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HIIWld,1111I11I\ r" "",,1',.,, de 1,1\ irndgenes. - la ed. - Buenos Aires: Caja Negra, 2014 . .\.'111' ; .l()x)4 cm. ) ""11,, ulo por: Julia Giser I\)IN ')78·987-)622-18-4 ) ),,,,,tyo Cinematografico. I. Giser, Julia, trad. II. Título ( ')))) 791.430 9 ~ O GOETHE ~~}JJ INSTITUT L.• traducción de esta obra fue subsidiada por el Goethe-Institut que cuenta con el apoyo financiero del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania. 1',,,,, la rraducción de esta obra la traductora se benefició con una beca otorgada en el marco de En tránsito: residencias de traductores, Buenos Aires - Berltn, ,It tividad organizada por la Fundación TyPA en colaboración con el Literarisches Colloquiurn Berlin y con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires. 'Iodos los textos fueron traducidos por Julia Giser excepto el prólogo y "De la A a la Z", traducidos por Agostina Marchi. O) 4, Caja Negra Editora ) l.uun Farocki ) Irl prólogo. Georges Didi-Huberrnan ( "'1" Nrgra Editora 11"•."", Aire, I Argentina ,.lj,IIU·W·ICd1t..lj.tltcgraeditora.com.ar WWW.C.IJ.tllr~r;l~dilora.com.ar ) )""" ,,111rdi""i,": Diego Esteras I Ezequiel A. Fanego ) )" •.11" 1".'" M",n» Ventura 1'""1",, i,ln: Malen, Rey ""1''''''' en Arllentin" I Prinred in Argentina ARUN FAROCKI DESCONFIAR • DE LAS. l' IMAGENES TRADUCCiÓN / JULIA GISER PRÓLOGO / GEORGES DIDI·HUBERMAN EP[LOGO / ANTJE EHMANN Y KODWO ESHUN SELECCiÓN / INGE STACHE y EZEQUIEL YANCO EDICiÓN AL CUIDADO DE INGE STACHE CAJA I NEGR~ SY~ESTHESI~

FAROCKI Desconfiar de Las Imágenes SELEC

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Farocki Cine, Arte

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~ O GOETHE~~}JJ INSTITUT

L.• traducción de esta obra fue subsidiada por el Goethe-Institut que cuenta conel apoyo financiero del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania.

1',,,,, la rraducción de esta obra la traductora se benefició con una beca otorgadaen el marco de En tránsito: residencias de traductores, Buenos Aires - Berltn,,It tividad organizada por la Fundación TyPA en colaboración con el LiterarischesColloquiurn Berlin y con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires.

'Iodos los textos fueron traducidos por Julia Giser exceptoel prólogo y "De la A a la Z", traducidos por Agostina Marchi.

O) 4, Caja Negra Editora) l.uun Farocki) Irl prólogo. Georges Didi-Huberrnan

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PRÓLOGO / GEORGES DIDI·HUBERMAN

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SELECCiÓN / INGE STACHE y EZEQUIEL YANCO

EDICiÓN AL CUIDADO DE INGE STACHE

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NOTA A LA EDICIÓN

esde sus afios de formación hasta la actualidad, la obra cine- 7

matográfica de Harun Farocki estuvo acompafiada por una in-cesante producción escrita. Sus textos dialogan con sus films,atravesados por la constante pregunta sobre el estatuto de laimagen, sobre qué instituciones y artefactos técnicos las pro-ducen y las hacen circular, y sobre sus efectos de sentido. Paral'arocki, la escritura y el cine son actividades complementariasIon las que interrogar la producción de imágenes de la socie-1I.ld contemporánea.

'esconfiar de las imágenes presenta veinticuatro textos escri-1m entre 1980 y 2010, con la intención de dar cuenta de la arti-I ul.ición entre escritura y cine en la producción de Farocki, y deu-levar los principales temas que atraviesan su obra. Los artícu-1m reunidos provienen de diferentes fuentes: de la revistaltlmkritik, de la que Farocki fue editor entre 1974 y 1984; de di-fnl'lIle:, diarios como el die tageszeitung de Berlín y semanariosdI ,tIuialidad como Jungle World; los textos más recientes perte-Iln ('11,1 sus publicaciones en Trafic, la revista francesa fundada

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por Serge Daney y Jean Claude Biette, ya los libros y catálogoseditados en ocasión de las exhibiciones de sus obras en museos ygalerías, en donde ha presentado su más reciente producción devideoinstalaciones.

Consideramos oportuno agrupar estos artículos en cuatrosecciones. En "Los comienzos" se reúnen tres textos que refle-jan la trayectoria inicial de Farocki, la de sus años de forma-ción cinematográfica y militancia política, etapa en la que tomaposición y se distancia de referentes del Nuevo Cine Alemáncomo Rainer Werner Fassbinder y Wim Wenders. ''Acerca dela producción de imágenes y la producción de sentido" agru-pa un conjunto de ensayos en los que Farocki reflexiona sobrela producción de imágenes en diferentes campos, en un espec-tro que abarca desde el análisis del lenguaje cinematográfico,el montaje blando que introduce en sus videoinstalaciones, latelevisión y el videoclip, hasta las imágenes generadas por losdispositivos técnicos implernentados en los conflictos bélicoscontemporáneos. Un extenso muestrario en el que el interéspor los artefactos que producen las imágenes se complementacon la preocupación por su forma de circulación y recepciónen el espectador. El apartado ''Apuntes sobre películas y video-instalaciones" presenta los textos vinculados directamente conlas obras de Farocki, en los que expone los conceptos y las líne-as de investigación involucrados en ellas, así como las pautas queorganizan la búsqueda del material de archivo de sus produccio-nes audiovisuales. Por último, en el "Apéndice", se reúnen untexto aurobiográfico, una entrevista realizada a Farocki con mo-tivo de la publicación de este libro, y un artículo en el que AntjeEhmann y Kodwo Eshun elaboran una taxonomía alfabética conla que revisan las categorías de la obra del autor alemán.

A modo de agradecimiento, queremos mencionar la generosaelaboración de Antje Ehmann, quien nos acompañó durante todo

el proceso de compilación y armado con especial dedicación y cui-dado. Por otro lado, queremos subrayar el aporte del Goethe-

Institut en la difusión de la obra de Harun Farocki en la Argentina,tanto con la exhibición de sus películas en el Festival Internacionalde Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI, 2003), como conla organización del seminario online Desconfiar de las imágenes:HF y la teoría de la imagen contemporánea (al que contribuyó consus textos Ricardo Parodi), y la publicación en conjunto con elBAFICI de Crítica de la mirada (Altarnira, 2003), selección de en-sayos de la que formaron parte algunos de los textos que compo-nen este volumen.

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Inge StacheEzequiel Ytznco

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CÓMO ABRIR LOS O)OS*

GeorgesDidi-Huberman**

Ciertamente, no existe una sola imagen que no implique, simul- 13

táneamente, miradas, gestos y pensamientos. Dependiendo de lasituación, las miradas pueden ser ciegas o penetrantes; los gestos,brutales o delicados; los pensamientos, inadecuados o sublimes.Pero, sea como sea, no existe tal cosa como una imagen que seapura visión, absoluto pensamiento o simple manipulación. Es es-pecialmente absurdo intentar descalificar algunas imágenes bajoel argumento de que aparentemente han sido "manipuladas". Todaslas imágenes del mundo son el resultado de una manipulación, deun esfuerzo voluntario en el que interviene la mano del hombre(incluso cuando esta sea un artefacto mecánico). Solo los teólo-gos sueñan con imágenes que no hayan sido producidas por la

* Este ensayo forma parte del libro Harun Farocki. Agaimt What? Agaimt Whom?,de Antje Ehmann y Kodwo Eshun (eds.), Londres, 2010, Koening Books .•* Georges Didi-Huberman (Francia, 1953) es historiador del arte, ensayista yprofesor en el École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Entre suspublicaciones más importantes se encuentran Lo que vemos, lo que nos mira, Ante1 tiempo e Imágenes pese a todo. Memoria visual del holocausto.

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111.Ino del hombre -las imágenes aquiropoyetas de la tradición bi-untina, lasymagine denudari de Meister Eckhart. La cuestión es,

más bien, cómo determinar, cada vez, en cada imagen, qué es loque la mano ha hecho exactamente, cómo lo ha hecho y para qué,on qué propósito tuvo lugar la manipulación. Para bien o para

mal, usamos nuestras manos, asestamos golpes o acariciamos,cons-truimos o destruimos, damos o tomamos. Frente a cada imagen,lo que deberíamos preguntamos es cómo (nos) mira, cómo (nos)piensa y cómo (nos) toca a la vez.

*

Una fotografía, evidentemente tomada por uno de sus amigos,muestra a Harun Farocki en la primavera de 1981 frente al cineArsenal de Berlín Occidental, proyectando un programa de pe-lículas presentado por Filmkritik, publicación de cuyo grupo edi-torial Farocki era integrante. Sentado en una de las taquillas, elrealizador de rostro adusto alza su puño hacia nosotros, los espec-tadores, como si fuera un manifestante -aunque, claro, un tantoextraño: un manifestante solitario. I En 196~,

1'11 Las pdll

lujo de ~oF~lrocki,leO

. . ..ell1111neran ~

*

Elevar el propio pensamiento hasta el nivel del enojo (el enojoprovocado por toda la violencia que hay en el mundo, esa violen-cia a la que nos negamos a estar condenados). Elevar el propioenojo hasta el nivel de una tarea (la tarea de denunciar esa violen-cia con toda la calma y la inteligencia que sean posibles).

*

1. Ver Tilman Baurngarrel, Vom Guerillakino zum EssayfiLm: Harun FarockiWerkmonogmphi~ eines AutorenfiLmers, Berlín, 2002. Desafortunadamente, la focode Farocki con el puño en alto se ha perdido.

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m.ino del hombre -las imágenes aquiropoyetas de la tradición bi-z.intina, las ymagine denudari de Meister Eckhart. La cuestión es,más bien, cómo determinar, cada vez, en cada imagen, qué es loque la mano ha hecho exactamente, cómo lo ha hecho y para qué,con qué propósito tuvo lugar la manipulación. Para bien o paramal, usamos nuestras manos, asestamos golpes o acariciamos, cons-truimos o destruimos, damos o tomamos. Frente a cada imagen,lo que deberíamos preguntamos es cómo (nos) mira, cómo (nos)piensa y cómo (nos) toca a la vez.

*

14

Una fotografía, evidentemente tomada por uno de sus amigos,muestra a Harun Farocki en la primavera de 1981 frente al cineArsenal de Berlín Occidental, proyectando un programa de pe-lículas presentado por Filmkritik, publicación de cuyo grupo edi-torial Farocki era integrante. Sentado en una de las taquillas, elrealizador de rostro adusto alza su puño hacia nosotros, los espec-tadores, como si fuera un manifestante -aunque, claro, un tantoextraño: un manifestante solitario.'

*

Elevar el propio pensamiento hasta el nivel del enojo (el enojoprovocado por toda la violencia que hay en el mundo, esa violen-cia a la que nos negamos a estar condenados). Elevar el propioenojo hasta el nivel de una tarea (la tarea de denunciar esa violen-cia con toda la calma y la inteligencia que sean posibles).

