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¿Fronteras culturales? Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta (mediados del S. XVII, comienzos del S. XVIII) Estela Noli Las sociedades americanas, conformadas después de la conquista española, tuvie- ron distintos grados de interacción entre las poblaciones y sus diferentes c ul turas. Estos intercambios, marcados por la asimetría del dominio colonial, fueron re alizados por gente muy diversa que se situaba en los bordes de las fronteras culturales, passeurs culturels, transgrediéndolas y tornándolas ambiguas. La legislación diferenciada- para la república de indios y la de españole s-, expresión de una ideología segregacioncita, marcaba un a rigidez que las prácticas cotidianas diluían; pareciendo, a veces, invisibles las fronteras culturales. La complej id ad de las interacciones se fue profundizando con el tiempo 1. En este trabajo, se Sobre interacciones, mestizajes y passeurs rnlture/s, en el contexto colonial sudamericano véase, entre otros, BERNAND, Carmen y Serge GRUZINSKI ( 1999) Historia del Nuevo Mundo. Los mestizajes 1550- / 640, México: Fondo de Cultu ra Económica: 97 99 y 142-144; ROSTWOROWSKI, María ( 1989) Doiia Francisca Pizarra. Una ilustre mestiza 1534-1598. Lima: Instituto de Estudios Peruanos; PRESTA, Ana María ( 1997) "Detrás de la mejor dote. Una encomienda. Hijas y viudas de la primera ge,neración de encomenderos en el mercado matrimonial, de Charcas, 1534-1548"·, Andes (Salta), 8: 27-47; BURNS, Katrhyn ( 1998) "Ge nder and the politics of mestizaje: The convent of Santa Clara in Cuzco, Peru" , Hi spanic American Historical Review, 78, 1:5-44 ,; SCHUARTZ, Stuan ( 1996) "Braz ilian ethnogenesis: mestizos, mamelucos and pardos" , Le nouveau monde. Mondes Jyouveaux. L' expérience américaine. Serge GRUZ INS,KI y Nathan WA~HTEL (Directores). Parí s: Ed iti ons Recherche sur Les Civi li sations."Editions de I' Eco le des Hautes Etudes en Sciences Sociales: 7-.27; BOUYSSE-CASSAGNE; Thérese y Thierry SAIGNES "Le cholo, absent de l'histoire andine", Nº 40, primer semestre del 2005 209

¿Fronteras culturales? Pueblos de indios y estancias en el

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¿Fronteras culturales? Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

(mediados del S. XVII, comienzos del S. XVIII)

Estela Noli

Las sociedades americanas, conformadas después de la conquista española, tuvie­ron distintos grados de interacción entre las poblaciones y sus diferentes culturas. Estos intercambios, marcados por la asimetría del dominio colonial, fueron realizados por gente muy diversa que se situaba en los bordes de las fronteras culturales, passeurs culturels , transgrediéndolas y tornándolas ambiguas. La legislación diferenciada - para la república de indios y la de españoles-, expresión de una ideología segregacioncita, marcaba una rigidez que las prácticas cotidianas diluían; pareciendo, a veces, invisibles las fronteras culturales. La complej idad de las interacciones se fue profundizando con el tiempo 1. En este trabajo, se

Sobre interacciones, mestizajes y passeurs rnlture/s, en el contexto colon ial sudamericano véase, entre otros, BERNAND, Carmen y Serge GRUZINSKI ( 1999) Historia del Nuevo Mundo. Los mestizajes 1550- / 640, México: Fondo de Cultura Económica: 97 99 y 142-144; ROSTWOROWSKI, María ( 1989) Doiia Francisca Pizarra. Una ilustre mestiza 1534-1598. Lima: Instituto de Estudios Peruanos; PRESTA, Ana María ( 1997) "Detrás de la mejor dote. Una encomienda. Hijas y viudas de la primera ge,neración de encomenderos en el mercado matrimonial , de Charcas, 1534-1548"· , Andes (Salta) , 8: 27-47; BURNS, Katrhyn ( 1998) "Gender and the politics of mestizaje: The convent of Santa Clara in Cuzco, Peru" , Hispanic American Historical Review, 78, 1 :5-44 ,; SCHUARTZ, Stuan ( 1996) "Brazilian ethnogenesis: mestizos, mamelucos and pardos" , Le nouveau monde. Mondes Jyouveaux. L' expérience américaine. Serge GRUZINS,KI y Nathan WA~HTEL (Directores). París: Editions Recherche sur Les Civi li sations."Editions de I' Eco le des Hautes Etudes en Sciences Sociales: 7-.27; BOUYSSE-CASSAGNE; Thérese y Thierry SAIGNES " Le cholo, absent de l'histoire andine",

Nº 40, primer semestre del 2005 209

Artículos, notas y documentos

enfoca el proceso cultural dado en el Curato de Chiquiligasta, en el este de la jurisdicción de San Miguel de Tucumán, región de intensos mestizajes donde, mirando desde fines del siglo XVIII, se advierte un proceso de miscegenación y el crecimiento del grupo de "blancos", en relación con la población indígena2

. Aquí buscamos conocer cómo se prodújo este proceso de transformación, ya que Chiquiligasta fue una región india de importante población1. Me centraré en el análisis de los procesos vividos por el pueblo cabecera del Curato, Chiquiligasta, tratando de reflejar las interacciones con otros grupos de la doctrina.

Chiquiligasta prehispánica

Jurisdicción de la ciudad de San Miguel de Tucumán, al este, donde el Río Salí se une con el Gastona, zona de bosque chaqueño; ahí, donde se podía decir en el pasado "el territorio es seco4

", estaba el pueblo de indios de Chiquiligasta, uno de los grupos de mayor importancia demográfica de la llanura tucumana en los siglos XVI, XVII y XVIll. Junto con Ampata, Ampatilla y Atacama, conformaba un importante núcleo de población indígena, que había sido trasladado desde las orillas del Río Dulce, jurisdicción de Santiago del Estero.

Cuando Juan Núñez del Prado, en 1551 , fundó la ciudad del Barco I, iniciando el proceso de ocupación de la llanura, uno de los primeros pueblos en los que sus lugarten ientes "pusieron cruces", significando el dominio hispánico , fue Chiquiligasta.

Le nouveau monde. Mondes Nouveaux. L · expérience américainc Op, Cit.:29-42; ESTENSORO FUCHS, Juan Carlos ( 1997) "La construcción de un más allá colonial: hechiceros en Lima ( 1630-171 O)", Entre dos mundos. Fronteras culturales y agentes mediadores. Berta ARES QUEIJA y Serge GRUZINSKI (Coordinadores). Sevilla: Escuela de Estudios Hispano- Americanos- CS IC: 415-439 ; MORO, Raféale.(1997) "Mobilitil e 'passeurs culturels'. 11 caso dell America coloni ale spanogla" , Entre dos mundos. Fronteras culturales y agentes mediadores Op. Cit.: 149-174; GLAVE, Lui s Miguel ( 1989) Trajinantes Caminos indígenas en la sociedad colonial. siglos XVI-XVfl. Lima: Instituto de Apoyo Agrario. Serie Tiempo de Historia; BERNAND, Carmen "Los caciques de Huánuco, 1548-1564:el valor de las cosas" , Entre dos mundos. Fronteras culturales y agentes mediadores Op. Cit: 61-91; GASCON, Margarita (2002) " La transición de periferia a frontera: Mendoza en el siglo XVII", ANDES (Salta), 12: 175-20 l.; NOLI, Estela (2002) " Indios ladinos del Tucumán colonial: los carpinteros de Marapa" , ANDES (Salta), 12: 139-174; ZACCA , Isabel ( 1997) "Matrimonio entre los indios, negros, mestizos y afromestizos en la ciudad de Salta ( 1766-1809)", Andes (Salta), 12 :243 -273.

2 LO PEZ DE ALBORNOZ, Cristina. (1997) " Productores rurales de San Miguel de Tucumán. Fines del siglo XVIII", El Tucumán Colonial y Charcas, Ana María LORANDI (Compiladora). Buenos Aires: Facultad de Filosofia y Letras- Universidad de Buenos Aires: 155-181.

3 Chiquiligasta es la forma como nombran los documentos al pueblo de indios colonial, la localidad acnial se llama Villa de Chicligasta.

4 Archivo General de Indias (en adelante A.G.1) Escribanía de Cámara 864 B Visita que se hizo de las encomiendas de yndios de la ciudad de Tucumán y Choromoros, por el señor Don Antonio Manínez Luxan de Vargas del Consejo de su Majestad su oidor de la Real Audiencia de la Plata. Tucumán. Pieza sexta. En adelante VISITA .... f. 98. Esto ocurría en el siglo XVII, cuando otras regiones de la Jurisdicción de San Miguel de Tucumán sufrían copiosas inundaciones. Hoy, por diversas alteraciones ambientales, entre ellas la construcción del dique de Río Hondo, la zona se ha inundado va ri as veces en los últimos años y corre el peligro de ser cubierta por las aguas, por lo que los trabajos arqueológicos pueden considerarse de "rescate".

21 O Revista Andina

Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

"8. Item si saben que estando el dicho capitám Juan Núñez del Prado poblan­do esta cibdad envió a Martín de Rentería alcalde con asta veinte y cinco o trienta hombres que fuesen a conquistar y descubrir la tierra por bes lo que habrá en ella el cual fue llegó a Maquexata y Callagasta y Macaga que es a cuarenta e cinco leguas desta cibdad e Chiqueligasta e Thoamagsta e bió otros muchos pueblos en los cuales tomó posesión en nombre del dicho capitán'".

Unos 15 años después , cuando Francisco de Aguirre emprendió una campaña hac ia la región de los comenchingones, se recordaba un antiguo asiento de los chiquiligastas a orillas del Dulce.

"La primera jornadas es un lugar de indios que se dice Mano gasta que cae a cuatro leguas de la ciudad de Santiago. Desde Manogasta a Ayachiquiligasta ay tres leguas. De allí a Ayaambatagasta, dos leguas".

