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F bulas de Esopo á 1- “El águila, el cuervo y el pastor” anzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito. L La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse. Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños. Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y les dijo: - Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila. Moraleja : Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde. 2.- “El águila y el escarabajo” staba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara. E Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia. Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos. Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos. Moraleja : Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte. 3.- “El águila de ala cortada y la zorra” ierto día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas y la soltó en el corral junto con todas sus gallinas. Apenada, el águila, quien fuera poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin comer: se sentía como una reina encarcelada. C Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla. Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador. © edyd.com hoja 1/43

Fábulas de Esopo

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las fábulas del famoso escritor griego

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  • F bulas de Esopo1- El guila, el cuervo y el pastor

    anzndose desde una cima, un guila

    arrebat a un corderito. LLa vio un cuervo y tratando de imitar al

    guila, se lanz sobre un carnero, pero con tan

    mal conocimiento en el arte que sus garras se

    enredaron en la lana, y batiendo al mximo

    sus alas no logr soltarse.

    Viendo el pastor lo que suceda, cogi

    al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se

    lo llev a sus nios.

    Le preguntaron sus hijos acerca de que

    clase de ave era aquella, y les dijo:

    - Para m, slo es un cuervo; pero l, se

    cree guila.

    Moraleja: Pon tu esfuerzo y

    dedicacin en lo que realmente ests

    preparado, no en lo que no te corresponde.

    2.- El guila y el escarabajo

    staba una liebre siendo perseguida

    por un guila, y vindose perdida

    pidi ayuda a un escarabajo,

    suplicndole que le salvara.

    ELe pidi el escarabajo al guila que

    perdonara a su amiga. Pero el guila,

    despreciando la insignificancia del escarabajo,

    devor a la liebre en su presencia.

    Desde entonces, buscando vengarse, el

    escarabajo observaba los lugares donde el

    guila pona sus huevos, y hacindolos rodar,

    los tiraba a tierra. Vindose el guila echada

    del lugar a donde quiera que fuera, recurri a

    Zeus pidindole un lugar seguro para depositar

    sus futuros pequeuelos.

    Le ofreci Zeus colocarlos en su

    regazo, pero el escarabajo, viendo la tctica

    escapatoria, hizo una bolita de barro, vol y la

    dej caer sobre el regazo de Zeus. Se levant

    entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad,

    y tir por tierra los huevos sin darse cuenta.

    Por eso desde entonces, las guilas no ponen

    huevos en la poca en que salen a volar los

    escarabajos.

    Moraleja: Nunca desprecies lo que

    parece insignificante, pues no hay ser tan

    dbil que no pueda alcanzarte.

    3.- El guila de ala cortada y la zorra

    ierto da un hombre captur a un

    guila, le cort sus alas y la solt

    en el corral junto con todas sus

    gallinas. Apenada, el guila, quien fuera

    poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin

    comer: se senta como una reina encarcelada.

    CPas otro hombre que la vio, le gust y

    decidi comprarla. Le arranc las plumas

    cortadas y se las hizo crecer de nuevo.

    Repuesta el guila de sus alas, alz vuelo,

    apres a una liebre para llevrsela en

    agradecimiento a su liberador.

    edyd.com hoja 1/43

  • F bulas de EsopoLa vio una zorra y maliciosamente le

    mal aconsejaba dicindole:

    - No le lleves la liebre al que te liber,

    sino al que te captur; pues el que te liber ya

    es bueno sin ms estmulo. Procura ms bien

    ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo

    y te arranque completamente las alas.

    Moraleja: Siempre corresponde

    generosamente con tus bienhechores, y por

    prudencia mantente alejado de los malvados

    que insinan hacer lo incorrecto.

    4.- El guila y la zorra

    n guila y una zorra que eran muy

    amigas decidieron vivir juntas con

    la idea de que eso reforzara su

    amistad. Entonces el guila escogi un rbol

    muy elevado para poner all sus huevos,

    mientras que la zorra solt a sus hijos bajo

    unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo

    rbol.

    UUn da que la zorra sali a buscar su

    comida, el guila, que estaba hambrienta cay

    sobre las zarzas, se llev a los zorruelos, y

    entonces ella y sus cras se regocijaron con un

    banquete.

    Regres la zorra y ms le doli el no

    poder vengarse, que saber de la muerte de sus

    pequeos; Cmo podra ella, siendo un

    animal terrestre, sin poder volar, perseguir a

    uno que vuela? tuvo que conformarse con el

    usual consuelo de los dbiles e impotentes:

    maldecir desde lejos a su enemigo.

    Ms no pas mucho tiempo para que el

    guila recibiera el pago de su traicin contra la

    amistad. Se encontraban en el campo unos

    pastores sacrificando una cabra; cay el guila

    sobre ella y se llev una vscera que an

    conservaba fuego, colocndola en su nido.

    Vino un fuerte viento y transmiti el fuego a

    las pajas, ardiendo tambin sus pequeos

    aguichulos, que por pequeos an no saban

    volar, los cuales se vinieron al suelo. Corri

    entonces la zorra, y tranquilamente devor a

    todos los aguiluchos ante los ojos de su

    enemiga.

    Moraleja: Nunca traiciones la amistad

    sincera, pues si lo hicieras, tarde o temprano

    del cielo llegar el castigo.

    5.- El guila y la flecha

    staba asentada un guila en el pico

    de un peasco esperando por la

    llegada de las liebres. EMs la vio un cazador, y lanzndole

    una flecha le atraves su cuerpo.

    Viendo el guila entonces que la flecha

    estaba construida con plumas de su propia

    especie exclam:

    - Qu tristeza terminar mis das por

    causa de mis plumas!

    edyd.com hoja 2/43

  • F bulas de EsopoMoraleja: Ms profundo es nuestro

    dolor cuando nos vencen con nuestras propias

    armas.

    6.- El guila y los gallos

    os gallos rean por la preferencia

    de las gallinas; y al fin uno puso

    en fuga al otro. DResignadamente se retir el vencido a

    un matorral, ocultndose all. En cambio el

    vencedor orgulloso se subi a una tapia alta

    dndose a cantar con gran estruendo.

    Ms no tard un guila en caerle y

    raptarlo. Desde entonces el gallo que haba

    perdido la ria se quedo con todo el gallinero.

    Moraleja: A quien hace alarde de sus

    propios xitos, no tarda en aparecerle quien

    se los arrebate.

    7.- Las zorras a orillas del Ro

    Meandro

    e reunieron un da las zorras a orillas

    del ro Meandro con el fin de calmar

    su sed; pero el ro estaba muy

    turbulento, y aunque se estimulaban unas a

    otras, ninguna se atreva a ingresar al ro de

    primera.

    SAl fin una de ellas habl, y queriendo

    humillar a las dems, se burlaba de su

    cobarda presumiendo ser ella la ms valiente.

    As, salt al agua atrevida e imprudentemente.

    Pero la fuerte corriente la arrastr al centro del

    ro, y las compaeras, siguindola desde la

    orilla le gritaban:

    - No nos dejes hermana, vuelve y

    dinos cmo podremos beber agua sin peligro!

    Pero la imprudente, arrastrada sin

    remedio alguno, y tratando de ocultar su

    cercana muerte, contest:

    - Ahora llevo un mensaje para Mileto;

    cuando vuelva les ensear cmo.

    Moraleja: Por lo general, los

    fanfarrones siempre estn al alcance del

    peligro.

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  • F bulas de Esopo8.- La zorra a la que se le llen su

    vientre

    na zorra hambrienta encontr en

    el tronco de una encina unos

    pedazos de carne y de pan que

    unos pastores haban dejado escondidos en

    una cavidad. Y entrando en dicha cavidad, se

    los comi todos.

    UPero tanto comi y se le agrand tanto

    el vientre que no pudo salir. Empez a gemir y

    a lamentarse del problema en que haba cado.

    Por casualidad pas por all otra zorra,

    y oyendo sus quejidos se le acerc y le

    pregunt que le ocurra. Cuando se enter de

    lo acaecido, le dijo:

    - Pues qudate tranquila hermana

    hasta que vuelvas a tener la forma en que

    estabas, entonces de seguro podrs salir

    fcilmente sin problema!

    Moraleja: Con paciencia se resuelven

    muchas dificultades.

    9.- La zorra y el espino

    na zorra saltaba sobre unos

    montculos, y estuvo de pronto a

    punto de caerse. Y para evitar la

    cada, se agarr a un espino, pero sus pas le

    hirieron las patas, y sintiendo el dolor que

    ellas le producan, le dijo al espino:

    U- Acud a ti por tu ayuda, y ms bien

    me has herido!

    A lo que respondi el espino:

    - Tu tienes la culpa, amiga, por

    agarrarte a m, bien sabes lo bueno que soy

    para enganchar y herir a todo el mundo, y t

    no eres la excepcin!

    Moraleja: Nunca pidas ayuda al que

    acostumbra a hacer el dao.

    10.- La zorra y el leador

    na zorra estaba siendo perseguida

    por unos cazadores cuando lleg

    al sitio de un leador y le suplic

    que la escondiera. El hombre le aconsej que

    ingresara a su cabaa.

    UCasi de inmediato llegaron los

    cazadores, y le preguntaron al leador si haba

    visto a la zorra.

    El leador, con la voz les dijo que no,

    pero con su mano disimuladamente sealaba

    la cabaa donde se haba escondido.

    Los cazadores no comprendieron las

    seas de la mano y se confiaron nicamente en

    lo dicho con la palabra.

    La zorra al verlos marcharse, sali sin

    decir nada.

    Le reproch el leador por qu a pesar

    de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo

    que la zorra respondi:

    - Te hubiera dado las gracias si tus

    manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.

    edyd.com hoja 4/43

  • F bulas de EsopoMoraleja: No niegues con tus actos, lo

    que pregonas con tus palabras.

    11.- La zorra y la serpiente

    e encontraba una higuera a la orilla

    de un camino, y una zorra vio junto a

    ella una serpiente dormida. SEnvidiando aquel cuerpo tan largo, y

    pensando en que podra igualarlo, se ech la

    zorra a tierra al lado de la serpiente e intent

    estirarse cuanto pudo. Tanto esfuerzo hizo,

    hasta que al fin, por vanidosa, se revent.

    Moraleja: No imites a los ms

    grandes, si an no tienes las condiciones para

    hacerlo.

    12.- La zorra y los racimos de uvas

    staba una zorra con mucha

    hambre, y al ver colgando de una

    parra unos deliciosos racimos de

    uvas, quiso atraparlos con su boca.

    EMas no pudiendo alcanzarlos, se alej

    dicindose:

    - No importa, estaban verdes...!

    Moraleja: Nunca traslades la culpa a

    los dems de lo que no eres capaz de

    alcanzar.

