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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE HISTORIA
Guadalupe era de Tame pero Villavicencio se impuso: La rehabilitación de los Llanos Orientales, 1948-1957
Diana Andrade Melgarejo
Dirigida por: Claudia Leal
Monografía de grado para optar al título de historiadora
Noviembre de 2009
2
Agradecimientos
Esta monografía, más allá del valor académico que pueda o no tener, es el fin de un largo proceso personal: haber logrado terminar, al fin, una carrera profesional. Como tal, también es importante
agradecer a quienes me ayudaron a recorrer el camino. En primer lugar y sin duda alguna, a mi
madre-pollo. Lo que me enseñó y lo que no me enseñó (a hacer tareas y no a cocinar), todo el esfuerzo porque “la educación es lo único que nadie puede quitarte”, y la dedicación para superar los
tiempos difíciles, me han permitido llegar a este punto de mi v ida. Ella es la persona más importante
de mi v ida, por mucho, y pronto estaremos armando un árbol de nav idad en la nieve. A mi papá también le agradezco, porque aunque todo sea tan difícil igual lo quiero, y porque muy a su manera
me ha ayudado a llegar hasta acá. Siempre me ha ex igido mucho, y creo que es el momento en el
que eso se ve recompensado. A JDPS, además de quererlo tanto (aunque por eso debe agradecer él, no yo), le agradezco sobre todo por ser una inspiración y un modelo intelectual, por permitirme
conocer a la persona que en muchos aspectos yo quisiera ser. A Enrique, cómo olv idar a Enrique, le
agradezco por no dejar que mis expectativas sobre la universidad se perdieran y por dejarme participar en algo tan grande como Aulas. A Manuela, Andre y Meli por ser las amigas que uno
siempre debería tener: con tantos logros pero tanta sencil lez, y siempre pendientes del correo y de
facebook para casos de emergencia. En últimas, Aulas ha sido de lo mejor de la universidad. También quiero agradecer de forma muy especial a Fredy, Shirley y las demás personas de la
Biblioteca Nacional, por haber hecho de los tres meses de trabajo de archivo algo por lo cual valía la
pena despertarse todos los días a las cinco y media de la mañana. Finalmente, a todos los de El Crayón porque sin su ayuda y sin el ánimo que me dan todos los días, ni esta monografía ni la
carrera habrían sido posibles.
3
Índice de Mapas y Figuras
Mapa 1: Los Llanos Orientales……………………………………………………………………………...8 Tabla 1: Los Llanos Orientales, 1930……………………………………………………………………….11
Tabla 2: Préstamos Oficina Rehabili tación y Socorro……………………………………………………46
Tabla 3: Distribución Porcentual Préstamos………………………………………………………………49 Tabla 4: Línea 1 de correos…………………………………………………………………………………70
Tabla 5: Línea 2 de correos…………………………………………………………………………………71
Tabla 6: Línea 3 de correos…………………………………………………………………………………71 Tabla 7: Carreteras nac ionales en los Llanos…………………………………………………………….73
Tabla 8: Carreteras de penetración Intendencia del Meta………………………………………………75
4
Índice
Introducción……………………………………………………………………………………………………..4
Capítulo 1: Los Llanos Orientales y La Violencia……………………………………………………………8
1.1. La región…………………………………………………………………………………………………..8
1.2. Los inic ios de La Violenc ia en los Llanos: 1948-1950………………………………………………..14 1.3. La Escisión: 1951-1953…………………………………………………………………………………21
1.4. El fin de las guerrillas del Llano: junio – septiembre 1953…………………………………………..28
Capítulo 2: La primera etapa de la rehabili tac ión: 1953-1955……………………………………………32
2.1. El concepto de la rehabili tación y su institucionalización……………………………………………32
2.2. El caso de los Llanos Orientales……………………………………………………………………….43
Capítulo 3: La Rehabil itación como proyecto de desarrollo: 1955-1957……………………………….54
3.1. Salud………………………………………………………………………………………………………57 3.2. Obras Públicas………………………………………………………………………………………….63
3.3. Comunicac iones…………………………………………………………………………………………69
3.4. Educación………………………………………………………………………………………………..78 3.5. Agricultura y Ganadería………………………………………………………………………………..82
Conclusiones………………………………………………………………………………………………….89
Anexos………………………………………………………………………………………………………….92
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………....100
5
Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo caracterizar y explicar la rehabili tación de los Llanos
Orientales, iniciativa de reconstrucción llevada a cabo por el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla después de cinco años de v iolencia generalizada en la región. En otras palabras, esta monografía
tiene objetivos tanto descriptivos como analíticos. Por un lado, busca responder a la pregunta: ¿En
qué consis tió la rehabili tac ión? Por el otro, pretende explicar por qué la rehabili tación ocurrió en la forma en que lo hizo y por qué surgió en el momento en que surgió.
La rehabili tac ión surgió como contrapartida a la entrega de las llamadas “guerrillas del Llano” en la amnistía ofrecida en 1953 por el Presidente de la República, y se implementó hasta el final del
gobierno de Rojas en 1957. Pocos trabajos se han aprox imado a este tema, y en general lo han
hecho de forma tangencial o sin trabajo empírico suficiente.1 Por tanto, vale la pena aprox imarse a éste. Así mismo, en una época como la actual, en la que se están debatiendo iniciativas de
construcción de paz para el postconflic to, proyectos reparación, indemnizaciones para las v íctimas, y
políticas de memoria y verdad, el estudio de experiencias pasadas es relevante. Sobre todo, debe tenerse en cuenta que en los debates actuales el énfasis está puesto en las experienc ias
internacionales, mientras que las iniciativas que se han llevado a cabo en Colombia están fuera del
debate.
Este trabajo está basado en fuentes primarias, las cuales se pueden clasificar en dos grupos. Por un
lado, documentos oficiales tales como informes, memorandos y el Diario Oficial. Algunos de éstos fueron publicados, otros fueron consultados en el Archivo General de la Nación. Por el otro lado, la
monografía también se realizó con base en la consulta de publicaciones periódicas. En particular, se
rev isaron: Eco Nacional, Diario de Colombia, Semana, Diario Oficial Segunda Época, El Tiempo, Diario Gráfico y Economía Colombiana. Si bien Semana se rev isó para todo el periodo en cuestión,
las demás publicaciones sólo se consultaron durante intervalos específicos.
1Las obras que se ocupan de la rehabilitación son: Cesar Ayala, “La paz frustrada, 1953”, en: Medófilo Medina (comp.), Tiempos de paz: procesos de paz en Colombia, 1902‐1994, Bogotá, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 2003; Gonzalo Sánchez, “La Violencia: de Rojas al Frente Nacional”, en Jaime Jaramillo; Álvaro Tirado; Jorge Orlando Melo; Jesús Antonio Bejarano, Nueva Historia de Colombia Bogotá, Planeta, 1989, pp. 153‐178; Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros: memorias de la insurrección llanera, Bogotá, CEREC, 1992; Alfredo Molano, Amnistía y Violencia, Bogotá, CINEP, 1980; Justo Casas Aguilar, La Violencia en el Llano: comando hermanos Bautista, Bogotá, ECOE, 1986
6
La selección de estas publicaciones periódicas obedeció al deseo de enfocar la investigación en la perspectiva oficial. Eco Nacional, Diario de Colombia (dirigido por el yerno de Rojas), Economía
Colombiana (rev ista de la Contraloría General de la Nación), y por supuesto el Diario Oficial Segunda Época (publicado por el Departamento de Propaganda del Estado), son voceros de las
tesis oficiales. Además, debe tenerse en cuenta que durante el periodo de interés ex istía la censura
de prensa, fuera esta explícita o través de un “pacto de caballeros”, lo cual mantenía a las publicaciones periódicas dentro de ciertos márgenes de coincidencia con el oficial ismo. Por
supuesto, se reconoce que el estudio de los debates, los proyectos alternativos y las v isiones de
oposición es necesario. No obstante, por las limitaciones propias de una monografía de grado y por el estado actual de la his toriografía sobre el tema, se optó por delimitar el trabajo a la posición ofic ial.
Para abordar la rehabili tación de los Llanos Orientales, el primer capítulo se ocupa del contexto necesario para comprenderla: el estado de la región antes de que se llevara a cabo la iniciativa, y el
desarrollo de La Violencia en el Llano. Esta sección enfatiza los procesos de diferenciación dentro
de las distintas áreas que componen los Llanos Orientales, y los efectos del enfrentamiento armado que actuaron como catalizadores de la rehabili tación. Así mismo, el capítulo aporta críticas a la
bibliografía sobre el tema, resaltando sobre todo la falta de definición de las estructuras social y
agraria del Llano.
Ahora bien, esta monografía propone que la rehabil itación de los Llanos Orientales ocurrió en dos
etapas: la primera, de 1953 a 1954, se ocupó de atender las necesidades inmediatas que había generado La Violencia. La segunda, de 1955 a 1957, emprendió medidas de mayor ímpetu,
cercanas a un plan de desarrollo para la región. El segundo capítulo busca dar cuenta del diseño de
la rehabili tación: cómo se pensó, qué objetivos se definieron, etc., lo cual ocurrió durante los primeros meses del gobierno de Rojas. Posteriormente, trata la implementación de la primera etapa
de la rehabilitación en los Llanos Orientales. Así, se introduce el concepto de rehabil itación
agropecuaria, se definen las concepciones sobre los guerrilleros que influenciaron el proceso, y se describe la política de créditos que caracterizó la primera etapa. Además, se discute el alcance
diferenciado de la rehabili tación en las diferentes zonas que componen a los Llanos Orientales,
7
introduciendo un elemento completamente ausente en las obras sobre el tema. Así mismo, el
capítulo muestra la presencia de factores de larga duración en la rehabili tación.
Finalmente, el tercer capítulo busca dar cuenta de la tercera etapa de la rehabilitación de los Llanos Orientales. Esta sección tiene un componente descriptivo importante pues se intenta hacer un
inventario de las medidas tomadas en materia de salud, educación, obras públicas, comunicac iones
y agricultura y ganadería. Adicionalmente, el capítulo también busca introducir la idea de la colonización de los Llanos Orientales como punto de articulación de las medidas tomadas durante
esta etapa, y de la rehabili tación como iniciativa descentralizada. Por supuesto, también se retoman
argumentos del capítulo anterior, tales como la diferenc iación regional de la medida.
Así pues, además de lo que concierne a la rehabili tación específicamente, el presente trabajo
pretende ser un aporte, aunque modesto, a la his toriografía sobre los Llanos Orientales y sobre el gobierno de Rojas Pinilla. Vale la pena resaltar que ambos son temas bastante relegados por la
historiografía nacional y la falta de bibliografía relevante dificultó el trabajo de investigación en
algunas ocasiones. Por esta razón, el componente de fuentes primarias es el más importante en esta monografía. No obstante, las limitaciones de la investigación, algunas de las cuales se
discutirán en el aparte de conclusiones, son responsabilidad absoluta de la autora.
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Capítulo 1: Los Llanos Orientales y La Violencia
1.1. La Región En esta sección se busca dar cuenta del estado de los Llanos Orientales a mediados del siglo XX,
momento en el que empieza esta monografía. En primer lugar se hará una descripción general de
las condiciones geográficas y demográficas de la región, señalando rápidamente los problemas más apremiantes para su desarrollo. Posteriormente se tratará el proceso de diferenciación regional que
desembocó en la preeminencia del Meta en 1950, punto fundamental de esta monografía. Por
último, se delineará brevemente la política de la república liberal hacia la región, lo cual es importante dada la simili tud entre ésta y la rehabili tación a cargo de Rojas Pinilla.
Se le llama “Llanos Orientales de Colombia” al territorio comprendido entre el río Arauca al Norte, Venezuela y Brasil al Oriente, Caquetá, Vaupés y Guanía al Sur, y la parte de la cordillera oriental
que corresponde a Boyacá, Cundinamarca, Huila al Occidente. De acuerdo a las div isiones
territoriales actuales, se trata del territorio conformado por los departamentos del Meta, Arauca, Casanare y Vichada. Para 1948, las unidades adminis trativas en que estaba div idida la región eran:
Intendencia Nacional del Meta, Comisarías Especiales de Arauca y Vichada, y la Prov incia
boyacense del Casanare. Más adelante se explicará en qué consis tían las condiciones de Intendencia o Comisaría. Por ahora basta resaltar que estas div isiones seguían las líneas actuales.
9
Mapa 1: Los Llanos Orientales en 1950. El Mapa contiene los municipios y centros poblados relevantes para esta monografía Elaborado por Juan Diego Prieto. Fuentes: Instituto Geográfico Agustín Codazzi, “ Mapa de la división político-administrativa de Colombia” . Disponible en: http://ssiglapp.igac.gov.co/ssigl/mapas_de_colombia/galeria/IGAC/politicoseg.pdf; Google Maps.
Los Llanos Orientales cubren 253.000 kilómetros cuadrados de los 1.141.748 que conforman el territorio nacional. Están div ididos en dos grandes zonas: lo que se conoce como “Llano Arriba” (o
piedemonte llanero) y “Llano Abajo”. El primero corresponde a la zona de mayor alti tud, aledaña a la
cordillera oriental y por ello con tierras férti les. Desde la colonia, esta ha sido la zona donde se han concentrado la población y el desarrollo económico de la región. Por el otro lado, el “Llano Abajo”
corresponde a llanura de menor alti tud que se extiende al oriente del piedemonte, cuyo suelo es de
menor calidad. Como excepción, en el “Llano Abajo” también se encuentra la alti llanura, área de mayor altura que corresponde al actual San Martín (y en 1950, a San Juan de Arama).
La región está cruzada por varios ríos, la mayoría de los cuales son tributarios del Orinoco. Los más importantes son el río Apure, Meta, Arauca y Ariari. La vegetación típica es el pasto, aunque también
10
se encuentran bosques, llamados “matas de monte”, en las vegas de los ríos y en las faldas de las
montañas. Si bien las temperaturas son altas durante todo el año, en los Llanos se alternan las lluv ias y la sequía. La temporada de l luv ias empieza en mayo y se intensifica entre junio y
septiembre, época durante la cual gran parte del territorio está inundado. Por el contrario, de diciembre a marzo los “caños” (ríos formados durante las inundaciones) retroceden y el pasto se
seca. 2 Este régimen de lluv ias marcaba el desarrollo de la ganadería, la activ idad económica más
importante de la región. Sólo una vez al año los hatos se vacunaban, marcaban y sacaban al mercado, reduciendo la productiv idad y afectando el ciclo de precios a causa de la sobre-oferta. Así
mismo, la pobreza de los pastos de la región (se necesitaban de 3 a 4 hectáreas para sostener una
cabeza de ganado), imponía límites importantes a la industria ganadera. 3
Los Llanos Orientales se caracterizaban además por una elevada proporción de población indígena,
y los confl ictos entre éstos, blancos y mestizos eran frecuentes a mediados del siglo XX. 4 Sin embargo, a nivel global, la densidad poblacional era baja, así como también lo eran los presupuestos
locales. De hecho, aún para esta época la región no había logrado superar plenamente muchos de
los problemas que la habían aquejado desde la época colonial: enfermedades tropicales, pocos hospitales y escuelas, carencia de suficientes v ías de comunicación, pobreza del erario, entre otros.
Más adelante, cuando la rehabili tación intente abordarlos, estos problemas se desarrollarán en
mayor profundidad. 5
2 Miguel García Bustamante, Persistencia y Cambio en la Frontera Oriental de Colombia: El piedemonte del Meta, 1840‐1950, Medellín, Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2003, pp. 27‐28; Jane Rausch, The Llanos Frontier in Colombian History 1830‐1930, Albuquerque, University of New Mexico Press, 1993, pp. 3‐4 3 Salomón Kalmanovitz, El desarrollo de la ganadería en Colombia 1950‐1972, Bogotá, Boletín Mensual de Estadística (DANE) no. 253‐254, agosto‐septiembre 1972, p. 198 4 Augusto Gómez, Indios Colonos y Conflictos: una historia regional de los Llanos Orientales, 1870‐1970, Bogotá: Siglo XXI; Pontificia Universidad Javeriana; Instituto Colombiano de Antropología, 1991 5 Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op.cit, pp. 209‐341
11
Unidad Poblac ión Indígenas # Reses
Pr esupuesto
en pesos
Intendencia del Meta 67.492
No información 77.045 240.576,90
Comisaría de
Arauca 12.683 1.500-3.000 90.000 67.918,32
Comisaría del Vichada 11.117 9.000
No información 52.599,63
Provincia de
Casanare 25.481 2.000 535.142
No
información
Tabla 1: Los Llanos Orientales en 1930. Fuentes: Jane Rausch, The Llanos Frontier in Colombian History 1830-1930 (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1993); Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial y la región fronteriza de los Llanos (Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2003). Ahora bien, para esta monografía es interesante resaltar el desarrollo diferenciado de Meta, Arauca,
Casanare y Vichada pues para finales de la década de 1940 el liderazgo regional estaba a cargo de
la zona del Meta mientras que las demás regiones se encontraban en un periodo de estancamiento económico. El crecimiento del Meta había comenzado a mediados del siglo XIX cuando se presentó
un movimiento colonizador de la zona de influencia de Villav icencio y San Martín, motivado sobre
todo por la guerra civ il de 1869-1862 y por la intención de comerciantes bogotanos de lucrarse a partir del cultivo del café en las tierras bajas. Estos colonos se v incularon al auge agroexportador
que v iv ía el país a través del cultivo del caucho, activ idad que dinamizó la región. Se inició la
construcción de la carretera Bogotá-Villav icencio, se construyó otra entre Villav icencio y Colombia (Tolima), y prosperó por poco tiempo una iniciativa de navegación a vapor por el río Meta. A su vez,
estas v ías de comunicación empujaron la producción, aunque moderada, de café, quinina y arroz.
Finalmente, los ganaderos de la zona empezaron a experimentar con pastos artificiales, razas mejoradas y el suministro de sal a los ganados. Así, la ganadería logró mantener su estatus como
renglón económico más importante de la zona, valiéndose de los excedentes generados por la agricultura. 6
Pese al fin del auge del caucho, durante la primera mitad del siglo XX el ri tmo de crecimiento del Meta se mantuvo, sobre todo por el flujo constante de colonos y por la creciente v inculación de la
zona al mercado de Bogotá, la cual culminó con la pav imentac ión de la carretera Bogotá-
6Ibid, pp. 83‐84; 160‐168
12
Villav icencio en 1936, haciéndola transitable a vehículos automotores. Así, fueron aumentando los
envíos de maíz, yuca, plátano, arroz y carne a Bogotá. En particular, dos sectores se consolidaron durante la segunda mitad del siglo XX: el arroz, cuya producción empezó a tener características
agroindustriales, y la ganadería. En cuanto a esta última, la modernización de las técnicas iniciada en el periodo anterior (mejora de los pastos y las razas), v iró el sis tema productivo de la totalidad de
los Llanos Orientales a favor del Meta. El cultivo de pastos mejorados en la zona de influencia de
Villav icencio y San Martín hizo que ésta se convirtiera en el punto de ceba de los ganados de Arauca y Casanare. Es decir, si bien la cría y levante seguían realizándose en la parte norte de los Llanos,
en vez de llevar el ganado a Sogamoso para engordarlo y conducirlo al interior, Villav icencio adquirió
la condición de puerta al interior, siendo esta parte de la cadena productiva la de mayor valor agregado en la ganadería.7
Así pues, para finales de la década de 1940, la zona del Meta se estaba consolidando económicamente. Sin embargo, Arauca, Casanare y Vichada no participaron de este ciclo de
crecimiento económico. En cuanto a Arauca, el factor más importante en su desarrollo había sido
tanto el comerc io con Venezuela como la inmigración de venezolanos. Así, ciudad de Arauca era el princ ipal puerto colombiano sobre el Orinoco y su comercio era especialmente activo con el pueblo
venezolano de El Amparo. No obstante, la localización fronteriza de Arauca también traía problemas
para la comisaría. Entre 1909 y 1935, Arauca se convirtió en el lugar de refugio y entrenamiento de ex iliados venezolanos que querían derrocar la dictadura de Juan Vicente Gómez en Venezuela.
Éstos desestabilizaban la región, perpetraban actos de bandidaje y los encuentros entre ellos y la
polic ía colombiana eran frecuentes. Adicionalmente, el gobierno colombiano y el venezolano se enfrentaban esporádicamente en escaramuzas fronterizas: definición de fronteras, control de los
ríos, peajes, etc.
Por otro lado, si bien la ganadería era la activ idad más importante de la Comisaría de Arauca, ésta
tenía l imitaciones importantes que desembocaban en el atraso de la zona. En primer lugar, aunque
los ganaderos podían llevar su ganado hasta el interior a través de Villav icencio o Sogamoso, era menos desgastante para el ganado usar la carretera que iba de El Amparo a San Cristóbal y de allí a
Cúcuta. En esta carretera, los impuestos venezolanos eran tan altos que a partir de 1930 muchos 7 Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial y la región fronteriza de los Llanos, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 2003, pp. 229‐237; Miguel García Bustamante, Persistencia y Cambio…, op cit., pp. 46‐202
13
ganaderos empezaron a matar a sus ganados por el cuero, tratando de recuperar su inversión inic ial.
Es decir, se empezó a operar la destrucción de los rebaños. Además, otro de los problemas más apremiantes de Arauca eran los constantes ataques de los indígenas a las haciendas y hatos. Así,
para mediados del siglo XX, la ganadería, y con ella la economía de Arauca, estaba pasando por un mal momento.8
Por su parte, Vichada también tenía una fuerte influencia venezolana. Durante los siglos XVIII y XIX la economía de la comisaría había estado dominada por el vecino país a través de activ idades
comerciales y extractivas que incluían la esclav ización de los indígenas. Posteriormente, la zona se
había v inculado, como el Meta, al auge agroexportador del caucho. No obstante, éste no generó un crecimiento económico sostenido en la región. Para mediados del siglo XX, la mayoría de habitantes
blancos de la región apenas se sostenían levantando ganado o pescando. El mayor problema del
Vichada era su aislamiento del interior del país: sin carreteras, sólo el río Meta estaba disponible, y éste tenía tan poca profundidad en los meses de verano que entonces era innavegable.
Adicionalmente, la región también se veía afectada por frecuentes invasiones de insurgentes
venezolanos. 9
Finalmente, Casanare había sido la región más próspera de los Llanos durante la colonia; sin
embargo, Jane Rausch sostiene que no pudo superar la devastac ión por las guerras de independencia. Para mediados del s iglo XX, la ganadería era la única activ idad económica de la
región y si bien la cantidad de cabezas de ganado era mayor que la de la intendencia del Meta, los
hatos no se estaban reproduciendo debido a la costumbre de matar a las hembras por el cuero. En términos generales, el mayor problema de los productores de Casanare era el aislamiento
geográfico: las únicas rutas que conectaban a Casanare con el interior eran la de Cravo, que pasaba
de Sogamoso a Labranzagrande y al Morro en su camino hacia el río Meta; y la Chipav iejo, que conectaba Támara con Socotá. Se trataba, entonces, de carreteras de poca penetración.10
Así pues, esta era la s ituación en cada una de las áreas de los Llanos Orientales. Mientras el Meta estaba desarrollándose un proceso de crecimiento, Casanare y Vichada en especial, y Arauca en
8 Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial…, op cit., pp. 229‐250 9 Idem, pp. 210‐229 10 Idem, pp. 297‐327
14
menor medida, estaban estancadas en términos económicos. No obstante, con el fin de apoyar el
crecimiento del Meta, la república liberal inició toda una campaña de “redescubrimiento de los Llanos Orientales”. En primer lugar, fue durante el gobierno López que la carretera Bogotá-Villav icencio se
pav imentó. Así mismo, los gobernantes liberales establecieron vuelos comerciales entre estas dos ciudades, y serv icio de radio en casi todos los centros poblados poblados. Además, la república
liberal emprendió otras políticas más ambiciosas para el desarrollo de la región, buscando
modernizar la ganadería y la agricultura y promover la explotación petrolera. También llevó la primera campaña sanitaria a la región, fundó algunas escuelas oficiales y sucursales de la Caja
Agraria en algunos centros poblados. Finalmente, intentó algunos planes en última instancia
fracasados, tales como la construcción de un matadero municipal, una escuela vocacional y un matadero frigorífico en Villav icencio. 11 Como se verá más adelante, estas medidas, tanto las
logradas como las que fracasaron, formaron parte de la rehabili tación de los Llanos Orientales a
cargo de Rojas Pinilla. Esta continuidad indica que además de ser un proyecto de reconstrucción de la región después de la guerra, la iniciativa de rehabili tac ión también era parte de un proceso de más
larga duración: el apoyo del gobierno central al crecimiento económico de la Intendencia del Meta.
1.2. Los inicios de La Violencia en los Llanos: 1948-1950 Para comprender la rehabil itación, dado que fue presentada como iniciativa de reconstrucción
después de La Violencia, es necesario entender el desarrollo de ésta en el Llano. En esta sección se intentará dar cuenta de la primera fase de La Violencia, la cual, dentro del debate sobre las causas
políticas o socioeconómicas del fenómeno, se encuentra en el rango de las motivaciones políticas.12
Así, en este acápite se tratará en primer lugar el surgimiento de los l lamados “comandos tempranos” y la llegada de los chulav itas. Posteriormente se intentará dar cuenta de la pacificación impuesta por
el Ejército Nacional. No obstante, antes de iniciar es necesario hacer un breve comentario sobre la
bibliografía disponible.
Las tres obras fundamentales sobre el tema son Guadalupe y sus centauros de Reinaldo Barbosa,
La Violencia en los Llanos de Justo Casas Aguilar y Las Guerrillas del Llano de Eduardo Franco. En primer lugar, las tres obras son apologéticas frente al movimiento guerri llero. Así mismo, si bien las
11 Idem, pp. 251‐290 12Para un resumen de este debate puede verse Paul Oquist, Violencia, conflicto y política en Colombia, Bogotá, Instituto de Estudios Colombianos, 1978, pp. 21‐35
15
de Barbosa y Casas Aguilar están basadas en una extensa documentación empírica y la de Franco
cuenta con la ventaja de que el autor fue un participante de lo narrado, las obras están exageradamente enfocadas en los acontecimientos y la coyuntura. En otras palabras, no tienen un
enfoque de larga durac ión y , lo que es más importante, aunque uno de sus temas principales es la “escisión del bloque llanero”, o el enfrentamiento entre “dueños de hatos” y “trabajadores”, en
ninguna de estas obras (ni en ninguna de las que trabajan el tema del Llano) está claramente
identificada la estructura social y agraria del Llano.
Así, en el estado actual de la his toriografía no es posible saber cómo se organizaba la ganadería en
tanto sistema productivo: cuál era el nivel de concentración de la tierra, si acaso había ganaderos mayores y ganaderos menores, etc. La definición con la que trabajan los autores anteriormente
mencionados es sospechosa por esquemática. Afirman que en los Llanos ex istían solamente dos
grandes sectores sociales: los dueños de hatos y los que no lo eran. Estos últimos se div idían a su vez en tres grupos menores: mayordomo era quien cuidaba de las fincas, caporal era el encargado
de transportar los rebaños hacia los mercados, y los vegueros eran colonos que se ubicaban en las
vegas de los ríos y producían los alimentos para los hatos. 13
Tal como lo señala Van Ausdal, la his toria de la ganadería ha estado dominada por una v isión
tradicional en la que se le asocia con el latifundio, la concentración de la tierra y la v iolencia. Sin embargo, este enfoque se ha caracterizado por la falta de trabajos empíricos, los cuales, a medida
que se han desarrollado, han permitido ver que la participación de ganaderos menores también era
importante en la industria ganadera hasta mediados del siglo XX. Así mismo, al tener en cuenta la div isión del proceso productivo (por ejemplo, es posible que los ganaderos menores se ocupen del
levante y los mayores de la cría y la ceba), el sector pierde la homogeneidad que se le había
atribuido tradicionalmente.14 Los trabajos de Barbosa, Casas Aguilar, Guzmán Campos y Eduardo Franco parten de la v isión tradicional y , si bien ésta puede o no ser correcta, se necesita más trabajo
empírico al respecto. No obstante, ahora es momento de pasar al estudio del desarrollo de La
Violencia en el Llano. 13 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros: memorias de la insurrección llanera, Bogotá, CEREC, 1992, pp. 61‐62 14 Shawn Van Ausdal, “Ni calamidad ni panacea: una reflexión en torno a la historiografía de la ganadería colombiana”, en: Alberto Flórez (ed.), El Poder de la Carne: historias de las ganaderías en la primera mitad del siglo XX en Colombia, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2008, pp.28‐48
16
Hasta finales de 1949 los Llanos Orientales gozaron de una calma relativa, diferenciándose así de
otras regiones del país. Sin embargo, entre 1948 y 1949 se formaron algunos de los grupos guerril leros liberales o “comandos” que jugarían un papel clave en la v iolenc ia que se desató en la
región a partir de nov iembre de 1949. Entre estos grupos tempranos se destacan el de Eliseo Velásquez y el de los hermanos B autis ta, aunque también ex istieron otros. No obstante, solamente
el desarrollo de estos dos está documentado. Por tanto trazar los inicios de las guerrillas del Llano
supone, al menos en el estado actual de la historiografía, estudiar su desarrollo. Al hacerlo, se observa que fueron dos las tendencias que desequilibraron la región: por un lado, eventos
nacionales que resonaron de forma particular en el Llano, y por el otro, las dinámicas propias de La
Violencia en Boyacá.