Cabrera ha notado que "aya", en quechua, quiere decir muerto, por lo que entiende que remite a pueblos abandonados o despoblados6

. Esta información permite ubicar el tras­lado a la jurisdicción de San Miguel, como contemporáneo a la fundación de esa ciudad en !batín (1565).

La migración cíclica de los pueblos ubicados en las orillas del Dulce fue tenida en cuenta por el Visitador Al faro, en 1612, quien en la ordenanza número seis consideró:

" Item por cuanto en los pueblos del Río Dulce y Salado, de la jurisdicción de Santo Domingo [Santiago] del Estero no puede ser esto tan preciso [fijar pueblo y reducción] porque la fertilidad de la dicha tierra procede de los grandes bañados que hacen los dichos ríos[ ... ] quando el río no pudiera bañar las tierras se pueda hacer la mudarn;a .. . 7".

Sin embargo, según recordaba la tradición oral de los chiquiligastas, ellos habían sido trasladados compulsivamente al pueblo colonial. El cacique Don Pedro Chalín, en 1708, refería que:

5 LEVILLIER, Roberto (Editor) ( 1919) Gobernación del Tucumán. Probanza de méritos de servicios de los conquistadores . Madrid: Rivadeneyra: Tomo I: 72.

6 CABRERA, Pablo. "En el país de losjuríes. "Gasta" y "Llacta" en boca de sus aborígenes" Revista de la Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba), 7-8 y 9: 9; CARRIZO, Juan Alfonso (1937) Cancio­nero Popular de Tucumán: Buenos Aires: Universidad Nacional de Tucumán: 156; LORANDI; Ana María y Juan Pablo FERRERIRO, ( 1991) "De la crisis a la estabilidad. La sociedad nativa en Tucumán a fines del siglo XVII y comienzos del XVIII", Memoria Americana (Buenos Aires), 1: 57-101. FIGUEROA, Andrés ( 1949) l os antiguos pueblos de indios de Santiago del Estero. Santiago del Estero: s/e.

7 LEVILLIER, Robe110 (Editor) ( 1915-1918) Correspondencia de la ciudad de Buenos Ayres con los Reyes de Espaiia. Documentos del archivo de Indias. Cartas del cabildo. Memoriales presentados en la corte por los procuradores o apoderados y enviados de la ciudad. Buenos Aires y Madrid: Tomo 11: 297.

Nº 40, primer semestre del 2005 211

Artículos, notas y documentos

"[ ... ] ha oydo decir a los mayores que su pueblo era en la jurisdicción de Santiago del Estero y que su primer encomendero que sería de los primeros conquistadores los mudó a esta jurisdicción [San Miguel de Tucumán] y dicho paraje en que al presente se allan y siempre an estado en él [ .. . ~8

".

Otros grupos también habían migrado desde las márgenes del Dulce: Ampatagasta (Ambatagasta), A.mpatilla y Atacama; la toponimia actual refleja la proximidad espacial de esos antiguos pueblos de indios ya trasladados a la llanura tucumana. Siguiendo la ruta provincial 328, que se interna en el este, desde la localidad de Atahona, unos 20 kilómetros al sur de Simoca, se suceden Ampata y Chicligasta a 6 kilómetros de distancia ; hacia el este de la Villa de Chicligasta está Ampatilla a unos 1 O kilómetros, aproximadamente,jaqueada por el avance del Embalse de Río Hondo, zona con muchas evidencias de ocupación prehispánica9. Toda la región está hoy muy afectada por el crecimiento de fenómenos hidrológicos, inundaciones y anegamientos, que devastan durante los veranos la región aluvial de la llanura 01iental tucumana 1° .

En la encomienda de Ampata había gente reconocida como atacama, de la que tam­bién hay referencias muy tempranas de su presencia en la región; se sabe que, estando en Ti piro Juan N úñez del Prado, llegó un cacique de Atacama con noticias 11

. Hasta hace relati­vamente poco tiempo, se ha llamado "manantiales de Atacama" a las actuales Tennas de Río Hondo 12; esta sería el área aproximada de estos grupos, sin dejar de lado una dinámica de desplazamientos propia de los agricultores del Río Dulce. La presencia de atacamas en la llanura tucumano-santiagueña puede responder a patrones de movilidad propios de estos grupos con antiguas tradiciones caravaneras 13. Por otro lado, Ampata es un topónimo de la región del Valle del Bolsón, actual Provincia de Catamarca; región intermedia entre los va ll e altos y Atacama14. Bonin y Laguens han notado que el inicio de la forma de vida aldeana en la llanura santiagueña estuvo vinculado a poblaciones del ámbito andino, sobre todo de las actuales provincias de Catamarca y Tucumán 15

8 Archivo Histórico de Tucumán (en ade lante A.H.T.) Judicial C ivil. Serie B, Caja 1, Expediente 2 fs.5. Agradezco a Beatriz Robledo la infomrnc ión sobre este documento.

9 Testimonios recogidos en nuestras vis itas del 2 de febrero, 26 y 30 de julio de 2002. 1 O SESMA, Pablo, Elvira GUIDO y Sebastián SABATÉ. (2002) ·'Fenómenos hidrológicos (periodo 1973-

2001 ). En la llanura oriental de Tucumán. Argentina.", Actas del XV Congreso Geológico Argentino (El Calafate) CD ROM:.367: 1-6; SAYAGO, José Manuel y CUENYA, Patricia María. (1996) " El deterioro del paisaje en la cadena de Aconquija y su influencia en la modificac ión en los disei'ios flu via les en la ll anura tucumana" Actas del XIV Congreso del Agua. Córdoba, Tomo 11:498-515 .

1 1 LEVILLIER, Roberto (Editor) ( 1919) Op. Cit.Tomo 1: 104 " [ ... ) e vio estando aloxado en junto al pueblo de Topiro le dixo el dicho cacique de Atacama como avia cristianos en Thoama e av ian venido a Topiro e les avian llevado indios e indias atados hasta seis y siete pic¡;:as todas las que pudieron[ ... )"

12 FIGUEROA, A.ndrés Op. Cit.: 4. 13 MARTÍNEZ, José Luis ( 1991) " lnteretnicidad y complementariedad en el altiplano meridional. El

caso atacameño". En: Andes (Salta), 1: 11-30. 14 QUIROGA, Laura (2003) "El valle del Bolsón (siglos XVII-XVIII). La fom1ación de un paisaje rural" ,

Anales. Nueva época. "Local, regional. Prehistoria, protohistoria e historia de los Valles Calchaquies, (Goteborg) 2003:6:301-327.

15 BONIN, Mirtha y Andrés LAGUENS (2000) "Esteros y algarrobales. Las sociedades de las sierras centrales y la llanura santiague11a", Los pueblos originarios y la conquista. Nueva Historia Argentina , Myrian TARRAGÓ (Directora). Buenos Aires: Sudamericana:65-1 O 1.

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Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

La presencia de estos grupos podría también remitir a manipulaciones incaicas. Se­gún narran los actuales pobladores, hace una década, trabajadores que extendían redes de servicios públicos en Villa Chicligasta encontraron restos oseos asociados con artefactos incaicos, lamentablemente ese hallazgo ha 'desaparecido hoy y es dificil saber cómo moldea estos relatos el imaginario actual de lo indio; pero, como los chiquiligastas tuvieron fluidas relaciones con sus vecinos ingas - tropas auxiliares que llegaron con los españoles a la llanura tucumana-, esos restos podrían remitir a relaciones post-conquista. El área de esos hallazgos es recordada por la gente como la cantera más importante de restos arqueológicos del pueblo, donde en la infancia encontraban gran variedad de torteros. Por otra parte, en las barrancas del río, hoy corroídas por la erosión hídrica, la gente recuerda que en el pasado hallaban urnas funerarias 16; es decir, la villa se halla situada sobre una zona con numerosas evidencias de ocupación indígena, aunque la fa lta de trabajos arqueológicos no permite discernir la antigüedad de esos restos 17

La unión de grupos en una encomienda no significa que los pueblos contenidos en ella fueran parientes. En el caso de la encomienda de Ampata, Ampatilla y Atacama, coincide el hecho de ser grupos de probable origen alto-andinos que, en tiempos previos a la conquis­ta española, estuvieron ubicados en las proximidades del Dulce y que habían sido traslada­dos compulsivamente hacia el oeste, cuando se instalaron los primeros asentamientos de españoles, y allí fueron encomendados. La relación de Ampata y Ampatilla con Chiquiligasta no se basa sólo en la proximidad de sus pueblos coloniales pues comparten una historia de migración y diversos contactos e interrelaciones que continuaron durante la colonia. En 1612, por ejemplo, estaban administrados en forma conjunta por Juan de Reina18 y en 1628, cuando se empadronó la encomienda de Ampata, Ampatilla y Atacama, la gente de Ampatilla fue empadronada en el pueblo de Chiquiligasta19

• Sobre todo, es sugestivo que nombres de curacas sean los mismos en los dos grupos: don Francisco Silga era el curaca de Ampata, en 1628, y, en 1693, uno de los principales de Chiquiligasta era don Juan Silca20

.

Aunque no es un tema sin discusión, la pertenencia étnica a un universo cultural mayor de chiquiligastas y ampatagastas estaría próxima a lo que se llamó "diaguitas del Dulce", es decir, pueblos de lengua cacana ubicados en las márgenes de ese río; para ello se ha señalado la terminación gasta de su etnónimo, propia de grupos cacanos meridionales, y por el testimonio de los primeros cronistas, Bárzana y Sotelo de Narvaez, que refieren que en Santiago del Estero se hablaba esta lengua21

• Los nombres propios, consignados en padro-

16 Entrevista a Quiti Lescano, vecina nacida en Chicligasta, criada en Monteros que volvía de vacacio­nes a la vi lla, cuando sa lían a realizar hallazgos, realizada el 30 de julio del 2002.

