14
GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO- MEDITERRÁNEA Jose Maria Cuadrat La biorregión Cantábrico-Mediterránea constituye un espacio geográfico con raíces naturales, sociales e históricas comunes, que encuentra en el río Ebro el gran eje vertebrador del mismo. Ningún otro territorio peninsular está tan identificado con una red fluvial como el que conforma la cuenca del Ebro. El río y sus afluentes componen las líneas de fuerza que traban el edificio regional dotándolo de sólida unidad. A la vez se enriquece con vigorosos contrastes: la oposición entre las montañas periféricas y el centro de la depresión es la más llamativa, pero no la única. Secanos y regadíos establecen fuerte discontinuidad en los sistemas y rendimientos agrarios; variada actividad económica y diferente nivel de riqueza se entrecruzan de un extremo a otro de la región; y áreas con tendencia a la concentración de la población y desiertos demográficos se suceden al ritmo de los factores anteriores. Desempeña una función ístmica, de notable importancia desde el punto de vista de la vida de relación y de la red de comunicaciones españolas, que deben seguir necesariamente la ruta del Ebro para enlazar entre sí a las regiones periféricas del cuadrante nordeste de la Península. La depresión se abre como un enorme hueco entre el la Meseta y los Pirineos, de una parte, y las áreas montañosas catalanas, las cordilleras cantábricas orientales y las montañas levantinas, de otra, constituyendo la encrucijada natural de las rutas interiores que unen el centro de la Meseta con el litoral catalán, y éste y las llanuras levantinas con las regiones industriales del País Vasco. Las ocho Comunidades Autónomas que la integran (figura 1) suponen el 27 % del territorio nacional, acogen el 40 % de la población y aportan el 42 % del PIB. Su desarrollo económico y social es superior a la media de la Unión Europea, en una tendencia firme hacia la convergencia que se traduce en visibles avances en la calidad de vida y en el grado de progreso de su capital humano. Goza, además, de una posición estratégica privilegiada entre el arco Atlántico y el Mediterráneo que le otorgan grandes posibilidades como estación y puente de comunicación entre el norte europeo y el área mediterránea.

GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO-MEDITERRÁNEA

Jose Maria Cuadrat

La biorregión Cantábrico-Mediterránea constituye un espacio geográfico con raíces naturales, sociales e históricas comunes, que encuentra en el río Ebro el gran eje vertebrador del mismo. Ningún otro territorio peninsular está tan identificado con una red fluvial como el que conforma la cuenca del Ebro. El río y sus afluentes componen las líneas de fuerza que traban el edificio regional dotándolo de sólida unidad. A la vez se enriquece con vigorosos contrastes: la oposición entre las montañas periféricas y el centro de la depresión es la más llamativa, pero no la única. Secanos y regadíos establecen fuerte discontinuidad en los sistemas y rendimientos agrarios; variada actividad económica y diferente nivel de riqueza se entrecruzan de un extremo a otro de la región; y áreas con tendencia a la concentración de la población y desiertos demográficos se suceden al ritmo de los factores anteriores.

Desempeña una función ístmica, de notable importancia desde el punto de vista de la vida de relación y de la red de comunicaciones españolas, que deben seguir necesariamente la ruta del Ebro para enlazar entre sí a las regiones periféricas del cuadrante nordeste de la Península. La depresión se abre como un enorme hueco entre el la Meseta y los Pirineos, de una parte, y las áreas montañosas catalanas, las cordilleras cantábricas orientales y las montañas levantinas, de otra, constituyendo la encrucijada natural de las rutas interiores que unen el centro de la Meseta con el litoral catalán, y éste y las llanuras levantinas con las regiones industriales del País Vasco.

Las ocho Comunidades Autónomas que la integran (figura 1) suponen el 27 % del territorio nacional, acogen el 40 % de la población y aportan el 42 % del PIB. Su desarrollo económico y social es superior a la media de la Unión Europea, en una tendencia firme hacia la convergencia que se traduce en visibles avances en la calidad de vida y en el grado de progreso de su capital humano. Goza, además, de una posición estratégica privilegiada entre el arco Atlántico y el Mediterráneo que le otorgan grandes posibilidades como estación y puente de comunicación entre el norte europeo y el área mediterránea.

