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ÁREA I: Hacia una Iglesia comunitaria / 2 Cómo compartir la Biblia en grupo, 1 Dos métodos de lectura bíblica 1) Los siete pasos 2) Observar - Escuchar Amar

Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

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Page 1: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

ÁREA I: Hacia una Iglesia comunitaria / 2

Cómo compartir la Biblia en grupo, 1 Dos métodos de lectura bíblica 1) Los siete pasos 2) Observar - Escuchar Amar

Page 2: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

Colección: COMUNIDAD DE COMUNIDADES

ÁREA II: Cómo compartir la Biblia en Grupo, 1 /2 Oswald Hirmer - Alfonso Guerrero

COMO COMPARTIR LA BIBLIA EN GRUPO, 1

— El método de los siete pasos

— El método observar-escuchar-amar

Page 3: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

Titulo original: The pastoral use oí the Bible Autor: Oswald Hirmer

© Lumko, P.O. Box 5058, Domenville 1403, South África

IMPRIMATUR Andrew Zolile Brook Bishop of Unitata.

6 de enero de 1991

Edición Latinoamericana Adaptada y ampliada por: Alfonso Guerrero

Colección: Comunidad de comunidades Coordinada por: Bernardo Favaretto

Equipo Asesor: Mons. Diego Padrón Elena Alvarez Juan Briceño Jesús de la Torre Alfonso Guerrero Ángel Vagnoni

© Por América Latina: SAN PABLO, 1995

Edificio Doral Plaza, Local 1 Ferrenquín a la Cruz de Candelaria Apartado 14.034, Caracas 1011-A Telfs. (02) 573.63.46 - 576.76.62 - 573.64.75 Fax (02) 576.93.34 Adaptación de los dibujos: Genaro Pérez Diagramación y Montaje: Dora Paulina Nicholls Impresión: SAN PABLO

Contenido

Introducción 6

DIVERSAS MANERAS DE LEER LA BIBLIA

La Biblia en nuestra Vida 10 Metas de los diversos métodos 14 Indicaciones prácticas 17

EL MÉTODO DE LOS SIETE PASOS

A. Motivación Inicial 22 Los Siete Pasos 22

B. Dinámica 23 Primer Paso: Invitamos al Señor 24 Segundo Paso: Leemos el texto 25 Tercer Paso: Seleccionamos palabras y meditamos sobre ellas 26 Cuarto Paso: Guardamos silencio dejando que Dios nos hable 28 Quinto Paso.- Compartimos con los demás los que hemos escuchado en nuestros corazones 30 Esquema de autoevaluación 40 Sexto Paso: Discutamos alguna tarea que nuestro grupo pueda realizar 41 Séptimo Paso: Rezamos juntos espontáneamente 45

HACIA UNA IGLESIA DIFERENTE

A. Modelos de la Iglesia en el pasado 47 B. La Iglesia en la Biblia 50 C. La Iglesia en el Vaticano II 50 D. Compartir bíblico y nueva iglesia 53 Explicación Sumaria del Método de los Siete Pasos 54

EL MÉTODO OBSERVAR-ESCUCHAR-AMAR

Metas del Método 63 Pasos del Método 64 Primer Paso: Observar la Vida 66 Segundo Paso: Escuchar a Dios 67 Tercer Paso: Amar 68 Finalización del encuentro 68

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Page 4: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

Introducción

Los últimos años se caracterizan en la Iglesia por una revalorización de la Sagrada Escritura como modo de presencia de Dios en la comu­nidad cristiana. En los días del Concilio Vaticano II, cada mañana se celebraba la "entronización del Evangelio". La Biblia ¡levada en proce­sión no se colocaba en el pulpito sino que se instalaba en un trono. Así se recuperaba una antigua costumbre que encontramos, por ejemplo en el Concilio de Nicea (año 431). San Cirilo de Alejandría se expresaba así a propósito de esa entronización: "el santo sínodo constituyó a Cristo como a uno de sus miembros o más bien, como su jefe; en efecto, en el trono sagrado fue colocado el venerable Evangelio".

Hoy la Iglesia gusta hablar del sacramento de la palabra para indicar que la Escritura es un modo sensible y audible a través del cual el Padre "sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos" (Sac. Conc. 21). Los cristianos consideramos que "Cristo está presente en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura El es quien habla" (Sacrosantum Concilium). En esta línea sacramental habla la Iglesia también de el pan de la Palabra que debemos ingerir junto con el Pan de la Eucaristía: "La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura como ¡o ha hecho con el cuerpo de Cristo, pues, sobre todo en la Sagrada Liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de vida que ofrece la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo" (Sacrosantum Concilium 21).

Jesús y su proyecto de hermandad son una buena noticia para las personas, para las comunidades y para el pueblo. Esta noticia buena nos ha llegado a nosotros a través de los santos Evangelios. También no­sotros, como ¡os discípulos de Emaús, cuando las cosas no nos salen bien, estamos tentados de considerar lo posible como imposible, aban­donando la lucha, regresando a etapas superadas o dedicándonos a pasarlo bien. Necesitamos sentir a Jesús resucitado como el compañero del viaje de nuestra vida y de nuestra historia. Necesitamos que la escucha de la Escritura haga arder nuestros corazones y reanime nuestra esperanza. "Mientras ¡os discípulos de Emaús desconcertados y tristes caminaban de regreso a su aldea, el Maestro se ¡es acerca para acom­pañarlos en su camino. Jesús busca ¡as personas y camina con ellas para asumir las alegrías y esperanzas, ¡as dificultades y tristezas de ¡a vida... La Buena nueva que oyeron de Jesús transmitía el mensaje recibido de

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su Padre... ExpHcándoIes ¡as Escrituras, les ilumina su situación y ¡es abre horizontes de esperanza" (Santo Domingo, Mensaje 14-19).

Pero no basta compartir juntos la Palabra de Dios. Hay que compartir también ¡os bienes, ¡as capacidades y las oportunidades. Sin fracción del pan no hay fe cristiana: "...la explicación de las Escrituras no fue suficiente para abrirles los ojos y hacerles ver ¡a realidad desde la perspectiva de la fe. Es cierto que hizo arder sus corazones pero el gesto definitivo para que pudieran reconocerlo vivo y resucitado de entre los muertos fue el signo concreto de partir el pan. En Emaús se abrió un hogar para Alguien que estaba peregrino. Cristo reveló su intimidad a los compañeros de camino y en su actitud de compartir reconocieron al que durante su vida no hizo más que darse a ¡os hermanos y quien seüó con su muerte en ¡a cruz ¡a entrega de toda su vida" (Santo Domingo, Mensaje 23-24). Lo mismo debemos hacer sus discípulos.

La Biblia es la norma suprema de la vida del seguidor de Jesús. Que sea norma quiere decir que es obligatoria. Que sea suprema quiere decir que es más importante que otras normas: "La Iglesia ha conside­rado siempre como norma suprema de su fe la Escritura unida a la Tradición, ya que, inspirada por Dios y escrita de una vez para siempre, nos transmite inmutablemente ¡a Palabra del mismo Dios; y en las palabras de los apóstoles y profetas hace resonar, ¡a voz de¡ Espíritu Santo. Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura" (Sa­crosantum Concilium 21).

Los seres humanos nos comunicamos a través de ¡a Palabra. A través de ella nos damos a conocer. En nuestra palabra ¡os demás descubren quiénes somos, qué queremos, qué planeamos, qué sentimos. También Dios ha querido utilizar ¡a Pa¡abra para dársenos a conocer. La Biblia nos dice lo que Dios siente por nosotros (ternura, amor, preocupación), ¡o que Dios planea para nosotros (liberación de todas las esclavitudes para una vida de comunión con Dios, con los otros y con ¡as cosas), lo que Dios es su misterio más profundo (total unidad de tres diferentes: Padre, Hijo y Espíritu Santo), ¡o que a E¡ le agrada y le desagrada (su voluntad). En este sentido afirma el Vaticano II: "Quiso Dios, en su bondad y sabiduría, revelarse a Sí mismo y manifestar el Misterio de su voluntad (Cf Ef 1,9): por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden los hombres llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina (Cf Ef 2,18; 2 Pt 1,4). En esta revelación, Dios invisible (Cf Col 1,15; 1 Tim 1,17), movido de amor, habla a los hombres como amigos (Cf Ex 33,11; Jn 15,14-15) y trata con ellos (Cf Bar 3,38) para invitarlos y recibirlos en su compañía" (Dei Verbum 2).

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Page 5: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

VENERACIÓN POR LA ESCRITURA EN LA VIDA DE LA IGLESIA

"La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecha cotí «1 cuerpo de Cristo, pues, sobre todo en la sagrada liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fíeles el pan de vida que ofrece la mesa de la Palabra de Dios y del cuerpo de Cristo* La Iglesia ha considerado siempre como suprema norma de su fe la Escritura unida a la Tradición, ya que inspirada por Dios y escrita de una vex para siempre, nos transmite inmutablemente ta palabra del mismo Dios; y en las palabras de los Apóstoles y los Profetas hace resonar ta voz del Espíritu Santo. Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura. En los libros sagrados, el Padre* que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos, Y es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hí>os« alimento del alma, fuente litnpida y perenne de vida espiritual. Por eso se aplican a ta Escritura de modo especial aquellas palabras: La palabra de Dios es viva y enérgica (Hebr 4,12), puede edificar y dar ta herencia a todt consagrados {Act 20,32; Cf 1 Thess 2,13)" {Concilio cano II, DV 21).

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I

Diversas maneras de leer la Biblia

Q ueridos facilitadores y miembros de grupos que quieren compartir juntos la Biblia:

Este folleto busca dos cosas: 1) Ayudar a facilitadores en su labor de coordinar talleres de trabajo en parroquias donde pro­pondrán diversos métodos para interpretar y meditar la Biblia; 2) Ofrecer material de "Auto-aprendizaje" que pueda ayudar a los grupos a profundizar y mejorar su práctica de leer juntos la Palabra de Dios.

A continuación resumimos brevemente algunos puntos impor­tantes relacionados con los métodos de compartir juntos la Biblia.

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Page 6: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

1. La Biblia en nuestra Vida Nuestra experiencia ha demostrado que para usar adecuadamen­

te la Biblia en la Pastoral se requiere diferentes métodos que capten las diferentes dimensiones del mensaje bíblico y que expresen las diversas dimensiones de nuestra existencia humana tanto personales y grupales como comunitarias y sociales. Por ello, cuando leemos la Biblia debemos hacernos las siguientes preguntas:

—En este texto, frase o palabra ¿qué quiere decirme Dios a mí como persona? ¿qué quiere decirnos Dios como grupo cristiano y como comunidad? ¿Qué dice Dios de nuestros problemas socia­les, económicos y políticos?

Un solo método para compartir la Biblia no pue­de adaptarse a todas las dimensiones de nuestra vida. El sentido común nos dice, además, que no pode­mos encargarnos de todo al mismo tiempo y que hay que ir por partes. Por esto necesitamos varios méto­dos o maneras de interpre­tar la Biblia.

Cuando leemos juntos la Biblia lo hacemos desde la convicción de que en ella encontramos orientación para vivir y convivir mejor. La Biblia es una luz que alumbra el camino de nues­tra vida personal, comuni­taria y social. Se trata de hacer oración con la Biblia preguntándonos y respon­diéndonos qué es lo que Dios quiere de nosotros, de

EL INSTINTO DE F <¿ DE LOS CREVENTT A

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U n arse

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& üios se adhiere indefectible-tsmUtfe ttúnfktdu ée uñu w»

ara siempre u ios santos (lad 3>% penetra más profundamente en ella con Juicio certero y Je da asá» plena aplicación en la vida, guiado en todo por el sagrada magisterio, sometiéndose al «¡ttal no acepta j?a una palabra de hombres* sino la verdadera palabra de Dios (O 1 Tes 2,12)" (Concilio Vaticano ü, LO 12).

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nuestra familia, de nuestro trabajo, de nuestro estudio, de nuestra profesión, de nuestro vecindario, de la sociedad en que vivimos. La oración es considerada aquí como un escuchar a Dios para agradarle con nuestra conducta.

Cuando los cristianos leemos la Biblia no lo hacemos para saber más Geografía o Historia, ni tampoco para saber más Religión. Leemos la Biblia porque creemos que en ella Jesucristo nos sigue hablando y porque estamos seguros que el Espíritu Santo nos hace entender los diversos mensajes contenidos en esas páginas sagradas como muy bien lo dice el Concilio Vaticano II al hablar del instinto de fe de los cristianos.

