GONZALO ESPINO SOBRE 1905

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La pascua rojaEl primero de mayo de 1905 y los textos de la profanacinGonzalo Espino RelucUniversidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected]

RESUMEN Este ensayo propone desde los estudios culturales una lectura de lo ocurrido en la pascua roja. As se conoce a lo que sucedi el 1 de mayo de 1905. Se aborda y examina los discursos que se produjeron en ese contexto como parte del conflicto. Toma como referencia Lima y Tarma, propone a la pascua roja como smbolo de la profanacin donde se aprecia las relaciones entre obreros e intelectuales. PALABRAS CLAVE: Per, cultura obrera, siglo XX, literatura, Primero de Mayo, anarquismo. ABSTRACT This essay approaches, from a cultural stance, what happened during the Red Easter. The events refer to May 1st. 1905 and we present an analysis of the speeches delivered in that context as part of the conflict. Lima and Tarma are the places studied and the essay proposes that the Red Easter events were a symbol of profanation and shows the then existing relations between workers and intellectuals. KEY WORDS: Peru, labour culture, twentieth century, Literature, First of May, Anarchism.

INVESTIGACIONES SOCIALES AO X N 17, pp. 413-433 [UNMSM / IIHS, Lima, 2006]

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Una de las expresiones de la profanacin ocurre cuando por primera vez en el Per se celebra la pascua roja, es decir, se conmemora el primero de mayo. Esta celebracin aparece en el imaginario social como propio de las clases subalternas, olvidada y con una escassima atencin desde la red discursiva hegemnica del pas. As, el evento nos llega con una alarmante imprecisin que ha desdibujado su origen polmico y su condicin moderna. La imprecisin est motivada por el hecho de que contemporneamente se sigue celebrando el primero de mayo como una efemride consensuada en el calendario cvico de casi todos los pases del mundo, hecho que reserva lo ocurrido el primero de mayo de 1905 a una suerte de nebulosa que no permite observar la densidad del conflicto al instalarse en el retrato de la historia como voz citadina y popular, que corresponde a la clase obrera como sujeto emergente, propia de la periferia.1 Metafricamente, corresponde al callejn para seguir con la metfora del solar y la choza. Entre el solar y el callejn no solo hay una diferencia arquitectnica. Los espacios vacos, artificiosamente decorativos y espaciosos apartamentos que moldean un apego al cach aristocrtico que el callejn no puede exhibir, porque representa la colmena humana, el bullicio incandescentes que traspasa las veredas y la insistencia en programas de sobrevivencia, apiados al fin, pero con voluntad de sobrepasar la desventura. Pero el solar en el siglo XX es la interseccin del alma aristocrtica con el espritu decadente de la burguesa. El registro de la pascua roja tiene de interpretacin ideologizada y de apego a la realidad del hecho, alberga el entusiasmo y la declaratoria, evidencia un movimiento subalterno que tiene de potico y de programa. Los parias, semanario libertario, registra lo ocurrido y reproduce los discursos de los trabajadores:Los trabajadores, orgullosos de festejar el da que anuncia su redencin salen de sus hogares decentemente vestidos y llevando al ojal el tradicional clavel colorado. Algunos seoritos, con una banda roja que les atraviesa diagonalmente el pecho, estn ocupados en la distribucin de folletos sueltos de ocasin. Al formarse el cortejo del ejrcito proletario, todo el mundo aristocrtico tiembla.2

El peridico de la oligarqua, El Comercio, registra al da siguiente lo sucedido el primero de mayo, dice:1 El presente ensayo es resultado de proyecto de investigacin 1905: conflictos del discurso entre el canon y la profanacin (primera parte), auspiciado por el Instituto de Investigaciones Humansticas-Consejo Superior de Investigaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, durante 2004. Un rebelde, Nuestra pascua, en Los parias, II, 13. Lima, mayo de 1905 (Fecha: Callao 1905).

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A las 9 de la noche se empez la velada con una alocucin del vicepresidente activo y la lectura de la memoria anual de la sociedad, por el presidente activo. Luego el director de la Caja de resistencia disert brevemente, se proclamaron los estatutos de la nueva sociedad; y el doctor Santiago Giraldo pronunci una alocucin de circunstancias. Luego vino la lectura de discursos y recitacin de poesas por los seores Marino Ratto, Abelardo Ormeo Bernales, Manuel Gonzlez Prada, Carlos del Barzo, Saurr y Angel Origgi Galli; discursos y poesas en que se atac profusamente a la Iglesia, al Estado, a los poderes constituidos y a la patria.3