Page 2: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

Figura 1. Mapa político de la Biorregión

Se configura así un espacio con elevada capacidad para mantener un óptimo ritmo de crecimiento, generador de riqueza y de bienestar, y sobre todo para avanzar en calidad territorial en materia de medio ambiente, patrimonio y recursos; teniendo presente que no podrá alcanzar todo su potencial sin la cooperación de los territorios que lo conforman.

1.1 Medio físico diverso y complejo, unificado por la red hidrográfica

Los fuertes contrastes entre las elevadas montañas periféricas, la amplia depresión central y las llanuras litorales, junto al relieve insular, son los rasgos más sobresalientes de los caracteres físicos de la biorregión (figura 2). El Sistema Ibérico y los Pirineos constituyen dos potentes murallones al sur y norte de la región, con altitudes en ocasiones superiores a 3000 m, que individualizan una amplia depresión de plano triangular por donde discurre el río Ebro desde tierras cántabras hasta el Mediterráneo. A esta estructura general se une un amplio cordón de montañas más o menos próximas a la costa mediterránea, que tienden a crear depresiones aisladas. Los ríos, al cortar transversalmente estos cordones, establecen lazos de unión entre la fachada marítima y las llanuras interiores, contribuyendo de forma eficaz a establecer una estrecha articulación entre las diversas unidades.

Page 3: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

Figura 2. Relieve de la Biorregión

Esta configuración topográfica condiciona una variada gama de ambientes climáticos, que van desde la extrema aridez de las tierras centrales del Ebro hasta las nieves permanentes de las cumbres pirenaicas, pasando por la amplia sucesión de matices intermedios que originan la altitud, la orientación o la influencia marítima. Las variaciones de altitud y la proximidad o lejanía del mar se traducen en un amplio rango de temperaturas que oscilan entre la templanza del litoral, el rigor de las tierras interiores y el frío de las áreas de montaña. Pero el contraste más llamativo se observa entre las abundantes precipitaciones que reciben los Pirineos y la vertiente cantábrica, como parte de la España húmeda, y la escasez de amplias zonas del territorio, en particular del centro de la cuenca, limitada por la isoyeta de los 350 mm, que la convierten en una de las zonas más áridas de España.

La carencia de lluvias en parte de la región, unida a su variabilidad y la presencia de dilatados periodos secos, se erigen en decisivos factores socioeconómicos negativos que explican el importante papel que el agua ha tenido en el asentamiento de las poblaciones y en los procesos productivos. El Ebro y sus afluentes, los ríos de las cuencas internas de Cataluña, como el Ter y Llobregat, y los ríos levantinos, como el Mijares y Júcar, han sido artífices de la transformación del paisaje y han marcado profundamente la actividad humana, al tratar de aproximar las disponibilidades hídricas a las demandas sociales y económicas. La construcción de infraestructuras hidráulicas, con embalses, presas, trasvases y redes de distribución, ha permitido un extraordinario control de los recursos y reducir la desigual distribución espacio temporal del agua. Su principal destino es la agricultura, por la expansión y diversificación de los regadíos (figura 3); los restantes usos (abastecimiento urbano, energéticos, turísticos, medioambientales, acuicultura) tienen una demanda menor, pero en ocasiones ya

Page 4: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

disputan ventajosamente las disponibilidades hídricas. En las últimas décadas la política hidráulica seguida ha cambiado la faz de la región: ni los paisajes actuales, ni el desarrollo urbano, ni la actividad productiva podrían explicarse sin referencia a los logros de la intervención sobre el medio hídrico; aunque no se debe olvidar tampoco los impactos y el elevado coste que en ocasiones han tenido sobre los ríos, ecosistemas y patrimonio hidráulico tradicional.