    13.- La zorra y el cocodrilo

    iscutan un da la zorra y el cocodrilo

    sobre la nobleza de sus antepasados. D

    Por largo rato habl el cocodrilo acerca

    de la alcurnia de sus ancestros, y termin por

    decir que sus padres haban llegado a ser los

    guardianes del gimnasio.

    - No es necesario que me lo digas,

    replic la zorra; las cualidades de tu piel

    demuestran muy bien que desde hace muchos

    aos te dedicas a los ejercicios de gimnasia.

    Moraleja: Recuerda siempre que lo

    que bien se ve, no se puede ocultar con la

    mentira.

    14.- La zorra y la pantera

    isputaban otro da la zorra y la pantera

    acerca de su belleza. DLa pantera alababa muy especialmente los

    especiales pintados de su piel.

    Replic entonces la zorra diciendo:

    - Mucho ms hermosa me considero

    yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino

    ms bien por mi espritu!

    Moraleja: Las cualidades del espritu

    son preferibles a las del cuerpo.

    15.- La zorra y el mono coronado rey

    n una junta de animales, bail tan

    bonito el mono, que ganndose la

    simpata de los espectadores, fue

    elegido rey.

    ECelosa la zorra por no haber sido ella

    la elegida, vio un trozo de comida en un cepo

    edyd.com hoja 5/43

  • F bulas de Esopoy llev all al mono, dicindole que haba

    encontrado un tesoro digno de reyes, pero que

    en lugar de tomarlo para llevrselo a l, lo

    haba guardado para que fuera l

    personalmente quien lo cogiera, ya que era

    una prerrogativa real.

    El mono se acerc sin ms reflexin, y

    qued prensado en el cepo.

    Entonces la zorra, a quien el mono

    acusaba de tenderle aquella trampa, repuso:

    - Eres muy tonto, mono, y todava

    pretendes reinar entre todos los animales!

    Moraleja: Nunca te lances a una

    empresa, si antes no has reflexionado sobre

    sus posibles xitos o peligros.

    16.- La zorra y el perro

    enetr una zorra en un rebao de

    corderos, y arrimando a su pecho a

    un pequeo corderillo, fingi

    acariciarle.

    PLleg un perro de los que cuidaban el

    rebao y le pregunt:

    - Qu ests haciendo?

    - Le acaricio y juego con l, contest la

    zorra con cara de inocencia.

    - Pues sultalo enseguida, si no

    quieres conocer mis mejores caricias!

    Moraleja: Al que no est preparado lo

    delatan sus actos. Estudia y aprende con

    gusto y tendrs xito en tu vida.

    17.- La zorra y el mono disputando

    sobre su nobleza

    iajaban por esta tierra juntos una

    zorra y un mono, disputando a la

    vez cada uno sobre su nobleza. VMientras cada cual detallaba

    ampliamente sus ttulos, llegaron a cierto

    lugar. Volvi el mono su mirada hacia un

    cementerio y rompi a llorar. Pregunt la

    zorra que le ocurra, y el mono, mostrndoles

    unas tumbas le dijo:

    - Oh, cmo no voy a llorar cuando veo

    las lpidas funerarias de esos grandes hroes,

    mis antepasados!

    - Puedes mentir cuanto quieras,

    contest la zorra; pues ninguno de ellos se

    levantar para contradecirte!

    Moraleja: S siempre honesto en tu

    vida. Nunca sabrs si el vecino que te escucha

    sabe la verdad y corroborar o desmentir

    tus palabras.

    18.- La zorra y el chivo en el pozo

    ay una zorra en un profundo

    pozo, vindose obligada a quedar

    adentro por no poder alcanzar la

    orilla.

    CLleg ms tarde al mismo pozo un

    chivo sediento, y viendo a la zorra le pregunt

    si el agua era buena. Ella, ocultando su

    edyd.com hoja 6/43

  • F bulas de Esopoverdadero problema, se deshizo en elogios

    para el agua, afirmando que era excelente, e

    invit al chivo a descender y probarla donde

    ella estaba.

    Sin ms pensarlo salt el chivo al

    pozo, y despus de saciar su sed, le pregunt a

    la zorra cmo haran para salir all. Dijo

    entonces la zorra:

    - Hay un modo, que sin duda es nuestra

    mutua salvacin. Apoya tus patas delanteras

    contra la pared y alza bien arriba tus cuernos;

    luego yo subir por tu cuerpo y una vez

    afuera, tirar de ti.

    Le crey el chivo y as lo hizo con

    buen gusto, y la zorra trepando hbilmente por

    la espalda y los cuernos de su compaero,

    alcanz a salir del pozo, alejndose de la orilla

    al instante, sin cumplir con lo prometido.

    Cuando el chivo le reclam la

    violacin de su convenio, se volvi la zorra y

    le dijo:

    - Oye socio, si tuvieras tanta

    inteligencia como pelos en tu barba, no

    hubieras bajado sin pensar antes en cmo salir

    despus!

    Moraleja: Antes de comprometerte en

    algo, piensa primero si podras salir de

    aquello, sin tomar en cuenta lo que te

    ofrezcan tus vecinos.

    19.- La zorra con el rabo cortado

    na zorra a la cual un cepo le haba

    cortado la cola, estaba tan

    avergonzada, que consideraba su

    vida horrorosa y humillante, por lo cual

    decidi que la solucin sera aconsejar a las

    dems hermanas cortarse tambin la cola, para

    as disimular con la igualdad general, su

    defecto personal.

    UReuni entonces a todas sus

    compaeras, dicindoles que la cola no slo

    era un feo agregado, sino adems una carga

    sin razn.

    Pero una de ellas tom la palabra y

    dijo:

    - Oye hermana, si no fuera por tu

    conveniencia de ahora, nos daras en realidad

    este consejo?

    Moraleja: Cudate de los que dan

    consejo en busca de su propio beneficio, y no

    por hacer realmente un bien.

    20.- La zorra que nunca haba visto un

    len

    aba una zorra que nunca haba visto

    un len. HLa puso el destino un da delante de la real

    fiera. Y como era la primera vez que le vea,

    sinti un miedo espantoso y se alej tan rpido

    como pudo.

    edyd.com hoja 7/43

  • F bulas de EsopoAl encontrar al len por segunda vez,

    an sinti miedo, pero menos que antes, y lo

    observ con calma por un rato.

    En fin, al verlo por tercera vez, se

    envalenton lo suficiente hasta llegar a

    acercarse a l para entablar conversacin.

    Moraleja: En la medida que vayas

    conociendo algo, as le irs perdiendo el

    temor. Pero mantn siempre la distancia y

    prudencia adecuada.

    21.- La zorra y la careta vaca

    ntr un da una zorra en la casa de

    un actor, y despus de revisar sus

    utensilios, encontr entre muchas

    otras cosas una mscara artsticamente

    trabajada.

    ELa tom entre sus patas, la observ y

    se dijo:

    - Hermosa cabeza! Pero qu lstima

    que no tiene sesos.

    Moraleja: No te llenes de apariencias

    vacas. Llnate mejor siempre de buen juicio.

    22.- La zorra y el hombre labrador

    aba un hombre que odiaba a una

    zorra porque le ocasionaba

    algunos daos ocasionalmente. HDespus de mucho intentarlo, pudo al

    fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le at

    a la cola una mecha empapada en aceite y le

    prendi fuego.

    Pero un dios llev a la zorra a los

    campos que cultivaba aquel hombre.

    Era la poca en que ya se estaba listo

    para la recoleccin del producto y el labrador

    siguiendo a la raposa, contempl llorando,

    cmo al pasar ella por sus campos, se

    quemaba toda su produccin.

    Moraleja: Procura ser comprensivo e

    indulgente, pues siempre sucede que el mal

    que generamos, tarde o temprano se regresa

    en contra nuestra.

    23.- La zorra y el cangrejo del mar

    ueriendo mantener su vida solitaria,

    pero un poco diferente a la ya

    acostumbrada, sali un cangrejo del

    mar y se fue a vivir a la playa.

    QLo vio una zorra hambrienta, y como

    no encontraba nada mejor para comer, corri

    hacia l y lo captur.

    Entonces el cangrejo, ya listo para ser

    devorado exclam:

    - Merezco todo esto, porque siendo yo animal

    del mar, he querido comportarme como si

    fuera de la tierra!

    Moraleja: Si intentas entrar a terrenos

    desconocidos, toma primero las precauciones

    debidas, no vayas a ser derrotado por lo que

    no conoces.

    edyd.com hoja 8/43

  • F bulas de Esopo

    24.- La zorra y el cuervo hambriento

    n flaco y hambriento cuervo se

    pos en una higuera, y viendo que

    los higos an estaban verdes, se

    qued en el sitio a esperar a que maduraran.

    UVio una zorra al hambriento cuervo

    eternizado en la higuera, y le pregunt qu

    haca. Una vez que lo supo, le dijo:

    - Haces muy mal perdiendo el tiempo

    confiado a una lejana esperanza; la esperanza

    se llena de bellas ilusiones, mas no de comida.

    Moraleja: Si tienes una necesidad

    inmediata, de nada te servir pensar

    satisfacerla con cosas inalcanzables.

    25.- La zorra y el cuervo gritn

    n cuervo rob a unos pastores un

    pedazo de carne y se retir a un

    rbol. ULo vio una zorra, y deseando

    apoderarse de aquella carne empez a halagar

    al cuervo, elogiando sus elegantes

    proporciones y su gran belleza, agregando

    adems que no haba encontrado a nadie mejor

    dotado que l para ser el rey de las aves, pero

    que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz.

    El cuervo, para demostrarle a la zorra

    que no le faltaba la voz, solt la carne para

    lanzar con orgullo fuertes gritos.

    La zorra, sin perder tiempo,

    rpidamente cogi la carne y le dijo:

    - Amigo cuervo, si adems de vanidad

    tuvieras entendimiento, nada ms te faltara

    realmente para ser el rey de las aves.

    Moraleja: Cuando te adulen, es

    cuando con ms razn debes cuidar de tus

    bienes.

    26.- Las zorras, las guilas y las

    liebres

    ierto da las guilas se declararon en

    guerra contra las liebres. CFueron entonces stas a pedirle ayuda a las

    zorras. Pero ellas les contestaron:

    - Las hubiramos ayudado si no

    supiramos quienes son ustedes y si tampoco

    supiramos contra quienes luchan.

    Moraleja: Antes de decidir unirte a

    una campaa, mide primero la capacidad de

    los posibles adversarios.

    edyd.com hoja 9/43

  • F bulas de Esopo27.- La zorra y la liebre

    D ijo un da una liebre a una zorra:

    - Podras decirme si realmente es cierto que

    tienes muchas ganancias, y por qu te llaman

    la ganadora"?

