Fuentes Griegas y Romanas Referentes a Tartessos 0

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    [Publicado previamente en: Tartessos. V Symposium Internacional de Prehistoria

     peninsular. Jerez de la Frontera, septiembre 1968, Barcelona 1969, 91-110. Versióndigital del manuscrito, editada aquí por cortesía del autor, con la paginación de laversión impresa].

    Fuentes griegas y romanas referentes a Tartessos

    J.Mª Blázquez Martínez

    Tratamos en esta comunicación de realizar un estudio, hasta donde ello sea posible, de las fuentes de donde proceden las noticias sobre Tartessos transmitidas porlos escritores griegos y latinos. Han sido bien estudiadas por Schulten, García y Bellido,Tackholm, pero hoy día es posible interpretarlas desde algún punto de vista diferente alos sostenidos por estos investigadores.

    La fuente más importante y completa para estudiar a Tartessos es la Ora Maritimade Avieno, autor del siglo IV, pero que utilizó fuentes púnicas arcaicas coetáneas o ante-riores al 500, según ha demostrado recientemente F. Villard 1 y según indica el propio

     poeta (Ora Mar. 412-415): Haec olim Himilco Poenus Oceano super / spectasse semet et probasse retulit; Haec nos, ab imis Punicorum annalibus / probata longo tempore, editimustibi. Versos en los que Avieno indica netamente su fuente, al igual que en otros versos an-

    teriores (Ora Mar. 110-119): ...aequora / quae Himilco Poenus mensibus uix quattuor / utipse semet rem probasse retulit / Enaugantem, posse transmitti adserit . Los datos recogidosen el poema pueden proceder, pues, en su mayoría de fuentes púnicas y no griegas, comohan defendido Schulten 2  y otros autores. El mismo Estrabón (3, 149-150) indica

     _______________l  La céramique grecque de Marseille (VI-IV síecle). Essai d'Histoire économique. París 1960,

    148, 153. El geógrafo massaliota Euthymenes que exploró la costa occidental africana, se fechahoy en el s. IV. Sobre los viajes de Hilnilcón y Hannón cf. D. Hardem, The Poenicians. Londres1962, 170 y ss.; A. García y Bellido, Historia de España I², 347.

    2  Tartessos, Barcelona 1940. 64 ss. Son fundamentales las  FHA I-VlII comentadas por A.Schulten. A. García y Bellido, Op. cit . 281; Klio 38, 1960, 128 ss.;  Fourth World Congress of

     Jewish Studies 1, 1967, 49 ss. J. Maluquer de Motes,  Nuevas orientaciones en el problema deTartessos. Primer Symposium de Prehistoria Peninsular. Pamplona, 1960, 273 y ss., con toda la bibliografía. A. Blanco en  II Congr. Esp. de Estudios Clásicos, Madrid 1961. 551. El mejorestudio sobre las fuentes es el de U. Tackholm, Opuscula romana 5, 1965, 143 ss. Véaseademás toda la bibliografía colacionada al final del presente volumen y J. M. Blázquez,Tartessos 

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    que las primeras noticias que circularon en el Egeo sobre el Occidente proceden de

    fuente fenicia. Tartessos es una ciudad, un río, una región y un centro de contratación demetales.Las referencias que sobre Tartessos se espigan en esta fuente y en las posteriores

    son las siguientes 3.TARTESSOS CIUDAD. Menciona el poeta una ciudad llamada Tartessos, que para

    Avieno es Cádiz: Hic Gadir urbs est, dicta Tartessus prius (Ora Maritima, 85); ...Gadirhic est oppidum / nam Punicorom lingua cons(a)eptum locum / Gadir couabat ipsaTartessus prius / cognomina(ta) est... (Ora Mar. 267-270) 4. Esta tesis de que la antiguaciudad de Tartessos es Cádiz la sostienen otros autores posteriores, así Cicerón en el año50 a. de J. C. llama a Cornelio Balbo, natural de Cádiz, tartessius, lo que indica laconfusión de Cádiz con Tartessos ( Ad Att. VII, 3, 11); tartessium istum tuum. Valerio

    Máximo, que escribió poco después del año 31, en su colección de ejemplos histó-ricos, titulada  Factorum ac dictorum memorabilium libri IX   (VIII, ext. 4), hace alfamoso rey de Tartessos, Argantonio, reinar sobre Cádiz, lo que demuestra que, paraeste autor de comienzo del Imperio, Cádiz era Tartessos:  Arganthonius autem gadita-nus tam diu regnauit ;  lo mismo escribe Plinio el Viejo, quien en su  Naturalis His-toria, entre los años 40-50, dice (VII, 156):  Arganthonium gaditanum... La mismaconfusión se halla en Flavio Arriano, que en su  Alexandri Anabasis,  publicadahacia el 150 en Atenas, afirma ( Anab. II, 16, 4) que Tartessos se fundó por los fenicios,confundiéndola, como la mayoría de sus contemporáneos y autores latinos, con Cádiz:

    .Un último eco de la creencia de que Tartessos es Cádiz se lee en Ioannes

    Lydos ( De ost.  p. 38,1):

    El problema radica en saber de qué fuentes arranca la confusión Cádiz = Tartessos.Schulten 5 cree que el más antiguo testimonio de la confusión de Tartessos y Cádiz se en-cuentra en Herodoto (IV, 8):

     pero el pa-saje no es lo suficientemente expresivo para poder deducir tal conclusión, lo mismo se puede

     _______________

     y los orígenes de la colonización semita en Occidente. Salamanca 1968; P. Cintas, Semítica 76,1966, 33 ss. El autor da importancia a la zona Villaricos y Herrerías.

    3 Cf. el estado de la cuestión sobre las fuentes de Avieno en A. García y Bellido, Hist. de Esp.cit . 1, 2, 5, 40 ss.; A. Schulten, FHA I; M. Almagro, Rev. Ampurias 12, 1950, 145.

    4 Sobre el nombre de Gadir cf. J. Ferron, Latomus 26, 1967, 948; J. M. Solá Solé Sefarad 27,1967, 19 ss. Sobre Cádiz en la antigüedad, A. García y Bellido,  Hist. de Esp. cit., 389; BRAH129, 1951, 73 ss.; AEA 26, 1963,70;  La Península Ibérica en el comienzo de su Historia, Ma-drid 1953, 467; L. Rubio, AHAM, 1949, 69.

    5  FHA 11,29; Tartessos, 243 ss.

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    afirmar de un segundo texto (Her. IV, 192):

    del que escribe el mismo historiador, que como en tiempos de He-rodoto Tartessos ya no existía, el epíteto tartésico es una reminiscencia histórica o bienequivalente a gaditano y en este caso sería un testimonio para la confusión de Tartessoscon Gades, pero aquí tartésico puede referirse a toda la región del antiguo reino de Tar-tessos y no necesariamente a Cádiz, que sin duda no tenía hurones. La misma interpre-tación admite Aristófanes en Ranas 473-475:

    .Schulten 6 vuelve a ver en estos versos uno de los más antiguos testimonios de la

    confusión, pero el sabio alemán no está muy seguro de esta interpretación, pues añade:«también es posible ciertamente que la salazón se hubiera exportado ya de Tartessos yque el nombre perdurase. De igual manera debe juzgarse de los hurones tartésicos de

    Herodoto», interpretación esta última que creemos muy aceptable. El adjetivo se referi-ría en todos estos textos a la región. Tampoco está claro que existiese la confusión enAteneo, autor del siglo I 7, ya que se tiene noticia de alguna guerra en torno a Cádiz.

    Un poeta del siglo I, Silio Itálico, que en los años 88-89 en su epopeya  Punica ce-lebró la Segunda Guerra Púnica, confunde por tres veces Tartessos con Gades (V, 339;XVI, 114, 465-467). La mención más significativa en este poeta son los tres últimosversos mencionados:  Fulgenti pueri Tartessos et Hesperos ora / ostendere simul uulgiclamore secundo. / hos Tyria misere domo patria inclita Gades.