Figura 3. Superficie de regadío (Fuente: IGN)

1.2 Concentración demográfica y despoblación rural En un territorio de poco más de ciento treinta y seis mil km2 viven cerca de 19 millones de personas. Esto supone una relación de 139 habitantes por km2, cantidad bastante superior a los 94 habitantes km2 de la media española (cuadro 1). Este valor no es hoy el mismo que en el pasado, ni ha variado de igual forma en toda la región. Hace menos de un siglo la población era la mitad de la actual, y también muy diferentes tanto el reparto como sus características socioeconómicas. Ciertas zonas han registrado fuertes aglomeraciones mientras que otras se han desertizado; al mismo tiempo, frente a muchos jóvenes, pocos viejos y adultos mayoritariamente agricultores y mal formados, el momento presente muestra pocos jóvenes, bastantes viejos y alta proporción de adultos cualificados, residentes en ciudades y ejerciendo actividades muy alejadas de las primarias.

Page 5: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

Cuadro 1. Población total y densidad (en habitantes por km2) de las Comunidades Autónomas de la

Biorregión. Año 2020 (Fuente: INE) La evolución demográfica y actual reparto responden a una sociedad que inició más tarde, pero con mayor intensidad y rapidez que el resto de Europa occidental, el paso de un mundo rural a otro urbano. En pocos lustros se ha pasado de tener una dinámica natural positiva, con una de las mayores tasas de natalidad europeas, a situarse en el extremo opuesto. Desde el “baby boom” del periodo 1960-1975, cuando el número de hijos por mujer era de 2,9, el descenso ha sido progresivo hasta situarse en 1,2, muy por debajo de la cifra considerada necesaria para propiciar el relevo generacional, lo cual conduce a una clara tendencia negativa. Todo ello ocurre en medio de otras variables más positivas relacionadas con la mejora global del nivel de vida, como son la reducción de las tasas de mortalidad infantil y el aumento de la esperanza de vida. En el primer caso, la tasa de 2,7 defunciones por 1.000 nacidos (según los datos de Eurostat) es una de las más bajas del mundo; mientras, el espectacular descenso de la mortalidad eleva a 83,5 años la esperanza de vida al nacer (80,4 en los varones y 85,7 en las mujeres), y pasa a ser la más alta de la Unión Europea. Estos cambios no se han producido de modo igual en todo el territorio, diferenciándose un ámbito costero, insular y urbano dinámico que ha crecido (Valencia, Baleares, Álava, Alicante, Guipúzcoa, Vizcaya y Barcelona), frente a otro interior y más rural que inexorablemente ha perdido peso demográfico (Teruel, Huesca y áreas de montaña). Las causas fundamentales de este desequilibrio poblacional han sido los plurales, y a veces intensos, flujos migratorios. El fuerte desarrollo económico español de los años sesenta se centró en las ciudades, de modo que casi sin excepción todas crecieron a buen ritmo a base de la inmigración de origen rural procedente de su entorno o de lugares más alejados: Barcelona recibió sobre todo población de Aragón, tierras del Sudeste peninsular y Andalucía; las ciudades del ámbito vasco-navarro acogieron inmigrantes del área castellano-leonesa y cántabra; las ciudades valencianas recibieron

Page 6: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

manchegos y murcianos; y Zaragoza principalmente de sus provincias vecinas. A este fenómeno migratorio interior se sumó el boom inmigratorio que registró el país entre 1998 y 2007, que contribuyó a acentuar los desequilibrios territoriales y a potenciar el tejido urbano. En ese corto periodo, varios millones de personas procedentes de muy diferentes países se instalaron en las grandes ciudades con más posibilidades de empleo, favoreciendo el crecimiento de las coronas metropolitanas del entorno costero, el eje del Ebro y los espacios insulares: como ejemplo, en Girona, Baleares y Alicante una de cada cinco personas ha nacido fuera de España (Defensor del pueblo, 2019).

