Gonzalez Faus- dogmática cristológica y lucha por la justicia

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  • 7/22/2019 Gonzalez Faus- dogmtica cristolgica y lucha por la justicia

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    hall qucdado aparclltCI11Cnte como

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    dOX);1 rl"Lohra SU slgnilicadu ns pruful1do, que nu l , , ] ,k "1 ' I I I I

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    especie de opcin afectiva (como la de con los pobres de la inr;quiero yo mi suerte echan sino de mucho ms: de la fundamentacin ontolgica de esa praxis. Otra vez una verdad aparece expuestamediante la praxis que posibilita.

    1.4. De la Fuente Q parece provenir la conocida frase no podis servir a Dios y al Dmero (personificado como Seor: d. Mt 6,24; Lc 16, 13). La frase es suficientemente expresiva, aunque meparece muy difcil determinar su contexto exacto en la vida de jess,puesto que cada evangelista la introduce en contextos que son re-daccionales y muy diversos (Mt en su Sermn del Monte y Lc -qui z ms cercano a la realidad- tras la parbola del mayordomo in-fiel). Si nos atenemos a la globalidad de los textos recibidos y a lasotras frases de ambos evangelistas que acabamos de comentar, y enlas que se proclama la identificacin entre Dios y los pobres, a travsde la mediacin cristolgica, no parece invlida la parfrasis: nopodis servir al Pobre y al Dinero. En cualquier caso, y aun sin estamediacin, el sentido de la frase tampoco es meramente moral (

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    ,1: I 11

    dice mustrndola realizada e l Jesucristu. Dios es de LlI 11];\lI(:ra q l l l 'l puede hacer posible esa unin con el hombre que es a la vez bunin ms profunda y (icomo consecuencia de esto ) ia salvaguardams profunda de la identidad humana. Si a esa unin hay que llamarla hiposttica o no, es una cuestin ulterior. De momento esees el nombre que tenemos, y por eso sola afirmar K. Rahner que serhombre es como una pretensin de unin hiposttica.La razn humana nunca acabar de comprender este anuncio, ytender a pensar que la mxima unin slo puede conseguirse sacrificando la identidad de alguna de las partes (o de ambas): afirmandoa Dios a costa del hombre o al hombre a costa de Dios, o recortandoa ambos: si Jess es verdadero hombre ser quiz semidis, perono ms. Si es verdadero Dios ser superhombre, pero no consustancial a nosotros. O quizs ser a la vez sobrehumano y semidivino.y esta misma dificultad se repetir cuando de Jess pasemos a nosotros y tratemos de afIrmar esa unin del Espntu Santo y los hombres que llamamos gracia: la razn humana slo sabe afirmar la gracia a costa de la libertad hu mana, o afirmar )a libertad a costa de lagracia. Agustinismos y pelagianismos (derechas e izquierdas teolgicas) tienen sus paralelismos cristolgicos en monofisitas y nestorianos. Lo difcil (casi imposible) para nosotros es penS:lr no la graciacontra la libertad ni la libertad contra la gracia sino la gracia y lalibertad, () la libertad fundada y liberada por la gracia ",

    Si en el mundo moderno la tendencia dominante (incluso enpersonas creyentes) es afirmar al hombre a costa de Dios, en la primitiva cristologa era al revs: afirmar a Dios a costa del hombre.Por eso toda la enseanza cristolgica de los primeros Concilios fueen el fondo una lucha por la afirmacin del hombre en Jess. Siquizs acaba perdiendo )0 humano no es en aras de Dios sino en arasde su abstraccin 11.

    I(L Jlll.:d( ~ l ' t l l le l l " ) 1j ( IUr que la r3J:n hU111:1I1,1, .HInque se equivoqlle c-n \.5.L\ f"cducci\)IlCS,11d "kiJ (k [,' lel \tI 1 ;()H' ,k Jcch(), 1.1 plcn.l a f i n n ~ h . : i r ' l I l de Dios y hombre en el J e : : : . \ ~ rerrcllu:/110 'A' ];,1(,' ,1fJ m,111ll,) L1 llhil:ll 11 ;lIlOll:1d;lmil'llto () h;, osis (Fil 2, 7) de Dios en Je:,lls, Y ell elRl':-'ll.,:iud{ tnjoga i l l l 'u ltun ' el1 elIllundo grit'g( \ (11 \11 Pl ' l l \ . I ' l',>cllci:1lisu.

