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HERRAMIENTAS DE COACHING EN PÍLDORAS

El coach debe haber adquirido tanto conocimientos teóricos como ciertas habilidades para

llevar a cabo un proceso de coaching efectivo. El saber hacer del coach se basa en la capacidad

de crear una atmósfera propicia en la que el coachee pueda mostrar su marco de referencia,

esto es, su estructura mental. Ello se consigue poniendo en práctica ciertas habilidades como

el silencio, la escucha, la postura, el contacto visual, etc… Se trata de una serie de

herramientas que propician que se consiga el objetivo del proceso

1) Aquí y ahora:

El coach ha de valorar si es necesario comenzar la sesión con alguna actividad que traiga a su coachee a la sesión de manera plena, es decir, dejando atrás el atasco que acaba de vivir, la llamada incómoda de su jefe o el último rifi rafe con su hijo. Recordarás el “pisando huevos”, soplar una vela, saltar la cinta, …..

2) Distinciones:

Son un elemento imprescindible en tus sesiones. Mostrar a tu coachee, justo en el momento preciso una distinción denotada en su lenguaje (principalmente) tiene un poder inmenso. Las que se dan con mayor frecuencia se han trabajado durante tu curso: tengo que/quiero, dolor/sufrimiento, emoción/estado de ánimo. No dudes en elaborar gráficos o poner ejemplos para que, ayudado con otras herramientas (silencio), el coachee viva su avance desde ese “darse cuenta”

3) Silencio: El silencio es un arma muy poderosa. En una vertiente significa no interrumpir al coachee cuando está hablando; en la otra, consiste en permitir que en el coachee aflore la reflexión y muestre verazmente sus creencias y pensamientos.

En ese espacio de tiempo en el que ninguna de las dos partes habla, el coach debe permanecer con una postura y lenguaje corporal que otorgue libertad al coachee para expresarse y que no infiera en su discurso.

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4) Escucha: La escucha se trata de una habilidad que consiste en la comprensión y acogida de lo que el coachee dice. Dentro de la escucha se encuentra la capacidad del coach de captar el contexto sensorial, emocional y de creencias que rodea al coachee, puesto que todo ello influye en el mensaje que el coachee transmite.

5) GROW: Mostrar ese modelo como herramienta clave que sintetiza todo proceso. De manera habitual el cierre de un proceso invita a que los coachees tengan una visión de conjunto de todo lo acontecido en las sesiones. Su vida continua y su proceso de ser coacheado ya no terminará nunca (al menos como observador de sus propias brechas). Al describir el modelo (G: goal, R: reality, O: objetives y W: will / work) se hacen conscientes que estas nuevas brechas podrán ser vistas y trabajadas desde aquí

6) Lenguaje corporal: El coach debe adoptar una postura adecuada en el proceso de coaching, normalmente recta, ya sea sentado o de pie. Asimismo, tan importante es la postura en una sesión de coaching presencial como telefónica, puesto que influye en la escucha del coach. Deberá adaptarse a la postura del coachee. En ocasiones es necesario que el coach se aleje, para dejar espacio al coachee; En otras, puede ser indicado que se acerque para mostrar comprensión e implicación en el diálogo. En definitiva, la postura debe ser “complementaria” con la postura del coachee, evitando las posturas “contradictorias”, que puedan reflejar indiferencia o que ejerzan cierta presión sobre el coachee. El lenguaje corporal puede reflejar una actitud de escucha y atención, o por el contrario, una actitud de indiferencia. Por ello, el coach debe auto analizar sus posturas y la incidencia que estas tienen en el discurso del coachee. El objetivo es que el coach identifique si adopta posturas que puedan confundir o distraer al coachee y que intente modificarlas de forma natural.

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7) Contacto visual:

El contacto con la mirada influye en la sincronización de la conversación.Cuando la mirada se desvía, es interceptado rápidamente por el interlocutor, pudiendo reflejar indiferencia o ausencia de interés, por ello es de suma importancia que el coach y el coachee mantengan un contacto estable y prolongado a lo largo del proceso.

8) Otros elementos verbales: El coach también utilizará palabras cortas como por ejemplo “¿si?”, “¡oh!” “¿y?”, con la finalidad de acompañar el discurso del coachee, y que éste se sienta acompañado y comprendido. El coach deberá tener en cuenta la personalidad del coachee, puesto que si su personalidad es introvertida precisará más silencio para la auto-reflexión, en contraposición una persona extrovertida necesitará más acompañamiento mediante elementos verbales.