Figura 4. Densidad de población. (Fuente: IGN) La consecuencia mayor de las migraciones ha sido la transformación de las dimensiones poblacionales, pero, sobre todo, el cambio hacia una distribución polarizada y urbana, con una estructura cada vez más envejecida. Las áreas costeras y el corredor del Ebro, con Barcelona, Valencia, Zaragoza, Bilbao y sus áreas metropolitanas son las más beneficiadas del proceso de urbanización (figura 4). Estas cuatro ciudades albergan el 20% de la población; y si se les añaden las localidades de más de 50.000 habitantes, juntas concentran cerca del 80% del total, con densidades en ocasiones verdaderamente excepcionales (18.515 hab/km2 en Hospitalet de Llobregat, 16.338 hab/km2 en Barcelona). Las áreas rurales, en cambio, se vacían y cerca de la mitad de los municipios está en riesgo de extinción. Así ocurre en amplias zonas del Sistema Ibérico, los Pirineos y la Serranía Levantina, donde la densidad es inferior a 10 hab/km2, no hay ningún núcleo urbano relevante y muchos de ellos tiene menos de 100

Page 7: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

habitantes. Esta atonía demográfica es imposible de revertir, de manera que, en caso de poner en marcha estrategias de recuperación, deberán ser contextuales, adaptadas a las circunstancias de cada localidad. 1.3 Un sistema económico dinámico y productivo

La biorregión tiene un sistema económico muy productivo y dinámico, apoyado en los sectores agrario e industrial, y de modo predominante en los servicios. Su pujanza es fruto de varios factores (Albertos, 2017): una base económica diversificada (industria pesada y ligera, turismo, agricultura comercial) y bien ubicada respecto al mapa europeo; la consolidación definitiva del eje del Ebro (Álava-Navarra-La Rioja-Zaragoza-Lérida-Tarragona), que aprovecha su posición central en el cuadrilátero tradicional del desarrollo industrial español (Vizcaya, Barcelona, Valencia) para complementar su consistente base agroindustrial con nuevas actividades (automoción, logística, energía); y una red de transporte, jalonada por núcleos urbano-industriales y nodos viarios que, aunque con dificultades, tienden a articular este amplio territorio. La cooperación entre las Comunidades es destacable, como lo son también las diferencias (figuras 5 y 6): � Cataluña, en el arco mediterráneo, destaca ampliamente en el mapa económico como una de las regiones más avanzadas de la Unión Europea. Posee un fuerte tejido productivo, de creciente terciarización, unido a una sólida cultura empresarial, economía diversificada con dinámicos clústeres en diferentes sectores y alto grado de apertura exterior, en la que los intercambios de bienes y servicios con el extranjero superan ya a los flujos con el resto de España. Espacialmente destaca la gran concentración económica y demográfica en una extensa franja litoral, que por se ve sometida a la presión que implican las actividades industriales, logísticas y turísticas.

Page 8: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

Figura 5. Actividades económicas (Fuente: IGN)

� En la fachada atlántica, el País Vasco también se ha consolidado como una de las regiones europeas más desarrolladas, con cambios desde una economía de base industria convencional hacia nuevos enfoques productivos que vinculan la industria avanzada y el sector de los servicios de valor añadido. Es pionero en el desarrollo de modelos de clúster, entre los que destacan el de automoción, el de energía o el aeronáutico, por su carácter innovador. Se enfrenta ahora al reto de diversificar el tejido productivo, aumentar el tamaño de las empresas y potenciar la internacionalización de las mismas. � La vecina Cantabria ha tenido peso discreto como tracción de crecimiento económico y contrapone la concentración de actividad alrededor de la capital y varios focos costeros al retroceso del medio rural y de montaña del interior. � Entre el Cantábrico y el Mediterráneo, con una localización estratégica entre dos grandes focos económicos, las Comunidades del Valle Medio del Ebro muestran una realidad próspera en el amplio corredor del río, en el que crecen importantes clústeres sectoriales, como el de la automoción, el agroalimentario, las renovables y el logístico, que prueban la capacidad de liderazgo en mercados altamente competitivos a escala global; aunque se enfrentan al grave problema- del envejecimiento demográfico y la baja densidad de población en amplias zonas del territorio.

