6
Educere Universidad de los Andes [email protected] ISSN (Versión impresa): 1316-4910 VENEZUELA 2001 Pedro Rodríguez Rojas LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y EL FIN DE LA ESCUELA Educere, abril-junio, año/vol. 5, número 013 Universidad de los Andes Mérida, Venezuela pp. 19-23 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México

FIN DE LA ESCUELA.pdf

  • Upload
    azul

  • View
    5

  • Download
    3

Embed Size (px)

Citation preview

  • EducereUniversidad de los [email protected] ISSN (Versin impresa): 1316-4910VENEZUELA

    2001 Pedro Rodrguez Rojas

    LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y EL FIN DE LA ESCUELA Educere, abril-junio, ao/vol. 5, nmero 013

    Universidad de los Andes Mrida, Venezuela

    pp. 19-23

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

  • EDU

    CER

    E, A

    RT

    CU

    LOS,

    A

    O 5

    , N 1

    3, A

    BR

    IL -

    MAY

    O -

    JUN

    IO, 2

    001

    PEDRO RODRGUEZ ROJAS 19

    Abstract

    Resumen

    PEDRO RODRGUEZ ROJAS [email protected] SIMN RODRGUEZ-NCLEO BARQUISIMETO

    El tratamiento de la crisis, agona y posible muerte de la escuela es de vieja data. Slo como referencia podemos citar los trabajos de IvanIlich y Everett Reimer titulados Hacia el fin de la era escolar y La escuela ha muerto, publicados a principios de los aos setenta, quienes, entreotros, hacen un diagnstico de las debilidades del sistema educativo para responder a las mltiples demandas de la sociedad. Pero en laactualidad, en el contexto del proceso globalizador y del debate posmoderno, la revisin sobre la vigencia o inoperancia de la institucin escolarse hace ms necesaria, fundamentalmente por el impacto que las nuevas tecnologas estn produciendo en ellas. Desde que autores comoAlvin Toffler o Peter Druker han venido profetizando el surgimiento de una sociedad del conocimiento, sta ha sido analizada desde dosperspectivas enfrentadas: una, la tecnofilia, es decir la legitimacin en s misma de la tecnologa, es buena per se; o la tecnofobia, donde slose perciben los males. Igualmente ha predominado posiciones epistemolgicas, tericas y axiolgicas propias de los pases desarrollados, porlo que es necesario contextualizar el debate en el espacio y el tiempo. Las preguntas fundamentales a las que responde este trabajo es a larelacin entre informacin y conocimiento, qu puede ser sustituido en el sistema educativo y qu no y si las transformaciones tecnolgicas nosestn llevando a un cambio del sistema educativo o simplemente buscan su aniquilacin.

    THE KNOWLEDGE SOCIETY AND THE END OF SCHOOL

    Studies on the crisis, imminent death and even on the actual demise of school are far from new. For example, Deschooling Society by Ivan Ilichand School is Dead by Everett Reimer, published in the early 70s, analyzed the failure of the educational system to respond to the multipledemands of society. But in the current process of globalization and postmodernist debate, a revision of the validity and effectiveness of educationalinstitutions is more necessary than ever, primarily because of the impact of new technologies. Ever since writers such as Alvin Toffler and PeterDrucker announced its advent, the knowledge society has been analyzed from two opposing standpoints: the technophile approach argues thattechnology is its own justification and is good in itself; the technophobe attitude sees only the negative aspects. There have also beenepistemological, theoretical and axiological approaches, especially in industrialized countries, which makes it necessary to delimit the debate inboth space and time. The principal issues considered in this article are the relationship between information and knowledge, what substitutionscan or cannot be made in the educational system, and whether technological changes lead to a change in the educational system or its destruction

    LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTOY EL FIN DE LA ESCUELA

  • EDU

    CER

    E, A

    RT

    CU

    LOS,

    A

    O 5

    , N 1

    3, A

    BR

    IL -

    MAY

    O -

    JUN

    IO, 2

    001

    PEDRO RODRGUEZ ROJAS20

    oy en el contexto de la globalizaciny la posmodernidad, no slo la escuela,la universidad, la institucin educativaen general, sino el propio procesoeducativo est en peligro desustitucin. Los avances tecnolgicos,el hiperdesarrollo de la telemtica,estn amenazando severamente condesplazar la institucin escolar y el

    propio sentido del educar....El lugar del docente como el lugar exclusivo

    del que sabe est puesto en cuestin por la explosin delos medios electrnicos de comunicacin y el acceso alsaber a travs de mecanismos no escolares. Lo rgido ylo permanente ya no son cualidades funcionales sino, alcontrario dificultades que se encuentran en la prcticaescolar(Novak,1982:32).

