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  PERTUR Estado-Nación y mundo:  nuevas  rela ciones ent re estas distintas  escalas.  Y los  fenómenos o las opciones que se dan entre la  afirmación  de la identid ad de los, lugares y la inserción en una cultura y una economía" globalixadas. Visualizamos  entonces  la necesida d y la oportunidad de estudiar y de explicar  estos  cambios desde la  geografía  junto con otros  científicos o profe sionales (economistas, sociólogos, politólogos,  estu diosos de la cultura,  etc.). Se plantea  también  l a ne cesid ad de re nterpr etar y aprehender el tiempo y el espado en el que  estamos  vi viendo e n  fundón de estos cambios tan  acelerados  y tan profundos. Tam bién está  la neces idad de redef mlr la  inserción de nuestra disciplina  en las Ciencias Sociales y pensa mos que este  Encuentro  puede  ayudar a estimular las diversas formas en que la Geografía,  nuestra  disci plina, puede  contribuir  a  red e i n  r la  relación entre la socie dad y el espacio, la sociedad y el ambiente, entre la  sociedad y el Estado. Y puede,  también, ayudar a la toma de conciencia respecto de la resignificación de lo  que hoy represe nta se r un ciudadano de un sido o un  ciudadano del mundo. Para  finalizar  quiero, en nombre de toda la  Comi sión  Organizadora Naci onal y toda l a gente que  está colaborando en la  organización  de  este  evento,  dese arles a todos una muy buena  estadía  en nuestro  país, en nuestra ci udad, y que  este  Encuentro,  inédito  a mi manera de ver, sea un  ámbito  favorable para el  enri quecimiento intelectual mutuo de quienes  estamos participando en él, para el establecimiento de nue vas,  generosas  y ausp iciosa s relaciones de intercam bio académico  y  científico,  y que  también  sea un genuino lugar de encuentro, de placentero y  cálido encuentro entre  personas:  científicos  sensibles, com-  prometidos, milit antes de nuestro tiempo, de nuestro ugar en la disci pli na y e n la sociedad. Muchas gracias. Luis  Yanca: En nombre del  señor  Rector de la  Uni versida d de Bue nos Aires y del Consejo Superior de nuestra Universidad, quiero darles la bienvenida a esta  autónoma, tuita  y co-gobemada de Buenos  Aires.  En  esta  bien venida quiero subraya r, en particular, el esfu erz o de nuestros colegas de  Latinoamérica  e invitados  espe ciales que han llegado  hasta esta  ciudad para  partici par de  esté  evento.  Para  la"  Universidad  es un hecho naturalmente relevante y que acrecienta su relevan cia,  obviamente para los  geógrafos  hoy participantes; pero tiene  ademas  la relevancia para la  Universidad, en  este  proces o de achi camiento pr ofundo de los es pacios  públicos,  en  este  proceso de achicamiento profundo  del sistema  científico-tecnológico  nacional que, en gran medida, se extiende hacia el resto de ktinoamérlca.  Tiene relevancia, tiene valor el  espa- .  d o que nueva mente  vuelve;  a ocup ar, la universidad " pública en el país  y en el continente. Sola mente la Universidad pública puede  albergar,  puede  ser el lu gar de encuentro de un evento de estas característi ca s  y,  particularmente, de  esta  magnitud.  M ás de  qui nientas ponencias, la presencia de los más desta cados  especialistas de  América Latina  y de otras geo grafías hablan claramente de este  evento.  Este  even to  no se inscribe como un evento más para la  Uni versidad. La  Universidad tiene  desde  hace  ya varios  años, entre sus diez prioridades en materia de inves tigación, el estudio  sistemático, científico,  profundo de los cambios que en materia territorial  y regional se  están produciendo en nuestro continente y, particularmente, en el caso  argentino. En es a medida este evento tiene la misma  dirección,  ta de obviamente enfrentar a los espe cialistas, l a de poner al  día los conocimientos, pero  también,  frente a tanto renunciamiento ideológico interdisciplinario, frente a tanto renunciamiento  político  inter disciplinario  e interpartidario, asumir la respon sabilidad  básica  de la Universidad  pública  para con la  historia que la Universidad  pública  tiene en la Argentina,  con la trayectoria de trabajo, de producción científica  y de lucha frente a un proceso social  que ha  desencadenado, asume  es a r espon sabilidad.  Y la  puede  asumir de muchas  maneras. U na  manera es la del discurso y otr a es la mejor respuesta,  la del trabajo, l a d e la  puesta  al día del trabajo y la  exposición  de  trabajos. Quiero  felicitar  a los organizadores. Creo que ponen en valor la voluntad de su trabajo. Sé del trabajo de más de veintiocho  meses  del  Comité Organizador. Sé del trabajo de Pa blo Cic col ell a coordinando las actividades. Y sin esa actividad denod ada, que no ti ene más  secreto  que el d e och o horas  diarias  dedicadas  a esto, seguramente  este evento hubiese sido imposibl e. Quiero  destacar,  en es e sentido, el t rabajo de todo el mundo. El  Comité,  en especial, les  desea  una buena  estadía en nuestro  país,  que  esta  ciudad los reciba de la mejor  manera y que tengamos un encuentro productivo  científicamente.  Que no nos amparemos en la hist oria porque le tene mos miedo al  futuro. Que  seamos capaces  de dar la lucha  desde  el mapa qu e  l a  sociedad nos  está  pidiendo. Muchas gracias. geographikót N - 8,2" •cmeitre de 1997 CONFERENCI lobalización y  urba nización David Harvey) R  LEJ NDRO BENEDETTI Y NDRÉS B RSKY Carlos Reborattit Seria muy difícil que.en esta última parte del siglo,  alguien fuera  capaz  de escribir un trabajo importante que  verse  sobre cualquier tema en geografía sin hacer  referencia a David Harvey, sin duda uno de los mis prestigiosos teóricos en nuestra  disciplina.  Tal vez una de las  características  mis importantes del trabajo de David  Harvey sea una rar a mezcla de rigor metodológico con flexibilidad conceptual. Esta combinación,  no demasiado  común en un mundo académico donde la intolerancia en las ideas se exhibe como una virtud,  ha hecho que nuestro huésped del Sexto Encuentro de Geógrafos de  América  Latina haya podido transitar en su desarrollo conceptual  desde  lo m ás  denso  de la  geografía  cuantitativa hasta  los m ás  intrincados vericuetos de la  aproximación posmoderna,  pasando  con  igual rigor  por los intereses  sociales de la  teoría  mar xist a y su aplicación  al espa cio  geográfico. David  Harvey es un  pensador  de nuestro tiempo y  de nuestra cir cunst ancia. Y, como ta l, se preocupa por la  dimensión  social de lo que posiblemente  sean  los dos  fenómenos  más abarcadores  de nuestra realidad: la  urbanización  y la relación  que  establece  la sociedad con su ambiente. La  carrera de  David  Harvey comienza  hace  ya 35 años  en Cambridge y llega  hasta  su actual posición  como profesor de la John Hopfeins Univenitj  de los  Estados  Unidos. En  esta  larga trayectoria,  ha sido profesor visitante en diversa s universidades de Suecia,  Canadá,  Estados  Unidos  España.  Pero es en su inmensa y fecunda producción académica  donde la importancia de David  Harvey e s más  significativa.  Quiero aclarar que, para desgracia de quienes no pueden acceder  al idioma  inglés,  es a  especie  de  esperanto de la  globalización,  es relativamente poco lo que se ha traducido de la obra de.David Harvey al español.  Sobre todo comparándolo  c on las muy frecuentes traducciones al portugués,  italiano y japonés. La  primera obra trascendental de  David  Harvey fue,  sin duda, su libro Explanation  in geography , publicado  a fines de la década del sesenta,  y traducido al español  como  "Teorías,  leyes y modelos en geografía" solamente 14 años más tarde. En este  libro,  fundamental para el desarrollo de la aproximación  cuantitati va de la problemática  del  territorio,  Harvey desarrolla con rigor  una problemática todavía vigente de las dificultades que posee  la geografía para llegar a la explicación  de los  fenómenos  que anali za. Pe ro ya en la parte  final  de  este  libro  se alertaba sobre la validez  de una  teoría  que no tomara en cuenta la sociedad en su contexto  histórico.  Como respuesta  a su pr opia pregunta sobre la valide z de una  teoría,  algunos  años  más tarde  aparece Social  juttict and thc city ,  traducida como "Urbani smo y des igualdad soci al" curiosamente antes  de que fuera traducido su trabajo anterior. Aquí  Harvey desarrolla una  aproximación totalmente diferente, preocupado por l a socie dad y  su forma de  vida  más moderna, la ciudad, fragmentada entre grupos y  clases  sociales que le dan a  cada  territorio  un significado diferente. Esta linea de trabajo se  continúa  con otras  obras que  amplían  la  reflexión teórica  y  metodológica sobre la  relación  entr e el desarrollo capitalista y el fenómeno  urbano, como se  puede  leer en "The toban sphit  on  the  decisión  of  capital?.  Ampliando  su horizonte a su  lucido  análisis  de los fundamentos de l  capitalismo, Harvey publica "The  limits  of capital ,  accesible a nuestro  público  a  través  de una  traducción  reciente como el  libro  "Los limites  del capi tal" . Y, posteri ormente, su reflexión  sobre la tan mentada posmodernidad a través  de su  clásico  Th e  condition  of  pormodemirjf". Esta  producción  de l ibros fundamentales para la Geografía está  pensada  en una larga  lista  de más