Page 9: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

� Ampliamente abierta al Mediterráneo, la Comunidad Valenciana tiene una dilatada tradición agrícola, fabril y comercial, con importantes actividades industriales como la automoción, el calzado y la química, a las que se suma un sector turístico muy presente en la región, que impregna todo el tejido económico. Su desarrollo está muy condicionado por el reducido tamaño de las empresas y se enfrenta a la necesidad de adaptar la estructura productiva a un mercado más global, que contemple sectores de mayor cualificación y más intensivos en tecnología e innovación, que guarden coherencia con su enclave geográfico, la cual es garantía de una incuestionable ventaja competitiva. � La Comunidad Balear es probablemente la región española de mayor proyección internacional. La especialización turística le ha permitido dar un salto de gigante en su desarrollo y alcanzar un alto nivel de renta per cápita, superior a la media de España. Con el auge del sector se han forjado las principales multinacionales españolas del turismo hotelero al tiempo que las ligazones interindustriales cubren el conjunto de la economía regional de forma dominante. Pero este monocultivo obliga a caminar hacia una diversificación sostenible de las fuentes de riqueza e impulsar actividades alternativas en las que también radica el futuro económico y social del archipiélago.

Figura 6. PIB per cápita por Comunidades (Fuente: INE) Un elemento importante en la funcionalidad del territorio y como vector de desarrollo son los transportes. La biorregión se localiza en una encrucijada estratégica, en la intersección de los corredores Cantábrico, Valle del Ebro y Mediterráneo, y puerta europea. Esta favorable posición se refleja en los intensos flujos que registran sus vías

Page 10: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

de transporte hacia Europa y el resto de la Península. En las últimas décadas, la mejora de las infraestructuras portuarias y aeroportuarias, y la construcción de nuevas vías de alta capacidad han mejorado de manera notable las comunicaciones internas y externas. El desarrollo del ferrocarril, con la entrada en funcionamiento de la alta velocidad, o la prevista “Y” vasca, junto con el avance en las líneas del denominado Corredor Mediterráneo, contribuyen sin duda a la vertebración del territorio. En contraste con el sistema radial dominante en el interior de la Península, este modelo de comunicación transversal le proporciona a la región un valor particular en la economía nacional, y su papel puede verse incrementado si se siguen reforzando en España las tendencias policéntricas favorecidas por la Estrategia Territorial Europea. 1.4 La dinámica del sistema urbano

El desarrollo económico español de las últimas décadas y, en particular, el proceso industrializador, tuvo lugar de forma concentrada en el territorio, favoreciendo de manera especial a los principales puertos, las áreas con tradición industrial previa y los nudos de comunicación. Esta dinámica comportó la intensificación de los movimientos migratorios desde las áreas rurales hacia las ciudades y el auge de las principales áreas urbanas, que han crecido como nunca antes en su historia, llegando en ocasiones a superar los límites administrativos de un municipio para integrar ámbitos mucho más extensos y crear complejas áreas metropolitanas con gran influencia en sus entornos regionales. En el caso de la biorregión Cantábrica-Mediterránea, y siguiendo el criterio de área urbana funcional (AUF) acuñado por la Unión Europea, sobresalen estas seis áreas metropolitanas: Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, Palma de Mallorca y Alicante junto con Elche (figura 7). Cada una de ellas supera el medio millón de habitantes, y juntas albergan la mitad de la población de la biorregión y se estima que concentran más del 70 % del empleo (Serrano, 2003; Farinós, 2017).

Page 11: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

Figura 7. Áreas Urbanas Funcionales ordenadas según su población. Año 2017 (Fuente: IGN)

� La metrópolis de Barcelona es la de mayor relevancia de todas ellas. Es un área urbana de grandes dimensiones que ejerce un papel rector omnipresente en todas las actividades de buena parte de Cataluña y sobre regiones inmediatas, además de actuar de cierto contrapeso respecto a la región metropolitana de Madrid. Siguiendo la línea de costa, se extiende desde los límites de la provincia de Tarragona a la de Girona, en un espacio de 139 municipios, que superan los cinco millones de habitantes. Fuera del núcleo de Barcelona hay ciudades que sobrepasan ampliamente los cien mil habitantes (L´Hospitalet de Llobregat supera los 250.000, Sabadell y Tarrasa los 200.000, Mataró y Santa Coloma de Gramanet los 120.000). En conjunto, llegan a formar una red conurbada de peso cada vez más creciente frente al municipio central. � El área metropolitana de Valencia, con su millón y medio de habitantes, conforma una red urbana densa y bastante equilibrada, de fuertes conexiones

