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RECEPCIÓN DEL ARCA del Venerable Siervo de Dios

Fray Francisco Ximénez de Cisneros

El 8 de noviembre de 2017 se cumplirán quinientos años de la muerte del Cardenal Cisneros en Roa (Burgos). Con el deseo de exaltar la memoria del gran Arzobispo de Toledo, Cardenal de España y Regente en dos ocasiones del Reino, la diócesis de Alcalá de Henares promueve la celebración del V Centenario, comenzando con un solemne Oficio litúrgico en la Catedral que custodia sus restos mortales.

El incendio y posterior saqueo de este templo Magistral en 1936 ocasionó graves daños al Sepulcro del Cardenal, entonces instalado en la cabecera de la nave central, ante la reja del altar. Para evitar la profanación de los restos D. José Mª Lacarra los recogió de la cripta ubicada bajo el sepulcro y los trasladó, en el interior del Arca de las Victorias de Carlos V, a Madrid, donde permanecieron hasta el 11 de noviembre de 1977, fecha en que fueron entregados al Cabildo de la Iglesia Magistral de Alcalá, siendo inhumados de nuevo ante el altar, bajo una sencilla lápida de mármol.

Con ocasión de la inauguración del V Centenario el Obispado de Alcalá ha procedido al reconocimiento de los restos, verificando que se conservan tal y como indican las actas de entrega y recepción de 1977. Y con el fin de dar mayor visibilidad a la presencia del Cardenal en este templo que él engrandeció y en el que es recordado diariamente, se ha decidido la traslación de sus restos al altar del trascoro de la Catedral, en la girola, donde serán depositados en una arqueta de madera noble con su escudo, tras un

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relieve conmemorativo en bronce, que ha sido encargado al escultor Julio López Hernández.

Las hermanas clarisas del Monasterio de San Juan de la Penitencia de Alcalá de Henares, de fundación cisneriana, han custodiado en los últimos días la arqueta que hoy es recibida solemnemente en la Catedral Magistral.

El Órgano de la Catedral recibe la llegada de la comitiva, que entra en la nave con los restos de Cisneros, trasladados nuevamente dentro del Arca de las Victorias de Carlos V.

Congregada la asamblea, avanza el diácono con la luz en sus manos. Tras él, los ministros que llevan el arca del venerable siervo de Dios Francisco Ximénez de Cisneros. Siguen las autoridades y representantes institucionales, que al llegar a sus puestos los ocupan. Cierra la procesión el Obispo de la diócesis complutense, Mons. Juan Antonio Reig Pla.

Participa en la celebración el sucesor de Cisneros en la sede toledana, el Arzobispo Mons. Braulio Rodríguez Plaza, Primado de España.

Cuando el arca cisneriana reposa en el lugar dispuesto el diácono eleva ante el altar la lucerna y da comienzo el Lucernario.

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I. LUCERNARIO

Oblatio luminis 

Diácono: In nomine Domini nostri Iesu Christi lumen cum pace. Todos: Deo gratias.

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo: Luz y paz. ¡Demos gracias a Dios!

Mientras se encienden las siete velas que iluminan el altar se canta el “Lucernarium” (del oficio de difuntos, cfr. Sal 130 (129), 5-6.2).

Lucernarium

Speravit anima mea in Domino, a custodia matutina, * usque ad noctem.V/. Sustinuit anima mea in verbo tuo, Domine. Fiant aures tuae intendentes in orationem servi tui.R/. Usque ad noctem.V/. Gloria et honor Patri, et Filio, et Spiritui Sancto, in saecula saeculorum. Amen.R/. Usque ad noctem.

Mi alma aguarda al Señor desde el amanecer * hasta la noche.V/. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra. Estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.R/. Hasta la noche.V/. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.R/. Hasta la noche.

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Oración

Oh Dios, por quien se mantienen los elementos de todo el universo, y a quien reconocen como autor tanto el amanecer como el ocaso; en estas horas del atardecer acoge benigno a tus hijos; mientras esperamos la llegada de aquel día temible en que aparecerá tu Unigénito para juzgarnos, que todo el género humano experimente tu amor de tal manera que el diablo no pueda reclamar nada en ellos. R/. Amén.Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito, y vives, y todo lo gobiernas, por los siglos de los siglos. R/. Amén.