    Ya no es el reconocimiento de que nuestrospedaggicos no forman pedagogos, que nuestras escuelasy maestros poco ensean, que lo aprendido poco sirve.No es cuestionar que la investigacin educativa esahistrica, es pragmtica, que los epistemlogos sonsociologizantes. No, de lo que se trata es de decretar elfin y la muerte definitiva de algo que estaba desde hacetiempo sufriendo una enfermedad aguda, la enfermedadde la prdida de sentido, por lo tanto de deslegitimizacin.

    Si la emergencia de lo pedaggico es en sentidode lo educante, para formar epocalmente un sujetoeducado, la escuela no da muestra de ello. En lo escolarno hay un colectivo con voluntad de saber, sino una masasumergida en la cultura icnica-oral, direccionada porla voluntad de no saber(Ugas,1997:12).

    Pero debemos preguntarnos qu perdilegitimacin, las maneras o formas como se venanejerciendo las practicas educativas?, o lo que se pretendedeslegitimizar es el propio proceso educativo? Elcuestionamiento que actualmente se realiza a la educacines compartido casi universalmente, lo que hay que debatires lo que se propone: sustituir un modelo paradigmticopor otro, o simplemente acabar con la educacin.

    Que el docente y la escuela pueden ser sustituidospor la computadora y las redes informticas, que estohara ms cmodo (en su habitacin), libre (sin laautoridad del dictador docente) y rico (muchainformacin de todo) el acceso al conocimiento por partedel alumno y que adicionalmente esto ahorrar dinero alEstado en: docentes, administradores, bibliotecas,infraestructuras (con lo cual se le podra otorgar unacomputadora a todos los hogares) que la perfomtica, dela informacin permitir la masificacin de la educacin?

    Con alguna de estas cosas pudiramos estar de

    acuerdo, pero no es tan sencillo como lo aparenta;evidentemente la escuela, desde hace tiempo perdi suencanto, incumpli con lo prometido. La escuela por suexacerbado formalismo ha sido acusada de acabar con lacreatividad del nio: Yo era inteligente hasta que llegua la escuela ha dicho el cantautor Facundo Cabral yMargaret Mead afirm Mi abuela quiso que yo tuvierauna educacin; por eso no me mando a la escuela. Frentea este formalismo escolar hoy se nos promete la libertaddel ciberespacio. La escolaridad como hemos insistidono slo es informacin, la escuela debe discriminarsaberes, jerarquizar prioridades, se adeca a las diversasedades. La supuesta libertad informtica por el contrariopuede convertirse en libertad de la ignorancia.

    Frente a este discurso antiescolar estamos obligadosa exigir la contextualizacin del debate: Es AmricaLatina el campo propicio para sustituir la escolaridad porlas redes informticas?, no slo ubiquemos en los gradosde dificultad para acceder a dichos medios, hoy lapoblacin afortunada no representa ni el 8% del total. Perolo que es peor, frente al drama de la familia que ya estabaagnica antes que la posmodernidad decretara su muerte,con todos lo males que podemos otorgarle al sistemaeducativo latinoamericano su inexistencia traeraconsecuencias peores que todas las generadas por susdefectos. Una de estas consecuencias es sin duda laprdida del sentido colectivo, concretamente del sentidode lo nacional y regional (latinoamericano), las redes nogeneran voluntades colectivas; por el contrario nosinvolucran en una perspectiva universalista de lainformacin pero desde una plataforma individualista: lacomputadora y yo.

    Muchas crticas se han hecho a los nacionalismos,a las identidades, pero igualmente hemos concluido queen este mundo de mundializacin parcializada deglobalizacin controlada, de intercambios y relacionesdesiguales, los nacionalismos (con todos sus efectos) sonla nica alternativa de no ser desdibujados, de dejar deser lo que antes ramos. En efecto, la educacin enLatinoamrica, a igual que las dems ciencias, nace paradarle legitimacin a los recientes Estados nacionales, alas clases sociales emergentes, pero hoy ante el procesode democratizacin de la regin, la educacin a igualque las otras ciencias sociales ha podido asumirposiciones crticas aunque minoritarias frente a las litesdominantes.