    11. 'n 1 1 11 /Ii,lIll(/,u/ NZU l O (p. 34tt) CilO Hila tra . c o l l l o ( i d ~ l de E, ~ l t l l l n i e r eIJ. L1 queSU', ll:lll qlll' ( ; .1 '_ l \ . l g l l ; l r ~ L \ liel h(lllll)re, ,,-oliL)uistalla en . i ~ _ d ( ) s de Lii\p lt --:risfolglG1S, e:> b quejlH ~ ( ) C()1l\ inr,,' 1 L.., ( 1 'i IJ ,IL'j, l H',> occidentales "en la:) II lca\ ci\'ilrzaci()llc,> actJ\',b e I l d u ' : > r r i d ~ : : " l S ' ; .[< ;u J:- 'Il l ,kIUll I'tlnk ser hu)" difcil de comprcnder, dado el JC'rro r"r{)gn:so. I\)r ell() luhr ' l IIC ai'Jadir que L l ~ , crrorh co el Cl l l l innnI) 1 l\"tiid.l 1 llL'll ..,.lri,lrIlcntl' Lb m . c t ~ h degicLts. J L ~ S COlliH ril'llc rJzn ctUlldo --cri t icl I loo I/tu'S-Ird t t ~ C l i l ' : l C..,(I ihl' qUl' "l'l.1vancl' t l ~ c l l i c ( ) I1n s{() e.., irrever\ible ---pl'I1Sar c ( ~ n t r ~ 1 l t ~ S d c ~ c l h c l l ; 00- - sinu qU el hOlllhrc c:-- \ ( ) l 1 s t i t l l t I V ~ l l 1 l l ' l l t c ' tcnic',)>> (F ( ,:igmu:id alli1lld WUstld), l\Ldrid,19'11, p. 215).

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    .1 I l' ( J I /1 JI 1 I (

    La uisl()i()ga lI11plic,c, pues, una antropologa. Y el texto deMounicr aludido en la nota anterior ya nos orienta sobre las resolI:l1lClaS prxicas de esa antropologa. Ahora conviene que nos ent retengamos un poco ms en esas resonancias praxicas que nos llev:\r:ln a la construccin de la historia.2.2. Cristologa y lucha por la JusticiaLa antropologa que se revela en la confesin de la divinidad deJess no es una antropologa esttica que elimina la contradiccindel hombre interpretndola, sino una antropologa dinmica queconvoca al hombre a superar' su contradiccin mostrndole lameta. En este sentido es una antrupologa de la creacin inacabada.

    Puede llamar la atencin cmo un telogo tan antiguo y tanradicalmente cri,;to)gico COliH) san Irenco junta inseparablemente(contra los gnsticos) creacin y salllacin. Yo mismo, que he trabajado un poco a san Ireneo, me prcgunro hoy si he sabido hacer suficiente caso de este dato central de su teologa. P u e ~ de acuerdo conl, y a pesar de los acentos profundamente soteriolgicos de la cristologa ireneana, hahra que decir que la fe en Cristo no es, propiamente, una religin de salvacin: en todo caso lo ser de salvacina travs de Id creacin; no e ~ c a p a n d o de ella. Vemoslo.La unidad entre creacin y salvacin la afirmamos hoy no contra un marcionismo que profesa la existencia de un creador malv:l-do: se no es el dualismo que hoy nos amenaza. Perfl debemos afirmarla superando una verdad a medio camino que se contenta conuna creacin sin entidad". Desde una primera experiencia metafsica y religiosa cabe decir con verdad q'Je la creacin slo es maya, yla historia slo samsara (ilusin y repeticin). Y al decir eso el Oriente puede ejercer una excelente desmitificacin del mito progresistaoccidental de la historia. Pero cristianamente hay que aadir que, enJess, Dios se vuelve a esa ilusion y repeticin para darle su propiaVerdad y Consistencia (lo cual no niega la verdad del Oriente sinoque, por as decir, la eleva). Esa vuelta de Dios a nuestra tJObrezaes el marco en el que tiene iugLlr (para un crtstiano) la vuelta hacialos pobres, sufrientes y oprimidos, hacia los ms excluidos de estacreacin en marcha.Salvacin, por tanto, a travs de la creacin. Como se ve, estamos, a la vez, muy lejos del mito dieciochesco y pseudoilustrado deun progreso mecanicista, y muy cerca de las praxis nuevas que queran generar los que creyeron en ese mito y que, hoy, van siendoabandonadas por sus sucesores. Por lo primero estamos ms cercadel Oriente que del Occidente; pero por lo segundo estamos mscerca de aquello que Kant calificaba como Ilustracin y definacomo la salida de una minora de edad culpable.

