuadro de valores, principios y objetivos que integran el programa constitucional, y respetando el orden de distribucin de competencias (materiales y financieras) establecido en el bloque de la constitucionalidad. Mencin especial merecen los lmites que la reforma del art 135 CE introducen a la potestad presupuestaria de los entes pblicos, y que se concretan para el Estado y las CCAA en el deber de no incurrir en un dficit excesivo, en relacin con su PIB ; y para las Entidades Locales en el deber de presentar equilibrio presupuestario. Estamos pues bajo un mandato constitucional que vincula a todos los poderes pblicos.3. Instancias que controlan el ejercicio del poder financiero

En el Derecho espaol el juicio acerca de la constitucionalidad de las leyes (en determinados casos de los Reglamentos) y del correcto deslinde competencias entre los distintos titulares del poder financiero corresponde emitirlo al TC, mientras que los Tribunales ordinarios debern enjuiciar la legalidad de la actividad administrativa desplegada en el ejercicio de las competencias y de las potestades administrativo- financieras. La Disposicin Adicional 3 de la LO 2/2012 dispone que podrn impugnarse ante el Tribunal Constitucional tanto las leyes, disposiciones normativas o actos con fuerza de ley de las CCAA como las disposiciones normativas sin fuerza de ley y resoluciones emanadas de cualquier rgano de las CCAA que vulneren los principios del Art 135 CE y en la presente Ley. No corresponde abordar en este lugar cul es el sistema de fuentes existente en nuestro Ordenamiento jurdico respecto al control de normas. Tras la vigencia de la CE, la depuracin del Ordenamiento legal corresponde forma exclusiva al TC, que es el nico que tiene la competencia y la jurisdiccin para declara con eficacia erga omnes la inconstitucionalidad de las Leyes.4. El poder financiero del Estado.Varias son las parcelas que hay que distinguir dentro de esta materia: A) Establecimiento del sistema tributario estatal y del marco general de todo el sistema tributario Partiendo de que el Estado tiene atribuida la competencia exclusiva en materia de Hacienda general (art. 149.1.14 CE) y que La potestad originaria para establecer tributos corresponde exclusivamente al Estado mediante Ley (art. 133.1 CE y art. 4.1 LGT), que habr de respetar los mandatos y exigencias que conforman el programa constitucional y, entre ellas, las especficamente referidas a la materia tributaria que se establecen en el art. 31.1 CE, reiteradas ahora en el art. 3.1 LGT: la ordenacin del sistema tributario se basa en la capacidad econmica de las personas obligadas a satisfacer los tributos y en los principios de justicia, generalidad, igualdad, progresividad, equitativa distribucin de la carga tributaria y no confiscatoriedad. Pero, puesto que el rgimen jurdico de ordenacin de los tributos es considerado como un sistema, el poder de establecer tributos habr de atender antes que nada a las exigencias del sistema, correspondindole al legislador estatal regular no solo sus propios tributos (el sistema tributario estatal), sino tambin el marco general del sistema tributario en todo el territorio nacional, como exigencia de la igualdad de los espaoles. Se puede inferir de la doctrina del Tribunal Constitucional la competencia del legislador estatal para la regulacin de las instituciones comunes a las distintas Haciendas y la fijacin del comn denominador normativo que garantice las condiciones bsicas de cumplimiento del deber de contribuir y a partir del cual cada Comunidad Autnoma, en el mbito de sus competencias y en defensa de sus propios intereses, pueda establecer las peculiaridades que estime convenientes. La LGT pretende adecuarse a las exigencias de la organizacin territorial y a las reglas constitucionales de distribucin de competencias, afirmando en su art. 1 que la Ley establece los principios y las normas jurdicas generales del sistema tributario espaol y ser de aplicacin a todas las Administraciones tributarias, en virtud y con el alcance que se deriva del articulo 149.1.1, 8,14 y 18 de la Constitucin. B) Establecimiento de los criterios bsicos informadores del sistema tributario de las CCAA. El art. 157.3 CE remite a una Ley Orgnica la regulacin de las competencias financieras de las CCAA, debiendo este precepto ponerse en relacin (en lo que respecta a las competencias de las CCAA en materia tributaria) con el art. 133.1 del propio texto constitucional, segn el cual la potestad originaria para establecer los tributos corresponde exclusivamente al Estado, mediante ley, as como con el art. 149.1.14 que reserva al Estado en exclusiva la competencia sobre Hacienda General. Se advierte as como la Constitucin de 1978 delega en el legislador estatal la funcin y la responsabilidad de concretar el sistema de distribucin de competencias financieras y tributarias entre el Estado y las CCAA, limitndose a sealar los principios bsicos (autonoma, coordinacin y solidaridad) a los que el legislador estatal habra de ajustar su libertad de configuracin normativa. En cumplimiento de tal cometido la Ley Orgnica de Financiacin de las CCAA (LO 8/1980 de 22-9) traza las pautas y los limites conforme a los cuales las Asambleas Regionales pueden establecer tributos autonmicos. Lmites que en unos casos son genricos, mientras que en otros van referidos a cada una de las posibles categoras tributarias: tasas, contribuciones especiales, impuestos y recargos sobre impuestos estatales y tributos cedidos. Sin embargo el modelo de financiacin implantado por la LOFCA ha experimentado importantes modificaciones desde su aprobacin. C) Establecimiento del sistema tributario de los entes locales La intervencin del legislador estatal en la ordenacin del sistema tributario local viene reclamada por el art. 133.1 y 2 CE, disponiendo aquel de una inicial libertad de configuracin al objeto de garantizar la subsistencia equilibrada de dos exigencias constitucionales, que no podrn abolirse entre s en su respectivo despliegue: las derivadas de la reserva de ley en el orden tributario y las propias de la autonoma local. La autonoma local se configura como garanta institucional que opera tanto frente al Estado como frente a los poderes autonmicos y corresponde al legislador estatal asegurar un nivel mnimo de autonoma a todas las Corporaciones locales en todo el territorio nacional, sea cual sea la Comunidad Autnoma en la que estn localizadas. Compete asimismo al legislador estatal, en la ordenacin del rgimen jurdico local, garantizar la efectividad de la suficiencia financiera ordenada por el articulo 142 CE, y que implica la necesidad de que los entes locales cuente con fondos suficientes para cumplir con las funciones que legalmente les han sido encomendadas; esto es, para posibilitar y garantizar, en definitiva, el ejercicio de al autonoma constitucionalmente reconocida. Tratndose especficamente, de tributos que constituyan recursos propios de las Corporaciones Locales (carentes de potestad legislativa para establecer tributos, aunque habilitadas para establecerlos y exigirlos), entiende el Tribunal Constitucional que aquella reserva (del art. 133.2 CE) habr de operar necesariamente a travs del