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Hegel Sobre las maneras de tratar cientificamente el derecho natural.pdf

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    SOBRE LAS MANERAS DE TRATAR CIENTIFICAMENTE EL DERECHO NATURAL

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    SU LUOAR EN l.A FILOSOFIA PRACTICA Y SU RELACION CONSTITUTIVA CON LA CIENCIA POSITIVA DEL DERECHO

    llii.IOTICA AGUILAR Dl ltfi CI ACION JUAIDICA

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    SOBRE LAS MANERAS DE TRATAR CIENTIFICAMENTE EL DERECHO NATURAL SU LUGAR EN LA FILOSOFIA PRACTICA Y SU RELACION CONSTITUTIVA CON LA CIENCIA POSITIVA DEL DERECHO

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    cdicl6n lilpiAOII aaullar a de tdlc:loet 1979 jua" bravo 38 madrid dep6Silo teaat m 41429/1979 prlmel'l edfcl6o 1979 .... i ' . ISIN 84.03"'3003... . ';;,', .: ~ printed in spain impruo en cspai1a. por cr'&aJ ha1a.r s 1 andtft de la cuttda 4 madrid

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    INTRODUCCION

  • 1 J INTRODUCCION

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    l. EL IIIATADO SOBIU! EL DEAEOIO I

  • men de ta Filoso(la dt la Historia, ponJendo a prue-ba et SI/Sim! dn Sitllicltkdt, que IIata sob.., el E.s-tado en s(. en su parte din.imic:a. Todos estos texros, junto con otros del Kritisclw /oumtrl y de la q,oca de Jena, ponen de reeve que el Hegel fil6solo de la FIIOitlln()logia, de la Encidpedia dt l4s c:imcias
  • Despus de uno breve introducci6n en torno al ca-racter lilos61ico de toda ciencia, y en pa.rticular de la Ciencia de Derecho, uamlna a londo, desde los supuestos de su propla posici6n fllos6fic:a, que apa-rentementc crn todnvla la de Schelllng t, las dos po-siciones presuntnmcnte extrcmas y opucstas incluso entre si: la emplrista y la lormalistn, cs dccir, las dos verticntes del rnclonallsmo de la lllosofia mode rna; caracterizadn emporo ln primera por su supuesto mtodo a posteriori, y ln segunda por su aparente apriorisme. A lo largo de la lnvcstlgaci6n, establcce Hegel que, en cuanto una y otra asumen el car,c-ter de ciencla, vienen a vaJer lo mismo, o sea, nada, pues consthuyen una vaciedad radical que s61o sir-ve para ofuscar mas el entendlmlento y apartarlo cfe la raz6n. El supuesto aposterlorismo de los em-piristas da por sobrentendldos una serie de pre-juicios; y el apriorlsmo del lormalismo conlleva un empirismo dlslrazado. Y uno y otro son unilatera-les y perclales, por Jo cunl, para delenderse, preten-den ser absolutos o, m4s bien, absolutizarse, diri-gindose al entcndimiento. Asl, pues, en ninguno la cicncia es clencia. Solo se salvn ln empiria pura en la mcdida en que se nticnc a sus intuiciones sensi-bles sin pretender nrtlcularlas te6rica mcnte, pucsto que, en verdad, esn forma de lntuici6n sin la raz6n carece de orro criterio que no sca el del entendi-niicnto con sus categorlns ; pero entonces se. con-verti ria en el presuntuoso empirisme cientco que la propia emplrla pura critica. La empiria es valiosa en la medlda en que, humildemente, renuncia a dar-se la forma de clencia.

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    ' Estt uni. por OJB pirte, la dltima coJaboracio &ltima etU arnbos, ance. 6c 11 Nptura ddiojtiva con oc:aJi6n de la F~nomm~of(G dtl aplritu. Sobre Sc.bdlina. vse H. J. S.cOm.u : Pnlltdt wfd WWclouit. ZMr Dial

  • ciente; el hombre inteligente podr(a existir sin cons ciencia de serlo.

    Para su amigo Hegel, esto quiere decir que, por encima y antes del yo, ellste ese otro nive! de rea lidad que habla percibido Mon.tesqujc14 el eSJ1{ti: tu, o IS eD ctamente, la vil"a como espfritU; !dea

    Ciitral en tomo a la cual madwan una serie de conceptos que, como se sabe, el pensador alem4n enconll6 en sus lecturas teol6glcas y cuyo sentido traspuso a la filosof!a. En el Evan&elio de San Juan, especialmen~lln las conchaiones, todav!a re-cientes, de Ld~, crey6 compreader la identi dad de ese esp{ritu con Dios en el mundo, es decir, con la vida, con la verdad, siendo, al mismo tiempo, camino, vfa, m~todo. o sea, el fundamento de la unidad epistemol6s)ca de todo Jo existente como m~ltip!e; del pensamiento y el ser. De esa mane ra, mediante la reducci6a de la realidad a tai concepto o ldea absoluta cabfa, pues, dar una soluci6n al pro-blema de Jo uno y Jo diverso, estableciendo, ade~$,. la trama unitaria o sistema cientlfico de la realidad, conforme a la doctrina modema de la ciencia, o;olu cionando as! la crisis a que la filosof!a critica kan tiana- y la filosofia negativa, en general, de la nustraci6n, como dina Comte-babia hecho abocar a la metaffslca.