    Hoy frente a los estados de pobreza de nuestrospobladores, el Estado sigue siendo el garante de unaeducacin general. As esta educacin tenga miles decarencias. Igualmente hoy frente a la globalizacin lageneracin de valores que formen voluntades colectivas

    hArtculos

  • EDU

    CER

    E, A

    RT

    CU

    LOS,

    A

    O 5

    , N 1

    3, A

    BR

    IL -

    MAY

    O -

    JUN

    IO, 2

    001

    PEDRO RODRGUEZ ROJAS 21

    es fundamental. Pero esta no es una educacin para elchauvinismo, la xenofobia o el racismo, para despertarcomplejos de superioridad (etnocentrismo); es unaeducacin para entrar al mundo pero con criterios propiosy no como si furamos un objeto inerte, una mercanca,sin origen, sin padres, sin historia. Creemos en eluniversalismo que nos identifique como pares de las otrasregiones y no inferiores, que nos vean como miembrosde esto que se llama humanidad y que habitamos en elplaneta tierra:

    Pero qu significa universalismo?, que serelativiza la propia forma de existencia atendiendo a laspretensiones legtimas de las dems formas de vida, quese reconocen iguales derechos a los otros extraos, contodas sus idiosincrasias y todo lo que en ellos nos resultedifcil de entender, que no se empecina la universalizacinde la propia identidad que uno no excluye y condena todocuanto se derive de ella que los mbitos de toleranciatienen que hacerse infinitamente mayores de lo que sonhoy: todo esto es lo que quiere decir universalismomoral(Habermas,1989:117).

    Educacin no es slo capacitacin para cumplir unafuncin, sta parte del proceso educativo; posiblementesea fcil de sustituir, es su nivel ms fcilmenteperformatizable. Pero la educacin como formadora deciudadanos, pensantes formadora de valores que dansentido a la vida digna, formadora de un hombre crticocomprometido con su realidad, un ser social que comotal debe su existencia no slo a su individualismo a suego, sino al hecho de vivir con otros (en sociedad) sin loscuales no podra existir, es decir, la solidaridad humana,el respecto, no puede ser transmitido por losrevolucionarios medios informticos. Esto slo puede sertrabajo de la institucin educativa sustentada por losEstados Nacionales. Pero no por las escuelas yuniversidades tradicionales sino por otras nuevas.

    Si estas escuelas o universidades se llamanpostmodernas, no es lo significativo; lo que s esimportante es que bajo el pretexto de supostmodernizacin no se persiga su transformacin sinosu aniquilamiento. La institucin educativa masificadams para garantizar consenso poltico: puestos de trabajo,burocracia, apoyo popular, es decir populismo, que paraformar a una poblacin; la universidad que slo formaespecialista para las empresas; maestros ignorantes quenada saben ensear ni qu ensear, que son fastidiosos,cargas curriculares hermticas, memorstica, que sonajenas a nuestras realidades, que no son pertinentes;instituciones educativas administradas por ministeriosconstituidos por burcratas, polticos de turno que nadasaben de educacin. Todo eso debe desaparecer pero esto

    no puede representar el fin de la escuela.Esta escolaridad que solo representa una formalidad

    de la sociedad fcilmente desaparecer, en cierta formaya lo viene haciendo: hoy son gerentes y principiosadministrativos los que dirigen nuestras instituciones:

    Si en la escuela no se asume la relacincomunicacional como una relacin vital-cognitiva,limitndose a cuidar normas apegados a la letraentonces, la labor no es intelectual sino administrativo-institucional(Ugas,1997:16).

    Debemos advertir contra la amenaza de quienes bajola vestimenta neoliberalistas y postmodernistas (pero queno son ni uno ni lo otro) profesan el fin de todo y lamuerte de todo, pero que nada ofrecen a cambio. Eldiscurso del Fin de las Escuelas (institucioneseducativas) es el mismo que los defensores de laGlobalizacin utilizan para clamar por la desaparicinde los estados (que con todo su autoritarismo yparcialidades hacia sectores lite, son los nicos garantesde la defensa y la propia existencia de la poblacin quelos conforma) o de quienes querindolo o no legitimancon su discurso del surgimiento de un mundo nuevo(posmoderno o virtual) que en mucho de los casos sloexiste en sus cerebros o tratan realidades que slopertenecen a los pases desarrollados, mientras tanto elresto de los pases transcurren por su injusta y desigualrealidad real. Mientras que se pregona elposcapitalismo, la postpoltica, el postpoder, lo cierto esque la informacin es en su mayora, generada por otros,los mismos que siempre han dominado el conocimientoy la ciencia hoy por igual dominan y comercializancapitalistamente redes informticas y computadoras.