17 Reali zar excavaciones arqueológicas en la Villa de Chicligasta es uno de los objetivos del proyecto de investigac ión CIUNT 2001-2003 que integro "Memoria, cultura material y procesos de articulación en fronteras culturales (Pueblo Indio de Chiqui ligasta y Estancia Jesuística de Tafi) ", dirigido por la Lic. Patricia Arenas, del Programa CIUNT: "Arqueología, antropología e historia de espacios con­trastados. Articu lación, interacción y cambio social", dirigido por el Líe.Carlos Aschero; lamentab le­mente la total restricción presupuestaria, motivada por la aguda crisis que atravesó la Argentina, durante los años 2002 y 2003, no ha pem1itido avanzar en ese aspecto.

18 CARRIZO, Juan Alfonso (1937) Op. Cit: 157 19 A.G.I Charcas 101 , N 47 . 20 A.G.I Charcas 101 N 47 .. y VISITA ... f. 94. 21 CARRIZO Juan Alfonso ( 1937) Op. Cit.: 40-41. Sobre el cacán meridional véase NARDI, Ricardo

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Artículos, notas y documentos

nes y otros documentos, apuntan a esta hipótesis, en Ampata, Yamanca y Lindón, entre otros típicamente cacanos; por otro lado en Chiquiligasta el nombre del curaca, en 1664, Don Francisco Guamán remite a la ocupación inca o a contactos coloniales y emparentamiento con los descendientes de las tropas incas auxiliares de los españoles22• En 1655, para recibir la declaración de un indio principal de Chiquiligasta, se requerían dos intérpretes " [ ... ] combiene nombrar intérprete a Juan Córdoba que presenté por ser español y a Pablo indio ladino natural de este pueblo de Ampata los cuales saben la lengua general del Cusco[ ... fl" . En este caso, el principal no hablaba quechua. En el empadronamiento de 1688, el intérprete del Curato de Chiquiligasta fue Ramón Bautista Romano, "por ser persona de toda fidelidad y entender bien la lengua genera/24

" . Ahora bien, siguiendo nuestra línea de argumentación , de 1655 a 1688 se habría producido una poderosa difusión del quechua en el interior del grupo, los chiquiligastas se habían convertido en ladinos en quechua, que es un proceso que también se dio en el Curato de Marapa, iniciado en el siglo XVI, según notaba, ya en 1594, Barzana: "han aprendido la lengua del Cuzco como todos los indios que sirven a Santiago y San Miguel25

". El proceso de expansión del quechua como linguafranca, fue referido, también, por el Obispo Maldonado y Saavedra, en 1635, " [ ... ] en esta tierra poco hablan los indios y los españoles en castellano porque está más connaturalizada la lengua general de los indios, yo voy poniendo en execución [ .. . ]26

".

Chiquiligasta colonial

Chiquiligasta fue un pueblo importante, puede suponerse, pues dio su nombre a uno de los tres "partidos" que los españoles organizaron en la jurisdicción de San Miguel: Choromoros al Norte, Catamarca al sur, y, en la zona central, Chiquiligasta. En 1622, había una doctrina en Chiquiligasta y otra en Ampata, que estaban a cargo de frailes de órdenes regulares27 • Cuarenta años después, eran una sola doctrina: Ampata y sus anexos (Ver mapa

( 1986) "Observaciones sobre nombres indígenas documentados en e l noroeste argentino" El control vertical del noroeste argentino de GENTILE LAFAILLE, Margarita. Buenos Aires, Casi mi ro Quirós: 170-175.

22 AGI, Charcas 101 , N47 y AGI Charcas 122 Pleito y causa de visita secreta seguida de oficio de la justicia eclesiástica contra el Licenciado Pedro de Medina, cura propietario de la doct rina del partido de Ampata y sus anexos, 31 de mayo de 1669. fs . 260-269 .(En adelante PLEITO Y CAUSA ... ) f 262 y A.G.I Charcas 101 N47 ..

23 A.H.T. Judicial del Crimen Caja I Expediente 3. fs .1 v. 24 LIZONDO BORDA, Manuel ( 1941 )_Documentos coloniales relati vos a San Miguel y a la Gobenw­

ción del Tucumán Siglos XVII (1651-/684). Tucumán: Publicación de la Junta Conservadora del Archivo Histórico de la Provincia de Tucumán, Volumen V:.37.

25 CARRIZO, Juan A.lfonso ( 1937) Op. Cit.: 75. Sobre la ladinización en quechua en Marapa véas~ NOLI, Estela (2002) Op. Cit.

26 CARRIZO, Juan Alfonso ( 1937): 75 . Aunque, debo admitir, que a contracorriente de lo que vengo postulando, estos indicios no hablan de la lengua materna y de la identidad étnica de los chiquiligastas; con los elementos hasta ahora reunidos, no se podría desechar totalmente la hipótesis que convalidaría lo sostenido por Techo y Lozano, en el sentido que gasta remite a grupos tonocotés. Discusión, ta l vez bizantina por el contexto multiétnico de la ll anura tucumana, espac io de largos contactos e interrelaciones.

27 A.G .I. Charcas 137.

214 Revista Andina

Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

1) estaban a cargo del Licenciado Pedro de Medina; incluían a los pueblos de Chiquiligasta, Yalapa, Nio y Yócoli . En esa fecha, por numerosas denuncias contra el doctrinante, un visitador y juez eclesiástico fijó como cabecera de la doctrina a Chiquiligasta pues, según él , se hallaba en el centro del curato2R.

Cuadro 1. Pueblos del Curato de Ampata en 1664 *

Pueblo Encomendero Amoata Gerónimo de la Rosa Chiauifü:asta Pérez Moreno Amnatilla Yócoli Yalaoa Nio

Fuente : A.G.l. CHARCAS 122 . Pleito y causa de visita sec reta seguido de oficio de la justicia csclcsiástica contra el Licenc iado Pedro de Medina, cura propietario de la doctrina del partido de Ampata y sus anexos. Fs. 260-269. • Fecha en que se convierte en Curato de Chiquiligasta por decisión del Juez Visitador eclesiástico Diego Rodríguez de Rucsjas.

Cuadro 2. Curato de Chiquiligasta en 1688- 1692. Población tributaria e indios de doctrina

Pueblo Encomendero 1688* 1692** Chiauilie:asta Juan Pérez Moreno 34 20 Amnata Simon de !barra 18*** 14 Amoatilla Simon de !barra 4 Si moca Juan Almonasi 12*** 1 Bélicha Juan Almonasi 3 Amaicha Francisco de Abreu 75 so Total 139 92

• Tributarios. Empadronamiento de 1688. LIZONDO BORDA, Manuel ( 1941 ) D0w111e11-tos co/011iales relativos a Sa11 Miguel y a la Gobernación del Tit cumán Siglos XVII (1651-1684.). Tucumán: Publicación de la Junta Conservadora del Archivo Histórico de la Pro­vincia de Tucumán , Serie 1, Volumen : 37-68 . •• Ind ios de doctrina. Declaración del cura propietario del partido de Chiquiligasta Lic . Simón Gonzá lcz. En: LARROUY, A. ( 1923) " Documentos para la historia Argentina" Tomo 1, Buenos Aires, L.J. Rossso : 390-392. ••• Se empadronaron juntos Ampata y Ampatilla, y Simoca y Bélicha.

28 PLEITO Y CAUSA .. . f262 .

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Artículos, notas y documentos

En 1692, el Curato incluía a otros pueblos antiguos de la llanura ubicados al norte del Curato: Simoca y Bélicha; también formaban parte de la doctrina los amaichas, pueblos serranos, desnaturalizados a la llanura después de la última guerra Calchaquí (1659-1667)29

,

pero había perdido otras poblaciones: Yócoli, Yalapa y Nio. Cubría una extensión territorial de sur a norte de 25 leguas, y de este a oeste de 12 leguas. En la zona del Curato había entre unas veinte a trein~a estancias, donde trabajaban indios forasteros; tanto los dueños de las estancias como los indios forasteros tenían vínculos con los indios originarios.

Merece una reflexión la disparidad de las cifras de 1688 y 1692, fundamentalmente por que hay poco tiempo de diferencia entre uno y otro registro. Aunque, en algunos documen­tos, los doctrinantes son acusados por los encomenderos de aumentar la matrícula de indios, con el fin de recibir un estipendio mayor, osea la tarifa de un peso por indio de doctrina -tributarios y reservados- que cobraban por las tareas de evangelización. En este caso, el documento no es presentado para realizar el cobro, sino que se trata de un informe del estado de las doctrina realizado frente al Obispo; en él parecería que Simón González, el cura, ha querido resaltar "la pobreza de la tierra" y de la gente, y las mínimas ganancias que obtenía en ese Curato30.

Vivir en un pueblo de indios

A partir de las ordenanzas de Al faro ( 1612), los grupos indígenas del Tucumán fueron organizados de acuerdo al ideal metropolitano de una sociedad dividida en una "república de españoles" y una "república de indios31 ". Sin embargo, las fronteras fueron móviles y flexi­bles y el mestizaje social y cultural creció sin solución de continuidad. Las barreras ideológi­cas, por otro lado, se expresaron en un ordenamiento jurídico, administrativo y territorial diferenciado. Las sociedades indígenas fueron organizadas en pueblos de indios, ámbito territorial y jurídico de las comunidades en la colonia, que supone la existencia de un patrimo­nio comunal, las tierras de comunidad, estableciendo allí su "pueblo y reducción".

Alfara les fijó "reducción" ordenando que "de aquí en adelante ningún ni algún encomendero ni otra persona no mude ni saque los indios de donde yo los dexo al presen­te32", mientras que, a los indios instalados en estancias y chacras, les fijó allí mismo su reducción, prohibiendo a los encomenderos desalojarlos en el futuro. Las ordenanzas impo-

29 CRUZ, Rodolfo ( 1997) "El fin de la ' ociosa libertad'. Calchaquíes desnaturalizados a la jurisdicción de San Miguel de Tucumán en la segunda mitad del siglo XVII", El Tucumán Colonial y Charcas Op. Cit. , Tomo 11: 215-264.

