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Félix de Guarania Web

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Poesía guaraní en español, Paraguay. Patrimonio histórico, elaborado por Ministerio de Cultura

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  • Kerapoty Toveve!

    Antologa Bilinge

    Flix de Guarania

  • Kerapoty Toveve!

    Antologa BilingeFlix de Guarania

    Flix de Guarania Secretara Nacional de Cultura Fotografia Felix de Guarania: Daniel Cassol

    Don Fernando Lugo MndezPresidente de la Repblica del Paraguay

    Ticio EscobarMinistro de la Secretara Nacional de Cultura

    Estela FranceschelliCoordinadora del Programa Fondos de Cultura para Proyectos Ciudadanos

    Primera Edicin - Secretara Nacional de CulturaAsuncin, Diciembre de 2011

    Coordinacin de la Edicin:Daro Sarah

    Cuidado de Edicin: Susy Delgado y Guillermo Maldonado

    Diseo Grfico: Gabriel Jaeggi

    ISBN 978-99967-628-3-3Hecho el depsito que marca la Ley N. 1328/98Reservados todos los derechosImpreso en Paraguay

  • Antologa en la Tormenta

    Sueos y PesadillasTrayectoria

    Mundo Guaran

    e'tygura Opa Rupi GuareUniverso Guaran

    Traducciones de Famosos Poemas al Guaran

  • ndice

    Sueos y Pesadillas

    Prlogo

    Ptalos

    A tiempos de nostalgia

    Poemas de noche y alba

    Breve glosa para Poemas de noche y alba por Rolando Goibur

    Noche: Poemas para el recuerdo de las blancas maanas de la vida, en las desoladas peregrinaciones del corazn.

    Cuntos aos noche de silencio!

    Penas brujulares

    Despierten las palabras

    Pena, combate, esperanza

    Interregno de sombra

    Me identifico

    Mundo Guaran I: e'tygura Opa Rupi Guare

    Universo Guaran - Traducciones de famosospoemas al guaran

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    263

    269

    333

  • 9En el ao del Bicentenario de la Repblica del Paraguay, la Secretara Nacional de Cultura, rgano responsable de las polticas pblicas destinadas a la promocin y la vigencia de los derechos culturales, asume el compromiso de la publicacin de esta coleccin.

    Las serias dificultades en el acceso a obras agotadas, antiguas o directamente inditas, , muchas de ellas constituyentes del patrimonio cultural paraguayo, es, sin dudas, una forma de obstculo para el disfrute de ese acervo. Con la distribucin de esta coleccin a bibliotecas nacionales, municipales, educativas o de centros culturales, y su publicacin digital en internet, la Secretara Nacional de Cultura pone a disposicin del pblico una serie de obras que de otra manera seguiran inaccesibles. Con este esfuerzo y su futura continuidad, la Repblica del Paraguay no solo divulga, sino tambin conserva en la memoria colectiva el esfuerzo de hombres y mujeres que con su pensar y su crear han sido artfices de la historia cultural del pas.

  • Sueos y Pesadillas

  • 13Recuerdo: con perfiles de nostalgia y lejana, los aos en que poco y nada conocamos de la poesa co-expresin de reivindicaciones populares, grito de clera y pan de libertad de los humildes. Eran los aos difciles, posterior a la insurreccin de 1947. Lapso tremendo y duro del extraamiento de medio pas hacia el exterior, del montn de encarcelados en la Crcel Pblica, cuasi aneja a la Catedral Metropolitana, as como del ambiente de terror e inseguridad que predominaba en la Repblica.

    Fue entonces cuando llegaban como golondrinas furtivas algunos que otros versos de Hrib Campos Cervera, algo de Elvio Romero y Julio Correa, como aquellos de parto o de los atinentes a la macabra accin de los militares del Frente de Guerra Fascista, pretendiendo dar sepultura fluvial a Flix H. Agero. Apenas eran gotas para nuestra sed cvica o escasos granos de trigo para nuestra necesidad de clera civil o para nuestra sangunea inclemencia juvenil.

    Pronto recibimos el aluvin de versos de Arstides Daz Pea -serios, dramticos, inclementes, con su tamboreo adjetivado, urticante y tenaz-, de sus vivencias en la crcel, del asesinato de algunos combatientes por la libertad, a los que vinieron a sumarse los romances plenos de acrobacia verbal, de bro juvenil, de panes de guerra y de victoria, en un siempre mtico fruto de que el pueblo saldra de sus vicisitudes dictatoriales y construira la anhelada aurora popular y libertaria, de Flix de Guarania.

    Fue cuando me aproxim a tales poetas clandestinos, Arstides y Flix, por los callados laberintos de la peligrosa e incesante resistencia. Resistencia muy parecida en mucho al heroico accionar de los luchadores antifascistas de la Europa ocupada por el agresor nazi. Desde entonces ya no nos desapartamos. Nos retroalimentbamos con libros, historias y versos, en una continua fulguracin de voces y ensoaciones.

    Cuando entonces Flix era en lo fsico igual que ahora: de aspecto casi rural, seco y delgado, parecido a un misionero enharinado de rusticidad. A poco absorbimos sus versos casi sintticos, de

    Algo de raz o de lumbrePrlogo de Lus Mara Martnez.

    19 de julio del 2005

  • magredad adjetivada, de sus Poemas de Noche y Alba. En tanto seguan pasando, entrenados en la barbarie y el miedo. Perseguido el poeta una y otra vez, pudo, sin embargo, dar muestras de su talento potico con un nuevo compendio: Penas Brujulares.

    Penetramos luego en un negro tnel, en la criminal dcada del 60. As vino y se fue la guerrilla y muri buena porcin de la juventud. La barbarie se acentu y el pas cambi por completo. Se volvi el territorio en una crcel inmensa, pues la dictadura haba proclamado como ley no escrita la era de las persecuciones, decretando a la vez la aniquilacin inmediata de los luchadores adversos ms connotados. Fue cuando nuestro poeta desapareci1. Nadie supo dar seas de l y se ignor por completo el giro de su vida.

    Luego se rompi el silencio: que el poeta ambulaba por Europa, Francia y Rusia. Muchsimos aos despus, sucumbiendo al llamado de la tierra, regresa nuevamente a la Argentina, para estar prximo al solar de sus amores. All comenz a organizar su vida y a dar mayores muestras de poesa y de sabidura filosfica de su guaran boscoso y milenario -casi el rumor de la tierra- de manera continua. Soport, sin embargo, varios aos ms de penuria y lejana, de llanto y sacrificio.

    Volvi tras la cada de la dictadura -el monstruo criminal y tenebroso- curtido por vicisitudes y peregrinaciones, cual un Ulises de heroica veterana en los azares de la vida.

    Flix de Guarania fue siempre un poeta revolucionario, no a medias, ms bien un revolucionario total y completo, firme y consecuente, de vida y accin. As, no se dej ganar por la infecundidad de las vacilaciones ni por el infecto artilugio de la conveniencia. Al contrario. Obtuvo, a fuerza de lidiar, el pan como pudo y lo reparti a manos llenas. Fraterno y amplio, no ahog su entusiasmo creador en el claquismo minsculo y mezquino, del que da muestras tanto la derecha ocluyente, como la izquierda ingenua y dispersa; ni anduvo de carpa en carpa en busca del vidrioso cargo ni del resultado promiscuo 1 Flix de Guarania haba sido detenido y alojado en una de las mazmorras de la dictadura, donde fue vejado, torturado y obligado a quemar sus libros, para ser arrojado despus semidesnudo y sin documentos, permaneciendo en el exilio -recorriendo casi todo el mundo en su afn de promover la solidaridad con la lucha del pueblo paraguayo. Volvi solo despus de ms de medio siglo.

  • 15del oportunismo. Su vivencia potica estuvo siempre signada por lo simple y lo cotidiano. Su poesa y su vida fueron una y la misma cosa. Y l y en todo: ms revolucionario que fillogo; ms arquero del alba que grandilocuente esteta; ms luchador que seleccionador de verbos y adjetivos.

    Por eso, los versos del poeta tuvieron el encanto de la verdad, el iluminado verdor de la entereza. Romancero impenitente, captur para limpia levadura de sus versos, la fuerza telrica que alimenta como la del agua evaporada en las nubes. Tampoco desgast su mensaje sobrio y convincente con el aluvin estril de los adjetivos. No; l relacion la vida con el verbo; la palabra con la accin; el inapagable ensueo con la realidad de lo natural

    Podemos decir de Flix de Guarania que fue alguien que subi del suelo de su Paraguar natal hasta las cspides exitosas del pensamiento nacional. De simple campesino se torn en el aedo de las pobres gentes del pas.

    Su verbo tuvo as algo de raz y de lumbre; de tierra como de alas; de fuego como de nubes; de pacfica agua de arroyo como el torrentoso alud acuoso del aguacero.

    Decir de Flix de Guarania que es ejemplo vivo proletario, es decir, la verdad, al hacer suyo y firme el aire y el dolor de los humildes.

    En fin, en este poblado volumen de versos que se presenta ahora estn mucho de sus anhelos de justicia y libertad. Agregaramos que el poeta revolucionario Flix de Guarania est aqu con todas sus antorchas prendidas, con todos sus mensajes, con todas sus banderas, con su trinar de tierra y guerra, que es decir: Con todo!

    Hojead simplemente el libro, y lo constataris.

  • 17

    Ptalos(1943)

    Este librito fue editado en Paraguar, en primera edicin en el ao 1943 en la imprenta de Jos L. Servn, en 100 ejemplares y luego reproducido en su cincuenta aniversario en Asuncin con el ttulo de A tiempos de nostalgia

  • 19Estos versos fueron recuperados en los inicios de la dcada de los 40 (ms precisamente en 1941) en un viejo bal de mi madre lleno de cosas increbles, desde fotos desaparecidas de toda memoria hasta amarillentas cartas cuyos autores ya no figuraban porque haban servido de cena a ratones y cucarachas. Estaban ah hace siglos, nadie los tocaba por temor a los bichitos que no se ven, no se advierten, pero pican fuerte. Yo me atrev un da por pura curiosidad cuando buscando no saba qu llam mi atencin un fajo de viejos papeles comidos por las sabandijas. Vi que eran versos pero al comienzo no me di cuenta. Los sacud vigorosamente y vi que eran versos efectivamente. No los recordaba por completo. Sin embargo, me interes vivamente A m que estaba atiborrado de versos y soaba con ser poeta alguna vez. Brillaron ante mis ojos con desabridos destellos. Por fin pude leerlos. Me parecieron que eran palabras, frases, que yo no haba ledo jams. Me los puse en el bolsillo y ms tarde fui a visitar a mi amigo don Jos L (Servn) con quien comparta mis desvelos literarios. Yo me distraa pensando, absorto, en esos versos desconocidos. Me gustan! Escuch de repente una voz lejana, como a travs de una cortina de anduti. Me asust, en ese momento me pareci recordar, s, me pareci recordar:AmmonosAmmonos simplementeSin antecedentesNi consecuenciasRecord! Eran mos! No me imaginaba por qu estaban ah y los haba olvidado completamente como si no hubieran existido!

    Estos son los versos que don Jos L se empe en editarlos y que hoy a los cincuenta aos de distancia los publico con el ttulo de A tiempos de nostalgia. Es lo que publicamos en la presente edicin de Trayectoria de rosas y de sangre.

    Introduccin

  • 21

    A tiempos de nostalgia(1941)

    I

  • 23Qu se me poda pedir! Fue por los 16 aos. El mundo comenzaba y terminaba conmigo. Tena mis momentos de alegra, de euforia y tambin de depresin. En los primeros, solo viva, mi sensibilidad tena alas y el cielo era infinito y claro. Apuraba la copa burbujeante de ilusiones y esperanzas. No tena recuerdos. Abra mi corazn y liberaba mi mente en una comunicacin sin condiciones, ni complejos. Y en los de depresin cerraba mi alma y exista solo para m, para mis decepciones y desesperanzas.

