4
G EROCA 2005 : F OSFORESCENCIA Por Óscar Estrada de la Rosa C U A D E R N O S E P Í G R A F A

Geroca 2005: Fosforescencia

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Texto de presentación para el Café Nuevo Brasil. Publicado en la revista Posdata y "Geroca", 2009. UANL.

Citation preview

Page 1: Geroca 2005: Fosforescencia

Ge r o c a 2005: Fo s F o r e s c e n c i a

Por Óscar Estrada de la Rosa

C U A D E R N O S E P Í G R A F A

Page 2: Geroca 2005: Fosforescencia

Geroca. Encuerada, 2005.

Page 3: Geroca 2005: Fosforescencia

Ge r o c a 2005: Fo s F o r e s c e n c i a

Terapia deambulatoria. Claudio Magris nos dice: “En Ulm, según la tradición, en el siglo XVII se conservaba el zapato de Ahasvero, el judío errante. Con esas suelas a prueba de siglos se podría emprender cualquier camino, ejercicio que los médicos, tiempo atrás, consideraban saludable para el ejercicio psíquico”. Desde hace largo tiempo, Geroca deambula por diversos pueblos de México. No sé que tan saludable haya sido esto para su equilibrio anímico. Pero, sin lugar a dudas, los caminos han terminado por nutrir y modificar la manera en que acomete la tabla de masonite. Ahora, sus personajes nos muestran una mirada azorada, paranoica. Esto también es posible observarlo en la mirada de los animales. Abandonó el óleo y el pincel “chopeado”. Retomó el acrílico y el bestiario grotesco. Existe una nueva economía del volumen, éste se volvió lacónico pero intenso. Los autorretratos continúan, así como la potencia y la gestualidad de su trazo. El cambio más importante lo manifiesta en el color. En esta ocasión lo que antes era sincretismo hoy es equidistancia. El color supera a la forma, igual al encino cuando se alza sobre la bugambilia.

La piromanía del arcoiris. El color también es combustible. Su pincel incendia todas las cosas; horizontes, atardeceres, gatos. El amarillo como yema; el rojo como sangre, ocaso, fósforo. El naranja es una encendida brasa.

Encuerada. Es la obra insignia de la exposición, en el cuadro observamos a la ciudad apagada, melancólica, poblada de autos, un semáforo muerto y el sereno. En la parte inferior central vemos a una mujer regordeta, desnuda, que nos exhibe sus nalgas. Y al centro una gran flama solar matutina sella y baña este insólito paisaje de composición memorable. Antierótico. Éste es uno de los grandes regalos minimalistas que Geroca nos ofrece en pequeñas dosis. De esta manera nos envuelve y nos persuade, con el color nada de titubeos. La certeza convertida en alianza.

Gatofilia. Los gatos son dueños del ojo que ve en la obscuridad. “La plasticidad de sus poses pueden alternar el hierático estatismo con la lánguida voluptuosidad”. Los egipcios lo sabían. El Bosco, Balthus, Goya, Rembrandt, Manet y Rudyard Kipling lo sabían. Geroca también sabe de lo que es capaz la miniatura de tigre.

¿Dónde reina Geroca? En 1925 en Alemania se celebró una exposición con el título “Nueva Objetividad”. Entre los expositores se encontraban Max Beckman, Otto Dix, George Grosz y Egon Schiele. Todos ellos grandes figuras del expresionismo germano. Sus postulados eran el realismo social satírico, “inclinar la balanza de un cuadro desde

Page 4: Geroca 2005: Fosforescencia

la forma hacia la expresión del contenido. Potenciar el impacto emocional a través del colorido”, de la figuración distante, de las imágenes chocantes y de la composición agresiva.

Geroca, poseedor de una mirada minuciosa, vital, potente y punzante, reina al lado de Otto Dix y al lado de George Grosz. Los tres conforman un río de tres orillas, paralelas y a la vez distantes. Geroca, venga a nosotros tu reino.

Óscar Estrada de la RosaMonterrey, N.L. México. Septiembre 2005.

Texto original para presentación en el Café Nuevo Brasil, publicado en la revista Posdata y antologado en el libro “Geroca”, 2009. UANL.

Geroca. La pelona y el mono, 2005.