Y es que no haca ms de un ao que en una huelga sindical en las porteas calles del Callao haba cado muerto uno de los estibadores, me refiero a Florencio Aliaga4, a quien en aquella ocasin se renda homenaje. La celebracin del primero de mayo no tiene nada de particular, a no ser por el hecho de que se trata de un nuevo escenario para las clases populares del Per y Amrica Latina. Por primera vez, en todas las principales ciudades del pas, se conmemora y rinde homenaje a los mrtires de Chicago. Un asunto como este no parece corresponder a los estudios del discurso, sino, en lo fundamental, a un problema bsicamente social, y propio de los estudios de las clases subalternas en el Per. Sin embargo, dicha fecha concentra una densidad discursiva que permite aproximarnos a un nuevo fenmeno en la configuracin del imaginario del pas. Me refiero a que por primera vez y de manera contundente, quienes son obreros y artesanos, asumen la palabra para denunciar su situacin social y demandar un nuevo escenario para los suyos. Esta palabra estaba acompaada por la solidaridad de un ncleo intelectual que en la repblica de las letras gozaban ya de una amplia reputacin como escritores y poetas, en particular Manuel Gonzlez Prada y Santiago Giraldo5. Se expresaba, asimismo, un mecanismo que luego ser parte de las formas de actuacin de la intelectualidad del siglo XX, esta suerte de trama elusiva, a veces, evidente, entre un segmento que as mismo se reconoce como sujeto perteneciente a una elite vinculada al poder y su ubicacin en el pice de la pirmide social, pero muestra su simpata no slo en el plano tico sino tambin en el plano de docencia, me refiero a los vnculos virtuales y reales que establecen los intelectuales radicales con el naciente movimiento obrero.3 4 5 El 1 de Mayo en todo el mundo/ La velada de anoche en la Confederacin de Artesanos, en El Comercio. Lima, martes 2 de mayo de 1905. Cf. Luis TEJADA , La cuestin del pan, pp. 176-184. Santiago Giraldo, abogado puneo, junto con Jos Matas Mansanilla, promueven las primeras propuestas parlamentarias a favor de los sectores populares (ocho horas de trabajo, derecho a la huelga, reivindicaciones indgenas). Cf. Jorge C HVEZ G RANADINO : Los jvenes a la obra? Juventud y participacin poltica.(Lima, Agenda Per, 1999); p. 29.

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1. PRIMERA APROXIMACIN Si esta es la lectura que estoy proponiendo, lo categrico del evento se esboza en cuando menos en cinco caractersticas: Primero, se trata de los usos de la palabra por la naciente clase obrera. Es obvio que este tiene otro rastro en la historia de la Amrica Andina, a travs de las probanzas de los seores tnicos o de los memoriales de los indios en defensa de sus derechos (cf. Manuel Burga, Wilfredo Kapsoli). La alusin a la clase obrera lleva a proponer el carcter moderno como segmento emergente de sus manifestaciones (uso de imprenta, creacin de circuitos culturales, manejo de estrategias de sobrevivencia las mutuales etc.). No es ya la burguesa parsita ni la aristocracia decadente, tampoco es el indio, se trata de las clases populares en las ciudades que en una metfora podra expresarse como el contrapeso entre solar y callejn. Lo que interesa es el surgimiento de una clase popular que hace uso de la palabra frente a un discurso ya establecido y de dominio hegemnico; hay si se quiere el retorno a una vieja tradicin local. En tiempos de crisis social, emergen los discursos contestarios, como ha ocurrido en el ciclo de Tpac Amaru II o la gesta emancipadora. Segundo, el uso moderno de la palabra por este grupo subalterno, exhibe a su vez un dominio de las formas que circulan en la escena literaria. As se entiende que la poesa est vinculada al mundonovismo, forma expresa del modernismo, y que a nivel del discurso narrativo se traduce en una textualidad marcada por la denuncia, es decir, en el manejo del ensayo. La poesa obrera anarquista, como la denomin hace ms de dos dcadas,6 ser esa suerte de posibilidad entre el ritmo de la palabra y el sueo de la acracia, donde el hombre del futuro vive sin ataduras ni necesidad de buscar el pan. Por eso, los textos poticos o ensaysticos tienen que ver en lo fundamental con su carcter de denuncia, la exacerbacin de la situacin social, la inclusin del tpico del patrn, su condicin universal, el uso del castellano popular, la trascripcin de textos que crean un imaginario pensado ms all de las fronteras, por eso la nocin de patria est en cuestin y est en el primer orden el asunto de la reivindicacin social. Se dir entonces:Levantemos las manos callosas Elevemos altivos las frentes Y luchemos, luchemos valientes Contra el fiero y cruel opresor.7

Tercero, el evento del primero de mayo tiene carcter cosmopolita y est asociado a una red textual mayor, en este caso, a la propaganda de la internacional6 7 Remito a mi tesis de bachiller, publicada como La lira rebelde proletaria (1984). Un rebelde, Nuestra pascua (1905).