Harvey Globalizacion y Urb

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es la observacion de Harvey sobre la Globalizacion y el Urbanismo

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  • APERTURA

    Estado-Nacin y mundo: nuevas relaciones entre estas distintas escalas. Y los fenmenos o las opciones que' se dan entre la afirmacin de la identidad de los, lugares y la insercin en una cultura y una economa" globalixadas. Visualizamos entonces la necesidad y la oportunidad de estudiar y de explicar estos cambios desde la geografa junto con otros cientficos o profe-sionales (economistas, socilogos, politlogos, estu-diosos de la cultura, etc.). Se plantea tambin la ne-cesidad de re interpretar y aprehender el tiempo y el espado en el que estamos viviendo en fundn de estos cambios tan acelerados y tan profundos. Tam-bin est la necesidad de redefmlr la insercin de nuestra disciplina en las Ciencias Sociales y pensa-mos que este Encuentro puede ayudar a estimular las diversas formas en que la Geografa, nuestra disci-plina, puede contribuir a rede fin ir la relacin entre la sociedad y el espacio, la sociedad y el ambiente, entre la sociedad y el Estado. Y puede, tambin, ayudar a la toma de conciencia respecto de la resignificacin de lo que hoy representa ser un ciudadano de un sido o un ciudadano del mundo.

    Para finalizar quiero, en nombre de toda la Comi-sin Organizadora Nacional y toda la gente que est colaborando en la organizacin de este evento, dese-arles a todos una muy buena estada en nuestro pas, en nuestra ciudad, y que este Encuentro, indito a mi manera de ver, sea un mbito favorable para el enri-quecimiento intelectual mutuo de quienes estamos participando en l, para el establecimiento de nue-vas, generosas y auspiciosas relaciones de intercam-bio acadmico y cientfico, y que tambin sea un genuino lugar de encuentro, de placentero y clido encuentro entre personas: cientficos sensibles, com-

    prometidos, militantes de nuestro tiempo, de nuestro ugar en la disciplina y en la sociedad. Muchas gracias.

    Luis Yanca: En nombre del seor Rector de la Uni-versidad de Buenos Aires y del Consejo Superior de nuestra Universidad, quiero darles la bienvenida a esta Universidad nacional, popular, autnoma, gra-tuita y co-gobemada de Buenos Aires. En esta bien-venida quiero subrayar, en particular, el esfuerzo de nuestros colegas de Latinoamrica e invitados espe-ciales que han llegado hasta esta ciudad para partici-par de est evento. Para la" Universidad es un hecho naturalmente relevante y que acrecienta su relevan-cia, obviamente para los gegrafos hoy participantes; pero tiene ademas la relevancia para la Universidad, en este proceso de achicamiento profundo de los es-pacios pblicos, en este proceso de achicamiento profundo del sistema cientfico-tecnolgico nacional

    Lque, en gran medida, se extiende hacia el resto de ktinoamrlca. Tiene relevancia, tiene valor el espa-. d o que nuevamente vuelve; a ocupar, la universidad

    " pblica en el pas y en el continente. Solamente la Universidad pblica puede albergar, puede ser el lu-gar de encuentro de un evento de estas caractersti-cas y, particularmente, de esta magnitud. Ms de qui-nientas ponencias, la presencia de los ms desta-cados especialistas de Amrica Latina y de otras geo-grafas hablan claramente de este evento. Este even-to no se inscribe como un evento ms para la Uni-versidad.