9) Asentimiento: Es una forma de acompañar el discurso del coachee. El coachee siente que está siendo escuchado y comprendido mediante el asentimiento del coach. No obstante, el asentimiento debe hacerse de forma natural, y no excesivamente, pues también podría reflejar que el coach da por finalizada la conversación o que está “fingiendo”.

10) Repetición de la última palabra: Es una técnica que consiste en la repetición de la última palabra o grupo de palabras por parte del coach en forma de pregunta. Es una manera sencilla de dar fluidez a la conversación.

11) Preguntas sobre las palabras clave: En el mismo sentido que en el apartado anterior, el coach también puede ahondar en el discurso del

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coachee preguntando sobre la palabra clave. Siguiendo el ejemplo anterior: Coach: “¿Para qué tienes ese miedo?”

12) Reformulación: Consiste en formular por parte del coach la cuestión que el coachee ha formulado previamente. El objetivo es reafirmar si el coach ha entendido bien lo expresado por el coachee.

13) Refuerzo positivo: Se trata de comentarios positivos para motivar al coachee. No obstante, deben utilizarse con prudencia pues pueden ser interpretados como halagos hipócritas si no van acorde con el diálogo y el contexto.

14) Validación/ Permiso: Este punto trata sobre la postura de validación del coach frente a juicios del coachee. Este último puede expresar sus inseguridades o dudas, y el coach puede mostrarle otra perspectiva positiva de la cuestión. Por ejemplo: Coachee: “Tengo demasiado auto-control y pienso que puede no ser bueno en mi entorno de trabajo.” Coach: “En algunos puestos de trabajo el auto-control es una cualidad positiva, ¿cuánto de acuerdo estás con esta afirmación?” El coach puede aportar algún comentario de apoyo para que el coachee se sienta libre de expresar sus pensamientos sin sentirse juzgado. Por ejemplo: Coach: “Entiendo lo que quieres decir”

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15) Repetición de palabras clave: Asimismo, el coach también preguntará sobre alguna palabra clave dicha por el coachee, para hacerle reflexionar sobre aquélla y guiar en esa dirección su discurso. Por ejemplo: Coachee: “Me da miedo tomar una decisión precipitada” Coach: “¿Miedo?”

16) Humor: Puede utilizarse como una herramienta para limpiar la atmósfera y cambiar la perspectiva del coachee. Es preciso utilizarlo de forma educada, siempre respetando al coachee y evitando parecer sarcástico o irónico.

17) Pedir permiso: Es de vital importancia que el coachee sienta que su espacio de diálogo y reflexión está siendo respetado por el coach. Por esa razón, el coach debe preguntar al coachee antes de interrumpirle o realizar alguna pregunta concerniente a su marco de referencia. Por ejemplo: “¿Puedo interrumpirte un momento?” “¿Puedo hacerte una pregunta al respecto?”

18) Su historia (ejercicio de visión): En algunas ocasionas merece la pena que el coachee viva sus cambios futuros trayéndolos al presentes (distinción sueño/visión). Es muy poderoso, pedirle que escriba su propia historia a 3, 6, 9,... meses después de esa sesión. Él retomará ese escrito y vivirá sus avances y cambios. Será momento también para ver si algún aspecto no ha sido logrado. ¿Qué ha dejado de hacer para encontrarse así?

19) Invitaciones: El coach puede invitar al coachee a parar la sesión por unos instantes, a realizar un plan de acción o a simplemente a comenzar la sesión. La invitación es una forma de que el coachee actúe con determinación y tome las riendas de su discurso

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con más energía.

20) Expresión de sentimientos: Es bueno que el coach muestre empatía con el coachee mediante comentarios referentes a la actuación de este último. De esta manera se consigue crear una relación de cercanía entre coach y coachee. Algunos ejemplos son: “Me ha conmovido tu manera de pensar en este tema.” “Tienes una gran capacidad de reflexión.”

21) Expresión de percepciones: Cuando el coach advierta signos de duda en el coachee, puede guiarle mediante preguntas sobre sus propias percepciones. Ejemplos:

“Te he notado algo incómodo al hablar sobre ese tema, ¿estoy en lo cierto?