Deus, cuius ordinatione mundi ornamenta persistunt, et ortu eorum seu occasu te Factorem agnoscunt: in his vespertinis temporibus famulis veniam concede benignus; ut dum dies ille metuendus in adventu Unigeniti tui nostrae discussionis venerit manifestus, sic humanum genus a te pietatem accipiat, ut nullum se diabolus ibi suum habere cognoscat. R/. Amen. Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedictus et vivis et omnia regis in saecula saeculorum. R/. Amen.

Oblatio incensi 

Tras la oración del “Lucernarium” se hace la ofrenda del incienso. La Schola canta la antífona “Stetit angelus” mientras se quema incienso en el pebetero.

Antífona

Stetit Angelus * iuxta aram templi, habens thuribulum aureum in manu sua. Dirigatur oratio mea sicut incensum in conspectu tuo, * elevatio manuum mearum ut sacrificium vespertinum. Gloria Patri et Filio, et Spiritui Sancto, sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amen.

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Un angel se colocó junto al altar, con un incensario de oro en la mano. Suba mi oración como incienso en tu presencia, * el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Gloria al Padre y al Hijo, * y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, * por los siglos de los siglos. Amén.

Concluido el canto, el Obispo se dirige a la sede para dar comienzo al Oficio de Vísperas.

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II. OFICIO DE VÍSPERAS

En la sede el Obispo inicia el Oficio de Vísperas con el saludo: 

Invocación inicial

V./ Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. V./ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

La Schola canta el himno del Oficio de difuntos:

Himno

Immensæ Rex potentiæ, Christe, tu Patris gloriam nostrumque decus moliens, mortis fregisti iacula.

In lucem nos et requiem serenus iudex accipe, quos fides sanctæ Triadi devinxit atque caritas.

Gloria et honor Patri et Christo, Filio suo, cum Spiritu Paraclito in saecula saeculorum. Amen.

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Oh Cristo, Rey todopoderoso, que, al quebrar el dardo de la muerte, conciliaste la gloria del Padre con el restablecimiento de nuestra dignidad. Oh Juez sereno, recibe en tu Luz y en tu descanso a quienes los lazos de la fe y del amor unieron estrechamente a la santa Trinidad. Gloria y honor al Padre y a Cristo, su Hijo, con el Espíritu Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén.

La asamblea toma asiento y comienza la salmodia.

Salmo 120

Ant. 1: El Señor te guarda de todo mal, Él guarda tu alma. Aleluya.

Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

Gloria al Padre…

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Oración sálmica

Oremos: Señor Jesús, guarda a con amor a tu Iglesia de todo mal; velando sobre ella, guárdala a la sombra de tu Espíritu, para que en su humano peregrinar  tenga siempre fija la mirada en tu monte santo, la Jerusalén del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Salmo 129

Ant. 2: Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Aleluya.

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Gloria al Padre…

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Oración sálmica

Oremos: Señor Jesús, reaviva nuestra esperanza en ti con la misericordia de tu Santo Espíritu;  escucha nuestra voz pues volvemos a buscarte desde lo hondo de nuestras realidades  y concédenos tu perdón a nosotros y los difuntos; para que a todos amanezca la aurora de tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Cántico Flp 2,6-11

Ant. 3: Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Aleluya.

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios.

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz.

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre».

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

De modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

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en el cielo, en la tierra, en el abismo.

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre…

Ant. 3: Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Aleluya.

Lectura bíblica (1 Co 15, 55-57)

¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado es la ley. ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

La Escolanía de la Catedral interpreta el canto “Iesu Rex admirabilis”:

Iesu, Rex admirabilis, et triumphator nobilis, dulcedo ineffabilis, totus desiderabilis.

Iesu dulcedo cordium, fons vivus lumen mentium, excelens omne gaudium et omne desiderium.

Mane nobiscum, Domine, et nos illustra lumine, pulsa mentis caligine, mundum reple dulcedine.

Jesús, Rey admirable, triunfador noble, dulzura inefable, cumplimiento de nuestros deseos. Jesús dulzura del corazón, viva fuente luz de la conciencia, Presencia que desbordas cualquier gozo. Quédate, Señor, con nosotros y dónanos la verdad, vence el sopor de la conciencia, llena de dulzura el mundo.

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Homilía

Mons. Reig Pla, obispo complutense, pronuncia la homilía.

Responsorio

En tu misericordia, Señor, * concédeles el descanso. V/. Tú, que has de venir a juzgar a vivos y muertos. R/. Concédeles el descanso. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. En tu misericordia, Señor, concédeles el descanso.