    La Universidad tiene desde hace ya varios aos, entre sus diez prioridades en materia de inves-tigacin, el estudio sistemtico, cientfico, profundo de los cambios que en materia territorial y regional se estn produciendo en nuestro continente y, particularmente, en el caso argentino. En esa medida este evento tiene la misma d i recc in , ta de obviamente enfrentar a los especialistas, la de poner al da los conocimientos, pero tambin, frente a tanto renunciamiento ideolgico interdisciplinario, frente a tanto renunciamiento pol t ico inter-disciplinario e interpartidario, asumir la respon-sabilidad bsica de la Universidad pblica para con la historia que la Universidad pblica tiene en la Argentina, con la trayectoria de trabajo, de produccin cientfica y de lucha frente a un proceso social que ha desencadenado, asume esa respon-sabilidad. Y la puede asumir de muchas maneras. Una manera es la del discurso y otra es la mejor respuesta, la del trabajo, la de la puesta al da del trabajo y la exposicin de esos trabajos.

    Quiero felicitar a los organizadores. Creo que ponen en valor la voluntad de su trabajo. S del trabajo de ms de veintiocho meses del Comit Organizador. S del trabajo de Pablo Ciccolella coordinando las actividades. Y sin esa actividad denodada, que no tiene ms secreto que el de ocho horas diarias dedicadas a esto, seguramente este evento hubiese sido imposible. Quiero destacar, en ese sentido, el trabajo de todo el mundo.

    El Comit, en especial, les desea una buena estada en nuestro pas, que esta ciudad los reciba de la mejor manera y que tengamos un encuentro productivo cientficamente. Que no nos amparemos en la historia porque le tenemos miedo al futuro. Que seamos capaces de dar la lucha desde el mapa que la sociedad nos est pidiendo.

    Muchas gracias.

    geographikt, N - 8,2" cmeitre de 1997

    CONFERENCIA

    Globalizacin y urbanizacin (David Harvey)

    POR ALEJANDRO BENEDETTI Y ANDRS BARSKY

    Carlos Reborattit Seria muy difcil que.en esta lt ima parte del siglo, alguien fuera capaz de escribir un trabajo importante que verse sobre cualquier tema en geografa sin hacer referencia a David Harvey, sin duda uno de los m i s prestigiosos tericos en nuestra disciplina. Tal vez una de las caractersticas mi s importantes del trabajo de David Harvey sea una rara mezcla de rigor metodolgico con flexibilidad conceptual. Esta combinacin, no demasiado comn en un mundo acadmico donde la intolerancia en las ideas se exhibe como una virtud, ha hecho que nuestro h u s p e d del Sexto Encuentro de Gegra fos de Amr i ca Lat ina haya podido transitar en su desarrollo conceptual desde lo ms denso de la geografa cuantitativa hasta los ms intrincados vericuetos de la aproximacin posmoderna, pasando con igual rigor por los intereses sociales de la t eo r a marxista y su aplicacin al espacio geogrfico.

    David Harvey es un pensador de nuestro tiempo y de nuestra circunstancia. Y, como ta l , se preocupa por la d i m e n s i n social de lo que posiblemente sean los dos f e n m e n o s m s abarcadores de nuestra realidad: la urbanizacin y la re lacin que establece la sociedad con su ambiente.

    La carrera de David Harvey comienza hace ya 35 a o s en Cambridge y llega hasta su actual pos i c in como profesor de la John Hopfeins Univenitj de los Estados Unidos. En esta larga trayectoria, ha sido profesor visitante en diversas universidades de Suecia, Canad, Estados Unidos y Espaa . Pero es en su inmensa y fecunda produccin acadmica donde la importancia de David Harvey es ms significativa. Quiero aclarar que, para desgracia de quienes no pueden acceder al idioma ingls, esa especie de esperanto de la globalizacin, es relativamente poco lo que se ha traducido de la obra de.David Harvey al

    espaol. Sobre todo comparndolo con las muy frecuentes traducciones al portugus, italiano y japons.

    La primera obra trascendental de David Harvey fue, sin duda, su libro "Explanation in geography", publicado a fines de la dcada del sesenta, y traducido al e spao l como "Teor as , leyes y modelos en geografa" solamente 14 aos ms tarde. En este l i b ro , fundamenta l para el desarrollo de la aproximacin cuantitativa de la problemtica del territorio, Harvey desarrolla con rigor una problemt ica todava vigente de las dificultades que posee la geografa para llegar a la explicacin de los fenmenos que analiza. Pero ya en la parte final de este libro se alertaba sobre la validez de una teora que no tomara en cuenta la sociedad en su contexto h i s t r i c o . Como respuesta a su propia pregunta sobre la validez de una teor a , algunos aos m s tarde aparece "Social juttict and thc city", t raducida como "Urbanismo y desigualdad social" curiosamente antes de que fuera traducido su trabajo anterior. A q u Harvey desarrolla una a p r o x i m a c i n totalmente diferente, preocupado por la sociedad y su forma de vida ms moderna, la ciudad, fragmentada entre grupos y clases sociales que le dan a cada territorio un significado diferente. Esta linea de trabajo se contina con otras obras que amplan la reflexin terica y metodolgica sobre la relacin entre el desarrollo capitalista y el fenmeno urbano, como se puede leer en "The toban sphit on the decisin of capital?. Ampliando su horizonte a su lucido anlisis de los fundamentos del capitalismo, Harvey publica "The limits of capital", accesible a nuestro pblico a travs de una t r a d u c c i n reciente como el l ibro "Los l imites del cap i ta l " . Y, posteriormente, su reflexin sobre la tan mentada posmodernidad a travs de su clsico The condition of pormodemirjf". Esta produccin de libros fundamentales para la Geografa est pensada en una larga lista de ms

  • CONFERENCIA

    . de 100 artculos publicados en diversos mbitos a c a d m i c o s , extensamente utilizados por la c o m u n i d a d g e o g r f i c a como apoyo para la investigacin y la docencia.