*

1. Ver Tilman Baurngártel, lIÓm GueriLlakino zum Essayfilm: Harun FarockiWerkmonographie eines Autorenfilmers, Berlín, 2002. Desafortunadamente, la fotode Farocki con el puño en alto se ha perdido.

Harun Farocki fue parte de la primera camada de la Deutsche Filmund Fernsehakademie Berlin, fundada en 1966 como la primera es-cuela de cine en Alemania Occidental. Pronto fue expulsado, en1969, junto con sus compañeros Hartmut Bitornsky, WolfgangPetersen, Günther Peter Straschek y Holger Meins a causa de su ac-tivismo político. Sus primeras películas, filmadas mientras aún eraun estudiante, procedían, como lo expresó tan acertadamente TUrnanBaumganel, de un pensamiento de "guerrilla" alimentado de unaira de índole política y tomaban prestados sus recursos formales delsituacionismo, la nouvelle vague francesa y el cine directo.' Farockiestaba emitiendo juicios muy duros sobre la mayoría de los direc-tores más prominentes del "Joven Cine Alemán" de aquella época- Wim Wenders, Rainer Werner Fassbinder, Volker Schlondorff-,a quienes acusaba (y, por lo demás, seguiría acusando por muchotiempo) de "conformarse con la idea que todo el mundo tenía acer-ca de lo que se suponía que debía ser el cine", especialmente en loque hada a sus modos de editar o a su hábito de recurrir a las for-mas canonizadas de, por ejemplo, el plano-contraplano.'

En 1967, Holger Meins había sido el camarógrafo de Farockien Las palabras del presidente (Die Worte des Vorsitzenden). "El tra-bajo de Holger Meins en la mesa de edición", afirmaría luegoFarocki, "consistía en examinar las tomas de forma tal que le per-mitieran generar su propio criterio".' Poco después, Holger Meins

. Ver ibld. y Tilman Baumgarte], "Bildnis des Künstlers als junger Mann.Kulturrevolution, Sicuarionismus und Focus-Theorie in den Srudentenfilmenvon Harun Farocki", en Rolf Aurich y Ulrich Kriest (eds.), Der Arger mit denBildern. Die Filme von Harun Farocki, Constanza, 1998. Ver también KlausKrcimeier, "Papier-Schere-Stein, Farockis frühe Filme", en ibid.J. Ver "Una diva con anteojos", en la página 65 .

. I larun Farocki, "Risquer sa vie. Images de Holger Meins", en ChristinaIIIUmlinger (ed.), Reconnattre et poursuiure, Courbevoie (Francia), 2002 yenl larun Farocki, Nachdruck/Imprint, editado por Susanne Gaensheimer y NicolausSl halhausen, Nueva York/Berlín, 200 l.

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dcs.ipareció en la clandestinidad, fue arrestado el lo de junio de11)72 junto con Andreas Baader y jan-Carl Raspe, fue sentencia-do por terrorismo y murió el 9 de noviembre de 1974 en la pri-sión de Wittlich, al día número cincuenta y ocho de su tercerahuelga de hambre, que había comenzado para protestar contra lascondiciones de su reclusión. Farocki, como el resto del mundo,iba a descubrir la fotografía de su cadáver en la prensa: la imagende un cuerpo demacrado, calado tras la autopsia y suturado paracualquier "ocasión pública provechosa" que pudiera presentarse.Una imagen calada en sí misma, dividida y dividiendo la miradade Farocki entre su condición de horroroso "trofeo policial" -unaimagen estatal que, de modo deliberado, no tenía duración y que,de acuerdo a Farocki, parecía decir: "Miren, nosotros no lo mata-mos, se mató él solo, y no estaba en nuestro poder evitado" - y sucondición de "figura de la Pasión" que, sin embargo, aparecía ins-crita en la imagen como tiempo resistido, como el tiempo sufridopor este pobre cuerpo.'

*

Elevar, por tanto, el propio pensamiento acerca de la imagen hastael enojo provocado por el tiempo resistido, por el tiempo sufridopor los seres humanos en pos de determinar su propia historia.

*

Entonces uno tenía que tomar una posición. Tenía que interve-nir. Algunas de las fotografías de esa época muestran a Farocki conpancartas o megáfonos en espacios públicos. Mientras tanto, nodejaba de prestarles muchísima atención a las películas de jean-Marie Straub y Daniele Huillet y a las películas de jean-Luc

odard. En 1976, montó dos obras de Heiner Müller, La batalla

5. u«, p. 21-22.

y Tractor, junto a Hanns Zischler. "Trabajar con Harun", escribióluego Zischler, "es una empresa a la vez difícil y estimulante.Mantiene obstinadamente -y aparentemente sin ningún titubeo-la primacía de la impresión profunda por sobre el éxito inmedia-to. Una paciente insistencia en la duración, una perspectiva anti-nihilista y un impulso materialista determinan la ética y la estéti-ca de su trabajo. Hay momentos hermosos en los que el fluir desus pensamientos se detiene inadvertidamente porque algo nuevo,algo desconocido, la parte extraña de eso que nos es familiar, se cruzósúbitamente en su camino. Entonces éramos testigos de él maravi-llándose en voz alta, y ahí era cuando el interlocutor con el quesiempre soñábamos se revelaba"." Estas palabras me recuerdan unpoco a lo que alguna vez dijo Adorno acerca de Siegfried Kracauer,ese "curioso realista": "piensa con ojo casi desamparadamente asom-brado, luego súbitamente iluminador".'

* 17

Tomar una posición en la esfera pública (aun si eso significa in-tervenir en el propio cuerpo y sufrir por algún tiempo). Ese es elgiro estratégico que, en 1969, representa Fuego inextinguible en laobra de Farocki. Una película de la cual el artista sigue haciéndo-e absolutamente responsable, como lo demuestra, por ejemplo,:1 hecho de que haya decidido proyectarla nuevamente junto a susinstalaciones más recientes en la muestra que presentó en la GalerieNationale du Jeu de Paume de París hace apenas algunas semanas,s decir, treinta años más tarde." Fuego inextinguible es una pelí-ula que combina acción, pasión y pensamiento; una película or-

ganizada alrededor de un gesto sorpresivo: el puño de Farocki ya

(,. J Ianns Zischler,"TravailleravecHarun", publicado en la revista TraficN° 43,2002., 'lheodor W. Adorno, "El curioso realista", en Notas sobre literatura, Madrid,

Ak,¡I, 2003." Chantal Ponrbriand (ed.), HF/RG. Harun FarockilRodney Graham, París, 2009.

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110c~lá alzado hacia nosotros en signo de levantamiento (toman-do partido), sino que descansa apoyado sobre una mesa en espe-ra de una acción impredecible (tomando una posición). Pero nodeberíamos equivocamos: el puño, descansando sobre una mesadispuesta al interior de un tranquilo cuarto neutral, no es en modoalguno aquiescente en su furia, producto del tiempo resistido.Adopta esta posición porque forma parte de una coreografía muybien pensada, de una dialéctica cuidadosamente elaborada.Primero, Farocki lee en voz alta el testimonio que Thai Bihn Dan,nacido en 1949, redactó originalmente para el TribunalInternacional sobre Crímenes de Guerra de Estocolmo: "El 31 demarzo de 1966 a las siete de la tarde, mientras lavaba los platos,escuché aviones acercándose. Corrí hasta el refugio subterráneo,pero fui sorprendido por una bomba de napalm, que explotó muycerca de mí. Las llamas y el calor insoportable me envolvieron yperdí la conciencia. El napalm me quemó la cara, los dos brazosy ambas piernas. Mi casa también se quemó. Estuve inconscien-te por trece días, luego desperté en la cama de un hospital delFrente Nacional de Liberación"."

Interrumpamos el discurso y reflexionemos brevemente sobrela aporía, que aquí aparece articulada al modo de tres proble-mas entrelazados. Un problema estético: Farocki quiere dirigir-se a los "sentimientos" de su espectador, y quiere respetados.Un problema político: unos segundos más tarde, el tacto de lossentidos se transforma en un puñetazo lingüístico mientrasFarocki cuestiona brutalmente la "responsabilidad"de esemismo es-pectador. "Si los espectadores", dice, "no quieren tener respon-sabilidad alguna frente a los efectos del napalm, ¿qué responsa-bilidad podrían asumir respecto de las explicaciones sobre suUSO?"II(Un razonamiento que, a propósito, está inspirado enBertolt Brecht). ¿Así que no quieren asumir ninguna respon-sabilidad? Entonces también es un problema de saber/conocimien-10 (knowledge; connaissance), de ignorancia/desconocimiento(misknowledge; méconnaissance) y de acuse de recibo/reconocirnien-ro (acknowledgement; reconnaissance). Pero, ¿cómo impartir co-nocimiento en alguien que se niega a conocer? ¿Cómo abrir losojos? ¿Cómo desarmar las defensas, las protecciones, los estereo-upos, la mala voluntad, las políticas de avestruz de quien no quie-rr saber? Es con esta pregunta siempre en mente que Farocki con-vidcra el problema de toda su película. Es con esta pregunta enmente que su mirada vuelve a la lente de la cámara y Farockipasa a la acción.

sentirán como si hubiésemos probado el napalm sobre ustedes, asu costo. Solo podemos darles una débil demostración de cómofunciona el napalm". lO

*

En segundo lugar, Farocki, a la manera de los mejores filóso-fos, nos presenta una aporta para el pensamiento o, para ser másprecisos, una aporía para elpensamiento de la imagen. Se dirige anosotros, mirando directamente hacia la cámara: "¿Cómo pode-mos mostrarles al napalm en acción? ¿Ycómo podemos mostrar-les el daño causado por el napalm? Si lesmostramos fotos de dañoscausados por el napalm cerrarán los ojos. Primero cerrarán los ojosa las fotos; luego cerrarán los ojos a la memoria; luego cerrarán los[os a los hechos; luego cerrarán los ojos a las relaciones que hay

entre ellos. Si les mostramos una persona con quemaduras de na-palm, heriremos sus sentimientos. Si herimos sus sentimientos, se *

9. Ilarun Farocki, "Feu inextinguible", en Christina Blürnlinger (ed.), ReconnattreI!t poursuiure, op. cit., p. 15.

10. ú«. p. 15-16.11 ¡bltI., p. 16.

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I~n tercer lugar, entonces, tal y como puede leerse en el guión de¡-¡legoinextinguible: "CÁMARA a la mano izquierda de Farocki apo-yada sobre la mesa. Su mano derecha se extiende fuera de la pan-talla para tomar un cigarrillo encendido y luego apagado contrael lado interno de su brazo izquierdo, a mitad de camino entre lamuñeca y el codo (3.5 segundos). Narrador en off: Un cigarrilloquema a 200 grados. El napalm quema a 1.700 grados". 12

*

20

Interrumpamos la imagen y no olvidemos que este simple puntodoloroso (exactamente tal y como el Nuevo Testamento se refie-re a la "verdad dolorosa"), este punto de dolor, de piel quema-da, recuerda a otras imágenes que emergieron en ese mismo mo-mento: los vietnamitas inmolándose y, más recientemente aún,Jan Palach en llamas en el Wenceslas Square de Praga el 16 deenero de 1969. Palach murió a causa de sus terribles quemadurasapenas tres días después. Hace muy poco volví a escuchar la únicaentrevista radial que consiguió dar, con la voz quebrada, desde lacama del hospital. Lo que es realmente conmovedor es que Palachcita espontáneamente como un ejemplo de libertad civil-libertadcivil en nombre de la cual acaba de sufrir la peor de las experien-cias-la libertad de información. Básicamente, dice que es preferi-ble inmolarse que vivir desposeído del mundo, recortado de lasindispensables "imágenes del mundo". Refiriéndose al infierno deltotalitarismo, se dirige al mundo diciendo, "¿No ven que estamosmuriendo quemados, envueltos en llamas?", y convierte este mismodirigirse al mundo en una imagen a ser transmitida." Fue paraconmemorar el aniversario de su muerte que se organizaron ma-nifestaciones masivas en Praga veinte años más tarde; fue por in-

]2. lbld., p. 16.13. Ver Georges Didi-Huberrnan, ''Lirnage brúle", en Laurenr Zirnrnerrnann(ed.), Penser par les images. Autor des travaux de Georges Didi-Huberman,Nantes, 2006.

tentar poner una corona en su tumba que Vaclav Havel fue arres-lado el 16 de febrero de 1989 y luego sentenciado a nueve mesesde prisión. La dictadura se desplomó unos meses antes.