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    '.aIV;lCi(')ll a travs de la creaU("1l SlgIIJiIL';I, Plll'\, ql lL ' Ji 110111brc se le anuncia ante todo su VOGlcltn a cOIl-crear este Illlllldo COIlDios, su Alianza a Dios en la tarea de culminar esta creacilI cmprendida para que acabe siendo reino de Dios, y para que lueguJess entregue ese reino al Padre, y entonces Dios sea todo ell todaslas cosas (1 Cor 15, 24-28). Puede que sea sta la mejor frmula dela salvacin cristiana.

    Hemos de decir, entonces, que para la fe en la divinidad de Jessno hay otra salvacin. Todo otro tipo de ofertas de salud en estadimensin interina (iluminacin, zen, nirvanas o progreso tecnolgi co .. ) se quedan ms ac: no son lo esencial del cristianismo,aunque ste no puede excluirlas, precisamente porque ellas puedenbrotar de la misma creacin en marcha. A lo que s se opone la fecristolgica es a que ellas excluyan el trabajo de con-creacin o deconstruccin del mundo.O con otra palabra clave del Nuevo Testamento: todas esas ofertas de salvacin han quedado recapituladas en la cristologa (Ef 1,10) y, por eso, pueden ser derivadas del anuncio central cristiano(como hizo Pablo con la justificacin). De hecho, la liberacin de ses seguramente el nico mtodo vlido de liberacin para la creatividad histrica: como nota A. Pieris, la liberacin de la necesidadIpropia] es el camino a o entronca perfectamente con- la liberacin del necesitado c La primera es la espiritualidad comn a todaslas religiones (tambin la cristiana donde jess es la contradiccinentre Malllll1n y Yahv). La segunda es para nuestro autor el principio especficamente cristiano: pues Jess es la encarnacin delcompromiso pblico de Dios para la liberacin de los pobres. Sinesta doble liberacin la creacin no estar construida y no podr serentregado el reino al Padre 1\.2.3. Cristologa y autonoma del mundoUna ltima observacin: la lucha por salvaguardar la plena humanidad de jess, en su mxima unin con Dios, no slo hace de lascivilizaciones cristianas 1110 , p,-ILl h fundaIl1CIILIC 111 1.1 "I, l]giCl de b opcin por los pohn'':>, vansc lo", textos recogidos en Vicarios de(:rlsll). 1(), ltJ m'_, ( 'JI Id Icologia y cspiritualidd cristianas, Trotta, \ 1 ~ l d r i d , 1991, m;ls los COJl1Cllu r j ( ) () rcc.,I' l l Il t' l l l ' lk LIS d i \ ' c r s ~ l s pocas.

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    La divinidad dc ,)

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    11. 1 i 1 ()I(J\ l Id\ CAl \ 111('),'11(,/\ Y Sl' III, j011 0iLl ' II( ,\ l ' l n \ 1 \ \

    A I l t e ~ de entrar en la frmula del Calc,'doncllse, perlllLlIlSl'lllC 1')Java dos observaciones importantes sobre los concilios : I n t ~ ' r i ( ) r c s :1. Elementos hermenuticos previos1.1. El clehre consustancia]" de Nicea quierc deCIr lo mismo queotras f(\rnllIlas neotestamentarias como sentado a la Jcrecha delPadre, ('que ha atravesado los cielos, o el frecuentc teleiotheis

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    I ' I I I 1 111 ' , 11 111

    " q ~ l I r a l l 1 c l 1 t c flll' el vrtigo ante esas profundas i l l l p l i c a c i ( ) I l l ~ loqUl' hizo volver sobre el tema y acab llevando a la formulacinmucho ms compleja y discutible del Calcedonense , . l l lJ I l Pablo JI y el p;llri.lrca I l lO llof i- ; i ta de Siria su cribicr on jUl l t t l \ \ l i la rl'collcili, lLi('lll la ql le Illl'f:',O aluJir- 5-ill toct.1r jJara l lui/. l 1,15 f(Jnnu/;_ 5- ql l l ' losh;Jhal1 "l'P,Lldo dUL111tL ' ljlllllC