    Un texto extraordinariamente importante es el de Plinio  NH IV, 120: uocatur ab Ephoro et Philistide Erythea, a Timaeo et Sileno Aphrodisias, ab indigenis Iunonis,

    maiorem (la mayor de las islas, con Cádiz) Timaeus Cotinusam ab oleis uocitatam ait,

    nostri Tartesson appellant, Poeni Gadir ita Punica lingua saepem significante. En este párrafo afirma el Naturalista claramente que el llamar a Cádiz Tartessos es una costum- bre de los escritores latinos; en cambio ni los griegos, ni los fenicios la llamaron así.

    Otras fuentes no identifican a Cádiz con Tartessos, así Eforo, autor que vivió entrelos años 405-340, en Escimno 162-168:

    De las Columnas hasta Tartessos había 900 estadios, equivalente a dos días denavegación; Gades distaba 250 estadios de Tartessos, o sea medio día de na-vegación, y las Columnas de Gades un día de navegación, de todo lo cualse desprende claramente que para las fuentes de Éforo, que son jónicas

     _______________6  FHA II, 43.7  FHA II, 190.

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    y cartaginesas, Tartessos no es Cádiz. Se deduce la antigüedad de las fuentes de las pa-

    labras παλαιοί, como indica Schulten. Esta fuente griega arcaica podía ser algún autorcomo Pisandro de Camiro, siglo VI, o cualquier otro de este tiempo, como Estesícoro deHimera, que vivió hacia el 600, y que tenía una visión exacta de Tartessos, como se verámás adelante. Pisandro tal vez sea, como apunta Schulten 8, la fuente para Apolodoro 2,5, 10, que no identifica Cádiz con Tartessos, pues escribe que esta ciudad está junto alestrecho de Gibraltar, por lo que Schulten cree que la identifica con Carteia, lo cual noestá claro. Según Estrabón (3, 2, 14), algunos identificaban a Tartessos con Carteia,entre los que se pueden citar a Mela II, 96: Carteia, ut quidam putant, aliquandoTartessos; Plinio ( NH III, 7) y Apiano Ib. 63.

    Pausanias (VI, 19, 3) escribe que algunos identifican la ciudad de Carpia (Carteya)con la antigua Tartessos; la frase da a entender que había otras interpretaciones. El error

    de esta identificación puede arrancar de alguna fuente, no muy bien informada, quesitúe, como Pisandro, Tartessos en el Estrecho. Posiblemente para los escritores que vi-vían alejados del Estrecho, Tartessos se encontraba en sus proximidades, tanto máscuanto que la región se denominaba con igual nombre. Un eco tardío de esta creencia selee en Esteban de Bizancio, quien escribió hacia el año 530: Ταρσήτον πόλις ταις  Ήρα-xείαις στήλαις. Πολύβιος  τρίτω, es decir, según Polibio (3, 24, 2), y en los Scholia aLikofrón de Calcis (643 p. 213), autor trágico, que vivió hacia el año 280 a. de J. C.:Ταρτησος δέ  νήσος πρός ταις  Ήραxλείας στήλαις. Suidas la identifica con Cartago ensu  Lexikon I, 2, p. 284, núm. 54, p. 285, núm. 56, pero no sabemos qué fuente utilizó

     para semejante afirmación. Elio Arístides, retórico célebre de Esmirna, que vivió entrelos años 129-189, indica (Orat. XVIII 10, ed. Keil) sólo que es una ciudad. Los autores

    de los Scholia graeca in Aristophanem ( Ran. 475) sostienen sólo que Tartessos fue unaciudad de Iberia y Suidas (I, 1, p. 506, núm. 29), en otro pasaje, que la ciudad se hallabafuera de las Columnas de Hércules. (Lo mismo en I. 4, p. 506, núm. 136.)

    MONTE. La Ora Marítima (308-9) menciona un: Tartes(s)iorum mons de hincattollitur /   siluis opacus. Schulten 9  cree que hay que situarlo entre Cádiz y Sanlúcar.Una alusión a este monte se halla en un autor de época augustea, Trogo Pompeyo, reco-

     pilado en el siglo III por Justino ( Epist. Hist. Phil. XLIV, 4): Saltus uero Tartessiorumin quibus... con ocasión de narrar el único mito conocido de la religión ibérica, el deHabis, al que nos referiremos más adelante. Señalan estas dos fuentes una de las carac-terísticas de la región tartésica, cual es el estar poblado de montes. Los estudios que sehan efectuado en la actualidad sobre la región de Huelva indican que esta zona estuvo a

     principio del primer milenio a. de J. C. recubierta de abundantes bosques de hayas, loque confirma la veracidad de las fuentes.

     _______________8  FHA II, 8; Tartessos 105.9 FHA I, 22, 118.

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    GOLFO. Avieno (Ora Mar. 265-267) menciona un golfo en la región de Tartessos:

    hic ora late sunt sinus Tartes(s)ii / dictoque ab amni in haec locorum puppibus / uia estdiei. El poeta parece indicar que la ciudad se encuentra en las proximidades de un golfo,que Schulten localiza en los alrededores de la ciudad de Bonanza, donde había dunascubiertas de pinos y donde el sabio germano descubrió un poblado de pescadores y elanillo con inscripción griega del siglo VI 10; ya veremos que las fuentes admiten otra lo-calización.

    ESTRECHO. Avieno Ora Mar. 53-54):  per aequor illud scilicet, quod post caua /hiantis orbis a freto Tartes(s)io menciona el estrecho tartesio. Expresiones como estasmal interpretadas son las que han podido dar lugar a localizar en autores muy posterio-res a Tartessos en el Estrecho de Gibraltar. Del poeta latino no se deduce que la ciudadestuviera en el Estrecho, probablemente se llama así por la región.

    R ÍO. Avieno, que por utilizar fuentes púnicas, de gran antigüedad, es una de lasfuentes más importantes para el conocimiento de Tartessos; menciona por dos veces unrío con este nombre (Ora Mar. 225-6): Tartessus amnis inde tenditur iugum / Zephyro

     sacratum. 284-286:  sed insulam Tartessus amnis ex Ligustino locu /  per aperta fususindique adlapsu ligat. Hay segunda fuente para el río Tartessos, en el poeta Estesícoro,que por ser de Sicilia, estaba muy bien informado sobre Tartessos.

    La cita textual está recogida en Estrabón (3, 148):

    El río lo menciona también Aristóteles (meteor. 350 b. 2):

    y antes que él Eforo-Escimno (162) en un pasaje que es posiblemente el másimportante para localizar el río Tartessos, junto con el de Estesícoro de Himera. Éforo uti-lizó una fuente anterior a finales del siglo VI. Pausanias en el siglo n (VI, 19, 3) hablatambién de un río que desemboca en el mar por dos bocas, y una ciudad del mismo nom-

     bre en medio de las bocas, en lo que coincide casi exactamente con el geógrafo griego.Posiblemente es Eforo-Escimno 162 la fuente para ambos escritores. Según Estrabón (1,148) los autores antiguos llamaban al Betis Tartessos (también Marcial VIII 28, 5); elgeógrafo griego añade al parecer, pero no eran los más antiguos, como Estesícoro.Pausanias (413) identifica al Tartessos con el Betis:

     _______________10  FHA I, 113; Tartessos, 262; A. García y Bellido, Hispania Graeca, II, 1948, 216.

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     En resumen, las fuentes antiguas referentes a Tartessos no permiten dudar de la

    existencia de una ciudad antigua con este nombre. Además de los textos aducidos al principio de este trabajo, se afirma ello rotundamente en la Ora Maritima de Avieno,que se refiere a Tartessos como Urbs (85), opulens ciuitas (270), rodeada de murallas(297), regada por un río, meridiana ciuitatis (290). Los datos que sobre su localizaciónofrecen las fuentes antiguas son los siguientes:

    l. Tartessos es Gadir (Ora Mar . 85, 269-70; Plin. NH , IV, 120; VII, 156; Sall. Hist.11, 5; Val. Max. VIII, 13,4; Iust. XLIV, 4, 14; Arrian. 11, 16,4); es Carteia (Plin.  NH .111, 7; App.  Ib. 63). Se encuentra en una isla (Escoliasta de Lycophrón 613); en mediodel Océano (Escoliasta de la Iliada VIII, 479); en las proximidades de Las Columnas deHércules (Polibio en Esteban de Bizancio voz Tartessos).