    Y era entonces que la soledad lata en mi corazn y mi mente se poblaba de recuerdos olvidados, de angustias superadas. Me asaltaban los fantasmas agazapados en los ignotos repliegues de mi corazn Y mi mano se aferraba desesperadamente a la pluma (Ay consuelo de los angustiados!) para volcar en el papel el amargo ro de palabras que me sugeran mis encontrados contradictorios, inmaduros sentimientos.

    Estas pginas son de aquellos momentos. Comprndelas y perdnalas. Y tambin perdona la vergenza de darlas hoy a la luz del sol, cuando su hbitat es el claroscuro de las estrellas.

    Flix.

    Explicacin

  • 25Ammonos,ammonos simplemente,sin preguntas,ni condiciones;sin antecedentes,ni consecuencias.

    Vivamos tan solola maravilla del Amor,sin conocernos siquiera,sin pensar en el futuro,sin arrepentimientosdel pasado.

    Ms en este presentede besosque bordea la promesadel recuerdo,aun cuando la esperanzano sea sino una csmica vibracin de lo imposible.

    Simplemente

  • 27Yo no s desde cundovive posado en mi sangreeste pjaro locode trino y sombra y sueo.

    Tal vez antes de siempre,cuando mis ojos eranlos ojos del abismo.Y mi boca la nievedel tiempo an no nacido.

    Cuando, molcula extraade luz sin luz, andabapor los caminos csmicos,bebiendo soledades.

    Yo no s desde cundo.Tal vez antes de siemprese ha posado en mi sangre,aun sin glbulos rojos,algn trino aun sin ave.

    Cuando en mi ser fue el tiempode su primer latido,ya mis ojos llenabansus formas sin imgenes,y mis odos blancossus quietas voces de oro.Y mis dedos buscabanen el aire, en la arena,la pizarra propiciams, cunto tiempo en vano!

    Hoy el ayer no ha sidoy ya la nieve es llama.Y acuden a mi pulsola msica del verso.

    Yo no s desde cundo

  • Y es trino y luz y sueodel tiempo presentido.Es sangre, sombra y fuego,es grito y canto y lloro,la alegra de la lgrimay la angustia de la risa.

    Ah los cofres abiertosde trino y sombra y sueo!

  • 29Tarde.Las estrellas no brillaban en el cielo.Pero en mi coraznclareabauna galaxia azul,rodandoen la eternidadde tus besos,en la emocin de la tardedesprendidacomo un remanso,salpicada de piedrasy canciones.

    Las estrellas no brillabanen el cieloel camino extendido,el horizonte,los rbolessencillamente verdes,el polvo al sol,sembrandodiminutos lucerosen el aire.Y el puente de oro,la esperanza,sobre el espacio abiertodel abismo.

    Entonces,comenzamos a tejeren el telar del tiempola urdimbre del recuerdo.

    Polvo

  • 31Buscar la maanaatravesando la nochedesde la tarde azul.Aprisionarel tomo sonoro,antes que la tumbavuelva el eco sordoel sueo,la caricia secreta,la melancola del amor,cuando las estrellasdejan el campo al sol,y la cancin se pierdeen la penumbra

    Como entonces,en la tarde con lumbrede luceros,cuando tu mano claraacarici mi piely principi el recuerdo

    Cuando tu boca suave- aurora y crepsculo,comienzo y finalde nuestra novela, Vida -se prodig en palabrasy proyect sus besosa tiempos de nostalgia

    A tiempos de nostalgia

  • 33Vivir, vivir, vivir!Cuando la sangre,hermana de la lgrima,encapotala primavera insomne.Y el sueo se deshojaen rosa muerta.Y el recuerdo es dolor aprisionado en las pupilas grises.Y el rencor, en el airees turbulencia,escupitajo amargo,rechinar de dientes,albas asesinadas.El predominio del cienoy las cenizas del Amor,galopandoen las llanuras sombrasdonde la memoria entregasu tributo de nostalgia.

    Ay tus milagrosazotandoel costado del viento,con la palabra herida,en el tumultuoso silenciode la tierra!

    Oyes la msica del pramo?Es la nuestra, Vida,es la nuestraeco de nuestro corazn,temblandoen la fra tiniebladel desamparo,agrietandola imagen del recuerdo

    Dame la llama viva

  • perdidoen los acantilados del dolory de la muerte.

    Mi voz se alargaen trmolo doradopara horadar las sombras,y recoger las vocesdel olvido.Dame tus ojos claros,VidaDame la llama vivade tu espritu,y de tu cuerpo,con ella encenderel silencio,la tiniebla,la noche que me cerca.

    Cadver de mi propia muerte,arrasar las tumbasy poblar el desiertoVivir!

  • 35Cuntas veces,a la sombra de tus pupilascomo un cielo en penumbra,he sentido diluirseel horizonte,y a la maana cobijarseen el silenciode una primavera muerta!

    Cuntas vecesha llegado el mara mi corazn!Con su murmullode lgrimas lloradasen la soledadde playas remotas!Y brumar mi piel,mis manos,las clulas temblorosasde mi cuerpo,los vientos del inviernoRecuerdo las tardesjunto al ro,las maanas junto al roy a la lunay a las arenas doradas.Y las aguas rumiandosu fastidio.Y los rboles mordiendosu verde secular.

    Y el sol,y la tiniebla,y el silencio,acunandoel murmullo del aire(O de su voz?)

    De nuevo el polvo

  • Ah las aves ciegas,temblando de pavor y olvido!Y la senda abierta,el largo camino,el polvo,el polvo en tu bocay en tus ojosy en tus sueos.El polvocomo diminutas estrellas,flotandoentre tu peloel polvoen la dulzura de tus besos,el polvo, Vida,cercenandola alegra del sol,predominandoen tus lgrimas,en la ilusin del Amor,en la esperanza interminablede tu nombre

  • 37Habitante del abismo,mi coraznes un abismo de sueosy distancias.Quizs duermanlas voces de mi sangreen las oquedades insomnes de la carne.Y el grito,como un vuelo ciegosobre los vientos mudos.Y el canto,mi canto herido y sordo,en los intersticiosdel cieno.

    Golondrinas en vuelomis sueos,sofocadas en el rococomo lgrimaevaporada al solantes de empaparla sed de los caminos.

    Habitante del abismo,mi corazn,en tus pupilas hondasha enterrado sus sueosy sus lgrimas

    Como lgrima evaporada

  • 39Ah, las copas sombras!Soledad de noches ciegasy primaverasde pjaros coagulados.Luceros en la tiniebla,arrastrandosus prpados de hielosobre las ruinas del Amory los jazmines estremecidos.Y la memoria abrasada.El tiempo en el otoo.Las ventanas sin vidrios.Las paredes agitandolas letras del agobio.Estoy sentadosobre una piedraen el caminoY las voces de mis pasos se estremecencomo el murmullode un ro desolado.

    Y debo caminar.Los senderos abruptosde mi sangredilatan sus costados,derribansus litorales heridos,al paso de tu lumbre lejana.

    Las letras del agobio

  • 41Sangre y bruma,el cadver del orodisputando su pestilenciaal da asesinadobarcas de cieno,galopandosobre las crestas del ro,del mar,de los caminos,a la vera de los cementeriosempapados de asombro.

    Las palomas de piedrabajo los rboles desnudos,tiritando de sedy de cansancio.Y el abismosiempre el abismo!Con sus garras de fro,con sus uas de noche,con su serpienteenroscada en los recovecos umbros del misterio.

    Ah, las ruinas del sueo!Ah, las paredes cadas!Ah, las puertas sin goznes!Y la enredadera podrida,los pjaros muertos,la guitarra asfixiada.Ah, la cancin dormidaen el follaje mudodel tiempo detenido!

    Ah las ruinas del sueo!

  • Ha llegadola soledad del otoo.Y los monstruos,comedores de corazn,han llenado sus faucessombras,de sangre y de silencio

  • 43Te veo como una magnolia,temblandoen la melanclica vastedaddel desierto,desesperada de frescory luz,te veo como la imagende la soledaden la noche inmisericorde;como un perfumeque se expande y se pierdeen el vaco,en alas de vientos ciegosque solo saben de alaridosy tristezas.Te veo como una floren la penumbra,deshojando sus ptalosen la ceniza del recuerdoy la nostalgia.Y miro tus lgrimascomo lluvia mudacayendoen la calcinada estepade la desesperanza.

    Mi corazn exprimeen sangre enfebrecidasu impotenciade consolar tus penascon su ternurahecha voztibia,quieta,honda,con su ternurahecha besoscomo estambres de luz,

    Vivir la maravillaPara el recuerdo de un sueo fugitivo

  • hecha cielo y msica,hecha primavera y alas,y trinos,y horizontesde sol y amaneceres.

    Quiero vencerla noche que te cerca,que muera la tinieblade tu corazny despuntealba de vida en tus ojos,claridad de estrellasen tus cabellos,gorjeos de diamanteen tu risa.Quiero llegara los recovecosque te habitany develarla cancin dormidade la alegray el trino, prisioneroen la ubre del tiempoy la montaa azuldonde radica el orola vocacin borealde su destino.

    Quiero llegar a tiy recorrer los caminosde tu sangre,integrarme a las clulasde tu cuerpo,ser de tu pensamientola partcula esencialy luminosa,un punto singular

  • 45de tu destino,y compartir la csmica visin de tu existencia.

    Quiero liberar el sueo capital que yace en tu corazn,enredadoen la maraa sombrade la soledad y el silencio.Quiero tomarte de las manosy conducirtea los prados florecidosde la vida,a los dominios impolutosdel Amor,al dorado paraso,reinode la calandria de oro,cuyo lenguaje celeste acariciar tus odosy prender un broche de solen tu corazn.

    Quiero llenar tu sueocon el acorde suavede esta lira de aurora,que vive lo que un clavel,vida de msicay luz,de perennidad y sol;vida de recorrerlos acantilados azulesdonde desplieganen prodigiosu cauda de maravillalas estrellas.

  • 47Con la msica del vientoy la frescura del agua,con el vasto rocoy el temblor de la estrella,esta cancin para ti.

    Con su trino de pjarosarrullar tu nombre,para llegar a la puertaflorida de tu alma.

    Y en la palabra antiguade todas las ternurasoir el eco clarode mi dulce tormento.

    Se tornar capullode blanca primavera,la vieja pesadumbrede mi amor desvelado,cuando la fuente prdigade tu rosada boca,colme de sol y fraganciami voz esperanzada.

    Cuando la cancin del alba,del viento y del roco,retorne en eco largodesde tu azul colina,como un dorado enjambrede vrgenes abejas,para dejar sus mielesen el umbral de mis ansias.

    KorapyEn el borde del alba

  • Cuando la corriente puradel retenido anhelo,corra en alas de cielopor el cauce del beso,y sea conjuncin de antorchas,sobre lecho de estrellas,el congelado fuego.

    En el borde del alba,con la msica del vientoy la frescura del agua,esta cancin para ti.

  • 49Mis versos como pjarossedientos de aventura,abren al trajinero vientosus alas infinitas,llevando en la gargantala nota de tu nombre,para llenar de vuelosy msica los cielos.

    Cobjalos, amadaen tu seno florido,Y dales de beber el aguade tus sueos profundos.Oh la miel purpuradade tus claras abejas!

    Cuando llegue la nocheen tu oscuro caballo,orillando el espejode la muerta alborada,fulgrese la estrellade mis ansias fecundas.

    Oh la sombra, la sombrade tu piel marfilea!Oh la rosa encarnadaque en tu cuerpo florece!

    Cuando llega el recuerdode las horas violentas,de los tiempos dormidoscantan las fibras mudasde la cancin antigua.

    Cntaro de mis anhelos!pastizal verde y jugosodonde pace el rebaode mis claros ensueos.

    Te canto bajo la noche

  • Molino donde amasoel pan para mi hambre,con el trigo doradode tu tierra colmada.