30 LARROUY, A. (1923) "Documentos para la historia Argentina". Buenos Aires , Rosso: 390-392. Declaración del cura propietario del partido de Chiquiligasta Lic. Simón González. "[ ... ] en contorno de todo beneficio hay veinte a treinta estancias de españoles de que no percibe más que los emolumen­tos de entierros y casamientos y que de estipendio no tienen más que los indios referidos".

31 DOUCET, Gastón (1990) "Las encomiendas de servicio personal el Tucumán bajo régimen legal: comentarios a las ordenanzas de Gonzalo Abreu", El aborigen y el derecho en el pasado y el presente, Alberto LEVAGGI.(Coordinador). Buenos Aires: Universidad del Museo Social Argentino: 141-243. En las Ordenanzas de Abreu de 1576 se establecieron normas de separación jurídica y territorial.

32 LEVILLIER, R.oberto.(1915-18). Op. Cit: 297.

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Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

nían que esos espacios debían cristianizarse, pues Alfaro estableció que en cada pueblo "haya iglesia33

".

Asimismo, la estructura de "pueblo de indio" supone una organización política espe­cular con el sistema hispánico . Si bien la autoridad tradicional, el curaca o cacique, continuó representando a los grupos, su poder se limitó con el nombramiento de alcaldes indios, quienes tenían la función de aplicar la ley española hacia el interior del grupo. La forma de elección de los alcaldes en la región no está clara, y en algunas oportunidades se reclutaron de la familia del curaca, o al propio curaca, pero se sabe que eran eximidos del tributo mientras se desempeñaban en esas tareas . Alfaro impulsó lo siguiente:

"[ ... ] para que los indios vayan entrando en pulicía mando que en cada pueblo o reducción alla alcalde indio de la misma reducción y si el pueblo pasare de ochenta casas abrá dos alcaldes y dos regidores y si llegare a cuarenta un alcalde y un regidor y por muy grande que sea el pueblo no a de aver más de dos alcaldes y cuatro regidores para que estos tengan cuidado que no haya desordenes entre los indios" .

Los alcaldes no parecen haber correspondido a los deseos disciplinadores de Al faro ; pero sí hay testimonios tempranos de su elección; por lo menos, durante la década de 1620 se había extendido la práctica de nombrar alcaldes en los pueblos de indios de cierta impor­tancia demográfica. El empadronamiento realizado, en 1628, por Diego de Ceballos Morales, registró alcaldes en Aligilán, Ampatagasta y Ampatilla34

• En 1650 había alcalde en Chiqui­ligasta35, era elegido anualmente y, ese año, era el yerno del curaca don Miguel , caracterizado por el protector de naturales como "indio noble y de los principales de dicho pueblo36

" .

También en Ampatilla, en 1628, el alcade era el curaca37. La sociedad continuó diferenciando

en su interior, entre los indios del común y los curacas, a quienes los españoles considera­ban, en ocasiones, "indios nobles", pero no estaban exentos de atropellos y maltratos"[ ... ] y a don Francisco Guamán cacique del pueblo de Chiquiligasta a la puertas de la iglesia le dio [el doctrinante] muchísimos moxicones y heridas en la cara y bañándole en sangre[ ... ]".

En el caso de Chiquiligasta, el grupo mantuvo autoridades étnicas hasta comienzos del siglo XVlll y la memoria de su origen, transmitida a través de la tradición oral. Como se vio, en 1708, el cacique Chalín recordaba el relato del origen santiagueño y de los derechos sobre las tierras del pueblo en las que en "quieta y pacífica posesión y que no save si estas tierras en que avita de tiempo inmemorial si es por compra o merced y que las poseen sin contradicción alguna38" .

33 ldem: 301. \ 34 A.G.I Charcas 101 N 48 y 47. 35 A.H.T Judicial del Crimen. Caja I Expte 3. Año 1655 . f. 4. 36 A.H.T Judicial del Crimen. Caja I Expte 3. Año 1655 f. 4v. 37 A.G.I Charcas 101 N 47 "[ ... ] don Antón Pallana alcalde y curaca del dicho pueblo[ ... ]" 38 A.H.T. Judicial Civil serie B. Caja I Expte 2.

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Artículos, notas y documentos

Cuadro 3. Caciques Chiquiligasta S. XVII- XVlll

Año Caciaue 1655 Don Miguel A.H.T (Judicial del Crimen Caia I Exoediente 3) 1664 Don Francisco Guamán (A.G.I Charcas 122 fs. 262) 1688 Don Francisco Ascala (LBDC Serie I Vol V o. 38)

Don Juan Silca Don Pedro

1693 Don Juan Silca (AGI. Escibanía de Cámara 863 fs. 94.) 1708 Don Pedro Chalin (A.H.T. Judicial Civil . Serie B Caja l. Expediente 2)

La cristianización parece ser la principal expresión de la occidentalización de estos pueblos. Como se dijo, tanto Ampata como Chiquiligasta, en los primeros tiempos de la colo­nización, fueron cabeceras de doctrinas. En 1621 cada grupo tenía su doctrinante: Chiquiligasta estaba a cargo de un religioso de la Orden de San Francisco, Antonio Vela, y Ampata era evangelizada por el cura Pedro Soto, mercedario39

; se comprende porqué eran pueblos nume­rosos. Aún en 1628, había en Ampata 77 tributarios40

; en la década de 1630, un padrón realiza­do en Chiquiligasta por el tesmero de la Real Hacienda arrojó como resultado que la población tributaria era de 107 indios y tenía a Tóntola como pueblo agregado y anexo, aunque, por esa época, el Gobernador Albornoz los separó formando dos encomiendas diferentes41

• Si toma­mos como índice de población por tributario el que surge del padrón de Ampata, Ampatilla y Atacama de 1628 (3.7)42, en la década de 1630, todavía rondaría el medio millar de personas. Cuando llegaron los españoles debe haber sido muy importante; si estimamos una caída de población del 150%, habría sido un pueblo de unas mil a mil quinientas personas43 y junto con Ampata y Ampatilla habrían fonnado un conjunto poblacional relativamente denso .

Los chiquiligastas estuvieron encomendados a la familia Pérez Moreno durante todo el siglo XVII y, probablemente, fueron sus primeros encomenderos, pues como refería el curaca Don Pedro Chalín, "su primer encomendero que sería de los primeros conquistado-

39 CARRIZO, Juan Alfonso (1937) Op. Cit. : 155-7. 40 A.G.I Charcas 101 N47. 41 LARROUY, A. (1923) Op. Cit.: 162 Sentencia en el Juicio de Residencia al Gobernador Felipe de

Albornoz, 1638. 42 NOLI, Estela. (2001) "La declinación de la población indígena de la jurisdicción de San Miguel de

Tucumán. (1600-1680)", América bajo los Austrias: economía, cultura y sociedad. 50 Congreso Internacional de Americanistas, Varsovia, Polonia- 2000, Hector Noejovich (Editor). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial: 165-180.

43 PUCCI, Roberto (1998) "El tamaño de la población aborigen del Tucumán en la época de la conquis­ta. Balance de un problema y propuesta de nueva estimación", Región y Sociedad (Tucumán) 5:239-270. Ha notado lo tardío de las cifras "iniciales" de estimaciones de población en el Tucumán. Por estas estimaciones se calcula un 67% de baja de población ocurrida en 23 años ( 1583-1607). Como la gente de Chiquiligasta hacía unos ochenta años que soportaba la dominación española pues, como referimos, los primeros contactos se establecieron desde 1551, puede proponerse una caída de pobla­ción de ese orden.

218 Revista Andina

Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

res44" . Ya en 1572, el capitán Juan Pérez Moreno había participado en una expedición puniti­

va contra los soleos, pueblo de la ladera oriental de la Sierra del Aconquija, que resistían la presencia de los invasores en San Miguel de Tucumán en Ibatín45

. Aunque, en 1612 estuvie­ron administrados por Juan Reina, esto no indicaría que no fueran los encomenderos los Pérez Moreno, pues, en 1639, la encomienda vacó por "fin y muerte de Juan Pérez Moreno" cuando fue nuevamente encomendada en la familia, situación que se mantuvo hasta fines del siglo XVII. En 1719, la encomienda había vacado46

, pero en 1727 fueron nuevamente enco­mendados, esta vez en el Maestre de Campo Don Jacinto Santillán.

Una descripción de la ubicación de los pueblos del Curato y de los edificios más importantes, las iglesias, la da el informe del cura Simón González y es un punto de partida para pensar cómo eran esos paisajes. El relato se inicia en el pueblo de Chiquiligasta y describe el estado de la iglesia en 1692:

"Una iglesia de paredes que se está cayendo y el techo de paja y en el altar mayor un dosel de lienso teñido azul con su cielo y sobre el la imagen de crucifijo de bulto de vara y media de alto y sobre el altar una imagen de tabernáculo de nuestra señora de Candelaria de media vara de alto, dos fron­tales de raso a flores ambos, uno nuevo, y otro ya usado, dos casullas usadas, una de damasco blanco, y la otra de lana y algodón tejido negro, dos albas de Ruan, una vieja y otra razonable, un caliz, patena y vinajera de plata, con su platillo de alquimia, unos candeleros pequeños de plata, un incensario, dos campanas quebradas, crismeras de plata, sin misal".

La Iglesia que se conserva hoy es una reconstrucción de 1797, que tiene de aquella las campanas, fechadas en 1688, y la imaginería: la Candelaria y el Cristo (Ver foto 1 y 2) . Además de la iglesia, destacaría la casa del encomendero pues "que dicha encomendera assiste en el pueblo destos indios todo el año donde tiene hecha cassa el encomendero47

".

La familia Pérez Moreno vivía ahí, por lo menos, desde la década de 1650, incumpliendo, por eso, Juan Pérez Moreno, con las funciones de Teniente de Gobernador.