    2. Tartessos se localiza en la desembocadura del río homónimo (Ora Mar. 284-290; Paus. VI, 19, 3; Esteban de Bizancio voz Tartessos); entre los dos brazos del río(Posidonio en Str. 3, 140 Y 148).

    3. Dista dos días de navegación de Cádiz (Escimno de Chíos en Éforo 161-164).La localización de Avieno y Escimno son irreconciliables entre sí.Los autores modernos que se ocupan del problema han llegado también a con-

    clusiones diferentes. Para Schulten la ciudad se encontraría en el Coto de doña Ana, enla desembocadura del Guadalquivir, pero las excavaciones arqueológicas no han confir-mado esta tesis; para Pemán estaría en la desembocadura del Guadalquivir, las dos

     bocas del río no pueden ser otra cosa que las contiguas del Guadalquivir y Guadalete;

    García y Bellido recoge las varias teorías propuestas, la de Schulten, la que podíaencontrarse en la actual Mesas de Asta, en las proximidades de Jerez, y asiento de laciudad romana Asta Regia, ciudad que ha sido excavada en parte y que ha

     proporcionado material arqueológico antiguo; García y Bellido parece inclinarse alocalizarla en Huelva, o en sus proximidades, como en la isla de Saltés. También podía

     pensarse en Carmona, Lebrija, o en la misma Sevilla, que han proporcionado materialarqueológico importante orientalizante.

    Recientemente Luzón 11  ha añadido nuevos argumentos a la hipótesis deque Tartessos se hallara situado en la ría de Huelva y ha propuesto una

     _______________11 J. M. Luzón,  Zephyrus 13, 97 ss. Sobre los ajuares de Carmona estudiados por A. Blanco,

     Zephyrus 11, 1960, 159 ss. Sobre las riquezas mineras del sur cf., A. Schulten, Geografía y Etnografía de la Península Ibérica, Madrid 1963, 221; R. Contreras, Oretania 22, 1966. SobreTartessos y las explotaciones mineras, J. M. Blázquez, Tartessos... cit. 1968); Las raíces deEspaña, 253; J. J. Jully, Opuscula romana 6, 1968, 27 ss.; A. Blanco, Zephyrus 13, 1962, 31 ss.;Ebner, La parola del Passato 107, 1966, 111 ss.

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    interpretación diferente, a la comúnmente aceptada, de algunas fuentes. La importancia

    de esta región, la ría de Huelva, como centro minero, queda bien patente en el espectá-culo que ofrecen sus montañas de escorias, las cuales aun encontrándose en zona de sie-rra, compiten en altura con los cerros naturales; estas escorias han sido reutilizadas enépoca moderna para diversos fines; analizadas repetidas veces se ha llegado a la conclu-sión de que son residuos de una metalurgia de plata, puesto que muestran un contenidode cobre excepcionalmente bajo, y al que no se puede pensar que se llegara con procedi-mientos primitivos. En esta región no sólo se explotaron en la antigüedad las minas deRiotinto, sino otras existentes: Tarsis, La Zarza, Sotiel Coronada, Cueva de la Mora, etc.Sólo en Riotinto la cantidad de escoria oscila, según los especialistas, entre los 16 y 20millones de toneladas, lo que supone una explotación de plata gigantesca. Tartessos eraen Hispania lo que Populonia en Etruria. Riotinto se halla situado a unos 80 km de la

    costa y el mineral extraído podía ser transportado al Atlántico por uno de estos dos ca-minos naturales: el primero es la ruta de 80 km a través de zona montañosa que uneRiotinto y Sevilla, punto del Guadalquivir más próximo a la cuenca minera, desde allísería transportado mediante navegación fluvial hasta la isla de la desembocadura del ríoTartessos. El segundo es el camino terrestre de 45 km que une Riotinto, donde existióun antiguo puerto, desde donde el río es navegable, hasta el puerto de Huelva, en un tra-mo de 28 km. Este segundo camino es más lógico y más fácil.

    La descripción de Estesícoro (Str. 3, 2, 11) sobre las fuentes del río Tartessos seajusta con asombroso rigor al nacimiento del Riotinto, en la «Cueva del Lago». El pai-saje está dominado todo él por un cerro, el llamado Cerro Salomón, formado por una in-mensa masa de óxido de hierro totalmente roja; en la base del cerro se sitúa la zona de

    minerales ricos metales preciosos (jarosita), explotada de antiguo mediante kilómetrosde galerías intrincadas. Según se señaló ya, Avieno (Ora Mar. 291-195) y otros autores(Eustathio a Dionisio 337; Escimno 162), al describir el río Tartessos, mencionan esta-ño, pero ningún río, de los identificados con el Tartessos, arrastra en sus aguas estaño.El único que cautiva la atención del viajero por la peculiar sustancia que lleva en disolu-ción es el Tinto; no es estaño lo que lleva este río, sino una disolución de sulfato férrico.El Tinto es el único río de la Península que, por la singular sustancia que arrastran susaguas, justifica las reiteradas alusiones a él en las fuentes antiguas.

     Nuevos argumentos, según Luzón, confirman la hipótesis de la localización de Tar-tessos en la ría de Huelva. Un barco de la época navegaba a razón de unos 50 km diarios,como se deduce de la afirmación de Herodoto (II, 11), de que la longitud del mar Rojo era

    de 40 días de navegación, a razón de unos 56 km diarios. La distancia entre Ayamonte yHuelva era un día de navegación, según Avieno (Ora Mar. 265-267). Escimno (en Eforo162) transmite la noticia de que desde Gades a Tartessos se invertían dos jornadas,

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    lo que corresponde a los 100 km de costa. Estos dos últimos datos carecen de explicación

     posible, si se localiza la ciudad de Tartessos en una isla de la desembocadura del Guadal-quivir, pues en este caso invertirían doble tiempo en recorrer el espacio Cádiz desemboca-dura del Betis, que entre este lugar y la desembocadura del Anas. La identificación del ríoTartessos con el actual Tinto obliga al desplazamiento del  Hiberus de la Ora Marítima(248- 249) hacia Occidente, donde corre el río Piedras, que riega una rica vega; con estahipótesis se comprende más fácilmente que Avieno asegure que el río fecunda la región,

     pues las aguas del Tinto no son potables, ni viven en ellas peces y otros animales. Esta in-terpretación conduciría a la identificación del  Besilus de Avieno (Ora Mar. 230) con elBetis, lo que parece correcto, se menciona inmediatamente después «de un litoral lleno dearenas». Luzón ha intentado una reconstrucción de los accidentes geográficos de Tar-tessos más aceptable que la propuesta por Schulten, a nuestro modo de ver. En la costa se

    hallaba el cabo del Templo –  Fani prominens –  y algo más distante el Arx Gerontis (Ora Mar. 304), ambos separados por el  sinus tartessicus, golfo donde desembocaba el ríoTartessos y donde se encontraban dos bocas fluviales (Ora Mar. 307); penetrando por lamás ancha se hallaba una isla grande ceñida por el río (Ora Mar. 285) y al norte de estaisla una marisma, el llamado Lacus ligustinus (Ora Mar. 291), de la que fluyen los dos