    Oh armiado cabritode mis verdes montaas!Oh azcar de mi ternura,mi cara y dulce via!Te canto bajo la nocheflorecida de estrellas,para nombrar tu nombreque a m mismo me nombra

  • 51La noche quieta canta,la blanca luna suea.Y las estrellas desatansu cabellera de luces,para peinarla al vientoinquieto y maanero

    La noche quieta canta.Y yo tiendo mi pulsohacia el vaco infinito,Para buscar tu pulsoen el ptalo clarodel inmenso recuerdoy la memoria fija.

    Y ocupo al mensajerode mi cancin florida,a cabalgar los camposazules del ensueo,sobre las alas frgilesde una aurora propicia.

    El ro trae tu imagen en su culebra de plata,y se solazan mis ansiasde peces moribundos.

    Veo en los pastos hmedostus ojos de rocoY canta mi corazn,como la noche canta,y como cantan los rbolesal beso de la lluvia.

    Pienso en el agua frescade tu cario, amada;pienso en el recodo gloriosode tu ro de nieve

    Para buscar tu pulso

  • Pienso en el altar de lutode tus mrmoles fijos.

    En cuntas cosas piensocuando te pienso a ti!Cuando la noche cantasu Guarania de luna,en las delgadas cuerdasdel violn del Este.

    La noche quieta canta

  • 53Soy el barco de fuegoque derrite tus nieves,en las noches profundasde callados silencios.

    Tu tmpano sombrono resiste mi quillay el vaivn de las olasde tu mar preconizael incendio rotundodel placer y el pecado.

    En el abismo imantadode tu boca escarlata,quedaron prisioneraslas anclas de mis besos.

    Ah los bancos de platadonde var mi anhelo!

    He vencido, en el fondode tu mar proceloso,al nacarado pulpode tus brazos perfectos.

    Timonel de tus ansias,yo conozco tus cauces.Y aprision tu pjarode oscuras gratas plumas,cuando pos en la copade mi palo mayor

    Y mis delgadas velasfabricadas de aurora,detienen en sus mallasel soplo de tu aliento

    Yo conozco tus cauces

  • He navegado tu marhasta llegar al puerto,con mil nudos de pulsoy el ansia desplegada.

    Y ma fue la clulaprincipal de tu cuerpo.Y ma la vastedad profundade la noche callada.

    Soy el barco de fuego,cruzando el mar inquieto.La cruz del Sur al frente,con proteccin marinera,y el invencible vientodel Norte a mis espaldas.

  • 55Era yo tu Rey Dary,t, mi Ethel fabulosa.viajeros incansablesde los sueos perfectos.Magos conquistadoresde ignoradas comarcas,bebedores sedientosde azules panoramas.

    Oh mi Ethel fabulosade estirpe legendaria!Mar infinito, profundo,de mi barca invencible,segura entre los brazosde tus olas enhiestas.

    Era yo tu Rey Dary,t, mi Ethel fabulosa.Para tu palabra odo,sol para tus ansias.

    Sbana de la tristeza,ha bajado la nochepara llenar mi coraznde fro y de silencio.

    Pjaro helado y ciego,perdido de tu bosque,me ha robado la nochela msica del canto.

    Oh la soledad inmensade la noche cansada!Mi cielo ya no alumbralos astros de tus ojos.

    Y siento la nostalgiade tus besos precisos

    Era yo tu Rey Dary

  • (hoy las negras palomaslos pusieron en fuga).

    Cuando pienso en el marde tus ojos profundos,mi alma como una gaviotaquiere volver contigo,en busca de la arenade tus playas remotas.

    Cuando pienso en tus manosde jazmn y roco,mis versos en bandadasde pjaros furiosos,dejan, para buscarte,la prisin de mi pecho.

    Cuando pienso en tu boca,Nido de mi ternura!Oh tu boca sangrienta,cmo la recuerdo ahora!

    Mis horas ya no llenanla luz de tu presencia.Y tu recuerdo lejanola cubre de tiniebla.

    Era yo tu Rey Dary,t, mi Ethel fabulosa.Hostia de mi liturgiatu cuerpo inolvidable.

    Oh las horas sentidasde precipitados pasos!Negros ptalosde mi dolor infinito.

  • 57Soledad de la selva sin viento,de rboles sin alasAy, la cancin se ha muerto(era yo tu Rey Dary)de soledad y de fro(t, mi Ethel fabulosa)

  • 59Mi cantosolo puede ser tristeen esta noche amargaMis versoscomo fantasmas vaganen la noche pliday quieren apresar la msicaque palpita en el viento.

    En el silencio desiertode las desolaciones,surge la rosa heladade tu furioso recuerdo.

    La luna tiene voz suavepara arrullar tu nombre,y las estrellas lo escribensobre el azul lejanoPero mi voz es sordapara llamar tu olvido.

    Mi cantosolo puede ser tristeMi corazn recogesu tembloroso latido,en el pramo heladode nuestros sueos truncos.

    Han acallado los pjarossus trinos primorosos.Y se han secado los besosque endulzaban mi canto.Dnde estn las lucesde tus ojos sombrosos!

    Qu bello era nuestro amor!T me llamabas Mara,suave y frgil

    Se han secado los besos

  • como un rayoescapado de los astros.

    Ahora tu nombre claroha perdido su msicaEl otoo de sbito,ha bajado de vueltay se llev la esperanzala primavera prfuga.

    Huyeron aleladas las sonrisas en fiesta.Mi corazn qued tiritandode orfandad y penumbra.

    Dnde estn nuestros sueosmadurados en cariciasDnde estn nuestras ansiasflorecidas de besosDnde el eco infinitode tu dulce palabra.

    Mi mano ya no escribeel madrigal amable;ahora teje sus versospara mi dolor herido.

    Estoy solo, posandocomo un pjaro ciegosobre una calcinadaprimavera hurfana.

    Mi canto,solo puede ser tristeen esta noche plida.

    Y se secaron tus besos,y te llamabas Mara

  • 61Quiero brindarte todala sangre de mi canto;todo el aire azoradode mis hondos suspiros;hasta el amargo brebajede mi tristeza infinitay el alba agonizantede mi cario asombrado.

    Hemos llegado, cansadosde andar por los caminosde nuestro amor en ruinas,tras la tapera lunada,a la lejana fogataPero estaba apagada!La apagaron los hielosde sueos moribundos.

    Cunta pena, mi vida,nos deparaba el destino,en mitad de la sendade nuestras ansias florecidas!

    Se marchit de sbitola rosa de mis versos.Y se sec la fuentede tu aproada sonrisa.

    Cuando extiendan los aossu banca polvoreada,sobre los ptalos yertosde nuestra vida deshecha,ser tu nombre inefableel raro abracadabraque abrir la puertade gloriosos recuerdos.

    Tras la tapera lunada

  • Yo guardar tu carioen el lejano cielo,donde moran tus besospalidecidos de asombro.

    En el lugar remotodonde vive tu imagen,no llegarn los vientosextraos del olvido.

    Un da tal vez, mis ojoste encontrarn de nuevoy tu sonrisa lunadaalumbrar mi camino.

    Entonces, en mi playadesolada y desierta,llegar la frescurade tus olas sonoras.

    Un rayito de msica,de sol amanecido,horadar la nochede mi muerta esperanza.Y la cancin antiguahecha de flores, de alas,de la caricia suavedel sol sobre el roco,subir renovadapara llenar las luceslos grises litoralesde mi viejo tormento.

  • 63Nada existe ya,todo es triste ahora.Se ha roto el cantode nuestra ilusin querida,e imploran nuestras ansiasal cielo desvelado

    La luna desdibuja la alegraen las aceras muertasde la noche sin fondo.Las alas grisesde mi dolor sin lmites,arropa la hemorragiade nuestro amoren la frontera lejanadel recuerdo.

    Siento en mi coraznla nieve de tus besos perdidos,siento en el alma la sombrade tu piel infinita.Oigo el sordo rumorde tu palabra sin msica.Ya no est la fogatade nuestra pasin inmensa.Miro en el rescoldohurfano y helado,a nuestros sueos desnudos,tiritando de fro

    Cunto te quise yo!Solo podrn decirlolas auroras deshojadasde mi dicha cautiva.Esta ternura inmensaque atrapa mis entraas.Y esta tristeza locaque destroza mi cuerpo.

    Cunto te quise yo!

  • La presencia invisiblede tus magas cariciasy la persecucin tenazde tu figura.

    Cunto te quise yo!En el abismode la negra penano ha llegado el olvidopara apagar tu nombre.

    Sobre mis labios yertos,desolados y mudos,an perduran los besosde tu boca, Mara.Y an mis odos aciertana distinguir tu msica,en el murmullo del vientoy en el silencio sin alma.

    Mis ojos abandonanmi cuerpo tembloroso,para buscar la rutade tu mirada clida.Las manos de la nochehan recogido mi canto.Y la luna, lentamente,desmadeja mis sueosen las aceras muertasde esa noche sin fondo.

    Cunto te quise yo!Tengo en la bocaun pensamiento coagulado:Mara

  • 65

  • 67

    Poemas de noche y alba(1955)

    II

  • 69Yo he conocido la iniciacin potica de Flix de Guarania, cuando todava sus versos jugaban en la arena de ingenuidad agreste, cuando an no saba divisar en torno suyo ni en lontananza los destellos de este antiguo batallar humano, este incesante forcejeo del hombre por salir de la tiniebla.Era la poca de sus primeros pasos estudiantiles, apuntados por fervor de sus ensueos y la primavera de su juventud.( Las toscas campanas del Tiempo, con sus badajos negruzcos, iban sealando las horas, como tarjas seculares.)

    As fueLuego ms aplomado, llevando a cuesta su aljaba de experiencia, enderez su barca hacia aguas ms profundas para poder abrevar su avidez de futuro.

    Calzse las usutas de la raza y penetr en la hondura de la tierra morada y dimensin de la vida. Desde entonces, su existencia qued ligada para siempre a la causa proletaria, como preludio de un viril apostolado.

    Su militancia de proa, padecer silencios, soportar fatigas ms continuar su senda.

    Y ya no se detendr su barca. Y ya no cantar su estro sino a la aurora que llega, s que est llegando, envuelta en la bandera de las luchas libertarias, trayendo entre sus pliegues la viva plasticidad de estos cantos fraternales.As lo vi y as lo veo a Flix de Guarania, con esta lmpara encendida entre sus manos

    Asuncin, Paraguay.

    Breve glosa para Poemas de noche y alba

    Por Rolando Goibur

  • 71

    Noche

    Poemas para el recuerdo de las blancas maanas de la vida, en las desoladas

    peregrinaciones del corazn...

  • 73Con msica de los vientos y la frescura del agua,con el vasto roco y el temblor de la estrella,en el borde del alba y la profundidad del sueo,esta cancin para ti

    Con su trino de pjaros arrullar tu nombre,para llegar a la puerta florecida de tu alma;y en la palabra antigua de todas las ternurasoirs el eco claro de mi dulce tormento.

    Se tornar capullo de blanca primaverala vieja pesadumbre de mi amor desvelado,cuando la fuente prdiga de tu rosada bocacolme de sol y fragancia mi voz esperanzada;

    Cuando la cancin del alba, del viento y el rocoretorne en eco largo desde tu azul colina,como un dorado enjambre de vrgenes abejas,para dejar sus mieles en el umbral de mis ansias;

    Cuando la corriente pura del retenido anhelocorra en alas de cielo por el cauce del beso,y sea conjuncin de antorchas, sobre lecho de estrellasel congelado fuego

    En el borde del alba, con msica de los vientos,esta cancin para ti

    Esta cancin para ti

  • 75Mis versos como pjaros sedientos de aventuraabren al trajinero viento sus alas infinitasllevando en la garganta la nota de tu nombrepara llenar de vuelos y msica los cielos

    Cobjalos, amada, en tu seno floridoy dales de beber el agua de tus sueos profundos;tu boca es como un tajo abierto por mis besoso como ptalos juntos emocionados de espera.

    Oh la miel purpurada de tus claras abejas!

