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HIPERSENSIBILIDAD TIPO IV
Kindt, Goldsby y Osborne (1992/2007), hipersensibilidad del tipo IV o tardía (DTH):
Cuando algunas subpoblaciones de células TH activadas se encuentran con ciertos tipos
de antígenos, secretan citosinas que inducen una reacción inflamatoria localizada que se
denomina hipersensibilidad tardía (DTH, del inglés delayed-type hypersensitivity). Esta
reacción se caracteriza por una gran entrada de células inflamatorias inespecíficas al sitio,
en particular macrófagos. Fue descrita en 1890 por Robert Koch, quien observó que los
individuos infectados por Mycobacterium tuberculosis experimentaban una reacción infl
amatoria localizada cuando se les inyectaba por vía intradérmica un filtrado derivado de
cultivo de micobacterias. Denominó a esta reacción cutánea localizada “reacción a la
tuberculina”. Más tarde, al quedar en claro que otros antígenos también pueden
desencadenar esta reacción (cuadro 15-6), su nombre cambió al de hipersensibilidad
tardía, de tipo retrasado o tipo IV para referirse a su inicio postergado y a la lesión tisular
(hipersensibilidad) que suele acompañarla. El término hipersensibilidad es motivo de
cierta confusión porque sugiere que las reacciones de DTH son siempre dañinas. Aunque
en algunos casos estas reacciones producen lesión tisular extensa y son patológicas por sí
mismas, en muchos otros la lesión de los tejidos es limitada y la reacción desempeña un
papel importante en la defensa contra los agentes patógenos intracelulares y los antígenos
de contacto. Las piedras angulares de la reacción tipo IV son retraso del tiempo necesario
para que la reacción se desarrolle y reclutamiento de macrófagos en vez de neutrófilos,
que son los reclutados en la reacción tipo III. Los macrófagos son los componentes
principales de los infiltrados que rodean los sitios de inflamación. (pág. 393)
Roitt (2003), hipersensibilidad mediada por células (retardada; tipo IV):
Esta forma de hipersensibilidad se encuentra en muchas reacciones alérgicas contra
bacterias, virus y hongos, en la dermatitis por contacto que es el resultado de la
sensibilización a ciertas sustancias químicas simples y en el rechazo al trasplante de
tejidos. Quizá el ejemplo más conocido en la reacción Mantoux obtenida por la inyección
de tuberculina en la piel de un individuo en quien la infección previa con la micobacteria
había inducido un estado de inmunidad mediada por células (IMC). La reacción se
caracteriza por eritema e induración (fig. 16-25ª), que aparece solo después de varias
horas (de allí el término “retardada”) y alcanza un máximo a las 24-48 horas, para
después desvanecerse. Desde el punto de vista histológico, la fase ms temprana de la
reacción se observa como un manguito perivascular con células mononucleares y
polimorfonucleares. Estos últimos migran enseguida fuera de la lesión y dejan detrás un
infiltrado con predominio de células mononucleares, constituido por linfocitos y células
de la serie monocitos-macro-fagos (fig. 16-25b). Esto contrasta con el carácter
esencialmente “neutrófilo” de la reacción de Arthus (fig. 16-19b). (pag. 389-390)
Kumar, Abbas, Fausto y Aster (2010) Hipersensibilidad mediada por linfocitos T (tipo IV):
El tipo celular de la hipersensibilidad se inicia por linfocitos T activados por el antígeno
(sensibilizados), como linfocitos T CD4+ y CD8+ (fig. 6-19). La hipersensibilidad
mediada por linfocitos TCD4+ inducida por antígenos ambientales y por antígenos
propios puede ser una causa de enfermedad inflamatoria crónica. Actualmente se sabe
que muchas enfermedades autoinmunitarias están producidas por reacciones infl
amatorias generadas por linfocitos TCD4+ (tabla 6-6). En algunas de estas enfermedades
autoinmunitarias mediadas por los linfocitos T, también pueden estar implicados los
linfocitos CD8+. De hecho, en algunas formas de reacciones mediadas por linfocitos T,
especialmente las que se producen después de infecciones víricas, los linfocitos CD8+
pueden ser las células efectoras dominantes. (pág. 205)
Kumar et al (2010) Reacciones de linfocitos T CD4+: hipersensibilidad retardada e inflamación
inmunitaria
Las reacciones inflamatorias producidas por los linfocitos T CD4+inicialmente se
caracterizaron por la presencia de una hipersensibilidad retardada (HSR) contra antígenos
administrados por vía exógena. Los mismos fenómenos inmunitarios son responsables de
las reacciones inflamatorias crónicas frente a los tejidos propios. Debido a la
participación fundamental del sistema inmunitario adaptativo en esta inflamación, a