     brazos del río Tartessos, que nace del Mons Argentarius (Ora Mar. 291), en una cueva(Estesícoro en Str. 3, 2, 11), entre los celtas (Escimno 162). Aplicando todos estos datosgeográficos a la actual topografía del estuario onubense, cabe situar el fani prominens enlas proximidades de Punta Umbría. La isla de Saltes sería la que dividía las bocasmeridionales del estuario. El Arx Gerontis debería encontrarse en la orilla opuesta. Estatesis de Luzón es probablemente mucho más aceptable que la de situar Tartessos en el

    curso del Guadalquivir, pues las poblaciones agrícolas del valle de este río, comoCarmona, El Carambolo, etc., que intercambiarían algunos objetos de lujo, como losmarfiles, algún jarro y braserillo, por aceite y cereales, no pudieron ser los tartesios de quehablan las fuentes, pueblo dedicado fundamentalmente a la explotación de metales.Blanco ha estudiado el ajuar, cerámica y terracotas de alguna tumba de Carmonaexcavada por Bonsor, datada hacia mediados del siglo IV, concluyendo que es muy

     pobre. El mapa de la distribución de los jarros de bronce, y objetos orientalizantes publi-cado por García y Bellido, indica bien claramente que los objetos vinculados con la cultu-ra tartésica se localizan en las ricas zonas mineras de Huelva y Extremadura o en los ca-minos naturales que conducen a la Meseta o al litoral atlántico. Los hallazgos jalonan unavía comercial que desde las costas atlánticas conducía al interior, bien conocida en época

    romana; desde Gades ascendía a Hispal, pasaba por Emerita Augusta y llegaba a Sal-mantica. Otra vía comercial, tan antigua como ésta, era la que cuatro o cinco días llevabadesde Tartessos al estuario del Tajo (Ora Mar. 178-180), vía de la que se documentan

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    en época imperial varios tramos y que posiblemente se relacionaba con la obtención de

    estaño atlántico y su traslado desde el estuario del Tajo a los centros mineros y metalúr-gicos de Tartessos.OTROS DATOS. Avieno en su Ora Marítima ofrece otros datos sobre los tartessios,

    como es que comerciaban con los habitantes de las Oestrimnides: Tartes(s)iisque interminos Oestrumnidum / negotiandi mos erat (113-114), es decir, era un pueblo de co-merciantes 12 en la costa norte del Atlántico, posiblemente en función de obtener el esta-ño del noroeste hispánico; relaciones comerciales que confirma la Arqueología, como elcollar de Elviña 13, que obedece a prototipos chipriotas, datados en torno al 550, del cualno se puede dudar que se fabricó en la Península, pues la decoración del porta-amuletoresponde a la de las placas de cinturón de Miraveche (Burgos) y del Castro de Lanhoso.Una serie de topónimos atlánticos confirman la veracidad de las fuentes utilizadas por

    Avieno.Quizás una alusión a los viajes de los tartesios por el Atlántico se lea en la Metamorfosis (XIV, 416) de Ovidio, que llama al océano occidental tartesio; tal veztambién por bañar sus aguas sus costas.

    La orfebrería castreña del Noroeste, como ha señalado Blanco 14 al estudiarla, damuestra de la poderosa influencia meridional, que actúa sobre ella siguiendo una ruta te-rrestre perceptible en la interesantísima orfebrería portuguesa, arracadas de Golega y deMonsanto da Beira, en el centro de Portugal y la de Madrigalejo y al mismo tiempo otraruta marítima a lo largo del litoral atlántico, como lo indican claramente los pendientes,aros para el pelo y los collares articulados, como las arracadas de Irixo (Orense), Carballo(La Coruña), Vilar de Santos (Orense), San Martinho de Anta, Briteiros y los ejemplares

    del Tesoro Bedoya, Berducedo, todas posteriores al siglo IV antes de J. C., derivadas delas arracadas andaluzas, inspiradas en modelos fenicios y griegos. La ruta marítima a lolargo de las costas hispánicas del Atlántico ha dejado una serie de accidentes geográficosque debían ser bien conocidos de los navíos que costeaban el litoral con rumbo a las islasdel estaño; al sur del Atlántico el Promontorium Saturni, en el Cabo San Vicente (Str. 3, 1,4). El Cabo de Roca se llama en Ptolomeo (II, 5, 3), Monte de la Luna, equivalente al de

     Noctiluca de la costa malagueña (Ora Mar. 366-369). Más arriba cita el periplo (Ora Mar.164) una  Insula Saturno sacra y, finalmente, el Veneris iugum (Ora Mar. 158), que re-cuerda la isla gaditana de San Sebastián, también dedicada a la Venus Marina (Ora Mar.315-317), identificada recientemente con la Punta de Muller Mariña por Blanco, nombres

     _______________12 A. García y Bellido, Hist. de Esp., cit . 291 ss.; La Península Ibérica..., cit . 203, 217.13 L. Monteagudo, AEA, 1954, 236 ss.; J. M. Luengo, NAH, 3-4, 1956, 100.14 CEG, 12, 1953, 267 ss.; Homaxe a Ramon Otero Pedrayo. Vigo, passim: J. J. DE Jáuregui,

     La carrera del estaño en la Ora Marítima de Avieno, 1952; F. L. Cuevillas, CEG 8, 1953, 5 ss.

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    todos que indican la presencia de navegantes semitas o fuertemente influidos por ellos

    en estos mares.En otros versos (Ora Mar. 178-182): et rusus in de si petat quisquam pede / Tar -tessiorum litus, exuperet uiam / uix luce quarta, siquis ad nostrum mare / Malac(a)eque

     portum semitam tetenderit, / in quinque soles est iter, indica el poeta la distancia, y por lotanto la existencia de un camino que de la desembocadura del Tajo conducía a Tartessosen cuatro días y de aquí en cinco a Málaga. La confirmación arqueológica de esta víadesde la desembocadura del Tajo a Tartessos son una serie de hallazgos, como la placade cinturón con tema orientalizante del Castro de Azougada 15. En época romana toda-vía existía una calzada por este antiguo camino, que fue la seguida por todo el materialgriego hallado en muchos yacimientos portugueses y en especial en Alcácer do Sal.

    Más adelante, el poeta latino indica algunos pueblos que habitaban la Península,

    entre los que menciona los tartesios, cilbicenos y los cempsios, que se apoderaron de laisla Cartare: pars porro eoa continet Tartes(s)ios / et Cilbicenos. Cartare post insula est /eamque pridem, influx(a) e(t est) satis [est] fides, tenuere Cempsi (Ora Mar. 254-257).Eratóstenes (Str. 3, 107) tiene razón cuando menciona a los celtas en la costa occidentalhispana, que llegaron, como escribe el geógrafo, hasta la propia Cádiz. Celtas al serviciode los tartessios se mencionan mucho más tarde, a las órdenes de Istolatios e Indortes,con ocasión de las campañas de Amílcar contra los tartesios o turdetanos, y en el año195, en tiempos de Catón, los celtiberos figuran como mercenarios de los pueblos delSur (Liv. XXXIV, 19). Herodoto (IV, 49) también conoce a los celtas junto a los cinetasen la costa atlántica. Sobre la localización de estos pueblos ha escrito un bello trabajoLambrino 16. La isla Cartare hay que situarla muy posiblemente en la ría de Huelva, si

    este pueblo, como lo indica bien su raíz, es indoeuropeo; la veracidad de la fuenteutilizada por Avieno, queda confirmada por el hallazgo de la ría de Huelva, cuyasespadas obedecen a prototipos atlánticos y europeos 17  y señalan la presencia hacia elaño 750 de estas gentes en la desembocadura de la ría. Schulten 18  sitúa la isla en elGuadalquivir, para nosotros es claro que está en Huelva.