legislador estatal, debiendo entenderse vedada, por ello, la intervencin de las CCAA en este concreto mbito normativo. D) Fijacin de criterios que posibiliten la coordinacin entre los distintos sistemas tributarios. Tanto en la LOFCA como en el TRLRHL el legislador estatal ha establecido una serie de criterios cuya aplicacin va a posibilitar la coordinacin entre los distintos sistemas tributarios, de forma que no existan contradicciones entre ellos.Se continua echando en falta, sin embargo, el marco normativo que permita la coordinacin de la actividad financiera de los tres niveles territoriales de la Hacienda Publica, pues si bien las relaciones financieras entre el Estado y las CCAA se encuentran reguladas bsicamente en la LOFCA y en los respectivos Estatutos de Autonoma, y las del Estado y las Entidades Locales en la Ley 7/1985 y en el TRLRHL, no existe marco legal alguno que precise las relaciones que han de existir entre las CCAA y las Corporaciones Locales. E) Regulacin de los ingresos patrimoniales El poder financiero estatal se extiende tambin a los ingresos estatales de carcter patrimonial. De acuerdo con la CE (art. 132.3) por Ley se regularn el Patrimonio del Estado y el Patrimonio Nacional, su administracin, defensa y conservacin. F) Ingresos crediticios De acuerdo con el art. 135 CE, el Gobierno habr de estar autorizado por Ley para emitir Deuda Publica o contraer crdito. Con la reforma del Art 135 se limita el volumen de Deuda Pblica referida al Estado y CCAA en relacin con su PIB. El volumen de deuda del conjunto de las Administraciones Pblicas no podr superar el valor de la referencia del 60% del PIB nacional. Slo podr superarse el lmite de dficit estructural y volumen de deuda publica en caso de: catstrofes naturales, recesin econmica grave y situaciones de emergencia extraordinaria que escapen al control de las Administraciones pblicas y perjudiquen considerablemente su situacin financiera o su sostenibilidad econmica o social, apreciadas por la mayora absoluta del Congreso de los Diputados. G) Regulacin del gasto publico y establecimiento de mecanismos de coordinacin en materia presupuestaria Este es un mbito especialmente significativo del poder financiero del Estado, que se concreta en la exigencia de ley para la regulacin de los aspectos ms importantes del gasto pblico: aprobacin del Presupuesto, asuncin de obligaciones financieras, realizacin de gastos, etc., as como en el establecimiento de los mecanismos de coordinacin que aseguren la estabilidad presupuestaria. La LO 2/2012 atribuye al Gobierno competencias para establecer los mecanismos de coordinacin entre todas las Administraciones Pblicas al objeto de garantizar la aplicacin efectiva de los principios contenidos en dicha Ley y su coherencia con la normativa europea, as como para velar por la aplicacin de dichos principios en todo el mbito de la Ley, respetando en todo caso la autonoma financiera de las CCAA y Corporaciones Locales.5. El poder financiero de las Comunidades Autnomas.(A) Comunidades Autnomas de rgimen general (comn).1. Contenido y lmites. Principios informadores

A) Cuando la CE reconoce a las CCAA en sus artculos 137 y 156 autonoma para la gestin de sus respectivos intereses, se est refiriendo tanto a la autonoma poltica como a la financiera, siendo esta ultima instrumento indispensable para la consecucin de la autonoma poltica. La autonoma financiera de las CCAA (consecuencia y, al mismo tiempo, condicionante de su autonoma poltica) se concreta en la atribucin de competencias normativas y de gestin que hagan posible la articulacin de su propio sistema de ingresos y gastos. Con relacin al ingreso, esto es, a la capacidad para articular un sistema suficiente de ingresos el TC ha declarado que la autonoma financiera implica tanto la capacidad para establecer y exigir sus propios tributos como su aptitud para acceder a un sistema adecuado de ingresos. B) En cuanto al alcance y los lmites del poder financiero reconocido por la CE a las CCAA, interesa retener que est tambin constitucionalmente condicionado en su ejercicio. Y adems el de las CCAA aparece sometido a lmites intrnsecos y extrnsecos que no son incompatibles con el reconocimiento de la realidad constitucional de las Haciendas autonmicas. En cualquier caso, importa advertir que la jurisprudencia constitucional ha sentado como criterio hermenutico el de que ninguno de los lmites constitucionales que condiciona el poder financiero de las CCAA puede ser interpretado de tal modo que la haga inviable. Estos lmites especficos al poder financiero de las CCAA se concretan sustancialmente en los siguientes principios:a. El principio de autonoma y de corresponsabilidad: Con la atribucin a las CCAA de autonoma para el desarrollo y ejecucin de sus competencias, se establece la explicita vinculacin constitucional entre las competencias financieras y las competencias materiales de las CCAA. Esta conexin entre potestades o competencias financieras y mbito material de competencia, comporta una doble consecuencia: - Una negativa en cuanto limite para las CCAA ya que stas ostentan la titularidad de los poderes que les confiere el bloque de la constitucionalidad (y entre ellas el poder financiero) pero slo en los limites de sus competencias. - Y una consecuencia positiva: la autonoma y desde luego, la suficiencia financiera de las CCAA forman parte del contenido inherente de su mbito material de competencias y constituyen garanta de su autonoma poltica. El poder financiero se concreta, pues, en la atribucin a los entes pblicos territoriales de las competencias financieras necesarias para atender a la realizacin de sus competencias materiales. Sin competencias financieras no existen o son puramente nominales las competencias materiales atribuidas a las CCAA. Las CCAA han de disponer, pues, de los recursos necesario y suficiente para la prestacin de los servicios correspondientes a las competencias que asumen. b. El principio de solidaridad: La solidaridad constituye, junto con la autonoma, la clave de bveda que sustenta la nueva organizacin territorial del Estado. El principio de solidaridad es un factor de equilibrio entre la autonoma de las nacionalidades o regiones y la indisoluble unidad de la Nacin espaola y proyecta sus exigencias no slo a las relaciones de estas ltimas entre s, que adems debern velar en sus respectivos mbitos territoriales por la realizacin interna del principio de solidaridad. La solidaridad interterritorial exige el reconocimiento de una comunidad de intereses entre las distintas CCAA y el comportamiento leal de todas ellas en el ejercicio de sus respectivas atribuciones y competencias. Pero, adems del ejercicio leal de sus propias competencias conforme a las exigencias de la buena fe y como concrecin del mas amplio deber de fidelidad a la CE, la solidaridad interterritorial obliga al Estado a velar por el establecimiento de un equilibrio econmico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio espaol, y ello comporta la adopcin de medidas que aseguren la redistribucin de la riqueza entre las distintas CCAA y la igualdad en los niveles de provisin de los servicios pblicos esenciales o bsicos. Hay que