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socialista.8 De hecho conviene explicar que la celebracin fue acordada por los sindicalistas de la poca, me refiero a una convocatoria en todo el pas para conmemorar a los mrtires de Chicago y la muerte de Florencio Aliaga. Luis Tejada que ha estudiado en extenso el impacto organizacional del sindicato de panaderos Estrella del Per, anota: A partir del mes de abril de 1905 se vea en la Estrella del Per gran movimiento. Se coordinaba con algunos intelectuales de vanguardia y otras sociedades obreras. Estos obreros haban decidido celebrar el 1 de mayo por primera vez en el Per, y para ello enviaron muchas invitaciones para el acto. (Tejada, 1988: 185). Tejada documenta la presencia de 13 organizaciones representativas, a lo que debo agregar que a esta reunin que tuvo lugar en el Callao y Lima, asistieron delegaciones de todo el pas, entre ellas destaca la presencia del representante obrero de Chocope.9 Si esta fue una respuesta en el mbito local, haba otra motivacin que est presente en los discursos obreros, su adhesin al movimiento obrero internacional, tal como lo hizo saber Manuel Caracciolo Lvano, los trabajadores: hace[n] suya la mxima de la La Internacional: la emancipacin de los trabajadores tiene que ser obras de ellos mismos10; asunto tambin esbozado por Tejada Ripalda, dicha ceremonia era una adhesin al movimiento obrero internacional (1988: 189). Cuatro, el uso de la palabra est esencialmente vinculada a la creacin de un circuito cultural cuyo objeto es promover conciencia en la naciente clase obrera. Este modelo se ver consumado a partir de la segunda dcada y tendr vigencia durante toda la dcada del 20, a travs de lo que denomin cultura obrera y reconoc como proyecto alternativo a la cultura hegemnica. Por lo que puedo volver a afirmar que para estos sujetos de enunciacin:la cultura se convierte para los obreros de nuestro pas en ejercicio disociador: en tanto que aportaba elementos para cuestionar el orden establecido. Leer significaba, en ltima instancia, conspirar. Asistir a una velada literario-musical era reconocer otro tipo de valores. Participar en los eventos anarcosindicales era un reto. Precisamente porque la prctica cultural de los trabajadores y la organizacin y lucha por la conquista de sus necesidades ms sentidas son dos aspectos de un mismo hecho social: el enfrentamiento de las capas populares al dominio excluyente de la oligarqua. (Espino, 1984: 24)

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El Congreso 1890 de la II Internacional Proletaria, aprueba declarar el Primero de Mayo como Da Internacional del Trabajador. Este congreso, adems, tiene como plataforma la jornada de 8 horas diarias de trabajo, eliminacin de las agencias de empleo, creacin de una legislacin internacional del trabajo, la eliminacin del trabajo nocturno, alcanzar el control de los medios de produccin y eliminar el trabajo de las mujeres y los nios en las fbricas. 9 Se trata del seor Arredondo, delegado de Auxilios Mutuos de Chocope. 1 0 El 1 de Mayo, El Comercio (1905).

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Este proyecto, como se apreciar, supone la creacin de un conjunto de estrategias que se consuman luego. Diversas formas de difusin cultural obrera se organizan, destacan entre ellas los propios centros obreros, la animacin de bibliotecas obreras, la profusin de hojas y peridicos y las veladas literario-musicales. El modelo organizativo est dado en la celebracin del 1 de mayo de 1905.11 Quinto, el modelo aludido lo denominaremos pascua roja, se refiere, al 1 de mayo, el da que ha merecido llamarse la pascua de los revolucionarios. La celebracin de esta pascua, no slo aqu sino en todo el mundo civilizado, nos revela que la humanidad cesa de agitarse por cuestiones secundarias y pide cambios radicales (Gonzlez Prada, 1905, 1975: 82-83).12 La pascua roja es lo que se celebra en todo el pas, en ciudades costeras o de alturas. Los registros que tenemos de la conmemoracin indican que sta tuvo lugar en ciudades como Lima, Callao, Trujillo, Chiclayo, Cajamarca, Huaraz, Cerro de Pasco, Tarma, Arequipa,13 Cuzco, Puno. Su repercusin se aprecia, cuando en Arequipa, en julio de 1905, se organiza el Centro Social Obrero que persigue ideales proficuos para la clase trabajadora y que armonizan con los lmites que impone nuestras condiciones sociales, [] la celebracin de la Fiesta internacional del Trabajo que es solemnizada en el mundo el 1 de mayo, y que ya se ha llevado a cabo en algunas ciudades del Per, como Lima, Callao, Trujillo, Chiclayo, Tarma (cit. Fernndez, 1984:148). El protocolo de realizacin de la pascua roja sigue una trayectoria que actualmente se observa en los sindicatos obreros. La conmemoracin se inicia con una romera en memoria de los mrtires de Chicago; luego las actividades deportivas y, finalmente, la actividad cultural, mediada en estos tiempos por el almuerzo de camaradera. Si se observa lo ocurrido en cualquier de los lugares del Per, el modelo se repite. 2. LA PASCUA ROJA: PROTOCOLO La pascua roja asume como protocolo y sustento una red de organizacin social que sigue el mismo itinerario. Para 1905, en Lima se trata principalmente de la Federacin de Obreros Panaderos Estrella del Per y en el caso de Tarma, de la Sociedad Centro de Artesano Confederado:11 Lo que vendr luego sern ya no solo La simiente roja y Los parias, sino una prensa obrera ms o menos profusa. Se publicarn El obrero oprimido (1907-1909), La Protesta (1911-1926), El obrero organizado (1916-1918), El nudito (1919-1920), El obrero textil (1919-1923); entre otros (cf. Espino, 1984: 23-27). En Trujillo bajo la animacin del obrero Julio Reynaga aparece La Antorcha (1903-1907) y El Jornalero (1907-1915); cf. Ramos, 1988: 27-54. Cito por la edicin de Hugo GARCA S ALVATTECCI: Manuel Gonzlez Prada. Antologa. Pginas libertarias. (1975). La celebracin en Arequipa corresponde ms bien al discurso, como hecho social y hecho discursivo recin el 1 de mayo de 1906, tal como refiere Ral Fernndez (1984:161-204).