1 PROFETA

en santa, i 12*,

jacerdote, í>or medio de

..tusaste cesar íes asocia ínfima-

*# nace partícipes que ejerzan el culto

uno* de ios hombres.., ifciativas apostólicas, la

¡ano trabajo, el descanso Óei i en eí Espirito» e incluso las

* *•* •**"«•*•«»» pacientemente, espirituales, aceptables a Dios,

**5|* que en la celebración de la *«ados^mamente al Padre, itmto con *> del S e ü o W ^af icaaol lAo S4)

no H, Lv» 12). ««wnore *Cf He 13,15} (Vatica-

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Page 7: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

"Cristo, ei gran profeta, que proclamó «1 reino del Padre coa ef te^tímottio de la vid» y con «I poder de la palabra, cumple «u misión profétíca»« no «olo a tran*fe» de ta «terar-<plaw sino también |>or medio de los laicos, a quienes, <&n&g&eitóejaettte* con*tft«ye en *e$t£go$ f te* dota del i «««elido de la fe $r de la grada de ta palabra (Ct He 2 4 7-1S; Ap l!M0)*" Tal evangelioación* e* decir, «I anuncio de Cristo pregonado por el testiitioilio de ta «Ida y ñor la palabra» adquiere tnttt <^racteristica específica y «na

2EI*

*o« v c Rom

anéalos ¿lermanos

n por medio ,<xinoí reino de

i grada, reino de

Cuando se lee la Biblia buscando un significado para la vida se pueden seguir dos caminos fundamentales: o bien se va de la Biblia a la vida o bien de la Vida a la Biblia. Ambos caminos tienen sus ventajas y sus desventajas: si siempre comenzanos con la Biblia, las cuestiones de la vida podrían ser desatendidas. Si siempre comen­zamos con las cuestiones de la vida la Biblia podría ser olvidada. Hay que evitar los dos extremos: no debemos utilizar únicamente aquellos textos bíblicos que nos convengan. Tampoco debemos permanecer en el mundo piadoso y lejanos de la Biblia. Hay que relacionar bien Biblia y Vida.

En estas publicaciones nos proponemos plantear diversos méto­dos para leer la Biblia teniendo como puntos de referencia las experiencias realizadas en comunidades de África y América Latina. Desarrollaremos los siguientes métodos:

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BIBLIA >- -> VIDA

1) Los Siete Pasos.

VIDA >- -> BIBLIA

2) Observar-Escu-char-Amar.

3) Programa Amos.

4) Formulario Vida-Biblia.

5) Lectura latinoame­ricana.

Los cuatro primeros métodos nacieron en África. El último mé­todo se ha extendido por toda América Latina. Mientras el primer método —el de los siete pasos— va de la Biblia a la Vida, los restantes siguen más bien el camino contrario: de la Vida a la Biblia.

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Page 8: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

2. Metas de los diversos métodos El Método de

los Siete Pasos bus­ca las siguientes me­tas: 1) experimentar la

presencia del Se­ñor resucitado;

2) ayudar a cada miembro del grupo a sentirse impactado per­sonalmente por la Palabra;

3) fomentar la profundización mutua de la fe compartiendo con todos;

4) estrechar los lazos personales entre los miembros del grupo; 5) crear un clima espiritual para planificar la acción en la comunidad.

El Método Ob-servar-Escuchar-Amar se propone:

1) comenzar con situaciones de la vida real;

2) compartir ex­periencias de la vida en las cuales los miembros del grupo han es­tado involucrados sintiéndose felices o infelices;

3) escuchar el llamado de Dios al observar esta experiencia o este evento, aunque no se consiga un texto bíblico pertinente;

4) programar tareas conjuntas.

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El Método Pro­grama Amos (Ver: La realidad a la luz del profeta Amos,) busca: | 1 . MIRA LA VIDA

2. HAZ LA PREGUNTA ¿POR QUE?

3. ESCUCHAMOS A DIOS

4. BUSCA LAS CAUSAS

1) comenzar con un problema social, económico o po­lítico que impli­que a los miem­bros del grupo;

2) ayudar al grupo a analizar la situa­ción y a encon­trar la causa bási­ca del problema;

3) ver un problema social, económi­co o político a través del Evangelio y de documentos de la Iglesia;

4) ayudar al grupo a seguir un esquema detallado para buscar soluciones posibles a los problemas.

5. PLANEA CON FIRMEZA Y AMOR

Los formularios "Vida-Biblia" persiguen:

1) ayudar a los líderes del grupo a preparar en equipo su próximo encuentro grupal en el que se abordará un problema social;

2) seleccionar conjun­tamente una situación que afecte a algún miembro de la comu­nidad;

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Page 9: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

3) preparar preguntas-guía que ayuden al grupo a analizar la situa­ción;

4) buscar un texto bíblico que les ayude a ver y analizar la situación.

La lectura latinoamericana quiere:

1) partir de la vida de cada comunidad y del pueblo en el que esa comunidad está situada;

2) dejarse interpelar por la Palabra de Dios a partir de un estudio serio del texto bíblico;

3) una vivencia comu­nitaria de la fe;

4) colaborar en la construcción de una sociedad justa y fraterna. En América Latina

queremos acentuar al máximo la relación en­tre la Biblia y la Vida. "Interpretar la Biblia sin mirar la realidad de la vidá*fc?el pueblo de ayer y de hoy es lo mismo que mantener la sal fuera de la comida, la semilla fuera de la tierra, la luz debajo de la mesa" (Mesters). La Biblia no es el primer libro que Dios escribió para nosotros, ni el libro más importante. El primer libro es la vida creada por Dios (la naturaleza, los acontecimientos, la realidad que nos envuelve como personas, como comunidad y como pueblo). Dios nos habla a través de la vida misma. Porque nosotros por nuestros pecados matamos la vida e impedimos la escucha de Dios a través de esa vida, Dios decidió escribir un segundo libro, la Biblia. "La Biblia no vino a ocupar el lugar de la vida. ¡Al contrario! La Biblia fue escrita

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para ayudarnos a comprender mejor el sentido de la vida que vivimos y a percibir más claramente la presencia de la Palabra de Dios dentro de nuestra realidad" (Mesters).

3. Indicaciones prácticas Seguidamente presentamos algunas sugerencias para un buen

manejo de los métodos de lectura bíblica: 1) Ni acción sin oración ni oración sin acción: en toda parroquia

se encuentra una variedad de pequeñas comunidades y grupos cristianos: ministros y animadores, el consejo pastoral, el coro, catequistas, grupos de oración, grupos de acción. Compartir juntos la Biblia sería la mejor base para cada uno de esos grupos. Existen consejos pastorales que comienzan sus en­cuentros con la aplicación parcial del método de los siete pasos. El uso permanente de la Biblia crea y mantiene el clima espiritual e ilumina situaciones de la vida sugiriendo soluciones.

2) Leer la Biblia en grupo y con entrenamiento: no hace falta ser grandes teólogos para entender la Biblia ya que el Espíritu Santo se encuentra en todos los miembros de la comunidad cristiana para ayudarnos a entender y a poner en práctica la Palabra de Dios. Pero hace falta un mínimo de entrenamiento. Los grupos pueden entrenarse a sí mismos mejorando la aplicación de los diversos métodos. En estas publicaciones encontrarán material para ese autoaprendizaje.

3) Errores a evitar por parte de los facilitadores: los facilitadores suelen caer en varias trampas que es preciso evitar: a) Lecciones largas: no dé un

largo discurso por brillante que sea. Ayude a la gente a descubrir por su cuenta. Por ejemplo, una vez reali­zado el segundo de los siete pasos pregunte al grupo: ¿Qué he hecho? ¿Por qué lo hice de esta forma? Después que los participan-

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tes hayan dado sus respuestas Ud. puede agregar algo o indicar alguna cosa omitida. Lo que la gente descubre por sí sola se convierte en algo propio. Los adultos no son botellas vacías a ser llenadas por expertos.

b) Mal uso de afiches: Permita que el grupo descubra por sí solo. La gente es más inteligente de lo que parece: sabe analizar y sabe buscar soluciones. Si se utiliza más de un afiche dejar que los participantes los comparen. No utilice los afiches únicamente como ilustraciones. Los participantes deben des­cubrir por su propio esfuerzo el contenido del afiche. El verdadero facilitador es aquel que ayuda a otros a pensar por su cuenta y a aprender de sus propias experiencias. Si se le explica todo a la gente, se les trata como botellas vacías que necesitan ser llenadas. Esta actitud pretende que usted es el propietario de la verdad y que ellos no saben nada.

4) Aplicación de cada método: el acceso básico para comprender la Biblia en estas publicaciones es el método de los Siete Pasos, con el cual, a ser posible, el grupo debe estar familiarizado antes de utilizar otros métodos. El método de los Siete Pasos enseña a los grupos la práctica de ciertas actitudes básicas en el uso de la Sagrada Escritura: formar comunidad de fe, sentir presente al Señor resucitado, escuchar atentamente al Señor que habla por su palabra, el silencio como actitud indispensable, el compartir con los demás lo que se piensa y lo que se siente, comparar la propia vida con el Evangelio, predicar basándose en el Evangelio. En otros métodos también están incluidos elementos del método de los Siete Pasos. Para ampliar el horizonte espiritual de los grupos es conveniente la utilización eventual de otros métodos. Cada método busca alcanzar una dimensión diferente del mensaje bíblico desde el cambio de conducta personal hasta la responsa­bilidad social y política.

INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA EN LA VIDA DE LA IGLESIA

"La Igtesfcu» »» considera la ¡Bíbfia simplemente como tus conjunto de documento? histéricas concernientes a SUS orí* gene». Efla la. acoge como Falaor* de- Dio* <pe se dirige # «lia v al lanudo entero «n «i tiempo presente* Esta coavicciott de Ja & tiene como coasasoiewcfa la practica de la acttiaJi-sacien y de la ímmitwütfóm del mensaje oíotico, asi como to* diverso* modos de «tifteaeioii de lo* texto* inspirados* en la liturgia, la *lect§» divina% «I tninfeterk» pastoral y el moví-

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19

Page 11: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

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e la situación presente; 2*) discernir los aspectos .< presente que el texto bíblico ilumina o pone en

i») sacar de la plenitud de sentido del texto bíblico . .«tos que pueden hacer evolucionar la situación pre*

Je u» modo fecundo, conforme a la voluntad salvífica utos en Cristo» Gracias a la actua&utción, la Biblia Ilumina múltiples

problemas actuales* por ejemplo; la cuestión de los minis­terios, la dimensión comunitaria de la Iglesia, la opción

• preferencial por los pobres» la teología de la liberación, la condición de la mujer* ta actualización puede también estar atenta a tos valores cada vez más reconocidos por la con­ciencia moderna, come los derechos de la persona, la pro* tecclón de la vida humana, la preservación de la naturaleza, la aspiración a la paz universaL

CE. Pontificia Comisión Bibllcr * rnterpretación de ta Biblia en la 1 PPC, Madrid 1994,

pp. 111-114.

90

II

£1 método de los siete pasos

preparativos: —preparar Biblias para todos los participantes.

— tener listas las fichas de los siete pasos.

— practicar el paso tres con un grupo de gente. Ellos le ayudarán en la "demostración de la pecera" (Texto de Le 10,38-42).

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Page 12: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

A. Motivación inicial: Explicar que nos hemos reunido para aprender un método o

manera de compartir la Biblia (Repartir la ficha de los 7 pasos a cada participante). Los participantes leen por turno los pasos. No dar explicaciones todavía. Si no están disponibles las fichas, puede usar el recuadro siguiente:

Los siete pasos

INVITAMOS AL SEÑOR. Invocamos a Jesús con una oración.

LEEMOS EL TEXTO.

Abrimos el Evangelio de , capítulo versículos (Alguien lee los versículos. Pedir que otro los lea de nuevo).

SELECCIONAMOS PALABRAS Y MEDITAMOS SOBRE ELLAS. Seleccionamos palabras o frases, las leemos en voz alta con devoción, y guardamos silencio (Leemos todo el texto nuevamente).

DEJEMOS QUE DIOS NOS HABLE EN EL SILENCIO. Guardamos silencio por un momento y dejemos que Dios nos hable.

COMPARTIMOS LO QUE HEMOS ESCUCHADO Y SENTIDO.

¿Qué palabra nos ha llamado la atención personalmente? (Aquí se puede compartir una experiencia espiritual. Dejar libertad de compartir y comentar el texto).

¿QUE NOS PIDE DIOS QUE HAGAMOS? Discutir cualquier tarea que nuestro grupo pueda realizar. Pueden seguirse estos dos pasos: a) informe sobre las tareas anteriores; b) programación de nuevas tareas: ¿qué hay que hacer? ¿quiénes las van a hacer? ¿cuándo las vamos a hacer?

REZAMOS JUNTOS ESPONTÁNEAMENTE.

Invitar a rezar libremente y terminar con una oración o canción.