Como respuesta solemne a la Palabra proclamada y predicada se inicia el canto mariano.

Magnificat

Ant.: Todos los que el Padre me ha entregado vendrán a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes

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y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre…

Ant.: Todos los que el Padre me ha entregado vendrán a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera.

Preces

Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor, esperanza de los que vivimos aún en este mundo, y vida y resurrección de los que ya han muerto; llenos de confianza, digámosle:

Deus, miserere. Deus, miserere.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, protege e ilumina al Santo Padre el papa Francisco y a todos los pastores de la Iglesia, para que guíen a tu pueblo con sabiduría y misericordia.

Deus, miserere. Deus, miserere.

Tú, Señor, que sostuviste con tu gracia al Cardenal Cisneros en sus proyectos de reforma de la Iglesia, concédenos un corazón recto que ame tu voluntad y haga siempre el bien.

Deus, miserere. Deus, miserere.

Cristo Redentor, santifica a los fieles de esta diócesis complutense que acaba de celebrar los XXV años de su reinstauración, para que puedan servirte con alegría de corazón.

Deus, miserere. Deus, miserere.

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Sé tú, Señor, el apoyo y la salvación de cuantos a ti acudimos: acuérdate de los pobres y de los más necesitados de tu misericordia.

Deus, miserere. Deus, miserere.

Cristo Salvador, mira benignamente a aquellos que, al no conocerte, viven sin esperanza, para que crean también ellos en la resurrección y en la vida del mundo futuro.

Deus, miserere. Deus, miserere.

Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a los vivos y a los muertos, pidamos al Padre que llegue a todos su reino:

Padre Nuestro

Pater noster, qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

Oración

Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que, al proclamar nuestra fe en la resurrección de tu Hijo, se avive también nuestra esperanza en la resurrección de nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vie y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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III. TRASLATIO

A continuación tiene lugar el traslado de la arqueta con los restos de Cisneros al altar del trascoro. Mientras, la Schola canta el “Psallendum” hispano de los Cantorales de Cisneros (Común de Pastores: cfr. Is 44, 4; Sal 1,3). La procesión se detiene ante el altar del trascoro para la oración.

Psallendum

Germinabunt ossa tua quasi salices, alleluia, * iuxta fluentes aquas, alleluia, alleluia. V/. Et erit tamquam lignum, quod transplantatum est. R/. Iuxta fluentes aquas, alleluia, alleluia. V/. Gloria et honor Patri, et Filio, et Spiritui Sancto in saecula saeculorum. Amen. R/. Iuxta fluentes aquas, alleluia, alleluia.

Tus huesos brotarán como en un prado, aleluya, * como sauces a la orilla de los ríos, aleluya, aleluya. V/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia. R/. Como sauces a la orilla de los ríos, aleluya, aleluya. V/. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. R/. Como sauces a la orilla de los ríos, aleluya, aleluya.

Oración

Señor de los ejércitos, admirable en tus santos, escucha nuestras pobres súplicas, y danos el patrocinio de tus bienaventurados pastores y la abundancia de una caridad auténtica. Ellos obtuvieron el galardón de su esfuerzo; por su intercesión, haz que nosotros alcancemos el perdón de nuestra faltas y la paz de una continua caridad. R/. Amén.

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Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito, y vives, y todo lo gobiernas, por los siglos de los siglos. R/. Amén.

Mirabilis in Sanctis tuis, Domine virtutum, exaudi supplices tuos, et peccatoribus nobis beatissimorum pastorum tuorum patrocinia largire, et caritatis perpetuae ubertatem attribue. Illi coronam virtutis meruerunt; nos eius suffragiis, te donante, veniam criminum et pacem perpetuae caritatis consequi mereamur. R/. Amen.Per misericordiam tuam, Deus noster, qui es benedictus et vivis et omnia regis in saecula saeculorum. R/. Amen.

La Schola canta el responsorio hispano-mozárabe de difuntos “Fac cum servo tuo - Requiem aeternam” (Cantoral de Cisneros, C, fol. 18). Mientras, el Obispo inciensa el lugar. 

Responsorio

Fac cum servo tuo, Domine, misericordiam, alleluia, alleluia. V/. Requiem aeternam dona ei, Domine, et lux perpetua luceat ei. Alleluia, alleluia. V/. Gloria et honor Patri et Filio, et Spiritui Sancto, in saecula saeculorum. Amen. Fac cum servo tuo, Domine, misericordiam, alleluia, alleluia.