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Romera obrera. Movilizacin de los obreros hacia el local sindical. En la capital, los trabajadores se desplazan hacia el puerto; los obreros porteos, al igual que los que vienen de Lima, lo hacen hacia la calle Constitucin desde muy temprano: Por tren extraordinario de 10 y 30 del ferrocarril ingls se dirigieron los obreros limeos al Callao, al local de la Sociedad Bolognesi de ese puerto y de ah partir reunidos todos, al cementerio de Baqujano a depositar coronas y flores en la tumba del jornalero chalaco Aliaga vctima en las escenas desarrolladas por la ltima huelga de los trabajadores del muelle en ese puerto.14 En Tarma, romera al cementerio a partir de medioda en que se paralizan las actividades en toda la ciudad. Actividad deportiva. En el pensamiento obrero est muy interiorizada la actividad deportiva como forma de una vida sana. En Tarma esta tiene lugar en Huanuquillo. Velada cultural. Es una concentracin cultural en la que hay poesa, discursos y msica. Hay un gusto exquisito por el desarrollo cultural. En Lima, tiene lugar en el local de Estrella del Per y comprendi: Informacin del gremio. En este caso, Manuel Caracciolo Lvano lee su memoria anual titulada Qu son los gremios obreros en el Per y lo que deben ser. Una orquesta de bandurrias tocaba en los intermedios. Poemas ledos por Abelardo Ormeo Bernales: Al pueblo15 y Adolfo Saurr, Prpura. Discursos libertarios de Santiago Giraldo; Mariano Ratto; Angel Origi Galli, Historia sobre la demanda de las ocho horas de trabajo; Manuel Gonzlez Prada, El intelectual y el obrero; Carlos del Barco; y, Alfredo Cavagnaro Himno al 1 de mayo cantado por el seor Pedro Bacetti (Anexo 1).

Si se observa con detalle, en esta escena cultural se entrev la presencia de intelectuales y obreros que hablan en paridad de condiciones. La poesa ya no es patrimonio exclusivo de la elite aristocrtica, la poesa es exactamente una de las complacencias del espritu para los obreros. En Tarma se sigue el mismo patrn de desarrollo de la pascua roja: La clase obrera de Tarma, tambien en dulce consorcio con sus hermanos de Lima i el Callao, el recordar la fecha memorable, ha entonado himnos la libertad i anatemas al despotismo, i al hacerlo ha desplegado el rojo pendn del socialismo y, por cierto, se cant el Himno de Mayo.161 4 El 1 de mayo/ La manifestacin obrera de hoy, en La Prensa. Lima, 2 de mayo de 1905; s/np. 1 5 Vase Espino, 1984: 89-91. 1 6 H. 1 de mayo/ Al Centro Centro de Artesano/La lucha por el ideal en La Aurora de Tarma III 100, Tarma 6 de mayo de 1905; s/p.

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3. LA ESCENA COSMOPOLITA Los peridicos de entonces asumen un sesgo, basado en las probables dificultades que pueden encontrar respecto al desempeo del naciente movimiento obrero de entonces. Era de hecho preocupante que estos trabajadores como parte de su perfomance exhibieran sin ninguna traba su internacionalismo que pona en cuestin las ideas de patria y nacin. El Comercio identifica la celebracin del primero de mayo de 1905 como homenaje a la fiesta socialista; para La Prensa se trata de la fiesta del socialismo y El Tiempo, como la manifestacin de los obreros. El Comercio hace evidente su preocupacin sobre lo que all dicen y piensan los trabajadores, sobre las ideas de nacin y patria. Recojo la crnica del diario de Lima:Cuando nos llamen hijos del pueblo a defender a la patria, no acudis, dijo poco ms o menos uno de los oradores, porque la patria no es sino la explotacin de unos cuantos. Se habl de no seguir sino la bandera roja, que en efecto se hallaba colocada entre la bandera peruana de la Confederacin y el retrato de Miguel Grau.17

