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Historia de la Neuropsicología Infantil Convergiendo desde la psicomotricidad hay múltiples aportes, en los que se destaca, en la década de 1930, la escuela francesa, con estudios sobre el esquema corporal, la lateralidad, las nociones temporales y espaciales, y la escritura incluida dentro de la evolución motora. Sin embargo, un punto de comienzo lo establecen, alrededor de 1844, los estudios de Little,(23) en un trabajo que publicó acerca de la influencia del parto anormal, de las dificultades en el trabajo de parto, del parto prematuro y de la asfixia neonatal sobre el estado físico y mental del niño y en particular en relación con las deformidades. Una referencia más precisa al aspecto que nos preocupa lo realiza Collier en 1900, quien usó el término de “mala destreza congénita” (congenital maladroitness) para definir el concepto de dispraxia de desarrollo. A partir de 1925 médicos y terapistas prestaron mucha atención hacia los síndromes psicomotores. De este modo se concretó una serie de estudios al respecto que tuvieron como interesados a Peiper, Gesell, Mc Graw, Piaget, Illingworth, André Thomas, Amiel Tison, Saint-Anné Dargassies y Julian de Ajuriaguerra. Piaget señala la importancia de la inteligencia sensorio-motriz condicionada por factores hereditarios, por factores de intercambio con el mundo que rodea al niño y el uso progresivo de la experiencia adquirida, lo que conduce a formas características del comportamiento. Ajuriaguerra(6) admite que el acto motor no puede ser concebido como el funcionamiento de sistemas neurológicos yuxtapuestos, sino, por el contrario, sólo puede comprenderse si tenemos en cuenta el punto de partida, el desenvolvimiento y el fin que quiere conseguir. Los diversos estudios realizados acerca del aprendizaje ponen de manifiesto las dificultades en la lecto-escritura y el cálculo, consideradas en su momento como alteraciones del lenguaje, de factores gnósico-práxicos o de factores hereditarios. Kussmaul(6) (1877) fue el primero que definió como “ceguera verbal” del adulto

Historia de la Neuropsicología Infantil

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Historia de la Neuropsicología Infantil

Convergiendo desde la psicomotricidad hay múltiples aportes, en los que se destaca, en la década de 1930, la escuela francesa, con estudios sobre el esquema corporal, la lateralidad, las nociones temporales y espaciales, y la escritura incluida dentro de la evolución motora.Sin embargo, un punto de comienzo lo establecen, alrededor de 1844, los estudios de Little,(23) en un trabajo que publicó acerca de la influencia del parto anormal, de las dificultades en el trabajo de parto, del parto prematuro y de la asfixia neonatal sobre el estado físico y mental del niño y en particular en relación con las deformidades.Una referencia más precisa al aspecto que nos preocupa lo realiza Collier en 1900, quien usó el término de “mala destreza congénita” (congenital maladroitness) para definir el concepto de dispraxia de desarrollo.A partir de 1925 médicos y terapistas prestaron mucha atención hacia los síndromes psicomotores. De este modo se concretó una serie de estudios al respecto que tuvieron como interesados a Peiper, Gesell, Mc Graw, Piaget, Illingworth, André Thomas, Amiel Tison, Saint-Anné Dargassies y Julian de Ajuriaguerra.

Piaget señala la importancia de la inteligencia sensorio-motriz condicionada por factores hereditarios, por factores de intercambio con el mundo que rodea al niño y el uso progresivo de la experiencia adquirida, lo que conduce a formas características del comportamiento.Ajuriaguerra(6) admite que el acto motor no puede ser concebido como el funcionamiento de sistemas neurológicos yuxtapuestos, sino, por el contrario, sólo puede comprenderse si tenemos en cuenta el punto de partida, el desenvolvimiento y el fin que quiere conseguir.

Los diversos estudios realizados acerca del aprendizaje ponen de manifiesto las dificultades en la lecto-escritura y el cálculo, consideradas en su momento como alteraciones del lenguaje, de factores gnósico-práxicos o de factores hereditarios. Kussmaul(6) (1877) fue el primero que definió como “ceguera verbal” del adulto a los trastornos que devienen de las alteraciones del lenguaje. Concepto que se extendió a los problemas en los niños, y al que se agregó “congénito” con el objetivo de darle un carácter concepcional. En 1896 Morgan(7, 25) y en 1898 Bastián describen un caso de dislexia del desarrollo abordándolo como una alteración en la región de la circunvolución angular izquierda. En 1937 se realizó el Primer Congreso de Psiquiatría Infantil en París, en el que se alcanzó un acuerdo para designar con el nombre de “dislexia” a las dificultades de lectura.

Como ya hemos señalado al principio, los diversos autores han dado referencias que mantienen vigencia en la época actual, tanto en el debate teórico como en las consideraciones prácticas. Pero una vez más señalamos la posibilidad de encontrar basamento para la neuropsicología del desarrollo como disciplina independiente que trata de explicar los fenómenos de cruce entre la adquisición cognitiva y las estructuras sobre las cuales se sustenta. Las consideraciones acerca del desarrollo de estas funciones, su origen, el proceso de adquisición, los fenómenos de desestructuración y reorganización a través de las capacidades plásticas corticales nos plantean nuevos interrogantes. Como lo hemos podido comprobar, tampoco son ajenos a estos eventos los

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comportamientos sociales que inciden y modelan en cierto modo nuevas formas de organización de la actividad mental sustentadas en las funciones cerebrales superiores.