    - Si quieres saberlo, contest la zorra,

    te invito a cenar conmigo.

    Acept la liebre y la sigui; pero al

    llegar a casa de doa zorra vio que no haba

    ms cena que la misma liebre. Entonces dijo la

    liebre:

    - Al fin comprendo para mi desgracia

    de donde viene tu nombre: no es de tus

    trabajos, sino de tus engaos!

    Moraleja: Nunca le pidas lecciones a

    los tramposos, pues t mismo sers el tema de

    la leccin.

    28.- La zorra y la leona

    eprochaba una zorra a una leona

    el hecho de que siempre slo

    pariese a un pequeuelo. Y le

    contest la leona:

    R- S, uno solo, tienes razn, pero un

    seor len!

    Moraleja: No midas el valor de las

    cosas por su cantidad, sino por su virtud.

    29.- La zorra y el len anciano

    n anciano len, incapaz ya de

    obtener por su propia fuerza la

    comida, decidi hacerlo usando la

    astucia. Para ello se dirigi a una cueva y se

    tendi en el suelo, gimiendo y fingiendo que

    estaba enfermo. De este modo, cuando los

    otros animales pasaban para visitarle, los

    atrapaba inmediatamente para su comida.

    UHaban llegado y perecido ya bastantes

    animales, cuando la zorra, adivinando cul era

    su ardid, se present tambin, y detenindose

    a prudente distancia de la caverna, pregunt al

    len cmo le iba con su salud.

    - Mal, contest el len, invitndole

    amablemente a entrar.

    - Claro que hubiera entrado, le dijo la

    zorra, si no viera que todas las huellas entran,

    pero no hay ninguna que llegara a salir.

    Moraleja: Siempre advierte a tiempo

    los indicios del peligro, y as evitars que te

    dae.

    30.- La zorra, el oso y el len

    abiendo encontrado un len y un

    oso al mismo tiempo a un

    cervatillo, se retaron en combate

    a ver cual de los dos se quedaba con la presa.

    HUna zorra que por all pasaba,

    vindolos extenuados por la lucha y con el

    cervatillo al medio, se apoder de ste y corri

    pasando tranquilamente entre ellos.

    edyd.com hoja 10/43

  • F bulas de EsopoY tanto el oso como el len, agotados y

    sin fuerzas para levantarse, murmuraron:

    - Desdichados nosotros!, Tanto

    esfuerzo y tanta lucha hicimos para que todo

    quedara para la zorra!

    Moraleja: Por empearnos en no

    querer compartir, podemos perderlo todo.

    31.- Las ranas y el pantano seco

    ivan dos ranas en un bello

    pantano, pero lleg el verano y se

    sec, por lo cual lo abandonaron

    para buscar otro con agua. Hallaron en su

    camino un profundo pozo repleto de agua, y al

    verlo, dijo una rana a la otra:

    V- Amiga, bajemos las dos a este pozo.

    - Pero, y si tambin se secara el agua

    de este pozo, repuso la compaera, Cmo

    crees que subiremos entonces?

    Moraleja: Al tratar de emprender una

    accin, analiza primero las consecuencias de

    ella.

    32.- La rana del pantano y la del

    camino

    iva una rana felizmente en un

    pantano profundo, alejado del

    camino, mientras su vecina viva

    muy orgullosa en una charca al centro del

    camino.

    V

    La del pantano le insista a su amiga

    que se fuera a vivir al lado de ella, alejada del

    camino; que all estara mejor y ms segura.

    Pero no se dej convencer, diciendo

    que le era muy difcil abandonar una morada

    donde ya estaba establecida y satisfecha.

    Y sucedi que un da pas por el

    camino, sobre la charca, un carretn, y aplast

    a la pobre rana que no quiso aceptar el

    mudarse.

    Moraleja: Si tienes la oportunidad de

    mejorar tu posicin, no la rechaces.

    33.- Las ranas pidiendo rey

    ansadas las ranas del propio

    desorden y anarqua en que

    vivan, mandaron una delegacin

    a Zeus para que les enviara un rey.

    CZeus, atendiendo su peticin, les envi

    un grueso leo a su charca.

    Espantadas las ranas por el ruido que

    hizo el leo al caer, se escondieron donde

    mejor pudieron. Por fin, viendo que el leo no

    se mova ms, fueron saliendo a la superficie y

    dada la quietud que predominaba, empezaron

    a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey,

    que brincaban sobre l y se le sentaban

    encima, burlndose sin descanso.

    Y as, sintindose humilladas por tener

    de monarca a un simple madero, volvieron

    donde Zeus, pidindole que les cambiara al

    rey, pues ste era demasiado tranquilo.

    edyd.com hoja 11/43

  • F bulas de EsopoIndignado Zeus, les mand una activa

    serpiente de agua que, una a una, las atrap y

    devor a todas sin compasin.

    Moraleja: A la hora de elegir los

    gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo

    y honesto, en vez de a uno muy emprendedor

    pero malvado o corrupto.

    34.- La rana que deca ser mdico y la

    zorra

    ritaba un da una rana desde su

    pantano a los dems animales: G- Soy mdico y conozco muy bien todos los

    remedios para todos los males!

    La oy una zorra y le reclam:

    - Cmo te atreves a anunciar ayudar a

    los dems, cuando t misma cojeas y no te

    sabes curar?

    Moraleja: Nunca proclames ser lo que

    no puedes demostrar con el ejemplo.

    35.- La rana gritona y el len

    y una vez un len el croar de

    una rana, y se volvi hacia donde

    vena el sonido, pensando que era

    de algn animal muy importante.

    OEsper y observ con atencin un

    tiempo, y cuando vio a la rana que sala del

    pantano, se le acerc y la aplast diciendo:

    - T, tan pequea y lanzando esos

    tremendos gritos!

    Moraleja: Quien mucho habla, poco es

    lo que dice.

    36.- El len y el boyero

    n boyero que apacentaba un hato

    de bueyes perdi un ternero. Lo

    busc, recorriendo los alrededores

    sin encontrarlo. Entonces prometi a Zeus

    sacrificarle un cabrito si descubra quien se lo

    haba robado.

    UEntr de inmediato al bosque y vio a

    un len comindose al ternero. Levant

    aterrado las manos al cielo gritando:

    - Oh grandioso Zeus, antes te promet

    inmolarte un cabrito si encontraba al ladrn;

    pero ahora te prometo sacrificar un toro si

    consigo no caer en las garras del ladrn!

    Moraleja: Cuando busques una

    solucin, ten presente que al encontrarla, sta

    a su vez puede convertirse en el siguiente

    problema.

    37.- El len y los tres bueyes

    P astaban juntos siempre tres bueyes.

    Un len quera devorarlos, pero el estar juntos

    los tres bueyes le impeda hacerlo, pues el

    luchar contra los tres a la vez lo pona en

    desventaja.

    Entonces con astucia recurri a

    enojarlos entre s con prfidas patraas,

    separndolos a unos de los otros.

    edyd.com hoja 12/43

  • F bulas de EsopoY as, al no estar ya unidos, los devor

    tranquilamente, uno a uno.

    Moraleja: Si permites que deshagan tu

    unidad con los tuyos, ms fcil ser que te

    daen.

    38.- El len y el mosquito luchador

    n mosquito se acerc a un len y le

    dijo: U- No te temo, y adems, no eres ms fuerte que

    yo. Si crees lo contrario, demustramelo. Que

    araas con tus garras y muerdes con tus

    dientes? Eso tambin lo hace una mujer

    defendindose de un ladrn! Yo soy ms

    fuerte que t, y si quieres, ahora mismo te

    desafo a combate.

    Y haciendo sonar su zumbido, cay el

    mosquito sobre el len, picndole

    repetidamente alrededor de la nariz, donde no

    tiene pelo.

    El len empez a araarse con sus

    propias garras, hasta que renunci al combate.

    El mosquito victorioso hizo sonar de nuevo su

    zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegra,

    fue a enredarse en una tela de araa.

    Al tiempo que era devorado por la

    araa, se lamentaba de que l, que luchaba

    contra los ms poderosos vencindolos, fuese

    a perecer a manos de un insignificante animal,

    la araa.

    Moraleja: No importa que tan grandes

    sean los xitos en tu vida, cuida siempre que

    la dicha por haber obtenido uno de ellos, no

    lo arruine todo.

    39.- El buen rey len

    aba un len que no era enojoso,

    ni cruel, ni violento, sino tratable

    y justo como una buena criatura,

    que lleg a ser el rey.

    HBajo su reinado se celebr una reunin

    general de los animales para disculparse y

    recibir mutua satisfaccin: el lobo dio la paz

    al cordero, la pantera al camello, el tigre al

    ciervo, la zorra a la liebre, etc.

    La tmida liebre dijo entonces:

    - He anhelado ardorosamente ver llegar

    este da, a fin de que los dbiles seamos

    respetados con justicia por los ms fuertes.

    E inmediatamente corri lo mejor que

    pudo.

    Moraleja: Cuando en un Estado se

    practica la justicia, los humildes pueden vivir

    tranquilos..., pero no deben atenerse.

    40.- El len apresado por el labrador

    ntr un len en la cuadra de un

    labrador, y ste, queriendo

    cogerlo, cerr la puerta. El len, al

    ver que no poda salir, empez a devorar

    primero a los carneros, y luego a los bueyes.

    E edyd.com hoja 13/43

  • F bulas de EsopoEntonces el labrador, temiendo por su propia

    vida, abri la puerta.

    Se fue el len, y la esposa del labrador,

    al orlo quejarse le dijo:

    - Tienes lo que buscaste, pues por qu

    has tratado de encerrar a una fiera que ms

    bien debas de mantener alejada?

    Moraleja: Si te metes a competir con

    los ms poderosos, preprate antes muy bien.

    De lo contrario saldrs malherido de la

    contienda.

    41.- El len enamorado de la hija del

    labrador

    e haba enamorado un len de la hija

    de un labrador y la pidi en

    matrimonio. SY no poda el labrador decidirse a dar

    su hija a tan feroz animal, ni negrsela por el

    temor que le inspiraba. Entonces ide lo

    siguiente: como el len no dejaba de insistirle,

    le dijo que le pareca digno para ser esposo de

    su hija, pero que al menos debera cumplir con

    la siguiente condicin:

    Que se arrancara los dientes y se

    cortara sus uas, porque eso era lo que

    atemorizaba a su hija.

    El len acept los sacrificios porque en

    verdad la amaba.

    Una vez que el len cumpli lo

    solicitado, cuando volvi a presentarse ya sin

    sus poderes, el labrador lleno de desprecio por

    l, lo despidi sin piedad a golpes.