    Por todo lo dicho, creo que es un honor para la Universidad de Buenos Aires -y para los gegrafos especialmente' que David Harvey reciba un titulo de Doctor Honoris Causa, y espero que esta breve i n t r o d u c c i n a su pensamiento sirva para aumentar aun ms las expectativas sobre su disertacin.

    David Harvey Quisiera agradecerles por su clida bienvenida y por este honor. Es la primera vez que una unrversi dad me ha elegido para honrarme de esta manera y quiero expresar m i ms profundo agradecimiento por esto. En esta instancia, es un doble placer para m i ya que m i esposa es argentina. Entonces es un doble placer, un doble honor para ambos, y estoy muy agradecido a todos (.redes por esto. Y tambin lamento, en cierta forma, el hecho de abrir este congreso hablan-doles en ingls. Conocemos la larga historia del imperialismo cul tura l y aqu estoy yo, u n re-presentante de ese imperial ismo, y creo que ustedes han sido muy generosos en permitirme entrar al pas y n i hablar de la posibilidad de poder hablar en ingls. Les agradezco infinitamen-te por esto.

    Quisiera empezar mi conferencia contndoles acerca de una experiencia pedaggica de 27 aos de duracin enseando "El Capital* de Marx en los Estados Unidos -sobre todo-, pero tambin a veces lo he hecho en Gran Bretaa.

    Hace 25 aos mucha gente creia que iban a producirse cambios fundamentales. Y entonces se buscaban ciertas bases para poder entender cules serian dichos cambios. Y mucha gente, incluyn-dome a mi , se volc a la lectura de "El Capital" de Marx como uno de los textos fundacionales que podran ayudarnos en ese sentido. Con gran entu-siasmo entonces, se produjo este vuelco y en la Universidad de John Hopkms muchos estudiantes graduados, y tambin estudiantes de grado, se vol-caron a este estudio y hubo tanta demanda para este curso que yo hice tres o cuatro versiones de esta materia dentro de la Universidad y fuera de

    ella. Pero uno de los problemas que significa el hecho de ensear "El Capital", sobre todo el volumen I de la obra de Marx, fue que la realidad que exista fuera de las aulas no se pareca a la realidad que estaba describiendo Marx en su obra.

    En el mundo de la e c o n o m a , por u n lado tenamos a la economa keynesiana; y tambin tenamos, en los pases capitalistas avanzados,, un aparato del Estado benefactor que estaba creciendo, que se estaba haciendo fuerte. T a m b i n habla u n m o v i m i e n t o de la clase trabajadora que era muy importante en ese momento. Entonces, todos estos temas se velan enfrentados con los temas del imperialismo, el colonialismo, los derechos civiles y los distintos tipos de crisis particulares relacionados con el decaimiento urbano en algunas partes de l mundo. Entonces era muy difcil tomar el texto de Marx y relacionarlo ron Ir. realidad sin tener que recurrir a ciertos mei .a Jores, como la lectura de Lenin, o leer a los tericos del estado, como Poulantzas, Miliband y otros autores.

    La situacin ahora es muy diferente en ambos sentidos. Es muy difcil lograr que los colegas de mi universidad se interesen en Marx. El marxis-mo, me dicen, "est muerto". Yo miro alrededor y digo "me parece que est vivo", pero eso no sirve para nada.

    La mayor parte de los intereses de la universidad en la que trabajo han pasado a otros temas. Temas que tienen que ver con el gnero, con la identidad, cuestiones relacionadas con el medio ambiente y temas relacionados con diversas preocupaciones que son muy importantes, pero ahora se las juzga tan importantes que parece que ya no hay que leer a Marx. Entonces hay muy pocos estudiantes que se interesan por este curso porque nadie est demasiado entusiasmado en Marx, y estudian "El Capital" de Marx de la misma manera que pueden estudiar la tica de Aristteles o la filosofa de Kant; con el mismo entusiasmo, digamos.

    Pero les voy a decir algo. La conexin entre el volumen I de "El Capital" de Marx y lo que est ocurriendo en el mundo afuera de la Universidad

    CONFfcKfcNOIM

    en este momento es absolutamente increble: cuando leemos este texto, tomamos los hechos de los d iar ios , los integramos en el texto, nos concentramos en las luchas sociales que estn cuestionando el valor de la mano de obra, vemos cul es el efecto de la tecnologa actualmente sobre la vida de la clase obrera, nos concentramos en todo el desempleo vigente en este momento, en toda la crisis del empleo. Entonces, yo quisiera empezar con esta paradoja, si se quiere: cmo es que u n texto que hace 25 aos era difcil de relacionar con la realidad, tenia tanta demanda, despertaba tanto inters? Y ahora, cuando este texto describe con tanta precisin lo que est pasando, por q u nadie se interesa en m i universidad y en muchas otras universidades por este texto?

    Hay respuestas complicadas para este inte-rrogante. Pero una que creo muy significativa y muy importante es la siguiente. Ha habido u n cambio en la mar-ra en ' - i . alamos robre del mundo. Y como todos tent. - que . .abur en un idioma, se describe como d cambio del discurso. El discurso ha cambiado y una de las palabras que se ha vuel to i n c r e b l e m e n t e importante en nuestro discurso en la actualidad es la "globaliza-cin".

    Hace 25 a o s nunca habla o do hablar de globalizacin. Despus esa palabra comenz a crecer, a adquirir importancia y ahora, en los l t i m o s 5 aos , me invi taron a 50 o 60 con-ferencias donde se utilizaba la palabra globa-lizacin y a congresos concentrados en este tema. Y en distintos congresos sobre global izacin vemos que este tema se repite una y otra vez. Entonces, hay un interrogante, una cuestin: por qu se dio ese cambio en el discurso? y qu pasa cuando se corre de lugar un discurso que habla del imperialismo, que habla sobre el neocolo-nialismo y las diferentes formas de dominacin que tienen al menos una nocin de poltica detrs de ella?, y qu pasa cuando esa n o c i n es desplazada por la palabra global izacin, que pareciera un trmino neutral, casi inevitable? Es decir, observar todo en su propia trayectoria. Quin se est beneficiando con ste cambio de discurso?, quin cre este cambio de discurso y por qu lo hizo?