Y ms adelante dicha crnica asuma una suerte de denuncia contra la prensa obrera: Se distribuyeron hojas con los lemas de Los Parias y La Simiente Roja, en que se trataba de los mismos tpicos para luego evidenciar la postura de los libertarios y cratas en los siguientes trminos: Tambin se incit al pueblo a no odiar a Chile, con el cual formaramos maana una sola hermandad.18 ngel Origgi Galli esboza en su discurso que el patriotismo resulta un obstculo para los fines propagandistas libertarios. El enunciado para los anarquistas es el siguiente: Patria no, pueblo s; ha dicho: Cuando os digan la patria os llama; responded nosotros: Id vosotros a pelear coged el fusil, nosotros nada poseemos, nada tenemos que defender, nada que perder.19 La pregunta que tendramos que hacernos 100 aos despus, es por qu la principal prensa del pas ha registrado este evento. Si se trata en buena cuenta de un acto vinculado a los disturbios y a una amenaza sobre la nocin de patria, recurdese la reciente derrota peruana en la Guerra del Pacfico. 4. PALABRA OBRERA Es necesario aclarar lo siguiente: de un lado, se trata del trnsito de los artesanos a obreros, es decir, del acelerado paso de los artesanos a su condicin de sujetos17 18 19 El 1 de Mayo, El Comercio (1905). Ibdem. Ibd.

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dependientes de un patrn, herederos adems del ejercicio de la libertad y del trazo de la letra; y segundo, de la consolidacin de un sujeto emergente que hace suya una suerte de confluencia entre la inteligencia y la fuerza, esa suerte de metamorfosis que hace que los obreros se transformen en sujetos cultos (espritu-fuerza), asunto que ver luego a propsito del discurso de Manuel Gonzlez Prada. El trnsito indicado permite explicar un fenmeno que tiene lugar en provincias. La declaratoria del movimiento obrero es una realizacin discursiva que incluye a los indgenas como sujetos aliados y sujetos semejantes a los obreros que son explotados en los talleres y fbricas. As ocurre en Tarma. Todos los discursos eran valientes protestas contra los predicadores del oscurantismo i los despotismos seculares; sin temores ni ambajes se traz la situacin de la cual gime el obrero, bajo el peso de los impuestos i la falta de trabajo.20 No se entiende esta situacin si es que no nos ubicamos en el contexto, para los cratas de Tarma el problema no slo son los obreros que paralizaron a medioda, sino tambin lo son los indgenas de las haciendas de los alrededores, por eso su campaa contra el oscurantismo y su lucha contra el alcoholismo. El comportamiento del movimiento obrero naciente, en el interior del pas, se asocia a sus reivindicaciones con los desposedos indios a fin de que se concluya con el tributo indgena y el pongaje. Si esta es la cara de relacin entre clase y etnia, hay otro horizonte que mueve y este tiene que ver con la lucha por las ocho horas. Asunto que ubica al movimiento obrero de la ciudad como corriente que establece vnculos con el movimiento internacional, de all la presencia anterior y posterior de noticias sobre lo que ocurre con el movimiento obrero de Chile y Argentina, principalmente. Lo que explica ese carcter programtico del discurso de Manuel Caracciolo Lvano, y en este punto vuelvo una vez ms sobre la crnica de El Comercio:Antes de terminar la velada, el presidente de la Federacin obreros y panaderos Estrella del Per, dio lectura al siguiente programa y declaracin de principios: La Federacin de Obreros Panaderos Estrella del Per, tiene por objeto fomentar el espritu de compaerismo, la solidaridad entre todos los compaeros del mismo oficio y mejorar su condicin econmica, intelectual y social, por medio de la economa, de la resistencia, de la ilustracin y del auxilio mutuo. Adems de las necesidades y de los intereses de los obreros panaderos, la Federacin se hace cosmopolita y solidaria con los operarios y oficios del mundo, reconociendo ser unas de las causas del malestar de los trabajadores: la explotacin y el monopolio del capitalista.212 0 H. 1 de Mayo, La Aurora de Tarma (1905) 2 1 El 1 de Mayo..., El Comercio (1905).

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Para insistir, desde su perspectiva programtica: la Federacin estar del lado de la justicia y de la libertad, luchando tenazmente por reivindicar los derechos usurpados por tanto tiempo al obrero.22 5. INTELECTUALES YOBREROS