veces se denomina infamación inmunitaria. Los linfocitos T H 1 y T H 17 contribuyen a
enfermedades específicas de órgano en las que la inflamación es un aspecto prominente
de la anatomía patológica.3 6 La reacción inflamatoria asociada a los linfocitos T H 1
está dominada por macrófagos activados, y la reacción desencadenada por los linfocitos
T H 17 tiene un mayor componente neutrofílico (pág. 205-206)
Roitt, Brostoff, y Male (2000) Hipersensibilidad tipo IV:
Según la clasificación de Coombs y Gell, las reacciones de hipersensibilidad de tipo IV
(retardada) tardan más de 12 horas en manifestarse, y en ellas están implicadas
reacciones inmunitarias medidas por células, sin intervención alguna de las reacciones
humorales. Sin embargo, en la actualidad se sabe que hay otras reacciones de
hipersensibilidad que también pueden encajar dentro de esta definición. Por ejemplo, la
fase tardía de las reacciones mediadas por IgE se puede manifestar hasta 12-24 horas
después del contacto con el alérgeno. Aunque el mecanismo fundamental de esta
reacción esta mediado por IgE, en ella también intervienen las células T colaboradoras, lo
que complica aún más el panorama. Hay otras reacciones (como la reacción de
hipersensibilidad de Jones-Mote, que puede que sea análoga a las reacciones de los
basotiloscutaneos de los cobayas) que antiguamente también se consideraron reacciones
de hipersensibilidad de tipo IV, aunque sus mecanismos y su importancia clínica todavía
no han sido aclarados: en este capítulo no se volverá a hacer mención a estas reacciones.
(pág. 341)
Roitt et al (2000) Hipersensibilidad tipo IV; Hipersensibilidad por contacto:
La hipersensibilidad por contacto se caracteriza por una reacción eccematosa en la zona
en que se produce contacto con alérgeno (fig. 26.2). Suele aparecer tras el contacto con
agentes como el níquel, los cromatos, los aceleradores de la polimerización de las gomas
y el pentadecacatecol (componente de la hiedra venenosa). El contacto con agentes
irritantes que provocan lesiones cutáneas mediante mecanismos tóxicos no relacionados
con la hipersensibilidad puede dar lugar a eccemas, aunque las reacciones iniciales
difieren, los acontecimientos inmunitarios que se producen tras el contacto con agentes
irritantes y con alérgenos son parecidos. (pág. 341-342)
Roitt et al (2000) Hipersensibilidad tipo IV; Hipersensibilidad del tipo tuberculinico:
Este tipo de hipersensibilidad fue descrito originalmente por Koch. El investigador Koch
observo que cuando se inyectaba por via subcutánea a los pacientes tuberculosos un
filtrado de un cultivo tuberculino (antígenos procedentes del bacilo de la tuberculosis) se
producía una reacción febril y malestar general. En el punto de la inyección aparecía una
zona de endurecimiento e hinchazón. Los antígenos solubles de diversos organismos,
entre los que se encuentran Mycobacterium tuberculosis, M. Leprac y Leishmania
trópica, inducen reacciones de este tipo en los individuos sensibilizados. Estas reacciones
cutáneas se suelen utilizar para comprobar si un individuo es sensible frente a un
determinado organismo, es decir, si ha sido expuesto previamente al mismo (fig. 26.8).
Esta forma de hipersensibilidad también puede ser inducida por agentes de origen no
microbiano, como el berilio y el circonio. (pág. 345)
Roitt et al (2000) Hipersensibilidad tipo IV; Hipersensibilidad granulomatosa:
La hipersensibilidad granulomatosa es la forma más importante de hipersensibilidad de
tipo IV desde un punto de vista clínico, y es la causa de muchos de los efectos
patológicos de las enfermedades en que intervienen procesos inmunitarios mediados por
células T. estas reacciones suelen ser consecuencia de la persistencia en el interior de los
macrófagos de microorganismos intracelulares o de otras partículas que estas partículas
no son capaces de destruir. En ocasiones también puede ser debida a la presencia
persistente de inmunocomplejos, como ocurre en la alveolitis alérgica. Estos procesos
dan lugar a la formación de granulomas de células epitelioides. (pág. 346)
BIBLIOGRAFIA
Kindt, T., Goldsby, R., y Osborne, B. (2007). INMUNOLOGÍA de Kuby (sexta edición). México:
Mc Graw Hill. (Obra original publicada en 1992, Nueva York)
Kumar, V., Abbas, A., Fausto, N., Aster J. (2010). Patología estructural y funcional. Robbins y
Cotran (8a edición). España: Saunders Elsevier. (Obra original publicada en Estados
Unidos)
Roitt (2003). Inmunología. Fundamentos 10ª Edición. México: Editorial Medica Panamericana.
Roitt, I., Brostoff, J., Male, D., (2000). Inmunología. España: Harcourt