    Otros versos de este mismo poema (Ora Mar. 421-430): nam sunt fero-ces hoc Libyphoenices loco, /  sunt Massieni, regna Cilbicene sunt /  feracis agri 

     _______________15 A. García y Bellido. AEA, 1960, 61..16  BEP 19, 1955-56; 20, 1957, 87 ss.; 21, 1958, 86 ss.; Euphrosine 1, 1957, 135 ss.; A. Tovar,

     EC, 10, 1962, 355; Zephyrus 3, 1952, 219 ss.; 11, 237 ss.; J. Untermann, APL 10, 1963, 178 ss.;F. R. Adrados,  RFE   48, 1965, 171 ss. También A. Schulten,  FHA, V, 112. El nombre deIstolatio es nombre indoeuropeo claro. Indortes es ibero, c. M. L. Albertos, La Onomástica per - sonal primitiva de Hispania. Tarraconensis y Baetica. Salamanca 1966, 125.

    17 M. Almagro, IA, 1958; Ampurias 2, 1940, 85 ss.18  FHA I, 112; Tartessos, 244, 250.

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    las salazones tartésicas, de la costa de Tartessos 21, que exportaba Cádiz a Cartago y al

    resto del Mediterráneo, como a Atenas. El hurón tartésico lo menciona Claudio Eliano(170-235) en su tratado de  Natura animalium (XIV, 4); Hesiquio de Alejandría en elsiglo V, en su  Léxico (I, 413); los  Paroemiographi graeci (Bodleian p. 28, 263) y losScholia graeca in Aristophanem, de varios autores del siglo III, pero redactados hacia elaño 100; Suidas (I, 1, 506, núm. 29) escribe que en Tartessos había muchos hurones degran tamaño. Junto al hurón mencionan las fuentes la murena que, por proceder del Sur,se llama igualmente tartesia; la citan en el siglo II Aulo Gelio, en sus  Noctes Atticae(VI, 16, 5), sacando el dato de Varrón, y Pollux en el Onomasticon (VI, 63); también losmencionados  Paroemiographi graeci Apost. et Arsen. II, p. 660, 15 y Suidas (I, 4, p.506, núm. 136), que copia el dato de Aristófanes. Un último eco de esta costumbre sehalla en Claudio Claudiano, que vivía en Roma hacia el 400, cuando llama a un mons-

    truo del Océano, tartesia tigris. Marcial (VII, 28, 3) menciona la prensa de aceite tarté-sico, es decir de la Bética, rica en olivos (Colum.  De r. r. V. 8, 5. Plin.  NH  XVII, 93-94), a la que en otra composición (IX, V, 1) llama Tartesiacis terris. 

    R IQUEZA. Se basaba principalmente en la explotación de metales. De los textos yamencionados de Estesícoro, Eforo-Escimno, se deduce que Tartessos producía plata, es-taño y bronce. Pausanias (VI, 19, 2) escribe que según los eleos el tesoro de los sicio-nios, ofrecido por el tirano Mirón, por haber vencido con el carro en la olimpíada 33, enOlimpia, tenía dos cámaras, una en estilo dórico y otra en jónico, hechas de bronce tar-tésico. Se trata de bronce exportado. Los ejes de la economía tartéssica eran la agricultu-ra (mito de Habis), ganadería (mito de Gerión), la industria de salazones (Aristófanes) yla explotación de minerales (Herodoto) de la región o procedente del comercio atlántico.

    La plata era el metal que los fenicios importaban de Tartessos (Timeo  De mirab.ausc. 135; Diod. V, 35, 4); este último autor saca el dato de Posidonio y Timeo pro-

     bablemente de Éforo. La confirmación de la veracidad de estas fuentes, que hablande que los fenicios en sus viajes de vuelta de Tartessos sustituían las anclas de

     plomo por otras de plata, son las anclas de Cartago Nova, fechadas a finales delsiglo IX, a juzgar por los tres monogramas, que fueron fabricadas en la costade Israel, en Sephela en la Palestina meridional 22, que prueban además la veraci-dad de las fuentes que hablan de los viajes de fenicios en fecha tan temprana. Cádiz

     _______________

    21 A. García y Bellido, Hist. de Esp. cit. p. 380 ss., 294 ss.; M. Ponsich, M. Tarradell, Garumet industries antiques de salaison dans la Méditerranée Occidentale, París 1965, 82 ss. La ex

    - plotación arranca de fechas muy antiguas. La salazón de Cádiz la menciona en la segunda mitaddel s. V Eupolis ( FHA II, 42); a comienzos del s. IV, Antifones ( FHA II, 46). La de Sexi en épo-ca helenística, Dilllo ( FHA II, 85).

    22 J. M. Solá Solé, Sefarad 27, 28 ss.

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     precisamente está fundada con vista a la obtención de los metales de Tartessos, y de la

    costa Atlántica, de la explotación de los salazones, y de la obtención del oro de Moga-dor 23, que quizá fuera una colonia tartésica, como parece deducirse de la presencia decerámicas indígenas hispanas en ella, todo lo cual garantiza el epíteto diuites, queAvieno da a los Tartesios (Ora Mar. 23), que coincide con lo que siglos posteriores es-cribió Estrabón (3, 2, 1, ss.) sobre los turdetanos.

    CULTURA TARTÉSSICA. Estrabón (3, 139) escribe que los turdetanos (tartessios) son los más cultos de los iberos y tienen escritura y escritos históricos en prosa y poesía,

     y leyes en forma métrica, que según se dice datan de 6.000 años. Esta narración debe es-tar tomada de Asclepiades de Mirlea, que hacia el año 100 enseñó gramática en la Béti-ca. Este dato, de la antigüedad de la cultura tartéssica, responde, sin duda a la gran anti-güedad de alguna tradición, como el mito de Habis, y que las raíces de esta cultura se

    hunden en la Edad del Bronce, con pervivencia de elementos muy arcaicos en la región,según indica la Arqueología. En el mito de Habis, que como veremos más adelante, sefecha a los finales de la Edad del Bronce, ya se habla de que el héroe es un legislador.Las leyes en forma métrica (posiblemente Estrabón entiende rítmica) existen en el mun-do griego y en el romano, como en la  Lapis Niger , en Las doce tablas, etc., ya Solón a

     principios del siglo VI puso en verso su reforma. Estas leyes no debieron publicarse enTartessos con anterioridad al mundo griego, donde la segunda mitad del siglo VII y todoel VI son la época de los grandes legisladores, lo que presupone la difusión de la escri-tura. Dracón codifica el derecho ateniense hacia el 625; antes hacia el 650, Zaleucos enLocros y algo después Carondas en Catane. Las leyes de Gortyna en Creta se grabaronen la primera mitad del siglo V, aunque algunas instituciones jurídicas parecen

    anteriores.En cuanto a los relatos históricos, posiblemente Estrabón entiende, ya que

    él utiliza continuamente a Homero como fuente histórica, o narraciones deltipo de la epopeya 24. En cuanto a la escritura se refiere muy posiblemente ala recientemente descifrada por M. Gómez Moreno 25, que se puede fechar

