Francesa Clementis - Mis niñas, mi marido y la maldita ex

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Francesca Clementis

Mis nias, mi marido y la maldita ex

Para mam y pap.

(Esto hace que hayan valido la pena tantas noches sin dormir?)

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NDICE1................................................................5 2..............................................................12 3..............................................................15 4..............................................................20 5..............................................................30 6..............................................................41 7..............................................................53 8..............................................................64 9..............................................................74 10.............................................................85 11.............................................................96 12...........................................................106 13...........................................................115 14...........................................................129 15...........................................................136 16...........................................................145 17...........................................................156 18...........................................................165 19...........................................................175 20...........................................................187 21...........................................................194 22...........................................................202 RESEA BIBLIOGRFICA.............................................209

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Te propongo un reto: yo te explico la historia de mi vida en menos de cien palabras y t tienes que adivinar qu sigue despus. Presta atencin.1) Nacida hace treinta y seis aos de una madre maravillosa y un padre atento, o por lo menos eso me contaron. A los cinco das me entregaron a otra madre y otro padre. 2) No ingres en el colegio de mi eleccin. Fui a una escuela local donde el tabaco de liar era el producto ms popular de la confitera. 3) No obtuve suficientes sobresalientes para aspirar a Cambridge. Fui a la Universidad de Sussex. (Ojo a las pistas, no son sutiles.) 4) Soaba con ser maga. Me hice profesora. 5) Quera un marido y cuatro hijos. 6) Diez aos de vida estable y feliz con un marido y cuatro hijas el resto te lo dejo a ti

A qu conclusin has llegado? Algo que ver con sueos frustrados, seguro. No me extraa, te he dado un montn de pistas. Pero dime, qu has imaginado? El fallecimiento de un ser querido, un marido que me engaa o me abandona, unas hijas que se tuercen, una enfermedad terrible, un error judicial que me enva a la crcel? Buenas suposiciones, todas plausibles, todas errneas. Estoy bien. Marido e hijas bien. Todos sanos, todos felices, todos bien adaptados. El nico problema es que son el marido y las hijas de otra. Y esa otra quiere recuperarlos.

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1Ocho y diecisis a.m. Mam! Dnde est mi bolgrafo de la suerte? Mam! Puedo dormir en casa de Peter? Mam! Por qu no puedo llevar sujetador? Mam! He decidido dejar la carne. Las cortezas de cerdo cuentan? El bolgrafo est en el suelo, Phoebe, al lado del vdeo. Nada de dormir en casas de chicos, Claire. Podrs llevar sujetador cuando lo necesites, Jude. Y las cortezas de cerdo no cuentan, Ali, pero la pizza de pepperoni s, de modo que devulvela al frigorfico. Cuatro hijas. Cuatro preguntas atendidas en veintiocho segundos sin detener mis zancadas entre la secadora y la tabla de planchar. Cuatro cantinas sobre la mesa con el equilibrio perfecto de comida sana, chocolatinas y cuanto se anuncia actualmente por televisin. Dos perros de linaje indeterminado limpiando el suelo de terracota con la lengua. La casa es un desbarajuste acogedor, vidas felices expuestas en fotografas, imanes en la nevera y notas adhesivas. Tiene la suciedad justa para que las nias no piensen que soy una neurtica de la limpieza, pero tambin alguna que otra rociada de desinfectante para asegurarme de no criar colibacilos en la barra del desayuno. Suena Radio Uno y me s la letra del ltimo xito de Prodigy. Soy, sin lugar a dudas, una supermadre. Ocho y diecinueve a.m. Las chicas llegan tarde al colegio, como siempre. Pero no demasiado tarde. Se marchan corriendo, pero antes me besan en la mejilla sin apenas rozarme. Salvo Phoebe, la mayor, la ms fuerte y la ms necesitada de mis nias. ltimamente le abruma el peso de la adolescencia y me abraza cada vez que tiene oportunidad. La pobre lo tiene todo: granos, aparatos, pelo graso, sensacin constante de condena existencial y el pecho ms grande de su clase. No me haba necesitado tanto desde que tena cuatro aos. Me encanta esta nueva dependencia, aunque me rompe el corazn verla sufrir. Huele a champ de tratamiento y a Clearasil. Es mi favorita, pero he aprendido a disimularlo. He ah otra de las habilidades maternales que no ensean los libros. Quiero a todos mis hijos por igual. Puede que uno me guste ms que otro, pero los quiero a todos por igual. Como nias que memorizan el Jesusito de mi vida, repetimos las frases una y otra vez con la esperanza de que resulten convincentes. Pero no hablamos en serio. Yo quiero a las cuatro chicas por igual, pero siempre encuentro en mi interior un poquito ms para Phoebe. Tal vez slo sea porque es la que ms pide. Le acaricio el cabello cuando se aparta de m y cruzamos una mirada que me hace sentir completa. Adis, mam! gritan todas. Y ya no estn. Ayer ocurri ms o menos lo mismo. Las nias se marcharon al colegio y yo apagu la radio. Durante unos instantes dej que mis odos se

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adaptaran al silencio. Entonces me transform en mi otro ser, el que saca el polvo a ritmo de El primer caf con Kilroy, grita las respuestas de Sper Maratn, anota las recetas de Sal y pimienta y cose los nombres en los uniformes de gimnasia mientras Richard y Judy hablan de histerectomas. Son mis pecados domsticos, los cuales slo confieso despus de unas copas de vino con otras madres. Es nuestro secreto, un secreto que ocultamos a nuestros maridos y, de hecho, a todas aquellas amigas que no slo mantienen encendida la radio, sino que escuchan Radio Cuatro. A veces, cuando recuerdo que en una ocasin le Historia del tiempo de Stephen Hawking (y comprend el setenta por ciento), me inquietan los efectos de Vanessa Felt y las series australianas sobre mi alma. Pero luego me consuelo dicindome que quiz veo la televisin matinal desde un punto de vista posmoderno. Es mentira, pero al menos la palabra posmodernidad sigue formando parte de mi vocabulario despus de aos de comunin casi constante con el cartero Pat. Lo cierto es que me encanta ver la tele. Siempre me ha gustado. Ver la tele indiscriminadamente es mi nicotina, un goteo lento de placer leal. Me gusta todo. Culebrones, dramas, comedias, pelculas, concursos, documentales. Buenos o malos, me da igual. Me encantan esos universos paralelos y artificiales que interrumpen mi propia existencia lineal; me encantan las vidas ajenas que la caja me permite vivir; me encanta tener un punto de referencia que compartir con desconocidos. Ser parte de una audiencia es una forma de pertenencia y eso me gusta. Me encanta poder sumarme a las conversaciones de desconocidos, en la caja del supermercado, sobre la extraa predileccin de Ken Barlow por los vaqueros ajustados. La televisin mitiga las diferencias de clase y educacin de una forma que el gobierno laborista no lograra ni en sueos. En fin, ya est. Ya lo he confesado. Hola, me llamo Lorna y veo Polica. La maana de ayer fue completamente normal. Tena un montn de exmenes que corregir. Me estaba preparando una taza de t y rebuscando en la lata de galletas una Digestive que no dejara marcados los dedos en el papel (has de saber que soy una profesional), cuando o el sonido de una llave en la puerta y me asust. No por temor a que fuera un intruso. Saba que era Rob. Cuando has vivido con alguien diez aos, conoces perfectamente cmo suena su llave en la cerradura. Es uno de esos detalles ntimos que todava me emocionan. No. Si me asust fue justamente porque era Rob. Jams apareca por casa por las maanas. Ni siquiera cuando se pona enfermo. Rob es conductista canino. As nos conocimos. Hace un montn de aos yo tena una pastora alemn psicpata llamada Shipshape que haba desarrollado un pnico a la gravilla. Cada da tena que cruzar el caminito de mi casa con ella en brazos y mi espalda empezaba a resentirse. En aquella poca Rob ya era popular (en los crculos caninos de Clapham), as que le llev a Shipshape. Su esposa le haba abandonado dos meses antes y se hallaba en un estado deplorable. A veces me pregunto si fue su situacin lo primero que me atrajo de l. Admiraba la forma en que se las arreglaba con las nias, me gustaba el hecho de que todos me necesitaran, disfrutaba del drama. A las pocas semanas me instal en su casa con una perra curada, una furgoneta llena de pertenencias y un odo sordo a los amigos que me aseguraban que no

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saldra bien. Adems, estaban las nias. Yo siempre haba querido hijos y no necesariamente por el parto, que me traa sin cuidado. Simplemente quera un montn de nios, una familia grande y ruidosa. Y esta familia me gust en cuanto la vi. Rob y las chicas iban en un nico paquete y era justamente el paquete que yo quera. Hizo falta tiempo, pero finalmente sus vidas volvieron a la normalidad. Ahora Rob goza de fama nacional y varios despachos en una clnica veterinaria local. El movimiento de clientes en su consulta es incesante, de ah que su aparicin en casa un jueves a las diez de la maana significara que algo terrible haba ocurrido. Yo no quera saber qu era. Y an menos ahora que nuestra vida era tan fantstica y estable. Los perros se le echaron encima de felicidad. Hola, JR. Hola, Kili. Vamos, chicas! Lorna, dnde ests? grit desde el vestbulo. Aqu. Apagu rpidamente el televisor y trat de sosegarme. Fuera lo que fuera, tena intencin de afrontarlo con valor, elegancia y humor. He ah una de las ventajas de una vida basada en la decepcin prematura: acabas con un arsenal de frases clave para desviar los ataques. Durante los breves segundos que tard Rob en recorrer los once pasos que separan el vestbulo de la cocina yo ya haba imaginado casi todas las situaciones posibles, representado cada una de ellas hasta su conclusin inevitable, sorprendido a Rob con mi estoica aceptacin del problema, consolado a Rob con esa feminidad fuerte y sabia que me gusta pensar que poseo y ofrecido soluciones prcticas a cada dilema. (Nota personal: decididamente, veo demasiada tele matinal.) Entonces vi su cara y supe que se trataba de algo an ms grave de cuanto haba imaginado. No haba dolor en su cara, ni desolacin, ni resignacin, slo confusin. Respir hondamente. Cuando llegu a la oficina tena una carta esperndome. Era de Karen. Esper a que yo reaccionara, pero no haba previsto esa situacin. Tena respuestas para despido, cncer, embargo y muerte de un familiar lejano, pero no para una carta de Karen. Y una carta de Karen significaba que Karen estaba viva, lo cual era una malsima noticia. Una mala noticia para todos, pero sobre todo para m. Karen era es la ex mujer de Rob. Quiero decir, su mujer. No estn divorciados, de modo que ella es todava su esposa legal. Y tambin la madre de las chicas, madre biolgica, en realidad, puesto que no ha sido una madre para ellas en diez aos, ni en persona, ni por telfono ni por carta. Abandon a cuatro hijas menores de cinco aos. Te parece eso una madre? Qu ests pensando, Lorna? Decid dejar a un lado la parte de la malsima noticia que representaba el hecho de que Karen no estuviera muerta. Aunque lo hubiera dicho con suma comicidad, intu que a Rob no le hara gracia. Adems, no lo deca en broma. Trat de recordar qu hacen los psiquiatras que salen por la tele cuando les disparan preguntas intensas. Tal vez responder con otra pregunta fuera lo ms seguro. Por lo menos me concedera tiempo para