    Moraleja: Nunca te fes demasiado

    como para despojarte de tus propias defensas,

    pues fcilmente sers vencido por los que

    antes te respetaban.

    42.- El len, la zorra y el ciervo

    abindose enfermado el len, se

    tumb en una cueva, dicindole

    a la zorra, a la que estimaba

    mucho y con quien tena muy buena amistad:

    H- Si quieres ayudarme a curarme y que

    siga vivo, seduce con tu astucia al ciervo y

    trelo ac, pues estoy antojado de sus carnes.

    Sali la zorra a cumplir el cometido, y

    encontr al ciervo saltando feliz en la selva.

    Se le acerc saludndole amablemente y le

    dijo:

    - Vengo a darte una excelente noticia.

    Como sabes, el len, nuestro rey, es mi

    vecino; pero resulta que ha enfermado y est

    muy grave. Me preguntaba qu animal podra

    sustituirlo como rey despus de su muerte.

    Y me comentaba: el jabal no, pues no

    es muy inteligente; el oso es muy torpe; la

    pantera muy temperamental; el tigre es un

    fanfarrn; creo que el ciervo es el ms digno

    de reinar, pues es esbelto, de larga vida, y

    temido por las serpientes por sus cuernos.

    Pero para qu te cuento ms, est decidido que

    edyd.com hoja 14/43

  • F bulas de Esoposers el rey.

    Y que me dars por habrtelo

    anunciado de primero? Contstame, que tengo

    prisa y temo que me llame, pues yo soy su

    consejero. Pero si quieres or a un

    experimentado, te aconsejo que me sigas y

    acompaes fielmente al len hasta su muerte.

    Termin de hablar la zorra, y el ciervo,

    lleno de vanidad con aquellas palabras,

    camin decidido a la cueva sin sospechar lo

    que ocurrira.

    Al verlo, el len se le abalanz, pero

    slo logr rasparle las orejas. El ciervo,

    asustado, huy velozmente hacia el bosque.

    La zorra se golpeaba sus patas al ver

    perdida su partida. Y el len lanzaba fuertes

    gritos, estimulado por su hambre y la pena.

    Suplic a la zorra que lo intentara de nuevo. Y

    dijo la zorra:

    - Es algo penoso y difcil, pero lo

    intentar.

    Sali de la cueva y sigui las huellas

    del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus

    fuerzas.

    Vindola el ciervo, encolerizado y listo

    para atacarla, le dijo:

    Zorra miserable, no vengas a

    engaarme! Si das un paso ms, cuntate

    como muerta! Busca a otros que no sepan de

    ti, hblales bonito y sbeles los humos

    prometindoles el trono, pero ya no ms a m.

    Mas la astuta zorra le replic:

    - Pero seor ciervo, no seas tan flojo y

    cobarde. No desconfes de nosotros que somos

    tus amigos. El len, al tomar tu oreja, slo

    quera decirte en secreto sus consejos e

    instrucciones de cmo gobernar, y t ni

    siquiera tienes paciencia para un simple

    araazo de un viejo enfermo. Ahora est

    furioso contra ti y est pensando en hacer rey

    al intrpido lobo. !Pobre!, Todo lo que sufre

    por ser el amo! Ven conmigo, que nada tienes

    que temer, pero eso s, s humilde como un

    cordero. Te juro por toda esta selva que no

    debes temer nada del len. Y en cuanto a m,

    slo pretendo servirte.

    Y engaado de nuevo, sali el ciervo

    hacia la cueva. No haba ms que entrado,

    cuando ya el len vio plenamente saciado su

    antojo, procurando no dejar ni recuerdo del

    ciervo. Sin embargo cay el corazn al suelo,

    y lo tom la zorra a escondidas, como pago a

    sus gestiones. Y el len buscando el faltante

    corazn pregunt a la zorra por l. Le contest

    la zorra:

    - Ese ciervo ingenuo no tena corazn,

    ni lo busques. Qu clase de corazn podra

    tener un ciervo que vino dos veces a la casa y

    a las garras del len?

    Moraleja: Nunca permitas que el

    ansia de honores perturbe tu buen juicio, para

    que no seas atrapado por el peligro.

    edyd.com hoja 15/43

  • F bulas de Esopo

    43.- El len y la liebre

    orprendi un len a una liebre que

    dorma tranquilamente. Pero cuando

    estaba a punto de devorarla, vio

    pasar a un ciervo. Dej entonces a la liebre por

    perseguir al ciervo.

    SDespert la liebre ante los ruidos de la

    persecucin, y no esperando ms, emprendi

    su huda.

    Mientras tanto el len, que no pudo dar

    alcance al ciervo, ya cansado, regres a tomar

    la liebre y se encontr con que tambin haba

    buscado su camino a salvo.

    Entonces se dijo el len:

    - Bien me lo merezco, pues teniendo

    ya una presa en mis manos, la dej para ir tras

    la esperanza de obtener una mayor.

    Moraleja: Si tienes en tus manos un

    pequeo beneficio, cuando busques uno

    mayor, no abandones el pequeo que ya

    tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus

    manos el mayor.

    44.- El len y el jabal

    urante el verano, cuando con el

    calor aumenta la sed, acudieron a

    beber a una misma fuente un len

    y un jabal.

    D

    Discutieron sobre quien debera sera

    el primero en beber, y de la discusin pasaron

    a una feroz lucha a muerte.

    Pero, en un momento de descanso,

    vieron una nube de aves rapaces en espera de

    algn vencido para devorarlo.

    Entonces, recapacitando, se dijeron:

    - Ms vale que seamos amigos y no

    pasto de los buitres y cuervos!

    Moraleja: Las luchas intiles slo

    sirven para enriquecer y alimentar a sus

    espectadores.

    45.- El len y el delfn

    aseaba un len por una playa y vio

    a un delfn asomar su cabeza fuera

    del agua. Le propuso entonces una

    alianza:

    P- Nos conviene unirnos a ambos,

    siendo t el rey de los animales del mar y yo

    el de los terrestres, le dijo.

    Acept gustoso el delfn. Y el len,

    quien desde haca tiempo se hallaba en guerra

    contra un loro salvaje, llam al delfn a que le

    ayudara. Intent el delfn salir del agua, mas

    no lo consigui, por lo que el len lo acus de

    traidor.

    - No soy yo el culpable ni a quien

    debes acusar, sino a la naturaleza, respondi el

    delfn, porque ella es quien me hizo acutico y

    no me permite pasar a la tierra!

    edyd.com hoja 16/43

  • F bulas de EsopoMoraleja: Cuando busques alianzas,

    fjate que tus aliados estn en verdad

    capacitados de unirte a ti en lo pactado.

    46.- El len, la zorra y el lobo

    ansado y viejo el rey len, se

    qued enfermo en su cueva, y los

    dems animales, excepto la zorra,

    lo fueron a visitar.

    CAprovechando la ocasin de la visita,

    acus el lobo a la zorra expresando lo

    siguiente:

    - Ella no tiene por nuestra alteza

    ningn respeto, y por eso ni siquiera se ha

    acercado a saludar o preguntar por su salud.

    En ese preciso instante lleg la zorra,

    justo a tiempo para or lo dicho por el lobo.

    Entonces el len, furioso al verla, lanz un

    feroz grito contra la zorra; pero ella, pidi la

    palabra para justificarse, y dijo:

    - Dime, de entre todas las visitas que

    aqu tenis, quin te ha dado tan especial

    servicio como el que he hecho yo, que busqu

    por todas partes mdicos que con su sabidura

    te recetaran un remedio ideal para curarte,

    encontrndolo por fin?

    - Y cul es ese remedio?, dmelo

    inmediatamente. Orden el len.

    - Debes sacrificar a un lobo y ponerte

    su piel como abrigo, respondi la zorra.

    Inmediatamente el lobo fue condenado

    a muerte, y la zorra, rindose exclam:

    - Al patrn no hay que llevarlo hacia el

    rencor, sino hacia la benevolencia.

    Moraleja: Quien tiende trampas para

    los inocentes, es el primero en caer en ellas.

    47.- El len y el asno

    e juntaron el len y el asno para

    cazar animales salvajes. El len

    utilizaba su fuerza y el asno las

    coces de sus patas. Una vez que acumularon

    cierto nmero de piezas, el len las dividi en

    tres partes y le dijo al asno:

    S- La primera me pertenece por ser el

    rey; la segunda tambin es ma por ser tu

    socio, y sobre la tercera, mejor te vas largando

    si no quieres que te vaya como a las presas.

    Moraleja: Para que no te pase las del

    asno, cuando te asocies, hazlo con socios de

    igual poder que t, no con otros

    todopoderosos.

    48.- El len y el asno presuntuoso

    e nuevo se hicieron amigos el

    ingenuo asno y el len para salir

    de caza. Llegaron a una cueva

    donde se refugiaban unas cabras monteses, y

    el len se qued a guardar la salida, mientras

    el asno ingresaba a la cueva coceando y

    rebuznando, para hacer salir a las cabras.

    D edyd.com hoja 17/43

  • F bulas de EsopoUna vez terminada la accin, sali el

    asno de la cueva y le pregunt si no le haba

    parecido excelente su actuacin al haber

    luchado con tanta bravura para expulsar a las

    cabras.

    - Oh s, soberbia, repuso el len, que

    hasta yo mismo me hubiera asustado si no

    supiera de quien se trataba!

    Moraleja: Si te alabas a ti mismo,

    sers simplemente objeto de la burla, sobre

    todo de los que mejor te conocen.

    49.- El len y el ratn

    orma tranquilamente un len,

    cuando un ratn empez a

    juguetear encima de su cuerpo.

    Despert el len y rpidamente atrap al

    ratn; y a punto de ser devorado, le pidi ste

    que le perdonara, prometindole pagarle

    cumplidamente llegado el momento oportuno.

    El len ech a rer y lo dej marchar.

    DPocos das despus unos cazadores

    apresaron al rey de la selva y le ataron con una

    cuerda a un frondoso rbol. Pas por ah el

    ratoncillo, quien al or los lamentos del len,

    corri al lugar y roy la cuerda, dejndolo

    libre.

    - Das atrs, le dijo, te burlaste de m

    pensando que nada podra hacer por ti en

    agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que

    los pequeos ratones somos agradecidos y

    cumplidos.

    Moraleja: Nunca desprecies las promesas de

    los pequeos honestos. Cuando llegue el

    momento las cumplirn.

    edyd.com hoja 18/43

  • F bulas de Esopo50.- El len, la zorra y el asno

    l len, la zorra y el asno se asociaron

    para ir de caza. ECuando ya tuvieron bastante, dijo el len al

    asno que repartiera entre los tres el botn. Hizo

    el asno tres partes iguales y le pidi al len

    que escogiera la suya. Indignado por haber

    hecho las tres partes iguales, salt sobre l y lo

    devor.