" ' [ ... ]notificado porque dicho capitán Juan Pérez Moreno se fue a su pueblo de Chiquiligasta en esta jurisdicción adonde actualmente está usando de sus oficios sin que aya enviado ni traído la dicha aprobación [ de la Audiencia del cargo de Teniente ]48

"

El cura también tenía casa en 1664 y, en esa época, se siguió un pleito contra el doctrinan te: "llegué a la casa del doctrinante padre Pedro de Medina49

" . Pero no había muchos edificios

44 A.H.T. Judic!ial Civil , Serie B, Caja 1, Expediente 2 f .. 5. 45 CARRIZO, Juan Alfonso (1937). Op. Cit.: 145. 46 LORANDI, Ana María y Juan Pablo FERREIRO. ( 1991) Op. Cit. 4 7 VISITA ... f. 94. 48 Archivo Histórico de Córdoba. Escribanía. 1654. Legajo 102, f. 167 v. 49 A.G. I Charcas 122 f. 268.

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Artículos, notas y documentos

capaces de albergar a los funcionarios eclesiásticos y civiles que se dieron cita; pues el visitador eclesiástico, Don Miguel de Gaona y Carrizo, se alojaba "en una carpa" y el protector de natura­les en su carreta50. Con todo, hay referencia de la presencia de otros españoles en el pueblo, según el protector de naturales, Alonso de Urueña, quien, para refrendar su natración, expresa que "esto en presencia del padre doctor Fray Feliz de Llanos y de muchos españoles presentes".

Pérez Moreno había montado una ramada que servía de carpintería, donde los indios trabajaban en hacer carretas, produciéndose allí anualmente entre unas ocho a diez carre­tas5 1. El precio de las carretas, en Tucurnán, era de cuarenta pesos de ocho real es, el encomendero sumaba los beneficios de esta actividad a la producción agrícola pues tenía también sus chacras en el pueblo, tres fanegas de trigo que los indios le culti vaban en sus tierras. Pérez Moreno cobraba el tributo en servicio personal , según le informaron los indios al visitador Luján de Vargas, aunque refieren que era hecho contra su voluntad, habían pactado los trabajos en treinta pesos anuales y reclamaron porqué no había completado el pago concertado de palabra.

"De la siguiente dijeron que el tributo no Je an pagado en plata sino en serbicio personal contra su boluntad en hacer sementeras para el encomendero de tres fanegas de trigo al año y que de la cosecha no les da nada y que los ocupa en cortar madera para hacer carretas que cada año hacen de ocho a diez carretas y que aunque tienen hecho consierto de darles treinta pessos el año no les a acabado de pagar enteramente52

".

Además de los trabajos para el encomendero, los indios hacían sus chacras, tanto para unas corno para otras, usaban bueyes y aperos . La producción de las chacras del pueblo arrojaba excedentes que los indios vendían, según refería el encomendero.

"esto es siendo asi que les damos bueyes, herramientas y así doi tiempo para sus cosechas corno ordinariamente coxen ellos más y no sus amos y venden lo suio y comen del partido de sus amos corno lo hasen que es público y notorio53".

Sea de las chacras del pueblo, de los pagos por los trabajos en la carpintería, de sus ganados, o de otros tratos o trabajos que los vinculaban con la ciudad de Santiago54, los chiquiligastas tenían una discreta capacidad de ahorro comunal que se evidenciaba en el patrimonio de la cofradía de La Virgen de La Candelaria que, en la década de 1660, era de unos doscientos treinta pesos55 .

50 A.G.I. Charcas 122 f. 268. 51 VISITA .... f. 94. 52 VISITA ... f. 94 53 VISITA .... f. 98 . 54 A.HT. Judicial del Crimen Caja I Expediente 3. 1655. f. 2 "[ ... ] que este declarante viniendo de

Santiago se le cansó sus caballos[ ... ]" 55 A.G.I. Charcas 122 fs. 260-269. Para tener una esca la de valor doscientos treintas pesos, referimos

otros precios: una mula de camino valía ochenta pesos, treinta potros quince pesos, el arriendo anual de una estancia en Los Tunales cinco pesos.

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Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

Las mujeres tejían en sus casas para la encomendera56, para sí y para encargos diver­

sos; algunos testamentos dan indicios de que españoles y criollos usaban contratar el trabajo de mujeres de distintos pueblos, repartiendo hilo de algodón o lana57 .

Al llegar el verano, todo el grupo se organizaba para la recolección de la algarroba y para las celebraciones que la acompañaban; en palabras del encomendero "ellos se cojen los ocho meses del año en coxer el algarroba y en sus embriagueses58

". El tiempo señalado por el encomendero es verdaderamente irrazonable si comparamos esta afirmación con otras hechas por él mismo, señalando que los indios cosechaban sus tierras y las chacras propias del pueblo, parte de lo cual vendían y trabajaban en la carpintería. La pesca era otro recurso a mano, Chiquiligasta estaba en las márgenes del actual Río Gastona y, aún hoy, alguna gente pesca con una especie de arpón59

.

Chiquiligasta atrajo a otros españoles y criollos; además de la familia de los encomenderos, su ubicación en el camino real, la existencia de un molino, más la extensión del culto al Cristo de Chiquiligasta, "El Señor de Chiquiligasta", y a la Virgen de La Candela­ria, le dio una dinámica particular. Ya en 1656, se hablaba del Santuario de Chiquiligasta60 y era ruta del tráfico ordinario interior"[ ... } viniendo el dicho justicia mayor del pueblo de Yócoli al molino de Chiquiligasta en el camino real [ ... ]61

".

56 VISITA .... f. 98 v." que les e repartido a cada india una libra de algodón un año se les pagó a dos reales por la libra como ellos lo confiesan que es el corriente"

57 A.H.T Protocolos Tomo III, fs. 1-3. Aunque es dificil encontrar referencias sobre estas prácticas, que no generaban documentación escrita el testamento del sargento Bernardo Ordoñez de Villaquirán, del 15 de agosto de 1660, administrador del vecino pueblo de Simoca, deja constancia al referirse que " [mandó a hilar] al pueblo de Famatina quarenta libras de hilo de algodón y en el pueblo del capitán Simón de Ibarra (Ampatilla] se me hilaron diez y seis libras de hilo y en el de Ampata ocho libras y en el de Capayán diez libras y en el de Anguinan diez y seis libras[ ... ] y declaro que todas estas libras y partido no las e pagado mando se pagare" (itálica mía) . Aunque no tiene la misma precisión en la información el testamento de doña Isabel Gutierrez, del 15 de febrero de 1693, puede estar pagando servicios similares cuando manda a pagar a "india llamada María que está en el pueblo de La Ramada libra y medio de ylo de lana o lo que ella dijere( ... ] y [a otra india del pueblo de Acapianta] cinco baras de lienzo ... " A.H.T. Protocolos Tomo III f 126.

58 VISITA .... fs. 98 V. La importancia de la recolección de la algarroba en la economía indígena NOLI, Estela ( 1999) "La recolección en la economía de subsistencia de las poblaciones indígenas: una aproximación a través de fuentes coloniales (piedemonte y llanura tucumano- santiagueña Goberna­ción del Tucumán)", En los tres reinos: prácticas de recolección en el cono sur de América. Carlos ASCHERO, Alejandra. KORSTANJE y Patricia VUOTO (Editores). Tucumán: Instituto de Arqueo­logía y Museo de la Universidad Nacional de Tucumán: 205-216; LAGUENS, Andrés ( 1999) "La recolección de algarrobo en la economía indígena del norte de Córdoba", En los tres reinos: prácticas de recolección en el cono sur de América. Op. Cit.: 187-196; sobre las prácticas rituales que se asociaban ARANA, Magarita (1999) "El tiempo de la algarroaba" , En los tres reinos: prácticas de recolección en el cono sur de América .Op, Cit.: 197-204; CASTRO OLAÑETA, Isabel (2002) "Recuperar las continuidades y transformaciones: Las juntas y borracheras de los indios de Qui lino y su participación en la justicia colonial, Los pueblos de indios del Tucumán colonial: pervivencia y desestructurtición., Judith . FARBERMAN y Raquel GIL MONTERO (Compiladoras). Bemal,:EduUnju y Universidad Nacional de Quilmes Ediciones: 175-202.

59 Entrevista al Dr. Marcelo Albaca 30 de julio de 2002. Médico del dispensario de Villa de Chicligasta durante 15 años.

60 CARRIZO, Juan Alafonso (1937) Op. Cit.: 157 61 A.H.T Judicial del Crimen Caja I Expte 2 fs. 4.

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Artículos, notas y documentos

A fines del siglo XVII, Chiquiligasta parece algo diferente de un pueblo de indios, lentamente se iba configurando como un pueblo, un nuevo tipo de población, cabecera de establecimientos rurales, las estancias, y de los pueblos de indios cercanos. Dentro de la escala propia de la región, la evolución de Chiquiligasta recuerda a la de lds "pueblos de ladinos" mexicanos62. Durante el traslado de San Miguel de lbatín a La Toma, en ocasión de la colocación del Santísimo Sacramento en la nueva ciudad, se ordenaba que se "publique este auto en el Sitio Viejo en el pueblo de Chiquiligasta y en las demás partes de concurso para que todos lo executasen lo que él contiene63

"; con nitidez se destaca Chiquiligasta de las "demás partes de concurso".

En 1688, el encomendero Pérez Moreno fue comisionado para que notifique a dos miembros del Cabildo de San Miguel que residían en Chiquiligasta64

, donde los encuentra, junto con los testigos necesarios para formalizar el trámiter.' . El pueblo daba nombre al espacio rural circundante "los pagos de Chiquiligasta66

" . Diversos documentos muestran que allí se comienza a emitir escrituras de compra y venta de tierras67 y que se convierte en sede de actuaciones judiciales, como, en 1708, cuando el lugarteniente del Gobernador en San Miguel convoca a los testigos para comparecer "En este pueblo de Chiquiligasta", para dirimir un conflicto suscitado entre los grandes propietarios de la región, el doctrinante Simón Gonzáles y el capitán Juan Villagra68

.