sealar, adems, que las limitaciones derivadas del principio de solidaridad no solo se imponen a la accin del Estado sino, en general, a la accin de todos los poderes pblicos en el ejercicio de sus competencias; y de ah que las exigencias constitucionales de la solidaridad no solo se proyecten sobre el sistema de financiacin de las CCAA (art. 156.1 CE), sino sobre el conjunto de instrumentos a travs de los que se desenvuelve la actividad econmico-financiera de los diferentes entes pblicos territoriales. c. El principio de unidad: como presupuesto de la propia estructura constitucional del Estado (la Constitucin se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nacin espaola). Las exigencias del principio de unidad se proyectan tanto en el orden econmico general como en el especficamente tributario, correspondindole al legislador estatal la fijacin de los principios o criterios bsicos de general aplicacin en todo el territorio nacional. Al Estado se le atribuye por la Constitucin, entonces, el papel de garante de la unidad, pues la diversidad viene dada por la estructura territorial compleja, quedan la consecucin del inters general de la Nacin confiada a los rganos generales del Estado d. El principio de coordinacin con la Hacienda estatal como instrumento imprescindible para la adopcin de una poltica econmica, presupuestaria y fiscal general que garantice el equilibrio econmico y la estabilidad presupuestaria, y estimule el crecimiento de la renta y de la riqueza y su ms justa distribucin. Corresponde por ello, al Estado, adoptar las medidas oportunas para conseguir la estabilidad econmica interna y externa y la estabilidad presupuestaria, as como el desarrollo armnico entre las diversas partes del territorio espaol, debiendo el Gobierno fijar los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pblica para cada una de las CCAA, y establecer mecanismos de coordinacin entre las Administraciones Pblicas para garantizar la efectividad de los principios contenidos en la Ley Orgnica de Estabilidad Presupuestaria y normativa europea. Para la adecuada coordinacin entre la actividad financiera de las CCAA y de la Hacienda del Estado el art 2 LOFCA crea el Consejo de Poltica Fiscal y Financiera de las CCAA, como rgano consultivo y de deliberacin, constituido por el Ministro de Hacienda, el Ministro de Administraciones Publicas y el Consejero de Hacienda de cada Comunidad o Ciudad Autnoma; rgano multilateral en el que el Estado ejercita funciones de cooperacin y coordinacin e. El principio de igualdad que, proyectado sobre la distribucin del poder entre los diferentes entes pblicos territoriales del Estado, se manifiesta bsicamente en las exigencias del art. 139.1 (todos los espaoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado) y del art. 138.2 CE (las diferencias entre los Estatutos de las distintas CCAA no podrn implicar, en ningn caso, privilegios econmicos o sociales); correspondindole al Estado la competencia exclusiva para la regulacin de las condiciones bsicas que garanticen la igualdad de todos los espaoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales).Uno de los principios inspiradores del nuevo sistema de financiacin es la garanta de un nivel base equivalente de financiacin de los servicios pblicos fundamentales, con la finalidad de que puedan ser prestados en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos, independientemente de la Comunidad Autnoma en la que residan. f. El principio de neutralidad, conectado con el de igualdad y el de territorialidad, se concreta a travs del art. 139.2 CE en el principio de libre circulacin de bienes y personas en todo el territorio nacional; y especficamente, en lo que atae a las medidas tributarias: el sistema de ingresos de las CCAA deber establecerse de forma que no pueda implicar, en ningn caso, privilegios econmicos o sociales ni suponer la existencia de barreras fiscales en el territorio espaol, de conformidad con el articulo 157.2 CE g. El principio de territorialidad de las competencias es algo implcito al propio sistema de autonomas territoriales, de forma que la eficacia y el alcance territorial de las normas y de los actos de las CCAA vienen impuestos por la organizacin territorial del Estado y responden a la necesidad de hacer compatible el ejercicio simultaneo de las competencias asumidas por las distintas CCAA. Por otra parte, el territorio se configura como elemento delimitador de las competencias de los poderes pblicos territoriales y en concreto como delimitador de las competencias de las CCAA en sus elaciones con las dems CCAA y con el Estado, puesto que los Estatutos de Autonoma limitan al territorio e la Comunidad el mbito en el que se ha de desenvolver sus competencias.Junto a estas dos proyecciones del principio de territorialidad (delimitador de la eficacia espacial de las normas y de los actos autonmicos y a la vez, como elemento delimitador de las competencias atribuidas a los diferentes entes pblicos territoriales), el art. 157.2 CE se refiere especficamente al poder tributario de las CCAA, al disponer que stas no podrn en ningn caso adoptar medidas tributarias sobre bienes situados fuera de su territorio o que supongan obstculo para la libre circulacin de mercancas o servicios h. La prohibicin de duplicidad en la imposicin: El articulo 6 LOFCA recoge la prohibicin de doble imposicin, siendo sta la nica prohibicin de doble imposicin en materia tributaria que se encuentra expresamente recogida en el bloque de la constitucionalidad y garantiza que sobre los ciudadanos no pueda recaer la obligacin material de pagar doblemente (al Estado y a las CCAA, o a las Entidades locales y a las CCAA) por un mismo hecho imponible. i. Lealtad institucional: Tiene declarado el TC que la autonoma y las propias competencias son indisponibles tanto para el Estado como para las CCAA, y tambin han de serlo para los Entes locales. Por otra parte, en un Estado de estructura compuesta resulta evidente que el ejercicio del poder financiero de los Entes territoriales habr de desarrollarse dentro de sus respectivos mbitos competenciales, sin que ello suponga el vaciamiento o la anulacin de mbitos competenciales ajenos, ni la alteracin del orden constitucional de distribucin de competencias. De ah que la lealtad institucional, esto es, el ejercicio de las respectivas competencias conforme a las exigencia de la buena fe y como concrecin del mas amplio deber de fidelidad a la Constitucin constituya una exigencia implcita e incluso presupuesto de todas las anteriores, y formalmente incorporada al actual art. 2.1 g LOFCA, como otro de los principios que ha de presidir el ejercicio de la actividad financiera de las CCAA en coordinacin con la Hacienda del Estado.2. El poder financiero de las CCAA en materia de ingresos (recursos)