    Cuando llega la noche en su oscuro caballo,orillando el espejo de la muerta alborada,fulgurece la estrella de mis ansias fecundas.

    Oh, la sombra, la sombra de tu piel marfilea!

    Cuando llega el recuerdo de las horas violentasapretando en la piedra de los tiempos dormidos,cantan las fibras mudas de la pasin antigua.

    Cntaro de mis anhelos! Pastizal azulosodonde pace el rebao de mis claros ensueos.Molino donde amaso el pan para mi hambrecon el trigo dorado de tu tierra colmada.

    Oh, armiado cabrito de mis verdes montaas!Oh, azcar de mi ternura, mi cara y dulce via!

    Te canto bajo la noche florecida de estrellas,para nombrar tu nombre que a m mismo me nombra.

    Pjaros sedientos

  • 77La noche quieta canta, la blanca luna suea,y las estrellas desatan su cabellera de lucespara peinarla el viento inquieto y maanero

    La noche quieta canta.

    Y yo tiendo mi pulso hacia el vaco infinitopara buscar tu pulso en el ptalo clarodel inmenso recuerdo y la memoria fija.

    Y ocupo al mensajero de mi cancin floridaa cabalgar los campos azules de ensueo,sobre las alas frgiles de una aurora propicia.

    El ro me trae tu imagen en su culebra de plata,y se solazan mis ansias de peces moribundos

    Veo en los pastos hmedos tus ojos de roco.Y canta mi corazn, como la noche canta,y como cantan los rboles al beso de la lluvia.

    Pienso en el agua fresca de tu cario, amada;pienso en el recodo glorioso de tu ro de nieve;pienso en el altar de luto de tus mrmoles fijos.

    En cuntas cosas pienso cuando te pienso en ti.

    Cuando la noche canta su guarania de lunaen las delgadas cuerdas del violn del Este.

    La noche quieta canta

    La noche quieta canta

  • 79Soy el barco de fuego que derrite tus nievesen las noches profundas de callados silencios.

    Tu tmpano sombro no resiste mi quillay el vaivn de las olas de tu mar preconizael incendio rotundo del placer y el pecado.

    Ah, los bancos de plata donde var mi anhelo!

    En el abismo imantado de tu boca escarlataquedaron prisioneras las anclas de mis besos.

    He vencido, en el fondo de tu mar proceloso,el nacarado pulpo de tus brazos perfectos.

    Timonel de tus ansias, yo conozco tus cauces. Y aprision tu pjaro de pensamiento y lucescuando pos en la copa de mi palo mayor

    Y mis delgadas velas fabricadas de auroradetienen en sus malles el soplo de tu aliento.

    He navegado tu mar hasta llegar al puerto,con mil nudos de pulso y el ansia desplegada.

    Y ma fue la clula principal de tu cuerpo.Y ma la vastedad profunda de la noche callada.

    Soy el barco de fuego cruzando el mar inquieto;la Cruz del Sur al frente, con proteccin marinera,y el invencible viento del Norte a mis espaldas

    Soy el barco de fuego

  • 81Quiero brindarte toda la sangre de mi canto;quiero brindarte el aire de mis hondos suspiros; todo el amargo brebaje de mi tristeza infinita,el alba agonizante de mi cario azorado Hemos llegado, cansados de andar por tus caminos,de nuestro amar en ruinas, tras 1a tapera lunada, a la lejana fogata... Pero estaba apagada! La apagaron los hielos de sueos moribundos. Cunta pena, mi vida nos deparaba el destino, en mitad de la senda de nuestras ansias floridas! Se marchit de sbito la rosa de mis versos y se sec la fuente de tu aurorada sonrisa. Mirmonos muy hondo hasta que nuestras miradas ahuyente de las almas la soledad intrusa. Mirmonos muy hondo, dulce amada Mara, y que la triste palabra se acalle con un beso. Cuando extiendan los aos su blanca polvareda sobre los pta1os yertos de nuestra vida deshecha ser tu nombre inefable e1 raro abracadabra que abrir la puerta del ms bello recuerdo. Yo guardar tu cario en el lejano cielo donde moran tus besos palidecidos de asombro. En el hogar remoto donde vive tu imagen no llegarn los vientos extraos del olvido, un da tal vez mis ojos te encontrarn de nuevo y tu sonrisa lunada alumbrar mi camino. Entonces, en mi playa desolada y desierta, llegar la frescura de tus olas sonoras Un rayito de msica, de sol amanecido, horadar la noche de mi muerta esperanza, y la cancin antigua subir renovada para alegrar de luces de clara geografa los grises litorales de mi viejo quebranto.

    Y la cancin antigua subir renovada

  • 83

    Cuntos aos noche de silencio!

    (1962)

  • 85

    Sangre prisionera

    Oigo el rumorde mi sangre prisioneraabatirseen el silencio csmicodel pulsocon desvelado lenguajede abejas en celo

    Un viento de mandiocalesdilata los caminos azulesde mi cuerpo lacerado.El caaveral agitasu verde y sorda cleraen los intersticios mudosde mis rejas heladas.

    Oigo el galopar del daen las desoladas llanurasde mi celda.

    Cmo aturde el silenciode mis baldosas tenaces!

    I

  • 87Al fin y al cabo,en todo hay poesaCalle Presidente Franco,en la esquina que recuerdala gesta memorable.Edificio gris,desmemoriada pinturade miedo.Los mismos goznesy el pasillo oscurodonde el olor a muertoarremete las ventanasy deposita sus queresasen el aire.

    Noche apresurada en llegary detenida en el borde del Alba,tras un murode sueos machucadosy la blancura suciade la piletaharta de refugiar,entre deyecciones y vmitos,la aterida esperanzadel pueblo.

    II

  • 89Cmo aoro el sol!Mis noches pueblan de fantasmasla humedadde mis rodillas.Las manos agarrotadasimponen a mi coraznsilencio.

    Cuntas letras frasen las paredes!Lajas de sombraestrellan sus pupilasen los metales hoscos.

    Y una culebra de espantosiento morder mis vrtebras!

    Miedo? S, miedode morir a solas,mientras afuerael muser camaradao la pluma combatiente,esperan!

    Cmo aoro el sol!

    III

  • 91Despus de todo,aun sigues siendoBella de la vida

    Los huesos desvelados,las uas rotas,los prpados hurfanos,el tumulto de la sangreperdida la memoria de su cauce,las manos ciegas,el cielo cerradoy las compuertas de la soledadabiertas.

    Heme aquaorando el sol,el viento,la maana,la clida migaja,el trozo claro del Hombrecompaero!

    Despus de todo:aun sigue siendoBella la vida!

    IV

  • 93Media docena de garfiosacosando en la noche,aprisionando el daen este cubo de sombras,en cuyo plano agobianlas esquirlas del tiempo.

    La celda: prostituta ciega!con su pasin de fuego demoradoy la ventosa fra de su sexo,bebe de mis venascon lascivia terca

    El muro amenaza mi espritucon su rostro de piedraCuntos aos-noche de silencio,de lozas montonas,de repetidas muecas grises!

    Me han tapiado de sombras.Quieren cubrir mis tmpanos.Maniatar la memoria

    Pero soy acaso un prisionero?Ya el da irrumpeen territorio de litorales clidos.Y la dorada mies,ciega rastrojosen las estribaciones de las sombras!

    Cunto de no ver el sol?El sol vive en mi corazn.

    V

  • 95Yo s que un da prximoLos muros desunirn sus tomos!Y que a las lozas frassuceder la muelle turbulenciadel humus rojo y grvido!

    Banderas y palomasrecibirn mis manos!

    El aire claro de la calle,el sombrero rado,la sonrisa,las manos toscas del camaradaen apretn sencillo,la roja Libertad! de las paredes,la galleta crocantey el cocido,el cntaro con su saya de moho,los besos con sabor a lgrimas:vendas para mi herida!

    Y el muro trasuntar sus clulasen versos vesperales!

    VI

  • 97Mis ojos,mi corazn,el fuego vital de mi espritu:todo est en la calle!

    Creen cegar mis pupilascon una venda de sangre.

    En vano!

    Estoy en las cornisas floridasde la primavera,en las montaas azulesy el rojo resplandorde la maana.El cntaro historioso de las manos encallecidasy en el sudor que forjala dctil cermica

    Estoy en el surco, en la hoz,en el sombrero pir jaulade sueos y rencores-,en los pies cuarteados,en el maz ausentede las mesas campesinas.

    VII

  • 99

    Penas brujulares(1964)

    III

  • 101

    Tu voz cayendo

    Y fue la maravilla de tu vozcayendoen la yerta quietuddonde los guijarros del tiempoacuden a llorar su soledadde viento ciego

    Y la maTanta sangrey tanto verde!Como paloma heridabusca asir sus sueos hurfanosen los recovecos enmudecidosdel vaco.

    Temblor de aurora,pulso verdecidode sangre brujular;Cunto tardasen integrar mi vozy el horizonte!

  • 103

    La sangre hermano, la sangre

    La sangre sangra sangrientay empurpura el mandiocalQu sueos se desvanecena orillas del tajamar.

    La sangre brota y rebrota;la sangre no puede ms.La pena sali de madrey en ro de no atajar

    La sangre, hermano, la sangre!Pena de tanto penarRojo color de oriflamade una aurora virginal.

    La sangre sangra sangrientay empurpura el mandiocal

  • 105

    Sonoro tiemblo

    La brisa es sorda y sin ojosantes del amanecerBrisa de la brisa brisa,brisa de mi padecer.

    La brisa cabalga y pasa,llevndose mi querer;la brisa que corre y corre,corriendo a todo correr

    La brisa se vino sola;soplando cant y se fue.Sonoro tiemblo, suspirodel presente y del ayer.

    La brisa, la brisa brisabrisa de pena y querer

  • 107

    Que penoso tiritar

    Crestas de plata y de viento.Las nubes llorando estnComo las aguas cayendose pusieron a temblar!

    Cmo tiritan, tiritan,las aguas de su llorar.Cmo tiritan, tiritan,con penoso tiritar

    Mis labios de tierra y monteellas queran besarMis labios de tierra y monte,que no pudieron hallar.

    Qu penas las que tiritancon penoso tiritar

  • 109

    Ay corazn de la luna!

    La luna, el indio y el roartistas de tierra y sal.Agua, monte, hambre y sueo:madeja de no acabar.

    Rodaja en el horizonte;destino de andar y andar.Las ondas de verde y blancobuscan el lecho del mar.

    El ro canta su pena;el indio pena penar,Ay! Corazn de la luna,mi sangre no puede ms.

    La luna, el indio y el ro,lloran con hondo llorar.

  • 111

    Qu silencio ms verde

    Lloraron sus verdes ojosllanto de verde color.Qu verde verde, Dios mo,hemorragia de verdor.

    Ay! Qu silencio ms verde,que silencioso verdorEl viento despavoridoante el verde verde huy.

    Qu verdes lgrimas lloranlos rboles! qu terrorde pjaros ateridos,el verde monte llen

    Ay! Qu silencio ms verdehay en mi corazn

  • 113

    Como camino, camino

    Caminito de mi pueblo,camino de tierra y sol.Como camino, camino,tu camino de arrebol.

    Grama color de esperanza;Senda de grama y resol.Ay! Grama de los caminospoblados de tornasol.

    Caminito de mi pueblorecuerdos en caracol,camino hermano, que sabesmi recndito dolor.

    Ay! Caminito, caminodonde mi anhelo var

  • 115

    Bebe mi sangre, no ms

    En un costado del vientohundi su largo pualY el asesino corriendovolvi al amparo del mar.

    El viento le dijo al surco:bebe mi sangre, no msY el surco bebi la sangrede su hermano en el penar.

    El buey y el trigo lloraroncon angustia germinal.Y el Hombre-Viento su heridaay! ya no pudo cerrar

    El surco bebi la sangrede su hermano en el penar.

  • 117

    Qu verde, verde tan verde

    Verdes como la esperanza,verdes como mi cantarQu verde verde tan verde,sus ojos de verde mar.