Las devociones, con sede en la capilla del pueblo, tienen bastante que ver en este proceso: españoles y criollos se acercaban, ya sea llevando ofrendas, como la que encarga en su testamento Francisco Ledesma de San Miguel69

, quien también tenía tratos comercia­les con el curaca y el doctrinante del pueblo. También el cementerio dejó de ser exclusivo para uso de los indios: en 1716, uno de los estancieros de la zona, Juan Villagra, mandaba en su testamento ser "sepultado en la Iglesia del pueblo de Chiquiligasta70

".

62 MORSE, Richard ( 1991) "El desarrollo urbano de la Hispanoamérica colonial" Historia de América Latina. 3. América colonial : economía Leslie BETHEL (Director). Barcelona: Crítica: 33 .-5 3

63 L.B .A.C. S. 11 Tomo I, pp. 166-169. La cursiva es mía. 64 LIZONDO BORDA, Manuel (Editor) ( 1954) Documentos coloniales. Actas Capitulares relativas al

traslado de la ciudad de San Miguel a su lugar actual, Tucumán, Tucumán: Publicaciones de la Junta Conservadora del Archivo Histórico de Tucumán, Serie 11, V.I.: .196 "En el pueblo de Chiquiligasta, jurisdicción de San Miguel de Tucumán, a diez y seis de febrero de mil seiscientos y ochenta y ocho años, yo el capitán Juan Pérez Moreno, vecino feudatario de dicha ciudad, en conformidad del auto antecedentemente despachado por los señores del cabildo de dicha ciudad, a mi cometido leí y notifiqué al capitán Juan de la Lastra alcalde provincial de la Santa Hermandad y alférez José Jerez de Calderón [ .. . ]".

65 LIZONDO BORDA, Manuel (1954) Op. Cit. : 196 Firman como testigos Francisco de Medina Iriberri y Diego Bazán de Figueroa (encomendero de Aconquija).

66 LIZONDO BORDA, Manuel (1954) Op. Cit:.206. 67 A.H.T. Protocolos de Escribanía III fs. 183-184. 68 A.H.T. Judicial Civil Serie B Caja 1, Expte 2. 69 LIZONDO BORDA, Manuel ( 1943) Documentos coloniales relativos a San Miguel y a la Goberna­

ción del Tucumán Siglos XVl/(1685-1700) . Tucumán: Publicación de la Junta Conservadora del Archivo Histórico de la Provincia de Tucumán, S.I Vol. V p.191 Encarga a sus albaceas entregar a la capilla, en 1693, "un platillo de plata largo con dos vinajeras con sus cubiertas[ ... ] que diga "Soy devoto de Nuestro Señor de Chiquiligasta".

70 A.H.T. Protocolos de Escribanía IV f. 135.

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Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

Indios de otras encomiendas y de diversas procedencias, mulatos y mestizos, estaban vinculados también con el pueblo. Por alianza matrimonial, indios del Perú se habían conver­tido en tributarios, así como sus hijos, según se observa en el empadronamiento de 1688:

"Ignacio, hijo de indio del Perú, casado en este pueblo que pertenece al dicho pueblo; es de edad de veinte y cuatro años, su hermano Marcos de treinta y cinco años y pertenecen al mismo pueblo según reales ordenanzas por estar casados con indias del dicho pueblo71

".

También el pueblo era el lugar en el que, a veces, se llevaba a empadronar a gente de otras encomiendas, como el caso de los Ampatilla en 1628 y Yalapa en 168872

.

En la segunda mitad del siglo XVII, variaron las normas de las alianzas matrimoniales73.

A través de un caso ilustramos el proceso de cambio en las pautas de elección de cónyuge, que parece confirmarse como un fenómeno extendido, por indicios brindados en otras fuentes . Es el de una familia conformada por un indio belicha, Alonso, y una mujer chiquiligasta, Teresa; en esta familia podemos observar diferentes momentos y prácticas de elección de cónyuge en tres generaciones, que se suceden en los últimos años del siglo XVII y comienzos del siglo XVlll. (Ver cuadro N 1)74 . En la primera generación, la de Alonso y Teresa, los matrimonios se realizan con gente de grupos indios vecinos: en este caso belichas, chiquiligastas e ingas, descendientes de las fuerzas auxiliares que llegaron con los españo­les. Estas uniones intraétnicas pueden situarse en la década de 1670. Pues, en 1688 la familia estaba registrada en el pueblo de Simoca de la siguiente manera:

"Tasa ausente - Alonso también ausente en Salta, que tendrá treinta y cinco años, según razón casado con Teresa; tiene un hijo de doce años y otro, Diego; de edad de tres años, y un hijo de pechos y una hija llamada Teresa75

".

El entrecruzamiento y parentesco entre grupos indígenas vecinos, en la familia en cuestión, es muy fuerte. El hermano de Alonso, Juan, había vivido en el pueblo de Ingas, por ser casado con Margarita de ese origen, y habría llegado a ser mandón del grupo, pero fue reemplazado "por conozerle falto de discurso76

". Juan pagaba tributo a las Cajas Reales, según recordaba Bartolomé, alcalde de Ingas, que sostenía como prueba a favor de su filiación inga, el hecho de que pagaban tasa en ese pueblo77

• Alonso y Juan tenían otro hermano, Francisco, con quien Alonso había huido después de "una muerte que hicieron en

71 LIZONDO BORDA, Manuel ( 1943) Op. Cit.: 41 . Otro ejemplo que da el padrón de 1688 de forasteros incorporados al pueblo es el de Bernabé.

72 A.G.l Charcas 101 , N 47; LIZONDO BORDA, Manuel: 42. 73 A.G.l. Charcas 122 fs. 262. 74 A.H .T. Judicial Civil Serie A Caja 9, Expediente 24. 1727, sobre las familias de indios Simocas y las

encomiendas del mismo. 75 LIZONDO BORDA, Manuel (1943): 51. 76 A.H.T. Judicial Civil Serie A Caja 9, Expediente 24 f. 7. 77 A.H.T. Judicial Civil Serie A Caja 9, Expediente 24. " [ ... ] cuia tasa les cobraba Gaspar que fue de dicho

pueblo [alcalde] antecesor <leste declarante ... " f. 3.

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Artículos, notas y documentos

el pueblo de los ingas78" y, también, una hermana, María, casada con Ignacio, indio del

pueblo de Belicha. En 1727 todos eran difuntos, y se pensaba también los huidos - Alonso y Francisco-, pero todavía vivía gente de su generación que los recordaba, como el alcalde de Ingas, que "dijo ser de edad de ochenta años poco más o menos" . 1

La presencia de los hermanos en el pueblo de Ingas, y los fuertes lazos de parentesco más la atracción social de Chiquiligasta, le abrían al encomendero de Chiquiligasta, Jacinto de Santillán, entrar en disputa por los hijos de Alonso y Teresa. Aunque conocemos poco de las reglas de residencia en los pueblos de llanura, en caso de los chiquiligastas, que creemos con las pautas de los pueblos cacanos hablantes, la matrilocalidad habría sido un sistema que los muchos años de contacto con los españoles y sus leyes patriarcales no habían terminado de borrar 79. La expresión que se usa para el casamiento de los hombres es también aquí "casado en ... ", mientras que para las mujeres se expresa "casadas con"; la matrilocalidad se expresaba en conciencia de parentesco: María, hija de Teresa y Alonso, asumía que en Chiquiligasta vivían la mayoría de sus primos, además, por otro lado, ella había elegido la iglesia de Chiquiligasta para casarse.

En la segunda generación de la familia de Alonso y Teresa, las uniones por alianza rebasan el ámbito de los grupos étnicos próximos; las mujeres, por lo menos dos de ellas, se casan con indios forasteros, de regiones lejanas, y los varones optan por matrimonios interétnicos: María se casó dos veces con indios paraguayos "María que a estado casada de antes con un indio Paraguary llamado Pedro y hoy esta casada con otro indio Paraguary llamado Pablo" y Francisca se casó con un indio del Perú. Los hijos varones, Alonso y Lorenzo, no se casaron con mujeres indígenas; según los testigos indios, las esposas que eligieron eran percibidas como "españolas" o "mestizas" "Alonso es casado con española asimismo como Lorenzo80

" o "Alonso el del escrito que está casado en la familia de los Paez y a su ermano Lorenzo asimismo casado con una mestiza81"; "El otro parto la dicha Theresa parió a Lorenzo que está casado con una mestiza llamada Dominga82

".

De los nietos de Alonso y Teresa, la tercera generación, conocemos menos, sólo los matrimonios de dos nietas: una hija de Teresa que se había casado con un indio Inga y una hija de María que se había casado con un mulato llamado Andrés. Como podemos observar, las reglas se habían vuelto muy laxas, un profundo mestizaje se había operado en la familia , pero no era un proceso de pérdida de identidad, las personas mantenían conciencia de su historia y pertenencia, así como la sociedad rural que conservaba en su memoria las genea­logías, pues como declaran los testigos se "conocían dentero" .

78 A.H.T. Judicial Civil Serie A Caja 9, Expediente 24. f. 3. 79 Sobre la matrilocalidad en pueblos calchaquíes desnaturalizados en 1666 NOLI, Estela (2003) "Pue­

blos de indios, indios sin pueblos: los calchaquíes desnaturalizados a San Miguel de Tucumán", Ana fes. Nueva época. "Local, regional, Prehistoria, protohistoria e historia de los Va/fes Cafchaquíes, (Goteborg):6: 329-363 y GENTILE, Margarita ( 1996) Tocpos: una historia colonial de un grupo diaguita en el siglo XVII. En: Encomiendas, indios y españoles, J. Ruiz Rivera y H. Pietchsman (Coordinadores) Munster: Asociación Historiadores Latinoamericanistas Europeos.

80 A.H.T. Judicial Civil. Serie A Caja 9, Expediente24. f. 2 vta. 81 A.H.T. Judicial Civil. Serie A Caja 9, Expediente24. f. 7. 82 A.H.T. Judicial Civil. Serie A Caja 9, Expediente24. f. 13.