*

Hcvar el propio pensamiento hasta el enojo. Elevar el propio enojoh.\~la el punto de quemarse a uno mismo. Para mejorar, para de-nunciar serenamente la violencia del mundo.

*

)0'1 .rlcmán y el francés usan una expresión similar -seine Hand inslrurr legen; mettre sa main au feu; literalmente, "poner las manos11el fuego"> para significar un compromiso moral o político, la

II'\)lonsabilidad que se asume como propia cuando se está frente1111\contenido verdadero. Como si se hubiese vuelto necesario,11nuestras condiciones históricas actuales, atreverse verdadera-

1III'IIlt' a "poner (tegen) las manos en el fuego" para entender1111'/111.,para leer (tesen) mejor este mundo a causa del cual pade-'1110\ este mundo del que debemos afirmar, repetir, declarar

'JlH~ ('S ;1 partir del cual estamos padeciendo- y así y todo nos ne-11110\,\ padecer (leiden).

*

ti fI/('x;/inguible tuvo muchísimos menos espectadores en 1969III( '11 )()()9, cuando se la proyectó en los bellos espacios de ex-¡I!II11111blancos del Jeu de Paume de París. Los lugares históricospOli h 11 0\ el Jeu de Paume, con su pasado revolucionario, es un

'ICIII)'lo Llsi perfecto de esto- a menudo se convierten en lugares1[1I~U"'111I1Ocultural. No hay razones para que no hubiera de ser

i, ll~tlllIll'IHI() que uno se mantenga atento a un malentendido¡dCIIII (', más fácil ver Fuego inextinguible hoy, en el contexto

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de una historia del arte pacificada, que en el contexto de la histo-ria política en llamas en la que la película quería efectivamente in-tervenir, En lo contemporáneo del cubo blanco del Jeu de Paume,uno tiene necesariamente muchísimas menos probabilidades depensar en los actos bárbaros que se cometieron en Vietnam (causaeficiente) que en las acciones artísticas (causas formales) recono-cidamente prolíficas de los cincuenta, sesenta y setenta (esos añosde "perforrnances" de los que aquella muestra norteamericana acer-tadamente titulada Out 01Actions [Faltos de acciones] intentó pro-veer una instantánea histórica). 14 Por suerte, Farocki no fue partede esa fotografía. Pero, ¿qué pensaría espontáneamente un histo-riador del arte si se lo confronta a Fuego inextinguible? Seguramentepensaría en los accionistas vieneses de un lado y en la famosa "per-formance" de Chris Burden, Shoot [Disparo], del otro. Por supues-to, esto solo oscurecería la muy simple -y así y todo muy dialéc-tica- lección de esta película.

22*

Entonces comparemos. Cuando, en 1971, Chris Burden se hizodisparar en el brazo con un rifle, permaneció, al menos hastadonde sé, callado a lo largo de todo su gesto. Una famosa foto-grafía lo muestra parado, erguido aunque aturdido por el shock,con dos agujeros en el brazo de los que surge un hilo de sangre. 15

Su "acción" solo fue discutida, siempre, en referencia a otras"obras de arte" anteriores o posteriores, como ser Tirs de Nikide Saint Phalle o Corps pressenti de Gina Pane." El mismo ChrisBurden dijo de su obra que era una escultura minimalista (en elsiguiente sentido: su "escultura" es la heredera distante de la

14. Paul Schimmel (ed.), Out o/ Actions. Betioeen Performance and the Object,1949-1979, Londres/Los Ángeles, 1998.15. Ibld., p. 97.16. Ver Laurence Bertrand Dorléac, L'Ordre sauvage. Violence, dépense et sacredans l'art des années 1950-1960, París, 2004.

"pared tiroteada' que Marcel Duchamp utilizó en 1942 para lat.lpa del catálogo de la muestra First Papers olSurrealism, la fechamisma de aquella obra implicando, en un momento en queFlIropa era una balacera, una alusión histórica): "De repente, unupo aprieta un gatillo y, en una fracción de segundo, yo habíalu-cho una escultura". 17 La quemadura de cigarrillo en el brazodt' Farocki de 1969 es sin embargo bastante distinta a la herida,'11 el brazo de Chris Burden de 1971. La lesión de Burden fue. oncebida como una obra de arte, y esta obra de arte tiene lugar

iermina- cuando se dispara la bala. Es por tanto un mediokIt ia sí misma, un medio estético. La quemadura de Farocki,pOI el contrario, es meramente un medio al comienzo de unapdkula que durará otros veinte minutos (que es el tiempo queI~'ttivamente lleva entender la terrorífica economía del napalm

I.illlllando por todo el mundo). Como su herida era un medio¡(,\oluto, Burden lógicamente no tenía ningún comentario para11.11er: no había necesidad de lenguaje porque era el rifle quien1..111(,1hablado (y disparado) y era ahora el cuerpo el que estaba1..llIl.lIldo(sangrando). La quemadura de Farocki, a la inversa,

xig" una apreciación al interior del lenguaje y, aún más, unaII!tllilllización o una relativización experimental (por tanto, lo)!'"nlO a una "heroización del artista'): "Un cigarrillo quema a'00 1\I,\(10s.El napalm quema a 1.700 grados".

23

*

I 011'1"",11' -eso es precisamente lo que Harun Farocki tenía en¡¡CI"(~c on esta quemadura autoinfligida. Me parece que este gesto

!lO elu i.uuo una "metáfora', como sugiereThomas Elsaesser,'8sinoilb hiell una coreografía de comparación dialéctica. O incluso"lit uu-ronimia, si uno considera a esta herida puntual como un

( 11 •• 111 en ibld., p. 375-376.11""".1\ l-Isaesser, "Harun Farocki: Filmmaker, Artist, Media Theorist", en

IIII)!II.!} I'.I-.I<·",'r (ed.), Harun Farocki: Wórking on the Sightlines, Amsrerdam, 2004.

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único plxel de lo que Jan Palach tuvo que sufrir en su cuerpo en-iero. Fue, en cualquier caso, un argumento histórico cuidadosa-mente considerado, que usó calor verdadero (a 200 o a 1.700 gra-dos centígrados, da igual) como su eje central. La marca de laquemadura no era un punto definitivo o su metáfora debilitada,sino un punto relativo, un punto de comparación: "Cuando ter-mina de hablar, el autor [así es como se refería Farocki a sí mismoen 1995, en su instalación Interseccián/Scbnittstelle, 1995] se quemaa sí mismo, aunque solo lo hace en un punto de piel singular.Incluso aquí, solo un punto de relación con el mundo real".

*

24

Harun Farocki nació en 1944, en un tiempo en que el mundo en-tero todavía vivía bajo la amenaza de una violencia política y militarsin precedentes. Es como si no solo hubiesen sido las cenizas de lasciudades bombardeadas las que parecieran haber aterrizado directa-mente sobre su cuna; además, junto con ellas, parecerían haber ate-rrizado también los pensamientos que fueron escritos, para acompa-ñarlas pero en el otro extremo del mundo, por unos pocos exiliadosalemanes en medio de los cuales, desde el interior mismo de su pro-pio tiempo sufrido (sus mugrientas vidas de exiliados, su "vida muti-lada"), el pensamiento había sido capaz de elevarse a sí mismo hastael nivel de ira política -es como si estos exiliados se le hubieran ofre-cido durante toda su vida. Pienso en Berrolr Brecht, por supuesto, ysu Diario de trabajo, en el que casi todas y cada una de las páginasreflexionan sobre la cuestión de la política de la imagen." Pero tam-bién pienso en la Dialéctica de la Ilustración escrita por TheodorAdorno y Max Horkheimer durante su exilio en los Estados Unidos.Ciertamente, esas son dos palabras cercanas a Farocki: Dialektik[Dialéctica] describiendo del modo más preciso posible su propio

19. Ver Georges Didi-Huberman, Quand les images prennent position. Loeil del'histoire, I, París, Minuit, 2009.

método de trabajo, su manera de editar; Aufklarung [Ilustración]upresentando tanto la "luz" de la Ilustración como la actividad de"nx ouocimiento" (reconnaissance) más amenazante de los aviones bé-11\os, tal y como puede verse en esas guerras repletas de cámaras queLu 0<. ki ha cuestionado en varias de sus películas, entre ellas Imágenesrl m lindo y epitafios de la guerra iBilder der Welt und Inschrift des

"'II'J!,l'S) de 1988, e instalaciones (por ejemplo, Ojo/MáquinaI.III,W'/Maschine] de 2000). Por supuesto, los dos autores de esta co-IlIlIulfsima obra -escrita en 1944- ciertamente no encarnaban lo11111l\rccht más había apreciado de su estadía en los Estados Unidos.1't1IIJIICaunque Brecht sí discutía acerca de teatro y de cine con\.It111l0, escuchaba discos de Hanns Eisler en su casa, disfrutaba.1" n\.1 ndalizar a todo el mundo criticando a Schonberg y partici-p6, dt' hecho y entre otras ocasiones en junio y agosto de 1942, delellllll.1Iio de la Escuela de Frankfurt en el exilio/O es igual de cierto

qlll I\ll'cht también solía decir que Horkheimer era un "payaso" yIljl'lIlIlIonario [que] puede comprarse una cátedra en donde sea que

II quedando"." Hay algo fundamental que sin embargo une a10l1,1\ (·,IOSgrandes antifascistas que pagaron cara su libertad de pen-

11111<1110.Es precisamente eso que une la Dialektik, esta palabra queImlol.1111'negación, de verdad, de historia, y la Aufklarung, la luz deI¡¡111I\11.llión cuyo trabajo histórico de autorevocación y autodes-

llICo 1<111h.ln visto todos ellos con sus propios ojos, llenos de angus-111111I,:XIinguible quemarse a uno mismo. Parecería entonces aún1111'11\0 describir este algo como laposibilidad de lopeor a la que

iUII'" valores más preciados -la luz de la Ilustración, el ideal deI!!IIIII.III,I.l verdad de las palabras, la exactitud de las imágenes-u, 1"11I.IIHO,constantemente expuestos.

*

I ¡¡olt 1111'1111. Diario de trabajo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1979.,1¡di, r II Ill. ".lId Wolin, Tbe Frankfurt School Reuisited and Otber Essays on

,,',oor/y, l.ondres, 2006.