    Hay algo muy importante, muy interesante respecto. Voy a sugerir que pensemos en la globalizacin como un proceso que es parte de la larga historia de la acumulacin de capital Uno podra mirar hacia atrs y decir que la globali-zacin ha existido al menos desde 1492, incluso antes. En ese momento habla un sistema global que se estaba instalando ya en el siglo X V I . Se estaba implantando un sistema global que se desarroll, sobre todo, bajo el imperio britnico a finales del siglo XDC Y podramos pmnguntamos de qu se trat todo ese periodo a partir de 1492 sino de un sistema global? Brttton Wbodt, el FMI, las Naciones Unidas, las potencias como Alema-nia y los Estados Unidos, etc. Entonces realmente ha habido u n sistema global implementado a partir de 1492 y han habido distintos sistemas globales en la historia del capitalismo. Entonces, si tomamos esa linea de argumentacin vamos a decir inmediatamente *ah, no hay nada nuevo con la globalizacin, no es un concepto nuevo". Es algo que se ha desarrollado durante un tiempo largusimo. Pero aqu tenemos que ser cautelosos en este tema, porque decir que la globalizacin ha existido desde hace mucho tiempo no significa

    -que no est ocurriendo ahora algo diferente. Pero mi propsito, al hacer estos comentarios sobre la globalizacin, es decir que en lugar de utilizar la palabra g loba l i zac in como si sirviera para explicarlo todo, lo que debemos hacer es obser-var, con mucha cautela, de qu manera la globali-zacin ha cambiado en los l t imos veinticinco aos.

    M i visin de esto es que hay tres rasgos fun-damentales. A partir de la dcada de 1970 hemos visto una desregulacin muy rpida de las ins-tituciones financieras dentro de los pases y entre pases. Y ha habido, tambin, cambios muy radi-calizados sobre la manera en que las finanzas se desarrollan y se organizan. Las entidades finan-cieras y los sistemas financieros tienen ahora ms poder con respecto a otros sectores del capital como, por ejemplo, el sector productivo. In -clusive, las sociedades que se preocupaban por hacer productos ahora se preocupan ms por hacer dinero que luego pueda ser transformado en ms dinero a travs de transacciones finan-cieras. Y ese poder que se ha conferido al sistema financiero ha tenido un rol fundamental en el

  • CONFERENCIA

    cambio de la importancia en las relaciones entre los distintos estados y territorios. Entonces el primer punto a enfatuar es la desregulacin finan' ciera, el cambio financiero, y eso no ha creado u-na situacin totalmente nueva pero si ha acele-rado distintos procesos histricos de las transac-ciones financieras en una economa global.

    Y djenme decirles de dnde pienso que surgi ese trmino globalizacin. E l primer rastro que yo tengo de la utilizacin de esta palabra es por la firma American Express, "la tarjeta de c rd i to global". La globalizacin se t ransform en un t r m i n o usado por la prensa f inanciera. La globalizacin, me gustarla sugerir, es u n palabra que nos dieron las entidades financieras. Y como yo siempre sospecho de las entidades financieras tambin voy a sospechar de esta palabra, y voy a sospechar de la manera en la que luego se utiliz esta palabra.

    El segundo cambio importante del cual se habla mucho es la llamada revo luc in de la infor-macin. Bueno, aqu tambin seria muy difcil encontrar cualquier periodo histrico del capi-talismo en el cual los capitalistas no estuvieran interesados en la informacin. La informacin superior siempre fue un tema muy, muy impor-tante para asegurarse las ganancias. El flujo de la informacin ha sido siempre muy importante: el telgrafo, el telfono, la radio... todos estos fueron hechos importantes. Entonces, hablar de una era totalmente nueva sobre la t e c n o l o g a de la informacin me parece que es sobreestimar este hecho. Creo que los paralelos que podemos marcar entre las telecomunicaciones, el telfono y el telgrafo es instructiva porque, si, es verdad que ellos marcaron la forma en que cambi el mundo, c a m b i la manera en la que los capitalistas obtienen ganancias, pero no cambi el capita-lismo. No cambiaron las relaciones sociales de una manera fundamental. Y entonces, ahora, en los Estados Unidos, nos encontramos con un grupo al que yo llamarla los utpicos de derecha. Por ejemplo, Alvin Toffler es uno de los nombres que se me ocurre de estos utpicos de derecha. Alv in Toffler cree que estamos atravesando una sociedad de nueva informacin y lo nico que nos retiene para llegar a una vida feliz y hermosa para

    todo el mundo son las instituciones de lo que l llama la segunda ola, el "industrialismo de la segunda ola". Por ejemplo, sindicatos, organiza-ciones gubernamentales. Ahora bien, este es un argumento que funciona muy bien para los de derecha, para los republicanos de derecha en el Congreso, suena muy bien a sus odos. Entonces, de esta manera se puede entender cul es la idea del presidente del Congreso de los Estados Unidos, Newt Gingrich, U n republicano que ha' bla con Alvin Toffler, y nos podemos imaginar a ellos diciendo: "si, hay que desmantelar a los sin-dicatos, las regulaciones, tiene que acabarse el Estado benefactor y una vez que terminemos con todo eso vamos a poder llevar a todos los barrios pobres de Baltimore computadoras, terminales para que todo el mundo pueda integrarse a esta bendicin que va a ser esta sociedad del futuro". Entonces, una vez ms la revolucin de la infor-macin llega muy bien y cae muy bien con res-pecto a todo lo que es lo tecnolgico. Y tiene al mismo tiempo una utilizacin poltica.