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B. Dinámica Observemos

cómo los pasos 1, 4 y 7 son repre­sentados por un grupo pequeño. Se explica el sen­tido de la dinámi­ca y su finalidad. Se pide al grupo preparado con anterioridad que forme una "pece­ra" en el centro

del grupo grande. Explicar que el grupo pequeño de gente que se encuentra en el centre se llama "pecera". Los que están sentados alrededor sólo deben observar (como se observan los peces en un acuario sin estar dentro de la pecera). Cada uno de los miembros de la pecera tiene su Biblia. Terminada la dinámica se reincorporan al grupo grande.

Ahora se re­flexiona sobre lo visto y oído. El facilitador hará preguntas simi­lares a las que aquí sugerimos dándole oportu­nidad a todos los participantes de responder. Se debe respe­tar la libertad de participación y evitar las lecciones. Hay que permitir que la gente descubra las cosas por sí misma.

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Page 13: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

í *

Preguntas 1) ¿Qué hicimos en el primer paso? (No hemos rezado simplemen­

te una oración, sino que hemos invitado a Jesús a estar con nosotros de una forma directa y personal tal como él fue invitado por la gente de su época).

2) ¿Por qué hemos invitado a Jesús tan directamente? (Dejar que la gente discuta esta última pregunta en grupos de cuchicheo. Pedir que alguien del pequeño grupo comunique al grupo grande los resultados de la conversación).

El facilitador puede completar los resultados de la reflexión común en estos términos: Nosotros creemos que Jesús ha resucitado de entre los muertos y está vivo en medio de nosotros. El es la "palabra" de Dios. El puede explicarnos las muchas palabras de la Biblia. Al invitarlo nos abrimos a su presencia. Jesús está siempre cerca de nosotros, pero nosotros y nuestros corazones están lejos de él. Jesús es el centro de nuestra vida personal y comunitaria. Sin él, no somos cristianos. El es el árbol y nosotros las ramas. Sin él no podemos hacer nada. Por eso "invitamos al Señor".

3) ¿Recuerdan ustedes a personajes de ¡a Biblia que invitaran a Jesús a su casa? (Por ejemplo personas de Cana de Galilea, Marta y María, cobradores de impuestos, discípulos de Emaús, Zaqueo).

Práctica del Primer Paso: Pedir a varios participantes que inviten a Jesús en una oración

personal, tomando como referencia personajes de la Biblia que lo hicieron. Por ejemplo: "Jesús, como fuiste invitado por la gente de Cana, nosotros también te invitamos hoy...". Lea el sumario para el autoaprendizaje: "El sentido más profundo del primer paso", página 54.

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Preguntas 1) ¿Recuerda usted cómo el facilitador anunció el texto? (El o ella

anunció el libro y el capítulo primero: Evangelio de Lucas, ca­pítulo 10. Luego él o ella se aseguró de que cada participante hubiera encontrado el capítulo. Luego el facilitador invitó a un participante a leer los versículos 38-42).

2) ¿Por qué el facilitador NO anunció los versículos junto con el libro y el capítulo? (Porque el facilitador quería dar un chance a todos para encontrar el texto. Es más fácil recordar el número del capítulo cuando se anuncia sin los versículos. Las preguntas qué capítulo es o qué versículo es pueden perturbar la atmósfera de silencio y oración creada en el primer paso).

3) ¿Por qué el facilitador no leyó el texto personalmente? (El verdadero facilitador tiene en cuenta a todas las personas del grupo. Todos deberían sentirse como en su casa. El buen facilitador debe repetir como Juan el Bautista: "es necesario que él crezca y que yo disminuya", y como Jesús: "aquel que quiera ser el primero debe convertirse en el sirviente de todos".

Práctica del segundo paso: Preparar tres o cuatro hojas pequeñas con los siguientes textos:

Mt 5,14-15; Mt 18,19-20; Le 10,23-24; Is 55,1-11. Entregue la primera hoja a la primera persona y pídale que anuncie el segundo paso. Entregúele otra hoja a otra persona pidiéndole hacer lo mismo. Nuevamente el grupo evalúa indicando lo que está bien hecho y lo que podría mejorarse en la enunciación del texto. Lea el sumario para el autoaprendizaje, "el sentido más profundo del segundo paso", página 55.

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Page 14: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

^^^d^ra^Fmeátiamos sobre ellas

Instrucciones: En el caso de que Ud. comience el segundo encuentro con este

paso, represente de nuevo este tercer paso con la dinámica de la pecera. Preguntar: ¿ustedes recuerdan lo que hicimos en el tercer paso cuando el facilitador pidió que se seleccionaran palabras y se meditara sobre ellas? Una sola palabra y una frase corta fue seleccionada. Se guardó silencio entre cada palabra o cada frase.

Se seleccionan frases cortas, se guarda silencio y se repiten mentalmente. Por ej.:

Versículo 38: "El llegó a una aldea" (Guardar silencio. Repetir mentalmente la frase). "Marta le dio la bienve­nida..."

Versículo 39: "Se sentó a los pies del Señor"...

Versículo 40: "Marta estaba enojada..."

Versículo 42: "Sólo una cosa es necesaria...", "María ha es­cogido la mejor parte..."

Preguntas 1) ¿Por qué debe­

mos repetir mental­mente la palabra o frase varias veces? (Para permitir que puedan penetrar en nuestro corazón. Para tener tiempo de sentarnos con María a los pies de Jesús. Para permanecer en la situación descrita

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en el texto. Para permanecer en la presencia de Jesús... Repetir una palabra o frase ayuda a involucrarnos en la situación descrita en el texto, por ejemplo, sentarnos con María a los pies de Jesús.

Ver el afiche de la p. 72. Hacerse dos preguntas: 1) ¿por qué podemos decir que este afiche refleja el tercer paso? 2) ¿tenemos que repetir siempre la palabra o frase de la misma manera? A la segunda pregunta respondemos que NO. Se puede también se­leccionar la frase y repetirla tres o cuatro veces con devoción guar­dando una pausa en­tre las repeticiones. Así por ejemplo: "El llegó a una aldea" (Pausa) "El llegó a una aldea" (Pausa) "El llegó a una aldea" (Pausa).

2) ¿Por qué po­demos decir que el tercer paso es como estar buscando jun­tos diamantes? (Ver el afiche de la página 73).

Práctica del tercer paso Anuncie el texto: Marcos 9,33-37.

Anuncie el tercer paso: seleccionamos palabras y meditamos sobre ellas. Seleccionamos palabras o frases cortas y las leemos en voz alta con devoción y mantenemos silencio entre ellas.

Recuerde:

1) ayude al grupo para que realice este paso correctamente;

2) no deben leerse oraciones largas;

3) cada palabra o frase debe ser leída lentamente y con devoción;

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4)

5)

debe hacerse un silencio suficientemente largo para la repetición mental. Si la repetición no es sólo mental sino también verbal debe hacerse una pausa entre cada repetición o participación de cada uno;

interrumpa suavemente al participante que seleccione un texto demasiado largo o es demasiado rápido al repetir la palabra o frase. La experiencia demuestra que el grupo experimentará una sensación de devoción aunque sólo se haga una "práctica" del ejercicio. Si el tercer paso es realizado correctamente, los par­ticipantes tendrán más facilidad para compartir el quinto paso.

Leer el sumario para el autoaprendizaje, "el sentido profundo del tercer paso", página 56.

flIlMRTO PASO: Guardamos .siíen§¡§¡ IIJII;. dejando;, que Dios nos'' h a b l ^ U

Preguntas: 1) ¿Cómo anunció el facilitador el cuarto paso durante nuestra

demostración con la dinámica de la pecera? (Se leyó en la ficha de los siete pasos "guardamos silencio y permitimos que Dios nos hable". Permane­cemos en silencio durante unos mi­nutos y permiti­mos que Dios nos hable);

2) ¿por qué cree us­ted que el facili­tador indicó el tiempo de silen­cio? (Explicación: las personas del

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grupo se sentirán más relajadas si conocen el período de duración del silencio. Al final del encuentro se puede preguntar si el silencio fue muy largo o muy corto para ajusfar el lapso en la próxima reunión);

3) ¿qué hacemos durante este tiempo de silencio? (Explicación: María que escucha a Jesús puede enseñarnos a "escuchar". Mostrar el afiche de la página 72.

—María dejó atrás cosas y preocupaciones materiales. —María estaba escuchando con todo su cuerpo. —María estaba sentada junto a Jesús. —Ella lo miraba. —Ella absorbía sus palabras. —Ella gozaba de la presencia del Señor. —Ella permitió que Jesús le amara.

Muchos repiten una y otra vez cierta palabra o frase que les impresionó o desafío en el tercer paso, mientras el grupo seleccio­naba palabras. Otros, simplemente permanecen en la presencia del Señor, contemplándolo.

Lea el sumario para el autoaprendizaje "el sentido profundo del cuarto paso", página 57.

Práctica de los pasos 1, 2, 3, 4 y 7:

Los participantes forman un círculo. Si el número de partici­pantes es mayor de quince, de­ben formarse círculos concén­tricos. Esto hará que el grupo se sienta cómodo y que no haya un espacio vacío demasiado grande en el centro.

• •

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Pida a los miembros del grupo que lean en voz alta en sus fichas de siete pasos los pasos 1, 2, 3, 4 y 7. Repita brevemente cómo se deben realizar los diferentes pasos. Pregunte si una persona del grupo quiere hacer de facilitador. Siéntese cerca del voluntario, para infundirle confianza y apoyo visual. Enuncie el texto de la cura del ciego (Lucas 18,35-43). Escriba el texto sobre un papel y entregúeselo al volun­tario antes de comenzar. Después de la práctica haga preguntas de AUTO-EVALUACION: a) ¿Qué hizo bien el grupo? ¿Qué hizo bien el volun­

tario?; b) ¿qué puede ser mejorado por el grupo? ¿qué puede

mejorar el voluntario?

Finalizada la autoevaluación si se cree conveniente pueden leerse y discutirse algunos de los sumarios de autoaprendizaje (Ver páginas 54-61).

QUINTO PASO: Compartimos f con los demás lo que hemos

escuchado en nuestros corazones

Preguntas: 1) ¿Qué significa compartir personalmente?

Pida a una persona del grupo que lea el quinto paso de su ficha de siete pasos (incluyendo el texto en letras pequeñas). Luego explique que el propósito del quinto paso no es comentar o discutir el texto o una palabra sino compartir aquello que hemos escuchado en nuestros corazones;

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2) según su opinión ¿cuál es la diferencia entre discutir y com­partir el contenido de un texto?

Estas podrían ser algunas de las respuestas: al compartir, habla­mos de nosotros mismos, sobre nuestra experiencia personal, sobre nuestra manera de ver las cosas. En las discusiones se divide una idea o palabra en fragmentos (esto es lo que significa la palabra discusión etimológicamente);

3) ¿en qué situaciones de la vida diaria se comparte personalmen­te? Por ejemplo, ¿cómo comparten los padres con sus hijos? ¿qué comparten los amigos? (Los participantes hablan con sus vecinos más cercanos, sin abandonar sus puestos. Deben hablar en voz baja. Luego los grupos pequeños informan al grupo grande).

Estas podrían ser algunas de las respuestas: "Los padres com­parten con sus hijos su vida, su amor, su idioma, sus costumbres, su forma de caminar y hablar". Todo ello es muy personal. "Los amigos comparten secretos, asuntos personales y la forma personal de ver las cosas".

Luego continúe: Ahora voy a darles un ejemplo para compartir personalmente la Biblia.

Nos imaginamos que hemos compartido el texto del ciego que estaba sentado al borde del camino. La gente le indicó que se callara.

En el quinto paso la señora Pérez podría compartir de la siguiente manera o de una manera similar: "Me sentí impresionada por la frase pero él gritaba más todavía". Esta frase me recordó a mí misma. Muchas veces, si mis rezos no son oídos inmediatamente, me de­cepciono. Este hombre ciego, sin embargo, me alienta a no darme por vencida rápidamente aunque otra gente diga "no reces más, eso no tiene sentido".

¿Por qué decimos que la señora Pérez estaba compar­tiendo personalmente con nosotros el texto del ciego?

He aquí algunas posibles respuestas: "ella habló sobre ella misma, habló sobre sus rezos, nos dijo lo que el texto significa para ella, ella

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no indicó a los demás lo que debíamos hacer, ella no explicó el texto con palabras propias".

Lea el sumario para el autoaprendizaje, "el sentido profundo del quinto paso", páginas 57-58.

Reflexión: La diferencia entre Participar, Discutir y Predicar

1) Predicar a otros

Observe el afi­che de la página 74. ¿Qué puede ver en ese afiche? ¿qué ex­presiones podía es­tar usando ei hom­bre que está levan­tando su dedo ín­dice?