    Lucirnagas de esmeraldaverde luz de hondo penar.Las verdes alas del sueoen perpetuo remontar.

    Verde corazn de tierra,verde verdor vegetal.Qu verdes penas sollozanlos versos de mi cantar.

    Verde verdor de verdores,verde luz de hondo penar

  • 119

    Penas de un mismo penar

    Es verde el mar?, no conozco,yo no conozco la marCon ojos de duro fro,miro mirando mirar.

    La nube es verde y la nubees pena que pena el mar.Su corazn de rocodestila gotas de sal.

    Sus aguas le dan los rosde trashumante anhelar.Y las estrellas se acuestanen su lecho de coral.

    La nube, el mar, las estrellas:penas de un mismo penar

  • 121

    Buril que burila sombras

    De verdes verdes rumores,verde de caaveralAzcar de verdes sueossiempre sueos en agraz.

    Verde sudor de sudores;anhelos de lumbre y cal.Vieja bruma de esperanzay de empobrecida sal.

    Verdes caas, verdes ojosde esperanzado mirar.Buril que burila sombrasen continuo burilar.

    De verdes verdes rumores,Verde de caaveral!

  • 123

    Cmo aturde el silencio

    Mi verde tierra est llenade lmparas apagadas.Qu oscuridad en el alba!Sueos truncos, venas rotas.

    Las vacas mugen, las vacas,en la prisin del potrero.Los sueos lloran sus penasen el rescoldo y el cieno.

    Dnde est el buey, la guitarra!Ay! Cmo aturde el silencioDnde est el cielo Qu niebla!La noche silba en el viento.

    Mi verde tierra est llenade lmparas apagadas

  • 125

    Ay, que talaron el rbol!...

    Ay! Que talaron el rbolde mi tierra paraguayaY de sus verdes arteriasbebieron toda la savia.

    Asesinos amaestradoscon hachas de herrumbre parda,cubrieron de tajos hondossu joven cuerpo a mansalva.

    Los pjaros ateridostrinan con voz coagulada.La sangre es verde y la sangreriega la flor desolada.

    Ay! Que talaron el rbolde mi selva paraguaya

  • 127

    Qu sueos tienen los sueos

    Empaa fulgor extraoel cristal de las pupilas;hincha los pulsos la fiebrede la sangre enardecida.

    Los hombres y las mujeresretoos de palma heridahamacan los sueos rotosentre difusa neblina.

    Qu sueos tienen los sueos!Qu cansancios resucitan!Qu consternados silenciossobre mi tierra palpitan

    Hincha los pulsos la fiebre,qu cansancios resucitan

  • 129

    Pena de sol madruguero

    Camino de polvo y tiempoqu pena penando vaPena de sol madruguero,que cundo se acabar

    El polvo lo lleva el vientoen sus alas de cristalY el hombre con paso lento,camino del mandiocal.

    Qu tiempo, tiempo sin tiempola pena dejando va!Camina, a cuestas, boyero,tu camino y tu penar.

    Pena de sol madruguero,que cundo se acabar

  • 131

    Despierten las palabras(1985)

    V

  • 133A los que heredaron el horror y lo llevan en las invisibles cicatrices de sus pesadillas y en los puntos oscuros de su memoria; a los que ven en los ojos de los nios tristes que se reflejan en los lujosos frontificios de los vidrios polticos y de los cenculos del poder insensible y de la vergenza desaparecida, en los afiches seccionaleros, en las caras torcidas de los torturados que an llevan en la piel de sus rostros y en la humillacin de sus partes, en los campos arrasados por la hierba maldita y las miradas torvas de los ladrones de cajetilla o de los cajetillos de ladrones, ante el turbio sol de los inviernos sin trmino a los que padecen fro y miedo y hambre estos escritos vesnicos recorriendo las oscuras cornisas de la desesperanza con los veinte pasos desnudos tropezados en las piedras fragorosas del camino.

    Ay! de los que cayeron como Villagrita, como Carmen y ngel Soler, como Wilfredo lvarez, como Goiburu, guila mitolgica, como Sebastin Querey, el panadero increble, como Arturo Pereira, Arturito, el violn romntico de la Chacarita, y tantos otros que ya estn en el pinculo de la gloria, para brillar por siempre.

    Para ellos el laurel de nuestros an frustrados sueos que son los de todo un pueblo, las vctimas los torturados, los sobrevivientes.

  • 135Despierten las palabras!Se alce el canto maduro,el que amas sus letrascon lodo y sangre combatiente;el que humedece sus racesen los surcos profundosdel sudor y la lgrima;el que alimenta sus clulascon humus de esperanza y sueoy hambre compaero.

    Despierten las palabras!Acuda el grito,iganse las roncas voces de la iray el annimo verbo de la lucha;rompa el odo la piedra oscuray devlese el desvelo antiguo y nuevo,el misterio fecundo de la semillaescondida en la hoya del miedoy el sollozo.

    Despierten las palabras!Es la hora de convocar la auroray de empujar la nochea las afueras del pueblo!

    Despierten las palabras

  • 137El odio, el odio,lenguas de odiocrepitandoen las crestas de la maana,en los cidos litoralesdel hombre.

    El odio y la muerte,andando de brazosbajo la luna,a la cada del soly en las postrimeras del alba,en el impulso germinal,en las sonrisas grises,en los barrotes hoscosy en la boca de los fusiles.

    El odio hoy, el odioen los intersticiosde las desolacionesy en el grito de la esperanza.El odio, el odio,el odio fecundo, entero,hombreDios,supremo hacedor de vida y muerte.

    El odio en mis manos,en mi corazn,en mi pequea voz de poeta.Bendito odio!Euritmia vital, luz plena.El odio hoy, s, el odio.El amor maana.

    Odio es el prlogo

  • 139Salta, hermano,mueve la rosca estelarde tu martillo;punzatu maduro corazn,maduro de sangre y llanto,ahto de esperanzasclandestinasy desalados pjaros,bebiendoen el precipitado rocode la noche.Alza la piedra secularde tu desvelo;envulvela en verso y plomo,dale calor de plvorao de cantoy lnzala por los caminospara herir el rostro oscurode la noche.

    Oyes el ro, hermano?Lo oyes, precediendoel tumulto enloquecidodel hierro germinaly la amapola?Oyes el galope tropicaldel albasobre la ruta del viento,sacudiendo la angustia,desbordando la alegra adormecidaquemando la tinieblacon su clara bandera?

    Tensa la hondade tu pesadumbre, hermano.Rompe el cristal del airecon tu piedra,

    Salta hermano!A Pablo Rojas, mi maestro de los primeros aos.

  • honderode un tiempo de prpuray paloma,conquista la dura fortaleza-La Libertad-donde radica el trigoen total floracinde primaveras,donde hallar el aradode tu dolor antiguo,una cosecha de estrellasy guitarras.

  • 141Han heridola clara fortalezade mi garganta de surcosy naranjos.Y han abierto mis venaspara sorberlas letras de mi sangre.Yace el mudo esqueletode mi guitarra popular,con la prpura del cantoderramado,con el temblor del vientocarcomidoy la esperanza crujientede un batir vesperalde golondrinas.

    Escuchen mis gritos,vengan a constatar la rosa heriday toquen con vuestras manosrumorosasesta hemorragia de sangrey clorofila,palpen la desventuradel ro congelado y taciturno,las lgrimas del plomo derretido,el ptalo azotado,la yerta sementera vomitandosudor y miedo.

    Sitiaron la esperanza de mi pueblocon amarga litoral de humo,espantando el laurely la palomahacia el tembladeral del llanto.Y huyeron las albahacasque bordabanun idilio de sueos y perfumes,

    Constaten la rosa heridaA Carmen Soler, Poeta y Combatiente

  • en el casto almidnde las enaguas.

    Ay! Es el dolor antiguo,renovado en cada corazn,brillando en cada cuenca,temblando en el horrorde los minutos en loca desbandada.

    Miren la sbana agitadadel verde mandiocal,sofocando la msica del gritoen el pavor del viento;miren el torrente de alasy banderas,de callos,oraciones y paales,de arpas destrozadasy corpios,y cruces apretandolos surcos frenticos del miedo.

    Vengan, hermanos,desde los hielos australesa las amazonas clidas,desde las montaas csmicas-los Andes,el Machu-Pichu de Pablo-y las rojas banderas de Sandinoa las revueltas aguas del Paran;desde los piesa la cabeza clara de Amrica,a este corazn abierto,herido y vivo,y traigan la sal y el sudor,el humus germinal,el ureo polen del verso,el humo oscuro de la plvora,

  • 143desde los ngulosdel tiempo y del espacio,desde todas las geografasy las desolaciones,desde todos los sueos,desde todos los templos,desde el filo ardientede las hachas,desde el torrente vegetalheridodel quebracho popular,ardiendo en revuelta llamarada,desde el candordel blanco guardapolvo,desde los ocultos actosen que el amor practicasu antiguo culto,desde todos los cansanciosy las penas...

    Vengan!S, vengan hermanos todos,arrastrando las penas secularesy las esperanzas resucitadas.Vengan con todos vuestros ojoscomo constelaciones rebeldes.Y palpen la mortaja ardientede esta crdena tierra,el martirio del jazmn

    La sangre sola...Y empapemoscon el roco claro y solidariode nuestras altas luchaslas vendas de esta herida.

  • 145Para la tierra del jazmn ensangrentadodonde se refugiaron los lobosy los vientos malos;por sus mandiocales heridosy sus ros quietos,a Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por las voces afnicasde la cancin desesperada,por las guitarras sin cuerdasy los pjaros cegados;como un rquiem para el naranjal asesinado,a Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por el cntaro rotoy las secas madreselvasdonde anidaron las ratasy las avispas agrias,por la esperanza maniataday los ojos sin retinaa Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por la malograda siembradel vendedor de luces,por sus ojos reventadosy las letras de sus peridicosen fuga;por el canillita que bes la piedrade una calle cualquieracon su ltimo alientode hombre y pregonero,por su generoso silencio,por su revuelta sangre en vuelo

    Reclamo un canto solidario...

  • que moviliz los ptalos de la madrugadapara romper los dientes suciosde las hienas dictatoriales,a Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por los muertos annimosde Toro-Kua y Fasardi,por la boca hecha trizasde Ernesto Aguilera,por los sueos laceradosde Rigoberto Insaurralde;por la degollada juventudde Lpez Meza;por los cuerpos deshechosde Tavai; por las costas ensangrentadasdel Paran Milenario;por los escuadrones encendidosde Ytoror y 14 de Mayo;por las canas combatientesde Pablito Franco Vera;por la sangre profunday los profundos sueosde Rotela,teniente de su puebloen las desbocadas quebradasde la lucha,a Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por la apagada estrelladel hroe de u-Kay,Alberto Blanco Cceres;por los campesinos de Charary por los fusiladosde la frontera infame;por Len Coronel,

  • 147liberal de Limpioque quiso limpiar la vidade infames leprosos;por la locura inslitade Faustina Snchez;por el vientre profanadode Juana Peraltay las vaginasdestrozadas a machetede Antonia Perruginoy Julia Solalinde.Por las iras, denuestos de Margarita Bezy por su hijo que ingres a la sombraantes de vivir la luz:

    Por las torturas silenciosasy annimasde Joelito Filrtigay por los poemas de llanto y fuegode Carmen Soler,a Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por las iras y sueosdel Capitn Ortigozay por los veinte aos sin luzde Escolstico Ovando;por el espritu verticalde Wilfrido lvarez Jara;por la palabra ardiente y rotade Miguel ngel Soler,raz o polvo o sangre viva,el que no est y est,pjaro heridoy muerto y vivo;por Derlis Villagra,Villagrita!