    ...La falsa democracia consistente con romper lasjerarquas sociales (maestros alumnos) para diluir de estamanera la legitimidad frente a los dominios delsaber(Muoz,1990:85).

    Pero lo ms importante es el peligro de labanalizacin del proceso educativo; quienes sin ningunavergenza piden el fin de la escuela y su sustitucinpor las redes informticas, no slo pretenden enmascararque la libertad ciberespecial no es tan libre, se compra yse vende, se producen y se transmiten en el mundoposcapitalista igual como se haca en el capitalismo (lasecentros de poder, medios de comunicacin, entre otros)sino que se iguala informacin (lase dato) conconocimiento, peor an con la inteligencia y ms an consaberes. Las redes de informacin lo igualan todo, elltimo chisme farandulero se equipara por la magiade los massmedia con un terremoto, una revolucin, concualquier cosa.

    Ni amores, ni sentimientos, ni solidaridades son

  • EDU

    CER

    E, A

    RT

    CU

    LOS,

    A

    O 5

    , N 1

    3, A

    BR

    IL -

    MAY

    O -

    JUN

    IO, 2

    001

    PEDRO RODRGUEZ ROJAS22

    abordados por la revolucin informtica, stos no seperformatizan, a pesar del exponencial crecimiento delamor y el sexo virtual, stos no se aprenden en las redesall se reproducen pero se aprenden slo viviendo ensociedad. El conocimiento profundo y til para la sociedady no slo para un sector de sta se logra slo en lasinstancias educativas, en la investigacin, en la extensinuniversitaria, en los debates acadmicos. La informacinse comercializa, los saberes y la inteligencia jams. Perono con ello podemos negar la terrible realidad de que elsaber educativo va muy atrs de los cambios ocurridosen el mundo, que la educacin se ha quedado rezagada,pero la respuesta a esta realidad no puede ser el modismo,lanzarse detrs de estos cambios sin saber qu representan;el primer deber de la academia es estudiar la racionalidadde estos cambios mundiales que tienen en la revolucintecnocientfica su basamento.

    Por que el problema no est en el avance de laciencia y el conocimiento, sino en sus aplicacionestcnicas, en su uso... la extraordinaria aceleracincientfica de las ltimas dcadas no ha idoacompaado de un avance anlogo de laracionalidad poltica, bajo el predominiotecnolgico el mundo pierde espesor moraly la nocin de libertad se restringe yesparce...(Mayor,1993:15).

    Frente a estos cambios laeducacin no puede ser pasiva, no setrata de negar los aportes de estosavances tecnolgicos perotampoco asimilarlos sinninguna consideracin.Los acadmicos no

    podemos ser

    cmplices de las nuevas y complejas redes de ladependencia.

    Mientras tanto, me parece que ese mundo que giravertiginoso, sordo a las pocas voces que piden un respiropara averiguar hacia dnde nos dirigimos (...)desconocemos en buena medida las caractersticas realesde la tecnologa moderna y esa ignorancia envenenanuestras relaciones con ella(Tourine,1995:173).

    Los pases latinoamericanos estamos obligados atransformar nuestra educacin, (modernizndola dirnunos o postmodernizndola dirn otros) debemos haceruso de las tcnicas y herramientas informticas (que paranosotros es un concepto distinto a dominar tecnologas,su utilidad no tiene discusin (rapidez, comodidad,heterogeneidad, etc.) pero no podemos creer que estoresuelve nuestros problemas educativos, por el contrario,conformarse con ellos, slo con ellos, podra complicarnuestra ya terrible situacin no slo educativa sino denuestra propia existencia.