De acuerdo con el art. 157.1 CE, los recursos de las CCAA estarn constituidos por: a) Impuestos cedidos total o parcialmente por el Estado; recargos sobre impuestos estatales y otras participaciones en los ingresos del Estado. b) Sus propios impuestos, tasas y contribuciones especiales. c) Transferencias de un Fondo de Compensacin Interterritorial y otras asignaciones con cargo a los Presupuestos Generales del Estado d) Rendimientos procedentes de su patrimonio e ingresos de Derecho privado e) El producto de las operaciones de crdito. Junto al sistema tributario autonmico (tributos propios, tributos cedidos y recargos sobre impuestos estatales), los dems recursos financieros e ingresos de las CCAA estn constituidos por: A) Otras participaciones en los ingresos del Estado (art. 157.1 CE): el Fondo de Suficiencia Global y los Fondos de Convergencia AutonmicaLas CCAA y Ciudades con Estatuto de Autonoma podrn ser titulares de otras formas de participacin en los ingresos del Estado, a travs de los fondos y mecanismos establecidos en las Leyes. La LOFCA crea un fondo especifico para instrumentar la participacin de las CCAA en los ingresos del Estado, El Fondo de Suficiencia Global, destinado a cubrir la diferencia entre las necesidades de gasto de cada Comunidad Autnoma y la suma de su capacidad tributaria y la transferencia del Fondo de Garanta de Servicios Pblicos Fundamentales. Con recursos adicionales del Estado, la Ley 22/2009 crea los nuevos Fondos de Convergencia Autonmica: el Fondo de Competitividad y el Fondo de Cooperacin, con los objetivos de aproximar las CCAA de rgimen comn en trminos de financiacin por habitante ajustado y de favorecer el equilibrio econmico territorial, contribuyendo a la igualdad y la equidad. El Fondo de Competitividad se dotar anualmente en los Presupuestos Generales del Estado con el fin de reforzar la equidad y la eficiencia en la financiacin de las necesidades de los ciudadanos y reducir las diferencias en la financiacin homognea per capita entre CCAA, incentivando su autonoma y capacidad fiscal y desincentivando la competencia fiscal a la baja. Se repartir anualmente entre las CCAA con financiacin per capita ajustada inferior a la media o a su capacidad fiscal. Las CCAA que cumplan alguna de las condiciones establecidas en el art. 24 de la Ley 22/2009 sern beneficiarias del Fondo de Cooperacin que se dotara con recursos adicionales del Estado, en la cantidad que se prevea anualmente en los PGE, con el objetivo ultimo de equilibrar y armonizar el desarrollo regional estimulando el crecimiento de la riqueza y la convergencia regional en trminos de renta. B) El Fondo de Garanta de Servicios Pblicos Fundamentales (art.15 LOFCA) El Fondo de Garanta de Servicios Pblicos Fundamentales es el instrumento con el que el Estado garantiza en todo el territorio espaol el nivel mnimo de los servicios pblicos fundamentales de su competencia, considerndose como tales la educacin, la sanidad y los servicios sociales esenciales.En cumplimiento del art. 158.1 CE, el objeto del Fondo de Garanta es asegurar que cada Comunidad Autnoma reciba, en los trminos fijados por la Ley, los mismos recursos por habitante, ajustados en funcin de sus necesidades diferenciales, garantizando la cobertura del nivel mnimo de los servicios fundamentales en todo el territorio; considerndose que no se llega a cubrir el nivel mnimo cuando su cobertura se desve del nivel medio de prestacin de los servicios pblicos en el territorio nacional. En la constitucin del Fondo participan todas las CCAA con un porcentaje de sus tributos cedidos, en trminos normativos, y el Estado con aportacin de recursos adicionales. C) Trasferencia del Fondo de Compensacin Interterritorial Junto a los ingresos derivados de tributos propios y tributos cedidos, el art. 158 CE prev la posibilidad de que las CCAA obtengan ingresos provenientes del Fondo de Compensacin Interterritorial. Dispone dicho precepto que, con el fin de corregir desequilibrios econmicos interterritorales y hacer efectivo el principio de solidaridad, se constituir un Fondo de Compensacin con destino a gastos de inversin, cuyos recursos sern distribuidos por las Cortes Generales entre las CCAA y provincias en su caso. D) Ingresos patrimoniales Las CCAA cuentan asimismo con los rendimientos procedentes de su patrimonio y con los ingresos de derecho privado en general: adquisiciones a titulo de herencia, legado o donacin, ingresos derivados de explotaciones econmicas particulares con capital pblico, etc. E) Ingresos derivados de operaciones de crdito La LOFCA incluye entre los ingresos de Derecho pblico de las CCAA el producto de las operaciones de crdito que constituyen fuente complementaria en una economa saneada, nunca principal y se establecen dos principios bsicos: a. La Comunidad Autnoma podr realizar operaciones de crdito por plazo inferior a un ao, con objeto de cubrir sus necesidades transitorias de Tesorera. b. Podr concertar operaciones de crdito por plazo superior a un ao siempre que el importe total del crdito se destine exclusivamente a gastos de inversiones y el importe total de las anualidades de amortizacin por capital e intereses no exceda del 25% de los ingresos corrientes de la Comunidad Autnoma.La autorizacin del Estado a las CCAA para realizar operaciones de crdito y emisiones de deuda tendr en cuenta el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda publica, as como el cumplimiento de los principios y obligaciones que se deriven de la aplicacin de la LO 2/2012. El lmite de deuda pblica para el conjunto de las CCAA ser el 13% del PIB nacional, y a su vez, el 13% del PIB regional para cada CA. El Gobierno fijar los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pblica para cada CA, adoptndose medidas preventivas cuando la deuda se site en el 95% del limite establecido. Debiendo adoptarse un Plan de Equilibrio, medidas coercitivas y de cumplimiento forzoso.3. El poder financiero de las CCAA en materia de gasto

La Autonoma poltica de las CCAA y su capacidad de autogobierno se manifiesta, sobre todo, en la capacidad para elaborar sus propias polticas publicas en las materias de sus competencias. La Autonoma financiera de las CCAA en su vertiente de gasto no entraa slo la libertad de sus rganos de gobierno en cuanto a la fijacin del destino y orientacin del gasto publico, sino tambin para la cuantificacin y distribucin del mismo dentro del marco de sus competencias. Mientras que el poder de gasto del Estado no se define por conexin con el reparto competencial de materias que la CE establece, de manera que el Estado siempre podr, efuso de su soberana financiera (de gasto), asignar fondos pblicos a unas finalidades u otras; no sucede igual con la autonoma financiera de las CCAA, que se vincula al desarrollo y ejecucin de las competencias que, de acuerdo con la CE le atribuyan los respectivos Estatutos y las Leyes y de ah se desprende que la potestad de gastos autonmica no podr aplicarse sino a actividades en relacin con las que, por razn de la materia, se ostenten competencias. A diferencia de lo que ocurre en materia de ingresos (y sobre todo, en materias de ingresos tributarios), hasta la reforma del Art 135 CE, la Constitucin no deca nada acerca del regimen presupuestario de las CCAA; establecindose a partir de su reforma la consagracin del principio de estabilidad presupuestaria, as pues la elaboracin de los Presupuestos quedan sometido a las prescripciones del Art 135 CE. El Estado y las CCAA no podrn incurrir en un dficit estructural que supere los mrgenes establecidos , en su caso por la UE para sus Estados miembros que entrarn en vigor en 2020.4. Competencias autonmicas en relacin con las Haciendas Locales