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aclarar mis sentimientos y adoptar una postura menos amenazadora. Por qu te envi la carta al trabajo en lugar de envirtela aqu? Era una pregunta razonable. No sera porque Karen no tuviera esta direccin. Haba vivido seis aos en esta casa antes de abandonarla, de modo que era de esperar que recordara dnde estaba. Karen saba que me impactara tener noticias suyas despus de todo este tiempo, as que pens que era preferible enviarme la carta al trabajo para que mi reaccin no afectara a las nias. Uau! Acaba de pasar a la siguiente ronda del concurso Madre del Ao. No la estoy defendiendo, Lorna. Slo estoy contestando a tu pregunta. Y con ese tono ligeramente impaciente y esa respuesta ligeramente defensiva, el primer indicio microscpico de discordia penetr en nuestra relacin. De repente, el fantasma translcido de Karen se convirti en una amenaza de carne y hueso. Los dos primeros aos de mi relacin con Rob los viv en un estado de pnico permanente por temor a que su esposa volviera arrepentida y cargada de regalos y de excusas crebles por su atroz comportamiento. Mas no lo hizo. A travs de sus padres comunic a Rob que tena intencin de comenzar una nueva vida en Estados Unidos y que no pensaba volver. Se habl de una crisis nerviosa. Cuando se hubo recuperado y supo de mi existencia, lleg a la conclusin de que las nias estaran mejor conmigo. Para serte franca, durante los primeros meses que cuid de las hijas de Rob me solidaric por completo con el comportamiento de Karen. S que no eran mis hijas y, segn dicen, eso marca una diferencia, pero cuatro nias menores de cinco aos Estaba loca de agotamiento, frustracin y responsabilidad. No slo comprenda por qu Karen se haba marchado, sino que me sorprenda que hubiera durado tanto. Sin estrangularlas, quiero decir. Y si te asombra lo que digo, significa que jams has vivido durante un mes tras otro con menos de dos horas seguidas de sueo. Significa que nunca has tenido cuatro criaturas pequeas tiranizndote veinticuatro horas al da, exigiendo y rechazando tu atencin en arranques alternos. Significa que no sabes lo que supone ser torturada durante das por llantos, gritos y aullidos inconsolables. Significa que nunca has sido madre. Si sobreviv fue nicamente porque al mismo tiempo estaba loca de amor por Rob. Nuestro amor era una distraccin, un sustento emocional que haca de blsamo poderoso contra el tormento de la maternidad. Quiz por eso las parejas que tienen hijos para mantener a flote un matrimonio conflictivo descubren que su unin muere bajo la presin de un neonato. Si no reais antes de la llegada del beb, te aseguro que encontraris muy poco de lo que reros una vez haya llegado. Esta generosa valoracin de la huida de Karen parta, no obstante, de la certeza de que se haba marchado para siempre. Ahora que ha vuelto, ya no me siento tan generosa. Abrumado por la situacin, Rob se desplom en una silla. En realidad era una nota breve, no una carta. Me acerqu a l y le rode con mis brazos. Aunque era un hombre alto meda ms de metro ochenta, al verlo hundido sobre la mesa de la cocina me pareci pequeo y vulnerable. Me costaba creer que fuera a

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cumplir cuarenta aos dentro de unos meses. Perteneca a esa clase de hombres sin edad, esos que aparentan treinta desde los dieciocho hasta los sesenta. Tena el mismo pelo que cuando era un adolescente, grueso, rizado, cmodamente asentado alrededor del rostro. Sus ojos eran azules, azules, azules, y muy, muy, muy bondadosos. No tena una sola arruga en la cara, y de pronto pens, asustada, que quiz fuera porque apenas rea. Con eso no quiero decir, ni mucho menos, que Rob sea un muermo o un amargado, sino que su sentido del humor es lacnico, discreto, sin grandes carcajadas. l sonre y yo ro. Rob siempre deca que lo que ms le gustaba de m era que haba trado la risa a su familia. Haban tenido poco de eso durante el ao previo a la partida de Karen y cero despus de su marcha. Le estrech con fuerza, esperando que interpretara el abrazo como un gesto tranquilizador en lugar de posesivo. Rob proceda de una familia parecida a la ma. Cuando estaba triste, su madre le daba paracetamol en lugar de abrazos. Eso nos hizo crecer con una sed de contacto fsico que ambos intentbamos satisfacer en el otro. Nuestra educacin guardaba otras similitudes, coincidencias reconfortantes que elegimos convertir en cimientos de nuestra relacin. Los dos ramos hijos nicos, los dos perdimos a nuestro padre a los dieciocho aos y aceptamos la desagradable responsabilidad de cuidar de una madre hasta entonces tremendamente dependiente de su marido en los aspectos prcticos de la vida. Ambos habamos huido a la universidad unos aos ms tarde que nuestros compaeros y, por consiguiente, nos habamos sentido desplazados por la diferencia de edad y madurez con respecto a los dems estudiantes. Ambos necesitbamos una excusa para no regresar a casa, as que Rob se cas y yo segu estudiando. El resto ya lo conoces. Y qu quiere Karen? La nota slo deca que quera verme para hablar. Que no deba preocuparme, que no deseaba causar problemas, etc. Se ha alojado en casa de sus padres. A tres kilmetros de distancia. Oh, Dios. Cunto tiempo piensa quedarse? Rob se encogi de hombros. No me lo dijo. La conversacin estaba teniendo demasiados silencios para mi gusto. Aliger la voz. En fin, de nada sirve que te pongas nervioso mientras no sepas qu quiere. Seguro que no tienes ms remedio que verla? Aad una risa falsa a esta ltima y dolorosa pregunta. Por supuesto que no. Rob me acarici la mano. Lo siento, no quera hablarte as. Pero mralo por el lado positivo. A lo mejor ha conocido a un hombre en Estados Unidos y quiere el divorcio para poder casarse con l. Yo no soy famosa por buscar el lado positivo a las cosas. Soy bastante buena encontrando el lado divertido y sarcstico. Pero el lado positivo siempre me evita. Divorcio. No. Ni siquiera debo pensar en ello. Lo deseaba con todas mis fuerzas y todos sabemos qu ocurre cuando deseamos algo con todas nuestras fuerzas. O por lo menos todos sabemos qu ocurre cuando yo deseo algo con todas mis fuerzas.

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Sabas que tarde o temprano ocurrira!, me gritas desde el palco. Pero no te precipites a la hora de reprenderme por ser la artfice de mis circunstancias. El resultado de las decisiones que tom diez aos atrs quiz te parezca dramtico, pero por lo menos soy la nica persona que ha osado esperar que podra luchar contra las probabilidades, cambiar la tendencia ganar el premio. S lo fcil que resulta juzgar las actitudes en la vida de los dems. Caray, yo lo hago continuamente, cualquier cosa con tal de no fijarme en mis propios errores. Cundo fue la primera vez que la notaste? Ya sabes a qu me refiero. Hablo de la primera punzada de pnico que sentiste cuando echaste un vistazo a tu sueo, tu objetivo o tu destino y no lo viste. No lo viste porque estaba detrs de ti, o all, en cualquier otro lugar salvo donde deba estar. Y los sueos son lo ms importante en la vida, verdad?, la punta de la flecha. Te dan una direccin, una finalidad, un sentido. Si no tuviramos algo a lo que aspirar, estaramos siempre entrando y saliendo de vidas paralelas, jugando despreocupadamente con pasatiempos, carreras y parejas. Todos sabemos qu ocurri con mis sueos, as que echemos un vistazo a los tuyos. Por favor, dame ese gusto. No me hagas cargar con el estandarte de la falibilidad femenina yo sola. Cmo perdiste de vista tus metas? Me refiero a las originales, las autnticas, no las que creaste para amoldarte a tu situacin actual. Empez muy pronto, no es as? Cuando deseabas con toda tu alma ser Mara en la obra de Navidad pero te dieron el papel de quinto cordero. Cuando pediste a los Reyes Magos una mueca bailarina y te trajeron una enciclopedia. Cuando pediste un piano y te regalaron un xilofn. Y as se forj la pauta. Ibas a casarte de blanco en una preciosa iglesia de pueblo a los veintin aos, a que s? Con un hombre parecido a David Cassidy (eleccin personal; cmbialo por dolo musical de tu agrado), sensible, fiel, un hombre que escriba y lea poesa y era, adems, un ejecutivo prometedor con coche, piso y una madre que viva a quinientos kilmetros de distancia. En realidad te casaste cundo, a los treinta y uno? A los cuarenta y uno? Ibas de verde? Probablemente fue en un lbrego juzgado y tuviste que fingir que no te importaba, que las bodas blancas son fantasas absurdas de adolescente. Y no, por supuesto que no queras una gran celebracin. Y tu marido? Un buen hombre, no lo dudo, pero pero Cmo ocurri? Adnde fue a parar ese sueo? En algn momento de tu tortuosa vida aceptaste conformarte con el segundo premio. O el sexto. Lo que sea. En realidad no queras. Nadie quiere. El mundo est lleno de cuartos rosas habitados por nias que suean con ser bailarinas y acaban siendo aromaterapeutas. O puede que haya nias que sueen con ser aromaterapeutas. Aterradora posibilidad para nuestro nuevo milenio. Yo no plane as mi existencia pero he hecho lo posible para que saliera bien. He encontrado una vida que me gusta, un hombre al que amo y la familia que siempre quise, y no pienso perder todo eso ahora. Rob se estaba animando. Pensndolo bien, qu otra razn puede tener para ponerse en contacto conmigo? Seguro que lo ha hecho porque quiere el divorcio. No sera genial, Lorna? Las chicas ni siquiera tendran que enterarse de que

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Karen ha estado aqu. Me bes emocionado. Oye, lamento haberme alterado tanto. Necesitaba hablar contigo. Ya estoy ms tranquilo. Telefonear a Karen esta tarde para solucionar el asunto cuanto antes. No te preocupes, todo saldr bien. Y se fue. Haba entrado y salido en menos de quince minutos. Yo todava tena exmenes que corregir, colada que clasificar y compras que hacer, pero slo poda pensar en que Karen iba a arrebatarme a mis hijas. Y tambin a Robert. Me costaba respirar. Empec a perder la razn. Necesitaba una copa, un postre y una amiga. Agarr el telfono y llam a Andrea. Dej un mensaje en su contestador: Hola, Ange, soy yo. Oye, cuando vuelvas del colegio, llmame. Necesito comer contigo. Enseguida me sent mejor. Andrea me comprendera. Ella sabra cmo me siento y qu debo hacer. Era madre. Como yo.

