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Maestría en Culturas y Literaturas Comparadas Curso: Teoría y Métodos del Comparatismo Docente a cargo: Dr. Eduardo Coutinho Autora: Botti, Dana Marina Fecha de entrega: 4 de julio de 2014 Fresán, ironista/humorista Et tout le reste est literature Paul Verlaine La posmodernidad es una actitud. Más específicamente, una actitud irónica. Ironía que no debe entenderse como la ironía moderna, cuyo análisis final ofrece una visión de orden complementario 1 ; sino que, más bien, se reconoce como inevitable en el mundo que habita. Hasta acá, Alan Wilde, en la introducción de Hans Bertens de International Postmodernism, Theory and Literary Practice. Podemos pensar esta actitud irónica como análoga a una mirada humorística, en este sentido: El ironista, dice Gilles Deleuze en Lógica del sentido, nos invita a buscar la significación (la Idea); el humorista, en cambio, sustituye las significaciones por “designaciones, deformaciones, consumaciones y destrucciones puras” (en Pollock, 2003, 44). 1 En este sentido, podríamos pensar que la ironía moderna es crítica. 1

Fresán, ironista/humorista

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Fresán, ironista/humorista

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Maestra en Culturas y Literaturas ComparadasCurso: Teora y Mtodos del ComparatismoDocente a cargo: Dr. Eduardo CoutinhoAutora: Botti, Dana MarinaFecha de entrega: 4 de julio de 2014Fresn, ironista/humoristaEt tout le reste est literaturePaul VerlaineLa posmodernidad es una actitud. Ms especficamente, una actitud irnica. Irona que no debe entenderse como la irona moderna, cuyo anlisis final ofrece una visin de orden complementario[footnoteRef:2]; sino que, ms bien, se reconoce como inevitable en el mundo que habita. Hasta ac, Alan Wilde, en la introduccin de Hans Bertens de International Postmodernism, Theory and Literary Practice. [2: En este sentido, podramos pensar que la irona moderna es crtica.]

Podemos pensar esta actitud irnica como anloga a una mirada humorstica, en este sentido:El ironista, dice Gilles Deleuze en Lgica del sentido, nos invita a buscar la significacin (la Idea); el humorista, en cambio, sustituye las significaciones por designaciones, deformaciones, consumaciones y destrucciones puras (en Pollock, 2003, 44).As, desde la mirada de Deleuze, la irona posmoderna (o, al menos, nuestra mirada de la irona posmoderna, la de Alan Wilde) es humorstica, en el sentido de que se instala como un reflejo de ese mundo de la posmodernidad y no intenta una nueva significacin, una alternativa que apunte al orden, sino que se trata de una propuesta libertaria (Flores, 2000) que no cierra la lectura a una interpretacin (a un orden), sino que se construye, tal vez, como pregunta, como apertura a mltiples posibilidades.La irona inevitable de la que habla Wilde puede parangonarse con la idea de una mirada humorstica en el sentido en que, si pensamos la irona como un mensaje cuyo sentido es opuesto al literal, en el caso de la irona posmoderna, ese sentido distinto del literal sera mltiple.Como uno de los ejemplos de esta actitud irnica en la literatura actual, me interesa detenerme en la escritura de Rodrigo Fresn. Si bien nos apoyamos en (y apoyamos) la idea de que las literaturas comparadas tienen como centro la literatura, creemos que la escritura de Rodrigo Fresn puede ser leda muy productivamente desde la perspectiva de la relacin con, por ejemplo, sus escritos en la web.Seguramente, podemos afirmar que la lectura de los textos literarios de cualquier autor puede ser enriquecida (y lo es) por todo aquello no literario que dice y escribe. Sin embargo, creemos que leer la irona posmoderna en la escritura de Fresn es insuficiente, si solo se basara en la lectura de sus textos como obra cerrada. Partimos de la idea, entonces, de que la interpretacin de un texto como irnico, ms an que en otros textos, es contextual, es una postura de la lectura, ms que un conjunto de caractersticas intrnsecas del texto. Desde esta postura, la escritura de Fresn puede leerse como irnica, por ejemplo, en relacin con su concepcin de literatura. Y esta concepcin es mucho ms compleja que una definicin o que una respuesta en una entrevista. Leamos, por ejemplo, la concepcin de literatura implcita en la almohadilla #literaturatelevisiva en los tweets publicados por su usuario, @RodrigoFresan[footnoteRef:3]. Las publicaciones del autor que forman parte de esta almohadilla son citas de frases que personalidades de la farndula argentina dijeron en distintos programas de televisin. Aleatoriamente, leamos las siguientes: [3: https://twitter.com/search?src=typd&q=%23literaturatelevisiva]