Comenzaba el discurso de Manuel Gonzlez Prada con una alegora potica, que pide a su pblico la imagine como la traduccin de un poema que narra el dilogo de un labrador y un poeta; la versin es de estirpe romntica, se trata de El intelectual y el obrero leda la noche del primero de mayo, y que ser reproducido por La Prensa y Los Parias, luego se incorporar en Horas de lucha y su repercusin para el movimiento obreros e intelectual se evidencia cuando la revista Amauta lo reproduce. Con este discurso se instalan las redes de solidaridad entre obreros e intelectuales. El intelectual es un obrero de espritu, su labor resulta necesaria como el pan que hacen los trabajadores para la vida; el pan espiritual es lo que provee el intelectual y su alianza se inspira en el mutuo anhelo contemporneo de justicia. La propuesta de Gonzlez Prada se ubica en un debate mayor, su comprensin de la modernidad, para Prada la modernidad en el Per no se vincula al desencanto con la burguesa, sino, a la inversa, se trata de una vinculacin solidaria con los trabajadores. Esto en relacin a la discusin que se inspira en El rey burgus de Rubn Daro publicado en Azul (1888), la potica pasa por la exclusin del artista en la sociedad burguesa. Asunto observado por Thomas Ward para quien Prada abandona su polmico acercamiento a la elite ilustrada y adopta una relacin de masas: Se aparta cada vez ms de letrados para dirigirse a los no privilegiados, estar junto a la masas supone en don Manuel una postura moral (Ward 2001: 127). Gonzlez Prada ha evolucionado, su distanciamiento de la Unin Nacional en 1902 significa el desencuentro con los poderes terrenales: Ya no se interesa por la poltica elitista, sino por el problema social de las multitudes [...] Dej de dar conferencias literarias como las de Pjinas libres. Concentr su protesta en peridicos alternativos, algunos fundado por l, como Germinal (2001: 139). En el caso de Prada ms bien se trata de una versin optimista, en la que propulsa una igualacin y complementariedad sobre la base de la nocin de trabajo. El trabajo de la fuerza y de la inteligencia son semejantes y se complementan:Dichoso t! Pasas la vida cantando mientras yo, desde que nace el Sol hasta que se pone, me canso en abrir el surco y sembrar el trigo.22 Cf. GONZLEZ PRADA, Manuel: El intelectual y el obrero, en La Prensa. Lima, 2 de mayo 1905. Tambin en Los Parias Ao II, n 14. Lima, junio de 1905. Cito por la edicin de Hugo Garca Salvattecci, p. 84.

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Como te engaas, oh labrador!, respondi el poeta. Los dos trabajamos lo mismo y podemos decirnos hermanos; porque t vas sembrando la tierra, yo, voy sembrando en los corazones. Tan fecunda tu labor como la ma: los granos del trigo alimentan el cuerpo, las canciones del poeta regocijan y nutren el alma.23

Optimismo que se traduce en apego doctrinario y labor de propaganda y pedagoga, por eso el discurso de Gonzlez Prada:seamos justos. Justos con la Humanidad, justos con el pueblo en que vivimos, justo con la familia que formamos y justos con nosotros mismos, contribuyendo a que todos nuestros semejantes cojan y saboreen su parte de felicidad, no dejando de perseguir y disfrutar la nuestra. La justicia consiste en dar a cada hombre lo que legtimamente le corresponde, dmonos, pues, a nosotros mismos la parte que nos corresponde en los bienes de la tierra. El nacer nos impone la obligacin de vivir y esta obligacin nos da el derecho de tomar, no solo lo necesario, sino lo cmodo y agradable.24

As las preocupaciones sobre la relacin entre poeta y obrero se resuelven dentro de un optimismo que significa complementariedad y solidaridad, donde lo principal es la lucha por la justicia. La cuestin es en cualquiera de los casos, social: Subsiste la cuestin obrera, la magna cuestin que los proletarios resolvern por el nico medio eficaz: la revolucin. (p.83), asunto que no se limita a la esfera de una localidad sino a su condicin de revolucin mundial, la que borre fronteras, suprima nacionalidades y llame la Humanidad a la posesin y beneficio de la tierra (dem). Concluye, finalmente, desde la perspectiva moderna, su alianza con los trabajadores, en una lgica que contrapone barbarie y civilizacin, en una metfora final:Al ver que el auxilio no llega y que el oleaje de cabezas amenazadoras hierve en los cuatro puntos del horizonte, se mirarn en las caras y sintiendo piedad de s mismos (lo que nunca la sintieron de nadie) repetirn con espanto: Es la inundacin de los brbaros! Mas, una voz, formada por el estruendo de innumerables voces responder: No somos la inundacin de la barbarie, somos el diluvio de la justicia. (p.87).

As, finaliza subrayando las alianzas reales entre intelectual y obrero, no el desencanto con la burguesa que estropea y desalienta al artista en la mirada de Rubn Daro,

2 3 Ibdem, pp. 75-76. 2 4 Ibd.

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ms su vnculo anmico con las masas obreras, segn la cual, la justicia equivale a civilizacin e injusticia a la barbarie, en quienes la ejercen an siendo ilustrados. 6. REDESTEXTUALES IMPOSIBLE