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2El restaurante de Debenhams estaba repleto de mujeres. Ange y yo ramos las nicas que no llevbamos paquetes y las nicas que bebamos vino. Estbamos a punto de apurar la botella y an no era medioda. Yo adoraba a Andrea. Era la representacin de la mujer que yo finga ser. Su cabello era rubio y ondulado por naturaleza mientras que el mo tena mechas y un moldeado de secador que rayaba la desecacin. Ella era delgada. Yo era flaca. Ella era una mujer segura. Yo era buena haciendo ver que era una mujer segura. Ella era guapa. Yo posea una cara interesante. Ella tena una hija propia. Yo tena cuatro de otra mujer. Apur su copa de un trago y me mir con seriedad burlona. Bien. Aclaremos primero las cosas y luego podremos emborracharnos y avergonzar al camarero. En primer lugar, has programado el vdeo para grabar Neighbours y Home and Away? Re pese a la angustia. No estoy tan enganchada como para eso, Ange! Andrea enarc una ceja. Levant las manos para indicar que me renda. Vale, vale, estoy enganchada, pero t tambin. Medit mi acusacin. No tanto. Yo nunca grabo las series. Solt un bufido. Porque sabes que lo har yo. Y tambin sabes que las pocas veces que te las pierdes puedes llamarme al da siguiente para que te ponga al corriente. Aqu termina mi alegato exclam triunfalmente Andrea. Yo puedo esperar veinticuatro horas para enterarme del ltimo embrollo mientras que t no podras irte a la cama sin saberlo. Eso me hace mucho menos pattica que t. Tiene razn, claro, pero la perdono porque estoy sumamente agradecida de haber encontrado una compinche que comparta mi pasin por la televisin basura. Sea como fuere, esta vez te equivocas. Estaba demasiado nerviosa para programar el vdeo. Adems, puedo ver las repeticiones de la tarde con las nias. Cmo estn? Me puse el piloto automtico. Phoebe es vctima de todas las crueldades que la pubertad tiene en su repertorio. Claire ha descubierto a los chicos y, lo que es peor, los chicos la han descubierto a ella. Jude est buscando una forma de rebelarse que no implique automutilacin ni privaciones. Y Ali est experimentando los estilos de vida alternativos de la A a la Z. Andrea me mir atnita.

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Eso es todo? No has encontrado droga en ningn lapicero? Condones en la mochila? Indicios de anorexia o embarazo? El problema no son las chicas. Andrea se ech a rer. Contigo siempre son las chicas, Lorn. Esta vez no. Es Karen. Ha vuelto. Andrea tard unos segundos en asimilar el nombre. Cuando el reconocimiento se reflej en su cara, la empuj contra el respaldo de la silla y observ cmo los recuerdos se agolpaban en su cabeza, recuerdos que yo no poda compartir. Porque Andrea conoca a Karen, y muy bien. Haban sido amigas. En realidad, mucho ms que amigas. Estuvieron en la misma sala de maternidad, en camas contiguas, cuando dieron a luz a la primera hija. Parece que es ah donde nacen casi todas las amistades entre las mams de mi crculo. Andrea y Karen se hicieron inseparables. Se vean cada da, ya fuera en el parque o en la piscina. Compraban juntas, desayunaban juntas, intercambiaban tetinas y cremas para los pezones. Y cuando Karen empez a parir con pasmosa velocidad, era en Andrea en quien buscaba apoyo. Yo crea que haba superado mis profundos celos por este vnculo que nunca conseguira reproducir, pero ahora trepaban de nuevo en mi interior, invadindome como un vrtigo. Cuando Andrea habl al fin, lo hizo para ella misma. Despus de todos estos aos, Karen Danson. Suspir y sacudi la cabeza. Esper pacientemente a que recordara que yo segua all. Cuando lo hizo, se sinti avergonzada. Oh, Lorn, lo siento de veras. Debes de estar hecha polvo! Para qu ha vuelto? Qu quiere? No puedo creer que haya tenido la cara de aparecer as, sin avisar. Me tragu los celos y me dije que mis aos de amistad con Andrea superaban con creces los cuatro aos de amistad que ella haba compartido con Karen, por muy intensos que hubieran sido. Rob recibi una carta de Karen esta maana. No sabemos qu quiere, slo que necesita hablar con l. Rob cree que podra tratarse de una buena noticia, que a lo mejor Karen quiere el divorcio. Andrea buf. Rob ha dicho que eso sera una buena noticia? Me ofend. No empieces, Ange. No estoy de humor. Diez aos, Lorna. Rob podra haberse divorciado a los cinco aos sin el consentimiento de Karen. Podra haberse puesto en contacto con ella a travs de sus padres. Slo tena que Gracias, Andrea. Por desgracia, conozco la ley britnica en lo referente a divorcios. Sabes que es ms complicado que eso. No tiene nada de complicado. Ange, por favor! Vale, vale. As que Karen ha vuelto. Es una sorpresa pero puedes manejarla. T, Rob y las nias sois una familia. Ella no puede haceros dao. Probablemente Rob tenga razn. Probablemente Karen quiera el divorcio. Acabas de acusar a Rob de no desearlo. Andrea levant las manos con resignacin. No me hagas caso, no s lo que me digo. Estoy premenstrual, puede

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que incluso premenopausal. Seguramente tendr que hurtar un montn de latas de sardinas de Asda despus de comer. Sonri y yo tambin. El vino me estaba envalentonando. Qu aspecto crees que tendr? Andrea se encogi de hombros. Dos aos de psicoterapia y ocho aos en Estados Unidos. Estar tomando Prozac y llevar un peinado voluminoso. Pedimos otra botella? Iba a estar bien.

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3La resaca hizo su aparicin por la tarde. Correg los exmenes en medio de una neblina de Distalgesic y aadiendo un diez por ciento a cada nota para compensar a los alumnos por mi falta de entrega en la tarea. Las nias regresaron a tiempo para ver Lejos de casa. Me qued dormida. Deambularon por la casa de puntillas, sabedoras de que, si yo no me despertaba para preparar la cena antes de que pap llegara, iramos a Pizza Express. No me despert. Rob lleg a casa. Fuimos a Pizza Express, donde me beb un litro de agua mineral y engull cinco paquetes de bastoncillos. No s cmo, pero llegu a mi clase nocturna, donde di una charla incomprensible sobre las implicaciones filosficas de la segunda ley de la termodinmica. Yo misma no comprenda esa ley y la estaba enseando, mala seal. Pero creo que la charla sali bien. Actu con el piloto automtico y mis estudiantes aplaudieron. Es sta una habilidad extraordinaria, mas no infrecuente, sobre todo para una madre. Casi todas las mujeres reconocen (y tambin los hombres, aunque no delante de compaa femenina) que las clulas del cerebro de una madre mueren a una velocidad proporcional al crecimiento de sus hijos desde la etapa embrionaria. Hayas parido o no, la erosin comienza en el momento en que asumes la tarea de criar a esos hijos. Una vez aceptada esa realidad, y creme que todas lo hacemos, slo hay dos resultados posibles: una atrofia cerebral total o el sacrificio cuidadosamente planificado de la mitad menos til de tu corteza. En mi caso, necesitaba conservar mi labor docente remunerada y mi capacidad analtica a expensas de mi conciencia espacial y mi coordinacin fsica. As pues, puedo elaborar un discurso competente sobre Aristteles incluso en estado de ebriedad, pero nunca le pillar el truco al baile sincronizado. Me he divido en dos mujeres: la madre y la otra. Y es fundamental para mi bienestar profesional y emocional que la frontera entre ambas permanezca definida e intacta. Mientras recoga mis libros y apuntes emprend la sigilosa transformacin de profesora a madre. Era un puente corto, fcil y trillado. Ests bien, Lorna? me pregunt un estudiante con cara de preocupacin. Era evidente que no haba aplicado suficiente maquillaje a mi deteriorado rostro. Estoy bien, Simon, slo un poco cansada. Ya sabes cmo son estas cosas respond alegremente. Qu respuesta tan estpida. Cmo poda saber l cmo son estas cosas? Simon Flynn tiene veintinueve aos, es soltero y se dira que su principal responsabilidad en la vida es mantener en orden su magnfica cabeza de rizos. En uno de mis escasos momentos de intensa autoestima haba considerado la posibilidad de que estuviera coladito por m. Qu

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palabra tan ridcula, coladito, viniendo de un adulto a otro, pero tambin la idea lo era. No haba intimado con mis estudiantes. Siempre estaba demasiado cansada para ir con ellos a tomar algo despus de clase y el curso era tan intenso que las dos horas no dejaban tiempo para charlar. Simon, sin embargo, sola acompaarme hasta el coche, y durante los nueve meses que haba sido su profesora habamos cubierto una buena parte de nuestras vidas. l es el clsico ejemplo del estudiante brillante que en el colegio no recibi el estmulo necesario para explotar su inteligencia. Despus de saltar de un trabajo a otro, descubri que tena talento para la informtica y el diseo justamente cuando la creacin de sitios web en Internet empezaba a emerger como industria. Enseguida empez a ganar un montn de dinero y a pensar en mejorar su formacin para ampliar el campo de aplicacin de sus habilidades. Finalmente se matricul en mi curso despus de que su novia le dejara. Dijo que tena algo que ver con el hecho de que l quisiera tener hijos y ella prefiriera tener gatos. Hasta ah llegaban nuestras confidencias. Simon no pareci creerse que yo estuviera bien y se resista a marcharse. Si t lo dices. Lo digo. Si estuve brusca fue porque de repente me sent agotada y quera irme a casa. Simon capt la indirecta. Cudate. Hasta la semana que viene. Sonre para compensarle por mi brusquedad. Hasta la semana que viene. Y se fue. Esper unos minutos para no tener que caminar con l hasta el coche y darle conversacin. Trat de relajarme. Distend los msculos del estmago, visualic a Rob y las nias y me dije que al llegar a casa tena que consultar el teletexto para averiguar qu haba ocurrido en Lejos de casa. Esta vez, no obstante, los msculos volvieron a tensarse en un tris. Me haba acordado de Karen. Al llegar a casa me olvid por completo de consultar el teletexto. (Deba de sufrir una conmocin.) Rob se hallaba en el ordenador conversando a travs de la red con un adiestrador canino de Delhi. Alz una mano a modo de saludo e hizo un gesto cuya traduccin, ms o menos, deca: No tardar, cario. Estamos hablando de las tcnicas para corregir la defecacin territorial entre pastores escoceses fronterizos durante la estacin de las lluvias. O algo as. Mi jaqueca se haba reducido a una pulsacin discreta y me tranquilic. Rob no estara frente al ordenador si algo importante hubiera ocurrido. Estara comprobando las fechas de caducidad de las latas almacenadas en la cocina. Era su costumbre. En momentos difciles, yo me emborrachaba y Rob arreglaba la nevera. Prepar dos tazas de chocolate caliente y encend la tele. Rob lleg justo cuando me dispona a sentarme.