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'on cierta perspectiva, entonces, podría decirse que Harun Farockicomparte con Adorno y Horkheimer esa pregunta fundamentalque intenta rastrear, tal como lo plantean las primeras páginas deDialéctica de la Ilustración, "la autodestrucción de la Ilustración"en "el poder que controla la técnica"." ¿Por qué "la tierra entera-mente ilustrada resplandece bajo el signo de una triunfal calami-dad"?" ¿Por qué ese "saber, que es poder, no conoce límites, ni enla esclavización de las criaturas ni en la condescendencia para conlos señores del mundo"?" Estas son preguntas recurrentes en laobra de muchos pensadores, entre ellos Aby Warburg y SigmundFreud, Walter Benjamin y Siegfried Gideon, Hannah Arendt yGünther Anders pero, también, Gilles Deleuze o Michel Foucault,Guy Debord o Giorgio Agamben, Friedrich Kittler o Vilém Flusser,Jean Baudrillard o Paul Virilio. Son preguntas comunes, solo queFarocki las ataca desde el punto de vista privilegiado de la obser-vación específica e intensiva: todos estos fenómenos de autodes-trucción implican, hoy -ciertamente hoy tanto como ayer, peroasí y todo también hoy más que nunca-, un cierto trabajo sobrelas imágenes.

*

Así, cuando Adorno y Horkheimer afirman que "la abstracción,el instrumento de la Ilustración, se comporta respecto de sus ob-jetos como el destino cuyo concepto elimina: como una liquida-ción [de modo tal que] los mismos libertes terminaron por con-vertirse en aquella «tropa» [Trupp] que Hegel designó comoresultado de la Ilustración"/5 Farocki probablemente agregaría que,hoy, es el tratamiento de las imdgenes en la esfera social (entendí-

22. Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, Dialéctica de la Ilustración, Madrid,Trotta, 2005, p. 53 Y56.23. Ibld., p. 59.24. Ibtd., p. 60.25. ne; p. 68.

d.! esta última del modo más amplio posible, desde la aviación mi-litar hasta la gestión del tráfico urbano y desde la prisión hasta elcentro comercial) lo que va a la vanguardia tanto de esa abstrae-I ión como de la liquidación de los pueblos en "tropas". El extraor-.hnnrio montaje que vio, en Dialéctica de la Ilustración, un capí-11110acerca de la "industria cultural" (Kulturindustrie) seguido de1111,1exploración de los "elementos del antisemitismo"," encuentrahoy ('lOS en el cuestionamiento obsesivo con que Farocki encara su1III\Illrsimaarticulación, ya sea en Imdgenes del mundo y epitafios

/" gllerra o en Respiro (Aufichub, 2007).

*

11,1 mivmo modo que algunos filósofos quieren mantener supl:II~.lllIicnloal nivel de una teoría crítica que merezca verdade-

111'-:111('ese nombre -deberíamos recordar que Bertolt Brecht y¡III'I Iklljamin tenían un proyecto en común, una revista lla-

'1!'I.,A,¡lis und Kritik, y que Harun Farocki fue uno de los edi-l" ,It- Filmkritik de 1974 a 1984-, algunos cineastas han in-ill."I•• III.1111enersu práctica al nivel de lo que podría llamarse

(1111"1" critico de las imágenes: un montaje del pensamientoliulll ,al 1itrno del enojo que busca mejorar, que busca denun-11.'II'I'"I.'lllcme la violencia del mundo.

*

"";, lill¡',Iardua y, para ser precisos, una tarea dialéctica.1,11" llustracián no puede prescindir del uso de la

(111/(", l.tI como quedó demostrado, por ejemplo, a lo1(1 tllIll l., ohra de Theodor Adorno (uno podría, por otro

lillilllll lIiI"I"I,IS () "cínicos", en el sentido moderno del tér-

¡{I!,dl,-"'1111'~l' permiten la haraganería o el "lujo" de aban-

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donar la Ilustración de una vez y para siempre a manos de aque-llos otros que la usan para propósitos totalitarios; como VictorKlemperer sin lugar a dudas sabía cuando se negó a entregar ape-nas una sola palabra de la lengua alemana a Goebbels,27 el hechoes que uno no debería entregar nunca ni la más mínima parte delbien común al enemigo político). De modo similar, una critica delas imdgenes no puede prescindir ni del uso, ni de la práctica, nide la producción de imdgenes criticas. Las imágenes, no importacuán terrible sea la violencia que las instrumentalice, no están to-talmente del lado del enemigo. Desde este punto de vista, HarunFarocki construye otras imágenes que, al contrarrestar las imáge-nes enemigas, pasan a estar destinadas a transformarse en partedel bien común.

*28 Como Aby Warburg, que se pasó la vida obsesionado con la dia-

léctica de lo que él llamaba los Monstra y los Astra -una dialécti-ca que, según él mismo, encerraba toda la "tragedia de la cultu-ra"-, y Theodor Adorno, continuamente preocupado por ladialéctica de la razón autodestructiva, Harun Farocki formulaincansablemente la misma pregunta terrible (la misma preguntaque, me atrevería a decir, ha estimulado mi trabajo por "siempre",y que, en cualquier caso, es la que me da esa sensación de una ver-dadera identificación cada vez que me enfrento a los montajes deFarocki). La pregunta es la siguiente: ¿por qué, de qué manera ycómo es que la producción de imdgenes participa de la destrucciónde los seres humanos?

*

27. Vicror Klemperer fue un teórico primariamente reconocido por su libro de1945, LTI - La lengua del TercerReicb, Barcelona, Minúscula, 2001.

Ante todo hay imágenes que prescinden de los mismos sereshumanosque se suponía que tenían que representar: "Así como al principiolos robots mecánicos tomaron a los obreros de la fábrica comomodelo, pronto los superaron y finalmente los suplantaron porximpleco, las máquinas sensoriales reemplazarán el trabajo del ojohumano. A partir de mi primer trabajo sobre el tema llamé "imá-genes operativas" a estas imágenes que no están hechas para en-lretener ni para informar (Ojo/Mdquina, Berlín, 2001). Imágenesque no buscan simplemente reproducir algo, sino que son másbien parte de una operación"." Pero la "dialéctica de la Ilustración"es aún más retorcida, porque el desarrollo de tecnologías sofisti-l adas tiende a ir de la mano de, por lo pronto, las formas más bru-"des de indignidad humana. Al respecto, Farocki nota que"mientras los nazis ponían en el aire al primer avión de turbo-propulsión y las armas teledirigidas, mientras conseguían mi-niaturizar la cámara electrónica para que fuera posible montar-1.1 en la punta de un misil, en Europa Central se contabilizaba1.1 mayor cantidad de trabajo esclavo conocida hasta el momen-10. Sorprende ver filmaciones de Peenemünde, la base del V2 y01 lOS misiles: allí, las armas de alto rendimiento son transpor-1.11 las en carretillas de mano ... ". 29

luego, hay imdgenes para destruir sereshumanos: imágenes cuya11.11 maleza técnica deriva de su conexión inmediata -generalmen-11' por motivos de "reconocimiento" (Aufkliirung) y guía- con la'_ .1I1(·ra armamentista. Escribe Farocki: "En 1991 aparecieron dos1(0111.1\ de la guerra de los Aliados contra Irak que representaban1111.1 nueva clase de imagen. La primera muestra el recorte de unlCIIl'IIC) filmado por una cámara en un helicóptero, en un avión o

11 1111 rlrone, como se denomina a los aviones livianos no tripula-d,·" 11 1 iI izados en la exploración aérea. En el centro de la imagen

"el "1.1 guerra siempre encuentra una salida" en página 147..1. Vrl "Influencia cruzada / Montaje blando", en la página 111.

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hay una mira que indica el blanco al que se dirige un proyectil. Laexplosión satura la escala de contraste, el diafragma automáticotrata en vano de contrarrestar el efecto y la imagen se corta. La se-gunda imagen proviene de una cámara montada en la punta deun proyectil. La cámara se precipita sobre el objetivo y aquí la ima-gen también se interrumpe. [... ] Las imágenes desde la perspec-tiva de una bomba se podrían interpretar como una subjetiva fan-tasma. Estas imágenes de una cámara arrojándose sobre un objetivo,es decir, de una cámara suicida, se han grabado en nuestra memo-ria. Se trataba de algo nuevo, algo que representaba una realidadde la que no se sabía nada desde la aparición de los misiles de cru-cero en los años ochenta. Las imágenes aparecían unidas a la frase'armas inteligentes' ... ".30

No es necesario recordar que estas imágenes, tan bellas comovideojuegos, fueron ofrecidas para la fascinación de todos mien-tras, al mismo tiempo, el Ejército de los Estados Unidos se ocu-paba de mantener a los fotógrafos de diarios y revistas de todo elmundo estrictamente fuera de los campos de batalla. El intentoera que estas imdgenes de procesos técnicos, cuadriculadas por el visory saturadas de explosiones, estas imágenes abstractas y perfecta-mente "contemporáneas", tomaran el lugar de las imdgenes de re-sultados que un corresponsal podría -debería- haber traído de vuel-ta de las ruinas causadas por todos estos "golpes quirúrgicos"(imágenes que, por lo demás, no habrían parecido "nuevas" en lomás mínimo, porque nada se parece más a un cuerpo quemadoque otro cuerpo quemado). Farocki, en cualquier caso, afirma que"las imágenes operativas de la Guerra del Golfo de 1991, esas imá-genes sin personas, fueron más que una mera propaganda para si-lenciar a los 200.000 muertos de esa guerra, a pesar de las rígidasmedidas de censura. Surgieron del espíritu de una utopía bélicaque no tiene en cuenta a los humanos y que los acepta como víc-timas con condescendencia o incluso con cierta desaprobación.

30. En "La guerra siempre encuentra una salida", p. 147.

uando le preguntaron por las víctimas del lado iraquí, un voce-ro militar respondió: 'We don't do body counts'. Esa frase se po-dría traducir como: 'Nosotros no somos los encargados de cavarlas tumbas, ese es un trabajo sucio que deben hacer otros" .3\

*

También hay imágenes operativas sencillamente destinadas amonitorear a los seres humanos, a menudo bajo el pretextoaceptado o directamente aplaudido por una parte importante

de nuestras asustadas sociedades- de evitar que se destruyan a símismos. Esto es, en cierta medida, el reverso de la automatiza-( ión del trabajo que Farocki trató en Ojo/Máquina: se las puedeva operando en Contra-Musica (Counter-Music), de 2004, que ya110 intenta poner en evidencia la economía de un producto quí-mico como el napalm sino, en cambio, la economía de la circula-1 "Sil, de los pasajes y flujos de poblaciones en cualquier ciudadmoderna." Christa Blümlinger ha señalado muy acertadamente1••presencia, en la obra de Farocki, de esta "reflexión fundamen-l.tIsobre la sociedad de control"," que alcanza su punto álgido en1.1 película Imágenes de prisión, de 2000, seguida ese mismo año1'11I .\\1 versión "instalada" titulada Creía ver prisioneros (lch glaub-

(,'rfmgene zu seben), una cita casi perfecta a la reacción de IngridIk'l~lI\anfrente a la visión de los obreros en la fábrica en Europa.1 dI' Roberto Rossellini).