La escritura patrimonio de la ciudad letrada empieza a ser descentrada en su propio ncleo. Emergen desde el callejn, desde el taller o la fbrica, un sujeto de enunciacin popular que se aduea de la escritura para expresar sus constataciones y sueos, o la presencia un sujeto solidario que simula la representacin de los trabajadores. Este universo no es legible en el orden hegemnico: ser la turba que ha llegado con el siglo XX, que han organizado el desorden sin su consentimiento, ya no es la masa amorfa que acompaa a la aristocracia en la fanfarria electoral. Ahora son lo que paralizan las fbricas o dejan de laborar para impedir que los productos lleguen a los barcos que van rumbo al exterior. Este nuevo sujeto nace con una marca moderna, su condicin coprotagnica en relacin al progreso y, en el caso peruano, asume el trnsito de artesano a obrero, ventaja que tiene que ver con la agitacin cultural. La relacin, entonces, ser en lo fundamental descorts y fatigosa, pues los trabajadores representaban una suerte de amenaza al poder, pues se imagina como parte de un colectivo internacional e incluyen un programa que supone a los diversos pases como un solo territorio, por eso, desdean las fronteras y no se expresan a favor de la campaa contra Chile; aunque entre sus smbolos estn junto al pendn rojo, la bandera peruana y el retrato de nuestro hroe Miguel Grau. Desde el orden es la sancin a un grupo que comienza a utilizar las formas de la palabra, que habla con un lenguaje que desentona con la norma aristocrtica. Por su parte, los trabajadores asumen una red de solidaridades creadas en el pasado reciente con un grupo de intelectuales. Se procura establecer vnculos de solidaridad con intelectuales que en el escenario oficial desarrollan iniciativas legales (Santiago Giraldo) o desde hace tiempo son enemigos del rgimen y mlites del anarquismo (Manuel Gonzlez Prada). Pero a su vez entienden que la relacin con la aristocracia es lateral, que en ese orden no entran, en consecuencia, no son referidos en las escrituras de la poca, como lo es relativamente sobre el indio para intensificar el mestizaje como doctrina. As entonces aparece la pascua roja como un evento solitario y sin ligazones inmediatas con el Carcter de la literatura o el Polglota incaico, con el canon literario o con el canon lingstico. La expresin de pascua roja podra leerse como antropofagia cultural. Es decir, ante el hecho de ser un movimiento emergente, estos consumen la cultura que circula, esta cultura hegemnica es leda como clase social, es decir, su lectura se hace a travs de las lecciones de los maestros anarquistas (Koprokine, M. Bakunin, Pierre J. Prodhon) y convierten en lenguaje que permita ms bien el disfrute de la cultura en su sentido ms amplio de la palabra.424 INVESTIGACIONES SOCIALES

La antropofagia cultural da, por el contrario, consistencia y vigor al programa que moviliza a los trabajadores en todo el pas. Se establece la necesidad de crear un circuito cultural propio. Dicho circuito no descuida el aprovechamiento de las formas literarias en curso, las utiliza no solo en sus imgenes descarnadas y efectivistas de la denuncia (estado de cosas o escena de la vida cotidiana) y promueve al mismo tiempo una vocacin doctrinal y organizacional, por eso el ensayo y la poesa trasuntan para calar en el alma. As la charla de Gonzlez Prada tiene sentido, no se trata solo del enunciado del intelectual sino su feliz coincidencia con un movimiento social que est anmicamente dispuesto a desarrollar un programa cultural. Programa y discurso que entran en contraposicin con el discurso cannico y lo profana, pues, los universos temticos van de la denuncia a la aristocracia como a la burguesa, pasando por una crtica seria y sostenida al gobierno. Las textualidades obreras se acondicionan a un capital discursivo que evidencia la explotacin desalmada, reclama la disminucin de la jornada laboral y proteccin social; adems, declara abiertamente, su internacionalismo, su anticlericalismo y su independencia de clase. Y junto con esta se tienden puentes precisos y dialogantes con los indios, al pasar de la nocin de clase a la nocin de etnia y se prctica el respecto de la condicin humana. El programa comn tiene que ver con la educacin de los sectores populares: tanto indios como obreros necesitan acceder a la cultura que los har libres. De all que el programa discursivo sea, en lo esencial de denuncia, de difusin de las ideas anarcosindicalistas y socialistas y la creacin de una conciencia del ejercicio de libertad; cuya apuesta final, es sin duda, la creacin de un movimiento obrero que pone por delante la constitucin del intelectual-obrero. CONCLUSIONES La pascua roja ser el momento decisivo para el desarrollo de una cultura obrera a lo largo del siglo XX. Y lo es, porque si bien parte de una red social, en el plano del discurso se observa que en todas las ciudades se desarrolla el mismo programa y las mismas quejas, y a nivel del discurso, hay ensayo y poesa, as como msica. En trminos generales supone una red discursiva que resemantiza objetos textuales y son aprovechados por los trabajadores para sus fines. El carcter moderno, cosmopolita, ubica a este segmento subalterno en el dominio de la letra, y de la letra como escenario de disputa para formar conciencia y sin desearlo, pone en cuestin en canon autoritario vigente. Lo aparente es la red social, lo singular es la red discursiva que tiene lugar en todo el pas, y desde el campo poder, una suerte de desacreditacin en sus orgenes, aunque sin xito, pues consiguen estar vigente alrededor de tres dcadas y su produccin se remonta hasta no hace mucho con la presencia del Grupo Primero de Mayo.