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Cmo estn tus estudiantes? pregunt. Sufrieron una combustin espontnea. Qu importa eso? Qu tal con Karen? Rob habl con despreocupacin, con excesiva despreocupacin. Bien. Ningn problema. He quedado con ella maana para almorzar. Esper a que se extendiera un poco ms. No lo hizo. Y? pregunt con exasperacin. Y? Rob no saba hacerse el inocente. Pocos hombres saben. Qu tena que decir? Seguro que habis hablado de algo. De nuestras hijas, por ejemplo. O mejor dicho sus hijas. Seguro que prefieres no contrmelo. Muy bien, all t. Rob fingi no haberme odo. Cogi el Radio Times y empez a pasar las pginas con la cabeza gacha y la regularidad metronmica de quien quiere pasar desapercibido. Radio Times tiene 130 pginas (con excepcin del ejemplar doble de Navidad/Ao Nuevo, claro), as que calcul una espera mxima de dos minutos y diez segundos (dos segundos por hoja doble) antes de que tuviera que hablarme o fingir inters por el ltimo tringulo amoroso de Hospital General. No se tom siquiera los dos minutos. Abandon la revista con gesto resignado. No tuvimos una conversacin precisamente agradable, si es a eso a lo que te refieres. Fue una situacin muy incmoda, para que lo sepas. Pregunt por las chicas? Naturalmente! espet. Fue lo primero que hizo. Pero lo saba todo sobre ellas. Su madre la ha mantenido al corriente a travs de cartas y fotografas. Hasta ahora lo haba sospechado, pero no me gust orlo. No quera que Karen supiera nada de nuestras vidas, al menos de los detalles. Eran nuestros, pertenecan a nuestra hermtica unidad familiar. Ella no formaba parte de esa unidad. Se haba marchado, yo haba llegado y habamos cerrado las puertas con llave. Rob prosigui. Karen slo quera que yo supiera que ha vuelto y que quiere hablar de algunas cosas conmigo. Qu cosas? pregunt enseguida. Rob suspir con forzada paciencia. Lorna, lo ignoro. Ya te he dicho que la ver maana. Hablaremos largo y tendido y entonces sabremos a qu atenernos. Me lanz lo que deba ser una mirada tranquilizadora. Probablemente la palabra inseguridad apareci escrita en mi cara como una horrible invasin de verrugas. Se acerc y me abraz con fuerza. Oh, Lorna, comprendo lo difcil que esto es para ti, pero te quiero, me oyes? Os quiero a ti y a las nias ms que a nada y nadie en el mundo. Este es ahora nuestro hogar y Karen no va a romperlo. Te quiero. A ti y slo a ti. Me permit creerle. Le cre. Le haba credo antes de que llegara la carta de Karen y en realidad nada haba cambiado desde entonces, de modo que no me quedaba opcin. Quera hablar de los cien y si? que invadan mi centro de preocupaciones, pero no lo hice porque saba que eso le irritara. Y no

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quera correr el riesgo de irritarle mientras no supiera a qu me enfrentaba. Es cierto, ya vea a Karen como una rival y me estaba preparando para el concurso. Decid lavarme el pelo antes de acostarme para tenerlo todo encrespado cuando Rob se despidiera de m por la maana. Era una imagen que l adoraba y quera que se la llevara a su encuentro con Karen. Por un momento pens en seducirle con salvaje desenfreno, pero saba que eso le hara desternillarse de risa. No alcanc a dilucidar qu revelaba eso de nuestra vida sexual y tampoco era el momento de analizarlo. Apagu el televisor y bes dulcemente a Rob. Siento haberte interrogado de ese modo. Estoy un poco ya sabes. Lo saba. Pareces cansada, Lorna. Disfrutaste de tu almuerzo con Andrea? Cmo sabes que almorc con Andrea? Rob solt una carcajada. Siempre lo s! Con evidente satisfaccin, empez a enumerar las pistas. Despus de comer con Andrea siempre te quedas dormida en el sof, buscas Distalgesic en el armarito del bao y lo dejas abierto, te terminas el agua y el zumo de la nevera, el teletexto est en la pgina de las series para poder ponerte al da de Vecinos y/o Lejos de casa y hay envoltorios de caramelos de frutas entre los cojines del sof porque crees que ocultarn el olor a alcohol con menos descaro que los de menta. Contino? Re hasta que me doli. O quiz el efecto de los Distalgesic estaba desapareciendo y me volva la resaca. Tuve una idea. Quieres que cancele lo de maana por la noche? Rob me mir atnito. Qu ocurre maana por la noche? Me enoj y slo mi nueva inseguridad me impidi que hiciera un comentario acusador. No lo recuerdas? Andrea y Dan vienen a cenar. Y los Jackson. Ah, s. Se esforz por mostrar entusiasmo pero slo puso cara de bobo. Quieres que lo cancele? Por supuesto que no. Ya te he dicho que no hay nada de qu preocuparse. Quin sabe? Puede que maana por la noche hasta tengamos algo que celebrar. Ambos fingimos que era una posibilidad real y la tensin del momento se disip. Yo estaba agotada. Dedicamos unos minutos a hablar de las chicas, algo que nos encantaba hacer al final del da, y me fui a la cama. Yo acostumbraba irme a la cama antes que l, y de pronto me pareci vital que esta ltima noche fuera lo ms corriente posible. Me lav el pelo con suavidad para no transformar mi dolor de cabeza en jaqueca. Las jaquecas no resultan atractivas en las mujeres fuera de las novelas de Jane Austen. Me apliqu una dosis generosa de mi mejor suavizante e incluso esper los cinco minutos recomendados antes de aclararlo. Seamos francas, quin lo hace? Pas esos cinco minutos hurgando en el cajn de los camisones. Tena que escoger con cuidado para que Rob no se diera cuenta de que estaba pidiendo guerra. Valor rpidamente las prendas del uno al cinco en cuanto a atractivo sexual y eleg un pijama que en otros tiempos haba ocupado el

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primer lugar pero que los lavados con agua caliente y detergente biolgico haban relegado al tercer puesto. El tono que buscaba no era el de una invitacin abierta, sino un sutil recordatorio. Despeinada y luciendo un pijama antes-sexy-pero-ahora-ya-no-tanto, fui a ver a las chicas. Phoebe estaba leyendo y su rostro se ilumin al verme. Qu lees? susurr para no despertar a Claire, que comparta la habitacin con ella. Phoebe levant el libro: La filosofa es fcil. Era mi especialidad y su eleccin me hizo desear llorar de gratitud por su aceptacin y su amor. Como siempre, le sopl un beso y reprim el deseo de abrazarla hasta que se durmiera como haba hecho tantas veces cuando era pequea y sufra pesadillas. Nos sonremos cuando Claire solt un ronquido gutural que sonaba exactamente como los de Rob. Yo siempre buscaba a Rob en sus hijas. Cada rasgo familiar reforzaba mi fantasa de que estas nias eran de Rob y slo de Rob. Haba visto fotos de Karen, naturalmente, pero me haba reprimido la tentacin de buscar sus atributos en las chicas. Phoebe era cien por cien hija de su padre, con esa sensibilidad y ese rostro complejo que no saba si ser corriente o bonito. Claire, bueno, la hermosa Claire roncaba como Rob y eso era todo. No haba nada de Rob en su cara, aunque la abuela paterna insista en que las cejas eran como las de su hijo a esa edad. He observado que esa ingenua observacin es habitual entre los abuelos. Con las dos pequeas la cosa era mucho ms fcil. Si recortaras partes de una fotografa de Jude y otras de una fotografa de Ali, obtendras un retrato robot de Rob. Ambas tenan personalidades muy diferentes. Ali haba heredado de Rob el amor por los libros y el don para relacionarse con los animales, mientras que Jude posea un corazn salvaje que amenazaba con estallar cada vez que surga la oportunidad. Y cualquier oportunidad vala. No discriminaba. Introduje la cabeza en el cuarto de las gemelas. No eran idnticas, pero ambas se aferraban a esa peculiaridad y disfrutaban de su identidad compartida. Apenas veintisiete meses separaban a las cuatro chicas, pero Jude y Ali seguan siendo las pequeas. Existe una gran diferencia entre los doce aos y los catorce, y les molestaba ser excluidas de los ritos de iniciacin a la adolescencia de que gozaban sus hermanas mayores. Mis cuatro chicas. Ellas definan mi vida y eso me daba pavor. Regres a mi cuarto de mala gana. Empec a leer algo de un escritor irlands dislxico nominado para el premio Booker, lo cerr y pas a una antologa de clsicos abreviados del Reader's Digest. Ahora el dolor de cabeza se haba aposentado por completo. Me tom dos analgsicos para perder el sentido y me sumerg en un sueo maravilloso.

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4Qu te ha pasado en el pelo? Tuve que orlo cinco veces antes de que dieran las ocho. Una vez de boca de Rob y una vez de boca de cada una de mis adorables hijas carentes todava de experiencia suficiente en feminidad adulta para saber que se es un comentario malintencionado hecho a otra persona del mismo sexo. Todas, por supuesto, tenan razn. Haba dormido fatal y dado vueltas sobre la almohada durante toda la noche. La generosa dosis de suavizante haba hecho una especie de reaccin con la funda de la almohada hasta producir un efecto afro que no habra desentonado en un episodio de Starsky y Hutch. Soy la primera persona de esta casa que tiene un mal da con el pelo? pregunt, presa de la frustracin. Phoebe hundi la cabeza sobre sus copos de arroz mientras manoseaba tristemente sus lnguidos cabellos. Maldije mi falta de delicadeza. Silencio incmodo. Como siempre, me toc a m romper la tensin. Cambi de tema. Qu vamos a hacer por el cumpleaos de pap? Todo el mundo alegr la cara. Una fiesta, por supuesto dijo Jude. Todas queremos una fiesta. En un club nocturno aadi Claire. O en un zoo. En los zoos se pueden hacer fiestas. A pap le gustara. La propuesta era de Ali. No seas tonta espet Claire. Pap se pasa media vida con animales. Yo creo que deberamos hacerla en un lugar muy elegante donde tengamos que ir muy arregladas. Teniendo en cuenta que para Claire ya slo la visita al dentista justificaba un nuevo jersey, era lgico suponer que la autntica motivacin de su propuesta era el deseo de salir de compras. Qu opinas t, Phoebe? Qu crees que deberamos hacer? pregunt. Phoebe dej tranquilo su pelo y medit. No se lo preguntes! grit Claire. Ella querr una cena tranquila con la familia dijo, imitando la voz suave de Phoebe cruel pero acertadamente. Y qu tiene eso de malo? pregunt Phoebe. A pap le encantan las cenas familiares. Siempre lo dice. Adems, es su cumpleaos. Tena toda la razn. Nada gustaba ms a Rob que una cena en familia, precedida quiz de una pelcula o una partida de bolos. Luego, un viaje al puesto de chucheras de la estacin, donde llenbamos una bolsa hasta arriba con nuestros dulces favoritos. Rob elega los cordones rojos de licor y yo las gambas de azcar y los botellines de leche cremosa. Las elecciones de las chicas variaban segn la moda y su estado de nimo. Luego