Posibles res­puestas-. "Les estoy diciendo", "Todos están ciegos y deberían estar gritando por Jesús", "también ustedes deberían estar buscando a Jesús", "nunca dejen de rezar".

Este hombre está moralizando a otros. Nosotros no queremos hacer esto al compartir la Biblia. Por supuesto que existen momentos para predicar o para proclamar el Evangelio pero es un momento diferente al de compartir el Evangelio. Las personas que se reúnen para compartir juntos la Biblia lo hacen como hermanos y hermanas y se aceptan el uno al otro en un plan de igualdad. Ellos se ayudan mutuamente a crecer en la fe.

Hemos visto a sacerdotes y obispos que fortalecieron su fe al escuchar a personas sencillas compartiendo en grupos el Evangelio. A muchos de ellos les sirvió esa experiencia para predicar mejor el Evangelio.

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2) Discutir

Observe el afi­che de la página 75. ¿Qué puede ver en este afiche? ¿qué está dando a entender la perso­na con su actitud y su índice? Estas po­drían ser algunas de las respuestas: "us­ted está equivocado", "usted no entiende", "no estoy de acuerdo con sus argumentos", "éste no es el sentido del texto".

En este dibujo podemos observar una discusión. El texto de la Biblia es "fragmentado". Acusarse mutuamente de ignorancia es no saber discutir. En una correcta discusión la gente busca argumentos para sus puntos de vista y no condena a los que piensan diferentemente. Nosotros no necesitamos una discusión sobre la Biblia cuando la gente se prepara con anterioridad e intenta com­prender el sentido original del texto.

Sin embargo, no podemos hacerlo todo al mismo tiempo. Discutir y compartir el Evangelio no son la misma cosa. Al compartir el Evangelio se deben evitar las discusiones sobre el texto. Esto destruye el ambiente devoto en el que se intenta entrar en contacto con la Palabra (JESUCRISTO) que está detrás de las palabras del texto.

3) Compartir

Observe el afi­che de la página 69. ¿Qué está pasando en esa escena? ¿Qué clase de ambiente existe en ese grupo? Algunas respuestas podrían ser éstas: "Hay paz entre los

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miembros del grupo", "todos tienen su Biblia abierta, todos están participando", "están reunidos como hermanos y hermanas", "pa­recen ser sinceros el uno para con el otro, están compartiendo".

¿Que expresiones usan las personas cuando están compartiendo la Palabra de Dios?

Posibles respuestas: "Me conmovió", "estoy impresionado por...", "me da esperanza", "me reta", "me habla de una forma muy especial", "significa mucho para mí".

El compartir con ejemplos bíblicos DINÁMICA: se forman pequeños grupos de dos o tres personas

que leen los siguientes textos y se preguntan si este texto representa un ejemplo para personas que comparten.

—Mt 26,36-38: "Siento en mi alma una tristeza de muerte" —Le 22,19-20: "Tomen y coman, esto es mi cuerpo" —Jn 17,22-23: "Les he dado la misma gloria que tú me diste" —Le 11,1-4: "Cuando oren, digan..." —Le 19,41-42: "Jesús lloró por ella" —Le 24,28-31: "Se sentó para comer con ellos..." —Gal 2,19-20: "no soy yo quien vive" —Rom 1,11-12: "y prestarles alguna ayuda espiritual". Después de 5 minutos, cada grupo pequeño hace un informe. Luego continúe en estos términos: Toda la vida de Jesús consistía

en compartir personalmente. Dios no nos quiso salvar "por decreto" sino involucrándose en nuestras vidas. Por eso escuchó el grito del pueblo israelita en Egipto, acompañó a los judíos en una columna de nube y de fuego y se unió a ellos con un pacto o alianza o compromiso de amor. Pero esto no fue suficiente para Dios. Dios Padre se involucró personalmente con nosotros al enviar a su Hijo para hacerse exactamente igual a nosotros en Jesús de Nazareth. Jesús de Nazareth es Dios con nosotros y como nosotros: de carne y hueso, trabajó y sufrió como nosotros, tuvo hambre, sed y debi-

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lidades. Tuvo familia, amigos y enemigos. Por anunciar el mensaje del Padre entró en conflicto con los poderosos de la Religión y de la política de su tiempo que lo persiguieron, lo juzgaron injustamente y lo mataron en la cruz como a un esclavo y guerrillero. Toda su vida fue una entrega a Dios y a los demás. Sufrió el sufrimiento de su pueblo. Por eso el Evangelio nos dice que fue compasivo. Para él eran más importantes los otros que él mismo. No tenía tiempo ni para comer y siempre estaba disponible para la gente. Jesucristo es quien mejor nos ha descubierto los planes, sentimientos y secretos de Dios para con nosotros. Los cristianos, si queremos hacernos dignos de este nombre, debemos ser y actuar como Jesús. En la última cena Jesús anticipó su total entrega en la cruz. Esto es lo que celebramos en la Eucaristía. En la encarnación de su Hijo en el hombre Jesús de Nazareth el Padre se nos ha entregado, se nos ha comunicado, se nos ha dado a conocer y nos ha incorporado para siempre a la familia trinitaria. Ya no somos solamente humanos. Somos también divinos. Dios nos permite compartir su vida más íntima.

Compartir juntos la Biblia no es sólo una forma superficial o moderna de relacionarse en grupos. No se trata ni de una moda ni de política. Nos basamos en la Escritura. Dios nos contacta al com­partir su Palabra.

Preguntas prácticas al grupo sobre el compartir

1) En su opinión ¿por qué es tan importante compartir en grupo? (Deje que la gente hable en voz baja completando sus resultados). El compartir personalmente crea confianza entre los miembros del grupo. Ellos están disponibles para los demás y descubren que la fe les ayuda a luchar, que cada uno tiene sus dificultades. Esto ayuda al grupo a crecer como grupo y a aceptarse mutuamente con espíritu de familia. Sin esta confianza mutua un grupo no puede ser productivo. Es Jesús nuestro centro quien nos permite participar, compartir y disponernos para los demás.

2) ¿Cómo escuchar al que habla? (Deje que el grupo opine. Complete si es necesario). Hay grupos donde todo el mundo mira a la persona que está participando.

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Al hacer esto se quiere apoyar y mantenerse unidos con el que habla. El buen oyente está atento a la palabra del otro. Escuchar a alguien es valorarlo y respetarlo. No escuchar al que habla es rechazar no sólo su palabra sino su persona. Aceptamos de todo corazón lo que dice la persona que está compartiendo con nosotros su reacción personal ante la Palabra iluminadora y exigente de Dios. Las cosas muy íntimas es mejor no compartirlas en público pero, sería conveniente alabar a la persona que lo haya hecho.

3) ¿Deben compartir aquellos a quienes ¡es cuesta mucho? (Deje que el grupo responda a esta pregunta. Complemente si es necesario). Nadie debe ser obligado a compartir.

4) ¿Cómo ayudar? Existen diversas oportunidades para la participación personal que pueden desembocar en un compartir: 1) comenzar con un canto; 2) leer el texto del segundo paso; 3) seleccionar un texto o una frase y leerla en voz alta en el tercer paso; 4) en vez de compartir personalmente según el quinto paso usted puede leer al grupo cierta palabra o frase que le haya llamado la atención personal-1

mente; 5) pueden formar grupos de cuchicheo y compartir sólo con los vecinos más inmediatos; 6) para algunos es más fácil compartir si expresan lo que piensan o sienten a través de una oración como ésta: "Jesús, te veo pasar. Muchas veces te he llamado en mis oraciones pero no parecías escucharme".

No olvide: si para usted es difícil compartir recuerde que cada uno en el grupo quiere estar cerca de usted. Ellos quieren aceptarle. Ellos desean ser hermanos y hermanas.

Las cosas que no se comparten: existen ciertos asuntos perso­nales que NO compartimos. Compartir no es una confesión pública de pecados. Los pecados personales se confiesan al sacerdote en el sacramento de la reconciliación. Si le resulta muy violento no com­parta ni participe cosas.

Acepte comentarios sobre el texto pero no los discuta: el grupo debe estar claro que cada persona puede comentar una palabra o un texto evitando discusiones que pueden destruir el espíritu devoto.

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La "discusión bíblica" es otra tarea. En el "Programa Amos" que se publicará después de este folleto está prevista esta discusión.

El Método de Siete Pasos trata de crear un ambiente espiritual donde las personas entran en estrecho contacto con Cristo, el centro de la fe cristiana. Dentro de este espíritu de unidad, las tareas pueden discutirse en el sexto paso. Interesa que se conserve el ambiente espiritual, aunque algunos miembros del grupo expresen su partici­pación como comentarios.

Explicación de textos difíciles

Algunas veces un texto puede tener palabras o conceptos que sean difíciles de entender. Estas palabras o conceptos pueden ser explicados antes del primer paso. Otros grupos explican los proble­mas textuales en el sexto paso. Se puede también pedir a un miembro del grupo que consulte a un experto en Biblia u a otro conocedor e informe al grupo la próxima vez. Otra vía sería organizar un estudio bíblico sobre el texto (Ver el capítulo sobre "Compartir la Biblia e interpretación eclesial" en las páginas 17-20).

En nuestra ficha de los siete pasos encontramos en el quinto paso la sugerencia de compartir una "Palabra de Vida". La "Palabra de Vida" es una palabra o frase tomada del texto actual. El grupo selecciona esta palabra al final del quinto paso (normalmente una vez al mes). Así por ejemplo: Había un grupo que usaba el mismo texto que nosotros (Le 18,35-43). Leyeron sobre el ciego de Jericó, sobre cómo gritaba a Jesús y sobre cómo la gente quería hacerlo callar. Al final del quinto paso, después que el grupo había estado compar­tiendo el texto, él preguntó: "Hay alguna palabra que podamos seleccionar como nuestra "Palabra de Vida", para vivir según ella el próximo mes?" El grupo acordó elegir estas palabras: "Pero él gritaba más todavía". Ellos pensaron que ésta era una buena frase para recordarla durante el mes ya que muchos se sentían desanimados y

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sin ganas de llamar a Jesús. Algunas veces, inclusive, dijeron que lo olvidaban y desconfiaban de él. Durante el mes, cada miembro del grupo intentó recordar esta "Palabra de Vida", ya en la casa, ya en el trabajo. Esta frase los ayudaba a orar y confiar en Dios aun sin sentir ganas de hacerlo.

En el siguiente encuentro, cuando llegaron al quinto paso, el entrenador les recordó la "Palabra de Vida" que ellos habían selec­cionado durante el último encuentro. Fueron invitados a compartir su experiencia. Alguno relató así su experiencia: "Ustedes saben por cuánto tiempo hemos estado peleando con nuestro arrendador sobre las tuberías rotas. Habíamos dejado de quejamos porque la gente nos había dicho que calláramos. Pero esta "Palabra de Vida" nos dio nuevo coraje. Hablamos nuevamente con el arrendador, nadie nos pudo frenar. Gritamos más todavía como hizo el ciego del Evangelio. Ahora tenemos esperanzas reales de que la tubería será reparada. De esta forma la "Palabra de Vida" nos ayudó".

Una mujer del grupo también dio su testimonio: "Durante mucho tiempo yo había dejado de orar por mi hija, ya que Dios no había respondido a mis peticiones. Pero ahora he comenzado a rezar de

nuevo por ella. Como el cie­go, yo le grito a Dios: 'ten compasión de mi hija' ".

¿Cuántas veces debería­mos seleccionar una "Pala­bra de Vida"? La experien­cia demuestra que lo mejor es seleccionar una nueva "Palabra de Vida" cada mes. Esto hará posible un recuer­do y una vivencia más inten­sa. Hay gente que prefiere seleccionar su propia "Pala­bra de Vida", la que les ha conmovido profundamente.

Ellos también comparten con los demás su experiencia de esa Pa­labra. Así muestran a los demás miembros la fuerza transformante de la Palabra de Dios en sus vidas.

PALABRA DE DIOS; ESPADA DE DOS FILOS

"En efecto, la Palabra de Dios es viva v efíe?ue« más penetrante que espada de doble 8*», Penetra hasta fa raíz del alma y del espí­ritu, sondeando los huesos J> *°* tuétanos para probar los deseos y pensamientos más Íntimos* Toda criatura es transparente ante ella; todo queda desnudo y al descubierto a tos ojos de aquel al que debemos dar cuentas'''. (Heb, 4,12*13}

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Práctica de los Pasos 1, 2, 3, 4, 5 y 7 Practique en grupos de 8 a 12 personas los pasos 1-5 y 7. Anime

a los participantes a seleccionar una "Palabra de Vida" al final del quinto paso. Recomendamos estos textos para la práctica: a) Mt 8,1-3 (Jesús sana a un leproso); b) Mt 14,22-32 (Jesús camina sobre el agua); c) Mt 26,36-46 (Jesús ora en Getsemaní); d) Me 3,31-35 (La madre y los hermanos de Jesús); e) Me 4,35-41 (Jesús calma el viento y las olas).