     _______________23 A. Jodin, Mogador, Tánger 1966. 24. G. S. Kirk, The Homeric Poems as History, Cambridge

    1964. 25.  La escritura bástulo-turdetana (Primitiva hispánica), Madrid 1962; A. Tovar, Zephyrus12, 1961, 181 ss.; M. Lejeune,  REA 64, 1963, 5 ss.; U. Schmoll, Die südlusitanischen Inschriften,Wiesbaden 1961; MM 3, 1962, 85 ss.; S. Wikander, Studia linguistica 20, 1 ss., intenta demostrar elcarácter indoeuropeo de la lengua, los datos en que se apoya son muy pocos. En teoría no hay difi-cultad ninguna en que sean indoeuropeos, lo que parece más probable es que haya algún elementoindoeuropeo. La fecha que propone recientemente J. Maluquer en su excelente libro ( Epigrafía pre-latina de la Península Ibérica, Barcelona 1968, 99), s. III o incluso del s. II a. de J. C., nos pareceexcesivamente baja, y más apoyado en el argumento que él emplea, que el mayor volumen del co-mercio exterior corresponde a los siglos IV y III, si descartamos la influencia romana a partir del 206.El numeroso material orientalizante estudiado por A. García y Bellido ( AEA 29, 1956, 85 ss.; 30,

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    aproximadamente hacia el año 700, siguiendo a A. Tovar. Toda la cita de Estrabón pa-

    rece, pues referirse a la cultura tartéssica de final de la Edad del Bronce.Maluquer, basado en el numeroso material suministrado por la Arqueología, ha po-dido escribir: «Si nos fijamos en el mundo tartésico, tal como nos lo exponen las fuentesliterarias, resalta poderosamente la idea de que se trata de una estricta continuidad de unmundo indígena, muy viejo en el país. En efecto, la descripción de la monarquía tartési-ca representa exactamente el tipo de sociedad que reconstruiríamos ante las grandesconstrucciones megalíticas andaluzas del segundo milenio. Si, además, observamos suirradiación hacia Portugal y hacia el Noroeste, vemos también que se mantiene un tipode equilibrio económico paralelo al que hallamos ya a mediados del segundo milenio,en una etapa para la que no es posible asignar un nombre concreto de pueblo histórico.La gran área atribuida al foco cultural tartésico es ya de por sí un gran argumento histó-

    rico, contra la idea de una colonización extranjera, pues será preciso llegar a la etapa delos Barcas o la misma conquista romana para obtener un proceso de acción territorial _______________

    1957, 121 ss.; 31, 1958, 152 ss.; 33, 1960, 44 ss.; 37, 1964, 50 ss.), Blanco ( AEA 26, 1955, 235ss.; 29, 3 ss.; 33, 3 ss.; MM  1, 1960, 101 ss.; E. Kukahn, A. Blanco, ( AEA 32, 1959, 37 ss.), por el propio Maluquer ( Zephyrus 8, 1957, 157 ss., 241 ss.; El Castro de los Castillejos en Sanchorreja,Salamanca 1958, 111), por J. M. Blázquez (Tartessos y los orígenes de la colonización semita enOccidente; passim), además de por M. Pellicer, H. G. Niemeyer, H. Schubart, E. M. Orta, M. Ga-rrido ( La tumba orientalizante de «La Hoya», Huelva, Madrid 1963; CAN 8, 1964, 320 ss.) preci-samente indican que con anterioridad a los romanos el momento de máximo influjo exterior fue el período orientalizante; hay que tener presente que estos pueblos, ya desde la primera mitad del s.

    VIII, conocían la escritura fenicia, como lo demuestra la inscripción de la Astharté de Sevilla (J.M. Solá Solé,  RSO 41, 1966, 97 ss.; G. Garbini, RSO 42, 1967, 2 ss.; J. Ferrón, Ampurias 28,1966, 246 ss.; F. Vattioni, Orientalia 36, 1967, 178 ss.) y la egipcia, representada hacia el 700 porlos alabastra de Almuñecar y hacia el 600 por la botella de La Aliseda. Para las inscripciones fe-nicias más antiguas de Marruecos cf., J. G. Ferrier, Inscriptions antiques du Maroc, París 1966, 83ss.; algunas tienen signos muy arcaicos. Duda el autor de la procedencia: de Fenicia, Cádiz o deCartago. La fecha que encontramos más probable es la de A. Tovar ( Actas del II Congreso espa-ñol de Estudios Clásicos, 596 ss.), quien las fecha hacia el año 700. Indica Tovar que la zona tar -téssica se muestra más como colonial que como indígena y que la toponimia de los valles del Gua -dalquivir y del Tajo indica una colonización marítima. (También A. Montenegro, Arbor 62, 1959,200 ss.). Quizá viniera ya la escritura con las vocales del Oriente, de una zona como el N. de Siria(o de Chipre, añadimos nosotros), donde existían colonias griegas y donde T. J. Dunbabin (The

    Greeks and their Eastern Neighbours, Londres 1957,  passim) cree que es posible se originara elalfabeto griego. Material del N. de Siria ha aparecido en Hispania; baste recordar la botella de LaAliseda y la Astharté de Galera (J. M. Blázquez, Tartessos, passim). En los Zeitschriften für F. Altheim, en prensa, hemos estudiado las relaciones de Hispania con los semitas (Sirios, Fenicios,Chipriotas, Judíos y Cartagineses) en la Antigüedad. La existencia de escritura bustrofeda en elAlgarve no aboga por una fecha excesivamente baja. La del Cigarralejo es del s. IV.

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    análogo. Esta gran área tartésica inclina a pensar en un indigenismo básico, sin que al-

    cance valor de argumento el hecho, de que más tarde, cuando se citan tropas célticas alservicio de reyes o ciudades andaluzas, quiera interpretarse como una diferenciación ét-nica entre los cuadros de mando y la masa de población, pues se trata de un fenómenotípico y ampliamente documentado en sociedades monárquicas y oligárquicas de todo elmundo antiguo. Interpretamos, por consiguiente, el mundo tartésico, como el floreci-miento de una población indígena ante la fuerte elevación del nivel de vida, al que noserían ajenos, desde luego, los estímulos coloniales, mediterráneos». Tesis ésta que enel estado de la investigación es hoy perfectamente aceptable. Gómez-Moreno ha esta-

     blecido la ecuación Tartessos-Megalitismo, si esta ecuación no es exacta para el Tar-tessos conocido por fenicios y griegos, sí responde a la realidad de las gigantescas cons-trucciones andaluzas del segundo milenio.

    Uno de los mejores conocedores de todo este mundo, Blanco, por su parte, sos-tiene «que tal como actualmente lo vemos, Tartessos no poseyó una cultura original, nisiquiera una gran cultura. Probablemente sus reyes mitológicos, su literatura y su legis-lación eran patrimonio de las viejas poblaciones decantadas en Andalucía desde el tercermilenio».

    MONARQUÍA. La monarquía tartésica es hereditaria y de origen divino, como sededuce del mito de Habis. Se conocen los nombres de algunos monarcas, como Gerión,o Gerón, del que Avieno (Ora Mar. 263, 304) menciona el arx Gerontis, que seencontraba en la desembocadura del río Tartessos. La localización del mito de Gerión, aquien dio muerte el fornido Heracles junto a los bueyes de flexibles pies, en Eritia,

     situada en medio de las olas, el día en que el héroe atravesó el Océano, después de

    matar a Ortos y al boyero Euritión, en un oscuro establo, al otro lado del ilustre Océano, y se llevó aquellos bueyes de espaciosa frente a la sagrada Tirinto (Teog. 280-294). Elhecho de que Estesícoro hacia el año 600 hable de Gerión, pastor de bueyes, y que sitúeel mito en Tartessos parece indicar que de muy antiguo se localizó aquí. Eforo-Escimno(150) también recoge el mito. Según Estrabón (3, 169), Ferécides colocó el mito deGerión en Erythia (Gades) y añade el geógrafo griego que debido a la abundancia y cali-dad de los pastos se inventó el mito de Gerión. Es decir, el Occidente proporcionó el es-tímulo para tal proyección (Str. 3, 143). Al mito de Gerión aluden muy frecuentementelos escritores del Imperio: Virgilio (Georg. VII, 661-664), Diodoro (IV, 17, 18), Ovidio( Her. IX, 91-92), Apolodoro ( Bibl. 1, 6, 1, 3; 11, 5, 10, 1; Pediasim. 25); Dion (Orat. 8,31); Scholia in Apollonii Argonautica (II, 767); Arriano ( Anab. 11, 16, 5); Pausanias