"En enero fue la ltima vez que llor, por televisin" Mnica Farro. @soyintruso #literaturatelevisiva"Ella lleg en un caballo, con sus hijos" Chica invitada a la boda de @wandaicardi. Este es el show. #literaturatelevisiva"Soborn a una psicloga p q me diera la razn en la terapia de pareja" @BurlandoAbogado @cqcahora #literaturatelevisivaLa trivialidad de lo que se dice (por individualizado o por absurdo) o de quin lo dice (chica invitada a la boda, quien habla ni siquiera tiene nombre) contrasta con la idea de tematizarlo como literatura, sobre todo si es por parte de un escritor reconocido positivamente por la crtica. Eso nos da una pista de que se trata de una irona. Adems, la extraccin de esas frases de su contexto las muestra como (an ms) absurdas. Y ese sin sentido tiene como consecuencia el humor. Vemos en estas publicaciones una actitud irnica que no solo es irnica por focalizar la atencin en frases que, aisladas, acentan su banalidad; sino tambin por calificarlas como parte de una tendencia que colocara estos tweets como partes de una literatura relacionada con (tal vez, condicionada por) la televisin. As, la irona est enfocada en la frase, el personaje que la dijo y tambin en el programa televisivo del cual lo extrae. Pero tambin podemos leer en ella cierta mirada (irnica?) de la literatura. Qu es, entonces, la literatura? Es lo contrario a lo trivial? Es lo que debera interesar o llamar la atencin? Hay en la irona de esta almohadilla una alternativa que orienta a cierto orden? Podemos pensar esta irona como una crtica a lo reconocido socialmente hoy, a lo que interesa o es conocido por la mayora: la trivialidad. Pero no dejara de ser una opinin sin demasiado fundamento en el texto o en su contexto. Fresn parece hundirse en esa fatalidad y tiene como resultado una actitud irnica que, desde nuestra lectura, puede traducirse como burla[footnoteRef:4]. En este sentido pensamos la irona posmoderna como una mirada ubicada desde una perspectiva humorstica: la fatalidad de que no haya un orden provoca risa. [4: Para Freud, la burla consiste en la imitacin pardica de personas, costumbres, instituciones, valores, etc., convirtindolos en objetos de mofa ante los espectadores o lectores (en Flores, 2009: 21).]

Sin embargo, no siempre la irona est relacionada con la burla. Si nos detenemos en los epgrafes de su ltima novela[footnoteRef:5], La parte inventada, tambin encontramos cierta mirada (tambin irnica?) relacionada con una (su) concepcin de literatura. Ms especficamente, con el concepto de ficcin. [5: Los epgrafes pueden verse en http://decasaalclub.blogspot.com.ar/2014/05/la-part-inventada.html]