    E l tercer elemento que voy a sea la r es la reduccin drstica en los costos de transporte: los costos de transportar a la gente y de transportar productos. Hace 25 aos no hubiera sido posible organizar un congreso de esta magnitud simple-mente porque la tecnologa del movimiento y el costo del transporte era tan enorme que hubiera sido imposible para la mayora de ustedes poder asistir a un congreso como ste. Les voy a dar un ejemplo muy simple. Como gegrafo, me eduqu en el anlisis del terico alemn Lsch que se centra especialmente en los principios de la localizacin y esto me instruy durante muchos aos. Y uno de los puntos que l sealaba era que las mercancas de poco valor no pueden viajar rpidamente a bajo costo y por esto tienen que quedarse en un mercado local. El ejemplo que l daba era el de la cerveza. La cerveza siempre se va a comercializar en un mercado local porque es un bien de escaso valor. Cuando fui a Baltimore en el '69, ste era un pueblo que tenia una sola cerveza. Todo el mundo tomaba eso. Y si alguien lo veta en otro lugar tomando esa cerveza se sabia que era de Baltimore; y si alguien tomaba otra marca de cerveza se sabia que era de Pittsburg. Ahora esa situacin ha cambiado. En Baltimore

    CONFERENCIA

    hay cervezas de Australia, de Europa, de la India, de todas partes del mundo. Y entonces uno ya no sabe donde est. Cuando fui a Oxford en 1979, fui a un pub y me d i cuenta que estaban vendien-do una cerveza que se llamaba Golden Rock, que se procesa a 65 millas de Baltimore. Cuando ocurre ese tipo de cambio significa que los bienes y las personas pueden viajar por el mundo de maneras en las que creo que se pueden realizar sin tener en cuenta las fricciones que significan las distancias. Esta t ransformacin es muy importante y ms significativa que las otras dos. Pero si incluimos a todos estos temas: la desregulacin financiera, la capacidad de obtener rpidamente la informacin y la reduccin en los costos de transporte, si toma-mos estos tres temas, vamos a ver, inmediata-mente, que se abre un abanico de posibilidades para la acumulacin del capital de una manera muy diferente a la que imperaba antes de la dca-da del setenta.

    El primer punto es el ms obvio y el punto derivativo es el ms simple. Y es que la produc-c in y la ex t racc in de recursos, etc., se han dispersado por todo el mundo . Qu izs no encontramos todo producido en un solo lugar sino que vemos autos globales, televisores globales, series que se producen en todo el mundo, y estoy seguro de que ustedes es tn familiarizados con todo esto. De manera entonces que la produccin se ha expandido. Los modos de organizacin tambin han cambiado a medida que las corporaciones multinacionales y trans-nacionales se han establecido y han comenzado a utilizar el espacio y a producir espacio de distintas maneras.

    Bueno, les sugiero que piensen en un mapa. Dnde estaban las zonas manufactureras ms importantes en los aos '20? Comprenlas con los aos setenta y se van a dar cuenta de que hay fuertes cont inuidades . A l g n cambio a q u , crecimiento all, pero creo que en general se dan continuidades. Desde 1970 hasta hoy ha habido transformaciones drsticas en ese mapa de la p r o d u c c i n manufacturera. Junto con esto tambin se han dado otros cambios y eso me lleva a mi segundo punto derivativo! Es que ha habido una vasta expansin en el proceso, de la prole-

    tarizacin de la clase asalariada de manera tal qu el volumen de la mano de obra asalariada se ha duplicado. En parte a travs del crecimiento de la poblacin, pero yo dira que al menos l 50 % de esa duplicacin en el volumen de mao de obra se ha dado por la absorcin de cada vez ms gente como mano de obra. Esto t a m b i n ha invo-lucrado la destruccin de las sociedades rurales, del campesinado y tambin una induccin a que las mujeres se incorporen a la fuerza laboral. Entonces tenemos una prole tar izacin y una feminizacin de la fuerza laboral. Y podemos observar Corea del Sur y ver lo que ha pasado en estos 25 aos. Podemos observar la situacin en el sudeste asitico, en Indonesia. Se ha dado una proletarizacin masiva. Ahora, como soy socia-lista, creo que deberla sentirme muy contento con el hecho de que haya el doble de trabajadores en el mundo de los que habla antes. Pero en los Estados Unidos y en Gran Bretaa se ha vuelto muy tradicional decir que la clase trabajadora ha desaparecido. "Ya no existen", donde estn? En-tonces, ya no se puede ser socialista porque no hay nadie que nos acompae en nuestro socia-lismo. Y aqu creo que la respuesta es obvia. La clase trabajadora no ha desaparecido, para nada; Simplemente que ya no est en el mismo lugar que estaba antes. Y las clases trabajadoras tradi-cionales y los movimientos obreros que siempre tuvieron una base nacional como, por ejemplo, los trabajadores britnicos, franceses, alemanes, italianos... Esos t rminos ya no tienen tanto sentido ahora. Lo que hemos visto desde hace 25 aos es un proceso de formacin de una gran clase trabajadora global y creo que deberamos analizar ese proceso y detenernos en l. Como gegrafos, creo que tenemos una amplia gama de posibilidades para realizar el trabajo comparativo necesario para hablar de la formacin'de la clase trabajadora global. Porque resulta claro tambin que esa clase trabajadora global ya no es tan homognea como se crey que era o se pens que era, como cuando se hablaba de la clase tra-bajadora britnica, francesa, alemana o italiana.

    En la actualidad la clase trabajadora global es muy heterognea en cuanto a su cultura, a su historia, a sus aspiraciones, a su religin, a los movimientos de los que provienen. Tambin las

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    relaciones de gnero, las relaciones sociales, son muy distintas. Entonces, organizar a esa gran clase trabajadora se convierte en u n tema mucho mis problemtico ahora. Es relativamente fcil tomar a los mineros del sur de Gales y, dada su homo-

    Eneidad en cuanto a sus orgenes y en cuanto a s solidaridades que surgieron entre ellos, empezar de alguna manera a pensar cmo seria esta clase en ese mbito.