    En efecto, al ser lnQ&Doscibles las cosas en sl mis-mas, como no~menos, segdn Kant solamente quecla la posibUidad de un conocimiento, cierto pero for mal, de relaclones entre los fen6menos o manifes-tadones de uas cas en sl, sin penetrar su verdad ; sin embarso, a trav& de su aparicin, piensa He-gel, deberia ser posible llegar a caprar o concebir Jo que la orlgina. Es decir, mediante la reducci6n de la esponttnea muhip!icldad fenomnica a su uni dad sistem,tica, cabe llegar a comprender justa mente qu~ les da su caricter unitario y qu les XlV

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    hace ser Jo que son. Si 1~ interna v~racidad de las cosas constitu,ye su espfntu o su vod~, es posl~e determinar qu les es comun establecoe~do e! 515>-tema de sus reladones en cuanto manofesucoones vitales o de su esencia en la unidad del sis tema; este ha de atenerse, pues, a los fen6menos de la ~nera mAs utricta, pero ensamb16ndolos ~n contxJ_O nes totales de sentido, es decir, del sentodo que u ... nen para el ser que conoce-el hombre--a . trav& de los diStintos momentos, ~pocas o perspectovas en que aquell se le aparecen. Lo dificil es enconuar el mtodo adecuado, el cual debe fundarse en. la misma realidad siendo uno con ella; eso tambtn cabe hacerlo desde que se cae en la cuenta que el propio espfritu o vida consiste, para .el bom~re. ~n la explicitaci6n hist6rica de su propoa co.nscoencaa, en cuanto ~l tambi~n pertenece a esa reahdad Y no est4 tuera de ella como, por declrlo as(, pretendra

    Fichte.,g~~~~~~l!z~~~

    que es

    ~ verdai!) escribi6 H1el en 1!91...co~!i~te> F"~ ~ l ~~~ de la dentjdad, :r: J!. no odentodad, ~ 1~ JSteilttca articulaci6n de ~~ ~R~tOf_d,erJ ; ;~ ~tila total de la.s oeToi~ En el. t~o. en la 0 1idd abrcadora de todos los conocomoen t cie.ntificos, tas oposiciooes se sumen, ~mo sus partes, en la indiferencia: as( el todo es, epostemolo lCV

  • &ic:amente hablando, &lites que w partes que se ar-tlcui&D de manera SU$9a c::omo proceso de lo real.

    Postula entonces una lcllica de lo actual, de la Wirk-lichkm o realidad e/ectin o en acto, guiada porla ~ que mlitiesta la realidad t:6s;co en el fe. n6meno; a uav& de este se llega a entender aque. Ua, en la medida en que se inserta en el sistema total de relaciones, porque cacia pane u opici6n se ordena al todo.

    Tambi~ ha suya, pue$, Hegel la doctrina de la clencia del maestro Fichte. Una ciencia, decia este til timo, "debe c::onstituir una unidad, un todo"; de tai manera que cada proposici6n singular nicamen te es cient!6ca "gracias a su insen:i6n en el todo, a su relacl6n c::on el todo". En el prefacio de la Fe-nomerwlosla declar6 Hegel: "La verdad solo puede existir de manera autbltica en su sistema cientific::o. Colaborar, pues, a que la filoffa alcance la tonna de ciencla-o sea, a la meta gracias a la cual puede aba.ndonnr el nombre de amor al saber para cons-tltuir un verdadero saber-es, justamente, lo que yo me he propuesto."

    Ahora bien: para dar este paso c::on el que, al re-" cbazar el subjetivlsmo epistemol6gico, se apropi, sin embargo, la iden de cambio dentro del sistema, aquel pensador tenia que establecer antes, muy s6U-damente, 1\.realidad !lei esl!!ritu_ c::omo Jo verdade ramente ex1stente y ~ue llenn el mundo. Tai es su doctriM de la et~_.J!l_il_!!la,

    3. LA I)()Ct'JttNA DB LA ETICIDAD

    La eticldad org4nica es gnoseol6gicamente la intui ci6n de la vida que mana petpetuamente en el seno de la Natural.u. Retorna Hegel a la vieja idea de XYJ

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    (isis, pero lckntifica su principio de operaci6n direc-tamente con el esp(ritu, y lo pone en el centro de la upeculaci6n. La eticldad orginlca resulta de esta suerte de emanaci6n de la realidad, c::omo la unidad que, no obcWite, se alcama en un momento, como reuni6n del esp(ritu fra&mentado por el tiempo c-si&o mismo en un punto, como una suerte de "uni dadpartida". Se trata, ciertamente, de "el momen-to de la unidad absoluta, y el mlsmo en la medida en que concibe en si la oposici6o entre la unidad y la mwtiplkidad constituyendo la absoluta tota-lidad, y el momento de la infinhud o el de la nada de las realidades de la oposicl6n". Dicho de otra manera: es la reuni6n de los entes di versos en una unidad de pensamiento, la identiclad de ser y pen-sar en un momcnto del proceso de despliegue real (para el hombre) de la voluntad ttica, de la unidad absolu ta; equivalc, por tanto, a un momento epis-temolclllco en que se concil--6egn la idea que Hegel tiene del concepto-la oplcl6n entre Jo que se despllega segn el hombre pensante, el ser uno, y Jo que para el sentido com~n es Jo real-lo mul tiple y diverao.