Page 12: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

interregionales. Su localización central en el arco mediterráneo español la convierte en un nudo estratégico favorecedor de las relaciones con todas las regiones costeras. Por el contrario, el engarce con el interior de España es obligado efectuarlo a través de Madrid. � El Gran Bilbao abarca toda la comarca del Bajo Nervión, a ambas orillas de la ría, donde se concentran más de un millón de habitantes. Por sus intensas conexiones con las zonas vecinas, la influencia del área metropolitana se extiende fuera de los límites provinciales y autonómicos para integrar cada vez más a Vitoria y los municipios orientales de Cantabria. � El área metropolitana de Zaragoza es modesta. Integra municipios bastante pequeños de la Ribera Alta del Ebro y de la propia comarca, con los que suma algo más de 700.000 habitantes. Ejerce un protagonismo indiscutible sobre su territorio, y las otras capitales provinciales, Huesca y Teruel, apenas sirven de contrapeso. Por su excelente ubicación en el centro del Valle del Ebro, establece relaciones fluidas con Cataluña y con las Comunidades vecinas del noroeste, Navarra y La Rioja, con cuyas capitales y ciudades intermedias se potencia cada vez más un sistema urbano policéntrico. � El área metropolitana de Mallorca se vertebra a través de la capital regional, Palma de Mallorca, centro indiscutible del archipiélago. Su población, cercana a los setecientos mil habitantes, se polariza en el municipio central, al que se suman los efectivos demográficos estimables de los antiguos núcleos de cabecera de Manacor, Llucmajor e Inca, que refuerzan el conjunto urbano. El intenso flujo de transportes con la península favorece una relación fluida y la integración de este atípico sistema urbano insular en el conjunto español. � El área metropolitana Alicante-Elche-Santa Pola concentra un volumen de población cercano a los setecientos mil habitantes, en un espacio donde las ciudades están a escasa distancia entre sí y forman una tupida trama de relaciones interurbanas. Esta red se complementa con la cercana metrópolis valenciana y, a su vez, genera un espacio privilegiado para de los intercambios con la región murciana. Estas áreas metropolitanas son muy heterogéneas entre sí, tanto como lo son sus respectivas Comunidades en extensión, volumen de población o estructura económica, pro los flujos de relaciones y dependencias creadas en el seno de la biorregión son una ayuda inestimable para conseguir una mejor articulación espacial y, en definitiva, para potenciar su desarrollo equilibrado y de colaboración a escala interterritorial. 1.5 Retos y oportunidades de un proyecto compartido: una propuesta de

comarcalización.

La estructura administrativa comarcal actual en aquellas C.C. A.A. que la han implementado (ver la figura 7), en nuestra opinión no se corresponde con la distribución

Page 13: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO

en comarcas naturales que consideramos deben formar parte de la biorregión y cuya estructura básica se trata en el capítulo siguiente. Sin ir más lejos, en Cataluña el propósito de implantación de las denominadas “veguerías” persigue una organización territorial más eficaz, como consecuencia de la experiencia acumulada tras varias décadas de funcionamiento comarcal. El espacio geográfico de una entidad comarcal desde nuestro punto de vista, sin duda será mayor y su número global en la biorregión, no muy superior a la trentena; pero este es un trabajo que se irá concretando, atendiendo a los mismos conceptos que han dado lugar a la idea biorregional y teniendo en cuenta tanto la capacidad resiliente como la sensación de pertenencia e identidad de su población desde una perspectiva actual e histórica.

Figura 8. Comarcas administrativas y merindades

Page 14: GEOGRAFÍA DE LA BIORREGIÓN CANTÁBRICO