1m 11150 para aquellos que no han leído los textos fundamen-I¡tI", dt"Michel Foucault y Gilles Deleuze sobre las "sociedades deUilllllll" -sin olvidar tampoco las historias de William S. Burroughs

,p. 157.I (hlista Blümlinger, "Mérnoire du travail et travail de la mémoire.

iti,V/l.IIOlki (11propos de l'installation Contre-Chanq", en [ntermedialités., ,hllirie des arts, des lettres et des tecbniques N° 11, 2008.

• p. 'iJ.

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Philip K. Dick-, los diarios anuncian casi todas las mañanas quelos artefactos de vigilancia, lejos de prevenir la destrucción de losseres humanos, básicamente les confieren un nuevo tipo de exis-tencia, aún más espectacular. Como una vez escribió Farocki, entanto la vigilancia ciertamente produce "una existencia abstractadel mismo modo en que la fábrica fordista producía trabajo abs-tracto", la palabra abstracto/a debe ser entonces considerada aquíal interior de los términos bien precisos en los que la entendieronAdorno y Horkheimer en Dialéctica de la Ilustración, cuando afir-maron que "la abstracción, el instrumento de la Ilustración, secomporta respecto de sus objetos [...] como una liquidación".34Para que uno pueda convencerse a uno mismo de esto, no hacefalta más que volver a ver, en Imdgenes deprisión, ese momento es-calofriante en que la cámara ha detectado una pelea en el patio dela cárcel yel revolver que está unido a ella -porque para eso es elartefacto completo: monitorear y destruir- suelta sin advertenciaalguna un disparo a uno de los prisioneros.32

*

"Durante los primeros meses de 1999 estaba recorriendo las cár-celes de los Estados Unidos para recolectar imágenes de cámarasde vigilancia. Es un tipo de imagen que ha sido apenas teorizado,aun al día de hoy. La mayoría de lasprisiones de los Estados Unidosestán lejos de las ciudades y solo tienen una playa de estaciona-miento enfrente, no hay nada más que pudiera sugerir cualquiertipo de planearnienro urbano en pos de crear un espacio público.Algunos estados les dan a los visitantes la opción de, en vez de via-jar hasta la cárcel, comunicarse con los internos desde su casa a tra-vés de algo así como un teléfono/televisor. En California y Oregónvisité prisiones que habían sido construidas en áreas básicamente

34. Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, Dialéctica de la Ilustración, op.cit., p. 68.

deshabitadas, lo que a uno le hace recordar que hace no tanto tiem-po los prisioneros eran enviados a las colonias. [...] Mis visitas a las1 .írceles fueron una experiencia terrorífica. El director de una pri-,i()n en California, un tipo que tenía formación de cura, me dijo'luc el director anterior era de ascendencia armenia y, por tanto,110 toleraba que las vallas fueran cargadas eléctricamente. Le recor-.l.iba demasiado a los campos alemanes. [...] En Campden, cercadI' Filadelfia, la cárcel era el único edificio de la calle principal que11'111permanecía intacto. Sepodían ver las áreas comunes a través de

1I110S gruesos paneles de vidrio, y olía a sudor, como en un zoológi-1 o, El guardia penitenciario que me dio una visita guiada se ocupó111' scñalarrne la boca de manguera que había en el techo, ¡a través111' 1.\ cual saldría gas lacrimógeno en caso de emergencia!Esto nunca".I\() porque resultó ser que los químicos se descomponían cuan-do se los almacenaba por algún tiempo. [...] Después de que filma-111m en el Instituto Correccional Two Rivers de Oregón, mi cama-111'.1.1(0, Ingo Kratisch, y yo nos fuimos a tomar un café en la terraza

II..Illub de golf contiguo. Era apenas soportable, era como uno de1 \11\ cortes de edición baratos que buscan el máximo efecto posi-1," de la cárcel de alta tecnología (lumpemproletariado) al club de','" f Ion irrigación artificial (pensionados); los jugadores de golfuul.rbun por ahí manejando sus carritos eléctricos. Oposiciones1111111estas sugieren una relación.?" .

*

! 'l,:llIlllti.lr: elevar el propio pensamiento hasta el nivel del enojo.I'li'II'\I.\!. Separar, voltear las cosas que parecen caer de suyo./1(1111 1.1111bién establecer, en un nivel, una relación entre cosasI"t}, 1'11 otro nivel, parecen completamente antagónicas. Esto es,¡IIIIIIII'\, un acto de montaje: de un lado, la prisión norteame-

111111111F.Hocki, "Bilderscbatz (excerpts)", en Christina Blümlinger (ed.),1/, ,./poursuiure, op. cit., p. 94-95.

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ricana y el campo de concentración alemán; del otro, la prisiónpara los peligrosos y el campo de golf para los inofensivos. Perolo que Farocki nos muestra es que el campo de concentración-y, más importante aún, la historia colonial y, por supuesto, la cues-tión de la esclavitud- no está en modo alguno ausente de la me-moria de esta prisión, aun cuando sea este campo de golf el queen realidad está ubicado a su lado. Se hace evidente que los mon-tajes de Harun Farocki tienen que ver, antes que todo y princi-palmente, con lo que Walter Benjamin llamó el "inconscienteóptico" y, a causa de ello, se presentan a nuestra mirada comouna verdadera crítica de la violencia a través de las "imágenes delmundo", asumiendo que la violencia a menudo comienza con laimplementación de artefactos aparentemente "neutrales" e "ino-centes": regular el tráfico visitante, construir una prisión en unlugar específico, diseñar los paneles de vidrio de un área comúnde determinada manera, ubicar artefactos de "seguridad" en losconductos del techo, reintroducir cierto tipo de organización deltrabajo entre los prisioneros que se supone es "beneficiosa" parala institución, etc.

Una crítica de la violencia, entonces. Para criticar la violen-cia, uno tiene que describirla (lo que implica que uno tiene queser capaz de mirar). Para describirla, uno tiene que desmantelarsus artefactos, "describir la relación", como lo expresa Benjamin,en la que se constituye (lo que implica que uno tiene que ser capazde desmontar y volver a montar los estados de cosas). y así y todo,si seguimos a Benjamin, establecer estas relaciones implica invo-lucrarse con por lo menos tres dominios, que Farocki trata simul-táneamente en cada una de las investigaciones que emprende. Elprimer dominio es el de la técnica como la esfera de los "medioslimpios" que la violencia pone en uso: "En la aproximación másconcreta de los conflictos humanos relativos a bienes, se desplie-ga el ámbito de los medios limpios. De ahí que la técnica[Technik], en su sentido más amplio, constituye su dominio más

propio"." El segundo territorio en el que uno debe cuestionarc unstanternente la violencia es el del "derecho y la justicia" .'7l r.msitivarnente, la investigación de Farocki sobre las imágenesnunca estará libre de consecuencias legales, empezando por laI ucstión de quién las "produce" ya quién le pertenecen, cómo sepuede citadas y en qué riesgos se incurre cuando se las utiliza ...linalmente, Walter Benjamin -a pesar de las dificultades filoso-1il ,I,~intrínsecas a sus formulaciones- deja perfectamente en claroque "la crítica de la violencia es la filosofía de su propia historia[que] hace posible una postura crítica, diferenciadora y decisivaIl'\pCCtoa sus datos cronológicos.?" ¿Podría ser, entonces, que laIllI,lgenestuviera complotada con la violencia sencillamente por-qtll' es un objeto inseparablemente técnico, histórico y legal?

*

r kv", r el propio pensamiento hasta el nivel del enojo, elevar el1"ltpio enojo hasta el nivel de una obra. Tejer esta obra que con-I\Ic cu cuestionar la tecnología, la historia y la ley. Para que nos

I"lltlim abrir los ojos a la violencia del mundo que aparece ins-i 111.1 en las imágenes.

dll'l Iknjamin, "Para una crítica de la violencia", en Para una critica de la/" y (/IrOS I!nsayos. Iluminaciones IV, Madrid, Taurus, 1999, p. 34.

,,,,,n.,1'

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RABA]ADORES SALIENDO DE LA FÁBRICA*gas y en los crematorios consiguieron lo que los Aliados. 11>1

todo su poder bélico-militar, no creían poder conseguir: el "octubre, en una acción suicida, hicieron estallar por los .111

uno de los crematorios."!' Ninguno de los rebeldes sobrevivrá,En una de las tomas aéreas se reconoce la destrucción pal'l,:íidel crematorio IV.

192 1.,\ película La sortie des usines Lumiére a Lyon de los hermanoslouis y Auguste Lurniere (1895) dura cuarenta y cinco segundos>' muestra a unos cien empleados de la fábrica de artículos foto-I-\,Micos de Lyon-Montplaisir saliendo de la fábrica por dos por-iones y abandonando la imagen por ambos lados. Durante los úl-limas doce meses me dediqué a registrar la mayor cantidad dev.iriaciones posibles del tema de esta película: los empleados de-,ando su lugar de trabajo. Encontré ejemplos en documentales,1'1\ películas sobre la industria, en noticieros y largometrajes de fic-I ión. Dejé de lado los archivos televisivos, que disponen de unaI .mtidad inabarcable de material para cada tema. Tampoco recu-1I ( a los archivos de publicidad para cine y televisión, donde eluabajo industrial aparece muy de vez en cuando. En los avisospublicitarios hay dos temas que producen pavor: la muerte y elIrabajo fabril.

:1

'~I

1

11. David S. Wyman, Das uneruiünschte Va/k, Ismaning, 1986.• Con el título original ''Arbeiterverlassen die Fabrik", este texto fue publicadoen la revista Meteor en 1995.

..

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Berlín, 1934: los trabajadores y empleados de los talleres d,Siemens abandonan encolumnados el terreno de la empresa p.1I I

sumarse a una manifestación nazi. Vemos una columna de Iisiad«de guerra y también mucha gente con guardapolvos blancos, COIIII'

si quisieran ilustrar la noción de la militarización de la ciencia.República Democrática Alemana, 1963 (sin otra especi lit .1

ción de lugar): una milicia de trabajadores bajo la dirección d,1Partido se dispone a hacer ejercicios de entrenamiento. Hornhuy mujeres en uniforme ascienden con mucha seriedad a pequeru»vehículos militares y se adentran en el bosque, donde se enfrenurán con unos hombres que llevan puestas unas boinas y hacen di"saboteadores". Cuando la brigada cruza el portón, la fábrica p.1rece un cuartel.

República Federal Alemana, 1975: frente a los talleres diVolkswagen en Emden se escucha la música del altoparlante de 1111

pequeño vehículo: versos de Vladimir Mayakowski cantados pOI

Ernst Busch. Un sindicalista convoca a los obreros del turno de \.,mañana a una reunión contra el traslado de la fábrica a los EstadoUnidos. Para acompañar la imagen de los obreros industriales ('11

la Alemania occidental de 1975, el sindicato coloca en el film lIll,l

música de optimismo revolucionario que parece salir del escenaunreal y no, como en la praxis torpe de muchas películas de 1%Hsolo de la pista de audio. Resulta irónico que la ruptura con el (O

munismo haya sido tan total que los trabajadores ya no sepan <¡1It1

en esa canción resuena la Revolución de Octubre.En 1895, la cámara de los Lurniere enfocó al portón de la f.

brica, y se convirtió en la precursora de las tantísimas cámaras divigilancia que hoy en día producen a ciegas y autornáticarnenuuna cantidad infinita de imágenes para proteger la propiedad puvada. Con estas cámaras, quizás se podría haber identificado a 1mcuatro hombres que en la película The Killers (1946), de RobenSiodmak, lograron ingresar a la fábrica de sombreros disfrazad mde trabajadores para robar el dinero de los sueldos. En esa película vemos salir de una fábrica a unos obreros que en realidad SOIl

Kángsters. Las cámaras que controlan muros, alambrados, depó-itos, techos y patios llegan ahora al mercado con sensores auto-

máticos de movimiento (Video Motion Detection): estas cámaraspueden desestimar un cambio en la iluminación o en el contras-le y están programadas para poder diferenciar un movimiento irre-levante de una amenaza real (la alarma suena cuando una perso-na se trepa al alambrado pero no cuando pasa un pájaro volando).