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engullamos las chucheras camino de casa, donde caamos rendidos en el sof vctimas de una sobredosis de azcar. As celebrbamos siempre los cumpleaos. De vez en cuando, una de las chicas invitaba a una amiga, pero generalmente ramos slo nosotros seis. Lo preferamos as. Phoebe tiene razn, a pap le gustara una cena en familia, pero prosegu apresuradamente, previendo un motn entre las ms pequeas, es un cumpleaos especial y creo que deberamos hacer algo especial. Bien! silb Claire mientras cerraba el puo con gesto triunfal e imaginaba ya ese sbado rebuscando en Top Shop. Phoebe pareca defraudada. Sigo pensando que a pap le gustara hacer lo de siempre. Puede, Phoebe, pero acudir toda la familia. Slo habr algunos amigos. Y estarn todos los abuelos. Ser fantstico, ya lo vers. En realidad, no tena ni idea de cmo iba a ser. No poda ver ms all de la actual situacin con Karen. Dnde estara ella dentro de unos meses? Qu papel tendra en nuestras vidas? Con un poco de suerte, habra vuelto a Estados Unidos, puede que con los papeles del divorcio en la maleta. Puede que hasta pudiramos utilizar el cuadragsimo cumpleaos de Rob como excusa para una doble celebracin. No s, pareca bastante ilusionado con lo del divorcio. Y eso significa que est pensando en No, no dir las palabras. Si lo pienso, no ocurrir. Es la regla. Intent quitarme a Karen de la cabeza. Y qu vamos a regalarle? Eso las puso en marcha. Unos palos de golf propuso Jude. Pap no juega al golf. No, pero es lo que se compra a la gente que se hace vieja. Pap no es viejo! Va a cumplir cuarenta aos. Es un anciano! Y un libro sobre perros? Genial, Ali. As podr aadirlo a los quince millones de libros sobre perros que ya tiene. Qu tal un reloj? Muy original, Phoebe. Hay algo que s que pap siempre ha deseado. Las palabras de Claire nos detuvieron en seco. Qu? Claire esboz esa hermosa y lenta sonrisa que no deba nada a los genes de su padre. Un viaje al Santuario de Lobos de Estados Unidos. Claro. Cmo no se me haba ocurrido? Muchos de sus colegas haban visitado el Santuario de Lobos y l siempre haba dicho que ira si le tocara la lotera. El santuario era un extenssimo territorio cercado del Medio oeste donde se poda estudiar a los lobos en su entorno natural. Rob era un apasionado de los lobos. Le encantaba buscar en ellos patrones de conducta instintivos y salvajes que luego poda interpretar y controlar en el primo lejano, o sea, el perro. Los lobos posean toda la belleza y la inteligencia de los perros pero no la accesibilidad. El lobo salvaje y el perro domstico, tan estrechamente emparentados y tan alejados en la naturaleza. En una ocasin le pregunt a Rob si prefera los lobos a los

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perros. Recuerdo que enrojeci como si le hubiera hecho una pregunta ntima. Y no me contest. S. El Santuario de Lobos. Sera, sin duda, el mejor regalo de su vida. Como si fuera una cra, me picaba que la idea se le hubiera ocurrido a Claire y no a m. Pero era lgico que ella supiera intuitivamente qu deseaba su padre. Del mismo modo que Phoebe era mi chica predilecta, Claire lo era de Rob. Y tambin l representaba la farsa de que no tena favoritas aun cuando era evidente que Claire y l tenan una compenetracin que las dems no podan emular. Las chicas lo saban, y, naturalmente, yo no poda criticar a Rob por mostrar favoritismo cuando l conoca perfectamente mi predileccin por Phoebe. Apart esos pensamientos desleales y abrac a Claire. Qu idea tan brillante! Eres un genio. Claire se ruboriz. No sola recibir elogios por su intelecto, de modo que utiliz mi cumplido como incentivo para asumir el control del proyecto. Si quieres, despus del colegio puedo consultar la pgina web del santuario y averiguar qu hay que hacer para organizar el viaje. Eso sera genial. Pero pap no debe enterarse. Ser una sorpresa fantstica. Consult la hora. Eran las ocho y media. Las ocho y media! Llegis tarde! Rpido! En marcha! Tranquilzate, mam. Tenemos tiempo de sobras. Adems, siempre llegamos pronto. Puede, pero una nunca sabe los problemas que puede encontrar por el camino. Se echaron a rer con benevolencia. Haca tiempo que mi obsesin por la puntualidad haba dejado de ser un fastidio para convertirse en fuente de divertimento familiar. Las chicas salieron con paso lento para irritarme. Todos sus besos fueron cariosos, pero not algo diferente. Era yo. Mis necesidades haban cambiado. Quera ms. Quera que me abrazaran, que me dijeran que me queran. Pero, cmo podan saber ellas que nuestra vida estaba en peligro? Me reprim el deseo de abrazarlas con fuerza. Djalas disfrutar de la normalidad mientras puedan. Adis grit desde la puerta. Hablaban tan animadamente que no me oyeron. Al cerrar la puerta slo poda pensar en una cosa. De dnde iba a sacar el dinero para enviar a Rob al Santuario de Lobos? La casa estaba vaca y empec a asustarme. Encend la tele, pero slo consigui irritarme. Ojal fumara o fuera lo bastante desinhibida para empezar a beber antes del medioda, me dije. Quiz debiera empezar a comer compulsivamente. Por lo que cuentan, sera un pasatiempo e incluso podra generarme un problema de sobrepeso para distraerme de mi obsesin actual. Cmo iba a conseguir pasar el da imaginando a Rob almorzando con Karen? Haba trazado en mi mente todas las situaciones posibles como resultado de la cita. Las posibilidades iban desde el encuentro a lo Walt Disney donde ambos actores luchan contra incmodos silencios sentados a

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una mesa poco firme servida por un camarero cmico con un andar extrao, hasta la versin a lo Sharon Stone en que los dos actores terminan en la habitacin de un hotel Art Dco y redescubren sus ritmos maritales con el I Feel Love de Dona Summer de acompaamiento. Era una autntica tortura. No tena eleccin. Saba qu deba hacer. Llam a Andrea (otra vez). Me sali el contestador (otra vez) y dej un mensaje desesperado (otra vez). Hola. Soy yo. Viernes por la maana. Llmame en cuanto llegues. Planeo hacer algo drstico. Puedes disuadirme o apuntarte. Es una idea absurda. Saba que Andrea iba a decir eso. Piensas quitrmela de la cabeza? He dicho yo eso? Es una idea absurda, pero me encanta. Cuenta conmigo. Y as fue como dos mujeres normales, respetadas en los crculos maternales del sur de Londres, se pusieron una gabardina y un sombrero y caminaron sigilosamente hasta Clapham Junction tratando en vano de pasar inadvertidas. S, s, s que la indumentaria no tena nada de original, pero cmo puede una mujer seguir a alguien que conoce hasta la ltima prenda de su armario? Al menos no recurrimos a las gafas de sol. En febrero no. Tal vez est trastornada, pero soy capaz de seguir mnimamente la moda. Explcame otra vez cul es exactamente el plan. Andrea, una manitica del orden y la lgica, siempre quera tener cierto dominio de las situaciones. Suspir. Aunque de forma histrica, crea que me haba explicado con claridad. Como ya he dicho, seguiremos a Rob desde la clnica hasta el lugar donde ha quedado con Karen. Eso ya lo s. Lo que no entiendo es qu haremos despus. Lanzarle un dardo envenenado espet. Yo qu s. Todava no lo he decidido. Slo quiero verla. Me frot la cabeza. Genial. Empezaba a dolerme y an no haba bebido. Dnde estaba la justicia csmica? Al detenernos en un paso cebra, observ a Andrea ms detenidamente. Caray, Ange, de dnde has sacado esa ropa? Pareces Danny De Vito. Vesta una gabardina tres tallas mayor que le caa como un tipi sobre su menudo armazn de metro cincuenta y cinco. El sombrero, de rayas y sin un solo color a juego con la gabardina, era blando y poco favorecedor. Se dira que Ange haba entrado en una tienda de alquiler de trajes y pedido un disfraz de tebeo. Slo le faltaban la barba y el bigote postizos. Andrea me mir con timidez. Lo compr en la tienda de beneficencia. Sacud la cabeza con admiracin. De dnde sacaste tiempo para ir a la tienda de beneficencia antes de que quedramos? Tu profesionalismo me maravilla. Ya lo tena. Lo compr hace tiempo. Enarqu las cejas.

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Para qu? Por si acaso? Qu previsora! Yo tengo ropa que reservo para ocasiones especiales e inesperadas, como un funeral, un almuerzo en el Savoy o cosas as. Pero t eres la nica persona que conozco que tiene un conjunto reservado para misiones de espionaje imprevisibles. Sin darle tiempo a responder, la agarr del brazo y la met en un quiosco. Rpido, escndete! Por ah viene Rob! Debo reconocer que Andrea asumi el papel de conspiradora con una velocidad y una eficacia encomiables. Mientras ella hunda la cabeza en un ejemplar de Woman's Own, yo rebuscaba entre los helados, murmurando sobre la necesidad desesperada de un Calippo con sabor a frutas tropicales. Huelga decir que fui yo a quien el quiosquero consider un peligro para las tendencias gustativas de la comunidad. Rob estaba demasiado absorto en sus pensamientos para reparar en las dos locas del quiosco cuando pas por delante camino de la estacin. Salimos de la tienda antes de que el quiosquero tuviera tiempo de llamar a la polica y seguimos a Rob hasta la taquilla. Un consejo a la hora de seguir a un sujeto a travs de todos los medios de transporte pblico: comprar una tarjeta multiviaje. Por desgracia, Andrea y yo no habamos recibido lecciones sobre esa regla tan bsica. Empezamos a buscar en nuestros bolsos y bolsillos monedas para comprar dos billetes en la mquina porque haba cola en la taquilla. Como ignorbamos adnde bamos, tuvimos que comprar una tarjeta que cubra toda la red londinense. No haba manera de saber si Rob haba decidido celebrar su reunin con Karen en el frondoso Bromley o cerca de Balham. Agarramos nuestros billetes justo en el momento en que Rob tomaba las escaleras que conducan a la plataforma con destino a Victoria. Habamos comprado billetes vlidos para un radio de cuarenta y cinco kilmetros y Rob decida ir al centro de Londres. Cmo no. Con creciente astucia, aguardamos al pie de la escalera hasta que omos el tren. En ese momento echamos a correr escaleras arriba y nos montamos en el ltimo vagn, eclipsadas por dos ejecutivos que necesitaban urgentemente consejos sobre diettica. Observamos que los dems pasajeros nos miraban con extraeza y durante unos instantes no alcanzamos a comprender por qu. Entonces nos vimos reflejadas en la ventanilla. Tenamos un aspecto realmente cmico. Cuando el tren arranc, rompimos a rer como cras. El trayecto hasta Victoria slo duraba siete minutos, tiempo suficiente para elaborar la siguiente parte del plan. Cuando l llegue al restaurante, nosotras esperaremos en la acera de enfrente hasta que aparezca Karen. Entonces, cuando ya est dentro, nos turnaremos para pasar cada cinco minutos por delante de la ventana para ver qu estn tramando. se era el plan. No exactamente John le Carr, pero l no era una madre con la mitad de las clulas del cerebro perdidas en el ter. A Andrea no se le ocurra nada mejor, as que tenamos que conformarnos con lo que haba. Como el tren estaba abarrotado de gente, nos fue fcil seguir a Rob desde Victoria sin ser vistas. No tuvimos que andar mucho. Al salir de la estacin Rob cruz la calle Victoria y fue derecho a Pizza Express.