Al comenzar a compartir la Biblia es recomendable seleccionar textos que se refieran a hechos concretos. Esto ayudará a los par­ticipantes a usar su imaginación y a "permanecer en la situación" como se sugiere en el tercer paso. Anime a los miembros del grupo a tomar el lugar del facilitador por turnos. Una persona puede ser facilitadora en los pasos 1-3, otra puede serlo en los pasos 4, 5 y 7. Después de la sesión el grupo puede autoevaluarse usando el "Esquema de autoevaluación" de la página 40.

Los facilitadores deben recordar:

1) leer los pasos como es sugerido en la ficha de los siete pasos;

2) nunca haga algo que pueda hacer cualquier persona del grupo;

3) contribuya usted también, por ejemplo en los pasos 3 y 5. Pero recuerde que usted no debe tomar la iniciativa de la contribución. Dele primero la oportunidad a otros;

4) trate de no ser el último ya que eso podría interpretarse como que usted es la persona que tiene la respuesta correcta;

5) motive a todos los miembros del grupo a participar activa­mente. Hágalo amablemente y sin dominación.

Esta manera de "educar" pone en práctica lo que Jesús sugirió a sus discípulos: "Si alguien quiere ser el primero deberá ser el último y el servidor de todos" (Me 9,35).

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Esquema de autoevaluación

a) ler. Paso: ¿Había espíritu de devoción? ¿Hubo algo que destruyó o perturbó ese espíritu?

b) 2do. Paso: ¿Todos habían encontrado el texto antes de leerlo?

c) 3er. Paso: ¿Guardamos un tiempo de silencio entre las palabras o frases que estábamos seleccionando? ¿Las leímos en voz alta y con devoción?

d) 4to. Paso: El silencio que guardamos no fue ni dema­siado corto ni demasiado largo?

e) 5to. Paso: En realidad ¿compartimos personalmente con los demás o más bien "predicamos" a los demás?

f) 6to. Paso: ¿Permitimos que el Espíritu de la Palabra de Dios guiara la discusión sobre nuestra tarea?

g) 7mo. Paso: ¿Dejamos tiempo suficiente para que cada uno pudiera orar espontáneamente y en voz alta?

h) ¿Qué hizo bien nuestro facilitador? ¿En qué puede me­jorar?

La autoevaluación efectuada después de cada sesión de compartir en grupo la Biblia permitirá al grupo mejorar el uso práctico de los siete pasos. Un entendimiento más profundo de los pasos se puede obtener leyendo eventualmente los "sumarios de autoaprendizaje" (Cf. páginas 54-61).

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SEXTO PASO: Discutamos alguna tarejl | ¡ | : que .nucstro: grupo pueda realizar :/f j¡

Después de compartir personalmente el contenido del texto (y cómo hemos vivido la Palabra de Vida) el facilitador anuncia el sexto paso: "Discutamos ahora alguna tarea que nuestro grupo pueda realizar. El modo de realización de este paso depende mucho de la clase de grupo. Se realizará de modo diferente si es un grupo de oración o una pequeña comunidad cristiana, si es un consejo pastoral o una junta directiva,de una asociación de mujeres.

El sexto paso en un grupo de oración Los miembros de un grupo de oración se preguntan normalmente

qué espera Dios de cada uno de los miembros. Cada integrante del grupo puede sentir un diverso pedido de Dios. Se puede conceder un lapso corto de silencio para que todos tengan chance de reflexio­nar sobre su respuesta personal al mensaje. Los que deseen, pueden compartir su respuesta personal.

Otros grupos de oración prefieren pasar a la acción. Ellos se preguntan, por ejemplo, "¿quién necesita ayuda en nuestro gru­po?", "¿quién necesita ayuda en nuestro vecindario?" Algunas veces el mismo texto incita al grupo a realizar compromisos concretos.

El sexto paso en una comunidad cristiana pequeña Muchas comuni­

dades cristianas han adoptado el método de los Siete Pasos para sus encuentros ordinarios. Los pasos 1-5 hacen posible un clima espiritual que les permite sentir a Jesús resucitado en medio de ellos. En el sexto paso se pasa a

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compromisos prácticos buscando soluciones a problemas que aquejan a la comunidad. Alguien del grupo informa sobre las tareas realizadas. En el grupo se discuten las nuevas tareas a realizar. Es necesario un plan de acción que tendrá claro el quién, el cómo y el cuándo.

Ejercicio: observemos el afiche de la página 76 y conversemos: ¿qué relación tiene el grupo que lee en grupo la Biblia con las tareas diferentes realizadas por las personas del afiche? (Complete los resultados del grupo si es necesario). Esta pequeña comunidad cristiana se siente impulsada a salir al vecindario para realizar ciertas actividades: dar clases a niños, visitar a los enfermos, festejar con la comunidad y con gente que celebra algún acontecimiento (el matrimonio por ejemplo), trabajar juntos en la instalación de tuberías o cloacas, reparar el techo de la casa del vecino. Ellos sienten dentro de sí que Cristo los llama a ayudar a los demás. El compartir la Biblia les ha llevado a confiar los unos en los otros y a eliminar el temor y la envidia de en medio de ellos.

Las posibles actividades de una pequeña comunidad cristiana que va creciendo son diversas. Estas son algunas de ellas: coordinar la próxima reunión bíblica, cuidar a los enfermos, visitar hospitales, visitar nuevos vecinos, ayudar a los necesitados, participar en fiestas, catequesis, realizar proyectos de autogestión, atraer a la juventud, organizar colaboraciones para la iglesia, preparar la liturgia, recon­ciliar en caso de pleitos, luchar contra la injusticia social.

La comunidad cristiana trata en este paso sobre dos cuestiones:

1) Informes sobre las tareas anteriores: las personas que recibieron una tarea específica como individuos o como grupos dan su informe al grupo; si ha surgido algún problema se discuten sus posibles soluciones;

2) ¿Qué tarea nueva emprender? Se analizan necesidades y se sugieren soluciones. Se escoge una tarea que debe ser realizada por un pequeño grupo o por el grupo entero pero nunca por una sola persona. Quienes realicen la labor deben informar al grupo después de un tiempo (Si un grupo se enfrenta a un problema difícil de entender y resolver puede consultar al "esque­ma para resolver problemas" sugerido en las páginas 43-44).

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El sexto paso en una cooperativa de campesinos Una pequeña comunidad del valle de Amalinda trabaja colecti­

vamente los campos y reparten entre ellos el producto del trabajo. Pero hubo un tiempo en que ellos no confiaban los unos en los otros. Se daban muchos pleitos entre ellos y cada uno creía que el otro lo estaba explotando. Un día vino alguien de una comunidad de una parroquia vecina y les dijo que debían comenzar a compartir juntos la Biblia y a orar juntos para que fuera más fácil la confianza y el trabajo comunitario. El visitante se ofreció para "enseñar" a los líderes locales. Explicó la ficha de los siete pasos y les indicó cómo usarla. Los mismos campesinos han reconocido que desde que rezan juntos con la Biblia las cosas han mejorado. Ahora se tienen más confianza y trabajan juntos con un nuevo espíritu. "Sentimos que el Señor está con nosotros".

El sexto paso en un Consejo Pastoral Hay Consejos Pastorales que habitualmente comienzan sus en­

cuentros con los pasos 1-4 del método de Siete Pasos. Esto les toma unos 15 ó 20 minutos. Omiten el 5to. paso. En el 6to. paso ellos se guían por una lista preparada con anterioridad para este encuen­tro. Así se va más allá de una reunión de trabajo convirtiéndose en un encuentro comunitario de fe donde los miembros se comunican entre sí en un clima espiritual donde la opinión de Jesucristo está incluida explícitamente.

También otros grupos parroquiales pueden utilizar este paso en sus reuniones.

Ver el sumario del sexto paso para el "autoaprendizaje": "el sentido profundo del sexto paso", páginas 59-60.

Esquema para resolver problemas Algunos grupos quieren hacer cosas pero o no concretan o se

cansan demasiado rápido. Las razones de ello son diversas. Una suele ser la falta de una adecuada discusión. Tal vez alguna persona que

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hablaba bien sugirió determinada solución. Todos estaban de acuerdo pero nadie asumió responsabilidades. Otra razón es que el grupo proyecta tareas demasiado grandes. Como no es realizable viene el desánimo y se hace cualquier cosa. El siguiente esquema ha probado ser efectivo para grupos que quieren resolver juntos un problema. Observemos el afiche de la página 77. Lea los pasos en voz alta y hable sobre el significado de los dibujos. El esquema es el siguiente.

Formule el problema. Formule un objetivo concreto que realmente pueda realizar. Anótelo.

Sugiera varias soluciones. Posibilite una "lluvia de ideas": cada miembro puede sugerir alguna solución. No se discuta todavía.

Discuta varias soluciones. Ver ventajas y desven­tajas de las soluciones. Pregunte: ¿Cuál de las solu­ciones se acerca más a la idea de Cristo?

Decidirse por una solución. Todo el grupo se decide unánimemente por una solución.

Hacer un plan de acción: quiénes, cuándo, dónde, cómo.

Revisar más tarde. Fijar una fecha para informar. Si es necesario cambie el método. Adapte. No se dé por vencido.

Ejercicio Divida a los participantes en grupos de 6 a 8 personas por

sectores, intereses o áreas de actividad. La pregunta a discutir sería la siguiente: si tomamos en cuenta los problemas de nuestra comu­nidad ¿qué podríamos hacer para resolver esos problemas a la luz del Evangelio? Transcurridos unos 20 minutos, se reúnen todos en

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plenaria. Luego se les sugiere que los mismos grupos seleccionen un problema y usen el esquema de seis pasos para resolverlo. Usted supervisará el proceso y cuidará de que no omitan ningún paso.

Estos ejercicios harán que los participantes se transformen en excelentes facilitadores y líderes de grupos. Antes de regresar a sus casas se sentirán más capaces de guiar a un grupo para que resuelva sus propios problemas.

SÉPTIMO PASO:::Rczamo|¡pii|>|

Una vez discutidas las tareas en el sexto paso, el facilitador anuncia el paso final: "rezaremos juntos espontáneamente".

El facilitador debe permitir que la mayor parte de las personas formulen su oración. Luego él terminará la sesión de siete pasos con una oración o un canto que todos se saben de memoria. Con esta señal se terminará el encuentro.

¿Por qué el Evangelio enriquece nuestras oraciones espontá­neas? (Deje que la gente hable con su vecino más cercano sobre esto durante unos 3 minutos, antes que informen al grupo completo). Complete si es necesario con los elementos siguientes:

El mensaje bíblico puede formar parte de las oraciones con las cuales alabamos a Dios y le agradecemos por su amor. Inclusive podemos utilizar frases del texto bíblico y decirlas de otra manera en nuestras oraciones. Incluimos en nuestra oración las necesidades de otros y de toda la comunidad aprendiendo a orar sin centrarnos demasiado en nuestro yo. Orar más que hablar a Dios es escuchar a Dios. Por ello leer juntos la Biblia es una excelente forma de orar.

Ejercicio:

Usemos un texto bíblico y digámoslo de otra manera como oración. Por ejemplo Mt 8,1-3 (Jesús sana a un leproso). "Jesús, señor nuestro. Tú has bajado de la montaña a nosotros, tu pueblo.

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Tiéndenos la mano y tócanos. Tu tacto suave y tu palabra poderosa nos limpiará. Gracias, alabado seas".

Cada participante recibe uno de los siguientes textos: Mt 14,22-32; Mt 26,36-46; Me 3,31-35; Me 4,35-41.

Tareas: Lea el texto y formúlelo en silencio como oración. Después de 5 minutos comparta esta oración con todo el grupo.

Lea el sumario para el autoaprendizaje: "el sentido profundo del séptimo paso", página 61.

Compartir la Biblia en grupos es una vía alternativa de ser y de hacer Iglesia. Los líderes y miembros de esos grupos se entienden a sí mismos de manera diferente a como se entendían antes. ¿En qué sentido interpretar juntos la Palabra de Dios expresa una manera diferente de vivir la Iglesia?

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III

Hacia una Iglesia diferente

A. Modelos de la Iglesia en el pasado

1. La Iglesia Clerical

Observamos el afiche de la página 78.

¿Qué se ve en este afiche?

¿Cómo es la relación entre la mayoría de la gen­te y los líderes de la Iglesia?

¿Cuáles son los elemen­tos positivos y negativos de este tipo de Iglesia?