    Entonces pidi a la zorra que fuera ella

    quien repartiera.

    La zorra hizo un montn de casi todo,

    dejando en el otro grupo slo unas piltrafas.

    Llam al len para que escogiera de nuevo.

    Al ver aquello, le pregunt el len que

    quien le haba enseado a repartir tan bien.

    - Pues el asno, seor!

    Moraleja: Siempre es bueno no

    despreciar el error ajeno y ms bien aprender

    de l.

    51.- El len, Prometeo y el elefante

    o dejaba un len de quejarse ante

    Prometeo. N- T me hiciste bien fuerte y hermoso, dotado

    de mandbulas con buenos colmillos y

    poderosas garras en las patas, y soy el ms

    dominante de los animales. Sin embargo le

    tengo un gran temor al gallo.

    - Por qu me acusas tan a la ligera? No ests

    satisfecho con todas las ventajas fsicas que te

    he dado? Lo que flaquea es tu espritu.

    Replic Prometeo.

    Sigui el len deplorando su situacin,

    juzgndose de pusilnime. Decidi entonces

    poner fin a su vida.

    Se encontraba en esta situacin cuando

    lleg el elefante, se saludaron y comenzaron a

    charlar. Observ el len que el elefante mova

    constantemente sus orejas, por lo que le

    pregunt la causa.

    - Ves ese minsculo insecto que

    zumba a mi alrededor?, respondi el elefante,

    pues si logra ingresar dentro de mi odo, estoy

    perdido.

    Entonces se dijo el len: No sera

    insensato dejarme morir, siendo yo mucho

    ms fuerte y poderoso que el elefante, as

    como mucho ms fuerte y poderoso es el gallo

    con el mosquito?

    Moraleja: Muchas veces, muy

    pequeas molestias nos hacen olvidar las

    grandezas que poseemos.

    52.- El len y el toro

    ensando el len como capturar un

    toro muy corpulento, decidi

    utilizar la astucia. Le dijo al toro

    que haba sacrificado un carnero y que lo

    invitaba a compartirlo. Su plan era atacarlo

    cuando se hubiera echado junto a la mesa.

    P edyd.com hoja 19/43

  • F bulas de EsopoLleg al sitio el toro, pero viendo slo

    grandes fuentes y asadores, y ni asomo de

    carnero, se larg sin decir una palabra.

    Le reclam el len que por qu se

    marchaba as, pues nada le haba hecho.

    - S que hay motivo, respondi el toro,

    pues todos los preparativos que has hecho no

    son para el cuerpo de un carnero, sino para el

    de un toro.

    Moraleja: Observa y analiza siempre

    con cuidado t alrededor, y as estars mejor

    protegido de los peligros.

    53.- El len y el ciervo

    staba un len muy furioso, rugiendo y

    gritando sin ninguna razn. ELo vio un ciervo a prudente distancia y

    exclam:

    - Desdichados de nosotros, los dems

    animales del bosque, si cuando el len estaba

    sosegado nos era tan insoportable!, De que

    no ser capaz estando en la forma que est

    ahora?

    Moraleja: Cuidmonos de no dar

    nunca poder a los irascibles y dainos, pues

    si ya sin motivo nos daan, ms lo harn si

    por cualquier causa se sienten inconformes.

    54.- El len, la zorra y el ratn

    orma tranquilamente un len,

    cuando un ratoncillo se puso a

    correr sobre su cuerpo. DSe despert el len, y se movi en

    todas direcciones buscando a ver quien era el

    intruso que le molestaba.

    Lo observaba una zorra, y le critic por

    creer que tena miedo de un simple ratoncillo,

    siendo l todo un seor len.

    - No es miedo del ratoncillo, dijo el

    len, sino que me sorprendi que hubiera un

    animal que tuviera el valor de pisotear el

    cuerpo de un len dormido.

    Moraleja: Nunca dejes de cuidarte ni

    an de las ms pequeas cosas, por nfimas

    que sean.

    55.- Los lobos y los perros alistndose a

    luchar

    e alistaban los lobos y los perros a

    luchar. Eligieron los perros como

    general a un perro griego. Pero ste

    pareca no tener prisa en iniciar la batalla y

    por ello le reclamaron.

    SSaben, contest, por qu doy tiempo?

    Porque antes de actuar siempre es bueno

    deliberar. Los lobos todos son de la misma

    raza, talla y color, pero nosotros somos de

    costumbres muy diferentes, y procedemos de

    diversas regiones de las cuales cada uno

    estamos orgullosos. Nuestros uniformes no

    edyd.com hoja 20/43

  • F bulas de Esoposon parejos como los de ellos, tenemos rubios,

    negros, blancos y cenicientos. Cmo voy a

    empezar una guerra con soldados tan

    disparejos? Primero debo idear cmo nivelar a

    mi gente.

    Moraleja: Cuando de asociarse se

    trata, entre ms equilibrada sea la unidad de

    voluntad y de pensamiento entre los

    miembros, mayor garanta habr de xito.

    56.- Los lobos reconcilindose con los

    perros

    lamaron los lobos a los perros y les

    dijeron: L- Oigan, siendo ustedes y nosotros tan

    semejantes, Por qu no nos entendemos

    como hermanos, en vez de pelearnos? Lo

    nico que tenemos diferente es cmo vivimos.

    Nosotros somos libres; en cambio ustedes

    sumisos y sometidos en todo a los hombres:

    aguantan sus golpes, soportan los collares y

    les guardan los rebaos. Cuando sus amos

    comen, a ustedes slo les dejan los huesos.

    Les proponemos lo siguiente: dennos los

    rebaos y los pondremos en comn para

    hartarnos.

    Creyeron los perros las palabras de los

    lobos traicionando a sus amos, y los lobos,

    ingresando en los corrales, lo primero que

    hicieron fue matar a los perros.

    Moraleja: Nunca des la espalda o

    traiciones a quien verdaderamente te brinda

    ayuda y confa en ti.

    57.- Los lobos y los carneros

    ntentaban los lobos sorprender a un

    rebao de carneros. Pero gracias a los

    perros guardianes, no podan

    conseguirlo. Entonces decidieron emplear su

    astucia. Enviaron unos delegados a los

    carneros para pedirles que les entregaran a sus

    perros dicindoles:

    I- Los perros son los causantes de que

    haya enemistad entre ustedes y nosotros. Slo

    tienen que entregrnoslos y la paz reinar

    entre nosotros.

    Y los ingenuos carneros, sin sospechar

    lo que sucedera, les entregaron los perros, y

    los lobos, ya libres de los perros, se

    apoderaron sin problemas del rebao.

    Moraleja: Nunca les entregues a los

    enemigos, a los que te dan el apoyo y

    proteccin.

    58.- Los lobos, los carneros y el carnero

    padre

    nviaron los lobos una

    representacin a un rebao de

    carneros, prometindoles hacer

    una paz permanente si les entregaban a los

    perros. Los carneros aceptaron hacerlo,

    E edyd.com hoja 21/43

  • F bulas de Esopoexceptuando a un viejo carnero padre que les

    reclam a los lobos:

    - Cmo les voy a creer y vivir con

    ustedes, si ahora mismo, an con el cuidado de

    los perros no puedo pacer con tranquilidad?

    Moraleja: Nunca te desprendas de lo

    que es primordial para tu propia seguridad.

    59.- El lobo orgulloso de su sombra y el

    len

    agaba cierto da un lobo por

    lugares solitarios, a la hora en que

    el sol se pona en el horizonte. Y

    viendo su sombra bellamente alargada

    exclam:

    V- Cmo me va a asustar el len con

    semejante talla que tengo? Con treinta metros

    de largo, bien fcil me ser convertirme en rey

    de los animales!

    Y mientras soaba con su orgullo, un

    poderoso len le cay encima y empez a

    devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de

    opinin se dijo:

    - La presuncin es causa de mi

    desgracia.

    Moraleja: Nunca valores tus virtudes

    por la apariencia con que las ven tus ojos,

    pues fcilmente te engaars.

    60.- El lobo y el cordero en el arroyo

    iraba un lobo a un cordero que

    beba en un arroyo, e imagin

    un simple pretexto a fin de

    devorarlo. As, an estando l ms arriba en el

    curso del arroyo, le acus de enturbiarle el

    agua, impidindole beber. Y le respondi el

    cordero:

    M- Pero si slo bebo con la punta de los

    labios, y adems estoy ms abajo y por eso no

    te puedo enturbiar el agua que tienes all

    arriba.

    Vindose el lobo burlado, insisti:

    - El ao pasado injuriaste a mis padres.

    - Pero en ese entonces ni siquiera

    haba nacido yo!, contest el cordero.

    Dijo entonces el lobo:

    - Ya veo que te justificas muy bien,

    mas no por eso te dejar ir, y siempre sers mi

    cena.

    Moraleja: Para quien hacer el mal es

    su profesin, de nada valen argumentos para

    no hacerlo. No te acerques nunca donde los

    malvados.

    61.- El lobo y el cordero en el templo

    ndose cuenta de que era

    perseguido por un lobo, un

    pequeo corderito decidi

    refugiarse en un templo cercano.

    DLo llam el lobo y le dijo que si el

    sacrificador lo encontraba all dentro, lo

    inmolara a su dios.

    edyd.com hoja 22/43

  • F bulas de Esopo- Mejor as!, replic el cordero,

    prefiero ser vctima para un dios a tener que

    perecer en tus colmillos.

    Moraleja: Si irremediablemente vamos

    a ser sacrificados, ms nos vale que sea con

    el mayor honor.

    62.- El lobo y la cabra

    ncontr un lobo a una cabra que

    pastaba a la orilla de un precipicio.

    Como no poda llegar a donde

    estaba ella le dijo:

    E- Oye amiga, mejor baja pues ah te

    puedes caer. Adems, mira este prado donde

    estoy yo, est bien verde y crecido.

    Pero la cabra le dijo:

    - Bien s que no me invitas a comer a

    m, sino a ti mismo, siendo yo tu plato.

    Moraleja: Conoce siempre a los

    malvados, para que no te atrapen con sus

    engaos.

    63.- El lobo, la nana y el nio

    e hallaba hambriento un lobo, y

    vagaba en busca de su comida. Lleg

    a una choza y oy a un nio que

    lloraba y a su nana que le deca:

    S- No llores, mi nio, porque te llevo

    donde el lobo.

    Creyendo el lobo aquellas palabras, se

    quedo esperando por mucho tiempo. Y llegada

    la noche, la nana, cuando arrullaba al nio le

    cantaba:

    - Si viene el lobo, lo mataremos.