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Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

La comunicación y articulación con sectores de la sociedad española-criolla-mestiza, no posicionó mejor a los indios: es el caso de uno de los hijos de Alonso y Teresa, Lorenzo -llamado también Cisternas-, de quien sabemos estaba casado con una española o mestiza y fue acusado de formar bandas de cuatreros y de ser culpable, asimismo de homicidio junto con otro indio de Chiquiligasta, llamado también Lorenzo, y un indio famaillao y otro mocobí: en este punto la etnicidad, ser indio, cohesionaba, junto con la marginalidad y la crimininalidad83

. Ante ellos, la justicia local pugnaba por castigos ejemplifícadores: muerte en la horca y exhibición de los cuartos del cuerpo en los caminos públicos, en causas seguidas sin los recaudos legales pertinentes (presencia del encomendero y del protector de naturales), realizados por los alcaldes de la Hermandad. La Audiencia tenía otra estrategia: enviar a estos indios a presidios de frontera .

Vivir en una estancia

En el Curato de Chiquiligasta había más de una veintena de estancias, algunas, rodea­das de pueblos de indios. El resultado fue que muchas flexibilizaron las fronteras culturales y, en parte, se indianizaron. A partir de documentos de la justicia criminal y civil , hemos podido conocer indicios de la vida en una estancia de la zona: la de los Pérez, al norte del pueblo de indios de Simoca, nombre que conserva la toponimia actual. Ahí, no parece haber diferido mucho la vida de los indios forasteros, con la de los originarios en sus pueblos de indios: aparte de realizar trabajos para los estancieros, cultivaban sus chacras convocando a sus familiares a las actividades agrícolas, festejando, con bebidas, los trabajos. Como relata Isabel Chamugna:

"el día referido que se dio la dicha questión y pendencia fue esta testigo y su marido Andrés a lo de los Pérez [los estancieros] donde estaba una ermana del dicho su marido con vidados a una faena de desyerbar una chacra de la dicha su ermana Cotilla y estando esta testigo en el rancho de su cuñada sobre tarde de vido venir un indio moso de hacia casa de Pedro Pérez su amo el cual vino y se paró y pasó luego a casa de Cundesa de donde debió de haber estado bebiendo donde vino el dicho difunto muy borracho y llegó al rancho de la dicha india Cotilla y se apeó[ ... ] una india llamada Juana le dijo que benis que oy no quisiste desyerbamos la chacra y os fuiste [ .. . )84

" .

La familia había buscado la colaboración de los hermanos, cuñados y otros conoci­dos y parece que debía tomarse como una obligación la participación, estando sujeto a reproche el hecho de haber fallado. Aunque la cita no lo describe, los hombres de la casa de Cotilla, después del trabajo, habían comenzado a beber, tanto que al anochecer estaban sólo despiertas las mujeres .

La fam\lia Pérez, inmersa en el medio rural en el que vivía, se había indianizado, permitendo la continuidad de "juntas y borracheras" que acompañaban los trabajos agríco-

83 A.H.T. Judicial del Crimen Caja 2, Expediente 2. 84 A.H. T. Judicial del Crimen Serie B Caj a 1, Expediente 2 f. 9.,1655.

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Artículos, notas y documentos

las, lo que no habría sido excepcional de la familia, sino extendido en el campo pues, en 1805, el Cabildo de San Miguel de Tucumán prohibió: "[ ... ]las juntas de gentes donde hubiese bebedurías ya sea con el pretexto de fiestas o mingas8'".

Por otro lado, los descendientes de los Pérez se fueron casando co'n indias, como Diego Pérez casado con una mujer de Chiquiligasta, Petrona. La hija mestiza del matrimonio se había casado con un indio del mismo pueblo de su madre . Diego Pérez, a la vez, había formado una nueva pareja con Ana, india inga, casada con un indio del Perú86 . Los amantes habían sido sorprendidos, por otro lado, en la casa de Pedro [indio] Paraguari. ¿Eran las estancias espacios sociales de los blancos o españoles? Por lo menos , en el caso de los Pérez, deberíamos hablar de espacios mestizos . Otras familias rurales , como la de los Páez, también se emparentaban con los indios, como la mujer de Alonso - hijo de Alonso belicha y de madre chiquiligasta- que era percibida como "español a" o "mest iza", según las perso­nas . "Alonso que está oy vibo y casado en la familia de los Paez con una mestiza87

" o "Alonso es casado con española88". La diferencia en la representación de las identidades étnicas muestra la ambigüedad y lo borroso de los límites étnicos a comienzos del siglo XVlll en la población rural tucumana.

Sin embargo, no debe confundirse el mestizaje bidireccional y la influencia de los pueblos de indios, de los pagos de Chiquiligasta, con relaciones sociales sin conflicto. Las jerarquías de la sociedad vencedora seguían pautando los vínculos. Puede notarse la fonna de nombrar de los indios a Pedro Pérez como su amo. Y la causa seguida contra Diego Pérez, por adulterio, es iniciada de oficio y no por su mujer india, ni por el marido indio de Ana. Según los funcionarios, Pérez estaba"[ .. . ] aterrorizando al marido de la mujer con que está en fom1a que lo a desterrado de la jurisdicción por ser indio[ ... ]89

" . La causa se había abierto por la infomrnción dada por muchas personas, entre las que estaba el doctrinan te Simón González.

Cristianización y mestizaje

Más de cien años de contactos con los españoles afianzaron el avance de la cristianización. La gente del Curato de Chiquiligasta parece, a fines del siglo XVII, la mejor cristianizada de la jurisdicción de San Miguel de Tucurnán, todos eran hábiles para realizar el juramento "por dios nuestro señor y una señal de cruz en forma de derecho", que requería el ritual jurídico de la visita de Luján de Vargas90

. Por otra parte, corno se dijo, ahí se había organizado La Cofradía de la Candelaria, en Chiquiligasta, y el Culto a Santo Thornas Após­tol, en Arnpatilla91

• Sin embargo, la presencia de los curas era muy espaciada; en épocas en

85 A.H.T. Administrativa Vol 16 , f. 94 citado en BASCARY, Ana María Familia y vida cotidiana. Tucumán afines de la colonia, Tucumán, Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán y Universidad Pablo Olavide (Sevilla), p. 325. La cursiva es mía.

86 A.H.T. Serie A. Judicial Civil Caja 2 Expediente I O f. 2, 1703, por adulterio Pérez, Diego con india Ana. De ofocio.

87 A.H.T- Serie A. Judicial Civil Caja 9 Expediente 24 f. 11. 88 A.H.T- Serie A. Judicial Civil Caja 9 Expediente 24 f. 2 v. 89 A.H.T. Serie A. Judicial Civil Caja 2 Expediente I O f. l. 90 A.G.l. Charcas 864 B. 91 A.G.l Charcas 122 fs 260-229.

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Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

que era doctrinante el Licenciado Pedro de Medina, se lo denunciaba por: "solamente ha visitado y dicho missa, en cada pueblo, dos vezes al año, una el día de los Patrones, por el interés de la ofrenda y plata que le dan y comida y otra en tiempo de los finados 92". Además, por lo menos durante la época en que era doctrinante el Licenciado Pedro de Medina, no asistía a los enfermos graves, pues en la causa levantada en su contra se lo acusaba de que:

"[ ... ] Aviendo sido llamado, en diversas ocasiones para que confesasse a los indios enfermos de riesgo, nunca quiso ir a confesarlos y se murieron sin confesión en el pueblo de Chiquiligasta, mas de cuarenta piesas en discursso de diez años que a sido cura [ ... ]93

" .

Pero la influencia espiritual del santuario atraía a otros españoles y, más allá del dogma católico, otras ideas sobrenaturales se habrían extendido en esta tierra y mixturado con las creencias prehispánicas, pues en Chiquiligasta también habrían anclado los cultos a la salamanca94

. Los doctrinantes deben haber tratado de limitar la presencia del sincretismo en las fechas de las celebraciones patronales, como lo hacen hoy, con nuevos cultos que conviven con los católicos en el pensamiento y expresión religiosa de la gente de la Villa de Chicligasta: el Gauchito Gil, la Difunta Correa y los cantantes cuarteteros Gilda y Rodrigo95

.

92 A.G.I Charcas 122 f. 261 v. Esta dinámica que permanece con fuerza hasta el presente en la religio­sidad popular: las celebraciones patronales y el culto a los difuntos .

93 A.G.I. Charcas 122 261 v. 94 Judith Faberman al investigar el desarrollo de este culto en Santiago del Estero ha encontrado

referencias a que uno de los lugares nombrados era precisamente Chiquiligasta. Judith Fabem1an comunicación personal.

9 5 Trabajo de campo del 2-02-2002 . Registrado video Chiquiligasta l. Proyecto de investigación ClUNT 2001-2003 "Memoria, cultura material y procesos de articulación en fronteras culturales (Pueblo lndio de Chiquiligasta y Estancia Jesuística de Tafi)". En la ceremonia de la Virgen de la Candelaria hay un momento en el que el sacerdote bendice las imágenes de vírgenes y santos - designados como ta les por la burocracia vaticana- y las candelas llevadas por fieles para "iluminar" a sus difuntos. Es un momento crucial de la fiesta, en el año que presencié la ceremonia (2002) el sacerdote suspendió la bendición y realizó una breve referencia pedagógica de los límites de la religiosidad católica : "Sacer­dote: vamos a bendecir las velas y todos los objetos de piedad que hayan traído, ¿todos ustedes los tiene? Fieles: Siii!!! Sacerdote: Los ponen en alto Fieles: [levantan velas, imágenes, estampas] Sacerdote: Vamos a rezar para la bendición. Padre de misericordia te pedimos que por tu abundante bendición y misericordia derrames la fuerza de tu espíritu sobre estos objetos de piedad que hemos traído estas velas y estampas, imágenes, que a través de ellas nos lleguen tu protección y bendición [interrumpe la bendición , antes de hacer la bendición con el agua de los objetos una aclaración: las imágenes del Gauchito Gil o de la Difunta Correa no son bendecidas aunque ustedes las levanten ahora no van a quedar bendecidas porque solamente se bendicen los objetos de piedad y devoción verdaderos, las imágen~s de los santos auténticos, de María, las velas que usamos para nuestra iluminación en la fe , el agua, pero la Difunta Correa no es santa y el Gauchito Gil menos, lo mismo las imágenes que levanten Gilda o de Rodrigo de cualquier otra persona así no son bendecidas [sigue con la bendición] que el señor bendiga estos objetos de piedad ... " En Chicligasta próximo a la Iglesia de la Candelaria se ha levantado un santuario del Gauchito Gil, en el cementerio también hemos visto imágenes del gauchito junto a otras admitidas por el culto católico.