Posibles respuestas: exis­te una autoridad y un orden estricto. Los creyentes están

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divididos en dos "clases": el clero y los laicos, los que predican y los que escuchan, los que mandan y los que obedecen.

2. Iglesia asistencialista

Observamos el afiche de la pá­gina 79.

¿Qué se ve en este afiche?

¿Qué cíase de relación se da en­tre la gente y ¡os líderes de la Iglesia?

¿Ha encontrado una situación similar en una comunidad que usted conoce?

Según lo que usted entiende que es la Iglesia ¿cómo debería ser esta carreta de la Iglesia?

La "carreta de la Iglesia" muestra una Iglesia totalmente dedicada a resolver problemas, donde los que trabajan en ella a tiempo com­pleto (sacerdotes, hermanas, catequistas, diáconos) hacen todo el trabajo de empujar y halar. Esta clase de Iglesia está cambiando en muchas partes. La gente está aprendiendo a participar dentro de la Iglesia asumiendo inclusive el papel de líderes dentro de la comunidad.

Anotación Histórica Resulta interesante recordar el desarrollo del modelo de Iglesia

clerical. La Iglesia clerical es algo histórico y, como todo lo histórico, tuvo un comienzo y puede tener un fin. Lo histórico puede ser cambiado también en la Iglesia.

La palabra laico viene de la palabra griega "laós" (gente) y fue usada por el papa Clemente I (años 93-97) para distinguir la gente de Dios de la "tá etné", la gente pagana. En el siglo III aparecen los monjes y la vida religiosa pronto fue considerada como la forma

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"perfecta" de ser cristiano. La clase religiosa emergió como una clase de "supercristianos". El letrado Graciano llegó a declarar categóri­camente: "existen dos clases de cristianos". Entre los siglos XI y XIII (con el desarrollo de la Curia Romana) entra en escena el Prelado. Una persona laica era aquella que no tenía ni autoridad ni jurisdicción eclesiástica. El pastor era el maestro de su rebaño. La división entre clérigos y laicos se tornó a veces hostil. La Bula Pontificia "Clericos laicos" (25-02-1296) del papa Bonifacio VIII comienza con estas palabras: "Los laicos son los enemigos del clero. Esto se ha com­probado en el pasado o es demostrado, inclusive, hoy en día". El Código de Derecho Canónico de 1917 concede a los laicos el derecho "de recibir de los clérigos bienes espirituales y fuerte ayuda para su salvación" (Canon 682). A los laicos no se les concede más derechos que el permiso de dar instrucción religiosa (Cánones 1453-1455) y administrar los fondos de la Iglesia local (Canon 1521).

La carga histórica de una clase laica "devaluada" es nuestra herencia pastoral. Transformar esto es nuestro gran desafío. Siglos de asistencia y de paternalismo clerical han dejado su huella en clérigos y laicos de nuestro tiempo. Del dominio clerical no es culpable solamente el clérigo que domina sino el laico que acepta la dominación.

El Concilio Vaticano II nos ha presentado una nueva visión del laicado y ha subrayado la dignidad común que es compartida por todos los miembros de la Iglesia (Concilio Vaticano II, LG 32). Inclusive antes del Concilio se observaron avances en la teología pontificia sobre el laicado. El 14 de octubre de 1951, Pío XII en el Primer Congreso Mundial sobre el apostolado laico se expresó así: "La acción católica es una herramienta en manos de la jerarquía, y debería ser, tal como lo ha sido, su brazo prolongado" (AAS 43, 1951, 789). En el Segundo Congreso Mundial (5 de octubre de 1957) ya el papa cambia de lenguaje: "Este apostolado (Acción Católica) siempre será un apostolado laico y no se convertirá en un 'apostolado jerárquico' aunque sea ejercido con mandato eclesiástico" (AAS, 1957, 928).

(Ver Recuadro sobre el Laico sacerdote, profeta y rey según el Vaticano II, página 11).

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¡BlliSlIftleéiai^iil !á Siblíi

Divida a los participantes en pequeños grupos de 3 ó 4 personas. Cada grupo pequeño lee uno de los siguientes textos:

He 4,32-37

Ef 4,1-8

Col 3,12-17

1 Co 12,12-20

TRABAJO EN GRUPOS: Comparen su texto con los dos dibujos de las páginas 132 y 133. ¿De qué manera nuestro texto critica esta idea de Iglesia?

C. Lá Igl^iftÍ0|l^|!y^l^SíÍígJ5l Los obispos que están en el vértice de la pirámide o halando la

Iglesia (ver los dos afiches) se reunieron en Roma durante tres años (1962-1965) y se preguntaron "¿cómo debería ser la Iglesia?" tenien­do en cuenta las exigencias del Evangelio y los cambios del mundo actual.

Observe el afi­che de la página 80. Este afiche tra­ta de resumir una nueva manera de entender la Iglesia tal como los obis­pos del Concilio nos la descri­bieron.

Pequeños gru­pos de 3 ó 4 per-

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sonas leen uno de los si­guientes textos de los docu­mentos del Concilio Vatica­no II. Luego comparen es­tos textos con el afiche de ¡a Página 80 y pregunten: ¿de qué forma el texto

está reflejado en el afiche?".

Vaticano II, LG 9: "Dios na querido santificar y sal­var a los hombres no aisla­damente, sin conexión algu­na de unos con otros, sino constituyendo un pueblo Que le confesara en verdad y le sirviera santamente".

Vaticano II, LG 32: Aún cuando algunos, por

voluntad de Cristo, han sido constituidos doctores, dispensadores de los miste-nos y pastores para los demás, existe una auténtica 'Sualdad entre todos en =uanto a la dignidad y a la acción común a todos los »eles en orden a la edifica­ron del Cuerpo de Cristo".

Vaticano II, LG 10: Los bautizados, ...son con-agrados por la regenera­ron y acción del Espíritu •arito como casa espiritual sacerdocio santo...".

Vaticano II, LG 12: "El ueblo Santo de Dios par-

LOS LAICOS EN EL DOCUMENTf

DB SANK) DOMINO

- vn la >» esta

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coma iglesia, tudu-ios de la Bae» Ivación» a ejercer

•, viña ile Dios» «na .̂ dBasadot» ladtepema-

tlo consecuencia del basa-ios Seles so» Insertados en

J y so» Sainado» a vivir et pte oficio sacerdotal, profetice y

».¿a£, Esta vocación debe ser fo­mentada ronstantenjenie por ios pastare* «« fm iglesias partlc**-lares" (SD 94).

Ctertcalísmo e tntraecie* $totí»m& tafcafe *la persistencl». de «ierta inenfalidad clerical numerosos agentes de pastoral, clérigos « incluso laicos (ef DI» 784>Í la dedUsació» de «tachos

a y una

ciente formación tes priva» de dar | respuestas eficaces a tos desafios 1 actuales de 1A sociedad" (SP 96)..

Desafíos pura los l#ic&$i *tas urgencias de la hora presen­te en América latina y el Caribe reclaman: Que iodos los talcos sean proíagonisías de la Nueva Evangelizaron* la Promoción Humana y la Cultura Cristiana. Es necesaria la constante promoción

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ticipa también de la función profética de Cristo... La totalidad de los fieles que tienen la unción del Santo (Jn 2, 20 y 27) no puede equivocarse cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobre­natural de la fe de todo el pueblo cuando "desde los obispos hasta los últimos fieles laicos", presta su con­sentimiento universal en las cosas de fe y costumbres".

Vaticano II, GS 4: "Para cumplir esta misión es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e inter­pretarlos a la luz del Evan­gelio, de forma que, aco­modándose a cada genera­ción, pueda la Iglesia res­ponder a los perennes interrogantes de la humani­dad. .. Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiracio­nes y el sesgo dramático que con frecuencia le carac­teriza".

Vaticano II, GS 43: "De los sacerdotes, los laicos pueden esperar orientación e impulso espiritual. Pero no piensen que sus pastores están siempre en condiciones de po­derles dar inmediatamente solución concreta en todas las cuestiones,

del lateado, Ubre de todo clerica­lismo y sin reducción a lo intra-edestal. Que los bautizados no evangelizados sean los primeros destinatarios de la Nueva Evange-

" lizaclón. Esta sólo se llevará a cabo efectivamente si tos laicos Conscientes de su bautismo res­ponden al llamado de Cristo a convertirse en protagonistas de la Nueva Evangelizaron. Es urgente

''• un esfuerzo para favorecer, en el marco de la comunión eclesiai, la

' búsqueda de santidad de tos lai­cos y et ejercicio de su misión'' {SD 97).

£1 Lateado debe ejercer en et l mundo su triple funclónt "Pro-

mover y formar al Iaicado para ejercer en el mundo su triple fun-ció*» la proféttea, en el campo de la palabra, del pensamiento, su expresión y valores; la sacerdotal en «t mundo de la celebración y del sacramento, enriquecida por las expresiones del arte y la comu­nicación; la real en el universo de las estructuras sociales, políticas, económicas" (SD 254).

Necesidad de preparación: "Los pastores procuraremos* como objetivo pastoral Inmediato, impulsar la preparación de laicos que sobresalgan en el campo de la educación, de la pofttlca, de ios medios de comunicación social, de la cultura y del trabajo".

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aún graves, que surjan. No es ésta su misión. Cumplan más bien los laicos su propia función con la luz de la sabiduría cristiana y con la observancia atenta de la doctrina del magisterio".

D. Compartir bíblico y nueva Iglesia

Responda con su vecino la siguiente pregunta: ¿Por qué pode­mos afirmar que el compartir la Biblia promueve una vía alter­nativa para ser Iglesia?

Luego se comunica al grupo el resultado de la conversación.

Complete las respuestas: Al compartir la Biblia incluimos a los creyentes en la búsqueda activa de la voluntad de Dios y superamos la etapa de "recibir alimento de los expertos"; al compartir la Biblia ayudamos a los creyentes a crecer conjuntamente en pequeños grupos como "comunidades alternativas"; al compartir la Biblia ayudamos a implementar la expectativa del Concilio sobre el sentido o instinto de fe (adhesión a la fe, penetración en ella con juicio certero, aplicación a la vida); compartiendo la Biblia accedemos a la Sagrada Escritura (Vaticano II, DV 22); al compartir la Biblia damos un paso importante hacia una genuina inculturación de la fe respon­diendo a necesidades culturales especiales y buscando expresiones litúrgicas y artísticas propias; al compartir la Biblia se ejercita un liderazgo participativo que desterrando todo autoritarismo pone en práctica el mandato del Señor: "Si alguien quiere ser el primero será el último de todos, y el servidor de todos" (Me 9,35).

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H^^^^BIpión sumaria d|j|¡¡¡§S I H ^ ^ ^ ^ B e los Siete P a s o l l l l

(Guía para el auto-aprendizaje)

Esta explicación sumarial fue hecha para los grupos que compar­ten la Biblia, que sienten la necesidad de comprender mejor los siete pasos y quieren mejorar la forma de utilizarlos.

Esta explicación puede ser utilizada de diversas situaciones. Por ejemplo, antes de comenzar la sesión de compartir comunitariamente la Biblia, un grupo puede leer la explicación de uno de los pasos que después explicaremos detalladamente. En otra ocasión puede leerse la explicación de otro paso antes de comenzar la sesión. De esta forma el grupo profundizará gradualmente la comprensión de los pasos y mejorará \a forma de guiarlos y utilizarlos. La explicación sumaria de los siete pasos también ayudará a particulares a aclarar las finalidades de los siete pasos y a penetrar en el sentido teológico más profundo de los mismos.

1er- Paso. Invitamos al Señor Se pregunta: ¿uno o dos de ustedes quieren saludar a Jesús

con una oración? No se trata de nombrar a una persona sino que se propone que alguien lo haga voluntariamente. Esta invitación al Señor debe ser una bienvenida emotiva y personal.

¿Por qué enfatizar que se trata de "saludar" y "dar ¡a bien­venida" al Señor?

El primer paso cuando es realizado así señala la dirección teológica del compartir la Biblia. No nos reunimos para hablar de Jesús. Tampoco queremos discutir el sentido original de los textos bíblicos. Las personas que comparten juntos el Evangelio reciben al mismo Jesús en medio de ellos, a Jesús resucitado vivo y vivificador que sigue hablando, a la Palabra que está detrás de las palabras de la Escritura. La promesa de Jesús se hace realidad: "... donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, ahí estoy yo en medio de ellos"

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(Mt 18,20). Las muchas palabras de la Escritura adquieren un sentido sacramental que ayuda a los participantes a entrar en contacto cercano con el Señor resucitado y ser inspirados por él.