Así se preanuncia la creación de un nuevo tipo de archivo, unafutura biblioteca de imágenes en movimiento donde se puedanconsultar los elementos de una imagen. Sin embargo, sigue sien-do absolutamente imposible clasificar y registrar los elementos di-námicos y compositivos que definen una secuencia de imágenes,los factores decisivos cuando se busca hacer una película a partirde una secuencia de imágenes.

La primera cámara de la historia del cine enfocó una fábrica,pero después de cien años se puede decir que la fábrica como talha atraído poco al cine, más bien la sensación que ha producido('S de rechazo. El cine sobre el trabajo o el trabajador no se ha cons-tituido en un género central, y el espacio frente a la fábrica quedórelegado a un lugar secundario. La mayoría de las películas narran.iquella parte de la vida que está después del trabajo. Todo lo queconstituye una ventaja del modo de producción industrial frente.1 otros: la división del trabajo en etapas mínimas, la repeticiónconstante, un grado de organización que casi no requiere toma dedecisiones individuales y concede al individuo un mínimo campode acción, todo ello dificulta la aparición de factores inesperadospara la construcción de un relato. Casi todo lo que ha ocurrido enla fábrica en los últimos cien años, palabras, miradas o gestos, ha es-rapado a la representación cinematográfica. La invención de la cá-mara y del proyector es esencialmente mecánica, y en 1895 la épocade florecimiento de las invenciones mecánicas ya había termina-do. Los procesos técnicos que surgían en esa época, como la quí-mica y la electricidad, prácticamente ya no eran accesibles para lacomprensión visual. La realidad que se funda en esos métodos téc-

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nicos carece, virtualmente, de movimientos visibles. Pero la cáma-ra de cine siempre ha estado capturada por el movimiento. Hacediez años, cuando todavía se utilizaban esas computadoras enormes, que tenían solo una pieza cuyo movimiento era visible (unabanda magnética que se desplazaba de un lado al otro), las cámaras siempre filmaban ese movimiento perceptible como represenración sustituta de las operaciones ocultas. Esta adicción al movimiento dispone cada vez de menos material, pudiendo conduciral cine hacia su autodestrucción.

Detroit, 1926: unos obreros bajan los escalones de un puenu'peatonal que cruza una calle paralela al edificio central de la FordMotor Company. La cámara realiza un paneo hacia la derecha yvemos un portón que se abre, tanto como para permitir el pasode varias locomotoras a la vez. Detrás aparece un patio rectanglllar lo suficientemente amplio como para servir de pista de aten izaje para un globo aerostático. En los bordes del patio vemos .1

cientos de trabajadores camino a las salidas, a las que llegarán recién dentro de unos minutos. Bien al fondo en la imagen vernopasar un tren de carga con una velocidad acompasada con el tempadel paneo. Luego aparece en la imagen un paso a nivel idéntico .dprimero y las escaleras divididas en cuatro carriles están llenas d(nuevo de trabajadores. La cámara pone en escena la fábrica contal maestría y contundencia que el edificio se transforma en lIll.1

escenografía, como si hubiera sido construido por una subdepcndencia de la empresa de producción del film para conseguir rIpaneo perfecto. La fuerza omnisciente de la cámara transforma .1

los obreros en un ejército de extras proletarios. Los trabajadonestán en la imagen principalmente para probar que no estamoviendo la maqueta de una fábrica automotriz o, dicho de 01111

modo, que el modelo ha sido realizado en una escala 1: l.En la película de los Lumiere de 1895 se puede ver que los 11.1

bajadores esperaban formados detrás de las puertas e irrumpicrouhacia la salida tras recibir la señal del operador. Antes de que la dirección cinematográfica comenzara a intervenir para condensa: l.,

acción, ya existía un orden industrial que sincronizaba la vida delos individuos. Fue por este orden preestablecido que salieron enun momento determinado y allí estaban las puertas de la fábricapara capturados como dentro de un marco. La cámara de losLumiere todavía no contaba con visor y, por lo tanto, no podíanestar seguros del encuadre, pero con las puertas de la fábrica seconcibió la noción de un encuadre del que no se puede dudar.

Las puertas de la fábrica estructuran la formación de los obre-ros y las obreras reunidos por el orden del trabajo y esta compre-sión produce la imagen de un proletariado. Es evidente (es unaconclusión que se obtiene a partir de la mirada) que los indivi-duos que atraviesan el portón tienen en común algo fundamen-1;11. La imagen se aproxima mucho al concepto y por eso esta ima-t\cn se ha convertido en una figura retórica. La encontramos endocumentales, en películas sobre la industria o de propaganda, aveces acompañadas por música y/o palabras, siempre representan-do nociones como las de "explotados", "proletariado industrial","trabajadores del puño" o "sociedad de masas".

Sin embargo, la apariencia colectiva no dura mucho. Los obre-I (IS se transforman en individuos ni bien cruzan el portón: esa esl., parte de sus vidas que recupera la mayoría de las películas det¡reión. Si los trabajadores no se reúnen para concurrir a una ma-lit/estación después de salir de la fábrica, la imagen de su existen-I 1.1 proletaria se des integra. El cine podría conservada, haciéndo-1.1 danzar por las calles como el movimiento parecido a un baile'I"C se encuentra en la representación de la existencia obrera enMrtrápolis de Fritz Lang (1927). En esa película los obreros ti e-111'" puestos el mismo uniforme de trabajo y se mueven realizan-di, los mismos pasos torpes. Esta imagen futurista no se ha cum-plido, al menos en Europa o en Nortearnérica, donde es casiImposible darse cuenta en la calle si alguien viene del trabajo, de1r.11 cr deportes o de la secretaría de ayuda social. El capital (o enl Icnguaje de Metrópolis: los dueños de las fábricas) no pretenden

'1"(' los esclavos del trabajo tengan una apariencia uniforme.

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Como la imagen de lo colectivo no se sostiene después de abandonar la fábrica, esta figura retórica por lo general aparece al principio o al final de una película, como un eslogan, allí donde puedafuncionar sin compromiso como epílogo o preámbulo. Es sorprendente que la primera película de la historia ya contenga algo difcil de superar, que exprese algo a lo cual no es posible agregar nada

La entrada de la fábrica puede convertirse en un escenario muproductivo si se trata de mostrar una huelga o el boicot de uruhuelga, la toma o el desalojo de una fábrica. El portón constituyeel límite entre la esfera resguardada de producción y el espacio público, es el sitio ideal para transformar la lucha económica en UII.Ilucha política. Los trabajadores en huelga cruzan el portón y'"reúnen con sus Otros compañeros y con los miembros de otras el.lses sociales. Pero la Revolución de Octubre no comenzó así y t3111poco se han derrocado de esta forma los regímenes cornunist.oSin embargo, durante la toma del astillero Lenin en Gdansk 1111grupo de personas que no pertenecían a la clase obrera permallció ante las puertas de los galpones para demostrarle a la poli. (,1que no podría desalojar la fábrica de forma desapercibida. Eso 101Itribuyó mucho al fin del comunismo en Polonia. La película Ihombre de hierro (1981) de Andrzej Wajda relata este suceso.

En 1916, en un episodio moderno de Intolerancia, D \\Griffith realiza una representación dramática de una hm·lglPrimero se recorra el salario de los trabajadores (porque las ,1111ciaciones que pretenden mejorar moralmente a los trabajado:demandan más recursos). Luego, cuando los obreros en huclsalen a las calles, aparece la policía, cierra sus filas y dispara ~olllla multitud con sus armas. La lucha obrera es mostrada como 1111guerra civil. Las rnuj eres y los niños de los trabajadores se hall Illinido frente a sus casas y observan con horror el baño de salll'ITambién hay un grupo de desempleados que esperan OCUp,1Ilugar de trabajo de los huelguistas, literalmente un ejército dI 1serva. Probablemente este sea el mayor tiroteo ante el POrtú11.1una fábrica filmado en los cien años de historia del cine.

1933: en la representación de Vsevolod Pudovkin (El Desertor)de una huelga de los trabajadores portuarios de Hamburgo vemosal integrante de un piquete observando a los rompehuelgas descar-gar los barcos. Ve a uno tambalearse bajo el peso de un cajón y so-portar por un tiempo más la carga, hasta que se derrumba. El huel-guista observa entonces al obrero desvanecido con una atenciónfría y escrutiñadora mientras unas sombras cruzan su rostro. Sonlas sombras de otros desempleados que se apresuran en llegar a lapuerta para suplantar al que acaba de derrumbarse. Son figurasmiserables, tan debilitadas por la pobreza que parecen niños o an-l ianos. El obrero en huelga mira profundamente a un hombremayor que se pasa la lengua por la boca y quita la mirada horro-rizado. Existen tantas personas que no pueden encontrar ni untrabajo ni un lugar en la sociedad del trabajo que hay que pregun-1.lrsecómo se podría realizar una revolución social en ese contex-to. La película muestra los rostros de los pobres a través de las rejas1,' la puerta de la fábrica. Su mirada sale de la cárcel del desem-pleo y observa la libertad, el trabajo asalariado. Esta situación fil-nuda a través de la reja hace creer que ya están encerrados en unI.llnpo de trabajo. En este siglo hubo millones de personas quelucron declaradas prescindibles, clasificadas como nocivas para laIII iedad o inferiores por su raza. Esas personas fueron encerradaspor los nazis o los comunistas en campos de concentración para

11 reeducación o su exterminio.:harles Chaplin aceptó un trabajo en la cadena de montaje y

1•• policía lo echó de la fábrica durante una huelga ... MarilynMonroe estuvo frente a la cadena de montaje de una fábrica de

~lado en un film de Frirz Lang ... Ingrid Bergman estuvo un día11 la fábrica y cuando ingresó apareció en su rostro una expresiónIr terror sagrado, como si estuviera entrando al infierno ... Las es-

lbs de cine que llegan al mundo proletario son gente impor-lile al estilo feudal. Su experiencia es similar a la de los reyes que

partan del camino en las cacerías y aprenden qué es el ham-n la película de Michelangelo Antonioni El desierto rojo

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(1964), Monica Vitti quiere participar de la existencia proletariay le arrebata a uno de los huelguistas un pedazo de pan mordido.

Si comparamos la iconografía del cine con la pintura cristiana,la figura del obrero se equipara con la de una extraña criatura: elsanto. Pero el cine también muestra al obrero bajo otras formas, tomando elementos de la existencia proletaria que aparecen en otrosestilosde vida. Cuando el cine norteamericano habla del poder econ6mico o de la dependencia, suele ejemplificar la idea utilizando (·1ejemplo del pequeño o el gran gángster y no tanto el de los obrero'y los patrones. Como en los Estados Unidos la mafia controla algunos sindicatos, el pasaje de la película de trabajadores a la pclícula de bandidos tiene cierta fluidez. La competencia, la creaciónde monopolios, la pérdida de la independencia, el triste destino dilos empleados y la explotaci6n acaban juntos en el inframundo. 1'\cine norteamericano ha trasladado la lucha por el pan y por el ~.I

lario de la fábrica a las cajas de los bancos. También los ioesteiussuelen abordar el tema de los conflictos sociales, principalmcmentre los productores ganaderos y los agrícolas, pero los problcnupor lo general no se resuelven en los campos o en las chacras, ~illllmás bien en las callejuelas de los pueblos y en las tabernas.