Frente a la idea de que La parte inventada es una autobiografa del autor (el autor mismo afirm que es su libro ms autobiogrfico (Fresn en Geli), los quince epgrafes que la encabezan avalan y refutan alternativamente esa idea. Uno niega la autobiografa, la realidad del texto, lo vivido por el autor, e inmediatamente el siguiente funde los conceptos de arte y vida.Lo humorstico en el uso de los epgrafes no est solo en esa paradoja que, por otro lado, es muy simple. Hay una construccin mucho ms compleja del humor en este planteo que, adems, lo pensamos as, como planteo, como pauta para la lectura de la novela, porque al tratarse del primer acercamiento, va a condicionarla. A esa paradoja, a ese juego entre que s es autobiogrfica y que no, se le suma la hiprbole. Decamos que esta novela tiene quince epgrafes. De forma alternativa, dicen todos ms o menos lo mismo. Tal vez, si la idea fuera que el lector comience su lectura con esa problematizacin entre arte y vida, sera suficiente que fueran dos o tres. Por qu Fresn usa quince? Qu efecto tiene esa cantidad avasallante? Pareciera poner en escena una discusin que no se termina nunca. Esa infinitud de la discusin (de los epgrafes) deviene en risa. Y la risa es esa respuesta abierta, esa conclusin sin conclusin, la opcin libertaria.Hay tambin una gradacin en la ubicacin de los epgrafes. Los primeros son ms extensos, parecen tratar el tema con ms detenimiento, tienen ms argumentos para pensar la coincidencia o no del arte y la vida. Pero a medida que avanzamos, se acortan, es suficiente con decir Todo sucedi de verdad (Bret Easton Ellis), Todo esto sucedi, ms o menos (Kurt Vonnegut) o Nada de esto sucedi (James Salter). Si los primeros eran necesarios porque cada uno aportaba un argumento diferente a esa reflexin sobre arte y vida, los ltimos parecen no hacer ms que afirmar o negar. As, esta gradacin acenta lo absurdo de la cantidad de epgrafes.Adems, tenemos dos epgrafes que parecen ajenos, que no hablan directamente de ese tema: el de Iris Murdoch y el de Ren Magritte. No vamos a aventurar hiptesis innecesarias sobre el de Murdoch. Nos detenemos mejor en el de Magritte. Despus de una sucesin de discusiones sobre la relacin entre ficcin y realidad, entre arte y vida, Fresn deja como cierre de la sucesin de epgrafes la cita de Magritte: Esto no es una pipa. Y en esa cita se produce una explosin. Frente a la interminable discusin, el humor de Magritte y lo inesperado de la cita de su frase. Magritte mostrando el dibujo de una pipa y diciendo esto no es una pipa (esto es una pipa y no es una pipa, al mismo tiempo) y Fresn usando las palabras de Magritte para referirse a su novela que nadie duda que no es una pipa[footnoteRef:6]. Est Magritte con su planteo con respecto a la idea de representacin y est Fresn apoyando ese planteo y, al mismo tiempo, rindose (de l, de nosotros, de la diferencia/semejanza entre ficcin y vida). Y estamos tambin, claro, nosotros, los lectores, leyendo un continuado de epgrafes que se contradicen entre s, que en algn momento sospecharemos que hay un guio, que dice/n otra cosa, y que termina por arrojarnos al abismo que construye la frase de Magritte. Un abismo que son muchos signos y ninguno y que no puede ser ms que humorstico. Porque solo el humor es eso, como dira Bajtin, la ambivalencia de aquello que mata y resucita al mismo tiempo (1994). [6: La frase esto no es una pipa con respecto a la novela es absurda porque la afirmacin que presupone toda negacin es falsa. Su falsedad es evidente y vuelve nula la negacin. La nulidad de esa negacin hace que esa evidencia sea humorstica.]

En este aspecto, a diferencia de la oscuridad de las afirmaciones de twitter, podemos pensar que se trata de una irona que ya no es mordaz, la risa deja de ser producto de una burla. Parece sealar que la discusin sobre la dicotoma arte/vida es absurda. Cita, irnicamente, ambas posturas de la discusin para concluirla con un chiste como indicio de que no hay una conclusin de esa discusin, ms que posturas. Y, adems, no es necesario que la haya. Fresn parece proponer la idea de que no importa si lo que se narra en la novela fue o no vivido por l, al mismo tiempo que afirma que es su novela ms autobiogrfica. De esta manera, se incluye dentro de esa discusin que parece considerar absurda, pero de la cual no puede escapar, porque es parte de ella.Por ltimo, para seguir pensando la concepcin de la ficcin del autor, podemos leer el fragmento en el que el protagonista del relato Algunas postales desde el vaticano (Una plegaria) de Vidas de santos, el Cazador de Santos, compara el trabajo del escritor con el que l mismo desempea:No puede evitar la idea de que su trabajo en el Departamento de Verificacin de Santos, despus de todo, no est tan alejado de su vocacin verdadera. Los procesos de canonizacin y de investigacin de lo sagrado persiguen, de algn modo, los mismos objetivos de la literatura: legitimar lo improbable, certificar lo maravilloso, encontrar una trama verosmil en un caldo de personajes imposibles y fuera de este mundo. Y la prctica de la religin el abrazo ms o menos asfixiante de una determinada fe no es otra cosa que el reflejo y el impulso de creer en historias. O, al menos, de creer que se cree en eso, cree el Cazador de Santos (Fresn, 2007, 22).[footnoteRef:7] [7: Las cursivas son del original.]