El propósito de este método no es que las personas que com­parten el Evangelio sepan más religión (aunque también esto puede suceder) sino hacer posible a los participantes el encuentro con Cristo viviente. Este acercamiento acepta el texto bíblico como lugar de encuentro espiritual donde el creyente puede escuchar la llamada del amigo: "Los amo, estoy aquí con ustedes y para ustedes". Una expresión de amor entre dos es mucho más que algo para ser discutido o entendido. Un hombre y una mujer que se aman no discutirán el sentido filosófico o sicológico de la expresión "te amo". Ellos simplemente experimentan el amor del uno para con el otro. El primer paso busca tomar conciencia de la presencia y el amor de Jesús para con nosotros.

2-. Paso. Leemos el texto Abrimos el libro... capítulo... Invitar: "¿quiere alguien leer los

versículos...?Después invitar a releer el texto: "¿Alguien quiere leer nuevamente el texto?".

El facilitador no debe anunciar el libro, el capítulo y los versículos al mismo tiempo. A la gente le cuesta recordar correctamente el número del capítulo y de los versículos. La consulta al vecino o al facilitador perturba la tranquilidad del grupo y destruye el ambiente de oración que se ha creado en el primer paso.

El facilitador no lee él mismo el texto ni nombra una persona del grupo para que lo lea. La razón es que se busca un nuevo estilo de liderazgo. El facilitador debe ser agente multiplicador buscando el mayor número de personas que hagan lo que él. Trate a los participantes como miembros iguales, como hermanos y hermanas. El facilitador se retira al transfondo para que el grupo pueda ganar vida. De esta manera sigue el mandato de Jesús de ser último para ser primero y de ser sirviente de todos (Cf Me 9,35).

Esta actitud del líder debe hacerse visible en cada uno de los siete pasos. El facilitador motiva a los miembros del grupo para que actúen antes que él.

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3-. Paso. Seleccionamos palabras y meditamos sobre ellas

Seleccionamos palabras o frases cortas, las leemos en voz alta y con devoción y guardamos silencio (Volvemos a leer el texto completo).

En este paso el grupo medita sobre el texto. Entre las repeticiones mentales de una palabra y los aportes individuales, guardamos un tiempo breve de silencio, para permitir que esa palabra pueda penetrar en nuestros corazones y en la mente de cada uno de nuestro grupo. Luego de seleccionar las palabras, se vuelve a leer el texto completo.

¿Qué palabra deben seleccionar los participantes? Los miem­bros del grupo no deben seleccionar "la palabra más importante para cada uno". Esto podría convertirse en una manera sutil de manipular el texto al seleccionar el mensaje que nos convenga. En realidad la idea de esta participación en grupo es la de ayudarnos mutuamente a descubrir todo el tesoro del texto. Los participantes permiten que los impacte cualquier palabra (aunque para ellos no sea todavía significativa) que ellos seleccionen, o que otros "descubren" para ellos. Sólo después comentarán cuál de las palabras del texto será la más importante para ellos. De esta manera damos a Dios la oportunidad de hablarnos, inclusive desafiándonos con un mensaje incómodo.

¿Cuál es el sentido más profundo de este paso? Si el paso se ejecuta correctamente, los participantes pueden experimentar una de las formas más profundas de oración contemplativa. Una palabra aparentemente poco significativa, repetida con devoción, en voz alta o en silencio, puede ayudar a los miembros del grupo a permanecer profundamente unidos a Cristo. Por ejemplo, si alguien repite las palabras "El se sentó", podemos experimentar la sensación de estar sentándonos al lado de Jesús, permaneciendo en su presencia y deján­donos amar por él. Esta permanencia con Jesús puede sentirse sin complicados ejercicios mentales, preguntándose, por ejemplo, qué sig­nifica esta palabra para mí y qué quiere decirme Dios con estas palabras.

A modo de sugerencia: es mejor abstenerse en este paso de ejercicios mentales y de oraciones formuladas en silencio. A este nivel nuestro espíritu callará extasiándose ante el Señor y disfrutando de

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su compañía. Parece increíble constatar cómo un grupo puede ayudar a sus miembros a alcanzar esta meta de una forma simple y exigente.

49. Paso. Guardamos silencio y dejamos que Dios nos hable

Una vez leído nuevamente el texto, luego de seleccionar las palabras, el facilitador anuncia el cuarto paso: "Dejaremos que Dios nos hable en silencio. Guardemos silencio por... minutos y permi­tamos que Dios nos hable".

¿Por qué conviene indicar el tiempo exacto de este período de silencio? Por diversas razones: 1) los miembros del grupo se sentirán tranquilos al conocer la duración del silencio; 2) el grupo puede evaluar luego si el lapso de silencio fue muy largo o muy corto; 3) el facilitador puede mirar su reloj para ayudar al grupo y perma­necer él mismo distensionado.

¿Qué hacer durante el lapso de silencio? Para muchas personas resulta difícil guardar silencio por algún tiempo. Es más fácil hacerlo en grupo. Es importante controlar la imaginación y las actividades cerebrales que hasta durante el sueño permanecen en acción. El "silencio activo" puede ser alcanzado de diferentes formas, según las necesidades y la cultura. En el contexto de compartir la Biblia existen diversas posibilidades: 1) repita esta palabra varias veces. De esta forma controla su imaginación y permanece abierto a la inspiración divina. La repetición es una forma muy antigua de meditación y contemplación (el Padre Nuestro, el Rosario y las Letanías son un buen ejemplo de ello); 2) trate de fijar su mirada interior y mire a Jesús sintiéndolo presente y cercano. Si su corazón está intranquilo y preocupado, siéntase cerca del Señor, entregúele sus preocupacio­nes, relájese hasta experimentar paz y serenidad interior.

5g. Paso. Compartimos con los demás lo que hemos escuchado en nuestros corazones

¿Qué palabra nos ha conmovido personalmente? Podemos con­tar también cualquier experiencia espiritual, por ejemplo, cómo al­gunos han vivenciado la "Palabra de Vida". No discutamos los comentarios. Después del lapso de silencio el facilitador anuncia el

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quinto paso: "Pongamos en común lo que hemos oído en nuestros corazones".

Es mejor participar personalmente que predicar y discutir. La predicación y discusión bíblicas son necesarias pero en otro momen­to. El sentido común nos dice que no podemos hacerlo todo al mismo tiempo. La meta de la predicación es explicar y proclamar un mensaje que debe ser seguido por todos. La discusión sobre textos bíblicos busca el sentido original de un texto y la historia de su interpretación a través de los siglos. "Compartir" es exponer algo personal ofre­ciéndolo a los demás. No pretende ni explicar un texto ni predicar una doctrina para ser aceptada y seguida. El compartir permite a los demás comprender mejor la relación personal que existe entre un miembro del grupo y Dios.

La participación personal ayuda a los miembros del grupo a crecer en profundidad conjuntamente. Una madre podría participar así: "En esta parte del Evangelio veo a una madre que pide un favor para su hija. Ella no se da por vencida. Esto me conmueve. Mi hija me dejó hace mucho tiempo y yo he dejado de orar por ella. Estas palabras del Evangelio me dan ánimo para seguir orando por mi hija".

¿Cuál es el sentido más profundo de este paso? Dios se nos da a conocer compartiendo y participando con nosotros. En Jesús de Nazaret, el Hijo, Dios se hizo como nosotros, verdaderamente humano, sintiendo como nosotros —"siento en mi alma una tristeza de muerte" (Mt 26,38)— y entregándose totalmente a Dios y a nosotros en la cena y en la cruz: "Coman, esto es mi cuerpo" (Mt 26,26). Jesús vivió siempre para los demás. Jesús entendió que existir es proexistir, existir para los demás. Por ello dedicó a su pueblo su cariño, su tiempo, su energía. Los marginados de su tiempo —samaritanos, prostitutas, pobres y pecadores— lo sintieron siempre cercano y solidario. San Pablo logró tal relación personal con él que pudo exclamar: "Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí" (Gal 2,20). La vivencia personal de la fe es la base para proclamar el Evangelio y comunicar el mensaje. La participación, sin embargo, no es una confesión pública de pecados sino proclamación agradecida de la acción de Dios en la vida de las personas y de las comundidades.

No destruir el espíritu de devoción al discutir: si alguien del grupo simplemente comenta el texto sin participar personalmente, no se debe contestar ni discutir. Las discusiones destruyen el fervor.

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Si existe necesidad de una explicación técnica de una palabra o concepto del texto puede hacerse antes de anunciar el primer paso o después de la participación personal en el quinto paso. Sin em­bargo, no debemos hablar mucho de Jesús y de sus palabras sino dejar que él mismo nos toque e impacte personalmente.

Vía fácil para participar: si para alguien es difícil compartir personalmente puede hacerlo en forma de oración dirigiéndose a Jesús y no al grupo. Una forma podría ser la siguiente: "Jesús, tú que escuchaste al ciego que te llamaba, escúchame a mí también". Pensando en las personas tímidas se puede, también, formar grupos de cuchicheo de dos o tres personas cercanas. Otra posibilidad es que las personas a quienes les cuesta la participación lean en voz alta la palabra o frase que tiene un sentido especial para ellas. Todos pueden participar al formular una oración personal basada en el mensaje del texto, especialmente en el séptimo paso.

6°. Paso. Discutamos alguna tarea que nuestro gru­po pueda realizar

Este paso tiene dos momentos: a) informe sobre tareas anteriores; b) ¿qué nueva tarea debemos realizar? (¿cómo? ¿cuándo? ¿quiénes?)

Después de la participación personal el facilitador anuncia el sexto paso.

—Discutamos alguna tarea que nuestro grupo pueda realizar. —Cuál es el sentido más profundo de este paso? Un grupo que

comparte la Biblia no debe ser sólo un grupo de oración donde la relación interpersonal sea secundaria. Los grupos que comparten la Biblia son comunidades de vecinos que comparten sus vidas, no sólo cuando hacen oración sino también cuando intentan convivir mejor como lo pide el Evangelio. Tratarse como hermanos es, precisamen­te, el centro del mensaje de Jesús y la expresión más clara de la fe cristiana. En el sexto paso se quiere confrontar la vida diaria con el Evangelio. Este Evangelio o Buena Noticia de Jesús en primer lugar ilumina nuestra vida para potenciar los elementos positivos de nuestra vida en comunidad y, en segundo lugar, cuestiona nuestra vida denunciando todo lo que, de alguna manera, debilite, aleje o atente contra la hermandad.

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No es indispensable buscar una tarea que tenga relación directa con el texto de este encuentro. En los pasos 1-5 hemos creado un clima de confianza mutua y hemos aceptado al Señor en medio de nosotros. En este clima espiritual pueden escogerse problemas cotidianos de diversa índole aunque su relación con el texto sea sólo indirecta.

¿Cómo pueden realizar el sexto paso ¡os diferentes grupos? Un grupo de oración puede plantearse la pregunta: ¿existe algún necesitado entre nosotros que podamos ayudar?, ¿existe alguna tarea que pueda ser realizada en nuestra comunidad parroquial?, ¿existen enfermos que podemos atender?, etc. Muchos Consejos Pastorales discuten su agenda según el sexto paso comenzando sus sesiones con los cuatro primeros pasos. Un grupo que comparte la Biblia gradualmente puede convertirse en una pequeña comunidad cristiana que busca solución a sus problemas. Una pequeña comu­nidad no es un grupo superactivo encargado de tareas sino una Iglesia-hogar que se siente responsable de las funciones básicas de la Iglesia universal en su lugar particular. Por ello la lista de actividades que pueden realizarse en este paso es infinita. He aquí algunos ejemplo: a) tareas que están conectadas con el bienestar de los miembros del grupo (cuidado de los pobres y enfermos); b) tareas que deben ser realizadas para garantizar la continuidad de la comu­nidad cristiana (educar la fe de los niños, celebraciones litúrgicas con sacerdote o sin él, apoyo económico a la Iglesia); c) tareas que pertenecen a la Iglesia como señal y luz para el mundo (denuncia de injusticias, protestas contra la situación económica y política, búsqueda de una sociedad donde sea posible la convivencia, defensa de la ecología). La pequeña comunidad cristiana en el sexto paso también informa sobre sus tareas realizadas y programa otras acti­vidades teniendo en cuenta el cómo, el cuándo y el quiénes.

WW^aMsLéBVid^

En este paso algunos comparten su experiencia sobre cómo vivenciaron su "Palabra de Vida". Esta "Palabra de Vida" es un puente entre los textos bíblicos y la vida diaria. Es una ayuda para que el grupo pueda aplicar la palabra de Dios a una situación de vida.

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Una "Palabra de Vida" es una palabra o frase del texto bíblic que ha sido utilizada por el grupo al compartir la Biblia en una sesión específica. Por ejemplo, después de meditar el texto de Me 9,33-37 el grupo puede escoger el siguiente mensaje como "Palabra de Vida" para la semana o el mes: "Si alguien quiere ser el primero deberá ser el último de todos y servir a todos". Si lo han hecho así, tratarán de vivir según esa "Palabra de Vida" en sus hogares. Ella será el arma secreta que aplicarán en situaciones difíciles. Si alguien se siente herido porque sus esfuerzos no han sido agradecidos, esta "Palabra de Vida" le devolverá la paz interna.