En algunas regiones de prov incia, por ejemplo Barrancabermeja, el asesinato de Gaitán el 9 de abril
de 1948 llevó a la sublevación de poblac iones enteras y a la constitución de juntas revolucionarias que intentaron imprimir un orden revolucionario al movimiento. Es decir, el impacto del 9 de abril en
las regiones fue diferente al de las grandes capitales.15 En los Llanos Orientales el caso más
importante fue la toma de Puerto López y Pachaquiaro por el grupo l iderado por Eliseo Velásquez. Si bien el control de estas poblaciones fue retomado por el Ejército Nacional algunos días después, a
partir de este hecho Velásquez se convirtió en prófugo de la justicia y ganó un gran prestigio entre
los liberales del Llano, factores que lo llevarían, un año después, a convertirse en dirigente de uno de los primeros comandos de guerrilla en el Llano.16
Así, de esta situación es posible concluir que si bien el asesinato de Gaitán y la constitución de juntas revolucionarias no desataron el envío de polic ía chulav ita ni el asesinato de “nueveabrileños”
en los Llanos Orientales, sí tuvo relación con el desarrollo posterior de la v iolencia en el Llano. Es
decir, tuvo un efecto sui generis si se compara con otras regiones. En un primer nivel, la constitución de una junta revolucionaria ev idencia que se exacerbaron las tensiones partidis tas que según Jane
Rausch ex istían desde 1930, manifestándose, como en otras regiones, en dis turbios durante las
15 Sánchez, Los Días de la Revolución: gaitanismo y 9 de abril en provincia, Bogotá, Centro Cultural Jorge Eliecer Gaitán, 1993 16 El prestigio de Velásquez es evidente en las descripciones que de él hace Eduardo Franco, quien ni siquiera gustaba de él. Por ejemplo: “El éxito de Velásquez radicaba en sus gestos dramáticos y sus magníficas mentiras, realzado todo ello con el hecho protuberantemente acaecido en Puerto López y llevado al máximo de la popularidad por la propaganda liberal”. Eduardo Franco, Las Guerrillas del Llano: testimonio de una lucha de cuatro años por la libertad, Caracas, Editorial Universo, 1955, p.37
17
épocas de elecciones y actos menores de v iolencia política. 17 Sin embargo, el efecto principal del
nueve de abril se operó en una dimensión más concreta. Estos eventos pusieron a un grupo de hombres por fuera de la ley, creando un acervo de guerril leros potenciales que, llegado el momento,
pasaron a engrosar las filas del movimiento. Además, podría suponerse que a partir de esta experiencia se crearon o se reforzaron v ínculos y técnicas de organización que eventualmente se
uti lizarían en la guerra de guerrillas.18 No obstante, discusiones sobre estos aspectos se encuentran
ausentes en los trabajos sobre las guerrillas del Llano, probablemente por su en los grandes líderes de los comandos.
Ahora bien, ya en 1949, otros dos eventos nacionales tuv ieron gran impacto en el Llano, tal vez mucho mayor al que pudieron llegar a tener en otras regiones del país: el cierre del Congreso en
noviembre y el ases inato de Gustavo Jiménez el siete de septiembre. En cuanto a esto último, si
bien en varios textos generales sobre La Violencia el asesinato de Jiménez en el Congreso es presentado tan solo como un antecedente de la declaración de abstención liberal, la importancia de
este hecho en el Llano fue mucho más allá dado el origen boyacense del congresis ta. Como tal,
Gustavo Jiménez era el representante del liberalismo del Llano pues para 1949 los llanos del Casanare eran parte de B oyacá y ni la Intendencia del Meta ni la Comisaría del Vichada tenían
representación electoral. Vale la pena destacar en este punto que si bien la población del Meta
estaba div idida entre conservadores y liberales (lo cual puede explicar el menor arraigo de las guerril las allí), Arauca y Casanare eran mayoritariamente liberales. 19 Por tanto, el asesinato del
representante aumentó notablemente las tens iones partidis tas y la ira liberal en el Llano. Por
ejemplo, la importancia de Gustavo Jiménez para las guerrillas del Llano puede verse en la adopción de su nombre para el Comando liderado por Eliseo Velásquez y como contraseña en el comando
guerril lero de Tulio Bautista. 20
Por otro lado, el cierre del congreso l levó a que el Capitán Alfredo Silva, comandante de la
guarnición de Villav icencio, junto con varios miembros de la Fuerza Aérea amotinados bajo su
17 Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial…, op cit., p. 341 18 Un ejemplo claro de esta posibilidad es el recuento hecho por Eduardo Pizarro en Las FARC (1949‐1966): de la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha de Eduardo Pizarro. Según el argumento, los combatientes se van quedando atrapados en un ciclo de ilegalidad. Así mismo, este estudio da cuenta de la continuidad en las técnicas y los grupos que eventualmente resultan en la constitución de las guerrillas. 19Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial…, op cit., p. 341 20 Eduardo Franco, Las Guerrillas del Llano…, op cit., p.115
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mando, se tomaran esta ciudad el 25 de nov iembre de 1949. 21 Además, el capitán contactó caciques
liberales, habitantes y pobladores que partic iparon parte en el levantamiento del 9 de abril de 1948 (en especial a Eliseo Velásquez y su grupo) para que simultáneamente se tomaran Puerto López y
siguieran hasta Villav icencio para apoyarlo. Sin embargo, tras tomarse Puerto López, Velásquez y su grupo se devolv ieron por el río Meta, tomándose además Cabuyaro, Remolina, Cháviza, Poyatas y
San Pedro de Arimena, a lo cual se debe añadir el levantamiento de Cumaral y Barranca de Upía.
Así, lo que en había sido planeado como un levantamiento localizado terminó extendiéndose por una buena parte del Llano. 22
Para Reinaldo Barbosa y Justo Casas Aguilar, este levantamiento constituye el inicio de la “revolución llanera”, o, si no se estuv iera analizando desde la perspectiva exclusiva del movimiento
guerril lero, se diría que de la v iolencia en el Llano. Por un lado, todo parece que indicar que el
comando de Eliseo Velásquez quedó definitivamente consolidado tras esta toma. 23 Por el otro, la extensión de esta rebelión env ió el mensaje de un movimiento de gran envergadura y altamente
coordinado, lo cual eventualmente desembocaría en el envío de fuerzas de polic ía para “pacificar” la
región, cambiando por completo la dinámica en la región. 24 Sin embargo, antes de empezar a tratar esa nueva fase del conflic to debe estudiarse la llegada de refugiados boyacenses que, como se dijo,
fue fundamental para exacerbar el confl icto.
Aunque en la memoria popular Boyacá figura en La Violencia sobre todo en su condición de sitio de
origen de los “chulav itas”, debe tenerse en cuenta que algunas zonas liberales de Boyacá de hecho
sufrieron ataques por parte de los efectivos de la polic ía provenientes de Chulav ita y Boavita.25 En particular, interesa resaltar los ataques sufridos por las poblaciones ubicadas en los alrededores de
21 Según Barbosa y Casas Aguilar, la toma del capitán Silva formó parte de un plan de golpe de Estado orquestado por la Dirección Nacional Liberal y el Ejército Nacional, el cual habría sido abortado a última hora Gustavo Rojas Pinilla y sustituido por una tentativa de paro general . Sin embargo, esta orden no habría alcanzado a llegar a los Llanos Orientales. Por otro lado, autores como Gonzalo Sánchez o Marco Palacios afirman que el levantamiento de Silva fue un episodio aislado. Aunque para efectos de esta monografía este es un debate sin importancia pues apunta a señalar la “traición” de la Dirección Nacional a las guerrillas de los Llanos, vale la pena señalarlo brevemente. 22 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., pp. 83‐85; Justo Casas Aguilar, La Violencia en el Llano: comando hermanos Bautista, Bogotá, ECOE, 1986, p.37 23 Eduardo Franco siempre se refiere a este hecho como el que dio origen al comando. Además, Barbosa afirma que para finales de 1949 este comando ya estaba definitivamente consolidado, lo cual permite especular que este fue el punto nodal en su formación. 24Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 85 25 Véase por ejemplo Germán Guzmán Campos, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna, La Violencia en Colombia: estudio de un proceso social, Bogotá, Círculo de Lectores, 1998,p. 84
19
la margen derecha del río Upía, tales como Sabanalarga, Miraflorez y San Luis de Gacena, entre
nov iembre y diciembre de 1949. Como consecuencia de las comisiones chulav itas, un gran parte de la población liberal de estas zonas emigró hacia el otro lado del río, es decir, hacia los Llanos
Orientales. Allí, algunos de estos “refugiados” o “ex ilados”, tal como se les llamaba en la época, se organizaron bajo el mando de Tulio Bautis ta y sus hermanos, formando así el otro comando
temprano del que se tiene información. 26
¿Cuál es la importancia de estas migrac iones? En primer lugar, generaron formas tempranas de
organización guerril lera que imprimieron su propia dinámica a La Violencia, una vez ésta llegó a los
Llanos. En otras palabras, la resistenc ia estaba organizada antes de que l legara la v iolencia ofic ial, lo cual incidió en la capacidad y duración de las guerri llas del Llano. Por otro lado, el nivel de
educación de la población boyacense era más elevado que el de la población Llanera, lo cual les
permitió a los boyacenses tener más éx ito en la dirección ideológica del movimiento. No en vano los hermanos Bautis ta lideraron los proyectos ideológicamente más sofis ticados, seguidos de Eduardo
Franco.27 En cierta forma, las migraciones de boyacenses pusieron en pie de igualdad a chulav itas y
chusmeros pues, tal como señala Eduardo Franco, los líderes de uno y otro bando habían estudiado juntos en el colegio Sugamuxi de Boyacá.28
Así pues, a medida que l legaban los chulav itas tras la toma del capitán Silva, se encontraban con comandos ya constituidos, formados tanto por la exacerbación de las tensiones partidis tas en el
Llano como por la migración de Boyacenses. Sobre esta base, a finales de 1949 empezaron los
ataques a gran escala, y a su vez se multipl icaron los comandos y los guerrilleros. Por ejemplo, las poblaciones de Betel, Caño Grande, Iguaro y Tauramena fueron saqueadas e incendiadas por
comisiones chulav itas, y una suerte similar corrieron Támara y Pore. 29 Sin embargo, como resultado
de esas incursiones, aumentaba en el Llano el número de combatientes, comandos y comandantes. Así, para mediados de 1950 estaban conformados los comandos que, con pocas variaciones,
26 Justo Casas Aguilar, Las Guerrilas del Llano…, op cit., pp. 11‐40 27 Justo Casas Aguilar, Las Guerrilas del Llano…, op cit., p. 44; Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., 158. Eduardo Franco, tal y como él mismo se describe era un “hacendado” boyacense que decidió dejar sus propiedades y unirse a la revolución. Justo Casas Aguilar lo describe como un “aristócrata terrateniente”, pero, como se dijo, no es posible saber qué significa esto. Por su parte, los cinco hermanos Bautista tenían diferentes actividades. Argemiro era leguleyo en Miraflórez, Rubén era agricultor y herrero, Pablo era empleado de la burocracia oficial y Tulio era caporal. De Manuel no se tiene información. 28 Eduardo Franco, Las Guerrillas del Llano…, op cit., 10 29 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 96
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habrían de ex istir hasta 1953. 30 (Ver Anexo 1). Por tanto, puede afirmarse que entre finales de 1949
y mediados de 1950, si bien fue el periodo de los ataques chulav itas, también lo fue de la multipl icación de las guerri llas. Para el mapa y el recuento de los enfrentamientos que se
presentaron durante esta época, puede verse el Anexo 2. No obstante, lo más importante para esta monografía es resaltar que la mayoría de los enfrentamientos se presentaron en Casanare, mientras
que Meta fue un escenario marginal.
Durante esta nueva fase, hateros, peones, vegueros y caporales estaban aglutinados alrededor de la
guerril la liberal. Es decir, en ésta se encontraban representados todos los sectores sociales del
Llano y , aunque la mayoría de la soldadesca estaba conformada por peones rasos, los dueños de hato los apoyaban. Incluso, algunos de los jefes guerrilleros eran prec isamente hateros,
insertándose entonces la guerrilla en las redes ya ex istentes de poder económico, social y político.
En palabras de Reinaldo Barbosa, “Chocaron empujados por sus amos blancos, por sus caudillos, por sus patrones políticos […] el hacendado convertido en jefe guerrillero”.31 Así, el gamonalismo y
clientelismo propio de las regiones ganaderas fue uno de los determinantes fundamentales de la
capacidad de organizac ión de estas guerrillas. 32 Es decir, muchas se organizaron alrededor de las redes de patronazgo y clientelismo ya establecidas alrededor de los dueños de hatos.
Puede decirse que el final de esta fase empezó en marzo de 1950 con la reinstalación del Batallón Vargas en Apiay (municipio de Villav icencio). Con la entrada del Ejército Nacional, el conflicto
aumentó drásticamente su intensidad, culminando en una breve “pacificación” por la fuerza a finales
del año. Desde Apiay, el ejército intentó ocupar mili tarmente tanto las zonas de influencia como las de abastecimiento de los comandos, realizó bombardeos indiscriminados y arrestó tanto
combatientes como supuestos colaboradores. Además, implantó un cerco sobre la región,
30 Idem, p. 99 31 Idem, p. 76‐77. Según este autor, los gamonales del Llano, acostumbrados a penetrar el Estado local, eran los “hacendados.” No obstante, como ya se ha mencionado bastante, el término “hacendado” aún merece ser explicado. Realmente, sobre el funcionamiento del gamonalismo en el Llano, tal y como de la estructura social y agraria, se sabe poco. 32 Baretta y Markoff describen los sistemas de poder local en las fronteras ganaderas de América Latina y establecen que el gamonalismo y el clientelismo son típicos. Véase: Silvio R. Duncan, John Markoff, “Civilization and barbarism: cattle frontiers in Latin America”, Comparative Studies in Society and History, Vol 20, no 4 (Oct.1978), pp.587‐620. Así mismo, en su discusión sobre el poder local de los ganaderos, Van Ausdal señala cómo el clientelismo era un sistema de incentivos positivos, por oposición a la coerción y abusos que también cimentaban el poder local de los dueños de hatos. Shawn Van Ausdal, “Un mosaico cambiante: notas sobre una geografía histórica de la ganadería en Colombia, 1850‐1950”, en: Alberto Flórez, El Poder de la Carne…, op cit., p. 97
21
impidiendo el paso de ganado hacia o fuera de los Llanos y restringiendo el paso de mercancías y
abastecimientos. 33 En otras palabras, las tácticas del Ejército causaron serias pérdidas a la ganadería que, debe recordarse, era la principal activ idad de los Llanos Orientales.
Esta intens ificación de la presión oficial, sumada a la desmoralización de muchos combatientes por
la extradición de Eliseo Velásquez desde Venezuela sin ninguna intervención por parte de la
Dirección Nacional Liberal, generó la desbandada de muchos combatientes. Además, las contradicciones entre los diferentes jefes también se agudizaron en esta época, enfrentados como
estaban por botines de guerra, lo cual también generó la disolución de algunos comandos. Así, para
finales de 1950 afirma Justo Casas Aguilar: “Por eso cuando la mayor parte del llano tiene a regresar a su v ida normal, de finales de 1950 en adelante […]”.34 No obstante, el conflic to habría de resurgir
en 1951, aunque habiendo sufrido un cambio cualitativo.
1.3 La Escisión: 1951 – 1953 La idea de un conflic to cualitativamente dis tinto al anterior fue esbozada por primera en La Violencia
en Colombia, donde Germán Guzmán acuñó la expresión antes mencionada de “Escisión del Bloque Llanero”: “El fenómeno consis te en que los amos, dueños del hato, se vuelven contra la
peonada en armas”.35 Así, después de la normalización de 1950 el conflicto recomenzó pero con un
carácter diferente pues los hateros que se habían v inculado a la guerrilla la abandonaron, y muchos iniciaron una ofensiva en contra del movimiento. Es, pues, el momento en que los factores socio-
económicos o de clase entran a jugar un papel principal en el desarrollo de La Violencia en los
Llanos. 36 No obstante, debe recordarse la apreciación hecha anteriormente: las obras sobre La Violencia en el Llano no hacen un tratamiento claro sobre la estructura soc ial del Llano. Como
consecuencia, sus explicaciones parecen simplistas en el mejor de los casos, y francamente
ideológicas en los más extremos.
Las obras estudiadas suponen relac iones de antagonismo inherente entre “dueños de hato” y
“peones”. Los primeros no sólo concentrarían la tierra y los recursos (como el agua, un recurso
33 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., pp. 94‐98 34 Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 43 35 Germán Guzmán Campos, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna, La Violencia en Colombia: estudio de un proceso social, Bogotá, Círculo de Lectores, 1998, p. 71 36 Paul Oquist, Violencia, política…, op cit., pp. 21‐35
22
relativamente escaso en el Llano, disponible solamente en las matas de monte), sino que además
recurrirían a sis temas coercitivos, como el endeude, para garantizar la mano de obra necesaria para el trabajo ganadero. Así mismo, los autores afirman que los ganaderos tendían a expandir sus hatos
a costa de la tierra prev iamente ocupada por vegueros o colonos, cercándola como parte de sus propiedades o env iando sus ganados sobre las sementeras de los trabajadores.37 Habría sido, pues,
sobre esta base confl ictiva sobre la que se habría producido la escis ión del bloque Llanero. No
obstante, el trabajo empírico para sostener estas afirmaciones brilla por su ausencia, así que no se les puede dar credibilidad completa.
Para dar cuenta del tránsito al conflic to de clases que se produjo en 1951, los autores toman diferentes caminos. Es decir, los autores proponen explicaciones alternativas para la exacerbación
de los antagonismos tradicionales del Llano. En La Violencia en Colombia, la escisión del bloque
llanero se explica a partir del pillaje iniciado por Eliseo Velásquez y la contribuc ión forzosa que se impuso a los hateros (10% del precio del ganado transportado a los hateros l iberales, 20% a los
conservadores) para sostener los comandos guerrilleros. Además, en esta obra también se sugiere
que la lucha revela a los subordinados la necesidad de justicia social38, idea que posteriormente es desarrollada por Justo Casas Aguilar. Para este último autor, la lucha de las primeras fases tuvo un
efecto nivelador. Es decir, en los comandos peón y hatero habrían estado en las mismas
condiciones (lo cual es bastante dudoso, sin embargo). Esta situación le mostró al peón que su condición era susceptible de ser mejorada, y la v iolencia, la revoluc ión, se le insinuó como una forma
de lograrlo. Así, cuando tras la relativa normalizac ión del Llano el peón regresó al hato empezó a
hacer ex igencias al patrón. Éstas no habrían s ido bien v istas por el hatero y por tanto se desatarían, por un lado la insurrección, y por el otro la represión. 39
37 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., pp. 52‐60 38“[…]se orienta la conciencia del hombre hacia causas de justicia por obra de la revolución”. Germán Guzmán Campos, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna, La Violencia en Colombia…, op cit., p. 71 39 “Pero todos estos pensamientos y concepciones equivocadas, se ven resquebrajados durante la primera etapa de la lucha. Esta los ha colocado a todos en un mismo nivel. Ha mostrado al campesino que tiene dignidad, que tiene derechos, que puede alcanzar una mayor igualdad social y un mejoramiento en sus condiciones de vida. Por eso cuando la mayor parte del llano tiende a regresar a su vida normal, de finales de 1950 en adelante, la persona ya no regresa con la misma mentalidad, con la misma sumisión y mansedumbre […] Pero como siempre, el amo no está dispuesto a disminuirle un pedacito a su amplia tajada, sino a reprimir a quien reclama […]”.Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 43
23
Por su parte, Reinaldo Barbosa presenta una explicación más histórica y menos sociológica. Para
este autor, el punto nodal en la “Escisión” fue el apoyo de los hateros a las acciones del ejérc ito en contra de la guerrilla (Declaración de Sogamoso que se tratará más adelante), catalizado por el
cerco económico del Ejército y el rompimiento del movimiento con la Dirección Nacional Liberal. Así, Barbosa propone que el paso cualitativo de defensa de la v ida a insurrección fue un proceso
gradual, resultado de la interacción de estos tres factores en la evolución del conflicto. 40 Sin
embargo, al no explicar la estructura social del Llano y partir de una v isión más ideologizada que documentada, las conclusiones de estos autores pierden peso. Por tanto, más allá del peso que se
le conceda a las explicaciones propuestas, es conveniente estudiar más en detalle los desarrollos de
esta etapa.
En primer lugar, la llamada “Declarac ión de Sogamoso” fue firmada por los propietarios en 1951. Al
firmar este documento, algunos bajo coerción, los representantes de los hateros accedieron a calificar de “bandoleros” o “chusmeros” a los guerrilleros y pactaron el respaldo a las acciones
militares que se habían iniciado en la fase anterior, así como su intensificación y el inicio de nuevas
medidas. Entre las innovaciones se encontraban, en primer lugar, medidas de carácter económico: retenes en las temporadas de saca de ganado y salvoconductos para sacadores, hateros y
comerciantes. En segunda instancia, como medida de carácter mili tar se aceptó la creación de
“guerri llas de paz” o grupos paramilitares de contraguerrilla. Estos eran grupos de llaneros (en algunos casos migrantes boyacenses) de baja condición como los guerril leros, dirigidos en algunos
casos por los propietarios, aunque no es claro si estos eran los mismos que antes habían sido
comandantes guerrilleros.41
Por otro lado, en esta nueva etapa del conflic to también se llevó a cabo la reorganización político-
adminis trativa de la región para fac ili tar su control. Con la creación de la “Jefatura Civ il y Militar de los Llanos Orientales” en octubre de 1951 se concentró el poder ejecutivo, legislativo y judicial en un
único funcionario, el “Jefe Civ il y Militar de los Llanos Orientales”, cargo ocupado por un mil itar.
Además, esta medida fue precedida por la creación de la “Comisaría Especial del Casanare” en abril
40 “La vacilación del liberalismo, su inclinación por la “Resistencia Civil”, la contra‐revolución pactada entre hacendados y fuerzas armadas, y los reiterados cercos económicos y militares a la región, agudizaron el paso cualitativo de la confrontación liberal‐conservadora a la insurrección popular armada”. Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit.120. 41 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 107‐112
24
de 1950 y el “Destacamento de los Llanos”, medidas ambas que favorecían la mil itarización y el
control sobre la región. 42
Sin embargo, no solamente la alianza propietarios-autoridades aumentó la intensidad del conflic to. Ante esta nueva embestida los guerrilleros también modificaron su modo de proceder. No solo se
rev irtió la desmovilización anterior sino que aumentaron el número de combatientes y sus acciones
bélicas. Para 1953, se estimaba que el número de guerri lleros era de 20.000. 43 Además, los comandos se organizaron mejor. Los guerrilleros se preocuparon por la formación mil itar y la
disciplina castrense y se dio el paso a la guerra irregular o guerra de guerril las, desarrollando los
comandos una estrategia de combinar autonomía y coordinación en los fines que aumentó su eficacia. Para Junio de 1951 el Llano estaba div idido en dos comandos principales, cada uno
compuesto a su vez de comandos más pequeños de no más de 25 hombres: el de Iguaro,
comandado por Tulio Bautista (tras su muerte en 1952 sería reemplazado por Guadalupe Salcedo44), que se extendía desde el río Cusiana hacia el occidente buscando interactuar con las guerrillas del
Sumapaz y Tolima, y el de la Estaca, comandado por Eduardo Franco, que se extendía desde el río
hacia el oriente y el nororiente buscando apoyo en los Santanderes y Venezuela.45 Para los actos bélicos llevados a cabo por estos comandos, el Ejército y las guerri llas de paz, puede verse el anexo
3. Nuevamente, más que la enumeración en detalle, basta resaltar que La Violencia se concentró en
Casanare y en Arauca, mientras que el Meta fue escenario de reuniones y acuerdos.
Adicionalmente, dado que los renovados bríos del Ejército y las guerrillas de paz generaron muchos
“ex ilados”, los guerri lleros organizaron a la población civ il en enormes campamentos de refugiados bajo la protecc ión de uno u otro comando. Lamentablemente, las fuentes no señalan ni su número ni
su ubicación exactas. En estos campamentos, la guerrilla reguló la producción, el consumo y la
educación. En síntesis, estos serían verdaderos fortines guerrilleros, “zonas liberadas” incluso más estables que el campamento del Davis en el Sur del Tolima. Estos campamentos fueron
fundamentales para la insurrección, y algunos autores afirman que eran la base de la v irtual
42 Idem, p. 113 43 Russell Ramsey, Guerrilleros y Soldados, Bogotá, Ediciones Tercer Mundo, 1991, p. 227. Como con todas las cifras, hay desacuerdo entre algunos autores sobre cuántos guerrilleros existían efectivamente en los Llanos. No obstante, la de Ramsey parece ser la más acertada, y es aceptada incluso por Reinaldo Barbosa. 44 Guadalupe Salcedo era un veguero nacido en Tame. Antes de empezar la “revolución”, tenía un historial delictivo, sobre todo por cargos de abigeato. De hecho, se encontraba en la estación durante la toma del capitán Silva. 45 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 113‐118
25
indestructibilidad que hacia 1953 alcanzaron guerril las del Llano. Grac ias a los campamentos los
comandos gozaban del apoyo incondicional de la mayoría de la población civ il, lo que no sólo les daba legitimidad sino que les garantizaba cuantiosas prov isiones y eficaces redes de información y
espionaje. 46
Por otro lado, debe entenderse que si cuando recién llegó el Ejército se produjeron algunos
desequilibrios económicos, en esta fase del conflicto la disrupción fue notoria. Incluso, los ganaderos se v ieron forzados a gestionar varias treguas en las temporadas de saca de ganado. Además de la
presencia misma del cerco económico que destruyó v irtualmente la ganadería de la región, el
ejérc ito y la policía saquearon con frecuencia los hatos abandonados por sus dueños liberales. Así mismo, en las poblaciones donde la polic ía chulav ita se hizo fuerte, como por ejemplo en Támara, se
presentó el fenómeno de expropiación (por venta a precios bajos o de forma i legal) de cafetales,
casas, sementeras y animales de la población civ il que se había v isto obligada a huir. 47 Por supuesto, la guerri lla también contribuyó al decaimiento de la industria ganadera pues el ganado era
su sustento princ ipal y en varias ocasiones quemaron y destruyeron hatos como retaliación.48
De igual forma, un punto que está notoriamente ausente en los estudios sobre La Violencia en el
Llano es el papel jugado por las enormes masas indígenas de la región. Además, las menciones
esporádicas sobre estas comunidades proponen que más que tener intereses propios en el conflic to, los indígenas eran “util izados” por uno u otro bando, lo cual sugiere la presencia de los estereotipos
típicos sobre los indígenas en estas obras. Por un lado, Barbosa menciona algunas instancias en las
que los indígenas Tunebo de Támara fueron presionados por el ejérc ito para atacar a los guerri lleros de la región. Por el otro lado, si bien de parte de los guerrilleros los indígenas recibieron un trato más
benevolente, no por ello estuvo menos sujeto a coerción. El mismo autor refiere que los indígenas
Guahibo fueron obligados, tanto por Dumar Aljure como por Guadalupe Salcedo, a sembrar comida para los guerrilleros. 49
Ahora bien, ante la intens ificación del conflicto, los dos directorios nacionales intentaron en el segundo semestre de 1951 buscar una salida negociada (una “negociación política”) a través del 46Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 75‐79. 47 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit. p., 108‐120 48 Por ejemplo, Eduardo Franco, Las Guerrillas del Llano…, op cit., pp. 100‐150 49 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 139
26
envío de José Gnecco Mozo (conservador) y Alfonso López Pumarejo como emisarios. Aunque no
conviene reseñar aquí todo el proceso de negociación, es relevante tratar algunas de las petic iones de los guerri lleros pues eventualmente fueron incluidas en la rehabili tación. Para la reconstrucción
de las zonas afectadas por la v iolencia, entre las cuales no contaban solamente al Llano, los combatientes pedían la indemnización de los afectados por la v iolencia, “principalmente los pobres”,
la reconstrucción de los edificios públicos, prestación de asistencia social, el establecimiento de
centros educativos, asis tenc ia técnica, serv icio de crédito y tecnificadas. Por otro lado, para el Llano específicamente, pedían “medidas que remediaran la pobreza del Llano”, la representac ión de la
región en los cuerpos colegiados y v ida-jurídico administrativa para los municipios y
corregimientos.50 Como se verá más adelante, estas medidas fueron puestas en práctica por el gobierno de Rojas Pinilla. P or tanto, puede pensarse que ex istía una coinc idencia de objetivos para
la rehabili tación entre guerrilleros y gobierno. En una época como la actual, en la que gobierno,
v íctimas e intelectuales tienen proyectos divergentes, este consenso llama la atención.