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    l ' l l l ' ~ L 1 . ~ I I I U I 1 I I l l U s()n lIs,ldus todava ell el prillllT , l l l ; I \C l l l . l dc NILT:I(el. DS )26). Calcedonia los distmgue, y ello da iJea del brutal cal11bi de lenguaje operado en cosa de un siglo.Qu es la subsistencia? Calcedonia no lo dice. En la Escolsticaposterior aparecer:'in corno mnimo tres definiciones de este concepto, cada Uila de las cuales (si se la acepta como vlida) convierte enherejes ( ) a los seguidores de las otras dos escuelas. Se la identificacon el acto de existir (obligando as a la teologa a aceptar la distincin real entre esenci:l y existencia). O se la define como el hecho deno estar unido a Dios (lo cual es una definicin slo negativa, que,ms que definir, describe el problema). O se la concibe como un"modo fsico (obligando as a la teologa a aceptar la teora suaristade los Illodos). No parece un balance demasiado estimulante.J\Hs ;ln: qu puede querer decir lo de las dos naturalezas si,durante siglos, ha Sido una formulacin compatible con la falta dehistoria humana enJess? Nos dirn que naturaleza slo significab verdad del ser humano (o divino) de Jess. Pero cmo es posibleentonces que se concibiera a Jess como verdadero hombre, si se lehaca carecer de histOrIa? La eternidad de Dios bloqueaha toda posihihdad de despliegue humano, como 10 muestra aquel ejemploCOlHh.:ido de que "va en el vientre materno Jess saba todo 10 queiba a ocurrir y lo que est:1_ba ocurriendo fuera.

    Aadamos, pues, tambin con TilJich, que si la frmula de Calcedonia salv" a la Iglesia, la salv "con una conceptualizacin realmente inaJecuada2\. De esto eran ya conscientes algunos padresconciliares que pidieron al concilio una declaracin de que la frmcia calcednica slo era til (iy mucho ) para evitar las herejaspero no para la catequesis y la predicacin24 .

    3.3.l:se instrume11lal se ha vuelto an ms inadecuado por el maluso que hacemos de l.. Permtaseme evocar todava algunas trampasde lenguaw que ,ometemos en el uso -o en la imposicill- de lafrmula calcc(loIlIC1.a) l'orlo que toca a la subsistencia. Se dice tranquilamente que Jess

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    1,1 ;, 1I l, l , 11 11 ,

    /;IS 110 para slImarlas, sillo para garantizar la plenitud dc la l1ul11all;1en su misma unin con Dios: dei-ficata non est perclllpt;l .

    En resumen: la dogmtica cristolgica ha llevado a cabo un paso(quizs coyunturalmente inevitable pero muy peligroso), desde laexperiencia salvfica neotestamentaria que puede resumirse as: Diosha vivido silenciosamente nuestra misma vida (naci, muri, cte.), ala formulacin filosfica que ya no transmitc ninguna experienciade salvacin: Dios es el sujeto hiposttico de Jess. Este paso slopuede darse cuando hay que eludir actitudes herticas (y por tantocontra toda actitud espiritualista o secularista), pero no cuando hayque anunciar o comprender a Cristo. Porque entonces el anuncioneotestamentario degenera, en lugar de transmitirse. Como dice enalgn sitio A. Pieris: qu va a podcr haccr un asitico con la frmula calcednica?y hoy, esa pregunta ya no vale slo para los asiticos. Quienconozca medianamente la filosofa de X. Zubiri y su desautorizacinde los conceptos de substancia y naturaleza, no podr menos depreguntarse tambin: qu va a hacer un zubiriano con la frmula deCalcedonia? Una cuestin en la que me gustara entrar algn da.4 La validez de un esquema formalPero una vez hecha esta crtica, debemos aadir que la frmula calcednica puede, y debe, ser recuperada, si nos atenemos a su esquema formal (que es el que genera las actitudes prxicas) y no tanto asus contenidos materiales que siempre son slo aproximados. Y eseesquema formal es: una unidad tqtal y dualificada sin mezcla sinrecorte sin separacin ni vuelta atrs.La intuicin de la no-dualidad sin idcntidad es casi un patrimonio comn de la humanidad como la mejor expresin de las relaciones entre Dios y lo no-divino. Desde aquella tesis clsica de la filosofa (