Incluso en la vida real las luchas sociales en general no OCUIH'li

en la fábrica o frente a ella. Cuando los nazis eliminaron el rnovtmiento trabajador en Alemania, la lucha tuvo lugar en las C3\.I\

en los barrios, en las cárceles y en los campos de detenci6n, pt 111poco frecuentemente en o frente a las fábricas. Los grandes :1\ 11'

de violencia de este siglo, las guerras civiles y las guerras mumlnles, los campos de detención para la reeducaci6n y el exterrn i11111muchas veces tenían que ver íntimamente con el modo de prodi»ci6n industrial y sus crisis. Muchos conflictos están relacion,ul«con eso, pero todo ocurre muy lejos del escenario de la fábri(.1

1956: un informativo del British Pathé emite imágenes tI! 1lucha de clase en Inglaterra. Unos trabajadores en huelga frt'lIlIlos talleres Austin en Birmingham tratan de evitar que los rollll'huelgas sigan con la producci6n, por lo que bloquean las t'lIlI

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das y usan la fuerza para impedir que entren o salgan de la fábri-ca las piezas terminadas. Intentan forzar la puerta de un cami6ny sacar a uno de los rompehuelgas, pero no logran alcanzarlo a tra-vés de la ventana abierta para que se detenga o abra la puerta.Aparentemente esta pelea sigue unas reglas tácitas que limitan laescalada de la violencia. Los huelguistas son apasionados pero nodemuestran ningún deseo de lastimar o de romper algo. Casi siem-pre las luchas de los trabajadores son mucho menos violentas queI,IS que se realizan en su nombre.

Me he dedicado a reunir, estudiar y comparar estas y muchasotras imágenes que retornan el tema de la primera película de lahistoria del cine y realicé con ellas una película: Trabajadores sa-tiendo de la fiibrica (video, 37 minutos, blanco y negro y color,1995). El montaje del film tuvo sobre mí un efecto totalizador:una vez que tuve el montaje a la vista, me asaltó la idea de que elI lile había trabajado durante cien años sobre un único tema. Comoi un niño repitiera la primera palabra que aprende a decir duran-

u' cien años para inmortalizar la alegría de poder hablar. O comoI el cine siguiera los pasos de los pintores del lejano oriente queIl'mpre pintan el mismo paisaje hasta alcanzar la perfecci6n e in-

, orporar al artista. El cine se invent6 cuando ya no se podía creer,'11esa perfecci6n.

En la película de los Lurniere sobre la salida de la fábrica, el.dl/lcio o toda el área opera como una suerte de contenedor que.\ principio está lleno y al final queda vacío, satisfaciendo la cu-uovidad de la mirada que puede estar fundada sobre otros deseos.111 la primera película, el objetivo era representar el movimientoY. ,k ese modo, ilustrar la posibilidad de hacerla. Los actores sonunscienres de esto, algunos levantan los brazos tan alto y pisan1111tanto cuidado al caminar como si estuvieran ilustrando esa,uín para un nuevo Orbis pictus de imágenes en movimiento.

111 1111libro de estas características podríamos descubrir, como en11 •• enciclopedia, que el motivo del portón ya aparece en uno de

IlIs 111imeros textos de la historia de la literatura, la Odisea. El cí-

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clope ya ciego siente salir de la cueva a las bestias de la rnanadncon Odisea y sus acompañantes colgados de sus estómagos. Perola salida de la fábrica no es un motivo literario, no es un tema qUl'haya sido adoptado por e! cine de algún texto literario. Sin embargo, no puede pensarse ninguna imagen fílmica que no recurraa imágenes anteriores al cine, a imágenes pictóricas, escritas, narradas o inscriptas en nuestras mentes. Desviándonos de! caminopodemos observar algo de este pasado.

En 1895, inmediatamente después de recibir la señal de salida de la fábrica, los trabajadores y trabajadoras se arrojaron haciaafuera, y si bien algunos se chocan en e! camino y hay una mujerjoven que le tira a otra de la falda justo un instante antes de separarse y alejarsecada una en direcciones distintas (la mujer sabe qm'su compañera no se animará a devolverle el tirón frente al ojo estricto de la cámara), e! movimiento general es ininterrumpido.Quizás ello se deba a que el objetivo principal era representar dmovimiento, y probablemente se estaba inaugurando allí un nuevoplano simbólico. Más tarde, después de haber aprendido que la\imágenes cinematográficas capturan ideas y son capturadas pOI

ellas,vemosque la determinación con la que los obreros y las obreras realizan sus movimientos tiene un carácter simbólico, que elmovimiento humano allí visible representa los movimientos ausentes e invisibles de los bienes, e! capital y las ideas que circulanen la industria.

MIRADAS QUE CONTROLAN*

En énero comencé con Cathy Crane, en los Estados Unidos, la in-vestigación para una película con e! título provisorio de Imágenesde prisión. Buscábamos imágenes de las cámaras de vigilancia ins-taladas en las penitenciarías, películas de instrucción para guardia-cárceles, documentales y largometrajes cuya temática incluyera lavida en prisión. Conocimos a un detective privado que se dedicaa defender los derechos civilesde las familiasde los presos que mue-ren en las cárceles de California y que lee a Hans Blumenberg.

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Un arquitecto nos mostró el diseño de una nueva cárcel para"sex offenders" en Oregón. En e! plano había un tercio de laconstrucción tachado, e! sector que se había planificado para e!programa terapéutico y para el cual el parlamento no había apro-hado e! presupuesto. Mientras un guardia me mostraba la cár-cel de Carnpden, cerca de Filade!fia, los presos me miraban de

• Con el título original "Kontrollblicke", este texto se publicó por primera vez('nJungle WorldN° 37 e18 de septiembre de 1999.

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reojo y con desprecio, encerrados detrás de los vidrios como ~I

se tratara de la jaula de unas fieras. También vi mujeres que M'

peinaban entre ellas como en una película de Pasolini. El guarodia me dijo que en los techos de las salas comunes había uno"dispositivos para tirar gas lacrimógeno, pero que nunca los habían usado porque después de un tiempo las sustancias quími .cas se deterioraban.

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Imágenes de la prisión de máxima seguridad de Corcorán,California. La cámara muestra un sector del patio de cemento dondelos presos pasan media hora por día con sus pantalones cortos y casisiempre sin remera. Uno de los hombres ataca a otro prisionero, l(l~presos no involucrados se tiran inmediatamente al piso, los brazossobre la cabeza. Todos saben lo que va a pasar: el guardia hará UII

llamado de advertencia y disparará una Vf2 con balas de goma. Silos presos no cortan la pelea, el guardia utilizará balas de plomo.

Las imágenes son mudas, del disparo solo vemos el humo dela pólvora que cruza la imagen. La cámara y el arma están al lado,el campo visual yel campo de tiro son iguales. Se ve que el patiofue construido en forma de segmentos circulares para que nadiepudiera resguardarse de las miradas o de las balas. Un preso, pOI

lo general el que inició el ataque, se desploma. En muchos casosestá muerto o gravemente herido.

En la cárcel los presos integran Prison Gangs con nombre"como "Aryan Brotherhood" o "Mexican Mafia". Tienen qlH'cumplir largas condenas y están encerrados y alejados del mundoen las cárceles de máxima seguridad. No tienen mucho más qm'sus cuerpos, cuyos músculos están desarrollando permanentemente, y su pertenencia a una organización. Para ellos el honores más importante que la vida y pelean aunque saben que recibirán un disparo. En Corcorán ya han disparado dos mil vece:por las peleas entre los presos. Los guardias contaron que suscompañeros muchas veces sacaban al patio simultáneamente alos miembros de grupos enemigos, a propósito, y hacían apues

ras sobre el resultado de las peleas como si los presos fuerangladiadores.

Para ahorrar material, las cintas de las cámaras de seguridadfuncionan a una velocidad reducida. En los registros a los quepudimos acceder se alargó tanto la duración que los movimien-tos parecen bruscos y no tienen fluidez. Las peleas en el patio pa-recen salidas de un videojuego barato. Es difícil imaginarse unarepresentación menos dramática de la muerte.

TECNOLOGíA DE VIGILANCIA

Recibimos las imágenes de las peleas y los disparos de manosde una abogada que representa a los familiares de los presos ase-sinados. Los guardias siempre declaran haber temido que el presotuviera un arma, por ejemplo el mango afilado de una cuchara depléstico. Sin embargo, los presos de Corcorán viven bajo un con-rrol tan estricto que es casi imposible que eso pase.

Desde el cuarto central de control se puede observar qué cel-das están ocupadas y cuáles están vacías, qué puerta está abierta ypor qué pasillo se mueve una persona. Los guardias transmitenuna señal electrónica para poder identificar cualquier movimien-10 no permitido de un prisionero.

En la crisis actual del sistema de justicia de los Estados Unidos(el número de condenados ha aumentado cuatro veces en los úl-timos veinte años aunque la delincuencia disminuye) se constru-yen muchas cárceles nuevas, incluso por iniciativa de empresasprivadas, y se desarrollan e implernenran nuevos recursos tecno-II',gicospara reducir los costos.

Los guardiacárceles deben tener el menor contacto directo po-vible con los presos: como en la producción de bienes, donde prác-Iicarnente no quedan personas, solo máquinas, la custodia de losprisioneros también deberá realizarse casi sin intervención hurna-11.\ directa.

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Existe una máquina a la venta que examina las cavidades corporales del preso para detectar drogas y armas.

Hay detectores de metal en todas las puertas.Un escáner de iris es un aparato que utiliza una cámara póll.1

capturar la imagen del iris y luego aísla sus características significativas y las compara con los datos del registro. Estos dispositivospueden colocarse en las puertas e identificar en dos segundos .1

cualquier individuo, preso o guardia.Una silla que rodea con sus brazos de acero a un preso enfuu •

cido y lo inmoviliza utilizando fuerza moderada, como en una (1'

cena fantástica del cine. También esta máquina expresa el de.\1'1Ide objetividad, de represión desapasionada.

RELACIONES PÚBLICAS

206 El Estado de California ha quitado del código penal la palaluü"rehabilitación"; la cárcel ya no sirve ni siquiera en apariencia p.lli!

rehabilitar, sino que está allí de forma explícita solo a modo .lcastigo.El Ministerio deJusticia encargó la producción de un vid.para los medios de comunicación que buscaba demostrar, priru i

palmente, que los condenados a prisión no vivían en condiciónlujosas, sino que la pasaban bastante mal: The Toughest BCalifornia. Los recursos estilísticos empleados en el film incluyi npuertas que se cierran con estrépito y guardias que irrumpen hlll

camente en la imagen sacudiendo las llaves como si anunci.u fll

siempre la inminencia de una ejecución.Los vemos en cámara lenta, con una distancia focallarga y lit!

sica de fondo que les da el aspecto de los héroes de los westciuEl video se parece a una película de propaganda nazi SO\'II 11

prisión de Brandeburgo filmada en 1943. En ambos casos, el nu nsaje es el mismo: "El tiempo de la clemencia ha pasado. Hay '11dejar de hablar de rehabilitación y comenzar a hablar más bienla severidad del castigo".