    (IV, 36, 3; V, 10, 9; X, 19, 1); Lactancio ( Diuin. iust. 1, 21, 8); Scholia uetera in PindariCarmina (Olimp. III, 79 d.), Panegyrici latini (XI, 9,5); Justino ( Epit. Hist. Phil. 44, 14-16); Firmico Materno ( De errore XII, 5); Ammiano Marcelino (XV, 9, 6); Ausonio( Eclog. XXV, 10); Libanio ( Laud. VIlI, 273, 1); Servio Gramático ( Aen. VII, 662);

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    Claudio Claudiano (Carm. Min. IV, 1-2); Esteban de Bizancio ('  Ερύθεια); Scriptores

    rerum mythicarum latini tres (1, 68; 11, 152; 111, 13, 6), un último eco del mito se hallaen las Etimologías (XI, 3, 28) de S. Isidoro. El mito de Gerión, como otros varios mitosgriegos, primitivamente también se localizó en Epiro (Arrian. Anab. 2, 16).

    A. Blanco 26 ha estudiado bien el mito de Gerión, concluyendo que «dibuja implí-citamente la mansión clásica de un personaje fluvial, como cumple al tipo de una ninfade las aguas y nieto del Océano». Hay una tendencia popular a identificar al río con elanimal que pace en sus riberas. En este sentido una representación del río sería la Bichade Balazote 27 y el toro androcéfalo de las monedas de Arse-Sagunto, que representa alrío que da fertilidad a la comarca.

    Se conocen los nombres de otros reyes de Tartessos, como Therón que intentó, aldecir de Macrobio (Sat. 1, 20, 12), saquear el templo de Hércules. Schulten 28  repetidas

    veces identifica a Therón con Gerión, pero que en las fuentes no parece ser el mismo. Eltexto de Macrobio habla de una batalla naval entre los tartéssicos y los gaditanos. PorJustino, es decir por Trogo Pompeyo ( Epit. Hist. Phil. XLIV, 5), se tiene noticia de quelos gaditanos fueron atacados por sus vecinos, posiblemente ambas fuentes aluden almismo hecho. Junto a estos dos reyes las fuentes mencionan a Norax (Paus. X, 17,5),hijo del dios Hermes y de Eritia, hija de Gerión, quien fundó la ciudad de Nora enCerdeña. Este mito señala relaciones muy antiguas entre la isla e Hispania, de la que son

     buena prueba la empuñadura sarda, del siglo VII, inédita, hallada en el Guadalete y los bronces hallados en Sa Idda, que responden a prototipos hispanos, si no fueron llevadosde aquí, como quieren muchos investigadores 29. El rey más famoso de Tartessos fueArgantonio, que vivió 120 años 30; debió nacer hacia el año 670, comenzó a gobernar

    hacia el 630, muriendo hacia el 550, mencionado ya en Anacreonte, en la segunda mitaddel siglo VI (Str. 3, 151). Este poeta y Heródoto (I, 163, 165) son las fuentes de donde

     proceden los testimonios posteriores referentes a este rey, como el de Apiano ( Ib. 63),Cicerón (Tusc. disp. III, 69), Valerio Máximo (VIII, 13, ext. 4), Plinio el Viejo ( NH  VII,154, 156), Silio Itálico (III, 396-399), Luciano ( Macr. 10), Libanio ( Epist. 1406),los  Paroemiographi Graeci (Bodl.  p. 28, 263) y de Suidas (I, 4, p. 506, núm. 136).Este rey recibió a los focenses 31, según cuenta Heródoto y les dio dinero para recons-truir los muros de su ciudad, posiblemente también a Colaios de Samos, que visitó

     _______________26 A. Blanco, Homenaie al profesor Cayetano de Mergelina, Murcia 1961-1962, 163 ss.27 A. García y Bellido, AEAA 7, 1931, 249 ss.; Hist. Esp. 1, 3, 378 ss.28 Tartessos, 70 ss.29 P. Bosch-Gimpera, AEA 27, 1954, 70 ss.; M. Pallotino, Ampurias 14, 1952, 137 ss.30 W. F. Albright, Syria. The Philistines and Phoenicia, Cambridge 1962, passim.31 A. Schulten, FHA V, 191; Tartessos, passim; A. García y Bellido, Hispania Graeca I, 126

    ss.; Hist. Esp. 1, 2, 515 ss.

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    Tartessos hacia el año 630 32 y volvió a su patria con riquezas valoradas en 60 talentos,

    según cuenta Heródoto (IV, 152). El texto de Heródoto es importante por indicar bienque Tartessos es fundamentalmente para los griegos un mercado de suministro de meta-les, lo mismo se deduce de Diodoro para los fenicios. La veracidad de estas relacionesde Tartessos con Samos viene confirmada por los peines de Carmona aparecidos en laisla 33, y por el bronce de Medina de las Torres, que obedece a prototipos samios 34, qui-zá también por los escudos con escotadura en V 35. Schulten repetidas veces ha insistidoen que el nombre de este reyes etrusco, pero en la actualidad la mayoría de los investi-gadores le dan por de procedencia céltica 36. La influencia etrusca sobre Tartessos se

     puede señalar en el material arqueológico, como ha señalado Blanco 37, y no en el nom- bre de Argantonio, ni en las inscripciones del Algarve 38. Con la extrema ancianidad deArgantonio hay que poner en relación posiblemente el respeto de los tartessios por los

    ancianos (Nic. Damasc. fragm. 103). La monarquía, como forma de gobierno, indica enTartessos una estructura económica, social y política semejante a la de Roma de la épo-ca de los Reyes 39, de la Etruria arcaica 40, y de la Grecia Antigua 41.

    MITO DE HABIS. El único mito hispánico transmitido por las fuentes es el de Habisconservado por Trogo Pompeyo a través de Justino ( Epit, Hist. Phil.. XLIV, 4-16). Diceasí: Saltus uero Tartessiorum in quibus Titanas bellum aduersus deos gessisse proditur inco-luere Cunetes, quorum rex uetutissimus Gargoris mellis colligendi usum primus inuenit. Huic

    cum ex filiae stupro nepos prouenisset, pudore flagitii uariis generibus extingui paruulum  _______________

    32 A. García y Bellido, Hispania Graeca I, 116 ss.; Hist. Esp. 1, 2, 512 ss.; La Península Ibé-rica, 189 ss.

    33 B. Freyer-Schauenburg, MM  7, 1966, 89 ss.34 J. M. Blázquez, Tartessos, passim.35 M. Almagro, AEO 1, 1965, 73 ss.; Las estelas decoradas del Sudoeste peninsular, Madrid

    1966, passim; H. Hencken, AJA 65, 1950, 295 ss.; J. M. Coles, PPS 28, 1962, 156 ss.36 M. Palomar, op. cit., 40 s.; ELH 1, 353 s.; M. Albertos, op. cit., 33. De los otros nombres de

    reyes tartessios, Habidis es tartessio (M. Albertos, op. cit., 121); Norax es indoeuropeo, pero no unnombre auténticamente hispano, pues fue dado por los griegos a un personaje mítico, y no se co -nocen hallazgos epigráficos (M. Albertos, op. cit., 169 s.), Gargorix puede ser indoeuropeo, perono es seguro (M. Albertos, op. cit., 118 s); Gerón es un nombre griego con significación de«anciano», no hay confirmación epigráfica del nombre; en la onomástica celta existe como présta -mo del griego a través del latín (M. Albertos, op. cit ., 119); Therón reaparece en una inscripciónde Germania Inferior (M. Albertos, op. cit., 226).