22) Ofrecer metáforas: Es una forma de verificar si el coach está entendiendo lo que el coachee quiere decir mediante metáforas cortas.

23) Expresión de percepciones: Cuando el coach advierta signos de duda en el coachee, puede guiarle mediante preguntas sobre sus propias percepciones. Ejemplos:

“Te he notado algo incómodo al hablar sobre ese tema, ¿estoy en lo cierto?”

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24) Iceberg: Hacer consciente al coachee de que más del 90% de lo que somos está regido por nuestro inconsciente. Las relaciones con el entorno y las personas son espejos que podemos utilizar para conocer esas partes inconscientes. ¿Cómo hacer más consciente lo inconsciente a través de las personas que conocemos o las situaciones que vivimos? Cuando averiguamos qué hay de nosotros en nuestra interpretación, en nuestro juicio, en nuestra sensación y pensamientos, nos hacemos conscientes de patrones y creencias inconscientes. Hay que animar al coachee a que no se diluya en el ‘Nos’, es decir, a que no generalice para quitarse del medio. Aunque le parezca obvio sentirse así en esa situación invitarle a que hable en primera persona y se responsabilice para que se encuentre en ese reflejo.

25) Humildad: Cuando el coach habla acerca de lo que el coachee dice o transmite debe hacerlo con sumo cuidado y educación. El coachee debe sentir que no está siendo cohibido ni influenciado por el coach, esto es, que su discurso no está siendo manipulado, sino que simplemente el coach quiere tener la certeza de que está entendiendo el mensaje del coachee.

26) Hacer peticiones: He sentido con sabiduría es una fórmula para recordar cómo hacer peticiones. He: Hechos Sentido: sentimientos Con: consecuencias Sabiduría: Soluciones

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1) Círculo de influencia/Círculo de preocupación: Animar al Coachee a que reflexione sobré qué es su responsabilidad y qué no lo es. Dentro del círculo de preocupación está todo lo que nos preocupa y dentro del círculo de influencia lo que depende de nosotros. Lo único que depende de nosotros es nuestra actitud, nuestras creencias, nuestras deciciones, nuestros pensamientos, nuestras acciones… animar a hacer preguntas como: ¿Qué tienes que creer pensar o hacer en el círculo de influencia para que desaparezca o se haga más pequeño lo que está en el círculo de preocupación?

2) Modelo ABC de las emciones de Albert Ellis: Hacemos reflexionar sobre las creencias y pensamientos que han llevado al Coachee a sentirse así o a tomar cierta decisión, haciendo incapié en que todo es “neutro” y en la importancia de responsabilizarnos de nuestra interpretación. Está relacionado al final con el modelo del observador

3) Emociones: Unido a la herramienta de las preguntas sobre las emociones este modelo nos puede ayudar a crear más. En él vemos el estímulo que despierta cada emoción, su función, su finalidad y el sentido asociado. Podemos hacer reflexionar al coachee sobre el estímulo que le ha despertado cierta emoción y sobre si tiene sentido o no y para que. Por ejemplo, he sentido miedo al hacer X cosa, ¿es esa cosa una amenaza? ¿para qué lo consideras una amenaza? ¿en todas las situaciones de tu vida eso lo consideras una amenaza? ¿qué tiene esta situación para que aquí lo interpretes como tal? Etc.

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1) La Foto: Consiste en proponerle al Coachee que se saque “una foto diaria” primero trabajamos con su foto actual, le animamos a que meta en el marco “Yo soy” aquello que se dice así mismo que es en la actualidad. Le hacemos reflexionar son peguntas sobre para qué se pone esas etiquetas, cuáles quiere mantener y cuáles no le son útiles ni las quiere más. Le hacemos elegir etiquetas nuevas y por ejemplo le podemos animar a que durante esa semana hasta que nos vuelva a ver cada mañana “se haga la foto” y trabaje con una de las etiquetas que ha elegido que quiere tener y trabajar. Cuando nos volvamos a ver le podemos preguntar ¿qué hiciste distinto cuando tuviste esa etiqueta? ¿qué pensabas diferente? ¿cómo te sentías? ¿qué cambió en ti al tomar la decision de ser X? ¿Qué tendrías que pensar/sentir para que esa etiqueta dejara de ser “una etiqueta” y pasara a ser parte del “yo soy”?

Se creativo. Crea tus propias herramientas

Y recuerda. Lo importante es saber “el para qué” utilizarlas