El último proceso que merece destacarse de esta fase final del conflic to es la promulgación de las
llamadas Leyes del Llano. La primera fue elaborada el 11 de septiembre de 1952 y en ésta se organizó formalmente la revolución en términos adminis trativos, políticos y militares.51 Sin embargo,
los autores conceden mayor importanc ia a la Segunda Ley del Llano, elaborada en junio de 1953
bajo el auspicio del abogado liberal José Alvear Restrepo. Barbosa y Casas Aguilar presentan esta ley como culminación del movimiento guerri llero del Llano, tanto en el aspecto mili tar como en sus
aspiraciones de constituirse en voceros de un proyecto alternativo de poder, aunque esta afirmación
merece ser matizada pues, como se verá más adelante, probablemente no representaba a todo el movimiento. 52 En s íntesis, la Segunda Ley del Llano consideraba al Llano como zona liberada y en
estado de guerra permanente desde donde habría de llevarse la revolución a otras zonas del país, y
50 Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 45 51 Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerrilla y estructuras agrarias”, en Jaime Jaramillo; Álvaro Tirado; Jorge Orlando Melo; Jesús Antonio Bejarano, Nueva Historia de Colombia Bogotá, Planeta, 1989, p. 147 52 Mientras Barbosa habla de la oposición entre dos proyectos de Estado gestándose al mismo tiempo, el “Estado corporativista” de Laureano Gómez y el democrático‐revolucionario de las guerril las del Llano, Casas Aguilar afirma que “[…] el movimiento guerrillero de los Llanos superó a cuantos existieron en el país, en solidez, organización y profundidad política, siendo superado en este sentido solamente por las guerrillas comunistas varios años después”. Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 101; Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 188
27
enunciaba para todos los territorios l iberados leyes que Barbosa llama de democracia
revolucionaria. 53
En primer lugar, la Segunda Ley del Llano establecía un orden jerárquico claro entre los diferentes comandos: el congreso sería la máxima autoridad de la revolución y se reuniría cada año el primero
de mayo, ex istiría un Estado mayor con representación de la población civ il a cuyo cargo estaría la
dirección adminis trativa y política del movimiento en la zona de la revoluc ión, y a nivel local se crearían juntas de vereda y cabildos abiertos para el control político. Así mismo, se creó la figura del
comandante en jefe, encargado de los asuntos militares pero sometido a la autoridad del Estado
Mayor, y debajo de él comandantes de zona.
En cuanto al aspecto económico y político, Casas Aguilar sostiene que la ley del Llano reconocía
que la igualdad soc ial no se alcanzaría sin la igualdad económica puesto que los artículos 5 y 214 decretaban que las riquezas naturales y los medios de producción y dis tribución eran propiedad de
La Revolución. Además, la revolución también garantizaba la libertad de culto, palabra y expresión y
asumía como su responsabilidad el sustento y educación de los desamparados. Así mismo, la ley estableció la igualdad de la mujer y los derechos de los hijos naturales. Además, se decretaban que
el trabajo era la principal obligación de la población civ il y se garantizaba el respeto de la pequeña
propiedad. Finalmente, la ley también afirmaba que “La Revolución” garantizaba la protección de las comunidades indígenas, el respeto a la v ida y bienes de los conservadores en su territorio y la
prohibición de la práctica de tierra arrasada. 54
No todos los comandos ni todos los combatientes estuv ieron de acuerdo con la Segunda Ley del
Llano. Según Barbosa, en las guerrillas del Llano ex istían tres corrientes ideológicas. En primer
lugar, algunos sectores (por ejemplo Eliseo Velásquez) eran muy cercanos a las v isiones del ofic ialismo liberal. En segunda instancia, en el movimiento también ex istía una tendencia
“Democrático-Liberal”, comprometida con el mejoramiento de las condiciones de v ida de los llaneros
sin cuestionar el poder económico, social y político de los hateros. Eduardo Franco sería el mejor
53 Idem; Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., pp. 85‐101; Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 133 54 Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerrilla…”, op cit., p. 148; Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., pp. 85‐101
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representante de esta tendencia. Finalmente, la tendencia más progresis ta dentro de los guerri lleros
estaría constituida por los hermanos Bautis ta y su heredero, Guadalupe Salcedo, y sería su proyecto el que habría triunfado finalmente a través de la Segunda Ley del Llano. 55 Así, los sectores que no
compartían los objetivos de esta última tendencia no se adhirieron por completo a la ley y tampoco aprobaron la elección de Guadalupe Salcedo como Comandante en Jefe del movimiento guerrillero.
En este sentido, la Segunda Ley del Llano no debe tomarse como representativa de la totalidad del movimiento. Además, tampoco puede desconocerse la influencia que en su redacción tuvo el
abogado José Alvear Restrepo. Por tanto, es más adecuado proponer que la Segunda Ley del Llano
representaba a un solo sector de las guerri llas. Por ejemplo, las propuestas que los guerri lleros hicieron a Gnecco Mozo y a Alfonso López sugieren la coexistencia con tendencias menos
revolucionarias. No obstante, la mayoría de los combatientes abandonaron el lugar de reunión con la
Segunda Ley del Llano bajo el brazo, dispuestos a cumplir los objetivos allí planteados. Sería en este estado de cosas, en el auge de su poder, en el que sorprendió a los guerrilleros la noticia del
derrocamiento de Laureano Gómez y el ascenso de Gustavo Rojas Pinilla.
1.4. El fin de las guerrillas del Llano: junio – septiembre de 1953 A partir del acápite anterior puede observarse que cuando Rojas llegó al poder encontró una
situación de conflic to intenso en los Llanos Orientales, con 20.000 guerrilleros muy bien organizados, enfrentados la poderosa alianza ejército-hateros, lo cual había dejado a la región económicamente
devastada. Así, Rojas Pinilla, el presidente que había l legado al poder para arbitrar el conflicto
bipartidis ta y pacificar el país, no podía ignorar a esta región. De hecho, Gonzalo Sánchez afirma que aunque la ofensiva de paz era general, el objetivo más apremiante del nuevo gobierno era la
pacificación de los Llanos Orientales y la entrega de sus guerri llas, puesto que éstas eran las más
numerosas, las más temidas y las de mayor significación a nivel nacional debido a la coherencia de su proyecto político y su intención de expandir la revolución. 56 En este contexto, el gobierno de Rojas
ofreció amnistía a las guerrillas del país, y para el caso del Llano, ésta logró la pacificación de la
región, por lo menos hasta finales de la década de 1960, y el fin de las guerrillas del Llano tal y cómo
55Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 133; Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 44 56 Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerrilla...”, op cit., p. 154
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habían ex istido hasta 1953. Además, y esto es lo más importante para el presente trabajo, la
rehabilitación surgió como promesa del gobierno a los guerrilleros a cambio de su entrega.
A través de una circular env iada el XXX al comandante de las Fuerzas Militares, Alfredo Duarte Blum, Rojas Pinilla decretó la amnistía para los guerril leros que se entregaran, la cual fue publicada
en los principales diarios del país y , en los Llanos, arrojada desde av iones.57 Es decir, se trataba de
una amnistía sin decreto. Para el caso de las guerrillas del Llano ex iste consenso en que la motivación detrás del ofrecimiento de negociación, abandonando la fuerte ofensiva militar de los
años anteriores, fue una consideración de tipo estratégico. En otras palabras, para junio de 1953 el
balance de poder entre estas guerrillas y el ejército era tal que una v ictoria militar del ejército era, si no imposible, por lo menos muy difícil. 58 Sin embargo, fue precisamente la entrega de las guerrillas
del Llano la que fue la más ex itosa, comparada por ejemplo con las guerrillas del Tolima. Por tanto,
alrededor de la pregunta de por qué se entregaron las guerri llas del Llano, han surgido tres teorías, ninguna de las cuales es satis factoria. Este es otro vacío importante en la historiografía sobre el
tema.
En primer lugar es posible encontrar la idea de traición pues los primeros en iniciar negociac iones
con el gobierno fueron los hermanos Fonseca, quienes en ese momento estaban marginados del
resto del movimiento debido a su oposición a las Segunda Ley del Llano y a la designación de Guadalupe Salcedo como jefe único de la revoluc ión. Paradójicamente, este comando fue el único
que logró la negociación de contraprestaciones a la entrega, las cuales, no obstante, cobijaron a los
combatientes de los que se había separado. Así, después de varios encuentros con mili tares y ganaderos en representación del gobierno, los hermanos Fonseca convinieron en entregar
combatientes y armas a cambio del indulto a los presos políticos de La Violencia, el pleno goce de
los derechos constitucionales para todos los ciudadanos, el retorno de los ex ilados a sus lugares de origen, amnistía para los combatientes que se entregaran, y el compromiso del gobierno a entregar
57 Cesar Ayala, “La paz frustrada, 1953”, en: Medófilo Medina (comp.), Tiempos de paz: procesos de paz en Colombia, 1902‐1994, Bogotá, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 2003 58 Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 127. Si bien puede pensarse que esta apreciación es hecha a partir de la visión apologética de estos autores, la totalidad de la obra Las Guerrillas del Llano de Gustavo Sierra Ochoa, entonces comandante del Batallón Páez de Sogamoso y uno de los encargados de la lucha contra las guerril las del Llano, es precisamente un intento de diseñar estrategias para superar la capacidad militar de las guerrillas, en ese entonces infranqueable para el Ejército Nacional. Gustavo Sierra Ochoa, Las Guerrillas de los Llanos Orientales, Manizales, Imprenta Departamental, 1954.
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recursos para la reconstrucción de las zonas afectadas por la v iolencia. Eventualmente, este
acuerdo se convertiría en la rehabili tación de los Llanos Orientales.59
Por su parte, para los comandos agrupados bajo la autoridad de Guadalupe Salcedo, es posible encontrar es la idea según la cual fueron obligados a entregarse. Según esta idea, los guerri lleros
querían acordar la paz mediante un documento público firmado y testificado por diplomáticos
extranjeros, en el cual el gobierno se comprometiera a darles garantías a los guerrilleros, indemnizar a la población civ il afectada por el conflic to, otorgarle tierras, crédito, maquinaria y asistencia técnica
a las familias llaneras, darle trabajo a los ex combatientes, liberar a los presos políticos y reconstruir
las poblaciones destruidas construyendo escuelas donde antes no había. Sin embargo, una vez en el destacamento de Monterrey, los guerrilleros habrían sido obligados a entregar sus armas, la
guarnición habría sido rodeada por soldados y los guerrilleros habrían sido obligados a entregarse
con sus armas a cambio de la promesa de que el gobierno cesaría toda persecución contra ellos y disfrutarían de libertad. 60
Finalmente, también se ha explicado siguiendo la idea según la cual los guerrilleros estaban fís icamente cansados de la guerra y confiaban (¿por qué?) en Rojas Pinilla. En otras palabras, la
mayoría de los combatientes deseaban la paz. Incluso, la buscaban con tanto ahínco que l legaron al
asesinato de José Alvear Restrepo, quien se oponía a la paz negociada prev iendo una traición por parte del gobierno. Por supuesto, ni el engaño ni la coerción ni el “deseo de paz” parecen ser
razones suficientes para la entrega de las guerril las del Llano. Sin embargo, en los textos ex istentes,
abiertamente apologéticos, estas son las v isiones que se manejan.
Así pues, por motivos que aún están en mora de estudiarse más a fondo, en septiembre y octubre
de 1953 (las entregas están discriminadas por día en el anexo 3), las guerri llas del Llano se entregaron y la región v iv ió una época de paz relativa, con algunos reductos de bandolerismo en la
región del Ariari. 61 De hecho, el Llano se mantuvo en calma hasta mediados de la década de 1960,
cuando las recién creadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) empezaron a
59 Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 124; Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., p. 164‐169 60 Justo Casas Aguilar, La Violencia en los Llanos…, op cit., p. 121‐122 61 Richard Maullin, The fall of Dumar Aljure: a Colombian guerrilla bandit, Santa Monica, The Rand Corporartion, 1969
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hacer presencia en la región. 62 Por supuesto, no debe pensarse que las guerrillas se entregaron en
su totalidad. Incluso si se acepta la cifra más alta confirmada de 3.595 combatientes, la proporción es baja pues, como se dijo, el número de guerrilleros se estima en por lo menos 20.000. Sin
embargo, ex iste consenso en la li teratura: la amnistía de Rojas Pinil la supuso el fin de las guerril las del Llano. Si bien a partir de 1957 se presentaron intentos aislados de rev iv ir las guerrillas, estos no
prosperaron y , aunque el conflic to armado se reinició posteriormente en la región, las dinámicas
serían distintas a las que se v iv ieron con el movimiento guerrillero de 1953-1957.
Así las cosas, en este capítulo se intentó dar cuenta de la situación de los Llanos Orientales al
momento de inic iarse la rehabil itación. En primer lugar se presentó una descripción de la región, haciendo énfasis en la diferenciación entre Arauca, Casanare, Vichada y Meta. Por supuesto, tanto
los problemas señalados como las diferencias en los niveles de desarrollo fueron agravadas por La
Violencia, en tanto durante ésta Meta fue un escenario marginal. Así mismo, La Violenc ia supuso el cambio de la política de “redescubrimiento” de la República Liberal a la represión del movimiento
guerril lero como objetivo del gobierno central en la región. En segunda instancia, en el capítulo
también se trazó el desarrollo del movimiento guerril lero, dis tinguiendo una fase de relativa calma de otra en la que el confl icto alcanzó proporciones más altas que en el resto del país. Así mismo, se
trataron las consecuencias económicas del fenómeno, las propuestas de reconstrucción de los
combatientes, y la amnistía como fin de las guerrillas del Llano. Finalmente, debe mencionarse que el presente capítulo, además de ser el contexto necesario para entender la rehabil itación, señala
vacíos importantes en la his toriografía sobre el tema y constituye un intento de sintetizar obras
fragmentarias y apologéticas. También en este sentido debe reconocerse su aporte.
62 Jane Rausch, “Villavicencio, Colombia 1940‐2005: From frontier town to Metropolis”, Journal of Third World Studies, Fall 2006
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Capítulo 2:
La primera etapa de la rehabilitación: 1953-1955. 2.1. El concepto de rehabilitación y su institucionalización En este aparte se tratará de analizará la concepción de “rehabili tac ión” que se forjó con la llegada de
Rojas Pinilla al poder y cómo tomó forma en la institución encargada de ejecutarla, la O ficina de Rehabil itación y Socorro (ORS). En particular, se discutirán los objetivos planteados para la
rehabilitación, así como su relación con la redis tribuc ión y su punto de partida frente a la paz.
También se intentará mostrar que la rehabili tación está articulada a un proyecto económico y político más amplio. Además, se intentará dar cuenta de funciones secundarias de la ORS. Por supuesto,
aunque este aparte se refiere a la política de rehabili tación en general, en todo momento se señalará
también qué forma toman los principios generales en el caso de estudio de esta monografía, los Llanos Orientales. Finalmente, en determinados puntos se mencionará cómo encaja la rehabil itación
en los debates de la teoría de construcción de paz pues uno de los objetivos de esta monografía es
complementarlos a través del estudio his tórico.
Desde el mismo 13 de junio, día en que Rojas subió al poder, la v iolencia, y por ende la paz, fueron
presentados como problemas eminentemente económicos. Es decir, la v iolenc ia se consideraba como un fenómeno negativo ante todo por la disrupción económica que conllevaba. Por tanto, y
derivándose directamente de esta concepción, la labor de rehabilitación debía enfocarse en la
reparac ión de los problemas económicos generados por la barbarie. Por ejemplo, Rojas afirmó en diciembre de 1953:
“ […] el Estado Colombiano ha reasumido la dirección de grandes zonas de la geografía nacional y de su población antes perdidas por causa de la acción de los
indiv iduos alzados en armas […] ahora será posible poner al país y a esas zonas de
geografía y poblac ión, a producir económicamente. El traumatismo padecido por Colombia en su economía y en su v ida general v iene desapareciendo y para el próx imo
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año se reanudará el ri tmo del trabajo y de la producción, habrá un crec iente empleo de
brazos, capital y tierras, y un aumento considerable del bienestar popular”.63
Así, es posible ver que en concepto del Presidente, v iolencia, rehabili tac ión y economía estaban indisolublemente ligadas.64 Sin embargo, no se trataba de ni del daño ni de la reconstrucción de la
economía en general. Tanto los comentaris tas como los oficiales del gobierno se cuidaban de
especificar: “El impacto fue singularmente duro en el cultivo de la tierra, y por inev itable consecuencia en el mercado de v íveres”.65 En otras palabras, la rehabili tación fue pensada como la
atención a los problemas que La Violencia había generado en la producción agropecuaria.
Por supuesto, La Violencia había traído consigo, tal y como se v io en el capítulo anterior para el caso
de los Llanos, consecuencias que tenían un efecto negativo sobre las posibilidades de subsistencia
de una buena proporción de la población rural del país: despojo de tierras, destrucción de cultivos, desplazamiento hacia las ciudades, etc. Era a estas situaciones a las que la rehabil itación quería
responder. Sin embargo, interesa destacar que estos problemas se entendían exclusivamente en su
dimensión económica. Por ejemplo, la rehabili tac ión ignoraba al ser humano en tanto v íctima de la v iolencia. Es decir, ignoraba los traumas por la muerte, el desarraigo y la devastación. Aunque
algunos sectores del l iberalismo propugnaban por incluir estos puntos dentro de la rehabili tación, sus
pedidos no prosperaron. 66 De igual forma, la reconstrucc ión de otros elementos de la v ida en sociedad, escuelas, hospitales, centros de culto, aparecía como secundaria. Como se verá más
adelante, esta primera etapa de la rehabili tación se aprox imará tangencialmente a estos problemas,
dado su énfasis en la economía.
Por otro lado, al concentrarse en el sector agropecuario, esta concepción de la rehabil itación
ignoraba por completo a otras ramas de la producción y a otros sectores de la población. Por ejemplo, en la columna “Otro paso necesario: el comercio rural”, un periodis ta de El Tiempo
reconocía los logros alcanzados en ayuda a los campesinos pero señalaba que “Todavía no se ha
63 “Habla el Presidente: Requisitos básicos para la normalidad”, Semana, 28 de diciembre de 1953 64 Una idea embrionaria al respecto se encuentra en Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerrilla…”, op cit., pp. 157‐162. Sin embargo, el autor no indaga en las posibilidades del concepto de rehabilitación económica. 65 “Aspectos de la normalización”, El Tiempo, 21 de junio de 1953 66 Por ejemplo, El Tiempo pedía que se atendiera a los niños que por haber sido testigos de La Violencia, era esperable que a su vez se convirtieran en personas violentas. “Comentarios Médicos”, El Tiempo, junio 30 de 1953
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hablado […] sobre la necesidad de ayudar a los pequeños comerc iantes rurales, a los que tenían su
almacencito en el pueblo…”.67 Así, comerciantes, maestros, burócratas, trabajadores de obras públicas, y demás miembros de los pueblos y municipios afectados por La Violencia, quedaban por
fuera de las iniciativas de reconstrucción.
En cuanto los Llanos, si bien la agricultura era mencionada como objetivo de la rehabili tación, el
centro de atención era la ganadería. Por ejemplo, tan temprano como el 20 de junio, cuando ni siquiera se habían entregado las guerrillas, Rojas afirmaba: “[…] los Llanos Orientales, que son la
región que más duramente ha s ido azotada en toda la república […] podremos hacer de los Llanos
una fuente de riqueza igual o superior a la Argentina”.68 Es decir, el objetivo de la rehabili tación de la región debía ser la reconstrucción de su ganadería. Esta elección obedecía tanto a los efectos de la
v iolencia como a concepciones muy arraigadas sobre la región.
En primer lugar, como se dijo en el capítulo anterior, la ganadería, que era el renglón más importante
de la economía regional, se había v isto seriamente afectada por La Violencia. Por tanto, parece
lógico que la rehabil itación buscara concentrarse en ese sector. En segunda instancia, el papel de las concepciones sobre la región, del mito de los Llanos Orientales, es fundamental. Jane Rausch ha
mostrado cómo en la his toria de los Llanos las imágenes románticas han sido un factor determinante
en la forma en que el gobierno central y el interior se han relacionado con la región. 69 Por su parte, para la rehabili tación es fundamental la comparación de los Llanos con Argentina y Australia,
realizada con frecuencia tanto por los representantes del gobierno nacional como por los medios.
Por ejemplo, Semana afirmaba “[…] La vasta extensión llanera es una de las claves del futuro de la industria pecuaria en Colombia. No faltan quienes la consideran como igual o superior a la pampa
argentina”,70 y el mismo Rojas Pinil la le hacía eco: “la riqueza ganadera de los Llanos […] realizaría
el mismo milagro económico de las pampas argentinas”.71 Así, con base en la simili tud topográfica, ganaba fuerza la idea de una región casi que predestinada a la ganadería que además lideraría el
desarrollo económico nacional como había ocurrido en Argentina y en Australia.
67 “Otro paso necesario: el comercio rural”, El Tiempo, julio 5 de 1953 68 El Tiempo, 20 de junio, “Proposición de los más distinguidos propietarios de Arauca, Casanare y Meta”. 69 Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial…, op cit., pp. 347‐348; Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit., pp.323‐327 70 “El Peso al Ojo”, Semana, 24 de enero de 1955 71“El Llano”, El Tiempo, 21 de junio de 1953
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Ahora bien, este concepto de rehabili tación agropecuaria que aquí se acuña, y que para los Llanos
era sobre todo pecuaria, tomó forma concreta en la Oficina de Rehabili tación y Socorro (ORS), creada a través del decreto número 1725 del 2 de julio de 1953, pero cuya entrada en
funcionamiento se efectuó el 16 de septiembre del mismo año. 72 En el primer artículo del decreto, diseñado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, se lee: “Créase, dependiente de la
Presidencia de la república, la O ficina de Rehabil itación y Socorro, que tendrá como objeto principal
llevar a cabo los planes tendientes a lograr la rehabili tac ión económica de las personas damnificadas con motivo de los sucesos de orden público”.73 Es decir, la ORS era el ente encargado de ejecutar
las políticas de rehabil itación, entendida ésta en una dimensión económica tal y como se discutió
más arriba.
Los artículos 4, 5, 6 y 7 autorizaban a la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero (Caja Agraria) a
conceder, con garantía del gobierno nacional, préstamos hasta de 500 pesos para “[…] los damnificados con motivo de los sucesos de orden público […] para la rehabili tac ión de siembras o
tareas campesinas”74 con plazo hasta de 18 meses, y por el mismo monto hasta por tres años para
la reconstrucción de v iv iendas. Además, el decreto también habili taba a la Caja para conceder préstamos hasta por 40.000 pesos para “[…] la rehabil itación y reconstrucción de fundos rurales y
habitaciones”.75 Estos préstamos, a diferencia de los anteriores, se otorgarían con garantía
hipotecaria. En cuanto a la ORS, su función era reglamentar y decidir cuáles habían sido las zonas afectadas por La Violencia, quiénes serían los beneficiarios de los préstamos, es decir, quiénes
podían ser considerados “damnificados con motivos de orden público”, y superv isar la inversión.
De lo anterior se desprende que el objetivo principal de las políticas de la ORS era reconstruir la
capacidad de trabajo y producción de los sectores rurales. El decreto es explíc ito en cuanto a que el
fin principal de los créditos es la reconstrucción de sementeras y fundos. Además, es de notar que la rehabilitación tiene un enfoque diferenciado, diseñado para dos categorías de beneficiarios. Por un
lado, aquellos campesinos pobres que no tenían forma de ofrecer una garantía hipotecaria para los
72 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS desde su fundación hasta el 31 de diciembre de 1954, Bogotá, Editorial Minerva, 1954, p. 7 73 La transcripción del decreto se encuentra en “Creada Oficina de Rehabilitación y Socorro”, El Tiempo, julio 3 de 1953 74 Idem 75Idem
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préstamos que les fueran otorgados. Por el otro, los hacendados que sí podían presentar este tipo
de garantía. De hecho, incluso antes de la emisión del decreto, un comentaris ta contemporáneo señalaba la necesidad de esta diferenciación. Después de reconocer la necesidad de la
reconstrucción económica de las labores de los campesinos menores, afirmaba: “Quedará entonces el problema de la reconstrucción de hac iendas, que también fueron devastadas, saqueadas y
abandonadas. Este problema tendrá que ser resuelto por medio de un crédito a largo plazo, que sólo
puede ser de índole hipotecaria”.76 Para el caso de los Llanos Orientales, de acuerdo a la descripción muy general que hace Barbosa, las dos poblaciones diferenciadas serían los dueños de
hatos por un lado y los caporales, vegueros y mayordomos por el otro.
Ahora bien, a cada una las dos categorías de beneficiarios correspondían montos muy diferentes,
siendo aquel que les correspondía a los hacendados el 800% del que les correspondía a los
campesinos sin garantía hipotecaria. Por tanto, no solamente la rehabil itación reconocía una responsabil idad del Estado frente a aquellas personas pudientes que se habían v isto afectadas por
la v iolencia, sino que además estaba diseñada para favorecerlos. En este sentido, debe ser claro
que la rehabili tac ión no era una política con fines redistributivos:
“La Oficina […] se encargaría de atender las solicitudes de las personas desplazadas
para determinar su capacidad y necesidades. De acuerdo con las conclusiones de sus estudios se concederán los préstamos y se facili tarán los medios necesarios para que
los desplazados se reintegren inmediatamente a las activ idades que desarrollaban
antes de la violencia”.77
En otras palabras, lo que buscaba la rehabili tación era mantener la estructura social anterior a La
Violencia: que los hacendados recuperaran la riqueza perdida, utilizando para ello los montos más generosos a los que tendrían acceso a través de la rehabili tación, mientras que se esperaba que los
vegueros, caporales y mayordomos se mantuv ieran en la base de la pirámide social, con dinero
apenas suficiente para reconstruir lo poco que antes tenían. Como consecuencia, podría pensarse que la rehabili tación, al mantener la estructura social anterior, reforzaría los factores que habían
incidido en la intensificación de La Violencia. Como se dijo en el capítulo anterior, el momento álgido 76 El Tiempo, junio 27 de 1953, “Al margen del 13 de junio, la reconstrucción de los campos”. 77 “Los planes de recuperación campesina”, El Tiempo, julio 2 de 1953
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del enfrentamiento fue tras la “Escisión del Bloque Llanero” que en su raíz tenía un antagonismo
entre sectores sociales. Aunque la oposición merece ser mejor explicada, a partir del enfrentamiento parece indudable que ex istía y que, según su diseño, la rehabili tación la mantendría.
Trayendo a colación los debates teóricos contemporáneos sobre construcción de paz 78, la falta de un
proyecto redistributivo en la rehabil itación podría llevar a pensar ésta se inserta en los enfoques
llamados “minimalis tas”, según los cuales lo que debe seguir al fin del conflic to es la reconstrucción de lo perdido, sin atención a reformas institucionales o estructurales de fondo. 79 No obstante, a
diferencia de los enfoques teóricos contemporáneos, la rehabili tación de los Llanos Orientales partía
de la concepción de que la paz no había que construirla durante el postconflicto sino que ésta ya era un logro alcanzado.80 Es decir, el punto de partida era completamente dis tinto. Esto debe ser tenido
en cuenta si se quiere que el estudio de los procesos históricos tenga relevancia en los debates
actuales.
En el prólogo al informe del 31 de diciembre de 1954, el director de ORS afirmaba: “Creada con el
solo objeto de restañar en gran parte el daño recibido por miles de gentes que v inieron a menos con motivo de la v iolencia desencadenada desde el 9 de abri l de 1948 hasta el 13 de junio de 1953, la
ORS ha sido como una madre nutric ia […]”.81 Es decir, la rehabili tac ión estaba orientada a reparar
los daños sufridos pero no a detener la v iolencia o a hacerle frente, ni tampoco se trataba de una iniciativa que buscaba impedir que el conflic to volv iera a comenzar. Partía de la concepción según la
cual, con la llegada de las Fuerzas Armadas al poder y con la amnistía decretada, la v iolencia había
sido erradicada de una buena vez. Como se dijo, es una diferencia fundamental con los debates 78 Los estudios de construcción de paz surgieron a partir de la publicación de la Agenda para la paz de Boutros‐Ghali. Su supuesto fundamental es que el fin de las hostilidades, si bien puede o no significar que se haya alcanzado la paz (según se trate de un enfoque maximalista o minimalista), es una oportunidad para construir la paz, para tomar las medidas necesarias para que ésta se mantenga o sea establecida, y para garantizar que el conflicto no vuelva a comenzar. Estos estudios también acuñaron el término “postconflicto”, precisamente para señalar que el fin del conflicto no significa necesariamente paz. 79 Angelika Rettberg, “Diseñar el futuro: una revisión de los dilemas de construcción de paz para el postconflicto”, Revista de Estudios Sociales, no. 15, junio de 2003, p. 5 80 No obstante, la concepción de paz se complejizará en la rehabilitación del Tolima, también bajo Rojas Pinilla. Enfrentado el gobierno de Rojas con el hecho innegable de que La Violencia no había desaparecido el 13 de junio, empezará a surgir la posibilidad de pensar en la necesidad de reformas estructurales. Esto lo demuestra, por ejemplo, los debates sobre la “Comisión de Paz” que podría encargarse de investigar las causas de la violencia y proponer reformas. Sin embargo, lo que finalmente triunfó fue la concepción de la violencia como resultado de la infiltración protestante y comunista, así como de los reductos de bandoleros. Aunque esto se sale de los objetivos de la presente monografía, vale la pena resaltarlo y sugerirlo como tema de futuros estudios. 81 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., p. 5
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contemporáneos. De hecho, César Ayala trasluce en su artículo la sorpresa que le causa que de la
v iolencia siempre se hable en pasado.82
Pese a la falta de intenciones redis tributivas de la rehabili tación, debe destacarse que desde el punto de v ista de los vegueros, caporales y mayordomos de los Llanos parece adecuado que no ex istiera
la necesidad de una garantía hipotecaria para acceder a los préstamos de la ORS. En los Llanos
Orientales, la carencia de títulos de propiedad sobre la tierra ocupada era generalizada. 83 Así, lo que permitió el acceso a estos créditos por parte de de las mayorías de los Llanos fue el que los únicos
requisitos para hacerse acreedor a uno de los créditos de 500 pesos fuera un certificado de la ORS
en que constara que el peticionario era damnificado por la v iolencia y , en caso de no haber efectuado operaciones con la Caja Agraria en el pasado, comprobar con el certificado de dos
clientes actuales que realmente estaba radicado en la región, dedicado a labores agrícolas o
ganaderas, y que por motivos de orden público se había v isto forzado a abandonar su parcela. 84
Ahora bien, el mismo día que El Tiempo anunciaba con júbilo los planes para la creación de la ORS,
también consignaba el artículo “Caja de Crédito A grario, Industrial y Minero” en la página económica y financiera. Este artículo daba cuenta de cómo durante los dos últimos años el capital y los medios
de acción de la Caja Agraria habían crecido de tal forma que se había presentado el ciclo de mayor
crecimiento en su capacidad y extensión de serv icios. Así mismo, en una entrev ista al recién nombrado gerente de la Caja, éste explicaba cómo su antecesor había adoptado numerosas
medidas encaminadas al fomento de la producción agropecuaria, con el objetivo de llevar crédito
fácil y barato a los campesinos, orientando sus inversiones e “[…] incorporando a la economía nacional regiones nuevas […]”.85
Para ser una noticia estric tamente económica y financiera, es decir, sin relación alguna con la política de paz de Rojas, lo que describe este artículo es muy similar a lo que se planteaban como
funciones de la ORS y políticas de rehabili tac ión. Para dos fines muy diferentes, un plan de
desarrollo rural y la solución de los problemas generados por La Violencia, la medida planteada era
82 César Ayala, “La paz frustrada…”, op cit. 83 Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit., pp. 244‐254; 306 84 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS, p. 10 85 “Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero”, El Tiempo, 26 de junio de 1953
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la misma, a saber: democratización del crédito agrario, ampliando su cobertura social y regional, en
una típica demostración de la política de “crédito de fomento” seguida a partir de la presidencia de Laureano Gómez, cuyo fin era la modernización de la agricultura en Colombia. 86 A propósito de esto,
en esta monografía se proponen dos puntos. En primer lugar, que las medidas de rehabilitación se integran en un proyecto político más amplio, el de Rojas Pinilla. Es decir, son coherentes con él, son
parte de él, y la elección de medidas de rehabili tación está determinada por los objetivos y métodos
propios de ese gobierno. No se trata de un proyecto aislado y normativo como a veces se pretende que sean las iniciativas de reconstrucción.