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Tendr valor! grit a Andrea. Pizza Express es nuestro restaurante. El restaurante de nuestra familia! Cmo ha podido quedar con ella ah? Vosotros no vais a ese Pizza Express, o s? Yo pensaba que ibais al de Battersea. Andrea haba titubeado en su intento de hacer una distincin. Craso error. Me volv contra ella y defend mi derecho a ofenderme como una virago protegiendo su doncellez. Qu importa eso? Si Pizza Express es nuestro restaurante, significa que abarca toda la cadena, no slo el local que frecuentamos. Aj, Andrea se haba quedado muda! Debo decir, no obstante, que la pobre no poda comprender el dilema porque el restaurante de ella y Dan era el Waterside Inn de Berkshire, establecimiento que no tena un millar de franquicias en las calles mayores de media Inglaterra. Ese detalle facilitaba las cosas en el caso de que uno u otro tuviera que llevar a un ex cnyuge a almorzar y no quisiera ofender a su pareja actual, pues slo tendra que evitar un restaurante en lugar de mil. Si alguna vez me meto en otra relacin, lo tendr en cuenta. Para entonces Rob ya se encontraba dentro del restaurante y Andrea y yo estbamos delante de una tienda de recuerdos, admirando el escaparate de camisetas, todas ellas con la frase: Mi fue a Londres y slo me trajo esta horrible camiseta. La extensa gama de personajes que aparecan insertados en las frases nos tena impresionadas. A los originales mam, pap, hermano, hermana, novio y novia se haban sumado hermanastra, ex marido, compaero de celda y lder del grupo de oracin. Era un autntico catlogo de relaciones, la mayora inaplicables a nuestra vida. (Nota personal: debes salir ms.) Era la una menos cinco. Probablemente haban quedado a la una. Mir a un lado y a otro de la calle buscando en cada rostro femenino algn parecido con las fotos de diez aos atrs. Mis ojos volvan siempre a Andrea, esperando esa primera seal de reconocimiento. Por ah viene. Las palabras de Andrea fueron quedas y amenazadoras. Enseguida supe que Karen iba a ser guapa. Y lo era. Caminaba como si flotara, ajena totalmente a su entorno. Saba exactamente adnde iba. Envidi su capacidad para llegar a un lugar nuevo sin tener que hacer malabarismos con la gua, el bolso y un mvil en caso de apuro. Pareca exenta de preocupaciones. Tranquila por naturaleza. Incluso serena. Bruja. Tena ms o menos mi estatura y constitucin, pero era infinitamente ms elegante. Posea esa luz que parecen irradiar todas las mujeres de Friends. Quiz se debiera a una cuestin odontolgica, no lo s, pero era real y palpable. No llevaba un peinado voluminoso, como habamos imaginado, sino un corte a lo chico que le daba el aire picaruelo de una Audrey Hepburn. Aparentaba veintiocho aos en lugar de treinta y ocho. Mi resentimiento se dispar. Todas aparentaramos veintiocho si no tuviramos cuatro hijas que criar. Andrea me acarici el brazo. No dejes que eso te afecte. Apuesto a que lleva un centmetro de

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tapagranos y crema bronceadora. No me tranquiliz porque no estaba escuchando. Desde que haba visto a Karen una nica palabra resonaba en mi cabeza. Claire. Podra haber sido Claire la persona que acababa de pasar, la misma cara, incluso el mismo andar. Es el vivo retrato de Claire susurr. Querrs decir que Claire es el vivo retrato de Karen me corrigi Andrea. En mi prxima vida, donde ser la primera esposa, la guapa y la serena, con un nuestro restaurante sin filiales, me asegurar de elegir amigas ilgicas que no me corrijan la sintaxis. Por qu tena que parecerse a Claire? pregunt en voz alta. Andrea no se atrevi a contestar. Sabes lo que eso significa, verdad? No lo saba. Suspir. Cul es la hija favorita de Rob? Venga, t misma lo has notado. Es Claire. Andrea empez a agobiarse. Haba comprendido adnde quera ir a parar con mi retorcido razonamiento. Seal el cielo como una demente. Mira! No es un Concorde? Dado que en realidad era un avin de easyJet, con su llamativa armazn naranja, enseguida interpret la idiotez de Andrea como un intento dbil pero bien intencionado de cambiar de tema. Le clav una de mis miradas. Funcion. Andrea se rindi. De acuerdo, Claire es la favorita de Rob. Y Phoebe es tu favorita, lo cual tampoco es un secreto. T sientes algo especial por Phoebe porque te necesita. Es natural. A m me pasa exactamente lo mismo con Isabelle. Y cuando las dems chicas te necesiten tanto como Phoebe, sentirs lo mismo por ellas. Y Rob siente algo especial por Claire porque Porque es el vivo retrato de su ex esposa! exclam triunfalmente . Vale, quera decir esposa, no hace falta que me lo aclares por milsima vez. Andrea alz las manos clamando inocencia. No pensaba hacerlo. Lo que iba a decir antes de que me interrumpieras era que a Rob le gusta Claire por su independencia, su picarda, su seguridad en s misma, cualidades contrarias a las que t ves en Phoebe. Todos los nios son diferentes y se desarrollan a ritmos diferentes. Es la forma que tiene la naturaleza de hacer que todos obtengan su parte justa de favoritismo. Actualmente las gemelas estn todava absortas en s mismas, pero con el tiempo se convertirn en individuos necesitados y reclamarn igualmente tu atencin. Antes de que tuviera tiempo de meditar sobre esa posibilidad, Karen entr en el restaurante. Rpido! grit Crucemos! Tir de Andrea a travs de los cuatro carriles de trfico, ignorando los bocinazos y el chirrido de frenos que dejbamos a nuestro paso. Llegamos al otro lado (sanas y salvas) justo cuando Karen atisbaba a Rob, que estaba tamborileando con sus bastoncillos de pan el acompaamiento de In the Air Tonight de Phil Collins. Lo saba porque el repertorio de solos de batera que Rob interpreta con los bastoncillos de pan de Pizza Express es limitado. Lo

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he visto y odo tantas veces que puedo poner el ttulo a la meloda incluso con una ventana de cristal doble entremedio. Apuesto a que Karen no puede. Otro punto a mi favor. Oh, oh. l la ha visto. Sonre. Qu sonrisa es sa? Creo que no es nuestra sonrisa, no. Pero es afectuosa. Qu va a hacer ahora? Creo que va a besarla. En la mejilla, en la mejilla, supliqu en silencio. La besa en los labios. Brevemente, pero lo bastante para que duela. Le ha tomado las manos, que mantiene a un brazo de distancia, y la mira de arriba abajo. Con admiracin. Tenso el estmago sin darme cuenta. Siento siento siento a Andrea golpendome la espalda. Qu? grito mientras me doy la vuelta, reacia a perderme un solo instante del encuentro. Andrea pareca turbada. Delante tenamos a un hombre con el uniforme de Pizza Express. Perdonen, seoras, pero si no piensan entrar, les importara seguir su camino? Estn molestando a los clientes. Estaba a punto de soltar mi mejor nunca me haban insultado tanto en mi vida cuando vi que Andrea me miraba nerviosamente de arriba abajo y comprend que parecamos unas vagabundas mentalmente inestables. Lanc una ltima mirada a Rob y Karen, que acababan de sentarse. Aliviada de que se hubieran soltado las manos, farfull una disculpa, agarr a Andrea por el codo y la obligu a cruzar de nuevo la calle. Otra vez llegamos al otro lado sanas y salvas. Agotadas por la tensin, nos detuvimos y tratamos de recuperar el aspecto de cuerdas antes de regresar a la estacin. Slo mir atrs una vez. Andrea me observ con dulzura y preocupacin. Ests bien, Lorna? Te sientes mejor ahora que la has visto? Esboc mi mejor sonrisa. Estoy bien. Estar bien ment. Tranquila, tranquila, tranquila. Ten pensamientos tranquilos y hars creer a tu cuerpo que realmente ests tranquila. Otro sofisma de revista femenina que vomitar en la escupidera de falsos consejos. Debo reconocer, no obstante, que funcion durante veinte minutos, el tiempo suficiente para soportar el trayecto hasta Clapham Junction y convencer a Andrea de que no iba a hacer ninguna tontera, o una tontera mayor, pues toda la maana haba sido una autntica chaladura. En realidad, al dejar Victoria ya estaba concibiendo mi siguiente plan y era mi intencin visitar las tiendas de artculos de vigilancia del West End para comprar una cmara espa. Fue Andrea quien me revent el plan. Creyendo que por dentro estaba tan tranquila, tranquila, tranquila como mostraba mi cara, se puso a charlar despreocupadamente. Y dime, qu piensas cocinar para esta noche? Me encog de hombros. No lo s, albndigas con patatas fritas, o espaguetis. Su expresin de asombro me hizo caer en la cuenta. Dios mo, la cena! Lo haba olvidado. Tranquila, tranquila, tranquila. Sonre para ocultar mi desconcierto. Lo siento, estaba pensando en las chicas en lugar de nosotros. Ya

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ves, siempre pensando en las chicas. Eso fren a Andrea durante unos segundos mientras yo repasaba el contenido de la nevera y el congelador. Tena que preparar una cena excelente para seis personas. Una de ellas era una cocinera experta y otra se conoca al dedillo el departamento de platos preparados de Marks & Spencer, por lo que reconocera el cacciatore de pollo de St. Michael aunque lo sirviera en una de mis bandejas y lo cubriera de hierbas. Estaba metida en un lo. Tena que elaborar un men. Tena que salir a comprar. Tena que pasar la tarde cocinando. Y todo eso sin una gota de alcohol. Andrea segua esperando una respuesta. Ella es la experta en Marks & Sparks y siempre se sorprende de que la gente se tome la molestia de preparar comida de la misma calidad que Marks & Sparks sin abrir un solo paquete. Pero as est la situacin de nuestro pequeo crculo. Andrea se haba asignado el papel de esclava de los platos preparados caros, mientras que Phillippa Jackson (o la mam de los chicos, como todava la llamo) era la reina del talento culinario y del desprecio por todo aquello que no fuera importado de la Toscana. Yo, por mi parte, era la reproductora laboriosa y poco competente de las recetas de Delia Smith. No haba pedido ocupar esa posicin, sino que haba ingresado en el crculo equivocado en el momento equivocado. Tom una decisin rpida. De primer plato har pasta, luego estofado de buey y sorpresa de chocolate. Lo repet varias veces mentalmente para no olvidarlo. Mmmm, qu rico. A qu hora quieres que vayamos? Te parece bien a las siete y media? No quiero acabar muy tarde. Probablemente Rob querr hablar conmigo. Oye, si quieres cancelar la cena estoy segura de que Phillippa lo entender. No, de veras. Adems, ya est todo preparado. Todas las parejas tienen un fondo de dinero al que slo recurren en momentos de autntica emergencia. Yo no dud ni por un momento en declarar la cena situacin de emergencia y retirar doscientas libras de la cuenta. Tom un taxi hasta una charcutera de Belgravia y all compr comida precocinada cuya descripcin guardaba parecido con mi men de pasta, estofado de buey y sorpresa de chocolate. La comida me cost 163 libras, pero las di por bien invertidas. Tena una pinta estupenda. Por desgracia, no iba a tener ms remedio que recalentarla una vez en casa para que pareciera que la haba preparado yo. La crema de chocolate estaba cubierta de perfectos rizos de chocolate blanco que tendra que reemplazar por simples virutas por la misma razn. Pero eso significaba que tena toda la tarde para m. Traslad el contenido de las cajas de cartn a cacerolas y bandejas para que la fachada estuviera preparada en cuanto Rob y las chicas llegaran a casa. Luego hice lo que siempre hago cuando no puedo o no quiero hacer frente a una situacin. Me acuesto. Tumbada en la cama, pens en mi vida y en la invasin de Karen. Quera llorar, ansiaba la pacfica catarsis que sigue a las

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explosiones que aparecen en las miniseries estadounidenses de las novelas de Danielle Steel. Pero no llor. No soy de las que lloran. Simplemente me qued frita.