    Al or el lobo las nuevas palabras,

    sigui su camino meditando:

    - En esta casa dicen primero una cosa,

    y despus quieren hacer otra muy diferente.

    Moraleja: Ms importante que las

    palabras, son los actos de amor verdadero.

    64.- El lobo y la grulla

    un lobo que coma un hueso, se

    le atragant el hueso en la

    garganta, y corra por todas partes

    en busca de auxilio.

    AEncontr en su correr a una grulla y le

    pidi que le salvara de aquella situacin, y que

    enseguida le pagara por ello. Acept la grulla

    e introdujo su cabeza en la boca del lobo,

    sacando de la garganta el hueso atravesado.

    Pidi entonces la cancelacin de la paga

    convenida.

    edyd.com hoja 23/43

  • F bulas de Esopo- Oye amiga, dijo el lobo, No crees

    que es suficiente paga con haber sacado tu

    cabeza sana y salva de mi boca?

    Moraleja: Nunca hagas favores a

    malvados, traficantes o corruptos, pues

    mucha paga tendras si te dejan sano y salvo.

    65.- El lobo y el caballo

    asaba un lobo por un sembrado de

    cebada, pero como no era comida

    de su gusto, la dej y sigui su

    camino. Encontr al rato a un caballo y le

    llev al campo, comentndole la gran cantidad

    de cebada que haba hallado, pero que en vez

    de comrsela l, mejor se la haba dejado

    porque le agradaba ms or el ruido de sus

    dientes al masticarla. Pero el caballo le repuso:

    P

    - Amigo, si los lobos comieran

    cebada, no hubieras preferido complacer a tus

    odos sino a tu estmago!

    Moraleja: A todo malvado, aunque

    parezca actuar como bueno, no debe de

    crersele.

    66.- El lobo y el asno

    n lobo fue elegido rey entre sus

    congneres y decret una ley

    ordenando que lo que cada uno

    capturase en la caza, lo pusiera en comn y lo

    repartiese por partes iguales entre todos; de

    U

    esta manera ya no tendran los lobos que

    devorarse unos a otros en pocas de hambre.

    Pero en eso lo escuch un asno que

    estaba por ah cerca, y moviendo sus orejas le

    dijo:

    - Magnfica idea ha brotado de tu

    corazn, pero Por qu has escondido todo tu

    botn en tu cueva? Llvalo a tu comunidad y

    reprtelo tambin, como lo has decretado.

    El lobo, descubierto y confundido,

    derog su ley.

    Moraleja: Si alguna vez llegas a tener

    poder de legislar, s el primero en cumplir tus

    propias leyes.

    67.- El lobo y el len

    ierta vez un lobo, despus de

    capturar a un carnero en un

    rebao, lo arrastraba a su guarida. CPero un len que lo observaba, sali a

    su paso y se lo arrebat.

    Molesto el lobo, y guardando prudente

    distancia le reclam:

    - Injustamente me arrebatas lo que es

    mo!

    El len, rindose, le dijo:

    - Aj, me vas a decir seguro que t lo

    recibiste buenamente de un amigo.

    Moraleja: Lo que ha sido mal habido,

    de alguna forma llegar a ser perdido.

    edyd.com hoja 24/43

  • F bulas de Esopo68.- El lobo y el perro

    e encontr un lobo con un corpulento

    perro sujeto por un collar, y le

    pregunt: S- Quin te ha encadenado y quin te

    ha alimentado de esa forma?

    - Mi amo, el cazador, respondi el

    perro.

    - Que los dioses nos libren a los lobos

    de semejante destino! Prefiero morir de

    hambre a tener que cargar tan pesado collar.

    Moraleja: Vale ms el duro trabajo en

    libertad, que el placer en esclavitud.

    69.- El lobo y el pastor

    compaaba un lobo a un rebao

    de ovejas pero sin hacerles dao.

    Al principio el pastor lo

    observaba y tena cuidado de l como un

    enemigo. Pero como el lobo le segua y en

    ningn momento intent robo alguno, lleg a

    pensar el pastor que ms bien tena un

    guardin de aliado.

    ACierto da, teniendo el pastor necesidad

    de ir al pueblo, dej sus ovejas confiadamente

    junto al lobo y se march.

    El lobo, al ver llegado el momento

    oportuno, se lanz sobre el rebao y devor

    casi todo.

    Cuando regres el pastor y vio todo lo

    sucedido exclam:

    - Bien merecido lo tengo; porque De

    dnde saqu confiar las ovejas a un lobo?

    Moraleja: Nunca dejes tus valores al

    alcance de los codiciosos, no importa su

    inocente apariencia.

    70.- El lobo harto y la oveja

    n lobo hartado de comida y ya sin

    hambre, vio a una oveja tendida

    en el suelo. Dndose cuenta que

    se haba desplomado simplemente de terror, se

    le acerc, y tranquilizndola le prometi

    dejarla ir si le deca tres verdades.

    ULe dijo entonces la oveja que la

    primera es que preferira no haberle

    encontrado; la segunda, que como ya lo

    encontr, hubiera querido encontrarlo ciego; y

    por tercera verdad le dijo:

    - Ojala, todos los lobos malvados,

    murieran de mala muerte, ya que, sin haber

    recibido mal alguno de nosotras, nos dan una

    guerra cruel!

    Reconoci el lobo la realidad de

    aquellas verdades y dej marchar a la oveja.

    Moraleja: Camina siempre soportado

    en la verdad, y ella te abrir los caminos del

    xito, an entre adversarios.

    71.- El lobo herido y la oveja

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  • F bulas de Esopon lobo que haba sido mordido por

    unos perros, yaca en el suelo todo

    malherido. Viendo la

    imposibilidad de procurarse comida en esa

    situacin, pidi a una oveja que pasaba por all

    que le llevara un poco de agua del cercano ro.

    U- Si me traes agua para beber, le dijo,

    yo mismo me encargar de mi comida.

    - Si te llevo agua para beber, respondi

    la oveja, yo misma asistir a tu cena.

    Moraleja: Prev siempre el verdadero

    fondo de las aparentemente inocentes

    propuestas de los malhechores.

    72.- El lobo y el labrador

    lev un labrador su yunta de bueyes al

    abrevadero. L Caminaba por ah cerca un lobo hambriento

    en busca de comida.

    Encontr el lobo el arado y empez a

    lamer los bordes del yugo, y enseguida y sin

    darse cuenta termin por meter su cabeza

    adentro. Agitndose como mejor poda para

    soltarse, arrastraba el arado a lo largo del

    surco.

    Al regresar el labrador, y vindolo en

    esta actividad le dijo:

    - Ah, lobo ladrn, que felicidad si

    fuera cierto que renunciaste a tu oficio y te has

    unido a trabajar honradamente la tierra!

    Moraleja: A veces, por casualidad o

    no, los malvados parecieran actuar bien, mas

    su naturaleza siempre los delata.

    73.- El lobo y el perro dormido

    orma plcidamente un perro en el

    portal de una casa. Un lobo se

    abalanz sobre l, dispuesto a

    darse un banquete, cuando en eso el perro le

    rog que no lo sacrificara todava.

    D- Mrame, ahora estoy en los huesos, le

    dijo; espera un poco de tiempo, ya que mis

    amos pronto van a celebrar sus bodas y como

    yo tambin me dar mis buenos atracones, me

    engordar y de seguro ser un mucho mejor

    manjar para tu gusto.

    Le crey el lobo y se march. Al cabo

    de algn tiempo volvi. Pero esta vez encontr

    al perro durmiendo en una pieza elevada de la

    casa. Se detuvo al frente y le record al perro

    lo que haban convenido. Entonces el perro

    repuso:

    - Ah lobo, si otro da de nuevo me ves

    dormir en el portal de la casa, no te preocupes

    por esperar las bodas!

    Moraleja: Si una accin te lleva a caer

    en un peligro, y luego te logras salvar de l,

    recuerda cual fue esa accin y evita repetirla

    para no volver a ser su vctima.

    74.- El lobo y el cabrito encerrado

    edyd.com hoja 26/43

  • F bulas de Esoporotegido por la seguridad del corral

    de una casa, un cabrito vio pasar a

    un lobo y comenz a insultarle,

    burlndose ampliamente de l. El lobo,

    serenamente le replic:

    P- Infeliz! S que no eres t quien me

    est insultando, sino el sitio en que te

    encuentras.

    Moraleja: Muy a menudo, no es el

    valor, sino la ocasin y el lugar, quienes

    proveen el enfrentamiento arrogante ante los

    poderosos.

    75.- El lobo flautista y el cabrito

    n cabrito se rezag en el rebao y

    fue alcanzado por un lobo que lo

    persegua. Se volvi hacia ste y

    le dijo:

    U- Ya s, seor lobo, que estoy

    condenado a ser tu almuerzo. Pero para no

    morir sin honor, toca la flauta y yo bailar por

    ltima vez.

    Y as lo hicieron, pero los perros, que

    no estaban lejos, oyeron el ruido y salieron a

    perseguir al lobo. Viendo la mala pasada, se

    dijo el lobo:

    - Con sobrada razn me ha sucedido

    esto, porque siendo yo cazador, no deb

    meterme a flautista.

    Moraleja: Cuando vayas a efectuar

    una nueva actividad, antes ten en cuenta tus

    capacidades y las circunstancias, para

    valorar si podras salir adelante.

    76.- Los dos perros

    n hombre tena dos perros. Uno

    era para la caza y otro para el

    cuidado. Cuando sala de cacera

    iba con el de caza, y si coga alguna presa, al

    regresar, el amo le regalaba un pedazo al perro

    guardin. Descontento por esto el perro de

    caza, lanz a su compaero algunos reproches:

    que slo era l quien sala y sufra en todo

    momento, mientras que el otro perro, el

    cuidador, sin hacer nada, disfrutaba de su

    trabajo de caza.

    U

    El perro guardin le contest:

    - No es a m a quien debes de

    reclamar, sino a nuestro amo, ya que en lugar

    de ensearme a trabajar como a ti, me ha

    enseado a vivir tranquilamente del trabajo

    ajeno!

    Moraleja: Pide siempre a tus mayores

    que te enseen una preparacin y trabajo

    digno para afrontar tu futuro, y esfurzate en

    aprenderlo correctamente.

    77.- Los perros hambrientos

    ieron unos perros hambrientos en

    el fondo de un arroyo unas pieles

    que estaban puestas para

    limpiarlas; pero como debido al agua que se

    V edyd.com hoja 27/43

  • F bulas de Esopointerpona no podan alcanzarlas decidieron

    beberse primero el agua para as llegar

    fcilmente a las pieles.

    Pero sucedi que de tanto beber y

    beber, reventaron antes de llegar a las pieles.