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    [lIc'l1 el aquellos CU;l lO adjetivos l jUl ' C]Jk;ll ; L1l1ll1thd du:t itic';lda: 'sin nH;:cla, sin recorte, sin separaci('lll ni vuelta atrJs.Sin ll1ezciJ y sin confusin para explicar que D i o ~ el1 Jess 110 esvisible', al modo que lo era el Nazareno (ni siquiera parcialmelltecomo, por ejemplo, el negro es algo visible en el gris), sino slo crehlc.Sin separacin ni vuelta atrs para explicar que Dios IH' esbuscablc en otru lado, cumo no sea en Jess y, desde l, en lo que elhomore tiene de recapitulado en Jess, Por tanto: cnla llamada detoJo homhre a la autosuperacin; y en los pobres y crucificados dela tierno f:sos son los dos niveles en los que la dignidad divina (cfistolgica) del hombre debe desplegarse en la historia. Y ambos estnestrechamente relacionados porque, en un mundo vctima del pecado estructurado, el serviciu al segundo es una de las mejores formasde realizacin del primero.Precisamente por eso ~ p o r q u e lo vlido es un esquema formalms que las p a l a b r a s ~ Juan Pablo ll, t ' l l ] 984, pudo suscrihir unadecLlracifll conjunta con el patriarca munofisita de Antioqua en laque ,'Cpla la plena comunin entre amhas Iglesias, sin imponer la

    fr)rrnul, de Calcedonia. Vale la pena (Ol11enLlr su texto en el queambos lrlll;llltes:ComprendeJ1 ho)' que las COI1 USIOIJC:S y los cismas acaeciJos entre,Us ldcsias en los siglus sucesivos, de ningn modo afectan () tocanla sustill1ca de Sil fe, y; que uks confusiones y cismas tuvieron In;;,lr ,(l,) e causa de diferencias CI la lennino uga yen la cultura, y a( :11",1 J< : la:; diversas frmulas adoiHaJas por diferentes escuelas teo

    ( ) l ~ i c a s para expresar el misJ1h) argu:l1ento, Consiguientemente, noencontramos huy ninguna hase real para las tristes divisiones (.,.)que acaecieron despus entr,e nosotros acerca de la doctrina de la, lh:arnacin Con las palabras y la \ ida cunfesamos la verdader;,doctrina sobre' CristCJ lluestro Seor, a pesar de las diferencias en laimcrr'rctacin de esta doctrina que surgieron en la poca del concilio di: Calcedonia ( .. _ Confesamos que l se encarn por nosotros,asul1liendo un verdadero cucrpn y un alma racional. Comparti deltodo nuestra humanidad excepto en el pecado. Confesamos queC, Je,ucristo es perfecto Dios en cu;mto a su divinidad y perfectohUll1bre ell cuanto a su humanidad ( .. ). Esta unin es real, perfecta,sin mezcla o conmixcin, sin confusin sin alteracin, sin la mnimaseparacin. f:l, Dios eterno e indivisible, se hizo visible en la carne ytoll1 la forma de un siervo, En l, humanidad y divinidad estnunid;l> de un modo real, perfecto, indivisible e inseparable'''.

    F1 rechazo del dogma de Calcedonia 110 toca a la sustancia de lafe>; y no es "hase real" para separaciones_ La declaracin distingue,1lIc1aZtlletlt entre diferencias en ll fe y en la terminologa, apartndo

    1(), ,w, 21 H2 (1 'IS--\) 1'_ 1,108

    11/ , I I1 : l

    '" ,I\ ,kl \'il-I(), illl)' rc cut ' llc en b Iglesia romana, de idemificar la felO II ;I d('( l'l":l1 i1I,lth renni nologa. De Calcedunia se mantienen sluI ( l ~ hlllosos :llherbjos (que ya dijimos que apuntab:ll1 ms a actitudesvILI L-s quc :1 la doctrina porque suministran un esquema formal),1111'.:lItras se pre