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ANEXOS 1 HIMNO AL 1 DE MAYO 1 Ven Oh mayo! Te esperan las gentes Te saludan los trabajadores; Dulce pascua de los productores Ven y brille tu esplendido sol. En los prados que el fruto sazonan Hoy retumban del himno los sones Ensanchando as los corazones De los parias e ilotas de ayer. Despertad, oh, falanges de esclavos De los sucios talleres y minas, Los del campo, los de las marinas: Tregua, al eterno sudor! Levantemos las manos callosas Elevemos altivos las frentes Y luchemos, luchemos valientes Contra el fiero y cruel opresor.25 De tiranos del ocio y el oro Procuremos redimir al mundo, Y al unir nuestro esfuerzo fecundo Lograremos al cabo vencer. Juventud, ideales dolores, Primavera de atractivo arcano Verde mayo del gnero humano, Dad al alma energa y valor. Alentad al rebelde vencido Cuya vista se fija en la aurora, Y al valiente que lucha y labora Para el bello y feliz porvenir.

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Francisco Mostajo hace la versin que se publica en El Ariete (IV, 23. Arequipa, junio 5 1906; s/np); la reproduje en mi La lira rebelde proletaria, al igual que Ral Fernandez (1984: 236-237). Texto original del italiano Pietro Gori (1865-1911), en su obra teatral Primero de Mayo se canta el himno que fue inmediatamente popularizada. Se acompaa con la Aria del coro de Opera Nabucco de Verdi.

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Un rebelde, Nuestra pascua (1905).

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ANEXO 2 A. Ormeo Bernales AL PUEBLO Composicin leda por su autor en la Confederacin de Artesanos, la noche del 1 de Mayo. 1 Lleg la hora de romper las vallas, lleg la hora de cambiar de senda, de abandonar las torpes tradiciones que ignorancia y mentira slo encierran; 5 y tomar la otra vera del camino, La que a la patria universal nos lleva; donde todos los hombres son humanos, donde no hay caudillos ni banderas, donde no existen leyes ni juzgados, 10 donde la patria es NATURALEZA, esa madre fecunda cuyo seno la comn igualdad tan slo lleva. Es gigante crisol en que se funden todos los seres que el planeta encierra 15 y de esa fundicin tan portentosa, nace lo mismo el ave que la piedra, y la bestia feroz y el hombre sabio: y todos gozan libertad suprema, menos el hombre que, sujeto al hombre 20 va cargado de yugos y cadenas. Y la razn qu vale ni qu puede? si los hombres cargados de miseria por conveniencia ocultan lo que sienten, por conveniencia ocultan sus ideas, y van llevando en su conciencia escrito, 25 el vergonzoso y denigrante lema de ser esclavos del burgus, que siempre, compra el voto del pueblo con monedas; y ese mismo burgus conduce al pueblo a los tristes percances de la guerra 30 y all pelea hermano contra hermano; pero el burgus no lucha con la contienda, slo espera sentado en su palacio, a que termine la feroz refriega, y aumentar el tesoro de sus arcas 35 porque por un negocio ha sido esa pelea.INVESTIGACIONES SOCIALES 431

Ya rompimos la marcha hacia delante, ya colocamos la primera piedra de ese gran monumento en que vaciados estarn los relieves de una idea, 40 y que el rojo pendn del libertario llevar como gua y como lema. Tienes que combatir a la ignorancia, oh pueblo esclavo, lleno de miseria. Si quieres ser independiente y libre, si quieres ser un pueblo que se eleva, del triste estado de gemir cautivo, soportando los yugos y cadenas que te imponen los dspotas del oro, sacude tu letargo y tu pereza, y alstate a marchar hacia adelante por los senderos de una vida nueva, llevando como gua en tu camino, una sola ambicin, slo una idea: la de alumbrar tus pasos vacilantes con la luz irradiante de la escuela. En el estudio encontrars entonces lo que hoy tu mente a comprender no llega y podrs expresar tus sentimientos y dar forma y color a tus ideas, cuando corrido para siempre el velo que oscurece tu vista y que te ciega sea el faro que alumbre tu horizonte la luz esplendorosa de la ciencia.

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Entonces marchars con firme paso, 65 entonces hallar quien te comprenda y seguirs tranquilo en tu camino gozando todos libertad suprema, entonando por calles y por plazas 69 Los versos de una nueva MARSELLESA! Los parias II- 14. Lima, junio de 1905; p. [1]. Vase: Gonzalo Espino R., La lira rebelde proletaria, pp.89-91.

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ANEXO 3 Adolfo Saurre EL HIMNO ROJO 1 Sobre la noche del pasado, flota, como una densa nube ensangrentada, esa cancin del fanatismo odiada que dice rebelin en cada nota. Canta la Humanidad en su derrota al verse por el amo encadenada, y ese canto es furiosa bofetada con que al tirano el oprimido azota.

5

Naci baando en sangre una corona, 10 smbolo de opresin y tirana, y desde entonces la igualdad empieza. Por eso esclava Humanidad entona, cuando sientas nacer la rebelda, como un grito feroz, la Marsellesa. 14 de julio de 1905. Los parias II- 15 Lima, julo de 1905; p. [4]. Vase: Gonzalo Espino R., La lira rebelde proletaria, p. 144.

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