    37  AEA 29, 1956,3 ss.; J. M. Blázquez, Tartessos,  passim, con el examen de todas las piezasetruscas aparecidas en Hispania. A. García y Bellido, AEAA 7, 119 ss.

    38 A. Schulten, Ampurias 2, 33 ss.39 L. Pareti, Storia de Roma, Turín 1952, 1, 291 ss.40 H. H. Scullard, The Etruscan Cities and Rome, Londres 1967, 221 ss.41 A. G. Starr, Le origini della Civiltà Greca. Roma 1964, 112 ss., 280 ss.

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    uoluit: sed per omnes casus fortuna quadam seruatus ad postremum ad regnum tot

     periculorum miseratione peuenit. Primum omnium cum eum exponi iussisset et post dies ad

    corpus expositi requirendum misisset, inuentus est uario ferarum tacte nutritus. Deinde

    relatum domum in tramite angusto, per quem armenta commeare consueuerant, proici

    iubet, crudelis prorsus, qui proculcari nepotem quam simplici morte interfici maluit. Ibi

    quoque cum inuiolatus esset nec alimentis egeret, canibus primo ieiunis et multorum dierum

    abstinentia cruciatis mox etiam suibus obiecit. Itaque cum non solum non noceretur, uerum

    etiam quarundam uberibus aleretur, ad ultimum in oceanum abici iussit. Tum plane

    manifesto quodnm numine inter furentes aestus ac reciprocantes undas, uelut naue, non

     fluctu ueheretur, leni salo in litore exponitur, nec multo post cerua adfuit, quae ubera

     paruulo offerre. Inde denique conuersatione nutricis eximia puero pernicitas fuit; inter

    ceruorum greges diu montes saltusque hauc inferior uelocitate peragrauit. Ad postremum

    laqueo captus regi dono datus est. Tunc et liniamentorum similitudine et notis corporis,

    quae inustae paruulo fuerant, nepos agnitus. Admiratione deinde tot casuum periculorumque ab eodem successor regni destinatur. Nomen illi impositum. Habidis, qui ut

    regnum accepit, tantae magnitudinis fuit, ut non frustra deorum maiestate tot periculis

    ereptus uideretur quippe et barbarum populum legibus uinxit et boues primus aratro

    domare frumentaque sulco quaerere docuit et agresti cibo uesci odio eorum, quae ipse

     passus fuerat, homines coegit. Huius Casus fabulosi uiderentur, ni et Romanorum

    conditores lupa nutriti et Cyrus, rex Persarum, cane alitus proderetur. Ab hoc et ministeria

     seruilia populo interdicta et plebs in septem urbes  (¿ordines?) diuisa. Mortuo Habideregnum per multa saecula ab successoribus eius retentum.

    El mito 42 presenta grandes analogías con las leyendas de la fundación de Marsella.Describe un estado matriarcal y la transición de un régimen todavía bárbaro a la cultura

    superior, que puede colocarse en las últimas fases de la Edad del Bronce. Habis enseñala agricultura, legisla y al fin se convierte en dios, como Saturno. Las gentes que gober-naba ignoraban toda forma de vida civil y las técnicas agrícolas, se encontraban en el

     paso del estadio medio al superior de la barbarie, en el tránsito de la constitución gentili-cia y tribal a nuevas formas de constitución territorial, manifestadas en el desarrollo dela técnica menor, en una incipiente evolución urbanística y en una progresiva diferen-ciación social. Hay un largo período de monarquía despótica hereditaria de carácter di-vino. Habis se presenta, pues, con características similares a los fundadores de otras mo-narquías antiguas, como Rómulo y Ciro.

    Trogo Pompeyo es la fuente más antigua, de las conocidas por noso-tros, que localiza la gigantomaquia en Tartessos; otras fuentes posteriores sostie-

     _______________42 A. García y Bellido, Hisp. Graeca I, 1.5 ss.

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    nen lo mismo, como Tallo, al comienzo del Imperio ( frag. 2) y los Scholia in Iliadem

    (VIII, 479). Zeus combatió a los gigantes en Tartessos y los arrojó al Erebos, identifica-do con la región de Erbi y la palus Erebea, mencionada en Avieno (Ora Mar. 243-247);quizás una alusión a estas luchas se encuentre en el poema en el verso referente a la ciu-dad de Herbi: quae procliorum absumpta tempestatibus / fanam atque nomen sola liquitcaespiti.

    La localización de la gigantomaquia en Tartessos más bien parece reciente, quizáde época helenística, en que se desplazan hacia Occidente multitud de leyendas 43, de loque en el libro tercero de la Geografía de Estrabón hay abundante documentación. Uncaso similar es el de las Gorgonas que los Scholia de Likofrón de Calcis (653, 838) si-túan en Tartessos, y que ya en un escoliasta de Apollonio de Rodas 4, 1515, se localiza-

     ban en el Océano, exactamente como las Islas de los bienaventurados se desplazan al

    Occidente44

     también (Str. 3, 150).Sobre el nombre Tartessos A. López Eire 45, de la Universidad de Salamanca, meindica lo siguiente. El nombre Ταρτησσόσ  recuerda topónimos minorasiáticos comoΤιταρησσός, lugar de Capadocia, ó Καρησσός en Lidia. Esta terminación es, en efecto,característica de nombres de lugares localizados en Asia Menor y también en el propiocontinente griego. En Beocia, por ejemplo, encontramos: Μυxαλησσός, Τερµησσός,Τευµησσός y Κερησσός. En Caria Σινδησσός. En el Ática con –/ττ/– en vez de –/σσ/– existen nombres de montes como 'Αδρηττός, Βριληττός, Λυxαβηττός y 'Υµηττός, etc.

    Es evidente que la población que ocupaba la Península Balcánica y costa occidentalde Asia Menor antes de que los griegos penetrasen en la Hélade era, lingüísticamente almenos, bastante uniforme. De modo que en la palabra Ταρτησσός, bien podría verse uno

    de los topónimos de esta lengua pre-griega heládico-anatólica. Kretschmer consideraba a –/nd/– –/ νθ/– sufijo indoeuropeo. Sin embargo, el sufijo –/ ssos/  –   se ha venidoconsiderando típico de ciertos nombres caracterizados como pregriegos. En un artículo E.Benveniste defiende que el sufijo que aparece en la palabra xολοσσός  rresponde a unconjunto de lenguas prehelénicas denominadas «luwi». El sufijo -nt- del que segúnKretschmer derivan /nth/ y /nd/, sirve para formar plurales en tocario a partir de antiguoscolectivos y en hitita aparece en formaciones con clara significación intensiva. En cuantoa los topónimos en -asso- las fuentes hititas garantizan  Parnašša semejante al gr.Παρνασσός, que parece formado sobre parna «casa», palabra documentada en hitita y lu-

     _______________43

     J. M. Blázquez, Religiones primitivas de Hispania. I. Fuentes literarias y epigráficas. Ma-drid 1962, 4  s., con toda la bibliografía. Otro mito tartéssico, del tipo rapto de Europa posible-mente se represente sobre un as de Cástulo (A. Vives,  La moneda hispánica, Madrid 1925, lám.LXXI, 14).

    44 A. Schulten, Ampurias 7-8, 1945-46, 5 ss.; A. García y Bellido,  Hist. Esp. 1, 2, 292 ss.; La Península Ibérica, 229 ss.

    45  Zephyrus 18, 129 ss., con toda la bibliografía.

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    vita. En un estudio sobre toponimia anatolia E. Laroche llega a dos importantes conclu-

    siones: 1) que no puede admitirse que el sufijo -ssa pertenezca exclusivamente al luvita.2) pensar que este sufijo proviene de una lengua de sustrato preindoeuropeo no tienefundamento. En conclusión, podemos señalar que el nombre Ταρτησσός parece una de-nominación originada en una lengua indoeuropea de Anatolia.