    Pero qu puntos en comn podemos encontrar entre la mujer que est trabajando -a veces por un dlar por da- haciendo zapatos en Indonesia con la mujer que est trabajando en la maquila de la frontera mexicana, con los trabajadores japoneses, con los trabajadores sudafricanos, con los trabajadores latinoamericanos? Cuales serian los puntos en comn que podramos encontrar entre ellos en medio de todas esas diferencias tan increblemente profundas desde el punto de vista geogrfico? Porque creo que la nica resistencia a la g!obn":acin de la acumulac in del capital d e b e r surgir de a lgn t i po de pensamiento centrado en una globalizacin de las luchas de clase y la globalizacin de la formacin de una gran clase obrera global y de la globalizacin del pensamiento en cmo unir todas esas diferencias, en cmo salvar todas esas diferencias a partir de. una bandera comn. Cul serla esa bandera? Una muy buena descripcin de la globalizacin que uno puede observar es un trabajo publicado hace unos 150 aos: el Manifiesto Comunista. All se van a encontrar a Engels y a Marx, que decan que la acumulacin de capital empuja a la burguesa a establecer su mercado global a destruir industrias, a crear nuevas industrias, a destruir la auto-suficiencia nacional, y de all surge una nueva cultura global, una nueva literatura global. Esto fue escrito hace muchsimos aos. Marx y Engels saban muy bien de qu se trataba este proceso de la globalizacin. Y ese pequeo pasaje del Ma-nifiesto Comunista es una de las descripciones ms brillantes de lo que significa la globalizacin hoy.

    Su solucin fue, por supuesto, muy simple: los trabajadores de todas las naciones deben unirse. Y me gustarla sugerir que tenemos esa tarea frente a nosotros hoy. Pero a esta altura ya no se trata de

    hablar de slogans. Se trata de intentar encontrar cules son los puntos en c o m n que pueden llegar a unir a todos estos miembros de la nueva clase trabajadora que tiene que salvar, tantas diferencias geogrficas.

    O t r o rasgo de la f o r m a c i n de esa clase trabajadora global -que creo que ha sido muy significativo- ha sido la urbanizacin. A l principio de este siglo habla 7 u 8 ciudades con ms de un mil ln de habitantes y solamente una Infima parte de la poblacin viva en ciudades. Ahora tenemos cuatrocientas o quinientas ciudades con ms de u n mi l ln de habitantes. Las mayores tienen hasta 20 millones, algunas 25 millones de habitantes y el 50% de la poblacin mundial vive ahora en ciudades. El siglo XX ha sido "el" siglo de la urbanizacin masiva. Una parte de ella ha ocurrido a partir de la dcada del sesenta y la mayor parte desde la dcada del setenta. Cuando uno observa, por ''emplo, r l crecimiento in -creble de las cluda< s con.o Sel, Yakarta, etc. y t a m b i n tenemo?, en forma paralela, una urban izac in masiva y esto da lugar a ciertas dificultades. Porque si b ien parec a posible organizar a la clase obrera de Manchester -cuando la clase obrera de Manchester era de slo un milln de personas-, organizar la clase trabajadora de una ciudad como Yakarta, San Pablo o Mxico -ciudades enormes- se vuelve una tarea Improba, una tarea mucho ms difcil y es, por cierto, difcil pensar de qu manera las instituciones democrticas pueden funcionar en ciudades tan amplias, con una poblacin tan grande. Y, muy sorprendentemente, muchas de estas ciudades son gobernadas de una manera muy jerrquica en la que de la conduccin urbana tambin surge la coalicin de diversas fuerzas como, por ejemplo, las sociedades, los bancos, las entidades finan-cieras, etc., para tratar de crear un sistema de c o n d u c c i n que sobre todo se ocupa de la extensin de la acumulacin de capital en lugar del desarrollo de una sociedad democrtica, en lugar de preocuparse del desarrollo de los diferentes tipos de infraestructura que van a resultar de beneficio para la gente.

    Entonces no slo se da esta cuestin de for-macin de la clase obrera a nivel mundial sino

    ^ U N r E r\ c i r

    t a m b i n la cues t in de la u rban izac in y sus conexiones con la globalizacin. Creo que es muy tentador ver la urbanizac in masiva como u n efecto de la globalizacin. Me gustarla sugerir que pensemos en esto de otra manera. Que de alguna manera la global izacin se logr a travs del crecimiento de las ciudades y de las conexiones entre las ciudades en una estructura mucho ms sistemtica de intercambio, relaciones de clase, etc.

    Y si lo concebimos de esta manera, ese algo sugiere entonces que no necesariamente tenemos menos poder en relacin con los procesos de la globalizacin. Que, de hecho, podemos revertir la hegemona de esa def inic in capitalista de la globalizacin y transformarla en algo diferente. Sugiero un ejemplo en el que ya ha ocurrido eso: el movimiento ambientalista. E l movimiento ambiental is ta ha tomado la r e t r i c a de la g lobal izac in y ha dicho que hay problemas ambieii* !cs fio! ales que requieren accin gleba!. Por ejemplo, c. calentamiento del pl?nc.a, el agujero la capa de ozono, la desertficacin, la de-saparicin de las selvas, de bs bosques, el estado de los ocanos, el estado deplorable de la atms-fera. Todos estos son temas de preocupacin glob-al y el movimiento ambientalista ha hecho algo muy interesante desde el punto de vista poltico. Ha tomado la retrica de la globalizacin y la ha vuelto en contra de muchas de las potencias corporativas, de muchas entidades financieras que utilizan esa retrica para su propio beneficio. Y supongo que mi propio cuestionamiento al movi-miento socialista y m i pregunta es: por q u nosotros no hicimos lo mismo? Y en seguida surge la pregunta cmo hacerb? En ese punto creo que tambin reconocemos que casi toda lucha social ocurre en el lugar. No se pueden abstraer (no se pueden hacer abstracciones de las cualidades especificas de los lugares) los temas en particular que movilizan a la gente. Y cuando lo pensamos en esos t rminos y luego hacemos la pregunta cunta lucha anticapiltalista hay hoy en el mun-do?, creo que nos encont rar amos con que hay una inmensa cantidad de. lucha, anticapitalista. Y esto est ocurriendo en todo el mundo. Pero, por supuesto, toma distintos temas particulares, toma distintos aspectos, distintas formas. Tenemos, por

    ejemplo, el movimiento Zapatista, tenemos un movimiento de los sindicatos, movimientos en Indonesia, los movimientos de trabajadores de Corea del Sur, e incluso tenemos u n pequeo movimiento en Baltimore llamado el Movimiento para el Sueldo Mnimo Vital. Y estamos tratando de convencer a todas las instituciones de Balti-more para que mantengan el nivel de salario para que sea un salario mnimo y vital y que le permita a la gente sobrevivir en condiciones que estn por encima de la pobreza.

