4
Grass y Galeano al oído Carlos YUSTI En literatura los universos paralelos se tocan. Han muerto dos escritores distintos en cuanto a su literatura, pero bastante similares en lo referente al compromiso de la escritura; de esa escritura al servicios de quienes son demolidos y humillados por esa maquinaria implacable de la historia. Leí bastante joven Las venas abiertas de América Latina y aunque era un ensayo de ajuste de cuenta contra el imperialismo estaba también narrado que el libro se dejaba leer como una novela fragmentada. El libro era un compendio mágico y extraordinario de la historia de Latinoamérica siempre saqueada y vejada desde tiempo inmemoriales. El libro estaba lejos de ser un panfleto y con el devenir de los años se convirtió en un clásico con mucho veneno histórica y la mejor literatura. Escribió otros muy buenos libros marcado con esa impronta política de inteligencia, poesía y crítica en las que en ocasiones se asoma el periodista y el buceador de historias, pero de esas historias tachada de la memoria y de los libros de historia. Cualquier libro de Eduardo Galeano posee el estilo de inigualable literatura. Galeano como pudo se aferró a un concejo de Juan Rulfo: “La brevedad la aprendió de Juan Rulfo, que le dijo: "Se escribe por la otra punta del lápiz, la que tiene la goma de borrar". Y sus libros son como un collage de historias breves, de apuntes escritos en volandas con la precisión y exactitud de esa metáfora oculta en la cotidianidad. De todas

Gras Galeano

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Algo sobre los escritores Galeano y Grass

Citation preview

Grass y Galeano al odoCarlos YUSTIEn literatura los universos paralelos se tocan. Han muerto dos escritores distintos en cuanto a su literatura, pero bastante similares en lo referente al compromiso de la escritura; de esa escritura al servicios de quienes son demolidos y humillados por esa maquinaria implacable de la historia.

Le bastante joven Las venas abiertas de Amrica Latina y aunque era un ensayo de ajuste de cuenta contra el imperialismo estaba tambin narrado que el libro se dejaba leer como una novela fragmentada. El libro era un compendio mgico y extraordinario de la historia de Latinoamrica siempre saqueada y vejada desde tiempo inmemoriales. El libro estaba lejos de ser un panfleto y con el devenir de los aos se convirti en un clsico con mucho veneno histrica y la mejor literatura. Escribi otros muy buenos libros marcado con esa impronta poltica de inteligencia, poesa y crtica en las que en ocasiones se asoma el periodista y el buceador de historias, pero de esas historias tachada de la memoria y de los libros de historia. Cualquier libro de Eduardo Galeano posee el estilo de inigualable literatura.

Galeano como pudo se aferr a un concejo de Juan Rulfo: La brevedad la aprendi de Juan Rulfo, que le dijo: "Se escribe por la otra punta del lpiz, la que tiene la goma de borrar". Y sus libros son como un collage de historias breves, de apuntes escritos en volandas con la precisin y exactitud de esa metfora oculta en la cotidianidad. De todas sus historias y ancdotas hay una que el propio Galeano narra en una entrevista: A finales de septiembre, en Per, una maga me ley la suerte. La maga me anunci: "Dentro de un mes recibirs una distincin". Yo me re. Me re por la palabra distincin, que tiene no s qu de cmica, y porque me vino a la cabeza un viejo amigo del barrio, que era muy bruto pero certero, y que sola decir, sentenciando, levantando el dedito: "A la corta o a la larga, los escritores se hamburguesan".

Si Eduardo Galeano buscaba la sntesis Gnter Grass era todo lo contrario. Grass era un polgrafo y sus novelas son extensas como en el caso de novelas como: El tambor de hojalata, El rodaballo o Aos de perro. Sus libros tomaban algo de los cuentos de hadas tradicionales, pero luego el retorca y amasaba todo aquello con una verborrea galopante y fluida para hurgar sin miramientos en las heridas; para volver sobre esa historia que Alemania slo desea archivar en el desvn del olvido. Grass como fue un escritor que a su vez fue testigo de los entuertos polticos de su poca y en por ese razn fue el secretario, en el sentido balzaciano, de un tiempo histrico polifnico bastante tentador para un escritor con incontinencia literaria. Grass al igual que Galiano quera disipar la niebla del olvido, quera echar sal de la mejor literatura sobre las heridas, buscaba destronar las mentiras en todos sus frentes e incluso ventil sus trapos sucios sin el menor recato. Grass siempre tuvo en cuenta que a veces los autores son menores, e incluso en cuanto a calidad, a sus libros o como l mismo lo escribi: Los libros son ms complejos y sin duda ms ricos, cuando no ms listos, que el autor, que sin duda ha participado en su nacimiento con perseverancia y a menudo gimiendo como un sometido a servidumbres fsicas, y que no obstante recuerda que el manuscrito, especialmente cuando parece logrado, se cuenta a s mismo y conoce impulsos ms fuertes que la ambicin del autor, motor que slo sirve para tramos cortos. Por eso no dir nada muy profundo acerca de mis novelas, relatos o incluso poemas, pero s quiero desnudar por un instante el yo del autor y su vulnerabilidad, esbozar sus movimientos evasivos, pero tambin decir algunas cosas sobre las condiciones de la escritura: por ejemplo, sobre un atril que va cambiando de lugar, y ello porque durante ms de veinte aos he visto Dinamarca, o ms exactamente la isla de Mon, como un lugar maravillosamente hospitalario en cuya apartada ubicacin se ha instalado, al principio improvisado sobre cajas, pero ahora ya de forma bastante estable, uno de mis tres atriles. Est en una habitacin ms bien diminuta, con vistas a una amplia pradera que da paso a las dunas de la playa, pradera sobre la que, aparte de un rebao de terneras que rumian la hierba y el tiempo, grandes y pequeas poblaciones de gansos salvajes ensayan su migracin otoal en incansables maniobras de despegue y aterrizaje. En la escritura de Grass y Galeano la historia se fue imponiendo a regaadientes. Grass parece que siempre estuvo huyndole, pero siempre la historia volva como una pesadilla o como Grass escribe: Desde que la escritura se convirti para m en proceso consciente -entretanto han pasado ya cincuenta aos-, la Historia, sobre todo la alemana, se me ha interpuesto. No haba forma de esquivarla. Hasta las escapadas artsticas ms audaces volvan a llevarme, una y otra vez, a su transcurso mendrico. Desde mi primera novela, El tambor de hojalata, hasta el ltimo hijo de mi capricho, que lleva el posesivo ttulo de Mi siglo, yo he sido su rebelde servidor.

La literatura tiene su ritmo y creo en esa profeca de Grass: En definitiva, la novela de todos nosotros debe continuar. E incluso aunque un da no se escriba o pueda escribirse o imprimirse ya, cuando no se disponga ya de libros como medios de supervivencia, habr narradores que nos hablarn al odo, Narradores como Grass y Galeano que nos hablaron a ese odo indispensable de la memoria.