  • Por la lumbre de su sonrisa,por su voz de ro y salva,por su vocacin de ave y rbol,por la memoria de su muerteannima y viva,desaparecida y abierta;por el mensaje presentede Antonio Maidana,en cada silencio compartido, en cada letra,en cada voz sin vozde mil pancartas,a Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Por el tiranosaurioque invadi nuestros huertoscon sus babeantes sicariosde gorilas empresilladosy de gusanos policacosde dobles apellidos;por Pastor Coronel,pastor de cuervos y chacales,de intestinos esclerosadosy sangre de hiel y mierda;por Kururu Pire, piel de sapo,comandante de negras piletasdonde se amontonanlas deyecciones del horrory canta el miedo;por los Chingolos diabticosque se alimentan de las cacasdel lagarto;por los pretorianosde la Tercera Residencia-la ciudadela del Crimen,Panten de vivos-;y por el Rasputn Argaa,

  • 149macabro leguleyode tortuosos Habeas Corpusa Latinoamrica reclamoun canto solidario.

    Un canto de puos revueltoscomo banderas de combate;un canto de lucha y vida,de compaero y hombre;un canto de libertady de horizontes claros,un canto del pueblolatinoamericano todo.Un canto hermanos,desgarrado y extendidocomo una mano clidapara este dolor sin nombre,para esta lucha sin trmino.

    Un canto, hermanos, un cantode Latinoamrica revuelta,de este continente en llamasque apresta las anchas avenidasde Salvador Allendey la corriente fecundadel ancaguasu de Guevara;que exhibe sus paredesrepletas de nombres y crucespara librar la batalla,la ltima,de los Claveles Rojosy de la siega dorada.Un canto, hermanos, un canto,un canto solidario.

  • 151Este pantaln que visto,que me cie como dos brazossubiendo de la tierra,de un maduro color de nostalgiasy de tiempos idos;lleno de ojos,bizcos unos, achinados otros,con pestaas cenicientasde manchas como lagosde aceite ranciocon olor a trabajo y aventuras;como sopapos repetidosde lgrimascuajadas de asombros y estupores;de bajos carcomidospor el polvo y el barrode tantos sueos,como frgil vidrio azul,golpeadopor el viento surde la esperanza.

    Este pantaln, amigos,mi compaeroen la brava pelea por la vida,mi confidente,el que me aconseja a no sentarmedonde no debo,el que me ofrece sus redondelesdeshilachadoscontra la aspereza del sueloy el fro de la noche;este pantaln, lo afirmo,fue tambin joven,brilloso como pelaje de sementalcon un par de sonrisasen los costados,y la cintura tensa, lineal,

    Mi pantaln...

  • apretada a mis caderas,orgulloso de mi estirpe de macho,con historias de besosen rincones oscuros,de sudores y espasmos,de despedidas apresuradas;este pantalnacariciado de vez en cuandopor las manos rugosasde una lavandera sin nombreque so, tal vez, en nocheslejanas de recuerdo,y que esperara en vanode mi bolsillo esculidosus tsicas monedas.

    Este pantaln, amigos,con la bragueta desdentaday la memoria detenida en el tiempo del sueo,con sus bolsillos repletosde planes, objetivos,de ptalos cosechadospor los caminos de la lucha...Soy yo mismo,es mi ser envejecido pero fuerte,mi corazn, prisioneroen la nostalgia de ayer;es el amorgozado sorbo a sorboen el esfuerzo hmedodel sudor y la lgrima,por la conquista de un maanapuro y verde,sabroso y brujular;es la historia de mi sangreconsumida gota a gota,quemada en el pabilo

  • 153del empeo total,tremendode la vida.Cunto hemos soado!Qu aventuras de rumoroso saborvivimos juntos!En cuartuchos estrechos,oscuros,hmedos de orinasde dos o ms generaciones.En portales ignoradosdonde radica la ilusin total,el insomne jazmnde mi desvelo...

    En plazas y calles de mi ciudad,en los campos abiertosa la ambicin feudaly cerrados al anhelo seculardel trigo arrebatado y violado,argamasa nutriciaconvertidaen macabras estadsticas de hambre,donde asistimos,participamosen memorables gestasdel Hombre-claro,del Hombre-ariete,constructor de vida,matador de muerte.

    Y cuntas lgrimas,-por qu no decirlo-cadas desde mis cuencas azoradassobre su rostro marchito,mustio,deshilachado,carcomido y mondo

  • como los huesosde una cena de pobres!

    Este mi pantaln, amigos,es mi hermano,mi padre,mi jefe,mi compaero de lucha,el que me seca el sudor del trabajoy la oculta humedad de mis penas.Y es el poeta solidarioque restaa mis heridasy renueva las ansias de mi coraznpara seguir viviendoy luchando...

  • 155

  • 157

    Pena, combate, esperanza(1964)

    VI

  • 159Mis cantos, que van mis cantos,cantos de sangre y estrella.Pena, combate, esperanzade guitarra desenvuelta.

    Mis cantos, que van mis cantos,cantos de surco y trinchera.Endurecido lenguajede fbrica y sementera.

    La msica de mis cantoses msica verdaderaVoz de masas, pueblo en armas,tras barricadas abiertas.

    Cada palabra un impactoanhelo de opresa glebacontra la peste y el hambre,la explotacin y la guerra.

    Denuncia, enrosca, sacude,despierta la sangre entera.La calle, la chacra, el monteacude a su voz primera.

    Son cantos tuyos, hermano,estos de sangre y estrella!Canto de lucha y empujeque es bala de pena obrera.

    Mis cantos, tus cantos

  • 161Estruendo de grito y plvoracalor de plomo y acero,olor de sangre y ruidode esqueletos en la sombra.

    Blasfemias, voces de rabialas expresiones del odio,injurias y escupitajosLa muerte sorda que ronda!

    Las automticas lanzansus ttricas carcajadas.Relmpagos de pualeshieren la noche inmensa.

    En rojos mantos de sangrelos hombres se ven envueltos.Fieros fulguran los ojoscomo de tigre en celo.

    Arde la sangre en las venas,tensos se ponen los nervios,los msculos se contraen,sienten ansias de romperse!

    El cielo adusto, sombrocomba de vidrios oscuros,descubre garras de fuegoy lanza roncos lamentos.

    Son los hijos de la tierraque luchan por la justicia.El fuego de sus fusileslleva la voz de sus ansias.

    Observacin de la guerra

  • Con qu pasin y energala libertad se disputa!Silban las balas mortferasy zumban los cuchillazos

    Fecunda sudor y sangrela sementera del tiempo.Por cada luz que se apagasurge un retazo de historia.

  • 163Moreno rostro curtido-moreno de mosto y fuego-con fibra de anhelos truncos,Santiago Acosta, caero...

    Sobre sus hombros forjadosen lucha con la miseria,una esperanza imprecisaesfuma el viento en la selva.

    Hollaron sus plantas firmesinviernos de duro espejo,sus filos hoscos aprestancuchillos de helado cierzo.

    Moreno rostro curtido,moreno de caa y tiempo,bajo la sombra cansadadesmadeja su bostezo.

    Caero de venas hartasde sombras y desengaos,el alba en sus ojos cantay lo construyen sus manos.

    De prieta estirpe caera,cultiva, pela, se abruma;acoraza de silenciosanhelos que le derrumban.

    Los dedos encallecidos-heridas de un alma ruda-escarba en la tierra magrade sus penas y su angustia.

    Santiago Acosta, caero

  • Estalla el silencio adustode tus penas, camarada,hiriendo el aire y la selvacon la nota de tus balas.

    Y aquel rencor reprimido-tu miseria, sin palabras-en todos los entreverosque se vuelvan pualadas.

    Santiago Acosta, caero,surco, trabajo, miseria,acompae tu esperanzafusil, palabra y bandera!

  • 165La selva rima sus versosde msica prolongada...Y se enredan los anhelosen la madeja del alba.

    Los rboles -recio tallocomo tonel de esmeralda-ofrecen a las estrellasla rica miel de su savia.

    Culebra de claroscuroscon lomo de arcilla magra,la senda dibuja sueosde rollizos y esperanzas.

    La selva tiene sus penas, la hirieron en sus entraascon el filo verde-sombradel pual de la picada.

    El hombre, con paso tardo-alma de tiempo y quebrada-,camino de su presenteafirma sus rudas plantas.

    La selva tiene sus penas

  • 167La luna borda cancionesde soledad y misterio,y el viento gime en las hojassu cansancio milenario.

    Ladridos de perros flacoshieren la selva a lo lejos.Y un gallo viejo desatala madeja de sus sueos.

    Sobre pizarrn de plataen el filo del silencio,huyen estrellas y el albatiene nubes y reflejos.

    Viruta y sangre en el monte,cansancio, clamor sin eco.En los quebrachales verdesla vida pasa corriendo.

    Poniendo fin al reposode su fatiga sin freno,el hombre se desperezay se convierte en hachero.

    Hachero: miseria y canto,resumen de rabia y sueo.El hambre a cuestas, sus ojosson dos carbones enfermos.

    Hachero, terrn de carne,hervor de lgrima y fuego.Culebras, sendas, rollizos:tu desdicha sin aliento!

    Hachero, miseria y canto...

  • Hachero: rencor de siglos,represa de tanto anhelo.Tu pena hermano, convierte,en una cancin de acero!

    Hermano hachero, desatatus fuerzas y levantemosla patria del puo alzado,erguida como un lucero.

    Hachero, levanta el hombro,sacude tus nervios yertos.Que est en tus manos crispadasla realidad de tus sueos.

    Hachero: rencor de siglos,resumen de rabia y sueo...Tu pena, hermano, convierteen una cancin de acero!

  • 169Ay, patria color de sangre,de roja sangre solar!Tierra de los mandiocales,corazn del azahar.

    Ay, patria roja que sabedar su seno al semental!Ay, agua que suda y abrelos surcos que van al mar!

    Tierra de sol donde cabeel rojo estambre auroral.Y escarcha de labor que lamesu bastn ceremonial.

    Es ro cuando de madresale su gloria a labrar.Camino que sube y caede cansancio secular.

    Ay, campos de roza y rae,de madurez ejemplar!El hombre en sus manos traesu verde extensin total.

    Ay, tierra de cielo y sangre,corazn del azahar!Sus rojos costados manenla palabra singular!

    La herida al cuchillo llame,hable con voz mineral.Y el canto aborigen labrecon buril elemental.

    Ay, patria color de sangre!

  • Ay, patria color de sangre,agua y limo celular...Claveles de duro estambrecercan tu voz popular.

    Sbito la noche acabe,termine el aura letal.Y sus prestigios alabenla roja sangre solar.

  • 171El trigo crece en la tierra,lo siembra el trabajador.Y el pan se come en la mesa del que nunca lo amas.

    Brota la uva en la capuera,de la raz del sudor.Y el vino es dulce, y espesala miel que gusta el seor.

    Florece el llano y la sierra,blando luce el algodny hay verde de sementeraen los ojos del patrn.

    Roja y ancha monte afuera,como vasto es el dolor,y es roja la sangre enteraque derrama el sembrador.

    Si la vida es hoy ajena,maana ser mejor...Lucha de pan y la estrellanuestra esperanza mayor.

    Hay sangre en los mandiocales,sabe a lodo el almidn.Muge el buey y el ave calla,el fuego el campo arras.

    Las coplas, cuando son buenas,son amargas de sabor...La uva, el trigo, la tierrasern del trabajador!

    El alba en el Este asomamontado en brioso corcel.Llegan el pez y la espigacorriendo a todo correr.

    De la raz del sudor

  • 173Morena de pelo negro,de pelo negro morena,yo llevar tu sonrisay tu perfume a verbena.

    La lumbre yo llevarde tus ojos de azucenay juro que volvercuando termine la guerra.

    Esprame en la orillade tu verde sementera!

    Con mi fusil y mis versosme alist en la montonera,para defender al pueblo.De hambre, luto y miseria.

    Y en tanto grite la balalo que nuestro pueblo anhela,mi corazn soarcon tus ojos de azucena.

    Maana cuando la patriaverdezca su yerbabuena,a la orilla de tus ansiasyo te buscar, Morena.