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    11: \ 1 rJ

    b con la evolucin del trmino persona desde la tf1().,()fia grIL'ga a la moderna;c) con la indefinicin de los conceptos utilizados, que slo resultan definibles a la luz de lo que dicen los otros grupos condenados;

    d y, por eso mismo, con la doble versin de la nica subsistencia en Calcedonia y en la teologa escolstica posterior: en el primercaso la hipstasis es resultado de la unin de ambas naturalezas inunam subsistentiam concurrentibus (DS 391), mientras que en elotro la subsistencia se convierte en algo previo a la unin de lasnaturalezas.5.3. Validaciones prxicasEn cambio la frmula calcednica tiene una revalidacin praxICaque fue la que salv a la Iglesia y que debe ser recuperada: la quemarca el camino entre todos los espiritualismos de tipo monofisita,que buscan a Dios fuera de su encarnacin en lo humano, y todoslos secularismos de corte nestoriano que no aceptan esa cahe p l . n ~ ; l r qut el autor de t S;l or,H in pensaha s() o eH el pecado como lo LJue repugna a ladJ\"inid;d. De lo conrrarin hahra que decir quc esa peticin es simplemente hertica: la muerte, la

    110

    , , 1 , I t 111\ l ) ' J I I

    ltJlHll'llados dc la tierLl nunca sern una prolongacin del Cruciti,ado sino, a lo sumo, el objeto de un imperativo tico.

    h Y, adems, en la medida en que unas intenciones soteriolgi,as quedan oscurecidas por un vocabulario metafsico, la frmula;IIllCluza con ser reducida a mero saber terico o a un especie degllosis , que salva por s misma sin validarse en la praxis que es capazde generar. De modo que mientras Pablo pona la identidad cristianaen que en Cristo Jess no hay varn ni mujer, ni seor ni esclavo,la Iglesia posterior parece hacer residir esa identidad en que en Cristo,less hay una persona y dos naturalezas. Pero si, como decamos enla nota 3, Juan Pablo JI considera la actitud hacia los pobres comouna verificacin de la fidelidad de la Iglesia a Cristo, esa sea deidentidad ha de poder relacionarse estrechamente con la frmulacalcednica. En cambio, hoy, esa frmula se ha usado muchas vecescomo tsera de ortodoxia, para dispensarse de abolir (o de intentarabolir) las diferencias entre varn y mujer, entre seor y esclavo oentre creyente y pagano. iO incluso para aumentarlas

    5.5. Por eso hemos de concluir retomando y concretando lo queapuntbamos en la Introduccin: No todo el que dice "una persona y dos naturalezas" entrar en el reino de Dios, sino que el quemira a la humanidad recapitulada en Cristo como si estuviera subsistiendo irrevocablemente en la "Palabra" de Dios. Dios se encarnpara que no le buscsemos en el cielo, sino entre los hombres. Y laEncarnacin (por compleja u oscura que resulte su explicacin terica) es el fundamento teolgico de lo que, sin ningn reduccionismo, debe ser calificado como el horizontalismo cristiano. En suEncarnacin, y al asumir esta misma vida nuestra, revela Dios queesa actitud sobrecogida de respeto y contemplacin, que constituyela religiosidad humana, deben volverla los cristianos hacia el hom-bre y, n ms, hacia el no-hombre. Pero hacia los hombres, nopor un orgullo ateo que pretenda suplantar a Dios, sino como imperativo y como gracia divinos.

    La verdad de fe encuentra entonces un decisivo elemento validador o verificador en la praxis que es capaz de generar: una praxispor el hombre que comienza por el compromiso contra toda situacin en que el hombre es maltratado, pisoteado u olvidado. Inclusoaunque esa situacin se maquille de progresismo histrico.La fe en Dios se revela as como constructora de historia. La feen la Humanidad Nueva se revalida en la posibilidad abierta a lapraxis de una nueva hu manidad.tCI1t.1Ci(ll1, el fraL",l,)o histrico () el a h ~ 1 I 1 l b ) J l , 1 lk I)ios repugn:1I1 a la di\'inidad. La ob,'dlcncia dl'

    J e s ~ repugna a L1 ..lIvinidad: por LOSO la C l r L l I()s Ilchrcos ~ u h r : l y a que Jess huho de Jprender laobediellcia ;1 tlllque era el Hijo, no C01ll0 cOlheCllCl1ci:l de su filiacin, etc. Elmollofisislllo btl'l1tede que tantas veces h;:lhl R:lhncr puede er e l 1 o n t r ~ l \ j o in dCIll;.lSi,ldo esfuerzo en CS.l pericil'lll.

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