El diseo constitucional ha conducido a una clara distincin entre la autonoma de las Comunidades y la de las Corporaciones Locales. La existencia de un poder legislativo cuyos titulares son las CCAA no es ms que el punto ms claro de esta diferencia. La distribucin competencial derivada de la CE refuerza este hecho y justifica que cada Comunidad Autnoma est obligada a velar por su propio equilibrio territorial y por la realizacin interna del principio de solidaridad. De ah la posibilidad de que, atendiendo al establecimiento del equilibrio entro el territorio de una determinada Comunidad Autnoma, nada impide que sea la propia Asamblea regional la que apruebe disposiciones legislativas que afecten al ejercicio del poder tributario por parte de las Corporaciones Locales. Elo se ajusta perfectamente a la CE que dispone en su art. 133.2 que las Corporaciones Locales podrn establecer y exigir tributos de acuerdo con la Constitucin y las Leyes. Y si bien es cierto que el TC considera que tratndose de tributos que constituyan recursos propios de las Corporaciones Locales la reserva de ley del art. 133.2 CE habr de operar necesariamente a travs del legislador estatal en tanto en cuanto la misma existe tambin al servicio de otros principios que solo puede satisfacer la ley del Estado, debiendo entenderse vedada, por ello, la intervencin de las CCAA en este concreto mbito normativo, no puede perderse de vista, como reconoce el propio TC que todo ello no es bice, sin embargo, para que stas (las CCAA), al igual que el Estado, puedan ceder tambin sus propios impuestos o tributos en beneficio de las Corporaciones Locales , pues nada hay que lo impida en la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, ni tampoco en la CE o en la LOFCA, siempre y cuando, claro est, las CCAA respeten los limites a su capacidad impositiva que se establecen en estas dos ultimas (CE y LOFCA)(B) Comunidades Autnomas de rgimen especial (foral).1. Pas Vasco

El marco jurdico positivo que establece el rgimen financiero del Pas Vasco arranca de la Disp. Adic. 1 de la CE, en virtud de la cual se amparan y respetan los derechos histricos de los territorios forales, a la vez que se ordena la actualizacin general de dicho rgimen foral en el marco de la propia CE y del Estatuto de Autonoma. Dispone expresamente el Estatuto de Autonoma que las relaciones tributarias entre el Estado y el Pas Vasco se regularan mediante el sistema foral tradicional de Concierto Econmico. Despus de aprobar el primer Concierto en 1981 con duracin hasta el 31- 12-2001. El nuevo Concierto econmico con el Pas Vasco se aprueba en 2002 con carcter indefinido, al objeto de insertarlo en un marco estable que garantice su continuidad al amparo de la CE y el Estatuto de Autonoma, y previndose su adaptacin a las modificaciones que experimente el sistema tributario estatal. 2. Navarra

Tambin en Navarra la actividad tributaria y financiera se rige por el sistema tradicional de Convenio Econmico, constitucionalmente tutelado y previsto por el art. 45 de la LO 13/1982 de 10-8, de reintegracin y amejoramiento del rgimen foral de Navarra. De acuerdo con el mismo, Navarra tiene potestad para mantener, establecer y regular su propio rgimen tributario, sin perjuicio de lo previsto en el correspondiente Convenio Econmico. El Convenio vigente se aprob por Ley 28/90de 26-12, establecindose en el mismo los criterios de armonizacin y distribucin competencial entre el sistema foral y el sistema tributario comn. Tambin en Navarra rige el sistema de cupo y tambin se producen ciertas especialidades en la relacin entre Haciendas Locales y Comunidad Autnoma.6. El poder financiero de los Entes Locales.1. La CE garantiza la autonoma de los municipios y de las provincias para la gestin de sus respectivos intereses; autonoma local que fue tempranamente concebida por el TC como el derecho de la comunidad local a participar, a travs de rganos propios, en el gobierno y administracin de cuantos asuntos le ataen. A diferencia de lo que sucede respecto del Estado y de las CCAA, no existe en nuestro sistema una delimitacin constitucional de las competencias propias de los Entes locales. La autonoma para la gestin de sus respectivos intereses que la CE garantiza no predetermina un elenco de competencias propias de los Entes locales, sino una nocin indefinida de autonoma local basada en la participacin competencial del Ente local en todas las materias y asuntos que afecten a sus respectivos intereses, gradundose la intensidad de esta participacin en funcin de la relacin entre intereses locales y supralocales dentro de tales asuntos o materias. Garantizada la existencia misma del Ente local, el primer nivel de exigencias y, por lo mismo, el contenido mnimo necesario de la autonoma local comportar la atribucin legal a los Entes locales de competencias en todas aquellas materias donde exista un inters de la comunidad local, generalmente concurrente con el inters del Estado y de las CCAA. De ah que, al no existir una predeterminacin constitucional de la autonoma local, corresponda al legislador delimitar el mbito material de competencias de los Entes locales, decidiendo la participacin competencial en las diferentes materias en funcin de los respectivos intereses. 2. Como tcnica de proteccin de la autonoma local el TC asumi la doctrina de la fundamentada en la Constitucin de WEIMAR, propugnando la distribucin de competencias en funcin de los respectivos intereses. Garantizada la existencia misma del Ente Local, el primer nivel de exigencias y contenido mnimo necesario de la autonoma local comportar la atribucin legal a los Entes Locales de competencias en todas aquellas materias donde exista inters de la comunidad local, generalmente concurrente con el inters del Estado y de las CCAA. Corresponde al legislador delimitar el mbito material de competencias de los Entes Locales, decidiendo la participacin competencial en las diferentes materias en funcin de los respectivos interes. 3. Tambin como elemento integrante de ese ncleo mnimo identificable de facultades, competencias y atribuciones que hace que los Entes locales sean reconocibles por los ciudadanos como una instancia de toma de decisiones autnoma e individualizada, la autonoma local presupone la existencia de medios suficientes para el desempeo de las funciones que la Ley atribuye a las Corporaciones locales; suficiencia de medios que para el principio de autonoma que preside la organizacin territorial del Estado ofrece una vertiente econmica importantsima, ya que, aun cuando tenga un carcter instrumental, la amplitud de los medios determina la posibilidad real de alcanzar los fines. De manera pues, que la suficiencia de medios constituye el presupuesto indispensable para posibilitar la consecucin efectiva de la autonoma constitucionalmente garantizada. As se desprende del art. 142 CE, que ordena que las Haciendas locales debern disponer de los medios suficientes para el desempeo e las funciones que la ley atribuye a las Corporaciones respectivas y se nutrirn fundamentalmente de tributos propios y de participacin en los del Estado y de las CCAA. Es pues el principio de suficiencia de ingreso sy no el de autonoma financiera el que garantiza la CE en relacin con las Haciendas locales, y as se encarg de matizarlo la jurisprudencia constitucional. Sin embargo, el TC con base en una interpretacin conjunta de los arts. 137 y 142 ha terminado reconociendo dentro del contenido necesario de la autonoma local constitucionalmente garantizada, un mbito o una faceta econmica con dos aspectos claramente diferenciados: la vertiente de los ingresos y la de los gastos, ambas condicionadas por los principios de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera de la LO 2/2012. 