    Pero si la montaa un dareclama mi sangre entera,canta a gritos que te escuchen,esta cancin guerrillera!

    Esprame, ya no esperes...

  • Y sale por los caminoscon tu pelo por banderala mano apretada al puoy el fusil en bandolera.

    Tus poros la sangre cubra,alza la voz y pelea...Ya no esperes en la orillade tu verde sementera!

  • 175No llores, amiga ma,porque los barrotes grisesme apartan de tu cario.No llores, amiga ma!

    Mira el sol, el agua claradel ro sigue su curso.Los rboles siempre verdes,los horizontes azules.

    No llores, amiga ma,alza la frente y escuchaa tu alrededor la vidabulle, se revela, empuja.

    No te encierres en ti misma,eres parte de la gente...Que no es del amor la gloriavivir tan solo el presente.

    Soemos, amiga ma,en futuros sin barrotes.Luchemos por la alegra,por los amplios horizontes.

    Extiende la mano al hombre,te encontrars con la ma.No me quieras por m mismo,quireme porque soy parte!

    Luchemos juntos, amiga,para que el barrote sealazo de unin y bandera,si la contingencia ofrece.

    No llores, amiga ma,y que tu sonrisa envuelvaestos das con barrotespara que la lucha crezca!

    No llores amiga ma...

  • 177Albor de dulce sonrisa,ojos de claro mirarQue no huracn, sino brisa:eso es paz, eso es paz!

    La quiere el pueblo, la quiereel nio triste sin pan;la quieren los hombres clarosy la buscan con afn.

    Las madres para sus hijos,las novias quieren la paz.Y los obreros la buscanen el rudo batallar.

    La quiere el canto y el surco,la llaman de mar a mar;la paz que borda poemasen el lmpido cristal.

    La paz, la paz sin reservas,sin odios y sin temblar.La paz-amor que prestigianlas aves en su trinar.

    Quieren la paz los soldadosy la quiere el oficial,cansados ya con sus huesoslos esteros de sembrar.

    La paz desnuda, sin lgrimas,en su dulzura sin par;la paz, la paz del trabajo,la paz del trigo y el pan.

    Vrtebra de luz y sueos

  • Sobre la tierra cansadala paz, la paz surgir.Los pueblos la han fijadoen el honor nacional.

    En alto as lo proclaman,partidarios de la paz:obreros, madres y sabios,en la tierra y en el mar.

    Paz militante y creadora,paz, corazn y verdad.Vrtebra de luz y sueos,torrente de libertad.

    Las masas de monte a montedicen la voz inmortal.En la humedad de las minasy en el verde naranjal.

    Albor de dulce sonrisa,ojos de claro mirar,vrtebra de luz y sueos,eso es la paz, eso es la paz!

  • 179A la ronda ronda,la ronda querida.A la ronda rondade los pacifistas.

    A la ronda ronda,salgamos toditas,un Hada me dijoque la paz peligra.

    Alcemos al airenuestras vocecitasy a la ronda rondasalvemos la vida.

    A la ronda ronda!No por chiquititasno estaremos juntascon pap y mamita.

    Para alzar un murode manos unidasa los incendiariosde la guerra impa.

    Abajo la guerray la paz arriba!Cuidado, seoresde parda levita

    Que monta la guardiala legin bravaDe todos los niosy todas las nias!

    A la ronda ronda,la ronda querida.A la ronda rondade los pacifistas.

    La ronda de la paz (A Galia, cuando tena seis aos)

  • 181Llegar tu day tendrs tu tierra,en la tierra ma,en la tierra nuestra.

    Vibrarn tus selvas,cantarn tus rosy se ir a la lunatu largo martirio.

    Y otra vez tus manoshendern la tierra.Y otra vez tus gritosllenarn la sierra.

    Y otra vez tu patria-la dulce Guarania-ser tuya, indio,libre y soberana.

    Yo llevo tu sangre,hermanito indio.Mi carne es tu carnede yerba y tanino.

    Mis versos resumantu tristeza indgena,tu verde esperanza,tu ansiedad antigua.

    Hermanito indio;apronta las flechasy aprieta en tus manostus ansias deshechas.

    Que afilo mi pluma!Que grita mi pueblo-nuestro pueblo triste-su frustrado anhelo!

    Indio, el arco apronta.

  • Guaran, tu sangrede yerba y tanino, tus ansias antiguas,la voz de tu ro.

    Se hicieron guaraniasy se hicieron filosen nuestras guitarrasy en nuestros cuchillos.

    Indiecito hermano,que la aurora llega!Levanta tu frente, apunta tu flechay lanza a los airestu grito de guerra!

    A los andevaque hollaron tu tierra,con todas las fuerzasgritemos: Afuera!

    Y empuando el hacha-la fiel compaera-A los yvyjraganemos la tierra!

  • 183Que nuestra tierra est presade brbaros es verdad!pero jams la enterezadel pueblo se quebrar.

    La sangre corre, chorrea,llega al ro, busca el mar.No saben que es sangre obrera,clorofila pertinaz.

    No saben que el sol oreay no se apaga jamsQue la piedra en la canterahierve de luz augural.

    No saben, perros de presa,que el alba se encender.Que con su sangre la glebaabona la libertad.

    La sangre corre, chorrea

  • 185Noche tras noche trataronde quebrantar su corazn.Creyeron que lograranmellar su clara razn.

    Correa lo dijo: arrancaronsus dientes con intencin.Y su cuerpo maltrataroncon elctrico aguijn.

    A cada golpe lo hallaronsin merma de su tesn.Y por eso lo tirarona las aguas de Asuncin.

    Con su muerte se grabaronletras de nueva cancin.

    Para memorar sus nombres(Flix H. Agero)

  • 187Su sangre cay en el surcovido de nuestra tierra, para abonar el futuro,para darnos vida nueva.

    Al hombro el fusil profundovivi jornadas enteras,por la causa, cuanto pudo,del partido de la gleba.

    Era su camino duro,lleno de vallas y cercas.Ms, l su palabra opusoy el lenguaje de su gesta.

    En mi tierra en rbol puroest su bandera enhiesta!

    (Elvio Rufinelli)

  • 189Alberto Candia, minerode la mina popularSu palabra, compaero,no cabe en este cantar!

    En la lucha era el primero,qu combatiente ejemplar!al lado de los obrerosencontraba su lugar.

    Los asesinos quisieronsu firmeza doblegar.Lampio, duro y cerrero,no lo pudieron quebrar!

    Y lo mataron por eso!Su nombre perdurar.

    (Alberto Candia)

  • 191Hijo y nieto de caeros,creci como caa enhiesta.Era de ver, compaeros,descogollador a cuestas.

    Camino y sol maanero.Sonrisa en la boca puesta.Mariano Roque, aparcerode su pueblo en lucha abierta.

    Los asesinos supieronde su admirable entereza.Eran doce cancerberos:no mellaron su firmeza!

    De aquel impar compaero,la historia, hermanos, es sta.

    (Mariano Roque Alonso)

  • 193La primavera en su bocaflotaba alegre y entero.Recio corazn de roca:joven, combatiente, obrero.

    rbol con todas sus hojas,de rica sombra venero.Verti su sangre, no pocapor la causa de su pueblo.

    Ay, lo mataron! La lobadictatorial en acecho,cort su existencia moza,rob el calor de su pecho.

    Trovero de firme trova,vive, aunque lo hayan muerto!

    (Juan Carlos Rivas)

  • 195Juan Ojeda, camarada,estampa de roca obrera.Optimismo en la mirada,de risa pronta y entera.

    Manos abiertas, tostadasen la fragua y la cantera.Ricas, francas, levantadascomo el viento las banderas.

    Te conocieron las masasen las jornadas puebleras.Dulce y fuerte tu palabrade metal y sementera.

    Ay hermano y camaradael pueblo tu fe recuerda!

    (Juan Ojeda)

  • 197Recuerdo tu porte obrero,Antonio Caccia, albail,manos recias, cuerpo entero,ms no se puede pedir!

    Su palabra, compaero,no fue de lo ms sutil.En todos los entreveros,claro, ardiente y juvenil.

    Su corazn era fuegode puro pueblo sentir,en vez de casas y puertosconstrua el porvenir.

    Con su muerte hiri de muertea la fiera en su cubil!

    (Antonio Caccia)

  • 199Sombras de luto obrerose tienden en ancho ro.Y venas de cauce abiertotiritan de pena y fro.

    Ay, agua de tierra y cielo!Ay, tornado y basilisco!Insomne vela el romerola muerte del verde pino.

    En un solar esquinerola sangre se ha detenido,y grita el aire que han muertoal camarada Wilfrido.

    La calle grita: Lo han muerto!y el eco responde henchido.rbol sonoro y enteropor sus frutos conocido.

    La calle grita: Lo han muerto!y el eco responde henchido.rbol sonoro y enteropor sus frutos conocido.

    En sus manos, puro fuegocrepitaba decidido.Y en un afn milagreroel corazn encendido.

    Lluvia de balas y perrosllegaron los asesinos.Y sombras de luto obrerotendi su manto en el ro.

    Lo mataron, compaero,pero con su sangre escritoqued en el cuarto ranchero:lucha unida es el camino!

    (Wilfrido Alvarez Jara)

  • 201Era fraterno y humano,un hombre a carta cabal,ancha y clida su manoy su sonrisa un fanal.

    Era hermano del hermano,leve el oro de su hablar.Y su lugar era el llano,donde la vida es luchar.

    Ay, compaero! manzanode fruto tan ejemplar,su sangre cay no en vanoen el surco popular.

    Negro su color lozano,supo enfrentar al chacal.

    (Juan Mora)

  • 203El pueblo est de luto,se agita el verde monte,el viento en su murmullodio la fatal noticia.

    Y gritan los caminos:han muerto al guerrillero!Antonio Alonso erasu nombre, compaeros!

    Llevaba en su mochilalas claras esperanzas.Y en su fusil, hermanos,la libertad cantaba.

    Le daban lecho y sombray pan de chacra en chacra,porque en sus recias manosel corazn llevaba.

    Redoblan los tambores,el mandiocal estalla.El pueblo se levantadispuesto a la batalla.

    La tierra paraguayase llena de luceros.Y gritan los fusiles:han muerto al guerrillero!

    Por eso, aunque haya muerto,bandera es de su pueblo,Antonio Alonso erasu nombre, compaeros.

    (Antonio Alonso Ramrez)

  • 205De luto el sol compaeroen sus rayos te recuerda.Cuando su luz portabassobre tu mano izquierda.

    Y te acosaban las sombrasen tu patria y donde fuera.Queran acallar los lobostu propia voz verdadera.

    Veinte aos los grilletesapresaron tus muecas,pero tu pensamiento claroha permanecido enhiesta.

    Y no apagar la lumbrede tu presencia seera!Por las huellas de tu sangrecon tu nombre por bandera.

    (Antonio Maidana)

  • 207Con guaranias en tus labiosy sueos en tus alforjas,sumaste a la brava luchade Espaa tu sangre moza.

    Corriste, Paiva Palacios,de mi tierra honra y gloria,para cumplir con la tierrade tantas gestas heroicas.

    Mensajero de mi puebloal pueblo espaol hermano,eras bandera y guitarra,coronel Paiva Palacios.

    Tu nombre grita: Madrid!y el maquis oy tus cantos.En tu tierra guaranconvoca nuestro entusiasmo.

    Tu nombre llega en el albaen un cantar soberano,para liberar la patriacon tu corazn sangrando.

    Un hombre a carta cabal,con msica de tu nombre,bandera de libertadsu copla el pueblo compone.

    (Paiva Palacios)

  • 209

    Interregno de sombra

    VII

  • 211Al fin y al caboen todo hay poesa...Calle presidente Franco,en la esquina que recuerdala gesta memorable.Edificio gris,desmemoriada pintura de miedo.Los mismos goznesy el pasillo oscurodonde el olor a muertoarremete las ventanasy deposita sus queresasen el aire.