En segunda instancia, se propone que la política de paz de Rojas no puede entenderse atendiendo solamente a la coyuntura de La Violencia y a los daños económicos que generó. Este proceso
también estaba ligado a un proyecto de desarrollo económico y social de las zonas rurales, el cual
había empezado antes de la era de Rojas. Desde 1930 venía acelerándose el desarrollo económico colombiano, basado en la mono-exportación cafetera y la protección del mercado interior. El
crecimiento económico era el resultado de de un incremento en la div isión del trabajo, la
especialización y la modernización económica. En particular, en el país se estaba operando una modernización de la industria agropecuaria. Por ejemplo, empresas agropecuarias en Tolima y Huila
estaba alcanzando economías de escala gracias a la organización empresarial de la producción,
basada en el arriendo de tierras fértiles y llevada a cabo por profesionales en agronomía y veterinaria. 87 Por su parte, en los Llanos Orientales, como se dijo en el capítulo anterior, la
modernización también estaba ocurriendo en la industria agropecuaria de la intendencia del Meta, y
la República Liberal había empezado a concentrar esfuerzos en ese sentido.
Por su parte, Rojas Pinilla afirmaba, a propósito de la rehabili tación del Llano, que: “Si el ganado de
los Llanos surte de carne a una vasta zona de Cundinamarca y Boyacá, bajo sis temas primitivos, cuán extraordinario rendimiento daría al impulso de la técnica moderna”.88 En otras palabras, lo que
buscaba la rehabil itación no era solamente la reconstrucción de la ganadería en los Llanos tal cual
esta se organizaba antes de La Violencia, sino su reconstrucción a través de la modernizac ión. Por
86 Salomón Kalmanovitz y Enrique López, La Agricultura en el Siglo XX, Bogotá, Fondo de Cultura Económica; Banco de la República, 2006, pp. 143‐200 87 Idem 88 “El Llano”, El Tiempo, junio 21 de 1955
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tanto, la rehabili tac ión se insertaba en un proyecto de desarrollo rural que había empezado tiempo
atrás, una de cuyas manifestaciones era el crédito de fomento.
Así pues, hasta ahora se ha argumentado que la ORS a través de su política de préstamos intentaba modernizar las técnicas de la ganadería pero manteniendo la estructura social a anterior a La
Violencia. Además, se ha intentado destacar que la rehabili tación se insertaba en proyectos políticos
y económicos de más larga duración. No obstante, decretos posteriores al 1725, en especial el decreto 2466 de 1953, fi jaron de forma más específica las funciones de la ORS y añadieron otras
que complementaban los préstamos de la Caja Agraria: aux iliar a los desplazados, dictar medidas de
higiene y resolver reclamaciones sobre tenencia de la tierra.
En primer lugar, la O ficina debía “Auxiliar con los elementos que estime necesarios a los ex ilados o a
los damnificados que permanecieron en las regiones azotadas por la v iolencia y que se encuentran sin recursos o sin instrumentos para reincorporarse, reanudar y continuar su trabajo”.89 Esta función
asumió la forma de entrega de paquetes de asis tencia en las poblaciones azotadas por la v iolencia,
compuestos por una pequeña suma de dinero, herramientas, semillas y ropa, entre otros. 90 Sin embargo, vale la pena destacar que el objetivo principal era el mismo: rehabili tar a las gentes para el
trabajo, es decir, para la producción económica. En esta línea, también se adjudicó a la ORS la
función de “Elaborar y desarrollar planes para la reincorporación de los ex ilados a sus tierras y negocios, o para encauzar la población formada por las migrac iones internas de origen político,
hacia los frentes que trabajo que con tal propósito se organicen”.91 Es decir, la Oficina también
estaba encargada de ubicar productivamente a los desplazados, bien fuera en sus lugares de origen o en los de recepción.
Por otro lado, la ORS también debía dictar, en acuerdo con el Minis terio de Salud Pública, medidas higiénicas para las zonas afectadas por la v iolencia. 92 Esta prov isión demuestra uno de los temas
89 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS, p. 8 90 Por ejemplo, los exilados de La Palma, quienes regresaron a esta población el 17 de junio, recibieron 10 pesos, víveres, semillas y vacunas. “Retorno y entrega”, Semana, julio 18 de 1953 91 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS, p. 8 92 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS, p. 8
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centrales en los estudios de Ayala y Sánchez sobre la rehabil itación: el impacto en esta iniciativa del
primer director de la ORS, Jorge Bejarano. Bejarano era un eminente médico l iberal conocido sobre todo por su papel como minis tro de higiene durante el gobierno de Mariano Ospina Pérez, cuando
había logrado la prohibic ión de la chicha en el territorio colombiano. Así se dio a conocer como un ferv iente defensor de la higiene pública. Sin embargo, su interés por el tema venía de tiempo atrás,
tal y como lo había expuesto en sus obras. 93 Así, uno de los aportes de Bejarano fue lograr que su
pasión, la higiene, entrara en los estatutos de la rehabili tación.
Vale la pena resaltar que además de ser un reconocido médico, Bejarano también tenía fuertes
v ínculos con el Llano. En primer lugar, era un empresario del arroz en el Meta, e incluso poseía el único molino con fuerza hidroeléctrica en la región. 94 Además, había participado en la fundación de
una reserva biológica en la sierra de la Macarena, y un centro de investigación sobre las
enfermedades tropicales propias de los Llanos Orientales en Villav icencio. 95 Por tanto, su nombramiento como director de la ORS en julio de 1953 parecía mostrar que esta región iba a ser el
centro de atención de la rehabil itación. Sin embargo, como se discutirá más adelante, esto no puede
ser entendido sin atender a la func ión política de los Llanos Orientales durante el gobierno de Rojas. Además, más adelante también se mostrará que la idea según la cual los Llanos eran la región
absolutamente favorita debe ser matizada y puesta en perspectiva.
Finalmente, la última función de la ORS era “Resolver sobre las reclamaciones que se intenten con
el objeto de obtener la reintegración de los ex ilados a las tierras de que fueron despojados o a la
recuperación de los bienes de que fueron desposeídos, de acuerdo con las normas especiales que se dic ten para tal propósito”.96 Este mandato está de la mano con la concepción de rehabili tación
económica que se ha defendido hasta ahora pues la tierra se entiende sobre todo como factor de
producción. Es decir resolver este tipo de li tigios era importante para la rehabil itación en tanto permitía mejorar el proceso productivo al dar estabilidad a los derechos de propiedad. Sin embargo,
lo fundamental es observar que a través de esta disposición, el gobierno del 13 de junio reconocía e
93 Los títulos de algunos de sus libros eran: Alimentación y Nutrición en Colombia, Conferencias sobre la degeneración de la raza, El cocaísmo en Colombia y La Educación y la Higiene base de la democracia Americana, entre otros. “Rehabilitación y Socorro”, Semana, 1 de Agosto de 1953 94 Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit., p. 254 95 “Carta de Jorge Bejarano a Semana”, Semana, 2 de noviembre de 1953 96 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS, p. 8
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intentaba responder al que autores posteriores han señalado como uno de los efectos más
perniciosos de La Violencia y como una de sus más fuertes motivaciones: el despojo de tierras.97 Además, como se v io en el capítulo anterior, tanto el desplazamiento como el despojo fueron
procesos de La Violencia en los Llanos.
No obstante, como ya se dijo, la carencia de títulos de propiedad era generalizada, y el gobierno del
13 de junio no parecía tener en cuenta este hecho. Si bien el tema de la devolución de tierras se debatió ampliamente en la prensa, la discusión giraba en torno a cómo proceder en aquellos casos
en que había ocurrido una transacción. Es dec ir, en aquellos casos en que, bajo intimidación, los
propietarios habían accedido a traspasar legalmente sus propiedades o las habían tenido que vender a un precio inferior al de mercado debido a la situación de orden público.98 Por el contrario,
en ningún caso se discutió cómo proceder ante la usurpación de las tierras que, antes de La
Violencia, habían estado ocupadas de hecho mas no de derecho. Así, en materia de tierras, la rehabilitación estaba dejando por fuera a la mayoría de la población del Llano.
Así pues, en esta sección se estudiaron las concepciones de v iolencia y rehabili tación y su institucionalización en la ORS. Los puntos fundamentales que se han querido destacar es que la
rehabilitación era ante todo una concepción económica en general, y agropecuaria en particular.
Además, no era una política con fines redistributivos: partiendo de la concepción de la paz como algo ya logrado, buscaba modernizar las técnicas de producción agropecuaria manteniendo la
estructura soc ial anterior a la v iolencia. Así, si bien se acerca a las concepciones minimalistas de la
construcción de paz, sus supuestos son diferentes. Finalmente, se ha mencionado que si bien la función principal de la ORS era otorgar créditos a las v íctimas de la v iolencia, tenía también
funciones legales, de higiene y de ayuda inmediata.
97 Por ejemplo, Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerrillas…”, op cit, pp., 149‐150 98 Por ejemplo, en “Al margen del 13 de junio, la reconstrucción de los campos”, El Tiempo, junio 27 de 1953 se plantea este debate.
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2.2. El caso de los Llanos Orientales En este aparte se intentará dar cuenta de las medidas que, partiendo de las concepciones y la institucionalización estudiadas en el acápite anterior, se implementaron en los Llanos Orientales
durante lo que en esta monografía se ha llamado primera etapa de la rehabili tación (1954-1955). También se discutirá el punto de partida de la rehabili tación, tal y como estaba determinado por la
amnistía y por la imagen de los guerrilleros. Por último, se discutirá cómo se l levaron a cabo las
funciones secundarias de la ORS. Como se mencionó en el primer capítulo, la rehabili tación de los Llanos Orientales era una
contrapartida a la amnistía que se ofreció a las guerrillas de la región. Según Gonzalo Sánchez, las amnistías, tal y como se han verificado en la his toria de Colombia, han implicado un pacto de perdón
que tiene como contraparte el olv ido. Es decir, en las amnistías sólo se les ha ex igido a los
“rebeldes” la entrega de las armas para ser perdonados; pero al tiempo que se han olv idado sus crímenes, también se han olv idado las razones de tipo socio-económico que tuv ieron para
levantarse en armas. 99
Para las guerrillas de los Llanos en 1953, Gilberto Alzate Avendaño afirmaba:
“No se les puede convertir en héroes de romancero y protagonis tas de leyenda, poniendo sus nombres en el acompasado galope de los valerosos llaneros o haciendo
para ellos crónicas de gesta […] Los ufanos reportajes y relatos sólo sirven para
exasperar a las v íctimas del estrago. No conviene olv idar que estuv ieron enfrentados hasta hace poco a los FFAA que les conceden ahora el perdón y el olvido”.100
Así mismo, Alfredo Duarte Blum, negociador princ ipal en la entrega de las guerrillas, afirmaba precisamente el día de la entrega: “Pedimos perdón y olv ido para lo pasado. Vamos a trabajar como
hermanos por una patria común”.101 Por tanto, es posible afirmar que gobierno y opinión pública
99 “[…] rasgo estructural de la política colombiana […] es la forma perversa de encarar la solución al conflicto armado: las guerras civiles entre iguales del siglo XIX, y la desigual de la Violencia de los cincuenta nos acostumbraron a la idea de que la única manera de negociar era con la expedición de una amnistía y en contraprestación la simple dejación de las armas y a lo sumo la satisfacción de lo que podríamos llamar algunas demandas políticas de baja intensidad”. Gonzalo Sánchez, Guerras, memoria e historia, Medellín, La Carreta Editores; Universidad Nacional de Colombia, 2006, p. 118 100 “Perdón y Olvido”, Semana, Agosto 17, 101 “La Paz: 1200 días”, Semana, Septiembre 28
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pedían un pacto de perdón y olv ido para acabar con las guerri llas del Llano y , por supuesto, éste
permeaba a la contraparte de la amnistía, la rehabili tación. Así, la rehabili tación partía del acuerdo tácito de desconocer los factores socio-económicos que hubieran podido incidir en el conflic to. En
otras palabras, tal y como se v io en el acápite anterior, la rehabil itación no tenía intenc iones redis tributivas. En gran medida, esto se relaciona con el hecho de partir de una amnistía.
Ahora bien, en lo que parecería ir en contra de una política de olv ido, se ha escrito mucho sobre cómo Rojas Pinilla fue el primero en tratar a los rebeldes como guerrilleros, es decir, como
adversarios políticos y no como bandoleros. Así, ha pasado a la his toria el saludo del general
Alfonso Duarte Blum en Yacopí: “Buenos días guerrilleros”.102 No obstante, al analizar en mayor detalle las declaraciones de los oficiales del gobierno, puede verse que la situac ión es diferente a la
que generalmente se supone. Por ejemplo, el minis tro de guerra afirmaba en septiembre de 1953:
“El indulto sigue v igente para los guerrilleros, es decir para quienes han combatido por ideales. Los guerril leros, quienes se lanzaron a luchar por el derrocamiento de un régimen, no tienen ya nada que
justifique su actuación porque es régimen no ex iste”.103 Es decir, el gobierno entendía su
levantamiento armado como la oposición a un régimen, no como obedeciendo a factores socio-económicos. Por tanto, la rehabili tación, una vez solucionado el problema político, no tendría por qué
ocuparse de reformas estructurales. Esta concepción del movimiento guerrillero era otro de los
puntos de partida del gobierno que habría de incidir en la rehabili tación.
Por otro lado, en la entrega de las guerril las del Llano también debe analizarse la forma en que eran
concebidos los guerrilleros indiv iduales, los seres humanos. Por ejemplo, Semana afirmaba: “Teniendo como marco de la escena la llanura il ímite [ilimitada] y con un cuadro humano de
seiscientos hombres desharrapados, desnutridos, tostados por el sol, magros y semidesnudos
[…]”.104 Así, los guerrilleros del Llano eran v istos, ante todo, como sujetos hambrientos y famélicos. En implantar esta concepción fueron importantes los reportes de Jorge Bejarano, quien con ojos de
102Russell Ramsey, Guerrilleros y Soldados, op cit., p. 230 103 “Entrevista al minguerra”, Semana, septiembre 14. El mismo Rojas seguía este argumento en 1975: “Es la misma cosa. Ambos grupos de guerrilleros han estado contra el Gobierno, éstos contra el Frente Nacional, los otros contra el Gobierno de Laureano; de manera que es el mismo origen, por eso se ve que quieren entregar las armas”. “Las Guerrillas del Llano y otras cosas más”, Revista de Historia, Vol 1, no. 1, 1975. 104“La noche quedó atrás”, Semana, septiembre 14 de 1953
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médico sólo veía la enfermedad y la desnutrición105, así como también los de la periodista alemana
Anna Kipper, presente el día de la entrega: “…armados de fusiles los más variados, inclusive del siglo pasado, vestidos con las más abigarradas indumentarias, a veces sin camisa, descalzos y casi
todos desdentados […]”.106 Esta imagen de los guerri lleros es fundamental para entender la primera etapa de la rehabili tación. La idea de la poblac ión receptora como una población que necesita
atención en los niveles más básicos será fundamental en el desarrollo de la iniciativa pues
determinará las medidas asis tencialistas que la caracterizaron. Aunque es probable que esta concepción de los guerrilleros no correspondiera exactamente con la realidad, es necesario tenerla
en cuenta. 107
Así pues, el punto de partida de la rehabili tación de los Llanos Orientales comprendía un pacto de
olv ido y una concepción de los guerril leros como enemigos de un gobierno, la cual se contraponía a
nivel indiv idual con la idea del guerrillero como un sujeto famélico. Pues bien, fue desde esta posición mental desde la cual la Oficina de Rehabili tación y Socorro dio inicio a la que en esta
monografía se ha l lamado primera etapa de la rehabili tación. En primer lugar, desde el 9 hasta el 24
de septiembre, es decir, durante el proceso de entrega de las guerri llas, la ORS repartió drogas, ropa, alimentos y un pequeño auxilio económico, tanto a los guerrilleros que se entregaron como a la
población civ il.108 Además, el mismo Jorge Bejarano brindó atención médica a los guerrilleros que se
estaban desmovilizando y a los civ iles que los acompañaban.109 Sin duda, la presencia de la imagen del guerri llero famélico, así como la falta de intenciones redis tributivas, son ev identes en este primer
paquete de ayuda.
105“[…] lo que vio, con ojos de clínico, con mirada de patriota, el médico Bejarano. Muchos de los hombres, muchos de los chiquillos, casi todas las mujeres que por años permanecieron en los montes como animales feroces, eran, en el momento de presentarse ante las autoridades, literalmente “sacos de huesos” para quienes la muerte se había tardado en llegar [...]”.“La noche quedó atrás”, Semana, septiembre 14 de 1953. Gonzalo Sánchez también hace esta observación en Gonzalo Sánchez, “La Violencia: de Rojas al Frente Nacional”, Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerril la y estructuras agrarias”, en Jaime Jaramillo; Álvaro Tirado; Jorge Orlando Melo; Jesús Antonio Bejarano, Nueva Historia de Colombia Bogotá, Planeta, 1989, p. 161 106 “Lo que he visto en los Llanos”, Eco Nacional, 15 de septiembre de 1953 107En primer lugar debe tenerse en cuenta el fenotipo promedio de los habitantes del llano en la época, señalado por Jane Rausch: hombres delgados y de piel oscura y resistente, lo cual se deriva tanto de las características del trabajo de Llano como de la dieta básica de la región, rica en proteínas. Además, los autores que estudian el movimiento guerril lero de los Llanos coinciden en señalar que una de las ventajas de las guerrillas frente a las fuerzas oficiales era su capacidad de mantener provisiones. Así, si bien los llaneros de la época presentaban los rasgos que les llaman la atención a Bejarano y Kipper, esto no necesariamente era síntoma de desnutrición. 108 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., p. 13 109 “Reconstrucción un drama ignorado”, Semana, octubre 12 de 1953
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En esta misma línea, un segundo contingente fue env iado más tarde. El informe de labores
cumplidas hasta el 31 de diciembre por la Oficina lo presenta así: “Septiembre a Noviembre: Son despachados toda clase de aux ilios para el Yopal, la Jefatura Civ il y Militar de los Llanos Orientales y
la región del Yaguará en el Departamento del Huila”.110 Sin embargo, más allá de la descripción escueta, el significado total del envío de esta ayuda se entiende sólo al observar la instancia en la
que se produjo: la v isita de la hija del Presidente, María Eugenia Rojas, a los Llanos Orientales. El 7
de octubre de 1953, María Eugenia llegó a San Luis, Casanare, con una comitiva oficial en la que se encontraban Jorge Bejarano, el minis tro de salud y los secretarios generales del ministerio de
fomento y de trabajo. En la v isita, fue la señorita Rojas quien repartió los alimentos, los
medicamentos y la ropa entre los habitantes de San Luis. A su vez, éstos le hicieron un homenaje presentándole bailes típicos y otras manifestaciones de gratitud. 111
La v isita recibió un gran cubrimiento por parte de la prensa nacional. Éste estaba centrado en la hija del Presidente, quien en ese momento no tenía ningún cargo en el gobierno, y en las
manifestaciones de gratitud de los Llaneros. Por ejemplo, durante varios días los periódicos más
importantes del país exhibieron la foto de María Eugenia repartiendo comida a los niños de la región. Este despliegue mediático da la idea de la importancia política que tenía la rehabili tación de los
Llanos Orientales. No se trataba solamente de repartir algunos auxilios sino de capitalizar
políticamente el hecho o, más ampliamente, la región. Como se ha dicho varias veces, La Violencia en los Llanos adquirió dimensiones enormes. Pues bien, el gran prestigio de Rojas al principio de su
mandato descansaba, en gran medida, en haber sido el presidente que había pacificado la región.112
Por tanto, cada acto relac ionado con la rehabili tación fue engrandecido por el gobierno y por los medios afectos a él.
Tras la v isita de María Eugenia Rojas, la O ficina de Rehabil itación y Socorro empezó a llevar a cabo la política de préstamos que se estudió en el capítulo anterior. Ésta se implementó entre octubre de
110Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., p. 13 111“Regresó de los Llanos la comitiva encabezada por María E. Rojas”, Eco Nacional, octubre 9 de 1953 112 En las dos principales obras sobre Rojas, La Danza de los Millones y Colombia: un estudio de política contemporánea, aunque partiendo cada una de una de diferente postura frente al régimen (Fluharty es apologista mientras Martz se mantiene crítico), existe un supuesto básico. Éste es que el gobierno de Rojas tiene un punto de quiebre fundamental: en un primer momento vivió una "luna de miel" en la que gozaba de gran prestigio y después, a partir de finales de 1954 y principios de 1955, enfrentó creciente oposición. De hecho, esta periodización parece ser el eje articulador de sus trabajos.
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1953 y diciembre de 1954 y a su cargo estuvo un “representante v iajero” de la Caja Agraria. 113 Es
decir, un funcionario de esta entidad recorrió los Llanos Orientales y , con un representante de la ORS, levantaron censos de los damnificados y les concedieron los préstamos correspondientes. En
total, la Caja Agraria concedió 8.928 préstamos por un total de 7.381.355 pesos, dis tribuidos como se muestra a continuación:
Región Unidad admin N° de pr éstamos Cantidad Promedio
Acacías Intend. Meta 1.141 775.000 679
Arauca Comisaría Arauc 653 1.055.075 1.616
Arauquita Comisaría Arauc 149 170.450 1.144
Barranca de Upía Intend. Meta 112 67.000 598
Boca de Monte Intend. Meta 1.261 694.300 551
Cravo Norte Comisaría Arauc 80 110.500 1.381
Cumaral Intend. Meta 262 163.700 625
Guamal Intend. Meta 177 97.950 553
Hato Corozal Casanare 99 205.400 2.075
Medina Intend. Meta 551 359.550 653
Monterrey Casanare 248 154.250 622
Nunchía Casanare 151 52.850 350
Orocué Casanare 112 80.050 715 Paz de Ariporo Comisaría Arauc 73 149.400 2.047
Puerto López Intend. Meta 124 84.600 682
Puerto Saiz Intend. Meta 41 21.500 524
Restrepo Intend. Meta 1.577 1.205.800 765
Rondón Comisaría Arauc 157 198.650 1.265
San Luis de Palenque Casanare 302 358.450 1.187
San José del Guaviare Guaviare 25 19.100 764
Támara Casanare 25 114.450 4.578
Tauramena Casanare 132 95.150 721
Tame Comisaría Arauc 485 542.300 1.118
Uribe Intend. Meta 22 11.500 523
Villavicencio Intend. Meta 764 474.750 621
Yopal Casanare 205 119.630 584
Total 8.928 7.381.355 1.036
Tabla 2: Préstamos otorgados por la Caja Agraria a diciembre 31 de de 1954 Fuente: Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS desde su fundación hasta el 31 de diciembre de 1954, Bogotá, Editorial Minerva, 1954 Las columnas unidad administrativa y monto promedio fueron agregadas por la autora.
113 “La Caja Agraria y la Rehabilitación Llanera”, Economía Colombiana, junio de 1954
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Varias cosas pueden observarse a partir de la distribución de los préstamos. E n primer lugar, el rango de los préstamos promedio va desde 350 pesos en Nunchía hasta 4.578 en Támara. Es decir,
hay una variación importante entre las regiones. Sin embargo, la dispers ión no es tan amplia si se tiene en cuenta que según el decreto 1725, los préstamos otorgados podían ser hasta de 40.000
pesos. En este sentido, ni siquiera el monto promedio más alto está cerca al monto máximo posible.
Así mismo, el promedio de los montos promedio es de 1.036 pesos, el cual está aún más lejos del monto máximo. Por tanto, puede concluirse que la mayoría de los préstamos otorgados fueron
préstamos relativamente bajos. De hecho, según el Informe de la ORS a diciembre 31 de 1954,
5.623.980 pesos habían sido prestados con garantía del Estado, mientras que sólo 1.757.375 habían sido otorgados con garantía hipotecaria. 114 Es decir, la mayoría de los préstamos, el 76% , fueron por
montos menores a 500 pesos.
Como se había indicado en el primer aparte, los préstamos más altos estaban diseñados para
beneficiar a los hacendados. De hecho, la descripc ión que hace la rev ista de la contraloría
(Economía Colombiana) sobre los usos que los diferentes tipos de beneficiarios daban a sus créditos en San Luis de Palenque, refuerza esta conclusión:
“[…] pudieron acreditar su condición ante la O ficina de Rehabili tación y Socorro y luego obtener de la Caja A graria, con garantía personal, préstamos de dinero que les
permitieron hacerse a los más urgentes elementos. Comisiones especiales de
inspectores y peritos evaluadores, sobre el terreno, constataron también las necesidades apremiantes de sal, herramientas, drogas veterinarias y otros artículos
indispensables para la rehabili tación de las fincas ganaderas. Los préstamos
efectuados con este fin permitieron la rápida reocupación por los dueños exilados, la adquisición de bestias y demás animales de trabajo, y la pronta reorganización de los
hatos”.115
114 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., p. 37 115 “La Caja Agraria y la Rehabilitación Llanera”, Economía Colombiana, junio de 1954. Cursiva de la autora.
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En otras palabras, los préstamos de 500 pesos (con garantía personal) eran util izados para cubrir
necesidades básicas, mientras que los de mayor cuantía (40.000 pesos con garantía hipotecaria) permitían reconstruir las fincas ganaderas. Por tanto, el hecho de que no se hubiesen otorgado
muchos préstamos por cuantías altas parece contradecir la conclusión de Barbosa Estepa, para quien el gran benefic iado de la rehabil itación fue el latifundio.116
También en contra de lo que afirma Barbosa, Gonzalo Sánchez sostiene que en el otorgamiento de los créditos podía observarse una concepción paternalis ta, que se trataba de ayudas minúsculas
encaminadas a solucionar situaciones indiv iduales, tendiendo un velo sobre las verdaderas
dimensiones sociales del problema. 117 De acuerdo a la dis tribución de los préstamos, esta parece ser la situación. Además, está en línea con lo que se dijo anteriormente sobre la rehabili tación: el
pacto de olv ido, su concepción de los guerrilleros (tanto su falta de reiv indicaciones sociales como
su carácter de sujetos que necesitan ayuda en sus necesidades inmediatas), su falta de atención a la redis tribución, etc. De hecho, la prioridad para el gobierno nacional eran a tal punto los créditos de
menor cuantía que cuando la Caja Agraria en jul io de 1954 se v io obligada a reestructurar su
sistema de préstamos pues había excedido el presupuesto destinado para tal fin, suprimió los créditos a largo plazo y con garantía hipotecaria y continuó con los de garantía del gobierno. 118
La dis tribuc ión de los préstamos también llama la atención por el contraste entre las promesas de modernización de la ganadería con las que se había dado inicio a la rehabili tación, y la falta de
énfasis en el otorgamiento de créditos con ese fin, es decir, aquellos de mayor cuantía. Como lo
sugiere la reestructuración obligada del programa, se trataba de una promesa muy ambiciosa que debió ser abandonada progresivamente, sobre todo a medida que la crisis económica se abatía
sobre el país.119 No obstante, la ganadería seguía presente en el discurso y , en la siguiente etapa de
la rehabili tación s í se tomarían medidas que buscaban su modernización.