4. El poder financiero de los entes locales aparece predeterminado por una normativa (contenida en las leyes estatales y que puede tambin verse afectada por leyes autonmicas) en las que se establecen los criterios bsicos conforme a los cuales los entes locales pueden ejercer sus propias competencia y pueden proyectar su propia autonoma. El TC afirma la naturaleza compartida de las competencias, que, en materia de Haciendas Locales poseen el Estado y aquellas CCAA que asumen estatutariamente facultades para el desarrollo de las bases estatales sobre el rgimen jurdico de las Administraciones Publicas. Analicemos en sus lneas generales, el rgimen hacendstico local como ha sido configurado por el Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales: 5. Hacienda Municipal. Rgimen general. Los recursos estn integrados por: a) Los ingresos procedentes de su patrimonio y dems de Derecho privado: los ingresos de derecho privado se definen como los rendimientos o productos de cualquier naturaleza derivados de su patrimonio, as como las adquisiciones a titulo de herencia, legado o donacin. El patrimonio de las Entidades Locales est constituido por los bienes de su propiedad, as como los derechos reales o personales de que sean titulares, susceptibles de valoracin econmica, siempre que unos y otros no se halen afectos a l uso o servicio pblico. As tendrn la consideracin de ingresos de Derecho privado los siguientes: - Los derivados de aquellos bienes que tengan jurdicamente la consideracin de patrimoniales o de propios, tanto si derivan de su explotacin, como si provienen de su enajenacin o gravamen - Las donaciones, herencias, legados y auxilios de toda ndole, procedentes de particulares, siempre que sean aceptados por el municipio. En ningn caso tendrn la consideracin de ingresos de Derecho privado los que procedan, por cualquier concepto de los bienes de dominio publico local, debindose observar que los ingresos procedentes de la enajenacin o gravamen de bienes y derechos que tengan la consideracin de patrimoniales no podrn destinarse a la financiacin de gatos corrientes, salvo que se trate de parcelas sobrantes de vas publicas no edificables o de efectos no utilizables en servicios municipales. La efectividad de estos derechos de la Hacienda local se llevar a cabo con sujecin a las normas y procedimientos del Derecho privado. b) Los tributos propios clasificados en tasas, contribuciones especiales e impuestos y los recargos exigibles sobre los impuestos de las CCAA o de otras Entidades locales: Dentro de los ingresos de Derecho publico cabe distinguir distintas categoras: - Los tributos propios clasificados en tasas, contribuciones especiales e impuestos y los recargos exigibles sobre los impuestos de las CCAA o de otras Entidades Locales. - Las participaciones en los tributos del Estado y de las CCAA. c) Las subvenciones: Las subvenciones de toda ndole que obtengan las Entidades Locales con destino a sus obras y servicios no podrn ser aplicadas a atenciones distintas de aquellas para las que fueron otorgadas, salvo, en su caso, los sobrantes no reintegrables, cuya utilizacin no estuviese prevista en la concesin. d) Los percibidos en concepto de precios pblicos: Se trata de un nuevo recuso que para las Haciendas Locales ha introducido la Ley. Pueden establecerlo cualquiera de las Entidades Locales que se contemplan en la Ley. e) El producto de las operaciones de crdito: Las Entidades Locales podrn concertar operaciones de crdito en todas sus modalidades, tanto a corto como a largo plazo, as como operaciones financieras de cobertura y gestin del riesgo del tipo de inters y del tipo de cambio. El Real Decreto 705/2002 de 19-7 regula la autorizacin de las emisiones de Deuda Pblica de las Entidades Locales teniendo en cuenta los principios de estabilidad presupuestaria y obligaciones de la LO2/2012 f) El producto de las multas y sanciones en el mbito de sus competencias: El legislador se limita a citar este recurso de las Entidades Locales, sin ocuparse pormenorizadamente del mismo a lo largo de la ley. Este recuso se obtiene por las Entidades Locales en el ejercicio de la potestad sancionadora que se les reconoce. En materia presupuestaria, la ordenacin jurdica viene dada por normas estatales, debiendo los municipios acomodarse al rgimen establecido en las mismas, sin perjuicio, claro est, de que en reconocimiento de su propia autonoma puedan establecer los fines a los que se van a asignar los recursos disponibles. Sin embargo, la estructura, la forma y rganos para la aprobacin del Presupuestos, los medios de impugnacin del mismo y, en definitiva, el rgimen jurdico presupuestario viene establecido por leyes estatales. 6. Regimenes especiales.Baleares, Barcelona, Madrid, Grandes ciudades, Ceuta y Melilla, Canarias, Navarra, Pais Vasco.7. Hacienda Provincial.Las especialidades en relacion con la Hacienda Municipal son, entre otras, las siguientes:- Los recursos tributarios de las Provincias se reducen a tasas, contribuciones especiales y a un recargo que pueden etablecer sobre el Impuesto sobre Actividades Econmicas.- La participacin de las Provincias en los tributos del Estado- Pueden establecer precios pblicos- Podrn percibir dotaciones de las correspondientes Comunidades Autonomas, cuando gestionen servicios propios de estas.7. Las facultades financieras de los Entes Corporativos.A diferencia del los entes territoriales existen en nuestro ordenamiento entes pblicos corporativos que no forman parte de la Administracin directa del Estado. No son representativos de intereses primarios, sino de intereses sectoriales (corporativos, profesionales etc). Por ello mismo, carecen de la posibilidad de crear Derecho en sentido estricto y, en consecuencia, no pueden establecer tributos. No son titulares de poder tributario en grado alguno. Sin embargo, y admitindose la relevancia de los fines de que son exponentes, tales entes gozan del carcter de entes pblicos y, por ello mismo, pueden ser titulares de determinados crditos tributarios, que, si bien no han sido establecidos por ellos mismos, les son reconocidos a su favor bien en sus normas constitutivas, bien en normas distintas. Se tata, pues, de entes pblicos que no podrn establecer tributos, pero si exigirlos, cuando la Ley lo determine. Su status jurdico, en el mbito tributario, puede sintetizarse en los puntos siguientes: Pueden ser titulares de derechos de crdito tributarios, establecido en normas estatales, Ocupan, pues, la posicin de sujetos activos de la obligacin tributaria.