  • EDU

    CER

    E, A

    RT

    CU

    LOS,

    A

    O 5

    , N 1

    3, A

    BR

    IL -

    MAY

    O -

    JUN

    IO, 2

    001

    PEDRO RODRGUEZ ROJAS 23

    A modo de conclusin

    El replanteamiento de una nueva pedagoga paraAmrica Latina es una prioridad, no slo de los EstadosNacionales, sino de sus pobladores. La difcil situacineconmica y social de la regin niega cualquierposibilidad de pensar en el fin de la escolaridad. Por elcontrario de lo que se trata es de formular una nuevapedagoga que cumpla con algunos principios mnimos:

    1.- Rescatar el saber pedaggico, entendido estecomo la unificacin de ciencias de la educacin ysaberes especficos de la prctica educativa.

    2.- Replantearse una nueva epistemologa educativaque parta de la reconstruccin histrica de nuestra propiahistoria educativa.

    3.- Abordar tericamente la educacin pero concategoras y perspectivas epistemolgicas propias.

    4.- Enfrentar la pragmatizacin de la educacin hoy

    en marcha con la revolucin informtica.5.- Defender y promover una conciencia colectiva

    crtica no dogmtica que nos permita construir y fortalecernuestra identidad frente a la globalizacin.

    6.- Analizar el impacto y la racionalidad de lasnuevas tecnologas en la educacin.

    7.- Replantear el papel de los pedaggicos comocentros formadores de docentes.

    8.- Valorizar la comunicacin versus la informacinen el proceso educativo.

    9.- La difcil tarea de evitar los complejosmesinicos adjudicados a la educacin.

    Lo ms importante de sta, nuestra pedagoga, esromper con la amenaza de la generacin de los idiotasinformados, y seguir luchando para que nuestros Centrosde Estudios sean antes que todo Centros donde se ejerciteel pensamiento, al decir de J. Novak, dondecontinuamente se practique el deporte de pensar

    Bibliografa

    AZUAJE, FRANCISCO (1997) Abordar la superautopista desde una carretera de tierra. En: Nueva Sociedad N 147.DRUCKER, PETER (1997) La sociedad postcapitalista. Bogot: Norma.FERROS, GRACIELA (1997) Radiografa meditica del fin de siglo. En: Nueva Sociedad N 147.GONZLEZ, ABRIL (1998) Sujetos, interfaces, texturas. En: Revista de Occidente. N. 206. Barcelona- Espaa.GONZLEZ, QUIROZ (1998) Anatoma de una Fascinacin. En: Revista de Occidente. N. 206. Barcelona- Espaa.HABERMAS, J.(1989) Identidades nacionales y posnacionales. Madrid: Tecnos.HUTINGTON, SAMUEL (1997) El choque de civilizaciones. Barcelona: Paids.KUHN, THOMAS (1996) La estructura de la revolucin cientfica. Bogot: Fondo de Cultura Econmica.MC LUHAN, MARSHALL y POWERS B.R. (1991) La aldea global. Mxico: Gedisa.MIRES, FERNANDO (1996) La revolucin que nadie so o la otra posmodernidad. Caracas: Nueva Sociedad.MORA, PASCUAL (1997) La escuela del da despus. Tchira: Grupo de Investigacin de Historia de las Mentalidades-ULA.MUOZ, BORIS.(1998) La soledad de la globalizacin. En: El Nacional. 13-09-98. p.A-2.MUOZ, JOS A. (1992)Las prcticas pedaggicas y sus relaciones de poder. En: Pedagoga, discurso y poder. Bogot: Corpodria.NOVAK, JOSEPH (1972) Aprendiendo a aprender. Barcelona: Martnez Roca.PREZ, JUAN (1998) Entre la utopa y la paranoia. En: Revista de Occidente. N. 206. Barcelona- Espaa.RIFKIN, JEREMI (1997) El fin del trabajo. Barcelona: Paids.RISA MARQUEZ, RAL (1982) La revolucin de la informacin. Espaa: Salvat.STALLBRASS, JULIN (1998) Formas de la identidad en el ciberespacio. En: Revista de Occidente. N. 206. Barcelona- Espaa.TERCEIRO, JOS (1998) El texto impreso en la nueva cultura digital. En: Revista de Occidente. N. 206. Barcelona- Espaa.TOFFLER, ALVIN.(1998). El cambio del poder. Espaa: Plaza y James.TOURINE, ALAIN (1995) Crtica de la modernidad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica.UGAS, GABRIEL (1997) La ignorancia educada. Tchira-Venezuela: ULA.WINSTON, BRAN Y WALTON PAUL (1996) Internet: Una libertad solo virtual. En: El Nacional. 11-02-96. p.A-3.

    E