    Noche apresurada en llegary detenida en el borde del alba,tras un murode sueos machucadosy la blancura sucia de una pileta,harta de refugiar,entre deyecciones y vmitosla aterida esperanza del pueblo.

    Al fin y al cabo,en todo hay poesa...

  • 213Oigo el rumorde mi sangre prisioneraabatirse en el silencio csmicodel pulso,con desvelado lenguajede abejas en celo.

    Un viento de mandiocalesdilata los caminos azulesde mi cuerpo lacerado...El caaveral agitasu verde y sorda cleraen los intersticios mudosde mis rejas heladas.

    Oigo el galopar del daen la desolada llanurade mi celda.

    Cmo aturde el silenciode mis baldosas tenaces!

    Cmo aturde el silenciode mis baldosas tenaces!

  • 215Mis noches pueblan de fantasmasla humedad de mis rodillas.Las manos agarrotadasimponen a mi coraznsilencio.

    Cuntas letras frasen las paredes!Lajas de sombrasestrellan sus pupilasen los negros metalesde las hoscas rejas.

    Y una culebra de espantosiento morder mis vrtebras!

    Miedo? S, miedode morir a solas,mientras afuerael muser camaradao la pluma combatienteesperan!

    Cmo aoro el sol!

    Calle Presidente Franco,paredes descascaradas,anticipo de lozas fras,irredentos cementerios de miedo,de gritos mudosy descarnados sueos.

    Al fin y al cabo,en todo hay poesa...

    Cuntas letras frasen las paredes!...

  • 217Despus de todo:An sigue siendobella la vida!...

    Los huesos desvelados,las uas rotas,los prpados hurfanos,el tumulto de la sangreperdida la memoria de sus cauces,las manos ciegas,el cielo cerradoy las compuertas de la soledadAbiertas!

    Heme aqu,aorando el sol,el viento,la maana,la clida migaja,el trozo claro del hombrecompaero.

    Despus de todo:An sigue siendobella la vida!

    An sigue siendo bella la vida!...

  • 219Patria,mi Patria,eres una lengua de fuego,un pedazo de tierracalcinada,algodn carcomidopor ratasde verdes albaales;eres caa amargay paloma escarnecida,hemorragiade selvas profanadas,tembladeral de sueos.

    Patria,mi Patria,de tabaco y mandiocal,de primaveras remotasy cementerios prximos,de guaranias torturadasy polcas en desvelo.

    Campana desolada,voz que burilael claro manantialdel airepara llamar al vientode alas liberadas,para nombrar la verde heriday el ave sofocadade verdecidos sueosvesperales.

    Patria, mi patria,eres ro heladosin camalotes ni peces,con historiasde muertos engrillados,

    Dnde la maana...

  • de manos amputadasy guitarras solas.

    Patria,en ti yace la rosamarchitada a cuchillosy claveles soandoen ventanas floridasy en las blancas enaguascomo alas de paloma.

    Patria, mi patria...Dnde el agua sonorade tus ros,el verde torrentedel naranjal,la polvareda luminosade tus caminos...Dnde el olorde tu tierra mojada,dnde el mate compaero,hermano del sueoen el espacio sin lmitesdel sufrimiento.Dnde el sombrero Pirlas alas de la esperanza,refugio de metlicos hervores...Dnde,dnde la maana, patria,dnde,dndednde para tu noche larga!

  • 221Aqu, presente estoy,Iluminado,acudo al gritode tu llamado profundo,con la gargantacruzada de temblores,con relente de cleras,con la guitarra rotadonde duermecon las guaranias mutiladasde nuestro dolor antiguo,la porfiada nota de Floresburilando una barrerade crceles y lgrimas,de esos ros que cantascon inmortal acento.

    Aqu, presente estoy,Iluminado,para cantar contigoy nuestro puebloEl angustioso tropelde las palabras...Que pugnan por salir,que estn saliendo,que estn poblandolos aires de la patria,remueven los surcosy florecen las nuevasesperanzas sobre la spera manoencallecida del chokokue,y el humus se proyectahacia un alborear cercano,ordenando el mensajede este tiempoen el golpeteo musicaldel yunque.

    Aqu, presente... A Iluminado Quintana,

    por su poema Canto de Amor para mi Patria

  • Yo tambin, hermano,desde mi pequea geografade taciturno mandiocal,desde la superficierumorosa y fra del desvelo,desde la frontera de la nocheen que palpitael corazn de Amrica,desde nuestra tierra encendida,tuya y ma, ma y tuya,quiero cantar el cantoverdaderoque germin en el trpico sencillodel ansia popular.

    Quiero cantar el cantoque se oye en el silbo del carreteroy el canturrear de la burreracamino del mercado,con la insomne cargade sus sueos,y se convierte en llamaspara lamer la heridade esta pena sin nombre,de este dolor herido,vibrando en el impulsode millares de puos desbocadosen las laderas heladasde las constelacionestaciturnas de la noche.

    Aqu estoy, hermanopara cantar contigola sencilla alegra del doloren esta hora de lucha y lgrima.

    Cantemos, con una nota cualquiera,no importa, pero cantemos

  • 223con la sencilla voz de los poetasque han amasado sus versoscon sudor y rocoen las desnudas intemperiesdel trabajo,en las profundas resolanasde los das venideros,en la clida sonrisa de los nios,en el jazmn estelarde las muchachas,en la verde sangrede los rboles heridos,en la anochecida pielde tantos hombresrodos por la plvora,en el arrullo de las palomas,en el aliento fecundode los rosque en el mudo granitode los siglosescriben la grandiosa historiade soles naciendo y muriendoen constante germinar.

    Cantemos, hermano,cantemos y luchemosque el canto es luchay esta es hora de lucha,hora de tomar los adoquinesdel inmortal Correapara aplastarla sucia frente de los cruelesy liberar la vida,la verdadera,la que fecunda un solde palomas y jazmines.

  • 225Para ti mi cantode dureza y paloma,de sabor a espigas muertasy msicade ternura arrebatada.Para ti mi canto, patria,de surcos perforadosy de primaveras bruscas,de cogulos y lgrimas,de esperanzas combatidasy ptalos letales...Para ti los cantos sumergidosen las hondas entraasde la noche,cantos de miel y plvoralos cantos de tu pueblo.

    Para ti estos cantos,sangre de mis poros,endurecida sangreen la endurecida fraguade la lucha,sobre el cristal dispersode mis ojos,sobre la flor del versoen la pared que extiendela palabra clandestina,en la violencia intildel odio de la nochea la alborada,en el silencio sin pausade los camposrepletos de ausencias,en los sueos devoradosy el polvoque carcome la guitarra.

    Canto a mi patria...

  • En esta sangrenace el canto.En esta sangre popular,sangre de abajo,sangre aterrada y frvida,sangreque contiene la esperanza,latiendo en el impulsoy en la clera,sangre con plvora y pualespara aventar las sombras,para encender la piradonde arday ardahasta volverse polvoeste presente tuyode congojasy liberar el trrido torrentede mis puos constructores,el canto combatidoy el color especialde tu bandera.

  • 227La paz, la paz,luminosa vrtebra de la vida,vuelo de colibr apasionado,blancura de almidn,exuberancia metlica,fragor de manos labradoras,cabellera de trigodestrenzada en el hmedorumor de las auroras.

    La paz, la paz,surco donde el sudor,donde la sangre,donde el llanto,donde el esfuerzo del Hombrecorre en germinacionesencendidaspara fecundar estrellasy canciones.

    La paz, la paz,perspectiva de vuelos,constelada cancin de la esperanza,pjaro de resplandoresy de msica,guitarra abierta y nica,encordada con fibrasde tormenta,aflautada de luces y de sueos...hmeda de llanto,con ternura de paloma.Surco del hombredonde germina el trigode la vida.

    Dnde est la paz...

    I

  • 229Es la paz aterida,desnuda y temblorosa,refugiada en el llanto del nio,en la desvelada angustiadel azahar.Es la paz perseguida,acosadapor la jaura pardade chacales cebadoscon dlares y excrementosdel festn macabro.

    II

  • 231Ellos quieren cortarla blanca plumade sus alas inmensas.Ellos quieren, s, quierenel tronco claro de la rosaque cant Nerudaen algn lugar de Amrica,digo, del mundo,desde un refugio de troncosy de pan moreno.Ellos, los topos,enemigos de la luz y el versocomedores de tierrade los cementerios fros,profanadores del candor,calaveras malditasde soterrados abismos.Ellos...

    III

  • 233Dnde est la paz...Hela aqu rediviva en el pecho del hombre,en la superficie puradel sueo y de la lucha,en la geografa resplandecientede millones de manos levantadas,de millones de lmparasy corazones ardiendoen la fraguadel bronce popular,en la blancura combatientedel papelen vuelo sin frontera,en donde una mano hmeda,una mano curtida,y una mano negray una mano amarillay otra manoy millones de manosdibujan un jeroglfico sonorode nombresy esperanzas.

    IV

  • 235Fue cuando se extenda el tediode una maana cualquiera.Arriba el solcalcinando las nubes.Abajo las ubres de la tierrasedientas de esperarel esperma nutriciode las manos del hombre.

    Tras el recodo ominosohablaron las bocas negrasde los palos de fuego.Verdes lagartos aparecieron.Verdes escamas-color copiado de la esperanzapara matar la esperanza-taparon el vidrio clarode la maana,que aunque cualquiera,mecan en las auras del sudor,una sonrisa tempranao una lgrima brujular,o un rumo asociadoa perspectivas de mies y clorofila.

    Y ah estaban ellos,los campesinos,los pechos calcinados al sol,las manos cuarteadasde amasar decepciones,y los sombrerosque exhiban hilachas de cansancio.Y las mujeres, rosas envejecidassorbiendo desesperadamentela humedad de la maana,con los senos cadosy las lunas de miel postergadas,soando

    Afiliados al partido de la esperanza

  • con besos definitivamente muertosy en noches desangradas.

    Y ah estabanlos campesinos,roto el csmico silencioy abiertos los caucesde la memoria,prestos a generar el cataclismoque renovar la viday devolver a la tierrasu imperio de trigo maduro.Y los mataron,porque solo eran gusanosdisfrazados de hombres,con los sombreros radosde tanto secarse al solsobre sus rostros oscuros;con las manos callosasde tanto llorar sudores,y los pulmones hartos de respirarsobras de aire,o sea, las tsicas menudenciasdel hambre y del trabajo.

    Y los mataron,porque aun cuando los cercabala desesperanzade las jornadas sin trminoy de los sueos constantes,brillaba en sus pupilasuna madrugada precisa.

    Y los mataron,porque la boca de los fusilescomenzabana torcer su trayectoriahacia los feudos artrsicos

  • 237del pasado presente;porque ya la miesmadurada en palabras claras,en conversaciones clandestinas,en miedos y soledades,en noches de silencio compartido,en sbitos relmpagos,en machetes en rebelin,marcaba el da de la siega segura.

    Sus nombres?Apenas un aburrido trazoen las macabras estadsticasdel Rgimen:Francisco Martnez,21 aos,natural de OLeary,Caaguaz. De profesin:campesino sin tierra.Aurelio Silvero,24 aos,armado con lgrima de mujeresy sonrisa de nios,y entroquelado de esperanza.Causas:afiliado al Partido de la Esperanza,se atrevieron a soarcon la tierra propia...

  • 239Ah capullo del alba!Quin pudiera decirtelo que asoma detrs de tus pestaas!El sol,los celajes purpreosde la aurora,el viento del amanecercon aliento de vida;las burbujas de la esperanzaen el jazmn doradode tu nombre;las estrellas en fugao la noche, tal vez,con su soledad-alas desplegadas cuando ya la muertees irremediable...

    Quin pudiera decirte!Paloma de oro,ternura congeladaen una gota boreal,tiempo detenidoen el azorado recododonde comenzaron a levantarsus flores negraslos hierros atrocesde la intemperancia,los escupitajos del plomoensoberbecido,el ronco sonido de la ira,la angustia del amor troz