En el próximo encuentro los miembros del grupo pueden com­partir entre ellos las experiencias que han tenido al tratar de poner en práctica la "Palabra de Vida".

7-. Paso. Rezamos juntos espontáneamente Este paso tiene dos momentos: 1) oración espontánea; 2) fina­

lización con una oración-canto conocida por todos. Después que el grupo haya discutido los asuntos relativos a la

vida diaria en el paso anterior, el facilitador anuncia el paso final diciendo: "recemos juntos espontáneamente". Cada persona que quiera rezar debe tener la oportunidad de hacerlo. Luego el facilitador cierra la sesión rezando o cantando un canto que todos conocen de memoria (el Padre Nuestro, el Ave María o algún Aleluya, por ejemplo).

¿Cuál es el sentido más profundo de este paso? El compartir juntos la Biblia es una bella oportunidad para mejorar nuestra oración. Al compartir la Biblia las personas: a) reciben ayuda para entrar en contacto personal con Dios (por ejemplo, en los pasos 1 y 3); b) tienen la posibilidad de experimentar la contemplación (por ejemplo, en el paso 3); c) pueden observar su vida cotidiana a través de los ojos de Dios (por ejemplo en el paso 6); d) se desprenden de sí mismas y se preocupan por las necesidades de los demás (por ejemplo en los pasos 5 y 6).

Por eso, en el séptimo paso debemos impulsar a participar al mayor número de personas. Sus oraciones pueden estar influenciadas por la experiencia de la sesión, pueden contener palabras de la Escritura y tratar sobre las necesidades de la vida diaria.

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IV

El Método Observar-Escuchar-Amar

Otro de los métodos experimentados con éxi­to en comunidades cris­tianas es el de "Obser­var-Escuchar-Amar". A diferencia del Método de los Siete Pasos que iba de la Biblia a la Vida, éste procede a la inver­sa, va de la Vida a la Biblia.

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Metas del método Este método comienza con un tema personal de la vida de los

integrantes del grupo. Ellos comparten experiencias agradables o desagradables en las que estuvieron involucrados personalmente. El hecho pudo haber ocurrido en casa o en público.

—Observe el afiche de la página 70. Los miembros del grupo tratan de ver los temas de la vida a la luz del Evangelio, aunque no se encuentre en la Biblia un texto específico.

¿Cuándo usar este método?

El método "Observar-Escuchar-Amar" sólo debe ser aplicado cuando existe cierta confianza en el grupo. Normalmente debería estar precedido por el método de los Siete Pasos.

Un grupo puede usar este método de vez en cuando. Su uso ayudará a los participantes a detectar la presencia de Dios en los acontecimientos cotidianos de sus vidas.

¿Cómo utilizar el método?

a) El facilitador pide a los participantes que lean los pasos del método por turno y en voz alta (Ver página 64 o utilice otro texto impreso o fotocopiado del método "Observar-Escuchar-Amar").

b) Practique inmediata y cuidadosamente los pasos sugeridos.

c) En los encuentros siguientes se puede leer y discutir la des­cripción de cada paso, tal como aparece al lado, para mejorar la práctica del método. Puede practicarse un solo paso cada vez para lograr una mayor comprensión.

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Page 33: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

Pasos del Método Observar-Escuchar-Amar Introducción Hoy no comenzaremos nuestro encuentro con la lectura de la Palabra

de Dios, sino que observaremos la realidad de la vida. Seguiremos los pasos del método "Observar-Escuchar-Amar". Invitamos al Señor ¿Quién quiere hacerlo con una oración?

OBSERVAR LA VIDA

[Algunos de nosotros cuentan una experiencia reciente

—Cuéntanos una experiencia reciente que consideres importante, un suceso en el cual hayas estado implicado. Hazlo con pocas palabras. Puede ser un suceso de tu lugar de trabajo, de la situación del país, del vecindario o de tu casa.

| Se selecciona una de estas experiencias para discutirla

Cuando se haya escogido la experiencia, el facilitador coordina la dis­cusión haciendo éstas o similares preguntas:

—¿Qué pasó exactamente? ¿Conocemos todos los hechos? ¿Podemos averiguar más?

—¿Por qué pasó? Busquemos las razones de lo ocurrido. —¿Cómo te sientes al respecto?

ESCUCHAR A DIOS

¿Qué piensa y siente Dios sobre esto que ha pasado?

Escuchémosle en silencio durante 3 (ó 5) minutos. En estos minutos apartamos nuestros sentimientos respecto al aconte­

cimiento y nos sensibilizamos para la opinión de Dios. Sin abrir nuestras Biblias recordemos en silencio palabras o sucesos que

ya conocemos en la Biblia. Tratamos de responder a esta pregunta: si Dios hablara sobre este

acontecimiento ¿qué diría?

Compartamos ahora lo que cada uno piensa de la opinión de Dios respecto a lo sucedido

Leemos o citamos de memoria algunas palabras de la Biblia que de alguna manera hagan referencia al hecho analizado. Si no se nos ocurre ningún texto adecuado, continuemos con el próximo paso.

AMAR

¿Qué espera Dios de nosotros? ¿Qué hacer? ¿Quiénes? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?

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Introducción

Hoy no comenzaremos nuestro encuentro con la lectura de la Palabra de Dios, sino que observaremos la realidad de la vida.

Seguiremos los pasos del método "Observar-Escuchar-Amar".

Invitamos al Señor

¿Quién quiere hacerlo con una oración?

Al comienzo del encuentro el facilitador anuncia el método que será aplicado. El facilitador o animador pide a dos o tres miembros del grupo (sin nombrarlos) que inviten a Jesús con una oración y le den la bienvenida. La invitación a Jesús se puede hacer con oraciones espontáneas a la manera de las bodas de Cana, de los discípulos de Emaús, de Marta y María y de Zaqueo.

El sentido más profundo de la introducción

La invitación a Jesús ayuda a los participantes a percatarse de la presencia del Señor y a entrar en contacto personal con él. Jesús camina siempre a nuestro lado pero a veces nosotros permanecemos lejos de él. Se trata de darnos cuenta de que él vive y convive con nosotros.

En el método "Observar-Escuchar-Amar" no se utiliza un texto específico de la Biblia. Por ello es muy importante que seamos conscientes de la presencia del Señor. Necesitamos su inspiración para poder formularnos la siguiente pregunta duran­te la sesión:

—¿Qué piensa y siente Dios de este suceso?

Para poder palpar la opinión de Dios, debemos sentir entre nosotros la presencia de Cristo en cuyo nombre nos hemos reunido. I

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Page 34: Hirmer, Oswal - Como Compartir La Biblia en Grupo 01

'W0SSS^^^S^^^^^M Algunos de nosotros cuentan una experiencia reciente

—Cuéntanos una experiencia reciente que consideres importan­te, un suceso en el cual hayas estado implicado. Hazlo con pocas palabras. Puede ser un suceso de tu lugar de trabajo, de la situación del país, del vecindario o de tu casa.

Se selecciona una de estas experiencias para (üscutirla Cuando se haya escogido la experiencia, el facilitador coordina

la discusión haciendo éstas o similares preguntas: —¿Qué pasó exactamente? ¿Conocemos todos ¡os hechos?

¿Podemos averiguar más? —¿Por qué pasó? Busquemos las razones de lo ocurrido. —¿Cómo te sientes al respecto? En este paso se les propone a los participantes compartir con

el grupo algún acontecimiento del que hayan formado parte. Puede ser un acontecimiento agradable o desagradable. Quienes participen deben hacerlo voluntariamente.

Cuando los participantes hayan relatado su problema o su ex­periencia positiva, el facilitador guía al grupo para que seleccione un hecho particular para discutirlo durante esta sesión. Se pide a la persona que, a ser posible, suministre más detalles. Luego el facilitador invita a los demás miembros del grupo a que opinen respecto al hecho que se está discutiendo.

Sentido profundo de este paso Los integrantes de un grupo no deben sentirse abandonados en

sus necesidades personales. Deben sentir una comunidad que los ama, que está a su disposición, que está lista para ayudarlos. "Aní­mense y fortalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo", dice San Pablo a la Iglesia de Tesalónica (Cf Tes 5,11).

Una persona demasiado condicionada por sus emociones puede tranquilizarse si tiene un grupo que la ayude a reflexionar sobre las

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cosas que le pasan y a encontrar las razones y la historia de lo sucedido.

Pero este método no se agota en el tratamiento de problemas personales. Cuando un miembro de grupo forma parte de una situación social o económica, todos son llamados a sentirse corresponsables de los asuntos públicos. El verdadero cristiano piensa que nada humano le es ajeno. No se puede ser buen cristiano y ser indiferente o descomprometido. Hay que aportar soluciones a la problemática de nuestra sociedad. Quedarnos con los brazos cruzados es convertirnos en cómplices de la injusticia que nos rodea.

WíSS^Bf^^^SS&^^^^MSM —¿Qué piensa y siente Dios sobre esto que ha pasado? Escuchémosle en silencio durante 3 (ó 5) minutos. En estos minutos apartamos nuestros sentimientos respecto al

acontecimiento y nos sensibilizamos para la opinión de Dios. Sin abrir nuestras Biblias recordemos en silencio palabras o

sucesos que ya conocemos en la Biblia.

Tratamos de responder a esta pregunta: si Dios hablara sobre este acontecimiento ¿qué diría?

Compartamos ahora lo que cada uno piensa de la opinión de Dios respecto a lo sucedido.

Leemos o citamos de memoria algunas palabras de la Biblia que de alguna manera hagan referencia al hecho analizado. Si no se nos ocurre ningún texto adecuado, continuemos con el próximo paso.

Durante este período de silencio, conviene distanciarse de la situación actual y mirarla desde el "punto de vista de Dios". Tratamos de ver la situación con los ojos de Dios sin tener a la mano un párrafo apropiado de la Biblia. Se trata de ver el problema o la situación feliz en el marco espiritual de todo el mensaje bíblico.

Después del silencio comunicamos a los demás lo que podría pensar Dios sobre nuestra situación. No se trata ya de compartir lo que nos ha conmovido personalmente.

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Se nos pueden ocurrir palabras interesantes de la Biblia e inclusive las podemos citar de memoria. Sin embargo, hay que evitar el peligro de resolver el problema de manera barata con puras citas bíblicas. Alguna vez será de mucha ayuda rezar un salmo apropiado.

El sentido más profundo de este paso Los creyentes tienen una sana e inspirada opinión sobre lo que

Dios pueda pensar de los problemas aunque no sepan demasiada teología. El Concilio Vaticano II nos ha recordado que gracias al sentido de la fe, el Pueblo de Dios penetra en ella y la aplica a la vida (Cf Vaticano II, LG 12).

Como es posible que las conclusiones sobre el punto de vista de Dios sobre determinado asunto sean diferentes, es conveniente dia­logar para llegar a un acuerdo, orar más y consultar a otras personas de la comunidad. El voto de la mayoría no determina la opinión de Dios sobre una situación.

TERCER PASO: Amar —¿Qué espera Dios de nosotros? —¿Qué hacer? ¿Quiénes? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? Ahora los participantes pueden decidir lo que harán por la

persona que se encuentra en una situación difícil. Por ejemplo: planear una fiesta para todos. O decidirán cómo manejar correcta­mente un asunto público (Ver en las páginas 43-44 el "esquema para resolver problemas").

En todas sus discusiones y decisiones, los miembros del grupo o de la comunidad recordarán la opinión de Dios respecto a su problema. De esta manera cumplirán su función profética como cristianos bautizados.

Finalización del encuentro Para terminar el encuentro todos pueden orar espontáneamente

presentando a Dios las necesidades surgidas durante el encuentro. El grupo debe recordar la promesa del Señor: "Si dos se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el cielo se lo dará" (Mt 18,19).

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Esquema para resolver problemas

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Formule el problema. Formule un ob­jetivo concreto que realmente pueda rea­lizar. Anótelo.

Sugiera varías soluciones. Posibilite una "lluvia de ideas": cada miembro pue­de sugerir alguna solución. No se discuta todavía.

Discuta varías soluciones. Ver venta­jas y desventajas de las soluciones. Pre­gunte: ¿Cuál de ¡as soluciones se acerca más a ¡a idea de Cristo?

Decidirse por una solución. Todo el grupo se decide unánimemente por una solución.

Hacer un plan de acción: quiénes, cuándo, dónde, cómo.

Revisar más tarde. Fijar una fecha para informar. Si es necesario cambie el método. Adapte. No se dé por vencido.

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