116 Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros…, op cit., pp. 236‐247 117 Gonzalo Sánchez, "Violencia, guerrilla…", op cit., p. 160‐161 118 “Crédito”, Semana, 5 de julio de 1954 119 En 1955 los precios internacionales del café se desplomaron, sumiendo el país en una crisis económica. Por supuesto, ésta hizo que el gobierno Rojas perdiera capacidad de maniobra, tanto por falta de recursos como por la creciente oposición. Según Kalmanovitz y López, esta fue la razón la caída. Por supuesto, se trata de una reducción economicista pero da idea de la magnitud de la crisis. Para ver el ef ecto de la crisis sobre el régimen de Rojas véase: Vernon Lee Fluharty, La danza de los millones, Bogotá, Áncora Editores, 1981.
50
Ahora bien, conviene notar que para el caso de los Llanos Orientales, la Ofic ina de Rehabili tación y
Socorro declaró “toda la región” como zona afectada por La Violencia. 120 Esto contrasta con el enfoque seguido por la Oficina en otras regiones, en las que se esforzó en separar, municipio por
municipio, las áreas afectadas de las no afectadas. Por ejemplo, en el Tolima, región también devastada por La Violenc ia, la ORS señaló 26 áreas muy específicas como zonas afectadas por la
v iolencia. 121 Así, el enfoque totalizador en los Llanos llama la atención, sobre todo teniendo en
cuenta que los actos de guerra en el Llano se concentraron ante todo en Casanare y en menor medida en Arauca, mientras que en la Intendencia del Meta el efecto fue relativamente poco.
De hecho, la paradoja de la declaración de toda la región como zona afectada por la v iolencia aumenta al estudiar la dis tribuc ión de los préstamos por unidad adminis trativa. La intendencia del
Meta obtuvo un total de 6.032 préstamos por 3.955.650 pesos, la comisaría de Arauca 1.597 por
2.226.375 pesos y , finalmente, la ORS otorgó a la prov incia de Casanare 1.274 préstamos por 1.180.230 pesos. Dicho de otro modo, cada una de las entidades administrativas recibió los
siguientes porcentajes de la ayuda: Unidad % de pr éstamos % del total
Intendencia del Meta 67,6% 53,6%
Casanare 14,3% 16,0%
Comisaría de Arauca 17,9% 30,2%
Tabla 3: Distribución porcentual de los Préstamos de la ORS Elaborada por la autora con base en la tabla anterior
Casanare, la región más afectada por La Violencia, recibió la menor proporción de la ayuda, tanto en monto total prestado como en número de préstamos. Por su parte, la Intendencia del Meta,
escenario marginal de los enfrentamientos, recibió la mitad del total del dinero y casi el 70% de los
préstamos. En otras palabras, la dis tribución de los préstamos no se corresponde en absoluto con el grado en que cada unidad adminis trativa fue afectada por La Violenc ia, sino todo lo contrario.
120 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., p. 36 121 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., pp. 34‐5
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Así las cosas, todo parece indicar que ex istían otros criterios para el otorgamiento de préstamos,
además del “procedimiento sumario para ser reconocido como damnificado”.122 Siguiendo la propuesta de una rehabili tación netamente económica, en esta monografía se argumenta que dichos
criterios eran también de este carácter. Como se dijo anteriormente, para 1946 el desarrollo económico de los Llanos Orientales era desigual, y las brechas no hicieron sino aumentar con el
impacto diferenciado de La Violencia que afectó más a Casanare y Arauca que eran, de entrada, las
zonas más pobres. Además, como también se mencionó antes, la rehabili tación debe entenderse como parte de un proyecto de desarrollo de los Llanos Orientales que había comenzado en 1930
con la república liberal y del cual la Intendencia del Meta había sido la que más se había
beneficiado. Por tanto, tiene sentido que la rehabili tación de los Llanos Orientales, ligada como estaba a un proyecto de desarrollo rural, escogiera beneficiar a la zona con mayor potencial
económico. Finalmente, vale la pena resaltar que este problema de la diferenc iación en la
rehabilitación es ignorado por la totalidad de los autores que se aprox iman al tema, probablemente influenciados la homogenización que supone hablar de “los Llanos Orientales”.
Retomando nuevamente las discusiones teóricas sobre construcción de paz, estos estudios señalan que una de las formas en que las iniciativas pueden fallar es cuando su “agenda económica oculta”,
es decir, el modelo de desarrollo al que responden, es contrario al establecimiento de la paz.123 En
cuanto a los préstamos de la ORS, no se trató tanto de que esta agenda de desarrollo rural fuera contraria a la paz, sino que sus objetivos y los de reconstrucción no coincidían. Es decir, no era
contrario a la paz en los Llanos el que la Intendencia del Meta obtuv iera recursos, pero no era lo que
debía resultar de acuerdo a los objetivos trazados para la rehabili tación. No obstante, la rehabilitación no sería plenamente comprensible si no se tuv iera en cuenta que está articulada a un
proyecto más amplio. Así, la categoría de “agenda económica oculta” es útil para analizar la
rehabilitación.
Ahora bien, además de otorgar estos préstamos que terminaron beneficiando a la Intendencia del
Meta, debe recordarse que tal como se mencionó en el aparte anterior, las labores de rehabil itación de la ORS no consis tían solamente en otorgar créditos. Por tanto, la Ofic ina también se ocupó de la
122 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., p. 15 123 Angelika Rettberg, “Diseñar el futuro…", op cit., p. 24
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reconstrucción de Yacopí, Cundinamarca, pueblo destruido por La Violencia. Por supuesto, esto es
ajeno al tema de esta monografía. Sin embargo, debe tratarse puesto que permite matizar la preferencia absoluta del gobierno del 13 de junio por los Llanos Orientales, defendida por varios
autores. 124 Así, para la construcción de la Aldea Modelo o Caso Piloto de Yacopí, derroche de planeación, en dic iembre de 1954 se había iniciado el movimiento de tierras de las calles y estaban
ubicados los campamentos de interventoría, contratis tas y obreros con el acueducto y casino
respectivo. Además, la ORS había llevado a cabo el desmonte de bosque y cafetales y se había construido una carretera de acceso. Al final, la aldea modelo contaba con 160 edificac iones
adjudicadas a damnificados, al municipio y a las entidades públicas. Para la colocación de la primera
piedra, el 5 de junio de 1954, asis tieron el minis tro de guerra, el gobernador de Cundinamarca, el obispo de Zipaquirá y la Federación Nacional de Cafeteros, la cual había partic ipado en su
financiación. 125
Mientras en Yacopí estaba ocurriendo todo esto, San Luis de Palenque, corregimiento de Casanare
que también fue completamente destruido por La Violencia, enfrentaba una situación bastante
diferente: el teniente Hugo Gamboa, oficial del batallón de Páez, emprendió sin apoyo oficial su reconstrucción. Para octubre de 1953 el poblado contaba con algunas casas de palma y caña, planta
eléctrica, kioscos, gallera, un puesto médico, una escuela y un almacén de v íveres.126
Posteriormente, en junio de 1954, podía vanagloriarse de un avaluador permanente de la Caja Agraria, encargado de v iajar hasta los hatos ganaderos para examinar los semovientes ofrecidos en
prenda, y se estaba gestionando el establecimiento de una seccional permanente.127 Sin duda, el
contraste entre Yacopí y San Luis de Palenque es grande y muestra que si bien los Llanos Orientales obtuv ieron grandes beneficios de la rehabil itación, ello no implica que en absolutamente
todo hayan sido ganadores.
Finalmente, en materia de restitución de tierras, ¿cómo avanzó la Oficina de Rehabili tación y
Socorro? Por un lado, para diciembre de 1954 había rec ibido 599 expedientes para estudio por el
124 Véase sobre todo Gonzalo Sánchez, "Violencia, guerrilla…", op cit., y Alfredo Molano, Amnistía y Violencia, Bogotá, CINEP, 1980 125 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit., pp. 5‐6 126 "Alimentos, ropa y drogas lleva Ma. Eugenia a los exilados", Eco Nacional, 22 de octubre de 1953 127 “La Caja Agraria y la Rehabilitación Llanera”, Economía Colombiana, junio de 1954
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Departamento Jurídico. De éstos, 54 provenían de las Intendencias y Comisarías, y sólo 11 de ellos
correspondían a li tigios por tierras usurpadas (los demás se referían a cuestiones de registro ante industria y comercio).128 Este reducido número de casos presentados por las Intendencias muestra
que, tal como se dijo en el acápite anterior, el enfoque no era adecuado para la realidad de estas unidades adminis trativas caracterizadas, por lo menos en el caso de los Llanos Orientales, por
carencia generalizada de títulos de propiedad. En otras palabras, pocas personas podían presentar
litigios pues pocas personas contaban con títulos.
Así las cosas, en este aparte se intentó dar cuenta de las medidas que constituyeron la primera
etapa de la rehabili tación. En primer lugar, se mostró cómo estás partían de un pacto de perdón y olv ido y de una concepción de los guerrilleros como enemigos de un régimen y como sujetos
famélicos. Posteriormente, se estudió la dis tribución de los préstamos de la Oficina de Rehabil itación
y Socorro. Por un lado, ésta tenía un sesgo a favor de los préstamos pequeños, lo cual está en consonancia con el punto de partida definido. Por el otro, los créditos se concentraron en la
Intendencia del Meta como resultado de la “agenda económica oculta” de la rehabil itación. De modo
complementario, también se trató de matizar la idea de una preferencia absoluta de los Llanos Orientales durante el gobierno del 13 de junio.
128 Presidencia de la República, Secretaría Nacional de Acción Social y Protección Infantil, Oficina de Rehabilitación y Socorro, Informe de las labores realizadas por la ORS…, op cit, p. 40
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Capítulo 3: La Rehabilitación como proyecto de desarrollo: 1955-1957
A partir de 1955, y más exactamente a partir del discurso de Rojas Pinilla en Villav icencio el 22 de enero, el enfoque de la rehabili tación de los Llanos Orientales cambió. De la política de pequeños
créditos que se estudió en el capítulo anterior, el gobierno del 13 de junio pasó a considerar un plan
de desarrollo para la región. De hecho, la Oficina de Rehabili tación y Socorro dejó de ocuparse de la región tras su absorción por SENDAS129 en septiembre de 1955, y el gobierno nacional y los
gobiernos locales pasaron a ser los ejecutores de la rehabilitación. En el mencionado discurso,
Rojas habló de la construcción de carreteras, fomento de la industria petrolera, puestos de salud, hospitales, escuelas, hidroeléctricas e incluso de industrialización. Hasta las medidas para fomentar
la ganadería y la agricultura, centro de atención de la rehabili tación desde el princ ipio, prometían
tener desde ahora un ímpetu renovado, tal y como lo sugería el anuncio de la creación de la Federación de Ganaderos que Rojas incluyó en su alocución. Además, si ya parecía innegable que
el gobierno nacional estaba comprometido con el progreso de la región, su promesa de hacer del
Meta un departamento fue el sello definitivo.130
¿Por qué se operó este cambio de enfoque? En primer lugar, como ya se ha dicho varias veces,
debe entenderse la rehabili tación en el marco de una duración más larga. En su faceta de plan de desarrollo, la rehabili tación era parte del proyecto iniciado por República Liberal. Además, un hecho
de finales de la presidencia de Alberto Lleras Camargo hizo aún más apremiante su culminación. En
1948 en Belencito, Boyacá, fue fundada la Acería Paz del Río, empresa en la que se basaba la fe en la industrial ización del país. A propósito de esta empresa, en un memorial de 1953 en el que pedía
planes a favor de la colonización del Llano, decía el Intendente de Arauca:
129 La Secretaría de Acción Social y Protección Infantil (SENDAS) fue creada en septiembre de 1955, bajo la dirección de María Eugenia Rojas de Moreno. Se convirtió en la organización estatal encargada de la Asistencia Social. Contaba con departamentos de higiene, nutrición, salud y vivienda, entre otros. Incluso llegó a desarrollar un seguro de vida campesino. Lamentablemente, además de señalar la intención de hacer de María Eugenia una versión colombiana de Evita Perón, SENDAS y sus realizaciones han sido poco estudiadas por la historiografía nacional. Por conversaciones informales, la autora sabe que la Universidad del Valle está llevando a cabo un proyecto en ese sentido. Sin embargo, más esfuerzos son necesarios. 130 “Mantendré inalterables los postulados de la Paz, Justicia y Libertad: Rojas Pinilla”, Diario de Colombia, 27 de enero de 1955
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“Si Paz del Río va a desplazar el centro industrial del país del occidente hacia el oriente,
o por lo menos a establecer una situación de equilibrio entre la producción industrial del algodón y la producción industrial del hierro y el acero, es también conveniente que se
busque un equilibro paralelo entre lo que se ha llamado “civ ilización de la cordillera” y estas vacantes tierras del Llano”. 131
Por tanto, lograr un grado mayor de desarrollo en los Llanos Orientales era fundamental pues se
confiaba en que alrededor de la siderúrgica se iba a dar un rápido proceso de industrialización. En otras palabras, en tanto potencial despensa de materias primas y mercado para lo producido,
mejorar el nivel de v ida en el Llano era imperativo.
A lo largo del capítulo se intentará mostrar que el nuevo modus operandi de la rehabili tación también
estuvo motivado por la intención del gobierno de Rojas de fomentar la colonización de los Llanos
Orientales. Para mediados de los años 50, la región del Meta, en particular Villav icencio y el área del Ariari (Granada, Cubarral, San Martín, San Juan de Arama, ver Anexo 4 para mapa del Ariari), era
una de las zonas más dinámicas del país en cuanto a la incorporación de la frontera agrícola.132
Como se dijo anteriormente, desde finales del siglo XIX, atraídos por las posibilidades del auge agroexportador, colonos provenientes de las regiones altas habían empezado a llegar a la región,
expandiendo la frontera agrícola a través de la colonización. Posteriormente, en la década de 1920,
el crecimiento económico de la zona de influencia de Villav icencio atrajo un nuevo flujo migratorio, el cual se incrementó con la construcción de la carretera Bogotá-Villav icencio. Finalmente, entre 1950 y
1953, campesinos provenientes de Tolima y Caldas llegaron, sobre todo a la región del Ariari,
buscando refugio de La Violencia.133
131 "Colonización Llanos Orientales". Archivo General de la Nación. Fondo Presidencia, Carpeta 6, Caja 277. 132 Por supuesto, este movimiento hacía parte de un fenómeno nacional de expansión de la frontera agrícola. Desde mediados del siglo XIX, la presión demográfica y las posibilidades de agroexportación habían llevado a la redistribución de la población rural de las tierras altas. Alrededor de 1930, con la presión sobre la tierra y los conflictos agrarios, baldíos de Cundinamarca, Huila, Cauca, Valle y Antioquía empezaron a ser colonizados. Así mismo, la apertura de las vías Pitalito‐Florencia y Medellín‐Turbo facilitó la colonización del Caquetá y Urabá, respectivamente. Finalmente, entre 1950 y 1960, el Magdalena Medio, Caquetá, Putumayo y por supuesto el Ariari, fueron las regiones de mayor vitalidad. En este proceso jugaron un papel fundamental tanto la creciente mecanización de la agricultura como el desarrollo de La Violencia. Catherine LeGrand, “Los antecedentes agrarios de la violencia…”, op cit., Myriam Jimeno, “Los procesos de colonización, siglo XX”, en: Jaime Jaramillo; Álvaro Tirado; Jorge Orlando Melo; Jesús Antonio Bejarano, Nueva Historia de Colombia Bogotá, Planeta, 1989, pp.381‐386 133Raymond Crist, “Panorama del poblamiento en el piedemonte oriental colombiano”, en: Universidad Nacional de Colombia; Centro de estudios para el desarrollo, Seis aportes para el estudio de la colonización en Colombia, Bogotá, CID, 1974, pp. 23‐26; Oscar Londoño, La Colonización del Ariari, Villavicencio, Siglo XX, 1989, pp. 20‐496
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Ante la concentración de la propiedad por un lado y los campesinos sin tierra por el otro, con los conflic tos que la situación conllevaba. Por supuesto, el apoyo a la expansión de la frontera agrícola
también obedecía a consideraciones económicas. Así, en 1930 empezó a apoyar la expansión de la frontera en el Magdalena Medio, Catatumbo y Bahía Solano, entre otros. Cuando La Violencia
empezó a insinuarse, los esfuerzos se institucionalizaron. Precisamente en 1948 se creó el I nstituto
de Parcelaciones, Colonizaciones y Defensa Forestal, cuya función era parcelar la tierra y apoyar la colonización espontánea mediante la creación de colonias agrícolas. 134 Por su parte, el gobierno de
Rojas demostró su posición favorable a la colonización desde 1953 cuando liquidó ese Instituto,
cuya labor había sido casi nula, y creó el Instituto de Colonización e Inmigración para reemplazarlo. A diferencia de la institución anterior, ésta debía concentrarse en la colonización dirigida. 135 Más allá
del éx ito que no tuvo, lo que interesa destacar es que el gobierno del 13 de junio apoyaba la
colonización, y una de las regiones que estaba en la mira era el Llano. Desde el discurso de Villav icencio, Rojas afirmaba que el “progreso” de la región se iría dando “a medida que la
colonización avance”.136
Así pues, este capítulo busca dar cuenta de esta nueva etapa de la rehabili tación. Como primer
objetivo, se intentará hacer un inventario de las medidas que integraron esta nueva etapa de la
rehabilitación. Por tanto, el capítulo tiene un componente descriptivo importante. Por supuesto, también se tratarán de mostrar algunos puntos. En primer lugar, que un poderoso eje articulador de
las medidas tomadas en este periodo fue la intención del gobierno de Rojas de fomentar la
colonización de los Llanos Orientales. Se propone también que durante esta etapa de la rehabilitación, tanto el gobierno central como los gobiernos locales fueron agentes fundamentales,
teniendo éstos últimos una relativa autonomía para dar forma al proyecto. En esta etapa, la
rehabilitación fue la renovación de los esfuerzos tanto del gobierno central como del local, así como de actores privados, todos aglutinados alrededor de la idea de rehabili tación. Este un aspecto
completamente inexplorado en la bibliografía sobre el tema, la cual, con el supuesto implícito del
134 Darío Fajardo, Espacio y Sociedad: formación de las regiones agrarias en Colombia, Bogotá, Corporación Colombiana para la Amazonía Araracuara, 1993, pp.191‐192; Myriam Jimeno, “Los procesos de colonización…”, op cit., pp. 381‐386 135 Sin embargo, tal y como el Instituto de Parcelaciones, casi desde el momento mismo de su nacimiento empezó a padecer una muerte lenta por falta de fondos y corrupción. Eventualmente pasó a ser parte de la Caja Agraria, para después pasar a llamarse Consejo Nacional de Inmigración, a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Caja Agraria y el Sistema de Inteligencia Colombiano. Semana, 22 a 29 de marzo de 1957. 136 “Mantendré inalterables los postulados de paz, justicia y libertad”, Diario de Colombia, enero 23 de 1955
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populismo de Rojas, está centrada en su persona. Finalmente, se discutirán temas que figuraron en
el capítulo anterior. Por un lado, el efecto diferenciado de la rehabili tación en el Meta, Casanare, Arauca y Vichada. Nuevamente, se argumentará que la Intendencia del Meta fue la más favorecida
y , en particular, Vil lav icencio. Por el otro, cómo la rehabil itación estaba indisolublemente ligada a un proyecto económico y político más amplio, el proyecto político de Rojas.
3.1. Salud Uno de los frentes de los que se ocupó la segunda etapa de la rehabili tación fue la salud, entendida
sobre todo como un requisito para lograr la colonización del Llano. Como lo señala Jane Rausch,
éstas eran uno de los problemas más apremiantes del Llano y uno de los obstáculos más grandes a la colonización pues las perspectivas de muerte disuadían a los potenciales colonos.137 De hecho, la
relac ión entre salud y colonización es mencionada en las fuentes de la época. Por ejemplo, el
comisario del Vichada afirmaba en 1956: “Si tenemos en cuenta la bondad y fertilidad de sus tierras, hoy ya sanificadas, llegamos a la conclusión de que el Vichada puede llegar a ser la solución para
un sinnúmero de ciudadanos que en el interior del país se encuentran sin derrotero fijo de activ idad
laboral […]”.138 Es decir, las medidas de salud eran concebidas como un requisito para atraer colonos.
Las iniciativas de salud pretendían atacar dos frentes. En primer lugar, los intentos estaban orientados al control de las enfermedades que afectaban a los Llanos en proporc iones alarmantes:
fiebre amarilla, malaria, anemia tropical, tuberculosis, enfermedades venéreas, disentería y
parásitos, todas relacionadas con deficiencias higiénicas. Por ejemplo, los ofic iales estimaban que el 70% de la población de Casanare se enfermaba durante la temporada de lluv ias. 139 En segunda
instancia, la rehabili tación también pretendía hacer frente a la carencia crónica de centros de
atención. Tanto en Meta como en Casanare, un solo hospital debía atender a toda la población y Jane Rausch l lega a describir la situación en términos que rayan en lo increíble.140
137Jane Rausch, “Villavicencio, Colombia, 1940‐2005: from frontier town to Metropolis”, Journal of Third World Studies, Fall 2006, p. 1 138 "La Comisaría del Vichada un remanso de paz desconocido y olvidado de los Colombianos", Diario Oficial Segunda Época, 3 de enero de 1957 139Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit p., 243; 315 140 “Cuando los casanareños se enfermaban, paleaban los efectos con remedios tradicionales, consultaban teguas o compraban medicinas de contrabandeadas por “explotadores”. Si no podían ya trabajar, su único recurso era rogar por caridad en las calles o arrodillarse ante el alcald e, quien trataba de buscar una solución para mantenerlos hasta que ‘el destino decidiera su situación’”. Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit p. 315
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En primer lugar, el gobierno central creó la Flotil la aérea sanitaria de los Llanos Orientales Gustavo Rojas Pinil la, la cual contaba con dos av ionetas y un av ión Beaver que mov ilizaban un médico, un
odontólogo, un inspector sanitario y medicamentos. La flotilla recorría “todos los centros poblados” de la región brindando asis tencia sanitaria y transportaba a los enfermos más graves a los hospitales
de Villav icencio y Yopal.141 No obstante, su función más importante era colaborar con las campañas
de vacunación llevadas a cabo por el gobierno central en esta época. Entre éstas se destacan la campaña anti-tuberculosa, inaugurada por el ministro de salud y que esperaba vacunar a 70.000
personas en toda la región142; la campaña contra la fiebre amarilla, de tal magnitud que conllevó la
v isita a la región del premio nobel de medic ina de 1951, Max Theiler143; la campaña en contra de la malaria, que hacía parte de un plan más amplio para varias regiones del país 144; y la campaña
contra las “enfermedades comunicables” (de transmisión sexual). 145 Todas estas activ idades eran
coordinadas en gran medida gracias a la Jefatura de Salud Pública de las Campañas Sanitarias de los Llanos Orientales, establecida en Villav icencio por el gobierno de Rojas, exclusivamente con este
fin.
De estas campañas es interesante resaltar además su relación con organismos internacionales. Por
un lado, la Organización Mundial de la Salud financió una buena parte de la campaña “anti-
malárica”. Por el otro, la Fundación Rockefeller y el Serv icio Cooperativo Interamericano para la Erradicación y el Tratamiento Antimalárico, ofrec ieron cooperación investigativa en esa campaña y
en la que se llevó a cabo contra la fiebre amarilla.146 De hecho, esto concuerda con una
caracterís tica del gobierno de Rojas que es pos ible observar a partir del trabajo de fuentes primarias: sus esfuerzos por integrar a Colombia al sistema internacional. 147 Esto parece tener sentido por la
141 “Decreto 0968 de abril de 1956”, Diario Oficial segundo trimestre 1956, p. 629; “Etapa de intenso progreso se vive en los Llanos Orientales”, Diario de Colombia, 8 de diciembre de 1956 142 "En los llanos sólo se vive hoy una política: la de la Paz!", Diario de Colombia, agosto 26 de 1955; Semana, marzo 19 de 1956 143 "Vientos tempestuosos", Semana, agosto 6 de 1956 144 "El Hombre : Valor óptimo", Semana, junio 6 de 1955 145Etapa de intenso progreso se vive en los Llanos Orientales”, Diario de Colombia, 8 de diciembre de 1956 146 Semana, « Vientos tempestuosos », agosto 6 de 1956 147 En esta época de anti‐comunismo, son frecuentes los titulares en los que Rojas exalta a las Naciones Unidas. Así mismo, es posible observar que concede mucha importancia a la OEA. Otras organizaciones, como CARE (organización de cristianos de estados unidos) y la FAO están estrechamente v inculados a SENDAS.
59
época en que transcurre su mandato, el fin de la segunda guerra mundial y el comienzo de la guerra
fría, pero, como tantos otros aspectos de su gobierno, ha sido poco estudiado.148
Ahora bien, para la sanificación del territorio, para hacerlo apto para la colonización al menos en términos de salud, era también necesario el establecimiento de instituciones que prestaran serv icios
de salud. Por tanto, el gobierno central emprendió la creación de puestos de salud en municipios,
corregimientos e inspecciones de polic ía. Así, por ejemplo, el 3 de junio de 1955 decretó la construcción de diez puestos de salud en la región, y se responsabilizó además por su
funcionamiento.149 Finalmente, para febrero de 1957 los Llanos Orientales contaban con los
siguientes puestos de salud, los salarios de cuyos empleados eran pagados por el gobierno central: Ubicación Unidad Cuenta con
Restrepo-Cumaral Intendencia del Meta Médico, Odontólogo, Inspector, 2 enfe rmeros aux iliares
Acacías-Cuamal Intendencia del Meta 2 enfermeros aux iliares, Inspector
San Martín Intendencia del Meta Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Puerto López-Pachaquia ro Intendencia del Meta Enfermero aux iliar, inspector
Granada-La Playa-San Juan de Arama-Maní
Intendencia del Meta y
Casanare Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Granada-La Pladro de Arimena Intendencia del Meta Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Yopal-Aguazul-Tauramena Casanare Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Paz de ariporo-La Chapa-Hato Corozal-Pore Casanare Médico, enfermero aux iliar, Inspector
San Luis de Palenque-Trinidad-Guanapalo-Macuco Casanare Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Támara Casanare Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Tame Intendencia de Arauca Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Rondón-Cravo Norte Intendencia de Arauca Médico, enfermero aux iliar, Inspector
Arauquita Intendencia de Arauca Enfermero aux iliar
Villanueva Intendencia de Arauca Enfermero aux iliar
Maporillal Intendencia de Arauca Enfermero aux iliar
Tabla 3: Puestos de salud gestionados por el gobierno central, 1957. Fuente:, “ Decreto 0240 de 1957” , Diario Oficial primer trimestre 1957, p.554
148 En este mismo sentido, una de las ideas para la rehabilitación de los Llanos Orientales que fracasó fue la de incluir la región en los planes de desarrollo elaborados por misiones extranjeras, tales como el plan Lilenthall. Por ejemplo, en octubre de 1956, una comisión del Punto IV de Naciones Unidas recorrió la Intendencia del Meta haciendo recomendaciones para su desarrollo agrícola. Estas misiones eran típicas de la época de Rojas y el intento de incluir a los Llanos en éstas muestra, una vez más, la inserción de la rehabilitación en un proyecto más amplio. Para la visita del Punto IV véase "Sucursal de la Agraria se in augura el domingo”, Diario de Colombia, octubre 15 de 1955 149“Decreto 1538 de 1955”, Diario Oficial Segundo Trimestre de 1955, p. 1085
60
De estos puestos de salud vale la pena resaltar algunos puntos. En primer lugar, el gobierno central
disminuyó progresivamente su responsabilidad en su sostenimiento, dejándola en manos de las intendencias y comisarías. En la partida de 1956, por ejemplo, es posible observar que el Ministerio
de Salud no sólo paga los salarios de los empleados sino también por el funcionamiento y sostenimiento de los puestos. Así, es posible ver que el compromiso del gobierno local con la
rehabilitación es cada vez mayor.150 Adicionalmente, es necesario notar que nuevamente la
inversión fue mucho mayor en la Intendencia del Meta que en las otras dos unidades. Tal como lo afirmaba Luis Carlos Turriago, Intendente del Meta, la fundación de los puestos de salud se hizo
dónde la densidad de población lo ameritara.151 Es decir, el criterio de haber sido más o menos
afectado por La Violencia no era el único que estaba en juego al determinar la rehabil itación. En esta nueva etapa donde el desarrollo sucedió a la reconstrucción, este era un riesgo mayor pues el Meta
era, indudablemente, la región con mayor potencial.
Por otro lado, la distribución de estos puestos de salud también permite ver que la rehabilitación era,
ante todo, una iniciativa limitada. Cada uno de estos puestos debía cubrir un número bastante alto
de municipios, corregimientos e inspecciones de polic ía, siendo el caso más extremo era el de Paz de Ariporo-La Chapa-Hato Corozal-Pore. Podría pensarse que esto generaba problemas. Pues bien,
ex iste un caso documentado, y es el del puesto de salud de Restrepo-Cumaral. Dado que las quejas
sobre la insuficiente dotación del puesto de salud eran abundantes 152 y que “[…] la experiencia ha demostrado allí que un solo médico no puede atender satis factoriamente los serv icios de ambos
municipios”153, el gobierno central decretó que el puesto de salud fuera utilizado solamente por los
residentes de Cumaral, encargando a otra entidad de los habitantes de Restrepo. 154 Si bien la orden fue ignorada, lo importante es resaltar que los problemas eran ev identes y que la construcción de 15
puestos de salud no puede entenderse como la solución a los problemas del Llano.