En las dos películas vemos a un preso atado de pies y manoscomo un artista circense. Ambas películas transforman al crimi-nal en un espectáculo, pero la californiana es más sensacionalis-ta que la de los nazis. Claro que en la Alemania de 1943 habíamás maltrato que en la California actual, pero los nazis todavíase esforzaban por aparentar cierta legalidad.

La demanda de entretenimiento ha crecido de forma in-creíble con los años y hasta el cine que realiza una crítica a lacárcel busca entretener. Casi en ninguna película crítica faltala ejecución que satisfaga el deseo de sentir el miedo en carne. .propla.

lA CÁRCEL COMO ESPECTÁCULO

Con la modernidad, la praxis del casti~o cambia radicalmen-te y se elimina el martirio público y la ejecución. Las personas que1 orneten infracciones a las leyes son encerradas detrás de muros,excluidas de la mirada pública, invisibilizadas.

Todas las imágenes de la cárcel evocan el pasado brutal de la[uxticia penal.

Vemos una película realizada por el "Bureau of Prisions" deWashington para la formación del personal carcelario. Aparece1111 preso furioso y un guardia que intenta calmarIo, en vano, porlo que llama a su superior que también intenta tranquilizar al[uisionero. Luego el guardia aparece con una cámara oficial paratlocumentar por completo Yoque ocurrirá a continuación: unrllpo de asalto irrumpe en la celda junto con un médico, some-

Ir .tI prisionero y lo ata a la cama (los cinco miembros del grupoIr asalto están protegidos por cascos y escudos y cada uno tiene

1•• tarea de sostener una parte específica del cuerpo del prisione-n enfurecido), Una cámara registra todo lo que pasa para docu-rntar la distancia que el sistema judicial debe guardar respec-

1de los prisioneros.

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Así desaparece el anclaje real de una figura narrativa centralen las películas de cárceles: cuántas veces hemos visto escenas deun film que muestran a la visita y al visitado conversando hasta'Iue aparece un guardia vigilante y los interrumpe, o cómo unhombre y una mujer separados por una pared de vidrio se des-pedían con un gesto de contacto simbólico yanhelante.

'\

Esta representación, por ser tan meticulosa, es poco verosímily obra como una negación. Se insiste demasiado con que el p~'1sonal actúa con desinterés y sin afecto y que ni siquiera disfnu.ide someter al preso. Esta idea aparece con tanta insistencia y tanseguido que uno acaba creyendo lo contrario.

MIRADA QUE CONTROLArEATRO DE CÁMARA

La cárcel de la modernidad busca rehabilitar al prisionero y Y;I

no lo expone públicamente, pero la mirada vigilante del guarduestá siempre puesta sobre él. El guardia es el representante de 1.1sociedad. El filósofo del castigo Jeremy Bentharn diseñó una tor«central de control que permitiera ver el interior de cada una ti,las celdas. Pero los presos no podían saber si en la torre habf.iefectivamente alguien, solo sentían la potencialidad de la mirada. Bentham se imaginaba que cualquier persona podría ing'l'sar a la torre y cumplir con la función de vigilancia.

Para ejercer un control panóptico se debe poder ver dentrode la celda, debe haber una reja en lugar de una pared, comoes usual en los Estados Unidos. Allí se ha comenzado nuevamente en los últimos años a construir cárceles según los principios del Panóptico. En realidad, las cámaras de video puedencontrolar cualquier lugar, pero para los operadores de la cárcello importante es que el preso se sienta expuesto ante una mirada humana.

A su vez, cada vez existen más cárceles donde los presos yano tienen contacto visual directo con sus visitas, ni por unareja ni a través de un vidrio. Solo pueden comunicarse urilizando un video teléfono. La justificación de esta medida es derazón humanitaria: así los familiares ya no tienen que realiza 1

largos viajes para llegar a las cárceles, solo tienen que movilizarse hasta la oficina donde se establecen y se supervisan las comunicaciones visuales.

Películasmudas de la época anterior a Griffith, situadas en la cárcel.En las películas que todavía están muy cerca del teatro, la celdave parece a la sala de estar de una casa. En el teatro, en una salaviempre hay una chimenea, del mismo modo que en una celdahay una reja, que no puede sacudirse sin que se desprenda. Sinuna cuarta pared, una celda solo es un escenario en una caja pa-nóptica, sobre todo cuando los actores no actúan, sino que se li-mitan a representar.

Las intrigas teatrales, de todos modos, son difíciles de contar yaque en la cárcel casi no hay visitas. Por eso en el cine mudo la celdade prisión con frecuencia pasa a ser el lugar de una visión. El conde-nado a muerte se imagina la ejecución o el indulto, los desesperadosn-cuerdan la felicidad perdida, los sedientos de venganza se imagi-u.in el día de su realización.Las imaginaciones se introducen con so-hreimpresiones, doble exposición y con la ayuda de otros efectos ci-lIematográficos.Bajo esta luz, la celda del prisionero es un lugar muyuco en un sentido espiritual y así nos damos cuenta de que la idead~·la celda proviene de la reclusión monástica.

"Solo .en su celda, el preso está a merced de sí mismo; al aca-ll.irsus pasiones desciende hasta las profundidades de su concien-l ia, la cuestiona y percibe ese sentimiento moral crecer en su in-icrior, ese sentimiento que nunca perece del todo en el corazón deI.IS personas." La celda no solo debe ser una tumba, sino tambiénd lugar de la resurrección.

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LA ELIMINACIÓN DE LOS MUROS

La tecnología del control electrónico ha tenido como priru ipal consecuencia la desterritorialización (una empresa ya 1111debe estar concentrada en un solo lugar). Los sitios pierdensu especificidad: un aeropuerto contiene un centro de COlllpras, un centro de compras contiene un instituto de enseñan

za, un instituto de enseñanza ofrece actividades recreativa"etc. ¿Qué ocurrirá entonces con la cárcel en la medida en qlllfunciona como espejo de la sociedad, operando como reflqoy como proyección?

Por un lado, la tecnología electrónica permite tener detcnida a una persona también fuera de la cárcel, vigilada y castig,ula, y los brazaletes electrónicos en los tobillos permiten qu\.' .dguien permanezca bajo arresto domiciliario y pueda ir al trab.i]«o a estudiar.

Por otro lado, doscientos años después de que Europa dirribara los muros de sus ciudades, cada vez hay más gente qll,se recluye en los denominados "barrios cerrados". La poblacionde estas comunidades no proviene únicamente de las CI.IMaltas. Las tecnologías de seguridad ya no se limitan a regul.nselectivarnenre el acceso a las instalaciones nucleares o milir.ires "sensibles", sino también el acceso a las oficinas y a las pl.llItas de producción normales. En los casi cinco mil años de 111toria de las ciudades, el espacio de las calles siempre ha sld"público. En Mineápolis, sin embargo, se implementó hace vd 11ticinco años el primer sistema de Skywalks urbano donde 1111servicio de vigilancia privado excluye del recorrido a las pt'l\lInas consideradas indeseables.

La desregulación no implica en absoluto una disminuc lellldel control. En uno de sus últimos textos, Deleuze esbozó 1.1VI

sión de una sociedad de control que suplantará a la socicd,uldisciplinaria.

210

EN FIN DE LOS TEMAS Y LOS GÉNEROS

Ya hemos mencionado que la escena de la visita en la cárcel ea-rccerá, en el corto plazo, de su equivalente en la realidad. La lle-ada del dinero electrónico impedirá, virtualmente, el asalto a

los bancos. Si en un futuro alcanzáramos un punto donde las.If1nas estuvieran aseguradas electrónicamente y solo pudierancr disparadas por el usuario poseedor de la licencia, y que ade-

IIIJS cada disparo fuera registrado automáticamente en una cen-11.11,se estaría aproximando el fin de todos los duelos cinemato-r.íficos con revólver.

La aparición del escáner de iris, que determina la identidad de111101persona al instante, pone en riesgo la comedia de enredos.'ni casi imposible contar la historia de un hombre que va a la.,Ircel en el lugar de otro o la de un preso que intercambia su ropa, 011su visita para escapar de prisión.

oh el aumento del control electrónico también la vida coti-.luna será tan difícil de representar, de dramatizar, como lo es elu.ibajo cotidiano.

••( ~ARCEL - CASA DE TRABAJO

r11las películas que transcurren en las cárceles se muestran más,c enas de trabajo que en otros géneros cinematográficos. En elIglo XVII en la región de los Países Bajos había cárceles con cel-

.1.1\que se inundaban y los prisioneros debían sacar el agua conIIIIOS baldes para no ahogarse. Así se pretendía mostrar que se debe11.1bajar para vivir. En la Inglaterra del siglo XVIII los prisioneros.Ieh(an realiz~r una rutina laboral, mientras las rutinas de los pre-1" de hoy son rutinas físicas para fortalecer su cuerpo.

El trabajo en la cárcel jamás tuvo una importancia econórni-1, .1 lo sumo un valor educativo. La cárcel capacita para el traba-

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jo industrial, pues está organizada de la misma forma, esto es, COIl

vistas a concentrar, distribuir en el espacio, ordenar en el tiempo,constituir una fuerza productiva cuyo efecto será mayor que 1.1suma de las fuerzas que la componen.

Vale la pena comparar las imágenes de la cárcel, de la apertllra de las celdas, de la formación de los presos, de los guardias p.1sando lista, de la marcha en columnas y de los movimientos circulares en el patio, etc., con las imágenes hechas en los laboratorio,de investigación del trabajo.

Para la fábrica fordista también se realizaron experimentos¿cómo se debe levantar una pared? ¿Es mejor que un obrero solose ocupe de colocar los ladrillos y de hacer la mezcla de cementoo que uno ponga los ladrillos y otro se ocupe de la mezcla?

Estos experimentos aportan una imagen del trabajo abstracto,mientras las imágenes de las cámaras de vigilancia aportan un.timagen de la existencia abstracta.

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PLANO AMERICANONOTAS ACERCA DE UNA PELfCULASOBRE CENTROS COMERCIALES*

,

InySite es un mapa electrónico. Cuando se ingresan los datosgl'ográficos buscados aparece una sección del mapa que se puedervcorrer con el mouse. Al cliquear en una posición específica,\1' selecciona la ubicación del negocio, en nuestro caso un cen-'10 comercial. .-

Después el programa calcula los datos demográficos de los al-rnlcdores y nos muestra el poder adquisitivo de la población ra-d rl ada entre una y doscientas cincuenta millas a la redonda. ElI ,i1l ulo también tiene en cuenta la oferta de locales ya existentesv qué rutas prefieren utilizar los habitantes.

E'1 los Estados Unidos existen aproximadamente unos treinta11,,1 centros comerciales compitiendo entre sí. Algunas empresasuuuobiliarias se han especializado en encontrar nuevos sitios para

r.rhlecerse sobrevolando el terreno con un helicóptero. Los mapas

1,,,. texto, con el título original "Amerikanische Einstellung. Norizen zu einemIltll uber Malls", se publicó por primera vez en Jungk WorldN° 34 el l S de agos-d, 1999.

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