En otras ocasiones tienen derecho ala percepcin de un porcentaje de la recaudacin obtenida por el Estado en un tributo establecido y gestionado por el mismo o bien participan mediante la percepcin de lo recaudado como consecuencia de la aplicacin de recargos sobre tributos estatales o locales. O son titulares de prestaciones patrimoniales impuestas de naturaleza no tributaria.

En ocasiones, la percepcin establecida a su favor, se recauda mediante empleo de efectos timbrados, mientras que en otras se acude al procedimiento recaudatorio ordinario, que pueden llevar a cabo a travs de sus propios rganos, si bien, especialmente cuando se recurra al procedimiento de apremio, debern observarse todas las prevenciones que, con carcter general, se estatuyen en las normas reguladoras de la funcin recaudatoria y a las que tambin se refieren las normas reguladoras de los entes corporativos, con carcter general, y la disposiciones constitutivas de cada uno de ellos.

Leccin 3. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL ORDENAMIENTO FINANCIERO1. El valor normativo de los principios constitucionales.Los principios constitucionales son elementos bsicos del ordenamiento financiero y ejes sobre los que se asientan los distintos institutos financieros (tributo, ingresos crediticios, patrimoniales, Presupuesto). El valor normativo y vinculante de tales principios y su aplicabilidad por los Tribunales de Justicia (y muy especialmente por el TC), constituyen las dos grandes innovaciones introducidas en esta materia por la vigente Constitucin. De acuerdo con ello, debemos subrayar: a) La Constitucin tiene valor normativo inmediato y directo. El texto constitucional es la norma suprema del ordenamiento jurdico, y, a su vez, forma parte de ese ordenamiento jurdico. De hecho, segn el articulo 9 CE los ciudadanos y los poderes pblicos estn sujetos a la Constitucin y al resto del ordenamiento jurdico. Ello significa que, adems de que debe ser cumplida por los ciudadanos, tambin el poder ejecutivo, legislativo y judicial resultan vinculados por sus disposiciones. El valor normativo de la CE se concreta no solo en su aplicabilidad directa, sino tambin en su propia eficacia derogatoria. Todas las disposiciones constitucionales tienen un claro contenido normativo que los poderes pblicos no pueden desconocer, aunque ello no significa que todas ellas tengan el mismo alcance. El valor normativo que tiene la Constitucin se predica, tambin, del deber de contribuir proclamado en el artculo 31 CE y alcanza de lleno a los principios especficos del ordenamiento financiero que dicho precepto constitucionaliza. Artculo 31. 1. Todos contribuirn al sostenimiento de los gastos pblicos de acuerdo con su capacidad econmica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningn caso, tendr alcance confiscatorio. 2. El gasto pblico realizar una asignacin equitativa de los recursos pblicos y su programacin y ejecucin respondern a los criterios de eficiencia y economa. 3. Slo podrn establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carcter pblico con arreglo a la Ley. El precepto constitucional sintetiza e incorpora a nuestro ordenamiento, con el mximo nivel normativo, principios tradicionales: capacidad econmica, generalidad, igualdad, progresividad, reserva de ley en ele establecimiento de tributos; al tiempo que plasma principios nuevos, como los de eficiencia economa en la programacin y ejecucin del gasto pblico. Tambin establece la CE principios de ordenacin material del gasto pblico. De la ubicacin de esos principios en un precepto constitucional procede su particular eficacia y valor normativo; irradindose sobre el resto del ordenamiento jurdico. Cualquier violacin de los referidos principios del art. 31 CE podr motivar la interposicin de un recurso o cuestin de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional contra las leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley. b) La importancia decisiva de las Sentencias del Tribunal Constitucional en el complejo de las fuentes del Derecho. Su relacin con el poder legislativo. El TC como interprete supremo de la CE, es independiente de los dems rganos constitucionales, ni tampoco se incardina en el poder judicial; solo esta sometido a la CE y a su propia Ley Orgnica (LO 2/79 de 3-10). Es funcin esencial de esta jurisdiccin garantizar la primaca de la CE. El TC ostenta el monopolio para la declaracin de inconstitucionalidad de las disposiciones con valor formal de Ley a travs de una doble va: 1- recurso directo de inconstitucionalidad, y 2- resolucin de las cuestiones de inconstitucionalidad Ahora bien, sus pronunciamientos deben ser tenidos en cuenta no solo por todos los jueces, sino tambin por el propio rganos lgislativo en ele momento de elaborar y aprobar las leyes, ya que los pronunciamientos sobre el alacnce d elos preceptos constitucionales constituyen interpretacin autentica. c) La eficacia jurdica de los principios constitucionales no queda limitada a su apreciacin por el Tribunal Constitucional. El papel de los Tribunales de Justicia. El monopolio jurisdiccional del TC solo alcanza a la declaracin de inconstitucionalidad de las Leyes (monopolio de rechazo), no a cualquier aplicacin de la Constitucin. De hecho, el art. 163 del texto constitucional obliga a los Jueces ordinarios a plantear ante el TC la posible inconstitucionalidad de una norma con rango de ley aplicable al caso que estn juzgando, y de cuya validez dependa el fallo, o, lo que es lo mismo, prohbe a dichos Tribunales formular una declaracin de inconstitucionalidad de una norma con rango de Ley. Ello no obstante, los Jueces ordinarios, cuando entiendan que concurre tal circunstancia, deben declarar la inconstitucionalidad de normas con rango inferior a ley, incluidos los Decretos Legislativos, siempre que no estn amparados por la Ley delegante. En el mismo sentido, el articulo 6 LOPJ dispone que los Jueces y Tribunales no aplicaran los Reglamentos o cualquier otra disposicin contrarios a la CE, a la Ley o al principio de jerarqua normativa. Tambin los Tribunales de Justicia ordinarios estn facultados para emitir un juicio de constitucionalidad positiva, cuando la Ley que deba aplicarse al caso haya sido tachada de inconstitucional y el Tribunal entienda que, por el contrario, se ajusta perfectamente a la norma suprema. Reflejado el valor esencial que tienen los principios constitucionales en el ordenamiento financiero, gracias su recepcin expresa en el art. 31 CE, no est de ms subrayar que el art. 31.1 CE conecta el citado deber de contribuir con el criterio de la capacidad econmica, y lo relaciona, a su vez, claramente, no con cualquier figura tributaria en particular sino con el conjunto del sistema tributario. Por