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5Mam, son las seis y media. La voz susurrante de Phoebe horad la neblina que me envolva la cabeza. Necesit cinco segundos para comprender el significado de esas palabras. Me levant de la cama de un salto y busqu a mi alrededor un apoyo divino que me ayudara a superar la crisis. Por qu no me despertaste antes? grit. Phoebe se amedrent. Entonces supe que las nias se haban pasado una hora discutiendo en quin iba a recaer la desdicha de despertarme. La pobre Phoebe haba sacado el palito ms largo, el castigo por ser la favorita de mam. Durante un momento de feliz distraccin me consol pensar que existe un castigo por ser la favorita y que las dems chicas tal vez agradecan, en lugar de lamentar, no ser las elegidas. Con la autoestima de madre fortalecida, regres de mala gana al presente. Seis y media. Seis y media. Los invitados llegaran dentro de una hora. Tena que ordenar, organizar la comida, poner la mesa, ducharme y arreglarme para dar la sensacin de que lo tena todo bajo control. Di un beso a Phoebe y bajamos juntas a la cocina. Siento haberte gritado. No puedo creer que haya dormido tanto. No habris olvidado que tenemos a los Jackson y los Miller a cenar? Oh, mam, cunto lo siento, pero s, lo habamos olvidado. De lo contrario, te habramos despertado antes. No te preocupes. La comida ya est hecha. No es ningn desastre. Cuando consult la hora en el reloj de la cocina tuve otro pensamiento desagradable. Todava no ha llegado pap? Phoebe sacudi la cabeza. A lo mejor se ha detenido a comprar vino sugiri. No, no poda ser eso. Aunque se hubiera detenido a comprar vino, a estas alturas ya estara en casa. Rob haba decidido muchos aos atrs, despus de que Karen le abandonara, que a partir de ese momento llegara siempre a casa antes de las seis. Era una promesa que haba hecho a sus hijas, consciente de que necesitaban toda la seguridad que l pudiera brindarles tras la partida de su madre. Si un da decida salir a divertirse o ir de tiendas despus del trabajo, se aseguraba de comunicrnoslo con antelacin. En otras circunstancias me habra preocupado por este retraso, pero no me quedaba ms remedio que terminar de preparar la cena antes de que llegaran los invitados. As pues, dej mis preocupaciones para ms adelante, no sin antes elaborar algunos comentarios cidos pero graciosos para acusar y divertir a Rob cuando llegara. La hora pas como un soplo de frentica actividad. Hasta me las arregl para dar de cenar a las nias y fregar los cacharros. Vale, es cierto que comieron Pot Noodles y slo tuve que lavar cuatro tenedores, pero les encant. Los Pot Noodles estaban muy de moda entre sus amigos. A la

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mayora de padres les ofenda este plato que slo exiga aadir agua hirviendo y cuyos ingredientes comprendan poca cosa que no llevara el prefijo E. Las madres se resistan a ceder a este atroz ataque a las aspiraciones de la madre tierra. Diantre, si ni siquiera eran orgnicos. As pues, los Pot Noodles fueron elevados a comida de culto en los patios de todo el pas. Cuando dieron las siete y media las muchachas se hallaban ya en sus cuartos leyendo tebeos (si se puede llamar tebeos a esas revistas semipornogrficas disfrazadas de pienso para adolescentes). Me serv un gin-tonic y me tranquilic. Entonces me acord. Rob no haba llegado. Comprob que no hubiera dejado un mensaje en el contestador. Luego le telefone al mvil, pero lo tena apagado. No saba si estar enfadada o preocupada. El timbre de la puerta son justo cuando haba decidido enfadarme. Eran Phillippa y Joe, tan maniticos de la puntualidad como yo. Los perros les saludaron dando saltos y untando una generosa capa de pelaje sobre su elegante indumentaria. Phillippa estaba impecable, como siempre. Iba increblemente, enloquecedoramente acicalada. Phillippa es alta y delgada y la ropa le sienta como slo sienta la ropa cara. Tiene un cabello que yo llamo de clase alta, o sea, una media melena de color rubio natural que permanece en su lugar sin laca visible. Y un rostro perfecto, anguloso y sin una sola marca. Siempre me pregunto si su sorprendente estructura sea es el resultado de una experta aplicacin de maquillaje o un rasgo innato, pero probablemente nunca lo sabr. Nunca la he visto sin el tratamiento completo, por informal que sea la ocasin. Si apareciera en su casa inesperadamente a las seis de la maana, sospecho que me hara esperar fuera hasta que se hubiera maquillado. Joe llevaba sus orgenes como una marca al hierro sobre su esculpido rostro. Rezumaba esa confianza en s mismo que slo los hombres que han sido enviados a un internado a los cuatro aos necesitan adquirir. Yo saba que haba un fondo humano bajo la afable fachada que mostraba sin descanso, pero no saba cmo llegar a l. Joe no invitaba a intimar y nuestros respectivos pasados eran demasiado diferentes para encontrar puntos en comn que permitieran una conexin ms profunda. Se dira que haba sido seleccionado de un catlogo para hacer juego con su esposa. En un saln con mil personas desconocidas, podras emparejar a Phillippa y Joe en cuestin de minutos. Nunca antes haba tropezado con una unisonancia tan perfecta, y me incomoda ligeramente ver que no ocurre lo mismo con mi desarreglado pero feliz no-matrimonio. Rob y yo siempre nos reamos de lo desastrados que nos sentamos en presencia de Phillippa y Joe. (Eso era antes de que perdiramos el sentido del humor, o sea ayer.) Jams les habramos elegido como amigos, pero las cargas compartidas de criar unos hijos haban relegado nuestras diferencias a la sombra y resaltado los puntos en comn. Y ahora ramos amigos de verdad. Ellos haban mostrado lealtad y cario al apoyar a toda nuestra familia durante los primeros y difciles aos. Eso bastaba para perdonar a Phillippa su actual predileccin por la moda de Casual Clothes, la eleccin de las mujeres y matronas de Cirencester que quieren parecer adultas aun sin serlo. Nos besamos afectuosamente y les liber de las dos botellas de buen

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champn que portaban. Cmo va todo, Lorna? pregunt Joe. Qu bien huele! Aunque Joe estaba casado con una mujer que haca su propio hojaldre, siempre se mostraba generoso con mis dbiles esfuerzos. Entonces record que la comida era obra de un chef con estrellas Michelin y me haba costado 163 libras. Lo cierto es que ola de maravilla. Me sent descaradamente orgullosa, si no de mi talento culinario al menos de mi indiscutible iniciativa ante una situacin difcil. Entraron en la sala de estar. Todos habamos pasado el tiempo suficiente en las casas de los dems para actuar con confianza. Joe fue directo al armario de las bebidas y sac las copas de champn. Os sirvo una copa ahora o esperamos a los dems? pregunt. Sirve, cielo, sirve respondi Phillippa. Percib cierta hosquedad en su voz y me pregunt si haban discutido antes de venir. Ms tarde me llevara a Phillippa a un lado para preguntarle qu pasaba. Dnde est el perrero? pregunt Joe mientras jugaba con JR y Kili descansaba boca arriba delante de Phillippa, esperando que le hicieran cosquillas en la panza. Acept la copa que Joe me tenda y beb un largo trago. Salud! A saber dnde est Rob. Est donde est, seguro que es un agujero negro cerrado a toda forma de comunicacin. Hubo un silencio incmodo y trat de aligerar el tono. Oh, ya conocis a Rob. Estar en la licorera intentando sacarse de encima a alguna vieja bruja que quiere saber cmo evitar que su terrier deje de mearse en los zapatos del cartero. No convenc a nadie y todos aceleramos nuestro consumo etlico. Llamaron de nuevo. Los perros se levantaron de un salto y corrieron hacia la puerta, siempre desleales, siempre a la bsqueda del mejor amigo, siempre confiando en que la siguiente visita lleve Maltesers en los bolsillos. Eran Andrea y Dan y llevaban Maltesers en los bolsillos. Locos de alegra, los perros brincaron y cubrieron de besos babosos a sus benefactores. Dan pareca cansado, pens. Siempre tena ese aspecto informal que, en el fondo, exige un cuidado exhaustivo, pero esta vez tuve la sensacin de que realmente no haba hecho el esfuerzo. Me recordaba menos a Bruce Willis y ms a Patrick Moore. En fin, todos tenemos nuestros malos momentos. Transcurrieron cinco minutos y dos paquetes de Maltesers antes de que Andrea y Dan pudieran cruzar la puerta. Joe y Phillippa les recibieron con cario y sirvieron sendas copas de champn. Yo fui a la cocina a supervisar la cena y desde all pude or a Joe explicar en susurros (los hombres son un desastre susurrando) y con gran dramatismo que Rob haba desaparecido y yo estaba de mal humor. Andrea vino enseguida a verme. Qu ocurre? Dnde est Rob? Remov la pasta con ms vigor del aconsejable. Ni idea. Crees que todava est con Karen? Se me cay la cuchara y estuve a punto de desmayarme. Por extrao que parezca, no se me haba ocurrido esa posibilidad. Qu quieres decir? pregunt casi sin aliento. Qu ests insinuando? Que han ido a un hotel? Que han huido juntos?

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Lo de tranquila, tranquila, tranquila no estaba funcionando. Clmate, Lorna, no estaba insinuando nada. Es slo que Rob no suele ser tan informal Quin dice que sea informal? A lo mejor ha tenido un accidente. No sabemos lo que ha ocurrido. Andrea levant las manos. Vale, vale, tranquila. Me hallaba en una de esas ocasiones en que me habra ido bien ser capaz de llorar, pero en lugar de mostrarme vulnerable y recibir un abrazo consolador, tens todos los msculos de la cara y me puse peleona. Tozuda. Antiptica. O una llave en la cerradura. Era la llave de Rob. Andrea respir aliviada. Gracias a Dios. Rob entr en la cocina, todo sonrisas y flores. Me bes desenfadadamente y me puso delante los claveles. Oferta especial de la gasolinera dijo con orgullo. Le habra matado si no hubiramos tenido invitados y 163 libras de comida que haba que comer y apreciar. Mantuve el tono de voz tan ecunime como pude. Dnde has estado? pregunt dulcemente mientras concentraba mis verdaderos sentimientos en la esptula y atacaba el estofado de buey, el cual, de tan recalentado, pareca uno de mis platos. No recibiste mi mensaje? Rob me mir sorprendido. No, no recib tu mensaje porque no haba ningn mensaje que recibir. Dej un mensaje en tu mvil. Estuve llamando a casa toda la tarde pero nadie responda y no habas conectado el contestador, as que supuse que habas salido y te dej un mensaje en el buzn del mvil. Pens con rapidez. No quera decirle que no haba odo el telfono porque me haba pasado la tarde durmiendo. No se me haba ocurrido consultar el buzn del mvil. Estaba confusa. No es fcil abandonar el sentimiento de indignacin cuando ya ha sido adoptado. Andrea lo comprendi enseguida e intervino con tono pacificador. Bueno, ya ests aqu y eso es lo que importa. Te servir una copa de champn antes de que se acabe. Sali de la cocina con mayor premura de la que dictaba el sentido del tacto. De la sala empezaron a llegar susurros ahogados. Rob ignoraba el drama que, como una espiral interminable, se haba desplegado en mi imaginacin desde el medioda. Para l, yo era la de siempre, la del cabello extrao que dej por la maana. Se pase por la cocina probando la comida, expresando su admiracin y murmurando algo sobre perros. Ignoro qu deca exactamente porque no le estaba escuchando. Dnde has estado? le pregunt. Con Karen, ya te lo dije. Esta salsa est deliciosa. Por qu no la habas hecho antes? No cambies de tema. No me refera al almuerzo, sino al resto de la tarde. Rob evit deliberadamente mi mirada. A eso me refera. Estaba con Karen. Nos pusimos a hablar y, en fin,