En este fragmento, el juego entre lo verdadero y lo verosmil es el juego entre la literatura y la religin. Podemos leer en esto una inversin entre lo que propone cada uno de los discursos. La literatura se propone ser leda como ficcin, la religin, como lo verdadero. Sin embargo, para el Cazador de Santos, lo verdadero es la literatura; su trabajo relacionado con la religin es una alternativa a su deseo. Lo que legitima y certifica es la literatura. La religin solo es un reflejo, el impulso de creer que se cree.Adems, parece estar planteada la cuestin como una dicotoma o, al menos, como pregunta sobre cuestiones muy diferentes entre s. La negacin con la que comienza el fragmento, su trabajo () no est tan alejado de su vocacin verdadera, afirma que se presupone que esa distancia es grande y, por eso, es necesario aclarar que no es as; y el adverbio resaltado subraya esa distancia. Si volvemos a la discusin sobre la relacin entre arte y vida, el deseo del Cazador de Santos, su vocacin verdadera, sera la vida. El narrador lo identifica con la verdad. Y ese deseo es la literatura, el arte. Entonces podemos pensar que el planteo est resuelto, que tenemos aqu la postura del autor con respecto a esa discusin. Sin embargo, lo relaciona con la religin, con el discurso que, por antonomasia, se presenta como lo verdadero. Y ese discurso es lo otro, es la alternativa a lo verdadero. Intenta los objetivos de la literatura (legitimar, certificar, encontrar una trama verosmil), pero solo logra ser el efecto de una necesidad humana: la de creer en historias. Y remata la reflexin con otro cuestionamiento: esa necesidad es creer en historias o creer que se cree en historias?En las dos alternativas, la verdad y lo vero-smil son lo mismo. La fe y el pacto de ficcionalidad son lo mismo. El arte y la vida son lo mismo. Pero no. El arte es la verdad y lo dems son alternativas. La verdad (la vida) es el deseo, es el arte. Entonces, aqu, la irona deja de ser humorstica y se erige como discurso que propone una alternativa hacia el orden. La afirmacin literal que implica acercar el arte y la religin es una irona, porque lo que no es deseo, no es tampoco verdadero.As, la escritura de Fresn (su literatura) supera la actitud posmoderna que podramos pensar como negacin. Supera esa irona hundida en lo inevitable del mundo posmoderno. Y lo hace apostando por la literatura, por el deseo. La alternativa a la trivialidad, entonces, no es la risa (no es solo la risa), sino el deseo, aquello que supera lo individual y lo vulgar. El arte es la vida. Y todo el resto (como tal vez quiere decir el hashtag #literaturatelevisiva) es literatura.BibliografaBajtn, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. Buenos Aires: Alianza, 1994.Bertens, Hans. The Debate on Postmodernism en Bertens, Hans y Fokkema, Douwe, eds. International Postmodernism. Theory and Literary Practice. Amsterdam: John Benjamins, 1997, p. 3-14.Cueto, Sergio. Versiones del humor. Rosario: Beatriz Viterbo, 1999.Flores, Ana B. Polticas del humor. Crdoba: Ferreyra Editor, 2000.Flores, Ana B. Diccionario crtico de trminos del humor y breve enciclopedia de la cultura humorstica argentina. Crdoba: Ferreyra Editor, 2009.Fresn, Rodrigo. La parte inventada. Barcelona: Mondadori, 2014.Vidas de santos. Buenos Aires: De bolsillo, 2007.Geli, Carles. Rodrigo Fresn: Casi todo lo que se vincula hoy al escritor me molesta. El Pas, 2 de abril de 2014, cultura.elpais.com/cultura/2014/04/01/actualidad/1396376077_371275.html Consultado el 16/06/2014 (on line).Pollock, Jonathan. Qu es el humor? Buenos Aires: Paids, 2003.1