ello, seguidamente, conviene analizar cada uno de ellos, distinguiendo entre principios materiales (principios que alertan sobre el contenido sustantivo que debe tener una determinada materia) y principios formales (que se limitan a establecer los cauces formales que debe seguir la regulacin de la materia en cuestin). De entre los principios materiales hay que prestar especial atencin a los principios de generalidad, igualdad, progresividad, no confiscatoriedad, capacidad econmica y eficiencia y economa en la programacin y ejecucin del gasto pblico. El principio formal por excelencia es el principio de reserva de ley.2. El principio de capacidad econmica.Al igual que ocurre con los dems principios constitucionales tributarios, el principio de capacidad econmica encuentra su formulacin en las primeras cartas constitucionales, convirtindose en el principio material de justicia en el mbito tributario. En el actual ordenamiento espaol, el articulo 31 CE dispone que todos contribuirn al sostenimiento de los gastos pblicos de acuerdo con su capacidad econmica. En el mbito de la legislacin ordinaria, tambin el articulo 3.1 LGT dispone que la ordenacin del sistema tributario se basa en la capacidad econmica de las personas obligadas a satisfacer los tributos Tradicionalmente dicho principio ha tenido una proyeccin exclusiva en el mbito tributario: slo podan establecerse tributos cuando se produca un acto, hecho o negocio jurdico indicativo de capacidad econmica, no pudiendo establecerse carga tributaria alguna que no respondiera a la existencia de tal capacidad econmica. El principio de capacidad econmica actuaba as como presupuesto y lmite para tributacin. De acuerdo con dicha concepcin, el legislador deba configurar los distintos hechos imponibles de los tributos de forma que todos ellos fueran manifestacin de una cierta capacidad econmica. El legislador estableca bien unos ndices directos (titularidad de un patrimonio o percepcin de una renta), bien unos ndices que, indirectamente, ponan de relieve la existencia de una capacidad econmica apta para soportar cargas tributarias, como ocurra con el consumo de bienes o la circulacin y el trafico de determinados bienes. Como presupuesto de la imposicin, el principio de capacidad econmica establecido por el art. 31.1 CE impide que el legislador establezca tributos (sea cual fuere la posicin que los mismos ocupen en el sistema tributario, de su naturaleza real o personal e incluso de su fin fiscal o extrafiscal), cuya materia u objeto imponible no constituya una manifestacin de riqueza real o potencial, esto es, no le autoriza a gravar riquezas meramente virtuales o ficticias y, en consecuencia, inexpresivas de capacidad econmica. En la tarea de concretar normativamente el principio de capacidad econmica, la doctrina contribuyo poderosamente a definir los hechos indicativos de capacidad econmica (generalmente, lo son la titularidad de un patrimonio, percepcin de una renta, consumo de bienes y trafico o circulacin de riqueza). Conscientes, por lo dems, de que la concrecin el principio de capacidad econmica no puede petrificarse en formulas rgidas que, de forma matemtica, sean, siempre y en todo caso, indicativas de capacidad econmica apta para soportar cargas tributarias. As, Giardina formulo el denominado principio de normalidad, segn el cual el legislador, cuando configura una determinada situacin como hecho imponible, est atendiendo a un supuesto que, normalmente, es indicativo de capacidad econmica. Lo cual no quiere decir que en todos los casos dicho supuesto sea realmente indicativo de tal capacidad econmica. Atendida la nota de generalidad predicable de la ley, el legislador no puede formular una casustica que atienda a los supuestos en que un mismo hecho es o no es indicativo de esa capacidad econmica. Esto es, podrn darse casos en que un hecho, configurado como hecho imponible, no sea indicativo de capacidad econmica. Berliri se preguntaba, por ejemplo, cual es la capacidad econmica de quien, agobiado por la necesidad, se ve obligado a vender su casa. Efectivamente en tal supuesto no existe capacidad econmica y, sin embargo, en todos los sistemas tributarios la venta de un inmueble est configurado como hecho imponible generador de deudas tributarias, tanto para el adquirente como para el transmitente. En aquellos casos en que un hecho aparezca configurado como hecho imponible y, sin embargo, no sea indicativo de capacidad econmica en ese supuesto concreto, la solucin deber venir por va de las exenciones o bonificaciones, no por va de exclusin a priori de la norma general. Lo que en ningn caso resultar admisible, segn se desprende de la doctrina del TC, es la inexistencia de capacidad econmica en un tributo; es decir, que se graven rentas o riquezas aparentes o inexistentes. Otro paradigma que contribuye a precisar mejor la labor del legislador en la tarea de configurar los hechos imponibles viene dado por la denominada exencin el mnimo vital, entendindose por tal la existencia de una cantidad que no puede ser objeto de gravamen, toda vez que la misma se encuentra afectada ala satisfaccin de las mnimas necesidades vitales de su titular. Ah se establecera, precisamente, la diferencia entre existencia de capacidad econmica, pero no de capacidad contributiva. Parece, pues, claro que la exigencia de capacidad econmica aparece referida y concebida como predicable de todo el sistema tributario. Ser ese ordenamiento, globalmente considerado, el que deber ser indicativo de capacidad econmica. En la configuracin de las singulares figuras tributarias que integran ese ordenamiento la capacidad econmica tambin estar presente, aunque de manera distinta y con intensidad diferente segn cada figura tributaria. En unos casos, de manera positiva, esto es, gravando manifestaciones que s son plenamente indicativas de capacidad econmica, como ocurre en el Impuesto sobre la Renta de las Sociedades o de Personas Fsicas. En otros casos, de manera negativa, esto es excluyendo la configuracin como hechos imponibles de ciertas manifestaciones que son contrarias al principio de capacidad econmica. Esta exigencia de que la capacidad econmica informe todo el sistema tributario es la que ha llevado a configurar un concepto de filiacin constitucional (el deber de contribuir) que se ha erigido en elemento esencial de la doctrina del Tribunal Constitucional. De acuerdo con ella, el deber de contribuir debe conectarse con el principio de capacidad econmica y lo relaciona, a su vez, claramente, no con cualquier figura tributaria en particular, sino con el conjunto del sistema tributario. El articulo 31.1 CE, en efecto, al obligar a todos al sostenimiento de los gastos pblicos, cie esta obligacin en unas fronteras precisas: l