Ten compasión de tu siervo, Señor. Aleluya, aleluya. Dale, Señor, el descanso eterno y brille para él la luz perpetua. Aleluya, Aleluya. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Se hace un momento de silencio tras el cual la procesión avanza hacia la imagen de la Virgen de Cisneros.

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IV. STATIO MARIANA

Durante el recorrido la asamblea entona la Salve Regina -introducida por el Cardenal Cisneros para ser cantada al final de la Misa Hispana- y todos hacen “statio” ante la imagen de la Virgen. La Schola canta otro “Psallendum” (cfr. Eclo 24, 14. 17; Sal 52 (51), 10). Mientras, el Obispo inciensa la imagen con dos golpes dobles. Concluido el canto entona la oración.

Salve Regina

Salve, Regina, Mater misericordiae, vita dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exsules filii Hevae, ad te suspiramus, gementes et flentes, in hac lacrimarum valle. Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María.

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Psallendum

Sicut palma exaltata sum in Cades, alleluia. Et sicut oliva speciosa in campis, alleluia. * Sicut vitis fructificavi suavitatem odoris. * Alleluia, alleluia, alleluia. V/. Ego autem, sicut oliva fructifera in domo Domini sperabo et in misericordia Dei mei in aeternum, et in saeculum saeculi. R/. Sicut vitis fructificavi suavitatem odoris. V/. Gloria et honor Patri, et Filio, et Spiritui Sancto in saecula saeculorum. Amen. R/. Alleluia, alleluia, alleluia.

Crecí como palmera de Engadí, aleluya. Y como gallardo olivo en la llanura, aleluya. * Como vid lozana retoñé. * Aleluya, aleluya, aleluya.V/. Pero yo, como verde olivo, en la casa de Dios, confío en la misericordia de Dios por siempre jamás.R/. Como vid lozana retoñé.V/. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. R/. Aleluya, aleluya, aleluya.

Oración

Señor Jesucristo, gloria de nuestra tierra, con el encuentro de la misericordia y de la fidelidad has llevado a término el gran misterio de tu encarnación; tú has santificado a tu Madre, la bienaventurada Virgen María, cuando, permaneciendo intacta, te dio a luz, y cuando, llena de gloria, subió hasta ti; te pedimos que te apiades de nosotros, y, aunque indignos, por su intercesión concédenos poder alcanzar el don de la castidad y el triunfo de la bienaventuranza del cielo. R/. Amén.Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito, y vives, y todo lo gobiernas, por los siglos de los siglos. R/. Amén.

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Domine Iesu Christe, gloria terrae nostrae, qui magnum incarnationis tuae mysterium in alterna sibimet occursione veritatis atque misericordiae perfecisti; quique beatissimam Mariam tibi Matrem et Virginem consecrasti, dum te et incorrupta edidit, et ad te gloriosa perrexit; parce, quaesumus, nobis, ut, eadem suffragante, quamlibet simus indigni, et castitatis donum et beatitudinis mereamur obtinere triumphum. R/. Amen.Per misericordiam tuam, Deus noster, qui es benedictus, et vivis et omnia regis in saecula saeculorum. R/. Amén.

El diácono despide a la asamblea. La Escolanía de la Catedral entona el canto “Ay, Santa María” mientras los celebrantes se retiran:

¡Ay Santa María, valedme Señora, esperanza mía!

Vos sois la que amo, Vos sois la que quiero, Vos sois la que llamo, Vos sois la que espero,

Vos sois el lucero, cuya luz nos guía, esperanza mía!

El Órgano de la Catedral solemniza el final de la celebración.

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Música de la celebración:

GRUPO SALVE MATER PRO MVSICA ANTIQVA Interpreta música de los Cantorales de Cisneros, s. XVI Director: Santos Carmelo Santamaría

ESCOLANÍA DE LOS SANTOS NIÑOS de la Catedral de Alcalá de Henares Director: Paulino Carrascosa Jiménez

ÓRGANO BLANCAFORT 2001 Organista: Liudmila Matsyura

Guión litúrgico:

Manuel González López-Corps

Agradecemos al Ayuntamiento y a la Universidad de Alcalá su colaboración en la preparación de esta celebración y de los diversos actos que se desarrollarán durante el “Año Cisneros”.

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