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ya sabes lo que pasa cuando te pones al da con alguien a quien no veas desde haca aos. No, en realidad no lo s contest sin molestarme ya en ocultar mi enojo. No estamos hablando de alguien, estamos hablando de tu mujer. Pasaste toda la tarde con tu mujer. Y no s qu pasa en esos casos. Por qu debera saberlo? El matrimonio es un lugar desconocido para m. De modo que dime, qu forma tiene eso de ponerse al da? Slo almorzamos, Lorn, nada ms, pero la cosa se alarg. Bebimos demasiado vino y luego nos tomamos un caf para serenarnos. Te telefone para decirte que llegara un poco tarde. Haba olvidado que tenamos invitados. Lo siento. Rob sostena mis manos a un brazo de distancia, como le haba visto hacer con Karen en el restaurante. Las apart bruscamente. Cmo no ibas a olvidarlo. Tenas otras cosas en la cabeza. Haba subido la voz. Siempre que suba la voz me daba cuenta de ello porque Rob la bajaba. Prosegu con el mismo tono. Y qu tena Karen que decirte que exiga toda la tarde? Te parece bien que hablemos de ello ms tarde, cuando todo el mundo se haya marchado? pregunt Rob. No, no me parece bien. Hablaremos ahora. Si mi familia est en peligro, quiero saberlo. No seas melodramtica. No tiene nada que ver con eso. De acuerdo. En pocas palabras, a Karen le gustara establecer algn tipo de contacto con las chicas. Si nos parece bien, claro. Y si no nos parece bien? Rob no contest. Sacud la cabeza. Comprendo. Ya habis llegado a un acuerdo. Sin consultarme siquiera. Aunque, por qu ibais a hacerlo? Esto no tiene nada que ver conmigo, no es cierto? No son mis hijas. Dejemos el asunto para luego. Tenemos invitados. Se me ocurre una idea mejor. Por qu no llamamos a Karen y le pedimos que venga a presidir la cena? A fin de cuentas, sta es su casa. Su apellido sigue en la escritura. Cmo olvidar eso? Es tu apellido, no? Y siempre has dicho que era una gran cocinera. Oh, no. Tengo una mano en la cadera y con la otra empuo una cuchara de madera. Me he convertido en una bruja de telenovela. Soy Pauline Fowle, con su pelo plateado, gritando sin pronunciar las s a mi hijo delincuente. Soy Vera Duckworth, con mi bata floreada, increpando a mi casquivano marido. Rob nunca sabe qu decir en momentos como ste. Cmo iba a saberlo si no ve la tele? Sencillamente, no se sabe el texto. Exasperado, cerr los ojos. Lo cierto es que prefiere mis enfados quedos e introspectivos a mis arranques de histeria. Todo bien enterradito, as le gusta a Rob su vida. Ests diciendo tonteras. No tienes nada de qu preocuparte. Entiendo que ests un poco enfadada, pero no hace falta que digas tonteras. Adems, huele a quemado. De primer plato serv tostadas con queso fundido y lo llam sorpresa desagradable. La sorpresa estaba en que no era pasta. La pasta (24,49

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libras), ofendida ante mi indiferencia, haba creado un vnculo inquebrantable con mi cacerola antiadherente. Cort las tostadas en pequeos cuadrados y las cubr de perejil. Puesto que nuestra pelea y el dramtico lanzamiento de la pasta a la basura se haba odo desde la sala de estar, nuestros amigos elogiaron con suma tensin el plato sustituto. Est delicioso, Lorna dijo Dan. Viniendo del marido de Andrea, que slo pone cosas en las tostadas para cubrir las partes quemadas, probablemente lo deca en serio. Tendrs que darle a Angie la receta. Eso era ir demasiado lejos incluso para m. Dan hizo una mueca de dolor, seal de que Andrea le haba propinado una patada por debajo de la mesa. Lo cierto es que me hizo rer por primera vez desde que despertara de la larga siesta. Como bien sabes, has de poner queso sobre una tostada y meterla en el horno a gratinar. Creo que Andrea ya tiene esa receta. Pues no me he dado cuenta farfull Dan. Ignoro cundo fue la ltima vez que en mi casa tomamos pan o queso que no tuviera moho. Andrea apret los labios. Cario, siempre te queda la opcin de ir a esa gran tienda, cmo se llama?, ah, s, Sainsbury's. Es increble cmo han cambiado las cosas all. No vas a creerlo, pero ya dejan entrar a los hombres. Dan dej caer sus cubiertos. Y de dnde saco el tiempo para ir a comprar? Trabajo doce horas al da. Ahora los supermercados abren hasta las diez de la noche. Vale, de acuerdo, aadir esa tarea a mi agenda diaria, te parece? Despus de todo, no puedo esperar que vayas a comprar mientras yo estoy en el trabajo. Ests demasiado ocupada. Oh, cario, lo he olvidado qu haces durante el da aparte de almorzar con tus amigotas? He ah lo que ocurre con las viejas amistades. No sienten la necesidad de ocultarte las irritaciones que en ese momento dominan sus vidas personales. Del mismo modo que la mujer alcanza un punto en cada relacin en que tiene que dejar que su pareja la vea sin rmel, los amigos, con el tiempo, echan por tierra la imagen de que el suyo es el nico matrimonio perfecto del mundo y dejan que todos los problemas les cuelguen por fuera de los pantalones como los faldones de una camisa. Nunca he sido capaz de calar a Dan. Andrea y yo estamos tan unidas que ya no sentimos la necesidad de hablar de temas intrascendentes, y eso, para ella, significa no hablar de Dan. Antes siempre le preguntaba por l y ella me daba respuestas evasivas del tipo bien, como siempre, ya sabes cmo es Dan. Pero lo cierto es que no s cmo es Dan. Cuando nos reunimos, me descubro interrogndole, extrayendo pepitas de informacin para rellenar la silueta que todava representa para m. S que creci en una vivienda protegida, que fue a colegios pblicos y que est tremendamente resentido por ambas cosas. En cuanto ve a Joe le da por bromear (aunque nadie re) acerca de su educacin pblica y hacer insinuaciones constantes sobre la herencia que ayud a Joe a abrirse camino en la vida. Todos somos muy conscientes de esa envidia y ese rencor encubierto. Pero la autntica tragedia de Dan es que nunca perteneci realmente a la clase trabajadora, con todo el prestigio de que goza actualmente en la

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llamada Gran Bretaa sin clases. Sus padres se empearon en arrastrar a la familia hasta la frontera de la clase media sin llegar nunca a cruzarla. Su padre era taxista y su madre diriga una zapatera. Residan en una vivienda protegida pero vivan bien y siempre tenan dinero para pasar dos semanas al ao en Butlins. Dan lo pas muy mal cuando a sus padres les dio por ir al extranjero de vacaciones, pues le privaba de una definicin clara de su clase. Sus padres ni siquiera tuvieron el buen ojo de proporcionarle un acento geordie que le brindara credibilidad como miembro de la clase trabajadora. La gente de Sidcup no tiene acento. Qu clase de identidad puede desarrollar un hombre tan cerca del tnel de Blackwall? Pero es un arquitecto prspero, un buen padre y siempre se termina su plato cuando come en mi casa, proeza nada desdeable teniendo en cuenta la naturaleza aleatoria de mis dotes culinarias. Dan tiene una memoria enciclopdica que le garantiza la victoria en el Trivial Pursuit, aunque se quita el sombrero ante mis conocimientos sobre la historia de los programas de televisin desde 1963. Incluso puede hacer eso de 3-2-1 con los dedos que haca Ted Rodgers. De hecho, Andrea dice que fue esa habilidad lo primero que le atrajo de l. Lo cierto es que esta chica me gusta. Mis nias tambin adoran a Dan, lo cual es estupendo. As pues, si su relacin con Andrea parece cada vez ms conflictiva, procuro no preocuparme. Estn juntos desde su poca de estudiantes. Probablemente confan tanto en el carcter permanente de su relacin que ya no sienten la necesidad de esforzarse por conservarla. Me encantara tener esa confianza. Rob decidi interrumpir la conversacin antes de que derivara en una pelea marital. Busc desesperadamente algo que decir que no generara conflicto. Y dime, Joe, cmo va el trabajo? Phillippa y Joe se miraron. Mala pregunta, Rob, pens. Joe se aclar la garganta. Oh, bien. Bueno, en realidad no tan bien. Ya sabis cmo estn las cosas. Todo el mundo tiene que apretarse el cinturn. Phillippa le lanz una mirada feroz. Tampoco hay que exagerar, la cosa no va tan mal. Y en cualquier caso, la culpa de los problemas que tenemos es tuya por no exigir a tus clientes que te paguen. Eres demasiado comprensivo. Demasiado blando. No me extraa que seamos los ltimos en las listas de pagos prioritarios. Debes de ser el nico empresario que invita a sus clientes a comer para pedirles que, si no es demasiada molestia, satisfagan facturas de seis meses de antigedad. El negocio es joven, Phil, y la buena voluntad es esencial en estos casos. No podemos presionar a los clientes que han puesto su confianza en nosotros. Confianza? Si recurrieron a nosotros no fue por confianza, sino porque te empeaste en ofrecerles unas condiciones que slo un idiota rechazara. Pagos a tres meses, descuentos del cincuenta por ciento y cenas en restaurantes caros. Y ahora estamos pagando las consecuencias. Es cuestin de tiempo. En los negocios pequeos el primer ao siempre es un poco delicado. Pronto arrancaremos de verdad. Estamos obteniendo mucho inters del exterior. El telfono no para de sonar.

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Son nuestros acreedores, cario. Lo s porque soy yo la que responde al telfono, recuerdas? Porque no podemos permitirnos una secretaria. Joe se frot las sienes. Yo saba perfectamente cmo se senta. Cario, antes de comenzar este negocio acordamos las condiciones. Acordamos que t dirigiras el despacho una temporada, hasta que empezramos a obtener beneficios. Dijiste que preferas estar en casa para atender a los chicos. Lo sent por Phillippa. No hay nada peor que te refrieguen un comentario hecho a la ligera en el pasado como si fuera una declaracin de compromiso o sacrificio para toda la vida. Que una mujer haya dicho siempre que deseaba tener un hijo no significa que no tenga derecho a quejarse incesantemente cuando finalmente llega. Por qu la gente no comprende eso? Phillippa opt por ignorar el razonamiento, reconozco que lgico, de Joe. Menudo equipo. Yo soy la que tiene el MBA pero t eres el socio del club de golf, as que yo friego el despacho mientras t representas el papel de futuro Richard Branson. Phillippa apur la copa y la llen de nuevo, con tanto vigor que el champn rebos y cay al suelo. Los perros corrieron a lamerlo. Lo mejor que suelen conseguir es coca-cola light con restos de patata frita,