Además de las campañas sanitarias y los puestos de salud, la rehabili tación de los Llanos también
incluyó la construcción de hospitales. En Villav icencio se construyó el Hospital Antituberculoso de
San Antonio que contaba con 36 camas para adultos y 10 para niños, así como con elementos
150 “Decreto 0968 de abril de 1956, Diario Oficial segundo trimestre 1956, p. 629 151 "Etapa de intenso progreso se vive hoy en los Llanos Orientales", Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956 152 Diario de Colombia, abril 9 1956 153 “Decreto 1877 de agosto de 1956”, Diario Oficial tercer trimestre 1956 154 Idem
61
quirúrgicos y de rayos X, lo cual permitía realizar allí exámenes generales, vacunación y
hospitalización.155 Además, se amplió el Hospital de Montfort, llegando éste a tener tres plantas y capacidad para 400 camas. 156 En Yopal, frente a 50 periodis tas inv itados, fue inaugurado el Hospital
Municipal. Contaba con capacidad para 40 camas, 4 médicos, 2 dentis tas, 5 enfermeras religiosas y 5 ayudantes y tuvo un costo de 200.000 pesos que contrasta con el valor de la reconstrucción del
Hospital de Montfort (2.5 millones de pesos). 157 Así mismo, en Vichada se fundó el 20 de mayo de
1956 el Hospital S an Juan de Dios en Puerto Carreño, basado en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá que prestaba serv icios de inyectología, curaciones, farmacia, maternidad, cirugía y
traumatología. 158 Por su parte, los hospitales en Arauca brillan por su ausencia.
Debe resaltarse que “El Hospital de San Antonio es una obra construida con la colaboración de toda
la ciudadanía, diversas entidades y el gobierno nacional”159. Es decir, si bien el gobierno central
financió y ejecutó una parte de la obra, el gobierno local y algunos particulares también colaboraron. Así mismo, fue la Intendencia del Meta, no el gobierno central, la que financió y ejecutó las obras en
el Hospital de Montfort. De esta forma puede verse por primera vez que la rehabili tación de los
Llanos Orientales no es, como se asume en la li teratura al respecto, una inic iativa exclusiva del gobierno nacional centrada en la figura de Rojas, sino que tomó la forma de una acción conjunta
entre intereses locales y nacionales, unidos en torno a la idea de rehabili tar la región.
Finalmente, además de colaborar en las obras del gobierno nacional, la labor de los gobiernos
locales puede tomarse como una repetición en pequeña escala de las medidas analizadas hasta
ahora. La Intendencia del Meta construyó 18 puestos de salud de menor tamaño que los del gobierno nacional y llevó a cabo campañas contra las “enfermedades comunicables”, de salud
materno-infantil y nutricional, de higiene dental, de educación sanitaria y de sanidad ambiental. Vale
la pena resaltar además que estas campañas trabajaban en conjunto con las nacionales, sobre todo a través de su uso de la flotilla aérea.160 En Casanare, el comisario esperaba construir centros de
salud en Paz de Ariporo, Agua Clara y San Luis de Palenque y esperaba contar para ello con la
155 "El Hospital San Antonio será uno de los mejores del país", Diario de Colombia, agosto 26 de 1955 156 "Etapa de Intenso Progreso se vive en los Llanos Orientales", Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956 157 "La obra de los ´Tigres de Yopal’", Diario de Colombia, mayo 9 de 1956 158 "La Comisaría del Vichada un remanso de paz desconocido y olvidado de los Colombianos", Diario Oficial Segunda Época, enero 3 de 1957 159 "El Hospital San Antonio será uno de los mejores del país", Diario de Colombia, agosto 26 de 1955 160" El medio y el hombre", Semana, abril 23 de 1956
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colaboración del gobierno central. 161 Por último, para Arauca y Vichada no se tiene información, lo
cual puede deberse a la dificultad para encontrar fuentes locales en Bogotá.
Así pues, las medidas de rehabili tación relacionadas con la salud ilustran varios de los puntos discutidos en la introducción al capítulo. En primer lugar, están articuladas alrededor de la
colonización, pues lo que se buscaba con ellas era, en términos generales, hacer de la región un
lugar en el que los nuevos colonos pudieran, l iteralmente, v iv ir. Además, la agencia del gobierno local en la rehabili tación es ev idente en el aumento progresivo de la responsabilidad frente a los
puestos de salud, en su participación en la financiación de hospitales y en la repetición en pequeña
escala de las activ idades del gobierno nacional.
3.2. Obras Públicas Otro de los frentes que intentó cubrir la rehabili tación de los Llanos Orientales fue el mejoramiento de las "centros poblados de la región"; es decir, de los municipios, corregimientos e inspecciones de
polic ía. Aunque los logros fueron muy limitados en general, el gobierno nacional y el intendencial
alcanzaron un éx ito considerable en Villav icencio, orientados en gran medida por la promesa de la creación del Departamento del Meta, hecha por el Presidente Gustavo Rojas Pinilla en su discurso
de enero en dicha ciudad. 162 Adicionalmente, el estudio del plan de obras públicas de Villav icencio
permite estudiar en detalle la relación entre gobierno central y gobierno local planteada por la rehabilitación, la cual define el carácter de esta etapa de la rehabili tación. En primer lugar, la rehabili tación de los Llanos Orientales intentó llevar serv icios públicos a la población urbana (municipios, corregimientos, etc.) de los Llanos Orientales. En particular, se
preocupó por la electrificación y por construir acueductos. Así, la Intendencia del Meta instaló plantas
eléctricas en Granada, San Pedro de Arimena, San Juan de Arama y San Martín163, y en sus planes de electrificación contaba con un ingeniero proporcionado por las Naciones Unidas. 164 En Vichada, la
comisaría instaló una planta eléctrica en Puerto Carreño y con fondos del gobierno nacional se
161 "La obra de los tigres de Yopal", Diario de Colombia, 9 de mayo de 1956 162 "Mantendré inalterables los postulados de Paz, Justicia y Libertad", Diario de Colombia, enero 23 de 1955 163 Diario de Colombia, abril 9 1956;“Vastos programas”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957; “Recursos, más recursos”, Semana, octubre 1 de 1956; Semana, noviembre 26 1955 164 “Vastos programas de desenvolvimiento económico anuncia el coronel Villamizar”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957
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construyó allí un acueducto. 165 Por su parte, el comisario de Casanare aseguraba que las obras que
dejaba en la región incluían “luz eléctrica en todos los munic ipios y corregimientos, agua por el sistema de motobombas en varias poblaciones […]”.166 Aunque esto es improbable, la afirmación
permite ver que, más allá de lo que efectivamente hubiera logrado, en Casanare ex istían los mismos planes que para el resto de la región. Además, y también con fondos del gobierno nacional, se
construyó un acueducto en Tame.167 Finalmente, en Arauca (ciudad) se construyó un acueducto y,
lamentablemente, no se tienen fuentes sobre acciones a favor de la electrificación. 168
Además de serv icios públicos, la rehabilitación conllevó la construcción de varios edificios y de otras
obras que apuntaban a la transformación urbana. En Vichada se l levó a cabo la construcción de un “moderno edificio” para la aduana, otro para la sub-seccional del SIC, otro para la Comisaría y otro
que funcionara como casa y ofic ina del corregidor. De igual forma, se construyeron tres puentes que
intentaban hacer frente a las inundaciones que hacían que la ciudad fuera intransitable en inv ierno. 169 En Arauca se construyó el edificio de la Intendencia170 y en 1957 ésta terminó la
construcción de un chircal (fábrica de ladrillos) para “[…] para lograr iniciar obras públicas en grande
escala […]”171. Finalmente, en Casanare se construyeron algunas casas curales y capillas.172 Además, la comisaría reconstruyó Aguazul, pueblo destruido por La Violencia.173
Así mismo, el gobierno nacional y los gobiernos locales abordaron el problema de la v iv ienda. En total, la Corporación Nacional de Serv icios Públicos construyó 279 casas en la Intendencia del Meta
o, más exactamente en la zona de influencia de Villav icencio. De éstas, 212 eran v iv iendas rurales
mientras que 67 eran urbanas, todas en Villav icencio. La adminis tración de Turriago también donó 95 lotes urbanos en Villav icencio, de 300 varas cada uno, para que algunos empleados públicos de
la intendencia pudieran construir allí sus v iv iendas. Este era un esfuerzo netamente local y en
165"La Comisaría del Vichada, un remanso de paz desconocido por los colombianos", Diario Oficial Segunda Época, enero 3 de 1957;“Por el cual se aprueban los planes de fomento municipal de los Departamentos de Huila y Boyacá y la comisaría del Vichada”, Diario Oficial tercer trimestre de 1955, p. 1149. 166 "Coronel Efraín Villamizar Flórez hizo entrega de Casanare", Diario Oficial Segunda Época, febrero 2 de 1957 167 “Se aprueban unos planes de fomento municipal”, Diario Oficial Segundo Trimestre 1955, p.787 168 Idem 169 "La Comisaría del Vichada, un remanso de paz desconocido por los colombianos", Diario Oficial Segunda Época, enero 3 de 1957 170 “Hasta la frontera llegan hoy las obras del actual gobierno”, Diario Oficial Segunda Época, mayo 10 de 1956 171 “En la Intendencia de Arauca adelantan obras de progreso”, Diario Oficial Segunda Época, enero 12 de 1957 172 "Coronel Efraín Villamizar Flórez hizo entrega de Casanare”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 2 de 1957 173 " Informe especial (Rueda de prensa en Yopal)", Semana, mayo 14 de 1956
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conjunto con el capital privado pues se esperaba que los empleados mismos aportaran los recursos
para la construcción de sus casas.174 Finalmente, la Intendencia Nacional de Arauca l levó a cabo la construcción de la Urbanización “Thelmo Acevedo” (dicientemente, nombre del Intendente de
Arauca) que constaba de 50 casas para “gentes pobres”.175
Es ev idente que pese a las grandes promesas y a que los esfuerzos deben ser reconocidos, sobre
todo en materia de acueductos, las obras públicas enumeradas anteriormente no constituyen una transformación sustancial de la v ida en los Llanos Orientales. Las iniciativas en materia de serv icios
públicos, renovación urbana y v iv ienda fueron pocas y concentradas. No obstante, la ganadora
indudable del plan de obras públicas de la rehabili tación fue Villav icencio, y es posible dec ir que en esta ciudad sí se operó una transformación ostensible. En palabras de Jane Rausch, la rehabil itación
preparó a la ciudad para el boom económico que habría de v iv ir en años posteriores.176
En primer lugar, vale la pena decir que el eje articulador de las iniciativas de renovación de
Villav icencio está claro en las palabras pronunciadas por Efraín Villamizar, I ntendente de Arauca
hasta 1956, cuando fue nombrado jefe civ il y militar de los Llanos Orientales: “[…] adelantar lo antes posible una transformación planeada de la capital del Meta […] un programa urbanístico y de
embellec imiento de la capital del Meta ya que de seguir como está será muy difíci l que en un futuro
este territorio nacional pueda ser elevado a la categoría de departamento”.177 En otras palabras, lo que se buscaba era preparar la infraestructura de la ciudad para responder a los retos y al
crecimiento que traería la esperada creación del departamento del Meta. Por supuesto, esto
conllevaba criterios tanto de funcionalidad como de embellecimiento.
Así, el 10 de nov iembre de 1955 la Intendencia del Meta comenzó la construcción de un “Palacio
Intendencial” para los empleados y oficinas públicas. 178 Terminado, el edificio contaba con 5 plantas, cada una con un área cubierta de 1.200 metros cuadrados, y había costado 1.5 millones de
pesos. 179 Esta era una de las primeras necesidades que debía satis facer la c iudad para convertirse
174 “ La escuela activa”, Semana, enero 28 de 1957 175 “En la Intendencia de Arauca adelantan obras de progreso”, Diario Oficial Segunda Época, enero 12 de 1957 176Jane Rausch, From Frontier Town to Metropolis: A history of Villavicencio, Colombia, since 1842, Plymouth, Rowman and Littlefield Publishers, 2007 177 “Coronel Efraín Villamizar entrega Casanare”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 2 de 1957 178 “Contrato”, Diario Oficial primer trimestre 1956, p. 834 179 "Etapa de intenso progreso se vive en los Llanos Orientales", Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956
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en una capital de departamento, y de hecho es claro que esta era la intención de los “Villavos”: "Por
eso cuando se trató de modernizar el nuevo edificio donde tradic ionalmente habían residido los intendentes, se proyectó el salón para la asamblea, se tuvo en cuenta un amplio despacho para el
gobernador […]”.180 En este mismo sentido, la intendencia también adelantó la construcción de una catedral, edificio distintivo de las capitales de departamento. 181
Otras mejoras de la infraestructura de la ciudad consis tieron en la creación del primer sis tema de transporte urbano (buses desde los barrios de la periferia hasta el centro), la pav imentación de
algunas calles, la construcción de una plaza de mercado “[…] de indudable conveniencia higiénica,
fiscal y económica”182, el matadero público, un edificio para el cuerpo de bomberos, la nomenclatura de las calles de la ciudad y la canalización de algunos caños que cruzaban la ciudad, poniendo
avenidas y prados a los lados y puentes por encima. En cuanto a serv icios públicos, se renovó y
amplió el sis tema de alcantari llado que anteriormente sólo cubría la mitad de la ciudad, casi se duplicó la disponibilidad de energía eléctrica en la región, pasando de 625 Kv a 1175 Kv, y se
construyó la segunda etapa del acueducto municipal. Finalmente, la intendencia también se
preocupó por mejorar el aspecto de la ciudad con obras tales como la construcción del primer parque de Villav icencio, el parque Santander, otros parques menores, y una glorieta con jardines
frente al Palacio Intendencial. 183
Así, la rehabili tación fomentó el crec imiento que ya se venía presentando en Villav icencio a causa
del crecimiento económico de la Intendencia del Meta. Pasó de ser una ciudad de 28.000 habitantes,
44 calles, 122 tiendas, 3 carnicerías y 20 cantinas, a una ciudad con parques, avenidas, ciudades numeradas y edificio intendencial que para principios de la década de 1960 contaría con 45.000
personas. Por supuesto, el crecimiento iba aparejado con desarrollo económico, jalonado por
industrias como B avaria (establecida en la ciudad en 1946) y la Compañía Licorera del Llano, fundada en 1961. Según Jane Rausch, este crecimiento se produjo debido a que Villav icencio era la
Puerta del Llano. Tal y como con las obras públicas, lo que se argumenta en esta monografía es que
180 "Gobernador a la vista », Semana, julio 9 de 1956 181"Esperando la llave", Semana, octubre 8 de 1956 182 “Resolución ejecutiva 17 de 1956”, Diario Oficial primer trimestre de 1956, p. 309 183 “El alcalde relámpago”, Semana, abril 16 de 1956; “Villavicencio se prepara para ser capital de departamento”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955; “Periodismo Llanero”, Semana, junio 11 de 1956; “Solución a vitales problemas anuncia el alcald e Torrente G.”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955; “Vastos programas de desenvolvimiento económico anuncia el coronel Villamizar”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1956
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Villav icencio no era el centro del Llano, sino que en gran medida la rehabili tación la confirmó en esta
posición. No en vano, para principios de los 60, la ciudad era la ciudad era la segunda en crecimiento demográfico, superada solamente por Valledupar.184
En este sentido, vale la pena resaltar la descripción que en mayo de 1956, es dec ir ya habiendo
transcurrido buena parte del gobierno del 13 de junio, hacía un corresponsal de Semana sobre
Yopal: “Cuando se v iaja en av ión desde Bogotá […] se distingue cerca a un monte empinado, un pequeño grupo de casas de zinc, de paja y de aluminio. Al aterrizar en la pis ta arenosa […]”.185 Sin
duda, las obras l levadas a cabo en Villav icencio y la imagen que uno puede hacerse de la ciudad
después de recopilarlas, contrastan con este recuento. Así, mientras Villav icencio prosperaba gracias a la rehabili tación, otras zonas de los mismos Llanos Orientales, afectadas más que ésta por
La Violencia, se mantenían en condiciones precarias. En otras palabras, la construcción del centro
del Llano no se llevó a cabo sólo mediante el ascenso de Villav icencio sino mediante el descenso relativo de otros lugares.
Ahora bien, habiendo enumerado las obras llevadas a cabo en Villav icencio, estudiar la forma en que fueron financiadas y ejecutadas permite ver la interacción entre el gobierno nacional y el local en
la rehabili tac ión de los Llanos Orientales. De hecho, muchas siguieron el modelo planteado por la
construcción del acueducto de Villav icencio y por eso éste será el ejemplo que se analizará. En primer lugar, la necesidad de ampliarlo era constantemente expresada. Por ejemplo, en agosto de
1955, tanto el Intendente del Meta como el Alcalde de Vil lav icencio presentaron la necesidad de una
solución rápida al problema. 186 Para responder a sus peticiones, el gobierno nacional le otorgó la intendencia el monto de 125.000 pesos; 187 sin embargo, también autorizó al municipio para contratar
un empréstito por 250.000 pesos con destino a la construcción del acueducto y la red de
distribución. 188
184Jane Rausch, “Villavicencio, Colombia, 1940‐2005…”, op cit., pp. 1‐7 185 “Informe especial (Rueda de prensa en Yopal)”, Semana, mayo 14 de 1956 186 “ Solución a vitales problemas anuncia el alc alde Torrente G.”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955; “En los Llanos sólo existe una política: la de la Paz!”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955 187 “Se aprueban unos planes de fomento municipal”, Diario Oficial Segundo Trimestre 1955, p.787 188 “Resolución ejecutiva no 106”, Diario Oficial Segundo Trimestre 1955, p.309.
67
En otras palabras, esta etapa de la rehabili tación contó con acciones tanto del gobierno nacional
como del gobierno local y se trató de un conjunto de iniciativas en la que la responsabilidad era compartida. No obstante, el gobierno local era siempre el encargado de la ejecución de los recursos.
Además, debe resaltarse que la iniciativa surgió del gobierno intendencial, no de Rojas Pinilla o alguna otra persona en la capital. En este sentido, la rehabili tación puede verse como la atención y
la ayuda a las iniciativas locales, más que como la imposición de un plan determinado desde el
centro, lo cual permite entender su carácter fragmentado y no del todo coherente con los planes enunciados por Rojas Pinilla. De hecho, esto es lo que explica que pese a la retórica de la
rehabilitación agrícola y ganadera que se trató en el capítulo anterior, las obras urbanas hubiesen
sido tan importantes. Por supuesto, dada la condic ión de las Intendencias y Comisarías, este modo de proceder no implicaba una completa autonomía.189
No obstante, algo que muestra que la intención del gobierno de Rojas era dar fuerza a los territorios nacionales es decreto 1741 de 1955. De acuerdo a esta orden ejecutiva, los Intendentes y
Comisarios tendrían, además de las func iones que en los departamentos ejerc ían los gobernadores,
las de las Asambleas Departamentales. Es decir, tendrían funciones legislativas además de ejecutivas. Así mismo, en lugar de los concejos Municipales en los municipios de las Intendencias y
Comisarías funcionaría una Junta Asesora, compuesta por tres miembros de libre nombramiento y
remoción por parte del Intendente o Comisario, lo cual aumentaba notablemente su autoridad. Finalmente, el decreto establecía que los contratos que celebraran los intendentes hasta por 30.000
pesos y los comisarios hasta por 5.000, no necesitarían la aprobación del gobierno nacional. 190
Por supuesto, el decreto no eliminaba la prov isión según la cual todas las medidas que dictaran los
intendentes requerían la aprobación del gobierno nacional, representado en ese caso por el
Departamento de Intendencias y Comisarías. No obstante, es claro que ex istía la intención de dar mayor autonomía y poder a las entidades territoriales, lo cual está en consonancia con la
189 Las Intendencias y Comisarias eran entidades jurídicas más limitadas que los Departamentos. Podían recoger impuestos y asignarlos, pero el gobierno nacional tenía injerencia en su destinación. Así mismo, éste tenía poder de discreción para aprobar los empréstitos y los planes de fomento, a través del Departamento de Intendencias y Comisarías del Ministerio de Gobierno. No obstante, intendentes y comisarios podían gestionar su presupuesto con diferentes ministerios, sin tener siquiera que informarle al Departamento de Intendencias y Comisarías. Finalmente, no contaban con representación electoral en los cuerpos colegiados, pero el Gobierno Central estaba obligado a concederles un auxilio monetario. 190“Normas para las intendencias y comisarías”, Diario Oficial tercer trimestre de 1955, p. 136
68
interpretación de la rehabili tac ión que se hace en esta monografía. Además, es conveniente resaltar
que medidas como esta, concernientes a la relación de Rojas con las regiones de frontera, no son mencionadas con ninguna de las obras que se ocupan de su gobierno, centradas en Bogotá y la
oposición del bipartidismo. Lamentablemente, esta cuestión también remite a la ausencia de una historia del gobierno territorial que señala Jane Rausch.191
Así pues, la rehabili tac ión de los Llanos Orientales en esta segunda etapa puede definirse, en primer lugar, como la fuerza del gobierno nacional apoyando las iniciativas de los gobiernos locales. Sin
embargo, el gobierno central conservaba algo de su capacidad de dar forma a las medidas, sobre
todo a través del Departamento de Intendencias y Comisarías. Además, debe tenerse en cuenta que los gobernantes locales en esta época, fueran intendentes o comisarios, eran nombrados por el
ejecutivo y eran miembros de las Fuerzas Armadas. Por tanto, el gobierno central contaba con
mecanismos para influenciar las dec isiones locales, pero éstas seguían gozando de algún grado de autonomía. Así, las palabras de Luis Carlos Turriago son las que mejor definen esta situación: “[…]
insistió que había cumplido con su deber como intérprete de la voluntad del presidente Rojas Pinilla,
cumpliendo los postulados del jefe del Estado: paz, Justicia y Libertad, utilizando la cooperac ión que le prestó el gobierno, las entidades oficiales y los hombres de trabajo del Llano”.192 Había
lineamientos pero también la posibilidad de interpretarlos, y se trataba de una política en la que las
responsabil idades eran compartidas.
Ahora bien, otro punto que merece destacarse de la renovación de Villav icencio es que muestra la
contraparte de una situación de mayores recursos en manos del gobierno local para una región de frontera. Por ejemplo, en 1955, un grupo de trabajadores de las obras públicas de Villav icencio
env iaron un memorial al Presidente Rojas Pinilla en el que se quejaban de:
“[…] haber sido desalojados por gentes que con carácter de empleados superiores […]
han formado rosca […] obreros que decían no tenían trabajo ni cabida en las obras
191Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial…, op cit., pp. xv‐xx 192 Semana, « Concepto Global », enero 14 de 1957, pp.8
69
públicas municipales. También se quejaban en el mismo memorial del rechazo de
Planos por la Secretaría de Obras Públicas”.193
Se trataba, pues, de que los empleados públicos estaban controlando los recursos y beneficiando a un cierto grupo de personas mientras que excluían a otras tanto de la posibilidad de trabajar como
de aportar ideas para la rehabil itación. Por tanto, de esta queja se desprende que la afluencia de
dinero a través de la rehabil itación, sumada a la autonomía del gobierno local en su ejecución, podían reforzar el caudillismo y el gamonalismo que según Barbosa eran típicos del Llano. En otras
palabras, los gamonales del Llano utilizaron su influencia para penetrar el gobierno local, tal y como
estaban acostumbrados a hacerlo, y utilizaron los renovados recursos a los que así tenían acceso para reforzar su posición en la sociedad regional, dis tribuyéndolos entre sus clientelas. Si se acepta
el planteamiento de Barbosa pese a sus falencias, este refuerzo del gamonalismo es particularmente
contraproducente para la condición de proyecto de reconstrucción después de La Violencia de la rehabilitación pues según este autor, fue uno de los factores fundamentales en la organización de
las guerri llas.
Así las cosas, el estudio de los planes en materia de obras públicas de la rehabili tación es muy
interesante para el análisis. Muestra la primacía de Villav icencio en los planes de rehabili tación y , a
su vez, el efecto de ésta sobre la ciudad. En este caso, la rehabili tación contribuyó a la modernización de la ciudad. El análisis también resalta la importancia del gobierno local en esta
etapa, tanto en sus aspectos pos itivos (por ejemplo la autonomía), como en los negativos, tales
como la posibilidad de reforzar el caudillismo. Finalmente, aunque no está directamente relac ionado con la rehabil itación, otro de los puntos más importantes que se trataron en este acápite fue el
decreto 1741, sobre mayor autonomía a los territorios nacionales, y sus implicaciones.
3.3 Comunicaciones Para abordar el problema de las comunicaciones en los Llanos Orientales como parte de su
rehabilitación, el gobierno nacional y los gobiernos locales se ocuparon de cuatro frentes: correos, carreteras, aeropuertos y telecomunicac iones. Los dos primeros muestran la importancia que en
ambos niveles se le daba a la colonización de la región, así como la progresiva consolidación de 193 “De la jefatura civil y militar de los Llanos Orientales”. Archivo General de la Nación. Fondo Presidencia. Carpeta 18. Caja 27.
70
Villav icencio que conllevó la rehabili tación. Por su parte, la “Emisora SENDAS de los Llanos
Orientales” muestra la inserción de la rehabili tación en un proyecto determinado, el de Rojas. Finalmente, vale la pena resaltar la carencia de fuentes en cuanto a aeropuertos y demás
telecomunicaciones Como constantemente lo señala Jane Rausch, el problema de la falta de un correo confiable había
aquejado a los Llanos Orientales a lo largo de su his toria. De hecho, en varias ocasiones la autora describe la situación de forma bastante gráfica, resaltando todo lo que podía salir mal con un envío.
Pues bien, el gobierno de Rojas mostró un compromiso notable con esta situación. A lo largo de
1955 y 1956 el minis terio de comunicaciones llevó a cabo varios contratos con entidades de transporte, tanto aéreas como terrestres, para que establecieran un serv icio de correos con
frecuencias y estaciones definidas. Para mediados de 1956, la rehabili tación había llevado a la
creación de las siguientes líneas de correo:
Línea 1: por carretera. Estación 1 Estac ión 2 Fr ecuencia
Bogotá Villavicencio Diario
Quetame El Calvario Bisemanal
Villavicencio Restrepo Diario
Villavicencio Cumaral Diario
Villavicencio Acacías Diario
Villavicencio Colonia Penal de Acacías Diario
Villavicencio San Martín Diario
Villavicencio Puerto López Bisemanal
Tabla 4: Línea 1 de correos. Elaborada por la autora a partir de “ Contrato” , Diario Oficial Tercer Trimestre de 1955, p.127
71
Línea 2: Por Av ión, con SAM. Los envíos eran realizados entre los puntos de destino. Destino Fr ecuencia
Villavicencio Una vez por semana
Arauca Una vez por semana
Yopal Una vez por semana
Nunchía Una vez por semana
Támara Una vez por semana
Puerto Rondón Una vez por semana
Tame Una vez por semana
Orocué Cada 15 días
Maní Cada 15 días
Aguaclara Cada 15 días
San Luis Cada 15 días
Hato de Corozal Cada 15 días
El Secreto Cada 15 días
Arauquita Cada 15 días
Fortoul Cada 15 días
Cravo Norte Cada 15 días
Puerto Carreño Cada 15 días
Pore Cada 15 días
Tabla 5: Segunda línea de correo de los Llanos Orientales Elaborada por la autora a partir de “ Contrato” , Diario Oficial segundo trimestre de 1955, p. 204 Línea 3: Correos del Casanare Estación 1 Estac ión 2 Fr ecuencia
La Uvita Chita Trisemanal
Chita Salina Bisemanal
Socha Támara Semanal
Sogamoso Labranzagrande Semanal
Labranzagrande Pisba No especifica
Paya Nunchía No especifica
Tabla 6: Tercera línea de Correos de los Llanos Orientales Elaborada por la autora a partir de “ Contrato” , Diario Oficial primer trimestre de 1956, p. 495
Lo primero que salta a la v ista en la dis tribución de estas líneas es la posición priv ilegiada que le
otorgan a Villav icencio. En cuanto a la red de correos por carretera, refuerza la posición de Villav icencio como centro pues desde allí se dis tribuyen correos a las demás zonas contempladas
dentro del plan. En el mismo sentido, es ev idente que de la combinación de las líneas 1 y 2,
72
Villav icencio emerge como “la puerta del Llano” 194, para utilizar las palabras de Rojas. Es decir, la
ciudad era el único camino del correo del interior del país hacia los Llanos y de los Llanos hacia el interior. Por ejemplo, para un envío desde Pore hasta Bogotá, sería necesario env iarlo primero a
Villav icencio usando la línea 2, y después, desde Villav icencio, el paquete saldría hacia Bogotá uti lizando la línea 1. En cuanto a esto, es fundamental resaltar también que la línea 2 sufrió una
modificación en 1956. En el contrato original de 1955, Sogamoso estaba contemplado como
destino.195 No obstante, al año siguiente había desaparecido, lo que muestra consolidación definitiva de Villav icencio. 196
Además de los correos, el gobierno de Rojas también se preocupó por la construcción de carreteras. La primera medida al respecto consis tió en que el gobierno nacional otorgó a los Llanos Orientales
los beneficios de del plan nacional de carreteras. 197 Es decir, el gobierno central tomó a su cargo
algunas de las carreteras de la región. Como resultado, entre 1955 y 1957 el gobierno central financió las siguientes obras (página siguiente):
194 “Mantendré inalterable los postulados de paz, justicia y libertad”, Diario de Colombia, enero 23 de 1955 195 “Contrato”, Diario Oficial segundo trimestre de 1956, p.204 196 Jane Rausch muestra cómo el lugar de “Puerta del Llano”, de conexión de los Llanos con el interior, había sido ocupada tradicionalmente por Sogamoso. En gran medida, esto se debía a la posición privilegiada de la carretera del Cusiana como la salida más fácil al interior. No obstante, la posición de esta carretera se vio desmejorada, entre otros factores, con la construcción de la carretera Bogotá‐Villavicencio, iniciada en 1932. 197 “En los Llanos Sólo Existe Hoy una Política: la de la PAZ !”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955
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Carr eter a Obr a
Bogotá-Villavicencio Construcción variante en Cáqueza (mejora)
Bogotá-Villavicencio Ampliación carretera Cáqueza-Puente la Balsa
Bogotá-Villavicencio Construcción Guayabetal-Quebrada Colorada
Bogotá-Villavicencio Reconstrucción sector Cáqueza-Villavicencio
Villavicencio-Carretera del Sarare Ex ploración de la posible ruta
Villavicencio-Cúcuta Construcción de la vía
Villavicencio-San Martín Construcción de la vía
Villavicencio-San Martín Dos puentes sobre el río Humadea
Villavicencio-San Martín-Granada Puente sobre el río Ocoa
Villavicencio-Puerto López Construcción puente sobre el río Negrito
Puerto López-O rocué Habilitación completa de la vía
Villavicencio-Cumaral-Barranca de Upía Localización, trazado y desmonte
Aguazul-Nunchía-Pore Ex ploración, localización y trazado preliminar
Sogamoso-Casanare (Cuisiana) Localización vía únete-aguazul-maní
Sogamoso-Casanare (Cuisiana) Localización vía purificación-Cunday
Sogamoso-Casanare (Cuisiana) Localización vía San Antonio-Maní
Únete-Aguazul-Yopal Construcción Aguazul-Yopal
Tame-Carretera del Sarare Estudio, trazado y desmonte
Colonia-Sarare-Tame Construcción de la vía
Socha-Río Casanare-San Salvador Construcción de la vía
Tabla 7: carreteras financiadas por el gobierno nacional Elaborada por la autora a partir de: Diario Oficial, Semana, Diario de Colombia, Diario Oficial Segunda Época.