    En cuanto conceblda humanamente es la Silllich Uit Jo absoluta renlldad total, onicamente dentro de la cuol se llegan a perclblr Jus conexlones de sen tido entre todas las partes. De esta manera, lo ab-soluto en si se concibe, pues, solo como resultado del proceso infinlto, como Jo que nlega, asumi~ndolas ongnoscitivnmente, las realidades finitas o c6sicas existentes que, conslderadas en s( mlsmas c::omo un todo o resultado, se oponen, 16gicamente, por su finitud, a la infinitud .

    En la presente obra, casi se limita Hegel a un ajus te de cuentas con el subjetlvl.smo. desde las trin cberas del idealismo objetivo scbellin&iaJio, taD ale-jado, en cualquier cuo, del pc.sterlor "objetivis-XVII

  • mo" del siglo XIX que, desde entonces, identifica la ciencia con el m6todo, en claro detrimento del objeto. Pero ya se deja entrever ese nuevo 4mbito cuyo obfeto es lo .absoluto mismo y que ms tarde diferencianl rajantemente su propia ftlosofla de la de su mentor, bajo la forma de " idealismo" absolu to. Cuando establezca nbierlamente los tres grandes niveles simulUnen mente gnoseol6gicos y onto16gi cos, slnt~ricos y analltioos del esp{ritu, en su aspecto subjetivo, en su aspecto objetivo y en el de la abso-lutez. cabra decir, con una redundancia simplifica dora, que integra "hegdianamente" las filosoflas de aquellos en un sistema que aspira a ser defmitiva mente clauso: la mosofla de Fichte le suministra

    ;:", : las demontas del punlo de vista subjetioo del espi' , ritu y la de Schelling sirve lo mismo p~cra el piano

    , de lo objetivo. En este sentldo, la aportaei6n per-sona! de Hegel consistiria en la filosofia del absolu-

    ' to como sintesls superadora de las otras dos. Nie-mand fdngt >ml 4m rivn~n Dnkm arr {"Nadie empiez.a con IIUS propias ldeas"), decfa N. Nart-mann de si mismo.

    Hegel ha comenudo oponi6ndose al error de los ide61ogos del slaJo xvm que tomaban por realidad las ilusiones subjelivas de los individuos, sin tomar-se la molestia de estudiar las realizaciones objetivas, limitndose en corysecuencia a deducir apriorstica mente lo obfctlvo de la raz6n subjetiva individual. Una supuesta naturaleu burnana esencial garanti zaba esas deduccicmes cuando ni Dios ni la Natu ralez.a posefan credibDidad suficiente. Por ejemplo, para Kant es la naturaleza bumana lo que impone la exigencia de las ideas reguladoras de la vida efec liva, Dios, mundo, alma inmortal, sin ulterior base empirica, y de ella deduce Fichte, coo alguna coo secuencia, su Yo trasndente, que volvenl a resu: citar Feuerbach; quien. por cierto, inaugura as! la leyenda del "idealismo" hcgeliano.

    xvm

    Lo que bizo el fil6sofo alemdn, en una torea que anticipa la de Comte, lue intenrar reducir el conoci miento bumano mis que a sus propios limites a sus estrlctas capacidades, parejamente, al prop6sito de la Crlti de la raz6n pura, sin renunclar, igual que Knnt, a la filosof{a como ciencia de ln realidnd en cunnto tal y, por tanto, de ta unidad, ni ni prin-clplo de la autonomfa moral de la Crltl dt la ru z6n pnkti. En este sentido, en el apretado artfcu lo sobre el Dcrecbo Natural que condensa resulta dos de otras obras paralelas, cruza el Rubic6n de la tradici6n filos6fica reciente al reivindicar para ta filosofla del Absoluto. y no solo para lu ciencias pilivas pal1iculares de la Naturaleza, la cooside racl6a de ciencia rigorasa y filasofia o ciencia pri mera; con lo cual inclura en el mismo piano cog noscitivo que aquellas a las posteriormente !lama d.u ciencias del espfritu, aunque en otro nive! de realidad.

    No solo era precisa superar el esoepticismo empiris tn, sino el subjetivismo formalista. 0 sea, abando nar la concepci6n mecanicista vigente, cuyo apoyo m4s s61ido era la fisica de Newton, que bada de modelo y testigo epistemol6gico de toda ciencia. Hegel, en deuda con Rousseau y con los anti&uO$, opondrd un punto de vlstn organiclstn muy pr6xl mo a la filosolin de la organizaci6n de Au~u~t Comte. pero ciertamenle mucbo mis e>rganico. El coraz6n del mistno es esa doctrina rou

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