    Entonces, la lucha anticapitalista est presente en todos lados. Pero es especifica desde el punto de vista geogrfico. En m i trabajo ms reciente yo me he volcado cada vez ms hacia un concepto de Raymond Williams que l llam el particularismo militante. Me gusta ese concepto porque dice que "toda lucha es particular, toda accin militante es particular, es especifica". Pero entonces, lo que debemos hacer -dice Williams- es pensar en el proceso que nos lleva desde esos aspec^s prt-culares, especficos d las ludias militantes : algo que sea ms amplio, mayor. Ahora, esos parti-cularismos militantes que estn ocurriendo en distintas ciudades pueden ser llevados al nfvel de la conducc in global? Hay ejemplos en Brasil, donde el PT ha adquirido bastante poder (en Por-to Alegre, por ejemplo). Hay t a m b i n otros ejemplos de particularismo militante que estn adquiriendo el control, hasta cierto punto, de al-gunas iniciativas limitadas y se estn apoderando de algn lugar en particular.

    Y ahora sabemos que la competencia entre los diversos lugares tiene como resultado muy pocos beneficios. Tenemos, por ejemplo, una gran competencia interurbana por el desarrollo en bs Estados Unidos. Cada ciudad, cada gobierno lo-cal trata de comprar al capital, hacer que el capital se instale en su ciudad y, por supuesto, las grandes empresas lo saben. El l t imo y peor ejempb fue el hecho de que la empresa Mercedes Benz -que como todos sabemos es una empresa de

    -grandes beneficios econmicos- recibi subven-ciones de 250 milbnes de dlares, del estado de Alabama para localizarse en se' estado (1). Cre que cualquier empresa-ala que se le ofreciera semejante.suma o subsidio hubiera aceptado.

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    Entonces, lo que hace eso es que los recursos, en lugar de utilizarse para construir infraestructura para la gente, de alguna manera van a parar al capital, a las grandes empresas. La competencia interurbana y las organizaciones competitivas entre ciudades no funcionan. Realmente contribuyen y ayudan a contribuir a la mala distribucin de los ingresos, lo que se les quita a los pobres y se les da a los ricos.

    Ese es el proceso que a mi me parece que debiera ponrsele fin a nivel local a travs de la accin polt ica. All donde, puede comenzar la accin poltica a ser una marca en el nivel local es, preci-samente, en trminos de la construccin de ese t ipo de movimientos po l t i cos que tengan la capacidad de asegurar cierto nivel de competencia, cierto nivel de civilizacin, cierto nivel de ciu-dadana en cuanto al comportamiento, en cuanto a la conducta relativa a un lugar en particular. Pero aqu subyace u n peligro. Si los lugares empiezan 3, excluir a la gente -les dicen: "vayanse, no queremos ms gente ac, nosotros nos vamos a cuidar solos*- el efecto que se tiene es el de un particularismo militante local que se convierte luego en u n fascismo local. Tenemos muchos ejemplos de ello en Europa: la Liga del Norte en Italia, Le Pen en Francia, hay situaciones en Gran Bretaa. Entonces, tenemos aqu una eleccin, una opcin, una opcin poltica, sobre cmo va a ser la geografa del siglo X X I . Nosotros como gegrafos no solamente escribimos la geografa sino que la const ruimos. E l interrogante interesante que se nos plantea es qu t ipo de geografa queremos hacer y construir para el siglo XXI? Queremos los fascismos localistas que lo que quieren es controles anti-inmigratorios? 'Eso queremos? Queremos que se levanten barreras como las que se levantaron entre los Estados Unidos y Mxico? Ese es el tipo de geografa que queremos construir? o tal vez, queremos ver una geografa diferente para el siglo XXI?

    Una geografa en la que haya un juego Ubre de la diferencia, en la que no exista la nocin de que la gente de Indondesia tiene que tener exactamente las mismas aspiraciones que la gente de Argentina o de Escocia. Pero la geografa de la diferencia que

    se interna en su sentido en cuanto a acercarse al lugar, t a m b i n debe enfatizar los puntos en c o m n que puedan hallarse para construir un medio ambiente en el que valga la pena vivir. Y cuando digo un medio, no solamente me refiero al sentido que le dan los ecologistas. Tambin me refiero al ambiente construido, al ambiente social, al ambiente poltico, a todo esto.

    Hay una tendencia en los ambientalistas a pensar que el ambiente "est por ah" y nosotros "estamos por ac", pero eso no es asi. Nueva York es parte del ambiente. Buenos Aires es parte del ambiente. Entonces, necesitamos superar esas diferencias artificiales que se dan con respecto a la cultura, la religin, la raza. Y tratar las dife-rencias con la seriedad que eso exige y que van a surgir nos guste o no. Y al explorarlo juntos tene-mos que buscar maneras de construir una geo-grafa completamente diferente para el siglo XXI , completamente diferente a la geografa en la que debemos vivir y la que se nos presentar.

    El trmino globalizacin surgi de las entidades financieras. Fue utilizado por las entidades finan-cieras para quitarles poder a las clases, para qui-tarle poder a la resistencia al capitalismo. Tene-mos que recuperar esa palabra. De la misma ma-nera que el movimiento ambientalista lo ha he-cho y, entonces, decir cul va a ser el futuro glo-bal para nosotros politicamente, para todo el mundo, en un mundo en donde ya no se trata de la acumulacin del capital sino tambin se trata de crear esa geografa del siglo X X I en la que valdr la pena vivir.

    Nota del editor:

    (1) La reciente instalacin de una planta de General Motors, en Rosario, implic una serie de beneficios impositivos (Ley de exencin de fo-mento industrial, una ley especial compensatoria y la const ruccin de accesos, expropiacin de tierras y extensin de lineas de alta tensin por parte del Estado) que rondan los 70 millones de dlares. En total, G M invirti 350 millones en el rea (Clarn, 1242-97).

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