    Moraleja: Ten siempre cuidado con

    los caminos rpidos, pues no siempre son los

    ms seguros.

    78.- El hombre al que mordi un perro

    n perro mordi a un hombre, y

    ste corra por todo lado buscando

    quien le curara. UUn vecino le dijo que mojara un

    pedazo de pan con la sangre de su herida y se

    lo arrojase al perro que lo mordi. Pero el

    hombre herido respondi:

    - Si as premiara al perro, todos los

    perros del pueblo vendran a morderme!

    Moraleja: Grave error es alagar la

    maldad, pues la incitas a hacer ms dao

    todava.

    79.- El perro y el cocinero

    repar un hombre una cena en

    honor de uno de sus amigos y de

    sus familiares. Y su perro invit

    tambin a otro perro amigo.

    P- Ven a cenar a mi casa conmigo, le

    dijo.

    Y lleg el perro invitado lleno de

    alegra. Se detuvo a contemplar el gran festn,

    dicindose a s mismo:

    - !Que suerte tan inesperada! Tendr

    comida para hartarme y no pasar hambre por

    varios das.

    Estando en estos pensamientos,

    meneaba el rabo como gran viejo amigo de

    confianza. Pero al verlo el cocinero

    movindose alegremente de all para ac, lo

    cogi de las patas y sin pensarlo ms, lo arroj

    por la ventana. El perro se volvi lanzando

    grandes alaridos, y encontrndose en el

    camino con otros perros, estos le preguntaron:

    - Cunto has comido en la fiesta,

    amigo?

    - De tanto beber, contest, tanto me he

    embriagado, que ya ni siquiera s por donde

    he salido.

    Moraleja: No te confes de la

    generosidad que otros prodigan con lo que no

    les pertenece.

    80.- El perro de pelea y los perros

    sencillos

    n perro haba sido muy bien

    alimentado en una casa y fue

    adiestrado para luchar contra las

    fieras.

    U Un da, al ver un gran nmero de ellas

    colocadas en fila, rompi el collar que le

    edyd.com hoja 28/43

  • F bulas de Esoposujetaba y rpidamente ech a correr por las

    calles del pueblo. Lo vieron pasar otros perros,

    y viendo que era fuerte como un toro, le

    preguntaron:

    - Por qu corres de esa manera?

    - S que vivo en la abundancia, sin

    hambres, con mi estmago siempre satisfecho,

    pero tambin siempre estoy cerca de la muerte

    combatiendo a esos osos y leones, respondi.

    Entonces los otros perros comentaron:

    - Nuestra vida es en verdad pobre, pero

    ms bella, sin tener que pensar en combatir

    con leones ni osos.

    Moraleja: Las grandes ganancias, siempre

    van acompaadas de grandes riesgos.

    81.- El perro, el gallo y la zorra

    ierta vez un perro y un gallo se

    unieron en sociedad para recorrer

    el mundo. Llegada una noche, el

    gallo subi a un rbol y el perro se recost al

    pie del tronco.

    CY como era su costumbre, cant el

    gallo antes del amanecer. Oy su canto una

    zorra y corri hacia el sitio, parndose al pie

    del rbol. Le rog que descendiera, pues

    deseaba besar a un animal que tena tan

    exquisita voz. Le replic entonces el gallo que

    por favor, primero despertara al portero que

    estaba durmiendo al pie del rbol. Y entonces

    el perro, cuando la zorra buscaba como

    establecer conversacin con el portero, le salt

    encima descuartizndola.

    Moraleja: Es inteligente actitud,

    cuando encontramos un enemigo poderoso,

    encaminarlo a que busque a otros ms

    fuertes que nosotros.

    82.- El perro y la almeja

    n perro de esos acostumbrados a

    comer huevos, al ver una almeja,

    no lo pens dos veces, y creyendo

    que se trataba de un huevo, se la trag

    inmediatamente. Desgarradas luego sus

    entraas, se sinti muy mal y se dijo:

    U- Bien merecido lo tengo, por creer que

    todo lo que veo redondo son huevos.

    Moraleja: Nunca tomes un asunto sin

    antes reflexionar, para no entrar luego en

    extraas dificultades.

    edyd.com hoja 29/43

  • F bulas de Esopo83.- El perro y la liebre

    n perro de caza atrap un da a

    una liebre, y a ratos la morda y a

    ratos le lama el hocico. Cansada

    la liebre de esa cambiante actitud le dijo:

    U- Deja ya de morderme o de besarme,

    para saber yo si eres mi amigo o si eres mi

    enemigo!

    Moraleja: S siempre consistente en

    tus principios.

    84.- El perro y el reflejo en el ro

    adeaba un perro un ro llevando

    en su hocico un sabroso pedazo

    de carne. Vio su propio reflejo en

    el agua del ro y crey que aquel reflejo era en

    realidad otro perro que llevaba un trozo de

    carne mayor que el suyo.

    VY deseando aduearse del pedazo

    ajeno, solt el suyo para arrebatar el trozo a su

    supuesto compadre.

    Pero el resultado fue que se qued sin

    el propio y sin el ajeno: ste porque no exista,

    slo era un reflejo, y el otro, el verdadero,

    porque se lo llev la corriente.

    Moraleja: Nunca codicies el bien

    ajeno, pues puedes perder lo que ya has

    adquirido con tu esfuerzo.

    85.- El perro y el carnicero

    enetr un perro en una carnicera, y

    notando que el carnicero estaba

    muy ocupado con sus clientes,

    cogi un trozo de carne y sali corriendo. Se

    volvi el carnicero, y vindole huir, y sin

    poder hacer ya nada, exclam:

    P- Oye amigo, all donde te encuentre,

    no dejar de mirarte!

    Moraleja: No esperes a que suceda un

    accidente para pensar en cmo evitarlo.

    86.- El perro con campanilla

    aba un perro que acostumbraba

    morder sin razn. HLe puso su amo una campanilla para advertirle

    a la gente de su presencia cercana. Y el can,

    sonando la campanilla, se fue a la plaza

    pblica a presumir. Ms, una sabia perra, ya

    avanzada de aos le dijo:

    - De qu presumes tanto, amigo? S

    que no llevas esa campanilla por tus grandes

    virtudes, sino para anunciar tu maldad oculta.

    Moraleja: Los halagos que se hacen a

    s mismos los fanfarrones, slo delatan sus

    mayores defectos.

    87.- El perro que persegua al len

    n perro de caza se encontr con

    un len y parti en su

    persecucin. Pero el len se U edyd.com hoja 30/43

  • F bulas de Esopovolvi rugiendo, y el perro, todo atemorizado,

    retrocedi rpidamente por el mismo camino.

    Le vio una zorra y le dijo:

    - Perro infeliz! Primero perseguas al

    len y ya ni siquiera soportas sus rugidos!

    Moraleja: Cuando entres a una

    empresa, mantente siempre listo a afrontar

    imprevistos que no te imaginabas.

    88.- El perro y la corneja

    na corneja que ofreca en

    sacrificio una vctima a Atenea

    invit a un perro al banquete. ULe dijo el perro:

    - Por qu dilapidas tus bienes en

    intiles sacrificios? Pues deberas de saber que

    la diosa te desprecia hasta el punto de quitar

    todo crdito a tus presagios.

    Entonces replic la corneja:

    - Es por eso que le hago estos

    sacrificios, porque s muy bien su

    indisposicin conmigo y deseo su

    reconciliacin.

    Moraleja: Si deseas que los ms

    alejados te escuchen, debes llamarlos con

    mayor intensidad.

    89.- La corneja y el cuervo

    enta una corneja celos contra los

    cuervos porque stos dan presagios a

    los hombres, predicindoles el S

    futuro, y por esta razn los toman como

    testigos. Quiso la corneja poseer las mismas

    cualidades.

    Viendo pasar a unos viajeros se pos

    en un rbol, lanzndoles espantosos gritos. Al

    or aquel estruendo, los viajeros retrocedieron

    espantados, excepto uno de ellos, que dijo a

    los dems:

    - Eh, amigos, tranquilos; esa ave es

    solamente una corneja. Sus gritos no son de

    presagios.

    Moraleja: Cuando vanidosamente y

    sin tener capacidades, se quiere rivalizar con

    los ms preparados, no slo no se les iguala,

    sino que adems se queda en ridculo.

    90.- La corneja con los cuervos

    na corneja que por esas cosas del

    destino era ms grande que sus

    compaeras, despreciando y

    burlndose de sus congneres, se fue a vivir

    entre los cuervos pidindoles que aceptaran

    compartir su vida.

    UPero los cuervos, a quienes su figura y

    voz les eran desconocidas, sin pensarlo mucho

    la golpearon y la arrojaron de su grupo.

    Y la corneja, expulsada por los

    cuervos, volvi de nuevo donde las dems

    cornejas. Pero stas, heridas por el ultraje que

    les haba hecho, se negaron a recibirla otra

    edyd.com hoja 31/43

  • F bulas de Esopovez. As, qued esta corneja excluida de la

    sociedad de unos y de otros.

    Moraleja: Cuando pienses cambiar de

    sociedad, domicilio o amistades, no lo hagas

    nunca despreciando a la anterior, no sea que

    ms tarde tengas que regresar all.

    91.- La corneja y las aves

    uera una vez Zeus proclamar un

    rey entre las aves, y les seal un

    da para que comparecieran delante

    de l, pues iba a elegir a la que encontrara

    ms hermosa para que reinara entre ellas.

    Todas las aves se dirigieron a la orilla de un

    ro para limpiarse. Entonces la corneja,

    vindose ms fea que las dems, se dedic a

    recoger las plumas que abandonaban los otros

    pjaros, ajustndolas a su cuerpo. As,

    compuesta con ropajes ajenos, result la ms

    hermosa de las aves.

    Q

    Lleg el momento de la seleccin, y

    todos los pjaros se presentaron ante Zeus, sin

    faltar por supuesto, la corneja con su

    esplendoroso plumaje.

    Y cuando ya estaba Zeus a punto de

    concederle la realeza a causa de tanta

    hermosura, los dems pjaros, indignados por

    el engao, le arrancaron cada uno la pluma

    que le corresponda. Al fin, desplumada de lo

    ajeno, la corneja, simplemente corneja se

    qued.

    Moraleja: Nunca hagas alarde de los

    bienes ajenos como si fueran propios, pues

    tarde o temprano se descubre el engao.

    92.- La corneja y los pichones

    onoci una corneja un palomar

    que habitaban por unos pichones

    muy bien alimentados, y

    queriendo disfrutar de tan buena comida

    blanque sus plumas y se uni a ellos.

    CMientras la corneja estuvo en silencio,

    los pichones, creyndola como uno de los

    suyos, la admitieron sin reclamo. Pero

    olvidndose de su actuacin, en un descuido la

    corneja lanz un grito. Entonces los pichones,

    que no le reconocieron su voz, la echaron de

    su nido.