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Artículos, notas y documentos

Tampoco la cristianización marcaba las pautas de la sexualidad; la formación de la familia después de la experiencia de la maternidad en las mujeres solteras, no parece haber sido rara. El Padrón de 1688 muestra muchachas con hijos que viven con sus padres, regis­tradas en esas unidades domésticas, así como familias nuevas, que por la edam del padre y de los hijos, parecen haber sido formadas ya cuando los hijos de la mujer eran grandecitos96

Las cofradías elegían sus mayordomos en presencia del cura. En 1664, en la visita realizada al doctrinante, Pedro de Medina, se lo denunciaba de haberse excedido en sus atribuciones pues, según los indios, se había apropiado de doscientos treinta pesos de la cofradía, y veinticinco del culto de Santo Thomás.

El doctrinante fue acusado, por otra parte, de no cumplir la rutina de los rituales prescritos por el Concilio Limense y los Sínodos Provinciales (domingos, fiestas y lunes, por los difuntos del Curato) . La presencia del cura era, por lo tanto, fugaz en su aspecto religioso . Según las denuncias, en momentos claves de la liturgia cristiana, como el de la muerte , no estaba presente. Tampoco llevaba libros de bautismos, confirmaciones, casamientos, ni aún de difuntos, menos aún cuentas o matrículas de confesiones97

. Estas prácticas, comproba­das por el visitador y Juez eclesiástico, no son excepcionales; unos años después Verdugo Garnica refirió una conducta similar de su antecesor en el Curato de Marapa98

, el mismo licenciado Pedro de Medina, que había sido trasladado como consecuencia de la causa seguida en su contra99

.

Pero el cura no era un ausente, todo lo contrario, a pesar del abandono de sus actividades misionales, estaba involucrado en densas redes sociales y económicas con los indios. Por una parte, se lo acusaba de vivir con una mestiza cuyo marido, a su vez, era pareja de una india de Ampata 100

; por otro lado, desarrollaba en el Curato sus actividades económi­cas: tenía sus ganados en Ampata, lo que había causado grave daños a los cultivos de los

96 LIZONDO BORDA, Manuel ( 1943) Op, Cit.: 41. Para el caso de las madres solteras " Leonor, soltera con un hijos" p.38; "Pedro de edad al parecer de cuarenta y un años[ .. . ] tiene dos hijos[ ... ] y una hija llamada Inés y otra Bernabela y un nieto de dos años llamado Julián" ; el caso de las familias formada s con los hijos de la mujer " Diego al aprecer de veinte y cinco años casado con Ana, tiene por hijos a Alonso e diez años y una hija[ .. . ] [En el renglón inmediato inferior] Tasa- Alonso, de edad al parecer de diez y ocho años, hijo del antecedente, entra en tasa" (itálica mía).

97 PLEITO Y CAUSA. f. 260 " En cuanto al cargo que se le hizo que se le hizo de que aviendo sido llamado en diversas ocasiones para que confesé a los indios enfern10s, de riesgo, nunca qui so ir a confesarlos y murieron, sin confesión en el pueblo de Chiquiligasta más de quarenta piesas, en discurso de dies años que a sido cura y que los que an muerto son confesión de poco tiempo a esta parte, en el dicho pueblo son Don Juan Curaquilla y Teresa yndia[ ... ]"

98 NOLI, Estela (2002) Op. Cit.: 161. 99 PLEITO Y CAUSA. f. 262 v. "usando con el susso dicho piedad le mando ·que baia a servir a la

Doctrina de Mrarapa" Medina resitió por lo menos cinco años el traslado, y aunque en 1672 ya habia otro doctrinante, Jerónimo Escobar, realizó su reemplazo durante nueve meses; A.H.T. Protocolos Tomo III f. 35 y PLEITO Y CAUSA .... f. 263 v, pero finalmente el traslado se concretó; A.H.T Serie A. Judicial Civil. Caja 3 Expediente 19. El Licenciado Pedro Medina Pastene sobre cobro de estipen­dios en el Curato de Marapa.

100 PLEITO Y CAUSA. f. 26 1 "a estado amancebado con Ana, hija de la dicha mesti za [su anterior pareja], muger de Alonso Delgado, quien, en conssentimiento del dicho cura, lo a estado con Isabel Baquero, india del pueblo de Ampata consintiéndose, el uno al otro .. . "

228 Revista Andina

Estela Noli: Pueblos de indios y estancias en el Curato de Chiquiligasta

indios 1°1, reclutaba a los fiscales y a los muchachos de más de diez años para que trabajen en

sus chacras de maíz y trigo y'º2, además, realizaba allí actividades mercantiles, teniendo

denuncias por "aver tenido granjería pública, hendiendo pan, vino, tabaco, yerva y otras mercancías, bendiéndolo a indios y españoles 1º3".

Finalmente, el cura ejercía distintas formas de violencia directa, además de los servi­cios en las chacras que exigía y los daños a los sembrados, se apoderaba de los bienes de los difuntos fraguando documentación y desamparando a los herederos. Fue acusado también de golpear a la gente que estaba a su servicio y a los mismos curacas 104• No debe tomarse esta actitud como el resultado de la patología individual del Licenciado Medina, sino como una modalidad de interacción, entre el doctrinante y los indios, relativamente común. En 1677, los indios de Tolombón denunciaron abusivas demandas laborales y malos tratamien­tos del cura doctrinante 1º5•

A manera de conclusión

Desde fines del siglo XVII y durante el primer cuarto del siglo XVIII, el mestizaje de la sociedad rural tucumana se intensificó y las prácticas sociales variaron abriéndose la posibi­lidad de blanquearse; no parecen raros los matrimonios interétnicos, trascendiendo estas uniones la ilegitimidad; tanto hombres como mujeres indios se casaban con blancos o mes­tizos, también con mulatos y con indios de grupos vecinos y forasteros. La percepción de las categorías blanco y mestizo se tomó ambigua. Por otra parte, la sociedad de la llanura no había perdido la memoria, se conocía "dentero" y los viejos conservaban las genealogías de las familias indias, como se puede observar en el expediente que reconstruye la genealogía de la familia de Alonso y Teresa, a la vez, todavía se conservaba la memoria étnica, como muestra el Curaca Chalín de Chiquiligasta.

Los intercambios sociales y culturales se expresaron en el espacio resignificado del pueblo de Chiquiligasta, de pueblo de indios pasaba a ser un nuevo espacio, resultante de la interacción profunda entre los distintos grupos: una nueva inscripción que rompía la dicotomía de las ciudades hispánicas y los pueblos de indios, y debilitaba, aún más, las fronteras culturales.

1 O I PLEITO Y CAUSA. fs. 262 y 262 v. " Asistido en el pueblo de Ampatta ... por el grave perjuicio que se sigue a los naturales del dicho pueblo ... " y( ... ] " las yeguas de Alonso Delgado y las de dicho cura, que las tenido en el dicho pueblo de a dos años a esta parte".

I 02 PLEITO Y CAUSA. f. 261 v. " más antes a sacado los fiscales de sus pueblos y ocupados en sus sementeras y en estos ministerios, y a los dichos muchachos".

103 PLEITO Y CAUSA. f. 262 v. 104 PLEITO Y CAUSA. fs . 260,260 v. y 262 " ... a Pascual indios herrero del pueblo de Yalapa , una caxa

llena de herramientas de fragua grande, con frenos nuevos y espuelas y otras curiosidades que bal ían mucho dinero, una mula frontrina de camino de precio , un buey , una manada de yeguas con su garañon y todos los vestidos y camisas del dicho difunto ... " [ ... ] "a castigao con su mano a infinitos yndios e yndias.e muchachos .. " [ .. . ]"a don Francisco Guamán Cacique del pueblo de Chiquiligasta a la puerta de la iglesia le dio muchísimos moxicones y heridas en la cara bañándole de sangre .. "

. 105 Archivo Nac ional de Bolivia (Sucre) A.N.B. Expediente 1677/20.

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Artículos, notas y documentos

Agradecimientos

Al Dr. Marcelo Albahaca y a Marisa por su amable colaboración con nuestro trabajo de campo. A la Lic. Patricia Arenas directora del proyecto de investigación CIUNT 2001-2003 "Memoria, cultura material y procesos de articulación en fronteras culturales (Pueblo Indio de Chiquiligasta y Estancia Jesuística de Tafi)", en el marco del cual se realiza esta investiga­ción, por las sugerentes charlas teórico-metodológicas. A la Dra. María Clara Medina del Proyecto "Social lnnovation in Indian Culture at the time ofthe European Conquest nd Early Colonial Period NW Argentian", dirigido por el Dr. Per Comell del Departamento de Arqueo­logía de la Universidad de Goteborg (Suecia), con cuyo apoyo realizamos los trabajos de campo de julio de 2002. A Natalia Chiape Sánchez, auxiliar de investigación en los trabajos de campo de julio de 2002 en Villa de Chicligasta. A Javier Giménez, auxiliar de investigación. Al Arq. Juan Carlos Malcún, que realizó el registro filmico en el trabajo de campo de febrero de 2002, en ocasión de la fiesta de la Virgen de la Candelaria. A la Prof. Beatriz Robledo, a la Dra. Judith Farberman y a la Dra. Laura Quiroga, por la generosa información sobre documenta­ción. A Silvia Palomeque por sus estimulantes comentarios.

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