En primer lugar, conviene destacar la atención a la carretera Bogotá-Villav icencio. Nuevamente, la rehabilitación se preocupó por esta ciudad. Sin embargo, lo más importante de este plan de
carreteras es que revela la importancia de la colonización como eje articulador de la inic iativa. Por un
lado, ahora sería posible ir desde Bogotá hasta Granada, pasando por San Martín y Villav icencio. Por tanto, la carretera seguía los patrones de colonización (debe recordarse que Granada y San
Martín son parte del Ariari) y buscaba fomentarla, en tanto un paso fundamental para promover la
colonización es la creación de v ías de comunicac ión con el interior. 198 Por el otro lado, este plan de carreteras también comunicaba, a través de Villav icencio, a la región del Ariari con el Sarare y
Cúcuta, otros frentes de colonizac ión activos en la época. Como lo ha señalado Catherine LeGrand,
los colonos frecuentemente se mueven de un frente de colonización a otro más reciente, mejorando
198 Raymond Crist, “Panorama del poblamiento…”, op cit., p. 20
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sus condiciones económicas en el proceso.199 Así, este plan de carreteras buscaba atraer este tipo
de colonos de segunda generación. Incluso las fuentes de la época mencionan con júbilo la v inculación de los centros de colonización de Villav icencio y Cúcuta. 200
Ahora bien, además de Villav icencio y la Intendencia del Meta, el otro beneficiado de este plan v ial
fue Casanare, atendiendo casi que por primera vez al mayor damnificado de La Violencia. En primer
lugar, las obras ampliaron la penetración de la Carretera del Cusiana, llevándola hasta Maní y Cunday. Así mismo, mejoraron las comunicaciones entre Aguazul y otras regiones de la comisaría.
Con esta medida, la rehabili tación estaba ayudando a uno de los corregimientos más afectados por
La Violenc ia en Casanare: como se dijo anteriormente, fue totalmente destruido. Finalmente, el plan v ial también intentó comunicar a Casanare el Sarare a través de Tame, buscando la colonización de
los Llanos Orientales.
Por último, vale la pena destacar la carretera Socha-Río Casanare-San Salvador. En términos
generales, esta carretera comunicaba a Paz del Río con Arauca (Socha está ubicado a 20 Km de
Paz del Río). Ya para este momento se estaban realizando exploraciones petroleras en la región de San Salvador y Hato Corozal201, así que más que conectar estas regiones, la carretera buscaba el
acceso fácil de crudo a la siderúrgica. Esta es la única manifestación explícita de la importancia de
Paz del Río en los planes de rehabili tación, pero como se dijo anteriormente, la fundación de la acería fue un motor fundamental en los intentos de lograr un mayor desarrollo en los Llanos
Orientales.
Ahora bien, además de la construcción de carreteras a través de la figura de las carreteras
nacionales, en la rehabili tación también se pueden encontrar otras medidas a favor de las v ías de
comunicación: aquellas que buscaban la construcción de carreteras de penetración en la Intendencia del Meta. Es decir, carreteras que, a diferencia de las que se mencionaron arriba, buscaban conectar
199 Catherine LeGrand, “Los antecedentes agrarios de la violencia: el conflicto social en la frontera colombiana”, en Gonzalo Sánchez y Ricardo Peñaranda, Pasado y Presente de la violencia en Colombia, Bogotá, CEREC, 1986 200 “Acaba de iniciarse la construcción de la troncal villavicenco‐cúcuta que será una de las arterias esenciales del inmenso territorio colombiano cubierto por el movimiento orientalista. La vía será un gran diagonal que buscará en la medida de lo posible la l ínea recta para acortar la enorme distancia entre los dos grandes centros de colonización”. “Iniciaron la construcción de la troncal Cúcuta‐Villavicencio”, Diario de Colombia, 7 de mayo 1956 201 Al respecto, pueden revisarse en el Diario Oficial las muchas propuestas de exploración y explotación presentadas y aprobadas por el Ministerio de Minas y Energía.
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los poblados de la l lanura metense entre ellos mismos. Así, en octubre de 1956 el gobierno nacional
autorizó a la Intendencia para tomar un préstamo por 999.000 pesos, a cinco años, con el 5% de interés y pignorando las rentas del tabaco, empréstito con el cual se buscaba financiar las carreteras
de penetración. 202 Así mismo, Turriago gestionó una serie de préstamos con bancos de la ciudad y y otro con el Fondo de Estabilización, por 1.5 millones de pesos, una de cuyas aplicaciones sería
este rubro. 203 El Fondo era una agencia del gobierno central, encargada de estudiar y apoyar
económicamente los l lamados “planes de fomento” de los Departamentos, Intendencias y Comisarías.
Es claro entonces que la financiación estuvo a cargo de la intendencia, aunque siempre apoyada y promovida por el gobierno central y sus agencias, lo cual muestra un modo de proceder similar al de
las obras públicas y , en un sentido más amplio, el funcionamiento descentralizado de la
rehabilitación que se discutió en el aparte anterior. De hecho, en un contrato típico de construcción de carreteras de penetración, la intendencia dejaba claro que era ésta la que definía las condiciones.
Por ejemplo, los contratos mencionaban la ex istencia de un modelo de construcción que se había
adoptado en la intendencia y la definición y regulación de la obra por parte de la secretaría de obras públicas intendenciales. 204 En este contexto, las carreteras de penetración que se construyeron
fueron las siguientes:
Carr eter a Longitud
San Martín -Cubarral-río Aria ri No informa
Granada-Río Ariari 5 Km
Humadea-San Luis de Cubarral 12 Km
Acacías-Barranco-La Loma 7 Km
Villavicencio-Río Ocoa 17 Km
Villavicencio-Puerto Porfía 64.5 Km
Indostán-Puerto Porfía 15 Km
Bavaria-Puente Ospina 6 Km
Pompeya-Río Negro 4 Km
Tabla 8: Carreteras de penetración Intendencia del Meta Fuente: Diario Oficial Segunda Época, “ Etapa de intenso progreso se vive en los Llanos Orientales” .
202 “Resolución ejecutiva no 151 de 1956”, Diario Oficial tercer trimestre 1956, p.305 203“Recursos y más recursos”, Semana, octubre 1 de 1956 204 Por ejemplo, “Contrato”, Diario Oficial primer trimestre 1957, p.418
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A partir de este plan v ial es clara, nuevamente, la importancia de la colonización. Como en el caso
de las carreteras nacionales, las primeras cinco carreteras de penetración siguen el patrón de colonización, mejorando las comunicaciones dentro de la zona del Ariari. De hecho, el mismo
Turriago hacía explícita la intención: “El gobierno Intendencial ha tenido especial preocupación […] por las carreteras de penetración, como factor fundamental del desenvolv imiento de la
colonización”.205 Por otro lado, este sis tema v ial también garantizaba el abastecimiento de
Villav icencio pues la región del Ariari era su zona de influencia y proveedora de materias primas.206 Así, este plan de carreteras también reforzaba la pos ición de la capital de la Intendencia.
Por otro lado, la rehabili tación de los Llanos Orientales también comprendió la fundación de aeropuertos, siguiendo el patrón que Rojas Pinilla llevó a cabo en todo el país, lo cual muestra que la
rehabilitación no se puede desligar del proyecto político que la produjo. 207 Lamentablemente, no ha
sido pos ible encontrar dónde se fundaron tales aeropuertos pues las fuentes sólo mencionan su construcción (“y la construcción de aeropuertos en los Llanos”208) pero no especifican ni su ubicación
ni sus caracterís ticas. Lo mismo ocurre con los v iajes comerciales hacia la región. Solamente se
tiene información sobre un v iaje semanal de Bogotá a P uerto Carreño, municipio que antes sólo tenía conexión con el interior cada mes. 209
Finalmente, la rehabili tación se ocupó de las telecomunicaciones. En primer lugar, tanto el gobierno central como los gobiernos locales distribuyeron equipos de radio (5.000 para toda la región),
establecieron puestos de Marconi (radioteléfonos), y aumentaron el número de proyectores de
cine. 210 Tal como en el caso anterior, no se conocen detalles. Por su parte, en Villav icencio, la Intendencia financió la ampliación de la línea de teléfonos para 500 aparatos adicionales.
Ahora bien, vale la pena resaltar que los radiotransmisores fueron dis tribuidos por la Secretaría de Acción Social y Protección Infantil, SENDAS, aunque “[…] por conducto de los respectivos jefes
205“Etapa de intenso progreso…”, Diario Oficial Segunda Época, 8 de diciembre de 1956, p. 2 206 “Recursos y más recursos”, Semana, octubre 1 de 1956 207 Vernon Lee Fluharty, La danza de los millones…, op cit. 208 Diario Oficial Segunda Época ,“Hasta la frontera llegan hoy las obras del actual gobierno”, 10 de mayo de 1956 209 “Meta Ocasión Calva”, Semana, abril 9 de 1956 210 “Informe especial…”, Semana, mayo 14 de 1956
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civ iles y militares de Arauca, Meta y Casanare”.211 Detrás de la acción de la secretaría ex istía un
objetivo específico: que la “familia llanera colombiana” pudiera sintonizar la “Emisora SENDAS de los Llanos Orientales” transmitida desde Yopal. Para la Secretaría Nacional de Acción Social, la emisora
era una de sus más importantes realizaciones pues así lograba contribuir al esfuerzo del gobierno del 13 de junio en la rehabili tación de la región. 212 Por tanto, es conveniente analizar algunos
aspectos de la emisora en detalle.
De su programación, lo primero que salta a la v ista es que muchos de los espacios estaban
ocupados por secciones como “Música de Colombia”, “Ritmos de Colombia” y “Música del Litoral
Colombiano”, así como también transmitía todos los días el Himno Nacional y tenía una sección de historia de Colombia.213 Este tipo de elecciones se derivaban del énfasis que hacía el gobierno de
Rojas en el nacionalismo. Por ejemplo, el discurso de régimen estuvo articulado desde un comienzo
alrededor de la nac ionalidad, a través del lema “La Patria por encima de los partidos”. Así mismo, el nombre del primer intento de conformación de la tercera fuerza es dic iente: movimiento de acción
nacional. De hecho, a partir de un análisis cuantitativo de las intervenciones de Rojas Pinilla, César
Ayala concluye que el nacionalismo es el tema más recurrente durante los primeros meses de su gobierno. 214 Es claro entonces que la rehabili tación es inseparable del proyecto político más amplio
en el que surge.
La programación nacionalista de la emisora SENDAS también muestra un aspecto que no se había
discutido hasta ahora: la rehabilitación de los Llanos Orientales como método para reforzar la
soberanía colombiana en esta zona. En palabras de E fraín Villamizar, comisario de Casanare hasta 1957, se trataba de “lecciones de colombianismo” necesarias en la región. 215 La campaña de la
República Liberal para el “redescubrimiento”, no sólo del Llano sino de todos los territorios
nacionales, estuvo en gran medida motivada por la guerra con el Perú, la cual reveló al gobierno central la fragilidad de la soberanía en la zona de frontera. 216 La rehabil itación de los Llanos
211 Presidencia de la República; Secretaria Nacional de Acción Social y de Protección Infantil, Primer año de labores de SENDAS, Bogotá, Publicado por Departamento de Propaganda, 1956 p.133 212 Idem 213 Idem 214 Cesar Ayala, “El discurso de la conciliación: Análisis cuantitativo de las intervenciones de Rojas Pinilla entre 1952‐1959”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, vol 18‐19, pp.214‐216 215 "La obra de los ´Tigres de Yopal’", Diario de Colombia, mayo 9 de 1956 216 Jane Rausch, Colombia: el gobierno territorial…, op cit., pp. 3‐7
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Orientales también estaba influida esta idea, sobre todo teniendo en cuenta que Rojas Pinilla había
participado en dicha guerra217, que Vichada y Arauca tenían una presencia venezolana importante y las escaramuzas fronterizas en esas dos zonas eran frecuentes.
En este aparte se estudiaron las medidas de la rehabili tac ión que buscaban mejorar las
comunicaciones en los Llanos Orientales. Junto con el de las obras públicas, el estudio de estas
medidas es uno de los más fértiles. A través de éste puede observarse, en primer lugar, cómo la rehabilitación contribuyó a hacer de Villav icencio el centro y la puerta del Llano, tanto a través del
sistema de correos como del sistema v ial. Además, el plan de carreteras, tanto de penetración como
nacionales, muestra la importancia de la colonización como eje articulador de la rehabili tación. Finalmente, la emisora SENDAS es una forma de ver la incorporación de la rehabili tación en el
proyecto político de Rojas y su relación con los intentos de aumentar el nacionalismo y la presencia
del Estado en los Llanos Orientales.
3.4. Educación Aunque en los apartes anteriores se ha mostrado cómo la rehabil itación priv ilegió a la Intendencia del Meta y a su capital, las medidas relacionadas con la educación muestran de forma más clara los
alcances diferenciados del proyecto. Por tanto, en este aparte interesa sobre todo hacer la
comparación entre las medidas para la Intendencia del Meta, la Intendencia de Arauca, la Comisaría del Vichada y la Comisaría de Casanare. También conviene resaltar que al menos para el Meta, el
actor fundamental en cuanto a la educación fue el gobierno local. Nuevamente, la interpretac ión de
la rehabili tación como iniciativa descentralizada es conveniente.
En primer lugar, conviene reseñar cómo era la situación de los Llanos Orientales en cuanto a
educación. En v irtud de la Convención sobre Misiones, celebrada en 1902 y renovada en 1927 y 1952, la administración y superv isión de la educación pública en los Llanos Orientales estaba en
manos de las comunidades misioneras, aunque el gobierno local era el encargado de financiarlas.
Así, en el Vicariato Apostólico de San Martín (Meta, Vichada, Caquetá, Putumayo, Vaupés) la orden de Montfort, en la Prefectura del Casanare los religiosos descalzos de la orden de San Agustín
(candelarios) y en Arauca, a través de la Prefectura de Labateca, los lazaris tas o v icentinos, eran los
217 Silvia Galvis de Hiller, El jefe supremo: Rojas Pinilla en la violencia y en el poder, Bogotá, Planeta, 1988, p. 28
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encargados de la educación. Por supuesto, su otro cometido era la “civ ilización” de los indígenas. A
pesar del esfuerzo de estas comunidades, debido a la baja densidad poblacional, las enfermedades tropicales y la pobreza del erario, en los Llanos Orientales ex istían pocas escuelas, y la calidad de
las que ex istían era ampliamente discutida. La relativa excepción era la Intendencia del Meta, donde los Montfortianos se habían convertido en actores decis ivos de la sociedad regional y además de
varias escuelas primarias, la Intendencia contaba con dos Colegios Intendenciales con cursos hasta
2° de bachillerato. 218 No obstante, la situación seguía siendo crítica, y por eso la rehabili tación de los Llanos Orientales incluyó medidas al respecto.
En cuanto a la Intendencia del Meta, de lo primero que se ocupó el gobierno local fue de la fundación de escuelas, tanto urbanas como rurales, llegando a fundar 73. Así, para febrero de 1957,
la Intendencia del Meta contaba con 242 escuelas primarias, tres colegios privados y cinco oficiales
de enseñanza secundaria. 219 De forma notable, los Colegios Intendenciales Mariano Ospina Pérez y Marco Fidel Suárez fueron ampliados como parte de la rehabil itación, de forma tal que para 1957 era
posible cursar 3°,4° y 5° de bachil lerato en Villav icencio. 220 El problema de la falta de educación
superior en la región es constantemente señalado por Jane Rausch y, al haber logrado soluc ionarlo salvo por el último año, la rehabili tación merece reconocimiento en materia educativa. 221 También
debe destacarse la labor de la rehabil itación en materia de educación femenina: para el 10 de mayo
de 1957 la Intendencia del Meta contaba con un Colegio Intendencial Femenino, una Escuela Normal para Señoritas en Villav icencio y un Colegio de Instrucción Femenino (Nuestra Señora de
Fátima) en Restrepo.222
Por otro lado, la intendencia también mejoró los salarios de los maestros, realizó “campañas para su
dignificación y capacitación”, entre las que cabe destacar que para capacitar a los maestros no
escalafonados, la Intendencia suministró los radiotransmisores necesarios para que siguieran los cursos radiales del Minis terio de Educación Nacional. Finalmente, la Intendencia también creó el
218 Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit., pp.233‐245; Miguel García Bustamante, Persistencia y Cambio…, op cit., pp. 293‐303 219 “Vastos programas de desenvolvimiento económico esboza el coronel Villamizar”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957 220 “En los Llanos sólo existe hoy una política: la de la PAZ!”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955 221 Si bien este es un tema transversal a toda su obra, puede verse por ejemplo: Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit., pp. 243‐245 222“Sucursal de la Agraria se inaugura el domingo”, Diario de Colombia, octubre 15; Diario de Colombia, 9 abril 1956
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Club Social del educador. 223 Nuevamente, estas medidas responden a otro de los problemas más
acuciantes de la región según Jane Rausch: los Llanos Orientales eran incapaces de atraer maestros capacitados, tanto por los sueldos bajo que se derivaban de la precaria situación fiscal de
la mayoría de municipios, como por la falta de v ías de comunicación, las enfermedades tropicales, etc. 224 Así, mientras que para 1953 la Intendencia contaba con 125 maestros, en 1956 contaba con
232. 225
Por otro lado, en la Intendencia del Meta también se crearon siete Centros Nocturnos para
alfabetización y se llevaron a cabo varias campañas de “desanalfabetizac ión”(¡!). 226 Así mismo, se
establecieron seis cursos radiofónicos y doce restaurantes escolares. Además, la Intendencia fundó un Centro de formación musical, la inspección intendencial de educación física, y la dirección de
extensión cultural, que, entre otras cosas tomó en arrendamiento uno de los teatros de la ciudad y
ofrecía “eventos culturales” de forma gratuita. 227 La intendencia también estableció un curso de capacitación para sus empleados públicos, necesario sobre todo para la creación del departamento
del Meta. 228 Tal como lo resaltaba Alberto Galindo al solicitar la erección del departamento, su
creación no supondría un cargo adicional para la intendencia pues contaba ya con la burocracia necesaria.229 Por supuesto, esta afirmación puede ser sobre todo retórica, pero da la idea del
objetivo de la política: preparar funcionarios públicos para el gran momento.
La rehabili tación de la Intendencia del Meta también contempló la educación productiva. En primer
lugar, el Ministerio de Educación Nacional fundó y mantuvo los “Cursos piloto para campesinos de
los Llanos Orientales” en los que dos expertos agrícolas capacitaban a los llaneros en técnicas modernas de agricultura. Así mismo, estableció escuelas de educación vocacional agrícola y las
dotó de forma tal que es posible deducir que lo que buscaba era modernizar las prácticas agrícolas
de los Llaneros. Por ejemplo, la escuela de Guacavía-Restrepo contaba con un tractor, un arado de
223 “Vastos programas de desenvolvimiento económico esboza el coronel Villamizar”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957 224 Si bien este es un tema transversal a toda su obra, puede verse por ejemplo: Jane Rausch, The Llanos Frontier…, op cit., pp. 243‐245 225 “Etapa de intenso progreso se vive en los Llanos Orientales”, Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956 226 “El medio y el hombre”, Semana, abril 23 de 1956 227 “La educación en los Llanos”, Semana, agosto 26 de 1955; “Etapa de intenso progreso se vive en los Llanos Orientales”, Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956 228 “Por ahí va la cosa”, Semana, enero 31 de 1956 229 “Proyecto de Ley para la creación del Departamento del Meta”, Anales del Congreso, Octubre 1959, p. 625
81
dos discos y un rastrillo.230 Sin duda, estas dos iniciativas remiten a los grandes planes del gobierno
del 13 de junio para la modernización de la agricultura en los Llanos Orientales, y contrastan por lo limitado de la iniciativa frente a la retórica. Finalmente, además de la educación agrícola, el gobierno
central también intentó abordar la educación industrial en la Intendencia del Meta con una escuela vocacional de artes y oficios en Villav icencio. Como en los casos anteriores, el gobierno central se
ocupó del establecimiento y sostenimiento completo de la escuela, además de dotarla con equipos
para enseñanza práctica. Por ejemplo, en julio de 1956 compró un torno y un motor eléctrico231 y el 6 de nov iembre una limadora para metales. 232
Habiendo v isto los desarrollos en materia educativa que alcanzó la rehabili tación en el Meta, pueden empezar a considerarse los resultados de la rehabili tación educativa en otras regiones. En cuanto a
Casanare, la única medida tomada fue la siguiente: el 5 octubre de 1955, el comisario inició la
construcción de 50 escuelas rurales, cuya distribución no está especificada en los documentos disponibles. 233 Si bien esta medida intentaba abordar el problema de la falta de escuelas “Llano
Adentro”, es claro que comparada con la cantidad de medidas tomadas por la educación del Meta,
es bastante limitada. No obstante, el contraste aumentará a medida que se tomen en cuenta las otras regiones del Llano.
En cuanto a Vichada y Arauca, la única medida que se tomó respecto a ellas fue apoyar la creación de Prefecturas Apostólicas, lo cual se esperaba fortaleciera la presencia ec lesiástica en la región y ,
por ende, mejoraría la educación. Por un lado, la prefectura del Vichada se creó el 7 de abril de
1956234. Por el otro, cuando el Intendente de Arauca afirmaba que se estaban tomando medidas para solucionar el problema educativo, éstas constituían en interceder ante la prefectura apostólica
de Labateca (que inc luía a los Santanderes y Arauca) para que propusiera la creación de la
Prefectura Apostólica de Arauca, creada finalmente el 11 de octubre de 1956. 235 Por tanto, puede entenderse que a diferencia del optimismo de Luis Carlos Turriago frente a la educación en el Meta,
230 “Contrato”, Diario Oficial tercer trimestre 1956, p. 144 231 “Contrato”, Diario Oficial segundo trimestre 1956, p. 505 232 “Contrato”, Diario Oficial Segundo Trimestre 1957, p. 551 233 "Contrato", Diario Oficial primer trimestre de 1956, pp.85 234“ La prefectura apostólica de Arauca fue inaugurada por Mr. Bertoli”, Diario de Colombia, octubre 20 de 1956 235 Idem
82
el Intendente de Arauca se lamentara en mayo de 1956, ya transcurrida una buena parte de la
rehabilitación:
“la mayoría de la gente del l lano, con excepción de quienes han logrado salir al interior del país, es analfabeta. A ello contribuyen diferentes circunstancias, entre las que se
cuentan la carencia de v ías de comunicac ión, el sis tema mismo de v ida y de trabajo del
Llanero y , esencialmente, la falta de personal idóneo para las escuelas”.236
Así, las medidas tomadas en materia de educación como parte de la rehabilitación muestran de
forma dramática el alcance diferenciado de ésta en las diferentes unidades administrativas de los Llanos Orientales. Como se ha señalado varias veces, las obras que se ocupan de la rehabil itación
ignoran sistemáticamente esta cuestión y puede decirse que sus balances exageradamente
positivos sobre la iniciativa pueden estar determinados por ello: al identificar a los Llanos Orientales con la Intendencia del Meta, la perspectiva es mucho más halagadora.
3.5. Agricultura y Ganadería En el capítulo anterior se dijo que la gran promesa de la rehabil itación, el eje articulador de su
discurso, era la reconstrucción y modernización de la producción agrícola y ganadera del Llano. De
hecho, siguió siendo el motivo princ ipal de las intervenciones de Rojas y demás miembros del gobierno nacional. Por ejemplo, en el discurso de Villav icencio, el Presidente de la República
afirmaba que: “[…] el aprovechamiento del esfuerzo humano para desarrollar la poderosa industria
ganadera, que hoy constituye una de las más firmes esperanzas para estabilizar sin angustias la prosperidad nacional”.237 En esta cita puede verse además que el fomento ganadero podía llegar a
ser una prioridad dada la crisis económica generada por la caída en los precios del café a partir de
1955. Sin embargo, en este aparte se verá cómo los esfuerzos reales del gobierno nacional para el desarrollo de la ganadería y la agricultura de los Llanos fueron pocos y traicionaron las grandes
promesas.
Si bien en el discurso de Villav icencio Rojas anunció la creación de la Federación Nacional de
Ganaderos, la primera medida dirigida específicamente a la ganadería de los Llanos Orientales fue 236 “Hasta la frontera…”, Diario de Colombia, mayo 9 de 1956 237 “Mantendré inalterables los postulados de paz, justicia y libertad”, Diario de Colombia, enero 23 de 1955
83
la donación de los hatos a SENDAS, el 15 de junio de 1955. Ese día, Rojas Pinilla había inv itado a
los ganaderos del país al palacio de San Carlos para anunciar la consagración del 15 de junio como el día del ganadero. Así, la delegación de ganaderos de los Llanos Orientales, encabezada por
Alfonso López Pumarejo, llegó al palacio presidencial. 238 Sin embargo, tenía objetivos adicionales a agradecer la consagración de la fecha. Como agradecimiento por “[…] la inmensa tarea realizada
desde la primera magis tratura […]”239, los ganaderos escrituraron a nombre de Rojas Pinil la, su
esposa y su hija, tres hatos en los Llanos Orientales, así como las 4.000 reses que contenían. Las tres haciendas estaban ubicadas en Arauca: el Hato Rojas Pinilla en Maní, Carola Correa en Cravo
Norte y el María Eugenia en Arauca (municipio). 240
Al recibir la donación, Rojas Pinil la procedió a donar los tres hatos y las reses a SENDAS. En
palabras de Rojas, “[…] regalaba a través de SENDAS a los pobres de los Llanos las cuatro mil
quinientas vacas y los tres hatos”.241 Posteriormente, el presidente donó un toro cebú para que fuera el reproductor de la hacienda e inic ió una suscripción entre los presentes, como resultado de la cual
el patrimonio de los hatos se incrementó en 136 toros, 2 potros, 67 nov illos, 2.500 pesos, 1 camión,
1 tonelada mensual de panela, 3 estuches de carpintería, 10 millones de libras de leche en polvo por tres años (donadas por el cardenal Crisanto Luque), y 2.500 hectáreas más. 242
Ahora bien, la expresión “donar a los pobres de los Llanos” es ambigua. ¿Qué tenía planeado SENDAS para los hatos? Según Diario de Colombia, la Secretaría estaba planeando la construcción
de una granja experimental y una ciudad modelo en Maní. 243 Sin embargo, el uso que le dio a los
hatos fue diferente. En primer lugar, en estas hac iendas se establecieron agencias de sal del Banco de la República en las que era posible no sólo conseguir el mineral, sino también adquirirlo a los
mismos precios que en Bogotá. Así, el gobierno nacional estaba intentando resolver el sempiterno
problema de la falta de sal en los Llanos, tanto para ganado como para consumo humano. 244 Por otro lado, en los hatos también se establec ió una agencia de la Caja de Crédito Agrario, tratando de
238 “Las Guerrillas del Llano y otras cosas más…”, op cit. 239 “La familia Rojas dona parte de su patrimonio a SENDAS”, Diario de Colombia, junio 16 de 1955 240 Presidencia de la República; Secretaria Nacional de Acción Social y de Protección Infantil, Primer año de labores de SENDAS, pp. 117‐120 241 “Las Guerrillas del Llano y otras cosas más…”, op cit. 242 “La familia Rojas dona parte de su patrimonio a SENDAS”, Diario de Colombia, junio 16 de 1955 243 “Contrapunto”, Diario de Colombia, 16 de junio 244 Augusto Gómez, Indios, Colonos…, op cit., p. 24
84
responder así al llamado constante de los ganaderos de la región. Finalmente, los hatos permitían
“[…] el incremento de la ganadería de los pequeños propietarios con la util ización de los sementales importados”.245 Es decir, los propietarios de la zona podían utilizar los reproductores de los hatos
para cruzarlos con sus nov illas y obtener razas híbridas mejoradas. En el caso de Arauca, esta posibilidad implicaba un mejoramiento importante de las posibilidades de la ganadería pues como se
ha mencionado varias veces, los ganaderos de Arauca y Casanare no experimentaban ni con pastos
ni con ganados diferentes a los criollos.