    Y la corneja, viendo que se le escapaba

    la comida de los pichones, volvi a buscar a

    sus semejantes.

    Mas por haber perdido su color

    original, las otras cornejas tampoco la

    recibieron en su sociedad; de manera que por

    haber querido disfrutar de dos comidas, se

    qued sin ninguna.

    Moraleja: Contentmonos con

    nuestros bienes, pues tratar de tomar sin

    derecho los ajenos, slo nos conduce a

    perderlo todo.

    93.- La corneja fugitiva

    edyd.com hoja 32/43

  • F bulas de Esopon hombre caz a una corneja, le

    at un hilo a una pata y se la

    entreg a su hijo. UMas la corneja, no pudiendo resignarse

    a vivir prisionera en aquel hogar, aprovech

    un instante de libertad en un descuido para

    huir y tratar de volver a su nido. Pero el hilo se

    le enred en las ramas de un rbol y el ave no

    pudo volar ms, quedando apresada. Viendo

    cercana su muerte, se dijo:

    - Hecho est! Por no haber sabido

    soportar la esclavitud entre los hombres, ahora

    me veo privada de la vida.

    Moraleja: En cuanto mayor son los

    valores que se buscan, mayores son los

    riesgos.

    94.- El cuervo y la culebra

    ndaba un cuervo escaso de

    comida y vio en el prado a una

    culebra dormida al sol; cay veloz

    sobre ella y la rapt. Mas la culebra,

    despertando de su sueo, se volvi y la

    mordi. El cuervo vindose morir dijo:

    A- Desdichado de m, que encontr un

    tesoro pero a costa de mi vida!

    Moraleja: Antes de querer poseer

    algn bien, primero hay que valorar si su

    costo vale la pena.

    95.- El cuervo y Hermes

    n cuervo que haba cado en un

    cepo prometi a Apolo que le

    quemara incienso si lo salvaba;

    pero una vez liberado de la trampa olvid su

    promesa.

    UCapturado de nuevo en otro cepo, dej

    a Apolo para dirigirse a Hermes,

    prometindole tambin un sacrificio. Mas el

    dios le dijo:

    - Cmo voy a creerte ahora,

    miserable, si ya engaaste y renegaste de tu

    primer seor?

    Moraleja: Si por nuestra voluntad

    faltamos a nuestra primera promesa, no

    tendremos oportunidad de que nos crean una

    segunda.

    edyd.com hoja 33/43

  • F bulas de Esopo96.- El cuervo enfermo

    n cuervo que se encontraba muy

    enfermo dijo a su madre: U- Madre, ruega a los dioses por m y ya no

    llores ms.

    La madre contest:

    - Y cul de todos, hijo mo, tendr

    piedad de ti?, Quedar alguno a quien an no

    le hayas robado la carne?

    Moraleja: No te llenes

    innecesariamente de enemigos, pues en

    momentos de necesidad no encontrars un

    solo amigo.

    97.- El ruiseor y el gaviln

    ubido en un alto roble, un ruiseor

    cantaba como de costumbre. Lo vio

    un gaviln hambriento, y lanzndose

    inmediatamente sobre l, lo apres en sus

    garras.

    SSeguro de su prxima muerte, el

    ruiseor le rog que le soltara, dicindole que

    con slo l no bastara para llenar su vientre, y

    que si en verdad tena hambre, debera de

    apresar a otros ms grandes. El gaviln le

    repuso:

    - Necio sera si te oyera y dejara

    escapar la presa que tengo, por ir a buscar a la

    que ni siquiera he visto.

    Moraleja: No dejemos los bienes que

    ya tenemos, por ilusiones que ni siquiera

    divisamos.

    edyd.com hoja 34/43

  • F bulas de Esopo98.- El ruiseor y la golondrina

    nvit la golondrina a un ruiseor a

    construir su nido como lo haca ella,

    bajo el techo de las casas de los

    hombres, y a vivir con ellos como ya lo haca

    ella. Pero el ruiseor repuso:

    I- No quiero revivir el recuerdo de mis

    antiguos males, y por eso prefiero alojarme en

    lugares apartados.

    Moraleja: Los bienes y los males

    recibidos, siempre quedan atados a las

    circunstancias que los rodearon.

    99.- El gallo y la comadreja

    na comadreja atrap a un gallo y

    quiso tener una razn plausible

    para comrselo. ULa primera acusacin fue la de

    importunar a los hombres y de impedirles

    dormir con sus molestos cantos por la noche.

    Se defendi el gallo diciendo que lo haca para

    servirles, pues despertndolos, les recordaba

    que deban comenzar sus trabajos diarios.

    Entonces la comadreja busc una

    segunda acusacin: que maltrataba a la

    naturaleza por buscar como novias incluso a

    su madre y a sus hermanas. Repuso el gallo

    que con ello tambin favoreca a sus dueos,

    porque as las gallinas ponan ms huevos.

    - Vaya, exclam la comadreja, veo

    que bien sabes tener respuesta para todo, pero

    no por eso voy a quedarme en ayunas!, y se lo

    sirvi de cena.

    Moraleja: Para el malvado decidido a

    agredir, no lo para ninguna clase de razones.

    100.- Los gallos y la perdiz

    n hombre que tena dos gallos,

    compr una perdiz domstica y la

    llevo al corral junto con ellos para

    alimentarla. Pero estos la atacaban y la

    perseguan, y la perdiz, pensando que lo

    hacan por ser de distinta especie, se senta

    humillada.

    UPero das ms tarde vio cmo los

    gallos se peleaban entre ellos, y que cada vez

    que se separaban, estaban cubiertos de sangre.

    Entonces se dijo a s misma:

    - Ya no me quejo de que los gallos me

    maltraten, pues he visto que ni aun entre ellos

    mismos estn en paz.

    Moraleja: Si llegas a una comunidad

    donde los vecinos no viven en paz, ten por

    seguro que tampoco te dejaran vivir en paz a

    ti.

    101.- El ciervo, el manantial y el len

    gobiado por la sed, lleg un

    ciervo a un manantial. Despus de

    beber, vio su reflejo en el agua.

    Al contemplar su hermosa cornamenta, se

    sinti orgulloso, pero qued descontento por

    A edyd.com hoja 35/43

  • F bulas de Esoposus piernas dbiles y finas. Sumido an en

    estos pensamientos, apareci un len que

    comenz a perseguirle. Ech a correr y le

    gan una gran distancia, pues la fuerza de los

    ciervos est en sus piernas y la del len en su

    corazn.

    Mientras el campo fue llano, el ciervo

    guard la distancia que le salvaba; pero al

    entrar en el bosque sus cuernos se

    engancharon a las ramas y, no pudiendo

    escapar, fue atrapado por el len. A punto de

    morir, exclam para s mismo:

    - Desdichado! Mis pies, que pensaba

    me traicionaban, eran los que me salvaban, y

    mis cuernos, en los que pona toda mi

    confianza, son los que me pierden.

    Moraleja: Muchas veces, a quienes

    creemos ms indiferentes, son quienes nos

    dan la mano en las congojas, mientras que los

    que nos adulan, ni siquiera se asoman.

    102.- La cierva y la via

    na cierva era perseguida por unos

    cazadores y se refugio bajo una

    via. Pasaron cerca los cazadores,

    y la cierva, creyndose muy bien escondida,

    empez a saborear las hojas de la via que la

    cubra. Viendo los cazadores que las hojas se

    movan, pensaron muy acertadamente, que all

    adentro haba un animal oculto, y disparando

    sus flechas hirieron mortalmente a la cierva.

    U

    sta, vindose morir, pronunci estas

    palabras:

    - Me lo he merecido, pues no deb

    haber maltratado a quien me estaba salvando!

    Moraleja: S siempre agradecido con

    quien generosamente te da la ayuda para

    salir adelante.

    103.- La cierva en la gruta del len

    na cierva que hua de unos

    cazadores, lleg a una gruta

    donde no saba que moraba un

    len. Entrando en ella para esconderse, cay

    en las garras del len.

    UVindose sin remedio perdida,

    exclam:

    - Desdichada de m! Huyendo de los

    hombres, ca en las garras de un feroz animal.

    Moraleja: Si tratas de salir de un

    problema, busca que la salida no sea caer en

    otro peor.

    104.- La cierva tuerta

    na cierva a la que le faltaba un ojo

    paca a orillas del mar, volviendo

    su ojo intacto hacia la tierra para

    observar la posible llegada de cazadores, y

    dando al mar el lado que careca del ojo, pues

    de all no esperaba ningn peligro.

    UPero resulta que una gente navegaba

    por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron

    edyd.com hoja 36/43

  • F bulas de Esopocon sus dardos. Y la cierva agonizando, se dijo

    para s:

    - Pobre de m! Vigilaba la tierra, que

    crea llena de peligros, y el mar, al que

    consideraba un refugio, me ha sido mucho

    ms funesto.

    Moraleja: Nunca excedas la

    valoracin de las cosas. Procura ver siempre

    sus ventajas y desventajas en forma

    balanceada.

    edyd.com hoja 37/43

  • F bulas de Esopo105.- El ciervo y el cervatillo

    D ijole un da un cervatillo al ciervo:

    - Padre: eres mayor y ms veloz que los perros

    y tienes adems unos cuernos magnficos para

    defenderte; Por qu huyes delante de ellos?

    El ciervo respondi riendo:

    - Justo es lo que me dices, hijo mo;

    mas no s lo que me sucede, pero cuando oigo

    el ladrido de un perro, inmediatamente me doy

    a la fuga.

    Moraleja: Cuando se tiene un nimo

    temeroso, no hay razn que pueda cambiarlo.

    106.- El caballo viejo

    n caballo viejo fue vendido para

    darle vueltas a la piedra de un

    molino. Al verse atado a la piedra,

    exclam sollozando:

    U- Despus de las vueltas de las

    carreras, he aqu a que vueltas me he

    reducido!

    Moraleja: No presumis de la

    fortaleza de la juventud. Para muchos, la

    vejez es un trabajo muy penoso.

    107.- El caballo, el buey, el perro y el

    hombre

    uando Zeus cre al hombre, slo

    le concedi unos pocos aos de

    vida. Pero el hombre, poniendo a C

    funcionar su inteligencia, al llegar el invierno

    edific una casa y habit en ella.

    Cierto da en que el fro era muy crudo,

    y la lluvia empez a caer, no pudiendo el

    caballo aguantarse ms, lleg corriendo a

    donde el hombre y le pidi que le diera abrigo.

    Le dijo el hombre que slo lo hara con

    una condicin: que le cediera una parte de los

    aos que l