Pese a apuntar a problemas reales para la industria ganadera en la región (la necesidad de sal,
crédito y razas importadas), esta medida también debe entenderse en su dimensión de propaganda política, tal y como lo atestigua el cubrimiento de la medida en los diarios gobiernis tas. Diario de
Colombia, por ejemplo, siguió paso a paso los hechos y dedicó la mitad de la primera página de su
edición del 16 de junio a un título que rezaba “La familia Rojas dona parte de su patrimonio a SENDAS”, adornado con estrellas. Incluso realizó una encuesta en la que era ev idente que lo que
interesaba resaltar era que el gesto revelaba el carácter generoso y apolítico de Rojas Pinil la, más
que su trascendencia económica. 246 Debe tenerse en cuenta que a mediados de 1955 la popularidad del Presidente estaba decayendo y por tanto este gesto grandilocuente hacia la región que al
princ ipio de su gobierno había cimentado su popularidad, parecía lógico. 247
Además de la donación de los hatos, el gobierno central también se preocupó por aumentar la
disponibilidad del crédito agrícola y ganadero en los Llanos. Así, una vez terminada la rehabili tación,
contaban con sucursales de la Caja Agraria los siguientes municipios, corregimientos e inspecciones. En la Intendencia del Meta: Villav icencio, San Martín, Restrepo y Guamal. En Vichada,
la única agencia fue establecida en Puerto Carreño. En cuanto a Casanare, aunque hay información
de la fundación de agencias en Casanare, no es claro dónde se establecieron las sucursales.248
245 Presidencia de la República; Secretaria Nacional de Acción Social y de Protección Infantil, Primer año de labores de SENDAS, pp. 117‐120 246 Diario de Colombia, “Donación Presidencial”, junio 16 de 1955 247 Vernon Lee Fluharty, La danza…, op cit. ; John Martz, Colombia: un estudio de política contemporánea, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1969 248 “ Ascensos…”, Diario de Colombia, abril 9 de 1956, pp.1; “Etapa de intenso progreso…”, Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956; “La Comisaría del Vichada…”, Diario Oficial Segunda Época, enero 3 de 1957; “Granada y Guamal serán erigidos municipios dentro de corto plazo”, Diario de Colombia; “Coronel Efraín Villamizar Flórez hace entrega de Casanare”, Diario Oficial Segunda Época; “El banco popular en Villavicencio”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955;
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Finalmente, una sucursal del Banco Ganadero, que los ganaderos habían empezado a pedir al
menos en agosto de 1955249, fue fundada en Villav icencio en nov iembre de 1956.250
De estas iniciativas deben resaltarse dos cosas. En primer lugar, la correspondencia de la iniciativa con el proyecto económico global de Rojas, basado en el “crédito de fomento” que si bien fue
introducido en el país en los años veinte, fue durante los cincuenta que se fortaleció. 251 En segunda
instancia, la importancia de la Intendencia del Meta en general y de las zonas de colonización en particular aparece nuevamente en la dis tribución de las agencias de Caja. De hecho, retomando otro
de los temas anteriormente tratados, la modernización de Villav icencio con miras a su
transformación en capital de Departamento, vale la pena estudiar la descripción que hace Semana de la agencia de la Caja Agraria en la capital de la Intendencia del Meta: “Una de esas
construcciones fue la recientemente inaugurada por la Caja Agraria en el costado occidental de la
plaza de Bolívar. De líneas modernas, cómoda y elegante, consta de 3 plantas […] han comenzado a guardar las normas de protocolo propias de una nueva ciudad capital”.252
Habiendo v isto las iniciativas de rehabil itación de la agricultura y la ganadería por parte del gobierno central, ¿qué se puede decir de los gobiernos locales? En cuanto a la Intendencia del Meta, ésta
colaboró en la creación de un Fondo Ganadero. El Fondo Ganadero del Meta fue fundado en
noviembre de 1956 con un capital de 266.000 pesos. De esta cifra, 100.000 pesos fueron suscritos por la Intendencia del Meta, y el resto por el capital privado de la región. Adicionalmente, la
intendencia también realizó campañas a favor del uso de pastos artificiales 253 y la Secretaría
Intendencial de Agricultura y Ganadería ofrecía los serv icios de: agrónomo especializado en cultivos de arroz, maquinaria agrícola, dis tribuc ión de semillas de pastos, árboles ornamentales, frutales y
eucaliptos. Así mismo, tal como los hatos de SENDAS, ofrecía a los ganaderos sus reproductores de
razas importadas (anglo-árabe, inglés puro y prusiano). 254 Por su parte, la Intendencia de Arauca estableció una granja experimental, adquirió maquinaría agrícola y semillas para enseñarle a los
“Etapa de progreso…”, Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956; “Vastos programas…”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957 249 “El banco popular en Villavicencio”, Diario de Colombia, agosto 26 de 1955 250 “Etapa de progreso…”, Diario Oficial Segunda Época, diciembre 8 de 1956 251 Salomón Kalmanovitz, Enrique López, La Agricultura…, op cit., p. 90 252 “ Gobernador a la vista”, Semana, julio 9 de 1956, pp.15 253 “Vastos programas…”, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957 254 Anuncio, Diario Oficial Segunda Época, febrero 3 de 1957
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agricultores a usarlas, y efectuó demostraciones sobre cómo alimentar el ganado con pastos
artificiales.255 Finalmente, emulando al gobierno nacional, la Comisaria de Casanare estableció depósitos de sal en Maní, Rendón, Yopal y San Luis de Palenque.256
Así las cosas, puede afirmarse que en lo que respecta a la rehabilitación de la agricultura y la
ganadería, los gobiernos locales y el gobierno nacional se preocuparon por dos puntos en especial.
En primer lugar, por poner a disposición de los agricultores y ganaderos pequeñas cantidades de insumos para la modernización, fueran estos semillas o reproductores prestados. Por otro lado,
buscaron mejorar el acceso al crédito, bien fuera a través de la Caja Agraria, el Banco Ganadero o el
Fondo Ganadero del Meta. Estas medidas, pese a las grandilocuentes promesas de la rehabili tación, no tuv ieron el efecto esperado. ¿Qué efecto tuv ieron estas medidas?
Según decía el Intendente de Arauca, la situac ión en 1956 era la siguiente: “La falta de ayuda y tecnificación ha colocado en mala situación a la industria ganadera, de la cual el llanero devenga su
sustento. No hay selección ni cruce de ganados y todo se reduce a una producción natural”.257 Es
decir, en su criterio la modernización agrícola no había sido lograda. De igual manera, Turriago afirmaba que “Entre los factores que influyen en el aumento del precio del ganado, están por
ejemplo, la falta de v ías de comunicación; falta de potreros sembrados con buenos pastos artificiales
y los negociantes intermediarios […]”258, a lo cual añadía en otras ocasiones los altos impuestos en el tránsito desde las zonas de levante (Arauca y Casanare) hasta Villav icencio, y el abigeato.259 Por
tanto, podría pensarse que los problemas que aquejaban a la ganadería seguían siendo, pese a la
rehabilitación, exactamente los mismos. No obstante, para evaluar el efecto medidas económicas es mejor recurrir una mirada de largo plazo. Al hacerlo, las perspectivas son más halagadoras.
Entre 1950 y 1972, la tasa de crecimiento anual del número de cabezas en los Llanos Orientales se incrementó en un 65% a una tasa de crecimiento anual de 2.46% . En el mismo lapso, el área de
pastoreo aumentó en un 30% , pasando de 4.4 millones de hectáreas a 5.7 millones. Es decir, se
operó un crecimiento de la ganadería en tanto sector productivo, y la rehabili tación de los Llanos
255 “Hasta la frontera…”, Diario de Colombia, mayo 10 de 1956, 256 Idem; Semana, “El medio y el hombre”, abril 23 de 1956 257 “Hasta la frontera…”, Diario de Colombia, mayo 10 de 1956, pp.5 258 “El Meta, reserva de la patria”, Diario de Colombia, mayo 8 de 1956 259 “El hombre y el medio”, Semana, abril 23 de 1956
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Orientales colaboró en el proceso a través de sus créditos e insumos para la modernización. No
obstante, si bien el crecimiento de la ganadería de la región fue mayor que el de la zona suroccidental y central, fue inferior al de la zona norte (costa Atlántica): allí el aumento fue del 72%
en la población y de 46% en las áreas de pastoreo, lo cual implica no sólo un crecimiento mayor sino una mayor productiv idad de la tierra. En este sentido, si bien los Llanos Orientales mejoraron su
producción, aún estaban relegadas a la costa Atlántica. 260
Vale la pena resaltar que el aumento en las áreas de pastoreo se dio a través de dos procesos. Por
un lado, la ocupación de praderas naturales en Arauca en Casanare, y por el otro, la creación de
pastizales artificiales a lo largo del piedemonte. En otras palabras, la Intendencia del Meta continuó con el patrón que llevaba de uso de pastos artificiales, aumentando el área de pastos mejorados,
mientras que Arauca y Casanare mantenían sus prácticas más atrasadas. Por tanto, si bien los
Llanos Orientales mejoraron como un todo, el balance de poder regional siguió inclinado a favor del Meta.
En el mismo sentido, la distribución o mercadeo de los ganados dentro de la región también se mantuvo en los patrones anteriores. No sólo todo el ganado producido en la Intendencia del Meta
para 1972 estaba destinado al mercado de Bogotá, sino que la mayoría de hatos de los Llanos
pertenecían a este mercado, con salidas marginales a Sogamoso, Cúcuta y , como contrabando, a Venezuela. En palabras de Brunnschweiller: “[…] el hecho de que todo el ganado destinado para
Bogotá tenga que moverse a través de Villav icencio […]”.261 Así, mediante la concentración de la
rehabilitación (y las medidas posteriores) en carreteras que buscaban la colonización y la consolidación de Villav icencio, se reforzó también el sis tema de distribución dentro de los Llanos, en
el cual Arauca y Casanare estaban encargados de la cría y el levante mientras que Meta,
priv ilegiada con vías de acceso, controlaba la ceba. Aún para 1972, el ganado era conducido por caporales desde Arauca, Casanare y Vichada a través de caminos de ganado (es decir, no para
automóviles), en una travesía que duraba más de un mes y agotaba las reses. De esta forma, los
ganaderos del Llano acumulaban la mayor parte del valor agregado, pudiendo conducir en camión el ganado ya cebado hasta Bogotá.
260 Salomón Kalmanovitz, Enrique López, La Agricultura…, op cit., p. 198 261 Dieter Brunnschweiller, The Llanos Frontier of Colombia, Ann Arbor, Michigan State University, 1972, pp. 49‐51
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Finalmente, debe mencionarse que el otro gran objetivo de la modernización de la ganadería en los
Llanos Orientales, la implantación de razas importadas, tuvo un éx ito mucho más limitado. Aún para 1972, la mayoría del ganado seguía siendo de tipo criol lo, con las llamadas razas “San Martinera” y
“Casanare” como las más numerosas. Aunque también ex istían algunos cruces con Cebú, Kalmanovitz los califica como pequeños y de lento desarrollo, sin las caracterís ticas necesarias para
la producción de carne.262
Así pues, en este acápite se v io que la rehabili tación de los Llanos Orientales ayudó a la región a
alcanzar la promesa que le había hecho desde el comienzo: la rehabili tación de su ganadería. A
través de medidas grandilocuentes como los hatos, y de pequeña escala como el préstamo de reproductores, los envíos de carne a Bogotá finalmente aumentaron. No obstante, también se ha
hecho énfasis en señalar que esto fue logrado a costa de reforzar las desigualdades a nivel regional.
Debe tenerse en cuenta que al ser la ganadería el renglón más importante en los Llanos, la concentración en Meta implicaba un desbalance importante.
En términos más amplios, en la totalidad de este tercer capítulo se intentó dar cuenta de la que se ha llamado segunda fase de la rehabili tación. Al tratar el tema de la salud, la importancia de la
colonización fue ev idente, y lo mismo ocurrió al estudiar las medidas implementadas en materia de
comunicaciones. Por otro lado, las obras públicas, la construcción de carreteras, y construcción de escuelas y demás iniciativas por la educación, mostraron no sólo el sesgo de la rehabili tación hacia
la Intendencia del Meta, sino también la progresiva consolidación de Villav icencio a la que colaboró
la rehabili tación. Por otro lado, a través del análisis de la financiación y el proceso de toma de decisiones en la rehabili tación, se presentó la rehabili tac ión como una iniciativa descentralizada en la
que los gobiernos gozaban de autonomía, aunque ésta fuera limitada. Finalmente, a propósito de la
emisora SENDAS y los aeropuertos se discutió cómo la rehabili tación se integraba al proyecto político de Rojas.
262 Salomón Kalmanovitz, Enrique López, La Agricultura…, op cit., p. 199
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Conclusiones
¿Qué se puede decir a propósito de la rehabil itación de los Llanos Orientales después de ese
trabajo? En primer lugar, que el término está relativamente errado. El punto más recurrente en esta monografía consis tió en señalar que el proyecto tuvo un sesgo a favor de la región del Meta,
relegando a Casanare, Arauca y Vichada, y fomentando la subordinación que ya presentaban frente
a la primera. Por tanto, más que la rehabili tac ión de “Los Llanos Orientales”, se trató de la rehabilitación del Meta. En la primera etapa, el Meta concentró los mayores porcentajes de la ayuda
para la reconstrucción, pese a que había sido la zona menos afectada por La Violencia. Mientras
tanto, Casanare, absolutamente devastada, recibió un porcentaje inferior al 20% del total. Por su parte, en la segunda etapa, las carreteras, los correos, las obras públicas y las medidas frente a la
ganadería, consolidaron la posición del Meta en general y de Villav icencio en particular. Como
consecuencia, el efecto transformador de la rehabili tac ión se concentró en esta Intendencia. Por ejemplo, no es coincidencia que en 1959 se hubiera llevado la anhelada creación del Departamento
del Meta. Para entonces, la población de la región se calculaba en 200.000 habitantes pues se había
reforzado su condición de polo de atracción de inmigrantes y colonizadores, y su presupuesto superaba los seis millones de pesos. 263
En segunda instancia, en esta monografía también se planteó que la rehabili tación fue una iniciativa conceptualizada en términos estric tamente económicos en general, y agropecuarios en particular,
acuñándose el concepto de rehabili tac ión agropecuaria. En lo que aquí se ha llamado primera etapa,
la rehabili tación se enfocó en los indiv iduos, bien fuera a través del crédito o de las ayudas inmediatas. Sin embargo, los sujetos se entendían ante todo como factor de producción, como
sujetos que trabajaban, y era en esta condición que debían ser rehabil itados. En la segunda etapa,
cuyo enfoque estaba ya no en los indiv iduos sino en las obras para la región, la prioridad era la colonización de los Llanos Orientales, la expansión de la frontera agrícola. Así, el énfasis en lo
económico es el hilo conductor entre las dos etapas, bastante diferentes entre sí.
Por otro lado, se discutió cómo la rehabili tación también fue una iniciativa en la que participaron una
multipl icidad de autores. Su segunda etapa puede definirse como la fuerza del gobierno nacional
263 “Proyecto de Ley para la creación del Departamento del Meta”, Anales del Congreso, Octubre 1959, p. 625
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detrás de inic iativas locales sobre las que tenía algún poder de direcc ión, en modo alguno absoluto.
Por supuesto, una reflex ión v iene a la mente: ¿dónde están los límites los rehabili tación? ¿es que acaso todo lo que se hizo por los Llanos en este momento puede ser considerado rehabili tac ión? La
respuesta por la que se optó en esta monografía es s í. De una u otra forma, la rehabil itación consis tió en hacer política pública con bríos renovados, y todos los actores involucrados estaban
unidos por la idea de rehabili tación.
Vale la pena resaltar que este enfoque de la rehabili tación como iniciativa relativamente
descentralizada supone una innovación en la historiografía sobre el régimen de Rojas. Todavía muy
influida por la identificación de éste con Perón y por la forma en que l legó al poder, las obras sobre su gobierno se centran en su persona. El presente trabajo, en cambio, plantea una lectura según la
cual otros actores también fueron fundamentales. Así mismo, la monografía se preocupó por integrar
lo ocurrido entre 1953 y 1957 con procesos de más larga durac ión. Por tanto, este trabajo busca ser un llamado al estudio de un tema relativamente olv idado por la historiografía y a la renovación de los
enfoques con los que tradic ionalmente se ha abordado.
Retomando la cuestión de los procesos de larga duración en los que está inscrita la iniciativa
(modernización agropecuaria, el “redescubrimiento” de los territorios nacionales), esta monografía
también ha querido distanciarse de los pocos estudios sobre la rehabili tación, mostrando que La Violencia no es suficiente para explicarla. No se trata solamente de la relación casi lineal que
establece Gonzalo Sánchez: a destrucción, corresponde reconstrucción. 264 En primer lugar, se quiso
resaltar cómo la rehabili tación era parte de un proceso de modernización de la agricultura y de “redescubrimiento” de los territorios nacionales, inic iado incluso antes del estallido de La Violencia.
Así mismo, se mostró cómo la rehabili tación era parte de un proyecto más amplio que buscaba
promover la colonización del Llano como solución a los conflic tos agrarios de las tierras altas, y cómo el interés en su desarrollo estaba influenciado por la fundación de Paz del Río.
Por tanto, se propone que en la rehabili tación de los Llanos Orientales, si bien fue desatada por La Violencia y sus efectos, estaban en juego otros factores sin los cuales no es posible comprenderla a
264 Gonzalo Sánchez, “Violencia, guerrillas…”, op cit., p. 159. En este artículo, Gonzalo Sánchez plantea que a los dos procesos que caracterizaron la violencia, corresponden dos iniciativas durante el gobierno de Rojas. Así, a la barbarie corresponde la amnistía, y al resquebrajamiento social la reconstrucción.
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cabalidad. Sin embargo, el efecto de La Violencia no es en modo alguno desprec iable. Como se dijo
a lo largo del trabajo, se trató del movimiento de mayor magnitud durante el periodo de 1948-1953. Como tal, cumplió una función de catalizador. Como lo sugieren los estudios de construcción de paz,
se constituyó en una “ventana de oportunidad” para canalizar esfuerzos hacia la región, llamando la atención sobre ésta. 265 En este sentido, la primera etapa, la de los préstamos de la Oficina de
Rehabil itación y Socorro, debe entenderse como una preparación necesaria para los esfuerzos de
mayor magnitud. Como se recordará, en dicha etapa se trató de aliv iar los daños causados directamente por el enfrentamiento armado, paso fundamental para emprender las iniciativas de la
segunda etapa.
Adicionalmente, a lo largo de la monografía se intentó mostrar que la rehabili tación era parte de un
proyecto político específico, el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla. Como tal, sus métodos y objetivos
eran coherentes con el carácter del gobierno de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, se discutió cómo las funciones de la O ficina de Rehabili tación y Socorro eran una forma del “crédito de fomento” que
buscaba la modernización de la agricultura. Por tanto, la rehabili tación no fue, como a veces se
asume en la li teratura sobre construcción de paz, un proyecto aislado y normativo. Toma su forma de acuerdo al proyecto político que lo lleve a cabo, y esto es a la vez limitación y posibilidad para sus
alcances.
Finalmente, la última conclusión de esta monografía, como la de todas las monografías, es que
queda mucho por hacer. En cierta medida, este trabajo también fue un balance de las obras sobre la
historia del Llano y el desarrollo de La Violenc ia en la región, y se señalaron varias falencias al respecto. Sin duda, la más importante es la falta de conocimiento sobre la estructura social y agraria
del Llano, que los autores reseñados toman como factor dec isivo de La Violencia, aún sin contar con
bases empíricas para su caracterizac ión. Por otro lado, la presente monografía también abre caminos de investigación. Por ejemplo, es necesario evaluar las continuidades en los procesos de
reconstrucción en Colombia. Este trabajo ha mostrado que la rehabilitación l levada a cabo por el
gobierno de Rojas contenía algunos de los elementos de la rehabilitación implementada por el Frente Nacional: énfasis en la colonización, institucionalización de la ayuda, entre otros.
265 Angelika Rettberg, “Diseñar el futuro…”, op cit., p. 10
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Así mismo, se insis tió bastante en que esta rehabil itación económica y agropecuaria no tenía
intenciones redistributivas de ningún tipo, sino que su objetivo era modernizar las técnicas de producción manteniendo la estructura social. Si se aceptan las explicaciones de los autores
reseñados pese a sus falencias, la rehabili tación estaría entonces fomentando los factores que tuv ieron incidencia en la perpetuación y agudización del conflic to armado en el Llano. De igual
forma, el refuerzo al gamonalismo que supuso, al entregar más recursos a la sociedad regional sin
una mayor interventoría por parte del gobierno central, tendría el mismo efecto. La relación de la rehabilitación con la perpetuación del conflic to en el Llano, sin embargo, debe ser estudiada en
mayor profundidad. Por falta de fuentes y por las limitac iones propias de este trabajo, la
rehabilitación no se estudió en este sentido. No obstante, su impacto merece ser evaluado, sobre todo en tiempos como los actuales en los que se están buscando estrategias para el postconflic to.
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Anexo 1 Comandos Guerrilleros del Llano
Tomado de: Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros: memorias de la insurrección llanera,
Bogotá, CEREC, 1992, p. 91
Número Zona de Influencia Jefe
1 Tame, Rondón, Arauquita Hermanos Villamizar
2 Sabna de Arauca, entre Arauca y Cravo Norte Mario Escobar
3 Cravo Norte ‐ Meta José Carreño
4 Hato Corozal, entre Casanare y Ariporo Luis Esguerra
5 Entre Ariporo y Guanapalo Eliseo Velásquez
6 Cajón del Guanapalo, Guachiría, Pauto y Guanapalo Alfredo Parada
7 Poyata ‐ Bocas del Cusiana Alberto Hoyos
8 Bocas de Pauto Hmnos Betancourt
9 La hermosa ‐ Bocas de Guachiría Isaac Vergara
10 Cravo Sur‐Surimena‐Guayabal Raúl Sarmiento
11 Orocué‐San Pedro de Arimena‐Puerto Gaitán Guadalupe Salcedo y Riqueiro Perdomo
12 Moreno‐Paz de Ariporo Mariano Luna
13 Maní Marco Rey, Víctor López
14 Yopal‐Nunchía‐Támara‐Pore Eduardo Franco
15 Miraflorez‐Sabanalarga‐Túa Hmnos Bautista
16 Del Humea al Upía (Tauramena) Hmnos Porras
17 Únete‐Aguazul‐Recetor‐Pajarito El Pote Rodríguez
18 Upía, Cabuyaro, Guadualito Hmnos Fonseca
19 Cumaral‐Villavicencio Humberto Díaz
20 San Martín, Humadea Hmnos Castrillón
21 San Juan de Arama, Alto Ariari Dumar Aljure
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22 El Palo, Sureste del Huila, Noreste del Caquetá José A. Castañeda y Martín Camargo
23 Guayabero y Caguán José Leal
24 Sumapaz, Huila, Tolima, Meta, Cundinamarca Juan de la Cruz Varela
25 Sogamoso‐El Cocuy‐Boyacá‐Miraflórez Hmnos Villamarin
26 Santa Rita de Vichada Tulio Bayer
27 Planas Jaramillo Ulloa
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Anexo 2 Acciones de Guerra: 1949-1950
Tomado de: Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros: memorias de la insurrección llanera, Bogotá, CEREC, 1992, p. 105 Número Acción Fecha
1 Junta Popular abril 9, 1948
2 Asalto Hermanos Bautista nov 15, 1949
3 Asalto Hermanos Fonseca nov.19, 1949
4 Asalto Comandante Eliseo Velásquez nov. 25, 1949
5 Levantamiento del Capitán Silva nov. 25, 1949
6 Toma del Capitán Silva nov. 26, 1949
7 Asalto Hnos Fonseca nov. 26, 1949
8 Ataque Hnos Fonseca nov. 30, 1949
9 Junta Popular, Congreso Gerrillero Cdo. Fonseca feb.,1950
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10 Ataque Hnos. Bautista Dumar Aljure feb.,1950 11 Ataque Hnos. Parra Hnos. Fonseca abril, 1950
12 Asalto a Puesto Militar Hnos. Bautista abril, 1950 13 Ataque Hnos. Bautista, Aljure y Fonseca abril, 1950
14 Ataque Franco y De la Roche abril, 1950
15 Conferencia Comando Eliseo Velásquez y otros abril 27, 1950
16 Enfrentamientos Cdo. Riqueiro Perdomo abril 27, 1950
17 Ataque y Toma Comando Aljure junio, 1950
18 Conferencias de Jefes Guerrilleros agosto, 1950
19 Conferencias de los Guerrilleros Fugitivos sept., 1950 20 Cdos. Bautista y Fonseca oct.,1950
21 Combates, Hermanos: Bautista, Aljure, Fonseca
nov. 23, 1950
22 Conferencia Guerrillera nov., 1950
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Anexo 3 Acciones de guerra: 1952-1953
Tomado de: Reinaldo Barbosa, Guadalupe y sus centauros: memorias de la insurrección llanera, Bogotá, CEREC, 1992, p. 134 # Acción Fecha
1 Combates.Muere Cdte.Eduardo Martinez feb., 1952 2 Conferencia de Ganaderos en Respaldo al Ejército feb. 18‐19, 1952
3 Combates Hnos. Bautista y Parra. Muere Alf. Parra marzo, 1952 4 Combates Hnos. Bautista marzo, 1952
5 Minada Pista de Aterrizaje y Destruido Avión(FAC) Hermanos Bautista abril 10, 1952 6 Combates por el control de la zona. Cdo. Minuto Colmenares abril 10, 1952
7 Asaltos Hermanos Parra y Bautista abril 18, 1952 8 Asalto Comandante Dumar Aljure mayo, 1952
9 Ataque y Destrucción del Campo de Aterrizaje Cdo. Guadalupe Salcedo junio 18, 1952 10 Asalto de los 96 Cdte. julio 12, 1952
11 Toma (sitio). El ejército cerca y elimina población gradualmente julio 14, 1952 12 Emboscada a Ejército Hermanos Parra julio, 1952
13 Conferencia Guerrillera, Ataque a Sevilla, Comando combinado julio 20, 1952 14 Ataque Hermanos Bautista agosto 5, 1952
15 Ataque Comandantes Hermanos Calderón agosto, 1952 16 Asaltos Hermanos Calderón agosto, 1952
17 Emboscada a soldados de paz. Comando Hermanos Parra. Muere Luis Parra septiembre, 1952
18 Asalto cuartel militar. Comandantes Loco Marcelino y Hermanos Parra septiembre, 1952
19 Muere Eliseo Velásquez septiembre 7,
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1952
20 Conferencia Guerrillera y Primera Ley del Llano septiembre 11, 1952
21 Asesinato Hermanos Bautista diciembre 20 a 23, 1952
22 Contraofensiva a la imp. Del ejército. Comando Volante Guadalupe Salcedo enero, 1953
23 Bombardeo a la población, evacuación intempestiva enero 15, 1953
24 Ataque de chorro blanco, comité acción conjunta, Parras, Calderones, Pote Rodríguez y Fonseca
enero 20 a febrero 1, 1953
25 Emobscada a Ejército febrero 1, 1953
26 Ataque Hermanos Fonseca febrero 20, 1953 27 Ataque comandante de la Roche marzo 1, 1953
28 Ataque victoria Ejército comandante Mochaca mayo 10, 1953 29 Bombardeo Hato los Trompillos, Segunda Ley del Llano junio 10‐18, 1953
30 Muere José Alvear Restrepo agosto 20, 1953
31 Entrega comando Fonseca y Carlos Roa septiembre 9, 1953
32 Entrega Marco Antonio Torres septiembre 12, 1953
33 Entrega Aljure, Eleuterio Silva y guerrilla de paz septiembre 13, 1953
34 Entrega hermanos Calderón septiembre 14, 1953
35 Entrega Jorge Gonzáles, Carlos Neira, Jesús Feliciano, Laurentino Rodríguez
septiembre 15, 1953
36 Entrega hermanos Chaparro septiembre 16, 1953
37 Entrega Maximiliano Ortega, Aureliano Guateros, Vitelio Castrillón y Guerrillas de Paz
septiembre 20, 1953
38 Entrega Berardo Giraldo, Víctor Agudelo, Luis Arena septiembre 21, 1953
39 Entrega Hermanos Parra septiembre 24, 1953
40 Cae abatido Guadalupe Salcedo junio 6 1957
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Anexo 4 La Región del Ariari
Tomado de: Oscar Londoño, La colonización del Ariari (1950-1970): aproximación a una historia regional, Villav icencio, Siglo XX, 1989, p. 11
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Fuentes
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